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La Soberania, El Poder

Constituyente y el Poder
Publico
Equipo 3
Paola Montserrat Guzmán Nicolas
Alicia Nefertari Gonzales Salazar
Laura Michelle Chávez Juárez
Stefani Karina Gallegos Rico
Ivanna Itzel Garza Salinas
Maria Jimena Hernandez Villarreal
Introduccion
CONSIDERACIONES PREVIAS
Los temas cuyo tratamiento abordaremos en el presente capítulo se vinculan estrecha e inseparablemente
a la conceptuación que han elaborado las múltiples teorías que acerca del Estado nos brinda el
pensamiento jurídico, político y filosófico. No es posible, en efecto imaginarse al Estado ni concebir su
implicación o consistencia sin los conceptos de "soberanía", "poder constituyente" y "poder público",
Entre la idea de Estado y dichos conceptos hay una especie de simbiosis intelectiva, en el sentido de que
entre una y otros existe una interrelación lógicamente inextricable. Si se analizan las diversas teorías que
las corrientes idealista y realista han formulado en torno a la pregunta "que es el Estado", se advertirá
fácilmente que en su enunciación y desarrollo se manejan con empleo constante e imprescindible los
referidos conceptos, cuya explicación constituye el contenido de este capítulo, toda vez que están
involucrados necesariamente en la idea de Estado, misma que sin ellos, no podría postularse. Aun en el
supuesto hipotético no admitido de que el concepto de Estado fuese ajeno e independiente de las ideas
de "soberanía" y de "poder constituyente", no es, empero, imaginable ningún Estado sin poder público.
En efecto, el Estado se presenta, en la fenomenología de la vida social través de múltiples hechos cuya
percepción no escapa a ninguna inteligencia.
Su existencia, primariamente, se advierte por medio de los sentidos como dato que nos ofrece una variada
gama de relaciones que se dan en la comunidad humana. Sentimos al Estado en una diversidad de actos del
poder público y esta sensación origina que se le identifique con el gobierno o inclusive con algunos órganos
de autoridad o funcionarios en especial.
La realización positiva de múltiples actos de autoridad o del poder público nos lleva al conocimiento de que
el Estado es una realidad que el pensamiento jurídico y político de todos los tiempos se ha empeñado en
captar y en describir científicamente mediante un conjunto de construcciones lógicas y deontológicas que
integran diversas teorías. Este es el tema fundamental que se ha planteado el pensamiento filosófico en
Platón y, en general, en toda la doctrina de la antigüedad clásica, lo mismo que en la teoría de la Escolástica
y en los más destacados autores podemos: Locke, Rousseau, etc.
Pero aparte de la apetencia pragmática de encontrar una técnica que habilite para dominar eficazmente
el Estado; y aparte también de la teoría acerca de su ideal, el Estado plantea al conocimiento otro
problema: el Estado es un algo que está ahí, es una realidad, un ser; pues bien, ¿en qué consiste esa
realidad estatal? ¿Cuál es su modo de ser? ¿En qué acepción o sentido es? ¿De qué ingredientes se
compone? ¿Qué es lo que en él ocurre o pasa efectivamente? Cabe, pues, acercarnos al Estado
preguntándonos por lo que él es. Esta es una cuestión previa respecto a la cuestión pragmática de
técnica política y al tema sobre el ideal político. La pregunta acerca de lo que sea el Estado se ha
intentado contestarla desde planos diversos en profundidad y amplitud. De un lado se han producido
estudios descriptivos del Estado, consideraciones de sociología empírica sobre la textura y dinámica
sociales del Estado. De otra parte, como en el Estado hay una organización jurídica que parece
desempeñar en él preponderante y esencial papel, otros estudios han atendido preferentemente a esa
vertiente jurídica. La corriente idealista se manifiesta en concepciones apriorísticas sobre lo que debe
ser el Estado.
Su campo de operatividad es la deontología estatal y su método el deductivo para calificar
conforme a ellas y a guisa de módulo a los diferentes estados existentes en la realidad histórico-
política de las diversas etapas de la humanidad colocando al Estado en un plano o nivel ideal para
estructurar las modalidades esenciales de su arquetipo. Aunque dichas concepciones
generalmente toman en cuenta, como punto de partida, la observación crítica de las entidades
estatales reales -llámense "repúblicas", "polis", "ciudad", "país", "reino", etc.-, no propenden a la
elaboración de un estudio sistemático y científico de las mismas en el ámbito jurídico-político. Su
examen lo realizan no para culminar en la formación de un concepto de Estado, sino como
método para la construcción de tipos ideales de Estado, con la tendencia, no obstante, de que
éstos se actualicen; en sistemas u organizaciones .
La corriente idealista tiene comúnmente como móvil el repudio de las estructuras sociales, políticas, jurídicas
o económicas dadas en la realidad, propugnando su sustitución por aquéllas que correspondan al tipo ideal de
Estado, sin pretender, por tanto, el suministro de un concepto científico de éste, ya que lo idean en la esfera
del deber-ser y bajo el signo personalista de los pensadores cuyas concepciones pertenecen a dicha corriente.
La corriente realista tiene como finalidad primordial la elaboración de un concepto general de Estado, la
explicación de sus orígenes y fines y el planteamiento de su justificación en la vida comunitaria o social de
los pueblos. No pretende, como lo hemos afirmado, describir críticamente a una entidad estatal determinada,
o sea, estudiarla al través de sus modalidades jurídicas, políticas, sociales o económicas específicas, tarea ésta
que incumbe al Derecho Constitucional. Tampoco persigue como objetivo la concepción de un tipo ideal de
Estado, sino desentrañar a éste como ente real de carácter cultural. Si la corriente idealista repudia a las
entidades estatales dadas en la realidad y si las teorías en que se manifiesta pretenden reemplazarlas por un
tipo ideal, la corriente realista, por lo contrario, las considera como materia de estudio para extraer de ellas,
mediante el método inductivo, las notas o atributos comunes para la ideación de un concepto general de
Estado dentro del que en esencia puedan subsumirse con independencia de sus modalidades jurídico-políticas
particulares
Para la corriente realista, el objeto del conocimiento, como son dichas entidades estatales reales cualquiera
que sea o haya sido su denominación, es el elemento fundamental, es la materia sobre la cual construye, en
diversas teorías, el estudio del Estado en sí y que no es sino el resultado de la observación experimental como
base del método inductivo que utiliza. En tanto que la corriente idealista es deontológica, la corriente realista
es ontológica, sin preocuparle a ésta cómo debe ser el Estado, sino lo que es el Estado como entidad,
fenómeno o situación jurídico-política con presencia incondicionada en todos los pueblos, sociedades,
naciones o comunidades humanas.

Los pensadores idealistas creen en lo que debe ser o debiera ser el Estado; en cambio, los pensadores realistas
postulan lo que es el Estado en su esencia. No corresponde al contenido estricto del presente capítulo analizar
exhaustivamente todas y cada una de las concepciones idealistas o realistas que se han forjado en tomo al
Estado. Sin embargo, de las referidas concepciones se pueden extraer inductivamente diferentes datos que
sirven para construir las ideas de soberanía, poder constituyente y poder público. Por tanto, juzgamos
pertinente, para conseguir esa finalidad, exponer brevemente, en sus rasgos generales, algunas de las
principales teorías que en diversas épocas del pensamiento jurídico, político y filosófico se han elaborado
alrededor del Estado, las cuales comúnmente, según lo hemos indicado, utilizan tales ideas por necesidad
lógica de su formulación y exposición.
ALGUNAS TEORIAS SOBRE EL ESTADO
A) Teoría de platón
En “la republica” platón estructura un tipo ideal de estado, dividiendo la población en tres
clases sociales, según la actividad que cada una de ellas debe desempeñar dentro de la
organización política, estas clasificaciones eran: Gobernantes, Guerreros y la de los
artesanos y labradores; entre cada grupo debe de haber una puntual armonía, de tal
manera que su actuación reciproca e interdependiente sea el medio para la convivencia
social y el logro de la felicidad común.
En cuanto a las formas de gobierno Platón considera la aristocracia como la mas
encomiable, colocando a la democracia en tercer lugar después de la oligarquía y la
timocracia.
Par Platón la democracia es un régimen de libertad e igualdad, pera esta propensa al
desorden y la anarquía que fatalmente provocaran la tiranía
B) Teoría de Aristóteles
Sostiene que el estado es una entidad necesaria ya que el hombre necesaria, ya que el
hombre forzosamente naca, se desenvuelve y muere dentro de el llegando a aseverar
que fuera del Estado solo pueden concebirse los seres irracionales y los dioses.
Aristóteles pretende justificar la esclavitud mediante la consideración de que existe la
necesidad dentro de la vida comunitaria`, para que haya hombres que la sirvan y
hombres que la dirijan.
El Pensamiento Aristotélico anticipa ya la soberanía del Estado al hablar de la autarquía
de la polis o sea, el poder la capacidad que esta tiene para darse la organización que
mas le convenga sin la intervención Interferencia o hegemonía de potencias ajenas o
extrañas. la monarquía como la palabra lo indica es el Gobierno de un solo hombre
dirigido hacia la consecución del bien común y a la protección de los intereses generales
de la comunidad y de todos y cada uno de sus elementos componentes; Y cuando estas
finalidades se pervierten y la actividad gubernativa se proyecta hacia la opresión de la
sociedad en beneficio personal del monarca dicho régimen se prostituye y se convierte
en tiranía.
En el pensamiento aristotélico la democracia es el Gobierno que emana de la voluntad
mayoritaria del grupo total de ciudadanos con la modalidad de que se debe perseguir el
bienestar colectivo esto es la felicidad de todos los sectores integrantes de la población
C) Teoría de san Agustín
Para hacer Agustín los Estados temporales son producto de la voluntad de los hombres
de su viciada por el pecado y su finalidad es procurar la felicidad perdida de este dentro
del marco hedonista que sus gobiernos suelen proteger y fomentar. formulan su
concepción de un tipo ideal de Estado celeste la ciudad de Dios que en la vida otra
terrenal estaría formada por los elegidos o sea por los que hubieran practicado las
enseñanzas y postulados de Cristo.
Establece así que: “mientras estén en la tierra las dos ciudades pueden cambiarse los
ciudadanos: un habitante de la ciudad celestial, puede pasar por apostaría, a la ciudad
terrenal y un esclavo de la ciudad terrestre puede trasladarse, por conversión a la ciudad
celestial después de la muerte el destino de cada cual está marcado”
D) Teoría de Santo Tomas de Aquino
Para él, el estado es una comunidad natural de hombres un organismo necesario dentro
del cual la persona debe cumplir sus deberes humanos frente a sus semejantes y como
criatura de Dios. Implica una organización comunitaria a través de la cual los individuos
satisfacen sus necesidades temporales y espirituales. Deben organizarse por la ley que
Santo Tomás define como “cierta ordenación de la razón en vista del bien común
promulgada por aquel que tiene el cuidado de la comunidad”.
También establece que toda ley humana sólo es ley “en cuanto se deriva de la ley
natural” y se contrapone a ella “ya no es ley sino corrupción de la ley”
Afirma que la ley de los hombres “debe escribirse no para el interés de algún particular
sino para el bien de la comunidad”; agregando que las leyes injustas pueden serlo de dos
maneras cuando no son necesarios para el bien común o cuando se reparten las cargas
entre todos de manera no proporcional aun cuando tales cargas sean para el bien
común.

En lo que respecta a la forma de Gobierno del Estado Santo Tomás estima que la mejor
consiste en un régimen mixto monárquico aristocrático y democrático a la vez
E) Teoría de Francisco Suarez
Basándose en el principio aristotélico de que el hombre es un ser sociable Suárez
distingue dos tipos de relaciones a saber las imperfectas (matrimonio y la familia) y las
perfectas que son las comunidades políticas es decir el estado “porque únicamente en
ella es el hombre puede satisfacer todas las necesidades y fines de su naturaleza social”.
constituida la sociedad sus miembros deciden la forma de Gobierno que quieran
establecer de lo que concluye que el poder del monarca deriva de una contratación entre
él y la comunidad a virtud de la cual ésta se le atribuye el imperium consistiendo en que
desempeñe la soberanía.
de acuerdo con Suárez Dios es la fuente de todos los poderes, es decir
para Suárez “el Supremo poder público considerado en abstracto fue conferido
directamente por Dios a los hombres Unidos en comunidad política perfecta” (estado)
no recibe del poder político en una sola persona o en un grupo determinado sino en la
totalidad del pueblo o cuerpo de la comunidad”
F) Teoría de Tomas Hobbes
La concepción de Hobbes acerca del Estado se cimenta en el análisis que hace de la
naturaleza humana. el hombre dice tiene la proclividad de dominar por la fuerza a sus
semejantes.
Hobbes coloca los hombres en un primitivo “estado de guerra” entre sí en una situación
de lucha constante dentro de la que no existe oportunidad para la industria y “lo que es
peor de todo existe un continuo temor y peligro de muerte violenta y la vida del hombre
es solitaria pobre tosca embrutecida y breve.” partiendo de estas premisas anarquía y en
el caos es imposible vivir los hombres tienen la necesidad imperiosa e ineludible de
unirse de forma comunidad qué es el estado para que dentro de ella la vida social pueda
ser factible y desarrollarse sin violencia disturbios y luchas que la destruirían. la urgencia
de formar el estado obedece a su pensamiento al designio del hombre para establecer la
paz entre sus semejantes ante “el temor a la muerte y al deseo de las cosas que son
necesarias para una vida confortable”
como se ve para Hobbes el origen del Estado se implica en un pacto entre los hombres
que reconoce como causa un estado de guerra o fuerza primitivo y como móvil el deseo
la aspiración para eliminarlo y sustituirlo por un “estado de orden coactivo”
G) Teoría de Locke
Este pensador refuta la tesis del origen divino del poder del monarca y contradiciendo
uno de los puntos básicos de la opinión de Hobbes afirma que “el estado de naturaleza “
en que los hombres se encontraban antes de la formación de la sociedad civil se
caracteriza por “el orden y la razón “
la vida, la libertad y la propiedad, son derechos humanos “naturales“ que siempre están
en riesgo de ser quebrantados, pues aún no existe ningún poder que los haga respetar
coactivamente. por ello los hombres decidieron formar la comunidad política mediante
una especie de pacto “social “
El pacto o contrato por medio del cual se forma la sociedad política debe provenir del
consenso mayoritario.
Siguiendo Aristóteles clasifica los gobiernos en monarquías , aristocracias y democracias,
distingue dentro de cualquiera de estas do formas, dos poderes, el legislativo y el
Ejecutivo, en el que coloca al judicial. El órgano Supremo del Estado para Locke es la
Asamblea Legislativa que se dedica a aplicar las leyes.
El estado debe ser a-religioso, pues entre la Iglesia y el estado existe una separación
derivada de la naturaleza de ambas entidades.
H) Teoría de Montesquieu
Enfoca hacia una concepción sobre el Gobierno y sus sistemas. no se preocupa
mayormente por dilucidar el origen de la sociedad establece que “sí los hombres no
formasen sociedad alguna, si se dispersaran y huyeran los unos de los otros, entonces sí
sería preciso averiguar cuál es el motivo de tan singular actitud, y buscar porque se
mantienen separados”
Los temas en torno a los cuales especulan Montesquieu consisten en la definición de la
ley y de la justicia, las formas de Gobierno y el equilibrio entre los poderes del
Estado.
para él la ley es “una relación de convivencia que se encuentra realmente entre 2
objetos”
Y en esta relación descubre la justicia cuya consecución debe ser la aspiración Suprema
del género humano.
para que se logre la justicia deben tomar en cuenta un conjunto muy variado de factores
y circunstancias propias del ambiente real en que vayan a regir.
En cuanto a las formas de Gobierno las clasifica en despotismo monarquía y República y
cuyo régimen es susceptible de subdividirse en aristocrático y democrático repudia
energéticamente el Gobierno despótico.
la cuestión más importante concerniente a la separación de poderes es que la base de esta
separación y la finalidad que la justifica es la preservación de la libertad del hombre dentro
de la comunidad política independientemente del régimen de Gobierno que se sustituya.
Establece que “hay en cada estado 3 clases de poderes: el poder legislativo, el Poder
Ejecutivo de las cosas que dependen del derecho de gentes y el Poder Ejecutivo de las que
dependen del derecho civil.
Y también estipula una interdependencia recíproca al aseverar que: “estos tres poderes
deberían dar lugar al reposo o la inacción; pero como el movimiento necesario de las cosas
los obligaría a moverse tendrán que marchar de acuerdo”
I) Teoria de Juan Jacobo Rousseau
Para Rousseau La sociedad civil (comunidad política o estado ) nace de un pacto o contrato
entre los hombres. Afirma que sentaron en las relaciones entre los seres humanos
espontáneamente sin contiendas ni luchas ya que todos ellos estaban colocados en una
misma situación de igualdad. como los hombres no pudieron mantenerse en esta situación de
igualdad natural surgió la necesidad de qué se concertaran un pacto de convivencia o
contrato social para crear la sociedad civil o comunidad política.
pensé que la soberanía (voluntad general ) y el soberano (comunidad política o sociedad civil)
no necesitan garantías “con respecto a sus súbditos porque es imposible que el cuerpo quiera
perjudicar a sus miembros”
Rousseau le adscribe a la soberanía como atributo esencial su inalienabilidad que hace
derivar del pacto social mismo.
El soberano nunca se compromete a tal punto de dejar de serlo fenómeno que acaecería si la
soberanía fuese enajenable. Dicta que la soberanía es indivisible. Criticando veladamente a
Montesquieu en cuanto a su tesis de la separación de poderes según Rousseau entraña la
división de la voluntad general.
Según Rousseau la ley nunca puede ser injusta porque nadie puede hacerlo consigo mismo.
sin embargo agrega hay ocasiones en que el soberano es incapaz “de descubrir las mejores
reglas para la sociedad” siendo necesaria entonces la existencia de un legislador.
Rousseau clasifica las leyes en tres categorías: Las Políticas que estructuran u organizan al
soberano; Las Civiles que norman las relaciones entre particulares y entre éstos y la nación;
y Los Penales que protegen el pacto social previniendo y castigando sus desobediencia o
violación.
Sobre estas se coloca una ley fundamental y Suprema que expresa el verdadero ser del
soberano y que se localiza en los usos hábitos y costumbres sociales según Rousseau no
está escrita en ningún código sino en la conciencia del ciudadano.
La ejecución de leyes requiere un ser intermediario entre él y los individuos encargado de
hacer cumplir las leyes y de mantener la libertad política y civil este ser intermediario es el
Poder Ejecutivo que se denomina Gobierno.
Rousseau clasifica las formas de Gobierno por el número de funcionarios encargados de este
poder intermediario o ejecutivos y de acuerdo con este criterio para él los regímenes pueden
ser democráticos aristocráticos o monárquicos.
La forma democrática es casi imposible de implantar en las sociedades humanas pues las
condiciones que exigen su establecimiento son muy numerosas y por lo general poco
compatibles con la naturaleza del hombre.
no simpatiza con la aristocracia hereditaria sino con la electiva en virtud de la cual el
soberano delega en un cierto número de magistrados el Poder Ejecutivo.
En la Monarquía el poder ejecutivo se centraliza en una persona quien debe gobernar
conforme a las leyes.
para finalizar Rousseau opina que el poder espiritual debe permanecer alejado del poder
temporal o sea de la soberanía del pueblo voluntad general propugnando el estado laico.
● J) Teoría de Hegel
− El pensamiento de Hegel proclama el estado omnicomprensivo y absorbente, casi al
estilo espartano. El estado para él es un todo que lo abarca todo. Niega la existencia de
los llamados derechos naturales del hombre; y en lo concerniente a la libertad, afirma
que solo dentro de la unidad estatal la persona puede gozar de ella.
− Hegel distingue tres periodos en la evolución de la humanidad

− Primer periodo: Se caracteriza por la hegemonía de la fe, como sucedió en los países de Oriente

− Segundo periodo: Sustituyeron la fe por la razón, misma en que apoyaron una especie de libertad
comunitaria, sin haber proclamado la igualdad del hombre.

− Tercer periodo: Culminación de la evolución de la humanidad lo denomina “periodo germánico”, agregando


que los pueblos germánicos deben al cristianismo el sentimiento de libertad del mismo.
− La aparición de los estados en la historia humana la explica como consecuencia
inmediata de las ideas que han movido al mundo y generando los diferentes regímenes
que registra la existencia de la humanidad.
− Dicho célebre filósofo alemán sustenta una concepción ideal del estad, identificándolo
como una idea ética.
− Agrega que “La idea del estado tiene:

a) Realidad inmediata, y es el Estado individual como organismo que se refiere a si:


la idea se expresa, entonces, en la constitución o derecho político interno.

b) La idea pasa a la relación de un estado con los demás estados y resulta el


derecho político externo.

c) La idea es universal, como un género y poder absoluto respecto a los estados


individuales: es el espíritu que se da la propia realidad en el proceso de la
Historia Universal”
− Poder legislativo es el poder determinar y de instituir lo universal
− Poder gubernativo es aquél al que concierne la subsunción bajo lo universal de las
esferas particulares y de los casos singulares
− Poder del soberano que representa el poder de la subjetividad como última decisión
de la voluntad en el cual los distintos poderes son reunidos en una unidad individual
que es la culminación y fundamento de la totalidad, es decir monarquía constitucional
I) Teoría de Jorge Jellinek
Para Jellinek el estado es un objeto de conocimiento como ente que se da en el mundo histórico y
no una concepción ideal acerca de “cómo debe ser”.
No se preocupa por forjar un tipo ideal, deontológico del estado, sino que lo analiza como un ser
real, viviente que comprende a todas las relaciones humanas y a todas las asociaciones entre los
hombres Jellinek no es, pues, un idealista del estado si no un científico del mismo, y para estudiarlo
emplea:

Sociológico: Examina al Estado al través de los hechos reales en que se manifiesta su vida
especifica en sus relaciones internas y externas

Jurídico: Analiza al Estado como objeto y sujeto del derecho y como relación jurídica.
Jellinek concibe la idea social de Estado afirmando que este es "la unidad de asociación dotada
originariamente de poder de dominación y formada por hombres asentados en un territorio”
.
K) Teoría marx-leninista
Esta teoría se basa en las ideas filosóficas se Carlos Marx, quien distingue en la sociedad
humana las superestructuras y la su o infraestructura.

1. “Formas de conciencia social”, es decir, maneras en como el hombre se ha representado la


realidad social y no expresiones autenticas de lo que es la verdadera fenomenología y la entidad
de la sociedad.

2. “Ideologia social” es la concepción de la sociedad por la mente humana y la cual diverge de la


realidad social.

3. “Realidad social” que significa el conjunto de notas reales de la sociedad, o sea lo que es la
sociedad en sí.
En el pensamiento de Marx y Engels “Una ideología es una forma de conciencia que refleja la
realidad social de una manera deformada, que crea falsamente algo que no existe en la
realidad, que vela la realidad o parte de ella en lugar de develarla; es un engaño y hasta un
auto-engaño y, sobre todo, es una conciencia ilusoria.
La dictadura del proletariado, o sea, la concentración del poder político del Estado en la clase
social de los "explotados", no es sino una situación transitoria para lograr la finalidad única y
definitiva de la revolución comunista, que consiste en la consecución de una sociedad "sin
clases", o sea, de "una asociación en la cual el libre desarrollo de cada uno es la condición del
libre desarrollo de todos
La clase social de los "explotados" (obreros y campesinos) debe arrebatar cruentamente el poder político a los
"explotadores" (dueños de los medios de producción y de la tierra), para establecer la "dictadura del
proletariado", dentro de cuyo régimen deben adoptarse y practicarse medidas drásticas a efecto de consolidarla
y de preparar el advenimiento de la "sociedad perfecta", es decir, de la sociedad comunista, en la que, por la
desaparición de las clases, ya no habrá́ Estado, o sea, poder coactivo, pues la vida social se compondrá́
espontáneamente mediante la observancia de "sus reglas elementales" surgidas de la costumbre.
El Marx-leninismo es una teoría que se autocalifica como revolucionaria y que afirma preconizar una política
revolucionaria. Su móvil es la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, o sea, su
socialización.
Para el Marx-leninismo la sociedad comunista o sociedad "perfecta", en que ya no existirá́ ninguna "clase",
ninguna explotación del hombre por el hombre, será́ una sociedad "sin Estado" y quizá́ "sin Derecho", pues
este habrá́ sido reemplazado por esas "reglas elementales" de la vida social.
Ninguna sociedad humana puede subsistir sin gobierno, o sea, sin "Estado" en la acepción que a esta idea
adscribe el Marx-leninismo, aunque su vida pueda desarrollarse sin ningún orden jurídico legal o
consuetudinario. En este ultimo caso, el gobierno social quedará enmarcado dentro de un régimen dictatorial.
Por tanto, la suposición de que la "sociedad comunista" pueda vivir "sin Derecho", es decir, sin normas
jurídicas coercitivas de carácter legal o consuetudinario, entraña la dictadura, abominada y repudiada por todos
los pueblos de la Tierra.
M) Teoría de León Duguil
Para el ilustre profesor de la Universidad de Burdeos, el estado es un hecho real y positivo y más aún, un
fenómeno de fuerza
Duguit identifica al estado con el poder político, el cual "es un hecho que no posee en sí mismo ningún carácter
de legitimidad o ilegitimidad", pues "es el producto de una evolución social de la que al sociólogo compete
determinar la forma y marcar los elementos“.
Duguit formula si construcción jurídica del estado de la siguiente manera: el estado, dice, e compone de seis
elementos de orden puramente positivo, que son:

1.Una colectividad social determinada

2.Una diferenciación en esta colectividad entre gobernantes y gobernados, siendo gobernantes aquellos que
monopolizan una mayor fuerza y constituyendo este hecho la causa de serlo

3.Una obligación jurídica impuesta a los gobernantes de asegurar la realización del derecho

4.La obediencia debida a toda regla general formulada por los gobernantes para promulgar o poner en
ejecución la regla de derecho

5.El empleo legitimo de la fuerza para sancionar todos los actos conformes a derecho

6.El carácter propio de todas las instituciones que tienden a asegurar el cumplimiento de la misión obligatoria
de los gobernantes, o sean los servicios públicos
.
N)Teoría de Hans Kelsen
• El estado no es para él un hecho natural; no pertenece al mundo del ser, sino del deber ser. Es
un objeto espiritual cuya esencia consiste en “un sistema de normas”, agregando que, “el
estado, como orden, no puede ser más que el orden jurídico o la expresión de su unidad”,
entendiendo por orden jurídico el positivismo “pues es imposible admitir junto a este la validez
de otro orden cualquiera.
• Para fundar su tesis sobre la mencionada identidad, Kelsen critica el dualismo Estado-Derecho,
en cuanto que este sostiene que el Estado crea el Derecho y que el orden jurídico, una vez
producido por la voluntad estatal, somete el poder de dicha entidad

o) Teoría de Carré de Malberg


• Para él no debe identificarse el Estado con el orden jurídico como lo pretende Kelsen, toda
vez que el Derecho es creado por una organización política preexistente.
• Coincidiendo con el pensamiento de Jellinek, Carré de Malberg afirma que en todo Estado se
descubren tres elementos que son la población, el territorio y el poder publico “que se ejerce
autoritariamente. Sobre todos los individuos que forman parte de un grupo nacional”.
.
P) Teoría de Jacques Maritain
• El pensamiento de este ilustre filósofo contemporáneo presenta un vivo interés en la
indagación del concepto de Estado dada su construcción lógica a través de la cual distingue
con claridad diversas ideas que en la teoría político-jurídica suele confundirse o identificarse,
como son las de "nación“ ”cuerpo político” y “estado”
• Para Maritain el Estado no es la sociedad política sino una parte de ella, "la más
sobresaliente". En sustancia, identifica al Estado con el gobierno estatal al sostener que "solo
es aquella parte del cuerpo político especialmente interesada en el mantenimiento de la ley,
el fomento del bienestar común y el orden publico, así́ como la administración de los asuntos
públicos"
.
Q)Teoría de Adolfo Posada
• Según el pensamiento de este ilustre jurista español, expuesto en una de sus últimas
obras.?" el Estado se revela como un fenómeno político, como un proceso en el que se
conjugan o compenetran dos elementos, a saber, la soberanía o poder supremo y la norma
jurídica.
• “El Estado, por tal manera, deberá concebirse como la síntesis viva de las nociones de
soberanía y de 'ley', realizadas en un espacio dado y en su tiempo, y definidas por las
condiciones que limitan la acción del poder, en cuanto es instrumento de la ley.“
• De las ideas de Posada se desprende que la capacidad productora del orden jurídico por el
poder soberano tiene orientaciones limitativas éticas, en el sentido de que este no puede
crear un "Derecho" que no esté encaminado a regular las relaciones dentro de la sociedad
sobre la base del respeto a las condiciones naturales de los hombres como "seres racionales
y libres"

.
R) Teoría de Hermann Heller
• Este distinguido doctrinario alemán sostiene que el Estado no puede quedar constituido por
ninguno de los factores o elementos que el pensamiento tradicional ha considerado
separadamente como integrantes o denotativos de su entidad, tales como el territorio, el
pueblo, el orden jurídico, el poder y los órganos de gobierno.
• Tampoco para Heller el Estado consiste en la conjugación de dichos elementos o factores, ya
que es una unidad soberana organizada de decisión y acción.
• HelIer rechaza la idea de que el Estado se manifieste en la diferencia entre gobernantes y
gobernados, como lo pretende Duguit. El Estado, sostiene, no se "descompone" en
gobernantes y gobernados.
• En cierto modo, Heller acepta el dualismo Estado-Derecho al sostener que el poder del
Estado crea al Derecho y es su fuente de validez formal, existiendo entre ambos una
reciproca vinculación.

.
S)Teoría de Georges Burdeau
• institucionalización del poder el poder es un hecho, dice Burdeau, que resulta de la
diferenciación entre gobernantes y gobernados, pero siendo el Estado un "fenómeno
espiritual", para que ese poder implique su consistencia se requiere que se institucionalice
mediante el derecho consuetudinario o escrito. Por virtud de su institucionalización, el poder
se "disocia" de sus agentes, o sea, de las personas, órganos o funcionarios que lo ejercen,
es decir, del gobierno.
• Burdeau se aparta del pensamiento de Duguit para quien el Estado surge de la diferenciación
entre gobernantes y gobernados, o sea, desde que aparece un poder de mando que ejercen
unos individuos sobre los demás dentro de la sociedad humana.
• Para Burdeau el territorio y la nación son condiciones de existencia del Estado pero no sus
elementos constitutivos, toda vez que "el Estado es una realidad abstracta que no se absorbe
por ninguna de las condiciones de hecho exigidas para su formación (territorio y pueblo). El
territorio es el "campo de acción del poder" y la nación, a la vez está sujeta y colabora con
ese poder, el cual no es el gobierno coactivo sino su manifestación"

.
La Soberanía, El
Poder Constituyente
Y El Poder Publico
SOBERANIA
COMO CONCEPTO.
El concepto de soberanía y el vocablo que lo expresa han tenido acepciones diversas que
dificultan seriamente su precisión. En el pensamiento jurídico-político y en la facticidad política
misma han denotado ideas distintas. Aristóteles hablaba de «autarquía", que, como afirma Jellinek,
era sinónimo de"autosuficiencia", es decir, implicaba la capacidad de un pueblo para bastarse a sí
mismo y realizar sus fines sin ayuda o cooperación extraña.

En Roma se utilizaban las expresiones "maiestas", "potestas' o "imperium" que significaban la


fuerza de dominación y mando del pueblo romano. Durante la Edad Media la soberanía equivalía a
"supremacía", "hegemonía" o "prevalencia" entre el poder espiritual representado por el papado y
el poder temporal de los reyes, habiendo sido, como dice el autor citado, un concepto "polémico"
en las diversas teorías políticas de la época, entre las que destaca la tesis de Marsilio de Padua,
quien proclamó la superioridad del Estado frente a la Iglesia. Dentro de las concepciones respecto
de la "soberanía del Estado" frente al "dominium" territorial de los señores feudales, se pretendió
justificar la radicación del poder soberano en la persona del monarca o del príncipe.
Por otra parte, que la idea de "soberanía nacional o del pueblo" propiamente se proclama
en las corrientes del pensamiento jurídico-político de los siglos 17. No ha faltado, además,
quien niegue la existencia de la soberanía como poder absoluto. y supremo. Benjamín
Constant, quien ejerció notable influencia en el pensamiento jurídico y político de los países
iberoamericanos y de España durante el siglo 19, se afilia a esta tesis. "La soberanía, dice,
reside en la totalidad de los ciudadanos; ello debe entenderse de modo que ningún
individuo, ninguna facción, ni asociación parcial puede atribuirse el poder supremo si no le
ha sido delegado. Empero, de aquí no se sigue que la totalidad de los ciudadanos, o
aquellos que se hallan investidos de la soberanía, puedan disponer a su arbitrio de la
existencia de los particulares. Hay, por el contrario, una parte de la existencia humana, que
por necesidad permanece individual e independiente, y que se haya de derecho fuera de
toda competencia social. Por lo cual la soberanía no existe, sino de manera limitada y
relativa. En el punto en que comienza la independencia de la existencia individual, cesa la
jurisdicción de dicha soberanía."?"
La soberanía popular se sostiene por el alemán Althusius en su obra denominada "Política
Methodice Digesta" aparecida en 1603. A diferencia de la opinión de Badina, quien se inclina
por la soberanía del príncipe (monarca), dicho pensador la atribuye al pueblo, considerando
a la comunidad política, producto de la unión voluntaria de los hombres, como titular del
mencionado poder la tesis del famoso ginebrino Juan Jacobo Rousseau, a la que también
hicimos somera referencia con antelación, y según la cual la soberanía es la voluntad
general. En resumen, consideramos suficiente la evocación de las tesis que hemos
señalado y de las que se derivan de las diferentes teorías sobre el Estado que reiterando la
equivocidad del vocablo "soberanía" y la multivalencia del concepto respectivo, en cuyas
divergentes acepciones se descubre, sin embargo, un denominador común, cual es su
implicación como poder supremo con diversa radicación o distinta titularidad. En el laberinto
de definiciones respecto de lo que es o pueda ser la soberanía o el poder soberano se
extravía el intelecto humano sin que los doctrinarios contemporáneos le sirvan como hilo de
Ariadne.
"Concebida como concepto jurídico, la soberanía, según explicación ofrecida
anteriormente, es un concepto puramente formal y, por tanto, carente de contenido,
pero tiene un destino, que es hacer posible la existencia de un orden jurídico y,
consecuentemente, la determinación del contenido del derecho. La soberanía es la
cualidad del poder del Estado que le permite autodeterminarse y auto-organizarse
libremente, sin intervención de otro poder, de tal manera que el Estado soberano dicta
su constitución y señala el contenido de su derecho. , "De acuerdo con lo anterior, la
soberanía es la facultad independiente y suprema de determinar el contenido del
derecho. Un Estado es soberano cuando dispone de la potestad ría prolijo citar, y
compartiendo la idea de que el poder soberano radica en el pueblo o nación y de que
el poder estatal es distinto de él, figuran Sánchez Viamontei" y Aurora Arnáiz, por no
mencionar a otros tratadistas que sustentan la misma opinión.
Conforme al pensamiento del ilustre ginebrino Juan Jacobo Rousseau, la soberanía es la misma
"voluntad general" que reside en el pueblo o en la nación y que constituye la fuente de la
normación jurídica, primordialmente de la constitucional. Esa voluntad general entraña un poder
de autodeterminación y autolimitación, lo que implica que sobre ella no existe ni debe existir
ninguna otra voluntad ajena. Ahora bien, como en el derecho primario o fundamental se apuntan.
Los fines del Estado, se crean sus órganos de gobierno y se adscribe a éstos una determinada
órbita competencial, ese derecho rige primaria e inviolablemente toda la actividad estatal. Por
consiguiente, esta actividad, que no es sino el poder público de imperio del Estado, está
subordinada a las normas constitucionales, las cuales, a su vez, emanan de la soberanía que
corresponde teóricamente a la comunidad popular o nacional. Merced a esta subordinación se
corrobora la diferencia que media entre soberanía y poder público, ya que, en tanto que aquélla
es fuente originaria del derecho primario de un Estado, dicho poder se encauza básicamente por
tal derecho, sin que válidamente pueda rebasar o transgredirlas.
AUTODETERMINACION
La autodeterminación, que es la nota sustancial expresiva del poder soberano o soberanía, en el
fondo entraña la autolimitación, pues si autodeterminarse implica darse a sí mismo una estructura
jurídico-política, esta estructura, que es normativa, supone como toda norma una limitación, es
decir, señalamiento de límites. La autolimitación, sin embargo, no es inmodificable, ya que cuando
la nación decide autodeterminarse de diversa manera en el desempeño de su poder soberano,
cambia sus estructuras y, por ende, los límites que éstas involucran.
SOBERANIA ESTATAL
La soberanía estatal, según la tesis de la personalidad del Estado que es la que adoptamos, se
revela en la independencia de éste frente a otros Estados en cuanto que ninguno de ellos debe
intervenir en su régimen interior, el cual sólo es esencialmente modificable o alterable por su
mismo elemento humano que es el pueblo o la nación, a los que corresponde la potestad de
autodeterminación (soberanía popular o nacional). En situación diferente se encuentra el poder
público que desempeña el Estado al través de sus órganos. Este poder no es soberano, puesto
que se encauza por el orden jurídico fundamental que no deriva de la entidad estatal, sino que
crea a ésta como persona moral. El Estado bajo esta tesitura, no puede modificar, sustituir o abolir
los principios básicos de diferente índole en que ese orden jurídico descansa, puesto que nace de
él y se organiza y funciona dentro de él, según las normas implantadas por la capacidad
autodeterminativa del pueblo o nación .
EL PODER CONSTITUYENTE
El término y la idea de poder, como lo hemos afirmado frecuentemente, es una extraña actividad,
fuerza, energía o dinámica.
El adjetivo constituyente indica la creación de una Constitución que, como ordenamiento fundamental y
Supremo, estructura normativamente a un pueblo bajo la tónica de diferentes y variables ideologías de
carácter político, económico o social. Es decir, es una potencia encaminada a establecer un orden
constitucional o una estructura jurídica fundamental de contenido diverso y mutable.
El poder constituyente por necesidad debe ser Supremo coercitivo hubo e independiente, esta
supremacía se traduce en que debe actuar sobre todos los otros poderes que se desarrollan dentro de
una comunidad, su coercitividad se manifiesta en la capacidad de someter a tales poderes y su
independencia conste en no estar subordinado a fuerzas Exteriores o ajenas al pueblo o nación.
Sin los otros puntos mencionados no podría existir, desarrollarse ni concebirse siquiera el poder
constituyente.
Se podría decir que es la soberanía misma en cuanto que tiende a estructurar primaria y
fundamentalmente al pueblo mediante la creación de una Constitución en su sentido jurídico-positivo.
Si se comparan los atributos de la soberanía con los que caracterizan al poder constituyente, se llega a
la conclusión inobjetable de que son los mismos, identidad que nos autoriza a sostener que dicho
poder es una faceta teleológica del poder soberano
poder constituyente la soberanía misma así enfocada, participa obviamente de sus caracteres
sustanciales, como son, la inalienabilidad, la indivisibilidad, la imtrrescriotibilidad, y al ejercerlo, el
pueblo se autodetermina y autolimita en la Constitución o derecho positivo fundamental, cuya
producción es el objetivo de dicho poder y fuente directa del Estado.
Aunque este poder constituyente tenga los atributos que ya se han anunciado no debe ejercerse
irracional, inhumana, injusta, o antisocialmente. Es decir que este como aspecto teleológico de la
soberanía tiene la realización de fines específicos en cada pueblo y está sujeto a condiciones de
tiempo y espacio.
Aunque este poder pertenezca al pueblo como aspecto teleológico no puede desempeñarse por su
titular.
Imperativos ineludibles constriñen a depositar su ejercicio en un cuerpo que se denomina Congreso o
Asamblea Constituyente y cuya misión única consiste en el laboral una Constitución a nombre del
pueblo. El primero es el órgano a quien el ejercicio o la actualización de dicho poder se confiaba
entrega, y el segundo, energía fue su actividad soberana de darse una Constitución.
representación política del pueblo que tiene la asamblea o el Congreso constituyente no convierte a
este cuerpo en un mero mandatario popular el concepto clásico de mandato del derecho civil.
La modificabilidad de los principios esenciales que se contienen en una Constitución deben adaptarse
al ser ontológico y teleológico del pueblo, por ende, sólo el pueblo puede modificar tales principios o
darse una nueva Constitución.
El poder constituyente, es decir, la creación del derecho fundamental y supremo no
pertenece, pues, al Estado. Por lo contrario, y según hemos sostenido insistentemente,
la entidad estatal se deriva de dicho poder. De ello se deduce que el Estado no es
soberano, en cuanto que el poder público que le concierne y que se desempeña por sus
órganos de gobierno, no es un poder que esté sobre tal derecho, sino que se encuentra
sometido a él.
EL PODER PUBLICO (Su ejercicio)
Hemos considerado al Estado corno una institución pública suprema creada por el orden jurídico fundamental
primario o constitución originaria. Bajo este aspecto, el Estado se encuentra investido de personalidad
jurídica.
También hemos aseverado que el Estado surge como una institución teleológica, en el sentido de que
persigue una finalidad genérica que se traduce en múltiples fines específicos cuya variabilidad está sujeta a
factores tempo espaciales.
Como institución pública o persona jurídica suprema, el Estado carece obviamente de sustantividad psico-
física, ya que no se da en el terreno de la realidad óntica, es decir, en el ámbito del ser, sino en el mundo del
derecho, que es su fuente creativa. Por no tener dicha sustantividad, el Estado tampoco tiene inteligencia ni
voluntad psicológica, pues no es un ente humano. Sin embargo, su "voluntad" existe como presupuesto
jurídico subyacente en la capacidad dinámica que le confiere el orden fundamental de derecho, o en otras
palabras, aunque el Estado no tenga "voluntad psicológica", sí tiene "voluntad jurídica" que se expresa por
sus órganos, o sea, por los órganos que dentro de su estructura establece el orden jurídico fundamental -
Constitución- o secundario -legislación ordinaria-o La imprescindible existencia de tales órganos es inherente
a la naturaleza institucional del Estado.
La institución es un ser jurídico por cuanto que se crea por el derecho, sin que pueda concebirse como una
entidad inorgánica o no estructurada. Toda institución implica una organización, esto es, un conjunto de
órganos colocados en una situación jerárquica.
Los órganos estatales son, pues, entes impersonalizados, individuales o colegiados, que a nombre del
Estado o en su representación efectúan las diversas funciones en que se desarrolla el poder público.
Se suele afirmar que el órgano no "representa" al Estado dentro de su ámbito funcional, que es el único,
por otra parte, dentro del cual se le debe concebir, pues un órgano sin función es inútil o estéril. La teoría
de la representación ha sido frecuentemente combatida, principalmente por Kelsen.
Se acostumbra a fundamentar, dice Kelsen, la necesidad del órgano para el Estado y para las
comunidades sociales en el hecho de que toda comunidad, y muy particularmente el Estado, necesita una
voluntad unitaria.
Kelsen sustituye la "representación" del Estado por el órgano como la "imputación" de los actos de éste al
Estado. Independientemente de que esta sustitución salva todas las objeciones que la doctrina ha
formulado contra la idea representativa del Estado, lo cierto es que la tesis de Kelsen deriva de una
premisa falsa, pues considera que la "única" voluntad es la psíquica sin tomar en cuenta que, según
dijimos, existe una voluntad "jurídica" que el derecho atribuye presupuestalmente al Estado corno elemento
inmerso en el poder público.
Por otra parte, y prescindiendo del problema anteriormente planteado, debemos recordar que los órganos del
Estado pueden ser, en cuanto a la causa normativa de su creación:
 Constitucionales y originarios
Los órganos constitucionales u originarios se prevén en el derecho fundamental o constitución,
adscribiéndoles alguna de las funciones en que se desarrolla el poder público y señalándoseles, dentro de
ellas, su competencia.
 Legales o derivados
Tratándose de los órganos legales o derivados, su implantación y la fijación de su órbita competencial se
determinan por un acto legislativo ordinario.
y por lo que respecta a su composición:
 Individualizados o colegiados
Por lo que atañe a los órganos individualizados, que pueden ser constitucionales o legales, su integración la
absorbe una persona que se denomina funcionario, y por lo que concierne a los colegiados, que también
indistintamente pueden tener uno u otro origen, se componen de varios sujetos que actúan compuesta y
colectivamente en ellos, sin que tales sujetos, aisladamente considerados, los represen- . ten ni, por tanto,
bajo la misma consideración, realicen las funciones que tienen normativamente encomendadas.
Ahora bien, los órganos del Estado, principalmente por lo que respecta a la función administrativa y a la
jurisdiccional, se encuentran colocados, dentro de cada una de ellas, en una situación jerárquica, de tal
manera que unos ordenan o dirigen y otros ejecutan los actos decisorios en que el ejercicio funcional se
manifiesta
Conscientes de las dificultades muchas veces insuperables que ofrece la definición de "órgano
estatal", nos hemos conformado con describirlo como "entre impersonalizado" que dentro de
la estructura jurídica del Estado desempeña las funciones en que se traduce el poder público.
El conjunto de órganos del Estado integra su gobierno, tomando este concepto en su sentido
lato, según el cual, por "gobernar" se entiende "mandar con autoridad" o "regir". Conforme a
esta amplia acepción, la idea de gobierno se aplica a las tres funciones en que se
desenvuelve el poder público del Estado, pues se "manda" o "rige" tanto en la actividad
administrativa como en la legislativa y jurisdiccional y tan gobernante es el órgano
administrativo como el legislativo y judicial. En su connotación estricta, empero, y 'que es la
que usualmente se emplea en la terminología jurídica y política, el gobierno sólo se refiere a la
función administrativa y a los órganos que la desempeñan, referencia exclusiva que nos
parece indebida por restringir el concepto propio de gobierno en su implicación esencial.

 
EL PODER PUBLICO (su implicación)
● El estado tiene una finalidad genérica que se manifiesta en variados fines específicos
sujetos al tiempo y al espacio. Un Estado sin ninguna finalidad seria inconcebible v su
formación no tendría sentido, pues es ella, según veremos, la que justifica su existencia
y su aparición en el mundo político.
● Esta actividad no es sino el poder publico o poder estatal que se desenvuelve en las tres
funciones clásicas, intrínsecamente diferentes, y que son: la legislativa, la administrativa
o ejecuta y la jurisdiccional. Estas funciones, a su vez, se ejercitan mediante múltiples
actos de autoridad, o sea, por actos del poder publico, los cuales, por ende, participan
de sus atribuciones esenciales: la inoperatividad, la unilateralidad y la coercitividad cuya
implicación estudiamos en nuestras obras "El Juicio de Amparo" y "Las Garantías
Individuales“
● El poder público del estado no es soberano, aunque sí esencialmente imperativo y
coercitivo, porque no se ejerce por encima del derecho fundamental sino dentro de él.
La Soberanía Y El
Poder Publico En El
Constitucionalismo
Mexicano
EXEGENESIS DE LOS ARTICULOS 39 Y 41 DE LA
CONSTITUCION DE 1917
La radicación de la soberanía y, por ende, del poder constituyente, la imputa el artículo 39 constitucional al
pueblo mexicano. En efecto, dice este precepto, textualmente: "La soberanía nacional reside esencial y
originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El
pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno."
En estos términos debe interpretarse el artículo 41 de la Constitución de 17, que a la letra dispone: "El
pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de competencia de éstos, y
por los de los Estados, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente
establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares de los Estados, las que en ningún caso
podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal."
La segunda parte del artículo 39 constitucional que previene 'Todo poder público dimana del pueblo y se
instituye para beneficio de éste", puede interpretarse diversamente, según la acepción que se atribuya al
concepto de "poder". Si éste se toma en su sentido correcto, que es el dinámico, o sea, como energía o
actividad, la disposición transcrita, aunque impropiamente redactada, hace referencia al poder del Estado o
poder público de imperio, el cual, siendo unitario, se, desarrolla mediante las funciones ejecutiva, legislativa
y judicial, teniendo como fuente originaria la soberanía popular y siendo distinto de ella.
Parece ser que esta indebida equivalencia entre "poder" y "órgano" es la que consigna la segunda parte del
artículo 39, si se toma en cuenta lo que establece el artículo 41 constitucional ya reproducido, en el sentido de
que el ejercicio de la soberanía se confía o deposita en los "poderes de la Unión" (los órganos federales) o en
"los de los Estados" (los órganos locales).
La tercera parte del artículo 39 expresa el carácter de inalienabilidad de la soberanía y, en consecuencia, del
poder constituyente; esto es, considera a una y a otro como inseparables o inescindibles del pueblo,
prohibiendo su desplazamiento en favor de los órganos estatales por modo absoluto.
Ahora bien, el texto de los artículos 39 y 41 constitucionales no deja de ser justificadamente criticable desde el
punto de vista de la doctrina de Derecho Público. Sin embargo, los errores teóricos que comete la redacción de
tales Preceptos no son originalmente imputables a los constituyentes de 1917, pues la Constitución de 57, bajo
los mismos numerales, contenía exactamente iguales disposiciones.
El proyecto de reformas constitucionales presentado por don Venustiano Carranza ante el Congreso de
Querétaro el primero de diciembre de 1916 reprodujo textualmente los artículos 39 y 41 de la Constitución de
1857, preceptos que con muy leves correcciones gramaticales se incorporaron a la Ley Fundamental vigente.
En el citado dictamen se afirma lo siguiente:
 El artículo 39 del proyecto de reformas, corresponde al de igual número en la Constitución
de 1857, y es exactamente igual al artículo 45 del proyecto de esta última. Consagra el
principio de la soberanía popular, base de todos los regímenes políticos modernos y
declara una consecuencia necesaria que todo poder público dimana del pueblo y se
instituye para su beneficio.
 Sin entrar en la historia del concepto de soberanía, por no ser apropiada en esos
momentos, la Comisión cree necesario hacer constar solamente, que el principio de la
soberanía es una de las conquistas más preciosas del espíritu humano en su lucha con los
poderes opresores, principalmente de la Iglesia y de los reyes. 'El concepto de soberanía
es esencialmente histórico', dice George Jellinek, en su obra 'El Estado moderno y su
derecho', y, efectivamente, su formulación ha tenido diversas etapas.
 Desde que la Iglesia se erigió en el poder supremo que regía todos los órdenes de la vida
social en todos los pueblos, y que disponía a su capricho del Gobierno y de la suerte de
estos mismos pueblos, se inició una vehemente reacción en contra de estas tiranías,
primero de parte de los reyes, representantes de los pueblos.
"Este principio contiene diversos artículos que le son propios: La soberanía es una, inmutable,
imprescriptible, inalienable. Siendo el pueblo el soberano, es el que se da su Gobierno, elige a sus
representantes, los cambia según sus intereses; en una palabra: dispone libremente de su suerte.
"La Comisión no desconoce que en el estado actual de la ciencia política, el principio de la soberanía
comienza a ser discutido y que se le han hecho severas críticas no solamente en su contenido propio, sino
aun en su aplicación; pero en México, menos que un dogma filosófico es el resultado de una evolución
histórica, de tal manera, que nuestros triunfos, nuestras prosperidades y todo aquello que en nuestra historia
política tenemos de más levantado y de más querido, se encuentra estrechamente ligado con la soberanía
popular. Y la Constitución, que no tiene por objeto expresar los postulados de una doctrina política más o
menos acertada, sí debe consignar los adelantos adquiridos por convicciones que constituyen la parte vital
de nuestro ser político.“
Al sugerirse por el diputado David Pastrana el artículo 41 en el sentido de establecer que también el pueblo
ejerce su "soberanía" por conducto de las autoridades municipales, el constituyente Hilario Medina se refirió
líricamente a la teoría del contrato social de Juan. Aclaró que el Congreso constituyente no era un cuerpo
académico en el que se debiera tratar el concepto de soberanía desde el punto de vista de la doctrina
jurídica y política, sosteniendo que el poder soberano y su radicación en el pueblo mexicano
habían sido siempre los signos simbólicos en torno a los cuales se había desenvuelto nuestro
constitucionalismo, sin que haya habido necesidad de especular teóricamente sobre ellos, toda vez que se
dan y se han aceptado como supuestos indiscutidos en la historia política de México para fundar sobre ellos
las instituciones constitucionales.
EL CONTRATO SOCIAL
El 'Contrato Social' está fundado en que encontrándose los hombres en una época y sintiéndose en la
necesidad de ser regidos, hacían una especie de contrato; mutuamente cedían una parte de sus derechos
para el servicio común de la colectividad y de aquella parte que cedían todos ellos, se formó una entidad
metafísica, que ahora no admite la ciencia, pero que es la base de todos los regímenes políticos; una
entidad metafísica que se llama soberanía. Esta soberanía reside en el pueblo, es decir, en todos aquellos
que se han asociado para implantar el 'Contrato Social'; de manera que reside en el pueblo
originariamente, puesto que al hacer el contrato se ha cedido una parte de sus derechos, y es el pueblo el
soberano, porque habiendo dado aquellos derechos, puede determinar el Gobierno que ha de tener, la
forma de ese Gobierno, y no solamente las relaciones que han de tener entre sí los hombres que
contraten, sino las relaciones que han de tener con los miembros de otras asociaciones.
'Contrato Social' está fundada en que el hombre ha estado en un estado
natural anterior a toda ciencia, en la cual era eso, sabio, prudente, moral,
etc., y eso es enteramente falso. De todos modos, queda una idea muy
aprovechable; la idea de la soberanía popular, y de allí se saca la
consecuencia de que los reyes sean delegados de la soberanía popular,
representantes de aquella soberanía, pero no originario, sino solamente
por la delegación que el pueblo hacía en favor. De manera que si los
reyes en un principio habían defendido a éste contra las asechanzas de
la Iglesia, de esa manera se determinaba otro poder, que era
el único que podía darse al Poder público..
De manera que la soberanía, además de ser un concepto histórico, que ha servido a los pueblos en sus
largas luchas contra las tiranías, desde que se estableció el poder absoluto, ese concepto ha servido para
fundar el derecho individual, para decir que si el individuo ha puesto en la sociedad una parte de sus
derechos, no ha renunciado a ellos. El derecho individual es el que ha dado origen a nuestra Constitución
de 1857; está fundada en esos grandes conceptos: el concepto del derecho individual y el concepto de la
soberanía popular. El concepto de la soberanía popular, como el principio del derecho político filosófico,
está rudamente atacado y algunos tratadistas llegan hasta a sostener que es enteramente falso y absurdo.

Nosotros, como no nos consideramos como un cuerpo científico y dogmático, no


tenemos necesidad de entrar en esas consideraciones y tenemos que respetar los
antecedentes históricos que nos han legado nuestros padres en leyes
constitucionales, y en este concepto tenemos que defender el principio jurídico de la
soberanía popular.
A propósito, cabe observar, y lo hago con toda complacencia, que es el principio de la
soberanía popular el que nos tiene reunidos aquí y el que justifica nuestras tareas."
Las palabras de don Hilario Medina explican, aunque no justifican, los propósitos que
desde el punto de vista doctrinal o teórico encierran los articulas 39 y 41 constitucionales,
y los cuales destacaremos brevemente, el artículo 39 habla de "soberanía nacional" y
declara que reside "esencial y originariamente en el pueblo. ". Por soberanía nacional
obviamente se entiende la soberanía de la nación mexicana, es decir, del mismo pueblo
mexicano, pues y hemos argumentado que desde el punto de vista jurídico-político no
hay diferencia entre ambas entidades, según también lo consideraron los ideólogos de la
Revolución francesa, principalmente
Atendiendo a la equivalencia entre "nación" y "pueblo", debe hablarse indistintamente de "soberanía
nacional" y "soberanía popular", de donde resulta que el artículo 39 constitucional
incurre en la redundancia de preconizar que la soberanía nacional – popular, reside en el pueblo o en la
nación.
El mismo precepto plantea sin querer un problema que no deja de inquietar a los teóricos del Derecho
Político consistente en determinar cuándo el pueblo ejerce su soberanía. Dentro de un régimen
democrático el pueblo "político", o sea, el conjunto de ciudadanos, elige periódicamente a los titulares de
los órganos primarios del Estado. Dicha elección debe someterse a las prescripciones constitucionales y
legales ordinarias que rigen el proceso respectivo, sin que los ciudadanos individual o colectivamente
puedan desentenderse de ellas ni violarlas al emitir su voto. Por consiguiente, en el acto electoral el
pueblo político, también llamado cuerpo político de la nación o ciudadanía, no se comporta
soberanamente, es decir, en ejercicio del poder constituyente, toda vez que no puede modificar ni
contravenir en dicho acto el orden constitucional y legal dentro del que se estructura el proceso electoral
orgánica y funcionalmente.
Consideraciones Históricas
Uno de los principios torales que como signo ideológico caracterizó la percusión de nuestra
independencia en el ámbito del pensamiento político, fue el de la soberanía popular, preconizado por la
célebre teoría de la "voluntad general" del ilustre Rousseau.
La repercusión que en la Nueva España tuvo la abdicación de Carlos IV a favor de su hijo Fernando VII
y la renuncia de éste a la corona impuesta por Napoleón 1, fue la ocasión para que públicamente y en
un acto político se proclamara la "soberanía de la nación" a efecto de desconocer al usurpador José
Bonaparte.
Así, en julio de 1808, al conocerse en la ciudad de México dichos acontecimientos, el ayuntamiento
"integrado por criollos y con la representación de todo el reino, hizo entrega a Iturrigaray de una
exposición, que había elaborado el regidor Azcárate y apoyado el síndico don Francisco Primo de
Verdad", en la que se sostuvo la tesis "de la reasunción de la soberanía por el pueblo, en ausencia y en
nombre del rey cautivo.
Comentando estas expresiones, Mario de la Cueva asevera que: "Las palabras de Azcárate, aun sin
decirlo expresamente, hablan de que es la nación la que constituye la monarquía, lo que en buen
romance quiere decir que en ella reside originariamente la soberanía”.
La proclamación del principio de que la soberanía reside en el pueblo se oponía frontalmente al
postulado político-teológico de que el rey la recibe de Dios -omnes potestas a Deo- y el cual justificó
durante varios siglos en el terreno eidética el régimen monárquico absoluto. Este postulado, incluso, fue
el que se enfrentó al ideario puro de la insurgencia, cuyos principales adalides, entre ellos Hidalgo.
siempre sostuvieron que la nación, al través de sus representantes, tiene el derecho de darse el
gobierno que más le convenga, lo que no implica sino el poder soberano constituyente.
Prescindiendo de todos los méritos y virtudes que adornaron la egregia personalidad de don José Ma.
Morelos y Pavón, su solo concepto respecto de la soberanía nacional, plasmado y definido en
diferentes documentos que brotaron de su pluma o de su imaginación, lo erige en el ideólogo más recio
de la insurgencia mexicana.

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