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INDECOPI
CICLO : X
SECCIÓN : A
TURNO : Noche
ICA - 2023
ACTIVIDAD Nº 02
CASUÍSTICA: CLÍNICA RICARDO PALMA
HECHOS:
En mayo del 2016, el juez del Segundo Juzgado Penal para Procesos con
Reos Libre de la Corte Superior de Lima, Luis Sánchez Gonzales, emplazó a los
denunciados José Manuel Américo Drago Silva, Luis Ojeda Medina, Luis Michilot
Ramos, Luis Rodriguez Baez y Fernando Veliz Vilcapoma para comparecer en la
audiencia por la presunta comisión del delito contra la vida, el cuerpo y la salud, en
la modalidad de lesiones culposas graves, en agravio de la señora Aguirre. El
proceso continuó por varios años sin que nadie fuera sancionado y sin que la multa
fuera cancelada. Al final prescribió.
ANTECEDENTES:
HECHOS:
Shirley fue operada tres veces por cálculos renales entre enero y febrero del
año 2016. A pesar de no haber sido sometida a exámenes para corroborar si no
quedaba algún cálculo, fue dada de alta. Diez días después de la última alta médica
(tercera operación) tuvo problema para miccionar y decidió regresar al Hospital
Almenara, donde los médicos notaron que aún tenía tres cálculos, por lo que le
volvieron a colocar otro catéter. Horas más tarde comenzó a sentir un fuerte dolor en
el riñón, pero en lugar de ser atendida a tiempo permaneció, según su abogado,
hasta doce horas en el pasillo de emergencias sin recibir atención oportuna. Tenía
una infección generalizada, motivo por el cual fue inducida al coma. También tuvo un
paro cardiorrespiratorio y, tras ello, los galenos notificaron a los padres que los
tejidos de los brazos y pies de la joven tenían necrosis, por lo que debían ser
amputados.
OPINIÒN:
Ante el caso expuesto puedo manifestar que es cierto que cada profesional se
encuentra sujeto a la LEX ARTIS, que es la denominación que en el ámbito judicial
se da a los niveles de calidad exigibles a los servicios profesionales y los que se
presumen, son avalados por los títulos académicos que el exhibe. Pero esto
discrepa en la practica y mas aun en las atenciones médicas, pues el caso de
Shirley Meléndez, es la prueba viviente de una serie de negligencias continuas, de
parte del profesional médico que, como consecuencia de las mismas, termino
perdiendo los brazos y las piernas. No podemos enfocar el presente caso desde la
culpa consciente, puesto de que toda intervención quirúrgica por más mínima que
parezca tiene riesgos para el paciente, y demanda toda la expertiz y capacidad del
profesional de la salud para prevenirlos y afrontarlos a nivel de personal e
infraestructura. En el presente caso Shirley Meléndez, fue operada en tres
oportunidades, donde los médicos intervinientes conocían la historia clínica de la
paciente, pues era tratada en dicho establecimiento por estar sometida a diálisis,
Cabe resaltar que los problemas los presenta desde la segunda operación, en donde
los intervinientes no logran una extracción total de los cálculos del uréter del riñón
derecho y quitan el catéter doble J, colocado en el uréter izquierdo, no colocando el
mismo en el uréter recién operado. De igual manera no existe una correcta
extracción de los cálculos en la tercera operación y producto de ello es que la
paciente hace un cuarto ingreso, pero a emergencia debido a una septicemia
generalizada, por lo cual los médicos tratantes deciden amputarle piernas y manos,
puesto que ya se habían gangrenado.
Aquí podemos apreciar, que si hubo dolo de parte de los médicos que
operaron a Shirley Meléndez a partir de la segunda cirugía, pues eran conocedores
de que los riñones de la intervenida generaban cálculos, pero no hicieron una
extracción y limpieza total, y menos colocaron el catéter doble JJ, el cual en la
práctica servía para disminuir la generación de cálculos, sumado a ello de que al
momento de que Shirley Meléndez ingresa por emergencia, no se cumplen los
protocolos establecidos para la atención a pacientes con infección generalizada, que
es la atención en un mínimo de 10 minutos y en el presente caso pasaron mas de 9
horas desde su llegada al nosocomio. Aquí podemos apreciar que hubo dolo directo
de parte del personal médico, pues los elementos cognitivos y volitivos eran de su
completo dominio, incumpliendo en todos los momentos, los protocolos de salud e
intervenciones médicas, a lo cual desde mi parecer no debieron ser absueltos,
puesto que su conducta traspasa la negligencia y se convierte en un acto doloso que
debió ser calificado como Lesiones culposas graves y penados tal como lo indica el
artículo 124º del Código Penal.
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