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El modelo kleiniano
The kleinian model
Klein trabaja con niños menores de tres años (Rita tenía 2 años y 8 meses),
donde utiliza el juego del niño como el discurso del adulto en análisis, en
particular a la par de la narración de un sueño.
“La hipótesis de una etapa que dura varios meses, antes de las relaciones objetales,
implica que en el niño, salvo la libido fijada a su cuerpo, no hay impulsos,
fantasías, ansiedades y defensas, o que estos no están relacionados con un objeto,
por lo que operarían in vacuo. El análisis de niños muy pequeños me hizo
comprender que no hay impulso, una situación de angustia o proceso psíquico que
no involucre objetos, externos o internos; que en resumen, las relaciones de objeto
están en el centro de la vida psíquica. También me hizo comprender que el amor y
el odio, las fantasías, la angustia y las defensas están activas desde el principio
y que están inextricablemente vinculados ab initio a las relaciones de objeto.
Estos instintos me permitieron ver muchos fenómenos bajo una nueva luz” (Klein,
1952b).
La fantasía
The fantasy
Las fantasías hunden sus raíces en las necesidades primarias del niño (de
alimentación, de cuidados) en el ámbito de la relación con la madre.
El primer objeto de fantasía del neonato es el seno, del cual él tiene una serie
de precogniciones correlatas al estímulo del hambre;
Según Klein hay suficiente yo al nacer como para sentir ansiedad, utilizar
mecanismos de defensa y establecer primitivas relaciones objetales en la fantasía y
en la realidad.
Para ella, hasta este punto, yo contenía una parte peligrosa de ella misma, de la
que ahora se sentía completamente disociada; sus asociaciones con el sueño
mostraron también que muy poco después yo me había convertido por entero
en el zorro peligroso mismo. Esto se vio más tarde en la misma sesión, cuando
dijo que el animal peligroso de su sueño tenía “anteojos, como tú, y la misma
boca grandota”.
El bebé normal no pasa la mayor parte del tiempo en estado de ansiedad. Por
el contrario, en circunstancias favorables pasa la mayor parte del tiempo
durmiendo, mamando, disfrutando de placeres reales o alucinados, y de este
modo asimilando gradualmente su objeto ideal e integrando su yo. Pero todos
los bebés tienen períodos de ansiedad, y las ansiedades y defensas que
constituyen el nùcleo de la posición esquizo-paranoide son parte normal del
desarrollo humano.
3) Yo. Cuando las experiencias buenas predominan sobre las malas, el yo llega a
creer que el objeto ideal prevalece sobre los objetos persecutorios, y que su
propio instinto de vida predomina sobre su propio instinto de muerte. Estas dos
creencias, en la bondad del objeto y en la bondad del yo, van juntas, ya que el yo
continuamente proyecta fuera sus propios instintos, distorsionando así los objetos, y
también introyecta sus objetos identificándose con ellos. El yo se identifica
repetidamente con el objeto ideal, adquiriendo asi mayor fuerza y mayor capacidad
para enfrentarse con ansiedades sin recurrir a violentos mecanismos de defensa.
4) Super-yo. Es arcaico y punitivo (agresivo).
Objeto. Es total