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Esta es la prueba definitiva del troleo a ver si sirve el tutorial

Envenenaba a sus compañeros cada vez que discutía con ellos

La jueza imputa a Andrés 'el Candasu', exayudante de cocina de un restaurante, catorce


delitos de homicidio en grado de tentativa e investiga si tiene relación con la muerte
del cocinero del local

El pasado martes, el exayudante de cocina ingresó en el centro penitenciario de


Villabona (Asturias) acusado de catorce delitos de homicidio en grado de tentativa.
Tanto el Cuerpo Nacional de Policía como la jueza instructora consideran probado que
durante "al menos ocho años" administró a sus compañeros el medicamento Colme,
compuesto por cianamida cálcica, una sustancia para la deshabituación del alcoholismo
que consumida incorrectamente o mezclada con alcohol puede resultar letal. Las
pesquisas se centran ahora en averiguar si el reo pudiese estar involucrado en la
muerte del cocinero, quien sufrió un fallo cardiaco fulminante en el propio local en
mayo de 2011.

Detienen al pinche de una sidrería de Gijón por envenenar a sus 14 compañeros de


trabajo
El cocinero del restaurante falleció en extrañas circunstancias y el resto de los
empleados han sufrido graves problemas de salud

Mató presuntamente por envenenamiento al cocinero y lo intentó con catorce


más de sus compañeros. El exayudante de cocina del restaurante Lavaderu
ingresó este martes en el Centro Penitenciario de Villabona imputado por 14
delitos de intento de homicidio. Según pudo saber el periódico El Comercio, A.
A. F. F., de 55 años, podría llevar repitiendo esta práctica de presunto
envenenamiento de comida durante ocho años lo que, según avance la
instrucción, podría hacer que la calificación del delito se elevase a asesinato.

El caso se ha revelado digno de un guión de novela negra y ahora las


investigaciones se centran en determinar si el detenido pudiese haber añadido
el producto -cianamida cálcica- a los platos que se sirvieron a los clientes y si
está relacionado con la muerte del cocinero del establecimiento, fallecido el
pasado verano.

Las primeras indagaciones apuntan a que durante los últimos ocho años la
práctica del envenenamiento podría haber afectado al antiguo propietario del
restaurante (traspasado con el personal hace poco más de un año) y otros
empleados que vieron mermada su salud en los últimos tiempos e, incluso,
tuvieron que ingresar en el hospital en diversas ocasiones. El consumo de la
cianamida cálcica por personas sin problemas de alcoholemia puede provocar
arritmias, lesiones hepáticas, náuseas, ansiedad, cefaleas e hipertensión; y su
consumo prolongado puede ocasionar la muerte por fallos coronarios o
multiorgánicos. Sus contraindicaciones se agravan notablemente si se mezcla
con bebidas alcohólicas. La Policía considera que el hecho de que las víctimas
fuesen desconocedoras de lo que podrían estar ingiriendo de forma reiterada la
sustancia agravó las patologías.

Las investigaciones policiales se iniciaron el pasado verano a raíz de la muerte


del cocinero del establecimiento, uno de los más concurridos de Gijón. La
autopsia realizada al cadáver por los médicos forenses reveló la presencia del
producto tóxico en altas cantidades. Los allegados del fallecido aseguraron
entonces que la víctima no estaba sometida a ningún tratamiento de
deshabituación de alcoholismo, por lo que saltaron todas las alarmas.

Deterioro físico

Los agentes encargados del caso descartaron poco después que el hombre
hubiese sido víctima de un presunto envenenamiento por parte de su entorno
familiar. Las pesquisas se centraron entonces en el ámbito laboral. La sorpresa
llegó al verificar que otros trabajadores del Lavaderu habían visto mermada su
salud en los últimos tiempos. Incluso otro de los ayudantes de cocina llegó a
solicitar una baja médica prolongada.

Sin embargo, los facultativos sanitarios no determinaron el origen de su


deterioro físico, que mejoró en cuanto dejó de trabajar y por lo tanto de comer
la supuesta comida intoxicada.

Poco antes de traspasar el negocio el antiguo propietario sufrió un amago de


infarto, uno de los factores que puede desencadenar el consumo continuado del
producto tóxico. Su esposa también se encontraba delicada de salud, por eso
mismo optaron por dejar el restaurante que habían llevado casi una década.
Ambos se recuperaron y ahora regentan otro local. El Lavaderu lo traspasaron
con todo el personal, incluido el ayudante de cocina que ahora ha sido detenido.

«Consumir un día el producto puede acarrear malestar general, náuseas y


dolores de cabeza, sobre todo si se mezcla con la más mínima cantidad de
alcohol. Si es algo esporádico se elimina con facilidad, pero si se prolonga en el
tiempo y se hace habitual el consumo, puede incluso acarrear la muerte»,
explican los investigadores. Por eso mismo, no consideran que exista motivo
para la alarma social, a no ser que algún cliente comiese a diario en el local.

El fiscal pide penas que suman 65 años de prisión

El juicio oral contra el ayudante de cocina de un establecimiento de hostelería de Gijón


acusado de suministrar un fármaco a través de la comida, a diecinueve compañeros de
trabajo de la sidrería El Lavaderu, para el que el fiscal pide penas que suman 65 años
de prisión, comenzará el próximo jueves en el Juzgado de lo Penal número 1 de Gijón.

El juzgado ha reservado tres sesiones para la celebración de la vista oral, de cara a la


cual el Ministerio Público pide además para el acusado el pago de multas por valor de
4.320 euros y de indemnizaciones que rondan los 65.000 euros.

El hombre está acusado de trece delitos de lesiones y seis faltas de lesiones con la
agravante de confianza, suministró el fármaco a sus compañeros entre 2004 y 2012.

El fármaco que les suministró es "Colme" (Cianamida), indicado para la dependencia


del alcohol y que provoca una reacción si se ingieren bebidas alcohólicas.

El acusado, de 57 años, adquiría el fármaco por su relación de confianza de una


farmacia de Gijón, incumpliendo la normativa que exige su dispensa bajo receta
médica, hecho por el que se sigue un procedimiento administrativo en la Consejería de
Sanidad.

El fiscal relata que los trabajadores de la sidrería, que desconocían que se les estuviera
suministrando el fármaco, sufrieron al ingerir alcohol cuadros de malestar general,
como vómitos, mareos o pérdidas de peso inexplicables.

Ello provocó que algunos de ellos perdieran su puesto de trabajo por bajo rendimiento
y que otros lo abandonaran voluntariamente al percatarse de que mejoraban de estos
síntomas cuando no trabajaban en periodos vacacionales o bajas por enfermedad.

Algunos de los afectados requirieron incluso ingresos hospitalarios, detalla el fiscal,


que considera no acreditado que las prácticas que realizaba el acusado fueran las
causantes de la muerte de J.G.M., uno de los empleados de la sidrería.

El pasado 30 de enero el juzgado decidió prorrogar la prisión provisional comunicada y


sin fianza dictada en 2013 para el acusado al estar próximo a vencer el plazo de dos
años desde su ingreso en prisión provisional, previsto en la Ley de Enjuiciamiento
Criminal.

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