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CONFLICTO DE YEMEN.

INTRODUCCIÓN:
Yemen es un país que está en un sitio privilegiado, completamente estratégico, ya que en su
costa se encuentra el estrecho de Bab al-mandab que separa el golfo de Adén del mar rojo,
uno de los principales pasos por el que navegan buques petroleros del mundo.

Nos remontamos a 1967, donde Yemen queda dividido en dos, después de que Yemen de sur
proclamara su independencia y se autodenomine la República democrática popular de Yemen,
este se convirtió en el primer país árabe en tener un régimen comunista.

En 1990, con la Unión Soviética colapsando, Yemen del norte y Yemen del sur se unificaron,
formando la República de Yemen.

En 1994, los líderes socialistas perdieron todo poder político y vuelven a proclamar la
independencia. Es entonces en este año que empieza la guerra civil en Yemen. Sin embargo,
Yemen del sur es derrotado.

En 1999, Ali Abdullah Saleh fue elegido presidente, ya que en el 90 con la unificación,
aprovecho para poder consolidarse en el poder, como líder de Yemen del norte.

En 2011, estalla la primavera árabe, una serie de protestas y Yemen no fue la excepción, la
corrupción, el desempleo y el hecho de que Yemen fuera el país más pobre, hizo que miles de
personas exijan que el presidente Saleh, que llevaba casi 20 años en el poder, renuncie. A
finales de este año los países del golfo obligan a Saleh a dejar el puesto y lo sucede el
vicepresidente Abd Rabhar Mansur Hadi.

En 2014, con la suba del petróleo y los Huties escudándose con esto, tomaron la capital de
Yemen. Empezaron a ganar territorio y forzaron a Hadi a exiliarse en Arabia Saudí.

Ante el peligro de que los Huties ganasen la guerra y que la república islámica de Irán ganase
influencia en la región, la gran potencia suni conformo la Coalición Internacional de apoyo a
Yemen, liderada por Arabia Saudí y conformada por estados árabes sunitas. Recibieron el
apoyo logístico y de inteligencia de EE.UU, Reino Unido y Francia, especialmente de EE.UU
recibió ayuda económica que también apoya la democracia, la programación de la gobernanza
y la asistencia técnica y material para promover el antiterrorismo. La coalición logro expulsar a
los Huties y sus aliados del sur de Yemen y controlar la región, pero no pudieron ser
expulsados de Sana.

Arabia Saudí y su coalición empezaron a meter muchísimo dinero en la guerra, aparte de


realizar un bloqueo marítimo, que estaba matando de hambre a la población, creando la
mayor hambruna en el mundo, y de realizar un montón de bombardeos, que a menudo
reventaban con colegios, bodas, hospitales, etc.

En 2017, se añade un nuevo bando llamado Movimiento de Yemen del sur, creando el Consejo
de transición del sur, que desde ese año controla un importante territorio, que incluye a Adén
y a sus alrededores.
El país sigue en guerra, el conflicto está lejos de acabar y la situación humanitaria en el país
continúa siendo una de las peores del mundo.

REALISMO:
Podemos hablar de este conflicto desde la teoría Realista, ya que los estados son los
principales actores en el sistema internacional y su principal objetivo es maximizar su poder y
seguridad en un mundo anárquico. En el conflicto de Yemen, se puede observar la intervención
de varios actores estatales y no estatales en una guerra civil, en el que se produjeron fuertes
tensiones militares, económicas y políticas.

Esta teoría también destaca la importancia de la distribución del poder y la lucha por el control
de los recursos. Se puede argumentar que la intervención de Arabia Saudí en Yemen, está
motivada por su deseo de controlar el estrecho de Bab al-Mandab, la cual es una importante
ruta marítima para el petróleo y el comercio internacional.

El realismo destaca la importancia del equilibrio de poder y la disuasión, en la que los estados
buscan mantener una posición de fuerza frente a otros actores. En el caso de Yemen, la
intervención de arabia saudí podría ser vista como una forma de equilibrar el poder frente a
Irán, que ha apoyado a los rebeldes huties.

Por último, el realismo también destaca la importancia de la seguridad nacional y la


supervivencia del estado, que puede ser amenazado por la acción de otros actores. En lo
Yemen, la intervención de arabia saudí se ha justificado como una medida para proteger la
seguridad del país, ante la amenaza que suponen los rebeldes huties y sus conexiones con Irán.

Desde esta teoría el conflicto de Yemen puede ser visto como una lucha por el poder y los
recursos en un mundo anárquico, en el que los estados buscan maximizar su seguridad y
supervivencia.

NEORREALISMO O REALISMO ESTRUCTURAL:


Podemos hablar de este conflicto desde la teoría Neorrealista, ya que podemos decir que el
estado sigue siendo el actor principal en el sistema internacional anárquico. Esta teoría
considera que los objetivos de los estados es buscar su supervivencia y su seguridad como lo
hace Yemen en el sistema internacional. Esta teoría ayuda a desarrollar capacidades militares y
así poder incrementar su poder como los huties en el territorio de Yemen y así seguir con su
juego de suma cero.

Podemos identificar tres actores principales: Arabia Saudí, Irán y los rebeldes huties. En el
ámbito de poder, Arabia Saudí e Irán son los actores más importantes en la región, con Arabia
Saudí siendo una potencia regional y con su principal aliado EE.UU, mientras que Irán es una
potencia regional en su propio derecho y una potencia influyente en la región.

En términos de intereses, Arabia Saudí tiene varios intereses en Yemen que han contribuido a
su participación en la guerra civil de este país. Arabia Saudí considera a Yemen como una
amenaza a su seguridad nacional debido a su cercanía geográfica y a la presencia de grupos
extremistas yihadistas en el país. Este también busca mantener su papel como líder regional en
el Golfo Pérsico y el mundo árabe, y considera la intervención en Yemen como una forma de
asegurar su posición. Asimismo Saudí quiere contener la influencia Iraní, al mismo, ha acusado
a Irán de apoyar a los rebeldes y ha visto la intervención militar como única forma de contener
esta influencia en la región. Además, Yemen tiene reservas de petróleo y gas, y Arabia Saudí
podría estar interesada en asegurar su acceso a estos recursos. Del mismo modo la potencia
regional apoya al gobierno yemení y busca evitar que el país se convierta en un estado fallido o
un asilo para grupos extremistas.

Por su parte Irán, ha sido acusado por varios países y organizaciones internacionales de apoyar
a los rebeldes, inclusive con armas y adiestramiento militar, y es que al igual que ellos los
huties son chiitas, desde esta perspectiva se puede ver que es una manera de proteger a sus
hermanos, igualmente, también podría ser visto como parte de un esfuerzo para aumentar la
capacidad militar de Irán en el lugar. Sin dudas este país también tiene algunos intereses. Irán
ve a Arabia Saudí como su principal rival en la región y esta guerra civil es vista como una
oportunidad para debilitar a su rival e indudablemente aumentar su propia influencia en el
territorio. Por demás es decirlo, que el estrecho de Bab al-Mandeb es vital para el suministro
de petróleo de Arabia Saudí, e Irán ve a Yemen como una manera de forzar a Saudí en el
estrecho y obviamente acrecentar su capacidad para bloquear el tráfico marítimo.

Y por último, los Huties también tienen intereses. Ante todo, luchan para asegurar su posición
en el poder y expandir su control en todo Yemen. Incluso mantener su autonomía y evitar la
influencia de los países vecinos. Además, buscan igualdad política y económica.

También podemos identificar a un actor extra regional importante, el cual es EE.UU.

La gran potencia mundial, por su lado, apoya a la coalición liderada por Arabia Saudí, y se ha
involucrado en el conflicto porque esta guerra ha sido una importante oportunidad para
impulsar lucrativos acuerdos de armas con Arabia Saudita para asegurar ganancias para el
vasto complejo militar-industrial del imperialismo estadounidense.

EE.UU, tiene algunos intereses estratégicos en la región, una de ellas es la seguridad del
estrecho Bab Al-Mandeb y también la preocupación por la presencia de grupos extremistas; Al
Qaeda en la Península Arábiga y el Estado Islámico en Yemen.

Ha brindado apoyo logístico, inteligencia y armamento a la coalición, también ha llevado a


cabo operaciones militares, como ataques con drones y asaltos contra Al-Qaeda. Sin embargo,
este involucramiento por parte de Estados Unidos fue criticado por grupos de derechos
humanos y organizaciones internacionales, debido a las graves violaciones contra los derechos
humanos y la causa humanitaria que ha causado en el conflicto.

Si bien ha contribuido con Arabia Saudí, ha habido un cambio de postura con lo que respecta
al presidente actual de EE.UU, Biden, en donde suspendió la venta de armas a Arabia Saudí y a
los Emiratos Árabes para presionar a las partes a una solución negociada.

Yemen busco formar alianzas, porque identifica esta guerra civil como una amenaza hacia su
país y su democracia, la cual fue llamada la Coalición liderada por Arabia Saudí, compuesta por
actores regionales y extra regionales.
Este Estado débil, sin capacidad militar, económica y diplomática, busca aliarse con Estados
fuertes, que si tienen estas capacidades, para poder sobrevivir en este sistema internacional
anárquico.

Neoliberalismo o Institucionalismo Neoliberal:


Podemos hablar de este conflicto desde la teoría Neoliberalista, ya que destaca la importancia
de la Instituciones Internacionales en la toma de decisiones y en la cooperación entre los
estados. En esta guerra civil se involucraron diferentes Organizaciones para colaborar en
Yemen. Entre ellas están:

La ONU, ha sido esencial para proporcionar ayuda humanitaria y promover la resolución


pacífica del conflicto. Ha trabajado en diferentes niveles para abordar diferentes niveles para
abordar los problemas humanitarios, promover la resolución del conflicto y mejorar las
condiciones de vida de los civiles. La ONU ha tomado estas acciones sobre el asunto:

En abril del 2015, el Consejo de Seguridad la ONU aprobó la Resolución 2216, que exige el fin
de la violencia y el regreso a las negociaciones políticas en Yemen. La Resolución también
establece un embargo de armas para los huties y sus aliados, y solicita el cese de las
hostilidades en el país. Esta Institución también ha intentado interceder en la disputa a través
de la figura del Enviado Especial del Secretario General para Yemen, que ha intentado reunir a
las partes en conflictos en diferentes rondas de conversaciones en busca de una solución
pacífica. También ha prestado una gran cantidad de asistencia humanitaria a esta gran crisis.
Ha coordinado los esfuerzos de ayuda humanitaria y ha establecido programas de asistencia
en todo el país, proporcionando comida, agua, medicinas y atención médica a millones de
personas. Ha monitoreado la situación de derechos humanos y ha reportado sobre las distintas
violaciones y abusas cometido por las partes. Ha instado a todas las partes a respetar el
derecho internacional humanitario y los derechos humanos, y ha trabajado para documentar y
exponer las violaciones de las que ha tenido conocimiento.

Del mismo modo, ACNUR trabaja en colaboración con otras agencias de la ONU y
organizaciones no gubernamentales para brindar asistencia humanitaria a los desplazados
internos y refugiados, incluyendo alimentos, agua, alojamiento y artículos de primera
necesidad. Además contribuye con la autoridades locales y otras partes interesadas para
garantizar la protección de los derechos y necesidades de los refugiados y desplazados
internos, incluyendo la protección de niños y mujeres, que son especialmente vulnerables.

Otras instituciones como Médicos sin Fronteras, UNICEF, CRUZ ROJA, Save the children y
Oxman, han ayudado desde hace décadas, brindando apoyo médico, suministro de agua
potable, así como para mejorar el acceso a los servicios básicos de salud, saneamiento y
educación, en especial trabajado en la lucha contra el brote de cólera, que ha sido uno de los
peores del mundo en términos de propagación y mortalidad. También proporcionando
tratamientos para la desnutrición aguda. Además UNICEF ha estado brindando apoyo
psicológico y educativo a los niños que han sido afectados por el conflicto y para proteger a los
niños de la violencia y la explotación.
La situación de Yemen ha sido extremadamente peligrosa para los trabajadores de estas
instituciones, algunos de ellos han sido secuestrados y hasta asesinados en varias ocasiones.
Hospitales y centros de salud han sido testigos de ataques también. Esto ha afectado
gravemente la capacidad para proporcionar asistencia a las personas necesitadas.

A pesar de los diferentes esfuerzos de las Instituciones, Yemen ha continuado y continúa


deteriorándose gravemente. La ONU ha destacado la necesidad de una solución política y ha
pedido a todas las partes que trabajen juntas para poner fin al sufrimiento del pueblo yemení.

Constructivismo:
Podemos hablar de este conflicto desde la teoría Constructivista, ya que esta dice que la
cultura, civilización, costumbres, valores, normas, religión entre otras, construyen la identidad.

En Yemen la mayoría de su población es musulmana y está dividida en dos principales ramas


del Islam: los sunitas y los chiitas, la mayoría de los yemeníes son musulmanes sunitas, que
representan alrededor del 65% de la población, mientras que los chiitas son un grupo
minoritario en Yemen, el cual representan el 35%, pero han tenido un papel importante en la
historia del país. Históricamente, los zaidies, rama del chiismo, gobernaron gran parte del
norte de Yemen, desde el siglo IX hasta la revolución en 1962, mientras que los sunitas
gobernaron el sur de Yemen hasta su unificación en 1990.

Aunque la guerra en Yemen no se trata exclusivamente de una cuestión religiosa entre los
chiitas y los sunitas, la división sectaria ha sido explotada por los diferentes actores políticos y
militares involucrados en el conflicto y ha contribuido a la inestabilidad en la región. Los huties,
grupo predominantemente zaidi, han recibido apoyo de Irán, que es un país mayoritariamente
chiita, mientras que la coalición liderada por Arabia Saudí, compuesta principalmente por
sunitas.

La cultura en Yemen, está influenciada por las tradiciones islámicas y árabes, pero también
tiene elementos únicos y distintivos, como la música y la danza tradicional yemení, el arte de la
cerámica y la arquitectura de la ciudad vieja de Sana’a. La comida yemení es conocida por sus
sabores intensos y picantes, y se basa en ingredientes locales, como el arroz, los garbanzos, las
lentejas y las especias, como el comino y la cúrcuma. El café, es una parte importante de su
cultura, y Yemen es conocido por ser uno de los primeros productores de café del mundo.

Los yemenís valoran la familia y a la comunidad, y sus lazos familiares son muy importantes en
la sociedad. También valoran mucho su religión y juega un papel importante en su vida diaria.
Otros de sus valores es la hospitalidad, es común que los anfitriones ofrezcan comida y bebida
a sus invitados.

El lenguaje oficial de los yemenís, es el árabe yemení, el cual es una variante distintiva del
árabe estándar. Además del árabe, hay varios dialectos y lengua minoritarias habladas, como
el inglés y el francés.

En lo que respecta a la guerra, el conflicto de Yemen, se ha convertido en un campo de batalla


entre Arabia Saudí e Irán. Desde la perspectiva del constructivismo, esta relación se puede
analizar desde la construcción social de las identidades y percepciones, y no de realidades
objetivas. En el caso de Arabia e Irán, ambos países tienen una historia de tensiones y
conflictos, debido a sus diferencias ideológicas y religiosas. Estas tensiones se vieron agravadas
por la rivalidad por la influencia en la región del Medio Oriente.

En este sentido, la intervención de Arabia en Yemen, se ha visto percibido por Irán como una
amenaza a sus intereses regionales, lo que ha llevado a Irán a apoyar a los rebeldes en su lucha
contra la coalición. Por otro lado, Arabia ha visto el apoyo de Irán a los huties, como una
amenaza a su seguridad nacional, lo que llevo a liderar la coalición militar para contener la
influencia de Irán en la región.

La rivalidad entre estos dos, se puede ver como una cultura hobbessiana. Según Hobbes, los
estados tenderán a responder a los enemigos como estados revisionistas, sin reconocer el
derecho del otro, las capacidades militares relativas serán cruciales, de ellas depende la
supervivencia, y si la guerra estalla, los estados no se limitaran en su violencia. Entonces en el
contexto de la guerra, ambos buscaran maximizar su influencia en Yemen y ven al conflicto
como una oportunidad para hacerlo.

En términos de relación e intereses, ambos no reconocen al otro su existencia y viceversa.

Pero como la teoría constructivista está sujeta a cambios permanentes, esta relación pasó de
ser Hobbessiana a una Lokeana, lo que significa que aún en conflicto los actores respetan la
soberanía del otro.

EE.UU, celebró el 10 de marzo de este año, el anuncio de que Irán y Arabia Saudí llegaran a un
acuerdo para restablecer sus relaciones diplomáticas.

El acuerdo entre las dos potencias chií y suní de Oriente Medio, incluye la reapertura de sus
embajadas y se firmó en China, que ejerció de mediador entre esos dos enemigos tradicionales
que desde hace años se disputan la hegemonía regional y apoyan a bandos rivales en
conflictos de la zona.

Como parte del pacto, Irán y Arabia Saudí se comprometen a "respetar la soberanía de los
países y a la no injerencia en sus asuntos internos". Además, se reactiva un acuerdo de
seguridad de 2001 y memorandos de cooperación en materia economía, comercio, inversión,
tecnología, ciencia, cultura, deporte y juvenil de 1998.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, coincidió en que
es un avance positivo y confió en que sirva entre otros puntos para poner fin a la guerra en
Yemen, pero instó a mantenerse escéptico. “Estamos por ver si los iraníes van a respetar su
parte del acuerdo. No es un régimen que habitualmente cumpla su palabra".

Desde EE.UU. se restó importancia al hecho de que China haya ejercido de mediador y se
recalcó que el rol de Pekín no debe interpretarse como una pérdida de su propia influencia en
Oriente Medio.

Kirby apuntó que, aunque Estados Unidos no estuvo directamente implicado en este pacto, los
saudíes le mantuvieron informados, y consideró que lo que contribuyó a que Irán se sentara en
la mesa de negociación fueron las presiones internas y externas, "no una invitación de China".
El portavoz estadounidense añadió que Washington se mantendrá alerta respecto a China: "No
es que estemos ciegos. Ciertamente seguiremos vigilando a China mientras siga intentando
adquirir influencia y apoyos en el mundo por sus propios intereses egoístas", concluyó.

Podemos ver que Estados Unidos ve a China como una amenaza y viceversa. Una cultura
hobbessiana entre estas potencias.

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