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MELANIE KLEIN

UNA INTRODUCCIÓN A SUS PRINCIPALES APORTES AL PSICOANÁLISIS

Materia: Teoría y Práctica en Psicoanálisis I - Docente: Lic. Luciana Ujidos

BIOGRAFÍA

Nacida en Viena (Austria), en el año 1882 y fallecida en el año 1960 en Londres (Reino Unido), Melanie
Klein fue una de las pioneras en el psicoanálisis infantil y en el de las psicosis.
Fue estudiante de Medicina, pero no concluyó estos estudios. Comenzó a interesarse en el Psicoanálisis du-
rante su estadía junto a su esposo e hijos en Budapest. Fue nombrada miembro de la Sociedad Psicoanalítica
de Budapest en 1991, y en 1921 se trasladó a Berlín. Trabajó allí con el psicoanalista Karl Abraham, siendo
luego continuadora de sus ideas.
Se destacan sus controversias con Anna Freud, también analista de niños con premisas diferentes a las de
Melanie Klein.
En 1926 fue invitada por Ernest Jones y se trasladó a Londres, donde se instaló de manera definitiva.
Conceptos fundamentales tales como los de fantasía inconciente, la estructuración temprana, y el desarro-
llo precoz del complejo de Edipo fueron pilares para la fundación de una escuela en psicoanálisis (Escuela
Inglesa) según los lineamientos de Melanie Klein. Fueron integrantes de esta escuela H. Segal, H. Rosenfeld,
D. Meltzer, R. Money-Kyrle, J. Riviére, W. Bion, entre otros.
Otro autor destacado de la Escuela Inglesa de Psicoanálisis ha sido Donald Winnicott.

OBRA

Primer período 1919-1932

 INNOVACIONES EN EL DISPOSITIVO Y TÉCNICA ANALÍTICOS

1) Psicoanálisis de niños.
Analiza niños desde muy corta edad (2 años aproximadamente).
Utiliza el juego como técnica. Si bien dice que la asociación libre es posible en niños, refiere que no se ob-
tiene suficiente material a través de la verbalización. Es decir, los niños no tienen el mismo manejo de la
palabra que los adultos, y aparece mayor angustia en las asociaciones verbales. Se propone entonces al
juego como un medio para que el niño asocie, donde las representaciones indirectas posibilitan que la an-
gustia no sea tan intensa. En el juego se puede ver la aparición de elementos, detenimiento, insistencia,

1
emergencia de la angustia, si tiende a romper, a reparar, etc. El juego aparece como un sustituto de la pala-
bra hablada. Así como el adulto tiende a recordar en acto, repetir, y el analista debe tratar de que vuelva a
asociar, en el niño se busca que siga jugando. Klein plantea que no da por terminado un análisis hasta que
no aparece la palabra hablada. El juego da cuenta del simbolismo y permite el acceso a fantasías. “Si somos
lógicos en nuestra aplicación de los dos principios sobre los que he puesto énfasis, a saber que debemos
seguir el modo de representación simbólica del niño y que debemos tener en cuenta la facilidad con que
surge la angustia en el niño, podremos también contar con que sus asociaciones son un recurso muy im-
portante en el análisis, pero, como ya lo he dicho, sólo en algunos momentos y como un medio entre va-
rios.”1
Mantiene controversias con Anna Freud, quien también realiza tratamientos de niños. Mientras que Mela-
nie Klein representa a la Escuela Inglesa en Psicoanálisis, Anna Freud da lugar a la Psicología del yo.
Hug-Hellmuth y Anna Freud planteaban el análisis de niños con ciertos límites, por ejemplo, consideraban
que algunos conflictos no se podrían analizar, como el complejo de Edipo. Además, sostenían fines educati-
vos para el análisis. El analista tendría allí función superyoica y educativa.
Esto no es así en Klein. Para ella hay incompatibilidad psicoanálisis-educación: el analista no ha de actuar
como educador. Además no ubica que haya límites en el sentido de cuestiones a dejar sin analizar: “sabe-
mos que el complejo de Edipo es el complejo nuclear de las neurosis; por lo tanto si el análisis evita analizar
este complejo, tampoco puede resolver la neurosis.” 2
Opera con las mismas reglas del análisis de adultos, sostiene los mismos principios para el análisis de adul-
tos y para el de niños. “Una verdadera situación analítica sólo es posible con medios analíticos.”3 Sobre un
caso de Anna Freud, Klein reflexiona: “En mi opinión no se trataba de dirigirla hacia un dominio y control
dolorosos de los impulsos liberados de la represión. Lo que se necesitaba era más bien someterla a un análi-
sis más profundo y completo de las fuerzas que motivaban estos impulsos.” 4
En cuanto a la transferencia, Anna Freud busca desarrollar un análisis bajo transferencia positiva brindan-
do a veces gratificaciones al niño para así poder comenzar a trabajar con él. Klein se opone a esta posición,
donde no se sostiene el principio de abstinencia. Además plantea que no sólo habrá transferencia positiva,
sino que inevitablemente aparecerá también la transferencia negativa y la angustia, y que no son indesea-
bles sino parte de la labor, las pone al servicio de la realización del trabajo analítico. Sostiene que sólo a
través de la interpretación bajo transferencia se va a operar. “En el análisis de niños detectamos una y otra
vez resistencias no menos marcadas que en el de adultos; en los niños muy a menudo en la forma más na-
tural para ellos, a saber, la angustia.”5; “Sólo interpretando y por tanto aliviando la angustia del niño siem-
pre que nos encontremos ella, ganaremos acceso a su inconsciente y lograremos que fantasee. Entonces, si

1
Klein, M. (2008) Simposium sobre análisis infantil (1927). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós . P. 158.
2
Klein, M. (2008) Simposium sobre análisis infantil (1927). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós . P. 171,
3
Klein, M. (2008) Simposium sobre análisis infantil (1927). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós . P. 151.
4
Klein, M. (2008) Simposium sobre análisis infantil (1927). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós . P. 170.
5
Klein, M. (2008) Simposium sobre análisis infantil (1927). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós . P. 157.
2
llevamos hasta el fin el simbolismo que sus fantasías contienen, pronto veremos reaparecer la angustia y
podremos así garantizar el progreso del trabajo.”6
Para Anna Freud, el niño no desarrolla neurosis de transferencia porque aún existen sus padres como obje-
tos de amor de la realidad. Para Klein, como concibe un Edipo precoz, ya hay en niños pequeños imagos de
los objetos originales, ya no se trata de los padres de la realidad y el analista puede ser incluido en la serie
de estas imagos y en las fantasías del paciente.
A su vez, Klein critica el centramiento que realiza Anna Freud en el yo y la conciencia del paciente, resal-
tando el trabajo con el inconciente que ha de realizar el psicoanálisis. Resalta que, a nivel del inconciente,
no hay grandes diferencias entre niños y adultos, si bien los niños tienen un yo menos desarrollado y están
más dominados por el inconciente.

2) Tratamiento de las psicosis.


A diferencia de Freud, quien no considera a las psicosis analizables por no haber posibilidad de que invis-
tan con libido al analista puesto que la libido está vuelta al yo, Klein considera a los psicóticos analizables,
ya que también podrían investir objetos. Esta posición se fundamenta en que, para Klein, desde el inicio hay
objeto, no habría fases anobjetales, se invisten objetos desde el comienzo. Plantea que se produce la transfe-
rencia, pero con distinta modalidad a la transferencia en neuróticos.

 ESTADIOS TEMPRANOS DEL CONFLICTO EDÍPICO Y DEL SUPERYÓ

La teorización de Melanie Klein parte de su experiencia clínica con niños. Toma fundamentalmente las
elaboraciones freudianas de la segunda tópica del aparato psíquico y el dualismo pulsiones de vida – pul-
siones de muerte, así como sus concepciones sobre el sadismo. Se destaca la importancia de la fantasía, la
angustia y la culpa.
Klein advierte que, en niños muy pequeños, ya se presentan fenómenos atribuibles al superyó. Vincula la
culpa del niño a su deseo de tener los objetos parciales que la madre contiene en su interior.
Concibe que la conflictiva edípica se presenta con anterioridad a los tiempos considerados por Freud, y que
también la conformación del superyó es precoz.

En cuanto a la conceptualización del Edipo en Klein, podemos situar las siguientes diferencias con el com-
plejo de Edipo freudiano:

- Klein se refiere generalmente al Edipo como conflicto más que como complejo, porque se trata de ten-
dencias en oposición, mientras que un complejo es un nudo de relaciones.
- No le da un lugar preponderante a la noción de castración y a la articulación Edipo- castración.

6
Klein, M. (2008) Simposium sobre análisis infantil (1927). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós . P. 157.
3
- Si bien acepta el Edipo freudiano (entre 3 y 5 años), sitúa un Edipo precoz, y sostiene que se constituye
a partir de la frustración del destete. Estaría en juego la triangularidad pecho de la madre, pene del pa-
dre, niño. El Edipo temprano no invalida el Edipo posterior, freudiano.
- En el Edipo precoz se trata de objetos parciales, no totales. Estos objetos son el pecho (bueno y malo), las
heces (buenas y malas), etc. Es decir, algunos objetos son protectores y otros peligrosos.
- El Edipo precoz es simétrico para niño y niña en la entrada (distinto al Edipo de Freud)
- Los niños desean los objetos que están dentro de la madre (Ej: pene del padre).
- Mientras que para Freud, los objetos edípicos se abandonan – en el caso del varón- por angustia de
castración, para Klein, se abandonan estos objetos por temor a su venganza (retaliación) por los ata-
ques sádicos recibidos.
- En Freud podemos ubicar la imago de un padre omnipotente (ej: padre de la horda primordial), en
Klein, la imago de una madre omnipotente.

En cuanto al superyó, destaquemos que, en un primer momento, y como Freud, Klein lo pensaba como
heredero del Complejo de Edipo. Luego, y a partir del análisis de niños, plantea que el Superyó coincide con
el Complejo de Edipo, para finalmente plantear que el Superyó es anterior al Complejo de Edipo.
Klein se diferencia de la posición de Anna Freud, quien considera que aún no hay superyó en los niños,
sino que éste funciona en la persona de los padres.
Para abordar la conceptualización del Superyó en Klein, hemos de considerar en primer lugar que la auto-
ra parte del dualismo freudiano pulsiones de vida- pulsiones de muerte. Destaca la importancia de la pul-
sión de muerte y concibe un sadismo primario. Klein plantea su hipótesis del siguiente modo: “hay una
etapa temprana del desarrollo mental en que se activa el sadismo en cada una de las diversas fuentes de
placer libidinal. Según mi experiencia, el sadismo alcanza su punto culminante en dicha fase, que se inicia
con el deseo oral-sádico de devorar el pecho de la madre (o toda ella) y desaparece con el advenimiento de
la primera etapa anal. En el período a que me refiero, el fin predominante en el sujeto es apoderarse del
contenido del cuerpo de la madre y destruirla con todas las armas que el sadismo tiene a su alcance. Esta
fase constituye, al mismo tiempo, la introducción del complejo de Edipo. Las tendencias genitales comien-
zan ahora a ejercer influencia, aunque ésta no es todavía evidente porque los impulsos pregenitales domi-
nan el campo. Mi planteo se apoya en el hecho de que el conflicto edípico comienza en un período en el
que predomina el sadismo. (…)Esos ataques despiertan angustia porque el niño teme ser castigado por los
padres unidos, y esta angustia también es internalizada a consecuencia de la introyección oral-sádica de
los objetos y así se dirige ya hacia el superyó temprano. (…) El exceso de sadismo despierta angustia y mo-
viliza los mecanismos de defensa más primitivos del yo.”7; “Los estadios tempranos del complejo de Edipo
están dominados por el sadismo. Tienen lugar durante una etapa del desarrollo que se inicia con el sadismo
oral (al que se suman el sadismo uretral, muscular y anal) y termina cuando la predominancia del sadismo
anal llega a su fin. Es sólo en los estadios posteriores del conflicto edípico cuando aparece la defensa contra
los impulsos libidinales; en los estadios tempranos es contra los impulsos destructivos asociados contra lo

7
Klein, M. (2008) La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo (1930). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. PP.
224-225.
4
que se dirige la defensa. La primera defensa erigida por el yo va dirigida contra el propio sadismo del sujeto
y contra el objeto atacado, ya que ambos son considerados como fuentes de peligro. Esta defensa tiene
carácter violento y difiere de los mecanismos de represión.” 8
Habría entonces dos fuentes de peligro de las cuales defenderse: el propio sadismo, del cual se defiende con
un primer mecanismo de de defensa: la expulsión, y el objeto, que al ser atacado, se ha vuelto persecutorio
ya que se teme su venganza (retaliación). Al investir los objetos con sadismo, atacándolos, se vuelven peli-
grosos, persecutorios. Surge la angustia o ansiedad persecutoria. Al abandonarse estos objetos, se produce
la identificación, son introyectados y esas primeras introyecciones forman el núcleo del Superyó. Es decir,
la angustia origina la constitución del superyó. Se destaca la diferencia entre los objetos de la realidad ma-
terial y los primeros objetos introyectados que forman el superyó. Es fundamental la incidencia de la fan-
tasía y de la pulsión de muerte del niño: “Basado en la conocida fórmula que prevalece en el inconsciente,
el niño espera en razón de sus propios impulsos canibalísticos y sádicos, castigos tales como castración, ser
cortado en pedazos, devorado etc., y vive perpetuamente aterrado por ello.”9Tal es así que la severidad de
este superyó no condice con las características de los objetos parentales reales. Klein no habla de los padres
de la realidad porque al estar investidos con pulsión, son transformados. Se trata de imagos. Una imago no
es simplemente una imagen o representación, hay en ella una fantasía ligada.
Para Klein, en cierto modo, el inconciente está estructurado como una fantasía. En general, en sus interven-
ciones construye más que interpretar. La fantasía tiene efectos en lo real, si bien los mecanismos que esta-
mos considerando se dan en la trama fantasmática.

Hacia 1928: Explica la expulsión de pulsión de muerte y que el sadismo se dirija hacia los objetos por la
envidia que producirían al niño los objetos que fantasea en el interior de la madre. Al tornarse estos objetos
persecutorios por el temor a la retaliación, se abandonan, y lo primero que se va a introyectar es la pareja
de los padres combinados. Se centra más en la oralidad, en la incorporación oral, de los padres combina-
dos: aparece el pene del padre en el interior de la madre: madre y padre en coito permanente. Ha de tenerse
en cuenta que se trata de madre y padre como objetos parciales, no totales. Se internaliza y forma el núcleo
del superyó. En esta etapa de Klein coincide el superyó con el complejo de Edipo (no es posterior).
Hacia 1932: Klein considera que se expulsa pulsión de muerte no por envidia, sino para que el yo pueda
sobrevivir. Aquí el núcleo del superyó tiene que ver con la introyección del pecho cargado de pulsión de
muerte, no con la pareja de padres combinados. En esta teorización de Klein el superyó es anterior al com-
plejo de Edipo.

8
Klein, M. (2008) La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo (1930). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. P.
236.
9
Klein, M. (2008) Simposium sobre análisis infantil (1927). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós . PP. 163-164.
5
Expulsión de pulsión de muerte, sadismo OBJETOS

YO

pene del padre

Núcleo
del
Superyó
Retaliación.
Abandona
vuelta al yo,
Abandona
introyecta

La introyección de objetos persecutorios, trae un nuevo aumento de la tensión en el interior [del aparato
psíquico] debido al aumento de pulsión de muerte volcada hacia sí. Ante la angustia, se dará entonces la
PROYECCIÓN de pulsión de muerte. Vemos a la angustia como motor porque relanza a uno y otro objeto y
se va constituyendo la realidad externa y la interna. Reinicia el proceso introyección-proyección: al haber
introyectado, tiene que proyectar e investir otro objeto y así sucesivamente. Este proceso da lugar a la for-
mación de símbolos y a la construcción del yo y de la realidad. Algo del sadismo va disminuyendo por las
sucesivas cargas de distintos objetos, se distribuye.
Para Klein, la realidad y el yo se constituyen al mismo tiempo. ¿Qué es primero, la primera expulsión de
pulsión de muerte o la primera experiencia con el pecho materno? Se forman alrededor del núcleo del
superyó capas menos terroríficas.
Para Klein, el superyó será más severo si, por factores constitucionales, hay elevada cantidad de pulsión de
muerte. En relación a las finalidades del análisis, para Klein se trata de atemperar la ferocidad del superyó.

Comparación entre el superyó freudiano y el kleiniano:

FREUD KLEIN
Culpa retroactiva (culpa porque hubo asesinato del Teoría evolutiva sobre la culpa: hay culpa oral, cul-
padre de la horda). [Otro ejemplo de retroactividad pa anal, etc. Hay culpa desde los inicios porque la
(nachträglich): la fase fálica resignifica las anterio- pulsión de muerte ya inviste los objetos.
res.]

Superyó como heredero del Complejo de Edipo, que Superyó precoz, en consonancia con el planteo de
tendría lugar entre los 3 y los 5 años. Por lo tanto, estadios tempranos del complejo de Edipo.
antes no hay Superyó. El núcleo del superyó no puede ser analizado. Un
Implica la introyección de los objetos incestuosos, resto irresoluble. En este sentido podría pensarse
su autoridad y sus prohibiciones. que hay análisis interminable.
Hasta 1958: concibe al núcleo del Superyó como

6
constituido por la pareja de padres combinados,
figuras terroríficas, o por pulsión de muerte. Núcleo
del superyó como resto de pulsión de muerte (ya
que no toda fue expulsada) más los primeros obje-
tos introyectados persecutorios.

En 1958: considera que este núcleo no se halla en el


Superyó sino en las profundidades del inconciente.
Esto genera inconvenientes porque si se deja de
considerar un núcleo sádico del superyó, el superyó
sería del todo analizable, por lo tanto el yo sería
autónomo, y el análisis terminable, sin resto.

Algunos autores interpretaron, al leer a Freud, que:


1- Se opone a las pulsiones.
En Freud no es así, ya que si bien exige renuncia pulsional, también es planteado por Freud como cons-
tituido a partir de las energías pulsionales del Ello y es propuesto como abogado del Ello.
2- Tiene una función pacífica y ordenadora.
Se puede advertir en Freud que no siempre es así.
3- La falta de superyó sería responsable de las conductas/tendencias antisociales
En Freud ya puede leerse que esto no es correcto, por ejemplo cuando se refiere a la cara cruel, sádica, del
Superyó, en vinculación con la pulsión de muerte, y a los efectos del sentimiento inconciente de culpa. A
veces el superyó mismo lleva a delinquir, por necesidad de castigo.

 FORMACIÓN DE SÍMBOLOS – CASO DICK

Klein se pregunta por la constitución del yo. El yo se va constituyendo por identificaciones, que se van dan-
do por abandono de objetos. En algunos textos dice que el primer objeto es el útero, temática del trauma de
nacimiento.
Klein toma a Ferenczi, quien ubica a la identificación como precediendo a la formación de símbolos, y vin-
cula la identificación al intento del niño de reencontrar en todos los objetos sus propios órganos. Proyecta
sus órganos en los objetos, en el mundo, esto constituye la base de la capacidad simbólica. Los objetos re-
presentan los órganos del niño. Para que pueda haber símbolo, antes tuvieron que proyectarse los órganos
en el mundo. Klein hablará de IDENTIFICACIÓN PROYECTIVA: uno puede estar identificado con lo que
proyectó: para Klein en el no-yo puede estar el yo. Este mecanismo es muy necesario para comprender, por
ejemplo las psicosis (“Mis ojos están en el techo”) y también algunos aspectos de la transferencia.

7
Klein toma también aportes de Jones: cómo una cosa se equipara con otra. Dos objetos se constituyen en
equivalentes, tienen el mismo valor si dan el mismo grado de placer. Sin embargo, a diferencia de Jones,
para Klein las equivalencias se establecen no según el placer, sino según la angustia que genera el objeto.

El yo incipiente expulsa sadismo a objetos. Por ejemplo, el pecho, queda cargado con sadismo y se vuelve
retaliativo. En consecuencia, genera angustia, es abandonado y se incorpora al yo por identificación. Au-
menta el sadismo en el yo, aumenta la angustia, y lleva a una nueva expulsión sobre otro objeto, que se
vuelve retaliativo a su vez. Este nuevo objeto se abandona e incorpora, y así sucesivamente, de modo tal que
el yo y la realidad se van constituyendo a la par. El yo no se puede constituir adecuadamente si no hay sa-
dismo y movilización de angustia. Para Klein, la simbolización está ligada a la angustia. La angustia aparece
como motor para poder simbolizar, sublimar, abandonar los objetos.

Se constituye una equivalencia simbólica entre los objetos porque están todos ellos cargados con sadismo.
Surge así el simbolismo.
Escribe Klein: “el simbolismo no sólo constituye el fundamento de toda fantasía y sublimación, sino que
sobre él se construye también la relación del sujeto con el mundo exterior y con la realidad en general. He
señalado que el objeto del sadismo en su punto culminante -y el impulso epistemofílico surge simultánea-
mente con el sadismo- es el cuerpo materno con sus contenidos fantaseados. Las fantasías sádicas dirigidas
contra el interior del cuerpo materno constituyen la relación primera y básica con el mundo exterior y con
la realidad. Del grado de éxito con que el sujeto atraviesa esta fase, dependerá la medida en que pueda ad-
quirir, luego, un mundo externo que corresponda a la realidad. Vemos, entonces, que la primera realidad
del niño es totalmente fantástica; está rodeado de objetos que le causan angustia, y en este sentido excre-
mentos, órganos, objetos, cosas animadas e inanimadas son en principio equivalentes entre sí. A medida,
que el yo va evolucionando, se establece gradualmente a partir de esa realidad irreal una verdadera rela-
ción con la realidad. Por consiguiente, el desarrollo del yo y la relación con la realidad dependerán del
grado de capacidad del yo, en una etapa muy temprana, para tolerar la presión de las primeras situaciones
de angustia.” 10
En un principio, se construye un mundo de terror, del que hay que huir. La única posibilidad de encontrar-
se con un objeto es cargándolo con pulsión de muerte (a diferencia de Freud - al menos en sus conceptua-
lizaciones previas al último dualismo pulsional- que resaltaba cómo los objetos se investían con libido).
¿Cómo se sale del círculo vicioso, donde la proyección de sadismo en los objetos los torna persecutorios y
así nuevamente angustiantes, por lo que tienen que abandonarse, introyectarse y volverse a proyectar sa-
dismo?
1- La multiplicación de lo terrible por las ecuaciones lo vuelve menos terrible. Hay un gasto de sadismo.
Al conseguir la distribución, hay diferenciación de objetos del mundo en función del miedo que produ-

10
Klein, M. (2008) La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo (1930). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. P.
226.
8
cen. Se establecen grados. Son equivalentes pero no iguales, porque el sadismo se va desgastando y no
están todos cargados con la misma cantidad de sadismo. Si no fueran diferentes estos objetos, si no se
dieran estas equivalencias simbólicas, podría haber psicosis. Tienen que haber oposiciones.
2- Desarrollo de las pulsiones genitales  a partir de satisfacción genital con masturbación. Son útiles,
integradoras. Sin embargo, el desarrollo de las pulsiones genitales tiene que darse luego de pasar por
las experiencias de angustia mencionadas. Porque si la satisfacción genital se da de modo anticipado, el
desarrollo es inhibido. Para que haya un desarrollo se necesita de la acción de la pulsión de muerte pa-
ra crear un mundo (terrorífico, pero mundo al fin). No hay posibilidad de que un yo se desarrolle si no
se ha hecho un ejercicio destructivo. Luego, la satisfacción genital permitirá resignificar e ir transfor-
mando esa visión terrorífica.

Caso Dick:
Niño atendido por Klein, de 4 años de edad, pero con muy escaso vocabulario y pobre desarrollo intelec-
tual. Klein expresa que tenía el nivel de un niño de alrededor de 18 meses.
No se angustia cuando lo dejan solo con Klein por primera vez. La mayor parte de los objetos y juguetes le
resultan indiferentes. Le interesaban trenes, estaciones, puertas (abrirlas y cerrarlas), picaportes.
Klein dice que no constituyó su yo adecuadamente porque no se movilizó la angustia, quedó en estado la-
tente. Por motivos constitucionales, Dick habría tenido incapacidad para tolerar la angustia, su sadismo se
le presentó como tan peligroso que no pudo haber movimiento, no pudo armar fantasías, sólo tiene una: la
del cuerpo vacío de la madre. Se erigieron defensas contra el sadismo. Si bien habría habido expulsión de
pulsión de muerte, no pudo abandonar el objeto persecutorio porque la angustia quedó latente. Tuvo lugar
una prematuración del desarrollo genital, el Edipo posterior se adelantó, y accedió a la culpa inherente de
manera anticipada. Así, se identificó excesivamente con el objeto atacado. Se detuvo el proceso de simboli-
zación, se detuvo la fantasía. Sólo cuenta con la imago de espacio vacío en el cuerpo de la madre. No se
constituyeron las diferencias entre objetos de la realidad. Klein dice que la relación objetal estaba ausente.
Según Klein, Dick era esquizofrénico, considera que su patología era una psicosis infantil. Hay autores que
discrepan al respecto. En algunas psicosis, la angustia está latente y ha de ser liberada. El analista debe in-
troducir pares de opuestos, diferencias, equivalencias simbólicas.
Klein busca reducir la angustia latente que detuvo el desarrollo y para eso tiene que hacerla manifiesta y
movilizarla.
Al principio para Dick todo era igual. Klein va a ir haciendo interpretaciones. Con ellas introduce oposicio-
nes, de modo tal que se libera angustia, se van produciendo objetos, se va constituyendo el yo. Al principio
para Dick el cuerpo de la madre estaba vacío y oscuro, Klein interpreta cuando se encierra en ese espacio
vacío.
Hace una especie de puesta en escena del Edipo. Basándose en la teoría del simbolismo de Ferenczi (simbo-
lismo a partir de analogías entre el cuerpo y partes de la realidad, la realidad como proyección de partes
del cuerpo), dice a Dick: que él, Dick, es el Tren chiquito, mientras que el padre es el tren grande. Dick

9
menciona la estación, y Klein le dice que la estación es la mamá la estación. Luego agrega: “Dick está en-
trando en mamita.”11
La angustia encapsulada y latente se hace manifiesta, se moviliza. El niño se angustia por primera vez y
llama a la niñera. Podría pensarse, con lo que sucede a continuación en el análisis, que empieza a jugarse
algo de la presencia-ausencia del fort-da.12

Segundo período: Las posiciones. 1932-1957

 POSICIÓN ESQUIZO-PARANOIDE Y POSICIÓN DEPRESIVA

A partir de su clínica, Klein distinguirá dos posiciones que forman parte del desarrollo normal, permiten la
constitución del yo, la realidad, el superyó y las relaciones de objeto. Se avanza hacia la integración y la
síntesis. Sin embargo, Klein establece que hay integración también en la primera posición, y desintegración
en la segunda.
Estas posiciones son la esquizo-paranoide y la depresiva. La posición esquizo-paranoide es aquella que
puede situarse desde los inicios, mientras que la posición depresiva ha de constituirse. El pasaje a la posi-
ción depresiva no implica que la posición esquizo-paranoide deje de tener incidencia. Puede haber fijacio-
nes y regresiones a cada una de ellas.
Las fijaciones en los estadios más tempranos predisponen a la esquizofrenia y a la paranoia, las fijaciones
en la posición depresiva, predisponen a los estados maníaco-depresivos. Como vimos, para Klein es posible
tratar las psicosis, relanzando el proceso que se detuvo por un exceso de ansiedad persecutoria. Para Freud,
en cambio, no era posible el análisis de las psicosis, debido a que el replegamiento narcisista hacía imposi-
ble la transferencia.
Ciertos autores plantean que Klein establecería que es posible un pasaje de psicosis a neurosis. Sin embar-
go, que haya posición esquizo-paranoide como parte del desarrollo normal no implica que haya un paso
por la psicosis.
Las posiciones se actualizan en el aquí y ahora de la transferencia.

Para caracterizar cada posición han de tenerse en cuenta la relación de objeto, el tipo de estructura del yo,
el tipo de angustia o ansiedad y los mecanismos de defensa ante tales ansiedades.

11
Klein, M. (2008) La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo (1930). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. P.
230.
12
Lacan dice que lo que hizo Klein con su intervención fue establecer diferencias, pares de oposiciones: diferencias: chico/grande; funciones:
mamá/papá, y lo nombra: Dick. Introducir la diferencia, ej: fort-da: la palabra representa la cosa, posibilidad de simbolizar. Introducir la diferencia
implica introducir la castración.
10
POSICIÓN ESQUIZO-PARANOIDE POSICIÓN DEPRESIVA

Es una modalidad de las relaciones de objeto que Es una modalidad de las relaciones de objeto poste-
caracteriza a los primeros meses de vida (hasta los rior a los cuatro-seis meses de vida. Se superaría
cuatro- seis meses). progresivamente durante el primer año, aunque se
puede encontrar durante toda la infancia, y reacti-
Se advierte de este modo que, para Melanie Klein, varse en la adultez ante situaciones de duelo y en
hay relaciones de objeto desde el comienzo. depresiones.
El primer objeto es el pecho de la madre. Podrán
considerarse también las heces, el pene, etc. {Podemos situar el Edipo precoz al que nos referi-
Escribe Klein: “la relación con el primer objeto im- mos anteriormente justamente entre ambas posi-
plica su introyección y su proyección, y de esta ma- ciones, hacia los seis meses. Sólo en los estados
nera, desde un comienzo, las relaciones de objeto posteriores del Edipo (es decir, hacia posición de-
son modeladas por la interacción entre introyección presiva) se dirige la defensa a los impulsos libidi-
y proyección, entre objetos y situaciones internas y nales. Antes se dirige sólo contra los impulsos des-
externas. Estos procesos intervienen en la construc- tructivos.}
ción del yo y del superyó, y preparan el terreno para
el advenimiento del complejo de Edipo en la segun- En la posición depresiva, se trata de objetos totales.
da mitad del primer año.”13 Por ejemplo: madre buena y mala. Aquí como en la
Los primeros objetos introyectados forman el núcleo posición esquizo-paranoide, se trata de imagos, es
del Superyó. Período del 1930’s: la formación del decir de imágenes deformadas de los objetos reales
superyó ya se daría en la posición esquizo- por obra de la fantasía.
paranoide. Con la introyección del objeto total, hay progresos
En el núcleo del yo: objeto bueno. En el núcleo del en la integración del yo y cambios en las relaciones
superyó: objeto malo + resto de pulsión de muerte. de objeto.

En esta posición, se trata de objetos parciales, que Dice Klein: “Los aspectos amados y odiados de la
son escindidos en buenos y malos. Así se explica la madre ya no son percibidos como tan separados, y
referencia a lo esquizoide en la denominación de en consecuencia se produce un mayor miedo a la
esta posición: hay escisión (splitting) entre objetos pérdida, un fuerte sentimiento de culpa y estados
buenos y objetos malos en la fantasía del niño. Lo análogos al duelo, porque se siente que los impul-
bueno y lo malo es mantenido aparte. sos agresivos se dirigen contra el objeto amado.”14

El objeto malo es aquel que tiene carácter frustrante Se continúa recurriendo al mecanismo de la esci-
y que fue cargado por la pulsión de muerte. Por sión de las imagos, es decir, vuelven a dividirse en
ejemplo: el pecho frustrador. Los objetos malos son amadas (buenas) y odiadas (malas), pero se atenúa
persecutorios, razón de la cual se desprende la refe- y se realiza según aspectos más vinculados a la
rencia a lo paranoide en la denominación de la po- realidad exterior. Se van unificando los aspectos
sición. opuestos del objeto, sobre el que confluyen los
El objeto bueno es aquel que tiene carácter gratifi- instintos de vida y de muerte, siendo éste un pro-

13
Klein, M. (2009) Notas sobre algunos mecanismos esquizoides (1946). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. P. 11.
14
Klein, M. (2009) Notas sobre algunos mecanismos esquizoides (1946). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. PP. 23-24.
11
cante y que fue cargado por la pulsión de vida. Por ceso de gran importancia. Aparece la ambivalen-
ejemplo: el pecho gratificador. cia, concebida aquí en su sentido habitual de amor
y odio dirigidos simultáneamente hacia el mismo
En esta posición, el yo temprano se halla muy poco objeto. Disminuye la separación entre los objetos
integrado, y tiene limitada capacidad para tolerar la fantaseados internos y los externos.
angustia. Hay alternancia entre la tendencia a la
integración y la desintegración (“hacerse pedazos”).

En esta posición predomina la pulsión de muerte. En esta posición predomina la pulsión de vida. Para
La fase de sadismo máximo tiene lugar en la fase ello se requiere también de una respuesta adecua-
oral-sádica. Hay dos líneas de expresión del sadis- da desde el medio.
mo: En la medida en que el sadismo máximo se atem-
1) sádico-oral (fase de sadismo máximo). Fantasía pera, se va en camino a una mayor integración (de
predominante: chupar hasta vaciar, morder. la escisión a la integración), tanto a nivel del objeto
2) sadismo uretral y anal. Fantasía predominante: como del sujeto, paralelamente. El objeto, al apare-
expulsar sustancias dañinas. cer más integrado, es total. Pero sigue habiendo
El interjuego de proyección-introyección está pre- actividad sádica, ahora hacia el objeto total. Si apa-
sente. Se va ligando el sadismo a distintos objetos rece la dimensión del sadismo sobre el objeto total,
(en el escenario de la madre) y se va atemperando. aparece la dimensión de la muerte, por lo que apa-
También proyecta partes de su yo. rece el duelo, la culpa y como salida de ambos, el
intento de reparación.

ANSIEDAD PERSECUTORIA: Se experimenta sobre ANSIEDAD DEPRESIVA: En esta posición, a los te-
todo como miedo a la persecución. Hay fantasías mores de persecución por parte de los objetos ma-
persecutorias por los ataques sádico-orales a la ma- los, se suma el temor a perder los objetos amados
dre. por la destrucción que se les dirigió: “ansiedad por
“Los sentimientos y fantasías del primer grupo, son miedo a que tanto él como los objetos amados sean
persecutorios y están caracterizados por temores destruidos.”16 Se siente pena, inquietud y culpa: “En
relacionados con la destrucción del yo por perse- resumen, la persecución (por los objetos "malos") y
guidores internos. La defensa contra estos temores las defensas características contra ella, por una
es predominantemente la destrucción de los perse- parte, y el penar por los objetos amados ("buenos")
guidores por métodos secretos y violentos.” 15 por la otra, constituye la posición depresiva”. 17
Si se elaboran adecuadamente estas ansiedades,
hay gratitud y reparación.

En esta posición, y antes, durante y después del


destete, el niño experimenta el duelo por el pecho
de la madre y todo lo que representa para él.
Según Klein: “El niño siente que ha perdido todo

15
Klein, M. (2008) El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos (1940). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. P. 350.
16
Klein, M. (2008) El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos (1940). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. P. 351.
17
Klein, M. (2008) El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos (1940). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. P. 351.
12
esto y que esta pérdida es el resultado de su incon-
trolable voracidad y de sus propias fantasías e im-
pulsos destructivos contra el pecho de la madre.
Otros dolores en relación con esta pérdida inmi-
nente (en este momento de ambos padres) surge de
la situación edípica que se instala tan temprana-
mente y que está tan íntimamente relacionada con
las frustraciones del pecho que en sus comienzos
está dominada por impulsos y temores orales. El
círculo de los objetos amados que son atacados en
fantasía y cuya pérdida por lo tanto se teme, se
amplía debido a la relación ambivalente del niño
con sus hermanos y hermanas. La agresión fanta-
seada contra hermanos y hermanas a los que se
ataca en el interior del cuerpo de la madre hacen
también surgir sentimientos de culpa y pérdida. El
dolor y la preocupación por la pérdida temida de
los "objetos buenos", es decir, la posición depresiva,
es, según mi experiencia, la fuente más profunda
de los conflictos dolorosos en la situación edípica,
así como en las relaciones del niño con su medio
ambiente en general.”18

MECANISMOS DE DEFENSA: MECANISMOS DE DEFENSA:

Algunas defensas del yo precoz que Klein establece Se emplean las DEFENSAS MANÍACAS, que emplea
son: expulsión, introyección, proyección, escisión, algunas defensas de la posición anterior (escisión,
idealización, negación de la realidad interior y exte- idealización, negación, omnipotencia, proyección),
rior, ahogo de las emociones, control omnipotente pero en forma modificada. Por ejemplo, victoria
del objeto. Lo característico: la Identificación pro- del yo sobre el objeto, triunfo omnipotente sobre el
yectiva. objeto (objeto persecutorio vencido omnipotente-
mente). Pueden utilizarse junto a DEFENSAS DE
En cuanto al funcionamiento de las tres defensas TIPO OBSESIVO que se dirigían ya contra ansieda-
mencionadas en primer término, Klein establece que des persecutorias.
el instinto de muerte da lugar a una ansiedad que es
sentida como temor a la aniquilación. Por ello se Escribe Klein: “Cuando surge la posición depresiva,
produce la EXPULSIÓN del impulso destructivo, que el yo está forzado a desarrollar (además de las de-
se liga al objeto externo primario (pecho de la ma- fensas tempranas) métodos defensivos que se diri-
dre). Sin embargo, queda un resto de instinto de gen esencialmente contra el "penar" por el objeto
muerte en el organismo, que es en parte ligado por amado. Esto es fundamental en la total organiza-
libido (conceptualización freudiana). ción del yo. Anteriormente denominé algunos de

18
Klein, M. (2008) El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos (1940). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. PP. 347-348.
13
Como estos mecanismos no agotan el instinto de estos métodos defensas maníacas o posición man-
muerte, la ansiedad de ser destruido por dicho ins- íaca, debido a su relación con la psicosis maníaco-
tinto perdura y presiona al yo de modo que este depresiva.”23 Se fluctúa entre lo depresivo y lo
tiende a ESCINDIRSE. Además, esta ansiedad se ve maníaco, como parte del desarrollo normal. “El yo
reforzada por el temor a los objetos vueltos persecu- está conducido por ansiedades depresivas (ansie-
torios (el primero de ellos, porque en él se expulsó dad por miedo a que tanto él como los objetos
instinto de muerte, y los siguientes, porque en ellos amados sean destruidos) a construir fantasías om-
se proyectó el mismo instinto), que al ser INTRO- nipotentes y violentas, en parte con el propósito de
YECTADOS se constituyen en perseguidores inter- controlar y dominar los objetos "malos", peligrosos,
nos. Entonces, Klein ubica la PROYECCIÓN como y en parte para salvar y restaurar los objetos ama-
defensa porque esta desviación hacia afuera del dos. Desde el comienzo mismo, estas fantasías om-
instinto de muerte presta al yo el servicio de librarlo nipotentes, tanto las destructivas como las de res-
de lo peligroso y de la ansiedad consecuente. Tam- tauración, estimulan todas las actividades, intereses
bién considera a la INTROYECCIÓN como defensa y sublimaciones del niño y entran en ellos. En el
porque no sólo se introyectan los objetos malos per- niño, el carácter extremo, tanto de sus fantasías
secutorios, sino también el objeto bueno, a través de sádicas como de las constructivas, corresponde
la libido de succión, formando parte vital del yo y tanto a la maldad extrema de sus perseguidores
contribuyendo a su integración y cohesión. De como a la extrema perfección de sus objetos "bue-
acuerdo con Klein, “el pecho bueno introyectado nos". La idealización es una parte esencial de la
forma una parte vital del yo, ejerce desde un co- posición maníaca y está ligada con otro elemento
mienzo una influencia fundamental en el proceso importante de esta posición, es decir la negación.
del desarrollo del yo y afecta tanto a la estructura Sin una negación parcial y temporaria de la reali-
yoica como las relaciones de objeto.”19 Y: “La intro- dad psíquica, el yo no podría soportar el desastre
yección del objeto bueno, ante todo el pecho de la por el que él mismo se siente amenazado cuando la
madre, es una precondición para el desarrollo nor- posición depresiva llega a su cúspide. La omnipo-
mal. (…) el pecho interno bueno pasa a constituir tencia, la negación y la idealización, íntimamente
un punto central en el yo y contribuye a su co- ligadas con la ambivalencia, permiten al yo tem-
hesión. Un rasgo característico de la relación tem- prano afirmarse en cierto grado contra los perse-
prana con el objeto bueno, interno y externo, es la guidores internos y contra la dependencia peligro-
tendencia a idealizarlo. En estados de frustración o sa y esclavizante de sus objetos amados y así pro-
de ansiedad incrementada, el niño se ve obligado a gresar más en su desarrollo.” 24
huir hacia su objeto interno idealizado como medio
de escapar de los perseguidores. Este mecanismo Otras defensas permiten superar la ansiedad de-
puede dar origen a varias perturbaciones graves.”20 presiva: INHIBICIÓN DE LA AGRESIVIDAD y RE-
El niño va construyendo el mundo interno y el ex- PARACIÓN del objeto, posibilidad de SUBLIMA-
terno por proyección e introyección. Entre ambas CIÓN.
tiene que constituirse un equilibrio para favorecer
el desarrollo normal. Klein plantea: “cada paso en el desarrollo emocio-

19
Klein, M. (2009) Notas sobre algunos mecanismos esquizoides (1946). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. P. 13.
20
Klein, M. (2009) Notas sobre algunos mecanismos esquizoides (1946). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. P. 18.
23
Klein, M. (2008) El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos (1940). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. P. 351.
24
Klein, M. (2008) El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos (1940). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. PP. 351-352.
14
nal, intelectual y físico es utilizado por el yo como
El mecanismo de ESCISIÓN recae en los objetos medio de vencer la posición depresiva. La habili-
(bueno- malo), en el yo y en las emociones. dad creciente del niño, sus dotes y destrezas, au-
mentan su creencia en la realidad psíquica de sus
IDEALIZACIÓN: Las virtudes del objeto bueno se tendencias constructivas y en su capacidad de do-
exageran, lo que permite contrarrestar lo persecu- minar y controlar sus impulsos hostiles tanto como
torio del objeto malo (en estados de frustración o sus objetos internos ‘malos’. De este modo se alivia
ansiedad elevadas, el niño huye hacia su objeto in- la ansiedad de las diferentes fuentes y resulta una
terno idealizado para escapar de los perseguidores) disminución de la agresión y a su vez de sus sospe-
y permite crearse un pecho inagotable. chas frente a los objetos malos internos y externos.
Es decir que el pecho bueno es distinto del pecho El yo fortalecido, junto a una mayor confianza en
idealizado. El pecho bueno representa la gratifica- el mundo, lo ayudan a dar un paso más en la unifi-
ción y el amor, pero hay momentos donde puede cación de sus imagos -externas como internas,
convertirse en malo por no brindar la satisfacción. amadas y odiadas- y hacia una futura mitigación
El pecho idealizado es el de la gratificación absoluta, del odio por medio del amor y de este modo a un
inagotable, generoso, corolario del temor persecuto- proceso general de integración. Cuando aumenta
rio. Es un pecho ya defensivo. Para idealizar es pre- la creencia y confianza del niño en su capacidad
ciso escindir (pone una barrera contra el pecho de amor, en sus poderes de reparación y en la inte-
persecutorio) y negar lo malo, los aspectos negati- gración y seguridad de su mundo interno bueno,
vos, la frustración y la persecución. El pecho de la como resultado de las pruebas y contrapruebas
gratificación alucinatoria en Freud es ideal. En constantes y múltiples que ha logrado a través de
algún momento cae, por ejemplo debido al hambre las pruebas de la realidad externa, disminuye la
que no cesa en la satisfacción alucinatoria. omnipotencia maníaca y la naturaleza obsesiva de
sus tendencias de reparación, lo que significa en
NEGACIÓN: Es posible por la existencia de intensos general que se ha superado la neurosis infantil.” 25
sentimientos de omnipotencia. Esta negación omni-
potente equivale en el inconciente a la aniquilación. La posición depresiva -principal en el desarrollo-
Se niega la realidad psíquica: se niega la existencia se expresa en la neurosis infantil. Según Klein, esta
del objeto malo, la situación de frustración, el dolor, neurosis infantil sirve para superar las ansiedades
la relación de objeto. Como los sentimientos hacia el de tipo psicótico.
objeto parten del yo, también es negada y aniquila-
da una parte del yo. Incluyamos otra cita de Klein: “Todas las alegrías
que el niño vive a través de su relación con la ma-
IDENTIFICACIÓN PROYECTIVA: Es un oxímoron: dre, son pruebas para él de que los objetos amados,
incluye términos opuestos. Es distinta a la noción de dentro y fuera de su cuerpo, no están dañados y no
identificación en Freud, ya que en Freud la identifi- se transformarán en personas vengadoras. El au-
cación tiene que ver sólo con la introyección. mento de amor y confianza y la disminución de los
Klein habla de la identificación introyectiva pero temores a través de experiencias felices, ayuda al
también de identificación proyectiva. Aquí, la iden- niño paso a paso a vencer su depresión y senti-
tificación se realiza por proyección, se escinden miento de pérdida (duelo). Lo capacitan para pro-
partes buenas y malas del yo y se proyectan en obje- bar su realidad interior por medio de la realidad

25
Klein, M. (2008) El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos (1940). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. PP. 354-355.
15
tos externos. externa. (…) aumenta su esperanza de que los
Escribe Klein: “En la medida en que la madre pasa a objetos buenos y su propio yo pueda salvarse y
contener las partes malas del yo, no se la siente co- preservarse y disminuye al mismo tiempo su ambi-
mo un ser separado, sino como el yo malo. Mucho valencia y sus temores a la destrucción del mundo
del odio contra partes del yo se dirige ahora contra interno. Las experiencias desagradables y la falta
la madre. Esto lleva a una forma especial de identifi- de experiencias gratas, en el niño pequeño, espe-
cación que establece el prototipo de una agresiva cialmente la falta de alegría y contacto íntimo con
relación de objeto. Sugerí para estos procesos el los seres amados aumenta la ambivalencia, dismi-
término "identificación proyectiva".”21 (…) “Empero, nuye la confianza y la esperanza y confirma sus
no son sólo las partes malas del yo las que se expul- ansiedades sobre la aniquilación interna y la per-
san y proyectan, sino también partes buenas del yo. secución externa; además, lentifica y a veces detie-
Los excrementos tienen entonces significado de ne permanentemente el proceso beneficioso a
regalos, y las partes del yo que junto con los excre- través del cual, a la larga, se logra una seguridad
mentos se expulsan y proyectan en el Otro repre- interior.”26
sentan las partes buenas, es decir, amorosas, del yo.
La identificación basada en este tipo de proyección Si logran establecerse cada vez más firmemente los
influye de nuevo vitalmente en las relaciones de objetos buenos internos, el yo irá venciendo la
objeto. La proyección de sentimientos buenos y de posición depresiva. Disminuirá la intensidad de la
partes buenas del yo dentro de la madre es esencial ansiedad, el yo se integrará más, los objetos estarán
para la capacidad del niño de desarrollar buenas menos disociados, aumentará la percepción y
relaciones de objeto y de integrar su yo. Pero, si este adaptación a la realidad exterior.
proceso de proyección es excesivo, se sienten perdi-
das partes buenas de la personalidad y de este modo
la madre se transforma en el ideal del yo; este pro-
ceso también debilita y empobrece al yo. Muy pron-
to estos procesos se extienden a otras personas, y el
resultado puede ser una extrema dependencia de
estos representantes externos de las propias partes
buenas. Otra consecuencia es el temor de haber
perdido la capacidad de amar, porque se siente que
el objeto amado es amado predominantemente co-
mo representante del yo. En consecuencia, los pro-
cesos de escindir partes del yo y proyectarlas en
objetos son de vital importancia tanto para el desa-
rrollo normal como para las relaciones objetales
anormales.”22

Si son excesivos la escisión y la identificación pro-


yectiva, o el refugio en el objeto idealizado, se pro-

21
Klein, M. (2009) Notas sobre algunos mecanismos esquizoides (1946). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. P. 17.
22
Klein, M. (2009) Notas sobre algunos mecanismos esquizoides (1946). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. P. 18.
26
Klein, M. (2008) El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos (1940). Obras Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós. P. 349.
16
ducen perturbaciones y un debilitamiento del yo.

Para pasar a la posición depresiva es preciso que no


haya excesiva pulsión de muerte y que haya buena
respuesta del medio. Se observa que, en la teoriza-
ción de Klein, se empieza a contemplar la incidencia
de situaciones externas, mientras que anteriormente
sólo hacía hincapié en el quantum de pulsión de
muerte.

Tercer período: Envidia y gratitud. (Hacia 1957)

Para Klein, la envidia es una actitud con base en la constitución y actuante desde los inicios de la vida. La
considera “expresión oral-sádica y anal-sádica de impulsos destructivos”27, es decir que es efecto del ins-
tinto de muerte.
Freud había pensado en la cuestión de la envidia en tanto envidia del pene. En cambio, Klein sitúa la envi-
dia ya desde la oralidad y tanto en varones como mujeres. La envidia ataca el vínculo con los objetos, co-
menzando por el pecho, y atenta contra los sentimientos amorosos y de gratitud. Dificulta que se estructure
un objeto bueno, ya que el niño fantasea que el pecho es inagotable y que se lo privó de una gratificación
que permanece en el pecho que lo frustró.

Klein realiza una diferenciación entre envidia, celos y voracidad. Veamos cómo los define: “La envidia es el
sentimiento enojoso contra otra persona que posee o goza de algo deseable, siendo el impulso envidioso el
de quitárselo o dañarlo. Además la envidia implica la relación del sujeto con una sola persona y se remonta
a la relación más temprana y exclusiva con la madre. Los celos están basados sobre la envidia, pero com-
prenden una relación de por lo menos dos personas y conciernen principalmente al amor que el sujeto
siente que le es debido y le ha sido quitado, o está en peligro de serlo, por su rival. En la concepción co-
rriente de los celos, un hombre o una mujer se sienten privados por alguien de la persona amada. La vora-
cidad es un deseo vehemente, impetuoso e insaciable y que excede lo que el sujeto necesita y lo que el obje-
to es capaz y está dispuesto a dar. En el nivel inconsciente, la finalidad primordial de la voracidad es vaciar
por completo, chupar hasta secar y devorar el pecho; es decir, su propósito es la introyección destructiva.
La envidia, en cambio, no sólo busca robar de este modo, sino también colocar en la madre, y especialmente
en su pecho, maldad, excrementos y partes malas de sí mismo con el fin de dañarla y destruirla. En el senti-
do más profundo esto significa destruir su capacidad creadora. Este proceso, derivado de impulsos uretral y
anal-sádicos, ha sido definido por mí en otra parte como un aspecto destructivo de la identificación pro-
yectiva que parte desde el comienzo de la vida. Si bien no puede ser trazada una rígida línea divisoria por

27
Klein, M. (2009) Envidia y gratitud (1957). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. P. 181.
17
encontrarse tan estrechamente ligadas, la diferencia esencial entre voracidad y envidia seria que la voraci-
dad está principalmente conectada con la introyección, en tanto que la envidia lo está con la proyección.”28

Estos tres términos están relacionados con la pulsión de muerte, pero hay diversos grados de sadismo en
cada uno. Lo destructivo predomina en la envidia primaria, que es aquella que se dirige al pecho materno.
Luego habrá otras formas de la envidia (por ejemplo, la que se dirige a la incorporación del pene del padre
por parte de la madre, a la capacidad de tener bebés, etc.). En la envidia primaria, el niño envidia la capaci-
dad de la madre de nutrirlo, envidia el objeto bueno. Este planteo kleiniano hace tambalear la distinción de
las posiciones y del pecho bueno-pecho malo: ahora lo bueno y lo malo no quedan tan separados porque al
proyectar pulsión de muerte (por envidia) sobre el objeto bueno, se vuelve persecutorio (objeto malo). Se
envidia lo bueno que el objeto tiene para dar, lo cual pone en peligro la noción de objeto bueno. Klein es-
cribe: “Frecuentemente he dicho que los ataques sádicos contra el pecho de la madre son determinados por
los impulsos destructivos. Deseo añadir aquí que la envidia da particular ímpetu a tales ataques. Esto signi-
fica que al referirme al voraz vaciamiento del pecho y cuerpo de la madre, a la destrucción de sus niños y a
la colocación de excrementos malos dentro de ellas esbozaba lo que más tarde llegué a reconocer como el
daño del objeto ocasionado por la envidia. Si consideramos que la privación aumenta la voracidad y la an-
siedad persecutoria, y que en la mente del niño existe la fantasía de un pecho inagotable que es su mayor
deseo, se hace comprensible que la envidia surja aun cuando esté adecuadamente alimentado. Los senti-
mientos del niño parecen ser de tal naturaleza, que al faltarle el pecho éste se convierte en malo porque
guarda para sí la leche, el amor y el cuidado que estaban asociados con el pecho bueno. El niño odia y en-
vidia lo que siente como un pecho mezquino y que se da de mal grado. Tal vez es más comprensible que el
pecho satisfactorio también sea envidiado. La misma facilidad con que la leche fluye -aunque el bebé se
sienta gratificado por ello-siendo un don al parecer tan inasequible, crea asimismo la envidia.”29

Tanto la frustración excesiva como la excesiva indulgencia en cuanto a los deseos del niño pueden ocasio-
nar perturbaciones. El conflicto es motor de desarrollo.

La gratificación obtenida del pecho es base del goce y de la gratitud, que disminuyen los impulsos destruc-
tivos, la voracidad y la envidia. La gratitud deriva de la capacidad de amar, si bien puede haber también
gratitud basada en sentimiento de culpa. La gratitud se vincula con la generosidad y tiene gran incidencia
en sublimaciones y en la capacidad de reparar, mientras que la envidia atenta contra la capacidad de gozar
y hace dudar de la bondad del objeto, lo cual aumenta las ansiedades y los impulsos destructivos.
Una de las consecuencias de la envidia excesiva es la aparición prematura de la culpa: “Si esta culpa pre-
matura es experimentada por el yo cuando aún no es capaz de soportarla, es entonces vivida como perse-
cución, y el objeto que la despierta se convierte en un perseguidor. Por consiguiente el bebé no puede ela-
borar la ansiedad depresiva ni la persecutoria porque se confunden una con otra. Unos meses más tarde, al

28
Klein, M. (2009) Envidia y gratitud (1957). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. PP. 186-187.
29
Klein, M. (2009) Envidia y gratitud (1957). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. PP. 188-189.
18
surgir la posición depresiva, el yo más integrado y fuerte tiene mayor capacidad de soportar el dolor de la
culpa y desarrollar las defensas correspondientes, sobre todo la tendencia a reparar. El hecho de que en el
período más temprano (es decir, durante la posición esquizo-paranoide) la culpa prematura incremente la
persecución y la desintegración, trae como consecuencia el fracaso en la elaboración de la posición depre-
siva.”30
La excesiva envidia puede dar lugar a intentos de reparación compulsivos. Otra posible consecuencia de la
envidia excesiva es el incremento de los deseos y tendencias genitales de modo prematuro.

El yo implementa defensas contra la envidia, que se vinculan con aquellas que se movilizan tanto ante las
ansiedades persecutorias como ante las depresivas. Algunas de estas defensas son las siguientes: omnipo-
tencia, negación, disociación, idealización, confusión entre objeto bueno y objeto malo, huida del objeto
hacia otros para dispersar los sentimientos dirigidos a él, desvalorización del objeto, desvalorización de la
propia persona (por ejemplo, privarse del éxito), internalizar el pecho con voracidad, despertar la envidia
en otros, sofocar el amor intensificando el odio.31

La envidia se presenta también en la transferencia. La interpretación aparece como un alimento que el


analista da al paciente. La envidia de la posibilidad del analista de nutrir y curar actúa como obstáculo en
el análisis: “El paciente envidioso escatima al analista el éxito de su trabajo; y si percibe que el analista y la
ayuda que éste está dando han sido dañados y desvalorizados por su crítica envidiosa, no lo puede intro-
yectar suficientemente como un objeto bueno ni aceptar con real convicción y asimilar sus interpretacio-
nes. La convicción real, como a menudo vemos en pacientes menos envidiosos, implica gratitud por el don
recibido. El paciente envidioso también puede sentir que no es digno de beneficiarse con el análisis, debido
a la culpa por su desvalorización de la ayuda recibida. Como es obvio, nuestros pacientes nos critican por
una variedad de razones, algunas de ellas justificadas. Pero la necesidad que siente un paciente de desvalo-
rizar el trabajo analítico que ha experimentado como útil, es expresión de envidia.”32

Klein observa que en algunos finales de análisis se producen empeoramientos donde tendría que aparecer
la gratitud. Vincula este hecho con la reacción terapéutica negativa postulada por Freud. En Freud, este
fenómeno clínico se debe a la necesidad de castigo. Según Klein, la envidia y las defensas puestas en mar-
cha contra ella prestan su contribución a la reacción terapéutica negativa. Se supone que aquel que da, es
porque tiene (es potente). El paciente no se cura para crear cierta impotencia en el analista.

Con el texto “Envidia y gratitud”, se cuestiona ese ‘final feliz’ del análisis que podía deducirse de la teoriza-
ción de las posiciones. Se ubica un resto que es la envidia, un límite a lo analizable que, en cierto sentido,
hace del análisis algo interminable.

30
Klein, M. (2009) Envidia y gratitud (1957). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. PP. 199-200.
31
Klein, M. (2009) Envidia y gratitud (1957). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. Ver capítulo VI al respecto.
32
Klein, M. (2009) Envidia y gratitud (1957). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós. P. 189.
19
En el análisis, Klein se propone interpretar la envidia, e integrar las partes disociadas. Se intenta disminuir
la envidia, y así las ansiedades tanto persecutorias como depresivas, y aumentar la gratitud y la capacidad
para gozar.

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES
 Clases dictadas por Débora Fleischer y Mary Pirrone en el año 2001. Materia “Escuela Inglesa”, Fa-
cultad de Psicología, UBA.
 Biografía de Melanie Klein, en Biografías Espasa (1991). Obras Completas. Tomo 24. Madrid-
Barcelona: Espasa-Calpe S.A. Editores.
 Laplanche, J., Pontalis, J.B. (1996). Diccionario de Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.

Primer período:
 Klein, M. (2008) Simposium sobre análisis infantil (1927). Obras Completas. Tomo I. D.F. México:
Paidós.
 Klein, M. (2008) El desarrollo temprano de la conciencia en el niño (1933). Obras Completas. To-
mo I. D.F. México: Paidós.
 Klein, M. (2008) La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo (1930). Obras
Completas. Tomo I. D.F. México: Paidós.
 Klein, M. (2008) Primeros estadios del conflicto de Edipo y de la formación del superyó (1932).
Obras Completas. Tomo II. D.F. México: Paidós.

Segundo período:
 Klein, M. (2009) Notas sobre algunos mecanismos esquizoides (1946). Obras Completas. Tomo III.
D.F. México: Paidós.
 Klein, M. (2008) El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos (1940). Obras Comple-
tas. Tomo I. D.F. México: Paidós.

Tercer período:
 Klein, M. (2009) Envidia y gratitud (1957). Obras Completas. Tomo III. D.F. México: Paidós.

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