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Primera parte

TEMA 2: LA IGLESIA. TRIUNFO DEL CRISTIANISMO

1. Introducción.
2. El triunfo del cristianismo.
3. Primeras disidencias heterodoxas.
3.1. Oriente: Gnosticismo, Maniqueísmo y Arrianismo.
3.2. Occidente: Donatismo, Priscilianismo y Pelagianismo.
4. Los Padres de la Iglesia.
4.1. Oriente. San Juan Crisóstomo.
4.2. Occidente. San Agustín de Hipona.
5. Organización institucional.
5.1. El Pontificado.
5.2. Obispos y presbíteros.
5.3. Concilios y sínodos diocesanos.
6. La evangelización de Europa: monjes y misioneros.
6.1. El monacato céltico.
6.2. El monacato romano.
6.3. El monacato hispano.
7. La iglesia como heredara de la cultura clásica.
8. La Iglesia y los laicos. La religiosidad popular

1. Introducción
La historia de la Iglesia presenta las mismas dificultades que encontrábamos al hablar
de la periodización de la Edad Media. Se podría dividir, grosso modo, en 3 épocas:

✓ Época APOSTÓLICA: más o menos el siglo I de nuestra era.


✓ Época POSTAPOSTÓLICA: siglo III.
✓ NUEVA época: siglo IV.

Edicto de Milán
Edicto de Tesalónica (380) se convierte en la religión oficial del Imperio, decretando el
emperador Teodosio la confesionalidad del Estado romano. El triunfo de la Iglesia a lo
largo del siglo IV es inseparable de su imbricación con el estado. No obstante, la
desaparición de la autoridad imperial en Occidente en el 476 favoreció una cierta
emancipación de la Iglesia. La Iglesia será la fuerza que daría unidad a Occidente, que
se encontraba dividido políticamente y sumido en una profunda anarquía, ejerciendo
una labor de captación sobre los pueblos germánicos con los que se mantuvieron
largos periodos de coexistencia pacífica con episodios de intolerancia.

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2. El triunfo del cristianismo
Entre las diversas transformaciones producidas en el Imperio Romano en el
ámbito socioeconómico durante el siglo III, la expansión del cristianismo por el
Imperio fue un hecho de gran importancia. La decadencia del paganismo romano
facilitó que el cristianismo se convirtiera en una religión con ambiciones universales. La
tolerancia mantenida, en términos generales, por las autoridades romanas durante más
de 2 siglos, se vio truncada en el siglo III cuando el emperador Decio (201-251)
promulgó un edicto que suponía la incompatibilidad de la Iglesia y el Estado. Trató
de retomar el culto y las ofrendas de otro tiempo, pero esta medida le llevó al
enfrentamiento con los cristianos, que se negaban a adorar la figura del emperador.
Decio llegó a emitir un edicto suprimiendo el cristianismo.

Posteriormente durante la Tetrarquía - sistema de gobierno creado por


Diocleciano en el 284 en el cual el poder era ejercido por 4 autoridades: 2 Augustos y 2
Césares - se promulgaron edictos de persecución para proteger el Imperio.

Al llegar al poder Constantino en 306 se produjo la disolución de la


Tetrarquía. Las rivalidades imperiales concluyeron en la batalla del Puente Milvio
en octubre de 312, en el norte de la ciudad de Roma, en la que Constantino obtuvo la
victoria y su enemigo Majencio murió ahogado al intentar cruzar el Tíber durante su
huida. Este episodio fue muy significativo, no sólo porque supuso un cambio en las
fronteras, sino porque la victoria se atribuyó a una intervención divina, ya que
Constantino, supuestamente, tuvo la visión de una cruz (con la inscripción por este
signo vencerás), asociándose este hecho a su conversión al cristianismo (en su lecho de
muerte), acontecimiento de suma importancia, ya que a partir de ese momento comenzó
la construcción de los primeros edificios cristianos.

Al año siguiente, Constantino y Licinio promulgaban el Edicto de Milán


dando una total libertad de culto, en la parte oriental, para sus súbditos. Desde
entonces, los cristianos gozaron de la tolerancia estatal y al ser su fe un hecho social
importante y en auge, el Estado romano, sin abandonar el paganismo, la protegió y
utilizó. Este acontecimiento facilitó la tarea organizativa de los obispos y concilios,
quienes tomaron parte en las contiendas doctrinales y vincularon paulatinamente la
legitimación religiosa del estado al cristianismo.

Los descendientes directos de Constantino (excepto Juliano, apodado por los


cristianos como “el Apóstata” por su intento de restablecer el culto romano) obraron
como sinceros cristianos. Con Teodosio, católico por convicción y artífice de la
conversión del cristianismo en la religión oficial del Estado al promulgar el Edicto de
Tesalónica en 380, el cristianismo quedaba plenamente consolidado, siendo la única
religión oficial del Estado (en su versión ortodoxa) quedando proscritos el paganismo
y la herejía. No obstante, la acomodación del cristianismo a las estructuras políticas del
Imperio fue un proceso largo, marcado por una serie de altibajos, como también lo
fueron las relaciones entre la cultura pagana y la cristiana.

A partir de entonces, la Iglesia tratará de expandirse por los pueblos


germanos. Su objetivo primordial serán los monarcas, como elemento canalizador de
las enseñanzas religiosas hacia sus súbditos. Las mujeres germanas desempeñaron un
papel primordial.

✓ Clodoveo, rey franco, se convirtió al cristianismo gracias a su esposa Clotilde


en el siglo VI.

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✓ Segismundo, rey burgundio (516-524), abandonó el arrianismo debido a las
predicciones de san Avito de Viena. En el siglo XV sus reliquias fueron trasladadas a
Praga, donde se convirtió en el Patrón de la República Checa. Fue canonizado por la
Iglesia católica.
✓ Teodelinda, reina lombarda, siglo VI, desempeñó un papel importante en la
conversión de su pueblo al catolicismo y comenzó a construir iglesias, pero fue con
Liutprando (712-744) cuando se produjo la conversión de los lombardos al
catolicismo.
✓ A San Patricio, se le debe la introducción de la religión cristiana en Irlanda,
convirtiéndola en un foco de irradiación del cristianismo.

Durante el siglo IV, a pesar de que la sociedad romana dejó oficialmente de ser
pagana, importantes masas de población del Imperio seguían siéndolo, especialmente en
el ámbito rural. También se encontraban paganos entre las élites, ya que veían el
cristianismo como la religión del desorden de los valores tradicionales romanos.

En conclusión, la cristianización fue un proceso largo. Los primeros en


convertirse fueron los suevos, a mediados del siglo V, aunque luego volvieron al
arrianismo; seguidos los burgundios. Sólo con el bautismo de Clodoveo puede hablarse
de un primer paso importante en el proceso de la conversión de los germanos.
Posteriormente en el 589, la conversión del rey visigodo Recaredo (en el III Concilio
de Toledo) contribuyó a la expansión del cristianismo en la Península Ibérica.

Sin embargo, el cristianismo y la Iglesia, a pesar de su progresivo


fortalecimiento, tuvieron que hacer frente a graves problemas internos: al paganismo
existente y a los movimientos heréticos.

3. Primeras disidencias heterodoxas

3.1. Oriente: Gnosticismo, Maniqueísmo y Arrianismo.

Las fisuras que se habían producido en la comunidad cristiana se aprecian de


forma más evidente con el triunfo de la Gran Iglesia, y de manera especial en el Imperio
Romano de Oriente. En Bizancio se había constituido una organización eclesiástica de
importancia a manos de los patriarcados de Alejandría, Antioquía, Constantinopla y
Jerusalén.
Las principales doctrinas que surgieron y que fueron calificadas como errores
dogmáticos por los Padres de la Iglesia fueron: el gnosticismo, el maniqueísmo y el
arrianismo, todas surgidas por su interpretación del dogma trinitario

Gnosticismo

✓ Doctrina filosófica y religiosa que mezcla creencias cristianas con judaicas y


orientales.
✓ Pretendía relegar la revelación a un segundo plano para fortalecer la
importancia del conocimiento intuitivo y misterioso de las cosas divinas.
✓ Fundaba la salvación en el conocimiento de Dios: los iniciados se salvan
mediante la gnosis o conocimiento introspectivo en lo divino, conocimiento
superior a la fe.
✓ Floreció especialmente en Alejandría, siglo II.

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Maniqueísmo

✓ Fundada por el persa Mani o Manes en el siglo III, quien decía ser el último de
los profetas enviados por Dios a la humanidad.
✓ Aunque en cierta medida era similar al gnosticismo, tuvo mayor proyección
social.
✓ Integraba elementos del cristianismo y el budismo.
✓ Enseñaba la existencia de los principios eternos que luchaban entre sí: un
reino bueno de la luz y otro malo de las tinieblas. Para separar esa mezcla
vinieron al mundo dos profetas: Cristo y Mani.
✓ El maniqueísmo no creía en el libre albedrío y por tanto, en la responsabilidad
del pecado.
✓ Rechazaba el Antiguo Testamento y parte del Nuevo.
✓ Prácticamente quedó extinguido en el siglo V, aunque pervivieron algunas
comunidades en Oriente hasta el siglo XIV.

Arrianismo

✓ Defendido por Arrio (250-335) presbítero de Alejandría (Egipto).


✓ Planteó, a principios del siglo IV, la distinta naturaleza de Cristo con respecto
a su Padre: Cristo había sido creado por Dios Padre antes de la creación del
mundo (es decir, no existía desde siempre) y, dotado de una fuerza divina que le
hizo ser la criatura más preciada de Dios, lo convirtió en hijo adoptivo.
✓ Esta doctrina fue condenada en el Concilio de Nicea por Constantino (325) en
el que prevaleció la propuesta del obispo Eusebio en la cual Cristo era Dios de
Dios, luz de luz, engendrado, no creado, de la misma naturaleza.
✓ Arrio fue desterrado y los padres conciliares proclamaron solemnemente la
consustancialidad del Cristo al Padre. (Que es de la misma sustancia, naturaleza
y esencia que otra cosa).
✓ Sin embargo, esta doctrina tuvo gran vitalidad: los emperadores romanos
Constancio II y Valente fueron arrianos, y penetró en amplias capas de la
sociedad de los pueblos germánicos a través de las predicaciones del obispo-
misionero Ulfilas (311-388).

3.2. Occidente: Donatismo, Priscialianismo y Pelagianismo

Paralelamente a lo que estaba sucediendo en Oriente, en Occidente también se


desarrollaron movimientos doctrinales, considerados heréticos, de cierta importancia,
aunque su componente doctrinal no tuviera nada que ver con el contenido de querellas
surgidas en las provincias orientales, ya que el desarrollo doctrinal no era muy intenso.

Las principales corrientes son: el donatismo, el priscicialismo y el pelagianismo,


en las cuales predominan ciertos caracteres relacionado con el rigorismo, disciplina y de
manera especial, con el problema de la gracia.

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Donatismo

✓ Fue un movimiento religioso cristiano iniciado en Cartago, actual Argelia, con


el obispo Donato en los siglos III - IV (208-311).
✓ Apenas tuvo repercusión en las provincias hispano-romanas; surgió como
reacción frente a los sacerdotes doblegados a los edictos imperiales durante la
persecución de Diocleciano, y como consecuencia del relajamiento de las
costumbres de los fieles.
✓ Los seguidores de Donato adquirieron una enorme fuerza durante los siglos IV y
V en el Norte de África, hasta la llegada de los vándalos en el 429, provocando
una crisis muy grave en la Iglesia norteafricana de modo que el periodo
comprendido entre los años 311 - 430 ha sido llamado por historiadores del
mundo norteafricano como siglo donatista.
✓ Donato se proponía crear una Iglesia paralela, extremadamente rígida y en la
que se expulsase a los ministros indignos, pues defendían que sólo podían
administrar los sacramentos aquellos sacerdotes cuya vida fuese intachable,
pues éstos sólo eran válidos si los administraban clérigos dignos, negando la
validez de los sacramentos otorgados por traitores, extendiendo su condena a
cuantos comunicasen religiosamente con ellos y sus descendientes.
✓ Este movimiento fue seguido por muchos campesinos pobres y por masas
indígenas de beréberes enfrentados contra una minoría dirigente más
romanizada y poseedora de las influencias importantes de la región. Eran
contrarios al régimen de gran propiedad agraria imperante y protegida por el
poder político.
✓ El donatismo fue rechazado por la Iglesia Católica, reafirmando la doctrina de la
objetividad de los sacramentos.
✓ Su influencia perduró hasta la llegada del Islam al norte de África en los
siglos VII-VIII.

Priscilianismo

✓ Herejía hispana de los siglos IV y VI que nace con las ideas de Prisciliano de
Ávila (340-385), cuyo orígen es incierto, sobre la que se han dado diversas
interpretaciones y que en la actualidad sigue siendo motivo de debate, pues ha
sido y es altamente controvertida. Fue convertido al cristianismo ya en edad
madura y elegido obispo de Ávila en el 381.
✓ Predicaba una doctrina que mezclaba prácticas ascéticas y de pobreza muy
estrictas con elementos gnósticos, maniqueos y astrológicos, y con algunas
propuestas morales o de fe que causaron escándalo: negación del matrimonio,
justificación de la mentira como defensa, negación de la resurrección.
✓ Hizo una dura crítica a los vicios del clero e intentó adaptar el cristianismo a la
mentalidad de los campesinos poco romanizados.
✓ Los priscilianistas fueron condenados por primera vez en el Concilio de
Zaragoza del 380, pero siguieron luchando con la jerarquía católica.
✓ En el 385 Prisciliano fue condenado a muerte y ejecutado junto a los
discípulos que le acompañaron, en Tréveris (Germanía Superior), donde había
acudido para solicitar la mediación del papa Máximo en la acusación sobre
prácticas rituales maléficos, uso de plantas abortivas y por la práctica de la
astrología cabalística. Fueron los primeros herejes ajusticiados por una autoridad
civil. Su muerte no impidió la propagación del Priscilianismo.
✓ Fue honrado junto a sus discípulos en Galicia como mártires.

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Pelaganismo

✓ Fue la herejía de mayor contenido doctrinal. Poco sabemos sobre los orígenes de
Pelagio, pero sí que fue un monje bretón que residió un tiempo en Roma.
✓ Estaba convencido de que la naturaleza del hombre por sí misma era
suficiente para evitar el pecado, infravalorando así el papel de la gracia divina
y la propia necesidad de la Redención, conceptos consustanciales al
cristianismo, por lo que consideraban que el pecado de los primeros Padres
había sido algo puramente personal y que únicamente había que obrar bien
siguiendo el ejemplo de Jesús, sin que la gracia tuviera ningún papel en la
salvación.
✓ Negaba la Redención (salvación), el bautismo y el pecado original. En un
principio esta idea fue aceptada por San Agustín, al considerarla de moralista,
pero cuando Pelagio pasó de África a Roma (410), fue rechazada. A partir del
Concilio de Cartago (411) se comenzó a condenar esta doctrina.

4. Los Padres de la Iglesia

Grupo de escritores eclesiásticos, en su mayoría obispos, que surgen para


hacer frente a estas controversias y cuyas doctrinas son consideradas testimonios
de fe y ortodoxia para la Iglesia católica. Sus enseñanzas fueron de vital importancia
en el pensamiento teológico cristiano, pues tuvieron que dar respuesta a muchos de los
problemas planteados de índole moral y teológico.

El título de Padres aparece ya en el siglo IV. En la época que nos ocupa (la
formación del mundo medieval, siglos IV-X) se citan cuatro grandes Padres para
Oriente, y cuatro para Occidente, de entre los que destacan san Juan Crisóstomo y san
Agustín.

4.1. Oriente. San Juan Crisóstomo

A Juan de Antioquia (347-404) se le conoce por Crisóstomo (“boca de oro”) por


su elocuencia y cultura, ya que fue un gran orador famoso por sus discursos públicos.

Es considerado como uno de los 4 grandes Padres de la Iglesia de Oriente,


junto a san Anastasio de Alejandría, san Basilio el Grande y san Gregorio Nacianceno.

Fue uno de los más grandes teólogos y tuvo gran preocupación por las
necesidades espirituales y materiales de los pobres. Se enfrentó con la corte del
emperador Arcadio, en especial, con su esposa Elia Eudoxia, por la extravagancia en el
vestir de las mujeres. Hizo fuertes críticas sobre el alto nivel de vida que llevaba el
clero. Su interpretación de las Escrituras le permitió hablar y exponer el concepto de la
vida cristiana como modelo a seguir.

Sus críticas le llevaron al destierro cerca del Cáucaso donde finalmente murió
(404); posteriormente sus restos fueron llevados a la iglesia de los Santos Apóstoles de
Constantinopla. Muchas iglesias del monte Athos llevan su nombre.

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4.2. Occidente. San Agustín de Hipona.

Es el verdadero enlace cultural y social con el Medievo. Nació en Tagaste (norte


de África; 354) de padre pagano y madre cristiana, santa Mónica, ejemplo de mujer
cristiana para la Iglesia. Doctor de la Iglesia católica y padre de la Iglesia Latina junto a
san Ambrosio, san Gregorio Magno y san Jerónimo de Estridón.

Abandonó el maniqueísmo y se marchó a Roma, convirtiéndose al cristianismo


gracias a las enseñanzas de san Ambrosio de Milán. Posteriormente regresó a África,
convirtiéndose en obispo de Hipona (395); será entonces cuando establece una casa-
monasterio en la que vivir con su inmediato séquito episcopal.

Rebatió las herejías, de manera especial, el donatismo y el pelagianismo. La


lucha contra el error doctrinal se convirtió en una de sus principales preocupaciones, por
lo que redactó numerosos escritos con respecto al tema de la gracia, el pecado original o
el libre albedrío. Entre sus obras destacan:

• Tratado De Trinitate: alegato contra el arrianismo


• Confesiones: obra capital para conocer la evolución espiritual del autor.
Comienza hablando de sus orígenes paganos hasta su firme compromiso con el
cristianismo. (Tuvo un hijo llamado Adeodato)
• De civitae Dei (La ciudad de Dios). Obra considerada como la 1ª filosofía de la
historia del cristianismo, redactada tras el saqueo de Roma por los visigodos
(410), para replicar a los que atribuían al cristianismo y al abandono de la
religiosidad pagana la responsabilidad de la crisis militar y política del Imperio;
fue un documento tomado como fuente de inspiración política a lo largo del
medievo.

Al poco tiempo de redactar De civitae Dei, murió en Hipona (410). Su obra fue
continuada por sus discípulos como Paulo Orosio (San Agustín fue su maestro y
respondió a sus dudas); el aspecto más conocido e interesante de sus trabajos es su
concepción histórico-política (Ocho libros de historia contra los paganos).

Otros intelectuales del momento, desde san Ambrosio hasta algunos de los
discípulos de san Agustín, reflexionaron sobre el significado y la trascendencia de las
migraciones germánicas, acontecimientos que estaban provocando la desaparición del
Imperio Romano. Destaca también Marciano Capella (procedente de África; estableció
la división de las Artes liberales en Trivium y Quadrivium).

5. Organización institucional

La iglesia, entendida como una comunidad de fieles en la que estaban


integrados tanto clérigos como laicos y no como una jerarquía dominante, requería unas
estructuras de gobierno plasmadas en un aparato jerárquico capaz de aglutinar a la masa
de fieles y transmitirles un conjunto de ideales de vida.

El cristianismo hizo uso de la terminología administrativa clásica y la aplicó a


su propia organización institucional.

Asumió en líneas generales las divisiones propias de la administración


imperial.

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5.1. El Pontificado

El Papa constituía la cabeza institucional de la Iglesia y se erige en una auténtica


fuerza política. La cristiandad europea necesitaba de un gobierno que velase por la
unidad e impidiese el cisma. El problema se planteaba sobre quién debía dirigir esta
monarquía cristiana y cuál sería la sede que prevaleciese sobre las demás. En
Occidente la cuestión se aclaró pronto: sólo quedaba la sede de Roma tras caer
Carlomagno en la herejía donatista.

La doctrina del primado romano se fundamentaba en el hecho de ser los obispos


de Roma sucesores del apóstol Pedro: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi
Iglesia.

✓ Inocencio I (401-417; italiano); defendió la unificación de costumbres de


gobierno de todas las Iglesias occidentales con respecto a la romana, y mandó
que todos los casos importantes, en especial, los actos relacionados con las
celebraciones litúrgicas tenían que ser supervisados por él. Tuvo el apoyo de san
Juan Crisóstomo (exiliado por orden del emperador).
✓ León I el Magno; considerado como último Papa del mundo antiguo. Detuvo
en Mantua a Atila, lo que permitió que el Imperio siguiera hasta el 476 y situaba
a la Iglesia como la principal fuerza política. Combatió con éxito las diversas
herejías: maniqueísmo, pelagianismo y priscilianismo. Durante su pontificado se
celebró el concilio de Calcedonia en el que se proclamó la unión de la divinidad
y humanidad de Cristo.
✓ Gregorio I (590-604), se convirtió en el primer papa de la Edad Media; con
él Roma se convierte en la ciudad de los papas y en la base de lo que en un
futuro próximo serán los Estados de la Iglesia. Fue diplomático con los
patriarcas orientales y fue capaz de negociar con los lombardos logrando que
desistiesen en sus intentos de apoderarse de Roma. Supo dar al monacato
occidental romano el impulso misionero que hasta entonces le había faltado: la
idea de un gran reino cristiano, en el que se integrasen todos los pueblos de
Europa bajo la tutela de Roma.

La autoridad del Papado se mantuvo a lo largo del siglo VII, pero a


comienzos del VIII hubo una crisis doctrinal con los bizantinos y los lombardos, pues
pretendían intervenir en las elecciones pontificias. El Papa Zacarías consiguió que los
lombardos devolvieran algunas iglesias a Roma; contribuyó a derrocar a los
merovingios y legitimó la dinastía Carolingia, en la cual Pipino el Breve donó a el Papa
Esteban II (sucesor), Rávena y la Pentápolis que, unidos al Ducado de Roma
constituyeron el germen del Estado Pontificio, confirmado más tarde por Carlomagno,
quien añadió a esos territorios Ferrara y Bolonia (estaba en poder de los lombardos).

5. 2. Obispos y presbíteros

El gobierno de la Iglesia se dividió en 3 grupos: obispos, presbíteros y diáconos.

✓ OBISPOS: (episcopus, vigilante) serán quienes den a las iglesias un sentido de


gobierno monárquico. En especial, los obispos de Roma ejercieron de
mediadores entre la población indígena del imperio y los recién llegados
bárbaros cuando desapareció el poder imperial. Debía de ser varón, bautizado,
presbítero y al menos tener 30 años, aunque las dos últimas no siempre se
cumplían; el anillo, el báculo y la mitra, junto con la posesión de sello
propio, son los símbolos que atestiguan su dignidad y autoridad, mientras que
los ritos litúrgicos fortalecen su prestigio.

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Estaba a la cabeza de la diócesis (administración civil romana; era un elemento
fundamental de cara a la administración territorial de la Iglesia). El Papa le hacía
entrega de este territorio para que lo gobernase en cooperación de los
presbíteros. En Europa no hubo uniformidad en cuanto al tamaño y la
distribución de los diferentes territorios diocesanos. Los diversos modos de
ocupación del suelo, las vicisitudes de la evangelización y los contrastes
geográficos, junto a los factores sociales y políticos fueron gestando las
diferentes diócesis (por ejemplo: en la Galia, cambiaron según se iban
produciendo las divisiones del territorio entre los diversos monarcas aunque por
otro lado habían otras de enorme tamaño como Toulouse, Portiers, etc.; En
España, por ejemplo Cartagena se vio arruinada desde el S.VII; Canterbury, por
el contrario, experimentó un importante auge). Cada diócesis tenía su propia
catedral o iglesia principal, sede del obispo y del cabildo (junta) catedralicio,
aunque de forma excepcional una diócesis podía tener 2 catedrales. Un
determinado número de diócesis formaban una provincia eclesiástica y si la
silla episcopal está en una metrópoli, el obispo que ocupe esa silla se le
denomina metropolitano o arzobispo, gozando su diócesis del rango superior
de archidiócesis o arzobispado, dependiendo directamente de la Santa Sede.
Por encima del marco metropolitano estaba la institución de la primacía: se
trataba de un título honorífico concedido por el Papa a determinadas
archidiócesis, para que gozasen de un rango superior en ciertas regiones o
reinos. Generalmente el primado fue el obispo metropolitano cuya diócesis
era la más antigua o de mayor relevancia histórica en una nación. A finales
del siglo XI-XII el Papado creará numerosas primacías.
✓ PRESBÍTEROS: (presbiteroi, los más antiguos) en principio auxiliares de los
obispos, llegaron a desempeñar muchas de sus funciones.
✓ DIÁCONOS: (servidores) en principio simples ecónomos, ejercían también el
ministerio de la palabra y se ocupaban de la formación de subdiáconos, lectores,
acólitos, etc. Hasta los primeros tiempos del Medievo, el diaconado estaría
también desempeñado por mujeres.

5.3. Concilios y sínodos diocesanos

✓ CONCILIOS: Asambleas celebradas por la iglesia católica a las que acuden


diferentes obispos con la posible asistencia de ciertos presbíteros e incluso
laicos, para tratar asuntos importantes o reformas de la Iglesia, tanto la universal
como las particulares. Los concilios ecuménicos son cuando se reúnen todos los
obispos conjuntamente con el Papa (el Primer concilio celebrado fue en Nicea;
325). En un nivel inferior están los concilios nacionales, en los que se reúnen las
autoridades eclesiásticas de un reino (por ejemplo: los concilios visigóticos
celebrados en Toledo en el 694). También están los concilios provinciales en los
que intervienen los obispos y determinados clérigos de una provincia
eclesiástica, convocado y presidido por el metropolitano.

✓ SÍNODOS DIOCESANOS: Reuniones convocadas y presididas por el


obispo con el objetivo de examinar el estado de la diócesis, así como debatir y
aprobar resoluciones para su buena marcha. Se reúnen un cierto número de
dignidades, canónigos y representantes del clero diocesano, con la posible
presencia de algunos laicos. El IV Concilio de Letrán (1215) determinó la
periodicidad anual de los sínodos diocesanos (cosa que raramente se llevó a
cabo). En estas reuniones el obispo indagaba sobre el grado de cumplimiento de
los deberes cristianos con el fin de corregir los defectos que se encontrasen
mediante la promulgación de los estatutos sinoidales (de gran importancia para
el conocimiento de la Iglesia y de la población en general).

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Además del aumento de los obispados, el incremento de las iglesias marcó el
ritmo de evangelización de los reinos germanos. En un primer momento las iglesias
habían nacido en las ciudades, pero debido a la ruralización de la población, se produjo
un aumento de templos en ámbitos rurales. Unas fueron parroquias (tenían pilas
bautismales y un párroco nombrado por el obispo), otros eran templos subordinados a la
parroquia. Entre los S. V y XI se fueron creando templos en los dominios de grandes
propiedades, por lo que el clérigo estaba a su frente y no bajo la jurisdicción del
obispado.

6. La evangelización de Europa: monjes y misioneros

La vida monástica (del griego monos, solo, solitario), institución no exclusiva


del cristianismo, agrupan a quienes aspiran a seguir un camino de perfección y
comunicación con Dios, que exige una desvinculación total de los compromisos
terrenales y la ascesis del cuerpo y la mente para orientarlos a la oración
contemplativa. Son muchas las explicaciones dadas sobre el origen del monacato:
seguir el camino de la perfección, especie de martirio, etc. En el siglo III aparece en la
sociedad cristiana en diversas modalidades:
• La individual del anacoreta: vivir en la más absoluta soledad, dedicando su vida
a la oración, al trabajo manual y a la penitencia; a veces llegaban a
mortificaciones (por ejemplo: pasar su vida en lo alto de una columna)
• Sujeto a una regla común: podían seguir una regla determinada, aunque con
frecuencia se regían por diversas reglas procedentes de un codex regularum o
códice del abad.

6.1. El monacato céltico

Irlanda fue el primer territorio más allá de las fronteras del Imperio
Romano que se convirtió al cristianismo mediante misioneros. Aunque es un tema
controvertido, la tradición ha atribuido esta tarea al bretón San Patricio a mediados del
siglo V; éste convirtió Irlanda en un foco evangelizador importante, cuya influencia
pasaría a la Galia merovingia y a la Gran Bretaña anglosajona.

Los monasterios célticos eran en un principio inmensas aglomeraciones de


cabañas (en Clonard y Conflert llegaron a ser 3.000). Sus monjes ejercieron un extremo
rigor penitencial. Sus rasgos más característicos eran: elevado número de monjes por
monasterio; el ejercicio de la jurisdicción episcopal por parte de los abades; prácticas
litúrgicas como bautismo, tonsura (corte rapado) y el cómputo de la pascua; se
expresaban en latín. La orfebrería y/o la ilustración de manuscritos (Kell o Darrow) les
han otorgado también fama. El libro de Kell (o Gran Evangelio de san Columba) es un
manuscrito ilustrado con motivos ornamentales, realizado hacia el 800 en Kell,
considerado como uno de los vestigios más importantes del arte religioso medieval. San
Patricio se convirtió en patrón de Irlanda.

Por otro lado, san Columbano el Joven, fue uno de los monjes pioneros que
salieron de los monasterios fundados por san Patricio. Desarrolló la mayor parte de su
actividad en la Galia, donde fundó la abadía de san Pedro y san Pablo en Luxeuil (Alto
Saona), lugar donde probablemente nació la 1ª escritura en minúscula conocida como
la escritura de Luxeuil. Desterrado a Italia, creó allí la abadía de Bobbio en Piacenza,
contribuyendo a la evangelización de los lombardos. San Gall (discípulo de san
Columbano el Joven) fundó (613) el monasterio que lleva su nombre en Suiza, cuyo
objetivo era la evangelización de los alamanes.

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6.2. El monacato romano

El auténtico organizador del monacato occidental fue san Benito de Nursia


(ducado de Spoleto) que vivió entre los años 480 y 547. Fundador de las primeras
comunidades benedictinas (destaca el monasterio de Monte Casino). En su obra Regula
monachorum propone un modo de vida alejado de los excesos individualistas y
ascéticos del monacato oriental y de su versión irlandesa. Su base era el
conocimiento de la comunidad monástica formada por monjes y los oblatos que se
sometían a la autoridad de un abad elegido vitaliciamente.

El trabajo de los monjes, basado en el principio de Ora et labora (reza y trabaja),


estaba sujeto a una orden en el que se distribuían el trabajo manual, el rezo, y el tiempo
de descanso; los monjes desempeñaban tareas de enseñanza y hospitalidad hacia las
personas ajenas a la comunidad. La regla benedictina configuraba cada monasterio
como un órgano autónomo (económico, espiritual y cultural). La Regla de San Benito
se convirtió en la más conocida y utilizada de todas las reglas occidentales debido
quizás a que llamaron la atención del Papa Gregorio I (unos de los papas más
importante de la Edad Media). San Benito criticó con dureza a los giróvagos y
sarabaítas (monjes vagabundos y de vida depravada).

Tras su muerte, san Benito cedió una serie de fundaciones en Italia y su regla
tardó en imponerse. Puede que Casiodoro, cuando fundó el Monasterio de Vivarium
(mediados del siglo VI; sur de Italia), lo hiciera bajo la orden benedictina cuya finalidad
fue la traducción de libros y realización de manuscritos. Monte Casino fue destruida a
manos de los lombardos y sus monjes huyeron a Roma, donde permanecieron durante
más de un siglo. No obstante, el benedictismo se convirtió en el punto de referencia
de todas las formas monásticas del Occidente medieval.

A lo largo de la Edad Media el benedictismo fue adquiriendo importancia y


adquirió un papel de suma importancia en relación con la enseñanza de lectura y
escritura ya que aquel que sabía leer y escribir lo había aprendido en un monasterio. A
principios del siglo X (910 aprox.), se produce un mayor desarrollo monacal
protagonizado por la fundación de Cluny por Guillermo, duque de Aquitania, donde se
instaló la 1ª congregación de benedictinos cluniacenses.

6.3. El monacato hispano

Con la expansión del cristianismo en España, llegó también el ideal ascético y


monástico de Oriente, en Especial de Egipto, a través de África y de Roma. San Isidro
fue uno de los más conocidos monjes del momento, que distinguió varios tipos de
monjes existentes en España:
✓ Eremitas: solitarios.
✓ Anacoretas: vivían en celdas al amparo de una iglesia o monasterio
✓ Seudo-anacoretas: con motivaciones poco rectas
✓ Giróvagos: generalmente vividores que iban de un lado a otro, a veces huidos de
sus monasterios.
✓ Sarabaítas: pequeñas comunidades que tenían su propio modo de vivir
✓ Cenobitas: monjes que viven en comunidad

A lo largo del siglo VI diversos personajes fundaron monasterios en España.


Destacan las figuras de: el monje Victoriano (después de haber fundado monasterios en
Italia con la regla de San Benito se instaló en Tarraconense con algunos discípulos

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suyos), san Martín de Asán, Huesca (murió lleno de fama y veneración), san Martín
de Braga (procedente de Panomia, se instaló en las costas gallegas; promovió la
conversión de los suevos del arrianismo al catolicismo), el abad Donato (fundó en
monasterio Servitano; Cuenca).

Todo el territorio quedó plagado de monasterios, pero sus normas no


llegaron a cuajar en el ámbito peninsular. Con la llegada de los musulmanes (711), el
monacato cristiano sobrevivió con los mozárabes. A lo largo de los siglos VIII y IX, el
monacato adquirió un gran desarrollo debido a la expansión cristiana por tierras
islámicas y a la repoblación de tierras yermas.

7. La Iglesia como heredera de la cultura clásica

Derrotado el paganismo cultural en los primeros años del siglo V, los


eclesiásticos se convirtieron en los auténticos intelectuales del momento. Sin embargo,
el papel de la Iglesia como receptora de la cultura clásica era y es un tema muy
controvertido: rara vez tuvo poder de creación y su labor se basó fundamentalmente en
la recopilación y síntesis.

✓ ITALIA: bajo dominio ostrogodo, destaca la figura de Severino Boecio (siglo


V) “el último romano” quien transmitió a la Edad Media un buen número de
conceptos de la filosofía antigua. Fue consejero y colaborador del rey
Teodorico y acusado por éste de conspirador, por lo que fue condenado a
muerte. Destaca Consolidación de la filosofía.
Destaca también Aurelio de Casiodoro pues a él se le debe el haber inculcado a
los monjes de su monasterio Vivarium en Calabria el gusto por salvar en lo
posible el patrimonio de las letras antiguas; legó un tratado de ortografía y
trascripción de textos, instrumento muy utilizado por los copistas de los
escritorios monásticos; (Instituciones; Historia de los godos)
✓ GALIA: destaca el obispo galorromano Gregorio de Tours con su Historia
francorum; obra cumbre de la historiografía del momento.
✓ INGLATERRA ANGLOSAJONA, Beda el Venerable; su obra Historia
eclesiástica gentis anglorum, considerada uno de los primeros ensayos de la
historia nacional. En Beda se funden las tradiciones irlandesas y romanas. Con
el paso del tiempo, este territorio se convertirá en el foco cultural de Occidente
como consecuencia de la decadencia de la Galia y de Italia, y de la llegada a
África y España de los musulmanes, adquiriendo una gran importancia la
escuela catedralicia de Canterbury y los centros monásticos celtas o benedictino
de Iona, Lindisfarme o Jarrow. La herencia de Beda la recogió su discípulo
Egberto (obispo de York) e impulsor de su escuela catedralicia.
✓ ESPAÑA (finales del S. VI y VII) surgen un buen número de autores, por lo que
la Península Ibérica puede considerarse como una potencia cultural de la Europa
de aquellos años. Entre los diversos focos culturales destaca Sevilla de donde
surgen San Leandro y san Isidoro (hermanos). La obra más significativa de
San Isidoro fueron los 20 libros de Las Etimologías, verdadero compendio de
saberes de la antigüedad; tuvo mucha difusión y fue la obra más leída por los
maestros de la Alta Edad Media. Murió en el año 636 y sus restos fueron
trasladados a León por Fernando I (primer rey de Castilla y León en 1053).

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8. La Iglesia y los laicos. La religiosidad popular

A pesar del triunfo del cristianismo en el siglo IV, se produjo una disminución
importante del nivel moral de los creyentes, debido al proceso de la masificación
(abandono del campo a la ciudad). La penetración ética del cristianismo resulta muy
problemática. Durante el siglo V, en el mundo mediterráneo seguían existiendo los
rastros del paganismo y supersticiones; a esto se le sumó los movimientos heréticos,
por lo que la Iglesia promovió una amplia labor de catequización, cuyos resultados no
fueron siempre satisfactorios.

Para empezar, se impuso la doctrina de los sacramentos:

• El bautismo: se convierte en una carta de ciudadanía para la sociedad cristiana;


de hecho, los capitulares carolingios obligaban el bautismo a los recién nacidos.
• La eucaristía fue objeto de duras polémicas teológicas cuando se habla de la
transubstanciación.
• La penitencia quedaba sólo para las faltas graves, que implicaba portar signos
externos hasta que la pena se hubiera cumplido
• El matrimonio será considerado como el estado ideal de los laicos ya que es la
única forma de vida honorable para quienes no tienen un compromiso clerical o
monástico

Junto a los sacramentos, considerados como la verdadera vía de salvación para


los cristianos, aparecieron también una serie de obligaciones que el fiel debía de
cumplir: la misa dominical, el ayuno en época cuaresmal y la ayuda a los pobres con la
limosna. También se generalizó el culto a los santos. Son también significativos
algunos escritos en los que se describen las principales supersticiones de las masas
populares y se establecen las vías para una mejor labor pastoral (San Agustín: De
catechizandis rudibus; San Martín de Braga: De correctione rusticorum). También
cobró importancia el culto a la cruz, que llegará a potenciar uno de los grandes ideales
políticos-religiosos: las Cruzadas. Las peregrinaciones fueron otras de las formas de
piedad cristiana del Medievo (sobre todo: Jerusalén, Roma o Santiago). Destaca el
testimonio de la monja Egeria, considerada la 1ª peregrina de la historia, pues desde
Galicia marchó a Constantinopla y Tierra Santa (destaca su obra Itinerarium).

No obstante, el principal instrumento para llegar a la población será la


predicación. La iglesia se fue acoplando a las lenguas vernáculas y así mismo, tomó
algunas medidas como la prohibición de juegos circenses, dictó normas sobre los
procesos de manumisión de los esclavos, sobre el rapto, adulterio, homosexualidad y la
prostitución

Con la expansión del cristianismo fue creciendo la construcción de templos,


monasterios y cementerios. El templo más característico solía ser la basílica, de 3
naves y con ábside semicircular, y a su lado se construía: el baptisterio (hasta el S. VI se
practicaba el bautismo por inmersión), el cementerio, la torre vigía o fortaleza (para
proteger a la población; en los S. X/XI se convertiría en campanario). Todo este
conjunto constituía un lugar sagrado, en el cual estaba vetado el derramamiento de
sangre.
Los monasterios se construían en lugares apartados y, también, en las afueras
aparecieron nuevas necrópolis, con sepulturas de inhumación y sarcófagos de piedra
más o menos esculpidos. Así como los martiria, lugares donde se realizaba el culto a
los mártires en torno a su tumba.

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Augustos y Césares (Tetrarquía romana): Los Augustos se encargaban de la defensa
del Imperio y los Césares (investidos de imperium y diadema) los ayudaban y
reemplazaban en caso de impedimento o muerte.

Patriarca de Constantinopla: Es el patriarca ecuménico de la Iglesia ortodoxa, con


sede en Constantinopla. A diferencia de lo que ocurre con los papas en la Iglesia copta y
en la Iglesia católica, su cargo es únicamente honorífico ya que, aunque le compete
presidir los concilios en los que toma parte, tiene la autoridad exclusiva de reconocer
nuevos patriarcados y es el principal portavoz de la Iglesia ortodoxa, no tiene
jurisdicción en los asuntos internos de los otros patriarcados de la Iglesia ortodoxa.

Además de ser el líder formal honorario de 300 millones de cristianos ortodoxos


repartidos por todo el mundo, es el jefe de la iglesia ortodoxa autocéfala de
Constantinopla, con cerca de cuatro millones de fieles en varios países.

El patriarca es considerado sucesor de Andrés el Apóstol tal como el papa católico


es considerado sucesor de su hermano, Simón Pedro y el papa copto es considerado
sucesor de Marcos el Evangelista.

Maniqueismo: El maniquismo niega la responsabilidad humana por los males


cometidos porque cree que no son producto de la libre voluntad, sino del dominio del
mal sobre nuestra vida.
Presbítero: Hombre que ha recibido la tercera de las órdenes sacerdotales mayores
que otorgan las iglesias católica, ortodoxa y anglicana y que tiene entre sus funciones
principales celebrar misa, anunciar el Evangelio, administrar los distintos sacramentos
(excepto la confirmación) y orientar espiritualmente a sus fieles.
Astrología: La astrología, en su acepción más amplia, es un conjunto de tradiciones
y creencias que sostienen que es posible reconocer o construir un significado de los
eventos celestes y de las constelaciones, basándose en la interpretación de su
correlación con los sucesos terrenales; este paralelismo es usado como método de
adivinación.
Gracia divina: En teología cristiana se entiende por gracia divina o gracia
santificante un favor o don gratuito concedido por Dios para ayudar al hombre a cumplir
los mandamientos, salvarse o ser santo, como también se entiende el acto de amor
unilateral e inmerecido por el que Dios llama continuamente las almas hacia sí.
Laico: Fiel de la Iglesia católica que no es miembro del clero.
Anacoreta: Religioso que vive solo en lugar apartado, dedicado por entero a la
contemplación, la oración y la penitencia.
Oblato: En el seno de la Iglesia católica se denomina oblato a aquel creyente que,
sin profesar los votos de una orden religiosa, sin dejar de ser laico, se ofrece a Dios y se
compromete a cumplir parte de los compromisos de los religiosos de alguna orden.
Sacramento: En el cristianismo, un sacramento es un acto mediante el cual el
creyente manifiesta su relación con Dios. Las diversas corrientes cristianas discrepan
sobre los actos que deben considerarse sacramentos, así como sobre las formalidades de
los mismos.
Eucaristía: Sacramento de las iglesias cristianas que consiste en consagrar el pan y
el vino (memorial de la muerte y resurrección de Jesús) y en su distribución entre los
fieles.

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