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Hoy en día, la educación, en cualquiera de sus niveles, debe asumir el reto y la

responsabilidad de una educación integral, contraria a una visión fragmentada del


individuo, una educación que no sólo atienda los conocimientos, sino a las habilidades y
actitudes, es decir, que rebase el plano del conocer para arribar al plano del hacer, del ser
y convivir con los demás, de modo que permita descubrir, despertar e incrementar las
posibilidades creativas y la realización personal.

Una educación integral que sirva para la vida y procure un equilibrio entre una educación
para tener y otra para ser persona y convivir con los demás, sobre todo en esta era de
información y globalización que requiere de profesionales competentes, críticos,
autónomos, capaces de trabajar colaborativamente, de reconocer la diversidad humana y
la interdependencia no sólo entre los seres humanos, sino en relación a todo lo que existe
en el planeta Tierra.

El enfoque de competencias pretende dejar atrás una educación enciclopédica,


descontextualizada de la realidad, autoritaria, deshumanizada, centrada principalmente en
el aprendizaje acumulativo de conocimientos teóricos, para dar paso a un aprendizaje en
que se armonicen los contenidos teóricos con las habilidades y las actitudes correctas
para llevar a cabo cualquier actividad o tarea de la mejor manera posible.

Dicha educación integral pretende desarrollar habilidades y actitudes que implican una
serie de aprendizajes para la vida, mismos que se corresponden con la noción de
competencia, entendida ésta como una red de conocimientos, habilidades, actitudes y
valores, para un desempeño pertinente a una situación específica de la realidad
profesional, laboral, social o personal.

Una competencia se puede definir como un aprendizaje complejo que integra


conocimientos, habilidades y actitudes que pueden desarrollarse a través de
experiencias de aprendizaje correspondientes a tres tipos de saberes: teóricos
(saber conocer), procedimentales (saber hacer) y actitudinales (saber ser y convivir
con los demás). El proceso de desarrollo de una competencia implica la reflexión y
la Autoobservación sobre los procesos de pensamiento, sentimientos y
comportamientos.

Por ejemplo, ser un estudiante competente en el presente curso de habilidades del


pensamiento implica no sólo aprender los conocimientos teóricos sobre el tema de las
habilidades del pensamiento, sino ponerlos en práctica asumiendo actitudes positivas,
compromiso y responsabilidad.

De manera económica, se puede decir que una competencia es una red de


conocimientos, habilidades y actitudes que te permiten desempeñar una tarea de la mejor
manera posible.

Desde el enfoque de competencias, las habilidades de pensamiento se constituyen en


una competencia básica, tanto para la vida personal como profesional, ya que toda
actividad o tarea en cualquier contexto requiere pensar y demostrar lo que se sabe en una
situación concreta (saber teórico) demostrando habilidades (saber práctico) además de
demostrar una buena actitud, por ejemplo, de responsabilidad, compromiso e interés por
lo que se hace de acuerdo con el contexto (saber axiológico que implica valores).
Es muy importante reconocer la interdependencia que existe entre la tríada conocimiento-
habilidad-actitud que enfatiza el enfoque de competencias, con el fin de asumir el reto y
compromiso de la propia educación integral y el desarrollo de competencias en distintos
escenarios de la vida. De este modo, los aprendizajes se harán significativos y
susceptibles de ser aplicados, tomando conciencia de las actitudes que se pueden asumir
para un mejor desempeño.

En resumen, aprender a pensar desde el enfoque de competencias implica un desarrollo


integral complejo y multideterminado que supone una serie de retos para cada persona,
por lo menos en tres dimensiones de la competencia: conocimientos, habilidades y
actitudes.

La tríada conocimiento-habilidad-actitud: De esta tríada es importante destacar la


relación habilidad de pensamiento-actitud. Para ello es necesario recordar que toda
habilidad para su desarrollo requiere de ciertas actitudes, entre las que se pueden
citar las siguientes: disciplina, disposición a la práctica, paciencia, dedicación,
autoobservación y voluntad por parte de quien desea desarrollarla; por ejemplo, el
que es hábil manejando un auto o corriendo un maratón es porque le ha dedicado
un buen tiempo y ha asumido ciertas actitudes que le han permitido el desarrollo de
tales habilidades.

¿Cuánto tiempo estás dispuesto(a) a dedicar con atención, disciplina y gusto a este
curso?

Las actitudes son inherentes a la vida, en general, detrás de cualquier comportamiento


hay una actitud, de la cual no siempre se es consciente y esto puede constituirse en un
obstáculo o en un facilitador de aprendizajes y por lo tanto, del desarrollo de las
habilidades de pensamiento. Por lo anterior, resulta fundamental asumir una actitud
positiva, de compromiso y responsabilidad hacia los estudios.

Una actitud se puede definir como el conjunto organizado y duradero de conocimientos,


creencias, sentimientos y emociones a favor o en contra de un objeto de actitud en un
contexto social particular; se manifiestan mediante una conducta que refleja la
ponderación de un valor y se aprenden a través de la historia de vida de cada persona.

No se nace con actitudes, éstas se aprenden a partir de la experiencia y de la historia de


vida. Las actitudes se caracterizan por ser evaluativas, relativamente permanentes,
forman parte de la vida cotidiana de todas las personas, por lo que es imprescindible
tomar conciencia de ellas y en el desarrollo de habilidades del pensamiento no pueden
estar al margen.

De modo que los procesos de pensamiento vistos como habilidad, y desde el enfoque de
competencias, también requieren de ciertas actitudes que al igual que cualquier habilidad,
pueden desarrollarse mediante la práctica; por ejemplo, el pensamiento analítico requiere
de actitudes de apertura, compromiso, interés por la reflexión, autorregulación de la
impulsividad, rigor, autocrítica, entre otras; así, el proceso de pensar se corresponde con
actitudes que pueden favorecer u obstaculizar los procesos mentales de pensamiento.
La facultad de gobernarse a uno mismo durante el aprendizaje, es posible gracias a
una capacidad genuinamente humana, a la cual se le ha dado el nombre
de metacognición, puede definirse como "la competencia que nos permite a los
humanos ser conscientes de parte de nuestra cognición, es decir, de algunos de los
procesos y productos que elaboramos en nuestra mente" (Monereo, 2001).

Flavell (1978) fue el iniciador del estudio de la metacognición; la explicaba con estas
palabras: "la metacognición hace referencia al conocimiento de los propios procesos
cognitivos, de los resultados de esos procesos y de cualquier aspecto que se relacione
con ellos, es decir, el aprendizaje de las propiedades relevantes de la información y de los
datos" (Burón, 2001, 15).

De acuerdo a Burón "un estudiante ha de conocer su mente, distinguir las funciones de


sus facultades intelectuales (percepción, memoria, atención, imaginación, etc.) y saber
dónde, cuándo y cómo tiene que usar cada una de ellas si quiere ser un estudiante
exitoso, por lo que el conocimiento de las diferentes operaciones mentales y saber cómo,
cuándo y para qué deben usarse es el objeto de estudio de la metacognición, que en los
últimos años ha contribuido al diseño de métodos que facilitan que los estudiantes puedan
“aprender a aprender” y “aprender a pensar”, en ambos casos la metacognición juega un
papel central como proceso de darse cuenta y de toma de conciencia de los propios
procesos cognitivos.

"Metacognición es la capacidad que tenemos de autorregular el propio aprendizaje, es


decir, de planificar qué estrategias se han de utilizar en cada situación, aplicarlas,
controlar el proceso, evaluarlo para detectar posibles fallos y, como consecuencia,
transferir todo ello a una nueva actuación".

La mayoría de los autores coinciden en tres dimensiones de la metacognición:

A. Hacerse consciente de los propios procesos cognitivos.

B. Monitorear los procesos cognitivos, lo cual exige:

1.
1. Planificar la actividad mental antes de enfrentar una tarea.
2. Observar la eficacia de la actividad iniciada.

C. Regulación de los procesos cognitivos.

En resumen, la metacognición desde el enfoque de competencias y en el contexto de las


habilidades de pensamiento, se entiende como el estado de conciencia que permite al
sujeto darse cuenta de los conocimientos, habilidades, actitudes y sentimientos asociados
al proceso de pensar, lo cual exige una continua autoobservación.

En general, una estrategia para generar metacognición es la formulación de preguntas,


por ejemplo, ¿de qué me doy cuenta?, ¿qué me facilitó el proceso de resolución de este
ejercicio?, ¿cuáles fueron los principales obstáculos en la resolución del problema?,
¿cómo puedo aplicar lo aprendido en otros contextos? Se sugiere escribir las respuestas
a éstas u otras preguntas metacognitivas en lo que pudiera llamarse un diario de
aprendizaje, puesto que escribir es una manera de reflexionar y reflexionar es otra forma
de propiciar metacognición.

¿Cuánto es la mitad de dos más dos?

¿Te detuviste a pensar si deberías sacar primero la mitad del primer dos y sumar al
resultado el segundo dos, o si deberías sumar los dos números y después obtener la
mitad? Si se saca primero la mitad del primer dos y luego se suma el otro dos, la
respuesta es tres, pero, si se suma dos más dos sin detenerse a pensar o a preguntarse
qué es lo que se pide, entonces, la respuesta es dos.

Si se advierte que se mantuvo un diálogo interno a nivel cerebral y si se evalúan los


propios procesos de toma de decisiones y de resolución de problemas, entonces se
experimenta un proceso de metaconocimiento. Es importante detenerse a pensar antes
de responder, en lugar de actuar impulsivamente.

Con base en lo anterior, un principio importante es detenerse a pensar y decir: ¡un


momento lo voy a pensar!

Ejercicio de metacognición

Deja la computadora levántate, respira tres veces de manera profunda, autoobservando la


respiración y la exhalación, estírate como si te acabaras de despertar, mueve tu cabeza
en círculos muy despacio, cierra tus ojos y con tus dedos date un pequeño masaje en el
cuello y en el cuero cabelludo, concéntrate nuevamente en la respiración y quédate en
silencio por un minuto. Ahora, autoobserva tus sensaciones después de estos ejercicios y
responde cómo te sientes, de qué te das cuenta.

De Sánchez, M. (1997). Desarrollo de habilidades de pensamiento; procesos básicos del


pensamiento, guía del instructor. 2° ed. México: Trillas, ITESM.

El concepto de cognición (del latín: cognoscere, "conocer") hace referencia a la facultad


de los seres de procesar información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido y
las características subjetivas que permiten valorar y considerar ciertos aspectos en
detrimento de otros. El concepto de cognición es ampliamente utilizado para significar el
acto de conocer o conocimiento.

A continuación contesta el siguiente cuestionario de hábitos de autoregulación y de


acuerdo con el resultado, elabora un plan para favorecer aquel hábito en el que se detecte
la necesidad de mejorar:

Las habilidades básicas del pensamiento son procesos mentales que permiten el manejo
y la transformación de la información, facilitan la organización y reorganización de la
percepción y la experiencia para tratar con mayor claridad diferentes situaciones y dirigir
la atención hacia un fin determinado.

Los procesos básicos de pensamiento son básicos no porque sean procesos simples,
sino porque constituyen la base para desarrollar el pensamiento analítico, crítico, creativo
y valorativo, considerado por algunos autores, como Lipman, un pensamiento complejo o
de orden superior, no en términos de jerarquía, sino de dimensiones de comprensión.

Los procesos básicos de pensamiento suponen, entre otros aspectos: habilidades


intelectuales que implican dirigir la atención para observar un fenómeno, compararlo,
describirlo, clasificarlo, relacionarlo, analizarlo y evaluarlo. Estos procesos mentales
suelen darse de manera automática en la vida cotidiana, por ejemplo, para decidir si hoy
usar paraguas, se puede observar el cielo y notar si está nublado o no, se pueden
consultar las noticias sobre la temperatura del día y con base en ello tomar la decisión de
llevar consigo un paraguas.

En el ejemplo anterior se puede notar el empleo de la observación, el análisis, la


evaluación, para después tomar una decisión. Día a día se utilizan de manera automática
estos procesos de observar, comparar, relacionar, etc., sin detenerse a pensar qué
procesos mentales se emplean ni qué se hace en cada uno de ellos.

Lo interesante en este tema es tomar consciencia de estos procesos básicos de


pensamiento y además reconocer la importancia de ejercitarlos de manera intencional y
contextualizada, con el fin de lograr un uso competente de la mente. Con ayuda de la
auto-observación y la vigilancia mental, es posible hacer un mejor uso de todos estos
procesos básicos de pensamiento, que al ejercitarlos se convierten en habilidades.

Las habilidades básicas del pensamiento se aplican a cualquier situación de aprendizaje


de manera consciente e inconsciente y, por lo tanto, de la vida; ellas ayudan a la
comprensión, la formulación de inferencias, la predicción y la solución de problemas; para
ello es importante desarrollar ciertas actitudes y hábitos mentales que contribuyen a la
mejora de dichos procesos, hasta convertirse en un hábil pensador gracias a la
ejercitación y a ciertas actitudes como apertura, gusto, compromiso, disposición a la
práctica y curiosidad.

Aspectos a considerar para aprender a pensar

Es importante considerar algunos aspectos:

1. Presta atención a la intencionalidad del acto mental.


2. Observa las actividades mediante con las cuales puedes optimizar el uso de tu
capacidad mental como individuo.
3. Sé consciente del acto mental que participa en el proceso de pensar
(metacognición).
4. Observa que la mente funciona como un sistema y en un medio circundante que
proporciona elementos a manera de estímulos o entradas que la mente procesa
para dar ciertos resultados, salidas o respuestas, que permiten la
retroalimentación y optimización del acto mental como sistema.
En resumen, las habilidades básicas de pensamiento son procesos mentales que
permiten el manejo y la transformación de la información, facilitan la organización y
reorganización de la percepción y la experiencia. Por medio de dichos procesos se
comprende, reflexiona, analiza, argumenta, se crean y recrean realidades, se construyen
y reconstruyen significados; dichos procesos se relacionan y perfeccionan con la práctica
hasta convertirlos en habilidades.

Son cinco las habilidades básicas del pensamiento que se abordan en este
apartado: observación, comparación, relación, clasificación y descripción. Algunas
actitudes asociadas a estas habilidades son: apertura, gusto, compromiso, disposición a
la práctica, curiosidad y paciencia, entre otras.

Observación

La observación es uno de los procesos básicos de pensamiento, a través del cual se tiene
el primer contacto con el mundo. La observación se usa de manera cotidiana en las
actividades que se desarrollan día a día, desde las acciones más simples como abrir una
puerta, elegir la ropa que se va a usar, hasta actividades más complejas como leer y
comprender un texto, elaborar un resumen, hacer una intervención quirúrgica, etcétera.

Observar es el proceso mental de fijar la atención en una persona, objeto, evento o


situación, con el fin de identificar sus características. Cuando se fija la atención, entonces
se puede observar las características del objeto de observación, pues la mente a menudo
está dispersa, por lo que fijar la atención es una característica esencial del proceso de
observar.

El objeto de observación puede ser de distinta índole; por ejemplo, se puede observar un
objeto concreto como una fotografía de un ser querido u observar algo abstracto como los
pensamientos, o bien, observar una recámara, un libro de manera concreta o leerlo, que
implicaría observarlo de manera abstracta, pues al interactuar con el autor del libro se
hace mediante el texto escrito y no de manera directa.

En resumen, podemos decir que la observación tiene dos momentos:

 Un momento concreto.
 Un momento abstracto.

El momento concreto tiene que ver con el uso de los sentidos (tacto, oído, vista, olfato,
gusto) para captar las características de la persona, objeto, evento o situación que se está
observando; el momento abstracto tiene que ver con la reconstrucción de los datos en la
mente.

Algunas veces se requiere de varios sentidos para observar personas, objetos, eventos o
situaciones. Es muy importante que en la medida de lo posible y de acuerdo con el
objetivo de la observación, se usen todos los sentidos para desarrollar la habilidad de
observar de manera plurisensorial.

Otro aspecto muy importante es tomar conciencia de estos dos momentos para lograr una
mejor observación, pues el primer momento permite, en la medida en que se usen todos
los sentidos, una perspectiva más amplia y completa de la observación, y el segundo
momento se relaciona con la reconstrucción mental que se hace del objeto de
observación.

En síntesis, la observación es el medio por el cual se entra en contacto con el mundo real,
en donde los sentidos juegan un papel esencial.

La observación también puede ser directa o indirecta. Es directa cuando se usa uno o
más sentidos en el proceso de observación (fuente primaria). Es indirecta cuando se
observa a través de otras personas o medios de comunicación (fuente secundaria), como
cuando se lee un libro.

¿Qué tienes que hacer para observar?

Para llevar a cabo la observación, De Sánchez (1997) presenta un proceso que considera
como óptimo y que consiste en fijar la atención en los atributos de un objeto o situación
para identificar sus características.

Es muy importante interiorizar el proceso, ya que al hacerse consciente de los pasos que
se siguen para realizar una buena observación es más probable que se pueda mejorar
dicho proceso. En la medida en que se identifique el procedimiento adecuado para
realizar una acción, se mejorará la capacidad para autoevaluarse y alcanzar un proceso
metacognitivo que permita aprender de las propias acciones.

En el proceso de observar cobra importancia el propósito u objetivo, ya que es


fundamental para fijar la atención; también se deben considerar algunos factores que
influyen en la observación como la naturaleza o grado de conocimiento que se tenga de la
persona, objeto, evento o situación que se observa y la influencia como observador, los
conocimientos, creencias, experiencias. Lo anterior implica ponerse en estado de alerta
para evitar suposiciones e inferencias.
La observación ha de ser lo más objetiva posible, procurando separar las suposiciones,
las experiencias previas y las inferencias. El producto de la observación a menudo se
presenta en forma oral o escrita, para lo cual se requiere integrar las características
observadas en forma ordenada, clara y precisa, esto puede apoyarse con el uso de
preguntas. Al producto oral o escrito de la observación se le llama descripción.

Ejercicio de observación

Observa tu recámara y apoyándote en el uso de preguntas describe sus características.


Al finalizar el ejercicio preguntante ¿Qué hice para observar?, ¿Qué importancia tiene la
observación en la vida?, ¿Qué tan buen observador soy?

Descripción

Describir es dar cuenta de lo que se observa. En un primer nivel de conocimientos,


describir consiste en dar cuenta de las características de una persona, objeto, evento o
situación.

La descripción es el proceso mediante el cual se informa de manera clara, precisa y


ordenada las características del objeto de la observación.

Frecuentemente el producto de la observación se expresa en forma oral o escrita, por lo


que la calidad de la información depende de la claridad del lenguaje utilizado y de cómo
se presentan los datos, se debe seguir un orden y utilizar un lenguaje claro y preciso. Se
puede describir: de lo general a lo particular, de lo inmediato a lo mediato, etc.,
dependiendo del propósito de la descripción.

Una herramienta fundamental de la descripción es la utilización de preguntas guía, por


ejemplo, para describir a:

 Personas: ¿Quién es? ¿Cómo es? ¿Cómo se llama? ¿Qué edad tiene? ¿A qué
se dedica?
 Objetos: ¿Qué es? ¿Qué tiene? ¿Qué hace? ¿Qué función realiza? ¿Para qué se
usa?
 Eventos o situaciones: ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Quiénes? ¿Qué pasó?

¿Qué hacer para describir?

 Elabora preguntas guía relacionada con tu propósito de describir.


 Fija la atención en las características relacionadas con las preguntas.
 Describe con base en un orden establecido previamente.
 Pregúntate ¿Qué hice para describir?, ¿Cómo me aseguro de que mi descripción
es clara, ordenada y precisa?

Ejercicio de descripción

Con la ayuda de las siguientes preguntas guía descríbete: ¿Cuál es mi nombre?


¿Cuántos años tengo? ¿Cuál es mi estatura? ¿Cuánto peso? ¿Dónde nací? ¿Cómo soy?
¿Qué alimentos prefiero? ¿Qué deporte practico? ¿Qué lugar ocupo en mi familia, es
decir, soy el primero hijo de mis padres? ¿Qué es lo que más me gusta hacer? ¿Qué es lo
que menos me gusta hacer?, ¿Qué es lo que más me gusta de mí? ¿Qué es lo que
menos me gusta de mí? ¿Qué es lo que más anhelo en la vida y por qué? Si quieres
agregar o cambiar las preguntas puedes hacerlo, el caso es que te describas.

Comparación

El proceso de comparación es una extensión de la observación para determinar


semejanzas y diferencias con base en variables seleccionadas. Una variable es un tipo de
característica, por ejemplo, color, temperatura. Las variables pueden tomar diferentes
valores a su vez, estos valores pueden ser cualitativos o cuantitativos.

La comparación se fundamenta en la información que proporciona la observación. En la


vida diaria constantemente se hacen comparaciones, se comparan características de las
personas, condiciones de trabajo, precios en el supermercado, servicios que ofrece un
proveedor, etcétera.

¿Qué se tiene que hacer para establecer diferencias y semejanzas?

De Sánchez (1997) presenta el siguiente proceso como el más adecuado para realizar la
comparación:

En necesario ejercitar el proceso, dominarlo y transferirlo a la vida diaria. No existe ningún


campo del conocimiento en el que no se pueda aplicar.

La comparación constituye el paso previo para establecer relaciones entre pares de


características de personas, objetos, eventos o situaciones; las operaciones mentales
implícitas en la comparación y en la relación aparentemente son similares; sin embargo,
un análisis cuidadoso de ambos procesos permite verificar que incluyen dos niveles de
abstracción diferentes.

Ejercicio de comparación
Elige a un amigo y hazle las preguntas que tú te aplicaste para describirte. Elabora una
tabla con las siguientes variables: edad, estatura, peso, deporte que practica, tipo de
alimentos que prefiere, lugar de nacimiento y gustos. Establece la comparación entre tú y
tu amigo mediante la identificación de semejanzas y diferencias.

Pregúntate: ¿Qué hice para comparar? ¿Para qué me sirve el proceso de comparación?
¿De qué me doy cuenta en el proceso de comparar?

Relación

El proceso de relación consiste en establecer nexos entre dos características de un


objeto o situación referidas a una misma variable. El proceso de relación es el paso
siguiente a la comparación, ya que en la comparación se establecen semejanzas y
diferencias de manera independiente y en la relación se llega un paso más allá en el
procesamiento de la información, ya que se toman estas semejanzas y diferencias y se
establecen conexiones entre ellas. Estas conexiones se expresan mediante la emisión de
juicios, es decir, la afirmación o negación de algo.

¿Qué tienes que hacer para establecer relaciones?

De Sánchez (1997) considera que para poder relacionar de manera adecuada y


estructurada, es necesario llevar a cabo el siguiente proceso:

En necesario ejercitar el proceso, dominarlo y transferirlo a la vida diaria. No existe


ninguna disciplina en la que no se pueda aplicar.

Las relaciones surgen del proceso de comparación, en su manera más simple pueden
referirse a equivalencias, similitudes o diferencias y se pueden utilizar expresiones
como mayor que, igual que, menor que.

En la relación se puede llegar un paso más allá en el procesamiento de la información, es


decir, se consideran pares de características de una misma variable provenientes de la
comparación y se conectan mediante un nexo entre ellas, por ejemplo: "El libro tiene un
precio más alto que el cuaderno".

En una relación se pueden utilizar tanto variables cualitativas como cuantitativas, es muy
frecuente pensar que con los resultados de la comparación ya se están obteniendo
relaciones, por eso no hay que olvidar establecer las conexiones, nexos o vínculos entre
sus características.

Una pregunta clave para encontrar relaciones es: ¿Qué puedo afirmar o negar de los
objetos que quiero relacionar en función de cada variable?

Ejercicio de relación
Con base en el ejercicio de comparación que hiciste entre tú y tu amigo en donde
encontraste semejanzas y diferencias, ahora establece relaciones de acuerdo con el
proceso sugerido. Recuerda que una pregunta que te ayuda a establecer relaciones es
qué puedo afirmar o negar respecto de las diferencias o semejanzas que encuentro entre
la otra persona y yo en cuanto a edad, deporte, estatura, gustos, etc. Pregúntate: ¿Qué
hice para relacionar? ¿De qué me doy cuenta en el proceso de establecer relaciones?

Clasificación

La clasificación es un proceso mental que permite realizar dos tipos de operaciones:

1. Agrupar conjuntos de objetos en categorías denominadas clases.


2. Establecer categorías, esto es, denominaciones abstractas que se refieren a un
número limitado de característica de objetos o eventos y no a los objetos
directamente (De Sánchez, 1997).

Por medio de la clasificación organizamos el mundo que nos rodea, lo cual permite
comprender con mayor facilidad hechos y fenómenos, definir conceptos, hacer
generalizaciones, etcétera.

¿Qué se hace para clasificar?

Sobre el proceso de clasificación, De Sánchez (1997) considera que los pasos óptimos a
seguir son los siguientes:

Es necesario ejercitar el proceso, dominarlo y transferirlo a la vida diaria. No existe


ninguna disciplina en la que no lo puedas aplicar.

Propiedades de la clasificación:

 Cada elemento del conjunto que se clasifica debe pertenecer a una u otra clase.
 Las clases no se superponen, son mutuamente excluyentes.
 Cada elemento del conjunto debe ubicarse en alguna de las clases.

La calificación es un proceso con múltiples aplicaciones en el procesamiento de la


información, por ejemplo:

 Permite organizar el mundo real en categorías, esta categorización facilita


comprender los hechos, los fenómenos que ocurren alrededor de las personas y
facilita predecir las características de personas, objetos, eventos o situaciones.
 La clasificación es la base de la definición de conceptos; mediante este proceso es
posible -al identificar sus características- distinguir ejemplos y contraejemplos, la
definición de conceptos mediante la clasificación es un ejercicio que amplía la
posibilidad de autoaprendizaje y eleva el nivel de abstracción del estudiante, la
mayoría de las definiciones en el diccionario están elaboradas a partir de criterios
de categorización, o sea, de pertenencia a alguna clase.
 Las investigaciones demuestran que la categorización facilita la comprensión y el
aprendizaje significativo; por esta razón, se prefiere presentar los conceptos o sus
asociaciones organizados en estructuras de clasificación. Un ejemplo son los
mapas conceptuales.
 La clasificación, además de su utilidad intrínseca como proceso, es punto de
partida para desarrollar otros procesos de más alto nivel cognoscitivo, como la
clasificación jerárquica, la evaluación, el análisis y la toma de decisiones.

Ejercicio de clasificación

A partir del ejercicio de observación de tu recámara, identifica algunas variables con base
en las cuales tienes clasificados los distintos objetos que están en tu closet, ropero o lugar
donde guardas tu ropa. Al final pregúntate: ¿Qué hice para clasificar? ¿Para qué me sirve
la clasificación? ¿De qué me doy cuenta?

Es muy importante que al final de cada proceso se verifique si se ha hecho


correctamente, si está completo y si no falta ningún detalle.

Como se mencionó en temas anteriores, la formulación de preguntas es una estrategia


para generar metacognición y por ende favorecer el desarrollo de las habilidades de
pensamiento. El arte de formular preguntas es una de las características del pensamiento
analítico/crítico, como lo plantean Richard Paul y Linda Elder, a continuación se
parafrasea un texto de ellos:

“La calidad de tu vida la determina la calidad de tu pensamiento. La calidad de tu


pensamiento, la determina la calidad de tus preguntas, ya que las preguntas son la
maquinaria, la fuerza que impulsa el pensamiento. Sin las preguntas, no tendrías sobre
qué pensar. Sin las preguntas esenciales, muchas veces no logras enfocar tu pensar en lo
significativo y sustancial.

Cuando te haces preguntas esenciales, tratas con lo que es necesario, relevante e


indispensable al asunto que tienes ante ti. Reconoces lo que está en la esencia de la
materia. Tu pensamiento está firme y disciplinado. Estás preparado para aprender. Eres
intelectualmente capaz de encontrar tu camino.

Para tener éxito en la vida, tú necesitas hacerte preguntas esenciales, por ejemplo:
cuando lees, cuando escribes y cuando hablas; cuando estás de compras, trabajando o
ejerciendo tu rol de hijo, estudiante, padre; cuando haces amigos, escoges a tu pareja, e
interactúas con los medios informativos y el Internet.

Sin embargo, pocas personas dominan el arte de hacerse preguntas esenciales. La


mayoría nunca ha pensado sobre el porqué algunas preguntas son cruciales y otras
periféricas. Raras veces en la escuela se estudian las preguntas esenciales. Raras veces
tenemos los modelos en nuestros hogares. La mayoría de las personas preguntan según
sus asociaciones psicológicas. Sus preguntas son al azar y salteadas.

Las preguntas esenciales caen en una variedad de categorías. Algunas preguntas


esenciales son mayormente analíticas, algunas mayormente evaluativas. Algunas aplican
predominantemente a materias académicas, otras a los pensamientos, sentimientos y
deseos más profundos.
Como es de esperarse, las categorías y las listas de preguntas esenciales de Richard
Paul y Linda Elder son ilustrativas, no exhaustivas; además, las ideas que ofrecen son de
utilidad sólo en la medida que se usen diariamente para hacer preguntas esenciales.

Practicar el hacer preguntas esenciales eventualmente lleva al hábito de hacer preguntas


esenciales. Pero no se puede practicar hacer preguntas esenciales si no se sabe qué son.
El bolsilibro de estos autores es un comienzo para comprender conceptos que ser
aplicados, llevan a las preguntas esenciales".

Atentamente: Richard Paul y Linda Elder.

Tabla que resume las estructuras universales de pensamiento y su correspondiente


pregunta de acuerdo con Elder Linda y Paul Richard (2002).

Estructuras universales de pensamiento o partes del pensar.


Preguntas analíticas implícitas en los
Cuando pensamos:
elementos del pensamiento.
1. Tenemos un propósito. ¿Cuál es mi propósito fundamental?
¿Cuál es la pregunta clave que trato de
2. Dentro de un punto de vista.
contestar?
¿Qué información necesito para contestar la
3. Basado en suposiciones.
pregunta?
¿Cuál es el concepto más básico en la
4. Que llevan a implicaciones y consecuencias.
pregunta?
5. Usamos datos, hechos y experiencias. ¿Qué suposiciones utilizo en mi razonamiento?
6. Para hacer inferencias y emitir juicios. ¿Cuál es mi punto de vista en cuanto al asunto?
¿Cuáles son mis inferencias o conclusiones
7. Basados en conceptos y teorías.
fundamentales?
8. Al intentar contestar una pregunta o resolver ¿Cuáles son las implicaciones de mi
un problema. razonamiento, de estar correcto?

En resumen, "cuando pensamos, tenemos un propósito, dentro de un punto de vista,


basado en suposiciones, que llevan a implicaciones y consecuencias. Usamos datos,
hechos y experiencias para hacer inferencias y emitir juicios basados en conceptos y
teorías al intentar contestar una pregunta o resolver un problema".

Para la formulación de preguntas, se pueden considerar las siguientes guías y ejemplos:

1. Cuestionar metas y propósitos. Todo pensamiento refleja una agenda o


propósito. No es posible comprender del todo el pensar de una persona
(incluyendo el propio pensamiento) hasta que se entiende el propósito del pensar.
Las preguntas que enfocan en el propósito del pensar incluyen:

 ¿Qué trato de lograr aquí?


 ¿Cuál es mi meta o tarea principal en esta línea de pensamiento?
 ¿Cuál es el propósito de esta reunión, capítulo, relación, política, ley?
 ¿Cuál es nuestra agenda principal? ¿Qué otras metas necesitamos considerar?
 ¿Por qué escribo esto? ¿Quién es mi público? ¿Sobre qué los quiero persuadir?
2. Cuestionar las preguntas. Todo pensamiento responde a una pregunta. No se
comprende del todo una idea hasta que se entiende de dónde salió la pregunta.

Los cuestionamientos que enfocan preguntas sobre el pensar incluyen:

 No estoy seguro sobre qué pregunta hace usted exactamente. ¿Puede explicarla?
 ¿Es esta pregunta el mejor cuestionamiento en este momento, o existe otra
pregunta más importante que necesitamos enfocar?
 La interrogación en mi mente es ésta: ¿Está de acuerdo o ve otra pregunta en el
asunto?
 ¿Debemos hacer la pregunta (problema, asunto) de esta manera... o de ésta...?
 Desde un punto de vista conservador, la pregunta es...; desde un punto de vista
liberal, la cuestión es... ¿Cuál es la mejor manera de exponerlo, a su entender?

3. Cuestionar la información, los datos, y la experiencia. Todos los pensamientos


presuponen una base de información. No se logra la comprensión completa del
pensamiento hasta que se entiende la información de trasfondo (hechos, datos,
experiencias) que la apoya.

Las preguntas que enfocan en la información del pensar incluyen:

 ¿En qué información basas tu comentario?


 ¿Qué experiencia te convenció sobre esto? ¿Puede estar distorsionada tu
experiencia?
 ¿Cómo sabemos que esta información es precisa? ¿Cómo la podemos verificar?
 ¿Hemos dejado de considerar alguna información o datos que necesitamos
considerar?
 ¿En qué se basan estos datos? ¿Cómo se desarrollaron? ¿Nuestra conclusión
está basada en hechos sólidos o datos inciertos?

4. Cuestionar inferencias y conclusiones. Todo el pensamiento requiere trazar


inferencias, llegar a conclusiones, crear el significado. La comprensión de un
pensamiento no se logra del todo hasta que se conocen las inferencias que lo han
formado.

Las preguntas que enfocan en las inferencias incluyen:

 ¿Cómo llegaste a esa conclusión?


 ¿Puedes explicar tu razonamiento?
 ¿Existe una conclusión alterna que sea posible?
 Dado los hechos, ¿cuál es la mejor conclusión posible?

5. Cuestionar conceptos e ideas. Todo pensamiento conlleva la aplicación de


conceptos. No se comprende del todo un pensamiento hasta que se entienden los
conceptos que lo definen y le dan forma.

Las preguntas que enfocan en los conceptos del pensamiento incluyen:


 ¿Cuál es la idea central que usas en tu razonamiento?

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