Vendida Al Billonario

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vendido al multimillonario
JOSIANE VEIGA
1 EDICIÓN
2022
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este trabajo puede ser
reproducida o transmitida por ningún medio (electrónico o mecánico, incluidas fotocopias
y grabaciones) o almacenada en ningún sistema o base de datos sin el permiso por
escrito del autor.
Esta es una obra de ficción. Los hechos narrados aquí son producto de la
imaginación. Cualquier parecido con nombres, personas, hechos o situaciones de la vida
real debe considerarse pura coincidencia.
Título:
Romance
ISBN – 9798413001103
Texto Copyright © 2022 por Josiane Biancon da Vega
Sinopsis
Todo mi cuerpo temblaba.
Alex volvió a mi boca. Su beso fue tan reconfortante, tan lento,
como si yo fuera algo muy preciado. De alguna manera, me tocó mucho.
No necesitaba ser tan amable con algo por lo que pagó, pero aún lo tenía.
Si no lo necesitara tanto, le devolvería su dinero.

ahora y dárselo gratis, porque este hombre era demasiado.
"Sostén la cabecera de la cama", murmuró contra la mía.
boca.
¿Qué harías si estuvieras arruinado, al punto de ser desalojado, y tu
madre estuviera muy enferma, necesitando medicamentos que no pudieras
pagar?
Bueno, yo no tenía ningún talento. No hay trabajos de ensueño.
Realmente no tenía nada que ofrecer aparte de mi himen. Ser virgen ahora se
sentía como una ventaja. Así que subasté mi virginidad al mejor postor. Y el
comprador fue Alex Durval. Un hombre poderoso y misterioso que puso mi
vida patas arriba.
Capítulo 1
No podía prestar atención a la pantalla que mostraba la mía.

parte delantera. Sabía cuál era mi trabajo. Sabía que tenía que
entregar el informe al final de la tarde. Entendí todo sobre el
desempeño de mi deber. Pero aún así, era como si todo se hubiera
borrado, rastros insignificantes que no importaban en absoluto.
Algunas personas cruzaron mi mesa, pero no vi sus rostros.

Después de todo, yo no era recepcionista. fue la mierda
de un asistente administrativo. Alguien que se queda en un rincón de la oficina

haciendo de todo, ganando poco y siendo tratado como si pudiera ser reemplazado en
cualquier momento, como si mi trabajo lo pudiera hacer cualquiera.
Suspiré.
Tal vez podría...
Mi jefe me gritó momentos antes. Estaba con
lágrimas en sus ojos, pero trató de no pensar en la vergonzosa situación.
“Te pago para que vengas a trabajar, para que no faltes cada dos días,
ningún día” , dijo.
Y eso no es lo que dije. Fue como dije. Fuertes gritos de enfado, como si
fuera un niño de cinco años que hubiera hecho algo malo, en medio de todos los
demás empleados de la sala.
Las caras se volvieron hacia mí, cada una interesada en mi reacción que no vendría.
Oh Dios... Si tan solo pudiera levantarme de esta silla y despedirme.
Nunca más, idiota...

Mi teléfono sonó. Lo tomé y me aclaré la garganta para aclarar el llanto.
que se sentía atorado en mi garganta.
— Oficina de Contabilidad, Gisele — La línea se cortó. Todavía
prueba una palabra. - ¿Buenas tardes? ¿Cómo puedo ayudarte?
Me colgaron en la cara. Aparentemente equivocado. Pero sirvió para que la
gente volviera a mirar mi lado de la oficina, esa mezcla de lástima y vergüenza.
Estaba un poco deprimido por todo lo que estaba pasando. Sentí como si
tuviera toneladas sobre mis hombros. El hecho de que trabajara en un ambiente tan
opresivo solo empeoró las cosas.
- Oye Gi...
Una voz suave entró por la puerta. Observé a mi mejor amigo parado junto al
enfriador de agua. Trabajaba en la misma empresa, pero en una industria diferente.
Algunas caras se volvieron hacia Alice. ¿Creían que iba a contarle lo que
había pasado? Alice era toda enorme, llena de tatuajes, pelo corto y rapado,
francamente, parecía un hombre que va al gimnasio todos los días.
días. Y sé que si ella supiera que mi jefe me gritó de una manera tan horrible, iría a él
y le diría lo bueno y lo malo.
Pero, este no era el momento para que yo la molestara con eso. Incluso
porque necesitaba desesperadamente que las cosas volvieran a estar en paz.
- Hola Alice.
- ¿Todo bien?
- ¿Sí y tú?
Caminó hacia mi escritorio, sus ojos parecían leerme.
Algunas personas en la oficina creían que éramos novias, ya que Alice era lesbiana y
parecía prestarme atención solo a mí.
Sin embargo, solo éramos amigos, nos conocíamos desde la escuela secundaria.
—Pareces cansada —murmuró ella.

Las lágrimas se formaron en mis ojos. Estaba pasando por el peor momento
de mi vida. No podíamos pagar el alquiler del pequeño apartamento en el que vivíamos
y mi madre estaba enferma. Muy enfermo. Mis ausencias eran siempre para
acompañarla al médico.
- Yo estoy...
"Oh, amigo... ¿Hay algo que pueda hacer por ti?"
¿Me podrías conseguir unos cuantos millones?
"No, Alicia...
Mamá era ama de llaves para personas que nunca firmaron su billetera. Ahora
no tiene garantías de salud, y la trabajadora social dijo que tiene una hija mayor que
vive con ella y trabaja, por lo que no la pueden ayudar. Aparentemente, si fuera un
holgazán con uno o dos niños sin padre, nos brindarían apoyo.
— Gisele… lo siento.
- Yo necesito dinero. Así que si sabes de algo que
está pagando bien... como extra... ¿Puedes avisarme?
Ella asintió. Alguien cruzó el pasillo y la llamó, pero Alice no se movió. Había
algo en su rostro, algo indescifrable, y no pude levantarlo.
"Gi... Yo sé algo...
- ¿Mismo?
"No puedo hablar aquí...
No podía dejar mi puesto, a riesgo de volver a escuchar los

gritos de mi jefe.
"¿Tomas un café conmigo al final del día?"
•••
"La tía María va a hacer una especie de subasta..."
El burdel de la tía María era famoso en esa ciudad. Todo el
mundo había oído hablar de él desde que eran niños. Era del tipo
babilónico, con varias putas y putas al gusto del cliente.
Sólo los ricos asistieron. Muy rico. Alice me confió que cuando su
padre la echó de la casa porque no aceptaba su sexualidad, cumplió
dos meses en Babilonia y tuvo aventuras con varias mujeres ricas que
la sacaron de esa vida y le pagaron la universidad. .
"Yo... no puedo convertirme en una prostituta... no puedo

Puedo —tartamudeé. "No quiero ofenderte, pero no...
"Ahí está. Tía María ya tiene la casa llena de prostitutas, niños
y niñas, tan hermosos que son un pecado. Tiene de todo, blancos,
negros, marrones, amarillos, pelirrojos... Al millonario solo le falta
señalar con el dedo, dejar en sus manos alguna cantidad absurda, y
hay quien la quiere. Ella no quiere putas nuevas.
Me toma por sorpresa. Tal vez pensé demasiado rápido que
alguien querría que fuera una prostituta de alto nivel. Realmente no
era tan bonita. Era muy común, no muy atractivo.
Me deslizo hacia atrás. El olor a café llena mi nariz y examino

las paredes detrás de Alice. Están pintados de gris, con algunos
dibujos insignificantes como adorno.
Incluso la cafetería que frecuento es sosa y vacía.
Creo que todo esto refleja un poco mi vida.
"¿Ella quiere una criada, entonces?"
"En realidad... ¿Recuerdas cuando hablamos, esa noche
después del cine?" ¿Sobre nuestras vidas amorosas?
Alice me contó sobre todas las chicas con las que tuvo sexo y
cómo se enamoró de cada una; y hablé de mi amor platónico por Chris
Hemsworth.
— Sí, ¿qué tienes?

“Bueno, no tuviste una vida amorosa.
Saludé. Eso era cierto.
"Así que... supongo que nunca has tenido sexo".
Fue un poco vergonzoso, está bien. Alice y yo nos conocíamos desde la
escuela secundaria, pero nuestra amistad nunca fue muy estrecha.
Fue solo después de que comenzamos a trabajar en la misma empresa que nos
convertimos en confidentes. Sabía de mi madre y sabía cómo recibí un aviso de
desalojo el mes pasado.
También supe que ningún hombre me ha mirado nunca, que no salgo de
noche y que no bebo alcohol. Yo era muy puritano, a pesar de no ser religioso. Solo
que, tan pronto como me gradué de la escuela secundaria, a mi madre le diagnosticaron
cáncer y la batalla se había prolongado durante tres largos años.
— No… nunca lo hice, ¿por qué?

— Entonces... Sabes que el burdel de la tía María ya tiene generaciones,
¿verdad? La primera tía María fue su abuela. El segundo, la madre.
Y ahora, ella... No sé el nombre del dueño. Así, la "Tía María" tendrá una súper fiesta
con miles de invitados. Una especie de orgía para celebrar los setenta años al frente
de la casa.
No podía ver a dónde iba con esta historia. ¿Pensó mi amiga que yo, que
nunca alcancé a besarla en la boca, iba a participar en una orgía?
- ¿Y?
"¿Y alguna vez has pensado en ir a la universidad?" ¿Y tener el dinero para
el tratamiento de tu madre? ¿Y además poder pagar el alquiler tranquilamente?
Se sentía como un sueño, pero sabía que nada en la vida era gratis.
— La tía María va a hacer una subasta para millonarios.

- ¿Subasta?
“Solo para chicas vírgenes. Mayores, por supuesto. Pero vírgenes. Cosa que
no le será fácil de arreglar, porque sabemos que las chicas de hoy, a los dieciocho
años, ya tienen una vida sexual muy activa. Pero al final...
Oh Dios, no puedo creer que me esté sugiriendo esto.

Me siento tan... ofendido. Pero al mismo tiempo, sé que Alice

no es mezquina. Ella sabe lo difíciles que son las cosas y sabe que
yo haría cualquier cosa por mi madre. La mujer más increíble del
mundo, que me había cuidado cuando mi padre nos había
abandonado, y que ahora estaba a punto de dejarse llevar por una
maldita enfermedad que nos estaba arruinando.
"¿Estás sugiriendo que venda mi virginidad?"
— Miles de reales por una noche. Haces lo que tienes que
hacer, dejas que el tipo vea la sangre en la sábana, luego te vas a
casa con dinero para pagar el apartamento, para pagar las cuentas, e
incluso puedes deshacerte de tu jefe.
Fue muy tentador, no lo puedo negar.
Capítulo 2
El autobús traqueteó, su carrocería crujió con cada agujero en el

camino. Suspiro, mirando la noche a través de la abertura de vidrio
que está untada con algo parecido a la arcilla. No sé si es arcilla
exactamente y no quiero pensar si es otra cosa.
Oh Dios... estoy tan cansada. Me siento tan humillado. Y ni
siquiera le hablé al jefe Marcos que tendré que acompañar a mi
madre a una sesión de quimioterapia la próxima
semana. Se asustará cuando se entere. Ve a gritarme otra vez.

Escondo mi rostro entre mis manos ante la posibilidad.
El autobús se detiene en mi parada y me bajo. Pasan hombres del barrio
y uno me dice “hermosa”. Debes estar borracho, idiota.
Entro en el edificio popular en el que vivimos. Saludo a doña Marta, que

baja con los niños a quién sabe dónde, casi a las ocho de la noche.
El ascensor está roto. De nuevo. Así que tomo las escaleras, de dos en
dos. Tengo muchas ganas de ver a mi madre y ver cómo pasó el día, pero cuando
entro en el apartamento, está tranquilo y oscuro.
Ella salio. Probablemente estaba entregando algo de la tienda de segunda mano.

Desde que se enfermó, mi mamá comenzó a vender cosas en Internet para tratar
de ayudarme a complementar mis ingresos.
Me quito las zapatillas y luego camino hacia el sofá, dejándome caer en él.
Quería darle todo a mi madre, el mundo... pero todo lo que estaba dando
era lo mínimo. Y el mínimo indispensable no fue suficiente.
Una mezcla de sentimientos despierta mis lágrimas.

Estoy destrozado por el día difícil y demasiado cansado para ir tras doña Ângela.
Mamá siempre fue una mujer increíble, me crió completamente sola y ahora no
pude ayudarla en los momentos más difíciles...
Debería haber estudiado más...

Todavía estaba tomando un curso técnico, pero ni siquiera estuve cerca
de ingresar a la universidad. No obtuve suficientes calificaciones en ENEM para
obtener uno público, y poco después, mamá se enfermó.
Dejé la universidad para ir a trabajar. Y fue así, trabajaba de día, estudiaba de
noche, y pasaban los días y mis sueños se iban alejando.
Cuando era más joven, quería ser veterinario. Me encantaban los

animales, en la secundaria fui voluntaria en un refugio. La única razón por la que
no los tenía en casa era porque no podíamos bajo el contrato de arrendamiento.
Entonces soñé con ser biólogo, quería trabajar en algún bosque con pájaros...
Ah, todos los sueños tontos que pronto se enfrentaron a la realidad.
Me seco las lágrimas y me dirijo a la cocina para hacer algo. Si mamá

vuelve pronto, ella también tiene que comer algo. No soy bueno cocinando, pero sé
cocinar arroz y carne. Uso especias naturales que compré en el mercado cerca de
mi casa.
Después de que todo está listo, sirvo un plato y me dirijo a la mesa que
tiene mis libros para terminar la noche estudiando.
Solo tenía clase una vez a la semana. En los demás, aproveché para
recapitular todo. No podía permitirme repetir ningún semestre. Estaba haciendo
administración simplemente porque alguna empresa siempre necesitaba a alguien
en esa área. No era mi aptitud, pero al menos tendría un trabajo.
Trabajo... Recuerdo a mi jefe gritando y lo único en lo que puedo pensar es

en salir de ese trabajo.
Oh, si mi madre no estuviera enferma...
Si no estuviéramos arruinados...
Si tuviéramos una casa...
Si tuviéramos dinero...
La tía María está organizando una subasta para millonarios.
Le doy un mordisco a la carne mientras extraños pensamientos se apoderan
de mí.
Lo que está mal está mal, mi madre me enseñó.
Quedó embarazada a los diecisiete. No hubo apoyo de sus padres y su
novio desapareció. Y, sin embargo, luchó con dignidad para criarme.
El resultado: estaba arruinada, enferma y casi desalojada.

solo vírgenes...
No no...
Lo que está mal, está mal. Mi madre se moriría de desilusión si lo supiera.
¿Y cómo me acostaría con un hombre que nunca he visto en mi vida?
Tengo muchos complejos con mi cuerpo. Él no me gusta. Ni siquiera me

toco. Soy algo asexual. Sería una experiencia aterradora...
Que podría borrar viendo a un terapeuta... viajando a algún lugar

hermoso...
Dinero...
Es como bueno y malo. Ambos, angelito y diablo, en su

hombros, gritando.
Tomo mi celular. Es un modelo antiguo que sigue fallando, pero no está de
más solo mirar, ¿verdad?
Google. tía María. Subasta Virgen. Es
increíble que la búsqueda aparezca inmediatamente en mi pantalla. No es
un delito, porque todas las niñas serán mayores de edad. Esto está en negrita en
la primera página. También dice que todas pasarán por un ginecólogo para certificar
su virginidad. La subasta será en dos semanas.
La oferta inicial es de un millón...

Un millón...
Podría comprar una casa con eso. Paga el tratamiento de mamá.
Dejar mi horrible trabajo y abrir mi propio negocio.

Tal vez tomar un curso de aseo y abrir mi tienda de mascotas.
Cambiaría mi vida. ¡Fue increíble, cambiaría mi vida!
Por una noche. Una noche de mierda, sin importancia. Podría beber y dejar
que el tipo lo hiciera. Entonces nunca más, ¡adiós, saionara!
Había una pestaña para el registro.

Dejé caer el teléfono y volví a comer.
¿Qué estaba pensando?
Mi madre se moriría de pena.
Eso si el cáncer no la mató primero.
Cogí el móvil de nuevo. Esta mujer me dio todo, yo pude darle lo mínimo.
No me importa mi maldito himen, así que si un millonario quisiera pagarlo, ¡maldita
sea!
Abro la pantalla de registro.
Nombre.
Freno ahí. La duda me está carcomiendo. Era un camino sin retorno.
Ser prostituta, vender su cuerpo, era algo que nunca olvidaría.
Nombre...
Mi madre se merecía la dignidad.
Gisele Pereira.
Altura...
Peso...
Características físicas.
Hablé un poco sobre usted...
¿Estás dispuesto a hacer cualquier cosa...
¿Todo lo que? ¿No se pone y ya está?
Me rasco la cabeza, la duda vuelve.
Que significa todo esto?
No importa. Es solo una noche.
Si.
Luego pidió adjuntar dos fotos. Uno para la cara, uno para el cuerpo.
Realmente no me importó enviarlo porque, francamente, lo único que

importaba allí era que yo era virgen. Y una virgen dispuesta a dar cualquier cosa
por dinero. El todo significaba mi himen, por supuesto.
Hice clic en enviar, cuando de repente recuerdo que todo

podría significar que el tipo quiere comerme el culo.
Intento detener la carga, pero es demasiado tarde. ¿Y ahora?
¡¿Puedo decir más tarde que no me va a importar un culo?!
En serio, sé muy poco sobre sexo. Y lo poco que sé no es suficiente para
hacerme sentir seguro sobre la noche que viene.
•••
Pasaron dos días antes de que la tía María me contactara. Y, de hecho,
su nombre no era María, sino Valeria.
Ella era la actual gerente del burdel de lujo de la ciudad y le gustó mi currículum.
Al menos por puta que era.

“La tía María era mi abuela. Recibió el apodo porque en ese momento
los hombres que vivían en el campo decían que iban a visitar a sus primos en la
ciudad, ella se rió. “El apodo se quedó. Mi madre también se llamaba tía María, y
la gente todavía me llama así, siéntete libre de llamarme como quieras.
Fue extrañamente amable. Caramelo. Contento. Y me encantó mi

inscripción. Mi cara sin maquillaje porque ella podía ver como yo
era real. También le gustaba que yo fuera corriente, porque la mayoría de las chicas
que venían allí estaban muy en forma. Y últimamente había muchos hombres que
querían "formas femeninas". Y ella amaba mi himen.
"¿Puedes venir y podemos hablar en persona?" ella preguntó.
— Sí... Solo necesito confirmar que la información en el sitio web es correcta.

cierto... ¿El valor será de un millón?
"Inicial", dijo. — Puedes pasar, por supuesto. Pero, nos quedamos con el
treinta por ciento. Sin embargo, la mayoría de los clientes son muy generosos y, a
menudo, dan regalos de lujo. Joyas, ropa, coches... en fin, tal y como está en el sitio,
es una vida diferente, te conviertes en un muñequito con el que jugar.
"¿Pero no es solo una noche?"

— Si el cliente quiere algunas noches más, puede pagar el
adicional. La elección depende del cliente.
No quiero más noches. Solo quiero que termine pronto y tomo el dinero.
“No tienes que preocuparte porque la mayoría de ellos no exigen otra noche
si la chica no quiere. Por lo general, hacen todo lo posible para que te acepten y los
traten como gemas.
Algunos de ellos están casados con mujeres frías a las que no les importa.
Entonces, por un tiempo, quieren sentirse amados.
Amado...
Era difícil entender los sentimientos cuando las cosas
resplandecen en dinero y sexo.
Al fondo de la sala, vi a algunos colegas que llegaban del almuerzo. Pronto
mi horrible jefe también estaría allí.
— Valeria, me voy al final del día, ¿de acuerdo?
- Por supuesto. Le enviaré la dirección a su correo electrónico.
•••
Es obvio que el burdel estaba en una zona de lujo. Cubría casi toda una
manzana de la ciudad, y se podía ver la suntuosidad en cada esquina. Crucé la
entrada que estaba en el área exterior, antes del estacionamiento.
- Gisele? Puede entrar. Valeria está esperando. Un hombre señaló.
Caminé entre los autos. Todo lujo. Me pregunté si eran clientes o prostitutas.
Por lo que leí en Google, ganaron mucho dinero haciéndolo.
- ¡Hola Gisele! — una mujer me saluda en la entrada.

Está bien vestida, tiene unos cincuenta años y lleva el pelo recogido en un
moño.
Ella me lleva a un salón. Durante la siguiente media hora, Valéria me muestra
los alrededores, dónde tendrá lugar la subasta, dónde están las habitaciones, dónde
es la fiesta...
"Después de perder la virginidad, si quieres unirte a la orgía, obtendrás una
bonificación más", advierte.
¿Orgía?
Era justo lo que necesitaba.
Está bien, estoy aterrorizado. Sé que mi rostro brilla con miedo y pavor, pero
ella parece ignorarlo. Tal vez muchas vírgenes demuestren esto cuando van allí.
"¿Siempre tienes subastas vírgenes?"

“No es fácil encontrar vírgenes, cariño”, se ríe. “No más de dieciocho años.
Ah, si las chicas supieran cuánto vale un himen, nunca lo perderían por unos pies
andrajosos que solo las harán sufrir. A los hombres poderosos les encanta saber que
son los primeros. Hay algo ritual en ver la sangre de una mujer. Y lo pagan muy bien.
"Sobre el período extra... ¿puedo elegir no quedarme?" Pregunto mientras

nos sentamos cerca del escenario.
"¿Y por qué elegirías no quedarte?" Quedarte te da más.” Ella hace un gesto
con la mano que significa dinero.
"¿Qué pasa si no me gusta el hombre?"
“Tiene derecho a una semana”, advierte. “Está en el contrato que vamos a
firmar contigo y él. Primero, paga por la noche. Posteriormente, avisa que prorrogará
el contrato, e informa el número de días. El valor es el 25% del costo de la subasta, el
día. Es decir, si se mantiene el plazo completo, que son 7 días, puedes recibir hasta
el 175% del valor de la subasta. Por supuesto, debe deducir nuestra parte. Y la multa
si no cumples.
- ¿Mucho?
— Si el cliente paga, por ejemplo, dos días más, además de la noche de la
subasta, y te quedas solo un día, pagarás una multa del 50% del valor de la subasta.
Así que te sugiero que hagas un esfuerzo y aguantes todo el tiempo que él quiera,
pero nunca pasa de una semana. El contrato es explícito en una semana. Por lo
general, las chicas se quedan después de eso porque les gusta.
—¿Del sexo? —Casi no me lo creo.

- ¡Del dinero! exclamó ella, riéndose. “Bebé, a ninguna puta le gusta el sexo.
Tú, yo... cualquier chica... está en esta vida sólo porque tienes que hacerlo. “Es
verdad.” Asiento con la cabeza. - Mi madre...
- ¡No quiero saber! Ella me interrumpe. “Tus problemas personales son

tuyos. Y aquí dentro no tienes problemas. No con los clientes. Aquí eres solo una
virgen loca por dar, loca por descubrir cosas nuevas y loca por pertenecer al hombre
que compras.
Era eso. Sin máscaras ni eufemismos.

— ¿Cuándo firmo el contrato?
Capítulo 3
“ Tienes que abrir las piernas.

Miro a la mujer vestida de blanco frente a mí. Ya había ido al ginecólogo
por la tarde, y ahora estaba en una sesión íntima de depilación. Fue lo
más deprimente que jamás había experimentado.
Hice lo que la chica me ordenó que hiciera. Boca abajo en una

pequeña mesa rectangular, sentí que me abría las nalgas. Cuando
sacó la cera caliente de mi culo, casi me desmayo.
¿Qué era este dolor? ¿Por qué diablos la gente no se conformaba con
afeitarse?
- ¡Está listo! le gritó a Valeria, que apareció en la puerta.
con aire sonriente.
Ese viernes fue bastante cruel. Além do médico, da moça da depilação e de
um dentista que analisou meus dentes como se estivesse olhando a boca de um
cavalo, eu ainda passei por uma cabelereira que odiou meus cabelos ondulados e
fez uma progressiva que tirou de mim aquilo que eu considerava minha marca
registrada. Pensé en mis rizos saludables cuando me vi en el espejo, una línea recta
que estaba a punto de romperse.
No importaba. Lo que importaba era el dinero.

— ¡Preparé un hermoso vestido! - advierte Valeria. ella es tan
contento.
No parece que esté a punto de venderme como un objeto a un hombre que

cree que tiene derecho a poseer a una mujer solo porque puede permitírselo.
¡No!
Oh Dios, necesito sacarme estas ideas de la cabeza. Estoy aquí por mi
propia voluntad. Elegí esto, darle a mi madre una vida digna. Y solo serán unos días,
según tengo entendido. Me voy de aquí asquerosamente rico. Dueña de mi nariz.
Un vestido rojo aparece ante mis ojos.

Apenas puedo creer algo tan hermoso. Y parece que fue hecho especialmente
para mí. Me lo colocan con la ayuda de dos sastres, quienes lo moldean a mi cuerpo,
ajustando todo para que se resalten mis senos, y la suave curva de mis caderas se
convierta en una marca registrada.
me siento desnudo Tal vez por la forma en que la tela se asentó sobre el
mi piel. En la misma medida, me siento hermosa, poderosa.
- ¡Ha llegado la maquilladora! gritó alguien.
Todos gritan para avisar de todo. El sonido en ese ambiente es muy fuerte.
Varias chicas cruzando aquí y allá. Todos vestidos con ropa de diseñador, cabello
impecable, joyas, mucho maquillaje.
Nunca usé maquillaje. Siempre sentí que la base era como suciedad en mi
cara. Pero respeté las reglas y simplemente
Estuve de acuerdo cuando una jovencita apresurada apoyó mi cabeza

en una silla con apoyo y procedió a trabajar en mi rostro con ojos agudos.
- ¡Cuidar de ella! – preguntó Valeria. “Será una de nuestras perlas

de la noche.
- ¿Mismo? cuantas vírgenes
- Tres. Cada vez es más difícil conseguir vírgenes.
La mujer se rió. Aparentemente era un tema divertido.
Siento un tirón en mi mano cuando un chico gay se sienta a mi
lado y comienza a pulirme y arreglarme las uñas. El esmalte de uñas es
rojo, porque combina con mi piel pálida y el vestido.
Cuando estuve listo, me sentí como una persona diferente. Y yo
fui asfixiado por esa persona. La mujer que vio en el espejo era
completamente… fatal. El vestido, el maquillaje, la forma en que mi piel
clara se había vuelto aún más blanca... El contraste... Solo mis ojos
seguían siendo míos. Sólo existía para mi mirada.
Y estaba pidiendo ayuda.
“Mantén la calma”, dijo Valeria a mis espaldas. - Sé que no es
fácil. He visto muchas chicas como tú. Pero no se preocupe. Cierra los
ojos, aguanta esos pocos días y luego anulalos en tu cabeza. Pretende
que nunca sucedió.
Asentí, aunque sabía que ahora todo cambiaría mi vida.
•••
El ruido de la fiesta era fuerte y podía escuchar los gritos y las
risas desde donde estaba. Apenas podía respirar. Sentado en una silla,
mis palmas estaban sudorosas y mi corazón se sentía como si fuera a
estallar fuera de mi boca.
- ¡Niña! – exclamó Valeria en cuanto abrió la puerta. — La
segunda chica pasó el valor de un millón. Los hombres se pelean por
ella. Y ella ni siquiera es tan linda. ¡Imagina cuando te vean!
Apenas podía creerlo. ¿Qué pasaría si ningún hombre ofreciera

ningún valor? ¿Y si me encontraran repulsivo? ¿Y si hubiera alguien allí
que me conociera?
Yo negue. Simplemente no era parte de este mundo, y era completamente

desconocido para cualquiera allí. Sería anónimo.
Una mujer que solo existió por una noche. Y si alguien ofreciera un millón, estaría
bien. ¡Más que bueno!
—¡Un millón doscientos! Valeria gritó, entrando de nuevo. '¡Ella lo
consiguió!' Estoy tan feliz. Ahora es su turno. Extendió la mano. - ¡Venir!
Me levanto, es como si estuviera caminando sobre las nubes. No siento

mi cuerpo, mi alma está fuera de mí, viendo a esa mujer vestida de rojo caminar
asustada hacia Valeria.
Tomo su mano y permito que me guíe. Pronto llegamos al salón principal.

Está oscuro, pero puedes ver las caras en la audiencia.
La mayoría de las chicas están sentadas en el regazo de hombres que parecen
muy poderosos.
Reconozco a algunos políticos. Algunos artistas también. Llevo mi mirada
al escenario. Hay una mujer hermosa, de cabello oscuro y cuerpo escultural,
sosteniendo un micrófono.
Me voy a desmayar. Sé que lo haré.
— Nuestra principal perla de la noche. Las ofertas comienzan en
un millón. ¿Alguien?
Una mano sube. Otro. Un tercero aparece en el horizonte.
no entiendo que pasa Las ofertas están subiendo muy rápidamente.
“Tres millones para el caballero del Medio Oriente. ¿Alguien da más?
Miro al hombre de barba oscura. Es un poco viejo y me sonríe como si

estuviera frente a un plato de comida.
Empiezo a desesperarme, sabiendo que tendría que ir con este hombre.
“Tres millones y medio”, grita otro hombre desde el fondo de la sala.

sala.
Mis ojos lo buscan. pierdo aire Es alto, de hombros anchos, cabello
oscuro y ojos enigmáticos. Parece decirme más que el valor que sale de tus
labios.
— ¿Alguien puede darme más? - insiste la chica.
Hay mucho revuelo, pero hasta el oriental lo niega.

Aparentemente, por mucho que quisiera una virgen, el valor era completamente
irreal.
— Vendido a Alex Durval.
El martillo golpea.
Mi destino está establecido.
•••
Me tiemblan tanto las piernas que apenas puedo llegar al pequeño sofá de
la sala de espera. Valeria aparece en la puerta, se está riendo y tan contenta que
no puede creer lo buena que fue su noche.
¡Tres millones y medio! ¡Has batido nuestro récord!

Todo esto por mi himen. Fue increíble cómo los hombres
La gente poderosa podía gastar tanto en algo tan… idiota.
Me siento mal. La chica que trabaja en la despensa se da cuenta y me trae
un poco de agua helada. Valeria, sin embargo, no puede entender que estoy a punto
de desmayarme. Para ella, todo es un juego codicioso.
“Voy a hacer un viaje a las Bahamas este año”, me dice, como si su trabajo
fuera demasiado agotador. Tal vez fue. “Hacía mucho tiempo que no tenía una
noche tan provechosa.
Tan pronto como Alex realiza la transferencia a nuestra cuenta, ya estamos
transfiriendo su parte. Fue un placer tenerte con nosotros esta noche, querida.
Usted es nuestro invitado a regresar. Si quieres más...
Incluso sin virginidad, puedes tener mucho dinero como nuestra chica.
Ella sale de la habitación antes de que pueda decir que nunca lo haré.
para volver Estoy tan nerviosa, tan preocupada, estresada...
Mi celular suena. Es un mensaje de texto de mi mamá preguntando si ver
películas con Alice de noche es divertido. La culpa me carcomía, le mentí, y ni
siquiera sé cómo voy a explicar el dinero que llega a nuestras vidas, pero... tenía
que hacerlo.
Para ti madre...
Otro mensaje aparece en mi pantalla. Una alerta bancaria.
Aparece el número 2.450.000. Se encuentra en análisis financiero. Pierdo el aliento
al darme cuenta de que ahora soy rico.
—Alex Durval, ¿eh? El chico que me hizo las uñas apareció en la puerta.
“Pagaría por dárselo a ese hombre.
Este hombre.
Una persona.
Alguien.
Ahora pertenezco a una persona.
- ¿Quién es él?
- ¿Tú no sabes? Es el exnovio de Nubia Aragón.
- ¿La actriz?
El asintió.
Es asquerosamente rico. El padre es estadounidense, dueño de una
compañía petrolera. El hombre es muy poderoso, pero no reconoció a su hijo, porque
era el hijo de su amante, por supuesto. Pero él le dio miles de millones de dólares
como regalo, solo porque ella no le dio su apellido. La madre brasileña es accionista
de decenas de hoteles de lujo en todo el mundo.
Es un hombre de negocios aquí en Brasil. Ha salido con decenas de celebridades.
Siempre viene al club con sus amigos ricos, pero nunca ha comprado mujeres.
— Nunca?
¿Por qué diablos me compraría entonces?
“Pensamos que solo era un extraño soltero empedernido, a pesar de ser tan
guapo. Pero hoy decidió comprarte. Aplaudió. "Bueno, me tengo que ir", advirtió.
- ¿Que hago ahora? Pregunto antes de que se aleje.
"Espera por él. Ya debe haber pagado a Valeria, por lo que vendrá a ti
durante la noche.
Sí, pagó. Tanto es así, que Valeria ya transfirió mi parte. Así que me quedo
encerrado en el lugar, mi corazón late con fuerza, mis manos tiemblan, esperando el
momento.
La puerta se abre. Casi grito de miedo, pero es el dueño de la
Maldita sea lo que surge.
“Él pagó por nuestra suite”, dijo. “Nuestra suite principal. Qué noche vas a
pasar en casa de Tía María, cariño. Ella me arrastró.
Camino junto a ella hasta una escalera lateral en el área de servicio.

Después de subir al segundo piso, un enorme pasillo
incluso da una habitación bellamente decorada.

Todo allí es muy brillante, y mis ojos tardan un poco en acostumbrarse a la
luz. En ese momento me doy cuenta de una enorme cama doble con sábanas
claras, espejos por todas partes y pinturas eróticas que adornan la pared.
“Buenas noches, cariño”, dice Valeria.

Y sabes.
Estoy solo ahora. El pánico casi se hace cargo.

Busco agua, hasta que mis ojos ven una mini nevera. Lo abro y veo bebidas
alcohólicas.
Está bien.
Yo merezco.
Agarro una cerveza y me la bebo casi de un trago. El alcohol sube de
inmediato, pero logro tomar algo de calma. De nuevo me siento en la nube nueve,
era casi increíble que yo estuviera allí.
para tener sexo...
El pensamiento me hace palpitar.
El hombre que vi en el pasillo era muy guapo. Parecía un modelo de ojos
oscuros. Su boca generosa hizo algo... algo en lo que no quería pensar.
Al menos se lo daría a un chico guapo. Espero que sea amable.
¿Podría ser? ¿Pagaría solo para poder

¿Golpearme o reventarme ahí abajo?
Con el tiempo corriendo y nada de mi comprador viniendo a mí, empiezo a
caminar de un lado a otro de la habitación. Reviso los aparadores, solo por
curiosidad. Condones, lubricantes... Hay mucho ahí.
Hay un huevo de plástico. ¿Para qué es esto?
De repente tomo un enorme vibrador en forma de pene.
Observo esa cosa y me doy cuenta de que nunca antes había visto una.
Y esta noche lo haría.

La puerta se abre. Salto de miedo, la cosa se me cae de las manos. Me
agacho rápidamente para recogerlo y esconderlo, cuando noto que Alex Durval
está de pie frente a mí, con una risa en los labios y la postura autoritaria del jefe.
Dejo el pene en el cajón mientras trato de recomponerme.

Apenas puedo mirarlo, estoy tan avergonzado.
"¿Se llama realmente Gisele o se lo inventó para esta noche?",
pregunta.
Su voz es firme, casi ronca, muy masculina. Observo al hombre
y... misericordia, es muy guapo. Demasiado guapo, no entiendo por
qué me tuvo que pagar cuando estoy seguro de que decenas de
mujeres se lo darían gratis.
"Es... es mi... nombre... Sí...
Estoy balbuceando por puro miedo a lo que está por venir, pero
no necesariamente por miedo a él. Este hombre es tan intenso, con su
fuerte mandíbula cuadrada, su cuerpo tan grande como una montaña
pero extrañamente cálido, su voz profunda, su cabello oscuro peinado
hacia atrás.
"Soy tu héroe, ¿no?" él pide. - Te guardé esto
la noche de ese hombre. Escuché que le gusta golpear a las mujeres.
Lo miro asustada. Y extrañamente agradecido.
- ¿Es cierto? "Sí", responde. “Pero valió la
pena jugar al héroe. Eres muy hermosa, y realmente creo que
valió la pena cada centavo. Espero que en la cama sea igual de
gratificante.
Capítulo 4
Cuando era adolescente, soñaba con mi príncipe azul.

Saldría de la nada y me tomaría en sus brazos. Amor a
primera vista. Fue algo que siempre me sacudió.
Con la edad, me di cuenta de que no existe el amor a primera
vista. Atracción, sí. Podrías mirar a una persona y realmente sentirte
tocado por ella. Creo que eso es lo que experimenté cuando vi a Alex.
¿Mencioné que es hermoso? Lleva un traje a la medida, seguro que de una

marca famosa. La tela enmarca su cuerpo musculoso, de hombros anchos y muslos
deliciosamente gruesos. No puedo negar que me alegro de que sea mi primer
hombre.
Decidí prostituirme por dinero. por mi madre Ahora, simplemente estoy
limpiando mi mente de todos mis dogmas preconcebidos. Es una semana, si paga,
solamente.
Una semana para nunca más. Entonces, ¿por qué no experimentar y disfrutar lo
que las mujeres en televisión ya han usado a su antojo?
Es un puto bombón. Yo se lo daré. Y olvidaré que es por dinero. Solo
disfruta y deja que mi cuerpo se libere, palpite, que mi mente no cuestione ni culpe
a mi coño que ya me duele con anticipación, el calor que me toma y me sofoca
frente a un tipo así.
¡Es simplemente cachondo, maldita sea!
Maldita sea, ¿por qué me siento tan mal? ¿Tan culpable?

“Pareces muy mojigato. Casi una dama de cine
de los años cincuenta.
'Lo siento, es solo que... no tengo experiencia.'
- Sé que no. Si lo hiciera, no pagaría tres millones, cariño.
Él es rudo. Aun así, lo que dice con los ojos, no con la boca, es lo que me
hace temblar.
Él quiere comerme. Mucho. Está duro delante de mí. Vi algunos videos en
Internet para tratar de averiguar lo que me esperaba. Pero ninguno de los hombres
que vi tenía un mástil tan sugerente.
Su mirada desciende, recorre mi cuerpo. Ni siquiera me ha tocado todavía,

pero mis piernas tiemblan. Mis bragas están mojadas, mi corazón late tan fuerte
que no puedo controlarme.
“Vamos.” Extiende su mano.
Mis dedos lo tocan. Él está caliente. Estoy temblando tanto que no puedo
ocultarlo. Mira mi mano y sonríe.
“Está bien, cariño. Seré amable”, jura.
Son promesas que no hay certeza de que se vayan a cumplir.
•••
Me siento a un lado de la cama. Se sienta al lado mio.

En tus manos una copa de coñac. No parece ansioso por comerme, y empiezo a
dudar de que mi cuerpo valga lo que pagó.
"¿Así que nunca tuviste un hombre?"

negociar
'¿No es un novio?'
- No señor.
él ríe. Creo que es "señor".
- ¿Cuantos años tienes?
- Veinte.
Mi boca está seca. Si me ofreciera el coñac, seguramente lo bebería de un
trago, a pesar del horrible sabor que debe tener.
— Leí su formulario de registro. Estás listo para cualquier cosa. anal tambien?
¿Anal? Espera... ¿me lo va a meter en el culo?

Empiezo a tartamudear sin poder responder.
— Eres muy hermosa, Gisele. Pero tener veinte años y ser virgen... es casi
increíble. Nos hace preguntarnos si no habrá un noviocito por ahí que se la meta en
el ano, solo para que no pierdas el himen. O tal vez se estaba masturbando en sus
muslos o entre sus enormes pechos... ¿Alguna vez te ha deslizado una polla por el
pecho, Gisele?
Mientras lo negaba sin palabras, porque realmente no podía decir nada,

comencé a imaginar lo que sucedería si aterrizaba allí con fuerza. Desmayado.
Mortina da Silva. ¿Cómo le explicarían esto a mi madre?
“Yo nunca… nunca he estado con ningún hombre. I

Yo nunca...
“Está bien, cariño. No debería hablar así, pero quería ver tu reacción. La
forma en que estabas avergonzado me dice más que cualquier contrato.
Él se acercó. Su mano se deslizó por mi rostro. fue amable

“Pagué por ti no solo porque quería ser tu primer hombre, sino porque quiero
que realmente entiendas lo que es.
sexo.
De repente, la corta distancia entre nosotros se rompe. Alex toma mis labios,
sus manos agarran mi cuello, jalándome contra él para que pueda estar libre para
besarlo. Y le respondí, no porque me pagara, sino porque fue tan tierno en ese beso,
y porque me atrajo de una manera loca que no pude evitar sentir.
Es tan fuerte que cuando me pone encima de él, estoy fácilmente contra su
cuerpo duro, su polla sobresale contra mi vientre, dejándome en tal estado que pronto
estoy sin aliento.
y sin aire
“Quítate el vestido, Gisele. Quiero verte desnuda.

Estoy de pie ante él. En poco tiempo, Alex suelta su copa de brandy y vuelve
a tomar un sorbo mientras me observa quitarme el vestido por la cabeza. Luego el
sostén rojo y las bragas.
Nunca me he mostrado así a nadie. Mis grandes pechos están en sus ojos,
mi coño recién afeitado está húmedo y la forma en que Alex me mira deja claro que
le gusta lo que ve.
Alex tiene hambre y yo soy su comida.
Su mirada no me deja ni siquiera cuando termina su brandy y deja la copa
en la mesita de noche. Mi respiración se acelera, mi cuerpo tiembla, el fuego corre
por mis venas.
- Deite-se, Gisele.
Hago lo que me pide.
Alex no tiene prisa. Viene a mi lado, cerniéndose suavemente sobre mí. Está
mirando cada parte de mi cuerpo atentamente, sus dedos jugando con las areolas
oscuras de mi pecho. Alex aprieta suavemente mi pezón y un suave gemido escapa
de mi boca.
- Usted es tan caliente...

Luego baja la cara. Su boca está donde están sus dedos, y siento su lengua
rozar mi pezón.
Cierro los ojos mientras él chupa, mi cuerpo se arquea, mi boca gime, me entrego al
éxtasis que me trae.
¿Mis defectos? Se perdieron en el calor que emana. Estoy

lista, llena de deseos para este hombre. Me alegro de que sea el
primero.
La mano de Alex se desliza por mi cuerpo. Toca mi coño
ligeramente, pero luego abre mis piernas. Mi coño palpita, mi clítoris
suplica.
Luego baja. Simplemente deja mi cuerpo y se desliza hacia mi
centro. Se detiene frente a mis caderas y mira mi coño. Sonrío,
dándome cuenta de que mi cuerpo se retuerce por lo que está a punto
de suceder.
"Probaré tu inocencia", dice,
antes de hundirse.
Dejé escapar un grito de satisfacción al sentir su nariz
separando sus labios, la presión de su lengua en mi clítoris, su barba
arañándome los pliegues.
Alex me la chupa mientras yo gimo como una perra. Desliza su
lengua arriba y abajo, adelante y atrás y siento que estoy goteando
más y más, sintiendo más y más, mi cabeza se inclina hacia atrás, mi
cuerpo hacia adelante, estoy a punto de explotar en un millón de
pedazos, dado lo que este hombre me está proporcionando.
"Te vienes, cariño... ¿Alguna vez te has venido antes?"

"No... Álex..."
Alex... El sonido de tu nombre me irradia más. se ve natural
Yo lo llamo así.
— Ven ya, Gisele, ven mientras te chupo ese coñito caliente...
Arcos de placer me llevan. Dejo escapar fuertes gemidos rítmicos

mientras mi cuerpo explota. Se siente tan bien que no puedo pensar,
solo sentir, espasmos de placer que se apoderan de mí.
Sus manos agarran mis muslos mientras Alex bebe mi semen.
Estoy temblando, ahogándome en sensaciones. Alex es mi perdición.
Supe el momento exacto en que lo vi por primera vez.
Ahora, estoy seguro.
Capítulo 5
Mis ojos se clavaron en el espejo del techo. Estaba sonrojada, una figura
adornada por el rubor en la mitad de mis senos y mi cara.
Curiosamente, la experiencia también me hizo más hermosa, o eso
sentí, y me encantó la figura que vi reflejada allí.
Nunca vine antes. No de esta manera. Me he raspado los dedos
por el coño unas cuantas veces en los días en que no tenía nada más
que hacer, pero nada me preparó para el calor y el fuego que despertaba
este hombre.
Alex...
Le gustaba mandar. Me gustaba verme sumisa.
Me di cuenta de tu juego tan pronto como vi tu cara de aspecto salvaje.
Se puso de pie al lado de la cama. Empezó a quitarse la ropa. La camisa
reveló un pecho musculoso, adornado con mechones y unos pocos pelos oscuros
que caían y se escondían en la espalda.
ropa interior.
Cuando bajó la última pieza, yo estaba sin aliento. Su polla era enorme,
gruesa, pesada, dura. Estaba erecto, balanceándose frente a mí. Alex lo recogió,
lo frotó y me pregunté si me haría chuparle la polla.
no lo hizo
Simplemente regresó a la cama, deslizándose sobre mi cuerpo y se
concentró en lamer mi pezón izquierdo. Me muevo un poco, el placer regresa a mi
vientre, el impulso me hace suspirar.
Todo mi cuerpo temblaba.

Alex volvió a mi boca. Su beso fue tan reconfortante, tan lento, como si yo
fuera algo muy preciado. De alguna manera, me tocó mucho. No necesitaba ser
tan amable con algo por lo que pagó, pero aún lo tenía.
Si no lo necesitara tanto, le devolvería su dinero.

ahora y dárselo gratis, porque este hombre era demasiado.
"Sostén la cabecera de la cama", murmuró contra la mía.
boca.
Tenía un poco de miedo. No sabía lo que vendría. ¿Y si él... me hace
daño? ¿Y si fuera anal? Estaba muerto de miedo al sexo anal, vi algunas noticias
en Internet sobre lo antinatural que podría dañar la salud de una mujer.
Pero yo era una puta. Al menos mientras pagó. Así que tendría que
enfrentar lo que estaba por venir.
Mis pechos se balancearon mientras agarraba la cabecera de hierro.
Pronto, las suaves manos de Alex me reconfortaron, sosteniéndome y
acunándome. Luego deslizó su boca sobre mi caja torácica, tan suavemente que
me mojó y me dispuso de nuevo.
“Condones”, dijo, y una parte de mí recordó que había varios en la
habitación.
Cuando se levantó de la cama, en el espejo vi que iba a sacar uno de

los cajones. Luego golpeó el palo dos veces, para hacerlo más difícil, y luego
se lo puso. Tenía una expresión de placer y excitación que apenas podía
creer que fuera el mismo hombre serio que me compró.
Se acomodó entre mis piernas y besó la parte de atrás de mi cuello

suavemente, tratando de decirme que todo estaría bien. Pero sabía que
había llegado el momento del dolor. Aun así, estaba empapado de excitación,
estaba tan mojado que lo único que quería era sentir esa polla dentro de mí.
Así que me eché hacia atrás. Metí mi culo en su polla. Un gemido tan
delicioso escapó de sus labios y exploté.
Casi se estaba corriendo, solo por el sonido de su boca.
Entonces entró Alex. Así, sin pestañear. Hundió sus caderas en las
mías, su polla entrando en mi pulsante abertura, todo a la vez, haciéndome
gritar, sorpresa, dolor y no sé qué más sentimientos se apoderaron de mí.
Cuando llegó al límite. Detenido. Y déjame acostumbrarme a su polla

en mis paredes internas. Su boca rozó la parte de atrás de mi cuello, una
caricia reconfortante.
"Eres tan hermosa... y tan sexy..." murmuró tan suavemente que casi
no lo escuché.
No sé cuánto tiempo estuvimos así. Solo que, cuando comenzó a
golpear, no pude soportar la sensación y comencé a gemir en voz alta, un
sonido tan agudo que nunca había salido de mi boca.
- Gisele...
"Haz que me corra de nuevo", supliqué, fuera de control, mi coño
explotó cuando la vergüenza se convirtió en algo olvidado en mí.
Entonces sentí que mis músculos apretaban su pene con tanta fuerza
como si no quisiera soltarlo. Alex comenzó a embestir con más fuerza, más
rápido, la cama crujía junto con nuestras bocas, mis pechos subían y bajaban,
mis dedos se enroscaban alrededor de la cabecera, todo parecía girar.
Luego, después de un largo gemido, explotó, su polla vertió semen

en el condón, mi coño explotó con una sensación de pérdida porque quería
que me mojara.
Me derrumbé en la cama, mi cara contra la almohada. Alex

cayó encima de mí. Sacó su ya flácida polla de mi coño y la dejó
reposar sobre mi muslo después de quitarme el condón.
"Increíble", su murmullo resonó en mis oídos. “Me dije que solo
sería una noche, pero quiero hacerlo una y otra vez, me quedo contigo
toda la semana.
Sonreí. Fue horrible, pero entendí en ese momento que si Alex
me quería como su cortesana privada, sería suya para siempre. No
importaba lo equivocado que estaba.
Capítulo 6
Me desperté unas dos horas después con el sonido de la voz de Alex.

Estaba parado frente a la ventana, sus ojos fijos en la ciudad que
brillaba en la oscuridad. En sus manos, un iPhone brillaba y me di
cuenta de que Alex estaba en una llamada profesional.
Se ve tan serio en este momento. Un dios griego en contacto

con sus vasallos. Suspiro, dibujando tu cuerpo en
mi imaginación. Quiero recordar cada momento, porque fueron momentos increíbles.
“Por supuesto que no estoy de acuerdo. Las acciones bajarán de esta manera
—murmuró, su voz firme pero tranquila.
Es diferente a mi jefe. Claro, era un director ejecutivo importante y mi jefe era
solo un contador arrogante, pero podía ver la forma en que manejaba a sus empleados.
Enérgico pero respetuoso.

“Está bien, lo resolveré.
Luego cuelga. Sólo entonces se vuelve hacia mí. Mi boca se seca cuando
tomo su montículo elevado. Está semi-erecto, y listo para continuar conmigo. Una
parte de mí se anima con anticipación, pero otra parte se marchita cuando escucho
sus palabras:
— Por favor, vístete. Me tendré que ir”, dijo.
terminado? ¿Eso fue todo?
Este hombre era demasiado bueno y yo quería mucho más de él. Pero, por
desgracia, la gente pobre no tiene un momento de descanso.
- ¿Estás bien? pregunta, sus ojos fijos en la cama.
- ¿Estás adolorido?
negar. Solo entonces me doy cuenta de la mancha roja en la sábana.
Me sonrojo, sin saber cómo reaccionar ante eso.
“Hice lo mejor que pude para ser amable”, dice. — Pero, eres muy caliente y
una hora perdí la cabeza. Quería sonreír por el cumplido, pero me dio la espalda y se
acercó a una bolsa. Luego me lo arrojó. Me di cuenta de que era mi ropa, con la que
llegué al club. “¿Necesitas que te lleve a casa?
- No señor. Llamo a un UBER.

El asiente. Una sonrisa se forma en su rostro.
"Me parece tan divertido cuando me llamas señor". No
soy tan viejo
"No fue mi intención", digo rápidamente.
"Lo sé", me interrumpe. — Vigila el teléfono, llamaré en cuanto esté disponible.
No puedo evitar la felicidad que me desborda. Él me quiere más. Él me

llamará. No terminó aquí.
No es el dinero lo que me hace feliz. Es porque... porque ya lo adoro. Fue

mi primer hombre, y trató de hacer que fuera una situación feliz.
Finalmente, me levanto. Quería darme una ducha, estoy sudada y huelo

a algo que parece salado. Pero veo prisa en Alex, así que simplemente me visto.
Incluso antes de que me ponga la camisa, se ha ido. No adiós, pero

entiendo tu urgencia. Alex Durval es un hombre ocupado.
Una sonrisa aparece en mi rostro. Me pongo mis zapatillas y luego salgo

de la habitación. La música alta del club está a todo volumen.
Probablemente sean las tres o las cuatro de la mañana. Cruzo la pista de baile y
noto algunas parejas teniendo sexo. Estoy sorprendido por la escena, y miro hacia
otro lado.
Aunque acabo de tener sexo, la situación allí se ve... horrible. Viejos
asquerosos y barrigónes reciben mamadas de chicas guapas...
El vómito sube a mi garganta. Este mundo no es mi mundo, y nunca lo

será. Hice lo que hice por el dinero, pero eso termina una vez que se acaba la
semana. Necesito poner en mi mente la imagen de mi amada madre. De todos
modos, tendrá un trato digno, sin tener que esperar las consultas por parte del
puto sistema público.
Y ya no tendrás que esperar autobuses después de la terrible quimioterapia.
Y le voy a meter la orden de desalojo por el culo al dueño.
Pagaré los atrasos y, tan pronto como sea posible, le compraré una casa a mamá.
Una casa cerca del hospital, con espacio para perros y gatos, una linda cocina
porque le encanta cocinar, y un televisor enorme en su cuarto, para que pueda
ver sus telenovelas.
Pero... ¿Cómo explicaría de dónde saqué el dinero?

Podría decirle la verdad si no fuera por el hecho de que la verdad
probablemente sería un clavo en su ataúd. Siempre ha sido una luchadora, saber
que su hija se prostituyó sería muy vergonzoso.
Asqueroso... indigno.
Indigno de la mujer luchadora que era doña Ângela.
Llamo a un UBER a través de la aplicación móvil. Por el tiempo y la

distancia, el valor era exorbitante, pero no pude ocultar una sonrisa cuando
escribo: pago en efectivo, a través de PIX.
Tengo dinero ahora. para Uber. para mis cosas
Para mi mamá.
Y eso era lo que importaba.
•••
La figura calva con profundas ojeras está sentada en el sofá viendo
una película. La miro y veo una débil sonrisa en su rostro.
Cada día más débil.
— Mamá... Son las cuatro de la mañana... ¿Qué haces despierta?
"No sabía si volver a casa o quedarme con Alice...", responde.
"Pero, mamá... te dije que no me esperaras".

Mamá se encoge de hombros y en ese momento enciendo la luz
de nuestra pequeña sala. Nuestro televisor de tubo está lleno de llovizna.
El viejo e incómodo sofá parece hundirlo.
— Llamó el dueño. Dicho lunes se hará el desalojo.
Solo entonces me doy cuenta de tus lágrimas. Ella está tan triste,
tan irremediablemente rota.
“Madre… Por favor, no te preocupes por eso.
— ¿Cómo no voy a preocuparme, Gisele? ¿Qué será de nosotros?
Quedó embarazada de mí en su adolescencia. Sus padres,
evangélicos estrictos, estaban aplastados por la vergüenza. Mi abuelo era
pastor y no podía soportar las críticas en la iglesia, así que le pidió a mi
madre que se fuera con mi padre.
Por supuesto, mi papá se había ido hace mucho tiempo, así que mi
mamá tuvo que arreglárselas. Primero, en una pensión. Luego en un
refugio. Aun así, nunca pensó en abandonarme o llevarme.
Una mujer de fuerza, de garra... La quise tanto.

“Madre, no te preocupes. Mañana por la mañana llamaré
al dueño y paga el alquiler, ok?
Su rostro parecía en estado de shock.

— ¿Cómo, Gisele? No tenemos dinero.
"Lo tengo, lo tomé prestado", dijo rápidamente.
Su mirada me midió de arriba abajo.
— ¿Qué quieres decir, hija?
— Alice... otra amiga... De todos modos, la multitud hizo multitud.
¿Qué otro amigo? Su única amiga es Alice.
“Alice tiene varios amigos, ya sabes. conocí a algunos,
ellos tienen dinero.
Nunca le mentí a mi madre. ¡Nunca! Siempre dije la verdad, pase lo que pase.
Pero ahora no tenía el coraje. Todavia no.
- Bueno gracias a Dios...

- Si madre.
Ella se levanta del sofá. Puedo ver lo débil que eres.
- ¿Cenaste?
— No podía comer nada por la preocupación.
“Haré algo entonces, ¿de acuerdo? Un bocadillo prensado, ¿qué os parece?
Ven, te llevaré a tu habitación a descansar.
Le doy un beso a mi madre. Ella sonríe. Tu sonrisa me asegura que estoy

haciendo lo correcto. Para ella, todo vale la pena.
Capítulo 7
El dueño parecía un poco incrédulo. Sin embargo, garantizo que el

había dinero disponible y podía pagarlo de inmediato.
Solo necesitaba que retirara el aviso de desalojo.
“Está bien, aceptaré que cumplan el contrato. Pero una vez
que termine, busque otro lugar para vivir.
Tomé un sorbo de café. Haría eso, pero primero tendría que
decirle a mi madre la verdad.
— Puedo transferir el pago o prefieres enviarme los documentos inmobiliarios

con los intereses.
— El lunes, la agencia inmobiliaria enviará las nuevas guías.
- Gracias.
Cuando colgué el teléfono, una parte de mí se sintió aliviada. Miré alrededor
de nuestra vieja cocina, con los viejos muebles de segunda mano, y sentí que ese
era mi pasado. El precio fue mi dignidad, pero me pareció poco en contraste con una
vida digna para mi madre.
El celular aún estaba en mis manos. Era tentador buscar en Google

información sobre Alex Durval. ¿Tenía algún compromiso? ¿Tuviste hijos? Sabía que
eso no impediría que un hombre buscara una prostituta, pero me sentí mal por la
mujer que podría tener.
De todos modos, cedí a la tentación y escribí su nombre en la pantalla.

Su foto luciendo un traje de Armani salió con el símbolo de una de sus
empresas en la parte de atrás. Una mujer hermosa y joven estaba a su lado. ¿Podría
ser tu esposa? Asombrado, descubrí que yo era tu madre. Solo tenía quince años de
diferencia con él, por lo que se había quedado embarazada en su adolescencia.
Mis dedos recorrieron la pantalla. La información me impactó un poco. No

parecía el tipo de hombre que frecuentaba burdeles o compraba mujeres. Actualmente
estaba soltero, pero tenía decenas de novias famosas. También era caritativo.
Asombrado, me di cuenta de que mantenía varias organizaciones benéficas dirigidas
a niños o animales.
Sonreír.
me gustaba
Obviamente, no fui estúpido al enamorarme, pero
Estaba feliz de vivir mi primera vez con un buen hombre.
Tomé una respiración profunda.
Me tendría por unos días más, y disfrutaría cada momento. Al menos cuando
envejeciera, podría tener recuerdos cálidos y encantadores con este hombre increíble.
Alguien toca el timbre. No tenemos portero en nuestro edificio popular, pero

pensé que para subir, tendría que tocar el teléfono. Aún así, el sonido estridente
invadió el espacio y corrí.
Para atender. Tal vez era Alex que venía a buscarme. Dios, ¿adónde me llevaría? No
tenía ropa para ir a lugares elegantes.
Pero mi madre llegó antes y abrió la puerta.
“Buenas tardes, señora”. Un hombre con traje le sonrió a mi madre. “Soy el
chofer de Alex Durval, y me hizo entregar algunas cosas.
Mi madre me miró fijamente, como si me exigiera explicaciones que yo no

podía dar. Aun así, se hizo a un lado cuando el hombre entró y colocó algunas bolsas
y cajas en la habitación.
Cuando terminó, simplemente inclinó la frente de nuevo y

se despidió, anticipando que volvería por mí al mediodía.
Se apagó como un tornado de verano que entra, hace su
destrucción, y se escapa como si nada hubiera pasado.
¿Qué significa eso, Gisele? exigió mi madre, abriendo una de las bolsas y
sacando un vestido de tubo oscuro muy bonito.
No sé qué responder. Cómo responder Empiezo a tartamudear que conocí a

Alex hace días – ¡Dios mío, qué mentira! – mientras abre más bolsas. Hay mucha ropa
de diseñador y zapatos caros.
— ¿Y por qué este hombre te da todo esto, Gisele?

- Él es rico.
Mamá levanta una ceja.
"¿Y qué si es rico?" ¿Desde cuando los ricos regalan ropa?
diseñador para una chica como tú?
"Nosotros... es... como... estamos...
Me estoy prostituyendo con él.
- ¿Están saliendo?
Su pregunta me hizo arquear mi ceja, en total.
estado de espanto.
"Sí", murmuró.
Maldición. ¿De verdad le estoy mintiendo a mi madre? Debería decir la verdad.
¿Qué podría hacer ella? ¿Obligarme a no cumplir con el resto del contrato y hacerme
perder mi dinero?
Esta digna mujer me crió sin pensar jamás en prostituirse, y ahora estoy aquí,
vendiendo mi cuerpo.
"¿Estás saliendo con un hombre rico?" ¿Te dio el dinero para pagar el
alquiler atrasado?
- Sí.
— ¿Qué quieres decir con 'sí'? Gisele, ¿estás explotando a alguien?
Fue todo lo contrario. Él era el que exploraba mi cuerpo.
Sonrojándome, pensé en lo mucho que disfruté la experiencia.
"¡Quiero conocer a este hombre!"
Yo estaba aterrorizado de esa orden. ¿Cómo diablos podría presentarle a
mi cliente a mi madre?
Está muy ocupado, mamá. Sé que esta semana estás en muchas reuniones
de negocios, pero la próxima semana... La próxima semana puedo programar algo.
¿Que tal?
La próxima semana, Alex Durval ya sería mi pasado. Y cuando le revelara
la verdad a mi madre, ella no pondría en peligro todo lo que había hecho para
mejorar su vida.
Capítulo 8
El auto se detuvo frente a mi edificio al mediodía en punto. Yo ya

Estaba lista, en mis manos una bolsa con uno de los lindos vestidos
que me había regalado Alex, y una muda de ropa para irme a casa, no
sé a qué hora.
“Alex dijo que te llevara a un spa para que puedas prepararte
para la noche”, me dijo el conductor.
Aparentemente quería relajarme. No pude evitar sonreír.
Agradecí porque la experiencia estaba siendo grata, y sé
que la mayoría de las chicas que lo vivieron no tenían buenos recuerdos.
•••
En el Spa había un equipo de profesionales, masajistas, maquilladores
y peluqueros. Después de un masaje relajante, un almuerzo abundante, una
tarde soñolienta acostada en la cama escuchando música instrumental
mientras una chica me hacía acupuntura en la espalda, me ayudaron a
prepararme para Alex.
El vestido que había elegido era un azul oscuro lleno de brillos. No
sabía adónde me llevaría Alex, pero por la ropa que me dio, sería un lugar
elegante. Así que dejé que la maquilladora hiciera lo suyo, sin dar información
sobre la cantidad de rímel o sombra de ojos, y la estilista me hizo un moño
elegante en la parte superior de la cabeza, dejando que algunos mechones
cayeran sobre mis hombros.
Cuando me miré en el espejo, apenas podía creer que era yo. Y eso
fue incluso un poco positivo porque no quería que mi yo real se involucrara.
Lo estaba tomando todo como un personaje que creé y que podría olvidar
cuando todo terminara.
“Te ves hermosa”, dice la peluquera.
Y es verdad.
•••
El sol ya se ha puesto en el horizonte cuando la camioneta de Alex
se detiene frente al SPA. Observo al conductor y, para mi sorpresa, noto
que es el propio Alex, por primera vez, tomando el relevo.
“Buenas noches, Gisele”, dice.
Tu cordialidad me hace sonreír a cambio.
- Buenas noches.
Solo entonces parece analizar lo que pagó. Su mirada arde cuando
observa mi rostro maquillado.
"Me gusta", murmura. - Es muy hermosa.
No hay expresión sensual en él. es solo un cumplido
sincero, y no puedo dejar de estar de acuerdo.
Luego abre la puerta del pasajero y me ayuda a subir.

Alex Durval es un caballero que me hace estremecer. Una vez más estoy
segura de que soy la mujer más afortunada del mundo.
Me hundo en el asiento de cuero. Es suave y cómodo. Alex da la
vuelta al frente del vehículo y luego se sube al lado del conductor. Acelera
lentamente cuando tomamos la carretera, en dirección a la ciudad.
Comienzo a analizarlo brevemente, ahora mismo. Ya sabía que

era un hombre muy guapo, pero solo entonces me doy cuenta de las
pequeñas canas a los lados de su cabello oscuro. No sé cuántos años
tiene, pero apuesto a que tiene más de cuarenta.
- ¿A donde vamos?
“Es un secreto.” Él sonríe.
Alex acelera, no lo suficientemente rápido como para ser peligroso.
Parece ser exactamente el tipo de hombre que no se arriesga, el tipo de
hombre que nunca pagaría por tener una mujer.
¿Por qué me pagó entonces?
Es un tema que me molesta. He visto fotos de sus novias, sé que
hay muchas mujeres que lo desean, no tenía que pagar una cantidad tan
grande para tener un coño disponible.
De repente, su mano sube a mi pierna. Me aprieta el muslo y una

onda eléctrica corre entre mis piernas, causando un dolor placentero.
No sé por qué Alex Durval me compró, pero estoy agradecido por

ello.
El deseo de nuevo. Lo quiero entre mis piernas, su polla
golpeándome, provocándome nuevamente oleadas de placer de las que
sé que solo él es capaz.
“Eres tan sexy, Gisele. Mi polla es dura, con
Quiero comerte.
Siento mi coño babear ante sus palabras. Estoy tan caliente, tan
dispuesta, que mi deseo es que detenga el auto para que yo pueda saltar
encima de él y sentarme de una manera en la que ni siquiera una grúa
podría sacarme.
Entonces me vuelvo loco. Es impensable que sea tan atrevida,
pero algo me dice que solo soy una puta, y una puta no lo es.
debe tener la moral de una joven inocente. Mi mano luego baja hacia él y aprieto su
polla. Todo mi cuerpo vibra al sentirlo tan fuerte.
Alex exhala un suspiro placentero mientras se clava en la tela de mi vestido,

hasta que se eleva lo suficiente para que sus dedos penetren en mi carne. Su dedo
índice presiona mi coño y gimo de placer, mis labios son incapaces de expresar cuánto
lo deseo.
“Detendré el auto al costado de la carretera antes de que me obligues a

causar un accidente, perra”, dice.
Me encanta cuando me llama así. Apenas puedo contenerme cuando el
vehículo finalmente se detiene. Alex enciende las luces de emergencia, y veo que las
luces causan una ola de alucinaciones a través de mí.
Estoy loca.
"¿Te gustaría una paja para mí?" pregunta, y luego abre la
cremallera de sus pantalones, dejando escapar su larga polla de su ropa interior.
Puedo ver las venas y el grosor. Mis ojos lo devoran, antes de que mis manos
se deslicen sobre su piel, sintiendo cuán suave, tersa, y cómo él también babea de
deseo.
Veo la punta mojada y se me hace la boca agua. No puedo contenerme.
Inclino mi cuerpo hacia él y dejo que su polla entre en mi boca.
“Ah…” susurró Alex.

El hecho de que me disfrute me vuelve aún más loca.
No puedo negar lo mucho que me atrae, y si lo permitiera, sería tan fácil enamorarme.
Pero nunca... nunca me enamoraría.
No estoy loco. Aunque tengo tu polla en mi boca

por su propia voluntad, nunca estaría tan loca como para dejarme...
Mi cabeza se hunde y puedo sentir su punta en mi garganta. Aparece una ola
de vómito, así que me retiro rápidamente. Pero no quiero perder su dureza, así que
mientras me recupero, sigo trabajando su polla con mi mano, envolviéndola alrededor
de él, deslizándola hacia arriba y hacia abajo, admirando la forma en que palpita con
mi toque.
Una gota nacarada aparece en la cabeza gruesa. Me apoyo

de nuevo, quiero saborearte.
— Oh, Gisele… por cierto te gusta chupar… Así que chúpame la polla…
Sus palabras vuelven a causar dolor en mi coño. Tomo una mano en ella,
mientras que con la otra sostengo la polla de Alex.
Comienzo a chuparlo mientras me masturbo.
El sonido de los autos a nuestro alrededor aumenta mi urgencia.
Estamos en un lugar público y necesito autorización. Siento uno de los gruesos
dedos de Alex en mis bragas, frota la tela con fuerza, así que muevo su dedo
mientras mi boca se hunde, sube, se hunde de nuevo en su polla.
Alex gime de nuevo. El sonido masculino es muy afrodisíaco.

Dejo caer mi coño (sobre todo porque la mano de Alex hace un trabajo mucho más
satisfactorio) y ahora sostengo su polla con ambas manos mientras chupo con
fuerza, hundiéndome, deslizando mi lengua, los sonidos placenteros de mis propios
gemidos ondulando a través de su pulsante polla.
Él se retuerce. Sé que viene. Y yo quiero. quiero

chupa todo tu placer. Quiero probar tu semen.
Su polla golpea repetidamente la parte posterior de mi garganta. Lo chupo
con fuerza, solo para verlo gemir, maldecir, llamarme perra. Mi coño está empapado
y lo siento desenredar la tela de mis bragas y luego hundir su dedo en mi abertura.
Estoy tan mojada que entra fácilmente, haciéndome gemir.
Alex empieza a follarme la boca. Con su mano libre ahueca mi cara y luego
golpea su cadera contra mi cara. Chorros calientes inundan mis labios y gotas
escapan de mi boca.
"No realmente", suspira. "Vas a chupar todo mi
Leche.
Luego acelera. Sus bolas golpean contra mí, su punta de repente en la
parte posterior de mi garganta. Estoy gimiendo, dolor, placer, mi cuerpo se apoya
más en sus dedos.
Así que disfruta. En oleadas calientes, fuertes gemidos mientras mi boca
se llena con su liberación. Cuando me las arreglo para soltar su polla, su polla cae
hacia un lado, un poco flácida, ya que necesito mi mano libre para atrapar las
salpicaduras de su semen en mi barbilla.
Mi coño todavía está en llamas. Todavía no he llegado a mi propia

liberación. Pero ahora puedo pararme más derecho y cabalgar hacia la mano de
Alex. Eso es lo que hago.
Él mira mi rostro, sus ojos fijos en mí, mientras salto sobre su mano,
dejando que su pulgar frote mi clítoris.
"Caliente", dice. “Eres un bombón, Gisele. Ven para mi.
Exploto en pedazos en tus manos. Estoy destrozado.

Una parte de mí satisfecha con el placer, feliz porque me siento como una mujer
así. Otro, preguntándose qué diablos estoy haciendo. ¿Dónde quedó lo más
mínimo de mi honor?
Acabo de hacerle una mamada a un hombre que me compró. Y me gustó.
Capítulo 9
Mi corazón latía tan fuerte en mi pecho. realmente no pude

creer en lo que acababa de hacer. Observé a Alex mientras
estacionaba su auto frente a un elegante restaurante, pensando en lo
agradable que sabía en mi boca.
quería más Quería dárselo ahora. Pero acepté cuando rodeó
el auto y me abrió la puerta. La forma protectora en que actuó me
dejó en un estado de completa gracia.
¿Has venido aquí? preguntó, mientras le entregaba las llaves al ayuda de

cámara y tomaba mi brazo.
“No… no conocía este lado de la ciudad. “Es la mejor
comida italiana del sur, mi mamá era del noreste y cuando se enteró de la
forma en que asan la carne aquí se hizo fan de este restaurante. Vino al sur solo para
poder comer aquí.
Mientras Alex me conducía adentro, pensé en su madre. Por lo que leí, ella
era la amante de tu padre. Tal vez por eso, no me trató como inferior, por ser una
prostituta.
Suspiré.
Alex fue amable. La forma en que acercó la silla para que me sentara me
recordó a los viejos caballeros románticos.
Un acto tan simple y cortés ya no era común.
El mesero se acercó, ofreciendo el menú. Miré la lista de platos, sorprendida
por los precios desorbitados.
— ¿Aceptas una sugerencia? preguntó Alex.
— Claro...
— Por favor, ensalada de patata y solomillo. es simple pero
muy sabroso.
Una parte de mí entendió que no estaba pidiendo nada demasiado elaborado
para no avergonzarme. No pude evitar sonreír ante eso.
— ¿Y el vino? ¿Alguna elección en particular? Puedo traer algunas etiquetas”,

dijo el mesero.
“Solo un '84, por favor, suave para la dama y seco para mí.
El hombre se retiró. Me sentí tan cuidada, tan protegida, que no pude evitar
sonreírle. ¿Cuántas otras mujeres lo han conocido? ¿Por qué lo dejaron escapar?
— Entonces, Gisele… Eres bastante joven. ¿Todavía estudiando?

asentir.
- ¿Estudiar que?
- Gestión. Pero, soy asistente en una oficina de contabilidad.
Él arquea las cejas.

“No pareces del tipo de los números.
¿Porque?
- No me gusta. Pero, hay ofertas de trabajo en esta área y necesito...
- ¿Del dinero? ¿Por eso aceptaste la propuesta de Valeria?
Me falta un poco de aire. Es una extraña sensación de impotencia.

Me compró, pero desnudarme para él no fue tan difícil como hacerle saber
quién era la verdadera Gisele. Hasta entonces, yo era un personaje. Ahora,
sentí que mi máscara se estaba cayendo.
- Sí.
El camarero trajo el vino. Nos sirvió, e inmediatamente alcancé mi
vaso para tomar un sorbo que me daría la fuerza para enfrentar la verdad.
“Créeme, no te estoy culpando por necesitar el dinero. ¿Tú tienes

familia?
Ausente.
"Tengo una madre.
Alex parecía preocupado. si no le gusto la idea de mi
véndeme, ¿por qué me compraste?
- ¿Tu mamá lo sabe? ¿Ella te pidió que hicieras esto?
- ¡No! Lo niego de inmediato. “Mi madre no tiene idea.
Ella ella...
no puedo decir no quiero aceptar Hablar del cáncer en etapa cuatro
parece hacerlo aún más real. La estaba perdiendo y estaría solo en esta
vida. no lo soportaria...
Vives con ella, ¿verdad? ¿Qué dijo ella cuando te envié?
toda la ropa?
Me sonrojé. No sabía si era el vino o el hecho de que mi
palabras a mi madre se sintieron extrañamente pecaminosas.
“Te dije que era un regalo de mi novio.
Alex se ríe y me sorprende un poco verlo divertido. - ¿Es cierto?
¿Y ella no quería conocerme?
"Te dije que te llevaría la próxima semana". Asi como...
Como no habrá semana que viene para nosotros, diré que hemos terminado
y esas cosas...
Su mirada brillaba. Algo que no pude capturar.
- Es verdad. No habrá la próxima semana.

Nos quedamos en silencio durante unos minutos. En ese momento, nos
trajeron el plato. La carne estaba jugosa, un poco cruda, y se me hizo la boca agua.
Gemí suavemente con el primer bocado, y los ojos de Alex brillaron aún más en mi
dirección.
Sabía lo que significaba el sonido para él. Había un misterio sexual entre
nosotros.
"Entonces, ¿cuál es tu sueño?" ¿Vas a seguir estudiando administración o
vas a intentar una carrera diferente, ahora que tienes las condiciones?
No tuve sueños. Los enterré hace muchos años cuando el primer diagnóstico
llegó a mi madre. En la escuela secundaria, quería ser muchas cosas. Veterinario,
biólogo... Pero hoy... No tengo ni idea.
Cuando la vida real te abruma, empiezas a enterrar tus deseos.
“Creo que usaré el dinero para iniciar algún negocio.

Tal vez una tienda de ropa o una heladería. No se bien.
Me miró como si fuera impertinente, simplemente porque no tenía un plan.
Sin embargo, no tenía idea de cuánto quedaría del tratamiento de mamá y de la
casa que tenía la intención de comprar. Así que realmente no sabía qué planes
seguir.
Una parte de mí quería decirle eso. Hablar de mis problemas. Pero otra
parte recordó que él no era mi amigo. Solo un comprador, y pagó para tener buen
sexo. Cuantos más días se quedaba, más podía cobrar, así que traté de ser lo más
agradable posible.
— Eres brasileño, ¿verdad?

'¿Tengo acento?'
"Oh, no... Es solo que tu cara es un poco cuadrada...
Hombres del cine americano.
El me saludó. Él no sabía lo que yo sabía. He husmeado mucho en tu vida
en google.
— Mi padre es estadounidense. Pero sí, soy brasileño.
— ¿Y te gusta el fútbol?
— Apoyo a Bahía, como mi madre.
Sonreí.
Así que le pongo fútbol al tema. Hablamos del último

campeonato, hablamos de algunos jugadores que pasaron por Brasil
y hoy estuvieron en Europa y, finalmente, cuando terminó nuestra
cena, se respiraba un ambiente muy agradable.
•••
La orilla estaba fría esa noche. El viento helado agitó mi

cabello mientras miraba las olas romper en la arena, mis ojos se
maravillaban de lo grandiosa que puede ser la naturaleza.
Supuse que cuando terminara la cena, Alex me llevaría a un
motel. Pagó por follar, y pensé que disfrutaría cada segundo teniendo
sexo, pero ahora caminábamos tranquilamente por el malecón,
tomados de la mano, parecíamos una pareja común y corriente, que
está viviendo algo romántico.
—No podré verte mañana —murmuró, haciéndome girar hacia
él. "Tendré que viajar por negocios, pero cuando regrese... espero
que podamos..."
"Sí", respondí rápidamente.
"¿Puedes... no tener otro cliente mientras estás conmigo?"
No tenía intención de tener otro cliente.

“Alex… no soy… ¿Cómo puedo decirlo? Hice esto... para
venderme, porque...
—No tienes que darme explicaciones, Gisele. Guárdamelo
esta semana, ¿de acuerdo? Puedo pagar tu día.
- No necesita.
Una parte de mí sabía que él sería el elegido. No mi cliente,
sino mi hombre. Porque, ¿cómo podría otro hombre competir con
eso? ¿Con esa amabilidad, dulzura, belleza?
Mi corazón late con fuerza cuando se inclina hacia mí y captura
mis labios con su boca. Puedo oler su aliento caliente, y gimo con
anticipación. Tu beso sabe a menta. Lo vi pedir un jugo de menta en
el restaurante, pero no pensé que el aroma permanecería en su boca
tanto tiempo.
Tus manos me sostienen y puedo sentir tu polla dura contra
mi barriga. soy suave Hace calor. Y mojado. ¡Y lo quiero ya!
Pero, él me suelta rápidamente. Me besa de nuevo, esta vez

en la frente, y luego señala hacia atrás. Giro en esa dirección y veo
a su conductor en un auto oscuro, estacionado junto al suyo.
"Es casi medianoche, hora de que Cenicienta se vaya a casa".
- juega.
¿Ya no me quiere esta noche? ¿Pagó por mí y no me follará?
Una parte de mí está decepcionada, una parte de mí quiere aferrarse
a él y exigirle que calme la tormenta que ha causado. Pero otra parte
sabe que es una locura. Así que acepto y me voy.
No sé cuántos días estará fuera. Pero ya te extraño de una

manera que duele.
Y esto es preocupante. Las prostitutas no deberían sentir.
¡No puedo amarte! ¡Yo no puedo!
Capítulo 10
Tengo lágrimas en los ojos mientras abro la puerta silenciosa

Departamento. Mamá ya está dormida, y estoy agradecido por eso.
No puedo darte explicaciones, porque las palabras están revueltas
en mi mente.
Amor... estas cosas toman tiempo. Una vida, juntos. No
suceden después de algunos encuentros puramente sexuales. Sin
embargo, no sé si es el hecho de que me quitó la virginidad, o el hecho de que
es tan gentil, tan dulce... tan... oh, estoy completamente influenciado por él.
Y eso me asusta mucho. Nunca me enamoré. Ni siquiera tuve novio.

Aparte de un actor famoso en una película de adolescentes, nunca soñé con un
hombre, pero ahora no podía tomar fotos de Alex rodeando mi cintura con sus
fuertes brazos, Alex capturando mis labios con su boca suave...
Él era mayor que yo. experimentador Rico. Y me compró. Un hombre así

nunca tendría nada serio con una chica que se vendió. Lo más seguro para mí era
guardar estas emociones en mi pecho y no pensar más en ellas.
Esta semana... Solo soy una prostituta que hará todo lo que hace una
prostituta bien pagada. Solo sexo. Solo una mierda.
Nada mas.
Camino por el pasillo hasta mi habitación. Trato de no hacer ningún ruido
porque el sueño de mamá es ligero y ha estado muy cansada. Necesito decirle la
verdad tan pronto como termine la semana para que no pueda detenerme más.
Entro en mi habitación. Miro mi cama hecha, detrás de ella la ventana

refleja los edificios del condominio popular. El vecino del otro lado está discutiendo
con la mujer. La factura de la luz fue más cara este mes, y al parecer es culpa de
ella, que se da largas duchas.
Los problemas que hasta ayer parecían parte de mi vida diaria ahora están
muy lejos. Me siento en el suelo, con la espalda contra la puerta.
Todavía se escuchan los gritos de los vecinos de fondo, en voz muy baja, pero mi
corazón está perdido en otros pensamientos.
Mi cuerpo se tensa cuando pienso en Alex. el cambio mi
cuerpo. Mi vida. Mi cuenta bancaria.
Y mi percepción de mí mismo.
Mis dedos descienden a los labios hinchados de mi coño.
Todavía puedo saborear tu polla en mi boca. Alex se hizo más grande cuando se
venía. Ah, sus ojos brillaron mientras empujaba mi garganta, mi lengua bailaba
alrededor de su cabeza gorda, capturando su placer.
Froto mi coño a un ritmo frenético. Hay un calor suave invadiendo mi

cuerpo, un placer rotundo al recordar el
la forma en que mi cara golpeó sus bolas. Me gusta todo de él.

Me gusta la forma en que me trata, tanto fuera como dentro del sexo.
Cierro los ojos, cada vez más húmedo.

El vecino grita mientras me corro.
•••
En los días siguientes recibí el 25% correspondiente en mi cuenta
bancaria, pero no recibí lo que más deseaba, que era la presencia de
Alex o al menos una llamada telefónica o un mensaje de texto.
Aunque no quisiera admitirlo, estaba enamorada de él.

Y el dinero perdía cada vez más valor ante su ausencia.
Ahora estoy en la sala de acompañantes del hospital, esperando
a mi madre para una sesión de quimioterapia. Respiro hondo, sabiendo
que ella acaba de entrar, y el procedimiento dura al menos una hora. Una
hora para sentarme aquí y sentir lástima por mí mismo.
Yo uso más mi celular. Busqué en Google el nombre de Alex de

nuevo. No debería, pero busco mujeres. ¿Está saliendo actualmente?
Me doy cuenta de que hay rumores sobre una top model estadounidense.
Amigo de tu padre. Los dos fueron vistos en Cancún el mes pasado.
Apago la pantalla, cerrando los ojos, ignorando la tormenta que
sube en mi pecho.
De repente, pasos. Miro hacia arriba y veo a mi madre de pie
frente a mí.
“No tendré la sesión hoy”, dice ella.
- ¿Porque?
Mamá lo niega con la cara. Te ves muy cansado. Me levanto y
voy a la recepción, necesito que alguien me explique. Mi madre necesita
tratamiento.
— El SUS no transfirió el valor del Carboplatino este mes, por lo
que los pacientes que lo utilicen tendrán que reprogramar...
"¿Pero tienes la medicina?"
“Solo para pacientes privados”, me explica la chica.

"Sé que es una situación difícil, pero...
“Gisele, vámonos.” Mamá me tira del brazo, temerosa de que haga un
escándalo.
“No hay problema, yo pago la medicación y la consulta privada”, le digo
a la niña, haciendo que los ojos de mi madre se abran como platos.
— Son más de doscientos reales solo una aplicación, Gisele

Mamá insiste.
"No hay problema, mamá", le digo, sacando mi tarjeta bancaria.
Hay un intercambio tácito de palabras entre nosotros. Ella quiere saber,

entender, cómo tengo dinero. Pero, no soy capaz de explicar.
Ahora no. Así que simplemente la guío hacia la enfermera, quien la lleva a otra
sesión.
•••
Mamá no me preguntó de inmediato sobre el dinero simplemente porque
estaba destrozada después de la quimioterapia. Se acostó en la cama mientras
yo iba a prepararle una sopa nutritiva para que comiera. Solo después de unas
horas y una siesta escuché su débil voz proveniente de la cama.
"¿Cómo se llama tu novio?"

- Alex.
"¿Es él quien te ayuda económicamente?"
asentir.
— ¿Por qué te ayuda económicamente, Gisele?
Ningún hombre da dinero así... Más aún para una novia que acaba de conocer.
Mis ojos se llenan de lágrimas.

“La semana que viene, mamá,” digo.
— Como?
“La próxima semana te explicaré todo. Yo prometo. Hasta entonces,
¿puedes confiar en mí?
Ella sonríe con tristeza. Pero, de acuerdo.
"Te amo, mamá", le digo mientras le doy un abrazo.
"Yo también, Gisele..."
•••
Apenas podía creerlo cuando sonó el teléfono. Era un mensaje. Alex quería
verme. Estaba tan feliz que no podía creerlo. Me vestí rápidamente con uno de los
vestidos que me dio, me vestí lo mejor que pude y esperé a su chofer en la entrada
del edificio.
Para mi sorpresa, fue Alex quien apareció, su encantadora sonrisa, su

mirada cariñosa, dándome la bienvenida como si fuera una joya especial.
"Buenas noches", dijo, aunque todavía era tarde en el día.

No pude resistir. Me acerqué a él y lo besé en los labios. Fue mi saludo
lleno de añoranza. Pensé en cómo reaccionaría a mi beso público, pero Alex solo
sonrió y me besó de nuevo.
- ¿Me extrañaste?
- Sí.
“Lamento mi ausencia. Sabes que tengo una cadena de hoteles, ¿no?
Parece que me voy a expandir a Uruguay, un área de casinos, un proyecto tipo Las
Vegas.
— No sabía que había casinos en Uruguay.
"Oh, Gisele... Un día me gustaría llevarte al sur. Es simplemente fabuloso".
No creas que soy antipatriótico, pero Uruguay es simplemente perfecto y estaría
encantado de vivir allí. Luego se encogió de hombros. — Pero es un país pequeño y
la economía es más pequeña que la de Brasil. Por negocios, necesito quedarme.
Me sorprendió un poco que Alex me hablara de su negocio y de uno de sus

sueños. Podría escuchar para siempre, conocer al verdadero Alex, pero luego nos
subimos al auto y nos dirigimos en una dirección desconocida.
“Tu madre estaba en la ventana”, dice, sorprendiéndome, mientras enciende

el auto y se dirige hacia la calle. "¿Es una dama con un pañuelo en la cabeza?"
“Sí… ella tiene cáncer.

Pareció sorprendido.
"¿Se está recuperando?"
“En estos años de enfermedad, ya se recuperó y se desarrolló en otro lugar
dos veces. Estoy agradecido de que ella esté viva.
"Ella va a estar bien", afirmó. - Ya verás. Ella es una

mujer fuerte. Ella te crió sola, ¿no?
De repente me di cuenta de que Alex sabía sobre mi vida. Probablemente me
investigó y no me incomodó, porque entendí que un hombre poderoso como él debe
saber quién era su cortesana privada.
Era un problema de seguridad.

Y estuvo bien, porque no tenía nada que ocultar.
— Envié flores a la oficina donde trabajas, pero no estaba. ¿Dejaste tu trabajo?
"No fui esta semana por mamá, así que supongo

que cuando regrese ya estaré despedido.
Él sonrió.
- Eso es bueno. Ya puedes dedicarte a tus estudios.
Estoy de acuerdo. De repente, su mano toma la mía y me siento tan cómoda.
'¿A dónde me llevas?'

"Fuera de la ciudad. Una casa de campo. Te va a gustar.
Capítulo 11
Si conduce por la RS118, en dirección a Viamão, acabará

llegando a un lugar encantado, tan hermoso como la naturaleza
misma, llamado Quinta da Estância. Cuando estaba en la escuela,
escuché sobre este lugar, algunos compañeros fueron, pero nunca
imaginé que algún día lo conocería.
Era tan alucinante hermoso. El aroma de las flores inundó su
alma, y la belleza de los animales que se retiraban en esa tarde,
parecía coronar un lugar mágico.

Cuando Alex dobló por el camino de terracería, rodeado de árboles
frondosos, y leí el letrero, sentí una emoción sin igual.
Posteriormente, un pasillo florido nos condujo hasta la entrada del hotel.
“No puedo creer que voy a pasar la noche en este hotel.” Aplaudí.
Cielos, probablemente me veía como un niño, tan emocionado. Eso hizo

que Alex sonriera.
"Solo si accedes a compartir tu litera con otras cuarenta y nueve
personas", advirtió. “Este hotel es para habitaciones compartidas, y no estoy
dispuesto a ser arrestado por exhibición indecente.” Volvió sus ojos hacia mí y
me guiñó un ojo. Luego explicó: — Vamos a cenar aquí porque la comida es
maravillosa, y vamos a pasar la noche cerca, en Tarumã.
Dicen que es tan bonito como este. Estilo colonial, y con habitaciones individuales,
que es lo que busco.
Todo fue una aventura para mí. Y fue todo muy emocionante. Estaba
siendo la semana más increíble que había vivido, y lamentaba que se acabara y
no pudiera vivir más cosas con Alex.
Cuando estacionó cerca de una casa grande, como el caballero que era,
salió del vehículo, dio la vuelta y luego me sacó. No había gente a la vista en el
área donde desembarcó, y mientras subía una pendiente pude ver una mesa
puesta románticamente, con candelabros y champán.
Todo nos estaba esperando. Parecíamos Adán y Eva

aislado en el paraíso.
En el cielo brillaban las estrellas. La luna completó la iluminación. A lo
lejos, los grillos anunciaban que había llegado la noche y pude identificar el ruido
de un búho cercano.
Suspiré.
No puedo dejar de plantear la dulzura del romanticismo. Tal vez nunca
más un hombre se molestaría en prepararme un momento así.
Alex me tendió la mano mientras me guiaba hacia la mesa. El viento

suave me enfrió, pero no hacía frío. Estaba ardiendo en cada parte de mi cuerpo.
Cuando acercó la silla para que me sentara, me sentí como la mujer más
especial del mundo. Mientras Alex se sentaba frente a mí, apenas podía apartar los
ojos de él y del magnetismo que provocaba.
- ¿Alex?
- ¿Sí?
“Háblame de ti”, le pedí, porque estaba muy interesado.
Sonrió mientras tomaba un vaso y lo bebía.
"Honestamente, no hay nada interesante en mi
vida.
“Bueno, no es cierto. He estado leyendo sobre ti en Internet...
"Lo que dicen allí es más interesante que cualquier
Es verdad lo que te digo”, bromeó.
"¿De verdad saliste con Amelia Vargas?"
"Um", asintió, sonriendo. “Y sí, ella es maravillosa.
Una persona asombrosa. Somos amigos hasta el día de hoy. Incluso fui a su boda.
— ¿Y Angelina Vasconcellos?
- También.
- Y...
— Gisele, ¿de verdad quieres hablar de mis ex novias?
“Son súper interesantes,” me defendí. — No es todo

Un día conozco a un chico que se quedó con Núbia Aragón.
“Oh, esto fue en realidad una estratagema de marketing para impulsar su
carrera. Núbia es novia de un amigo mío, y como... es normal en el medio pretender
salir con alguien para ocultar su sexualidad.
— ¿Nubia es gay? - Me quedé muy impresionado.

“La mayoría en este medio lo son.
- Oh...
Vino un mozo de no sé dónde y nos trajo rosbif. La carne estaba suculenta y
el olor me dolía el estómago. Cuando se fue, corté un trozo y suspiré de placer
cuando me lo llevé a la boca. Cuando volví a mirar a Alex, estaba sonriendo.
- ¿Que pasó?
- Eres muy lindo.

"¿Es por eso que pagaste por mí?"
Maldición. No debería haber dicho eso. Ni siquiera sé por qué lo dije. No
estaba horrorizado de que me hubiera comprado. Al contrario, estaba agradecida por
ello. Porque... porque se metió conmigo. Porque sabía que podía tenerme gratis, y
"gratis" no ayudaría a mi madre en absoluto.
"No…" murmuró. “Pagué por ti porque vi que Sheik Amar te miraba. Luego
comparé su fama violenta con las mujeres, su graciosa fragilidad. De alguna manera,
me recordaste a mi madre.
- ¿Su madre?
Leí o escuché en alguna parte que su madre era la amante de su padre.
Debido a que una mujer brasileña es “el otro” de un empresario estadounidense, la
imaginé como una mujer sensual y ambiciosa.
No pensé que "fragilidad" la describiría.
“Mi madre tenía doce años cuando su padre la llevó a un burdel. Vivía en un
pequeño pueblo en la frontera con Piauí. El padre le hacía eso a sus hijas, ganaba
algo de dinero con su virginidad.
Nunca un lugar de lujo como el prostíbulo de la tía María, sino en una casa vieja en
medio de la nada, donde los coroneles compraban mujeres jóvenes que acababan de
menstruar.
Dios mío, su madre era una niña... un niño... Ella era
¿Por qué se quedó embarazada a los quince?
— Mi padre estaba paseando por el Parque Nacional de las Nascentes
cuando un amigo brasileño le habló de divertirse con chicas, y él estuvo de acuerdo.
Es un bastardo repugnante, pero le tomó simpatía a mi madre, así que la sacó del
noreste, le dio una educación, un comienzo en la vida y luego apoyó al hijo bastardo
que tuvo.
- Lo siento mucho.
— Nunca he comprado una mujer antes, porque nunca acepté esta práctica,
y solo voy a lo de Tía María porque me gusta beber y hablar con mujeres hermosas...
pero cuando te vi allí, y vi cómo se veía Amar a ti... Ah, Gisele... Sólo quería salvarla.
No quise acusarte de sexo. Sin embargo... Espero que algún día puedas perdonarme.
Quería tocarlo. Toma tu mano y di que está bien. Que estaba

agradecido por todo lo que mostró, por cada acción que tomó.
Agradecida de haber perdido mi virginidad con él.
Agradecida por ser lo mejor de mi vida.
Sin embargo, me quedé en silencio.
Capítulo 12
La suite principal tenía una cama redonda, rodeada de paredes rojas

que me hicieron reír.
“Debería haber regresado a Porto Alegre y haber tomado un
hotel menos elegante”, dijo Alex, haciéndome sonreír.
- Esta todo bien.
Quería follarlo, y no me importaba dónde estaba.
Me envolvía una nube de sensualidad, un deseo que
me hizo temblar, como mi columna se estremeció ante la mera presencia de ese

hombre a mi lado.
Caminé hacia la cama. En el camino, abrí mi vestido, dejándolo caer al
suelo. Mi trasero estaba completamente expuesto a él y en el espejo lateral lo vi
lamiéndose los labios mientras vislumbraba mi espalda y mis nalgas.
Tenía un par de bragas metidas en mi culo.

Honestamente, era completamente incómodo y no pensé en usarlo nuevamente,
pero como mi tiempo con Alex se estaba acabando, quería hacer algo memorable.
Luego me incliné para quitarme las bragas. Mis caderas se ondularon en

el movimiento. Estaba de espaldas a él, pero podía verme de una pieza cuando
me agaché para quitarme la prenda, mi raja húmeda apareció en sus ojos.
"Eres una tentación, Gisele...

"Por favor, tócame", le suplico.
Alex se acerca. Él desabrocha el cinturón de sus pantalones en un
movimiento rápido, entonces ella se deja caer, su poderosa polla dura, pesada,
balanceándose detrás de mí. Ni siquiera necesita tocarme para que yo gima de
placer, todo en este hombre me fascina y me embelesa.
Entonces siento tu mano en la nuca. Me inclina sobre la cama, dejándome

caer a cuatro patas, mi trasero levantado hacia su gran barra.
- Alex... Alex...
- Habla cariño...
"Fóllame, por favor..."
Escucho tu risa burlona. A él le gusta verme así, y francamente a mí me
gusta ser así. Luego es su turno de agacharse, primero sobre mi espalda,
mordiéndome las costillas, marcándome con los dientes.
Luego baja. Mientras sacudo mi trasero hacia él, siento que Alex mete la
lengua en mi agujero. Sus manos me mantienen firme mientras mi cuerpo tiembla
con los lametones que me da.
Su lengua recorre arriba y abajo, adentro y afuera, chupando mis jugos,
causándome piel de gallina.
me duele De pura lujuria. Todo mi cuerpo se siente como si estuviera

gritando por Alex. Mi clítoris se hincha y necesito frotarlo para calmar la lujuria que
hace correr a través de mí.
Entonces empiezo a rodar en tu cara. Es tan bueno que apenas noto
cuando el placer viene en fuertes oleadas. Alex continúa chupando mientras
empiezo a masturbarme en un orgasmo potente, salvaje y primitivo.
Siento que solo soy carne estimulada. Sólo una mujer, nada más. En este
punto no hay principios o reglas que yo siga. Lo único que quiero es llegar a la cima
alta de la montaña a la que me ha subido Alex. Mi coño se aprieta y vibra cuando
empiezo a gemir más y más fuerte, hasta que todo explota en un inmenso placer.
caigo hacia delante. Alex sigue lamiéndome, como para consolarme.

Entonces, de repente, su polla me llena por completo.
“Alex…” digo, cansada, pero aún con muchas ganas. - Ponlo, ponlo...
Su polla dura se sumerge dentro de mi coño empapado de miel y lo escupe.

La entrada se ve tan facilitada por mi orgasmo que no siento ningún dolor, a pesar
del grosor de su polla.
Alex se desliza hacia arriba del tallo. Puedo sentir sus bolas en mi culo e
incluso eso me satisface. Todo lo que hace... todo lo que toca... Oh, cielos, lo amo...
Mis ojos se abren. De repente soy consciente de mis pensamientos y no

es solo placer lo que revolotea en mi pecho.
Estoy completamente conmocionado por la verdad que me inunda. Nunca he tenido
novio antes, pero sé que, de alguna manera, Alex no es solo el hombre que me
desvirgó o que me compró.
Él es especial. La forma en que me trata, el cariño que muestra, la forma

en que quiere que sienta placer. Levantó una parte de mí que era intocable, y esa
parte no era sexual.
Yo lo amo...
Y lo estoy perdiendo.
El trato está por terminar y Alex ya no será parte de mi vida. Volverá a sus
gloriosas y hermosas mujeres, y yo
Volveré a los días llenos de calma y sin emociones.

“Te pusiste apretado de repente…”, dice. - ¿Que pasó?
Hago que tu polla salga de mí. Me giro para enfrentarlo, luego
vuelvo a conectar su polla. Lo quiero en mi abrazo, quiero ver su rostro
mientras folla, quiero marcar cada detalle de su expresión.
Su polla se frota contra mi coño, lubricando. Así que lo invito a

besarme y siento que me aprieta como si sintiera el mismo dolor por la
pérdida que siento yo.
Alex empuja lentamente, abriéndome. Las lágrimas brotan de
mis ojos, pero no es por el dolor.
Solo quiero que se quede conmigo...
Se retira, suspira y luego empuja hacia atrás, sus bolas golpean
mi coño.
Mi respiración es rápida y desigual. Mi corazón late tan fuerte
en mi pecho que no puedo creerlo. El placer es abrumador, aunque
acabo de correrme.
"¡Alex!" Grito su nombre.
Me encanta decir tu nombre. Podría decirlo para siempre, si
para siempre no terminara en unas pocas horas.
Sus brazadas seguras y constantes que pronto me devuelven a
esa cima. Y otra vez, y otra vez. Alex comienza a inyectarme su líquido,
llenándome con su semen, y me doy cuenta de que no hay condón.
Tal vez quede embarazada. Una parte de Alex para siempre en

me.
Su semen se derrama por mis muslos, manchando la cama con
gotas nacaradas. En la luz roja, puedo verlo dar el golpe final,
alcanzando su propio orgasmo, y luego está fuera de mí, su polla sigue
palpitando, su semen manchando mi vientre.
Yo te amo...
Quiero decir, pero no hay coraje.
Recuerdo una película de los años 80 que decía que las
prostitutas nunca deberían enamorarse. Otra escena de Pretty Woman
me viene a la mente y se me saltan las lágrimas cuando pienso en lo
lejos que estoy de mi final feliz.
Alex se levanta de la cama. Va al baño y toma toallas calientes.

Me limpia como si fuera algo precioso.
Solo observo el movimiento, sin fuerzas para corresponder.
Cuando es pasada la medianoche, me abraza a la cama, y
se acurruca a mi lado. Alex se queda dormido de inmediato.
Me besa varias veces, en el hombro, en el cuello, hasta que me
giro lo suficiente para que nuestros labios se encuentren. Hay algo
diferente en eso, en la forma en que me acerca a él, como si tuviera
miedo de que me vaya flotando si no me abraza. Sé que esto es malo,
este sentimiento de conexión, de intimidad. Esto es todo lo contrario de
los negocios, la práctica sexual por dinero. Pero por ahora, no pienso en
nada de eso, solo en lo bien que se siente dormir en los brazos de Alex.
Capítulo 13
Puedo escuchar un sonido en la distancia. Es un vacío que me despierta,

haciéndome abrir los ojos y darme cuenta de la cama en la que estoy.
La señora de la limpieza camina por el pasillo, pero no se detiene en
la entrada de la habitación. Suspiro, más tranquilo, no queriendo que ella vea
mi estado mientras entra sin autorización.
Me siento en la cama. Una parte de mí está feliz. satisfecho.
Con una dulce y dolorosa sensación entre mis piernas. Otro, pronto se da
cuenta de que no hay nadie más allí. Alex se ha ido, no yo
no dejo ni una nota de despedida, entraba y salía de mi vida como un huracán que no
miraba para ver los daños que dejaba atrás; Las lágrimas brotan y trato de controlarlas,
simplemente porque llorar es ridículo. Fui una puta por una semana. Y se acabó el
tiempo. Gracias a Dios se acabó. Ahora podía seguir con mi vida, podía tener
sueños. Pagar la universidad, invertir en un negocio, cuidar a mi madre. No veía la
hora de buscar un lugar para vivir que fuera mío.
El hipo viene inconvenientemente, ignorando las razones por las que debería
ser feliz. Todo esto, comparado con la tristeza de perder a Alex, parecía poco.
Salgo de la cama. El vestido está tirado en un rincón y lo recojo. Mi bolso

pequeño está sobre la mesa y mi teléfono celular vibra dentro. Lo recojo mientras
camino hacia la ventana, abriendo las cortinas. La vista es una vista ordinaria de un
motel, no es que esperara otra cosa. Hay una hilera de pequeños edificios con garaje.
Llega un automóvil, se estaciona y nadie sale del vehículo hasta que todos estén
asegurados en el garaje.
La gente viene a lugares como este para tener sexo. Algunos tienen
compromisos con otras personas, pero quieren la aventura de la traición.
El teléfono vibra de nuevo y lo contesto. Espero escuchar la voz de

mi madre, pero es Valeria quien se anuncia del otro lado.
- ¡Buen día! ella exclama.
Está feliz. Muchos más reales en la cuenta bancaria trae felicidad. No es mi
caso, por supuesto. Estoy en un agujero oscuro, tratando desesperadamente de salir
de él.
- Oye...
“Alex me llamó esta mañana, anunciándome un bono extra para ti. Dijo que
estaba muy satisfecho con los servicios prestados, y si continúa en esta profesión, se
convertirá en su cliente habitual.
En ese momento me dieron un puñetazo muy fuerte en la cabeza. No sé en

qué estaba pensando, pero una parte de mí creía en un cuento de hadas y la realidad
era un golpe demasiado doloroso para soportar.
Contuve las lágrimas mientras trataba de entender lo que significaba

cada palabra. Empiezo a caminar hacia la cama, mis piernas apenas bajo
control, pero me siento en ella mientras levanto el teléfono para que no
pueda escuchar mi respiración agitada.
Alex nunca me prometió nada. Y no tengo derecho a

soñar con nada.
Fui estúpido y tan intrascendente, ahora tendría que recuperar los
pedazos de mi corazón.
"Yo... yo no tengo la intención de continuar", dijo.
Ella suspiró. Parecía devastado.
“Ah, entiendo. Lo hiciste para ganar tu dinero y se acabó, ¿verdad?
Tuviste mucha suerte de que era una cantidad alta y no tendrás que volver
atrás. De todos modos, les deseo mucho éxito, y las puertas de Tía María
están abiertas.
Entonces terminamos la llamada. Me levanto de nuevo, voy al baño,
me limpio lo mejor que puedo y luego salgo de la habitación. Bajo las
escaleras hasta la recepción. Alex es cordial y paga la última noche. Le
sonrío al asistente y luego les pido que llamen un taxi.
Espero al costado del motel a que llegue el vehículo. El hombre

ocasional murmura algo cuando me ve, vestido así, parado allí, pero nadie
es terriblemente molesto.
Cuando llega el taxi, me subo. Mientras veo cruzar las calles por la
ventanilla del vehículo, me juro que vuelvo a ser Gisele, la chica sencilla.
Nunca permitiré que un hombre me trate así otra vez, como un objeto que
disfrutaba y del que se cansaba. La puta se ha ido, nunca más me venderé,
pase lo que pase.
Es una promesa que cumpliré.

Capítulo 14
Puedo ver el humo que sale del plato y se eleva en el aire, un

agradable aroma a carne y masa llena mis fosas nasales.
Frente a mí, mamá parece un poco hambrienta, como si no
hubiera comido en mucho tiempo. Había recibido quimioterapia
la semana pasada y el médico dijo que pronto le haría pruebas
para ver si la enfermedad había retrocedido.
Estaba emocionado, como si no lo hubiera visto en mucho
tiempo. Le dije que había ganado un ascenso y había actualizado la cuenta.
de agua y electricidad. Además, fui al supermercado y compré frutas y

dulces, cosas que no podíamos comer regularmente.
Todavía no he tenido el coraje de decirle que renuncié después de

no ir a trabajar la semana que estuve con Alex.
Tampoco dijo que había ido a buscar departamentos en la zona norte de la
ciudad, y que había visto un cómodo departamento en un condominio de
clase media cerca de uno de sus centros comerciales favoritos.
'¿Por qué no comes?' preguntó mi madre, y luego

Noté que me miraba con interés.
“Lo siento, no tengo hambre.
'¿Problemas del corazón?' No dijiste más sobre ese joven llamado...
Alex... ¿Ese es su nombre?
Sentí un nudo en la garganta. Fue una sensación tonta, como si
fuera un adolescente que se entera de que el famoso cantante al que
idolatro está saliendo.
La pérdida de algo que nunca tuve.
"Se acabó", le expliqué, y no lo hice, al mismo tiempo.
Era muy difícil hablar. Nunca había estado tan bien en todas las
áreas de mi vida, y en la misma medida, era como si estuviera hundido en
una tristeza enorme.
Pero, nadie muere de un corazón roto, no
¿Su?
- ¿Porque? preguntó ella, interesada.

Apenas podía creerlo cuando las lágrimas comenzaron a rodar por
mi rostro. Empecé a reír, secándolos rápidamente porque no quería
molestarla con problemas tan insignificantes, pero era difícil de controlar.
Entonces mamá se levantó rápidamente y vino a mi lado, apretándome en
su abrazo reconfortante, diciéndome que todo estaría bien.
“Nada va a estar bien, mamá. Hice algo horrible.

- ¿Que hiciste?
La vergüenza me inunda. Intento armarme de valor mientras las
lágrimas caen, una tras otra. Esta mujer ha luchado como una leona toda
su vida para darme una vida digna, y he empañado su nombre con la más
absoluta degradación.
¿Cómo podría pensar que esto era correcto?

"Lo siento mama...
- ¿Por lo que?
- Me prostituí.
•••
Mi madre asiente después de tomar un sorbo de su café. Estamos
sentados en el sofá. Afuera, la noche trae el sonido rítmico de una música
lejana. Algún vecino estaba celebrando algo sin importancia.
Tomé una respiración profunda. Mi mirada estaba tan caída como

mis hombros. No tuve el coraje de enfrentar a mi madre, pero pude
vislumbrar su rostro por el rabillo del ojo.
— No sé qué decir, Gisele. Eso estuvo tan mal.
- Yo se.
“Pero lo hiciste por mí. No sé qué decir. Me siento tan culpable...
- Madre...
“Al mismo tiempo, me siento tan aliviado. Tú... Oh Dios, tantas
cosas malas podrían haberte pasado, Gisele.
¿Alguna idea de lo que escapó?
Yo sabía. Pero, no pensé mucho en eso.
“La cosa es que estábamos en bancarrota, casi siendo
desalojado, no tenía otra opción... Necesitaba dinero rápido.
“Siempre hay una opción, hija.
"¿Cuál, madre?" Te quedarías en la calle, enfermo...
Vi el conflicto en mi madre. Estaba mortificada porque sabía que yo
estaba diciendo la verdad. Sabía que el dinero que ganaba nos brindaba
un consuelo que nunca experimentamos.
"Ese Alex... ¿Fue bueno contigo, entonces?"
- Mucho.
'¿Y te enamoraste?'
"Sé que no tiene sentido. Solo estuvimos juntos por una
semana.
— Solo una mirada, Gisele… — Suspiró, antes de continuar. '¿Qué
planeas hacer?'
“Nada.” Me encogí de hombros. “Él no tiene ningún interés romántico en mí.

Yo solo era una puta.
“Por lo que me has dicho, no lo parece.
Levanto la vista y miro a mi madre. Parece absurdamente sincera, y traté
de sacar de mi mente cualquier señal de que Alex pudiera querer algo conmigo que
no fuera sexo.
Yo no sabía. Era demasiado inexperto. Y temía ir tras él y que me dejaran.
De la misma manera, ¿qué tenía que perder? Mi corazón ya estaba roto.

Tal vez si dijera claramente que no le gusto, podría seguir adelante.
"¿Él sabe por qué te vendiste?"

- No.
"Entonces creo que debería decirle", dijo mamá.
Fue decidido. Tan pronto como llegara la mañana, iba a buscar a Alex y
decirle toda la verdad.
Capítulo 15
“ Sabía que volverías”, dice Valeria, con una sonrisa de satisfacción

en su rostro. “Todos siempre vuelven. El dinero es adictivo. Peina tu
cabello como quieras, ponte silicona, cambia tu cuerpo, compra
cosméticos caros... Ay, es tan bueno poder disfrutarlo...
—No vine a hacer más shows —digo, interrumpiéndola.
Puedo ver el brillo desvanecerse de tus labios. La mañana en

casa de Tía María fue particularmente animada. probablemente otro
subasta virgen se llevaría a cabo. Podía ver a alguna que otra chica asustada cruzando
el pasillo, y estaba ansioso por decirles que no valía la pena. Pero, ¿quién era yo para
juzgar?
- ¿Luego?
“Necesito hablar con Alex.
- ¿Alex Durval? No puedo proporcionar los datos de contacto de
nuestros clientes.
"Yo pagaré", le digo. "Me quedé con él una semana, gané
una gran bonificación.
El brillo en sus ojos volvió.
— Ah, Gisele… Sabía que había algo en ti que me gustaba. Ahora entiendo que
es el hecho de que conoces mi idioma.
•••
Supuse que no iba a contestar una llamada de un número desconocido. El
teléfono sonó un par de veces pero luego se quedó en silencio. Aun así, insistí. Era el
final de la tarde cuando finalmente escuché su sonido ahogado y algo irritado al otro lado
de la línea.
- ¿Quien es?
Me pongo nervioso enseguida. Hasta entonces, yo era una chica con una
misión. Ahora solo era Gisele, alguien que estaba completamente enamorada y que
quería decirlo.
-Ay, Álex...
Hay un descanso. No sé si me va a colgar o si va a reconocer mi voz. Entonces,
decido hablar de nuevo, aunque realmente no sé qué.
“Lamento llamar a su número privado.

'¿Cómo lo conseguiste?'
“Valeria me lo proporcionó. No te pelees con ella, yo pagué... Y
No quiero molestarte, solo necesitaba hablar contigo.
Hay un desconocido al otro lado. no se si es el
enojado porque lo llamé, o nervioso por cualquier otra razón.
“Ah, ¿estás bien? preguntó.
Solo entonces reconocí al Alex Durval que había estado conmigo toda la
semana. Un hombre amable y dulce que intentó
Máximo hazme sentir cómodo.

- Si todo. ¿Y tu?
- Estoy yendo.
- ¿Mucho trabajo?
“Como de costumbre.” Pude ver que estaba sonriendo. Sonreí al mismo
tiempo. "Pero puedo hablar contigo", dijo entonces. — Siempre es un placer hablar
contigo, Gisele.
Sentí un inmenso alivio cuando no colgó. Más aún cuando dije eso. Estaba
claro que me estaba dando la oportunidad de hablar, cualquier cosa que quisiera decir.
¿Debería disfrutar esto? ¿Decirlo todo sin mirarlo a los ojos?
“Realmente necesito hablar contigo, Alex. Pero tiene que ser en persona.
¿Estaría bien que nos encontráramos?
- Claro que no.

Eran palabras automáticas. Estaba tratando desesperadamente de captar
algún sentimiento en su voz, pero mi mente estaba demasiado revuelta.
"Voy a enviar un coche", dice. — ¿A qué hora estarás listo?
“No es necesario enviar un coche. Iré hacia ti. ¿Estás en la ciudad?
— Sí, estoy en mi hotel. Enviaré la ubicación.

"Así que me voy ahora, allí".
Así. Jeans, camisa vieja, tenis. Pelo en una cola de caballo. Cara limpia, ni
siquiera un pintalabios. tan crudo tan humano Como soy, de verdad. Sin la fantasía de
la chica perfecta. De Lolita. Entonces, yo, Gisele. Así quiero que me vea.
Porque así quiero ser para él, por el resto de nuestras vidas.
vidas.
•••
Cuando llegué a la recepción, uno de los empleados ya me estaba esperando.
Me guía a un ascensor y presiona el botón del piso superior después de ingresar una
contraseña. No me digas la habitación, y yo no
Pregunto. Llamaría a todas las puertas si tuviera que hacerlo. Pero cuando la puerta
se abre, me doy cuenta de que es un solo piso, donde hay una habitación enorme,
con una oficina iluminada por enormes paredes de vidrio, en una arquitectura moderna
e impactante.
- Gisele? “Alex aparece ante mis ojos, tan pronto como
adentro o ambiente.
Detrás de él, la ciudad parece baja. Sé que sus hoteles son verdaderos
rascacielos, pero la imagen realmente parece ser la de un hombre poderoso que
domina todo ya todos los que lo rodean.
Por primera vez, me pregunto qué estoy haciendo. Solo soy un cerdo en el
barro, junto al sol que brilla. Somos muy diferentes, y tan pronto como entro en el
lugar, esa diferencia es clara.
Mi ropa barata, mis zapatillas gastadas, contrastando con
los muebles caros y el hombre vestido con un traje de diseñador.
"Me alegro de que hayas venido", dijo, y solo entonces me di cuenta
que ni siquiera la diferencia social parecía impresionarlo.
Él me vió. Detrás de todo, podía verme. Yo era humano, y él era humano.
Solo un hombre y una mujer, en caparazones diferentes.
Alex se acerca y toma mis manos. No los apretó.

ni los acarició, más bien como un gentil saludo.
"Creo que nunca la había visto así, sin maquillaje", comentó. "Eres muy
hermosa.
- Gracias...
Traté de encontrar las palabras, pero estaba mortificado por la
lástima. Confesar lo que sentí, ¿se reiría de mí?
“Alex, yo… necesitaba verte…
- ¿Sí?
"Porque… porque yo…" Un nudo se formó en mi garganta. “¿Por qué no me
llamaste?
Yo estaba allí para confesar, pero estaba investigando. ¿Cuál fue el mío?
¡Era ridículo! Este hombre pagó, y no tenía ninguna obligación de buscarme después
de eso.
No era mi intención molestarte. Pensé que disfrutarías del dinero —murmuró.
Me negué con mi cara.

“Simplemente lo hice… porque me estaban desalojando de la casa.

Mi madre tiene cáncer. “Las lágrimas brotan de mi cara. — Estaba desesperada, no
tengo quien me ayude, y no me quedó de otra... Mi madre y yo estaríamos en la calle.
Podía soportarlo, pero mi madre estaba tan débil...
Alex abrió la boca, una letra O. Se ve sorprendido. Me di cuenta de que

aunque sabía mi dirección, no trató de averiguar más sobre mí. Respetó mi privacidad.
Mientras lloraba, sus brazos me consolaron en un tierno abrazo.
"Lo siento, Gisele... Nunca debí robarte tu pureza". me siento como un ladron...
- ¿Usted no entiende? Me alegro de que fuera contigo.

Él da una risa corta.
Eres sólo una niña. Un día conocerás a un hombre.
que amarás y sabrás que el sexo con la persona que amas es increíble...
"Pero te amo", le digo de repente.
Abre la boca, sobresaltado.
— Tú no, Gisele... Ni siquiera me conoces.
"Sé lo suficiente. Fuiste tan bueno conmigo. Era delicado, cuidaba cada
detalle. Me encanta cuando estás cerca de mí, me siento emocionado y feliz solo con
olerte.
Viví un infierno en tu ausencia, sufrí cada segundo lejos de ti, sin poder ponerme en
contacto y escuchar tu voz. Sé que solo fui una puta para ti, pero necesito que sepas
que me enamoré.
Di un paso atrás. Esperé su respuesta, pero parecía demasiado aturdido para

hablar. Y tal vez tu silencio fue mi respuesta. Así que di un paso atrás, lista para
alejarme.
- ¿A donde va? Su frase me atrapó.

“No te estoy cobrando nada, solo quería que lo supieras. Usé parte del dinero
para pagar las cuentas atrasadas y algunos medicamentos para mi madre. Pero, está
casi todo allí, y puedo devolverlo, porque realmente... Aunque agoté mi primera noche,
fue todo porque quería estar contigo.
Su mano me levantó y sus dedos trazaron mi rostro, como si

estudiara mi expresión.
"Eres joven y hermosa. ¿Por qué querrías a un hombre mayor
que no puede darte nada? ¿Te quedarías conmigo como exclusiva?
¿Te quedarías conmigo sin ganar nada con ello?
“Sí.” Fui absurdamente sincero. “Solo quiero estar cerca de ti.
Él sonrió.
— Ay, Gisele… Es tan fácil enamorarse de ti. Amo tu compañía,
amo tu sabor, tu olor. Pero, no tengo el corazón para desperdiciar tu
vida en un hombre roto. Todas las mujeres con las que fui se
lastimaron, porque todas esperaban demasiado. Una boda. Hijos. Pero
no sé si soy capaz de dar lo que nunca he experimentado. Crecí como
resultado de una traición.
Tengo hermanos paternos que me repudian, soy un cabrón y siempre
lo he sabido. Soy el resultado de una violación, mi madre era una niña.
Ella nunca me rechazó, pero sé que recuerda todo cada vez que me
mira. Nunca he tenido una Navidad o Semana Santa en familia. No sé
cómo vivir así, estoy solo.
"Lo que sea que puedas darme, lo tomaré", dijo. “Puedo
quedarme a tu lado, sin esperar nada. No tienes que llevarme. Podría
ser alguien a quien recurras cuando estés cansado de la vida.
“Eso no es justo, cariño.
- No me importa.
Puedo ver la emoción en tus ojos.
“Pienso en ti todo el tiempo”, confesó. “Si puedes aceptar el
hombre roto que soy… Tal vez puedas salvarme de mí mismo.
Corté la distancia entre nosotros, besándolo con todo mi

corazón. Lo que tenía para ofrecerme, lo quería, lo quería. Lo amaba,
y podría ser su cura si me lo permitía. Después de todo, él ya era mío.
Epílogo
6 años después...
Alex levanta mis faldas. Es un montón de faldas, sobrefaldas,

armazones y todo tipo de telas blancas para mi vestido de novia.
Nos reímos mientras hacemos esto, porque es divertido y
desconcertante al mismo tiempo.
Yo no quería ese vestido. Fue la madre de Alex quien me
convenció. Era un poco su sueño, y a mi mamá le encantó, así que
¿porque no? De hecho, después de cinco años de convivencia, de mellizos

nacidos hace tres años, nuestro matrimonio parecía ridículo. Ya estábamos
casados. Teníamos una unión estable.
Habíamos hecho un compromiso civil cuando supimos que estaba
embarazada. Casarme parecía una tontería, pero lo hice.
Todo empezó cuando Rafael y Miguel volvieron del colegio

preguntando si podían ver las fotos de mi vestido de novia.
Estábamos cenando y Alex me miró con una sonrisa en los labios. Les
expliqué a mis bebés que mamá y papá no se habían casado por la iglesia.
Preguntaron por qué no.
- Es cierto. ¿Porque no? Alex pareció preguntarse a sí mismo, a
pesar de mirar en mi dirección.
Y así fue como me preguntó si quería casarme con él.
Yo quería. Así que empezamos a planificar la boda. Algo sencillo en el jardín
de casa se convirtió en una gran fiesta cuando mi madre y mi suegra
decidieron involucrarse.
Ambos nunca habían estado casados, y parecían reflejar todos sus
sueños en mí. Acepté todo, porque los amaba y porque quería que ellos y
los gemelos se divirtieran con toda la historia.
Y fue asombroso. El salón lleno de gente, las flores. El vestido. El sí".

Cuando nos fuimos de luna de miel, lloré al dejar a los gemelos, aunque
sabía que estarían bien con sus abuelos. Aun así, nunca me alejé de ellos
más que unas pocas horas cuando se divertían en una escuelita con otros
niños.
Abordamos un automóvil con latas colgando de la parte trasera.
Nos reímos todo el camino mientras otros autos tocaban la bocina en nuestra
dirección. Todo parecía muy divertido, hasta que llegamos a la habitación de
luna de miel y me di cuenta de que no podría quitarme el vestido sin la ayuda
del estilista que lo creó.
“Sabes qué, voy a conseguir un par de tijeras y cortar todo esto.
Se sentía como un crimen, pero quería su polla en mi coño, su calor
presionándome, así que pensé que estaba un poco bien hecho para este
vestido que nos impedía ser uno.
Desnuda, mientras salía el vestido, las bragas, el sujetador de seda,
todos los detalles de la ropa interior que no importaba, yo
Sentí la boca de Alex sobre mí, sus besos impresionantes, su lengua

caliente vagando por mi boca.
Mi corazón late tan rápido en la certeza de mis sentimientos. Yo
lo amo. La forma en que siempre me pongo caliente y blanda a su
alrededor es prueba de eso. Los hijos que me ha dado, la vida que me
ha dado, la forma en que me sostiene en sus brazos, nuestras
conversaciones de trabajo al final de la tarde, o la forma en que nos
sentamos en el jardín en silencio mirando las flores... todo esto... es
prueba de que nuestro compañerismo y la pasión que nos quemaba
hace años hoy es el amor.
Puro, profundo.
Alex se quita la ropa. Es un mal pedazo de mierda.
Me encanta cada detalle de tu cuerpo. Estoy ardiendo, anhelándolo.
Cuando se acuesta a mi lado, acerco mi cadera hacia él y muevo su
erección.
- Gisele...
Su boca se hunde en mí de nuevo. Su mano se mueve, agarra
mi coño y aprieta mi clítoris. es tan sabroso Alex siempre sabe
ficcionalizar hasta el punto de hacerme gemir de éxtasis.
“Te amo, Alex.” Suspiro.
“Yo también te amo, Gisele.
Alex empuja su polla, resbaladiza por mi humedad, en el lugar
que es suyo. Sus suaves besos acunan sus embestidas, jadeamos con
pasión mientras nuestros cuerpos se buscan, una y otra vez.
Un suave columpio que nos transporta al paraíso.
Final
“Eres tan sumisa… me gusta mucho ese lado tuyo.
El recuerdo de lo que había dicho sobre los niños se apoderó de mí. Gael no los quería conmigo porque
fui su puta durante 48 meses. Él no querría un bebé de una mujer que se vendió.
La mezcla de dolor y calor se apoderó de mí cuando su mano viajó por mi espalda, desabrochando mi vestido.
Su mano recorrió mi piel desnuda, haciéndome temblar, y llegó a mi cintura. Ligeramente, me sostuvo allí y me
atrajo hacia él.
No pude ocultar el sonido de mis labios cuando sentí su carne dura presionando mi trasero.
— Ay, ese culo tuyo, Celina... Me vuelve loco, ¿tienes idea?
De repente, otra mano me empujó hacia delante de modo que me agarré al dosel de la cama. Me quedé
inclinado, con el culo levantado hacia él, y una parte de mí me preguntaba qué diablos iba a hacer.
Era una posición incómoda y vergonzosa. Yo, Celina, estaba abajo, y mi trasero estaba arriba. Fue indigno.
"Basta", murmuré.
- ¿Tu tienes vergüenza? No tenías que hablarme de mocosos, y de aceptar la ridícula idea de un matrimonio
para tu madre. Me provocaste, Celina...
Bajó mi vestido. Mis pechos suspendidos en el aire, mi piel completamente expuesta a él. Una mano cálida
se movió contra mis muslos, y la sensación de su agarre me hizo gemir en voz alta.
Vergüenza, indignación... Placer...
Mi corazón latía tan fuerte que pensé que no podría soportarlo.
Los dedos se movieron sobre la piel. Mis bragas fueron arrancadas como si no fueran resistentes en lo más
mínimo. De repente, sus dedos separaron mis labios de mi coño y gemí.
Luego levantó la mano. Podía ver el movimiento en un espejo lateral. Aun así, una parte de mí solo lo creyó
cuando sentí la fuerte palmada en mi trasero, coño, haciéndome retorcerme.
¿Qué era? Mi coño palpitó bajo el fuerte toque y gemí en voz alta, incapaz de resistir el placer que me provocó.
Su mano volvió a bajar.
Yo grité. Mi vagina amaba la fuerza de la nalgada, mi carne se arrastraba, estaba respirando tan fuerte que
solo podía anhelar el próximo toque.
Yo se. Eso era repugnante. Es fuerte. Está palpitando.

No podía dejar de retorcerme, mi vagina goteaba con anticipación. Podría venir solo por
las bofetadas.
Un azote más. Otro. Traté de apretar mis muslos para aliviar un poco, pero Gael me
agarró las dos pulpas del culo, abriéndolas, haciéndome gritar en voz alta, llamando su
nombre, haciéndome sentir como la peor de las criaturas.
Cogió el ritmo. Empecé a retorcerme mientras todo mi cuerpo temblaba.
“¡Gael!”, grité.
- ¿Qué? ¿Quieres disfrutar?
—¡Gael! yo soy... por favor...
LEER COMPLETO
Mira, es un idiota, ¿de acuerdo? Cualquier hombre querría tener una familia
contigo. Parece una muy buena chica. El padre Caetano dijo que su párroco en la
capital solo lo alababa.
"Tener una familia... Es importante, ¿no?" Su pregunta cortó mis palabras.
"Por supuesto, es todo para un hombre", respondo rápidamente. —

Al menos lo es todo para mí. Una esposa e hijos... es mi sueño...
Oh, qué carajo. Lo inventé. Nunca fue mi sueño. De hecho, antes de que mi
madre me acusara de esto, ni siquiera quería tener hijos. Pensé que no había forma
de que pudiera criar a un niño cuando no tenía un ejemplo de tal cosa.
- ¿Sueño?
“Tengo mucha tierra. Y tengo dinero... pero no

por quien partir. A veces pienso que todos mis esfuerzos son en vano.
La preocupación aparece en sus delicados rasgos.
"Mateo, ¿crees en los milagros?"
— ¿Milagros? ¿Como asi?
— Por exemplo... Se você conhecesse uma mulher... Uma boa mulher... Alguém
que realmente quisesse ficar com você, mas ela... sei lá... Ela tivesse uma doença
terminal e apenas poucos meses de vida, por ejemplo...
Mis ojos se abren. Tal vez... estaba intentando

darme el mensaje de que ella tenía un término de la vida?
¿Era por eso que había accedido a reunirse conmigo tan rápido? ¿Era por eso
que ella no parecía temerme? ¿Fue porque sus días estaban contados?
— ¿Crees que si Dios hubiera destinado el encuentro entre ustedes...

El sentimiento que surgió podría curarte?
Abrí la boca, pero no supe cómo responder.
Realmente... Por primera vez... Quería estar con una mujer...
Me estaba esforzando mucho, y no era solo porque mi mamá me lo

pidió...
Marcela me gustaba.
Me gustaba todo de ella.
Ella me atrajo, al igual que me hizo querer protegerla. Si hubiéramos

vivido hace siglos, ya les habría propuesto matrimonio a tus padres. En
ese momento no había necesidad de que los novios se conocieran mejor,
¿o sí?
Pero, ahora me lo estaba tomando con calma. Porque quería hacer

todo bien. Quería mostrarle que yo era más que un paleto. Quería
demostrar que era un tipo honesto y bueno que podía hacer una vida
cómoda para ella...
- Marcela, yo no...
“Sé que es una pregunta extraña. Básicamente somos extraños,

pero… cuando lo vi en la iglesia….” Se detuvo frente a mí, lo
suficientemente cerca para que pudiera captar su olor. “Por favor, no
pienses mal de mí. No soy una mujer promiscua...
Sólo... ¿Crees en los milagros?
Dios mío, estoy perdido.

LEER COMPLETO AQUI
Fue tan bueno... tan bueno...
De repente, sus manos agarraron mi cintura, tirando de mí contra sus

músculos tensos. Felipe era tan grande que me sentía como una cosita pequeña
contra su cuerpo fuerte.
Sus manos cayeron. Esa deliciosa sensación de ser tocada cuando

me agarró el trasero volvió con intensidad.
Me atrajo hacia él, y esta vez estaba más consciente de lo que quería,
más abierto a la sensación de ondulación que mis caderas hacían contra
su bajo vientre.
Una de las manos dejó mi trasero y subió, capturando mi

pecho, jugando contra el botón de despertar contra su camiseta.
"Eres tan caliente, niña", dijo. "Y te gusta mucho follar, ¿no?" No
puedo ocultar la necesidad mientras presiono el mío contra su coño...
Felipe me devoró con esas palabras. Una palabrería que nunca

admitiría haber escuchado en un momento normal ahora solo intensificó
el sentimiento de posesión.
De repente, me agarró los muslos. Puso sus manos debajo de ellos

y me levantó, haciendo que mis piernas agarraran su cintura. Me abrí
más, y ahora estaba claramente rebotando en su extremo grueso.
"Ah," suspiré, cuando su beso se rompió, unos momentos.
"Lo sé, lo sé", dijo, besándome fuerte. - Voy a

dale todo lo que quieras en ese coñito fogoso.
De repente, mi espalda golpeó la pared. Me apoyó allí y me quitó la

camisa. No me había puesto sostén y mis senos cayeron en su mirada.
Luego sus pulgares presionaron mis botones, masajeando, antes de que
su boca tocara mi pecho.
Chupó, lamió y mordisqueó. Todo esto me hizo arder más, y sentí

aún más mi centro latir y humedecerme.
Se sentía tan bien, esta posición de completa sumisión, atrapada en los
brazos de este hombre.
Oh, deseaba tanto que empujara ese gran pincho dentro de mí.
Casi estaba rogando.
Un parpadeo de conciencia se apoderó de mí, antes de desvanecerse

de nuevo. Brevemente recordé a mi madre, y recordé lo que había
cambiado su vida en manos de un hombre, pero luego golpeó sus
caderas contra las mías, haciéndome gritar de puro placer, y todo se
perdió.
- Ah, Felipe...
- ¿Qué? cuestionó, sus ojos ardiendo en llamas.
"Fóllame", supliqué, moviéndome más. - Por favor por favor...
Poco después sentí la cama sobre mi espalda. Arrodillándose entre

mis piernas, Felipe agarró mis pantalones de chándal y me los quitó,
revelando mis bragas empapadas.
"Tu pequeño coño está palpitando", dijo, colocando un dedo grueso

en su entrada, haciendo un círculo suave, capturando un poco de mi
jugo, antes de llevarse el dedo a la boca.
LEER COMPLETO AQUI

Josiane Biancon da Veiga nació en Rio Grande do Sul. Desde temprana edad se enamoró de
por la literatura, y tuvo sus primeros amores en Alexandre Dumas y Moacyr Scliar.
A los doce años publicó su primer libro, “De camino al cielo”, y hasta entonces ha escrito
más de veinte libros, de los cuales varios se destacaron en ventas en la Amazonia brasileña.
Instagram
https://www.instagram.com/josianeveigaescritora/
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Si no lo necesitara tanto, le devolvería su dinero.

No podía prestar atención a la pantalla que mostraba la mía.

Algunas personas cruzaron mi mesa, pero no vi sus rostros.

de un asistente administrativo. Alguien que se queda en un rincón de la oficina

Oh Dios... Si tan solo pudiera levantarme de esta silla y despedirme.

Nunca más, idiota...

—Pareces cansada —murmuró ella.

No podía dejar mi puesto, a riesgo de volver a escuchar los

"Yo... no puedo convertirme en una prostituta... no puedo

Me deslizo hacia atrás. El olor a café llena mi nariz y examino

— Sí, ¿qué tienes?

— No… nunca lo hice, ¿por qué?

— La tía María va a hacer una subasta para millonarios.

Oh Dios, no puedo creer que me esté sugiriendo esto.

Me siento tan... ofendido. Pero al mismo tiempo, sé que Alice

El autobús traqueteó, su carrocería crujió con cada agujero en el

semana. Se asustará cuando se entere. Ve a gritarme otra vez.

Entro en el edificio popular en el que vivimos. Saludo a doña Marta, que

Ella salio. Probablemente estaba entregando algo de la tienda de segunda mano.

Una mezcla de sentimientos despierta mis lágrimas.

Debería haber estudiado más...

Cuando era más joven, quería ser veterinario. Me encantaban los

Me seco las lágrimas y me dirijo a la cocina para hacer algo. Si mamá

Trabajo... Recuerdo a mi jefe gritando y lo único en lo que puedo pensar es

El resultado: estaba arruinada, enferma y casi desalojada.

Tengo muchos complejos con mi cuerpo. Él no me gusta. Ni siquiera me

Que podría borrar viendo a un terapeuta... viajando a algún lugar

Es como bueno y malo. Ambos, angelito y diablo, en su

La oferta inicial es de un millón...

Dejar mi horrible trabajo y abrir mi propio negocio.

Había una pestaña para el registro.

Realmente no me importó enviarlo porque, francamente, lo único que

Hice clic en enviar, cuando de repente recuerdo que todo

Al menos por puta que era.

Fue extrañamente amable. Caramelo. Contento. Y me encantó mi

"¿Puedes venir y podemos hablar en persona?" ella preguntó.

— Sí... Solo necesito confirmar que la información en el sitio web es correcta.

"¿Pero no es solo una noche?"

- Gisele? Puede entrar. Valeria está esperando. Un hombre señaló.

- ¡Hola Gisele! — una mujer me saluda en la entrada.

"¿Siempre tienes subastas vírgenes?"

"Sobre el período extra... ¿puedo elegir no quedarme?" Pregunto mientras

—¿Del sexo? —Casi no me lo creo.

- ¡No quiero saber! Ella me interrumpe. “Tus problemas personales son

Era eso. Sin máscaras ni eufemismos.

“ Tienes que abrir las piernas.

Hice lo que la chica me ordenó que hiciera. Boca abajo en una

No importaba. Lo que importaba era el dinero.

No parece que esté a punto de venderme como un objeto a un hombre que

Un vestido rojo aparece ante mis ojos.

Estuve de acuerdo cuando una jovencita apresurada apoyó mi cabeza

- ¡Cuidar de ella! – preguntó Valeria. “Será una de nuestras perlas

Apenas podía creerlo. ¿Qué pasaría si ningún hombre ofreciera

Yo negue. Simplemente no era parte de este mundo, y era completamente

Me levanto, es como si estuviera caminando sobre las nubes. No siento

Tomo su mano y permito que me guíe. Pronto llegamos al salón principal.

“Tres millones para el caballero del Medio Oriente. ¿Alguien da más?

Miro al hombre de barba oscura. Es un poco viejo y me sonríe como si

“Tres millones y medio”, grita otro hombre desde el fondo de la sala.

Hay mucho revuelo, pero hasta el oriental lo niega.

¡Tres millones y medio! ¡Has batido nuestro récord!