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Revista Uruguaya de Psicoanálisis - 127 - Entera - Web
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PSICOANáLISIS
montevideo, uruguay, octubre de 2018
127
Desamparo
rup 127
revista uruguaya de psicoanálisis
REVISTA URUGUAYA DE PSICOANÁLISIS
Editada desde 1956
Tabla de contenidos
Editorial .................................................................................................... 7
Temática
Cubrir el desamparo
Gladys Franco...................................................................................... 143
Conversaciones en la revista
Reseña de libro
En memoria
Editorial
Michele A in
Directora de la Comisión de Publicaciones
TEMÁTICA
(2018) Revista uruguaya de Psicoanálisis (en línea) (127): 11-24 | 11
issn 1688 - 7247
Introducción
No hay que olvidar que el suicidio no es más que una salida, una acción,
un desenlace de conflictos psíquicos y que lo que se trata es de explicar el
carácter del acto y cómo el suicida viene a vencer la resistencia contra el
acto del suicidio.
También señala que sería el miedo al incesto lo que lleva a los niños
al suicidio. (Miedo al incesto que hoy podemos pensar, setenta años des-
pués, como la dificultad para el niño de acceder a la neurosis —dificultad
para simbolizar la prohibición, la pérdida del objeto a y la castración—,
perdiéndose él mismo en el avatar de dicha búsqueda).
Freud piensa algo de esto cuando dice que, en el suicida,
Resumen
Summary
Bibliografía
Cottet, S. (1985). La belle inertie: Note sur la Juranville, A. (1984). Lacan et la philosophie. París:
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1892-1899). freudianas. (Inédito).
Desamparo: «Acontecimiento»
y repetición. Après coup
en transferencia
Susana García1
3 Daniel Gil lo dice en referencia a la reflexión sobre sexo, sexualidad, sus construcciones y diferencias
sexuales.
desamparo: «acontecimiento» y repetición. APRÈS COUP en transferencia | 27
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reales a pesquisar y pensando que hay una relación causal y lineal con el
sufrimiento neurótico o psicótico del sujeto.
En eso podemos afirmar que no hay acontecimiento o no hay trau-
ma a descubrir de los orígenes. Como lo muestra la Carta 52 de Freud
(1896/1986a), hay diversas formas de transcripción, regidas por distintas
leyes, y lo representado —o el significante (no entro en ese debate)— es
siempre el ausente que motiva la construcción de novelas del yo. No hay
que ir a pescar «aquello acaecido»... pero hay un pero…
Al respecto, voy a mencionar la película uruguaya Ojos de madera, de
Germán Tejeira y Roberto Suárez (Casanova, Tejeira y Suárez, 2017), que
se proyectó y comentó desde distintas disciplinas en nuestro Congreso
sobre Desamparo. Se trata de un niño que sufre un accidente terrible con
sus padres, y el único que queda vivo entre los muertos es él. A ese niño
lo cuidan, se preocupan por su mutismo o sus rarezas, pero nadie le habla
ni le explica lo ocurrido, ni pone palabras a su terror.
Sabemos que cada uno tramita esos traumatismos de manera absolu-
tamente individual; lo anterior de su modo de relacionarse y lo posterior
se juegan en armados imposibles de conocer a priori, infinitos desplaza-
mientos, identificaciones inconscientes, armado siempre en dos tiempos,
siempre après coup. Pero yo planteo que en este caso hay un traumatismo
extremo que dañó gravemente la estructura y se vincula, entre otras cosas,
con ese acontecimiento.
Foucault (1979/1992) señala la importancia que ha tenido, en particular
para las ciencias humanas, la incidencia del estructuralismo para desterrar
el concepto de acontecimiento, pero nos advierte:
No se trata de poner todo sobre un mismo plano, que sería aquel del
acontecimiento, sino de considerar que existe toda una serie de estra-
tificaciones de acontecimientos diferentes que no tienen ni el mismo
alcance, ni la misma amplitud cronológica, ni la misma capacidad de
producir efectos. (p. 179)
es un per, una perlaboración que tan solo puede ser una escucha elabo-
rativa subordinada. [...] la chispa solo puede surgir entre dos polos. Es
un per que viene a suplir en todo ser humano (que acude a análisis) las
fallas, los desgarros, las monstruosidades irremediables del para-excita-
ciones interno.4
que, como señalaba más arriba, no son solo palabra, aunque los convirta-
mos o intentemos convertirlos en palabra. El cuerpo, los actos son a veces
indicios fuertes que favorecen las ligazones o nuestras propias asociaciones
que nos sugiere el paciente sin palabras, nos lleva a un film, un libro, un
poema, un recuerdo personal, una imagen, que a veces se convierte en
indicio para generar hipótesis.
El acontecimiento, dice Bleichmar (2006),
es un modo de subrayado que, en definitiva, por efecto del relato [yo agre-
go: cuando lo hay] deja afuera la parte acontencial estrictamente acaecida,
del mismo modo, el traumatismo es lo que escapa al relato, aquello […]
que acosa y llega a derribar […] las formas habituales de defensa del yo
que no pueden hacerle frente a esta efracción de la significación5 (párr. 15)
5 Bleichmar trabaja aquí las ideas de Pierre Nora: Nora, P. (1984). Los lazos de la memoria. París:
Gallimard.
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30 susana garcía
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Resumen
Summary
Bibliografía
Resumen
Summary
The need for protection is inherent to the human condition. From the
beginning of human life, even before birth, biological protection is re-
quired inside the mother’s womb and the cultural environment. This is
emphasized by all psychological and psychoanalytic approaches. However,
the need for language and symbolization is not always emphasized as the
most transcendental condition of protection for the species. This embraces
both the possibility offered to the creation of the person exercising the
maternal function, and the acquisition of independence from the primary
objects. Without that resource, the human young would remain depend-
ent on another, the most precarious resource in order to be protected. The
capacity for achieving autonomy, supported by the capacity for symbol-
izing and acquiring language, is what provides the greatest protection in
the end. This does not mean that the socialization, achieved precisely by
these resources, is not essential for our realization as subjects. These ideas
are illustrated with clinical vignette.
Bibliografía
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completas (vol. 13). Buenos Aires: Amorrortu. Fiorini (comp.), Los laberintos de la violencia.
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original publicado en 1962-1963).
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la clínica psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós. en 2008).
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46 (2018) Revista uruguaya de Psicoanálisis (en línea) (127): 46-57
issn 1688 - 7247
«Heir ist Kein Warum» («Aquí no hay ningún porqué») frente a la atónica
pregunta del prisionero: «Warum?» (¿Por qué?), por la crueldad sin mo-
tivo. Si el terror se opone al pensar, es de orden ético, además, el revertir
esa imposibilidad, aun con la permanencia de la «oscura opacidad» (Sneh
y Cosakas, 2003) que sigue habitando el pensamiento.
Este silencio, con una doble vertiente, implicó un «pacto de silencio»,
verdadero secreto compartido: los sobrevivientes no querían o no podían
hablar, y los hijos y el colectivo social no podían o no querían escuchar,
sin atreverse a preguntar-preguntar-se. De todo ello dan cuenta muchos
de los testimonios de sobrevivientes, entre otros, los de Primo Levi y Jorge
Semprún. En un apéndice de 1976 a su libro Si esto es un hombre, Primo
Levi (1947/1988) nos relata que el manuscrito fue rechazado por varios
grandes editores y aceptado finalmente por una pequeña editorial que cerró
al poco tiempo, y que «el libro cayó en el olvido, entre otras cosas porque
en esos tiempos de áspera postguerra la gente no tenía muchas ganas de
regresar con la memoria los dolorosos años que acababan de pasar». Tie-
nen que transcurir más de diez años para que el libro despierte el interés
del público. Por su parte, en La escritura o la vida, Jorge Semprún (1995)
describe el clima imperante a su regreso a Francia, que veía a los sobrevi-
vientes como «aparecidos» a los que era prácticamente imposible escuchar.
Silencio de intensos contenidos afectivos, nada callado por cierto, que
impactó profundamente en la segunda generación, ya que los sobrevivien-
tes transmitieron a sus hijos (a través de distintos canales, tanto conscien-
tes como inconscientes), las secuelas de esa violencia extrema vivenciada
en esta catástrofe psíquica (a nivel individual) y catástrofe social (a nivel
colectivo) que fue la Shoah.
Investigando el silencio a través de testimonios de hijos de sobrevi-
vientes, Nadine Fresco (1984) describe el vertiginoso agujero negro de una
memoria de muerte prohibida, que se manifestaba en ocasiones en incom-
prensibles ataques de pena. Los padres no explicaban nada, los hijos no
preguntaban nada, cubiertos de un manto de implacable silencio, incapaces
de transgredir la prohibición. Letanías de silencio que subrayan un objeto
invisible enclaustrado en una evocación imposible... También encuentra
en ellos el sentimiento de irreparable nostalgia de un mundo donde sien-
ten que fueron excluidos al nacer, y el vértigo de la confrontación con el
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52 rosa zytner
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Todo esto es parte de mi identidad... soy maestra, soy mamá, soy casada,
soy hija de sobreviviente... no puede existir que eso no esté... ¡está enra-
bado en mí, está siempre, siempre; siempre está ahí! (p. 238)
A veces necesito que las personas que están en contacto conmigo sepan
que yo soy una descendiente del nazismo... tienen que saberlo, yo me quedo
tranquila si las personas lo saben, si no, hay algo que no funciona. (p. 238)
Yo pensaba que la Shoah, el nazismo, me había llegado cerca, y des-
pués me di cuenta de que no me llegó cerca... ¡me agarró, me tocó y me
tiene! ¡Y está allí...! (p. 239)
Yo le conté mucho a mi hija menor. Yo tenía que decirle, yo era la que
tenía que contar... era y es mi deber. Este tema siempre está entrelazado
en mi vida, está en mi vida, es parte permanente de mi vida. (p. 240)
Resumen
Summary
Bibliografía
3 En La miseria del historicismo, Popper bautiza como efecto de Edipo la idea de que una predicción influye
sobre el acontecimiento pronosticado: «La idea de que una predicción puede influir sobre el suceso predicho
es muy antigua. Edipo, en la leyenda, mata a su padre, a quien nunca había visto, y este era el resultado
directo de la profecía que hizo que su padre le abandonase. Esta es la razón que me hace sugerir el nombre
de «Efecto de Edipo» para la influencia de la predicción sobre el suceso predicho (o, más generalmente, para
la influencia de una información sobre la situación a la que la información se refiere), sea esta influencia
en el sentido de hacer que ocurra el suceso previsto, sea en el sentido de impedirlo».
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60 simona taliani
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4 Mbembe (2016) habla exactamente de «sin-parientes» (kinlessness): «Así, para los negros confrontados
a la realidad de la esclavitud, esta pérdida es en primer lugar de tipo genealógico. En el Nuevo Mundo,
el esclavo negro esta jurídicamente privado de todo parentesco. Es, por esto mismo, un “sin-parientes”.
La condición de “sin-parientes” (kinlessness) es impuesta por la ley y por la fuerza. Por otra parte, esta
evicción del orden del parentesco legal es una condición heredada. Nacimiento y descendencia no dan
derecho a ninguna relación de pertenencia social en sí misma» (p. 59).
5 La búsqueda de archivo a la que se hace referencia es aquella conducida sobre los registros médicos
del Centro Frantz Fanon. Las mujeres nigerianas aquí seguidas en el curso de la psicoterapia (que
inician a menudo durante el proceso de separación de sus hijos y continúan luego de que han sido
declarados adoptables) llevan frecuentemente a los operadores del Centro Fanon los reportes que
otros operadores escriben sobre ellas y que son depositados en el Tribunal, además de las medidas
y las sentencias del propio juez. Cada vez que se indicara, entonces, archivo, se refiere a documentos
escritos por psicólogos, médicos, jueces, conservados en el Centro Fanon.
efectos de edipo en la migración africana en europa: condición de desamparo… | 61
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para el crecimiento del propio niño; por esto, las instituciones estatales
han declarado el estado de abandono moral. ¿Qué sucede, entonces, para
llegar a esta evaluación negativa de la madre?
Una madre nigeriana inmigrante es muy a menudo una mujer sola,
explotada, vulnerable. Su solicitud de ayuda a los servicios socioasisten-
ciales coincide en numerosos casos con el descubrimiento de un estado de
embarazo y con la decisión de continuar con el mismo. La mujer, insertada
en una comunidad mamá-niño por parte de los operadores sociales de los
servicios asistenciales, comienza así a ser observada en su cotidianeidad.
Cada uno de sus comportamientos maternos es desentrañado e interpreta-
do: cuántas veces el niño es amamantado; cuántas veces la madre le hace las
trenzas a la niña, que llora; cuánto tiempo un neonato es tenido en brazos;
cuánto se lo cubre mientras duerme (¿suda, respira, transpira?); cuánto
duerme, cuándo duerme, cómo duerme. Prácticas de destete, primeras
formas de deambulación, gustos olfativos y alimentarios, balbuceos y vo-
calizaciones, aprendizaje rudimentario de la lengua materna y de las otras
lenguas que los niños, sobre todo si son extranjeros, sienten alrededor de
ellos, en la escuela, en la comunidad o en la familia italiana donde pasan
la mayor parte de su tiempo si son dados en cuidado diurno,6 y aun más.
Si los niños son más grandes, se observa si se los ayuda con los deberes,
si se les pregunta cómo están, si se les da la merienda en un horario apro-
piado... Cada detalle del cotidiano materno (y paterno, en los casos en los
que el padre está presente) se vuelve objeto de un discurso científico que
produce un destino familiar preciso. Es muy frecuente que el resultado de
la larga observación lleve a evaluaciones negativas de la capacidad de la
madre que amamanta demasiado (cada vez que el pequeño llora), cubre
con demasiadas mantas al neonato (¿no ve que suda?), desteta demasiado
pronto con comida inadecuada (como arroz con salsa picante), no juega lo
suficiente o no ayuda con los deberes... La madre no cambia «en un tiem-
po razonable» su estilo educativo, no colabora con lo que los operadores
sugieren (léase: obligan hacer).
6 Todos estos son instrumentos de apoyo a los padres en Italia que aquí muy rápidamente se transforman
de recursos en trampas.
efectos de edipo en la migración africana en europa: condición de desamparo… | 63
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Diga el consultor, examinados los actos del fascículo, efectuados los colo-
quios considerados indispensables para la respuesta a la pregunta, obser-
vada asimismo la relación madre/hijo, cuál es la personalidad de la madre
teniendo en cuenta sus orígenes culturales y especificando la eventual
significancia de estas últimas en la modalidad de expresión de la propia
genitorialidad.
7 La Corte Europea para los Derechos del Hombre no puede revertir, en los casos de condena, la
medida tomada por las instituciones estatales nacionales. En este caso, entonces, padre e hija fueron
separados de forma definitiva: la menor entró en el circuito de las adopciones nacionales, fue asignada
a una familia italiana (que la imagina como «abandonada») y criada en el anonimato total respecto a
su historia migratoria.
8 Agradezco a Marcelo Viñar por haberme sugerido esta expresión, en una noche fresca de agosto
(Montevideo, 2018).
efectos de edipo en la migración africana en europa: condición de desamparo… | 65
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9 Para profundizar, remito a mis dos trabajos precedentes, uno en inglés y otro en francés (Tagliani,
2012, 2016).
10 Muchos de estos abortos son clandestinos y forzados, dado que un embarazo podría impedir que la
joven pagara su deuda.
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66 simona taliani
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A partir del discurso que esta mujer buscaba desarrollar sobre su deseo
de ser madre para consolidar una buena identidad de sí misma, el psi-
quiatra encargado de evaluar su personalidad aseguró que en estas frases
emergía de un modo claro un «pensamiento de significado delirante».
En la voz de Yetunde —diagnosticada por el médico como afectada por
un «trastorno de personalidad borderline y antisocial»— hay algo que,
desde mi punto de vista, hace, por el contrario, explotar, delirar nuestras
categorías: emergen fragmentos de una vida cotidiana en la que el cuerpo
de una madre inmigrante africana es la «presa» y en el cual son los hijos
quienes dan una identidad a la madre que los ha traído al mundo. No es
casual que apenas nacen los hijos, cae en desuso aun en la migración el
nombre propio de la mujer y deviene de ahora en adelante «la madre de».
Devienen todas iye omo, la madre de un niño. También yo me acostumbro
a llamarlas de esa manera, dado que en su mundo son los hijos quienes
generan a las madres.
Mantener a los niños en su vida es entonces, tanto en el plano indivi-
dual como social, una elección contraria a la aceptación de las reglas de la
trata y de la explotación sexual: ser solamente mujer. Elegir continuar con
efectos de edipo en la migración africana en europa: condición de desamparo… | 67
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Ninguna persona puede ir a golpear a una mujer con un niño en brazos. Por
esto he pensado que yo podría estar más protegida; si te ven con un niño
en brazos, no te lastiman. (Yetunde, entrevista, Turín, 11 de mayo de 2015)
Un mito en cuestión
11 Lallemand (1993) escribe: «Pour l’anthropologue intéressé par l’adoption, [l’Œdipe] peut … être l’exemple
manifeste d’une relation d’échange mal engagée, et la condamnation sans appel d’un mode de
circulation enfantine séparant donateurs et récipiendaires : bref, il signe le naufrage humain qu’est
l’adoption dite plénière […].
Elle donnait lieu, dans des sociétés où le mode de la communication avec l’autre passe par la
connaissance de ses antécédents et la relation directe avec lui, à un rapport aberrant» (p. 7).
12 Una versión en español del texto es publicada en el trabajo La crítica de la colonialidad en ocho ensayos
y una antropología por demanda (Segato, 2013), con el título «El Edipo negro: Colonialidad y forclusión
de género y raza».
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72 simona taliani
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13 Esta es la palabra usada por Yetunde durante el coloquio clínico en referencia a los padres al cuidado
de su última hija en la fase de preadopción. Estos otros invisibles —ya que no tenía ella ningún derecho
de encontrarlos, saber dónde habitaban o cómo eran— para ella eran verdaderos fantasmas.
14 Baby Suggs dice en cierto momento de la novela que quiere quedarse quieta en un cama a reflexionar
sobre eso que es inocuo en el mundo. Cuando Sethe le pregunta de qué está hablando («por aquí no
hay nada de inofensivo»), Baby Suggs advierte el azul («no le hace daño a nadie»); y tampoco le hace
daño a nadie el amarillo (Morrison, 1993, p. 150). Por tanto, son los colores eso inocuo que resta en la
vida. Una de las mujeres nigerianas seguidas junto con Roberto Beneduce pasa su tiempo tejiendo,
produciendo mantas y vestidos en los cuales los colores se entrelazan el uno con el otro, sin solución
de continuidad.
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74 simona taliani
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[Se detiene para hacer una pausa; frente a una nueva pregunta que la insta,
pide esperar porque tiene otras cosas para agregar].
Era muy muy visible mi mamá [...]. Era un ojo más para mí que exis-
tía, no es que se pueda encontrar artificialmente, por eso yo hoy he
intentado hacer mi vida bella, aun si no tengo dinero para sobrevivir,
yo estoy intentando sobrevivir por mis hijos. Si logro ver las fotos de
ellos, es una cosa más para los hijos, es muy importante. Por esto me
despierto [...].
negativa [...]. Porque una mamá, cuando va, va, no es que puede retor-
nar. Cuando ha muerto, ha muerto. (Yetunde, F.I., entrevista, Centro
Frantz Fanon, 11 de mayo de 2015)
15 El Edipo solo no basta, ni siquiera si lo traducimos como Edipo negro (Segato 2013) o africano (Ortigues
y Ortigues, 1966). He anticipado que estos no son, como en el caso de Edipo o Moisés, nacimientos
en el abandono. Para entender a fondo la relación de no-abandono de estas madres con sus hijos,
debemos apelar a un mito nigeriano bien preciso: el del Ogbanje, o sea, del niño-espíritu que regresa
para perturbar el vientre de su madre mediante un ciclo de nacimientos-muertes y renacimientos. La
literatura sobre el mito del Ogbanje (o de otros nacimientos extraordinarios de niños-espítitus) es
muy amplia. Para una síntesis, refiero a Edipus et Ogbanje dans la migration nigériane: Une mythologie
virulante de l’adoption et ses anticorps (Taliani, 2018/en edición).
efectos de edipo en la migración africana en europa: condición de desamparo… | 77
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Resumen
Summary
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Segato, L. R. (2013). La crítica de la colonialidad en 156). Nueva York: Pantheon Books.
ocho ensayos y una antropología por demanda.
Buenos Aires: Prometeo.
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80 (2018) Revista uruguaya de Psicoanálisis (en línea) (127): 80-89
issn 1688 - 7247
1 Panel «Mujeres, exclusión y desamparo» del Congreso de la Asociación Psicoanalítica del Uruguay,
Montevideo, agosto de 2018.
Resumen
Summary
The author suggests analyzing the effects of sexual and gender differences
in the construction of the sexed subjectivity of women. The effects of gen-
der violence, both implicit and explicit, on the narcissistic construction
and female ideals in women are included in this analysis. Exclusion and
helplessness are a consequence and, at the same time, the cause of this weft.
The paper addresses the binary male-female and its contradictions to
think about the complexity of the itineraries of the wish as well as about
gender migrations.
The paper proposes to consider the construction of sexed subjectivity
in the context of the intersection of more than two heterogeneous vari-
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88 leticia glocer fiorini
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ables: bodies, identifications, sexuality and the wish. All of these influenced
by discourses and norms that shape the social contract and its shortfalls.
In this context, the concepts of sexual difference and of female difference
are inscribed within a frame of pluralities. This broadens the possibilities
for a vaster approach to the clinical work with the conflicts which revolve
around these problem areas.
Bibliografía
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Problemáticas II. Buenos Aires: Amorrortu. «political economy» of sex. En: R. R. Reiter (ed.),
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Monthly Review.
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90 (2018) Revista uruguaya de Psicoanálisis (en línea) (127): 90-101
issn 1688 - 7247
3 Terapeuta a cargo del diagnóstico: Abigail Iglesias. Terapeutas a cargo de los grupos de niños: Abigail
Iglesias, Sofía Adinolfi Greco, Daniela Stigliano y Erica Hamuy. Terapeuta a cargo del grupo de adultos:
María Eugenia Milano.
notas sobre vulnerabilidad y desamparo en la infancia | 95
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Mamá, te quiero mucho, gracias por irte a visitar, espero que te pongas feliz
cuando me veas y por favor decile a la abuela que no se ponga a llorar más,
porque mi abuela no tiene mucha fe de mí y es muy inquieta.
Abuela, por favor, no te pongas a llorar por tu nieto. Tu nieto está bien.
Por favor, me da mucho escándalo lo que hacés, que llores que querés con-
migo, que me meta en tu casa todos los días. Bueno, si estás así me voy a
tener que ir a vivir con vos. Un día no me quería, nos dejó tirados en una
cancha porque hacíamos ruido y no podía dormir. Abuela, dejá de llorar
porque yo estoy en el doctor esperando a que Abigail llame a mamá para
que no llores más por mí.
Resumen
Summary
The paper presents a series of ideas based on clinical work with children
and young people in a context of social vulnerability. It proposes to distin-
guish the condition of subjective constituting and structural vulnerability
that becomes the experience of primal helplessness from what can be the
traumatic junction and the subjective collapse this can involve, wondering
about situations where the destructive effects of the socio-symbolic vio-
lence is a permanent state of affairs. Contributions from Malabou (2007)
and Žižek (2012) are discussed in connection with the post-traumatic
subject, putting forward the hypothesis that the condition of subjective
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100 analía wald
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Bibliografía
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notas sobre vulnerabilidad y desamparo en la infancia | 101
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La mano, mmmmamaa:
El desamparo de un bebé
de un año y cuatro meses
Ingeborg Bornholdt1
Introducción
2 N. de la T.: En Brasil es común que los niños llamen tío o tía a los adultos de su confianza, como los
maestros. En este caso, cuando la madre se refiere a la psicoanalista como tía está comunicando
implícitamente al bebé que puede confiar en ella.
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104 ingeborg bornholdt
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M: ¡La encontré!
Me muestra una foto. Entramos de nuevo. El sol está muy fuerte. Sin
tomar el celular, miro la foto que ella me muestra. Siento una inquietud al
ver una piscina a nivel del suelo. La madre parece notarlo y comenta: «Esta
foto es vieja. He mandado poner una cerca aquí, alrededor de la piscina,
¿no, hijo? No puedes ir a la piscina», y sigue hablando. Comenta que Cauê
ya ha intentado subirse a una silla para «saltar la cerca»,3 asociando con
la niñera anterior: cuenta que había tenido que «despedirla en el acto» y
me dice, en voz más baja, «¡Fíjate tú!». Relata que la niñera había dejado
a Cauê solo sentado en la bañera con agua para ir a buscar algo al dormi-
torio. «¡Podría haberse ahogado!».
Además de la alarma que despertó en mí, siento cierta irritación y can-
sancio en ese final de sesión. Son sentimientos y experiencias emocionales
que Cauê debe de tener continuamente.
Una imagen final de la salida condensaba el drama de esa falta de
sincronía, de ese ruido. Como en una fotografía de la inversión de los
papeles maternos, Cauê corre hacia la niñera y ambos se ríen felices con el
reencuentro. La niñera lo alza y la madre los sigue empujando el cochecito
y llevando los bolsos y la cartera.
3 N. de la T.: En portugués, «saltar la cerca» tiene también el sentido de tener relaciones fuera del
matrimonio o de una relación estable, engañando al compañero.
la mano, mmmmamaa: el desamparo de un bebé de un año y cuatro meses | 107
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dola y llorando y gritando «la mano, la mano». Frustra los intentos mater-
nos de acostarse a su lado, pues, aunque tenga sueño, se pone a «pellizcar
con las uñas». La madre me muestra cómo su mano está roja alrededor
de las uñas. Allí existe otra marca primitiva, realmente corporal: por las
intensas identificaciones proyectivas, uno habita el cuerpo y la mente del
otro. Se trata de otra de las fusiones como las de las palabras.
Gradualmente, el chupete va quedando más de lado en las sesiones y
el lenguaje se desarrolla mucho de semana a semana. Mamá, agua, miga
(hormiga), nooo, piuí, etc., pasan a ser palabras bien discriminadas, por
ejemplo.
Cauê suele entrar corriendo y ya no necesita ayuda para subir el es-
calón. Apoyándose en la barriga, se arrastra hacia arriba y hacia adentro
del consultorio. Generalmente, se dirige primero al tren. Muchas veces,
lo patea, lo separa y encaja las piezas nuevamente.
La violencia de los controles y las proyecciones mutuas, no obstante,
es intensa y circula entre ambos. Él desafía a la madre, grita mucho y la
paraliza con su «nooo» cuando la siente invasiva. Con rabia, ella le res-
ponde que terminará «matándola» y le recuerda que, después, le pide la
mano toda la noche. Posiblemente, la representación de «estar abandonado
a su suerte» de ambos, más allá de las experiencias reales y traumáticas
originales, se está repitiendo en formas secundarias. En la evaluación/
tratamiento descritos, el gesto inaugural de la madre es el de «largar su
mano». El del bebé, en contrapartida, es el de «agarrarse de mano ajena»
disponible. Cauê responde con recursos propios, probablemente oriundos
de sus condiciones constitutivas y de sus posibilidades actuales. Así como
la madre, es resiliente y cuenta con un recurso propio de sostenerse en
posibilidades existentes. En la siguiente semana, intento abordar eso con
la madre. Ella asocia diciendo que él fue y es muy voraz, ilustrando su
afirmación, concretamente, con el ejemplo de la alimentación. Me viene
la imagen de un verdadero sobreviviente que aprovecha cada pedacito de
afecto y cuidado a su alcance.
Cabe cuestionar: ¿dónde quedaron las elaboraciones? Hay mucho de
negación de dolores e imagino que eso se debe a que son muy intensos.
Son impedidos en buena medida de elaboración. En Cauê está instala-
do un profundo desamparo, probablemente sedimentado en aquel otro
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110 ingeborg bornholdt
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Consideraciones finales
Resumen
Summary
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118 (2018) Revista uruguaya de Psicoanálisis (en línea) (127): 118-124
issn 1688 - 7247
habrían podido satisfacer una necesidad de certezas que para Steiner sería
consustancial a la condición humana. Es por eso que la cultura occidental
habría intentado saciar en ellos una sed de absoluto que ya no encontraba
posibilidades de tramitación en los oasis religiosos clásicos.
Para nosotros, analistas, la noción de «nostalgia de lo absoluto» no
puede dejar de evocar los desarrollos freudianos en torno a la «añoranza
del padre». En ella, Freud (1913/1979d, p. 146) reconoce el núcleo de la
posición religiosa: la subsistencia de una imago paterna no atravesada por
la castración. Poco importa que esta imago cobre cuerpo en una divinidad,
en un líder o en una teoría: a ese Padre todo-poder se sigue dirigiendo el
reclamo infantil de protección… frente al desamparo.
Recordemos la precisión de Freud: «Los críticos se empeñan en de-
clarar profundamente religioso a cualquiera que confiese la insignificancia
e impotencia del hombre frente al todo del universo, [pero] la esencia de
la religiosidad adviene en la reacción que busca un socorro frente a tal
sentimiento» (p. 149). Quedan así sentadas las bases del «contrato con el
Padre» (Freud, 1913/1979d). En retribución por este socorro ilusorio, el
sujeto reafirma su creencia en (y confiere consistencia a) un Padre com-
pleto… al precio de conservar ese infantilismo psíquico que para Freud
es uno de los nombres de la posición neurótica.
Si la noción de «nostalgia de lo absoluto» nos permite entonces verifi-
car el carácter original y anticipatorio de la crítica freudiana a la religión
(reparemos en que Tótem y tabú precede en más de sesenta años a las
conferencias de Steiner)… ¿qué decir de la religiosidad que este le impu-
ta a nuestra disciplina? (Dejamos aquí de lado sus críticas al marxismo
y a Levi-Strauss, porque ya bastante tenemos con nuestra condición de
analistas).
Freud estaba advertido del deslizamiento cosmovisional al que está ex-
puesto todo sistema de pensamiento… incluido, por supuesto, el psicoaná-
lisis. Pero, a diferencia de Steiner, para él ese deslizamiento es efecto de una
posición subjetiva particular: la de quien —impulsado por su necesidad
de certezas— profesa una teoría animado por la convicción de encontrar
en ella respuestas a todos los enigmas. En otros términos: la tendencia a
forjar una cosmovisión no depende de características inherentes a una
teoría, sino de la posición neurótica de quien la sostiene como «creyente».
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120 alberto c. cabral
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Parece claro que para Lacan la cualidad «abierta» del sistema freu-
diano no es un rasgo circunstancial determinado por un desarrollo aún
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122 alberto c. cabral
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Resumen
Summary
Bibliografía
Introducción
Un analizante, cuando niño, al ser dejado solo en su casa, se vestía con las
ropas de su madre, contemplándose luego en el espejo. ¿Desmentida de
la ausencia de la madre (fálica)? Desmentida de su castración. Ser el falo
de la madre (metonimia de ella) para ser, existir. Falo imaginario oculto
bajo las vestimentas maternas. «Vivo mirándome en el espejo». El espejo
le infunde vida al devolverle la imagen de su cuerpo-falo recubierto-madre
fálica. Imagen con la que se identifica mediante la vuelta hacia la persona
propia y el trastorno hacia lo contrario. Libido que, desde el sujeto, inviste
la imagen (madre fálica), revirtiéndose sobre él, investido como falo de la
madre. Mira y, al mirar, es mirado. Imagen alienante que buscará, incluso
fuera del espejo, en procura de una identidad siempre incierta y claudi-
cante. Relata que se sintió muerto cuando una chica se rehusó a continuar
saliendo con él. En otra ocasión se refirió a su necesidad de «verme (con
una mujer) porque tengo que verme». Búsqueda imperiosa e incesante del
espejo, de la imagen, que le confirme —al mirarse mirado— que está vivo.
(Vallespir, 1995/2000, p. 52)
Del hijo como falo imaginario (deseo del deseo de la madre) a la castración
simbólica. Según Lacan (1957-1958/1999, p. 198), «para gustarle a la madre
[…] basta y es suficiente con ser el falo». En el estadio del espejo se cons-
tituyen el yo ideal, con-formado como ilusoria unidad, y el deseo como
deseo del Otro: el infans desea ser lo que el Otro desea, lo que le falta, el
falo. Esta falta real es la privación (en lo real, donde nada puede faltar) de
un objeto simbólico, de un significante —el falo— cuya significación es de
privación. El infans se identifica con el falo y demanda amor a su madre,
signo del cual es el don: pecho simbólico, don de la madre real. Puede otor-
garlo o rehusarlo; puede «jugar» a darlo y denegarlo, creando un espacio
de ilusión y desilusión (Winnicott), dando paso así a la discriminación y
la identificación. (Vallespir, 1995/2000, p. 59)
recíprocas. El amor de la madre (de los padres) la (los) encamina casi imper-
ceptiblemente a amparar al niño. Arroparlo con su amor aumenta el amor de
su hijo. De su hijo: desde él y hacia él. Amor (que ampara) y amparo, amor
hacia y desde el hijo son senderos de doble sentido, con entrecruzamientos
y recorridos con retornos (también en la acepción de respuesta del otro) y
reinicios, produciéndose una constante retroalimentación.
Ser el falo. Deseo de deseo: deseo del hijo de ser el deseo de (ser desea-
do por) la madre. La madre desea que su hijo sea su falo imaginario. Pero
para establecerlo adecuadamente como tal, necesita haber incorporado la
metáfora paterna. Coincido con Taillandier (1987/1988) cuando se pregun-
ta: «¿No será más bien identificación con la madre en cuanto portadora de
la primordial metáfora paterna?» (p. 12). La identificación a la que alude
es la que él denomina primera identificación. Creo que una adecuada
identificación primaria con la madre o su metonimia, el falo imaginario,
es posible solo en la medida que la castración simbólica separe a aquella
de su hijo. El cuerpo del hijo será, entonces, metáfora del falo imagina-
rio de la madre, símbolo mnémico de este, al modo en que las histéricas
«producen» sus síntomas metafóricos, símbolos mnémicos, a partir de «la
pregnancia de la percepción fálica de las formas imaginarias que cargan a
cada una de las ideas» (Nasio, 1987/1988, p. 15). De lo contrario, según mi
manera de pensar, se producirá una coalescencia, una fusión que desva-
necerá los límites, dañando la capacidad del bebé de asumir su identidad.
O, por otro lado, no llegará a constituirse en falo de su madre debido a la
falta de un verdadero compromiso afectivo por parte de esta. En ambos
casos, producto del fracaso en la incorporación de la metáfora paterna, el
bebé quedará expuesto a un desamparo radical. El desamor se expresará
(y revelará) crudamente en el distanciamiento (como en mi analizando) o
más veladamente en aquellos casos que el hijo queda fijado en la posición
de falo de su madre, de cierta forma como insignia, emblema, divisa, en
una palabra, trofeo de aquella.
2 «T. & S. (Los héroes de la pantalla)» es el título de una de las canciones del grupo uruguayo Rumbo
(1979-1985). Concebida durante la dictadura militar, el tema manifiesto y la intención —necesariamente
encubierta— son ciertamente otros.
3 Traducción personal.
4 «En el orden simbólico todo elemento vale en tanto opuesto a otro» (Lacan, 1955-1956/1984, p. 19).
del amor al amparo: la envoltura amatoria del cuerpo | 133
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Este desarrollo es vivido como una dialéctica temporal que proyecta de-
cisivamente en historia la formación del individuo: el estadio del espejo es
un drama cuyo empuje interno se precipita de la insuficiencia a la antici-
pación; y que para el sujeto, presa de la ilusión de la identificación espacial,
maquina las fantasías que se sucederán desde una imagen fragmentada
del cuerpo hasta una forma que llamaremos ortopédica de su totalidad
—y a la armadura por fin asumida de una identidad enajenante, que va a
marcar con su estructura rígida todo su desarrollo mental. Así la ruptura
del círculo del Innenwelt al Umwelt engendra la cuadratura inagotable de
las reaseveraciones del yo. (Lacan, 1949/1972, p. 15)
Resumen
En este artículo intento mostrar un camino, tal vez de ida y vuelta, que
recibido: abril 2018 - aceptado: mayo 2018
Descriptores: amor / cuerpo / cuerpo erógeno / falo / mirada / estadio del espejo /
material clínico / yo / metáfora paterna
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Summary
In this paper I try to show a path, may be a two-way road, which leads
from love to protection (amparo) (or from lovelessness to helplessness).
Love which, called upon by helplessness, safeguards the body, indissolubly
bound to the psyche, with an envelope that shelters and protects, which
I suggest calling loving envelope of the body. The helplessness of the hu-
man newly born, potentially lethal or, at least, pathogenic (when love is a
missing experience), accomplishes a structuring function for the psyche
as long as love responds to its call.
I propose the configuration in the mother, even before the birth of her
child, of a matrix that is a precursor of the mirror – and even of the face
of the mother – constituted by an image of the child as existing separately
from her, his name (symbolic) and the real body to come, knotted in the
fashion of a Borromean chain.
Primary identification associated to the mythical time of the primary
repression, which divides the subject, with perhaps an interest also in the
body. The contributions of different authors are succinctly reviewed and
I illustrate some of my proposals with clinical materials from different
analysands.
Keywords: love / body / erogenous body / phallus / gaze / mirror phase / clinical
material / ego / paternal metaphor
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142 nadal vallespir
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issn 1688 - 7247
Cubrir el desamparo
Gladys Franco1
1. En las últimas páginas del libro de Philippe Claudel Bajo el árbol de los
toraya (2017), donde el escritor nos habla —como antes que él, pienso,
solo supo hacerlo Miguel Hernández en su «Elegía»— de lo que significa
la muerte de un ser muy querido: un amigo, un hermano, nos muestra una
imagen del mar Mediterráneo («Mare Nostrum»), un hermoso plano azul
Klein, calmo e hipnótico, imagen que de pronto se altera para mostrarnos
cientos de cuerpos de hombres, mujeres y niños que intentaban huir de
la muerte —del hambre, de la guerra, de la barbarie— en una balsa que
no los sostuvo y que el plácido mar azul arrojó, como basura, a la costa
de la bella Italia.
El exquisito libro de Philippe Claudel cuya escritura lo ayudó a proce-
sar la muerte del amigo se cierra, entonces, con la evidencia de la imposi-
bilidad de escapar, no ya de la muerte invencible, sino de la caridad de un
manto azul hipnótico que se sostenga como un telón, mientras estamos
vivos, para no verla. Parecería, por el contrario, que aquello que implica la
muerte (la muerte en sí misma, sin inscripción posible) haría parte de lo
que insiste en la creación artística (en este caso, en la creación de la novela)
al modo que puede insistir en los sueños, como Freud nos muestra en el
Resumen
Summary
This paper deals with the subject of death and with some of the means on
which we count in order to psychically process the idea. The awareness of
death that places the human being above other species, marks him, at the
same time, with the helplessness of existential ignorance, compass for the
wish to know that guides the search in science and in artistic production.
As an opposing force, the longing to dis-regard the reality of death leads to
multiple forms of disavowal, both at an individual and at a collective level.
The paper provides examples of some works of art, the manifest erotic
character of which covers lacerations, different forms of emptiness, signs
and symbols evoking death and which have been censored.
Bibliografía
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Pensando a Freud y la primera tópica.
Grafo, 12.
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issn 1688 - 7247
en los que se dislocan las relaciones entre las personas y entre éstas y el
medio físico y social. (p. 69)
Metabolización e importancia
de la función cometabolizadora
Una investigación
A modo de síntesis
A título ilustrativo
Había una vez una señora muy triste, estaba llorando porque su marido
falleció y se lo llevaron al hospital. Después ella fue al hospital a visitarlo
pobreza y desamparo: efectos en el funcionamiento psíquico | 169
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Está llorando. Había una vez un señor muy triste que estaba muy tris-
te y estaba llorando y después se pelearon. Su señora estaba muy triste
porque su señora perdió a su hijo y después se separaron y cada uno se
fue a su casa.
Es una mujer, ¿no? Hay que inventar. Antes se peleó con el hijo y por eso
está llorando, y después fue a la casa del hijo a arreglarse… con el hijo. A
arreglarse con el hijo por la pelea. [¿?] Porque él no quería criar al nieto
de la madre, ¿no? Tá. [¿?] Su madre se arreglaba con el hijo y el hijo criaba
al nieto.
Un señor estaba triste porque la madre se le había muerto y todos los días
iba a la librería a buscar el libro para que así la mujer le leía un libro y to-
dos los días así. [¿Por qué?] Se le iba la tristeza. [¿Qué libro?] Le gustaban
muchos libros. Lo ponían contento los libros y era algo que le distraía la
mente, porque si no le leía un libro, pensaba que la madre está muerta.
Resumen
Summary
Bibliografía
Entrevista al
Prof. Roberto Beneduce
Elías Adler1 y Marcelo Viñar2
3 «No hay una palabra en la resolución que sugiera que la violación de los derechos del hombre o
del ciudadano (en relación con la cual se dice que circulan “rumores y denuncias”) pueda tener de
forma concebible un interés especial para el psicoanálisis en comparación con la medicina o con
la psiquiatría clásica, tampoco que este interés pudiera ser comprendido no solo en el sentido del
interés en un objeto de estudio teórico y clínico, sino tampoco en el sentido de que el psicoanálisis,
que la esfera psicoanalítica, que los psicoanalistas y sus instituciones estén involucrados, de alguna
forma implicados, a veces en una complicidad activa o pasiva, a veces en una confrontación virtual u
organizada, con las fuerzas que cometen las violaciones a los derechos humanos antes mencionadas,
estén estas directamente bajo el control del Estado o no, y si explotan, manipulan y persiguen a
analistas y a sus analizandos de alguna manera específica… En la medida, de hecho, en que el
psicoanálisis no analiza, no denuncia, no pelea, no transforma (y no se transforma ni transforma
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182 elías adler y marcelo viñar
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estos propósitos), seguramente corre el peligro de transformarse en nada más que una perversa y
sofisticada apropiación de la violencia o, en el mejor de los casos, meramente en una nueva arma de un
arsenal simbólico. Tampoco estaría esta nueva arma solamente a disposición de lo que confusamente
se denomina el poder —es decir, un poder que es externo al psicoanálisis organizado, que puede
hacer uso de esa organización de mil formas, aun al punto de imponer ciertos efectos o travestismos
del conocimiento psicoanalítico al servicio de la tecnología de la tortura” (Derrida, 1991/1993).
4 «No existen familias en las que las vacuolas no se acomoden y en las que los quiebres extra-familiares
no sean manifiestos, por medio de los cuales la libido es engolfada para investir sexualmente a lo no
familiar —es decir, la otra clase determinada por las rúbricas empíricas de “los más ricos y los más
pobres”, y a veces ambas a la vez. ¿No sería el Gran Otro, indispensable para la posición del deseo, el
Otro Social, diferencia social aprehendida e investida como la no familia dentro de la propia familia? La
otra clase de ninguna manera es captada por la libido como una empobrecida o magnificada imagen
de la madre, sino como lo foráneo, no-madre, no-familia, el índice de lo no-humano en el sexo, y sin lo
cual la libido no montaría sus máquinas deseantes. La lucha de Clase está en el corazón del suplicio
del deseo. La novela familiar no es un derivado del Edipo; el Edipo es una deriva de la novela familiar,
entrevista al prof. roberto beneduce | 183
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Tan pronto como Freud descubre el arte mayor del inconsciente, este arte
de multiplicidades moleculares, lo encontramos infatigablemente traba-
jando en un retorno a unidades molares, volviendo a sus temas familiares
del padre, el pene, la vagina, la Castración con mayúsculas… Durante
el primer episodio, que Freud declara neurótico, le contó un sueño que
tuvo sobre seis o siete lobos en un árbol, y dibujó cinco. ¿Quién ignora el
hecho de que los lobos se trasladan en manadas? Solamente Freud. Todo
y por lo mismo, del campo social. No es cuestión de negar la importancia del coito parental, y de la
posición de la madre; pero cuando esta posición hace que la madre parezca una lavadora de pisos
o un animal, ¿ qué autoriza a Freud a decir que el animal o la empleada doméstica representan a la
madre, independientemente de las diferencias sociales o genéricas, en vez de concluir que la madre
también funciona como algo diferente de la madre, y da lugar en la libido del niño a un investimento
social enteramente diferenciado al mismo tiempo que ella abre el camino hacia una relación con el
sexo no-humano? Porque el hecho de que la madre trabaje o no, tenga un origen más rico o más pobre
que el padre, etc., se relaciona con quiebres y continuidades que atraviesan a la familia pero que la
exceden en todos los sentidos y no son familiares» (Deleuze y Guattari, 1972/1983, p. 355).
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niño lo sabe. Freud no. Con falsos escrúpulos, pregunta, ¿cómo podemos
explicar el hecho de que hay cinco, seis o siete lobos en este sueño? Deci-
dió que se trata de una neurosis, y por lo tanto usa el otro procedimiento
reductivo: la asociación libre a nivel de la representación de las cosas, en
vez de la subsunción verbal a nivel de la representación de las palabras.
El resultado es el mismo, dado que se trata siempre de volver a traer la
unidad o identidad de la persona o del presunto objeto perdido. Los lo-
bos van a tener que ser purgados de su multiplicidad. Esta operación se
realiza mediante la asociación del sueño con un cuento, «El lobo y los
siete cabritos» (solamente seis de los cuales son comidos). Somos testi-
gos del regocijo reduccionista de Freud; vemos cómo la multiplicidad
literalmente abandona a los lobos para tomar la forma de cabritos que no
tienen absolutamente nada que ver con la historia. Siete lobos que son solo
cabritos. Seis lobos: el séptimo cabrito (el propio Hombre de los lobos)
se esconde en el reloj. Cinco lobos: puede haber visto a sus padres hacer
el amor a las cinco en punto, y el numeral romano V está asociado con la
erótica apertura de las piernas de la mujer. Tres lobos: los padres pueden
haber hecho el amor tres veces. Dos lobos: la primera cópula que el niño
puede haber visto fue de los dos padres more ferarum, o quizás dos perros.
Un lobo: el lobo es el padre, como todos sabíamos desde un comienzo.
Cero lobos: perdió la cola, no solamente es castrador, sino también cas-
trado. ¿A quién está tratando de engañar Freud? Los lobos nunca tuvieron
chance de escaparse y salvar a su manada: ya estaba decidido desde el co-
mienzo mismo que los animales solo podían representar el coito entre los
padres o, por el contrario, ser representados por el coito entre los padres.
Freud obviamente no sabía nada sobre la fascinación ejercida por los lobos
y el significado de su llamado silencioso, el llamado a convertirse en lobo.
Los lobos observan, observan atentamente, al pequeño soñante; es tanto
más reasegurador decirse que el sueño produce una reversión y que es
en realidad el niño quien ve perros o padres en el acto de hacer el amor.
Freud solo conoce al lobo o al perro Edipalizado, al castrado-castrador
padre-lobo, al perro en su canil, al guau-guau del analista». (pp. 29-30)
5 Ver: Nandy, 1983; Oliver, 2004. (Considero que estos trabajos son un camino particularmente valioso
para un psicoanálisis que sea capaz de hacer preguntas serias sobre los problemas de la opresión).
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de las cuales prácticas tales como la adivinación o las curas rituales po-
dían volverse también momentos de liberación y dar voz a una particular
forma de conciencia histórica. Aun cuando esta conciencia era expresada
en formas desintegradas, patológicas, como agudamente había observado
Gramsci —como lo haría Althusser, al sugerir una lectura «sintomática»
de la historia (Beneduce, 2017)—. Varios autores refiriéndose al conoci-
miento médico tradicional han hablado de «la cura como crítica social»
(Feierman), de «insurrección terapéutica» (Nancy-Rose Hunt) o de «libe-
ración del imaginario» (Althabe) para subrayar cómo en las colonias, pero
también de forma más general en el mundo de los dominados, cuando
los caminos de lo simbólico se encuentran sitiados, es el territorio de lo
imaginario que se transforma en campo de cultivo para un contraconoci-
miento y una contramemoria que combina la cura de la enfermedad con
la crítica de la dominación.
Este era el contexto que dio lugar a la nueva etnopsiquiatría del psi-
quiatra nigeriano Thomas Lambo, que criticaba la «arrogancia» del co-
nocimiento occidental, y la investigación original sobre el conocimiento
médico local en Senegal que llevara adelante el equipo de Henri Collomb.
Esto impulsó otros desarrollos: Risso y Böker en Suiza, en su trabajo clí-
nico con inmigrantes italianos; Crapanzano en Marruecos, en su inves-
tigación sobre cultos de posesión; Ernesto de Martino, Alfonso Maria di
Nola y Tullio Sepilli en Italia, con su trabajo sobre la medicina popular;
y, más recientemente, Nathan, en Francia, con una nueva etnopsiquiatría
esencialmente diseñada para curar inmigrantes y estudiar las categorías
etiológicas en funcionamiento en otros sistemas médicos. Otros nombres
y escuelas podrían ser mencionados.
Por mi parte, apelando a la perspectiva específica inaugurada por la
antropología y la psiquiatría italianas, y treinta años de investigación sobre
la medicina tradicional en África (en Malí, Camerún y Mozambique),
comencé a imaginar una etnopsiquiatría crítica y dinámica que —al exa-
minar los mundos de la opresión y la alienación— nunca cesa de explorar
la lógica de las terapias rituales, las ontologías que son su trasfondo y los
modelos de la persona que las hacen efectivas. Al hacerlo, simplemente
puedo haber estado trabajando la fórmula que el psiquiatra haitiano Louis
Mars ya había expresado en 1951, cuando, al presentar su investigación
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6 También podría mencionar un trabajo mío, Etnopsichiatria. Sofferenza mentale e alterità fra Storia,
dominio e cultura (Beneduce, 2007).
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7 Es por esta razón que me gusta pensar el síntoma como un palimpsesto de voces y experiencias,
recuerdos y relaciones. Ver Beneduce, 2016.
8 Este es el título de una película excepcional dirigida por Joris Lachaise en 2015, filmada en el hospital
psiquiátrico de Thiaroye en Senegal.
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Cuando ese libro fue escrito (la primera edición data del año 1998), la si-
tuación de la emigración era radicalmente diferente. Los emigrantes que
llegaban de países de América Latina (por razones políticas o económicas),
del Magreb y de algunos países del África sub-sahariana (Senegal), de
países de Europa del Este luego del colapso de los regímenes comunistas
(Albania, Rumania) conformaban la gran mayoría de quienes llegaban a
Italia. En países como Francia, la emigración estaba claramente conectada
con el pasado colonial (emigrantes de Argelia, las Antillas o países como
Mali); en Gran Bretaña muchos emigrantes venían de India, Paquistán o el
Caribe (como nos lo ha recordado el escándalo Windrush recientemente).
El caso italiano fue diferente. El análisis de la nostalgia y la pertenencia
cultural había dominado las discusiones en esos años, junto con la cuestión
de la crisis social y económica en las sociedades de origen.
Pero la migración es un proceso histórico, cuyas características socio-
lógicas son extremadamente variables y cuyos efectos psicológicos están
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12 Sobre estos temas referiré al lector a dos de mis estudios recientes: Beneduce, 2015, 2018.
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issn 1688 - 7247
Este libro contiene una dedicatoria su- Siempre ha sido atractivo considerar
mamente especial, por la cual considero el encuadre como una característica está-
importante comenzar: tal como plantean tica y definible en el trabajo psicoanalítico.
los editores, el libro está dedicado al fe- Básicamente, el encuadre establece las
cundo trabajo de los psicoanalistas lati- condiciones acordadas para emprender
noamericanos que tanto han contribuido el trabajo clínico. Sin embargo, tal como lo
al desarrollo teórico y clínico de nuestra muestra este libro, el encuadre ha adqui-
disciplina.12 rido una cualidad proteiforme y es a veces
En él se explora la idea del «encua- fuente de estabilidad y otras un lugar de
dre en un momento en que este concepto regulación ética y de disciplina. Puede ser
está siendo sometido a un renacimiento un lugar de movilidad imaginaria y, en ma-
sistemático por un lado y una extendida nos de algunos analistas, un dispositivo
transformación por otro» (p. 1). para el trabajo psíquico en lo que concier-
ne a sus proyecciones y desmentidas.
Comenzando por un ensayo esencial
de José Bleger sobre el encuadre, el libro
1 Tylim, I. y Harris, A. (ed.) (2017). Reconsider- incluye comentarios sobre dicho trabajo y
ing the moveable frame in psychoanalysis: procede a la exploración del encuadre a
Its function and structure in contemporary
psychoanalytic theory. Londres: Routledge. través de las diferentes teorías psicoana-
2 Miembro titular de la Asociación Psicoana-
líticas. El encuadre es —tal como lo expre-
lítica del Uruguay. silvifr77@gmail.com san sus editores— una de las zonas del
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punto de vista psicoanalítico en la que la La primera parte de este libro está referi-
psiquis y el mundo entran en contacto, un da al encuadre; en particular, a José Ble-
lugar en el cual el proyecto psicoanalítico ger y su obra.
se encuentra simultáneamente protegido Historizando los movimientos que
y desafiado. Inevitablemente, las fuerzas ha producido la obra de José Bleger, nos
extratransferenciales se entrometen en el encontramos que en 1957 escribía sobre
encuadre psicoanalítico, volviéndolo flexi- la sesión psicoanalítica utilizando la hi-
ble y fluido. pótesis de Pichon-Rivière, planteando la
Tanto los psicoanalistas como los sesión como un «espiral dialéctico» tejido
analizandos, supervisores y candidatos entre las asociaciones del paciente y las
confían cada vez más en las comunicacio- interpretaciones del analista. Un tiempo
nes virtuales, un desarrollo sobre el cual después, David Liberman y sus colabora-
se han efectuado revisiones significativas dores se refirieron al «contrato psicoana-
a partir del concepto clásico de encuadre. lítico», mientras que en 1962 Willy y Ma-
Este libro presenta un diálogo entre vo- deleine Baranger describieron la situación
ces diferentes, reexaminando el estado analítica como «campo dinámico».
y el estatus del encuadre, buscando sus El capítulo sobre la noción de encua-
límites, así como también tamizando sus dre escrito en 1966 se encuentra incluido
inesperados contenidos y expandiendo su en su libro publicado en 1967, Simbiosis y
significado. ambigüedad. Comprendiendo el carácter
Los autores que han sido invitados a ambiguo del «núcleo aglutinado», que de
expresar su pensamiento sobre el tema acuerdo al pensamiento de Bleger es el
plantean nuevas preguntas y formulacio- modo de funcionamiento de la simbiosis,
nes, renovando así las formas de pensarlo. pudo así distinguir el encuadre de una
Algunos de ellos presentan y discuten en forma particularmente útil: con su rigidez
forma bastante radical elementos ideoló- y su carácter repetitivo, el encuadre era
gicos y sociales a través de los cuales el así el lugar perfecto para el refugio de la
encuadre ha quedado influido e implicado. ambigüedad. Bleger pudo escribir su texto
Estos trabajos resultan altamente sobre el encuadre porque se encontraba
constructivos por destacar —entre otros a su vez examinando la ambigüedad de
puntos de vista— la importancia del uso la situación analítica, en la que, paradó-
del encuadre en el análisis de pacientes jicamente, el tema del encuadre aparecía
particularmente difíciles, altamente trau- más claramente.
matizados y con una organización primi- Su estudio sobre el encuadre fue
tiva de su psiquismo. nutrido por su experiencia de trabajo con
reconsiderando el encuadre movible (en movimiento) en psicoanálisis… | 213
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grupos, especialmente como psicólogo gentino. Los fundadores del grupo psicoa-
institucional, a partir del hecho de que nalítico argentino no estaban interesados
cada institución necesariamente implica solamente en la práctica psicoanalítica
la existencia de un encuadre implícito o «clásica», sino también en su aplicación
explícito. Este es quizá uno de los aspec- a problemas tales como las psicosis, las
tos más innovadores de su texto: consi- enfermedades psicosomáticas y las difi-
derar la relación psicoanalítica como una cultades en el psicoanálisis de niños, así
institución. Describe aquellas personali- como también en el trabajo con grupos y
dades que tratan de organizarse a sí mis- con las instituciones. En los años de la caí-
mas sobre la base de la ambigüedad, a da de Perón, en 1955 y en el golpe militar
quienes ha llamado «personalidades am- de 1976, hubo un notable florecimiento de
biguas». Una de ellas es la «personalidad la vida intelectual y artística en Argentina,
fáctica», organizada en torno al soporte de y el desarrollo del psicoanálisis no fue un
una institución o de una forma institucio- fenómeno aislado.
nal. Tomando en cuenta que una parte de Una influencia crucial en la principal
nuestras representaciones internas son corriente del psicoanálisis argentino y uru-
internalizaciones de las instituciones a guayo entre los años cincuenta y setenta
las cuales pertenecemos, el ejemplo más fue el trabajo de Melanie Klein y sus se-
claro de ello es la familia. guidores. El compromiso de parte de los
John Churcher y Leopoldo Bleger han primeros psicoanalistas argentinos en lo
dedicado el capítulo introductorio a José que se refiere a todos los aspectos de la
Bleger y el encuadre psicoanalítico. Allí práctica clínica del psicoanálisis fue una
destacan que el encuadre es uno de los de las razones principales para la rápida
trabajos más conocidos de José Bleger. adopción de las ideas de Melanie Klein y
Publicado en 1967 en el International sus seguidores, tomando especialmente
Journal of Psychoanalysis bajo el título el concepto de identificación proyectiva,
de «Psicoanálisis del encuadre psicoana- que pasó a ser una poderosa herramien-
lítico», fue publicado ese mismo año en ta para posibilitarle al analista hacer in-
español como un capítulo que integra su terpretaciones que pudieran conducir el
libro Simbiosis y ambigüedad. tratamiento por el camino de la simboli-
Allí se describe el contexto del psicoa- zación y el trabajo psíquico.
nálisis argentino en los años cincuenta y Durante este mismo período, ha sido
sesenta. El trabajo de Bleger brinda un fundamental también el papel que tuvo
buen ejemplo del hilado a través del cual Enrique Pichon-Rivière, psiquiatra de
se ha ido conformando el psicoanálisis ar- origen suizo-francés, quien fue de una
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influencia formativa para José Bleger y trabajo sobre «La sesión psicoanalítica»
sus contemporáneos. Pichon-Rivière y basado particularmente en la noción de
sus colegas desarrollaron métodos de Pichon-Rivière sobre el psicoanálisis como
tratamiento en forma grupal e institucio- un proceso en espiral, en el que las inter-
nal para pacientes psicóticos, así como pretaciones sirven para abrir forzadamen-
también para pensar los grupos y las ins- te el cerrado círculo de la compulsión a la
tituciones. Algunos de los conceptos de repetición, así como también en el trabajo
Pichon-Rivière están incluidos en el libro de Racker sobre la contratransferencia, el
de José Bleger Simbiosis y ambigüedad; cual implica también una crítica a la no-
entre ellos, destacamos el concepto de ción de instinto planteada por el filósofo
vínculo. francés George Politzer en 1928.
Mientras tanto, la importancia del Podríamos decir entonces que en
concepto de contratransferencia crecía 1957 el trabajo sobre la situación psicoa-
fuertemente con Enrique Racker en Bue- nalítica visto desde una perspectiva dia-
nos Aires y Paula Heimann en Londres. léctica enfatiza la apertura al desarrollo
Leopoldo Bleger y John Churcher sostie- y al cambio, mientras que el trabajo de
nen la hipótesis de que la contratransfe- 1967 sobre el encuadre se enfoca sobre
rencia ha jugado un papel tan importante la misma situación, pero desde una pers-
en el movimiento psicoanalítico argentino pectiva vinculada a la compulsión de re-
debido, entre otras cosas, a que este está petición, explorando desde este punto de
conectado con la realidad cotidiana argen- vista con más claridad el funcionamiento
tina, donde la política toca todos los as- del encuadre.
pectos de la vida, desde lo público hasta El capítulo de este libro dedicado al
lo más privado. En este tipo de ambiente, pensamiento de José Bleger es de una
la persona se ve forzada a intentar com- inmensa riqueza, abarca entre otros te-
prender qué es lo que la política trata de mas: el de la simbiosis, la indiferenciación
hacer con ella, debiendo así ser capaz de y la posición glischro-carica, a partir de las
discriminar una posición propia. palabras griegas que se refieren a viscosi-
La combinación entre la orientación dad o adhesividad y el núcleo. Plantea así
clínica con la realidad política tal vez expli- que dicha posición persiste en la adultez
que el fuerte interés expresado en aspec- a través de lo que ha nominado «núcleo
tos «concretos» en el trabajo clínico; por aglutinado», al cual refiere como equiva-
ejemplo, el aspecto relacionado con la lente al planteo de Bion sobre «la parte
situación analítica, la sesión, el contrato, psicótica de la personalidad». A lo largo
el encuadre. En 1957 Bleger escribió su de la vida, este núcleo se mantiene alerta
reconsiderando el encuadre movible (en movimiento) en psicoanálisis… | 215
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para formar nuevas relaciones simbióti- sido en reconocer sus raíces, nombrando
cas, caracterizadas por identificaciones siempre a los autores. Vemos la posición
proyectivas masivas. Bleger argumenta de «no saber» —tomada de Marion Milner,
que es este núcleo el que se deposita Bion y Lacan— en acción, «enseñándonos
silenciosamente en el encuadre, perma- en forma dialéctica a pensar», tal como lo
neciendo escondido, no analizado, hasta expresa Haydée Faimberg.
la irrupción de alguna causa que lo vuelve Faimberg cita a Bleger:
manifiesto. Podríamos seguir aportando
mucho más acerca de estos profundos Pensar es siempre un diálogo y su he-
comentarios, pero esto iría en desmedro rramienta es la dialéctica, o más bien el
de las referencias a otros autores que han proceso de pensamiento es dialéctico,
colaborado en esta producción, y vale la tanto sea este conciente o no. Ser capaz
pena conocer algunos de sus importantes de pensar… Significa ser capaz de tole-
aportes al tema del encuadre. rar lo desconocido, ser capaz de aceptar
Así es que quisiera destacar algunas un quantum de ansiedad, ser capaz de
ideas expuestas en este libro por Haydée plantear problemas y ser capaz de acep-
Faimberg, quien tituló su trabajo «José tar la eventualidad de tener que comen-
Bleger y su actual relevancia en su encua- zar de nuevo, porque el pensamiento
dre dialéctico». Comienza su trabajo plan- sistemático (dialéctico) es como Kronos:
teándose la pregunta acerca de qué hace se come a sus propios hijos. (p. 41)
que un libro sea un clásico. Citando a Italo
Calvino, quien escribió que un clásico es Pichon-Rivière ha llamado a esta fun-
un libro que nunca ha terminado de decir ción co-pensamiento, que significa pensar
aquello que tiene para decir, cada relec- con alguien más, retomada en forma bri-
tura de un clásico es un viaje —voyage— llante por Bleger: la función de encontrar
de descubrimiento como si se leyera por en nosotros una forma de pensar que nos
primera vez. «preocupe» (involucre).
De esta forma, sostiene Faimberg que Faimberg destaca en su capítulo las
José Bleger es un clásico en relación con resistencias que generó en su momento
su pensamiento dialéctico. Por lo tanto, con su teoría, asimilando el encuadre psi-
ella elige para su texto referirse al con- coanalítico a la institución en la cual un
cepto de Bleger sobre encuadre dialéctico, ritual obsesivo podría establecerse, cuyo
reforzando la idea de la relevancia de sus único propósito sería, en palabras de Ble-
propuestas en nuestros tiempos. Enfati- ger, «asegurar la sobrevivencia del anali-
za lo particularmente cuidadoso que ha zando», y a su vez ella misma agrega que
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216 silvia flechner
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quizás también asegura la sobrevivencia el que ella piensa que le daría Bleger), un
del analista. El encuadre se torna así un concepto que incluye simultáneamente la
ritual, con lo que Bleger sostendrá que se negación, abolición y preservación de un
necesitará usar la lógica dialéctica para término, un término que se encuentra en
«diagnosticar» si el objeto de estudio —el un nivel superior, ya que, tal como sabe-
encuadre en sí— solo asegura su sobrevi- mos, en la tradición Hegeliana Aufhebung
vencia en lugar de facilitar la transforma- constituye una operación en relación con
ción psíquica, al decir del autor. el par dialéctico.
H. Faimberg se pregunta cómo toma-
rán las ideas de Bleger las nuevas genera- La segunda parte de este libro está diri-
ciones que no lo conocieron personalmen- gida a «Los modelos comparativos de la
te; su muerte fue muy prematura. Dado función del encuadre».
el hecho de que su enfoque concierne a En esta segunda parte del libro, Lyn-
un área problemática diferente, en un ne Zeavin, de Nueva York; Jon Tabakin, de
nuevo espiral dialéctico, sería de gran Los Ángeles, California; Peter Goldberg, de
importancia mantener su pensamiento. San Francisco; y Anthony Bass, de Nueva
Reconocer este legado no pone en riesgo York, nos traen aportes que enriquecen el
nuestra alteridad, ya que ha respetado concepto de encuadre desde diferentes
siempre él mismo en su propio diálogo puntos de vista.
los caminos personales elegidos por no- En su contribución «El setting y el en-
sotros, ayudándonos «a pensar aquello cuadre: Subjetividad y objetividad en la re-
que ni siquiera sabíamos que estábamos lación psicoanalícita», Jon Tabakin puntua-
pensando». Faimberg termina su capítulo liza que la concepción psicoanalítica sobre
planteando que Bleger fue el primero en cómo organizar una relación terapéutica
abordar simultáneamente el problema de ha oscilado entre dos nominaciones dife-
la ritualización del encuadre y la necesi- rentes: el setting y el encuadre, que gene-
dad de mantenerlo estable. La solución ralmente son tomados como sinónimos.
que nos trae es la dialéctica de dos encua- Tabakin explora la idea de que estos dos
dres: este es para ella el concepto original conceptos pueden referirse a diferentes
para la Aufhebung (según la autora, este aspectos. Según el autor, el encuadre
término podría ser traducido como «supe- connota estructura, mientras que la idea
ración», y nos aclara que no debería ser de setting estaría más bien referida a la
traducido como «síntesis» si se quiere res- relación psicoanalítica, distinguiendo así
petar el sentido que le dio el filósofo Kojé- dos aspectos de la relación analítica —la
ve, que es el mismo que le da Faimberg y estructura del encuadre y lo que da en lla-
reconsiderando el encuadre movible (en movimiento) en psicoanálisis… | 217
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situación en la cual el terror emana des- sonal así como lo hacen los estándares
de las instituciones de Estado —tal como que estructuran nuestra práctica.
ha sucedido en la dictadura argentina de Cuando el analista reconoce al otro
1976 a 1983—, cayendo nuevamente en aislado en estado de «dolor social», al de-
una lógica estructural de las institucio- cir de J. Puget, Hartman hace referencia
nes. Cita a J. Puget (2002), quien dice que a la posibilidad de abrir el espacio para
«se adopta una lógica causal, basada en la creación de los lazos que ayudarán a
falsas hipótesis, sostenida por valores resolver este problema; cita a su vez a
éticos perversos que promueven acciones Rogelio Sosnik, quien afirma que este en-
corruptas» (p. 145), con una estructura que foque agrega una dimensión social para
promueve la fantasía regresiva. Con esta la creación de la subjetividad.
lógica —que no importa cuán perversa El autor nos plantea que, a través del
sea—, la historia nos demuestra que el te- terror, el ciudadano se vuelve un vehícu-
rror reúne un tipo de estructura predecible. lo, transformándose en un miembro de
Sostiene que la historia nos provee la sociedad en riesgo. Dicha penetrante
de un referente del cual el terror carece, sensación de riesgo se mezclará entonces
haciendo referencia a dictaduras, segre- con un pavor innombrable.
gación racial (Apartheid), SIDA o Donald Para finalizar, expresa que los espa-
Trump. Los eventos históricos como estos cios abiertos, tales como las comunidades
son recordados por nosotros por tener un online, florecen con un acceso infinito y son
origen que nos estructura a cada uno, en usualmente vistos con sospecha por mu-
el encuentro con ellos, en nuestra propia chos psicoanalistas que prefieren —sien-
experiencia vivida; estos eventos fueron do aun un tratamiento online— tener un
confusamente polimorfos e imposibles de encuadre tradicional, a pesar de las nue-
precisar. La memoria social es para el au- vas formas generadas por espacios poten-
tor infinitamente inestable, a la búsqueda ciales online que podrían proveer mejores
de una estructura unificadora. ciberencuadres, los cuales tenemos que
Bajo estas circunstancias, el analista pensar relacionados a la experiencia del
trabaja con la posibilidad de reconocer las terror en el espacio psicoanalítico.
defensas contra el terror, así como uno Con el advenimiento de Internet, di-
podría hacerlo cara a cara con las fanta- chos espacios abiertos describen un es-
sías primitivas. Las defensas atravesarían fuerzo para impregnarnos del hacer con
entonces el campo interpersonal yendo otros, a través de Internet. Al usar com-
hacia el campo psicoanalítico profesional, putadoras y encontrarnos con un código
volviendo nuevamente al campo interper- abierto, nos encontramos en espacios
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online donde existe una enorme movili- cuchar el pensamiento del otro, compar-
dad psíquica y lugar para la creatividad. tiendo los sentimientos y movimientos del
Para ello, tendremos que dejar de lado las inconsciente. Cuando lo desconocido o lo
críticas hacia Internet, tales como ser un no pensado —los fantasmas, según Ble-
elemento de aislamiento social o tomar en ger (1967), o los residuos radioactivos, se-
cuenta solo su carácter adictivo. gún la propia autora— emergen, revivirán
Yolanda Gampel titula su trabajo «El experiencias traumáticas, rompiendo el en-
encuadre como frontera en una varie- cuadre y la continuidad del proceso. Estos
dad de encuadres-settings». En él, hace desmoronamientos abren la posibilidad de
referencia a la diversidad de imágenes incorporar aquello que ha quedado como
generadas por la muerte, convertidas en inaccesible dentro de los pensamientos y
cuerpos descuartizados, emociones catas- sentimientos del paciente, restaurándose
tróficas que vuelven a la mente a modo dentro del encuadre psicoanalítico.
de escenas no evacuadas, así como ten- La autora resalta que comenzó a
siones inscriptas a nivel corporal. Estos escribir este artículo en 2015, mientras
elementos nos asustan, apurándonos a tenía en mente su trabajo en contextos
establecer cierto orden artificial. culturales diferentes, así como también en
Por ello, Freud desarrolló un encuadre condiciones políticas, sociales e históricas
que establece ciertas constantes, cuyas diferentes. Mientras tanto, sucedieron nu-
fronteras hacen posible el despliegue del merosos hechos difíciles, y sintió que ella
proceso analítico, tanto para la mente del perdía ambos: el marco de sus reflexiones
analista como para el analizando. En 1912, sobre el trauma colectivo o social y el en-
Freud establecía la importancia de las cuadre de su propio trabajo psicoanalítico.
fronteras con el desarrollo de la «cura por La sucesión de dichos eventos se convirtió
la palabra» (the talking cure). A pesar de no en un trasfondo indiferenciado, mientras
haber usado la palabra encuadre, los auto- que al mismo tiempo adquiría la forma de
res psicoanalíticos que se refieren a dicho un solo evento que sabíamos que conti-
término lo hacen mencionándolo como «el nuaría a pesar de que su naturaleza y lo-
método tradicional de Freud». Gampel se calización podría sorprendernos. Citando
refiere al encuadre en forma general como a Deleuze (1987), señala que sería como
el marco que promueve el desarrollo del que dichos eventos hubiesen cambiado
análisis. Para la autora, el encuadre pro- el significado y la función, volviéndose
tege a los dos participantes en sus posi- parte de la vida; lo que se estaba expe-
ciones vulnerables, circunscribiendo un rimentando significaba más sobrevivir
ámbito donde dos personas pueden es- que vivir. Citando al filósofo francés Alain
reconsiderando el encuadre movible (en movimiento) en psicoanálisis… | 221
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Badiou (2005), Gampel nos expresa que inscriben en el análisis personal que rea-
el evento es un momento de exceso, una liza acerca del encuadre, desde el trabajo
invasión completamente impredecible de con un grupo de refugiados a través de
lo extraordinario, diferenciándolo de la Skype en tiempos de guerra, hasta los pro-
situación. En este sentido, plantea que blemas que surgen a partir de las situa-
no pueden ser simplemente olvidados y ciones anteriormente planteadas dentro
colocados fuera de la mente. La masacre del consultorio.
de Charlie Hebdo en París, los disturbios Sostiene que la invitación a participar
políticos y la violencia en Israel, la llamada en este libro se torna un marco de dis-
«crisis de los refugiados» —el gran núme- cusión con numerosos puntos de vista,
ro de personas huyendo de la guerra, el materiales clínicos sobre el valor, la nece-
terror y la persecución, buscando un futu- sidad, la inestabilidad o la evolución del
ro mejor en Europa— han generado una encuadre. Para la autora, sería imposible
ola increíble de solidaridad de parte de comprender al individuo, la familia o las
la sociedad, pero al mismo tiempo han crisis institucionales sin tomar en cuenta
desencadenado un intenso debate sobre una cultura que se encuentra también en
la política de seguridad en las fronteras. crisis.
Esta crisis, tal como lo refiere Gampel, ha Janine Puget titula su trabajo «Re-
contribuido a que reemerjan debates so- visitando el concepto de encuadre». Su
bre los límites, tales como las líneas de trabajo se enfoca en las contribuciones
demarcación de la autoridad, la ley y la de los psicoanalistas argentinos para la
identidad, pero, por sobre todo, llevó al comprensión de la relación entre analista
cierre de las fronteras externas y al mismo y analizando en un encuadre tradicional
tiempo a un desafío de las fronteras inter- de análisis individual, familiar, de pareja
nas. Posteriormente a ello, las cuchilladas o grupal.
comenzaron en Jerusalén, demostrando Según J. Puget, la deconstrucción de
que algunos incidentes pueden llevar a le- la noción de encuadre permitió adoptar el
vantar muros y dividir la ciudad. Mientras, concepto de «dispositivo», que incorpora el
el 13 de noviembre de 2015 a las 22:30 de campo social y toma en cuenta múltiples
la noche, en París se produjo un tiroteo en elementos que se encuentran en juego en
masa en el teatro Bataclan. Estos eventos la relación psicoanalítica. Se hizo evidente
han alimentado y se han alimentado de que había una diferencia entre interactuar
la pérdida del sentido de la racionalidad. consigo mismo en presencia del analista
La autora trae numerosos ejemplos —una interacción en la que el analista es
clínicos de diferentes situaciones que se visto como un objeto de la transferencia—
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e interactuar con otro y otros, lo cual inclu- estas lógicas divergentes genera nuevos
ye al analista como sujeto. Esta toma de problemas y desafíos para los psicoana-
conciencia marcó un quiebre con el encua- listas, extendiéndose a familias e insti-
dre psicoanalítico referente tradicional. tuciones. Las generaciones más jóvenes
Como consecuencia de ello, las prácticas son poseedoras de información que les es
terapéuticas que sustituyeron la noción de desconocida a los mayores, una dispari-
encuadre por la de dispositivo se ubicaron dad que constituye un verdadero desafío.
por fuera del psicoanálisis. Sumado a estas transformaciones, agrega
La noción de vínculo (link), sin em- que, en la mayoría de los países, el psi-
bargo, fue gradualmente incorporada al coanálisis se vio afectado por su populari-
vocabulario psicoanalítico y recibe diferen- zación, lo que lo convirtió en un obstáculo
tes definiciones, dependiendo del marco y generó que algunos conceptos perdieran
teórico que la sostiene. su significativo poder o fueran usados en
J. Puget plantea que el mundo ha contextos tan diferentes que han dejado
cambiado con el nacimiento del psicoa- de tomarse en cuenta con respecto a la
nálisis, aunque a veces aún deseamos complejidad de las relaciones humanas.
mantener en nuestra práctica diaria al- J. Puget se pregunta qué es necesario
gunos de los valores que llevaron a Freud para analizar hoy en día, planteando que
a formular la noción de encuadre y la regla se requiere que el analista sea capaz de
de abstinencia, preguntándose cómo po- tomar en cuenta una variedad de facto-
demos tener en cuenta los nuevos valores res que afectan la relación entre analista y
que están siendo incorporados a diario y analizado. Dejamos el campo de la lógica
los nuevos modos de comunicación. binaria para entrar en un campo de multi-
Plantea que es necesario darse cuen- plicidad. Esta transformación ha socavado
ta de que algunos de los problemas entre los fundamentos esenciales del psicoaná-
psicoanalistas surgen a partir de obstá- lisis, que se han vuelto imperceptiblemen-
culos en la coexistencia intergeneracio- te abiertos al cambio, a pesar de estar re-
nal planteados por diferentes formas de forzados con hipótesis ad-hoc. Cuando se
pensamiento, así como de la interacción multiplican excesivamente, tal como lo ha
con la tecnología. Las generaciones más planteado Kuhn (1962), las hipótesis ter-
jóvenes se han tornado más tecnófilas minan debilitando el núcleo de nuestras
a favor de la conectividad, mientras que teorías. A pesar de los intentos de preser-
las generaciones mayores continúan pen- var el sabor original del psicoanálisis, los
sando en forma lineal, causal, en térmi- desarrollos tecnológicos y culturales han
nos más asociativos. La superposición de vuelto imposible la verdadera ortodoxia.
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con las clásicas de Freud con respecto a recursos disponibles que actualmente po-
los pacientes neuróticos. Un ejemplo de seemos para lograr un contacto emocional
ellos son las investigaciones de Kernberg con ellos.
con respecto a los pacientes fronterizos, C. Eizirik agrega un comentario más.
así como los estudios de Marty en rela- Dice que a lo largo de estas últimas dos
ción con la psicosomática, tal como lo ha décadas hemos hecho un descubrimien-
descrito Marilia Aisenstein (1989/2014), to: la vejez existe y la mente y la angustia
nuevas enfermedades del alma (Kristeva, de la vejez resultan ser una nueva área
2002) o perversiones con J. McDougall de estudio y tratamiento psicoanalítico.
(1983); Green describe y sugiere enfoques Toma en cuenta una variable que no ha
posibles para estructuras no neuróticas. sido considerada: el ciclo de vida de los
Todas estas contribuciones indican pacientes y analistas atraerá a algunos
que la práctica contemporánea incluye pacientes de acuerdo a si somos más o
nuevos tipos de pacientes, mientras que menos abiertos a una escucha analítica
simultáneamente surgen más preguntas apropiada.
que respuestas. ¿Son estas, acaso, nuevas El autor se refiere a los tres mode-
patologías o son simplemente nuevas ver- los de formación con los que cuenta la
siones de las estructuras descriptas por Asociación Psicoanalítica Internacional
Freud y sus contemporáneos?, se pregun- (IPA, por sus siglas en inglés), así como
ta el autor. el tema de la frecuencia de las sesiones,
¿En qué medida los cambios cultura- planteando que hoy en día es menos fre-
les alientan lo que ha sido descripto como cuente ver pacientes de cuatro o cinco
la modalidad líquida o hipermodernidad, sesiones por semana, tal como sucedía
contribuyendo a plantear nuevos tipos años atrás. Muchas razones se han re-
de patologías? De acuerdo a su propia unido para que esto suceda, incluyendo
experiencia, C. Eizirik encuentra una pre- problemas financieros, resistencias, las
dominancia de pacientes neuróticos, así grandes distancias en centros urbanos,
como también están presentes los des- las dificultades del analista para proteger
órdenes de la personalidad; son pocos el encuadre, la competencia con métodos
los pacientes descriptos por los autores terapéuticos de menos sesiones, la moda
anteriormente nombrados. Sostiene que actual de favorecer un menor contacto y
la mayor diferencia entre nuestra prác- un tratamiento más rápido. Se pregunta
tica y la del pasado parece ser el hecho entonces si un tratamiento de dos veces
de que no aceptábamos a estos «nuevos» semanales podría ser considerado aná-
pacientes para análisis o no teníamos los lisis. Parece insuficiente, para definir un
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ción analítica. En general, para este grupo Con respecto a las instituciones psi-
la formación es un período de su análisis, coanalíticas, nos dirá que un elemento
que continúa luego de finalizar los proce- que puede estimular o desestimular la
dimientos institucionales hasta completar identidad psicoanalítica está relacionado
el proceso analítico. Para estas personas, con el clima institucional que predomina
la formación es un encuentro accidental en cada sociedad o institución. Se pregun-
en el análisis. El segundo grupo está for- ta hasta qué punto el pensamiento crítico
mado por personas que buscan la forma- e independiente es bienvenido, hasta qué
ción como primer y principal propósito, a grado los procedimientos y reglas se tor-
pesar de reconocer la existencia de dificul- nan una especie de fetiche que debe ser
tades emocionales. Generalmente hay un obedecido porque sí, hasta qué punto el
elemento de urgencia o presión dentro de clima institucional estimula a los futuros
este tipo de análisis, en el cual el paciente analistas a participar en sus actividades
finaliza tan pronto como haya alcanzado ofreciéndoles dar sus opiniones o, a la in-
los requerimientos institucionales. Existen versa, los mantiene tímidos y en temeroso
numerosas razones aparentes para que silencio que solamente podrá romperse
esto suceda: el costo, la distancia, las de- luego de muchos años e infinitos encuen-
mandas familiares, etc. No sería honesto tros posteriores.
generalizar, pero según la observación del C. Eizirik no comparte la idea de
autor, el primer grupo demuestra conte- mantener el análisis de los futuros ana-
ner a aquellos analistas que poseen una listas solamente en manos de analistas
identificación más cercana con la función didactas o miembros titulares. Que esto
e identidad analíticas. implique que tengan más experiencia
A partir de este punto, C. Eizirik nos parece ser, según el autor, una excusa
devuelve la pregunta que merece una im- insuficiente. Plantea que muchas veces,
portante atención: ¿Por qué Freud tuvo la cuando se debe realizar el pasaje del
curiosa idea de recomendar reanalizarse análisis satisfactorio con un miembro
cada cinco años? El autor tiene la impre- asociado a un analista didacta debido al
sión de que el reanálisis no es algo co- deseo de iniciar la formación, se puede in-
mún entre los analistas, y sugiere que hay terrumpir despiadadamente una relación
una dificultad para seguir siendo agudo analítica que venía desarrollándose muy
y permanecer al día en nuestro campo si bien, mientras que en otros casos el cam-
no tenemos la humildad de realizar lo que bio puede resultar beneficioso. C. Eizirik se
Freud refirió como una purificación psicoa- refiere largamente también al tema de la
nalítica periódica. supervisión. Un estudio realizado en los
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institutos de formación en Alemania (Na- rís. Trabaja por teléfono con pacientes
gell, 2014) ha identificado cuatro estilos que viven en cualquier ciudad, sin estar
de supervisores: el defensivo-controlador, presente. Sus pacientes tienen sesiones
el pragmático, el orientado hacia la rela- regulares, siempre a las mismas horas, y
ción y la experiencia, el facilitador y sos- es él quien modifica su agenda seis horas
tenedor. Mientras que por el lado de los para adelante o seis horas para atrás, y
supervisandos se vería el estilo fóbico y de aclara que, lógicamente, no es lo mismo
evitación, abierto-interesado, auténtico e trabajar telefónicamente que hacerlo en el
investigador, reservado- adaptativo. Estos mismo espacio que el paciente.
modelos parecen ser muy útiles cuando Rich eligió no usar Skype para no
pensamos en la experiencia de supervisar tener que sentirse atado a una cámara
a colegas más jóvenes. Para finalizar su durante todo el día y también porque en
trabajo, toma el punto de devenir y man- el psicoanálisis tradicional el paciente no
tenerse como psicoanalista, planteando mira al analista. Si bien nos plantea abier-
su punto de vista personal, que implica tamente que no es lo mismo trabajar tele-
como elemento central los subsecuentes fónicamente que en persona, no está de
años de vínculo con la experiencia clínica, acuerdo con los colegas que plantean que
la acumulación de horas de trabajo psi- eso «no es realmente análisis». Plantea
coanalítico, así como también la acumula- que el análisis telefónico es tan diferente
ción de éxitos y fracasos en el tratamiento como analizarse tres sesiones o cinco se-
con pacientes. La habilidad de compartir siones, diferente si el paciente está recos-
los cambios psíquicos del paciente, la ca- tado en el diván o sentado, diferente si el
pacidad de expandir su mente, así como paciente realiza un análisis condensado.
la capacidad de amar, sentir y trabajar Plantea que es simplemente diferente.
colaboran para reforzar la creencia (de Rich plantea que el encuadre es
acuerdo a Bion) en nuestro método. para los dos casos el mismo, la postura
Harvey Rich es de Washington, Esta- tradicional de la sesión psicoanalítica es
dos Unidos, y pertenece a la Asociación recreada telefónicamente. El paciente no
Psicoanalítica Americana. Titula su traba- ve al analista, mientras que el analista
jo, rememorando una novela de Charles es libre de utilizar su atención flotante. El
Dickens, «Historia de dos ciudades», de- encuadre se expande permitiendo a las
bido a que su vida ha transcurrido en dos dos partes incluir el hecho de un espacio
ciudades: Washington y París. Durante colaborativo, requiriendo un nivel mayor
cuarenta años ha vivido en Washington de desarrollo psicológico. Se encontró que
y los últimos catorce lo ha hecho en Pa- los pacientes fronterizos, así como otros
reconsiderando el encuadre movible (en movimiento) en psicoanálisis… | 229
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central, con todas las expresiones diversas Hoy en día sabemos que a través
posibles. Los psicoanalistas somos muy del ciberespacio podemos acceder a una
conscientes de la importancia de este con- variedad increíble de información sobre
cepto desde los inicios del psicoanálisis, cualquier tema, podemos también inte-
pero se pregunta: ¿Cuál es este cuerpo con rrumpir el flujo moviéndonos en cualquier
el cual lidiamos? Sostiene que no estamos momento, pasando de páginas web a vi-
hablando del cuerpo anatómico-biológico, deos y todo tipo de redes sociales. El autor
sino de un cuerpo pulsional en el cual la se pregunta si acaso este procedimiento
palabra Trieb es usada para describir ese cambia también el escenario analítico. El
salto que va del cuerpo al cuerpo-mente. mundo del que tenemos una idea y que
Plantea a su vez el establecimiento de estamos viendo en nuestros consultorios
un espacio diferenciado, una suerte de ce- está girando rápidamente. Todo se acele-
sura o límite que aparece entre lo que lla- ra y, examinando más a fondo, los «obje-
mamos intrapsíquico y lo intersubjetivo, un tos» que se han vuelto parte de nuestras
límite que tiene su propio espesor dentro sesiones se están tornando más y más
de los límites del trabajo analítico, volvién- tangibles. La intrusión, por ejemplo, de
dose límite y contenido al mismo tiempo, objetos tecnológicos que los pacientes
ya que tiene un espacio dentro que está ocasionalmente traen —tales como los
establecido por la díada paciente-analista celulares para mostrarnos un texto, los
y que encuentra en el encuadre un signi- sonidos y las luces provenientes de los
ficado particular reflejado en el encuadre dispositivos— crean una hiperestimula-
interno del analista (concepto también ción permanente de los sentidos, que no
trabajado por Alcira Mariam Alizade de la necesariamente colaboran con la simbo-
Asociación Psicoanalítica Argentina, pero lización; de hecho, generalmente la inhi-
desde otro punto de vista muy diferente). ben. Esto debe hacernos reflexionar sobre
Según el autor, el concepto de encua- la diferencia que hay entre conexión, que
dre interno es particularmente importan- no es lo mismo que contacto.
te cuando se habla de realidad virtual y Para concluir, el autor propone que
nuevas tecnologías. Con esto no devalúa como analistas es fundamental mantener
el encuentro y encuadre analítico en sí, nuestra actitud crítica, una función que
sino que recalca cómo debemos confron- puede ayudarnos a definir —o intentar
tarnos a nosotros mismos hoy en día con hacerlo— aquello que está sucediendo
una realidad cambiante y con un proceso en la sociedad de hoy en día. De hecho,
progresivo de «desmaterialización» a nivel plantea que el consultorio no es solo la
de las relaciones. compleja historia emocional del paciente
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que se actualiza, sino que es también una Negamos así nuestra dificultad para
buena representación de la complejidad mantener una actitud psicoanalítica, en re-
de la mente en sí y cómo esta funciona en ferencia a nuestro encuadre interno, abier-
general. El autor plantea que nos perca- to a los sueños y los pensamientos aun sin
tamos de que esto es solo el inicio de un un pensador, proyectándolos en los que
proceso en el cual todos los seres huma- creemos que no saben acerca de la espe-
nos estamos profundamente inmersos. La cificidad de nuestro método psicoanalítico.
pérdida de un encuentro individual físico, Plantea que Bion (1965/1984) dice
la confusión entre mundos internos y ex- que todo cambio es una experiencia ca-
ternos, las relaciones adictivas con sepa- tastrófica, en el sentido de su etimología
raciones que han sido eliminadas por la griega, que significa «inversión». La inver-
conexión constante son riesgos, mientras sión del sentido, la visión del sentido, de
que por otro lado están también las opor- las cosas y del mundo requiere que nos
tunidades que estos nuevos «mundos» enfrentemos al dolor, a la soledad y al
nos ofrecen y que, además, son imposi- miedo. Según la autora, estos sentimien-
bles de aquietar. Lo mejor que podemos tos surgen de la desorientación producida
hacer es contenerlos, cuando contener por el temblor que le deviene al yo. El úni-
significa también explorar y aceptarlos co camino hacia el crecimiento psíquico
como cualquier otra experiencia. es no negar el cambio catastrófico que
Mónica Horovitz nació en Buenos destruye el estado psíquico preexistente
Aires. Es miembro titular de la Sociedad y se abre a los pensamientos que están
Psicoanalítica de París (SPP) y de la Socie- en las sombras del futuro.
dad Psicoanalítica Italiana. Su trabajo es Se pregunta cómo debemos definir el
«Turbulencias psicoanalíticas en el cibe- cambio de nuestra experiencia corporal en
respacio». En él se pregunta cómo enfren- los límites de la realidad si el encuentro
tamos los cambios cuando amenazan con de los cuerpos se torna superfluo en un
abrumarnos y llevarnos a lo desconocido. mundo virtual que aniquila la fuerza im-
¿Evitando la pregunta? Ese fue su primer puesta por la unidad psicosomática. ¿Qué
impulso; estuvo tentada a tranquilizarse será del destino del cuerpo en la mente
retirándose en lo que Baranger y Baran- como experiencia de verdadera intimidad
ger (1961) han llamado bastión, obstru- en el ciberespacio? Para la autora, la ex-
yendo así la curiosidad sobre el cambio periencia vivida por el cuerpo es un as-
y las nuevas formas de subjetividad, así pecto fundamental de la emoción; conecta
como los síntomas y sufrimientos que han lo psíquico con lo somático, explicita que
sacado a la luz las nuevas tecnologías. para ella la experiencia emocional sucede
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El 16 de abril del 2018 falleció el Prof. Dr. Ángel Ginés, luego de un prolonga-
do padecimiento. Lo conocí primero a través de mi esposa, a la que supervisó
con sus primeros pacientes de psicoterapia. A ella la sorprendió la afabilidad
con la que la trató y la condición de no cobrarle honorarios que superaran lo
que ella le cobrara a sus pacientes, lo que no era para nada frecuente en esa
época y daba cuenta de una postura frente a la profesión que creo mantuvo
siempre. Reflejaba cierto desprendimiento por lo material, poniendo por
delante lo que consideraba justo, aunque fuera contra la corriente.
Un tiempo después lo conocí personalmente en el Post-Grado de Psi-
quiatría. No era el profesor típico, que daba sus clases magistrales, ni buscaba
tener la última palabra. Recuerdo una oportunidad en la que, en una clase
en el Hospital Pasteur, se presentó una paciente diagnosticada con «trastor-
no depresivo mayor crónico» y resistente al tratamiento antidepresivo. Se
le hizo una entrevista muy completa y se leyeron los antecedentes, en los
cuales se repetían más o menos las mismas cosas. Ginés sabía que yo tenía
cierta formación en psicoterapia analítica y me pidió que la siguiera. En la
primera entrevista, la señora me relató que ella en realidad no dormía, estaba
en constante preocupación y tristeza porque desde hacía dos años un hijo
de su actual esposo, de más de veinte años, había ido a vivir con ellos. Era
adicto a la PBC y les había robado, estando ellos dormidos, hasta el televisor
del cuarto. El marido se sentía culpable frente a este hijo del que no había
podido ocuparse como hubiese querido y para el que no encontraba salida.
normas de publicación
revista uruguaya de psicoanálisis
table of contents
Editorial ........................................................................................................................................... 7
Thematic
Covering helplessness
Gladys Franco............................................................................................................................143
Book review
In memory