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Tecnología de ciencia alimentaria J

https://doi.org/10.1007/s13197­021­05193­3

ARTÍCULO DE REVISIÓN

Alimentos funcionales y su impacto en la salud

Musthafa Mohamed Essa1,2,10 • Muhammed Bishir3,4 • Abid Bhat3,4 • Saravana Babu
Chidambaram3,4 • Buthaina Al­Balushi1 • Hamdan Hamdan5,6 • Nagamaniammai Govindarajan7 • Robert
P. Freidland8 • M. Walid Qoronfleh9

Revisado: 23 de junio de 2021 / Aceptado: 25 de junio de 2021

Asociación de Científicos y Tecnólogos de Alimentos (India) 2021

Resumen Los alimentos funcionales juegan un papel importante para uso en el mantenimiento de la salud. El mercado de alimentos funcionales
mantener un estilo de vida saludable y reducir los factores de riesgo de sigue expandiéndose y se prevé que pronto alcanzará un valor de al menos
diversas enfermedades. La mayoría de los alimentos tienen un elemento funcional.
91 mil millones de dólares. Encima­

que se encarga de mejorar el estado de salud. Todas las sustancias Una abrumadora evidencia de estudios preclínicos (in vitro e in vivo) y
alimenticias como frutas, verduras, cereales, carne, pescado y lácteos clínicos ha demostrado que la ingesta de alimentos funcionales podría

contienen ingredientes funcionales. Una amplia gama de sustancias tener un impacto en la prevención de enfermedades crónicas, especialmente
naturales de origen vegetal y animal que tienen componentes activos que cáncer, enfermedades cardiovasculares, trastornos del tracto
desempeñan un papel en acciones fisiológicas merecen atención para su gastrointestinal y enfermedades neurológicas.
óptimo funcionamiento. Es necesario realizar una investigación exhaustiva para determinar la

y Musthafa Mohamed Essa 10

Facultad de Ciencias Agrícolas y Marinas, Universidad Sultán Qaboos, PO 34, Al­
drmdessa@gmail.com Khoud, Muscat 123, Sultanato de Omán

1
Departamento de Ciencia de los Alimentos y Nutrición, CAMS, Sultan
Universidad Qaboos, Mascate, Omán

2
Grupo de Investigación sobre Envejecimiento y Demencia, Sultán Qaboos
Universidad, Mascate, Omán

3
Departamento de Farmacología, Facultad de Farmacia JSS, Academia
JSS de Educación Superior e Investigación, Mysuru, India

4
Centro de Farmacología y Toxicología Experimental,
Animalario Central, Academia de Educación Superior JSS
e Investigación, Mysuru, India

5
Departamento de Fisiología, Universidad Al Faisal, Riad,
Arabia Saudita

6
Departamento de Neurociencia, Facultad de Medicina de Baylor,
Houston, Texas, Estados Unidos

7
Departamento de Ingeniería de Procesos Alimentarios, Facultad de
Ingeniería y Tecnología, Instituto de Ciencia y Tecnología SRM
Tecnología, Kattankulathur, Chengalpettu, Tamil Nadu,
India

8
Departamento de Neurología, Facultad de Ciencias de la Universidad de Louisville
Medicina, Louisville, KY 40202, EE. UU.

9
Instituto de Investigación Q3CG (QRI), Investigación y Política
División, 7227 Rachel Drive, Ypsilanti, MI 48917, EE. UU.

123
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Beneficios potenciales para la salud de la aplicación adecuada de estos
alimentos para mejorar el estado de salud y combatir la progresión de
enfermedades crónicas. El objetivo de esta revisión es realizar un estudio
exhaustivo de la literatura para comprender las diversas clasificaciones
de alimentos funcionales y sus beneficios para la salud.
Palabras clave Alimentos funcionales Nutracéuticos Alimentos vegetales
Frutas Verduras Nueces Antioxidantes Probióticos
Introducción
Los alimentos funcionales se consideran alimentos que tienen posibles
efectos beneficiosos para la salud más allá de su valor nutricional básico.
Promueven la buena salud y reducen el riesgo de enfermedades. Los
alimentos funcionales han ganado una gran popularidad en todo el mundo
y se les conoce comúnmente como "nutracéuticos" y "alimentos de
diseño". El concepto de alimento funcional fue iniciado y regulado por el
Ministerio de Salud y Bienestar de Japón en el año 1980 y luego avanzó a
América del Norte y otros mercados (Mellentin et al. 2014). La cantidad de
compuestos biológicamente activos es muy pequeña en los alimentos y
su efecto beneficioso se ha estudiado en modelos de roedores y en
estudios clínicos. Resultados
Los estudios epidemiológicos han demostrado que el consumo de frutas,
productos animales y vegetales específicos ricos en compuestos bioactivos
reduce el riesgo de diversos trastornos metabólicos y cáncer (Karasawa y
Mohan 2018) (Fig. 1).
Se han estudiado moléculas bioactivas naturales como la curcumina,
el resveratrol, la quercetina, el sulforfano, la epigalocatequina, el licopeno
y el ácido elágico por sus efectos directos e indirectos en diversas vías
moleculares. La curcumina es el principal componente bioactivo de la
Curcuma longa y se encuentra en la especia cúrcuma y en otras fuentes.
Ha sido estudiado por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias
(Sneharani 2019). El resveratrol (3,5,4­trihidroxistilbeno) se encuentra en
las uvas y las granadas y los estudios han demostrado sus beneficios
sobre la función vascular, la inmunidad y la microbiota intestinal (Chaplin
et al. 2018). Las manzanas son ricas en quercetina, que ha demostrado
potentes propiedades neuroprotectoras en enfermedades
neurodegenerativas (Elumalai y Lakshmi 2016). Las verduras crucíferas
como el brócoli, el repollo y la col rizada abundan en sulforfano, que es
un. Potente activador de la vía Nrf2­ARE y promotor del redox, protegiendo
así del estrés oxidativo. Además, el sulforfano modula las enzimas
metabolizadoras de xenobióticos de fase I y II e inhibe directamente la
unión de carcinógenos al ADN, previniendo la formación de aductos de
ADN (Juengel et al. 2017). Las epigalocatequinas son un grupo de
compuestos que se encuentran en las hojas de té y que se ha demostrado
que tienen propiedades farmacológicas generalizadas. Estudios recientes
han determinado que las epigalocatequinas inhiben la
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expresión y actividad de la indoleamina 2,3­dioxigenasa en células de
cáncer colorrectal humano (Ogawa et al. 2012).
(Tabla 1). La producción de alimentos y los hábitos alimentarios
desempeñan un papel fundamental en la salud, el medio ambiente y la
vida social de los seres humanos. El objetivo de esta revisión es realizar
un estudio exhaustivo de la literatura para comprender las diversas
clasificaciones de alimentos funcionales y sus beneficios para la salud.
Clasificación de alimentos funcionales.
Los alimentos funcionales se clasifican en tres categorías: (1) alimentos
utilizados convencionalmente, (2) alimentos modificados, (3) ingredientes
alimentarios. Los alimentos utilizados convencionalmente no han sufrido
ninguna modificación y aparecen como un todo, como verduras, frutas,
pescado, lácteos, legumbres y cereales, que tienen potentes beneficios
para la salud. Los alimentos modificados son aquellos alimentos que han sido
enriquecido o fortificado con un nutriente específico para promover
beneficios para la salud. Los alimentos modificados incluyen calcio,
antioxidantes y bebidas fortificadas con vitaminas, pan enriquecido con
calcio y folato, productos enriquecidos con fibras vegetales, esteroles y
ácidos grasos omega 3, son ejemplos comunes de alimentos funcionales
modificados (Hasler et al. 2009 ).
La fortificación es un término común que describe la práctica de
mejorar la cantidad de un micronutriente específico en un alimento. Se
trata de una solución sostenible y rentable para superar las deficiencias
de micronutrientes. Similar a la fortificación, otro término común utilizado
en la mejora de los alimentos es
Fortificantes, que normalmente se encuentran en los alimentos crudos,
pero que se pierden durante el procesamiento de los alimentos. Para
superar este problema se han desarrollado técnicas como la biofortificación,
en la que se ha determinado el contenido de nutrientes de la fuente de alimento.
aumentado mediante la ingeniería genética y la cría selectiva (Hasler et
al. 2009).
La tercera clase de alimentos funcionales son los prebióticos. Gibson
y Roberfroid fueron los primeros en definir los prebióticos, los definieron
como "componentes alimentarios que nutren el crecimiento y la actividad
de un solo y/o grupo específico de microorganismos que residen en el
tracto gastrointestinal, mejorando así la condición de salud del
huésped". .La forma más común de prebióticos es la inulina y la
oligofructosa.
Regulan selectivamente los microorganismos intestinales útiles, como
bacterias y hongos. El concepto de prebióticos fue introducido por primera
vez en 1995 por Glenn Gibson y Marcel Roberfroid. La oligofructosa, como
los fructooligosacáridos (FOS), los galactooligosacáridos (GOS) y los
transgalactooligosacáridos (TOS), son los prebióticos más comunes.
La microbiota intestinal fermenta estas oligofructosa para producir ácidos
grasos de cadena corta (AGCC), ácido butírico, ácido acético y ácido
propiónico, que tienen posibles beneficios para la salud.
Los principales beneficios para la salud incluyen mejorar la cognición, la
inmunidad, el Ca2? absorción y disminución de la prevalencia del síndrome
del intestino irritable (SII) y del cáncer colorrectal.
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Fig. 1 Beneficios para la salud de los alimentos funcionales
Las bacterias que fermentan aeróbicamente la fibra dietética
producen ácidos grasos de cadena corta que mejoran la integridad
del epitelio intestinal del epitelio del colon y mejoran la barrera
sanguínea intestinal. Los ácidos grasos de cadena corta también
ingresan fácilmente al torrente sanguíneo y atraviesan la barrera
hematoencefálica produciendo saciedad. También mejoran
epigenéticamente la producción de linfocitos reguladores que son
activamente antiinflamatorios (Blaak et al. 2020).
Alimento funcional de origen vegetal.
Las plantas son una rica fuente de oxidantes naturales y ayudan a
fortalecer la inmunidad innata y protegen de los efectos tóxicos de
los oxidantes. Muchas moléculas de las células vivas son propensas
a la oxidación y las moléculas antioxidantes que están presentes
en el cuerpo y que se obtienen de fuentes vegetales ayudan a
luchar contra los oxidantes y sus
efectos nocivos sobre el organismo. Los antioxidantes naturales se
encuentran ampliamente distribuidos en alimentos y plantas
medicinales. Los polifenoles son un ingrediente bioactivo clave
responsable de las propiedades antioxidantes. Además, se ha
demostrado que tienen propiedades antialérgicas, anticancerígenas,
antimutagénicas (Alshatwi et al. 2010) y neuroprotectoras (Yu et al. 2017).
En esta revisión, analizamos algunos de los alimentos derivados de
plantas que son ricos en polifenoles y otros compuestos bioactivos.
Tomate
Los tomates son frutos de Lycopersicon esculentum y se originaron
en México. Se consideran vegetales y uno de los productos
alimenticios más consumidos en todo el mundo. El Lycopersicon
esculentum tiene un color rojo intenso que se asocia con el pigmento
carotenoide sintetizado durante la maduración del fruto. La mayoría
de los frutos y
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Tabla 1 Estructuras químicas de algunos constituyentes bioactivos.

Bioactivo Estructura Propiedades

Constitucion

licopeno Previene la mutación del ADN (Lindshield et al. 2007), mejora el perfil lipídico
(Ibrahim et al. 2008), inhibe el crecimiento tumoral (Tang et al. 2005)

Neoxantina Potentes propiedades antioxidantes (Lindshield et al. 2007)

carotenoides Potentes propiedades antioxidantes (Lindshield et al. 2007)

isorhamnetina Inhibe la tumerogénesis (Damon et al. 2005)

S­metilo Previene la rotura de las cadenas de ADN. Inhibición de la activación carcinógena por
cisteína citocromo P450 (H.Wiseman 2005)
sulfóxido

péptido LPYPR Reduce el colesterol total y el colesterol LDL (Yoshikawa et al. 2000)

Flavonoides Potentes propiedades antioxidantes

ácido elágico Potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias (Akbar et al. 2015)

Punicalagina Ayuda a reducir la hipertensión, la artritis, el cáncer, la hiperglucemia, la oxidación.

estrés y mantenimiento de los niveles de colesterol (Zarfeshany et al. 2014)

Las verduras contienen a qué moléculas fenólicas pertenece. criptoxantina, b­caroteno, c­caroteno, f­caroteno, a­caroteno, fitoeno,
la familia de los flavonoides. El tomate contiene una gran cantidad de fitoflueno, ciclolicopeno­neu­rosporeno y b­caroteno 5,6­epóxido
compuestos bioactivos como licopeno, neoxantina, vio­laxantina, a­ (Burns et al. 2003) .
criptoxantina, zeaxantina, luteína, b­

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El licopeno es el compuesto bioactivo más destacado de los tomates
y ha sido ampliamente estudiado durante la última década.
Aproximadamente 100 g de tomate contienen 12 mg de licopeno.
Químicamente, el licopeno es caroteno acíclico con 11 dobles enlaces
conjugados, estos dobles enlaces dependen de la isomería y se
informa que sus isómeros se encuentran en el plasma sanguíneo. El
cuerpo humano por sí solo es incapaz de sintetizar carotenoides, por lo
que depende completamente de las fuentes dietéticas. Se ha informado
que el 85% del licopeno en la dieta humana se obtiene del tomate y de
productos alimenticios a base de tomate. Además, el licopeno es un
intermediario clave en la biosíntesis de otros carotenoides esenciales
como el b­caroteno y las xantofilas (Ruiz­Sola y Rodríguez­Concepción
2012).
Se ha informado que el consumo de alimentos ricos en vitaminas,
carotenoides y taninos protegen al organismo del daño oxidativo. El
licopeno es un potente antioxidante y puede proteger el ADN de los
radicales libres y así prevenir mutaciones que provocan cáncer
(Lindshield et al. 2007).
Además, se informó que una mayor cantidad de licopeno (20 mg de
licopeno/kg de dieta) procedente de la salsa de tomate y el ketchup
mejora los perfiles lipídicos de las ratas hiperlipidémicas (Ibrahim et al. 2008).estrés oxidativo provoca daño endotelial debido a la disminución de los
Este resultado sugiere que aumentar el consumo de tomates es
beneficioso en pacientes hiperlipidémicos. También se sabe que el
licopeno es un potente anticancerígeno. Un estudio de Alshatwi et al.
(2010) habían demostrado que el licopeno puede proteger a las células
de la aberración cromosómica. El licopeno atrapa el oxígeno singlete,
perjudica la formación de radicales libres y protege así el ADN del daño
oxidativo. Además, mejora el funcionamiento de los genes, las enzimas
metabolizadoras de carcinógenos, las vías apoptóticas y la función
inmune. La investigación clínica sugiere que el licopeno es beneficioso
en el cáncer de próstata. La mayoría de los estudios in vivo e in vitro se
han centrado en modelos de cáncer de próstata. Los estudios de Tang
et al. analizaron el efecto del licopeno sobre la tasa de crecimiento de
líneas celulares de glándula prostática DU145 en ratones desnudos
BALB/c. Descubrieron que el licopeno en dosis de 100 y 300 mg/kg
inhibía el crecimiento del tumor en un 56% y un 76% respectivamente
(Tang et al. 2005).
La ingesta dietética de tomate previene el desarrollo de carcinoma
hepatocelular inducido por una dieta rica en grasas en ratones con
doble knockout BCO1/BCO2 al disminuir la expresión de ARNm de
mediadores proinflamatorios y aumentar el NAD? producción mediante
la regulación positiva de la expresión de sirtuina 1 y nicotinamida
fosforribosiltransferasa. Esta acción está mediada por el aumento de la
riqueza y diversidad microbiana y la reducción de la abundancia de
Clostridium y Mucispirillum. También se ha descubierto que las semillas
de tomate reducen
micutes/Bacteroidetes, Rikenella, Enterorhabdus y aumenta la
abundancia de ratones Lactobacillusin (Xia et al. 2018).
Se han realizado varios ensayos clínicos para evaluar
las propiedades anticancerígenas del licopeno. La mayoría de los
Los estudios se centraron en la concentración del antígeno prostático
específico (PSA), que determina el riesgo de cáncer de próstata. Un
estudio de Chen et al. (2001), 32 pacientes con cáncer de próstata
recibieron un suplemento con salsa de tomate durante 21 días (30 mg
de licopeno/día). Descubrieron que el consumo de salsa de tomate
reducía el nivel de PSA en un 20%.
Además, la estimación bioquímica del tejido prostático reveló una
disminución en la proporción de 8­hidroxi­20 ­desoxiguanosina (8­
OHdG) (marcador de estrés oxidativo asociado con el cáncer) a 20
­desoxiguanosina (un marcador de daño oxidativo del ADN) en pacientes
suplementados con salsa de tomate en comparación con pacientes de
control normales. Se encontraron resultados similares en el estudio de
Grainger et al. (2008), encontraron que el consumo diario de productos
de tomate (licopeno 25 mg/día) durante 56 días redujo los niveles de
PSA en el 34% de los pacientes. El ensayo clínico de fase 2 de Lyc­o­
Mato 15 mg/día de licopeno también ha mostrado una disminución
en los niveles de PSA (Vaishampayan et al. 2007).
Los efectos protectores del licopeno están bien estudiados en las
enfermedades cardiovasculares. Las potentes propiedades del licopeno
para combatir los radicales libres protegen las células endoteliales. El
niveles de óxido nítrico (NO), lo que provoca daño a las células endoteliales.
El licopeno reduce el estrés oxidativo, mejora la disponibilidad de NO,
promueve la vasodilatación endotelial y alivia el daño del ADN, los
lípidos y las mitocondrias (Abdel­Daim et al. 2018). Hung et al. 2008
demostró el papel beneficioso del licopeno en la aterosclerosis y otros
eventos cardiovasculares inducidos por inflamación. Descubrieron que
el licopeno puede inhibir la activación inducida por el factor de necrosis
tumoral (TNF­a) del factor nuclear Kappa B (NF­jB) y la expresión de
otras moléculas como la molécula de adhesión intracelular­1 (ICAM­1).
Además, el licopeno también inhibe la interacción entre monocitos y
células endoteliales, lo que puede explicar el papel beneficioso del
licopeno en las enfermedades cardiovasculares (Hung et al. 2008).
Algunos estudios clínicos también han informado de la relación entre
el consumo de licopeno y las enfermedades cardiovasculares. Un
estudio cruzado aleatorio de Agarwal y Rao (1998) informó una
disminución significativa en la peroxidación de lípidos séricos y la
oxidación de LDL. El período de retraso de la oxidación de lipoproteínas,
que es una medida de protección contra el estrés oxidativo, aumentó en
sujetos sanos que consumieron sopa de tomate durante 15 días. Otro
ensayo clínico de Shen et al. (2007) trataron a 24 sujetos con diversas
formulaciones de tomate (todas las formulaciones entregaban 40 mg de
licopeno/día) durante 42 días, encontraron una disminución en los
niveles de triglicéridos y colesterol LDL y un aumento en los niveles de
lipoproteínas de alta densidad.
El licopeno se ha estudiado ampliamente en enfermedades
neurodegenerativas tanto en etapas preclínicas como clínicas.
El licopeno reduce el estrés oxidativo, restaura el potencial de la
membrana mitocondrial e inhibe la vía apoptótica temprana
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activación en neuronas corticales de rata expuestas a amiloide b.
La administración de licopeno en ratones transgénicos Tau
aumentó la consolidación de la memoria al reducir la fosforilación
de tau, las concentraciones de malonaldehído (MDA) y aumentar
la actividad de la glutatión peroxidasa (GSH­Px) (Yu et al.
2017). El licopeno reduce el daño neuronal y aumenta la expresión
de BDNF en la región del hipocampo de ratas con EA.
El licopeno también inhibe el agotamiento de la dopamina en la
sustancia negra y el cuerpo estriado y previene el daño neuronal
en un modelo de enfermedad de Parkinson en roedores. Además,
también se ha informado que el licopeno tiene efectos
beneficiosos en la enfermedad de Huntington, la depresión y la
isquemia cerebral al reducir el estrés oxidativo e inhibir la
liberación proinflamatoria (Chen et al. 2019) (Fig. 2).
Fig. 2 El licopeno presente en el tomate es un potente antioxidante que proporciona varios beneficios para la salud.
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Brócoli
El brócoli son las flores de Brassica oleracea var. cursiva.
Su cabeza floral, sus hojas y su tallo se consumen como
vegetales en todo el mundo. El brócoli se originó en el imperio
romano por los cultivadores primitivos y luego se hizo popular en
la península italiana y Sicilia. El brócoli se considera comúnmente
como la "joya de la corona de la nutrición" porque es inmensamente
rico en una variedad de nutrientes como vitaminas, minerales,
fibras y metabolitos secundarios. 100 g de brócoli contienen:
calorías (31 g), proteínas (2,5 g), carbohidratos (6 g), azúcar (1,5
g), fibra (2,4 g) y grasa (0,4 g).
El brócoli es rico en compuestos que contienen azufre y se ha
informado que sus productos biometabólicos, los glucosinolatos
y los isotiocianatos, tienen potentes propiedades anticancerígenas.
Además, el brócoli también es rico en polifenoles como la
isorhamnetina, el ácido sinápico, la quercetina y la rutina. Además,
es rico en vitamina K, B1, B2 (Damon et al. 2005) y
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minerales como Na, K, Ca, Mg, Cl, P y S. El consumo dietético
de vegetales crucíferos es altamente beneficioso para prevenir el
cáncer de estómago, colon, tiroides, piel y próstata. La propiedad
anticancerígena del brócoli está asociada con el sulforafano,
indoles, polifenoles, vitaminas y minerales. Se ha informado que
el sulforafano previene la tumorogénesis inducida por
carcinógenos. Redujo la incidencia, la multiplicación y el
crecimiento del cáncer de mama en ratas tratadas con
dimetilbenzantraceno (DMBA). Además, el sul­forafano o el
isotiocianato de 4­metilsulfinilbutilo induce enzimas de
desintoxicación de fase 2 como las glutatión transferasas, la
epóxido hidrolasa, la NAD(P)H: quinona reductasa y las
glucuronosiltransferasas mediante la inhibición de las interacciones
Nrf2­Keap 1 y la activación de la MAP quinasa (Bai Y). et al.
2015)). En un estudio clínico en el que los sujetos consumieron
250 g/día (9 oz/día) de brócoli, se descubrió que el consumo de
brócoli aumentaba la excreción urinaria de un carcinógeno
potencial: el 2­amino­1­metil­6­fenilimidazo [4, 5 ­b] piridina
(PhIP), que se encuentra comúnmente en la carne (Wal­ters et
al. 2004). También se ha informado que el brócoli altera el
microbioma intestinal en los humanos.
Varios estudios han informado de las propiedades
cardioprotectoras del brócoli. Los brotes de brócoli son ricos en
glucorafanina, que es un producto metabólico del sulforafano. Se
ha informado que la glucorafanina puede inducir proteínas de
fase II, lo que a su vez disminuye el estrés oxidativo y la
inflamación tanto en los riñones como en el sistema
cardiovascular. Por lo tanto, reduce el riesgo de hipertensión y
aterosclerosis en ratas espontáneamente hipertensas propensas
a sufrir accidentes cerebrovasculares (Wu et al. 2004). En un
estudio clínico en el que los sujetos consumieron brotes de brócoli eficaces para inhibir la actividad de la ácido graso sintasa y, por
(100 g/día) durante una semana, se encontró que los niveles de colesterol totaldisminuyen
lo tanto, y HDL aumentaron.
los niveles de colesterol disminuyeron (Murashima et al. 2004).
El brócoli reduce los niveles de ARNm y proteínas de los
miembros de la superfamilia de tiorredoxinas que se encuentran
comúnmente después de una lesión por reperfusión isquémica,
por lo que el brócoli mejora la función cardíaca, reduce el riesgo
de infracción de miocardio y apoptosis de cardiomiocitos
(Mukherjee et al. 2008).
Se ha descubierto que el sulforafano, compuesto bioactivo del
brócoli, es beneficioso en las enfermedades neurodegenerativas.
El brócoli inhibe la activación de las células gliales y mejora la
expresión de los receptores GABA, AMPA y NMDA en la región
del hipocampo de ratas. El consumo de brócoli inhibe la cascada
de señalización NF­jB y las citoquinas proinflamatorias
responsables de la neuroinflamación. El brócoli también regula
positivamente la expresión de la vía Nrf2, inhibe la apoptosis
neuronal y mejora la consolidación de la memoria en ratones
(Subedi et al. 2019). El brócoli protege de la neurotoxicidad
inducida por Ab en el modelo de línea celular al mediar en el
funcionamiento mitocondrial, aumentar los niveles de ARNm de
Hsp70 y mejorar la expresión de la señalización Nrf2­ARE (Masci
et al. 2015).
Soja
La soja (Glycine max) es una especie de leguminosa originaria
del sudeste asiático y fue cultivada por primera vez por agricultores
chinos alrededor del año 1100 a.C. Las semillas de soja se
componen de proteínas (35 a 40%), lípidos (20%) y fibra (9%).
Las principales fracciones bioactivas de la soja incluyen péptidos,
isoflavonas, saponinas e inhibidores de proteasa. Las fracciones
proteicas más importantes de la soja son la b­conglicinina (bCG,
7S) y la glicinina (11S), que constituyen alrededor del 80­90% de
todas las proteínas de la soja. Además, las semillas de soja
también son ricas en isoflavonas que tienen potentes propiedades
estrogénicas y antiestrogénicas, y en saponinas que han
demostrado tener importantes propiedades antiinflamatorias,
anticancerígenas y cardioprotectoras (Guang et al. 2014).
La mayoría de los estudios científicos se han centrado en las
propiedades hipolipidémicas de la soja. Yoshikawa et al. en el
año 2000 descubrieron el péptido bioactivo LPYPR a partir de la
fracción de glicina de la soja. Descubrieron que la administración
de LPYPR (50 mg/kg) reducía significativamente los niveles de
colesterol total y colesterol LDL en ratas (Yoshikawa et al. 2000).
Estudios adicionales revelaron que LPYP funciona inhibiendo la
enzima 3­hidroxi­3­metilglutaril CoA reductasa (HMGR), que es
la principal enzima limitante de la velocidad en la biosíntesis del
colesterol. Además, otros péptidos derivados de la glicina como
IAVPGEVA e IAVPTGVA habían mostrado potentes efectos
inhibidores sobre la enzima HMGR, promoviendo así la actividad
hipolipidémica.
Además, se ha descubierto que los péptidos derivados de bCG
como KNPQLR, EITPEKNPQLR y RKQEEDEDEEQQRE son
los niveles de triglicéridos séricos en roedores
(Singh et al. 2014).
Los péptidos bioactivos que están disponibles en los productos
alimenticios están bien estudiados por sus propiedades
antihipertensivas (Singh et al. 2014). Los péptidos bioactivos
aislados incluyen: valil­prolil­prolina (Val­Pro­Pro), isoleucil­prolil­
prolina (Ile­Pro­Pro) y (Tyr­Pro). Estos péptidos provocan su
acción inhibiendo la enzima convertidora de angiotensina (ECA),
que es una enzima clave en la regulación de la presión arterial
(Cam y de Mejía 2012). Los productos alimenticios de soja
fermentada comercializados como la salsa de soja, el natto y el
tempeh son abundantes en péptidos inhibidores de la ECA (Herna
´ndez­Ledesma et al. 2004). La soja coreana fermentada
contiene el péptido antihipertensivo HHL, y la soja fermentada
con Bacillus natto o Bacillus subtilis contiene dos péptidos
antihipertensivos VAHINVGZK y YVWK (Singh et al. 2014).
La suplementación con soja mejora la transmisión colinérgica
al aumentar los niveles de acetilcolina en la corteza y la región
del hipocampo de ratas (Pan et al. 1999). La soja también
promueve la liberación de factores neurotróficos que tienen un
papel fundamental en el desarrollo y funcionamiento del cerebro.
123
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La soja regula positivamente la expresión del factor neurotrófico derivado
del cerebro en la región cortical de ratas, el factor de crecimiento nervioso
en la corteza y el hipocampo de ratas (Pan et al. 1999) y mejora el
rendimiento de la memoria en ratones, lo que se corrobora con la
disminución de los niveles elevados de lípidos en sangre y aumento de la
actividad de los neurotransmisores en ratones. Los estudios clínicos también
han encontrado que la ingesta de soja mejora la memoria tanto a corto como
a largo plazo. También se ha descubierto que la soja mejora las funciones
motoras en la enfermedad de Parkinson al inhibir el metabolismo de la
levodopa en humanos (Liu et al. 2007).
Espinaca
La espinaca (Spinacia oleracea) es una verdura de hoja verde que
pertenece a la familia Amaranthaceae y se originó en Persia en el siglo VII.
Las espinacas se consumen tanto crudas como cocidas. Los principales
constituyentes químicos son principalmente agua (91,4%), carbohidratos
(3,6%), proteínas (2,9%) y grasas (0,4%). La fracción lipídica se compone
principalmente de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) (Park 1966).
Además, las espinacas son una fuente abundante del carotenoide leutina,
que es muy beneficioso para pacientes con degeneración macular y
cataratas (Olmedilla et al. 2003). En comparación con otras verduras de
hoja, las espinacas son ricas en flavonoides, que incluyen patuletina,
espinacetina, espinatósido, jaceidina y flavona (Koh et al. 2012). Estos
compuestos son responsables de las potentes propiedades antioxidantes y
antiinflamatorias de las espinacas.
Las propiedades antioxidantes de las espinacas están bien establecidas.
Los estudios han informado que las espinacas eliminan el radical 2,2'­Azino­
bis(ácido 3­etilbenzotiazolina­6­sulfónico; ABTS), el anión superóxido (O2­),
el Fe2?, el radical peroxilo, el radical hidroxilo y el peroxinitrito, protegiendo
así a las células de daños oxidativos (Jaiswal et al. 2011). Una mezcla de
antioxidantes naturales (NAO) soluble en agua extraída de las espinacas
contiene polifenoles y flavonoides. Se descubrió que la NAO era eficaz para
prevenir la formación de malonaldehído (MDA) (Bergman et al. 2001). Las
propiedades antiinflamatorias de las espinacas también están bien
establecidas. Los animales tratados con NAO derivada de espinacas y luego
expuestos a lipopolisacárido han mostrado una reducción de la gravedad de
las lesiones y un alivio de la inflamación mediada por la COX2 (Bergman et
al. 2001). Además, la leutina tiene una posible propiedad eliminadora de
radicales libres y, por lo tanto, reduce los niveles de PGE2, TNF­a e IL­1b
en el modelo inflamatorio inducido por LPS. La ingesta de espinacas reduce
el volumen del infarto, reduce la actividad de caspasa en la corteza cerebral
y aumenta la actividad locomotora en el cerebro de rata con isquemia focal
(Lingappan 2018).
Los estudios clínicos también han demostrado las posibles propiedades
cardioprotectoras de las espinacas. En un ensayo controlado y aleatorizado,
Jovanovski et al. (2015) habían planteado la hipótesis de que el consumo a
corto plazo de espinacas, que es alto
123
Tecnología de ciencia alimentaria J
contenido de nitrato, esto puede afectar la rigidez arterial así como la presión
arterial central y periférica. Los pacientes recibieron suplementos de
espinacas (845 mg de nitrato/día). Encontraron una reducción posprandial
en el índice de aumento y concluyeron que el consumo de espinacas
contribuye a las propiedades hemodinámicas, a la disminución de la rigidez
arterial y a la presión arterial central.
arroz integral
El arroz integral es un arroz integral al que se le ha quitado la cáscara
exterior no comestible. La revolución verde de los años 1960 y 1970 ha
mejoró el rendimiento de los cultivos y la economía de los países asiáticos
como Japón y Corea. Desde entonces, estos países se centraron en mejorar
el sabor, la apariencia y la textura del arroz. Un estudio de metaanálisis de
(Itani et al. 2002) ha demostrado que el aumento del consumo de arroz rico
en azúcar, como el arroz procesado, y el estilo de vida sedentario aumentan
la incidencia de diabetes tipo 2. Esto sucedió debido a la molienda del
arroz, que desecha la capa exterior de aleurona rica en micronutrientes,
proteínas y fibra. El arroz integral posee importantes beneficios para la salud
en comparación con el arroz blanco. Una taza de arroz integral hervido tiene
216,4 calorías de energía, grasas monosaturadas y polisaturadas (0,64 gy
0,63 g respectivamente), 44,8 g de carbohidratos y 5,3 g de proteínas.
Además, el arroz integral también es una rica fuente de fibra (3,5 g), tiamina
(12%), riboflavina (15%), ácido nicotínico, zinc (8%), hierro (5%), magnesio
(21%), fosfórico (16%) y ácido pantoténico (6%). El componente de vitamina
E del arroz integral consta de ocho homólogos lipídicos a, b, cyd, tocoferol
o tocotrienol, que tienen potentes propiedades eliminadoras de radicales
lípidos peroxi, previniendo así el envejecimiento celular (Kim et al. 2015).
Lee et al., realizaron un estudio clínico aleatorizado de 12 semanas en
el que se asignó a pacientes con diabetes tipo 2 a seguir una dieta vegana
a base de arroz integral. Descubrieron que la dieta vegana a base de arroz
integral es más eficaz para el control de la glucemia en pacientes con
diabetes tipo 2 que la dieta convencional. Además, también encontraron una
reducción en los niveles de HbA1C entre los pacientes que seguían la dieta
vegana (Lee et al. 2016).
Kozuka et al., han dilucidado el mecanismo subyacente de cómo el arroz
integral mejora la intolerancia a la glucosa e impide la aparición de diabetes.
Investigaron el efecto del c­orizanol (orz), que es un componente químico
importante del arroz integral, sobre el comportamiento alimentario y la
homeostasis de la glucosa. Descubrieron que orz mejoraba significativamente
la intolerancia a la glucosa y esto se logró atenuando el estrés del retículo
endoplásmico en ratones alimentados con una dieta rica en grasas.
El uso de la línea celular HEK293 reveló que orz inhibe de manera
prominente la actividad transcripcional en el elemento sensible al estrés del
retículo endoplásmico. Además, también encontraron que orz regulaba
significativamente a la baja la expresión genética del estrés del retículo
endoplásmico relacionado.
Machine Translated by Google
Tecnología de ciencia alimentaria J
moléculas en células neuronales derivadas del cerebro de un feto de ratón.
Además, también se ha demostrado que orz mejora la alteración de los
islotes pancreáticos inducida por la glucolipotoxicidad al mejorar la
secreción de insulina estimulada por glucosa e inhibir la secreción excesiva
de glucano (Kozuka et al. 2015).
Alforfón
El trigo sarraceno (BW) es un alimento funcional sin gluten que se
consume comúnmente y pertenece al género Fagopyrum de la familia
Polygonaceae. Se considera un alimento de alto valor nutricional debido a
la presencia de proteínas, lípidos, fibra dietética, minerales, compuestos
fenólicos y esteroles. El trigo sarraceno contiene flavonoides como la rutina
y compuestos polifenólicos como la hiperina y la quercitrina, y los estudios
demostraron que la quercetina podría ser responsable de los efectos
beneficiosos.
BW también es rico en aminoácidos lisina, arginina y vitaminas (Giménez­
Bastida y Zielinski 2015). Recientemente se ha descubierto que el trigo
sarraceno también contiene ácido c­aminobutírico (GABA) y 200­
hidroxinicotianamina. BW ha demostrado poseer una fuerte actividad
antioxidante y previene el daño al ADN inducido por el estrés oxidativo
(Zhou et al.
2012). Los compuestos fenólicos y flavonoides presentes en el BW ejercen
un efecto antiinflamatorio al reducir la expresión de IL­6, IL­1b y TNF­a e
inhiben NF­jB (Hole et al.
2009). El consumo de BW reduce la grasa corporal, los lípidos de baja
densidad (LDL) y aumenta el contenido de lípidos de alta densidad (HDL)
y reduce el colesterol y los triglicéridos (TG) en ratas (Kayashita et al.
1996), inhibiendo así el desarrollo y progresión de enfermedades
cardiovasculares. La ingesta de peso corporal también afecta la expresión
de ARNm de las enzimas responsables del metabolismo de los lípidos. BW
disminuye la expresión de glucosa­6­fosfato deshidrogenasa y ácido graso
sintasa y regula negativamente la expresión de PPAR­c, receptor­c activado
por el proliferador de peroxisomas, CCAAT/proteína a de unión
potenciadora, proteína 1c de unión a elementos reguladores de esteroles
y respuesta a carbohidratos. proteína de unión a elementos y de genes
lipogénicos acetil­coenzima a carboxilasa 1 o 2 (ACC1 y 2), estearil­
coenzima A oxidasa y FA sintasa (Choi et al. 2007). Los estudios preclínicos
han demostrado que el BW reduce los niveles de glucosa en sangre en
ratas diabéticas (Yao et al. 2008), inhibe la actividad de la a­amilasa y la a­
glucosidasa (Lee et al., 2015) y también modula la saciedad, mejora la
sensibilidad a la insulina y tolerancia a la glucosa en pacientes con
hiperglucemia (Qiu et al. 2016).
Los polifenoles presentes en el trigo sarraceno ejercen una neuroprotección
debido a su actividad eliminadora de radicales libres. Se ha demostrado
que el trigo sarraceno mejora la memoria espacial al inhibir la liberación
de glutamato y la producción de óxido nítrico en ratas con isquemia cerebral
inducida (Giménez­Bastida y Zie­linski 2015). El trigo sarraceno también
mejoró la memoria en el modelo in vivo de EA al reducir el estrés oxidativo
en ratones (Choi et al. 2007) (Fig. 3).
Varios estudios clínicos también han demostrado posibles beneficios
para la salud del BW. Él y otros. (1995) han demostrado que la ingesta
diaria de 100 g de colesterol redujo tanto el colesterol total como el LDL en
850 personas de minorías étnicas en China. En un estudio cruzado doble
ciego de Wieslander et al. (2011) las muestras se complementaron con
peso corporal normal (16,5 mg de rutina/día) y galletas tártaras de peso
corporal (359,7 mg de rutina/día) durante dos semanas. Descubrieron que
el consumo de galletas tártaras BW reducía la mieloperoxidasa sérica, el
colesterol sérico total y el colesterol HDL. Además, también descubrieron
que el consumo de peso corporal tartario mejoraba la capacidad vital
pulmonar.
Por tanto, el consumo de BW reduce los marcadores inflamatorios y los
eventos cardiovasculares en los seres humanos.
Las frutas como fuente de alimento funcional.
Las frutas son una rica fuente de fibra, vitaminas y compuestos polifenólicos
y antocianinos. Estos compuestos tienen muchas funciones fisiológicas y
retrasan la aparición de cambios relacionados con el envejecimiento,
ayudan a combatir infecciones y enfermedades crónicas, impiden el cáncer,
la osteoporosis y la progresión de enfermedades neurológicas. Algunas de
las frutas que actúan como alimento funcional se analizan a continuación.
arándanos
Los arándanos eran conocidos como "súper frutas" debido a su fuerte
actividad antioxidante y su rico contenido en compuestos polifenólicos. Los
arándanos contienen flavonoides y no flavonoides. Las antocianinas
(60%) son los componentes principales.
Malvidina 3­galactósido, delfinidina 3­galactósido, del­finidina 3­arabinósido,
petunidina 3­galactósido, petunidina 3­arabinósido, malvidina 3­arabinósido,
cianidina 3­glucósido, cianidina 3­galactósido, cianidina 3­arabinósido y la
delfinidina 3­glucósido son las principales antocianinas presentes en los
arándanos. Los arándanos también contienen proantocianidinas, flavonoles
y ácido clorogénico. Las especies de arándanos disponibles comercialmente
son Vaccinium corymbosum L., V. virgatum Aiton, V. angustifolium, V.
myrtillus L. La asociación entre una mayor ingesta de antocianinas y
beneficios para la salud ha sido bien estudiada.
Una mayor ingesta de antocianinas se asoció con una disminución del
riesgo de hipertensión en las mujeres, una mejor función vascular y ayuda
en el mantenimiento del peso (Bertoia et al.
2016). Los arándanos también resultan beneficiosos para la diabetes.
Una mayor ingesta de antocianinas mejoró la sensibilidad a la insulina,
redujo la inflamación y el estrés oxidativo en pacientes diabéticos (Li et al.
2015). La ingesta de antocianinas también redujo el riesgo de enfermedad
de Alzheimer, demencia y EP (Gao et al. 2012). Los estudios in vitro han
demostrado que las antocianinas mejoran la viabilidad y la diferenciación
de las células epiteliales de la córnea humana (Song et al. 2010) y mejoran
123
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Fig. 3 Mecanismo por el cual la ingesta de trigo sarraceno proporciona beneficios en diferentes enfermedades.
Sensibilidad de los fotorreceptores de la retina. Se ha demostrado
que los arándanos reducen la progresión del cáncer al inhibir la
producción de moléculas proinflamatorias, el estrés oxidativo y los
productos del estrés oxidativo, como el daño al ADN, la inhibición de
la proliferación de células cancerosas y el aumento de la apoptosis
(Johnson y Arjmandi 2013).
Granada
Los frutos de granada (Punica granatum L) son una rica fuente de
fitoquímicos como polifenoles, antocianinas, taninos, flavonoides,
lignanos, terpenoides y esteroles. El elagitanino, que se descompone
en ácido elágico, es el principal componente activo de la granada,
responsable de su fuerte actividad antioxidante (Akbar et al. 2015).
Punicalagina y punicalina son los otros dos elagitaninos que tienen
actividad antioxidante y antiinflamatoria (Vucˇic´ et al.
2019). Numerosos estudios han afirmado que las granadas tienen
beneficios para la salud en la prevención de enfermedades crónicas
como la hipertensión, la artritis, el cáncer, la hiperglucemia, la
reducción del estrés oxidativo y el mantenimiento de los niveles de
colesterol (Zarfe­shany et al. 2014).
Khan et al. (2007) ha revelado que el jugo de granada inhibe el
crecimiento celular, induce proteínas proapoptóticas y regula
negativamente las proteínas antiapoptóticas y suprime la progresión
del cáncer de próstata y de mama, así como del cáncer de pulmón y
colon (Khan et al. 2007). El extracto de fruta de granada (PFE)
utilizado en este estudio fue rico en seis
123
Tecnología de ciencia alimentaria J
antocianinas (pelargonidina 3­glucósido, cianidina 3­glucósido,
delfinidina 3­glucósido, pelargonidina 3,5­diglucósido, cianidina 3,5­
diglucósido y delfinidina 3,5­diglucósido), elagitaninos y taninos
hidrolizables. Los datos de Invi­tro han mostrado una disminución de
la viabilidad celular en A549 después de la administración de PFE.
Descubrieron que PFE regula positivamente las moléculas reguladoras
del ciclo celular como WAF1/p21 y KIP1/p27. WAF1/p21 y KIP1/p27
se consideran moléculas universales inhibidoras de los complejos
ciclina­cdk. La administración de PFE también ha disminuido
significativamente las moléculas asociadas a ciclina­cdk. Además, la
administración de PFE disminuyó la progresión de las células de
carcinoma de pulmón humano A549 en ratones atímicos. La potente
propiedad antioxidante ayuda a la naturaleza quimioprotectora del
PFE.
Los estudios han demostrado el papel del jugo de granada en la
prevención de la hipertensión y las enfermedades cardíacas
congestivas (Es­maillzadeh et al. 2006). El jugo de granada también
promueve la expresión de factores de transcripción como CREB y
BDNF, que desempeñan un papel fundamental en el desarrollo del cerebro.
El jugo de granada reduce los depósitos cerebrales de beta amiloide
al aumentar la expresión de CREB y proteínas sinápticas que
también estaban involucradas en la escisión de la proteína precursora
de amiloide en ratones transgénicos modelo de la enfermedad de
Alzheimer (Braidy et al. 2016 ). La disminución de la expresión de
beta amiloide en el hipocampo debido a la ingesta de granada mejora
las funciones cognitivas en ratones.
El jugo de granada también mejora la supervivencia neuronal,
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Tecnología de ciencia alimentaria J
protege del estrés oxidativo, reduce la agregación de a­sinucleína y
podría aumentar la actividad mitocondrial en el modelo de rotenona de la
enfermedad de Parkinson. La administración de granada también reduce
la neuroinflamación y
Funciones motoras mejoradas en ratones (Kujawska et al. 2019).
mango
El mango (Mangifera indica L.) es rico en polifenoles y otros micronutrientes
que ejercen varios beneficios para la salud.
Mangiferina, ácido gálico, galotaninos, quercetina, isoquercetina, ácido
elágico y b­glucogalina son los polifenoles presentes en el mango. Las
partes del mango se han utilizado en el sistema tradicional en el tratamiento
de diversas enfermedades.
Los extractos de mango contrarrestan el daño oxidativo inducido por la
producción excesiva de radicales libres y ejercen actividad antiinflamatoria
en modelos de colitis en ratones al reducir la expresión de mediadores
inflamatorios a través de la vía IGF1R/AKT/mTOR (Kim et al. 2016 ). El
extracto de mango tiene efectos beneficiosos en la hipoglucemia al inhibir
las actividades de a­amilasa y a­glucosidasa (Gondi y Prasada Rao
2015). Los compuestos bioactivos del mango también han demostrado
poseer actividad anticancerígena mediada por la regulación negativa del
factor antiapoptótico Bcl­2 y la activación de las proteasas caspasas. La
ingesta de mango reduce el riesgo de obesidad y promueve la función
endotelial. Los fitoquímicos presentes en el mango mejoran el perfil lipídico
y reducen el aumento de la presión arterial en ratas hipertensas (Liu et al.
2003). La ingesta de mango también reduce el desarrollo de enfermedades
neurológicas como la enfermedad de Alzheimer. In vitro e in vivo
Los estudios han confirmado que la magniferina protege las neuronas
eliminando las ROS y restaura el potencial de la membrana mitocondrial
y mejora el rendimiento cognitivo (Bhatia et al. 2008).
Los frutos secos como fuente de alimento funcional
Almendra
Las almendras son el fruto seco más popular consumido por los humanos.
Tienen un alto valor nutricional y son ricos en polifenoles, vitaminas,
hidratos de carbono y polifenoles.
Las almendras también son ricas en ácidos grasos monoinsaturados como
el ácido oleico, linoleico y palmítico. La ingesta de almendras reduce
enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y ayuda a
mantener el peso. Estudios in vitro y en animales han informado que las
almendras reducen el estrés oxidativo y el daño al ADN. Los estudios
epidemiológicos han demostrado que una mayor ingesta de almendras en
los países mediterráneos contribuye a reducir la incidencia de
enfermedades coronarias, reducir las enfermedades inflamatorias y
mejorar las funciones endoteliales (Kamil y Chen 2012). Elementos
dietéticos presentes
en almendras mejoran la consolidación de la memoria en modelos de
amnesia en roedores (Batool et al. 2016).
Nuez
Las nueces son uno de los frutos secos más nutritivos pertenecientes a la
familia Juglandaceae. Son ricos en proteínas, grasas, vitaminas,
minerales y polifenoles. Los principales triacilgliceroles; Los ácidos
grasos libres que se encuentran en la nuez son los ácidos oleico, linoleico
y linolénico (Poulose et al. 2014). También contienen una gran cantidad
de grasa omega­3 [ácido alfa­linolénico] que se ha relacionado con
numerosos beneficios para la salud.
Las nueces también contienen aminoácidos como lisina y arginina que se
convierten en óxido nítrico, que actúa como un potente vasodilatador,
inhibiendo la adhesión y agregación plaquetaria y reduciendo la progresión
de la aterosclerosis. El ácido elágico presente en la nuez reduce el riesgo
de enfermedad cardíaca congestiva y suprime la progresión del cáncer.
La melatonina presente en la nuez es un poderoso antioxidante y regula
el ritmo circadiano. El suplemento dietético de nuez mejora la consolidación
de la memoria y se ha informado que retrasa la progresión de los trastornos
neurológicos.
Además, la suplementación con nueces proporcionó neuroprotección y
mejoró las funciones motoras en un modelo de roedor de la enfermedad
de Parkinson (Choi et al. 2016). En conjunto, las evidencias sugieren que
la integración de frutos secos en una dieta saludable podría ser una
medida eficaz para mantener un estado de salud y retrasar la aparición
de enfermedades.
Alimentos funcionales de origen animal
Pez
El principal componente bioactivo presente en los productos pesqueros
son los ácidos grasos poliinsaturados. El ácido eicosapentaenoico y el
ácido docosahexaenoico (DHA) forman los componentes principales de
los ácidos grasos poliinsaturados. El DHA forma un componente esencial
de las membranas celulares del cerebro y la retina. El DHA es fundamental
para el funcionamiento y desarrollo normal de los órganos de los niños.
Los estudios preclínicos y clínicos han demostrado los efectos beneficiosos
de los ácidos grasos en enfermedades inflamatorias como la artritis, la
psoriasis, la enfermedad de Crohn y enfermedades crónicas como el
cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
facilita. También se ha descubierto que el DHA proporciona un efecto
protector en enfermedades neurológicas (Wergeland et al. 2012).
Probióticos
Los probióticos son los microorganismos viables que mejoran las funciones
intestinales en los organismos huéspedes. Los probióticos son conocidos
por su acción anticancerígena, hipocolesterolémica y antagonista contra
patógenos entéricos en el
123
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intestinos. Los productos lácteos son la mejor fuente de calcio.
Se han incorporado probióticos en productos lácteos, mayonesas y
productos para untar comestibles (Begum et al. 2017). Los probióticos
constituyen alrededor del 65% del mercado de alimentos funcionales. Probi­ vitaminas, minerales y aminoácidos utilizados por el hombre para
Los óticos inhiben el crecimiento de patógenos al sintetizar compuestos
bioquímicos que poseen actividad antimicrobiana, alteran el pH, la unión
al receptor de patógenos e inician una respuesta inmune. También se
ha descubierto que los probióticos son útiles en el tratamiento de
trastornos neurológicos.
Se han informado alteraciones en el microbioma intestinal en niños
autistas. Se han encontrado niveles más bajos de Bifidobacterium en el
autismo. De manera similar, la materia fecal de los niños autistas tiene
niveles más altos de Clostridium spp. En el caso de la enfermedad de
Alzheimer, se encontró que Oscillospira se redujo mientras que
Enterobacter, Shigella y Roseburia aumentaron. Diversos estudios
clínicos y en animales han confirmado los efectos beneficiosos de los
probióticos en el autismo. El mecanismo clave por el cual los probióticos
tienen un impacto en el microbioma intestinal es competir por los
ingredientes dietéticos, producir productos finales que tienen propiedades
inhibidoras, aumentar la inmunidad innata y reducir la respuesta
inflamatoria. Algunos de los microorganismos comúnmente utilizados
en los probióticos son Lacto­bacillus rhamnosus, Lactobacillus reuteri,
Bifidobacteria, Lactobacillus casei, Lactobacillus acidophilus, Bacillus
coagulans, Escherichia coli, Saccharomyces boulardii.
Los probióticos pueden contener una sola cepa o una mezcla de estos
microorganismos.
Perspectiva de la FDA sobre los alimentos funcionales
La Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos (FFDCA) no
proporciona una definición específica para el alimento funcional.
Por lo tanto, la FDA no tiene una regulación establecida para los
alimentos funcionales. Por tanto, la comercialización de alimentos
funcionales entra dentro de las opciones regulatorias existentes. Existe
una creciente preocupación por desarrollar regulaciones para documentar
la seguridad de los ingredientes dietéticos y los suplementos dietéticos.
La Ley de Educación y Etiquetado Nutricional, desarrollada (NLEA) en
1990, introdujo etiquetas de alimentos, esto explica la relación entre los
alimentos o un componente de los alimentos con enfermedades o
condiciones de salud. Estas posibles afirmaciones de beneficios para la
salud deben ser aprobadas por la FDA antes de su comercialización. En
1997 se aplicó la Ley de Modernización de la FDA (FDAMA). Esta ley
simplificó el proceso de aprobación previa de la FDA al implementar las
"declaraciones autorizadas" en las etiquetas de los alimentos como
declaraciones de salud. Estas declaraciones deberían ser publicadas
por organismos gubernamentales estadounidenses responsables de la
salud pública, como el Instituto Nacional de Salud (NIH). Los fabricantes
que tengan la intención de utilizar la declaración autorizada deben
notificar a la FDA 120 días antes de la comercialización (Affairs 2019 p.
1).
123
Tecnología de ciencia alimentaria J
El cambio más significativo en la regulación alimentaria se implementó
mediante la Ley de Educación y Salud sobre Suplementos Dietéticos de
1994 (DSHEA). Esta ley consideró los aditivos alimentarios como
mejorar las condiciones de salud. Presentaron un ''acuerdo científico
significativo'' que incluye los informes sobre la seguridad y eficacia de
estos compuestos en los sistemas vivos. Esto incluye el papel del
compuesto bioactivo que afecta el funcionamiento de los sistemas vivos
y el mecanismo por el cual el compuesto induce un efecto farmacológico.
Además, si el compuesto pretende tratar alguna enfermedad
convencional por deficiencia de nutrientes, entonces se debería
determinar la prevalencia de la enfermedad en los Estados Unidos. Los
fabricantes que utilizan afirmaciones estructurales y funcionales en la
etiqueta deben notificar a la FDA dentro de los 30 días posteriores a la
comercialización y la siguiente declaración debe mantenerse como
descargo de responsabilidad ("Ley de Educación y Salud sobre
Suplementos Dietéticos de 1994", nd).
Conclusión
Los alimentos funcionales han recibido considerable atención mundial
debido a su valor nutricional y la presencia de componentes que son
críticos en la regulación de los procesos fisiológicos. Los alimentos
funcionales tienen todos los ingredientes necesarios para una dieta
saludable y se ha descubierto que poseen beneficios para la salud. La
recomendación de alimentos funcionales es
evolucionando y será una estrategia esencial para mantener el estado
saludable y retrasar o prevenir la aparición de enfermedades.
Agradecimientos Los autores desean agradecer a sus instituciones por su
continuo apoyo. Se reconoce ampliamente el soporte lingüístico y de edición
técnica proporcionado por The Editing Refinery, MD, EE. UU.
Se reconoce ampliamente el apoyo financiero en forma de subvención interna
de SQU Omán a MME. El proyecto también contó con el apoyo de la
Universidad de Alfaisal mediante BECAS INTERNAS DE INVESTIGACIÓN
IRG20314.
Contribuciones de los autores MB y AB realizaron investigaciones bibliográficas,
recopilaron y analizaron información y generaron breves artículos preliminares.
SBC, BB, HH y NG brindaron información sobre la investigación, examinaron
el contenido y apoyaron una amplia gama de aspectos del proceso de
desarrollo del manuscrito. Trabajo conceptual de MME, RPF y MWQ, marco,
redacción del borrador final, lectura crítica y edición. Todos los autores leyeron
y aprobaron el manuscrito final.
Financiamiento MME reconoce altamente el apoyo financiero brindado por
SQU, Omán en forma de subvención interna. Se reconoce ampliamente el
apoyo brindado a HH por la Universidad Al­Faisal, KSA como BECAS DE
INVESTIGACIÓN INTERNA IRG20314.
Disponibilidad de datos y materiales Todos los datos generados o analizados
durante este estudio se incluyen en este artículo publicado.
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Declaraciones
Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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