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ECOLOGIA PROFESIONAL
ESTUDIANTE:
MÁSTER:
2024
Joseph Juran
Joseph Juran fue un destacado experto en gestión de la calidad y uno de los
precursores más influyentes en el desarrollo de la filosofía de la calidad total.
Nació el 24 de diciembre de 1904, en Brăila, Rumanía, y emigró a Estados Unidos
en 1912. Juran obtuvo su título en ingeniería eléctrica en la Universidad de
Minnesota en 1924 y más tarde completó un máster en derecho en la Universidad
Loyola de Chicago.
A lo largo de su carrera, Juran desempeñó un papel fundamental en la evolución
de las prácticas de gestión de la calidad. A mediados del siglo XX, trabajó en la
empresa Western Electric, donde participó en la implementación de técnicas
estadísticas para mejorar la calidad de los productos. Fue durante su tiempo en
Bell Labs, la división de investigación de Western Electric, donde Juran se
encontró con los principios de calidad de W. Edwards Deming, otro pionero en el
campo de la gestión de la calidad.
Juran es conocido por introducir el concepto de la "trilogía de Juran", que consiste
en la planificación de la calidad, el control de la calidad y la mejora de la calidad.
En la década de 1950, publicó su obra seminal "Managerial Breakthrough", donde
presentó sus ideas sobre la gestión de la calidad y abogó por un enfoque holístico
para mejorar la calidad en las organizaciones.
Además de sus contribuciones teóricas, Joseph Juran también fue un consultor
muy solicitado en el ámbito de la gestión de la calidad. Trabajó con numerosas
organizaciones en todo el mundo, ayudándolas a implementar prácticas de calidad
efectivas. También fue un defensor de la formación y la educación en gestión de la
calidad, destacando la importancia de involucrar a todos los niveles de una
organización en la búsqueda de la calidad.
Joseph Juran falleció el 28 de febrero de 2008, pero su legado perdura en la
gestión de la calidad moderna. Su enfoque en la planificación, el control y la
mejora de la calidad sigue siendo una parte integral de las estrategias
empresariales orientadas a la excelencia y la satisfacción del cliente.
Philip Crosby
Philip Crosby, otro destacado precursor en el campo de la gestión de la calidad,
nació el 18 de junio de 1926, en Wheeling, Virginia Occidental, Estados Unidos.
Creció durante la Gran Depresión y sirvió en la Armada de los Estados Unidos
durante la Segunda Guerra Mundial.
Crosby inició su carrera en el ámbito de la calidad trabajando para Martin Marietta,
una empresa aeroespacial, donde desarrolló su interés en el control de calidad. Su
enfoque se centró en la prevención de defectos en lugar de la corrección posterior.
Este principio clave se refleja en su famosa frase: "La calidad es gratis", que
sugiere que la inversión en la prevención de defectos resulta más rentable que
corregir errores una vez que han ocurrido.
En la década de 1970, Crosby se destacó como uno de los principales defensores
de la gestión de la calidad total. En 1979, publicó su influyente libro "Calidad es
Gratis", donde expuso sus ideas sobre cómo las organizaciones pueden mejorar la
calidad y reducir costos al adoptar prácticas proactivas en lugar de correctivas.
Uno de los conceptos clave presentados por Crosby es la "cero defectos", que
aboga por la eliminación completa de defectos en los productos y procesos. Para
Crosby, alcanzar la calidad total implicaba que las organizaciones establecieran
estándares de calidad claros, capacitaran a su personal y fomentaran una cultura
de responsabilidad individual en términos de calidad.
A lo largo de su carrera, Philip Crosby trabajó como consultor y conferencista,
asesorando a numerosas organizaciones en todo el mundo sobre la
implementación de prácticas de gestión de la calidad. Fundó su propia empresa de
consultoría, Philip Crosby Associates, que se convirtió en un referente en el ámbito
de la mejora de la calidad.
Philip Crosby falleció el 18 de agosto de 2001, pero su impacto en la gestión de la
calidad perdura. Su enfoque en la prevención de defectos y la responsabilidad
individual sigue siendo relevante en la búsqueda de la excelencia organizacional y
la satisfacción del cliente.
Kaoru Ishikawa
Kaoru Ishikawa, nacido el 13 de julio de 1915 en Tokio, Japón, fue un destacado
experto en gestión de calidad y uno de los precursores fundamentales en el
desarrollo de la filosofía japonesa de control de calidad. Se graduó en la
Universidad de Tokio en 1939, especializándose en ingeniería química e industrial.
Posteriormente, obtuvo su doctorado en ingeniería en 1949.
Ishikawa desempeñó un papel esencial en la transformación de las prácticas de
calidad en Japón después de la Segunda Guerra Mundial. Su enfoque se centró
en la participación de todos los niveles de una organización en el aseguramiento
de la calidad. Fue un defensor apasionado de la idea de que la calidad no es
responsabilidad exclusiva del departamento de control de calidad, sino de cada
individuo en la organización.
En la década de 1960, Ishikawa desarrolló la herramienta conocida como el
"Diagrama de Ishikawa" o "Diagrama de Espina de Pescado", una técnica gráfica
para identificar y analizar las posibles causas de un problema específico. Este
enfoque se convirtió en una herramienta valiosa para el análisis de calidad y
resolución de problemas.
Ishikawa también introdujo el concepto de los "Círculos de Calidad" o "Círculos de
Deming", que eran grupos de empleados que se reunían regularmente para
identificar y resolver problemas relacionados con la calidad en sus áreas de
trabajo.
Además de sus contribuciones prácticas, Ishikawa fue un escritor prolífico y autor
de varios libros sobre gestión de calidad, incluyendo "Guía para el Control de
Calidad" y "¿Qué es el Control Total de Calidad?". También desempeñó un papel
destacado en organizaciones internacionales dedicadas a la calidad, como la
Unión Japonesa de Científicos e Ingenieros y la Sociedad Japonesa para el
Control de Calidad.
Kaoru Ishikawa falleció el 16 de abril de 1989, pero su legado perdura en la
filosofía y las prácticas de gestión de la calidad. Su énfasis en la participación de
los empleados y su enfoque sistemático para abordar problemas de calidad
continúan siendo influencias significativas en la mejora continua de los procesos
organizativos.
Edward Deming
Edward Deming, nacido el 14 de octubre de 1900, en Sioux City, Iowa, fue un
estadístico, profesor, autor, conferencista y consultor que desempeñó un papel
crucial en el desarrollo de la gestión de la calidad y la mejora continua. Se graduó
en la Universidad de Wyoming en 1921 y obtuvo un doctorado en matemáticas y
física de la Universidad de Yale en 1928.
Durante la década de 1930, Deming trabajó en el gobierno de los Estados Unidos
y desarrolló su experiencia en estadísticas y control de calidad en la
Administración Nacional de Recuperación y la Oficina del Censo. Su contribución
más significativa se produjo durante la posguerra, cuando participó en la
reconstrucción de la industria japonesa.
En Japón, Deming presentó sus ideas sobre la gestión de la calidad total,
centrándose en la importancia de la mejora continua, el liderazgo efectivo y la
participación de los empleados. Su filosofía se basaba en 14 principios, que
incluían la adopción de una mentalidad a largo plazo, la eliminación del miedo en
el lugar de trabajo y la toma de decisiones basada en datos.
El enfoque de Deming en el control estadístico de procesos y la atención a la
calidad desde la fase de diseño hasta la producción tuvo un impacto significativo
en la transformación de la industria japonesa, llevando a Japón a convertirse en un
referente mundial en calidad y eficiencia.
Deming también influyó en la gestión occidental. Su libro "Out of the Crisis",
publicado en 1982, fue un hito importante donde delineó sus principios y prácticas
de calidad. A medida que las empresas occidentales comenzaron a adoptar sus
ideas, Deming se convirtió en un asesor muy solicitado.
Edward Deming recibió numerosos premios y reconocimientos a lo largo de su
carrera, incluido el premio Deming, establecido en su honor. Falleció el 20 de
diciembre de 1993, pero su legado perdura como uno de los principales
precursores de la gestión de la calidad y la mejora continua en todo el mundo.
Incluya fotografías de: Principales precursores de la calidad total, así como sus
datos personales y los principales aportes a la calidad, entre otros.
Estadounidense.
Ingeniero y físico.
Considerado el padre del control estadístico de la calidad.
Aportes:
o Creó el ciclo Shewhart o ciclo PDCA
(Planificar, Hacer, Verificar, Actuar).
o Desarrolló las cartas de control para el seguimiento de la calidad.
o Introdujo el concepto de variación en la calidad.
Imagen:
Walter A. Shewhart
2. W. Edwards Deming (1900-1993):
Estadounidense.
Ingeniero, estadístico y consultor.
Conocido como el padre de la calidad moderna.
Aportes:
o Difundió el control estadístico de la calidad en Japón.
o Formuló los 14 puntos de Deming para la gestión de la calidad.
o Introdujo el concepto de mejora continua.
Imagen:
W. Edwards Deming
Rumano-estadounidense.
Ingeniero y consultor.
Conocido como el padre del "control de calidad total".
Aportes:
o Definió la trilogía de la calidad: planificación, control y mejora.
o Desarrolló el diagrama de Ishikawa o diagrama de causa-efecto.
o Introdujo el concepto de "costos de la calidad".
Imagen:
Joseph M. Juran
Japonés.
Químico e ingeniero.
Considerado uno de los gurús de la calidad total.
Aportes:
o Desarrolló el diagrama de Ishikawa o diagrama de causa-efecto.
o Implementó los círculos de calidad en Japón.
o Introdujo el concepto de "control de calidad en toda la empresa".
Imagen:
Kaoru Ishikawa
5. Philip B. Crosby (1926-2001):
Estadounidense.
Gerente y consultor.
Conocido como el padre de "cero defectos".
Aportes:
o Definió el concepto de "cero defectos".
o Implementó el programa "Cero Defectos" en varias empresas.
o Introdujo el concepto de "prevención de la calidad".
Imagen:
Philip B. Crosby
Estos son solo algunos de los principales precursores de la calidad total. Sus
ideas y aportes han tenido un impacto significativo en la forma en que las
empresas gestionan la calidad y han contribuido a mejorar la calidad de productos
y servicios en todo el mundo.
Vale la pena mencionar que existen otros personajes que también han hecho
importantes contribuciones a la calidad total, como Armand V. Feigenbaum,
Genichi Taguchi, Shigeo Shingo, Harold L. Crosby, entre otros.
Introducción:
Conclusión:
Es importante destacar que los impulsores de calidad no son una receta mágica
para el éxito. Se requiere un esfuerzo continuo por parte de toda la organización
para implementar y mantener una cultura de calidad. Sin embargo, los beneficios
de la calidad son muchos: mayor satisfacción del cliente, aumento de la
productividad, reducción de costos, mejora de la imagen de la empresa y mayor
competitividad en el mercado global.
Uno de los motivos comunes para comprar un producto está relacionado con la
satisfacción de necesidades básicas. Los clientes buscan adquirir productos que
cubran requerimientos esenciales como alimentación, vestimenta, refugio,
seguridad y salud. Estos artículos son considerados fundamentales para la
supervivencia y el bienestar.
Las expectativas de calidad y rendimiento son otro factor importante. Los clientes
suelen comprar productos con la expectativa de que cumplirán con ciertos
estándares de calidad, funcionalidad y durabilidad. Las marcas que han
establecido una reputación positiva pueden generar expectativas aún mayores.
Además, la traducción efectiva implica anticipar las necesidades futuras del cliente
y adaptarse proactivamente. Esto implica no solo abordar las necesidades
inmediatas, sino también comprender la evolución de las preferencias y
tendencias del mercado.
Comprender con precisión cómo se agrega valor al producto a lo largo del proceso
es esencial para optimizar la eficiencia y garantizar que cada etapa contribuya de
manera significativa a la calidad final del producto. Este conocimiento implica un
análisis detallado de cada paso del proceso de producción, identificando las
actividades y prácticas que generan valor para el cliente.
El primer paso para conocer con precisión cómo se agrega valor es realizar un
desglose exhaustivo de cada fase del proceso. Esto implica identificar las materias
primas, los recursos, las tecnologías y las habilidades involucradas en cada etapa.
A través de este análisis, se pueden identificar las oportunidades para mejorar la
eficiencia y reducir desperdicios.
Conocer con precisión cómo se agrega valor al producto a lo largo del proceso
implica un análisis detallado de cada etapa, la identificación de oportunidades de
mejora, la implementación de KPI específicos y la atención constante a la
retroalimentación del cliente. Este enfoque facilita la optimización del proceso y la
entrega de productos que realmente satisfacen las expectativas del cliente.
El primer paso es tener una comprensión clara de lo que es valioso para el cliente.
Esto puede lograrse a través de la recopilación de datos, encuestas, análisis de
comentarios y una comunicación abierta con los clientes. Identificar sus
expectativas, preferencias y criterios de valoración proporciona la base para
alinear las operaciones.
Hay que asegurar que lo que se hace actualmente concuerde con lo que es
valioso para el cliente implica una comprensión clara de las expectativas del
cliente, la evaluación de los procesos existentes, la implementación de mejoras, la
medición a través de KPI y una comunicación efectiva dentro de la organización.
Este enfoque garantiza una operación alineada con las necesidades del cliente y
fortalece la posición competitiva de la organización.
Analice y comente:
Es común escuchar comentarios en el interior de las empresas que reflejan
confusión sobre el valor:
- El cliente querrá el producto una vez que se le expliquen sus
características.
Este tipo de comentarios reflejan una perspectiva interna centrada en el producto
en lugar de una orientación hacia el cliente. La afirmación de que "el cliente querrá
el producto una vez que se le expliquen sus características" sugiere una creencia
en que la simple exposición de las características técnicas o ventajas del producto
será suficiente para convencer al cliente de su valor.
Sin embargo, esta perspectiva pasa por alto un principio fundamental en la
creación de valor: la percepción de valor del cliente es subjetiva y va más allá de
las características físicas del producto. Los clientes no compran productos
simplemente por sus características, sino por cómo esos productos satisfacen sus
necesidades, solucionan sus problemas o mejoran su vida de alguna manera.
La segunda afirmación, que sugiere que "los clientes no son tan inteligentes para
comprender por completo los muchos méritos del producto", refleja una
subestimación de la inteligencia y la capacidad de comprensión de los clientes. En
realidad, los clientes son bastante conscientes y capaces de evaluar el valor de un
producto, pero este valor debe presentarse de manera que resuene con sus
necesidades, deseos y percepciones.
En lugar de centrarse en explicar las características técnicas, es más efectivo
adoptar una perspectiva centrada en el cliente. Esto implica comprender
profundamente las necesidades y preferencias del cliente, comunicar cómo el
producto aborda específicamente esas necesidades y destacar los beneficios
tangibles que aporta a la vida del cliente.
La comunicación efectiva del valor implica contar historias que conecten
emocionalmente con el cliente, demostrar cómo el producto resuelve problemas
concretos y proporcionar pruebas tangibles de su eficacia. Además, la
retroalimentación del cliente y la adaptación continua son esenciales para ajustar
la estrategia de valor a medida que evolucionan las expectativas del cliente y las
condiciones del mercado.
Es fundamental alejarse de la idea de que la mera exposición de las
características técnicas convencerá a los clientes. En su lugar, adoptar una
mentalidad centrada en el cliente, entender sus necesidades y comunicar cómo el
producto agrega valor a sus vidas es clave para construir relaciones sólidas y
sostenibles con los clientes.
-Los clientes no son tan inteligentes para comprender por completo los
muchos -méritos del producto.
En lugar de asumir que los clientes no comprenden, es crucial para las empresas
adoptar estrategias de comunicación que simplifiquen la información sobre el
producto y destaquen sus beneficios de manera accesible. Esto implica utilizar un
lenguaje claro y evitar jergas técnicas innecesarias, centrándose en cómo el
producto aborda las preocupaciones específicas del cliente y mejora su
experiencia.
Bibliografía
Modulo-III-Calidad-Total (1).pdf
https://gestiopolis.com/gestion-de-la-calidad-segun-juran-deming-
crosby-e-ishikawa/
https://calidadinformatica4001.blogspot.com/2017/10/padres-de-la-
calidad.html