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Tema 1

La práctica educativa desde la perspectiva de la teoría de la educación

CONCEPTOS CLAVE:
• Ciencia Teórica.
• Ciencia Práctica.
• 4 dimensiones del conocimiento educativo: especulativo, normativo,
técnico y artístico.
• Las 6 características del saber educativo.
• Heteroeducación y Autoeducación.
• Los Niveles de la Acción Educativa: espontanea, reflexiva, tecnológica,
comunicativa, moral.

RESUMEN
LA TEORÍA DE LA EDUCACIÓN EN EL CONTEXTO DE LA PEDAGOGÍA Y LA
EDUCACIÓN SOCIAL
Es importante enmarcar la Teoría de la Educación en el contexto científico y académico de
la Pedagogía y de la Educación Social como ciencia teórica y práctica. Teórica en cuanto que
aporta un conocimiento especulativo de la educación que reflexiona sobre la naturaleza y
problemas de la educación, tratando de describirla, explicarla, comprenderla. Práctica, en
la medida que esas reflexiones y conocimientos refieren y dirigen la acción, aportan un
modo de actuar, fundamenta y guía cada decisión e intervención educativa. La teoría
aporta los conocimientos necesarios para fundamentar nuestras decisiones prácticas,
justifica y da sentido a nuestras acciones como profesionales de la educación en cualquiera
de sus sectores de actuación. La práctica dirige las acciones educativas y ofrece contenido a
la teoría para avanzar y profundizar en el conocimiento educativo.
Niveles de conocimiento de la educación
Para abordar el conocimiento de la educación diferenciamos cuatro dimensiones cada una
con entidad propia, para comprender qué es educación. Nos referimos al conocimiento
especulativo, normativo, técnico y artístico:
Conocimiento especulativo: necesario para conocer qué es la educación, reflexionar sobre
la naturaleza y problemas de esta, con el objetivo de describirla, explicarla y comprenderla.
Trata el qué, el porqué y el para qué de la educación. Su objetivo es conocer qué es
educación, los diferentes procesos y acciones implicados en el desarrollo perfectivo de cada
persona, y el para qué.
Conocimiento Normativo: se centra en el ser humano y su capacidad de desarrollo-y el
método para llevar a cabo las acciones educativas, por lo que su objeto de reflexión
científica ofrece al quehacer educativo el cómo debe ser. Proponer qué tipo de
conocimiento es el adecuado para dirigir la práctica educativa.
Conocimiento Técnico: se refiere a buscar el modo eficaz de alcanzar resultados
educativos. Parte de la idea de que toda educación muestra una innegable dimensión
tecnológica, gracias a la cual es capaz de diseñar y planificar todo proceso educativo
dirigido a unos objetivos previamente definidos. Su objetivo es la resolución de problemas,
el logro de metas, a partir del control y la transformación de ese objeto.
Conocimiento Artístico: Ya que el ser humano, como objeto de la educación, impide la
reducción de la educación a una serie de reglas y normas fijas válidas para todos y en
cualquier momento. Nunca se tratará de un quehacer mecánico, ya que la educación
requiere también de una dimensión artística para saber aplicar todo aquello que sabemos
que requiere la individualidad específica de cada educando, siempre nueva y distinta de
todas las demás, a la vez que exige respeto a su libertad. También implica la capacidad
creativa para saber ayudar a cada uno a alcanzar su madurez.
Ninguna de estos cuatro conocimientos explica por sí solo la educación, sino que se exige
una continua interrelación de todos ellos.

El saber en educación
Una vez que conocemos las diferentes dimensiones del conocimiento del saber educativo,
es necesario acudir a las características que lo conforman Para ello revisaremos las seis
características del saber educativo, origen y causa del conocimiento científico, que facilitan
la clave que configura la ciencia teórico-práctica:
1. El fin como primer elemento esencial y condicionante de toda acción educativa, ya
que no sabremos educar si no sabemos el fin que persigue tal actividad, objetivos y
fin/ fines, deben estar relacionados para no implementar acciones inconexas que
carecerían de sentido.
2. . El saber educativo se centra siempre en aquello que puede ser de otra forma, le
interesa lo que es en la medida que ayuda a comprender mejor el propio proceso
educativo
3. Todo saber educativo se constituye en y desde la acción, se enriquece y amplía por
medio de la «reflexión-sobre-la-acción».
4. El saber educativo nunca ofrecerá una verdad absoluta, ni puede ser analizada como
una verdad polarizada entre verdadero y falso. Se trata de juzgar las diferentes
alternativas de acción, sus posibilidades y sus consecuencias, y elegir entre ellas no la
alternativa correcta sino la mejor para cada caso.
5. Ante esa ausencia de certezas absolutas, será el educador quien vaya decidiendo en
cada situación lo que considere mejor y más valioso para cada individuo y/ o grupo.
De aquí la importancia del valor de la experiencia -y de la prudencia- en la
configuración del saber educativo.
6. el saber educativo implica también un conocimiento técnico, un saber cómo llevar a
cabo todo ese proceso, que dotará de eficacia a nuestra acción.

ACCIÓN HUMANA- ACCIÓN EDUCATIVA-ACCIÓN PEDAGÓGICA


El ser humano actúa de forma permanente, de forma consciente en un proceso continuo de
mejora. Aunque decida no decidir, no elegir, no actuar, está actuando. Cada acción va
revirtiendo en el propio individuo configurándolo, conformándolo. cada individuo se ve
suscitado constantemente por todo lo que le rodea -influencias tanto externas como
internas- a la acción. Y a través de esta actividad cada persona va evolucionando, va
modificando su modo de actuar, de ser, de ver la realidad, de comprender la vida, etc.
Toda acción humana:
• Conduce al cambio, favorece una evolución o modificación, causa un efecto.
• Reconoce la existencia de agentes que influyen o inciden sobre ella.
• Se apoya siempre en la relación interpersonal, exige comunicación.
• Está orientada al logro de unos objetivos, de unas metas (García López, 1986a).
A la educación no le interesa el conocer por conocer. Y si ponemos el acento en el
educando, a él tampoco le interesa el saber por saber, sino adquirir aquellos conocimientos
necesarios que le ayuden a alcanzar la madurez y a solucionar los problemas a los que debe
enfrentarse en su vida cotidiana, a integrarse en la comunidad, en la sociedad en la que
vive. La actuación del educador no debe obviar que cada individuo debe ser capaz de
autodeterminarse, autorrealizarse con un proyecto propio como alguien singular y único, a
partir de procesos de hetero y autoeducación.
Heteroeducación, proceso en el que los cambios que se producen en la persona son
resultado de las acciones que ese sujeto realiza sobre sí mismo guiado por una intervención
externa. Se trata, de cambios generados a partir de las experiencias de otros, de una
intervención planificada o no. en toda intervención del educador, el educando siempre
debe:
-Tener la oportunidad de querer o no querer ese cambio.
- Rehusar hacer el cambio.
- Facilitar el propio proceso de deliberación.
Autoeducación, proceso en el que se es a la vez agente y actor del cambio y del modo para
lograrlo. El educando tiene que ser siempre agente de los cambios educativos que en él se
producen, al ser la educación un proceso de acciones racionales y libres. Lo decisivo es el
sujeto: es él quien se educa, quien se configura, en interdependencia con las intervenciones
que recibe, no simplemente por ellas. En definitiva, la educación es acción de personas,
entre personas y sobre personas, independientemente que se lleve a cabo de forma directa
o indirecta. Nos interesa como conocimiento teórico para comprender y explicar mejor la
naturaleza del ser humano, el desarrollo de la humanidad y de las diferentes culturas, a la
vez que a un sujeto concreto para proponerle las acciones posteriores más adecuadas para
él.
No toda acción humana es educativa. Para ser considerada como tal debe poseer unas
características determinadas y ser realizada de un modo preciso que, se refiere a que sea
aceptada libremente, con intencionalidad educativa, y que desarrolle una o varias
capacidades humanas. El efecto producido debe coincidir con el previsto o, en su caso,
aportar una mejora.

Niveles de la acción educativa

En educación también podemos analizar diferentes niveles de acción:


Acción espontanea
Una de las formas más usuales de educación. Se refiere a aquella intervención que está
guiada por el sentido común, los hábitos de los propios agentes y actores, la experiencia, la
tradición, las creencias, las teorías implícitas, etc. no se fundamenta en una reflexión crítica
consciente, sino únicamente en cómo actúa determinado grupo, cultura, modas, medios de
comunicación, etc. No se organiza ninguna planificación intencional expresa, sino que, por
medio de la observación y de la experiencia, se aprende. Gran parte de la educación ha
estado sostenida por la acción espontánea y hoy en día sigue estando plenamente vigente
en grandes sectores de la sociedad, ya que resuelve diferentes problemas, o, permite
integrarse en un grupo. no resulta extraño encontrar incoherencias, contradicciones,
errores... en las acciones que promueve.
Acción reflexiva
Permite la reflexión sobre el bagaje teórico que nos aportan las diferentes ciencias. Trata de
construir un cuerpo de procedimientos y conocimientos a partir de los casos particulares.
Para comprender la educación debemos entenderla como algo dotado de sentido,
significado y valor, que se emprende justificadamente y que persigue una meta.
Acción tecnológica
está fundamentada en el conocimiento científico, que es el que dará valor a los objetivos
propuestos para esa actuación y el que, además, fundamentará la construcción de las
normas y pautas que se organicen para lograr ese objetivo específico.
Acción Comunicativa
Se justifica porque educar es comunicar. En esta acción comunicativa estamos ante una
acción orientada por el entendimiento reglado por normas establecidas consensualmente.
Fracasa no porque la propuesta no sea verdadera, sino al no lograr ese diálogo, verdadera
fuerza de la comunicación, renovando, gracias a ella, el saber cultural y creando fuertes
redes de solidaridad, a la vez que se potencia la identidad de cada persona.
Todos estos niveles de acción aportan una información muy valiosa para comprender al
ser humano y su proceso configurador que es, en definitiva, la educación.
• La idea de cambio o producción de un efecto, que supone la existencia de un estado
inicial, una función de transformación y un estado final.
• La existencia de agentes que influyen en el medio y en sus componentes.
• La relación y comunicación, como eje esencial para el desarrollo humano.
• La intencionalidad perfectiva de toda acción.

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