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PROCESAMIENTO ALIMENTARIO, NUTRICIÓN y TUBO DIGESTIVO DE

ARTHROPODA Y HUMANO

Si bien los mecanismos y las opciones de alimentación son diversos, todos los animales
son heterótrofos, organismos que deben obtener su energía y nutrimientos de moléculas
orgánicas producidas por otros organismos. ¿Qué comen los animales, como lo obtienen
y como lo procesan y utilizan? es el tema de esta clase.
Los nutrimientos son sustancias contenidas en el alimento que el organismo aprovecha
como fuentes de energía para hacer funcionar sus aparatos y sistemas, como componentes
para elaborar compuestos necesarios en los procesos metabólicos, y como materias
primas para el crecimiento y la reparación de tejidos. La nutrición es el proceso de ingerir
y asimilar alimento.
Con sólo ligeras variaciones, todos los animales requieren los mismos nutrimientos
básicos: minerales, vitaminas, carbohidratos (azúcares), lípidos (grasas, aceites) y
proteínas. La ingestión de demasiado de alguno de estos nutrimientos puede dar por
resultado aumento de peso, mientras que el consumo de muy pocos nutrimientos o de una
alimentación desbalanceada puede provocar malnutrición y la muerte.
Casi todos los animales tienen un aparato digestivo especializado que procesa el alimento
que comen. La ingestión generalmente consiste en llevar el alimento a la boca y
deglutirlo. El proceso de degradar y descomponer el alimento se denomina digestión.
Puesto que los animales comen macromoléculas producidas por otros organismos para su
propio uso, el aparato digestivo de los animales debe degradar dichas moléculas y
remodelarlas para satisfacer las necesidades del organismo. El alimento que no se digiere
ni absorbe es eliminado del cuerpo. Este proceso recibe el nombre de egestión en los
animales simples y de eliminación en los más complejos.
Los animales pueden clasificarse como herbívoros, carnívoros y omnívoros con base en
el tipo de alimento que suelen comer. Los animales que se alimentan directamente de
organismos productores son herbívoros o consumidores primarios. Puesto que los
animales no pueden digerir la celulosa de las paredes celulares vegetales, los herbívoros
han desarrollado muchas adaptaciones para extraer nutrimientos de la materia vegetal que
comen. Por ejemplo, muchos herbívoros tienen una relación simbiótica con bacterias que
viven en su tubo digestivo. A cambio de alimento y refugio, las bacterias degradan
paredes celulares de celulosa, lo que da al huésped acceso a los nutrimientos contenidos
en las células de las plantas. Termitas, vacas y caballos son algunos de los herbívoros que

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gozan de tales relaciones simbióticas. Muchos herbívoros como saltamontes, elefantes y
reses pasan casi todo el tiempo de su vida comiendo. La mayor parte de lo que comen no
es digerido de manera eficiente y se elimina del cuerpo casi sin cambio. Sin embargo,
dichos animales consumen cantidades suficientemente grandes de materia para obtener la
nutrición que necesitan.
Algunas veces los herbívoros son comidos por carnívoros, que también pueden comerse
entre sí. Los carnívoros (consumidores secundarios) están adaptados para capturar y
matar sus presas. Algunos carnívoros capturan a sus presas y las tragan enteras y vivas.
Otros la paralizan, aplastan o despedazan antes de ingerirlas. El jugo digestivo del
estómago degrada las proteínas, y puesto que la carne es digerida con más facilidad que
la materia vegetal, el tubo digestivo de estos animales es más corto que el de los
herbívoros.
Los omnívoros, como osos y seres humanos, consumen tanto plantas como animales.
Las lombrices de tierra ingieren grandes cantidades de suelo, que contiene tanto animales
como materia vegetal. La ballena azul, que es el animal más grande, es un filtrador que
extrae diminutos animales y algas del agua al nadar.
Los animales también se clasifican conforme a los mecanismos que utilizan para poder
alimentarse. Entre las adaptaciones de los carnívoros, para obtener su alimento, se
incluyen garras, colmillos, glándulas de veneno, tentáculos y dientes. El pico de las aves
y los dientes de muchos vertebrados están especializados para cortar, desgarrar o masticar
alimento.
Algunos animales se alimentan de líquidos por medio de órganos picadores y chupadores.
Los mosquitos tienen estructuras especializadas para perforar la piel y succionar sangre.
Las aves que se alimentan de polen y néctar tienen pico y lengua largos. Los murciélagos
que se alimentan de néctar tienen lengua larga y dentición reducida.
Los invertebrados más simples, las esponjas, carecen de aparato digestivo; ellas obtienen
el alimento filtrando organismos microscópicos del agua circundante. La digestión ocurre
intracelularmente, dentro de vacuolas alimentarias. Los deshechos son egeridos en el agua
que de manera continua circula a través del cuerpo de la esponja.
Los cnidarios (hidras, medusas, anémonas) y los gusanos planos tienen una cavidad
gastrovascular (cavidad digestiva central) con una sola apertura (Fig. 1). Los cnidarios
capturan pequeños animales acuáticos por medio de células urticantes y tentáculos. La
boca se abre hacia una gran cavidad gastrovascular recubierta de células que secretan
enzimas las cuales degradan proteínas. La digestión continúa intracelularmente dentro de

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las vacuolas alimentarias, y los nutrimientos digeridos pasan a otras células por difusión.
Las partículas de alimento no digerido son egeridas a través de la boca por contracción
del cuerpo. Algunos animales como los gusanos planos de vida libre y las arañas
comienzan a digerir a su presa antes de ingerirla al secretar enzimas digestivas sobre la
presa.
La mayor parte de los animales tienen aparato digestivo con dos aberturas. En un tubo
digestivo con dos aberturas, diversas regiones del tubo se especializan en funciones
específicas. Por ejemplo, en el tubo digestivo de los vertebrados, el alimento pasa de
manera sucesiva por las siguientes regiones especializadas:
Boca→ Faringe (garganta)→ esófago→ estómago→ intestino delgado→ intestino grueso
→ano.
Todos los vertebrados tienen glándulas accesorias que secretan jugos digestivos en el tubo
digestivo. Entre ellas se incluyen hígado, páncreas y, en vertebrados terrestres, glándulas
salivales.

APARATO DIGESTIVO EN ARTHROPODA (INSECTA)


Los insectos adultos poseen un sistema digestivo completo (un tubo digestivo que se
extiende a lo largo del cuerpo desde la boca hasta el ano) en el cuál ocurre la digestión
(procesamiento de macromoléculas ingeridas en molécula más sencillas, asimilables). El
alimento ingerido generalmente se mueve en una sola dirección, de la boca hacia el ano.

Estructuras típicas en el sistema digestivo de un insecto

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En el tubo digestivo existen partes especializadas para: digestión, absorción de nutrientes
y excreción de desechos. En la mayor parte de los insectos el tubo digestivo está
subdividido en tres regiones funcionales: estomodeo, mesenterón y proctodeo

ESTOMODEO: es la región anterior del tubo digestivo, que generalmente está


subdividida en una faringe anterior, un esófago, un buche, y un angosto proventrículo.
Los alimentos pasan de la cavidad bucal a la faringe.
El estomodeo de insectos que ingieren alimentos sólidos presenta un proventrículo: una
sección muscular con dentículos que trituran y pulverizan los trozos de alimentos.
Presentan en el interior del proventrículo de cucarachas seis pliegues, cada uno con
escleritas con dientes. El buche almacena el alimento.

Diferentes estructuras en el estomodeo de un insecto

MESENTERON: Muchos insectos tienen el mesenterón recubierto internamente con


una membrana semipermeable llamada membrana peritrófica. Esta membrana
peritrófica está compuesta de fibras de quitina embebidas en una matriz de proteína-
carbohidrato.

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Los productos iniciales de la digestión atraviesan la membrana peritrófica y son entonces
atacados por una segunda serie de enzimas restringidas al espacio entre la pared del
mesenterón y la membrana peritrófica. El mesenterón posee cerca de su extremo
anterior una serie de evaginaciones ciegas, en forma de dedos (entre 2 a 10), llamados
ciegos gástricos. Estos ciegos gástricos son los principales lugares de absorción de los
nutrientes

PROCTODEO: Los túbulos de Malpighi se insertan en el proctodeo, inmediatamente


detrás a la válvula pilórica. Su número varía entre dos hasta unos 250, dependiendo de
la especie. Estos largos y delgados tubos (en forma de fideos), son órganos excretores,
y se extienden hacia la cavidad abdominal y se encuentra más o menos libres en el
hemocele (la cavidad corporal llena de hemolinfa). El proctodeo juega un papel muy
importante en la homeostasis (el matenimiento del equilibrio de agua y sales, regulando
la absorción). Antes de que salgan las heces por el ano, se ha removido más del 90% del
agua (principalmente por glándulas o cojinetes rectales).

APARATO DIGESTIVO HUMANO (Fig. 2)


En el aparato digestivo de los vertebrados diversas regiones se especializan en funciones
específicas (Fig. 2). La pared del tubo digestivo está formada por 4 capas (Fig. 3): La
mucosa, una capa de tejido epitelial y tejido conectivo, reviste el espacio interno del tubo
digestivo. Rodeando a la mucosa esta la submucosa, una capa de tejido conectivo rica
en vasos sanguíneos y linfáticos, así como nervios. En torno a la submucosa está una
capa muscular. La capa de tejido conectivo más externa del tubo digestivo es la
adventicia. Bajo el nivel del diafragma, la adventicia se convierte en el peritoneo visceral.

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El procesamiento alimentario comienza en la boca. La boca se especializa en la ingestión
y en el inicio del proceso digestivo. La digestión mecánica comienza cuando la persona
muerde el alimento. A diferencia de los dientes aguzados simples de peces, anfibios y
reptiles, los de los mamíferos (Fig. 4) varían en tamaño y forma y se especializan en
funciones específicas. Los dientes incisivos sirven para cortar el alimento y los largos y
aguzados caninos están adaptados para perforarlo y desgarrarlo. Las superficies planas
de premolares y molares se especializan en triturar y moler los alimentos. Cada diente
está cubierto de esmalte, la parte más dura del cuerpo (Fig. 5). La mayor parte del diente
consta de dentina, parecida en composición y dureza al hueso. Bajo la dentina se
encuentra la cavidad pulparia (Fig. 5). Mientras el alimento está siendo desintegrado
por los dientes, también es humedecido por la saliva. Tres pares de glándulas salivales
contienen amilasa salival, una enzima que inicia la digestión química de los almidones
para convertirlos en azúcares simples.
Después de un bocado de alimento, se mastica y convierte en una masa que recibe el
nombre de bolo, el siguiente paso es deglutirlo, o hacerlo pasar a traves de la faringe
hacia el esófago (Fig. 6). La faringe o garganta es un tubo muscular que constituye la
antesala del aparato respiratorio y el digestivo. Durante la deglución, la abertura hacia el
aparato respiratorio es cerrada por una pequeña placa de tejido la epiglotis. Ondas de
contracción muscular, llamadas contracciones peristálticas, desplazan el bolo a través de
la faringe y esófago hacia el estómago (Fig. 6). Fibras musculares circulares presentes en
la pared del esófago se contraen arriba del bolo, empujándolo hacia abajo. Casi al mismo
tiempo se contraen músculos longitudinales alrededor de la parte inferior y bajo él,
acortando el tubo.
La entrada al estómago, un órgano grande y muscular, normalmente está cerrada
por un anillo de músculo en el extremo inferior del esófago. Cuando por el esófago pasa
una onda peristáltica, el músculo se relaja y permite que el bolo pase al estómago (Fig 6).
Pliegues en su pared llamados arrugas se van alisando conforme el estómago se llena de
alimento, lo que amplía la capacidad de dicho órgano a más de un litro. Las células
principales (Fig. 7) de las glándulas gástricas secretan pepsinogeno, un precursor
enzimático inactivo. Cuando el pepsinogeno entra en contacto con el jugo gástrico ácido
en el estómago, se convierte en pepsina, la principal enzima digestiva estomacal. La
pepsina hidroliza proteínas y las reduce a polipéptidos cortos. Varios mecanismos
protectores impiden que el jugo gástrico digiera la pared estomacal. Las células de la
mucosa gástrica secretan un moco alcalino que recubre la pared estomacal y también

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neutraliza la acidez del jugo gástrico en la vecindad del revestimiento. Si algunas de las
células epiteliales se dañan, son sustituidas con rapidez. De hecho, alrededor de 500 mil
de estas células se descaman y reponen cada minuto. Algunas veces estos mecanismos
fallan y un fragmento del revestimiento estomacal es digerido, dejando una llaga abierta
o úlcera péptica. Las úlceras pépticas son comunes en el duodeno y en la parte inferior
del esófago. La bacteria Helicobacter pylori ha sido señalada como factor causal de
úlceras, al infectar células secretoras de moco del recubrimiento estomacal, lo que
provoca una reducción de la cantidad de moco protector.
Durante las 3 ó 4 horas en que el alimento ha llegado al estómago, este órgano bate y
degrada químicamente el alimento a una suspensión con consistencia de sopa espesa; este
alimento parcialmente digerido se llama quimo. Cuando la digestión en este órgano está
completa, las ondas peristálticas impulsan el quimo hacia la salida del estómago, el
píloro, y hacia el intestino delgado.
La digestión del alimento se completa en el intestino delgado y los nutrimientos se
absorben a través de su pared. El intestino tiene tres regiones: duodeno, yeyuno e íleon.
Casi toda la digestión química ocurre en el duodeno (la primera porción del intestino
delgado), no en el estómago como se cree comúnmente. La bilis, procedente del hígado,
y enzimas del páncreas son liberadas en el duodeno y actúan sobre el quimo. Después,
enzimas producidas por las células epiteliales que revisten el duodeno catalizan los pasos
finales de la digestión de los principales tipos de nutrimientos.
El revestimiento del intestino delgado está formado por millones de pequeñas
proyecciones digitiformes, las vellosidades intestinales (Fig. 8), las cuales incrementan
el área superficial del intestino delgado para la digestión y la absorción de nutrimientos.
El área intestinal es expandida todavía más por miles de microvellosidades, pliegues de
la membrana plasmática en la superficie expuesta de las células epiteliales cilíndricas de
las vellosidades. Si el revestimiento intestinal fuera liso, el alimento avanzaría con rapidez
y muchos nutrimientos valiosos no se absorberían.
Bajo el diafragma se encuentra el hígado (Fig. 9), el órgano más grande del cuerpo y uno
de los más complejos. Las funciones del hígado en el procesamiento de los alimentos
incluyen:
1. Secreta bilis, importante en la digestión mecánica de las grasas
2. Ayuda a mantener la homeostasis (ambiente interno equilibrado del cuerpo)
extrayendo nutrimientos de la sangre o incorporándolos a ella.
3. Convierte el exceso de glucosa en glucógeno y lo almacena.

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4. Convierte el exceso de aminoácidos en ácidos grasos y urea.
5. Almacena hierro y determinadas vitaminas.
6. Detoxifica alcohol, fármacos y agentes tóxicos que ingresan en el organismo.

La bilis consiste en agua, sales biliares, pigmentos biliares, colesterol, sales y lecitina (un
fosfolípido); se almacena en la vesícula biliar, que tiene forma de pera, la cual concentra
bilis y la libera en el duodeno conforme es necesario. La bilis digiere las grasas.
El páncreas es una glándula alargada que secreta enzimas digestivas y hormonas que
ayudan a regular la concentración de glucosa (azúcar) en la sangre. Entre sus principales
enzimas se encuentran:
1. Tripsina y quimiotripsina: digieren polipéptidos a dipéptidos
2. Lipasa pancreática: degrada grasas neutras
3. Amilasa pancreática: degrada casi todos los tipos de carbohidratos, excepto celulosa,
a disacáridos.
4. ribonucleasa y desoxirribonucleasa: degrada RNA y DNA en nucleótidos libres.

A medida que el quimo se desplaza por el tubo digestivo impulsado por movimientos
peristálticos, las enzimas entran en contacto con los nutrimientos y lo digieren. Sólo unas
cuantas sustancias (agua, azúcares simples, sales, alcohol y algunos fármacos) están
constituidas por moléculas lo suficientemente pequeñas para ser absorbidas a través de la
pared estomacal. La absorción de nutrimientos es principalmente a través de las
vellosidades intestinales. La pared de una vellosidad (Fig. 8) consta de una sola capa de
células epiteliales. Dentro de cada vellosidad hay una red de capilares y un vaso linfático
central llamado vaso quilífero. Para llegar a la sangre, una molécula de nutrimiento debe
atravesar una célula epitelial del revestimiento intestinal y luego una célula que reviste el
vaso sanguíneo o linfático.

La mayor parte de las enzimas digestivas son producidas sólo cuando hay alimento en el
tubo digestivo. La secreción de las glándulas salivales es controlada totalmente por el
sistema nervioso, pero la de otros jugos digestivos es regulada tanto por nervios como por
hormonas. La pared del tubo digestivo contiene densas redes de neuronas (células
nerviosas) llamado sistema nervioso entérico que regula las actividades motoras y
secretorias del aparato digestivo. Cuando menos cuatro hormonas: gastrina, secretina,
colecistocinina y péptido inhibidor gástrico ayudan a regular el aparato digestivo.

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Todas estas hormonas son polipéptidos secretados por células endocrinas de la mucosa
de determinadas regiones del tubo digestivo.

Como un ejemplo de la regulación del aparato digestivo, consideremos la secreción de


jugo gástrico. Ver, oler, saborear o incluso pensar en alimento hace que el encéfalo envíe
mensajes a las glándulas gástricas, estimulándolas a secretar jugo gástrico. Además, la
distensión del estómago por alimento hace que receptores de tensión envíen mensajes al
bulbo raquídeo, que a su vez transmite mensajes a células endocrinas de la pared
estomacal para que secreten la hormona gastrina. Aunque esta es absorbida en la sangre,
vuelve al estómago, donde estimula la liberación de jugo gástrico, el vaciado estomacal
y la motilidad de los intestinos.

La mayor parte de los nutrimientos presentes en el quimo ha sido absorbida para el


momento en que este llega al final del intestino delgado. Lo que queda (principalmente
deshechos) pasa por un esfínter, la válvula ileocecal, hacia el intestino grueso. La materia
no digerible (como la celulosa de los alimentos de origen vegetal), junto con el quimo no
absorbido, pasa al intestino grueso. El intestino delgado se une al grueso a unos 7
centímetros del extremo de este y forma en consecuencia un saco sin salida, el ciego. El
apéndice vermiforme, o simplemente apéndice, se proyecta desde el extremo del ciego.
Desde el ciego hasta el recto, el intestino grueso recibe el nombre de colon. Las regiones
del intestino grueso son ciego, colon ascendente, colon transverso, colon descendente,
colon sigmoides, recto y ano, que es la abertura para la eliminación de los deshechos.

Cuando el quimo pasa lentamente por el intestino grueso, de él se absorben agua y sodio,
y gradualmente asume la consistencia de las heces normales. Cuando el quimo atraviesa
el intestino con demasiada rapidez, la defecación (expulsión de heces) se hace más
frecuente y las heces son acuosas. Esta condición, llamada diarrea, puede ser causada por
ansiedad, determinados alimentos u organismos patógenos que irritan el revestimiento
intestinal. Cuando el quimo pasa por el intestino con excesiva lentitud, ocurre
estreñimiento. Como se extrae de él más agua de la usual, las heces se tornan duras y
secas. El estreñimiento se debe con frecuencia a una alimentación con poca fibra.

En países industrializados, el cáncer de colon y recto es la causa de más casos nuevos


de tumores malignos al año que cualquier otro cáncer, excepto el pulmonar. Las
investigaciones sugieren que se debe a una alimentación pobre en fibras y muchas
proteínas de origen animal, grasa y carbohidratos refinados. Se ha sugerido que la
alimentación con bajo contenido de fibra da por resultado defecaciones menos frecuentes,

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lo que permite un contacto más prolongado de la membrana mucosa del colon con
carcinógenos como los nitritos (usados como conservadores) presentes en los alimentos.
Los resultados de cientos de estudios indican que la alimentación rica en fruta y hortalizas
reduce la incidencia de cáncer y cardiopatía. En países asiáticos donde la alimentación
contiene poca grasa y mucha soya y té verde, la incidencia de cáncer de mama, próstata
y colorrectal es baja.

Las vitaminas son compuestos orgánicos que deben estar presentes en los alimentos
para el funcionamiento normal del organismo (cuadro 1). Las vitaminas se clasifican en
dos grupos principales:

1. Las vitaminas liposolubles (solubles en grasas) son las A, D, E y K


2. Las vitaminas hidrosolubles (solubles en agua) son las vitaminas B y C
Se sabe que grandes sobredosis de vitaminas, al igual que su deficiencia, pueden ser
perjudiciales. La sobredosis moderada de las vitaminas B y C son excretadas en la orina,
pero los excedentes de las liposolubles no son excretadas con facilidad y pueden
acumularse hasta alcanzar concentraciones dañinas.

Las proteínas sirven como enzimas y como componentes estructurales esenciales de


las células.

Los minerales son nutrimientos inorgánicos que se ingieren como sales disueltas en
alimentos y agua. Son componentes necesarios de los tejidos y líquidos corporales. El
contenido de sales (alrededor del 0.9% del plasma) es vital para mantener el equilibrio
hídrico del cuerpo, y puesto que diariamente el organismo pierde sales en sudor, orina y
heces, deben ser repuestas por ingestión. El cuadro 2 presenta las principales funciones
de los minerales en el organismo y fuentes de alimento que lo suplen.

REFERENCIAS
Solomon, E. P., Berg, L. R., Martin, D. W. 2001. Biología. (5ta. edición).
McGraw-Hill Interamericana. 1237 págs.

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Fig. 1. Aparato digestivo simple de algunos invertebrados como la hidra y la planaria.
(Solomon et al., 2001).

11
Fig. 2. Tubo digestivo humano. (Solomon et al., 2001).

Fig. 3. Pared del tubo digestivo. (Solomon et al., 2001).

12
Fig. 4 Dientes y tipo de alimentación. (Solomon et al., 2001).

Fig. 5. Estructura de un diente. (Solomon et al., 2001).

13
Fig. 6. Peritaltismo: El alimento es desplazado a lo largo del tubo digestivo por ondas de
contracción muscular. (Solomon et al., 2001).

14
Fig. 7. Estructura del estómago. Del esófago el alimento pasa al estómago.
(Solomon et al., 2001).

Fig. 8. Vellosidades de la pared interna del intestino delgado. (Solomon et al.,


2001).

15
Fig. 9 Hígado y páncreas. (Solomon et al, 2001).

16
Cuadro 1. Vitaminas: Acciones, Efecto de su deficiencia y Fuentes. (Solomon et al.,
2001).

17
Cuadro 2. Algunos minerales importantes y sus funciones. (Solomon et al., 2001).

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