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TECNICAS DE DUELO

De La Ausencia A La Presencia
Objetivo: llenar el hueco de la persona ausente con vivencias nutrientes.

Recomendación: repetir los pasos 6 y 7 frecuentemente.

Este ejercicio está hecho para que te sea posible aminorar el dolor por la pérdida mediante el
recuerdo de las vivencias positivas. Será necesario que consideres la riqueza de lo que viviste con
la persona que partió y cómo, al final de todo, lo único con que cuentas son justamente esas
vivencias, que son lo más valioso que podemos conservar de cualquier relación. El objetivo de este
ejercicio es que tengas presentes esas vivencias y las disfrutes siempre, pero sin dolor.

Que una persona se haya ido antes no quiere decir que nos deje desvalidos, al contrario, siempre
habrá vida y energía en el pensamiento que tengamos de ella sabiéndolo manejar adecuadamente,
y para este fin sirve el siguiente ejercicio, que pretende redefinir el significado de la ausencia del
ser querido.

No hay que quedarse <en el último capítulo de esta persona, sino en lo que fue y seguirá siendo a
través de su legado.

Sigue estos pasos:

1) Cerrando los ojos y respirando profundamente, piensa en la persona que se ha ido. Date cuenta
de cómo es tu pensamiento acerca de ella. ¿Dónde la vez, al frente, a la derecha, a la izquierda,
arriba, abajo? ¿De qué tamaño es su imagen? ¿Es nítida o borrosa? Fíjate muy bien en estas
características y mientras respiras profundamente, date cuenta de tus sentimientos al ver así esta
imagen. Toca la parte de tu cuerpo donde se alojan.

2) Poco a poco mueve esta imagen. Ve retirándola de ti, un poco hacia abajo y hacia un lado. Trata
de hacerla más pequeña. Estos movimientos hazlos con tu respiración. Cada vez que exhales, haz
el movimiento mental.

3) Abre los ojos y piensa, por lo menos, en tres diferentes ocasiones compartidas con esta persona
y en las que haya habido alegría, felicidad, amor, flexibilidad, en in, experiencias bellas y
significativas para ti. Recuerdos agradables con ella.

4) Cuando ya las tengas, cierra los ojos y piensa en la primera vivencia: ¿dónde están? ¿Qué
hacen? ¿Qué valores se viven en este momento? Introdúcete mentalmente en esa escena y siente
nuevamente toda la experiencia de felicidad por unos instantes mientras tocas tu corazón cuando
los sentimientos aparezcan. Cuando termines, ponle un título a esta vivencia, como si fuera una
película, escríbelo y déjalo ahí.

Ahora repite lo mismo con la segunda y la tercera vivencia, una por una: ¿dónde están? ¿Qué
hacen? ¿Qué valores se viven en este momento? De nuevo introdúcete mentalmente en esa
escena y siente toda la experiencia con esa persona por unos instantes. Recuerda tocarte el
corazón cuando los sentimientos aparezcan. También ponle título a cada una de estas vivencias.
5) Todavía con los ojos cerrados regresa a la primera vivencia, estira las manos y recoge el título
que le pusiste trayéndolo poco a poco hacia ti, respirando profundamente, y dejándolo en tu
corazón. Repite lo mismo con la segunda y tercera vivencia.

6) Ahora que ya tienes INTEGRADAS en tu corazón estas tres vivencias, date cuenta de que ése es
el tesoro más preciado que te puede dejar una persona y que debes aprovecharlo y jamás
desperdiciarlo, pues es parte de su esencia compartida contigo.

7) Da gracias por descubrir esto y, con las manos todavía en el corazón, respira profundamente.
Abre los ojos poco a poco.

La manera en que empezará el proceso de duelo será repitiendo constantemente los pasos 6 y 7
hasta que el sentimiento de pérdida sea remplazado por el de presencia y agradecimiento.

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