Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El conflicto yemení escaló en marzo de 2015, cuando Arabia Saudita y otros ocho
países árabes, apoyados por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, lanzaron ataques
aéreos contra los hutíes con el objetivo de restaurar el gobierno de Hadi.
CAUSAS DE LA GUERRA:
El conflicto tiene sus raíces en la Primavera Árabe de 2011, cuando un levantamiento
forzó al presidente autoritario del país, Ali Abdullah Saleh, a dejar el poder en manos
de su vicepresidente, Abdrabbuh Mansour Hadi. La transición política llevaría la
estabilidad a Yemen, pero el presidente Hadi enfrentó diferentes problemas, entre
ellos los ataques por parte de al Qaeda y de un movimiento separatista en el sur, la
corrupción, la inseguridad alimentaria y el hecho de que muchos militares seguían
siendo leales a Saleh.
El movimiento hutí, que defiende a la minoría chiita zaidí de Yemen y luchó en varias
rebeliones contra Saleh en la década precedente, se aprovechó de la debilidad del
nuevo presidente para tomar el control de la norteña provincia de Saada y zonas
cercanas. Desilusionados por la transición, muchos yemeníes, sunitas incluidos,
apoyaron a los hutíes, y a finales de 2014 y principios de 2015 los rebeldes tomaron
Saná, la capital, forzando a Hadi a irse al exilio.
2)Principio de proporcionalidad.
Por principio de proporcionalidad se entiende reconciliar las ventajas prácticas
derivadas de un ataque con necesidades militares. Esta norma se fundamenta en que
el ataque no debe causar daños a personas y bienes de carácter civil que sean
excesivos con respecto a la esperada ventaja militar. De acuerdo con la clausula b del
artículo 57 "un ataque será suspendido o anulado si se advierte que el objetivo no es
militar o que goza de protección especial, o que es de prever que el ataque causará
incidentalmente muertos o heridos entre la población civil, daños a bienes de carácter
civil, o ambas cosas, que serían excesivos en relación con la ventaja militar concreta y
directa prevista".
Lo que ha hecho Arabia Saudí e guerra contra Yemen, ha sido apuntar a la población
civil. Un vistazo a las cifras internacionales publicadas sobre esta contienda indica la
violación del importante principio de la proporcionalidad por parte de la coalición
saudí. Conforme al más reciente informe del Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (Unicef), divulgado en junio pasado, cada dos horas pierden la vida una mujer
y 6 bebes yemeníes. De cada 10 niños, solo 3 tienen acceso a cuidados sanitarios. De
cada 37 recién nacidos, uno muere en el primer mes de nacimiento. En el 18 por ciento
de las regiones de Yemen no hay ningún médico; o la mayoría de los médicos han
abandonado el país por la guerra o bien no se presentan en los centros sanitarios y
hospitales por inseguridad o miedo a perder la vida. Asimismo, 1 071 000 niños
yemeníes se encuentran desplazados dentro del país, mientras que otros 360 mil
menores de 5 años sufren fuerte desnutrición.
3)Principio de distinción.
Otro principio básico del Derecho Internacional humanitario es el de distinción, por el
cual la población civil por no participar en la guerra está protegida por el Derecho
Internacional y debe estar fuera de las operaciones del enemigo. Asimismo, el principio
de distinción obliga a los gobiernos a distinguir entre los militares y los objetivos
militares, por un lado; y la población civil y los objetivos civiles, por el otro; y a que
ataquen solo los objetivos militares. Este principio incluye un valor de pacto
convencional e incluso ha sido reconocido como una regla obligatoria que no puede
ser violada.
la coalición saudí además de no hacer distinción respecto a los civiles durante sus
ataques, ha atacado deliberadamente objetivos no militares incluidos centros médicos,
escuelas, infraestructuras y viviendas, de manera que más del 80 por ciento de las
infraestructuras de Yemen han quedado destruidas por la guerra y más de 1 800
escuelas han quedado inutilizadas en distintas zonas del país. Según el informe del
Centro Legal de Derechos y Desarrollo, al concluirse el 4º año de la guerra de la
coalición saudí contra Yemen, han sido destruidos o daños 15 aeropuertos, 2 661
carreteras y puentes, 1 824 instituciones gubernamentales, 14 puertos, 193 estaciones
y generadoras eléctricas, 434 redes de comunicación, 341 centros médicos y
hospitales, 945 mezquitas y particularmente 424 mil 654 viviendas en Yemen.
El sistema internacional y las entidades internacionales deben tomar muy en cuenta
que los crímenes de la coalición contra Yemen dirigida por Arabia Saudí violan todas
las prohibiciones internacionales incluyendo la prohibición de ataques a personas y
bienes de carácter civil y prohibición al uso de cualquier tipo de armamento no
convencional. Las prohibiciones al empleo de ciertos materiales bélicos se
fundamentan en 4 reglas básicas del derecho internacional humanitario, a saber:
En todo conflicto armado, el derecho de las Partes en conflicto a elegir los métodos o
medios de hacer la guerra no es ilimitado (cláusula 1 del artículo 35 del Protocolo I
adicional a los Convenios de Ginebra, 1977)
Queda prohibido el empleo de armas, proyectiles, materias y métodos de hacer la
guerra de tal índole que causen males superfluos o sufrimientos innecesarios (cláusula
2 del artículo 35 del Protocolo I adicional)
Queda prohibido el empleo de métodos o medios de hacer la guerra que hayan sido
concebidos para causar, o de los que quepa prever que causen, daños extensos,
duraderos y graves al medio ambiente natural (cláusula 3 del artículo 35 del Protocolo
I adicional a los Convenios de Ginebra, 1977).
Queda prohibido el uso de material bélico incapaz de hacer distinción entre población
civil y combatientes, y entre bienes de carácter civil y objetivos militares.
Desgraciadamente, en este año y pese a que la coalición saudí ha vulnerado los
principios del Derecho Internacional, que deben respetarse en cualquier guerra, y
según lo dicho por el secretario general de la ONU, Antonio Guteres, se ha cometido la
mayor catástrofe humanitaria en las últimas décadas en el sistema global. Ninguna
institución internacional, sobre todo la ONU y la Corte Penal Internacional (CPI), no ha
hecho nada considerable y ni siquiera ha realizado una investigación independiente
sobre estos crímenes. La población pública en muchos países, incluyendo los países
islámicos y algunos países occidentales, reclaman el juicio a los responsables de los
mayores crímenes de la humanidad en Yemen, pero el apoyo abierto de Estado Unidos
en particular al príncipe heredero saudí, Mohamad Bin Salman, quien juega el papel
principal en la guerra contra Yemen, impide cualquier acción internacional al respecto.
El enfoque de las potencias occidentales en especial de EE.UU. ante la guerra de la
coalición saudí contra Yemen es otro destacado ejemplo de que los derechos humanos
son víctimas de los intereses de estos poderes.
El informe pide el cese inmediato de todos los actos violentos cometidos contra los
civiles y exige a las partes que adopten medidas para protegerlos y garantizar la
administración de justicia para todas las víctimas.
Insta a terceros Estados a abstenerse de suministrar armas que puedan utilizarse en el
conflicto y les recuerda que están obligados “a adoptar todas las medidas necesarias
que garanticen el respeto del derecho internacional humanitario por todas las partes
en el conflicto”.
Cinco años de violaciones continuas
El Grupo de Expertos realizó más de 600 entrevistas a víctimas y testigos, examinó
múltiples documentos e investigó casos representativos que sirvieron para establecer
pautas de conducta que mostraran presuntas violaciones de los derechos humanos en
Yemen desde septiembre de 2014.
El presidente del Grupo, Kamel Jendoubi, señaló que "las violaciones contra civiles
yemeníes continúan sin cesar tras cinco años de conflicto, con un total desprecio por la
difícil situación de la población y la falta de acción internacional para exigir
responsabilidades a las partes en el conflicto”.
Los expertos encontraron “motivos razonables” para creer que las hostilidades de las
partes en conflicto causaron un impacto extremo en la población civil y que muchas de
ellas “podían constituir violaciones graves del derecho internacional humanitario”.
Del mismo modo argumentaron que los actores implicados son responsables de la
privación arbitraria del derecho a la vida, de detenciones arbitrarias, desapariciones
forzadas, violencia sexual, tortura, malos tratos, reclutamiento de niños, violaciones de
las libertades fundamentales y de los derechos económicos, sociales y culturales.
El Grupo identificó a un número indeterminado de personas que podrían ser
responsables de crímenes internacionales y presentaron una lista confidencial de
nombres a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Asimismo, especificó que, en caso de no poder identificar a algún individuo, se
reconoció al grupo responsable.
La comunidad internacional, responsable por omisión
"Esta impunidad endémica -por las violaciones y abusos cometidos por todas las partes
en el conflicto- no puede tolerarse más. Las investigaciones imparciales e
independientes deben habilitarse para exigir responsabilidad a quienes no respeten los
derechos del pueblo yemení. La comunidad internacional tiene que dejar de hacer la
vista gorda ante estas violaciones y la intolerable situación humanitaria", dijo el
presidente del Grupo. Jendoubi calificó como “inhumana” la falta de acceso a
medicinas, agua y alimentación que sufre la población yemení y dijo que esta
restricción “debe cesar de inmediato”. Añadió que “la supervivencia de los 24 millones
de personas necesitadas debería ser la prioridad".
El Grupo también mostró su contrariedad ante el posible uso del hambre como
método de combate “ya que esos actos contribuían a privar a la población de cosas
indispensables para su supervivencia”.