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El psicoanálisis instituye una conjetura fundamental cuyo

examen queda reservado al pensar filosófico y cuya justificación se basa en sus resultados.
pues, similar a un telescopio, un microscopio, o algo de esta forma.
Si dejamos de lado cierta aproximación ya ensayada, el despliegue consecuente de dicha
representación es una novedad
Hemos llegado a tomar noticia de este artefacto psíquico por el análisis del desarrollo personal de
las personas.
psíquicas: su contenido es todo lo heredado, lo cual se trae con el origen, lo predeterminado
constitucionalmente; en particular, entonces, las pulsiones que provienen de la organización del
cuerpo, que aquí [en el ello] descubren una primera
expresión psíquica, cuyas maneras no se conocen {no consabidas} para nosotros mismos."
particular; originariamente un estrato cortical dotado de los órganos para la recepción de estímulos
y de los dispositivos para la defensa ante dichos, se ha predeterminado vínculo preformado entre
percepción sensorial y acción
Tiene la labor de la autoconservación, y la cumple tomando hacia el exterior noticia de los
estímulos, almacenando vivencias sobre ellos (en la memoria), evitando estímulos hiperintensos
(mediante la huida), enfrentando estímulos moderados (mediante la adaptación) y, por fin, acorde a
finales para su virtud (actividad); y hacia adentro, hacia el ello, triunfando imperio sobre las
exigencias pulsionales, decidiendo si debería consentírseles la satisfacción, desplazando esta última
a los tiempos y situaciones favorables en el planeta exterior, o sofocando plenamente, rebajamiento,
como placer. Sin embargo, es posible que lo sentido como placer y displacer no sean las alturas
absolutas de esta tensión de estímulo, sino algo en el ritmo de su alteración. El yo aspira al placer,
desea eludir el displacer.
Un acrecentamiento anhelado, previsto, de displacer es respondido con la señal de malestar; y su
situación, de tiempo en tiempo, el yo desata su conexión con el planeta exterior y se retira al estado
del reposar, en el que altera entre sí sus exigencias. Los detalles del parentesco entre yo y
superyó se tornan por completo inteligibles reconduciéndolos a la interacción del infante con sus
progenitores. así como los requerimientos del medio social respectivo, del mismo modo, en el curso
del desarrollo personal el superyó recoge aportes de posteriores continuadores e individuos
sustitutivas de los progenitores, como pedagogos, arquetipos públicos, ideales venerados en la
sociedad.
importante, presentan una coincidencia en cuanto representan {reprasentiercn} los influjos del
pasado: el ello, los del pasado heredado; el superyó, en lo importante, los del pasado
En tanto, el yo está comandado primordialmente por lo cual uno mismo ha vivenciado, vale
mencionar, lo accidental y presente.
Este esquema general del artefacto psíquico habrá de considerarse válido además para los animales
mejores, similares al hombre en lo anímico.
consiste en la intelección de nexos y relaciones de dependencia que están presentes en el mundo
exterior, que en el o espejados de alguna manera confiable, y cuya noticia nos habilita para
«comprender» algo en el mundo exterior, preverlo y, si es posible, modificarlo. recurso técnico para
llenar las lagunas de nuestros fenómenos de conciencia, y de él nos valemos como los físicos de Por
este camino inferimos cierto número de procesos que en sí y por sí son «no discernibles», los
interpolamos dentro de los que no son conscientes y algo por completo inaprehensible para
nosotros, pero que si nos hubiera llegado a la conciencia sólo habríamos podido.
Los fenómenos que nosotros mismos elaborábamos no pertenecen únicamente a la psicología:
poseen además un lado orgánico-biológico, y, en consonancia con ello, en nuestros propios
empeños en torno de la obra del psicoanálisis hemos hecho además sustantivos en dicha materia.
Sin embargo permanezcamos, en inicio, en la psicología: Hemos discernido que el deslinde de la
regla psíquica respecto de la anormalidad no se puede dibujar científicamente, de
convencional, a despecho de su trascendencia práctica.
en encontrar, tras las características del objeto investigado que le son dadas de forma directa a
nuestra percepción (las cualidades), otras que son independientes de la receptividad especial de
nuestros propios órganos sensoriales y permanecen más próximas al estado de cosas objetivo
conjeturado.
Entretanto, ensayamos acrecentar al mayor la función de operación de nuestros propios órganos
sensoriales por medio de unos recursos auxiliares artificiales, sin embargo alterar el caso. Lo real-
objetivo permanecerá constantemente La ganancia que el trabajo científico crea respecto de nuestras
propias percepciones sensoriales primarias se basa en la intelección de nexos e interrelaciones de
dependencia que permanecen presentes en el planeta exterior, que en el o espejados de algún modo
confiable, y cuya noticia nos habilita para «comprender» algo en el planeta exterior, preverlo y, si
es viable, modificarlo.
Dentro del ello ejercen su acción eficiente las pulsiones orgánicas, ellas mismas compuestas de
mezclas de 2 fuerzas principales (Eros y destrucción) en cambiantes proporciones, y diferenciadas
entre pulsional rápida y sin miramiento alguno, de la misma forma que el ello la pide, con harta
frecuencia llevaría a conflictos peligrosos con el planeta exterior y al aniquilamiento.
que puede desarrollar, sí, los recursos de sensación de la Los procesos que son probables en los
recursos psíquicos supuestos en el interior del El ello, cortado de todo el mundo exterior, tiene su
propio mundo de percepción. Registra con extraordinaria agudeza ciertas alteraciones sobrevenidas
en su interior —en especial, órganos terminales propensos con cuyo auxilio ocurren. Sin embargo
queda en pie que las percepciones de uno mismo —sentimientos principalmente y sensaciones de
placer-displacer— gobiernan, de placer, sino solamente de modificarlo, y todavía es una cuestión de
la más alta trascendencia teórica, que en el presente no se puede contestar, consultar en qué
momento y cómo se de que el inicio de placer demanda un rebajamiento, tal vez en el fondo una
extinción, de las tensiones de necesidad (Nirvana), lleva a unas vinculaciones no apreciadas aún del
comienzo de placer con ambas fuerzas principales: Bros y pulsión de muerte. de una confusión que
llevaría a equivocar el yo se salvaguarda contra dicha confusión por medio de el dispositivo del
examen de realidad, que puede estar ausente en el sueño en ventaja de las condiciones del estado del
reposar.
forma parecido que los «estímulos» hipertróficos del es verdad que no son capaces de aniquilarlo,
no obstante sí de remover la organización dinámica que le es que dicha modalidad de exigencia
pulsional deviene ella un riesgo.
proteger su historia contra un mundo exterior que amenaza aniquilarlo, así como contra un mundo
interior bastante exigente.
De los riesgos con que amenaza el planeta exterior, el infante es salvaguardado por la providencia
de los progenitores: expía esta estabilidad con la cual se apodera de él la amenaza a su narcisismo
por la castración, una amenaza reforzada a partir de la era fundamental.
en la labor de dominar las excitaciones de la fase sexual en este retraso del desarrollo yoico respecto
del desarrollo libidinal discernimos la condición fundamental de la neurosis, y no tenemos la
posibilidad de evadir la conclusión de que sin lugar a dudas van a ser más eficaces sobre el yo en
aquella etapa en favor de todo el mundo exterior por contraposición al mundo interior, como la que
se crea por la prohibición de la sexualidad infantil, no puede dejar de ejercer impacto sobre el
siguiente apronte del sujeto para la cultura.' Las exigencias pulsionales, esforzadas a apartarse de
una satisfacción directa, son constreñidas a internarse por novedosas vías que conducen a la
satisfacción sustitutiva, y en el curso de dichos rodeos tienen la posibilidad de ser desexualizadas y
aflojada su conexión con sus metas pulsionales nativas.
patológicos del yo, en los cuales él vuelve a acercarse en nivel más alto al ello, se fundan en una
derogación o en un aflojamiento de este parentesco con el planeta exterior.
El problema de la psicosis podría ser sencillo y trasparente si el desasimiento del yo respecto de la
verdad objetiva pudiera consumarse sin dejar rastros.
que se han distanciado tanto de la verdad positiva de todo el mundo exterior como pasa en una
confusión alucinatoria (amentia), uno se completa, por la comunicación de los enfermos tras su
restablecimiento, de que en un rincón de su de una manera correcta y por completo exenta de
delirio.
resultaba una interesante contraposición: si de ordinario colegimos desde los sueños del neurótico
los celos ajenos a gobernaba a lo extenso de el día era rectificado por medio de el sueño.
Sin embargo en la verdad positiva ella sólo se ha retirado a lo inconciente, así como de varias
visualizaciones no se puede menos que deducir que el delirio estaba conformado y listo a partir de
largo tiempo atrás, anterior a pasar a la irrupción muestra.
Esta anormalidad, que es lícito integrar en medio de las perversiones, tiene su motivo, como es
notorio, en que el paciente (masculino casi siempre) no reconoce la carencia de propia castración, le
resulta en extremo indeseada.
No obstante, pudimos encontrar fetichistas que han desarrollado el mismo malestar de castración
que los no fetichistas, y reaccionaron ante ella de igual modo.
veces se retira a un papel modesto o a la condición de mero, Por consiguiente, los fetichistas jamás
han logrado el completo desasimiento del yo respecto de la verdad objetiva y completémoslo ahora
por medio de esta otra comprobación: que el yo, en aquel mismo tiempo de la vida, con harta
frecuencia da en el caso de defenderse de una admonición de todo el mundo exterior sentida como
penosa, lo que pasa por medio de la desmentida de las percepciones que anotician de aquel reclamo
de la verdad objetiva.
incompletos de desasirse de la verdad objetiva.
reconocimiento; se establecen una y otra vez 2 posturas opuestas, independientes entre sí, que
arrojan por resultado.
Que con en relación a una cierta conducta subsistan en la vida anímica de el individuo 2 posturas
distintas, contrapuestas una a la otra e independientes reprimida, al ello.

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