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Medidas Cautelares según el Código Procesal Civil Venezolano.

Al tratar las medidas preventivas, se debe hacer referencia al proceso cautelar, siendo esto
la justa respuesta a una necesidad creada por el propio proceso como instrumento del ejercicio de la
potestad jurisdiccional y del derecho de la acción. Allí podemos entender como proceso cautelar al
conjunto de actos procesales dirigidos a la protección de un interés con el propósito de evitar un
resultado perjudicial para el sujeto que invoca dicho interés. De este modo las medidas preventivas
se originan como consecuencia de la necesidad de anteponer en el tiempo los efectos ejecutivos de
un fallo, ante el peligro que supone para los intereses del demandante, la mora del juicio y el temor
del daño inminente por parte de aquel contra quien obra; no fue pues más que la necesidad de un
aseguramiento en consideración a la incertidumbre sobre el resultado del conocimiento para el
momento de realizar estas medidas de ejecución adelantada, fueron atemperados sus efectos
suavizando las consecuencias graves que ello suponía.

Con referencia a lo anterior, se considero necesario anteponer no solo los efectos ejecutivos
sino la decisión misma aun cuando fuera provisionalmente; o de recaudar una prueba que podría
desaparecer con el transcurso del tiempo, y así fue como las medidas cautelares se apartan del juicio
ejecutivo que les dio su nacimiento y adquieren una fisonomía procesal distinta y diversa de
aquellos con efectos indistintamente ejecutivos y declarativos. Si tratamos de conceptualizar las
medidas cautelares primero debemos hablar de la etimología de la palabra y en ese caso la palabra
medida, el significado que podemos relacionar es prevención, disposición; equivale también a
conjunto de precauciones y medidas tomadas para evitar un riesgo. Ya si nos vamos al área jurídica,
se entiende como a aquellas medidas que el legislador ha dictado con el objeto de que la parte
vencedora no quede burlada en su derecho. Y por ultimo según la doctrina venezolana la ha
conceptualizado como las medidas preventivas en disposiciones de precaución adoptadas por el
juez, a instancia de parte, a fin de asegurar los bienes litigiosos y evitar la insolvencia del obligado
antes de la sentencia.

Entre las características de las medidas cautelares primero hablaremos sobre la


jurisdiccionalidad y es que solo tiene competencia para acordar el mismo órgano ordinario a quien
corresponde el conocimiento del proceso principal, del cual es conexo, como segunda característica
tenemos el Pericullum in mora, que precisamente debe alegarse el temor de un daño jurídico
posible, inminente o inmediato, o simplemente evitar notorios perjuicios que aun demandado de
mala fe puede causar, con consecuencia directas en el proceso principal. Es importante y creemos
que es preciso nombrar que en la doctrina este riesgo denominado “Pericullum in mora” queda
plasmado en la frase “cuando exista un riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del
fallo”. Este presupuesto de la medida cautelar se integra por aquellos riesgos que pueden amenazar
la efectividad de la sentencia del proceso principal, por la necesaria demora en emitirla, y que la
medida cautelar se dirige precisamente a conjurar. Para no alargar mas esta característica diremos
de manera general que si, existe una serie de riesgos de inefectividad que deriva del mero retraso
del momento en que pueden producirse los efectos de la sentencia en cuanto por la naturaleza de la
situación jurídica a la que la sentencia ha de referirse, ese retraso supone por si una lesión
irreversible de tal situación.
Siguiendo entre las características de las medidas cautelares seguimos con la provisoriedad,
que lo que quiere decir que la medida solo puede durar mientras subsista el peligro y se pone en
resguardo del riesgo invocado y que se trata de impedir, de aquí se tiene que deberá alzarse la
medida decretada, en cualquier estado de juicio, si el demandado prestare caución o garantía
suficiente. Otra de las características fundamentales de las medidas cautelares es la sumariedad, lo
que podemos hablar sobre esta características es que lo que vale tanto como prueba que debe
producirse a tales efectos no deben ser precisamente tanto como una plena bastando un examen
superficial de los presupuestos procesales, dentro de su índole general de urgente, sin prejuzgar en
absoluto del fondo del proceso principal. Ya para terminar con las características queda la
instrumentalidad, y esto se tramita por cuaderno separado. Según lo plantea el autor español Ortells
(1996), la instrumentalidad es la característica esencial que define la medida cautelar y la distingue
de otras instituciones procesales próximas a ella, entendiendo en el especifico sentido de que la
medida cautelar, considerando en conjunto el régimen de la tutela jurisdiccional de las situaciones
jurídicas, no constituye una finalidad misma, sino que se halla necesariamente vinculada a la
sentencia que pueda dictarse en el proceso principal por la función de asegurar su efectividad
practica.

Empezando ya por su clasificación según Henríquez La Roche las clasifica en medidas


típicas y atípicas, las cuales constituyen un grupo que es tal en virtud de que el libro tercero del
código las ha establecido y reglado detalladamente. Pero de forma sencilla lo que las relaciona o la
constante en ellas es su efecto asegurativo que todas por igual prestan, con la finalidad de garantizar
la ejecución forzosa del fallo principal. Entre las típicas están primero el embargo preventivo, según
Calvo Baca se refiere a esta medida cautelar como la aprehensión o retención de bienes muebles o
inmuebles hecha de orden de la autoridad judicial competente. Segundo dentro de la clasificación
de las típicas esta el secuestro de bienes determinados donde aquí vamos a citar de forma directa la
definición que nos dejo el estudioso de Derecho Calvo Baca (2002), “que el secuestro es el depósito
de bienes muebles o inmuebles materia de un litigio que, en manos de terceros y para fines
preventivos y de conversación, hacen los interesados o decreta el Tribunal. Es voluntario en el
primer caso, y constituye un contrato entre los deponentes y el depositario, y judicial en el segundo
caso, en el cual, aunque no es una convención, impone al secuestrario las mismas obligaciones que
el secuestro convencional al depositario”.

Por ultimo entre la clasificación de las medidas cautelares típicas esta la prohibición de
enajenar y gravar bienes inmuebles, que según la doctrina dicha medida no afecta ni perturba de
manera inmediata al afectado, sino que constituye una limitación al derecho de propiedad y por esto
su interpretación deber ser siempre restrictiva y no usarse o aplicarse de manera analógica.
Empezando ya por la clasificación de las medidas atípicas es importante recalcar que el artículo 588
del C.P.C, no nos establece ningún condicionamiento específico para las medidas cautelares
atípicas, pero si permite al juez constituir, a su arbitrio, una medida idónea, adoptando providencias
de autorización o prohibición que asegurar la efectividad del derecho cuya procedencia es menos
presumible. Según Henríquez La Roche habla sobre tres medidas cautelares atípicas que son
primero las asegurativas, que son indeterminadas si se asemejan a las medidas preventivas, sin
tipificarías plenamente, o si su elaboración judicial es del todo original, como la intervención,
administración, comercio o actividad agropecuaria de una persona jurídica colectiva, a los fines de
asegurar indirectamente el patrimonio social e impedir la venta o gravamen de sus bienes.
Segundo en esta clasificación están las conservativas se dicen que son aquellas que buscan
mantener el statu quo existente al momento de la demanda o perpetuar la legitimación a la causa.
Con esta prohibición de innovar tiene por objeto, asegurar la igualdad de las partes ante la contienda
judicial, en otras palabras impiden que las partes puedan innovar en la situación de hecho o de
derecho existente al iniciarse la controversia, asegurando un efecto típico de la sentencia, cual es su
retroactividad al tiempo de la demanda y ya para terminar con dicha clasificación hablaremos las
medidas complementarias, que según el artículo 588 del C.P.C, el juez podrá acordar cualesquiera
disposiciones complementarias para asegurar la efectividad y resultado de la medida que hubiere
decretado ejemplo en el artículo 591 ejusdem concerniente al embargo, establece que “podrá
ordenar la apertura de puertas de cualesquiera depósitos o recipientes, y solicitar, cuanto fue
necesario, el auxilio de la fuerza pública”. Dichas medidas complementarias indicadas en este
artículo se refieren, bien sea a la traba o práctica de la medida con su efectividad en el tiempo.

Es momento de hablar de la causalidad siendo en las medidas nominadas según lo señalado


en el artículo 585 del C.P.C, el cual dispone que se decretaran por el Juez solo cuando exista riesgo
manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo (Pericullum in mora). El peligro en el retardo
concierne a la presunción de existencia de las circunstancias de hecho que, si el derecho existiera,
serían tales que harían verdaderamente temible el daño inherente a la no satisfacción del mismo.
También debemos nombrar que existen en el peligro en la mor tiene dos causas motivadas las
cuales son una constante y una notoria, y es que no es necesario ser probado, cual es la inexcusable
tardanza del juicio de conocimiento, el arco de tiempo que es necesario y transcurre desde la
deducción de la demanda hasta la sentencia ejecutoria, otra causa seria en los hechos del
demandado durante ese tiempo para desmejorar la efectividad de la sentencia esperada, a ese
supuesto se le refiere la presunción hominis. Otro supuesto para la causalidad es cuando se
acompañe un medio de prueba que constituya presunción grave de esta circunstancia y del derecho
que se reclama a la cual se expresa como “Fumusbonis iuris”, al cual se refiere a humo, olor,
presunción grave del derecho que se reclama. Es menester un juicio de valor que haga presumir la
garantía de que la medida preventiva va a cumplir su función, instrumentalizada, de asegurar el
resultado práctico de la ejecución forzosa o la eficacia del fallo, según sea su naturaleza; y ello
depende de la estimación de la demanda.

El procedimiento para fijar la caución es el siguiente el cual   es una garantía para el


demandado en caso de que se dicte sentencia absolutoria, que haga frente a las responsabilidades
por los daños y perjuicios que le puede haber ocasionar la adopción de la medida cautelar. La Ley
no regula la determinación de esta garantía, su determinación dependerá potestativamente del Juez.
La caución que se exige para obtener la ejecución provisoria de un acto, incluso de las medidas
precautorias. Según lo que emana del artículo 590 del Código de Procedimiento Civil podrá
también el Juez decretar el embargo de bienes de bienes muebles o prohibición de enajenar y gravar
bienes muebles sin estar completamente llenos los extremos que exige la ley siempre y cuando se
ofrezca caución a la parte contra quien se dirija la medida. Además sólo se admitirá ante el Tribunal
fianza principal y solidaria de empresas de seguro e instituciones bancarias, hipotecas de primer
grado cuyo justiprecio conste en autos, prenda sobre bienes y valores y la consignación de una suma
de dinero, la cual sea señalada por el Juez. Y Encaso de que el fiador sea un establecimiento
mercantil el Juez requerirá que se consignen los balances del Contador Público de este. Ya finalizar
el juez tiene la obligación de limitar las medidas cautelares a los bienes que sean solamente
necesarios para garantizar el efecto del juicio, en consecuencia si se evidencia que los bienes
afectados exceden de la cantidades cordada para la medida, el juez limitará los efectos de ésta a los
bienes suficientes, señalándolos con toda precisión. Por último una de las excepciones es que el juez
declare ineficaz la caución de la parte contra quien se practico la medida según sea el caso.
(Falto redactar y acomodar para el ensayo)
Levantamiento por vía de caucionamiento El artículo 589 del Código de Procedimiento Civil,
señala que no se decretará el embargo, ni la prohibición de enajenar y gravar, o deberán suspenderse
si estuvieren ya decretadas, si la parte contra quien se ha dirigido o decretado, diere caución o
garantía suficiente de las establecidas en el artículo 590 del C.P.C (Fianza, hipoteca, prenda,
cantidades de dinero).

EMBARGO PREVENTIVO
El Embargo Preventivo, es el acto judicial a requerimiento de parte, en virtud del cual se sustrae en
un depositario cualquier bien mueble del poseedor contra quien obra, con el objeto de suspender los
atributos de su derecho de propiedad.

Características
1- Generales:El embargo es una medida:
  Que se dicta inaudita parte.
  Es infinita, puede dictarse en cualquier estado y grado de la causa.
  No es absoluta, puede ser sustituida por una garantía real o una fianza suficiente.
  Es condición de existencia de una acción ya iniciada.

2- Especiales: estas son específicas de la medida de embargo y crean Elementos diferenciales


con otras medidas preventivas, ellas son
  Debe recaer en forma exclusiva sobre Bienes Muebles.
 La medida de preventiva de embargo no afecta bienes inmuebles, sino los bienes muebles.
 Bienes inembargables Que no se trate de bienes personalísimos o de necesidades vital para la
subsistencia humana del embargo, en aplicación extensiva del Art.1929 del CC vigente.
Dentro de tal característica quedan excluidos de ser afectados por medidas preventivas de embargo:
  El lecho del deudor, de su cónyuge, y de sus hijos.
 La ropa de uso de las mismas personal y los muebles y enseres que estrictamente necesiten el
deudor y su familia.
 Los libros, útiles e instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión, arte u oficio del
deudor.
  Los dos tercios del sueldo o pensión de que goce el deudor.
  El hogar constituido legalmente.
  Los terrenos o panteones y sus accesorios, en los cementerios.
  Que no se trate de bienes de la Nación o pertenecientes a la Nación o sobre los cuales la
Nación tiene un privilegio constituido.
  El salario, según mandato constitucional (artículo 91) es inembargable, salvo materia de
obligación alimentaria.

Forma de practicarla Cuando se decreta el embargo, se le pide al tribunal que fije el día y la hora
para practicar el embargo preventivo. El tribunal se va a trasladar ese día, llega el juez, el secretario,
el depositario judicial, el abogado, el práctico, para que determine el valor de las cosas que van a ser
embargadas. Se determina el valor de los objetos a embargar porque el decreto del embargo va a ser
el doble de la ejecución, más las costas que son el 30% (salvo en los procedimiento de intimación es
limite es 25%.

Así tenemos el artículo 536 del CPC, donde se señala:


“Para practicar el embargo el Juez se trasladará al sitio donde esté situada la cosa objeto del
embargo y procederá a notificar al ejecutado o a cualquier otra persona que se encuentre en el
sitio de la misión del Tribunal. Seguidamente declarará consumada la desposesión jurídica del
ejecutado y entregará la cosa por inventario al Depositario que nombrará, previamente,
levantando un acta que contenga la descripción de las cosas embargadas y las demás
circunstancias del acto”
Casos Especiales de Embargo
     La potestad del Juez para ordenar la apertura de puertas, depósitos o recipientes, utilizando los
servicios, hasta donde sea posible, de un cerrajero profesional, o de técnico en la apertura del
recipiente de que se trate.
    La forma en que han de realizarse los embargos de créditos, que se efectuará mediante
notificación al deudor del crédito embargado, en la morada, en la oficina o establecimiento de este;
y en defecto de la presencia de este, mediante notificación al representante legal o judicial de la
persona jurídica, si este fuere el caso, por cualquiera de los directores o gerentes o por el receptor de
correspondencia de la empresa, debiendo constar, en todo caso, el nombre, apellido y cédula de
identidad de la persona notificada.
En materia de sueldos, salarios y remuneraciones a embargar el Código de Procedimiento Civil en
su artículo 598 establece una escala de acuerdo a conceptos.
Sin embargo el mandato constitucional está por encima de tal artículo, donde establece “… El
salario e inembargable y se pagaráperiódicamente y oportunamente en moneda de curso legal,
salvo laexcepción de la obligación alimentaria de conformidad con la ley”.

(Hasta aquí, el resto ya está redactado y adaptado para el análisis)


Problemática en las

Medidas Cautelares Contencioso Agrario.

Dentro del proceso jurisdiccional de nulidad por ilegalidad de los actos administrativos agrarios, el
interesado puede solicitar:

 La suspensión de los efectos del acto administrativo recurrido.


 *Un amparo cautelar

También le es dado al juez dictar de oficio las medidas cautelares que considere oportunas,
en protección de los intereses de superior entidad previstos en el artículo 152 de la ley de tierras,
relacionados con la continuidad de proceso agro productivo, la continuidad de los servicios públicos
en el entorno agrario, conservación de recursos naturales y del medio ambiente, mantenimiento de
la biodiversidad, mantenimiento de la infraestructura productiva del Estado, la cesación de actos
que perjudiquen el interés social y colectivo. Las medidas que puede dictar el Tribunal son de hacer
o de no hacer, bien por los particulares bien por los entes del estado. En este caso resulta aplicable
la doctrina de la Sala el 09.05.2006 (Exp. 03-0839), quien estableció:

“Lo expuesto evidencia que, tal como señalo la representación de la Procuraduría General de la
República, el artículo 211 del Decreto con fuerza del Ley de tierras y desarrollo agrario, actual
mente artículo 207 de la ley de tierras y desarrollo agrario de 2005, recoge una visión axiológica de
la función jurisdiccional, que se compadece con el referido carácter subjetivo del contencioso
administrativo y con el derecho a la tutela efectiva, contexto en el cual la medida adoptada por el
juez agrario, se desarrolla conforme a la celeridad e inmediatez necesarias para salvaguardar una
eventual transgresión a los principios de la seguridad agroalimentaria y al derecho a la
biodiversidad, siguiendo a tal efecto, el procedimiento pautado en los artículos 602 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil; ello ante la ausencia de un iter indicado expresamente por la ley,
conforme a la previsión contenida en el artículo 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
justicia (hoy articulo 98). Así, cuando el juez agrario desarrolle oficiosamente la competencia
atribuida en la norma impugnada, procederá a la apertura inmediata del correspondiente
contradictorio, donde le garantizara a aquel contra quien obre la medida y a los eventuales
interesados, el derecho a la notificación de la decisión, el acceso al expediente y la posibilidad de
alegar y probar a favor de la eventual oposición”.

La Suspensión de los efectos del acto administrativo, implica la comprobación de los


perjuicios o gravámenes irreparables o de difícil reaparición por la definitiva y además consignada
dentro del lapso de cinco días de despacho siguientes, contados desde el auto que acuerde la
suspensión de la medida. Adicionalmente corresponde al actor, por normas de Derecho común
aducir y demostrar el pericullum in mora, el fumus boni juris y el pericullum in danni, esto es el
riesgo manifiesto en el sentido que pueda quedar ilusoria la ejecución del fallo, la prueba del
derecho alegado y la potencialidad del daño. Es importante resaltar que independientemente de la
procedencia de las razones aducidas para la suspensión de los efectos del acto administrativo y la
posibilidad de conferir garantía suficiente, el juez debe ponderar los efectos sociales que pueda
causar su decisión, entendiendo que los intereses colectivos están por encima de los particulares-

Entendemos que la garantía que debe otorgar el interesado se rige conforme al artículo 590
del Código de Procedimiento Civil, aplicable a falta de norma expresa en la Ley de Tierras, siendo
admisibles solamente:

 Fianza principal y solidaria de empresa de seguro, bancaria o establecimientos mercantiles


de reconocida solvencia, a cuyos efectos debe presentar el ultimo balance certificado por
contador público, la última declaración de impuesto sobre la renta. En la actualidad no es
necesario acreditar la solvencia del Impuesto sobre la renta.
 Hipoteca de primer grado sobre bienes cuyo justiprecio conste en autos, distintos al objeto
del acto administrativo bajo impugnación jurisdiccional.
 Prenda sobre bienes o valores.
 Consignación de una cantidad de dinero que debe determinar previamente el Tribunal.

Corresponde al juez estudiar detenidamente la suficiencia de la garantía porque él resulta


solidariamente responsable, tanto en lo administrativo y disciplinario como con su patrimonio.

Están exentos de presentar garantía los entes del Estado, aunque en este procedimiento son
ellos usualmente los demandados y por ende, no les corresponde pedir suspensión de los efectos del
acto. También están exentos los beneficiarios de la Ley de Tierras, que carezcan de recursos
económicos. Este hecho, pensamos, debe ser acreditado suficientemente en incidencia.

El amparo cautelar, conforme a la doctrina de la Sala Político Administrativa del Tribunal


Supremo de Justicia, manteniendo criterio desde el 20 de Marzo del 2001 (Cas0 Marvin Enrique
Sierra Velazco), ratificada el 22 de Mayo del 2007 (Exp. 2007-0411), el procedimiento que debe
seguir el juez que conozca en materia contencioso administrativa, para la tramitación de los
recursos de nulidad interpuestos contra actos administrativos de efectos particulares o generales con
contenido normativo o no, ejercidos conjuntamente con medida cautelar de amparo constitucional,
partiendo de la idea de la protección de la tutela jurisdiccional efectiva y el inmediato
restablecimiento de los derechos constitucionales violentados, es asumirlo en idénticos términos que
una medida cautelar, con la diferencia de que el primero alude exclusivamente a la violación de
derechos y garantías de rango constitucional, circunstancia esta que por su trascendencia hace más
apremiante el pronunciamiento sobre la procedencia de la medida solicitada. En atención a tales
circunstancias y al reconocimiento del poder cautelar del Juez Contencioso Administrativo, en
virtud de la celeridad e inmediatez necesarias para atacar la transgresión de un derecho de
naturaleza constitucional, estima la Sala que hasta tanto se sancione la nueva ley que regule lo
relacionado con la interposición y tramitación de esta especial figura, es necesaria la inaplicación y
tramitación del tramite previsto en los artículos 23, 24 y 26 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales, por considerar que el mismo es contrario a los principios
que continúen aplicándose las reglas de procedimiento contenidas en la Ley, en todo aquello que no
resulte incongruente con la inmediatez y celeridad requeridas en todo decreto de amparo.

En su lugar, se acordó una tramitación similar a la seguida en los casos de otras medidas
cautelares, por lo que una vez admitida la causa principal por la sala deberá emitirse al mismo
tiempo, un pronunciamiento sobre la providencia cautelar de amparo solicitada con prescindencia
de cualquier otro aspecto, cumpliéndose con el propósito previsto en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.

Así mismo, afirmo el fallo inicial en referencia (20.03.2001) ratificado el 22 de mayo del
2007, que la tramitación seguida no reviste en modo alguno violación del derecho a la defensa de la
parte contra quien obra la medida, pues esta podrá hacer la correspondiente oposición una vez
ejecutada, siguiendo al efecto el procedimiento pautado en los artículos 602 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil. Por lo anterior, ante la ausencia de un iter indicado expresamente
por la ley, conforme a la previsión actualmente contenida en el artículo 98 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela el Máximo Tribunal
procederá, previo el examen de los alegatos y pruebas correspondientes, a la revocación o
confirmación de la medida acordada como consecuencia de la solicitud de amparo cautelar.

Concluyo la Sala en dicho fallo, señalando que cuando se proponga la solicitud de amparo
conjuntamente con el recurso de nulidad, una vez decidida la admisibilidad de la acción principal,
deberá resolverse de forma inmediata sobre la medida cautelar requerida y, en caso de ser acordada,
se abrirá un cuaderno separado con el objeto de tramitar la oposición respectiva, cuya remisión se
hará seguidamente al Juzgado de Sustanciación conjuntamente con la pieza principal contentiva del
recurso de nulidad, a fin de que se continúe la tramitación correspondiente.

Como requisitos fundamentales para la procedencia del amparo cautelar exige la doctrina
trascrita de la Sala Político Administrativa analizar:

“omissis… en primer término, el requisito del fumus boni iuris, con el objeto de constatar la
existencia de una presunción grave de violación o amenaza de violación de los derechos
constitucionales invocados por la parte actora, para lo cual perjuicio sino a la efectiva
argumentación y acreditación de hechos concretos que lleven a presumir seriamente la denunciada
transgresión. En segundo lugar, corresponderá revisar la existencia del pericullum in mora,
determinable por la sola verificación del extremo anterior, según jurisprudencia de esta sala, pues la
circunstancia de que exista una presunción grave de violación de un derecho o garantía de orden
constitucional, o su limitación fuera de lo permitido por el texto Constitucional, habrá de conducir a
la preservación, in limine, de su pleno ejercicio, dada la naturaleza de los intereses debatidos en
tales casos y el riesgo inminente de causar un perjuicio irreparable a la parte presuntamente afectada
en sus derechos”.

Adaptando este antecedente jurisprudencial al procedimiento contencioso administrativo


agrario de nulidad, el juez deberá en nuestro criterio, pronunciarse sobre amparo cautelar en la
audiencia que celebrara conforme al artículo 168 de la Ley de Tierras y en caso de apelación
remitirá el cuaderno separado a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, quien es el
competente conforme al artículo 336, numeral 10 de la Constitución Nacional. En este caso por
tratarse de tutela de derechos constitucionales violentados, no procederá la caución establecida en el
artículo 167 de la Ley de Tierras.

Esta posición tiene asidero en la tesis sostenida por la Sala Constitucional en fecha
09.05.2006 antes referida, quien señalo:

“…omissis… Con ello, la observancia del derecho a la defensa y al debido proceso no se limita al
cumplimiento de una mera forma procedimental, sino que los particulares puedan actuar
efectivamente en el juicio y en este sentido, articulo 19 (hoy 98) de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, otorga al juez contencioso administrativo, la facultad de sustanciar un
determinado asunto, de acuerdo al procedimiento que juzgue mas conveniente para la realización de
la justicia, siempre que este tenga base legal”.

Esta tesis de las Salas Político Administrativa y Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, sin embargo, no es aplicada por la Sala Social quien reiteradamente niega la admisión del
amparo cautelar con argumento de la existencia de una vía cautelar ordinaria establecida en el
artículo 167 de la Ley de Tierras. Pensamos que la existencia de esta vía, con sus propias
características o elementos de procedencia, no es óbice para admitir un amparo cautelar, cuando se
hayan violentado garantías de orden constitucional.

Incidencia Cautelar.

En cuanto el interesado solicite la suspensión de los efectos del acto administrativo o el


amparo, el juez de la causa debe ordenar la apertura del correspondiente cuaderno separado,
conforme con el artículo 604 del Código de Procedimiento Civil, agregándose copia del escrito
libelar y solicitud de la medida, si esta no estuviera contenida en el anterior, el pronunciamiento que
al respecto haga el tribunal y copia certificada de los instrumentos que guarden relación con el
petitorio, incluida copia del poder.
El inicio de este procedimiento cautelar implica que el accionante aduzca y demuestre que
la inmediata ejecución gravámenes irreparables o de difícil reparación por la definitiva. Debe
además ofrecer caución suficiente que se acompañara dentro de los cinco días siguientes al
dictamen del auto que acuerde la suspensión.

Al juez corresponde además del análisis de los elementos anteriores expuesto por el
interesado, sopesar los intereses colectivos en conflicto que por supuesto desbordan los individuales
del solicitante. Debe el juez ser prudente con las fijación de la garantía de manera que no sea en
extremo gravosa para quien debe conferirla, a tal punto que pueda impedirle el acceso a la cautelar,
ni insuficiente a tal punto que comprometa su responsabilidad patrimonial y profesional.

Esta medida no causa cosa juzgada formal, ya que la ley permite su revocatoria de oficio o a
instancia de parte por falta de impulso procesal por el beneficiario, o por omisión sustancialmente
las circunstancias que permitieron su aprobación.

Para la decisión de la medida cautelar debe necesariamente fijarse una audiencia, conforme
al artículo 168 de la Ley de Tierras, donde se oye a las partes. Concluida la audiencia debe
pronunciarse el Tribunal sobre la aprobación o negativa, aunque puede diferir el pronunciamiento
hasta por cuarenta y ocho horas, si el juez lo considera necesario para formarse criterio justo.

(Conclusión)
Para concluir es imprescindible que la potestad jurisdiccional se ejercite con garantías de
aciertos, pero el proceso es una actividad de resultados inciertos. Ello impone que lo que deba
entenderse por correcto ejercicio de la potestad jurisdiccional deba ser también valorado desde la
perspectiva de un actor eventualmente vencedor. Desde ese punto de vista la necesaria demora del
momento en que el actor podrá obtener la plena satisfacción de su pretensión aparece como algo
negativo. Esa necesaria demora es ya que por sí misma un inconveniente y además esa demora deja
abierta la posibilidad para que el demandado adopte conductas o realice actos aislados que impidan
o dificulten gravemente la efectividad de la sentencia que, al final venga en conceder la satisfacción
al actor. Se trata de algo más grave que la satisfacción tardía, es el riesgo de una satisfacción
imposible o solo alcanzable con extrema dificultad. El proceso cautelar es precisamente el
instrumento destinado a conjurar ese riesgo, mediante una incidencia en la esfera jurídica del
demandado adecuada y suficiente para lograr tal efecto. A pesar de que las medidas preventivas
constituyen una de las figuras procesales mas recurridas en la práctica forense, hasta el punto de que
son inusitados los juicios que concluyen sin antes haberse prevenido al resultado de la sentencia
definitivamente firme, la doctrina no ha producido suficientes estudios específicos que brinden un
camino seguro hacia el perfeccionamiento de la institución.

Luis Araujo: 27.306.012

Guzman Briceño: 8.723.501


Gustavo Coronado: 12.939.092

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