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“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS


FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS
ÁREA DE ESTUDIOS GENERALES

El sinuoso camino al desastre (1860-1883)


DOCENTE:
Rolando Edman Ñañez Loza
AUTORES:
Obregon Obregon, Giancarlos
Gavilan Atahua, Juan Enrique
Santa Cruz Carrión, Miguel Alexander

Lima – Perú 2023

Índice
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1. Introducción………………………………………………………Pág. 3

2. El monopolio del Guano……………………………………….....Pág. 5

2.1. Los tratos bajo la mesa………………………………………Pág. 6

2.2. El inicio del conflicto con España……………………………Pág. 7

2.3. Inestabilidad política…………………………………………Pág. 8

3. El contrato Dreyfus……………………………………………….Pág.10

4. Avalancha de obras públicas ...…………………………………..Pág.14

4.1. Construcción de ferrocarriles……………………………….Pág.14

4.2. Construcción de puertos…………………………………….Pág.16

5. Hacia la bancarrota……………………………………………...Pág.16

5.1. La llegada de Pardo al poder………………………………Pág.16

5.2. La transición de la corrupción a la democracia………….Pág.17

5.3. Oposición al gobierno de Pardo…………………………...Pág.17

5.4. Crisis política y financiera…………………………………Pág.18

6. Ignominia en la guerra………………………………………….Pág.19

7. Pérdidas exacerbadas…………………………………………..Pág.20

8. Conclusiones……………………………………………………Pág.22

1. Introducción
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El período que abarca desde 1860 hasta 1883 en la historia de Perú se caracteriza por

una serie de acontecimientos que llevaron al país por un sinuoso camino hacia un desastre

económico y político. Durante este tiempo, Perú enfrentó numerosos desafíos internos y

externos que tuvieron un impacto devastador en su estabilidad y prosperidad.

La corrupción es un problema a nivel mundial; sabotea los procesos democráticos,

aumenta la desigualdad entre las personas, disminuye el PIB, estanca la economía, ahuyenta a

la inversión extranjera, aumenta las tensiones sociales, contribuye a la decadencia de un

estado, desvía fondos a instituciones importantes , la meritocracia es saboteada, y muchos

efectos negativos más. Se puede decir que la corrupción es un mal que acecha a la humanidad

que lo daña y lo sobate. La corrupción le termina costando al mundo: 2,6 billones de dólares

al año (Naciones Unidas, 2018)

Y el Perú no ha sido la excepción frente al flagelo de la corrupción; inclusive cuando

aún era una colonia del imperio español. Los monopolios formados por favores políticos y el

incumplimiento de las leyes que protegían al indigena fueron algunos de los casos de

corrupción el Perú virreinal; se puede decir que muchos de nuestros problemas, entre ellos la

corrupción, nacen durante la colonia y el shock civilizatorio que sucedió al momento de la

conquista española.

Se podría pensar que una vez empezada la república peruana estos cambiarían pero no

fue el caso:

“ Vencidos los españoles por los ejércitos republicanos de Bolívar y Sucre; después

de un breve período de ardiente liberalismo, los heraldos de la aristocracia colonial lograron

conquistar la dirección de la república. La dirección espiritual cayó también sus manos“

(Arguedas J., 1938)


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Esto se vería reflejado en la prosperidad falaz ( los acuerdos con la firma inglesa

Gibbs), el derroche del dinero público, Meiggs y el infame contrato Dreyfuss; donde se

“vendería” al Perú. Esto terminaría llevando a la tragedia que fue la guerra contra Chile

donde se verían las consecuencias de todos estos excesos, nepotismos y corrupción.

Uno de los factores clave que contribuyó al camino al desastre fue la Guerra Civil

peruana de 1865-1866. Esta guerra fue un conflicto político y militar entre las fuerzas

liberales y conservadoras en Perú que debilitó aún más a una nación que ya estaba lidiando

con divisiones internas. El conflicto tuvo un impacto económico significativo al agotar los

recursos del país y socavar la confianza de los inversores extranjeros. Otro factor que

contribuyó al desastre fue la deuda externa de Perú, que se había acumulado durante décadas,

especialmente durante los gobiernos de Ramón Castilla y Manuel Pardo. La deuda era

insostenible y llevó al país a una situación financiera precaria, con pagos de deuda que

consumían una parte significativa del presupuesto nacional.

El enfrentamiento con países vecinos, como Chile y Ecuador, también desempeñó un

papel en la inestabilidad de Perú. En particular, la Guerra del Pacífico (1879-1884) con Chile

tuvo consecuencias devastadoras para Perú, ya que perdió territorios significativos,

incluyendo la provincia de Tarapacá y la región de Arica.

Además, la falta de estabilidad política y la sucesión de presidentes efímeros

debilitaron la capacidad del gobierno para tomar decisiones efectivas y llevar a cabo reformas

necesarias. La corrupción política y la inestabilidad institucional también minaron la

confianza en el gobierno.
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2. El monopolio del guano

Para entender bien la corrupción sucedida durante esta época se deben entender un

poco la situación anterior del Perú.

Los inicios de la República peruana fueron problemáticos y de golpes de estados; las

constituciones y leyes terminarían siendo sugerencias ante estos últimos.

En 1853, se crearían los nuevos códigos civiles y comerciales; pero, a su vez, las ya

establecidas leyes y principios de la administración estaban incompletos y defectuosos.

En 1860, se reformaría la Constitución de 1856; en la cual se seguía concentrando las

principales riquezas del Perú en el control del estado. Se le traslada el poder de la aprobación

de los tratados al congreso. Lo cual se suponía que dificultará los favores políticos, pero que
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terminaría logrando que se buscará llegar a este poder para ser parte de los que fueran

beneficiados en los favores políticos. Como lo mostraría el diario del empresario Heinrich

Witt.

Ya en esta última época de 1860; En el Perú se vivía una época de bonanzas y

resplandor económico debido del guano. Pero esto era solo una apariencia, una prosperidad

falaz. La corrupción y los malgastos del gobierno sabotearon todo el bien que le podría traer

a largo plazo el boom de guano.

2.1. Los tratos bajo la mesa

Bajo denuncias de abuso y oscura extensión otorgado por el congreso, se firma el

contrato monopólico del guano a cargo de Antony Gibbs & Sons en 1860. Varios

funcionarios serían cuestionados por su apoyo a la aprobación y aceptación de este contrato,

entre ellos estarían el diplomático en Londres (Francisco de Rivero): él cual se le acusaría de

tener un conflicto de intereses a favor de la fijación de precio de Gibbs, debido a que el fue el

beneficiario de honorarios impropios para él y al especular con bonos peruanos para

aumentar su propia fortuna. Él no lo negó; de hecho, aseguró que era su derecho cobrar un

2% por su trabajo y especular con los bonos financieros. Se basó en la aceptación de tratos

parecidos por sus predecesores e inclusive aprobó los precios fijados bajos, cuando en otros

lugares los venden a mayor precio: perjudicando al Perú.

Una vez finalizado el contrato con Gibbs en enero de 1862, se firmó un nuevo con

Gran Bretaña; esta vez en manos de unos capitalistas locales (Compañia Nacional), algunos

de sus miembros serían: Clemente ortiz de villate, Felipe s. Gordillo, José Canevaro, Manuel

Pardo, Carlos Delgado y Felipe Barreda. Aunque, claro, no cambiaría las tornas con respecto
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a la corrupción. Irregularmente su aprobación fue de manos del ministro de Hacienda de

Castilla, José Fabio Melgar.

Guillermo Bogardus, un político y un hombre de negocios, denunció a estos

contratista “nacionales”; acusó este contrato de abusivo y que el congreso debería anularlo.

Además, afirmó que la Compañía Nacional no había tenido el capital suficiente y por eso se

había unido de manera irregular con la casa británica Thomson, Bonar & Co; claramente

dañando al estado y suponiendo un acto de corrupción. Bogardus los acusaría por más de una

década llegando a un arreglo durante el año 1878 con Thomson, Bonar & Co. La suma

acordada fue relativamente pequeña, pero ninguno de los consignatarios nacionales se vería

perjudicada.

Se podría decir que varios funcionarios públicos conspiraron contra el correcto

funcionamiento del aparato público.

2.2. El inicio del conflicto con España

Miguel de San Román, general y viejo partidario de Castilla, sería elegido presidente.

Cinco meses pasarían hasta que muriera; su vicepresidente, Juan Antonio Pezet. Pronto le

tocaría enfrentar una de las crisis externas más seria de la joven república desde la

independencia (Quiroz, 2013)

Ya desde la década de 1850 se había intentado regularizar sus relaciones diplomáticas

entre los gobiernos de Perú y España. España denunciará al Perú por las deudas privadas

impagadas de la época colonial, la confiscación de una nave comercial de bandera española y

los abusos cometidos en el Perú contra los antiguos súbditos españoles.

Debido a la mala prensa en Madrid y París sumado a la mala administración peruana

y los supuestos abusos cometidos contra los extranjeros, el Perú se ganaría una mala imagen a
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nivel internacional. Los diversos agentes diplomáticos en el extranjero trataron de

contrarrestar comprando periodistas

Durante 1863, una flota española con una misión científica y diplomática arribó al

Callao para presionar las demandas españolas sobre el gobierno peruano. El exagerado

sentido de honor de los peninsulares y la falta de tactos de los funcionarios del gobierno llevó

a un incidente diplomático, que complicó con nuevas denuncias de abusos cometidos a

extranjeros. Y en abril de 1864, los españoles tomaron Chinca; aquella que era la fuente

guanera para usarse como garantía pública. Esto apretaría de manera comercial al gobierno

de Pezet. La situación financiera se vería comprometida y, a la vez, cortaría la fuente de

financiamiento para la defensa del Perú. Pezet viendo esta situación, decidió negociar un

acuerdo con España; que básicamente consistía en un pago de tres millones de pesos para

España.

Los expresidentes Castilla y Echenique protestaron ante este acuerdo, hay que

considerar que eran respectivamente los jefes de la Cámara de Senadores y los diputados del

Congreso. Castilla sería deportado en 1865, posteriormente se darían varias insurrecciones

militares. Estos movimientos lograron deponer a Pezet y poner como presidente de la

república al dictador Mariano Ignacio Prado. Perú, con el apoyo de Chile, le declara la guerra

a España; y se acusaría a Pezet de amiguismo, tiranía, traición y robo de fondos públicos.

Pezet lo negaría; curiosamente Pezet presumiría de una gran fortuna en los años posteriores.

2.3. Inestabilidad política

Ya durante la dictadura de Prado dio diversas reformas tributarias y administrativas de

mano del ministro de Hacienda Manuel Pardo. Debido a que se esto se metió en contra de

algunas gravosas pensiones hereditarias y reorganizará los funcionarios de hacienda pública,

provocaría la oposición; un ejemplo de esto sería el alzamiento que se dio en Puno durante
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1866, por la reincorporación de la contribución indigena. Pardo también ordenó la

reorganización de las aduanas donde encontró una increíble corrupción e incompetencia.

Una forma en que los opositores desprestigiaron a Pardo eran rumores y escándalos

con respecto a sus familiares y negocios; también se le acusaría de diversos casos de

corrupción. Pardo respondió que sus actos estaban justificados y que sus acusadores eran

calumniadores y personas sospechosas. Lo cierto es que como tal Pardo solía ser bastante

transparente y honesto, no obstante los defectos de algunos de sus asociados comerciales.

La flota española se retiró tras la renombrada batalla del 2 de mayo de 1866, dejando

atrás a un Perú con conflictos políticos y un gran gasto. En este contexto, Prado intentó

legitimarse auspiciando una asamblea constitucional: se redactaría la constitución de 1867, la

cual recibiría una fuerte crítica del clero catolico y los sectores conservadores.

Dentro de la misma asamblea constitucional habría opositores Prado. García

Calderon, presidente de la asamblea, se distinguió en su defensa de los principios

constitucionales y el imperio de la ley. Este último argumentaba que la constitución de 1867

había sido violada por el presidente Prado; bajo este argumento solicitó la renuncia de Prado

en aras del bien común. En este mismo tiempo Prado se encontraba fuera de Lima, enfrentado

un levantamiento militar de mano del general Diez Canseco en Arequipa. Cuasi

inmediatamente estalló otra rebelión, está dirigida por el coronel Balta; que terminaría por

“sepultar” a Prado.

Una vez caído Prado; Diez Canseco provisionalmente tomó el poder en 1868. Volvió

a la constitución de 1860 y tuvo el tiempo para aprobar contratos públicos que lo

favorecieron aparentemente. Inauguró una nueva fase de obras públicas con la construcción

de un ferrocarril que conectaba la ciudad de Arequipa con el puerto de Mollendo. Para esto se

invitaría al contratista ferroviario estadounidense Henry Meiggs para el trabajo; al cual no se


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le exige ninguna otra garantía, sosteniéndose en que había construido la muy rentable vía

ferroviaria Valparaíso-Santiago en Chile. La opinión pública opinaba que Meiggs habría

sobornado a Diaz Canseco y a sus allegados, también se sostiene que Meiggs les había

otorgado letras de cambio por 100.000 pesos de regalo a cada uno; aunque supuestamente

fueron devueltas, se le investiga pero no llegaron a prosperar. Esta no sería la última vez que

Meiggs se vería encontrado en la corrupción peruana.

En agosto de 1868, Balta sería elegido presidente. Conocido por estallidos de

violencia y autoritarismo, su gobierno se caracterizaría por gastos militares descontrolados.

Nombraría a Francisco García Calderón como ministro de hacienda. Este último trataría de

frenar la corrupción, lanzaría medidas como una ley que consideraba a los funcionarios de

Hacienda responsables por su mal proceder; aunque lamentablemente fue ignorado. También

favoreció aún un nuevo sistema abierto de ventas de guano, advirtiendo de hacerlo

paulatinamente para evitar el endeudamiento externo; porque el veía que iba alcanzado

niveles peligrosos.

Los desacuerdos entre Balta y Calderón llevaron a la renuncia de este último. Y la

estrategia que siguió fue a través de una estrategia en la cámara de Diputados otorgarse

permisos para seguir pidiendo préstamos al extranjero; buscando resolver el déficit: no es

sorpresa que esto no funcionara. Si no fuera suficiente el sucesor de Calderón, Nicolas de

Pierola, llevó al borde del desastre financiero al país.

3. El contrato Dreyfus

Una vez que el ministro de hacienda García Calderón renunció a su puesto, el

expresidente Echenique recomendó al joven Nicolas de Pierola para el puesto. En 1861,

Echenique había podido regresar a Lima después de un exilio político. Al volver al país,

reorganiza sus redes de “Compadrazgo”, donde estaban incluidos amigos, parientes y


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partidarios. También lograría recuperar sus salarios y propiedades reclamados. Durante el

gobierno de Balta, Echenique trató de influir sobre este último para obtener beneficios.

Siendo un pariente lejano y aliado político de Echenique, Piérola negociante, católico

conservador e hijo de un controvertido exministro de Hacienda. Echenique negaría su apoyo

a este último, aunque curiosamente tendría reuniones secretas con el aquel entonces

presidente Balta. Piérola era un claro allegado de Echenique y no solo eso, sino que también

en un futuro encabeza una nueva “generación” de corrupción que heredaría las viejas

artimañas de Balta.

Para sorpresa de todos, un novato Piérola se convertiría en la fuerza motriz de

estrategias dudosas para hacer frente al alarmante déficit fiscal. Se diferenció de Calderón al

apoyarse excesivamente en el endeudamiento externo. El abogado Fernando Palacios

concibió la idea de contratar un empréstito externo para parar el déficit del gobierno mediante

la licitación previamente autorizada por el congreso. Palacios se reunió en varias

oportunidades con Balta y Piérola entre diciembre de 1868 y enero de 1869 para tratar los

detalles de este proyecto; se obtendrán nuevas características y se aprobará el Congreso el 25

de enero de 1869. Aunque ya desde diciembre de 1868 el gobierno había establecido contacto

con la casa parisina Dreyfus Frères et Cie. Mientras se organizaba la autorización; en la

práctica; Pierola ya había aceptado la oferta de adelantarle al gobierno fondos contra dos

millones de toneladas de guano, que el Estado vendería a un precio fijo durante un periodo

determinado.

Dreyfus ya había adelantado dinero al gobierno peruano desde mayo de 1869, antes

de la presentación formal de las otras tres propuestas. Se enviará a diplomáticos para firmar

un contrato con Dreyfus. Este se firmaría el 5 de julio de 1869; junto con un acuerdo secreto.

El acuerdo secreto estipulaba que Thomson, Bonar & Co., el agente financiero del gobierno
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peruano en Londres, se reemplazaría por otra casa comercial que debía ser escogida

posteriormente por Dreyfus.

Con ayudas de otros Dreyfus se había hecho con un cuasi monopolio sobre las

finanzas y contratista del guano del Perú. Inclusive antes de firmar el contrato ad referendum,

Drafous ya se había repartido acciones del negociado por sesenta millones de francos entre

sus socios. Más pronto que tarde, Dreyfous encontró aliados en los peruanos para la defensa

de su monopolio a través de la corrupción. Estos escándalos provocaron que aparecieran

demandas de la anulación del contrato con Dreyfous, pero era prácticamente imposible; ya

que la cancelación del contrato significaría el reembolso del dinero ya prestado.

Varios de los “aliados” de Dreyfous se irían en contra los consignatarios nacionales

del guano; acusándolos de ganancias excesivas y supuestos abusos. Con ciertas astucias, estos

apoyarán a Dreyfous indirectamente. Por el contrario aquellos que se opondrán a Dreyfous

acusaron a estos contratos de ilegal ya que no cumplía con la autorización legislativa

específica y con los procedimientos de una licitación abierta.

Los consignatarios hicieron pública una contraoferta al acuerdo con Dreyfous,

exigieron que se acatarán las resoluciones legislativas de 1849 y 1860; el cual otorgaba

preferencia a ciudadanos peruanos sobre los extranjeros.

Se dio un confrontación entre los Pro- Dreyfous y los Pro-Nacionales (los

consignatarios peruanos) durante varios meses. Los capitalistas nacionales ofrecieron igualar

la oferta de Dreyfous con ayuda del Banco del Perú; el ejecutivo respondió decretando que

los billetes emitidos por este banco no serían aceptados por el gobierno. A posteriori, aquellos

que se opusieron al contrato Dreyfus fueron arrestados; a su vez, una comisión parlamentaria

votó por una mayoría de ocho contra seis que al ser inconstitucional el contrato resultaba

ilegal. Estos contratiempos generaron conflictos entre Balta y Piérola, él cual terminaría
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ganando junto a Dreyfous. Al final, simplemente se desautorizó al poder judicial. Dejando la

decisión en manos del poder legislativo. Y a través de soborno, Dreyfous salió victorioso.

A pesar de que Manuel Angulo reemplazó temporalmente a Piérola como ministro de

Hacienda entre noviembre de 1869 y febrero de 1870, esto no cambiaría mucho la situación;

Pierola seguiría protegiendo a Dreyfous desde las sombras, siendo Angulo no más que una

mera marioneta. Una vez vuelto a su puesto entre febrero de 1870 y julio de 1871, Piérola

terminó por destruir financieramente al país; los devastadores proyectos financieros que

promovió se encargaron de esto. Unos de ellos fueron la construcción de dos ferrocarriles de

gran escala por el constructor de sistemas ferroviarios y especular Henry Meiggs, este

proyecto estaría lleno de irregularidad y corrupciones.

Los hombres de negocios de Lima tuvieron que adaptarse a estas nuevas dinámicas

dadas por la alianza de facto entre Dreyfus y Meiggs. Sabían que el estado estaba invirtiendo

en obras públicas que generaban déficit fiscal a la población. Tuvieron que trabajar junto a

sus antes enemigos, siempre con cierta precaución para cuando reventara la clara decadencia

presupuestaria.

Durante el gobierno de Balta, la red Echenique- Pierola secuestró lentamente las

posiciones estratégicas de poder y riqueza. Para las elecciones presidenciales de 1872, el

expresidente Echenique—contando con el apoyo de Pierola— participa; obteniendo el favor

de Balta. Pero esto cambiaría tras el escándalo público producido por conceder un privilegio

exclusivo de importar y exportar todos los materiales al hijo del coronel Echenique; Balta

terminó poniéndo se en su contra, anulando aquel absurdo acuerdo. Balta terminó apoyando a

Antonio Arenas. El designado por Balta se enfrentó a Manuel Pardo, candidato de la

oposición y popular alcalde de Lima, jefe de un Partido Civil de ancha base formado en 1871.

Bajo esta organización se constituye el primer partido civil moderno en el Perú.


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4. Avalancha de obras públicas

Durante el periodo comprendido entre 1860 y 1883 en el Perú, se produjo una

avalancha de obras públicas que abarcó diversas áreas de desarrollo del país; sin embargo

muchas de estás actividades económicas estaban marcadas y manchadas por la corrupción de

la época, durante este período abundan los sobornos a autoridades fiscales y se incrementó en

demasía nuestra deuda externa.

El 15 de enero de 1869, el congreso autorizó al ejecutivo que otorgara contratos de

obras de construcción de ferrocarriles financiadas con bonos que rinden intereses del 6 por

ciento, estas medidas sin lugar a duda favorecen una riesgosa especulación, dado que los

contratistas pagados con estos bonos buscaban colocarlos en mercados extranjeros. Estas

medidas desencadenaron un frenesí en la contratación de obras públicas, siendo las más

demandadas la contratación de construcción de ferrocarriles; la mayoría de estás obras

públicas no se terminaban y algunas ni siquiera comenzaban, sin embargo, estas obras se

anunciaron a la ciudadanía como el medio que nos llevaría al desarrollo y crecimiento.

4.1. Construcción de ferrocarriles

Durante el período 1860-1883, la construcción de ferrocarriles en Perú estuvo

marcada por la corrupción. La capital peruana, Lima, gozaba de una prosperidad muy

peculiar en medio de un entorno que poco a poco iba alcanzando pasos agigantados en cuanto

a niveles de corrupción, sin duda alguna el personaje que marcaría esta época sería Enrique

Meiggs considerado el Odebrecht del siglo XIX.

Dreyfus con la garantía del guano buscó contratar la construcción de ferrocarriles

altamente costosos, el protagonista que facilitó esto fue el ferrocarrilero norteamericano

Henry Meiggs. Diez Canseco, bajo el control de Dreyfus, hizo llamar a Meiggs para poder
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iniciar esta travesía; Meiggs fue contratado para emprender la construcción del ferrocarril de

Arequipa al mar, de aproximadamente unos 120 km de longitud.

Meiggs obtuvo el contrato ferrocarril que uniría Jauja con Lima favorecido por los

círculos oficiales, además para conseguir la aprobación de los ferrocarriles transandinos de

Lima-La Oroya y Arequipa-Puno, Meiggs siguió el mismo método que habría utilizado al

negociar la línea Arequipa-Mollendo; que consistía en sobornar a las autoridades más altas y

al momento de obtener el contrato, Meiggs añadía los sobornos al coste total de la obra.

Se calcula que Meiggs habría repartido más de once millones de soles en sobornos a

autoridades, representando en suma alrededor del 8 y 10 por ciento del costo total de sus

ferrocarriles que fluctuó entre 120 y 140 millones de soles. Meiggs fue pagado en su mayoría

con bonos del gobierno emitidos desde 1869 a un interés de 6 por ciento y una amortización

del 2 por ciento iniciada 10 años después de la fecha de emisión; sin embargo, este modo de

pago ponía a Meiggs en una situación peligrosa, porque corría el riesgo de quebrar si el

mercado de los bonos ferroviarios peruanos en el exterior colapsaba. Bajo estas

circunstancias, el futuro financiero del país ya era muy preocupante en 1870 debido los

grandes déficit fiscal y deuda externa, el agregado norteamericano en Lima recomendó que

los capitalistas de su país se abstuvieran de invertir en los bonos ferroviarios peruanos.

Si bien es cierto la construcción de ferrocarriles sobresalió como el mayor negocio

especulativo de la época, no fue la única fuente de ganancias patrocinada por la corrupción,

Meiggs también estuvo involucrado en la especulación de bienes raíces, que fue iniciada con

la demolición de las murallas coloniales que rodeaban a Lima; la construcción de de calles,

aceras y edificios públicos y privados, también estuvo involucrado en algunas concesiones

mineras y obras de irrigación. Meiggs incluso se arriesgó a suministrar armamento y

municiones estadounidenses a Bolivia.


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4.2. Construcción de puertos

Se modernizaron y ampliaron los puertos marítimos, como el Callao, para poder


facilitar el comercio y la comunicación con el mundo exterior; sin embargo, este sector
tampoco estuvo libre de las garras de la corrupción. Uno de los proyectos fue el el contrato
para el muelle y dársena del Callao, la Cámara de diputados otorgó el contrato a la empresa
Tepleman, Bergman & Co. en 1869, no obstante los limitados recursos de capital y la
oposición pública elevarían los costos portuarios para las importaciones y exportaciones. Los
hermanos Bergman, jefes de la compañía y curiosamente cuñados de Auguste Dreyfus,
habrían sobornado a un ministro y varios funcionarios para conseguir el contrato con la
intención de transferir la concesión a una gran empresa europea.

En 1874, los Bergman y Dreyfus consumaron su especulación vendiendo los derechos

sobre el muelle y dársena a la Société Générale, al tomar control de esas obras, la entidad

parisina incurrió en demoras y altos costos, procediendo a cobrar altas tarifas que resintieron

a los usuarios de las instalaciones portuarias.

5. Hacia la bancarrota

5.1. La llegada de Pardo al poder

Manuel Pardo, durante su primer mandato, se enfocó en varios aspectos claves de la

política y la administración gubernamental. En las elecciones presidenciales de 1872 don

Manuel Pardo ganaría muy fácilmente apoyado por el partido civil, pero poco antes de su

mandato hubo un golpe militar liderado por los hermanos Gutierrez, dejando a Balta muerto,

en respuesta a este suceso la población tomaría justicia con sus propias manos cortando de

raíz las nuevas intenciones dictatoriales.

Pardo era consciente de que la bonanza del guano se convertiría en un serio problema

si no se adoptaban medidas drásticas, dado que la renta del guano estaba comprometida al

pago de la deuda externa; esto hizo que el déficit fiscal sea financiado con nuevos impuestos

a la exportación y otros impuestos indirectos, asimismo, Pardo propuso ahorros fiscales a

través de reformas y medidas descentralizadas.


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Pardo sin lugar a dudas enfrentaba una difícil tarea, puesto que los suntuosos gastos

de gobierno durante el gobierno corrupto de Balta habían dejado al erario nacional en una

situación lamentable y crítica.

5.2. La transición de la corrupción a la democracia

La transición del gobierno de Balta al de Pardo significó un nuevo giro de la realidad,

pues se pasaba de un gobierno manchado hasta los hombros por la corrupción a uno que

fomentó las reformas y la descentralización, Pardo fue considerado un auténtico reformista,

ya que intentó reformar las finanzas y la administración pública para poder construir una

estabilidad institucional.

Ya desde noviembre de 1872 realizó una reorganización del ejército, reduciendo su

tamaño y sus costos, al mismo tiempo se incrementó la formación profesional mediante la

formación de escuelas y navales; la burocracia por otro lado se aminoró, sobre todo en el caso

de la administración aduanera, llegándose a reducir el personal y aumentar los salarios, para

poder evitar la corrupción y el contrabando. Las reformas de Pardo abanderaron la lucha

contra la corrupción a través de medios constitucionales.

5.3. Oposición al gobierno de Pardo

Todas estas medidas reformistas hicieron que Pardo gane opositores que deseaban

regresar a las condiciones favorables de acumulación de riqueza de manera deshonesta.

Muchos de sus opositores eran miembros separados del ejército quienes guardaban un

resentimiento contra el mandatario, las conspiraciones se multiplicaron, pero pudo resistirlas

gracias al respaldo popular que contaba y a la fiel jefatura del ejército regular, la marina y la

guardia nacional.

Entre los enemigos más acérrimos y virulentos que tuvo Pardo destaca la figura de

Nicolás de Piérola, quien actuaba como un caudillo respaldado por la oposición


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conservadora. Pardo inicialmente se enfrentó a Dreyfus y Meiggs sobre algunos asuntos

contractuales y de reembolsos indebidos, pero no logró liberar de manera inmediata el erario

peruano.

Dos nuevos contratos con Dreyfus garantizaron un ingreso mensual fijo, en 1874

Pardo logró sentar las bases para la liquidación del contrato Dreyfus. En marzo de 1876 el

general Mariano Ignacio Prado firmó un nuevo contrato de venta del guano con el banco

comercial Raphael & Sons y los capitalistas peruanos Carlos Candamo y Arturo Heeren,

quienes formaron la Peruvian Guano Company. Este contrato provocó la oposición de

Dreyfus, pues buscaban quitarle el monopolio del guano, el conflicto con Dreyfus

desencadenó la incapacidad para cubrir el servicio de la deuda externa, lo que significaba un

freno a los pagos que afectó al crédito del país en el extranjero. Todos estos hechos

ocurrieron en medio de un escenario de recesión internacional, que no hizo más que

intensificar la crisis económica del país.

5.4. Crisis política y financiera

La presión ejercida por Piérola y por Dreyfus, limitaron la capacidad de Pardo de

tomar medidas para hacer frente al dilema financiero del Estado peruano. Bajo estas

circunstancias y por presión del congreso, Pardo siguió la política de elevar los impuestos y

expropiar los campos de salitre en Tarapacá, todo con el fin de crear monopolio estatal que

fuera capaz de resolver los problemas fiscales. Esta acción fue sin lugar a dudas una grave

decisión, pues la nueva estrategia del salitre generó menos ingresos de lo que se esperaba y

no se logró frenar la competencia entre los precios del guano y el salitre.

La tasación para las exportaciones y la especulación abrieron nuevas vías a la

corrupción. Aún peor, los impuestos altos al salitre y la expropiación desencadenaron la

oposición de chilenos e ingleses vinculados al negocio de este producto de exportación.


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Para financiar las medidas aludidas al salitre y el creciente déficit, Pardo cometió el

error de confiar en la banca peruana; sin embargo, la colaboración de los banqueros con el

gobierno en la comercialización del salitre y otros asuntos crediticios obstruyeron la quiebra

de los bancos desvirtuados y menos eficientes, lo que al mismo tiempo socavó a todo el

sistema bancario y crediticio en vísperas de la Guerra del Pacífico.

6. Ignominia en la guerra

Hace muchos años, durante el gobierno del general Mariano Ignacio Prado en Perú

(1876-1879), ocurrieron una serie de eventos que marcarían un período de gran agitación en

la historia del país. En aquel tiempo, un expresidente llamado Pardo, quien era presidente del

Senado en ese momento, fue asesinado de manera impactante. Esto sucedió mientras era

recibido por un destacamento militar a la entrada del Congreso. El sargento Melchor

Montoya, parte de ese destacamento, le disparó a quemarropa.

Este asesinato tenía un trasfondo político profundo. Los conspiradores militares

estaban enojados por la reforma en los ascensos militares que el Congreso estaba debatiendo,

y decidieron tomar medidas drásticas contra el líder civilista, Pardo. Este asesinato truncó la

carrera de Pardo, un reformista genuino que luchaba por cambiar las condiciones

institucionales corruptas en Perú.

Sin embargo, las tensiones políticas no se detuvieron ahí. Piérola, un conspirador

contra el gobierno de Prado, continuó tramando su toma de poder. Contó con el respaldo de

figuras como Juan Martín Echenique, Bogardus y el coronel Federico Larrañaga. Estos

conspiradores estuvieron detrás de una insurrección a bordo del acorazado monitor Huáscar,

que sacudió el régimen en 1877 y generó gastos considerables en un momento muy

inoportuno, justo antes de que estallara la Guerra del Pacífico en 1879.

La guerra se desató debido a las tensiones diplomáticas con Chile y una alianza

secreta entre Perú y Bolivia. La situación financiera de Perú se volvió cada vez más
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complicada, lo que resultó en dificultades para obtener fondos y crédito para la defensa

nacional. Solo algunas casas comerciales interesadas se arriesgaron a ayudar al gobierno

peruano en la compra de armamento esencial, como la Grace Brothers & Co.

La compañía Grace Brothers & Co. tenía fuertes lazos en Perú y también influencia

en Estados Unidos y el Reino Unido. Esta empresa se convirtió en un jugador importante en

la Guerra del Pacífico, suministrando armas y ejerciendo influencia política.

La guerra resultó en una derrota casi segura para las fuerzas peruanas, ya que Chile

tenía una superioridad abrumadora. La crisis se agravó por la corrupción en la gestión de los

recursos y la mala estrategia militar de Piérola. Esto llevó a la ocupación de Lima por parte

de las fuerzas chilenas.

Piérola continuó siendo un actor en la política peruana, incluso después de su huida al

interior del país. Creó una serie de jefes regionales políticos para liderar su movimiento, lo

que generó una guerra civil y de clase bajo la ocupación chilena. Finalmente, Piérola dejó el

país y se exilió en París, donde recibió el respaldo financiero de Dreyfus y la Grace Brothers

& Co.

Este período de la historia peruana estuvo marcado por la corrupción, la ineficiencia y

la influencia de actores extranjeros en la política, creando un legado duradero de prácticas

cuestionables en la política del país.

7. Perdidas exacerbadas

En 1882, Lima se encontraba en un estado de ruina total debido a la ocupación

chilena. La población y los propietarios peruanos sufrían abusos y represalias. El ejército

chileno destruía propiedades y recaudaba contribuciones forzadas, de manera similar a cómo

lo habían hecho los caudillos militares en el pasado. La élite peruana se unió en torno a

Francisco García Calderón, nombrado presidente provisional por los chilenos.


21

García Calderón adoptó una estrategia inteligente para resistir las demandas

territoriales de Chile. Mantuvo la Constitución de 1860, consultó con una legislatura nominal

y se opuso a las ambiciones dictatoriales de Piérola. Además, buscó apoyo diplomático de

Estados Unidos a través del general Stephen A. Hurlbut, quien negoció una indemnización

financiera para Chile en lugar de la cesión de territorio. Esto estaba en línea con la Doctrina

Monroe y los intereses estadounidenses en la región.

Sin embargo, las autoridades chilenas y diplomáticos españoles se opusieron a la

intervención de Estados Unidos, temiendo la pérdida de influencia británica en el Pacífico.

Finalmente, Hurlbut logró una concesión que otorgaba a Estados Unidos el derecho a

establecer una base naval en Chimbote.

La política intervencionista de Estados Unidos cambió tras la muerte del presidente

James Garfield. Chester Arthur nombró a F. T. Frelinghuysen como secretario de Estado,

quien presionó al Perú para que aceptara las concesiones territoriales como condición para un

tratado de paz con Chile.

García Calderón no logró detener la cesión de territorio a Chile, pero sentó las bases

para la reconstrucción constitucional después de la guerra. Sin embargo, esta era también

estuvo marcada por la corrupción, que alcanzó niveles alarmantes. La corrupción contribuyó

a la crisis financiera y obstaculizó el desarrollo económico del Perú. La década de 1870 se

caracterizó por costosos actos corruptos, en particular durante los gobiernos de Balta-Piérola

y la dictadura de Piérola.

La corrupción se infiltró en diversos aspectos de la sociedad peruana, incluyendo la

política, el sistema judicial y la administración pública. Esto tuvo un impacto negativo en la

reputación del país y dificultó la inversión extranjera y la recuperación tras la guerra.

8. conclusiones
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El período de 1860-1883 en Perú fue una época tumultuosa marcada por la Guerra

Hispano-Sudamericana, la crisis económica, los conflictos políticos y la Guerra del Pacífico,

pero uno de los mayores males que salió a relucir durante este periodo fue sin lugar a dudas la

corrupción que se estableció en el sector público. Estos eventos y factores contribuyeron al

declive del país y tuvieron un impacto devastador en la población peruana. Sin embargo,

después de la Guerra del Pacífico, Perú comenzó un proceso de reconstrucción y

recuperación económica que marcó una nueva etapa en su historia.

Bibliografía

La corrupción le cuesta al mundo 2,6 billones de dólares al año. (2021, 11 octubre).


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