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MODULO 2

HABITOS Y PARADIGMAS EN EL LIDERAZGO

I. ¿QUE SON LOS HÁBITOS?


Son pautas consistentes y repetitivas de nuestro comportamiento cotidiano. Son costumbres y rutinas
que se hacen de forma inconsciente ya que son “actos – reflejo” como por ejemplo: cepillarse los dientes,
amarrarse los zapatos. Son acciones automáticas que no requieren de mucha atención y se hacen de
forma rápida, sin esfuerzo.
Si queremos trabajar en nuestro crecimiento personal y desarrollar un liderazgo transformador en
nuestro mundo vital; es necesario cultivar buenos hábitos cotidianos.

Aspectos que conforman el hábito


Los hábitos surgen de la intersección entre el conocimiento, el deseo, el sentido y la capacidad. Podemos
cambiar trabajando en estos aspectos primordiales. Es un proceso progresivo que toca nuestra manera
ser motivados por un propósito superior.

Los viejos hábitos tienen una enorme atracción gravitatoria. Para superar su fuerza en nuestra vida es
clave la energía que usemos en el despegue para luego actuar con mayor libertad. Las personas
altamente efectivas en sus vidas y trabajos consiguen los resultados que se han propuesto apoyadas
en la práctica cotidiana de unos buenos hábitos.
Los hábitos se aprenden porque son costumbres heredadas o patrones de comportamiento que hemos
asimilado para nuestra vida. Somos lo que somos como consecuencia de nuestras elecciones de ayer.
Y hoy podemos elegir un nuevo rumbo para nuestra vida incorporando y practicando nuevos hábitos de
crecimiento personal.

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II. ¿QUE SON LOS PARADIGMAS?
Un paradigma es un conjunto compartido de reglas y disposiciones
(escritas o no) que determinan la manera como percibimos el
mundo. El paradigma nos explica el mundo y nos ayuda a predecir
su comportamiento. Son los esquemas y estructuras mentales que
encuadran nuestras representaciones de la realidad cultural, social
y religiosa.

En resumen, es la forma básica de percibir, pensar, valorar y actuar con base en una visión particular
de la realidad. Hace dos cosas en nosotros: 1) establece y define límites, y 2) señala como comportarse
dentro de los límites para tener éxito en la solución de los problemas. Son marcos de referencia,
patrones, modelos y rutinas. Cuando un paradigma cambia, establece nuevas condiciones que traen
consigo retos y oportunidades. El éxito de cada persona y organización dependerá del entendimiento y
adaptación a los nuevos paradigmas. Un nuevo paradigma es cambiar la hoja y empezar en una hoja
en blanco, es una transformación radical del significado de las reglas.

Nuestra visión de lo real está condicionado por lo que esperamos ver y por lo que estamos habituados
a ver. El mismo lenguaje condiciona nuestra percepción. En cierto sentido, un paradigma indica la
existencia de un juego, en que consiste y como jugar con éxito. La idea del juego es una metáfora muy
apropiada para los paradigmas puesto que refleja la necesidad de límites y de instrucciones sobre cómo
actuar correctamente en el campo de juego. Un paradigma indica como jugar de acuerdo con las reglas
establecidas.

Características

 Los paradigmas son incompatibles entre sí. No pueden ser dos cosas a la vez. Es como tener
un tablero a cuadros donde uno tiene las fichas del ajedrez y otro las fichas de damas chinas son
dos juegos totalmente diferentes en objetivos, reglas, fichas, movimientos, colores.

 Los paradigmas son acumulativos y sustitutivos: Conviven por un tiempo hasta que va
ganando terreno el nuevo paradigma. Nuestro conocimiento es interpretativo ya que lo hacemos
con modelos que llevamos dentro. Están por debajo de nosotros y hacen parte del inconsciente
colectivo.

 Los paradigmas tienen límites. “Problemas guardados en el cajón”. Los paradigmas incluso
cuando resuelven acertadamente muchos problemas siempre descubren algunos que no pueden
resolver y esta situación provoca la búsqueda de un nuevo paradigma o patrón cultural.

 Los paradigmas son necesarios. Necesitamos reglas orientadoras que nos ayuden a vivir en
este mundo tan complejo. Cuando existe diversidad en nuestro grupo tenemos mayores
posibilidades de relación con el mundo. Desde nuestro paradigma vemos lo que otros no ven y
ellos nos permiten ampliar nuestra mirada. Ahora, los paradigmas conservados de manera
radical y cerrada pueden llevar a una parálisis, estancamiento y hasta la desaparición de nuestra
organización.

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III. SER PROACTIVO. Asumiendo la responsabilidad de nuestro mundo vital

La proactividad es un hábito fundamental para ejercer un liderazgo transformador pasando de la


dependencia a la independencia en las decisiones. Entre el estímulo y la respuesta el ser humano
tiene la libertad de elegir. La proactividad se refiere a la habilidad de hacernos cargo de las situaciones
tomando la iniciativa y actuando de forma responsable. Nuestra conducta es producto de nuestras
decisiones, no de nuestras condiciones.

Se trata de evitar que los condicionamientos tengan el poder de controlarnos. Las personas proactivas
llevan consigo su propio clima. No actúan deacuerdo al clima social, ni permiten que los estímulos de
otras personas los controlen. Evitan actuar de forma reactiva.

El proactivo no espera a que suceda algo, o alguien se haga cargo de la situación. Asume su
responsabilidad y se vuelve protagonista brindando y aplicando alternativas de solución. La persona
reactiva evade las responsabilidades asumiendo un rol pasivo y un papel de víctima otorgando a lo que
está afuera el poder de controlar llevándola a la inmovilidad.

Cambiando nuestro lenguaje

LENGUAJE REACTIVO CIRCULO DE LA PREOCUPACION

“ No puedo hacer nada frente a esto”


“ Loro viejo no aprende a hablar”
“Aunque la mona se vista de seda”
“ Genio y figura hasta la sepultura”
“Me vuelven loco, porque no cambian”
“ Unos nacen con estrella y otros nacemos estrellados”

Son explicaciones reactivas frente a las


preocupaciones externas y que no está a nuestro
alcance la solución limitando nuestro círculo de
influencia llevando a la parálisis, la incompetencia y la
frustración.

LENGUAJE PROACTIVO CIRCULO DE INFLUENCIA

“ Si es posible encontrar una salida”


“ Debe haber alguna alternativa”
“ No me voy a rendir tan fácilmente”
“¿Qué alternativa puedo aplicar?”

Son explicaciones generativas que abren


posibilidades de acción eficaz haciéndose
cargo de la situación, sin excusas.
Optamos por un enfoque distinto,
controlando los impulsos y ampliamos la
influencia frente a las preocupaciones
reformulando los guiones heredados.

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En las más degradantes circunstancias imaginables de un campo de concentración Nazi, Víctor Frankl,
autor del libro “el hombre en búsqueda de sentido”, usó el privilegio humano de la autoconciencia para
descubrir un principio fundamental de la naturaleza de la persona: entre el estímulo y la respuesta, el
ser humano tiene la libertad interior de elegir. Fue proactivo en circunstancias extremas.

La libertad de elegir incluye los privilegios que nos singularizan como seres humanos. Además de la
autoconciencia, tenemos imaginación (capacidad para ejercer la creación en nuestras mentes, yendo
más allá de la realidad presente). Tenemos conciencia moral (una profunda percepción interior de lo
que es correcto o incorrecto, de los principios que gobiernan nuestra conducta, y de la medida en que
nuestros pensamientos y acciones están en armonía con dichos principios). Y tenemos voluntad
independiente (capacidad para actuar sobre la base de nuestra autoconciencia, libres de cualquier otra
influencia).

IV. UN JESUS CONTRACORRIENTE

Los primeros cristianos fueron llamados “seguidores del camino” (Hc


9,2), trazado por Jesús como vocación y proyecto de vida. Es un
camino en contracorriente a las propuestas de egoísmo, consumismo,
corrupción, violencia e injusticia que siguen tratando de imponer las
fuerzas opresoras del mundo actual.

El agente de pastoral es un discípulo de Jesús y esto significa


incorporar en su vida las actitudes fundamentales de su Señor y
luchar por el proyecto que lo apasionaba: EL REINO DE DIOS.
Discípulo es “el que aprende” a vivir deacuerdo a la ruta trazada por
su Maestro. ¿Existe en Jesús un llamado a la responsabilidad y a ser
proactivos como exigencia para el cristiano?

De un Dios intervencionista al Dios de Jesús

El teólogo español José Mardones nos invita a reflexionar: “Hay una imagen muy extendida de Dios
entre los creyentes. La de un Dios que dirige todo. Todo lo que ocurre en el mundo lo ha querido Dios,
da lo mismo que sea un cáncer o la lotería. Suerte o desgracia, Dios lo ha querido”.

Hay un sinfín de expresiones en nuestra vida diaria que transmiten esta idea y representación
distorsionada de un Dios que lo gobierna y dirige todo. Acostumbramos a decir «hasta mañana, si Dios
quiere». Detrás de mi situación futura está la figura amenazadora, del querer de Dios.

Si quisiéramos formular lo que se dice tras esta imagen equivocada, nos encontraríamos con que se
está afirmando que Dios actúa en el mundo de una forma:

- directa, es decir, interviniendo en el mundo sin intermediarios;


- universal y total, nada se escapa al control o acción de Dios. Todo sucede en este mundo bajo el
registro y actividad divinos.

La voluntad de Dios ya ha fijado lo que las personas tienen que hacer. Estamos ante un mundo
programado, dirigido y determinado por Dios. Pero, también hay personas que reclaman la no
intervención de Dios ¿Dónde está Dios mientras suceden tantas cosas malas en el mundo? ¿Dios se ha
olvidado de la humanidad? ¿Por qué no interviene?

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El fatalismo educa en la resignación. Si el niño que tiene una enfermedad y se muere es porque
«Dios se lo ha llevado», y no porque no se pusieron los medios adecuados -porque el niño no tuvo la
alimentación adecuada, las condiciones higiénicas convenientes, porque el agua no estaba en
condiciones o finalmente, no se le dieron las medicinas a tiempo-, entonces, al final, todos quedamos
tranquilos. Dios se convierte así en un recurso de encubrimiento y legitimación de una realidad que pide
a gritos ser cambiada. En lugar de trabajar y luchar por cambiar esta situación social, lo que hace esta
forma de entender a Dios es que lo convierte en una mala excusa frente a la situación.

Entonces ¿Cómo es la presencia de Dios en el mundo?

La manera de entender la presencia de Dios en el mundo es esta: como creador y sustentador; como
posibilitador e impulsor. Dios es el que sostiene y mantiene el universo y todo lo existente. Pero,
mantengamos también nosotros la imagen con toda su seriedad y profundidad: Dios es el fundamento,
la Roca sobre la que se sostiene el universo. Pensar en un Dios que interviene manejando el mundo es
rebajar a Dios. Es meterlo a «mecánico del mundo», cuando es su Creador.

El Dios que crea seres libres no puede ser un Dios intervencionista

La libertad supone que nosotros determinamos nuestras acciones. Es decir,


las cosas suceden porque yo las hice así, pero pude hacerlas de otro modo.
Si no aceptamos que lo que hice pude hacerlo de otro modo, entonces no
existe libertad. Estaba determinado, obligado a hacer lo que hice. Y donde
no hay libertad no hay responsabilidad.

La condición para que exista la libertad en el mundo, para que seamos seres
humanos libres y responsables, es que Dios no intervenga en todo.

La llamada «ausencia de Dios» es, por tanto, la manera de imaginar que


Dios no se hace presente como el gran director del teatro de títeres del
universo. Dios no dirige o interviene directamente en nada de lo que ocurre
en este mundo. Lo que sucede en este mundo sigue las leyes dadas por el
Creador.

Este Dios es un Dios maravilloso. Es un Dios que se auto limita, oculta, vela su presencia en el mundo
para que el mundo pueda existir y para que el ser humano pueda ser libre. Sin un Dios que se retira del
mundo no hay libertad.

Dios deja el mundo humano en manos de la persona. Es una presencia ausente. Hay que decirlo usando
esta paradoja. El mundo, el universo, la creación y el ser humano somos ahora la presencia escondida
de Dios. Somos la huella, el rastro de Dios en la realidad.

Etty Hillesum. La joven judía holandesa que se presentó voluntaria en el campo de concentración de
Westerbork en 1942 y murió en las cámaras de gas de Auschwitz en 1943, ya descubrió esta impotencia
de Dios. Ella oraba: «Quiero ayudarte, Dios, para que no me abandones... Con cada latido del corazón
comprendo más claramente que no puedes ayudarnos, sino que debemos ayudarte a ti y defender tu
morada dentro de nosotros hasta el último momento».

Dios no nos soluciona nada, pero nos acompaña siempre manteniendo su condición de Amor creador,
sustentador, compañero, evitando hacernos dependientes e infantiles.

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En el Evangelio de Lucas encontramos algunas implicaciones del seguimiento de Jesús: “El que no
carga con su propia cruz para seguirme, no puede ser discípulo mío” (Lc 14, 27). Cuando Jesús nos
habla de la cruz no está invitando a una “vida mortificada”, ni aceptar las desgracias y adversidades de
la vida. La cruz en su significado más profundo es símbolo de la fidelidad y el amor al proyecto del Padre,
una vida entregada al servicio del Reino de justicia que implica en muchas ocasiones que seamos
rechazados y condenados por otros.

Es cultivar un espíritu libre y responsable que se compromete con hábitos solidarios con los hermanos
más vulnerables y con el cuidado de nuestra “casa común” impulsando un cambio personal, familiar y
social sin esperar reconocimientos, ni medallas.

V. LA RESPONSABILIDAD HISTÓRICA EN LOS PROYECTOS


PASTORALES
¿Cuál puede ser nuestro papel para hacer visible el Reino de Dios aquí y ahora? En
la propuesta de la planificación participativa insistimos en la necesidad de ir
asumiendo nuestra responsabilidad histórica confrontando nuestro quehacer pastoral
con los temas generadores de la realidad social de nuestra región latinoamericana y
del mundo. Esto hace que diseñar un proyecto sociopastoral no se limite a un ejercicio técnico o
académico sino que sea el vehículo eficaz que concretice el impacto que queremos tener en las
realidades personales, familiares y sociales en las que intervenimos. Se necesita dar una “respuesta
intencional, consciente y estructurada a los retos de la evangelización hoy”.
Es fundamental, ir definiendo nuestra función histórica que consiste en la dirección que va a tomar todo
lo que hagamos en la acción pastoral (cada reflexión, cada taller, cada actividad): ¿Qué experiencia de
Dios quiero comunicar a las comunidades? ¿Hacia qué tipo de persona, Iglesia y sociedad apuntan?
Algunas veces, hemos desarrollado actividades sin una dirección clara, ahora hay un rumbo hacia el
que queremos dirigir y empujar la historia. Significa ubicarse como tejedores de esa historia que han
venido construyendo otras y otros en nuestra realidad deacuerdo al seguimiento fiel de Jesús. Es
situarse y hacerse responsables de hacer presente signos del Reino de Dios aquí y ahora asumiendo el
conflicto con valentía.
La responsabilidad histórica consiste en evitar ser complacientes con prácticas e ideologías religiosas o
sociales que deshumanizan, dividen y son injustas. Es desacomodarnos y emprender transformaciones
a todo nivel con proyectos participativos encarnados en la realidad potenciando el protagonismo de las
comunidades (jóvenes, campesinos, afros etc)
Ser proactivo implica tener lucidez y claridad frente al imperio de la desinformación y manipulación de
los grandes medios de comunicación que distorsionan su misión de comunicar cuando se colocan en
función de intereses particulares de empresarios y políticos. Pero, la persona proactiva sabe que hay
situaciones que están fuera de su círculo de influencia y control, conoce sus límites aunque siempre
busca ampliar su acción invitando a los demás a un cambio desde su liderazgo participativo y
transformador.

“Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, fortaleza para
cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia”.

(Oración de la serenidad)

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Boff, Leonardo. La crisis como oportunidad de crecimiento. Editorial Sal Terrae. 2004
Covey, Stephen. Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. PAIDOS. 2003
Echaverria Rafael. Ontología del Lenguaje. JC Saenz Editores.
Fromm, Erich El miedo a la libertad. Paidós. Barcelona. 1990.
Lipovetsky, Gilles La era del vacío. Anagrama. Barcelona. 2000.
Pagola, José Antonio. El camino abierto por Jesús. Editorial PPC. 2015
Mardones, José. Matar a nuestros Dioses.
Wolk, Leonardo. Coaching el arte de soplar las brasas. Gran aldea editores.2007

Elaboro: Miguel Angel Jaimes Ruiz – Consultor de proyectos participativos


Email: tallercrisol@yahoo.com - jaimesruizm@gmail.com Blog: www.tcrisol.blogspot.com

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