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EL ORDEN PÚBLICO LABORAL:

El trabajador es la parte más débil en la relación del trabajo, pues mientras los
empleadores tienen los recursos suficientes para imponer las condiciones del
contrato, el trabajador solo cuenta con su fuerza laboral. Asi nace el principio
protectorio enunciado en el art. 9 de la LCT cuya protección legal esta consagrada en
el art. 14 bis de la C.N. que dispone *el trabajo en sus diversas formas goza de la
protección de las leyes*.
El Derecho laboral se ha constituido en una norma de carácter tutelar que justifica su
existencia por la defensa de los intereses del hombre de trabajo y de su familia. El
Estado como interventor y controlador de las relaciones de trabajo, encauzó la
formación y el desarrollo de las relaciones laborales hacia la protección del hombre
de trabajo. Las condiciones de vida en las cuales se desenvuelve el trabajador le
determinan un grado de incapacidad para contratar con los empleadores, los cuales
tienen siempre una mayor capacidad económica; por esta situación el trabajador
tiende a concertar convenios con aquéllos quienes, en aras de un mezquino interes
económico, lo impulsan a menudo a renunciar a derechos inalienables. De ahí que el
Estado actúe en defensa del trabalador de manera que el trabajador sólo podrá elegir
la relación jurídica, es decir, que tiene autonomía en el momento inicial de la relación
laboral, pero debe someterse al régimen legal imperante que la regule, dado que la
ley le determina el mínimo de condiciones a las cuales está subordinado por
cualquier acuerdo. Todas estas consideraciones o que debe sujetarse la autonomía
de la voluntad del trabajador en un contrato de trabajo son.
en su mayorio, de orden público,es decir, que esas normas no pueden ser derogadas
ni violados
en forma alguna por convenios particulares ni aun colectivos. Es Importante destacar
que tales normas legales son imperativas para el empleador en cuanto a su posición
frente al trabajador, no pueden los convenios particulares tener condiciones
laborales por debajo de las establecidas en la ley. Sin embargo, sí puede el acuerdo
de las partes convenir condiciones que se inclinen a favor del trabajador y en
perjuicio del empleador.
La equiparación del poder de las partes dentro del marco del contrato se logra por la
imposición con carácter de orden público de un mínimo de condiciones inderogables,
que no importa necesariamente la supresión de la autonomia de la voluntad, porque
las partes pueden establecer condiciones siempre que sean más favorables para el
trabajador.
Naturaleza jurídica del derecho del trabajo: aunque se considera parte del derecho
privado porque regula relaciones entre particulares, doctrinariamente se lo considera
en gran parte, como rama de derecho público o de derecho mixto, pues prevalecen
las normas de orden público. Considerado en comparación con el derecho civil, el
derecho del trabajo es un derecho humanista y colectivista, que vela por la
dignificación del trabajo humano, mientras que el derecho civil es un derecho
individualista y patrimonialista donde rige el principio de la autonomia de la voluntad.

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