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venta condicional ; que acerca de éste punto clave para la justa solución del caso, el
cuarto considerando de la sentencia impugnada se limita a hacer una breve e imprecisa
mención designándolo como "un volante con vencimiento al 4 de octubre de 1967" pero
sin motivación alguna acerca de su origen, fuerza probatoria y alcance de base legal y
de motivos sobre una cuestión de hecho es necesario establecer diáfanamente para poder
decidir si, en especie, se ha ejercido correctamente o no el der. de retención sostenido
por la recurrente.
Octubre. de 1969.
B.J. 707.6018
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es la prohibición de disponer de los bienes donados, cae bajo la sanción del artículo 900
del Código Civil por considerarse generalmente como contraria al interés público en lo
que ella impide la libre circulación de los bienes; pero en esta sanción se incurre
solamente en el caso en que la prohibición es absoluta, y ella deja de serlo cuando se
estípula durante un tiempo limitado por ejemplo durante la vida del donante; que según
la opinión generalmente seguida, y que, durante un largo período ha reunido la
unanimidad de la jurisprudencia, la prohibición de enajenar es válida cuando ella no es
impuesta sino por un tiempo limitado, y que tiene por objeto garantizar el interés del
disponente o de un tercero; que no se podría dispone de otro modo sin incurrir en un
absurdo, puesto que, si el donante era libre de disponer, también tenía el derecho de
conservar la cosa donada mientras viviera sin que esto fuese contrario a las leyes ni a las
buenas costumbres, ni a la libre circulación de los bienes: que, del misnio modo, la
prohibición de enajenar o de hipotecar impuesta al donatario de un inmueble, durante la
vida del donante es lícita cuando, por ejemplo, ella tiene por objeto asegurar el ejercicio
del derecho de reversión convencional que puede evntualmente pertenecerle si es un
ascendiente, o Si ha sido estipulada en interés de salvaguardar un derecho de usufructo
que el mismo donante se haya reservado, como en el oresente caso; que aún dentro de la
opinión de los que consideran que la cláusula prohibitiva de enajenar sólo s justifica si
con ella el donante ha querido estipular en su provecho el derecho de reversión
convencional que autoriza el artículo 951 del Código Civil y como esta es una cuestión
de hecho que el juez del fondo puede apreciar según las circunstancias, en el caso
presente, el hecho de que el señor E. R. haya perseguido judicialmente la revocación de
la donación a la muerte de su hijo donatario, es una circunstancia indicadora de que esa
fué su intención al estipular la cláusula prohibitiva de enajenar";
CONSIDERANDO: que la prohibición de enagenar durante la vida del donante debe
entenderse de todo modo de trasmitir aún por testamento, los bienes
CONSIDERANDO: que por aplicación de los principios ya expuestos procede declarar
lícita y válida la condición prohibitiva de enagenar estipulada en el acto de donación y
partición de fecha 20 del mes de seo tiembre del año 1940, por ser temporal, habiendo
sido limitada su duración a la vida del donante; y por estar justificada por el interés del
donante de proteger eficazmente el ejercicio del derecho de usufructuario que se reservó
sobre los inmuebles donados, y tácitamnte por la espectativa de poder ejercer el derecho
de reversión autorizado por la ley; que, abarcando la condición prohibitiva de disponer
toda clase de enajenación, aún por testamento, el Dr. E. E. R., al instituir a su esposa
legataria universal de sus bienes, incluyendo los inmuebles a él donados, por medio de
su testamento ológrafo de fecha 1ro. de marzo de 1946, infringió la condición
prohibitiva de enagenar estipulada en el acto de donación y por tanto procede
pronunciar su revocación con la consecuencia legal de anular dicho testamento en
cuanto a su eficacia y reintegrar estos inmuebles al patrimonio del donante; y que, al
morir éste, el derecho de propiedad sobre los referidos inmuebles debe registrarse en
favor de sus herederos"; que en lo que queda copiado se encuentran claramente
expresados los motivos cuya falta alega la parte intimada, así como los hechos que le
sirven de fundamento y que permiten a la Suprema Corte de Justicia, ejercer sus poderes
de verificación; que, consecuentemente, el medio marcado con la letra b) debe ser
r.:hazado.-
Diciembre del 1947.
449, página 924
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Considerando, que si es verdad que para suscribir la venta definitiva se fijó el término
de 90 días, sin que en ninguna forma se estableciera que dicho plazo comenzara a
discurrir a partir de la suscripción del contrato de promesa de venta o compromiso de
compra, no es menos cierto, que tal como lo ha interpretado el Tribunal a-quo, el
referido plazo y es lo que se desprende de una interpretación correcta de la convención,
se iniciaba a partir del momento en que al recurrido le fuera concedido el
financiamiento a que se refiere el contrato y no en otra fecha; que tal estipulación
constituye una condición suspensiva en el contrato que impedía exigir el cumplimiento
del mismo hasta tanto dicha condición fuera cumplida;
SENTENCIA DEL 17 DE FEBRERO DEL 1999.-
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intervención forzosa contra la recurrida Credigas, C. por A., que fue desestimado; que,
en ese orden, no hay necesidad de analizar los demás medios propuestos;
10 de julio de 2002.-
B.J.1100.133.-
Considerando , que al pié del aludido documento aparece una nota que forma parte del
mismo, del tenor siguiente: "De la letra y del espíritu de este acuerdo, así como de las
circunstancias en que fue suscrito, resulta claramente que el mismo: a) tiene carácter
explícitamente transaccional; b) también expresamente contiene desistimiento de las
obligaciones y acciones precedentes, las cuales sustituye; y c) no contiene garantías
hipotecarias";
Considerando , que conforme al artículo 2052 del Código Civil, "las transacciones
tienen entre las partes la autoridad de la cosa juzgada en última instancia. No pueden
impugnarse por error de derecho, ni por causa de lesión"; que esa disposición legal ha
sido interpretada en el sentido de que la transacción, desde que ella interviene, tiene por
efecto extinguir el litigio pendiente entre las partes, así como todo el procedimiento
relativo al mismo, desapoderar inmediatamente los jueces ante los cuales la instancia
había sido llevada y sustituir por una situación nueva las obligaciones y acciones
precedentes, lo que fue convenido expresamente en el acuerdo;
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Considerando , que para justificar el reinicio de la acción ejecutoria contra su deudora,
el Banco aduce básicamente que en el acuerdo transaccional no se dice que se dejan sin
efecto los certificados de título del acreedor hipotecario no declarados nulos por la
sentencia No. 35 del 18 de julio de 1996, lo que le permite, en caso de incumplimiento
del acuerdo, practicar nuevamente el embargo de los inmuebles dados en garantía, así
como que el incumplimiento se produjo por la falta de pago en la fecha convenida de la
suma fijada como deuda real en el acuerdo, a lo que la deudora y recurrente responde,
que su no cumplimiento se debió, entre otras razones, a que lejos de enfrentar y
solucionar simultáneamente los embargos retentivos trabados entre sus manos por
acreedores del Banco, lo que no hizo, la situación de éste fue agravada con nuevos
embargos practicados con posterioridad a la firma del acuerdo, por un monto de más de
RD$40,000,000.00, lo que le impidió satisfacer su compromiso de pago, en la fecha
convenida;
Considerando , que los anteriores señalamientos del Tribunal a-quo ponen de manifiesto
su criterio de que el acuerdo transaccional suscrito por las partes conserva todos sus
efectos, y de que, el Banco acreedor tenía el derecho de reiniciar los procedimientos
ejecutorios del embargo inmobiliario contra su deudora Promotora Puerto Chiquito, S.
A., como lo ha hecho, no obstante la existencia de aquél, y con base en los viejos
compromisos originados en los contratos de préstamo, lo cual constituye una
contradicción, ya que no es posible proclamar la vigencia de un acuerdo transaccional
que sustituye obligaciones y acciones preexistentes y al mismo tiempo poner en
ejecución esas obligaciones y acciones sustituidas, en desconocimiento del efecto
extintivo de la transacción, la cual tiene entre las partes la autoridad de la cosa juzgada
en última instancia, como lo reconoce en su sentencia el Tribunal a-quo;
Considerando , que, además del efecto extintivo del contrato de transacción, lo que
impide que el proceso sea, en cuanto a su objeto y causa, continuado, reanudado o
reproducido, por cuanto él agota el derecho a la acción, se impone, cuando una parte
invoca el incumplimiento de uno de los compromisos asumidos por la otra, o ambas se
reprochan recíprocamente la violación del contrato, como ocurre en este caso, que éste
sea disuelto y su rescisión pronunciada judicialmente, salvo que la revocación se haya
producido por mutuo consentimiento, lo que no ha sucedido, todo en razón de que la
condición resolutoria tácita es inherente a la esencia misma del contrato sinalagmático o
bilateral, al tenor de lo que pauta el artículo 1184 del Código Civil, aplicable al contrato
de transacción;
Considerando , que el hecho de que en el acuerdo o contrato de transacción de que se
trata se insertara como párrafo del artículo quinto del mismo, una estipulación en virtud
de la cual el acuerdo desaparecería de pleno derecho en caso de que la Promotora
incumpla, dentro del plazo establecido, con su obligación de pago, en modo alguno
puede entenderse que despoja al acuerdo de su verdadera naturaleza sinalagmática,
caracterizada por la reciprocidad e interdependencia de las obligaciones nacidas del
mismo, que dan a cada uno de los contratantes el beneficio de la excepción non
adimpleti contractus, que les permite rechazar la acción del otro contratante cuando no
ofrece cumplir sus propias obligaciones; que prueba del carácter sinalagmático del
acuerdo suscrito por las partes en litis la ofrece el mismo artículo quinto del señalado
acuerdo en su parte capital, el que expresa: "El presente acuerdo es para transar
reclamaciones recíprocas entre las partes y no deberá interpretarse como aceptación de
responsabilidad o falta de una cualquiera de la partes de los hechos y circunstancias que
originaron las acciones y demandas arriba descritas";
Considerando , que al no existir constancia en la sentencia impugnada ni en el
expediente de que se haya promovido demanda en resolución del contrato de
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transacción por causa de inejecución de la obligación de pago a cargo del deudor, el
acreedor no podía unilateralmente, en su caso, en razón de que todos los compromisos
de la deudora preexistentes habían sido sustituidos por otras obligaciones contenidas en
la transacción, sin una sentencia que así lo dispusiera, dar por terminado el contrato y
reiniciar procedimientos ejecutorios contra Promotora Puerto Chiquito, S. A., en base
una situación jurídica ya extinguida, como lo admitió el Tribunal a-quo; que actuar de
esa manera y sin verificar, además, que los compromisos dimanados de la transacción
no fueron cumplidos por el Banco, la sentencia impugnada desconoció la autoridad de la
cosa juzgada en última instancia de la transacción, e incurrió, por tanto, en la violación
de los artículos 1184, 2044 y 2052 del Código Civil; que como consecuencia de los
señalamientos anteriores, sin necesidad de ponderar los demás aspectos del medio único
propuesto, la sentencia impugnada debe ser casada.
30 de diciembre de 2002.-
B.J. 1105.126.-
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de daños y perjuicios incoada principalmente en este caso por Justo Castellanos Díaz;
que, por lo tanto, la Corte a-qua actuó correctamente, cuando declaró resuelto el
contrato de compra-venta inmobiliaria en cuestión, por falta de pago de una parte del
precio y rechazó la demanda reconvencional en ejecución de ese contrato, lanzada por
José Rafael Contreras; que, finalmente, ha sido comprobado que la sentencia impugnada
contiene, en los aspectos preindicados, una adecuada exposición de los hechos de la
causa y una motivación suficiente y pertinente que le han permitido a esta Cámara Civil
de la Suprema Corte de Justicia, como Corte de Casación, verificar en el caso una
ajustada aplicación de la ley; que, por las razones expuestas anteriormente, procede el
rechazamiento de los medios de casación examinados.-
31 de Octubre del 2001.-
1091.
Sentencia No. 16.-
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retiene el pago del precio restante de la venta del apartamento que adquirió por compra
a la recurrente, y reconvencionalmente, solicita el pago de daños y perjuicios, lo hace en
virtud de la excepción non adimpleti contractus consagrada entre otros en el artículo
1184 del Código Civil a cuyo tenor "La condición resolutoria se sobreentiende siempre
en los contratos sinalagmáticos para el caso en que una de las partes no cumple su
obligación"; que, en efecto, como se ha hecho constar precedentemente, la Corte a-qua,
en vista de la documentación aportada al debate, y los hechos y circunstancias de la
causa determinó, que si bien la hoy recurrente podía demandar la rescisión del contrato
de compraventa suscrito entre las partes en litis, en virtud de los artículos 1650 y 1654
del Código Civil, al comprador, hoy recurrido, le asistía el derecho de incumplir su
obligación de pagar el resto del precio convenido, por el hecho de que el vendedor,
posteriormente a la venta del inmueble, en ese momento libre de gravámenes, contrajo
unilateralmente un préstamo con el ya mencionado Banco, por un monto de
RD$15,000,000.00, afectando la totalidad del Condominio Torre Marfil, donde se
encuentra el apartamento vendido al recurrido, a mas de otros hechos violatorios del
aludido contrato, como fue también en forma unilateral, una modificación al régimen de
condominio, a pesar de los planos aprobados y encontrarse registrado el condominio en
el Registro de Títulos del Distrito Nacional; que, el hecho alegado por la recurrente, de
que el gravamen que afecta el inmueble vendido fue cancelado, no existe en el
expediente comunicación alguna mediante la cual se participó al adquiriente, actual
recurrido, la aludida cancelación de gravamen, como lo comprueba una certificación
expedida por el Registrador de Títulos del Distrito Nacional, el 29 de marzo del 2001, lo
que evidencia que, a esa fecha, aún se encontraba inscrita la hipoteca señalada;
11 de Febrero del 2004.-
B.J. 1119.15.-