LAS ACTITUDES Y SU IMPACTO

EN LA VIDA PERSONAL Y EL
TRABAJO
MANUAL PARA EL PARTICIPANTE

Comisión Federal de Electricidad

Auditoría Interna
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ÍNDICE:

Introducción…………………………………………………………………………. 2

Objetivo……………………………………………………………………………… 3

1. Paradigmas y actitudes............................................................................... 4

2. Un recorrido hacia las actitudes……………………………………………... 5

3. El virus de la actitud…………………………………………………………... 10

Ejercicios…………………………………………………………………………….. 11
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INTRODUCCIÓN

Se ha calculado que un setenta y cinco por ciento de la gente en nuestra cultura tiene
una orientación de personalidad más externa que interna. Esto quiere decir que es
muy probable que tú encajes en esta categoría con mayor frecuencia que en la otra.
¿Qué quiere decir ser "externo" en tu locus de control? En esencia ser "externo,"
quiere decir que tú responsabilizas de tu estado emocional en tus momentos
presentes a alguien o algo externo, o sea algo que está fuera de ti mismo. Si te
preguntaran: "¿Por qué te sientes mal?" y tú contestaras con respuestas como: "Mis
padres me tratan mal", "Ella me ofendió", "Mis amigos no me quieren", "No tengo
suerte" o "Las cosas no van bien", ello significaría que estás dentro de esta categoría
externa. Y por lo mismo, si te preguntaran por qué eres tan feliz y tú contestaras: "Mis
amigos me tratan bien", "Mi suerte ha cambiado", "Nadie me está fastidiando" o "Ella
se arriesgó por mí", querría decir que aún estás dentro de un marco de referencia
externo, atribuyéndole la responsabilidad de lo que tú sientes a alguien o algo que
está fuera de ti. La persona que tiene un "locus de control” interno es la que coloca
firmemente sobre sus propios hombros toda la responsabilidad por lo que él mismo
siente, y este tipo de persona es muy rara dentro de nuestra cultura.
Wayne W. Dyer

Las actitudes tienen una relación directa e íntima en la interrelación personal. En esta
interrelación suele haber brechas entre algunas personas, en este sentido queremos
iniciar un cambio de paradigma que le permita a los participantes de este taller ‘darse
cuenta’ del tipo de actitudes que manejan y decidan asumir aquellas que,
responsablemente, los lleve a ser mejores prestadores de servicios, colaboradores,
jefes y en términos generales mejores personas.

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Objetivo

Los participantes describirán el valor de la responsabilidad y cómo este valor

convertido en actitud ha impactado en su vida personal y laboral.

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1. Paradigmas y actitudes

El concepto paradigma, procede del griego paradeigma que significa ejemplo o

modelo. En principio se aplicaba a la gramática y a la retórica. A partir de la década
de los 60, comenzó a utilizarse para definir un modelo o patrón en cualquier
disciplina científica o contexto epistemológico.

El filósofo científico estadounidense Thomas Kuhn, fue el encargado de actualizar

el término y darle el significado contemporáneo, al adaptarlo para referirse al
conjunto de prácticas que tiene una disciplina científica durante un periodo
específico de tiempo.

Cuando un paradigma ya no puede satisfacer las necesidades de una ciencia, es

sucedido por otro. Se dice que un cambio de paradigma es algo dramático para la
ciencia. En las ciencias sociales el paradigma se encuentra asociado al concepto
de cosmovisión. El término se utiliza para describir el conjunto de experiencias,
creencias y valores que inciden en la forma en que un sujeto percibe la realidad y
en su forma de respuesta. Esto quiere decir que un paradigma es también la manera
en la que es entendido el mundo.

¿Por qué modificar nuestros paradigmas actitudinales?

Hablar de actitudes implica realizar una introspección, implica ‘darse cuenta’ del tipo
de actitudes con las que transitamos el mundo. Esto confronta a las personas y en
la mayoría de los casos les permite distinguir aspectos personales que pudieran
resultar poco gratos. En este proceso, usualmente, el individuo decide hacer algo
para mejorar sus actitudes, ello requiere un paradigma diferente, uno que le de
soporte y congruencia al actuar personal para obtener resultados diferentes.

“No puedes obtener resultados diferentes si sigues haciendo las mismas cosas”

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2. Un recorrido hacia las actitudes.

Para hablar de actitudes, sus características e importancia, antes es necesario

hablar de los valores puesto que son de estos de donde se desprenden dichas
actitudes. Pero para hablar de valores, antes es necesario hablar de moral porque
es el marco de referencia de los valores. Y para hablar de moral, antes es
imprescindible hablar de la ética porque de esta se desprende todo lo anterior.
Haremos pues un recorrido muy breve por la ética, la moral y los valores para arribar
a las actitudes.

Ética.
Se define como la ciencia que regula las relaciones entre los individuos y entre estos
y su sociedad. Ética proviene del vocablo griego ETHOS y tiene dos acepciones:
forma de ser y/o costumbre.
En nuestros días se relaciona a la ética con la moral, con las buenas prácticas y con
los valores como la honestidad y la responsabilidad.

En la antigua Grecia, la ética, regulaba las relaciones de las personas de acuerdo

con el ETHOS de cada uno de ellos, es decir, la gente podía relacionarse de acuerdo
con su costumbre o con su forma de ser. De este modo las relaciones eran diversas
y en ocasiones fuera de toda proporción del recato y el respeto. Por ejemplo, los
agresivos se relacionaban de esta forma y lo hacían dentro del marco de la ética de
aquel tiempo. Lo mismo los asesinos, los ladrones y todas las demás personas.

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Esta situación trajo como consecuencia que se hiciera énfasis en regular mejor las
relaciones entre las personas y su sociedad. De este modo la moral se erige como
el ente regulador de las relaciones impuestas por las sociedades de entonces.

Moral.
Se le define como la disciplina que enseña las diferencias entre el bien y el mal,
para hacer el bien y evitar el mal, de lo contrario el infractor se haría acreedor a un
castigo estipulado por la sociedad.

De esta forma el Estado se ‘aseguraba’ de que las relaciones entre los individuos y
este transitaran de la mejor forma posible.

MORAL • BIEN
• MAL
Ejemplos de moral hay muchos, las religiones son los más usuales con su lucha de
contrarios. Para la religión católica el bien está representado por Dios y el mal por
el Demonio. Los católicos que no lleven a cabo los mandamientos de su iglesia se
hacen acreedores a castigos.

Otro ejemplo es la constitución política de nuestro país, en cada uno de sus artículos
se dice lo que los mexicanos debemos hacer (el bien), y si transgredimos la ley (el
mal) nos hacemos merecedores de los castigos a que haya lugar.

La moral sin duda sigue jugando un papel determinante en la regulación de las

relaciones entre los individuos, sin embargo, lo que es moral para nuestra sociedad
pudiera no serlo para otras sociedades, dependiendo de su situación geográfica,
política y religiosa. Por ejemplo, en los países musulmanes las mujeres no pueden
salir a la calle con la cabeza descubierta o usar pantalón, situaciones ambas que
para los países como el nuestro es de los más usual y no se ofende a nadie.

Es así que surge la necesidad de regular todavía más las relaciones entre las
personas y es entonces que los valores se erigen de manera trascendente en las
sociedades.

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Valores
Se dice que todo tiene ‘valor’ y es cierto. Existen valores económicos, religiosos,
políticos o sociales. En esta ocasión nos referiremos específicamente a los valores
morales.

Estos valores se definen como los elementos de juicio que tiene una persona para
determinar lo que es bueno o malo por encima de lo que la sociedad, en la que vive,
diga. Los valores son elementos poderosos que nos permiten a las personas decidir
qué hacer o qué no hacer.

• ELEMENTOS DE JUICIO
VALORES • TOMAR DECISIONES
• RESPONSABILIZARTE

Existen valores y contravalores, o valores positivos y valores negativos. Ejemplos

de valores son: la honestidad, la lealtad, la responsabilidad, el amor y la libertad que
son considerados valores universales. Ejemplos de antivalores son: la
deshonestidad, la deslealtad o la irresponsabilidad.

Las personas vamos adquiriendo estos valores a lo largo de nuestra vida. Los
adquirimos primordialmente de nuestra familia y en seguida de la escuela, el trabajo,
la iglesia, el grupo de amigos, el club deportivo etc. Todo esto a través de la
educación en cualquiera de sus formas: formal, informal y no formal. De esta
manera consolidamos un conjunto de valores entre positivos y negativos al que se
le denomina ‘Sistema de Valores’. Este sistema de valores es el responsable de lo
que somos, de nuestra forma de conducirnos ante las diversas circunstancias a las
que nos enfrentamos cotidianamente.

Desde la perspectiva de la teoría de los valores, la adquisición de los mismos se

lleva a cabo en dos etapas: niño y adulto. Bajo esta perspectiva no existe una edad
cronológica en la que pueda diferenciarse cuando dejas de ser niño y empiezas a
ser adulto, lo que hace la diferencia son dos cosas. Dejas de ser niño y te conviertes
en adulto cuando: 1) Aprendes a tomar tus propias decisiones. Pero sobre todo
cuando: 2) Aprendes a responsabilizarte de las consecuencias que generan tus
decisiones.

Desde este punto de vista hay personas que a los doce años son considerados
adultos y personas que a los cuarenta son considerados niños. La naturaleza
humana, inestable, imperfecta y en consecuencia en desarrollo constante, permite
que las personas fluctuemos de niño a adulto y de este a niño, y nuevamente a

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Niño Adulto

adulto tantas veces como sea necesario hasta en tanto aprendemos a

responsabilizarnos de nuestras decisiones y sus consecuencias.

Actitudes.
Llegamos a la parte final de nuestro recorrido. Las actitudes son el reflejo de nuestro
sistema de valores. Son la forma en que reaccionamos a los estímulos que el medio
nos provee. Se definen como el grado de inclinación, positiva o negativa, hacia un
objeto social determinado, dado por los sentimientos, pensamientos y
comportamientos hacia el mismo.

Todos estamos asumiendo actitudes todo el tiempo, hacia nuestros hijos, pareja,
jefes, compañeros, amigos, o hacia las cosas como la ropa que he de usar hoy o la
comida o las actividades cotidianas. Todas y cada una de las actitudes que
asumimos tienen una línea directa con nuestro sistema de valores, no puede ser de
otro modo.
Cada una de nuestras actitudes está conformada por tres componentes, el
cognoscitivo, el afectivo y el psicomotriz

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• PENSAMIENTO
• CONOCIMIENTO
• COGNOSCITIVO • IMAGINACIÓN

• SENSACIONES EN
• AFECTIVO GENERAL

• MOVIMIENTO
• PSICOMOTRIZ VOLUNTARIO

El componente cognoscitivo tiene que ver con el pensamiento, la imaginación, el

conocimiento, es decir, con las funciones psicológicas superiores.
El componente afectivo tiene que ver con las sensaciones en general, frio, calor,
miedo alegría.
El componente psicomotriz tiene que ver con los movimientos voluntarios.
De estos tres componentes, sólo el psicomotriz es visible para las personas, los
otros dos no. Esta situación provoca muchos conflictos en la interacción cotidiana,
debido a la tendencia de las personas de interpretar las actitudes de aquellos con
quienes interactúa. Cuando te relacionas con otro u otros, sólo estás viendo el
componente psicomotriz y con esta limitada perspectiva del otro lo interpretas y con
base en esta interpretación le cuelgas una etiqueta satanizándolo en el mejor de los
casos y provocándole un daño en el peor de ellos.
La forma en que se puede evitar esta situación es haciendo un análisis de los
componentes que no se pueden ver, ¿cómo puede ser esto? ¿Te estás
preguntando? La respuesta es muy sencilla. Como no puedes pensar por los demás
ni sentir por los demás, lo que tienes que hacer es preguntar lo que piensa y lo que
siente y entonces tendrás una perspectiva mucho más amplia que te permitirá tener
un juicio más cercano a la realidad del otro y en consecuencia el riesgo de
equivocarse se nulificará.
Entonces, pregunta, pregunta y pregunta cuantas veces sea necesario antes de
emitir un juicio, opinión o comentario sobre otra persona.

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3. El virus de la actitud.

Las malas actitudes son provocadoras de muchos desastres en las relaciones

interpersonales. A esta se le ha llamado el virus de la actitud y puede causar mucho
daño en la productividad de un equipo en muy corto tiempo.

Siete tipos de virus de actitud:

• El Alterado. Grita y exagera las cosas para que los demás se enteren.
• El Perfeccionista. Usa la palabra calidad como un arma.
• El Resistente. Cuando la resistencia al cambio es constante y se enfoca a
cualquier cambio en los procedimientos del trabajo puede impactar
seriamente al desempeño de la productividad.
• El Eso no me toca. En este caso el virus ataca a la visión de la víctima
perjudicando su capacidad de ver más allá de su propio trabajo.
• El Esparcidor de rumores. La corriente de rumores de este personaje casi
siempre es sin fundamento, es constante y constantemente negativa.
• El No comprometido. Responde a su trabajo menos que seriamente. Esta
actitud lesiona el entusiasmo y el compromiso.
• El Pesimista. Las actitudes de este personaje pueden infectar a todo el
equipo, ya sea que esté esperando que caiga el cielo o que esté trabajando
activamente para tirarlo.

Siete formas de inmunizare de los virus de actitud

• Reconocer que hay un problema de actitud. El reconocimiento personal de
nuestros propios problemas de actitud es siempre la primera línea de defensa
para combatir la infección. Hay que asumir la responsabilidad de la propia
actitud y su impacto en su propia responsabilidad.

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• Ayudar a que un compañero diagnostique un problema de actitud. No se

enfoque en la personalidad, enfóquese en cómo la conducta negativa puede
tener un impacto negativo en las relaciones.
• Mostrar cómo la conducta produce un impacto en las metas del equipo.
• Ser honesto y reconocer las causas ocultas de una actitud improductiva.
Cualquiera que sea el motivo oculto, permita que el miembro del equipo lo
ventile libremente, en conjunto lo pueden manejar.
• Cuando un conflicto entre las metas personales y las metas del equipo se
convierte en un problema, usted puede ayudar al miembro del equipo a poner
en claro sus propios valores y el modo en que ellos se relacionan con las
metas del equipo.
• Reemplazar las viejas reacciones con nuevas respuestas que se adapten
mejor a las situaciones.
• Monitorear y hacer seguimiento.

Cuando tomamos la responsabilidad de nuestros actos, estamos eligiendo

responder y nos abrimos a una selección más amplia de acciones.

Una actitud saludable hace toda la diferencia del mundo. Está estrechamente
relacionada con nuestra motivación, con disfrutar de nuestro trabajo y con la
productividad.

Ejercicio.

1. Escribe una experiencia personal en la que hayas tomado alguna decisión y no

te responsabilizaste de las consecuencias de dicha decisión.
2. En un ejercicio de reflexión, consideras que tu locus de control es interno o
externo. Menciona un ejemplo

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