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• 1. Contesta: ¿En qué nivel de comunicación estás con tu pareja? Anótalo en la libreta de
notas
• 2. Desarrolla una estrategia que contenga:
• Una elección de tiempo para hablar con tu pareja en un lugar relajado como un restaurante, un
parque, la playa o un sitio predilecto.
• Ahora debes hacerlo. . Escribe Fecha, hora, lugar, que desean ambos. (El cambio se puede, así
es que implementa, es hora de planear y actuar )
DISCUSIÓN DE PAREJA:
• 1. Tómense turnos para compartir lo que percibe cada quien como fortaleza de la
relación. Compartan verbalmente una fortaleza a la vez, hasta que cada uno haya
mencionado tres.
• 2. Utilicen el mismo procedimiento para compartir y analizar las áreas de crecimiento.
• 3. Ahora usen estas preguntas para comentar:
• a. ¿Le sorprendió alguna de las respuestas de su pareja?
• b. ¿En qué áreas estuvo más de acuerdo con su pareja?
• c. ¿En qué áreas estuvo más en desacuerdo con su pareja?
“UNA BUENA RELACIÓN DE PAREJA NO SE CONSTRUYE
DESDE LA EVITACIÓN SINO DESDE EL AFRONTAMIENTO”
• preguntas que tienen más que ver con cada una de las personas
que con su relación:
• ¿Cómo te definirías?
• Cuando encuentras algún aspecto de ti mismo (o de ti misma)
que no te gusta: ¿Cómo sueles reaccionar? ¿Trabajas para
mejorarlo?.
• ¿Qué crees que tendrías que mejorar de ti mismo o de ti misma?
LOS CONFLICTOS DE PAREJA PONEN DE
MANIFIESTO NUESTRO ESCASO
AUTOCONOCIMIENTO.
• El autoconocimiento significa identificación, consciencia, pero también
acción y cambio.
• El autoconocimiento consiste en identificar cuáles son las propias
aptitudes, habilidades sociales, valores, metas e intereses.
• Las expectativas sobre uno mismo y las que se tienen sobre la pareja
van a ser más ajustadas si me conozco, si conozco mis virtudes y
debilidades o dificultades.
• Si somos conscientes de nuestras cualidades y de los aspectos que nos
caracterizan, podremos manejar mejor los conflictos. Unido a otro
aspecto fundamental: comprender y empatizar mejor con nuestra pareja.
FORMAS SOBRE CÓMO SÍ O NO SE DEBE
COMUNICAR
Aquí te proporciono algunas herramientas e ideas sobre cómo discutir y sobre como no hacerlo.
Siempre pregúntate ¿Cuándo, Dónde y Cómo discutir?
Preguntas para reflexionar sobre ¿CÓMO DISCUTIR?
• ¿Te comprometes a discutir para buscar soluciones?
• ¿Se discute libremente cualquier contenido?
• ¿Se diferencia el problema de la persona?
• ¿Se respeta los derechos de la individualidad y la autodeterminación?
• ¿El amor y la relación no están en juego a la hora de discutir?
• ¿Existen castigos de algún tipo después de discutir, enumeraos?
¿CÓMO NO SE DEBE DISCUTIR?
• Nosotros, así como Dios, también somos personas. Por ello, nuestra realización y felicidad
se alcanza en la medida que vivimos ese llamado al amor, primeramente con Dios y luego
con los demás. Esto empieza con algo tan básico y sencillo como la comunicación entre
nosotros.
• Por ello es tan importante el respeto, cariño, empatía… para promover una comunicación
positiva. Así como Dios, nos hacemos cada vez más personas y descubrimos cada vez más
nuestra propia identidad gracias a las relaciones que establecemos con los demás. Por eso,
todo lo que se aleja de la comunión, nos lleva a la tristeza: egoísmo, individualismo, etc.
TEXTOS BÍBLICOS PARA PAREJAS EN
CONFLICTOS
• Este verso escrito por el apóstol Santiago (cuya impresionante epístola creo que
deberíamos leer todos los días) encierra secretos clave para la resolución de conflictos en
el matrimonio. En otras palabras, este siervo de Dios nos dice: escuchen atentamente;
no interrumpan, refrenen su boca; no se enojen, sean cordiales.
• Hablar sin escuchar nunca funcionará en una pareja. Así que, abre tus oídos y tus ojos,
dispón tu corazón, y escucha lo que tu pareja tiene que decir. No hables sin antes
escuchar. Tus propias palabras atropellarán la conversación y ésta se convertirá en
discusión antes de lo que imaginas.
• Aprende a amar a tu pareja con los oídos, los ojos y la boca. Evita a toda costa los
siguientes 7 juegos cuando converses con tu ser amado:
EVITA A TODA COSTA LOS SIGUIENTES 7 JUEGOS
CUANDO CONVERSES CON TU SER AMADO:
• No juegues al “juez”. No te pongas en la posición de ser tu quien juzga a ambos y emite los veredictos. No le
eches la culpa al otro, no lo condenes, habla en primera y no en segunda persona
• No juegues al “profesor” actuando con superioridad ante tu pareja, no ataques su autoestima ni subestimes
su inteligencia. No la insultes queriendo “enseñarle” lo que debe ser. Cada uno tiene su propio punto de vista
y su propia sabiduría.
• No juegues al “psicólogo”. No analices ni evalúes ni diagnostiques a tu cónyuge. No somos Dios para saber
lo que hay dentro de la otra persona. Mejor trata de entender al otro, intenta con todo tu corazón ver sus
motivos.
• No juegues al “historiador”. Un día un hombre me dijo: “Cuando discutimos, mi mujer se pone histórica”.
Yo le respondí “Querrás decir histérica”. Me dijo “No, histórica. Me recuerda cosas que sucedieron hace
años”. Por lo que más quieras, no cambies el tema para agregar culpa en el otro, no compliques la discusión
sacando a relucir errores del pasado. Enfócate.
EVITA A TODA COSTA LOS SIGUIENTES 7 JUEGOS
CUANDO CONVERSES CON TU SER AMADO:
• No juegues al “dictador”. No digas cosas como: “¡En mi casa no se hace esto o aquello!”,
“¡Te exijo que…!”. No uses la fuerza verbal o física. No amenaces. No uses ningún
ultimátum. Usa palabras dulces, no “advertencias”. La dictadura es cruel, disminuye la
dignidad de la otra persona.
• No juegues al “crítico”. No critiques ni compares a tu pareja con nadie. No hagas burla de su
físico, eso la destruirá. No hagas énfasis en sus carencias, sean cuales sean, pues así no la
ayudarás a mejorar.
• No juegues al “predicador”. No asumas la posición del “más santo” ante tu pareja. No
intentes ser su conciencia ni juegues a ser el Espíritu Santo. No te creas más sabio ni utilices
la Palabra de Dios para aleccionar. Comparte la Palabra de Dios con tu pareja, pero no la
“regañes” con ella.
PAREJAS DE DIOS:
• no evadan los conflictos, afróntenlos. Pero escojan siempre el tiempo, el tono y el lugar
adecuados para hacerlo. Usen su sentido común para ello. No intenten hablar antes de un
evento familiar, antes de entrar a la iglesia, antes de dormir, cuando ambos están
enojados, etcétera. Planéenlo juntos y siéntense a hablar tranquilamente, sin prisas ni
gritos ni gente alrededor. No cedan en todo para evitar la confrontación, eso incrementará
el resentimiento y agravará los conflictos. Deben hacer acuerdos, comprometerse a ellos y
respetarlos. No usen la agresión, no se ataquen uno al otro. Hablen en amistad y amor. El
sarcasmo es sumamente destructivo, aniquila la voluntad de la otra persona para
expresarse o resolver los problemas.
ADÁPTENSE.