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Lecciones del dolor

Querido hijo:

El dolor es el pan diario del ser humano, pan amasado con enfermedades,
problemas, ingratitudes, fracasos y lágrimas. Y muy a menudo el ser humano llega
al punto en que siente que no puede resistir más.

El problema del dolor, ¿tiene alguna solución? ¿Qué podemos hacer para evitarlo,
o, por lo menos, para reducirlo en todo lo posible?

Lo cierto es que en gran parte la solución de este penoso problema está en


nuestras manos. Cuando el sufrimiento llame a tu puerta debes de analizar con
honradez los motivos por los cuales sufres. Y comprender que la cura de nuestro
sufrimiento debe comenzar dentro de nosotros mismos. Cuando el dolor te hiera,
no te acobardes, no te rebeles. Compara lo que sufres con lo que sufrieron otros, y
verás que todavía hay esperanza.

El sufrimiento, puede cumplir en nosotros un fin necesario. Es un crisol que nos


purifica de escoria, que nos libra de todo aquello que perjudicaría nuestro carácter.
Templa nuestra vida, nos ayuda a eliminar nuestro orgullo, nuestro amor propio,
nuestro egoísmo que lo quiere todo para sí mismo.

El sufrimiento nos enseña a confiar en Dios y elimina nuestra indiferencia hacia


todo lo que es puro y elevado. El sufrimiento purifica nuestro carácter del torpe
orgullo de nuestra superioridad. Y lo purifica también del orgullo de nuestra
espiritualidad.

El sufrimiento debe de inducirnos a interesarnos en los problemas y necesidades


ajenos. Debe ayudarnos a ser menos duros con los demás, más tolerantes con las
actitudes y con las ideas que no concuerdan con las nuestras. Sobre todo, debe
enseñarnos que al que ama a Dios todas las cosas le son para bien, aun las que
duelen mucho.

No te quejes nunca de tus sufrimientos. No pierdas el tiempo compadeciéndote de


ti mismo. El que lo hace revela falta de madurez. Por otra parte, la queja no es el
remedio para el dolor. Aceptemos nuestras cargas con espíritu digno, con
humildad, sin rebeldías. Y no caigamos en la debilidad de pensar que sufrimos
más que los demás.

Recuerda que el sufrimiento puede acercarte al corazón de tu prójimo y puede,


sobre todo, acercarte a Dios.

Que Dios te guarde de todo mal y te bendiga en todo lo que emprendas.


La conquista del éxito. - Dr. Braulio Pérez Marcio.
Cuando el sufrimiento llama a tu puerta deberás analizar con honradez los
motivos por los cuales sufres… Muchas veces el sufrimiento es el crisol que
nos purifica de la escoria y nos libra de todo aquello que perjudica nuestro
carácter.

La conquista del éxito. - Dr. Braulio Pérez Marcio.

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