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Introducción
1 Revisión de la literatura
1.1 El papel del feedback
El feedback sobre la evaluación se ha definido como los consejos que se dan a los
estudiantes sobre cómo resolver "la diferencia entre [sus] niveles reales y deseados de
rendimiento" (Black & William, 1998; Hunt, 2001; Ramaprasad, 1983). Esto requiere
que los alumnos perciban esa diferencia y aprecien que es necesario que tanto ellos
como sus profesores actúen para resolverla (Black & William, 1998; Ramaprasad,
1983).
La acción para resolver esa diferencia depende en gran medida de la alineación de
perspectivas entre estudiantes y profesores. En su estudio sobre la relación entre la
autorregulación y el feedback, Nicol y Macfarlane-Dick (2006) dejan claras las
responsabilidades de ambas partes para conseguirlo, estableciendo una distinción entre
el feedback ofrecido por los profesores sobre las tareas de sus estudiantes, caracterizado
como feedback externo, y el feedback interno que los estudiantes producen a medida
que interpretan y construyen sobre esta información a diferentes niveles, por ejemplo,
cognitivo, metacognitivo y socioafectivo o motivacional. Nicol y Macfarlane-Dick
sostienen que el feedback sólo será eficaz si los estudiantes son capaces de incorporarlo
a sus futuros procesos de aprendizaje. Esto requiere un feedback adecuado por parte de
los profesores, que se basa en perspectivas compartidas entre profesores y estudiantes.
Esta alineación de perspectivas es crucial para los estudiantes a distancia (Hurd, 2000,
2006; White, 2003), ya que en muchos casos el feedback sobre las tareas constituye su
principal o único contacto con su profesor, y una oportunidad única para obtener
información de apoyo sobre su rendimiento (Hyland, 2001; Ros i Solé & Truman, 2005;
Truman, 2008). De ahí que lo que está en juego para estos estudiantes sea especialmente
importante.
El papel del feedback en la motivación también es importante (Walker & Symons, 1997,
pp. 16-17). Nicol y Macfarlane-Dick identifican el "fomento de las creencias
motivacionales positivas y la autoestima" (2006, pp. 211-212) como uno de sus
principios de buenas prácticas de feedback para facilitar la autorregulación. Otros
estudios (Nicol & Milligan, 2006) han demostrado que la combinación de feedback
externo e interno puede ayudar a los estudiantes a asumir más responsabilidad en la
gestión de su propio aprendizaje. Además, la capacidad de utilizar una combinación de
recursos externos e internos se ha identificado como un elemento que define la
autonomía del alumno (Everhard, 2015b).
Everhard sitúa la relación entre la evaluación y la autonomía del alumno como un
continuo entre la heteronomía y la autonomía. La evaluación sumativa (evaluación del
aprendizaje) representa el mayor grado de heteronomía, ya que la regulación del
aprendizaje es competencia de "otros más informados". Entre los dos extremos, la
evaluación formativa (evaluación para el aprendizaje) representa diversos grados de
interdependencia en los que el control es compartido. El mayor grado de autonomía del
alumno se da en la evaluación sostenible (evaluación como aprendizaje), donde los
alumnos regulan su propio aprendizaje mediante el uso de recursos internos y externos.
(Everhard, 2015b, p. 19)
El aprendizaje de un idioma presenta retos adicionales. A diferencia de otras
asignaturas, el aprendizaje de idiomas exige una gran cantidad de autoexpresión e
implica el autoconcepto del alumno (Horwitz, Horwitz & Cope, 1986), lo que puede dar
lugar a lo que se conoce como "ansiedad lingüística" (cf. Ehrman, 1996; Gardner y
MacIntyre, 1993). Se ha comprobado que la dimensión emocional es clave para el éxito
o el fracaso en el aprendizaje de una lengua (Arnold, 1999; Hurd, 2008; Oxford, 1990).
Estos efectos son potencialmente mayores en el caso de los estudiantes de idiomas a
distancia (Hurd, 2005), por lo que deben tenerse en cuenta en el feedback que se les da
por sus evaluaciones (Truman, 2008).
1.2 Alineación entre las percepciones del profesor y del alumno
Lo expuesto hasta ahora muestra que las percepciones de los profesores y de los
estudiantes sobre los objetivos y la práctica del feedback deben estar alineadas entre sí.
Sin embargo, se ha observado que las percepciones de los estudiantes y sus reacciones
al feedback revalen en ocasiones un concepto limitado de los objetivos de la evaluación
(Maclellan, 2001). Weaver (2006) relacionó la incertidumbre de los estudiantes sobre lo
que se les exigía con la falta de orientación sobre la interpretación y el uso del feedback.
Los resultados de McDowell (2007) y Burke (2009) también confirmaron áreas de
desajuste entre las expectativas de los profesores y la conciencia de los estudiantes, y el
peligro de que los profesores asuman niveles poco realistas de conciencia metacognitiva
en sus estudiantes. Otros estudios han confirmado un desajuste entre las propias
necesidades y expectativas de los estudiantes respecto al feedback, por un lado, y las
suposiciones y prácticas de los profesores, por otro (Cohen & Cavalcanti, 1990;
Orsmond & Merry, 2011).
Fundamentalmente, las respuestas reales de los estudiantes al feedback que reciben
siguen siendo en gran medida invisibles (Price, Handley & Millar, 2011) y, por lo tanto,
desconocidas para sus profesores. Esto es especialmente probable que ocurra en el
aprendizaje a distancia porque las oportunidades de contacto directo entre estudiantes y
profesores son más limitadas que en el aprendizaje en el aula, lo que hace que sea más
probable que sus respectivas ideas sobre el feedback difieran. En su Teoría de la
Distancia Transaccional, Moore (1997; 1980, 2012) postuló que en la educación a
distancia, la "distancia" no sólo se refiere al espacio y al tiempo, sino a "un espacio
psicológico y de comunicación" entre los alumnos y sus instructores, que él denominó
"distancia transaccional", y que podría dar lugar a malentendidos (Moore, 2012, p. 22).
El primer objetivo de este trabajo es, por tanto, identificar las áreas específicas de
desajuste entre las ideas de estudiantes y profesores sobre el feedback que pueden
dificultar su eficacia.
1.3 Análisis del feedback del profesor
Incluso en aquellos casos en los que las opiniones y percepciones de los estudiantes y
sus profesores parecen estar alineadas, sus respectivos comportamientos a la hora de dar
y recibir feedback real pueden contar una historia diferente. Por lo tanto, es importante
entender cómo se utiliza el feedback en la vida real, y hasta qué punto el
comportamiento real al recibir el feedback coincide con las suposiciones y expectativas
reportadas por los estudiantes y los profesores. Este es el otro propósito del presente
estudio.
Glover y Brown (2006, pp. 83-85) idearon un enfoque sistemático para analizar los
comentarios y anotaciones de los profesores en las tareas escritas con el fin de mejorar
la calidad del feedback formativo en las tareas de Ciencias. Propusieron dos conjuntos
de categorías: tipo y profundidad. El tipo se refería a los comentarios centrados en el
contenido, en las destrezas, en las estrategias para el aprendizaje futuro y en los
comentarios de carácter motivacional. Los comentarios centrados en el contenido o en
las destrezas se clasificaron además en función de su profundidad. En el caso de los
comentarios sobre los puntos débiles, se incluyeron tres niveles posibles: (1) "Reconoce
el problema", (2) "Proporciona una respuesta correcta", (3) "Da la razón por la que la
respuesta del estudiante era inapropiada o por la que la respuesta preferida era
apropiada". Se aplicó una clasificación similar a los comentarios sobre los puntos
fuertes, aunque las categorías 2 y 3 no estaban tan claramente diferenciadas: Los elogios
por sí solos ("bien", "bien hecho") se interpretaron como categoría 1; y "la base para el
elogio y el estímulo" como categoría 2 o 3, dependiendo del alcance de la explicación
proporcionada.
El estudio de Brown y Glover de 2006, centrado en tareas de ciencias, se replicó
para tareas de tecnología con resultados ampliamente comparables (Walker,
2009). El método se extendió más tarde más allá del área temática STEM
(Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), a través de un estudio
comparativo del feedback de tareas en tecnología e idiomas (Fernández-Toro,
Truman & Walker, 2013). Esto reveló diferencias significativas a la hora de
proporcionar feedback en las tareas de idiomas, en particular, que el número de
comentarios sobre destrezas superaba con creces el número de comentarios sobre
contenido. La profundidad del feedback también era diferente en los idiomas, con
un mayor énfasis en la corrección (categoría 2), y proporcionalmente menos
énfasis en la indicación (categoría 1) y la explicación (categoría 3). La corrección
seguía siendo el tipo de comentario más común en ambas asignaturas. También se
observó que en las tareas de lengua algunos errores no sólo se indicaban, sino que
se categorizaban sin llegar a corregirse. Se trata de una práctica habitual en el caso
de los errores lingüísticos frecuentes, en los que una indicación sobre el tipo de
error cometido (por ejemplo, "ortografía") suele ser todo lo que necesitan los
alumnos para aportar la corrección por sí mismos (Ros i Solé & Truman, 2005).
Esta práctica se reconoce en la versión modificada de la clasificación original de
Glover y Brown utilizada en el presente estudio, donde se ha añadido el nivel
adicional de "categorización".
Cabe destacar que, aunque los niveles de andamiaje se presentan de forma lineal
en el cuadro 1 y se denominan ocasionalmente "niveles", no se producen
necesariamente de forma secuencial. Por ejemplo, un punto débil puede ser
identificado (1) y corregido (3) sin ser categorizado (2), o un punto fuerte puede
ser descrito (2) y explicado (4) sin hacer referencia a ejemplos específicos (3) del
trabajo del alumno. Además, una simple corrección puede suscitar procesos de
reflexión más profundos que una explicación muy general. En otras palabras, el
nivel 4 no es necesariamente más profundo desde el punto de vista cognitivo que
el nivel 3.
El análisis FACT puede aplicarse tanto a las tareas orales como a las escritas, y el
feedback en sí mismo también puede ser en forma oral o escrita, siempre que el
feedback oral se transcriba para su análisis.
3 El estudio
Este estudio se diseñó para evaluar las actitudes y percepciones de los estudiantes y los
profesores respecto al feedback sobre tareas de lengua, con el fin de identificar hasta
qué punto estos conjuntos de actitudes y percepciones estaban alineados (1) entre sí, y
(2) con los comportamientos reales relacionados con el feedback:
(1) Se esperaba que los datos de la encuesta comparativa de los estudiantes y los
profesores arrojaran luz sobre los posibles desajustes entre sus respectivas percepciones
de los aspectos clave del proceso de feedback de las tareas.
(2) Además de las encuestas de profesores y estudiantes, se utilizó el análisis FACT del
feedback de los profesores para verificar mediante triangulación cualquier problema
identificado en los datos de las encuestas. Se prestó especial atención a los posibles
desajustes entre las percepciones de los profesores sobre lo que estaban haciendo, tal y
como se desprende de sus respuestas al cuestionario, y lo que realmente estaban
haciendo, tal y como se desprende del análisis FACT.
El estudio se llevó a cabo en una institución de educación superior a distancia (la Open
University del Reino Unido) donde el uso del feedback electrónico, tanto grabado como
escrito, llevaba siendo práctica habitual en el Departamento de Lenguas durante varios
años.
La investigación se centró en dos amplias cuestiones:
(1) ¿Cuáles son las diferencias y similitudes entre las percepciones de los
estudiantes y los profesores sobre el feedback de las tareas?
(2) ¿En qué medida se reflejan estas percepciones en el feedback real de los
profesores?
4 Método
Este proyecto incluyó dos pasos. El primero consistió en establecer las opiniones
y percepciones de los estudiantes sobre el feedback, y compararlas con las
percepciones de los profesores sobre su propia práctica para responder a la
pregunta 1. El segundo paso consistió en utilizar la herramienta FACT para
analizar cuantitativamente la orientación de los comentarios de los profesores
(enfoque en los puntos fuertes y enfoque en los puntos débiles) y las capas de
andamiaje proporcionadas en cada caso para responder a la pregunta 2.
Encuesta
Las encuestas a los estudiantes y a los profesores se llevaron a cabo en línea, hacia la
mitad de los cursos. Consistían en dos cuestionarios paralelos que incluían elementos
similares para estudiantes y profesores (véase el material complementario: Encuesta de
estudiantes y Encuesta de profesores). Incluían una serie de preguntas o afirmaciones
que utilizaban predominantemente escalas de Lickert para obtener percepciones del
proceso de feedback, cómo los estudiantes percibían y respondían al feedback que
recibían, y cómo los profesores reflexionaban sobre su propio feedback. Las preguntas
eran genéricas y no se referían a una tarea concreta. Todas las respuestas de la encuesta
eran anónimas.
El cuestionario de los estudiantes fue completado por 736 estudiantes de todos los
idiomas en diferentes niveles (Tabla 2) y era suficientemente representativo del grupo
de estudiantes, con una tasa de respuesta global del 8%.
5 Resultados
5.1 Encuestas a estudiantes y profesores
5.1.1 Importancia de los comentarios
La encuesta confirmó los comentarios informales de los profesores, que daban por
sentado que los estudiantes se preocupaban principalmente por la nota obtenida (Tabla
3). Por otro lado, los propios estudiantes hacían más hincapié en "ver lo que habían
hecho mal".
Tabla 3. Aspecto más importante del feedback para los estudiantes
Según los profesores (%) Según los propios alumnos (%)
Buena nota 33 Ver lo que han hecho mal 35
Sentirse apoyados 27 Buena nota 21
Consejos para el futuro 14 Valorar el propio progreso 19
Valorar el propio progreso 13 Consejos para el futuro 17
Ver lo que han hecho mal 13 Sentirse apoyados 8
A la inmensa mayoría de los estudiantes les interesaba ver los comentarios (el 84% dijo
que los miraba el mismo día en que se los devolvían), y el 95% respondió que siempre
miraba todos los comentarios que recibía. En cambio, los profesores creían que sólo el
73% de los estudiantes miraban todos los comentarios. Entre el 30% y el 40% de los
profesores también consideraban que había algunas partes de la información que una
"minoría significativa" de estudiantes no miraba.
Por el contrario, hubo otras áreas (Tabla 6) en las que los estudiantes se sentían más
seguros o convencidos que sus profesores:
Tabla 6. Áreas en las que las percepciones de los estudiantes son más positivas
que las de sus profesores
Afirmaciones Profesores Estudiantes
(%) (%)
7. Los estudiantes se esfuerzan en aplicar el 69 87
feedback
14. Los estudiantes desean ver el feedback 60 87
6. Los estudiantes se acuerdan de la mayor parte 41 76
del feedback
Una minoría importante, tanto de estudiantes (30%) como de profesores (27%), parecía
no estar segura de que el feedback aumentara realmente la confianza de los estudiantes
en su aprendizaje.
También había otras discrepancias importantes referidas a la esencia de la práctica del
feedback. Los estudiantes consideraban más importante que los propios profesores el
papel del profesor como fuente de correcciones y explicaciones de los errores cometidos
(Tabla 7).
Tabla 7. Papel de los profesores en el feedback de las tareas
Afirmación Profesores Estudiantes
(%) (%)
8. Los profesores deberían corregir todos los 38 58
errores
9. Los profesores deberían explicar todos los 44 72
errores
Feedback sobre los puntos fuertes. La mayor proporción de profesores (72%) trataba
de indicar "en todas las ocasiones" cuando los estudiantes lo hacían bien (Tabla 9). Sin
embargo, las cifras para describir realmente los puntos fuertes de los estudiantes, y en
menor medida para decirles cómo mejorar en el futuro, fueron sustancialmente más
bajas, y esto también se refleja en el mayor porcentaje de estudiantes que expresan su
insatisfacción en estos aspectos.
Tabla 9. Feedback sobre los puntos fuertes
Afirmación % Profesores % Estudiantes % Estudiantes no
(Entre satisfechos satisfechos
paréntesis: *Ver (Entre paréntesis:
nota abajo) ‘No con suficiente
frecuencia’)
4 Indica los puntos 95 (72; 23) 90 10 (6)
fuertes
5 Describe los puntos 81 (46; 35) 76 24 (22)
fuertes específicamente
6 Explica cómo mejorar 88 (61; 27) 80 20 (17)
en el futuro
*Nota: Las cifras entre paréntesis para los profesores corresponden a "en todas las
ocasiones"; "generalmente (más de la mitad de las veces)
5.2 Análisis FACT
En el marco del estudio se analizaron 108 tareas orales y 108 escritas en español, y se
codificaron y registraron todos los comentarios. Se etiquetaron un total de 12509
comentarios (Tabla 10).
Tabla 10. Resumen de los resultados generales
Orientación Número de % del Media por
del comentarios total estudiante por
comentario trabajo evaluado
Puntos fuertes 3635 29% 16.8
Puntos débiles 8874 71% 41.1
Total 12509
Los comentarios sobre los puntos débiles representan más de dos tercios de todos los
comentarios (71%), mientras que menos de un tercio (29%) se refieren a los puntos
fuertes del trabajo de los alumnos.
Tabla 11. Número de comentarios en cada nivel de feedback para los puntos
fuertes y débiles
Nivel 1 2 3 4 5 Total
Puntos fuertes 1216 2070 280 45 24 3635
Puntos débiles 84 1501 4284 2126 879 8874
Total 1300 3571 4564 2171 903 12509
6 Discusión
6.1 Importancia del feedback
Aunque había una aparente discrepancia entre las respuestas iniciales de los estudiantes
y las de sus profesores (Tabla 3), ambas partes consideraron que todas las opciones
enumeradas eran importantes para los estudiantes, y casi todos los estudiantes
declararon haber mirado el feedback que recibieron.
En términos generales, la cifra del 73% de profesores que pensaban que casi todos, o
una mayoría significativa, de sus estudiantes "miraban" todos sus comentarios coincidía
con los datos de los estudiantes. Sin embargo, sólo la mitad de los estudiantes dijo haber
hecho un trabajo de seguimiento, es decir, el tipo de dedicación que indicaría que el
feedback se estaba utilizando como herramienta de aprendizaje (véase Furnborough &
Truman, 2009 para resultados similares de las respuestas al feedback de la evaluación
en estudiantes principiantes de idiomas a distancia).
6.2 Percepción del propósito y la naturaleza del feedback
Hubo un amplio acuerdo sobre ciertos aspectos fundamentales, lo que sugiere que
el feedback sobre las tareas cumplía una función valiosa (Tabla 4). Sin embargo,
aunque se percibía que el feedback ayudaba a los estudiantes a ver en qué se
habían equivocado, tanto profesores como estudiantes estaban bastante menos
seguros de que estos últimos estuvieran necesariamente aprendiendo de este
proceso. Los estudiantes tampoco consideraban que les ayudara a identificar lo
que habían hecho bien, o cómo podían mejorar (Tabla 5). Estas son áreas cruciales
de desalineación, que demuestran que los profesores estaban mucho más seguros
que los estudiantes de que el feedback estaba funcionando bien. El énfasis de los
profesores en la importancia que tiene para sus estudiantes "sentirse apoyados" a
través del feedback (Tabla 3) también plantea la cuestión de si los profesores y los
estudiantes tienen la misma comprensión de lo que significa sentirse “apoyado".
7 Conclusiones
La principal contribución de este proyecto se deriva de la triangulación de los datos
auto-declarados de las encuestas de profesores y estudiantes con los datos de
observación del análisis del feedback. Esto permitió evaluar hasta qué punto el tipo y la
cantidad del andamiaje proporcionado en el feedback de las tareas se ajustaba a las
suposiciones y expectativas de los estudiantes y del profesor.
En algunos casos, el análisis de los comentarios confirmó las afirmaciones de los
participantes en la encuesta, mientras que en otros reveló claras discrepancias entre sus
opiniones y los comentarios reales proporcionados. Las dos áreas más llamativas de
desajuste estaban relacionadas con el feedback sobre los puntos fuertes (ayudar a los
estudiantes a apreciar lo que hicieron bien), y el feed-forward (dar sugerencias prácticas
para mejorar en el futuro). Estas áreas son directamente relevantes para los siete
principios de la buena práctica del feedback que Nicol y Macfarlane-Dick (2006)
identifican como necesarios para desarrollar la autorregulación, especialmente para el
principio 1: "ayuda a clarificar lo que es un buen rendimiento" y el principio 6:
"proporciona oportunidades para resolver la diferencia entre el rendimiento actual y el
deseado".
En cuanto al feedback sobre los puntos débiles, el análisis FACT reveló que los
profesores hicieron un amplio uso de las correcciones, mientras que su uso de otros
tipos de feedback, incluyendo la explicación de los errores (una función que los
estudiantes valoran mucho), era mucho menos frecuente. Una vez más, puede ser
necesario reconsiderar este enfoque en consonancia con el principio 6 citado
anteriormente para ayudar a los estudiantes a "resolver la diferencia" a través de un
mejor andamiaje.
Sin embargo, sería demasiado simplista recomendar que el feedback más eficaz es el
que incluye todos los niveles posibles de andamiaje. No existe un conjunto ideal de
características del feedback en sí mismo que lo haga particularmente efectivo. Las
primeras investigaciones sobre feedback que pretendían identificar tales características
ideales a través del análisis del feedback han sido criticadas desde entonces como
"atomistas" y carentes de validez por Handley et al. (2011, p. 546), quienes argumentan
que el énfasis no debería estar en el feedback en sí mismo, sino en "la relación entre el
feedback y el aprendizaje del estudiante" (Handley et al., 2011, p. 546). En ese sentido,
la presente contribución está en consonancia con las recomendaciones de Nicol y
Macfarlane-Dick, ya que "proporciona información a los profesores que puede utilizarse
para ayudar a moldear la enseñanza" (Nicol & Macfarlane-Dick, 2006, p. 205, principio
7).
Siempre que se haya creado un contexto dialógico adecuado a través del diseño del plan
de estudios, el análisis FACT (o algunos de sus elementos) también puede aprovecharse
como medio para guiar a los estudiantes en la construcción de comentarios para sus
compañeros. Los resultados de nuestra encuesta revelaron algunas discrepancias entre
las opiniones respectivas de los estudiantes y de los profesores sobre quien tenía
responsabilidad sobre el feedback, ya que los profesores esperaban que sus estudiantes
se dedicaran de forma más proactiva de lo que ellos eran capaces o estaban dispuestos a
hacer. Los trabajos recientes sobre la revisión por pares y la autoevaluación han
destacado el desarrollo de la capacidad de los estudiantes para hacer juicios críticos
sobre la calidad de su propio trabajo y el de sus compañeros (Boud, Lawson, &
Thompson, 2013; Everhard, 2015a; Nicol, 2011; Tai, Ajjawi, Boud, Dawson, &
Panadero, 2017). Everard caracteriza la naturaleza de la evaluación formativa en
términos de "juicio crítico, utilizando criterios transparentes acordados; importancia
otorgada al feedback de múltiples fuentes", y concibe la relación entre alumnos y
profesores como una relación de interdependencia (Everhard, 2015b, p. 27). El análisis
del feedback es, por tanto, una herramienta ideal en la evaluación formativa, ya que
puede utilizarse para refinar el feedback que los profesores, los propios alumnos y sus
compañeros generan en torno a un conjunto de criterios acordados. Si el diálogo de
aprendizaje tiene éxito, los alumnos pasarán gradualmente de la interdependencia a la
autonomía a medida que se apropien del proceso y aprendan a utilizar las herramientas a
su disposición para alcanzar sus propios objetivos. La evaluación (e implícitamente, el
feedback) es sostenible cuando "satisface las necesidades del presente sin comprometer
la capacidad de los estudiantes para satisfacer sus propias necesidades de aprendizaje en
el futuro" (Boud, 2000, p. 151). Dentro de un modelo sostenible de evaluación, los
estudiantes son capaces de aprovechar las lecciones aprendidas a través del análisis del
feedback para supervisar, planificar y regular su propio aprendizaje.
El reto fundamental es que las instituciones educativas desarrollen y apliquen
modelos de evaluación sostenibles en los que se permita y fomente el diálogo
sobre el feedback.
Agradecimientos
Este proyecto fue financiado por JISC (Joint Information Systems Committee), un
organismo público del Reino Unido cuyo objetivo es potenciar el uso de las TIC en el
aprendizaje, la enseñanza, la investigación y la administración. También queremos dar las
gracias a Bea de los Arcos por su inestimable trabajo de codificación de los datos FACT,
y a Daniel Richards y Paul Grayson por su ayuda en el análisis estadístico. Por último,
nos gustaría dar las gracias a todos los estudiantes y profesores que aceptaron participar
en el proyecto.
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