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Contenido
ÍNDICE .......................................................................................................................................................... 1
1. Introducción ........................................................................................................................................ 2
2. Obligación general de seguridad y salud ........................................................................................... 3
3. Obligaciones accesorias ..................................................................................................................... 5
3.1 Plan de prevención de riesgos laborales.......................................................................................... 5
Importante .............................................................................................................................................. 6
3.2 Evaluación de riesgos y planificación de la prevención .................................................................. 7
Importante .............................................................................................................................................. 7
Importante .............................................................................................................................................. 9
3.3 Obligación de proporcionar equipos de trabajo y equipos de protección individual .................. 10
Importante ............................................................................................................................................ 10
Importante ............................................................................................................................................ 11
3.4 Información de las personas trabajadoras .................................................................................... 11
3.5 Formación de las personas trabajadoras....................................................................................... 12
Importante ............................................................................................................................................ 13
3.6 Medidas de emergencia .................................................................................................................. 14
3.7 Medidas en caso de riesgo grave e inminente ............................................................................... 14
Importante ............................................................................................................................................ 15
3.8 Vigilancia de la salud ....................................................................................................................... 16
3.9 Documentación ............................................................................................................................... 18
3.10 Coordinación de actividades empresariales ................................................................................ 18
4. Obligación especial para ciertos colectivos ..................................................................................... 21
4.1 Personas trabajadoras especialmente sensibles a determinados riesgos ................................... 21
4.2 Trabajadoras embarazadas, en parto reciente o en período de lactancia ................................... 22
4.3 Personas trabajadoras menores de edad ...................................................................................... 24
4.4 Personas trabajadoras temporales, con contrato de duración determinada o a través de una
Empresa de Trabajo Temporal ............................................................................................................. 25
Importante ............................................................................................................................................ 26
5. Obligaciones de las personas trabajadoras ..................................................................................... 28
Sitios de interés..................................................................................................................................... 29
Foros ...................................................................................................................................................... 29
En el ámbito internacional, el Convenio núm. 155 OIT, en su artículo 16, ya estableció que la empresa
debe garantizar que los lugares de trabajo, la maquinaria, el equipo y las operaciones que estén bajo
su control, sean seguros y no entrañen riesgo alguno para la salud y seguridad de las personas
trabajadoras.
A nivel interno, es el artículo 14 LPRL el que establece que “Los trabajadores tienen derecho a una
protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo”, y este derecho a “una protección
eficaz” implica la existencia “de un correlativo deber del empresario de protección de los trabajadores
frente a los riesgos laborales”.
Por tanto, en cumplimiento de este deber, la empresa debe garantizar la seguridad y salud de las
personas trabajadoras a su cargo.
De esta forma, se parte de un deber general de seguridad y salud de la empresa en relación con su
plantilla, y para cuyo cumplimiento, se desarrollan en los artículos 15 y siguientes una serie de
obligaciones instrumentales y accesorias que tienen como fin garantizar la seguridad y salud de las
personas trabajadoras.
Además, la propia LPRL prevé, en sus artículos 25 y siguientes, la necesidad de otorgar una protección
especial en relación con unos colectivos que por sus características personales o biológicas requieren
de una tutela adicional.
El artículo 14.2 LPRL formula la obligación general de seguridad en los términos siguientes: “En
cumplimiento del deber de protección, el empresario deberá garantizar la seguridad y la salud de los
trabajadores a su servicio en todos los aspectos relacionados con el trabajo”.
• La obligación general de seguridad la formula la LPRL de forma muy amplia al abarcar “todos
los aspectos relacionados con el trabajo” (artículo 14.2 LPRL).
• Esta obligación es de carácter dinámico y variable, pues según el artículo 14.2 LPRL debe
adaptarse a todas las circunstancias y cambios y tener en cuenta la evolución de la técnica.
Literalmente, el artículo 14.2 LPRL señala que “el empresario desarrollará una acción
permanente de seguimiento de la actividad preventiva con el fin de perfeccionar de manera
continua las actividades de identificación, evaluación y control de los riesgos que no se hayan
podido evitar y los niveles de protección existentes y dispondrá lo necesario para la
adaptación de las medidas de prevención señaladas en el párrafo anterior a las
modificaciones que puedan experimentar las circunstancias que incidan en la realización del
trabajo”.
• La empresa no puede desplazar el cumplimiento de esta obligación a la persona
trabajadora, por más que esta también asuma obligaciones en el ámbito de la seguridad y
salud laboral, de tal forma que, aunque la persona trabajadora incumpla sus obligaciones, no
por ello la empresa queda exonerada del deber de seguridad que le impone la normativa,
debiendo incluso asumir y corregir el incumplimiento de la persona trabajadora.
• Es una obligación fundamental del contrato de trabajo: forma parte del núcleo central del
contrato de trabajo, de tal forma que su incumplimiento conlleva el incumplimiento del
contrato de trabajo, pudiendo dar lugar al resarcimiento de daños y perjuicios, y la extinción
judicial de la relación laboral por parte de la persona trabajadora con derecho a
indemnización (así lo declaran las SSTSJ Madrid, de 16 de enero de 2012, rec. núm. 4455/2011;
Cataluña, de 26 de febrero de 2015, rec. núm. 6729/2014, que consideran que la situación de
acoso justifica la extinción de la relación laboral por falta de actuación de la empresa que
debía prever el riesgo y actuar frente al mismo)
• Se discute si se configura como una obligación de medios o de resultado. Un sector judicial
considera que es de resultado e implica un previo comportamiento diligente por la empresa,
identificado con la adopción de las medidas preventivas y de protección (STSJ Galicia, de 12
de junio de 2015, rec. núm. 167/2014). Por su parte, la doctrina científica se encuentra dividida.
Un sector (Igartua Miró, 2018) considera que es también de resultado, porque el propio
precepto legal impone a la empresa la obligación de garantizar la seguridad y salud de los
trabajadores, lo cual requiere la consecución de una serie de resultados (eliminar los riesgos,
evaluar los que no se pueden eliminar, aplicar medidas preventivas, realizar formación…). No
obstante, otro sector considera que no se puede clasificar puramente de resultado, puesto
que, en muchos casos, será suficiente con poner en marcha los medios suficientes y
adecuados, aunque no se cumpla el resultado esperado, como cuando, por ejemplo, la
persona trabajadora incurre en imprudencia temeraria.
• Aunque la empresa concierte con servicios de prevención o entidades especializadas en
materia preventiva, ello no le exime del cumplimiento de su deber en esta materia.
Una vez analizada la deuda general de seguridad que recae sobre la empresa, se estudiarán las
obligaciones accesorias o instrumentales de la misma, o también lo que podría considerarse las
“actividades preventivas básicas en las empresas”:
La integración de la prevención en la gestión de la empresa supone que debe ser llevada a cabo por la
propia dirección en todos sus niveles jerárquicos y no puede ser concebida como una tarea que se
delegue (o se externalice), en su totalidad, en un servicio de prevención ajeno o en unos trabajadores
designados por la empresa para actividades preventivas.
El artículo 2.2 del Real Decreto 39/1997 establece los elementos que deben formar parte del plan de
prevención. Este habrá de reflejarse en un documento que se conservará a disposición de la autoridad
laboral, de las autoridades sanitarias y de los representantes de los trabajadores, e incluirá, con
amplitud adecuada a la dimensión y características de la empresa los siguientes elementos:
Debe tenerse presente que con la Ley 25/2009, de 22 de diciembre, se introdujo un nuevo apartado 2
bis en el artículo 16 LPRL que señala que las empresas, en atención al número de trabajadores y a la
naturaleza y peligrosidad de las actividades realizadas, podrán realizar el plan de prevención de riesgos
laborales, la evaluación de riesgos y la planificación de la actividad preventiva de forma simplificada,
siempre que ello no suponga una reducción del nivel de protección de la seguridad y salud de las
personas trabajadoras y en los términos que reglamentariamente se determinen. El artículo 2.4 RSP
desarrolla este precepto legal e indica que en las empresas de hasta 50 trabajadores que no desarrollen
actividades del anexo I podrán reflejar en un único documento el plan de prevención de riesgos
laborales, la evaluación de riesgos y la planificación de la actividad preventiva. Este documento será
Las obligaciones empresariales y de los trabajadores en materia 6 de 30
preventiva.
de extensión reducida y fácil comprensión, deberá estar plenamente adaptado a la actividad y tamaño
de la empresa y establecerá las medidas operativas pertinentes para realizar la integración de la
prevención en la actividad de la empresa, los puestos de trabajo con riesgo y las medidas concretas
para evitarlos o reducirlos, jerarquizadas en función del nivel de riesgos, así como el plazo para su
ejecución.
Los servicios de prevención deben proporcionar a las empresas el asesoramiento y apoyo necesario en
relación al diseño, implantación y aplicación del plan de prevención, para permitir la integración de la
prevención en la empresa.
Su incumplimiento constituye una infracción grave según el artículo 12.1 a) LISOS, sancionada con una
multa económica entre 2.046 y 40.985 euros.
La evaluación se configura así como un instrumento de la empresa para eliminar o reducir los riesgos
y controlar las condiciones de trabajo. Puede entenderse, pues, que la evaluación de riesgos es aquel
proceso dirigido a identificar los riesgos inherentes al trabajo, que no hayan podido evitarse, y dirigido
a estimar su magnitud.
Importante
La evaluación de riesgos es definida en el artículo 3.1 RSP como aquel proceso dirigido a
estimar la magnitud de aquellos riesgos que no hayan podido evitarse, obteniendo la
información necesaria para que el empresario esté en condiciones de tomar una decisión
apropiada sobre la necesidad de adoptar medidas preventivas y, en tal caso, sobre el tipo de
medidas que deben adoptarse.
Cuando de la evaluación realizada resulte preciso adoptar medidas preventivas, deben ponerse de
manifiesto las situaciones en que se deba:
El objetivo de la evaluación es, por un lado, conocer la magnitud de los riesgos que no hayan podido
evitarse, y por otro lado, proporcionar a la empresa la información necesaria sobre los riesgos
existentes en su centro de trabajo para que pueda tomar decisiones sobre la necesidad de adoptar
medidas preventivas y de qué tipo deben ser estas.
• La naturaleza de la actividad, es decir, valorar todos los factores que pueden influir en la
generación de los riesgos.
• Las características de los puestos de trabajo.
• Las personas trabajadoras que desempeñan los diferentes puestos de trabajo, a efectos de
tener en cuenta sus características personales o estado biológico.
La actividad empresarial está constantemente evolucionando, por lo que la evaluación de riesgos debe
revisarse periódicamente. De esta forma, debe realizarse:
A efectos de optar por el método de evaluación, tal y como indica el artículo 5 RSP, deberá tener en
cuenta la siguiente prioridad:
a) Normas UNE.
b) Guías del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, del Instituto Nacional de
Silicosis y protocolos y guías del Ministerio de Sanidad y Consumo, así como de Instituciones
competentes de las Comunidades Autónomas.
c) Normas internacionales.
d) En ausencia de los anteriores, guías de otras entidades de reconocido prestigio en la materia
u otros métodos o criterios profesionales descritos documentalmente.
Además, para determinar el procedimiento de evaluación, la empresa debe consultarlo con los órganos
de representación de las personas trabajadoras. De hecho, los delegados de prevención tienen entre
sus facultades la de acompañar a los técnicos en las evaluaciones de carácter preventivo, pudiendo
formular ante ellos las observaciones que estimen oportunas.
Importante
Se entiende por planificación de la prevención la sistematización de un conjunto de
actuaciones preventivas que deben desarrollarse en un tiempo determinado según un orden
de prioridades previamente dispuesto con el fin de evitar los accidentes e incidentes o reducir
el alcance de sus efectos.
• Identificará las actividades preventivas que se van a ejecutar, en atención a los riesgos
detectados en la evaluación de riesgos. Se indicarán las medidas correctoras necesarias que
permitan eliminar o reducir y controlar los riesgos.
• Se fijarán unos plazos para acometer las correcciones necesarias indicadas en el apartado
anterior. Se establecerá de esta forma un orden de prioridades teniendo en cuenta la
magnitud del riesgo y el número de personas trabajadoras afectadas.
Constituye falta grave incumplir la obligación de efectuar la planificación de la actividad preventiva tal
y como lo recoge el artículo 12.2.6 LISOS. Además, aunque la planificación está íntimamente vinculada
a la evaluación de riesgos, es una obligación específica e independiente, de tal forma que la no
realización de la evaluación de riegos no eximen a la empresa de efectuar la planificación preventiva,
incurriendo en dos infracciones con sus consiguientes sanciones (STSJ Cantabria, contencioso-
administrativo, de 1 de febrero de 2002, rec. núm. 737/2001).
La empresa tiene la obligación de que los equipos de trabajo sean adecuados para garantizar la
seguridad y salud en el trabajo. Esta obligación viene regulada en el art. 17 LPRL, y desarrollada por el
RD 1215/1997, de 18 de julio.
Importante
Según el art. 4.6 LPRL son equipos de trabajo “cualquier máquina, aparato o instrumento o
instalación utilizada en el trabajo”. En relación con los mismos, la empresa tiene la obligación
de garantizar que éstos deberán ser “adecuados para el trabajo que deba realizarse y
convenientemente adaptados a tal efecto, de forma que garanticen la seguridad y la salud de
los trabajadores al utilizarlos” (artículo 17 LPRL).
Además, cuando la utilización del equipo de trabajo presente riesgos específicos, la empresa deberá
adoptar las medidas necesarias para que:
• La utilización del equipo de trabajo quede reservada a los encargados de dicha utilización.
• Los trabajos de reparación, transformación, mantenimiento o conservación sean realizados
por las personas trabajadoras específicamente capacitadas para ello.
Importante
Según el art. 2.1. RD 773/1997, los equipos de protección individual son
“cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de
uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud, así como cualquier
complemento o accesorio destinado a tal fin”.
En este sentido, la STS de 2 de julio de 1996, rec. núm. 8905/5605, indica que la empresa puede
sancionar de forma disciplinaria a la persona trabajadora pudiendo impedir, si fuera necesario, la
actividad laboral de quienes incumplan el debido uso de los equipos de protección individual.
a) Los riesgos para la seguridad y la salud de las personas trabajadoras en el trabajo, tanto aquellos
que afecten a la empresa en su conjunto como a cada tipo de puesto de trabajo o función.
b) Las medidas y actividades de protección y prevención aplicables a los riesgos anteriores.
Se pueden diferenciar los siguientes tipos de información son (según la NTP 559):
• La información continua: los directivos y técnicos deberán asistir a las sesiones informativas
que en materia de gestión preventiva se planifiquen en la empresa.
El artículo 19 LPRL regula la obligación empresarial de formar a sus personas trabajadoras en materia
preventiva, como obligación accesoria de la general de garantizar una adecuada seguridad y salud.
De esta forma, tiene la obligación de garantizar la formación suficiente y adecuada de las personas
trabajadoras para protegerlas frente a los riesgos. Esta obligación va dirigida no sólo a aquellas
personas trabajadoras que desempeñen tareas específicas de prevención, sino a todas las personas
trabajadoras en relación a su puesto de trabajo.
• Debe ser suficiente y adecuada. En este sentido, la STSJ Cataluña, de 14 de marzo de 2008,
rec. núm. 7820/2996, no considera adecuada y suficiente aquella formación que consiste
meramente en entregar fascículos a las personas trabajadoras sobre prevención de riesgos
generales.
• Constituye un derecho para la persona trabajadora, pero también un deber, puesto que ésta
debe seguir la formación impartida, pues así se deduce del artículo 19.4 ET.
• Puede impartirse tanto con medios propios como a través de medios ajenos.
• Deberá impartirse, siempre que sea posible, dentro de la jornada de trabajo, y en caso de
que no sea posible, deberá descontarse el tiempo invertido en la misma de la correspondiente
jornada laboral. Así, la STS de 12 de febrero de 2008, rec. núm. 6/2007, confirma que cuando la
formación es impartida fuera de la jornada de trabajo debe compensarse con horas libres.
Debe resaltarse que, tal y como específica el artículo 28 LPRL, las personas trabajadoras con contrato
Importante
El artículo 19 LPRL regula la obligación empresarial de formación, la cual debe teórica y
práctica, suficiente y adecuada al puesto de trabajo, impartida con medios propios o ajenos,
computable como de tiempo de trabajo, y sin que su coste pueda recaer nunca sobre la persona
trabajadora.
temporal y las pertenecientes a empresas de trabajo temporal, deben recibir formación de igual forma
que las personas con contratación indefinida.
Asimismo, los delegados de prevención, como representantes legales de las personas trabajadoras que
asumen las funciones específicas en materia de prevención de riesgos laborales, necesitan de un nivel
formación adecuado para poder afrontar las funciones que tienen encomendadas en cuanto a
colaborar, promover, participar y vigilar en el seno de la empresa la implantación de las adecuadas
medidas de seguridad y salud.
El artículo 20 LPRL fija determinadas medidas que debe adoptar la empresa para las situaciones de
emergencia. Para ello, la empresa deberá tener en cuenta:
• Tamaño de la empresa: tamaño del centro de trabajo en relación con el número de personas
trabajadoras que prestan servicios; si se trata de instalaciones modernas o, por el contrario,
nos encontramos con centros de trabajo antiguos...
Una vez identificadas estas posibles situaciones, procederá a planificar las actuaciones a seguir por las
personas trabajadoras en el caso de que se produzcan; se adoptarán las medidas necesarias para que
las actuaciones planificadas puedan realizarse correctamente. Las medidas a adoptar son las
siguientes:
Las obligaciones de la empresa frente a esta situación se sintetizan, según el artículo 21 LPRL, en las
siguientes:
• Interrupción del trabajo: adoptar las medidas y dar las instrucciones necesarias para que las
personas trabajadoras puedan interrumpir su actividad y, si fuera necesario, abandonar de
inmediato el lugar de trabajo. En este supuesto no podrá exigirse a las personas trabajadoras
que reanuden su actividad mientras persista el peligro, salvo excepción debidamente
justificada por razones de seguridad y determinada reglamentariamente. Debe ordenar, por
tanto, en base a su poder de dirección, la paralización de la actividad y el abandono del lugar
de trabajo, no pudiendo obligar la vuelta al trabajo hasta que no desaparezca el riesgo.
Las vías a través de las cuales se puede paralizar la actividad y evacuar el centro de trabajo son las
siguientes:
- La empresa, ante una situación de riesgo grave e inminente, debe proceder a la paralización
y evacuación del centro de trabajo.
- Cuando la empresa no adopte o no permita la adopción de las medidas necesarias para
garantizar la seguridad y la salud de las personas trabajadoras, los representantes unitarios
podrán acordar, por mayoría de sus miembros, la paralización de la actividad de las personas
trabajadoras afectadas por dicho riesgo.
- Con carácter subsidiario y, en el caso de que los representantes unitarios no puedan reunirse
con la urgencia requerida, podrá el delegado de prevención, adoptar dicha decisión, pues, en
principio, su facultad se limita a proponer al órgano de representación general la adopción de
dicha medida.
Tal acuerdo será comunicado de inmediato a la empresa y a la autoridad laboral, la cual, en el plazo de
veinticuatro horas, anulará o ratificará la paralización acordada. La decisión de la autoridad laboral
podrá ser impugnada ante la jurisdicción social.
De cualquier forma, la Inspección de Trabajo también podrá ordenar la paralización inmediata del
trabajo sin necesidad de requerimiento de los órganos internos de la empresa, comunicando
inmediatamente la medida a la autoridad laboral y a la empresa.
Los exámenes de salud incluirán un historial clínico-laboral, una descripción detallada del puesto de
trabajo, tiempo de permanencia en el mismo, riesgos detectados en el análisis o evaluación de las
condiciones de trabajo, y puestos ocupados con anterioridad.
b) Cuando reanude el trabajo tras una ausencia prolongada por motivos de salud. La finalidad
es descubrir sus eventuales orígenes profesionales y recomendar una acción apropiada. No
obstante, la negativa de la persona trabajadora a someterse al reconocimiento tras un periodo
de baja prolongada no puede ser motivo de despido, salvo que se dé alguna de las
circunstancias excepcionales que obligan al reconocimiento (STSJ Asturias, de 9 de noviembre
de 2007, rec. núm. 2651/2007)
Las obligaciones empresariales y de los trabajadores en materia 16 de 30
preventiva.
c) A intervalos periódicos. La LPRL no regula la periodicidad, debiendo estarse a la normativa
específica.
El reconocimiento médico es una obligación para la empresa, pero es un derecho para la persona
trabajadora, de tal forma que, en principio, solo podrá llevarse a cabo cuando la persona trabajadora
preste su consentimiento. De este carácter voluntario solo se exceptuarán, previo informe de los
representantes de los trabajadores, los supuestos en los que:
• La realización de los reconocimientos sea imprescindible para evaluar los efectos de las
condiciones de trabajo sobre la salud de las personas trabajadoras.
• Para verificar si el estado de salud de la persona trabajadora puede constituir un peligro para
ella misma, para las demás personas trabajadoras o para otras personas relacionadas con la
empresa. En este sentido, la STS de 10 de junio de 2015, rec. núm. 178/2014, considera que
queda justificado el reconocimiento médico en el caso de los brigadistas que realizan tareas
de prevención y extinción de incendios por tratarse de una actividad compleja que exige una
buena capacidad física y psicológica.
• Cuando así esté establecido en una disposición legal en relación con la protección de riesgos
específicos y actividades de especial peligrosidad. Así se recoge en el artículo 11 RD 286/2006,
de …, para los trabajos con riesgos de exposición al ruido.
• El coste de los reconocimientos no podrá recaer sobre las personas trabajadoras. Incluso en
algunos convenios se prevé que se devengará dieta los días de reconocimiento si no existe un
establecimiento autorizado para realizarlo en la ciudad donde tenga base la persona
trabajadora (STS de 3 de noviembre de 2016, rec. núm. 62/2016)
• A la hora de su realización, las pruebas deben realizarse causando las menores molestias a la
persona trabajadora, y deben ser proporcionales al riesgo, de tal forma que deberán
practicarse las estrictamente imprescindibles para evaluar los efectos derivados de la
actividad laboral.
• Los datos relativos a la vigilancia de la salud no podrán ser utilizados con fines
discriminatorios.
En cuanto al deber de confidencialidad en relación con los reconocimientos médicos debe tenerse
presente que:
3.9 Documentación
b) Evaluación de los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo, incluido el resultado de los
controles periódicos de las condiciones de trabajo y de la actividad de los trabajadores.
d) Práctica de los controles del estado de salud de las personas trabajadoras y conclusiones obtenidas
de los mismos en los términos recogidos en el último párrafo del apartado 4 del artículo 22 LPRL.
A tal efecto se diferencian tres supuestos, para los cuales se van estableciendo obligaciones
cumulativas:
En este caso, las obligaciones entre las empresas se refieren a cooperar entre sí en la aplicación de la
normativa de prevención, para lo cual (artículos 4, 5 RD 171/2004):
• Debe existir un deber de información recíproca entre todas las empresas y trabajadores
autónomos que concurran sobre los riesgos que se generen en el centro de trabajo,
especialmente aquellos que puedan verse agravados por la concurrencia de actividades. Esta
información deberá ser suficiente y habrá de proporcionarse antes de iniciar las actividades,
cuando se produzca un cambio en las actividades concurrentes, y cuando se produzca una
situación de emergencia.
• Deberán establecer medidas de coordinación para la prevención de riesgos teniendo en
cuenta el grado de peligrosidad de las actividades desarrolladas; el número de personas
trabajadoras presentes en el centro de trabajo; y la duración de la concurrencia de las
actividades desarrolladas. Para ello, se podrá confeccionar un plan de emergencia conjunto,
y constituir un servicio de prevención mancomunado.
• Cada empresa deberá tener en cuenta la información recibida de las demás empresas y
autónomos en la evaluación de riesgos y en la planificación preventiva.
• Cada empresa deberá informar a sus personas trabajadoras de los riesgos derivados de la
concurrencia de actividades empresariales en el centro de trabajo.
• Establecimiento de medidas conjuntas y sistemas de seguridad compartidos.
En este caso, las obligaciones del empresario titular del centro de trabajo son (artículos 6, 7, 8 RD
171/2004):
La STSJ Galicia, de 24 de enero de 2011, rec. núm. 3383/2007, declara la responsabilidad solidaria entre
el empresario principal y el contratista por el accidente sufrido por una persona trabajadora al quedar
electrocutado en una línea de tendido eléctrico por omisión de las medidas de seguridad (no haber
realizado el estudio de seguridad previo)
En este caso, el empresario principal, además de todos los deberes señalados en los supuestos
anteriores (cooperación, información y coordinación) debe vigilar el cumplimiento de la normativa por
parte de las empresas contratistas y subcontratistas. Este deber de vigilancia del empresario principal
se concreta en:
Antes del inicio de la actividad en su centro de trabajo exigirá a las empresas contratistas y
subcontratistas que le acrediten por escrito que han realizado para las obras y servicios contratados la
evaluación de riesgos y la planificación preventiva.
Igualmente, exigirá que le acrediten por escrito que han cumplido sus obligaciones en materia de
información y formación respecto de sus trabajadores que vayan a prestar sus servicios en el centro de
trabajo.
c) Las reuniones conjuntas de los comités de seguridad y salud de las empresas concurrentes o, en
su defecto, de las empresas que carezcan de dichos comités con los delegados de prevención.
d) La impartición de instrucciones.
La LPRL también tiene en cuenta las necesidades de protección adicional para ciertos colectivos, que
los denomina “trabajadores especialmente sensibles”, regulando en sus artículos 25 y siguientes unas
medidas específicas para los mismos.
Personas trabajadoras temporales o con contratos mediante una empresa de trabajo temporal
(artículo 28 LPRL)
El artículo 25 LPRL regula las medidas específicas que debe adoptar la empresa para aquellas personas
trabajadoras que, por sus propias características personales o estado biológico conocido,
incluidos aquellos que tengan reconocida la situación de discapacidad física, psíquica o sensorial,
sean especialmente sensibles a los riesgos derivados del trabajo.
En este grupo se encuentran, por ejemplo, aquellas personas trabajadoras que son maduras, o que
requieren un tratamiento específico, o que son sensibles a determinadas condiciones de trabajo.
Las medidas específicas que la empresa debe adoptar para estas personas trabajadoras son:
El artículo 26 LPRL se dedica a la protección especial de la trabajadora embarazada, que haya dado a
luz o en período de lactancia.
Debe tenerse presente que para la efectividad de dichas medidas, es lógico que la trabajadora
informe a la empresa de su estado de salud. Aunque nuestro ordenamiento no contempla
expresamente una obligación de realizar la comunicación a la empresa, esta resulta necesaria para
exigir la adopción de las medidas oportunas. La empresa tiene la obligación de actuar a partir del
conocimiento de la situación de embarazo o lactancia natural. Por tanto, aunque no existe obligación
legal de ello, se recomienda comunicar la situación a la empresa por escrito, para asegurar y reforzar
la protección ante el riesgo. No obstante, según STSJ Madrid, de 18 de mayo de 2000, rec. núm.
1078/2000, considera que no existe tal obligación por parte de la trabajadora. De cualquier forma, el
incumplimiento de dicha información por parte de la trabajadora no exime a la empresa de sus
obligaciones.
Se trata, en fin, de realizar una evaluación específica de los riesgos que puedan derivar de cada
puesto de trabajo para la trabajadora embarazada, que haya dado a luz o en período de lactancia.
De hecho, el artículo 4.2 RSP establece que debe realizarse una actualización de la evaluación de
los puestos de trabajo que puedan verse afectados por la incorporación de una persona trabajadora
cuyas características personales o estado biológico conocido la hagan especialmente sensible.
El RD 298/2009, de 6 de marzo, incluye un anexo (anexo VII) que contiene una lista no exhaustiva
de agentes, procedimientos y condiciones de trabajo que pueden influir negativamente en la salud
de las trabajadoras embarazadas o en período de lactancia natural, en cualquier actividad
susceptible de presentar un riesgo específico de exposición; y un segundo anexo (anexo VIII) con
una lista no exhaustiva de agentes y condiciones de trabajo respecto a los cuales ni la trabajadora
embarazada ni la trabajadora en período de lactancia podrán verse obligadas a realizar actividades
que supongan riesgo de exposición a los mismos.
2. Si los resultados de la evaluación revelasen un riesgo para la seguridad y la salud o una posible
repercusión sobre el embarazo o la lactancia de las citadas trabajadoras, la empresa adoptará las
medidas necesarias para evitar la exposición a dicho riesgo, a través de una adaptación de las
condiciones o del tiempo de trabajo de la trabajadora afectada. Dichas medidas incluirán,
cuando resulte necesario, la no realización de trabajo nocturno o de trabajo a turnos.
3. Cuando la adaptación de las condiciones o del tiempo no resulte posible, o a pesar de ello, las
condiciones de un puesto de trabajo pudieran influir negativamente en la salud de la trabajadora
embarazada o del feto, y así lo certifiquen los Servicios Médicos del Instituto Nacional de la
Seguridad Social o de las Mutuas, con el informe del médico del Servicio Nacional de Salud que
asista facultativamente a la trabajadora, ésta deberá desempeñar un puesto de trabajo o
función diferente y compatible con su estado. La empresa deberá determinar, previa consulta con
los representantes de los trabajadores, la relación de los puestos de trabajo exentos de riesgos a
estos efectos.
Por tanto, se requiere un certificado médico sobre la existencia del riesgo durante el embarazo,
que acredite que las condiciones de trabajo pueden afectar negativamente sobre la salud de la
trabajadora o el feto.
El cambio del puesto ha de operar en primera instancia dentro del mismo grupo profesional o
entre categorías equivalentes, con aplicación de las reglas de movilidad funcional del artículo 39
ET (respetar las titulaciones académicas o profesionales y la dignidad).
En este sentido, la STSJ Madrid, de 13 de abril de 2016, rec. núm. 740/2015, confirma la protección
de una trabajadora que era enfermera por riesgo durante el embarazo. Pero, no obstante, declara
que no tiene derecho al percibo del
Las obligaciones empresariales y de los trabajadores en materia 23 de 30
preventiva.
complemento por trabajo nocturno o días festivos, puesto que en el nuevo puesto no va a prestar
servicios en esas condiciones.
En estos casos se tiene derecho a una prestación económica de riesgo durante el embarazo o riesgo
durante la lactancia natural consistente en un subsidio del 100 % de la base reguladora, que es la
equivalente a la prestación de incapacidad temporal derivada de contingencias profesionales
En relación con las personas trabajadoras menores de edad, el artículo 27 LPRL, establece unas
obligaciones empresariales, cuyo fin último no es más que la falta de experiencia de este colectivo, su
inmadurez para evaluar los riesgos, y su posible desarrollo incompleto. Las medidas empresariales son
las siguientes:
Estas evaluaciones de riesgos deben tener en cuenta todos los riesgos posibles, las condiciones,
características del trabajador... de la forma más exhaustiva posible. Se determinará la naturaleza,
el grado y la duración de su exposición, en cualquier actividad susceptible de presentar un riesgo
específico al respecto, a agentes, procesos o condiciones de trabajo que puedan poner en peligro
la seguridad y salud de estos trabajadores. Además, deberá tener presente los riesgos específicos
derivados de la falta de experiencia, de su inmadurez ante los riesgos y su desarrollo incompleto.
• Deberá informar a los jóvenes y a sus padres o tutores que hayan intervenido en la
contratación de los posibles riesgos y de todas las medidas de protección adoptadas. Deberá
informar sobre los riesgos generales de la empresa, y los específicos de cada puesto de trabajo, así
como de las medidas de prevención.
Por otro lado, el artículo 27.2 LPRL ordena al Gobierno que, teniendo en cuenta los factores de riesgo
anteriores, establezca las limitaciones a la contratación de jóvenes menores de 18 años en trabajos que
presenten riesgos específicos. Hasta el momento, se dispone del Decreto de 26 de julio de 1957, sobre
prohibiciones absolutas y relativas a menores.
De cualquier forma, esta prohibición ha sido interpretada de forma amplia por la doctrina judicial, pues
se ha estimado, en un caso en que un menor sufre un accidente de trabajo cuando conducía una moto
realizando su trabajo, que, aunque no esté incluido en la lista los trabajos realizados mediante
ciclomotor, no significa que no impliquen riesgo para la seguridad y salud del menor (STSJ Castilla y
León, sala de lo contencioso-administrativo, de 11 de junio de 2003, rec. núm. 96/2003).
Por último, como es sabido, esta obligación empresarial de seguridad no se agota con poner a
disposición de su personal trabajador los medios normales de protección, sino que debe realizar una
adecuada vigilancia del cumplimiento
Las obligaciones empresariales y de los trabajadores en materia 24 de 30
preventiva.
de sus instrucciones, que deben tender tanto a proteger a las personas trabajadoras del riesgo genérico
como a la prevención de las imprudencias profesionales (STSJ Madrid, sala de lo contencioso-
administrativo, de 10 de febrero de 2001, rec. núm. 378/1999).
En definitiva, la empresa como titular del poder de dirección tiene un derecho-deber de vigilancia y
control de la actividad laboral de su plantilla, y, por tanto, de vigilar que las personas trabajadoras
cumplan con las obligaciones preventivas para proteger su vida e integridad física y psíquica.
El artículo 28 LPRL establece una equiparación absoluta entre personas trabajadoras indefinidas y
personas trabajadoras temporales. Literalmente, indica que “los trabajadores con relaciones de
trabajo temporales o de duración determinada, así como los contratados por empresas de trabajo
temporal, deberán disfrutar del mismo nivel de protección en materia de seguridad y salud que los
restantes trabajadores de la empresa en la que prestan sus servicios”. Además, a continuación reafirma
que “la existencia de una relación de trabajo de las señaladas en el párrafo anterior no justificará en
ningún caso una diferencia de trato por lo que respecta a las condiciones de trabajo, en lo relativo a
cualquiera de los aspectos de la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores”.
En relación con las personas trabajadoras temporales o con contrato de duración determinada, se
prevén las siguientes obligaciones empresariales:
• Obligación de información: la empresa debe adoptar las medidas necesarias para garantizar
que, con carácter previo al inicio de su actividad, las personas trabajadoras reciban
información acerca de los riesgos a los que vayan a estar expuestos, en particular en lo relativo
a la necesidad de cualificaciones o aptitudes profesionales determinadas, la exigencia de
controles médicos especiales o la existencia de riesgos específicos del puesto de trabajo a
cubrir, así como sobre las medidas de protección y prevención frente a los mismos.
• Vigilancia de la salud: estas personas trabajadoras tienen derecho a una vigilancia periódica
de su estado de salud, en los términos señalados normativamente.
Por lo que se refiere a las personas trabajadoras contratadas por una empresa de trabajo
temporal, las obligaciones quedan repartidas entre ambas empresas, esto es, la empresa usuaria (EU)
y la empresa de trabajo temporal (ETT).
Debe tenerse presente que según el artículo 8 b) Ley 14/1994, de 1 de junio, de Empresas de Trabajo
Temporal, no se pueden celebrar contratos de puesta a disposición para la realización de trabajos
u ocupaciones especialmente peligrosos para la seguridad y la salud en el trabajo, en los términos
previstos en la disposición adicional segunda de esta Ley y, de conformidad con esta, en los convenios
o acuerdos colectivos. Según dicha disposición adicional segunda, no pueden celebrarse contratos de
puesta a disposición para las siguientes actividades:
a) Trabajos que impliquen la exposición a radiaciones ionizantes en zonas controladas según el Real
Decreto 783/2001, de 6 de julio.
c) Trabajos que impliquen la exposición a agentes biológicos de los grupos 3 y 4, según el Real Decreto
664/1997, de 12 de mayo.
o Informar a la ETT antes de la celebración del contrato de puesta a disposición “acerca de las
características propias de los puestos de trabajo a desempeñar y de las cualificaciones
requeridas”, así como también de los resultados de la evaluación de riesgos indicando los riesgos
generales y específicos del puesto de trabajo, las medidas de prevención a adoptar, la formación
o Informar a las personas trabajadoras puestas a disposición antes del inicio de la actividad de
los riesgos existentes para su seguridad, tanto de los generales de la empresa como de los
específicos del puesto de trabajo, de las correspondientes medidas de prevención y protección,
y de las medidas a adoptar en situaciones de emergencia.
o Recabar información de la ETT para asegurarse que la persona trabajadora ha sido calificada
apta para la realización de los servicios que se le van a encomendar, que posee las cualificaciones
y capacidades requeridas y que ha recibido las preceptivas informaciones sobre las características
del trabajo, las cualificaciones y aptitudes requeridas y la evaluación de riesgos.
o Dar formación a las personas trabajadoras en materia de prevención de riesgos laborales previa
a la incorporación. Dicha formación ha de ser teórica y práctica, y debe ser suficiente y adecuada
a las características del puesto de trabajo a cubrir, teniendo en cuenta la cualificación y experiencia
profesional y los riesgos a que vaya a ser expuesto. Además, dicha formación debe ser la requerida
y estar actualizada y adaptada a la evolución de los equipos y métodos de trabajo.
o Informar a la persona trabajadora temporal sobre la información recibida por la EU, debiendo
incorporarla al contrato de trabajo.
Por ello, se le imponen a la persona trabajadora unas obligaciones de seguridad y salud en el trabajo.
En este sentido, la STSJ Cataluña, de 23 de diciembre de 2004, rec. núm. 1433/2004, recuerda que la
persona trabajadora tiene la obligación de observar en el trabajo las medidas legales y reglamentarias
de seguridad y salud, cuyo incumplimiento tiene la consideración de infracción laboral que puede ser
sancionada por la empresa.
En este sentido, el artículo 29 LPRL recoge las obligaciones de las personas trabajadoras en materia de
prevención de riesgos laborales, diferenciando también entre una obligación de carácter general, y una
serie de obligaciones específicas.
De esta forma, el artículo 29.1 LPRL señala como obligación general de toda persona trabajadora
“velar, según sus posibilidades y mediante el cumplimiento de las medidas de prevención que en cada
caso sean adoptadas, por su propia seguridad y salud en el trabajo y por la de aquellas otras personas
a las que pueda afectar su actividad profesional, a causa de sus actos y omisiones en el trabajo, de
conformidad con su formación y las instrucciones del empresario”.
En este sentido, el auto TS de 10 de enero de 2008, rec. núm. 2313/2006, considera que podría ser
despedido disciplinariamente un encargado de obra pro no haber advertido a las personas
trabajadoras de que utilizaran el caso de seguridad, al haber puesto en riesgo su integridad.
2. Usar correctamente los medios y equipos de protección facilitados por la empresa, de acuerdo
con las instrucciones recibidas de este.
De esta forma, la STSJ Madrid, de 9 de mayo de 2014, rec. núm. 118/2014, considera procedente el
despido de una trabajadora de pescadería de un supermercado que fileteando un atún sin utilizar
el guante de kewlar facilitado por la empresa, se corta el dedo índice de la mano derecha,
especialmente, si se tiene en cuenta el incumplimiento de las advertencias verbales previas a la
trabajadora.
Un sector de la doctrina judicial considera que la desconexión de los dispositivo de seguridad por
la persona trabajadora es una actuación imprudente, pero no temeraria, sino de exceso de
confianza de que el accidente no se va a producir (STSJ Andalucía, de 4 de diciembre de 2013, rec.
núm. 1651/2013)
Las obligaciones empresariales y de los trabajadores en materia 28 de 30
preventiva.
4. Informar de inmediato a su superior jerárquico directo, y a los trabajadores designados para
realizar actividades de protección o, en su caso, al servicio de prevención, acerca de cualquier
situación que entrañe razonablemente un riesgo para la seguridad y salud.
No obstante, la STSJ País Vasco, de 16 de octubre de 2007, rec. núm. 1824/2007, no ha considerado
imprudencia temeraria la actuación de una persona trabajadora que no comunicó a la empresa
fallos en un montacargas que al día siguiente fue el causante de un accidente por su mal
funcionamiento, cuando los fallos podían ser detectados fácilmente por la empresa.
6. Cooperar con la empresa para que esta pueda garantizar unas condiciones de trabajo que sean
seguras.
Lógicamente, el artículo 29.3 LPRL, prevé que el incumplimiento por las personas trabajadoras de las
obligaciones en materia de prevención de riesgos pueda ser sancionado. Así considera que dicho
incumplimiento tendrá la consideración de incumplimiento laboral a los efectos previstos en el artículo
58.1 ET.
Por tanto, la empresa en aplicación de su poder disciplinario podrá sancionar a aquellas personas
trabajadoras que incumplan sus obligaciones en materia de seguridad y salud, según el régimen de
sanciones previsto en el convenio colectivo aplicable.
Sitios de interés
http://www.ucjc.edu/
https://www.insst.es/
https://www.boe.es/biblioteca_juridica/codigos/codigo.php?modo=1&id=037_Prevenc
ion_de_riesgos_laborales
Foros
https://prevencionar.com/forodeprevencion/
https://prevention-world.com/foro/
https://www.prevencionintegral.com/forum
https://www.laboral-social.com/foro-prevencion-riesgos-laborales.html .