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Artículo DOI: 10.7759/cureus.30083

Importancia de la Nutrición Materna en el Primero

1.000 días de vida y sus efectos en el niño
Recibido el 05/09/2022 Desarrollo: una revisión narrativa
Revisión iniciada el 16/09/2022
Akanksha Likhar 1 2
Revisión finalizada el 29/09/2022 , Manoj S. Patil
Publicado el 08/10/2022

© Copyright 2022 1. Escuela de Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Medicina Jawaharlal Nehru, Instituto de Ciencias Médicas Datta Meghe
Likhar et al. Este es un artículo de acceso abierto (DMIMS), Wardha, IND 2. Investigación y Desarrollo, Facultad de Medicina Jawaharlal Nehru, Instituto de Ciencias Médicas Datta
distribuido bajo los términos de Creative Meghe (DMIMS), Wardha, INDIANA
Licencia de atribución común CC­BY 4.0.,
que permite el uso, distribución y reproducción sin
Autor correspondiente: Akanksha Likhar, likharshailly@gmail.com
restricciones en cualquier medio, siempre que se
cite al autor original y la fuente.

Abstracto
La nutrición materna debe abordarse durante el embarazo durante los primeros 1.000 días de vida del niño, o aproximadamente
entre la concepción y el segundo cumpleaños del niño. El lactante sólo necesita leche materna durante los primeros
seis meses de vida. La producción de leche materna y su valor nutricional esencialmente no se ven afectados por la
privación materna. La salud del niño se ve afectada cuando la dieta y la salud de la madre se ven perjudicadas. Esta
revisión tiene como objetivo discutir la importancia de la nutrición de las mujeres embarazadas y cómo impacta el desarrollo
y la expansión de un niño durante este período crítico de desarrollo, lo cual está respaldado por la literatura más reciente.
A lo largo del crecimiento del niño dentro y fuera del útero de la madre, se han identificado cuatro etapas distintas: (1) nueve
meses a cero meses: embarazo; (2) cero a seis meses: lactancia materna; (3) de seis a 12 meses: introducción de
alimentos sólidos; y (4) >12 meses: transición a la dieta familiar, valoración de los alimentos nutritivos ofrecidos en cada
período para el desarrollo del niño. Además, existe un fuerte vínculo entre nutrición, bienestar y aprendizaje. La ingesta
nutricional de bebés, niños y adolescentes mantiene el peso corporal y es suficiente para sostener su crecimiento y
desarrollo normales. Uno de los factores cruciales que influyen en el desarrollo de un niño es la nutrición. Durante
la infancia se produce un rápido crecimiento. En comparación con otras fases de crecimiento, esta fase tiene las
mayores necesidades relativas de energía y alimentos para el tamaño corporal.

Categorías: Salud Pública, Epidemiología/Salud Pública, Nutrición

Palabras clave: embarazo, posparto, madre durante la concepción, cambios infantiles a lo largo del tiempo, nutrición infantil,
crecimiento y desarrollo infantil, primeros 1000 días de vida.

Introducción y Antecedentes
Los 1.000 días encierran grandes posibilidades y una gran fragilidad en la vida de un niño. La capacidad de un niño para
desarrollarse, aprender y prosperar se ve significativamente afectada por qué tan bien o mal se alimenta y cuida a las madres
y los niños durante este período. Esto se debe a que el cerebro en desarrollo de un niño crece y se desarrolla durante los
primeros 1000 días. Este es también el período en el que se sientan las bases de su salud a largo plazo [1].
El cerebro de los niños puede crear 1.000 nuevas conexiones neuronales cada segundo durante este tiempo. Las
conexiones que forma el cerebro de un niño de tres años proporcionan la base para su futuro porque está dos veces más
ocupado que el cerebro de un adulto [2]. Lograr el bienestar físico y mental es un objetivo de vida. Los primeros 1.000 días
de una persona, o el período desde la concepción hasta los dos años, son los más cruciales para el desarrollo de su cuerpo,
cerebro, metabolismo y sistema inmunológico. La desnutrición se asocia con numerosos problemas de salud, como la
obesidad y el crecimiento deficiente [3]. Prenatalmente, se siembran las semillas de la salud del bebé, que se
desarrollan durante el desarrollo temprano y los efectos de los primeros 1000 días en la salud física y psicológica [3]. Las
investigaciones indican que el bienestar, la dieta y los niveles de estrés de una mujer embarazada probablemente
afecten el desarrollo del feto. Después del nacimiento, el entorno físico, la nutrición y las relaciones del niño pueden tener un
efecto a largo plazo en su bienestar y salud [4]. Durante esta etapa, la capacidad de crecimiento del niño puede verse
afectada por la nutrición y la salud materna e infantil. Según los especialistas, el cerebro y el cuerpo en desarrollo de un
niño sufren daños irreparables debido a una nutrición insuficiente durante los primeros 1.000 días de vida [5]. La
alimentación y los cuidados que necesita la futura madre durante el primer trimestre de su embarazo repercuten en los
primeros 1.000 días del embarazo. El descubrimiento temprano del embarazo es crucial para garantizar que la
ventana de oportunidad que se presenta a partir de los primeros 1.000 días se aproveche para brindar al niño y a la
madre un buen futuro. La ventana de oportunidad para remediar algunas deficiencias se acorta a medida que envejece,
convirtiéndose en un desafío para un adulto o un niño mayor manejar las dificultades de salud provocadas por un déficit. Sin
embargo, algunas deficiencias pueden remediarse parcialmente más adelante en la vida [5].

Revisar
Metodología
Realizamos una búsqueda en bases de datos electrónicas con el objetivo específico de encontrar literatura, una
búsqueda de resúmenes confiables y diversas fuentes, incluidos libros, que contengan estudios conceptuales y teóricos
detallados, manuales y literatura gris. Examinamos en qué han estado trabajando los expertos médicos y sociales para
descubrir los parámetros que permiten a los niños alcanzar una salud y un desarrollo óptimos. una literatura

Cómo citar este artículo

Likhar A, Patil MS (8 de octubre de 2022) Importancia de la nutrición materna en los primeros 1000 días de vida y sus efectos en el desarrollo infantil: una revisión
narrativa. Cureus 14(10): e30083. DOI 10.7759/cureus.30083
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La búsqueda se realizó sistemáticamente en PubMed, EMBASE, Google Scholar y otros. Los principales términos de búsqueda fueron
los primeros 1.000 días de vida, nutrición materna, crecimiento y desarrollo infantil, alimentación sólida, lactancia materna y dietas del
niño. Los criterios de inclusión para el estudio incluyeron madres en las etapas de preconcepción, durante el embarazo y posparto,
y niños de seis meses, nueve meses y 12 meses.
Los criterios de exclusión fueron estudios con mujeres solteras, adolescentes y adolescentes.

Discusión
¿Por qué es importante la nutrición?

Los primeros 1.000 días de vida de un niño son los más delicados e importantes para sentar las bases de su crecimiento y
desarrollo saludable. Los cambios en los resultados del nacimiento y el crecimiento y el retraso en el crecimiento de los recién nacidos
han quedado demostrados mediante el apoyo dietético durante los primeros 1.000 años de vida. Los malos resultados de salud materna
e infantil, en particular los malos resultados en el parto, están relacionados con una nutrición materna inadecuada durante la
concepción, el embarazo y después del parto [6]. El desarrollo del individuo y de la nación depende de la nutrición. La evidencia
presentada aquí se suma al conjunto de investigaciones que muestran que varios objetivos de desarrollo están fundamentalmente
influenciados por una buena nutrición. Abordar la malnutrición debe ser la máxima prioridad de la agenda de desarrollo sostenible
post­2015 [7]. La capacidad de un niño para desarrollarse, aprender y prosperar depende fundamentalmente de una buena
nutrición durante el embarazo y los primeros años de vida [8]. Según investigaciones sobre cómo se desarrollan los niños, la alimentación
saludable; interacciones consistentes y receptivas con los cuidadores; y entornos afectuosos son los tres apoyos fundamentales que los
niños necesitan para tener éxito como personas. El desarrollo físico, social, emocional y cognitivo puede verse afectado cuando falta
uno o más de estos apoyos, lo que puede conducir a la pérdida de posibilidades que son un derecho de nacimiento de todo niño [9].
Varios nutrientes son cruciales para el crecimiento del cerebro inducido por el embarazo. Estos consisten en lípidos específicos, proteínas,
cobre, folato, zinc, yodo, hierro y cobre [9]. Los niños que reciben una nutrición adecuada durante los primeros 1.000 días tienen una
mayor probabilidad de nacer con un peso saludable; tienen un riesgo reducido de desarrollar una serie de enfermedades y
trastornos, como la obesidad y la diabetes tipo 2; convertirse en mejores estudiantes con menos problemas de conducta en el
jardín de infantes; y beneficiarse de una mejor salud y estabilidad financiera [10].

Efectos de la nutrición en el desarrollo infantil

Procesos complejos como el crecimiento y el desarrollo requieren una proporción adecuada de nutrientes [11]. La salud de una madre y
la de su hijo están entrelazadas durante los primeros 1.000 días. Las mujeres deben recibir la nutrición, la atención y la asistencia
que necesitan para garantizar un futuro saludable para ellas y sus hijos [12]. Antes de la concepción, durante el embarazo y durante la
lactancia, una dieta materna bien planificada es fundamental [13]. Revertirlo puede ser un gran desafío después de los dos años, por lo
que una dieta óptima y la corrección de los déficits nutricionales durante los primeros años son cruciales [14]. Sin embargo, para mejorar
el crecimiento, la salud y la supervivencia de los niños, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Internacional de
Emergencia para la Infancia (UNICEF) de las Naciones Unidas crearon la Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y del Niño
Pequeño [14]. El desarrollo físico y mental de un niño puede verse obstaculizado si una mujer está desnutrida durante el embarazo o
durante los dos primeros años de vida del niño. El niño se verá afectado por esto por el resto de su vida y no podrá deshacerse
cuando sea mayor. Los niños tienen derecho a un entorno amoroso y seguro, a alimentos saludables y a tratamientos médicos esenciales
para mantenerlos sanos, fomentar el crecimiento y promover el desarrollo [15]. Durante esta compleja etapa de la vida, existen
numerosos factores que contribuyen al crecimiento, incluida la dieta, los factores genéticos y epigenéticos y la regulación hormonal [16]. Se
deben obtener todos los nutrientes necesarios para fomentar un embarazo saludable y promover un desarrollo óptimo. Ocho nutrientes
vitales desempeñan un papel específico durante los primeros 1.000 días de vida, a saber, carotenoides (luteína + zeaxantina), colina,
folato, yodo, hierro, ácidos grasos omega­3 y vitamina D. Otros nutrientes para la madre, el recién nacido y La salud de los niños
pequeños incluye magnesio, vitamina A, vitamina B y otros oligoelementos [17]. Si bien son esenciales para el desarrollo neurológico
fetal, el ácido fólico y el yodo suelen ser deficientes en la dieta de las mujeres embarazadas [18]. El retraso en el crecimiento o el
crecimiento fetal deficiente durante los primeros dos años de vida causan daños permanentes, incluido un menor peso al nacer de los
hijos, una menor estatura adulta, menores ingresos en los adultos y una menor educación de los adultos [19]. La Tabla 1 enumera las
cuatro etapas en las que ocurre el desarrollo en la vida de un niño.

Número de serie Etapas

1 Nueve meses a cero meses: embarazo

2 Cero a seis meses: lactancia materna

3 De seis a 12 meses: introducción de alimentos sólidos.

4 >12 meses: transición a la dieta familiar

TABLA 1: Etapas de desarrollo infantil.

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Nueve meses a cero meses: embarazo

Una dieta sana y equilibrada antes de la concepción y durante el embarazo ayuda al feto en crecimiento a nutrirse y ayuda a la madre
a crear las mejores reservas corporales antes de la lactancia materna [20].
Según las recomendaciones dietéticas de la población general, las mujeres embarazadas deben llevar una dieta equilibrada. Al final del
embarazo, solo deben aumentar ligeramente su ingesta de calorías de lo recomendado para mujeres que no están embarazadas, no más
del 10% [21]. Para la salud del feto, las consideraciones cruciales incluyen el peso de la madre, los hábitos alimentarios y el estado nutricional
antes y durante el embarazo.
Las complicaciones del embarazo relacionadas con la concepción, la placenta, el embrión, el desarrollo fetal, el crecimiento fetal y los
problemas perinatales, así como la fertilidad materna y paterna, se producen antes y durante el embarazo y son causadas por una nutrición y
un peso excesivos e inadecuados, con resultados subóptimos del embarazo para la mujer. madre e hijo [22]. Comer una variedad de alimentos
en las cantidades recomendadas es un paso inteligente para mantener una buena salud [23]. Durante el embarazo, las proteínas se forman y
reparan la sangre y el tejido muscular del útero, así como el tejido del bebé. El hierro actúa como elemento central de la proteína hemoglobina,
que transporta oxígeno desde los glóbulos rojos a los tejidos. El hierro es necesario para el suministro de sangre del bebé durante el embarazo
a medida que aumenta la cantidad de sangre en el cuerpo. El desarrollo de los dientes y huesos del bebé, así como la cicatrización de las
heridas, depende de la vitamina C. El corazón, los músculos, los huesos, los dientes y la función nerviosa del bebé se desarrollan gracias al
calcio, que también es importante para el control de líquidos. El cerebro y la columna vertebral de un bebé necesitan ácido fólico. Durante el
embarazo, el ácido fólico también ayuda a la producción de sangre. Un problema congénito grave en el cerebro o la columna vertebral del bebé,
los defectos del tubo neural (DTN), se puede evitar con suficiente ácido fólico en la dieta. Con una cantidad adecuada de ácido fólico, los
defectos del tubo neural se pueden prevenir en el 70% de los casos [24].

Cero a seis meses: lactancia materna

La leche materna proporciona al recién nacido la base dietética ideal durante los primeros seis meses de vida porque está especialmente
formulada para satisfacer sus necesidades. Todos los nutrientes que necesita un recién nacido se encuentran en las cantidades adecuadas
en la leche materna. Además, el calostro ayuda en los primeros días de desarrollo de la inmunidad y prevención de infecciones.
La leche materna sigue cambiando a medida que se desarrolla para satisfacer las necesidades nutricionales en evolución [25]. La lactancia
materna ayuda a equilibrar la nutrición durante los primeros seis meses, lo que supone una ventana de oportunidad que ningún otro primer
alimento puede igualar. Garantiza que el niño reciba el mejor comienzo en la vida. Todos los recién nacidos deben ser amamantados
exclusivamente hasta los seis meses, según recomiendan los pediatras. Las madres y los familiares no están obligados a darle al bebé glucosa,
azúcar moreno, azúcar, agua corriente o miel durante esta etapa. La leche materna, que contiene todos los nutrientes que un bebé necesita para
crecer y desarrollarse, es una dieta sana y completa para cualquier bebé menor de seis meses [26]. La leche humana puede cubrir todos los
requerimientos nutricionales en los primeros seis meses de vida, a excepción de la vitamina D, según los pediatras. Los bebés que son
amamantados o que reciben menos de 27 onzas de fórmula por día deben recibir un suplemento de vitamina D que contenga al menos 400 UI
de vitamina D lo antes posible después del parto. La mayoría de los recién nacidos tienen suficientes reservas de hierro para los primeros seis
meses de vida.
El omega 3 DHA está presente en la leche humana y en la mayoría de las fórmulas comerciales para bebés [27].

De seis a 12 meses: introducción de alimentos sólidos

Ofrecer comidas ricas en nutrientes ayuda al bebé a desarrollar hábitos alimentarios saludables para el futuro, incluso si la leche
materna y la fórmula proporcionan la mayor parte del alimento hasta que el niño cumpla un año. Además, hay algunas escasez de nutrientes
que pueden necesitar ser suministrados a partir de aproximadamente los seis meses [28]. Cuando llega el momento de introducir sólidos, la
mayoría de las calorías y nutrientes del niño provienen de la leche materna o de fórmula. En cambio, los alimentos sólidos deben considerarse
alimentos extra [29]. A muchos padres les resulta difícil y desconcertante introducir alimentos sólidos y semisólidos en la dieta de sus
bebés. La edad del niño, su hambre y su ritmo de crecimiento son aspectos a tener en cuenta a la hora de introducir alimentos sólidos. La
Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) aconseja que los alimentos semisólidos comiencen cuando el bebé tiene seis meses porque
representan una gran transición. Esta edad suele corresponderse con la maduración neuromuscular necesaria para ingerir alimentos
sólidos. Cuándo introducir alimentos sólidos a un niño pequeño depende de una variedad de factores, incluida la edad, el hambre y la tasa
de crecimiento.

Productos de cereales: cuando le dé alimentos sólidos a un niño por primera vez, se deben considerar cereales simples como el cereal de arroz.
Los cereales proporcionan hierro adicional que es necesario para un crecimiento y desarrollo saludables. Los productos de trigo deben
introducirse al final porque son más alérgicos.

Fruta: Se pueden considerar frutas en puré, sin adornos o maduras, como puré de plátanos, melocotones o puré de manzana. Haga puré la
fruta después de agregar leche materna o fórmula para bebés. Se deben evitar los cítricos por su alta acidez durante el primer año de vida, y
los postres elaborados con frutas no deben contener azúcar extra.
Los postres contienen calorías extra que no son necesarias y podrían aumentar el peso y la obesidad. Además, los zumos 100% de fruta se
pueden presentar al bebé cuando tenga siete meses y puede tomarlos a sorbos en una taza. Antes de proporcionar zumo 100% de fruta a un
bebé, es vital filtrar la pulpa o diluirla con agua. Se deben evitar las bebidas azucaradas como las bebidas deportivas, los refrescos y el té, ya que
pueden provocar daños en los dientes y añadir calorías innecesarias a la dieta.

Verduras: Se pueden hacer puré de manera similar a las frutas agregando leche materna o fórmula para recién nacidos. Las verduras no se
deben salar porque hacerlo podría suponer una carga para los riñones del bebé.

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Proteína: utilizando leche materna o fórmula infantil, haga puré de proteínas como pollo, carne de res, cerdo, tofu o frijoles de
una manera similar a cómo se preparan las frutas y verduras [30].

>12 meses: transición a la dieta familiar

Durante los primeros años, el crecimiento se ralentiza ligeramente, pero comer sigue siendo una necesidad importante. Además,
ahora es el momento de que los padres cambien de rumbo, eliminen el biberón y marquen el comienzo de una nueva era en la
que los niños comen y beben solos [31]. Proporcionar una nutrición adecuada una vez que un niño comienza a comer una
variedad de comidas al comenzar con alimentos sólidos. A pesar de su tendencia a ser quisquillosos con la comida, debemos
animar a los niños pequeños a comer una variedad de comidas. Puede ser esencial volver a probar un tipo de alimento con
diferentes comidas antes de que el niño lo acepte, a menudo de ocho a 15 veces. A medida que crecen, los niños normalmente
se adaptan cambiando por sí solos su consumo de alimentos. La necesidad de proteínas, vitaminas y minerales de un niño
aumenta a medida que crece, al igual que sus demandas de energía [32]. Aproximadamente a los 12 meses de edad se debe
fomentar un crecimiento saludable, la AAP recomienda consumir 1000 calorías, 700 mg de calcio, 600 UI de vitamina D y 7 mg
de hierro al día [33] (Figura 1).

FIGURA 1: Seis etapas desde el recién nacido hasta los dos años: los primeros 1.000 días de
vida.

Disponible en https://blogs.unicef.org/jamaica/the­first­1000­days/ [34].

Conclusiones
La salud futura de un niño depende de una nutrición adecuada durante los primeros 1.000 días de vida, así como durante
el embarazo y los primeros años de vida. Según la investigación, la dieta de la madre, el peso y las elecciones de estilo de
vida pueden afectar el sistema inmunológico, el desarrollo de órganos y el metabolismo del bebé. Construir una
relación con los padres u otros cuidadores en un entorno seguro y amoroso, comer los alimentos adecuados (y proporcionar
un entorno enriquecedor tanto para la madre como para el bebé) y participar en juegos estimulantes con regularidad son
componentes esenciales de un desarrollo infantil saludable. Los niños que experimentan los efectos positivos de los primeros
1.000 días pueden ganar hasta un 20% más cuando sean adultos que sus pares y tienen más probabilidades de formar sus propias familias.

información adicional
Divulgaciones
Conflictos de intereses: De conformidad con el formulario de divulgación uniforme del ICMJE, todos los autores declaran
lo siguiente: Información de pago/servicios: Todos los autores han declarado que no recibieron apoyo financiero de ninguna
organización para el trabajo enviado. Relaciones financieras: Todos los autores han declarado que no tienen relaciones financieras
en la actualidad ni en los últimos tres años con ninguna organización que pueda tener interés en el trabajo presentado. Otras
relaciones: Todos los autores han declarado que no existen otras relaciones o actividades que puedan parecer haber influido
en el trabajo presentado.

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