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arbitrario
Por Dra. Carina Suárez / Laboral / 21/09/2017
https://garciaalonso.com.ar/blog/proteccion-contra-el-despido-arbitrario/
#Acuerdos_extintivos_laborales_(arts_241_y_15_LCT)
Si entendemos por arbitrario a todo acto contrario a lo justo y
razonable, el concepto es absolutamente aplicable al despido,
conocido como despido arbitrario e injuriante; al que le la ley le
otorga la máxima protección. Veamos:
Indice de temas
o
1. El Despido. Concepto y distinciones
2. Protección contra el despido injustificado
Bibliografía relacionada
o Ley de Contrato de Trabajo Comentada 2020
o Acuerdos extintivos laborales (arts. 241 y 15 LCT)
b) Estabilidad Laboral
La protección del despido en su conjunto es consecuencia del
concepto de estabilidad en el empleo como “principio
dominador[5]” del contrato de trabajo.
El contrato de trabajo es celebrado normalmente por tiempo
indeterminado y ésta es la forma de contrato querida por la ley
(art. 90 LCT).
La doctrina distingue:
1) La estabilidad relativa o simple durabilidad : subsistencia
normal o indefinida de un contrato de trabajo. En este caso la
garantía para el trabajador se limita a su derecho para ser
indemnizado en el supuesto de despido injustificado o de
autodespido (despido indirecto) justificado[6].
2) La estabilidad absoluta o perdurabilidad: la posesión vitalicia,
hasta jubilación o retiro, de cargo o función laboral. Este supuesto
consolida el nexo del trabajador con la empresa, por cuanto sólo
puede ser dado de baja con justificada causa[7].
En el régimen laboral argentino, una de las notas típicas del
contrato de trabajo por tiempo indeterminado consiste en la
posibilidad de su resolución unilateral ad nutum, esto es, cada una
de las partes que lo celebraron tienen la facultad de ponerle fin, en
cualquier momento, sin necesidad de indicar la causa de su
determinación. Ello sin perjuicio de las consecuencias legales que
acarrea la extinción[8]. Por lo tanto la estabilidad es relativa.
Entonces y con el propósito de atenuar los inconvenientes que
puede ocasionar la ruptura; la legislación ha introducido la
obligación de indemnizar al trabajador despedido (art. 245 LCT) y
la obligación del preaviso (art. 231 y ss. LCT); por consiguiente, la
parte que quiere rescindir el contrato tiene que notificar su
propósito con cierto período de antelación. Esta obligación, como
es obvio, no afecta la facultad de receso ad nutum, sino que
constituye simplemente una modalidad inherente al ejercicio de
esa facultad.
Ahora bien, como con acierto señalara hace más de medio siglo,
Mario Deveali, la estabilidad que se garantiza en ese caso es más
o menos efectiva, según el criterio que se adopte en el cálculo de
la indemnización debida al trabajador despedido sin justa causa, y
según el número y naturaleza de las causales que pueden justificar
el despido.