La teoría cromosómica de la herencia o teoría cromosómica de Sutton y Boveri es la
explicación científica sobre la transmisión de determinados caracteres a través del código genético que contiene la célula viva, que ocurre entre una generación de individuos y la siguiente. La teoría cromosómica de la herencia estudió los genes, o sea, los segmentos de ADN que codifican proteínas específicas, llamados también “factores hereditarios” en sus estudios sobre la herencia Gregor Mendel (1822-1884). Específicamente, postuló que los genes se ubican dentro de los cromosomas de la célula, ubicados a su vez dentro del núcleo celular. Ya se conocía la existencia de los cromosomas y se sabía de su replicación durante la división celular, pero en adelante se conocieron mucho mejor: se supo que vienen en pares homólogos, uno de la madre y otro del padre, por lo que las células reproductoras o gametos deben aportar a cada individuo la mitad exacta del material genético. Esta teoría permitió comprender por qué ciertos caracteres se heredan y otros no, es decir, por qué un alelo se transmite y otro no, ya que son independientes el uno del otro, al ubicarse en cromosomas distintos. Por ejemplo, el cromosoma que contiene información sobre el sexo del individuo es distinto del cromosoma que contiene información sobre el color de sus ojos, etc. Científicos que investigaron sobre la teoría cromosómica de la herencia La totalidad de los descubrimientos descritos anteriormente se llevaron a cabo de manera completamente ajena a los postulados establecidos por Gregor Mendel, pasando casi desapercibidos. No fue hasta el redescubrimiento de Las Leyes de Mendel, por parte de Erich von Tschermak, Carl Correns y Hugo de Vries, cuando dichos descubrimientos cobraron verdadera importancia, con la asociación de los principios establecidos por Mendel con el comportamiento de los cromosomas. Esta correlación se llevó a cabo gracias a los diversos estudios que culminaron con el establecimiento de la Teoría cromosómica de la herencia descrita de manera independiente por Walter Sutton y Theodor Boveri en el año 1902. A pesar de la distancia entre ellos, Boveri (alemán, 1862-1915) y Sutton (estadounidense, 1877-1916) postularon las mismas conclusiones de manera independiente a partir de conocimientos existentes previamente sobre la herencia y sobre el funcionamiento celular. Fue una teoría debatida y controvertida hasta el año 1915, cuando los experimentos con moscas Drosophila melanogaster del científico estadounidense Thomas Hunt Morgan (1856-1945) los confirmaron por completo. Herencia ligada al sexo Se llama ligado al sexo a un gen que se encuentra en un cromosoma sexual. En los seres humanos, el término generalmente se refiere a los rasgos que se encuentran influidos por los genes en el cromosoma X. Esto se debe a que el cromosoma X es grande y contiene muchos más genes que el cromosoma Y que es más pequeño. Tipos de cromosomas Existen cromosomas distintos para células eucariotas y procariotas, diferenciables en forma y funcionamiento. Cromosomas procariontes. Poseen una sola cadena de ADN y están ubicados dentro de los nucleoides dispersos en el citoplasma de las células. Cromosomas eucariontes. Considerablemente más grandes, poseen una doble cadena de ADN lineal (en doble hélice). Sin embargo, los cromosomas de los seres vivos eucariotas también pueden distinguirse según su función específica en la constitución del genoma total del individuo, algo que resulta sumamente importante cuando se está creando un nuevo individuo de la especie mediante la reproducción sexual: Cromosomas somáticos. También llamados autosómicos, le dan al individuo sus características no sexuales, es decir, aquellas que lo definen en el resto de los aspectos no reproductivos. Cromosomas sexuales. Conocidos como alosomas, son los cromosomas que determinan las características sexuales del individuo y por ende se pueden diferenciar de acuerdo al género biológico: los varones tienen un par 23 de cromosomas de tipo XY, mientras que las mujeres de tipo XX.