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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SANTO DOMINGO

(UASD)

Asignatura de Derecho Procesal Constitucional

Profesor Jaime Luis Rodríguez

Tema I: El Derecho Procesal Constitucional como disciplina jurídica.

1. Partiendo de una idea bastante simple, la Constitución puede considerarse como


un instrumento del Estado a través del cual se organiza el poder institucional y se
fijan de manera general los objetivos de éste, dentro de los cuales se encuentra la
garantía de prerrogativas fundamentales a las personas.

2. Las revoluciones americana y francesa fijarían esta idea de Constitución surgiendo


así lo que usualmente se denomina como "constitucionalismo moderno". En el caso
de revolución francesa llegó incluso a decirse que no puede existir Constitución si
no existe división de poderes y el reconocimiento de derechos fundamentales.

3. No obstante lo anterior, en el caso de Francia la Constitución carecía de valor


normativo, es decir que no era exigible jurídicamente, su cumplimiento no podía
ser requerido directamente a los tribunales. De hecho la concepción de los jueces
que predominó en Francia era la de meros ejecutores de la ley, por lo que no podía
interpretarse la misma, cuestión que estaba únicamente reservada a la Asamblea
Nacional como sede del Poder Legislativo. Esta situación se explicaba en parte en
por la aprehensión que tuvieron los revolucionarios franceses respecto de los
tribunales, ya que durante el Antiguo Régimen actuaban de conformidad con los
deseos del absolutismo monárquico. Además, encuentra explicación en la fuerte
idea del respeto a la ley como expresión de la "voluntad general" representada en
la Asamblea Nacional.

4. Lo anterior revela la inexistencia de un control jurisdiccional de la Constitución. Lo


que predominaba era un control político de la misma ejercido por el Poder
legislativo.

5. Por el contrario, en Estados Unidos desde un inició predominó la idea de que la


Constitución era una norma que podía ser exigida jurídica. Además, se determinó
que eran los miembros del Poder Judicial los idóneos para garantizar los límites
que impone la Constitución a los poderes públicos. En los escritos de El Federalista
Alexander Hamilton (Padre de la Patria de Estados Unidos), alegó que los límites
que impone la Constitución no podrían ser preservados en la práctica de ninguna
otra forma más que por medio de los tribunales de justicia, ya que era mucho más
racional suponer que los tribunales estaban diseñados para ser un cuerpo

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intermedio entre el pueblo y el legislador, para, entre otras cosas, mantener esta
última dentro de los límites asignados a su autoridad.

6. Esta posición fue la que se impuso en la bastantemente conocida decisión de 1803


de la Corte Suprema de los Estados Unidos, en el caso Marbury Vs. Madison, donde
el Juez Marshall se decantó por la facultad que tienen los jueces para no aplicar una
disposición legislativa por contravenir a la Constitución y, por tanto, atentar a su
supremacía. Con esta decisión se considera que quedó estatuido plenamente el
modelo histórico de justicia constitucional denominado judicial review o control
difuso de constitucionalidad, dado que la competencia para ejercer el control no
resulta ser atribuida a un solo órgano especializado, sino que dicha competencia se
esparce a lo largo de todos los tribunales integrantes del sistema judicial. La
garantía de la supremacía constitucional quedaba principalmente sujeta al control
judicial que hicieran los jueces ante disposiciones infraconstitucionales que
pudieran contravenir a la Constitución.

7. Hasta aquí podemos afirmar que, contrario a Francia y al resto de Europa, en


Estados Unidos la Constitución fui considerada como una norma jurídica y además
se pensó a los tribunales como los órganos más idóneos para garantizar el
cumplimiento de la misma. Por tanto, predominó la idea de la Constitución como
norma y de que la garantía al cumplimiento de la misma debía ser de tipo
jurisdiccional (a cargo de los jueces).

8. Pasaría más de un siglo para que la discusión sobre la garantía de la Constitución


adquiriera vigencia en Europa Continental, lo cual sucede con la famosa discusión
entre el jurista austriaco Hans Kelsen y el jurista Alemán Carl Schmitt, en cuanto a
la cuestión de a quién debía atribuirse esa garantía. El primero propiciaba atribuir
la garantía de la Constitución a un poder jurisdiccional centralizado y
especializado, mientras que el segundo, anidado en el control de la constitucional
como un control eminentemente político, entendía que la garantía de la
Constitución debía quedar bajo la atribución del Presidente.

9. La posición de Kelsen se impuso y el modelo histórico de justicia constitucional


denominado control concentrado de constitucionalidad fue consagrado en las
Constituciones de Austria de 1920 y de Checoslovaquia, expandiéndose
posteriormente a los demás países de Europa Continental. Tal y como expresa
Osvaldo Gozaini, “la nominación como “control concentrado” proviene de la aceptación
formal que destina la tarea de controlar la supremacía de la Norma Fundamental en un

2
órgano creado para conocer especial y exclusivamente de los conflictos constitucionales, que
se sitúa fuera del apara jurisdiccional clásico (la magistratura ordinaria)”1.

10. De esa manera, aunque a través de un modelo de control distinto, la Constitución


se consideraría como norma y la garantía de su cumplimiento sería de tipo
jurisdiccional (aunque en este caso a cargo del Tribunal Constitucional).

11. Cabe destacar que de manera previa a toda esta discusión sobre el control de la
constitucionalidad, ya habían existido garantías tendentes asegurar la efectividad
de derechos, específicamente del derecho a la libertad. La acción de hábeas corpus
fue establecida en Inglaterra a través de la Carta Magna del Rey Juan Sin Tierra en
1215. Por otro lado, la Constitución mejicana del año 1853 consagró el recurso de
amparo como mecanismo para proteger las garantías individuales de carácter
constitucional.

12. La solidificación y generalización de estos mecanismos de garantía, ya sea para


asegurar el cumplimiento de la Constitución o para hacer efectivos los derechos
fundamentales, han creado un entramado de procesos que han atraído la atención
de los doctrinarios. A partir del estudio sistemático de los mismos ha surgido una
nueva disciplina jurídica denominada "Derecho Procesal Constitucional."

I. Justicia, jurisdicción y Derecho Procesal Constitucional.

13. Aunque los términos justicia y jurisdicción constitucional son usualmente


utilizadas para hacer referencia a un tipo de control constitucional (el control que
realizan los tribunales), preferiremos emplearlos de manera distinta. En dicho
sentido, llamaremos i) justicia constitucional a la potestad que tienen en nuestro
caso el Tribunal Constitucional y los tribunales del Poder Judicial para
pronunciarse en materia constitucional en los asuntos de su competencia. Por otro
lado, llamaremos ii) jurisdicción constitucional a los órganos del Estado
(especialmente el Tribunal Constitucional) que asumen la potestad de impartir
justicia constitucional al conocer de los distintos procedimientos previstos por la
Constitución y las leyes.

14. El artículo 5 de la Ley No. 137-11, Orgánica del Tribunal Constitucional y de los
procedimientos constitucionales, se aproxima a la idea anteriormente expuesta al
establecer lo siguiente:

1
GOZAINI ALFREDO, Osvaldo: Introducción al Derecho Procesal Constitucional. Rubinzal –
Culzoni Editores, Primera Edición, Santa Fe, 2006. P. 122.

3
“La justicia constitucional es la potestad del Tribunal Constitucional y del Poder
Judicial de pronunciarse en materia constitucional en los asuntos de su
competencia. Se realiza mediante procesos y procedimientos jurisdiccionales
que tienen como objetivo sancionar las infracciones constitucionales para
garantizar la supremacía, integridad y eficacia y defensa del orden constitucional,
su adecuada interpretación y la protección efectiva de los derechos fundamentales.”

15. En cambio el concepto de Derecho Procesal Constitucional es posterior. Si bien la


justicia constitucional (como potestad) y la jurisdicción constitucional (como órgano
que asume la potestad) ya podían visualizarse en el control difuso o en el control
concentrado de constitucionalidad, o en los procesos tendentes a garantizar
derechos fundamentales, no es hasta que surge el estudio sistemático de los
procedimientos en los cuales se imparte justicia constitucional que surge el concepto
de Derecho Procesal Constitucional como disciplina jurídica.

16. Según Eduardo Ferrer-McGregor2 la expresión Derecho Procesal Constitucional


tiene tres significados:

a. Se utiliza para identificar un conjunto normativo del ordenamiento jurídico


(normas procesales de origen constitucional o derivadas de ellas). Ejemplo:
Las disposiciones contenidas en la Ley No. 137-11 son Derecho Procesal
Constitucional.
b. Se utiliza para significar las actuaciones procedimentales que realizan los
órganos de justicia constitucional, particularmente las realizadas por las
jurisdicciones especializadas, pero también las actuaciones o técnicas
procesales de los jueces ordinarios que ejercen control de constitucionalidad.
Ejemplo: Los procedimientos de amparo o de hábeas corpus son Derecho
Procesal Constitucional.
c. Una tercera connotación refiere a su carácter científico, es decir, a la
disciplina que estudia de manera sistemática la jurisdicción, magistratura,
órganos, garantías, procesos, principios y demás instituciones para la
protección de la Constitución desde la ciencia del Derecho. Ejemplo: A
través del estudio del Derecho Procesal Constitucional puedo comprender
cuáles mecanismos jurisdiccionales garantizan el cumplimiento de la
Constitución.

2
Ferrer Mac-Gregor, Eduardo: "Juicio de amparo y Derecho Procesal Constitucional". CONAEJ,
Santo Domingo, 2010.

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17. Para fines del programa de la asignatura nos interesa retener este tercer significado.
El Derecho Procesal Constitucional es una disciplina que estudia de manera
sistemática la jurisdicción, magistratura, órganos, garantías, procesos y demás
instituciones para la protección de la Constitución. De manera más sencilla: se
encarga de estudiar los órganos jurisdiccionales y los procedimientos
establecidos para garantizar el cumplimiento de la Constitución y la efectividad
de los derechos fundamentales.

II. El Derecho Procesal Constitucional como disciplina jurídica.

18. Existen dos principales posturas respecto del encuadramiento del Derecho Procesal
Constitucional como disciplina jurídica. Una primera que entiende que el Derecho
Procesal Constitucional forma parte del estudio del Derecho Constitucional. Otra
que entiende que el Derecho Procesal Constitucional constituye una disciplina
autónoma que es una nueva manifestación del Derecho Público.

19. A su vez, dentro de aquellos que consideran que se trata de una disciplina
autónoma existe una división:

a. La que predica que una autonomía mixta, considerando que deben


emplearse en sus estudio los principios, institucionales, metodología y
técnicas del derecho constitucional.
a. La que postula la autonomía procesal partiendo de la teoría general del
proceso, pero construyendo sus propias categorías, principios e
instituciones, igual que las otras disciplinas procesales.3

20. Para Héctor Fix-Zamudio el punto de partida más adecuado para el análisis
sistemático de objeto de estudio del Derecho Procesal Constitucional debe
fundamentarse en la disciplina genérica conocida como teoría o doctrina del
proceso o del derecho procesal. Es decir, se adhiere a la postura que concibe al
Derecho Procesal Constitucional como una disciplina autónoma que debe construir
sus propias categorías, principios e instituciones.

21. En verdad el Derecho Procesal Constitucional, aún con sus particularidades, puede
verse como una expresión de una disciplina mucho más amplia que es la Teoría
General del Proceso. La famosa tríada de acción-jurisdicción-proceso también se

3
Fix Zamudio, Héctor: "Introducción al Derecho Procesal Constitucional." Editorial del Caribe,
Guatemala, 2004.

5
presenta en el Derecho Procesal Constitucional, tal cual sucede con el Derecho
Procesal Civil, Penal, Laboral, etc.

22. En los procesos constitucionales, tal y como en estos otros procesos, la acción se
expresa a través de un acto concreto (instancia de amparo, instancia de acción
directa de constitucionalidad), existe una jurisdicción que decide (Tribunal
Constitucional, tribunales de amparo), y debe agotarse un proceso que implica la
oportunidad de contradecir la acción y ejercer derecho de defensa. Desde este
punto de vista el Derecho Procesal Constitucional tiene una raíz identificable en la
Teoría General del Proceso.

23. Sin embargo, cabe precisar que el Derecho Procesal Constitucional tiene sus
aspectos particulares de cara a procurar sus objetivos: garantizar la supremacía de
la Constitución y la efectividad de los derechos fundamentales. Cuando
abordemos el segundo tema de la asignatura veremos cómo determinados
principios hacen que los procesos constitucionales se desarrollen de manera
distinta a los procesos civiles o penales.

24. Según expresa Héctor Fix Zamudio en la obra ya citada, la imprecisión que recae
sobre la naturaleza jurídica del Derecho Procesal Constitucional se debe a la
estrecha vinculación que en esta materia se da entre el Derecho Procesal y el
Derecho Constitucional. A fin de esclarecer la situación propone distinguir entre el
Derecho Procesal Constitucional y el Derecho Constitucional Procesal.

18. Para el autor el Derecho Procesal Constitucional tiene como objeto esencial: "(...) el
análisis de las garantías constitucionales en sentido actual, es decir los
instrumentos procesales que están dirigidos a la reintegración del orden
constitucional cuando el mismo ha sido desconocido o violado por los órganos del
poder" (o los particulares). Esto es lo mismo que decir lo que ya habíamos
expresado: se encarga de estudiar los órganos jurisdiccionales y los
procedimientos establecidos para garantizar el cumplimiento de la Constitución
y la efectividad de los derechos fundamentales.

19. Por otro lado, el Derecho Constitucional Procesal: "(...) examina las instituciones
procesales desde el ángulo y las perspectivas del Derecho Constitucional, debido a
que las constituciones contemporáneas han elevado a la jerarquía de normas
fundamentales a varias instituciones de carácter procesal." Es decir que
determinadas garantías del proceso han sido reconocidas por la Constitución como
normas de derechos fundamentales.

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20. El artículo 69 de la Constitución establece el derecho a la tutela judicial efectiva y al
debido proceso. Dentro de dichos derecho se consagran, entre otros, el derecho de
acceso a la justicia y el derecho de defensa. Estos derechos tienen un claro carácter
procesal, puesto que tienen su aplicación dentro de los procesos. Sin embargo, se
configuran constitucionalmente como derechos fundamentales.

21. Por ejemplo, si mediante un Reglamento interno de una organización se le niega el


acceso a la justicia a una persona miembro de la misma, esto genera una afectación
a ese derecho, independientemente de que el acceso a la justicia sea una institución
de carácter procesal. Lo mismo sucede con una persona que se sancione
disciplinariamente sin tener oportunidad de defenderse. Estos aspectos serían
parte del Derecho Constitucional Procesal.

22. Sin embargo, ante la afectación a los derechos fundamentales procesales citados, la
persona debe agotar un determinado procedimiento para que un juez reintegre el
orden constitucional que ha sido violado y reparo el daño a los derechos en
cuestión. Este procedimiento que debe agotarse y que sirve como garantía para la
efectividad de la Constitución y de los derechos fundamentales, sería entonces
parte del Derecho Procesal Constitucional. En este caso el procedimiento indicado
sería la acción de amparo.

III. Orígenes y desarrollo del Derecho Procesal Constitucional.

23. Como ya hemos establecido, los procesos constitucionales han existido desde hace
bastante tiempo. Recordemos que la acción de hábeas corpus fue reconocida en
Inglaterra para el año 1215. Igualmente, en el año 1803 fue reconocido en Estados
Unidos el judicial review o modelo de control difuso de constitucionalidad, al
dictarse la famosa sentencia del caso Marbury vs. Madison.

24. Sin embargo, la existencia de elementos propios del objeto de estudio de una
disciplina jurídica no significa necesariamente que ésta existiera. Para ello debe
haber un análisis sistemático donde se fijen los lineamientos, principios e
instituciones de dicha disciplina. Que siempre hayan existido células no quiere
decir que siempre ha existido la Biología como ciencia.

25. La mayoría de autores sostiene que en el caso del Derecho Procesal Constitucional
esto sucedió con Hans Kelsen cuando conceptualizó sobre la necesidad de un
Tribunal Constitucional para garantizar el cumplimiento de la Constitución. El
trabajo en donde se realizó este análisis se denomina "La garantía jurisdiccional de
la Constitución", escrito en 1928. En este trabajo Kelsen justifica la razón por la que
un Tribunal Constitucional debe controlar la constitucionalidad de las leyes, en

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oposición a la idea de un control político por parte del Poder Ejecutivo o de que
todos los jueces tuvieran por igual dicha facultad, tal y como ya sucedía en los
Estados Unidos.

26. El primer autor el utilizar el término Derecho Procesal Constitucional, sin embargo,
fue Niceto Alcalá-Zamora en la década de 1940. Uno de sus estudiantes, Héctor Fix
Zamudio, sería el que sistematizaría toda esta corriente de estudio a partir del año
1955. Al día de hoy ya existen organizaciones académicas iberoamericanas que se
dedican al estudio del Derecho Procesal Constitucional y esta disciplina ha sido
incluida en el programa de un gran número de universidades latinoamericanas.

IV. Contenido del derecho procesal constitucional.

27. Ha quedado lo suficientemente claro que el objeto de estudio del Derecho Procesal
Constitucional son los distintos procedimientos jurisdiccionales establecidos
para garantizar el cumplimiento de la Constitución y la efectividad de los
derechos fundamentales. Ahora resulta precisa clasificar estos procedimientos
dependiendo de estos dos objetivos y del alcance de la jurisdicción que conoce de
los mismos.

28. Héctor Fix Zamudio realiza una clasificación que nos parece bastante didáctica y
que organizará el programa de nuestra asignatura. El autor sostiene que estos
procedimientos pueden pertenecer a: 1) La jurisdicción constitucional de la
libertad; 2) La jurisdicción constitucional orgánica; 3) La jurisdicción constitucional
transnacional.

29. La jurisdicción constitucional de la libertad refiere a "los instrumentos


establecidos en la mayoría de los ordenamientos constitucionales de nuestra
época, con el objeto de tutelar jurídicas los derechos humanos establecidos en los
mismos ordenamientos." En dicho sentido, esta parte del Derecho Procesal
Constitucional se encuentra vinculada con los procedimientos constitucionales que
tienen como principal objetivo garantizar la efectividad de los derechos
fundamentales. Dentro de estos procedimientos se encuentran la acción de
amparo, la acción de hábeas data y la acción de hábeas corpus.

30. La jurisdicción constitucional orgánica es aquella dirigida "a la protección directa


de las disposiciones y principios constitucionales que consagran las atribuciones
de los diversos órganos del poder y a garantizar la validez de los actos inferiores a
la Constitución." Aquí se incluyen los procedimientos que son conocidos de
manera especializada por el Tribunal Constitucional y que tienen como principal
objetivo garantizar la supremacía de la Constitución. Estos procedimientos no

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requieren que haya una afectación concreta a los derechos de quien los inicia, como
sí sucede en los procedimientos correspondientes con la jurisdicción constitucional
de la libertad. Dentro de los mismos están la acción directa en inconstitucionalidad,
el conflicto de competencia y el control preventivo de constitucionalidad.

31. Por último, la jurisdicción constitucional transnacional refiere a los órganos de


jurisdicción supranacional que han sido reconocidos por el Estado y que agotan
procedimientos, especialmente vinculados con la protección de derechos
humanos. Para el caso de la República Dominicana aquí entraría todo el sistema
interamericano de derechos humanos y los procedimientos que se agotan ante la
Corte Interamericana.

V. El Derecho Procesal Constitucional en la República Dominicana.

32. En la República Dominicana han existido procedimientos constitucionales desde


hace bastante tiempo. Algunos autores sostienen que el control difuso de
constitucionalidad existe desde la primera Constitución en 1844. El control
concentrado de constitucionalidad fue instaurado en el año 1924, aunque
posteriormente fue obviado y reincorporado en el año 1994. La acción de hábeas
corpus es reconocida desde hace más de un siglo. La acción de amparo fue
reconocida de manera jurisprudencial en el año 1999 y posteriormente por ley en
el año 2006.

33. Sin embargo, es con la Constitución del año 2010 y con la Ley No. 137-11 que
todos estos procedimientos son sistematizados y organizados bajo criterios que
dan cuenta del surgimiento de una nueva rama procesal denominada "Derecho
Procesal Constitucional". La Ley No. 137-11 constituye un verdadero Código
Procesal Constitucional y a partir de la misma se ha creado un ambiente propicio
para que la disciplina jurídica del Derecho Procesal Constitucional siga
desarrollándose.

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