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Tratamiento médico

Terapéutica antisquémica

La terapéutica antiisquémica incluye la utilización de nitrato de betabloqueantes y de


bloqueantes cálcicos

Nitratos. La nitroglicerina actúa relajando los músculos lisos de las arterias, lo que disminuye la
carga sobre el corazón al reducir el volumen de sangre que entra en él durante su ciclo de
relajación y contracción. Esto no ha mostrado pruebas sólidas de reducir la incidencia de
infartos o muerte, pero sí ofrece alivio rápido durante episodios de angina.

Se recomienda su uso sublingual o intravenoso en crisis agudas de angina. En casos más


graves, como isquemia prolongada, insuficiencia cardíaca o hipertensión, su administración
puede extenderse hasta 48 horas.

Betabloqueantes. Los betabloqueantes son medicamentos con propiedades antianginosas,


antiarrítmicas y antihipertensivas. En los pacientes con IAM reducen el dolor precordial, el
estrés parietal, el área del IAM y la incidencia complicaciones Cardiovasculares.

Aunque se logra reducir el riesgo relativo de sufrir un IAM en un 13% con el uso de
betabloqueantes, se advierte sobre su administración intravenosa, ya que puede causar una
hipotensión y bradicardia. Su uso se recomienda en pacientes hiperadrenérgicos con
taquicardia e hipertensión.

Bloqueantes cálcicos. Los bloqueantes cálcicos de tipo no dehidropiridínico no son la primera


opción para tratar la angina inestable. Sí bien reducen el síntoma isquémico, no se ha
demostrado reducción alguna en la mortalidad ni la incidencia de IAM. Por lo tanto, se sugiere
utilizar los bloqueantes cálcicos cuando no se puedan usar betabloqueantes (como primera
opción) o en quienes la terapia requiera mayor agresividad antiisquémica.

Terapia antiplaquetaria

Tres tipos de antiagregantes plaquetarios han demostrado tener utilidad en el tratamiento de


los SCASEST: aspirina, tienopiridinas e inhibidores de las glicoproteínas IbIlla.

Aspirina, tienopiridinas e Inhibidores de las glicoproteímas. La aspirina es el tratamiento


inicial recomendado para pacientes con SCA debido a su capacidad para prevenir la agregación
plaquetaria y reducir eventos adversos, siendo la recomendación universal en todos los
pacientes portadores de SCA.

Inhibidores de P2Y: Se utilizan conjuntamente con AAS en pacientes con NSTE-ACS. El


clopidogrel es común, pero se han desarrollado alternativas más efectivas como prasugrel y
ticagrelor, aunque aumentan el riesgo de hemorragias.

Prasugrel: Tiene una acción más rápida que el clopidogrel y muestra una reducción significativa
del riesgo cardiovascular, pero también incrementa la posibilidad de hemorragias. No se
recomienda en ciertos casos de riesgo elevado de hemorragia.
Ticagrelor: Similar al prasugrel en eficacia pero muestra beneficios en pacientes con
estrategias de tratamiento invasivas o conservadoras. Puede causar disnea como efecto
secundario.

Se considera cambiar a prasugrel o ticagrelor en pacientes que no responden al clopidogrel. Se


sugiere un mínimo de tres meses de tratamiento doble con antiagregantes plaquetarios,
pudiendo extenderse hasta 12 meses dependiendo del riesgo hemorrágico versus el de
trombosis.

El objetivo de esta combinación de medicamentos es prevenir la formación de coágulos


sanguíneos en las arterias coronarias, que podrían obstruir el flujo sanguíneo y causar un
nuevo evento cardiovascular.

Inhibidores de las glicoproteínas IIb/Illa.

Son medicamentos que bloquean receptores en las plaquetas para prevenir la formación de
coágulos sanguíneos. Se usan en situaciones cardíacas agudas, como el síndrome coronario
agudo y la angioplastia coronaria.

Tipos como el abciximab, eptifibatide y tirofiban se administran por vía intravenosa,


combinados con otros fármacos antiplaquetarios como el ácido acetilsalicílico y los inhibidores
de P2Y, para prevenir la formación de coágulos en pacientes con trastornos cardíacos agudos o
sometidos a intervenciones coronarias percutáneas (PCI).

Aunque han mostrado beneficios en mejorar los resultados de intervenciones coronarias, su


uso ha disminuido debido a un mayor riesgo de hemorragias y a estudios que sugieren un
beneficio limitado en comparación con otros fármacos antiplaquetarios como AAS y los
inhibidores de P2Y.

Se reservan para casos específicos, como isquemia recurrente con terapia dual antiplaquetaria
o en situaciones de alto riesgo de coágulos coronarios.

Terapia anticoagulante.

Heparina no fraccionada. La heparina no fraccionada (HNF) evita la coagulación al bloquear la


trombina factor II y el factor Xa, es fundamental en el tratamiento de pacientes con SCA
reduciendo el riesgo de muerte o IAM en comparación con el uso de aspirina sola. Se
administra por infusión intravenosa debido a su corta vida en el cuerpo. Se recomienda
controlar diariamente la respuesta anticoagulante a través del tiempo de tromboplastina
parcial activado (TTPA) y ajustar la dosis para alcanzar un rango específico generalmente 6
horas luego del bolo y de comenzada la infusión.

Las dosis de las HNF deben ajustarse al peso del paciente.

En caso de sangrado mayor deberá suspenderse la infusión siendo revertidos sus efectos con la
administración de protamina en una dosis de [1mg por cada 100 unidades internacionales (UI)
aplicadas de HNF.

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