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Resumen Analítico especializado

1. Título

El polémico debate frente a las explicaciones científicas.

2. Autores

J.M. Mardones

3. Edición

Anthropos Editorial, 2003

4. Palabra clave

Ciencia, polémica, ciencias humanas y sociales, ciencias naturales, tradición aristotélica y

galileana, filosofía, explicaciones científicas, contexto histórico, positivismo.

5. Descripción

Capítulo titulado “Filosofía de las ciencias humanas y sociales. Nota histórica de una

polémica incesante”, del libro “Filosofía de las ciencias humanas y sociales”.

6. Fuentes

 J.F. Lyotard: La condición postmoderna, Madrid, Cátedra, 1984, cap. 12.

 I. Lakatos: Historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales, ob. Cit, p.28.

 Adorno: Introducción a la disputa del positivismo, ob. Cit, pp- 41,54.

 Horkheimer y Adorno: La sociedad, lecciones de la sociología, Buenos Aires,

Proteo, 1969.

7. Contenidos

El texto inicia con el planteamiento de la polémica sobre el estatuto de cientificidad de

las ciencias humanas o sociales. Hace referencia al contexto histórico en que, en el siglo
XIX, se fundaron las ciencias humanas para intentar desentrañar la difusa estructura de la

sociedad. Es así como se abre un nuevo debate sobre si esto era verdaderamente ciencia.

Tradición aristotélica y galileana del método científico

El objeto de cada tradición es plantear las condiciones que satisfacen una explicación

que se quiera denominar científica.

En la tradición aristotélica, se empieza por un proceso de observación seguido por las

explicaciones que tienen como fin dar razón a los hechos observados. Lo anterior se

representa en la inducción del primer momento y continúa con la deducción de enunciados

acerca de los fenómenos.

Aristóteles exigía una relación causal en la estructura lógica del fenómeno a explicar.

Las causas contaban con cuatro aspectos que harían a la explicación científica adecuada: la

causa formal, material, eficiente y final, siendo esta última muy importante, en la que se

exigía una explicación teleológica.

Durante el siglo XVI, se empieza a mirar el universo como un flujo de acontecimientos

que suceden según leyes. La ciencia moderna busca el control de la naturaleza, y pasa a

centrarse en el hombre. La obra de Copérnico y Galileo pactan el nuevo método científico.

Galileo cambia las explicaciones físicas cualitativas de Aristóteles por las formulaciones

matemáticas de Arquímedes y la tradición pitagórico-platónica, lo cual reformula haciendo

énfasis en el valor de abstracción e idealización de las ideas. Bajo este mecanismo, las

explicaciones científicas deben estar expresadas en leyes que relacionan fenómenos

matemáticamente, las cuales tomarán forma de hipótesis causales.

Así es como la revolución copernicana en la ciencia establece el supuesto de que las

cosas giran en torno al entendimiento.

Positivismo decimonónico frente a la hermenéutica


En las ramas de la investigación empírica se pueden encontrar relevantes posiciones que

siguen enganchándose a los dos pilares del pensamiento científico antes mencionado.

Una de estas es la filosofía de la ciencia del positivismo decimonónico. Esta se apoya en

el monismo metodológico donde se afirma que existe una sola forma de entender las

explicaciones científicas. También consideraban que la medida de cientificidad de las

ciencias nacientes se encontraba en qué tanto seguían el modelo metodológico de la ciencia

físico-matemática. Las explicaciones científicas debían ser causales, donde se buscan leyes

generales de la naturaleza con el fin de explicar los hechos. Todo esto se hace con el fin de

llegar a controlar a la naturaleza y al hombre mismo, donde se encuentra la denominada

razón instrumental.

Nace una nueva anti-positivista encabezada principalmente por filósofos alemanes,

llamada hermenéutica. Uno de sus representantes, Droysen funda una distinción entre

explicación y comprensión, siendo este último fundamentación del método de las ciencias

humanas. La compresión tiene un enfoque en la atmósfera espiritual de los objetos de

estudio, además de ser una unidad sujeto-objeto que permite explicar los fenómenos

históricos sociales.

Una diferencia que resalta Dilthey es que en las ciencias naturales se encuentran

fenómenos repetidos uniformemente pretendiendo formar leyes generales, mientras que en

las ciencias humanas se encuentran fenómenos individuales e irrepetibles y se pretende

comprender hechos particulares,

En la década de los años 20 nace una nueva corriente filosófica denominada positivismo

lógico, que englobaría a la filosofía analítica, la cual afirma que solo los enunciados

sometidos a la lógica y verificación empírica pueden ser considerados como científicos. Se

centran una superación de la pseudociencia, que busca un lenguaje científico universal con
exactitud absoluta. Adicionalmente, exigen una comprobación experimental de todas las

afirmaciones.

Oponiéndose a estos postulados que defiendes exclusivamente a las ciencias naturales,

llega Popper defendiendo, aún siguiendo el positivismo, que el planteamiento de los

positivistas lógicos no se puede sostener. Al contrario de como ellos lo plantean, los

enunciados elementales solo se pueden justificar mediante otros enunciados, no

irrefutablemente por medio de los sentidos. El saber debe ser hipotético, siempre sometido

a revisión, siguiendo un camino deductivo. Todo esto es conocido como racionalismo

crítico.

Un adversario del racionalismo es la teoría crítica, la cual niega que la observación sea

la primacía como fuente de conocimiento, y advierte que no se debe ignorar la totalidad

social del momento histórico en el que se vive. Un argumento en contra del positivismo en

general es la crítica a la razón instrumental, donde se hace ciencia controlada por

prestigiosos, donde el éxito de encuentra en la fama de los avances tecnológicos. Debido a

esto, es claro que no se puede prescindir del contexto sociopolítico-económico donde se

desarrollan las ciencias, pues esto permite llegar a la estructura del conocimiento.

A pesar de que el debate frente a los ámbitos de los que se habla durante el texto persiste

hasta la actualidad, se percibe un progreso de los modelos lógicos normativos a modelos

históricos y procesuales. En el transcurso de los años aparecen nuevos filósofos que apoyan

los distintos bandos de la polémica, cambiando las tesis de sus antecesores en benficio de

las mismas.

Como siempre en la ciencia quedan muchas preguntas sin responder, y aunque las

diferencias entre las distintas posiciones no son tan marcadas como hace décadas, las

discusiones sobre el método científico no han terminado, teniendo mucho por resolver. Se
incita al final a la originalidad, dicha por Feyerabend, quien afirma que no existe el método,

y se necesita creatividad para llegar al conocimiento científico. No debe limitarse a la

aceptación de la comunidad científica, pues a la final termina siendo un acceso único para

los privilegiados quienes aporten a la ciencia.

8. Metodología

El autor hace uso de literatura sobre el tema para expresar sus ideas.

9. Conclusiones

 A partir de las dos tradiciones científicas (la aristotélica y galileana), se funda un

debate sobre cómo deben ser las explicaciones científicas, donde no se llega a un

consenso que pacte una teoría de la ciencia, o que aclare la fundamentación

científica entre las ciencias humanas y ciencias naturales.

 A pesar de una primera resistencia frente a la importancia del contexto histórico y

social en el desarrollo de la ciencia, se acepta que no se debe excluir en el correcto

estudio de esta.

10. Autor del RAE

Dayanna Esther Rivera Diaz

11. Fecha

Miércoles 27 de febrero de 2019.

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