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YEMEN DESDE EL NEORREALISMO:

El Neorrealismo, también conocido como Realismo Estructural, es una teoría de las


Relaciones Internacionales que se basa en el Realismo clásico, pero que enfatiza en la
importancia de las estructuras y el sistema internacional en la determinación del
comportamiento de los Estados. Esta teoría sostiene que el comportamiento de los Estados
está influenciado por las estructuras y las condiciones del sistema internacional, y no solo
por los intereses y la capacidad de poder de los Estados individuales.
Una de las principales características del Neorrealismo es su enfoque en la distribución de
poder en el sistema internacional. Según esta teoría, la distribución de poder entre los
Estados es el principal determinante del comportamiento de los Estados y la estabilidad del
sistema internacional.

El poder es un recurso escaso y los Estados buscan aumentar su poder relativo en relación
con otros Estados para proteger sus intereses nacionales. La distribución de poder en el
sistema internacional también puede afectar la probabilidad de conflicto entre los Estados,
ya que los Estados pueden sentirse más inseguros si creen que están en desventaja en
términos de poder.

Otra característica importante del Neorrealismo es su enfoque en las estructuras del


sistema internacional. Según esta teoría, el sistema internacional está compuesto por una
serie de estructuras, como la anarquía y la ausencia de un gobierno mundial centralizado,
que determinan el comportamiento de los Estados. En un sistema anárquico, los Estados
deben depender de sí mismos para proteger sus intereses y no pueden confiar en otros
Estados para hacerlo por ellos. Esta situación lleva a una competencia por el poder y los
recursos entre los Estados, lo que puede llevar a conflictos y guerras.
El Neorrealismo también se centra en la importancia de las alianzas y los equilibrios de
poder en el sistema internacional. Según esta teoría, los Estados forman alianzas para
aumentar su poder relativo y proteger sus intereses nacionales. El equilibrio de poder se
refiere a la distribución de poder en el sistema internacional, que puede cambiar con el
tiempo. Si un Estado se vuelve demasiado poderoso, puede amenazar la estabilidad del
sistema internacional, lo que puede llevar a otros Estados a formar alianzas para
contrarrestar su poder.

El conflicto de Yemen se ha convertido en uno de los conflictos más complejos y


destructivos del mundo actual. Desde una perspectiva del Neorrealismo, el conflicto puede
analizarse a través de su distribución de poder, la competencia por los recursos y el papel
de las alianzas y equilibrios de poder en la región.

En 2014, los rebeldes hutíes, un grupo chiita respaldado por Irán, tomaron el control de la
capital yemení de Sana'a, lo que llevó al presidente yemení, Abdrabbuh Mansour Hadi, a
huir del país. En respuesta, Arabia Saudita lideró una coalición de países árabes sunitas en
una intervención militar para restaurar al gobierno de Hadi y expulsar a los rebeldes hutíes
del poder.

Desde una perspectiva del Neorrealismo, este conflicto se puede entender en términos de la
competencia por el poder y los recursos en la región. Arabia Saudita, que lidera la coalición
militar, es un estado sunita que busca proteger sus intereses y aumentar su poder relativo
en la región. Por otro lado, Irán, que apoya a los rebeldes hutíes, es un estado chiita que
busca expandir su influencia en la región y contrarrestar el poder de Arabia Saudita.

La lucha de poder en el conflicto de Yemen, para el neorrealismo, se debe a la naturaleza


anárquica del sistema internacional. Según esta teoría, los actores internacionales,
especialmente los estados, se ven obligados a competir entre sí en un sistema en el que no
existe una autoridad superior que pueda imponer el orden y la justicia.

En el conflicto de Yemen, la lucha de poder se puede observar en la intervención militar


liderada por Arabia Saudita y sus aliados en apoyo del gobierno yemení reconocido
internacionalmente, mientras que los rebeldes hutíes cuentan con el apoyo de Irán. Esto
refleja la competencia por la influencia regional entre Arabia Saudita y sus aliados suníes y
la República Islámica de Irán, un estado chiíta. Además, otros actores internacionales, como
los Estados Unidos, han intervenido en el conflicto en apoyo de Arabia Saudita y sus
aliados, lo que ha contribuido a la escalada del conflicto.
Según el neorrealismo, los estados buscan maximizar su poder y seguridad en un sistema
internacional anárquico y esto implica competir por los recursos y la influencia en su
entorno. En este sentido, Arabia Saudita e Irán se ven como rivales estratégicos y compiten
por la influencia en el Golfo Pérsico y Oriente Medio. Para Arabia Saudita, Yemen es un
país vecino y su estabilidad es importante para la seguridad regional. Por otro lado, Irán ha
visto en el conflicto de Yemen una oportunidad para expandir su influencia y contrarrestar la
influencia saudí en la región.

Además, el conflicto también se puede entender en términos de las alianzas y los equilibrios
de poder en la región. Las alianzas en el conflicto de Yemen son una manifestación de la
lucha de poder y la competencia entre los actores internacionales en un sistema anárquico.
Las alianzas son el resultado de la búsqueda de los estados de maximizar su poder y
seguridad en una situación en la que no existe una autoridad superior que pueda garantizar
la estabilidad y la paz.

En el conflicto de Yemen, Arabia Saudita lidera una coalición de países árabes suníes que
intervino militarmente en apoyo del gobierno yemení reconocido internacionalmente. Esta
coalición incluye a los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Kuwait, Egipto, Jordania,
Marruecos, Senegal y Sudán. Estos países comparten una preocupación por la estabilidad
de la región y ven en el conflicto de Yemen una amenaza para su propia seguridad.
Además, Arabia Saudita y sus aliados ven en el conflicto una oportunidad para contrarrestar
la influencia de Irán en la región.

Por otro lado, los rebeldes hutíes cuentan con el apoyo de Irán, que busca expandir su
influencia en la región y contrarrestar la influencia de Arabia Saudita. Irán ha sido acusado
de suministrar armas y apoyo financiero a los hutíes, aunque ha negado estas acusaciones.
Además, los hutíes han establecido una alianza con el expresidente yemení Ali Abdullah
Saleh, que ha sido un importante líder político en Yemen y cuenta con el apoyo de una parte
significativa de las fuerzas armadas yemeníes.
En este contexto, otros actores internacionales, como los Estados Unidos y Gran Bretaña,
han intervenido en el conflicto en apoyo de Arabia Saudita y sus aliados, proporcionando
apoyo logístico y armas. Esta intervención ha contribuido a la escalada del conflicto y ha
aumentado la polarización en la región.
La falta de cooperación y diálogo entre los actores internacionales involucrados en el
conflicto también puede ser interpretada desde la perspectiva del neorrealismo. La falta de
un poder superior para imponer soluciones pacíficas, la necesidad de maximizar el poder y
la seguridad, y la falta de confianza entre los actores, impiden que se produzca una
resolución pacífica y duradera del conflicto.

Además, la naturaleza anárquica del sistema internacional también ha influido en el


conflicto. El hecho de que no haya un gobierno mundial centralizado ha llevado a que los
estados tengan que depender de sí mismos para proteger sus intereses, lo que ha llevado a
la competencia por el poder y los recursos en la región.

Según la teoría del neorrealismo, la naturaleza anárquica del sistema internacional es la


causa principal del conflicto en Yemen. El neorrealismo sostiene que en un sistema
internacional anárquico, los estados buscan maximizar su poder y seguridad a través del
equilibrio de poder, lo que a menudo resulta en una competencia por los recursos y la
influencia en la región.

En el caso de Yemen, la intervención militar liderada por Arabia Saudita y el apoyo de Irán a
los rebeldes hutíes se pueden entender como respuestas a la necesidad de equilibrar el
poder en la región. Desde la perspectiva del neorrealismo, los estados tienen que depender
de sí mismos para garantizar su seguridad y proteger sus intereses, y esto a menudo
significa formar alianzas y contrarrestar el poder de los rivales.

La intervención militar liderada por Arabia Saudita en Yemen se puede entender como un
intento de maximizar su poder e influencia en la región, y contrarrestar la influencia de Irán
en Yemen. Por otro lado, el apoyo de Irán a los rebeldes hutíes en Yemen se puede
entender como un intento de equilibrar el poder y contrarrestar la intervención militar
liderada por Arabia Saudita.

La naturaleza anárquica del sistema internacional también limita la capacidad de la


comunidad internacional para resolver el conflicto en Yemen. Debido a la falta de una
autoridad centralizada que pueda imponer el orden y la paz en la región, la comunidad
internacional ha tenido dificultades para encontrar una solución pacífica y duradera al
conflicto en Yemen.

En conclusión, el Neorrealismo proporciona una perspectiva útil para comprender el


conflicto en Yemen desde una lente de las Relaciones Internacionales. Destaca la
importancia de factores como la distribución de poder, la competencia por recursos e
influencia, las alianzas y los equilibrios de poder, y la naturaleza anárquica del sistema
internacional.

En el caso específico de Yemen, la competencia por el poder y los recursos en la región ha


llevado a la intervención militar liderada por Arabia Saudita y sus aliados en apoyo del
gobierno reconocido internacionalmente. Al mismo tiempo, Irán ha respaldado a los
rebeldes hutíes como una forma de contrarrestar la influencia saudita en la región.
La falta de una autoridad centralizada en el sistema internacional ha limitado la capacidad
de la comunidad internacional para resolver el conflicto de manera pacífica y duradera. La
ausencia de un poder superior que pueda imponer el orden y la justicia ha llevado a la falta
de cooperación y diálogo entre los actores internacionales involucrados.

En última instancia, el conflicto en Yemen continúa causando sufrimiento humano y


destrucción, y la búsqueda de una resolución pacífica sigue siendo un desafío. La
comprensión de las dinámicas internacionales y las motivaciones de los actores
involucrados puede contribuir a encontrar caminos hacia la estabilidad y la paz en la región.
Esto requiere el compromiso y la cooperación de la comunidad internacional en busca de
una solución negociada y sostenible.

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