República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Bicentenario de Aragua
San Cristóbal, Estado- Táchira

Ensayo

LA HIPOTECA Y PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO DE POSESIÓN FRENTE A

LA FIANZA Y EL DEPÓSITO, COMO GARANTÍAS DE LEY

Autor: Edgar Alexander Mantilla

C.I: 11.972.190
Carrera: Derecho
Asignatura: Derecho Civil V

San Cristóbal, Diciembre 2019.

LA HIPOTECA Y PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO DE POSESIÓN FRENTE A
LA FIANZA Y EL DEPÓSITO, COMO GARANTÍAS DE LEY

Hacer una apropiada comparación entre la naturaleza jurídica de la

hipoteca y prenda sin desplazamiento de posesión frente a la de la fianza y
depósito como garantías es plantear una compleja situación. Esto debido a que la
naturaleza misma de ambos procesos corresponde al abordaje de temas
completamente distintos, por supuesto, por definición, tanto la hipoteca y prenda,
como la fianza y el depósito son garantías ante un hecho. A pesar de lo anterior,
las similitudes entre estos procedimientos de garantía quedan aquí, en primera
instancia si consideramos el objeto a ser garantizando y el modo en que dicha
garantía se ve realizada, pero mas allá de ello, existe una diferencia primordial, la
hipoteca y prenda son considerados esencialmente derechos reales de garantía
aunque ha de aclararse, en el código civil venezolano no se de una verdadera
definición de la fianza.

Pero ¿Qué es una garantía real? Por esta se entiende toda medida de
refuerzo que se añade a un crédito para asegurar su satisfacción, atribuyendo al
acreedor un nuevo derecho subjetivo o unas nuevas facultades, como la retención
de un objeto. La garantía, por tanto, es un refuerzo a la responsabilidad
patrimonial universal, La responsabilidad patrimonial contemplada no constituye
una garantía en sentido estricto, no supone un reforzamiento de la posición del
acreedor, no aumente objetivamente la seguridad de éste en la satisfacción de su
crédito. Cuando estas garantías recaen sobre cosas concretas y determinadas y
son eficaces erga omnes se denominan garantías reales. Tradicionalmente, tales
garantías reales atribuyen al acreedor el llamado ius distrahendi o facultad de
realizar el valor de la cosa gravada y con sus resultas hacerse pago de su crédito.

En definitiva, las garantías reales suponen la sujeción expresa de uno o

varios bienes concretos, muebles o inmuebles, a la satisfacción del interés del
acreedor para el caso de incumplimiento de una obligación determinada,
cualquiera que sea el poseedor del bien gravado. Por ello, puede decirse que más
que derechos reales de garantía se trata de derechos reales de realización del
valor del bien gravado pues la garantía en el sentido antes dicho puede obtenerse
de otros variados medios, como la condición resolutoria.

Bajo este planteamiento, y a modo de simplificación, en la hipoteca y

prenda se garantiza una DEUDA adquirida ante un acreedor, a partir de un bien
físico o intelectual, mueble o inmueble, por otro lado, en la fianza y depósito se da
un importe económico como garantía ante un bien dado en custodia o una
OBLIGACIÓN. En tal sentido es correcto indicar la oposición de ambos procesos,
en donde el objeto en garantía y la responsabilidad a cumplir se ven
intercambiadas en orden, y por ello principalmente, incluso por encima de
cualquier otra similitud o diferencia existente entre estos cuatro procedimientos,
separan la dinámica entre la relación existente entre la hipoteca-prenda y la
fianza-depósito.

Históricamente a nivel internacional, la prenda recae sobre bienes muebles

poseíbles y enajenables; la hipoteca, en cambio, se impone sobre inmuebles y no
lleva consigo la desposesión, entrelazándose con la fianza y depósito solo en el
aspecto directo de su relación con los inmuebles. En principio, el desplazamiento
posesorio es el criterio básico de distinción, pero dogmáticamente nada impide la
desposesión del bien inmueble hipotecado, o de la naturaleza por ejemplo, de un
vehículo, como un mueble a hipotecarse según lo establecido en la LEY DE
HIPOTECA MOBILIARIA Y PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO DE POSESIÓN.

Por ello, el criterio que ha predominado históricamente, fundamentalmente

a partir de los canonistas, y claramente en el momento de la codificación, ha sido
el de la naturaleza del bien gravado: si el bien objeto del gravamen es un bien
mueble, el derecho real de garantía oportuno es el derecho de prenda,
interpretado en la ley venezolana con lo relacionado a la producción agrícola y
pecuaria, con traspaso posesorio y consecuente pérdida de la posesión por el
deudor; si el objeto sobre el que recae el gravamen es un bien inmueble, entonces
procede el derecho real de hipoteca, en el que la publicidad derivada de su
constitución registral suple la aparejada por el traspaso posesorio.

Otro indicador en el que estos procesos son comparables es la

obligatoriedad de los mismos, dado que si hablamos de la hipoteca y prenda sin
desplazamiento de posesión, existe una RESPOSABILIDAD ADQUIRIDA ante un
acreedor por parte de un hipotecante, irrevocable ante la cancelación de la deuda,
sin importar el objeto puesto en garantía. No es lo mismo con la fianza y depósito,
siendo la primera de estas dos últimas (Fianza) de naturaleza obligatoria, mientras
que el depósito como garantía, es de mutuo consentimiento, consideración extra
mas allá de la fianza, es el arrendador o acreedor quien realiza una exigencia
extra a la norma en consideraciones personales, y aunque esto último yace
amparado por la ley, creando una distinción interna.

La cuantía de la fianza a su vez es un sub-indicador que viene fijado por

ley, por lo que se tratará siempre del mismo porcentaje. A diferencia del depósito,
que se ve pactado siempre bajo el concepto del mutuo acuerdo, con lo que
dependerá en gran parte del propietario, y puede variar mucho de uno a otro. Así
mismo, la cuantía es un hecho relativo tanto en la hipoteca como en la prenda, en
consideración al valor nominal del mueble o inmueble ofrecido en garantía y la
cobertura del mismo sobre el préstamo ofrecido por el acreedor.

El tercer indicador de comparación que puede ser usado es el estado de

posesión, el cual es un hecho importante a destacarse, siendo de manera similar
al primer indicador tratado con anterioridad, el objeto de garantía, una
característica contrapuesta totalmente entre la hipoteca y prenda frente a la fianza
y deposito, dado que la posesión de la garantía ofrecida es distinta para estos
casos. En tal sentido, mientras que un bien hipotecado o pignorado queda en
posesión del hipotecante, una vez finalizada la cancelación de la deuda, se ve
asegurada la posesión del bien. Por otro lado, la fianza o depósito queda en
posesión y disposición del arrendatario o fiador, y solo puede ser devuelto al
finiquito de la relación.

En cuarta instancia, ha de considerarse la condición de los bienes y las

garantías, del bien hipotecado o pignorado es RESPONSABILIDAD del
hipotecante, y el acreedor no se ve involucrado en su estado a menos que se vea
dañado y por ende, se incumpla el acuerdo, hecho que daña los intereses del
acreedor quien tomara posesión sobre el bien en dicho caso. Mientras que el
resguardo de la fianza queda en manos de un tercer ente y el depósito en
posesión del fiador en cuyo caso y por su finalidad, cubrir los gastos en caso de
dejar una deuda o impago, en cuyo caso, no se devolvería o, al menos, parte de
este a fin de cubrir los daños causados a los intereses del mismo.

Aun así, el finiquitico de los acuerdos corresponde en todos los casos a los
incumplimientos de los parámetros de dichos acuerdos, donde acreedor y
arrendatario se ven perjudicados. Es esta condición la mayor semejanza existen a
fin de cuentas en la comparación de estos cuatro procesos, hipoteca-prenda y la
fianza-depósito. La devolución de la garantía (física o figurativa en la condición de
retención) es notable aunque su posesión durante el acuerdo haya variado (fianza-
depósito) o no (hipoteca-prenda). Después de todo, la fianza y el depósito como
garantías ante los intereses del fiador, y que el propietario comprueba cuando el
arrendatario haya abandonado la vivienda, hecho tras el cual es retenido por el
propietario, mientras que en la hipoteca y prenda, el mueble o inmueble pasaran a
ser propiedad del acreedor si el acuerdo es incumplido por el pignorante o
hipotecante en su relación con la cancelación del crédito obtenido.
 Por tanto y para finiquitar, se considera pertinente acotar que los procesos
comparados, opuestos en muchas ocasiones, corresponden a percepciones
distintas del concepto de la garantía ante deudas y acuerdos, de modo que en
todos los casos expuestos estos se adaptan a los interés variables de la
interacción e intereses individuales y colectivos subyugados a un fin común,
entablar relaciones beneficiosas entre dos o más partes que desean y/o requieren
generar intercambios de valores y objetos por mutuo acuerdo. Además de ello, y
respecto de la naturaleza jurídica de las garantías reales se debe mantener que
son derechos reales dotados de inmediatez sobre el poder de disposición
dominical y de eficacia erga omnes. Se trata, pues, de derechos reales de
garantía. El carácter real deriva claramente de reiteradísima doctrina
jurisprudencial. En cuanto garantía, produce la sujeción del bien gravado y la
posibilidad de realización de su valor con indiferencia del titular dominical y de
cualquier derecho real limitado.
 Referencias bibliográficas

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http://nube.adm.ula.ve/fundeaula/images/pagina_principal/pdf/codigo-
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Congreso de la República de Venezuela (1973) LEY DE HIPOTECA MOBILIARIA

Y PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO DE POSESIÓN. Gaceta Oficial
número 1.575 Extraordinario.

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