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3.

Anatomía

• El ventrículo laríngeo es la región comprendida entre la banda ventricular y la cuerda vocal (Fig.
5).
• La parte anterior y superior del ventrículo da lugar a una expansión en forma de bolsa, el sáculo
laríngeo o apéndice ventricular, que comunica con el ventrículo por el conducto del sáculo (Fig.
6).
• Asciende por el tejido conectivo del espacio paraglótico entre el cartílago tiroides
anterolateralmente, el repliegue vestibular medialmente y el repliegue aritenoepiglótico
posterolateralmente.
• El sáculo contiene muchas glándulas mucosas y desemboca a través de un orificio en la parte
anterior del ventrículo.
• Está rodeado de una delgada capa muscular (compressor sacculi laryngis) que solo sirve para
lubricar la cuerda vocal ipsilateral cuando se comprime.
• Su altura no llega a 8 mm en el 75% de las laringes normales y solo en el 8% supera los 15 mm 32.
• El sáculo laríngeo, como el resto de la laringe, está cubierto de epitelio columnar
seudoestratificado ciliado y, debido a su localización, la metaplasia a epitelio escamoso
estratificado es rara, a diferencia de otras localizaciones de laringe más expuestas a tóxicos
ambientales, etc.

4. Epidemiología
• Los laringoceles son patologías poco habituales
◦ (1 de cada 2,5 millones de personas/año)
◦ pero la verdadera incidencia está en controversia, pues su presentación sintomática es
rara y suelen pasar desapercibidos con mucha frecuencia.
◦ Se han llegado a encontrar en el 6-8% de las autopsias de la población general y pueden
llegar a constituir el 3% de todas las lesiones de la laringe34.
• Es más frecuente en hombres que en mujeres, con una ratio 5-7:1
• Pico de incidencia en la sexta década de la vida.
• El 80-85% de los laringoceles son unilaterales, sin predilección por un lado en especial y el
más frecuente es el tipo mixto (50%).
• En general son patologías benignas, pero siempre hay que descartar que tengan asociación
con una patología maligna, especialmente si el paciente presenta hábitos tóxicos (tabaco,
alcohol, etc.).

5. Etiología
• La etiología del laringocele es desconocida y en la mayoría de los casos no se suele
reconocer el factor predisponente, pero académicamente puede ser causado por diferentes
factores congénitos y adquiridos:
• Congénitos:
◦ Se producen durante la embriogénesis, cuando el 3º y 5º arcos branquiales atrapan
anormalmente al sáculo en desarrollo y provocan un sáculo especialmente largo o con
debilidad congénita de los tejidos laríngeos.
◦ Anomalías congénitas raras (aproximadamente el 2% de las malformaciones laríngeas)
debidas a la dilatación anormal o herniación del sáculo del ventrículo laríngeo.
◦ Aunque son congénitos, el quiste resultante permanece inactivo hasta que un
desencadenante (infección de vías respiratorias altas, etc.) provoca su expansión.
◦ En algunos estudios los asocian a otras anormalidades congénitas del desarrollo
(síndrome de Down, laringomalacia, micrognatia, fibrosis quística, etc.).

• Adquiridos:
◦ suelen ser secundarios a un aumento de la presión transglótica
▪ tos crónica, músicos de instrumentos de viento, sopladores de vidrio, personas que
usan voz de modo forzado, etc.)
◦ También se han descrito debido a cambios de presión en vuelos comerciales (al
despegar baja la presión atmosférica en la cabina y se expande el aire del interior del
laringocele, lo que provoca la aparición de una masa, disnea y estridor; al aterrizar el
avión mejoran los síntomas).
◦ También pueden ser secundarios a lesiones que obstruyan el interior de la laringe, que
provoquen un efecto válvula que dificulta la salida de aire del sáculo laríngeo:
▪ Como un carcinoma de laringe (el 10% de las neoplasias de laringe pueden tener un
laringocele asociado)
▪ o lesiones que provoquen cicatrices o fibrosis en la laringe
• Como un traumatismo laríngeo previo
• antecedente de cirugías: después de la exéresis de un carcinoma supralgótico
con láser, que deja un remanente del sáculo enterrado.
• radioterapia previas
• intubación prolongada
▪ Recientemente se han descrito laringoceles como una rara complicación de
laringoplastia de medialización (el implante comprime y obstruye el orificio del
sáculo laríngeo y contribuye a producir el laringocele).
◦ Hay autores que defienden que los laringoceles son más frecuentes en pacientes
fumadores
▪ por la inflamación de la mucosa y la sobreproducción de moco del tabaco

6. Clasificación

• La antigua clasificación de laringocele interno y externo ha sido abandonada, pues el


externo puro no existe, ya que por definición se origina del sáculo laríngeo (localización
interna). La siguiente clasificación se basa en su relación con la cuerda vocal y la banda
ventricular:
◦ Quiste sacular anterior (Figura 3):
▪ Localizado en el orificio sacular.
▪ Tiende a ser pequeño y a protruir en la porción anterior del ventrículo hacia el
vestíbulo laríngeo.
▪ Si es suficientemente grande, empuja la cuerda vocal y provoca disfonía.
◦ Quiste sacular lateral o laringocele interno (Figura 4):
▪ tiende a ser más grande y diseca superolateralmente hacia la banda ventricular y el
repliegue aritenoepiglótico, abombando esta estructura (medialmente) y la pared
medial del seno piriforme (lateralmente) o incluso la vallécula (anteriormente).
▪ Pero siempre medial a la membrana tirohioidea.
◦ Quiste sacular lateral o laringocele mixto (o interno-externo) o combinado (Figura 5):
▪ es el más frecuente y a nivel interno se comporta como el laringocele interno, pero
penetra a través de la membrana tirohioidea y aparece como una masa
laterocervical palpable.
• Según su contenido
◦ El laringocele puede tener el orificio sacular permeable y estar simplemente lleno de
aire
◦ o no ser permeable, con lo que puede acumular moco (laringomucocele) (Figura 6) o
pus (laringopiocele).
• Forte propuso una clasificación basada en la extensión del quiste y en el origen del tejido
embriológico.
◦ Denomina laringocele tipo I al intralaríngeo (compuesto solo por elementos
endodérmicos)
◦ y tipo II al que se extiende extralaríngeo
▪ tipo IIa (compuesto sólo por endodermo)
▪ IIb (con células del endodermo y mesodermo).

7.
Escenario Clínico
• Infancia
• Cuando un quiste sacular se presenta en la infancia, suele aparecer de forma temprana,
incluso al nacer
• en forma de dificultad respiratoria con estridor inspiratorio.
• Llanto débil-apagado, distrés respiratorio durante la toma de alimento, regurgitación y
cianosis.
• En estos casos hay que descartar otras comorbilidades congénitas asociadas

• Adultos
• Los laringoceles suelen ser asintomáticos y diagnosticados al hacer fibroscopia (Figura 7)
o prueba de imagen (principalmente una TC) (Figuras 8 y 9)
• Disfonía parece ser la queja más común
• Disnea, tos, disfagia, estridor, sensación de cuerpo extraño
• Cuando el laringocele es mixto, puede incluso debutar como una masa cervical (Figura
10).
• Estos síntomas pueden agravarse al toser o con cualquier maniobra de Valsalva.
• Cuando el laringocele es mixto, puede incluso debutar como una masa cervical (Figura
10).
• Si un componente del laringocele se extiende a través de la membrana
tirohioidea, se palpará una masa en el cuello lateral, a nivel de la membrana
tirohioidea. Masa cervical medial al músculo esternocleidomastoideo que
aumenta de tamaño con la maniobra de Valsalva, en el caso de los laringoceles
con componente externo.
• Los laringoceles a menudo producen obstrucción intermitente de las vías respiratorias
superiores y ronquera (según se rellene más o menos de aire o de líquido).
• Los síntomas subagudos incluyen los de obstrucción supraglótica dinámica, como
estridor posicional, crisis cianóticas o apneicas y/o dificultad para alimentarse.
• Los laringoceles a menudo producen obstrucción intermitente de las vías respiratorias
superiores y ronquera (según se rellene más o menos de aire o de líquido).
• Los síntomas subagudos incluyen los de obstrucción supraglótica dinámica, como
estridor posicional, crisis cianóticas o apneicas y/o dificultad para alimentarse.
• Los quistes saculares producen síntomas más constantes debido al líquido mucoide
dentro del quiste. Pueden expandirse rápidamente cuando se infectan, lo que lleva a una
obstrucción aguda de las vías respiratorias que requiere un tratamiento urgente.
• Los laringoceles que cursan con compromiso crítico de la vía aérea son extremadamente
raros y su incidencia es desconocida.
• Pueden ser causados por un relleno rápido de aire o moco por el efecto válvula al
realizar una maniobra de Valsalva
• o por aspiración de pus como en el caso de los laringopioceles.
• Si nos encontramos ante un laringopiocele, puede cursar con signos infecciosos (dolor,
calor, hiperemia o fluctuación cervical) y simular una epiglotitis, aunque algo
lateralizada.

8.
• Cuando se desarrolla un laringocele, se sitúa
• Verticalmente en el interior de la banda ventricular.
• Con la luz laríngea por su porción inferior.
• Posterolateral al pie de epiglotis.
• Medial a la superficie interna del cartílago tiroideo, abombando estas estructuras.
• Si es muy grande, puede extenderse anteriormente a vallécula y lateralmente protruir en la
pared medial del seno piriforme.
• En ocasiones atraviesa la membrana tirohioidea y provoca una masa cervical visible y palpable
exteriormente.

9.
Diagnóstico
• El diagnóstico y la clasificación de los trastornos del sáculo laríngeo se realizan mediante
una combinación de
◦ una anamnesis cuidadosa
◦ un examen detallado de la laringe y el cuello
◦ una TC para determinar el contenido (aire frente a líquido), así como el tamaño y la
dirección precisos de expansión o disección de la laringe.
• El examen de la cabeza y el cuello en una persona con laringocele revela
◦ inflamación submucosa que sobresale del ventrículo anterior en el caso de un quiste
sacular anterior
◦ o en lo profundo de la cuerda vocal falsa y el pliegue aritenoepiglótico en un grado
acorde con el tamaño del laringocele.
• En la fibroscopia es común encontrar una masa lisa y redondeada supraglótica que
involucra la banda ventricular y el repliegue aritenoepiglótico (Figura 11). En el caso de los
piolaringoceles podremos observar secreciones purulentas en el vestíbulo laríngeo.
• La prueba de imagen de elección es la TC con contraste (Figuras 13 a 15)
◦ Hallazgo más característico una lesión quística de pared fina llena de aire o líquido que
comunica con el ventrículo laríngeo con o sin extensión a través de la membrana
tirohioidea.
◦ dilatación aérea más o menos desarrollada en función del estadio evolutivo (Figs. 10, 11
y 12B).
• La RM no es imprescindible, pero su capacidad para evaluar tejidos blandos puede ser muy
útil, en ella se observa una imagen de señal homogénea de baja intensidad en T1 e
hiperintensa en T2 de aspecto quístico (53, 54).
• La histología confirma el diagnóstico, evidenciándose mucosa revestida por epitelio
cilíndrico pseudoestratificado ciliado con un número variable de células caliciformes. La
anatomía patológica muestra un epitelio seudoestratificado, pero que suele estar
modificado por la distensión de la mucosa asociada a un cierto grado de inflamación del
corion.
10.
• El diagnóstico diferencial se debe realizar con adenopatías, absceso cervical, absceso frío
(tuberculosis), quistes de segunda hendidura branquial, divertículos faríngeos, traqueocele,
lipoma o higroma quístico.
• Un laringocele interno puede confundirse con un carcinoma55 centrado en el ventrículo que
abomba el pliegue ventricular hacia arriba y medialmente, y también con otras masas no
ulceradas inusuales como el plasmocitoma intralaríngeo, el linfoma y los tumores malignos
de las glándulas salivares menores56.

11.

Tratamiento
• El tratamiento de esta patología es quirúrgico.
• Asintomáticos o hallazgo incidental. Se podría plantear no hacer nada, sin embargo,
debemos tener en cuenta la íntima relación de esta entidad con el carcinoma epidermoide
laríngeo, por lo que la tendencia es su resección quirúrgica.
• Ante un laringopiocele con disnea aguda, la punción endoscópica y el enfriamiento
mediante una antibioticoterapia permiten superar el episodio agudo. Pasado un tiempo, el
tratamiento se realiza de forma habitual.
• Para los laringoceles externos o mixtos, los laringomucoceles y los laringopioceles, la
exéresis se efectúa por una cervicotomía lateral. Dependiendo del tamaño de la lesión,
localización y extensión podemos decantarnos por diversos abordajes y técnicas para su
resección.
• Tratamiento de los Laringoceles Mixtos
• Dependerá del componente externo e interno que presente el laringocele.
• Se suele emplear la cirugía endoscópica o microcirugía láser cuando se presenta en mayor
medida un componente interno, y el abordaje combinado cuando se presenta en mayor
medida un componente externo.
• En el caso de emplear el abordaje externo para un laringocele mixto, podemos resecar el
ala superior del cartílago tiroideo para resecar más fácilmente el componente interno del
laringocele, como se muestra en la figura 22.

• El sáculo o apéndice del ventrículo está normalmente presente en la mayoría de las
laringes. Se sitúa anterior al ventrículo extendiéndose superiormente a través del espacio
paraglótico. La banda ventricular está situada medialmente, y la lámina tiroidea
lateralmente (Figura 16).
• La membrana tirohioidea se extiende entre el cuerpo y el asta mayor del hueso hioides y el
borde superior del cartílago tiroideo. Está perforada por la rama interna del nervio laríngeo
superior y la rama laríngea superior de la arteria tiroidea.

12.

Tratamiento de los Laringoceles Internos


• Se resecan ampliamente mediante laringoscopia o endoscopia mediante láser CO2
• Se realiza una incisión en la banda ventricular con disección del laringocele.
• Esta técnica presenta una baja morbilidad.

A: Margen de la banda ventricular. .
- B: Disección del sáculo.
- C: Después de la exéresis se observa el borde superior de la superficie interna del cartílago
tiroides
- D: Fin de la cirugía.
13.
Tratamiento de los Laringoceles Externos
• Se realiza cervicotomía (Figura 19) a demanda sobre la membrana tirohioidea desde el
borde anterior del esternocleidomastoideo hasta la línea media.
• Se eleva el colgajo y se expone la glándula submaxilar superiormente, músculo omohioideo
anteriormente y esternocleidomastoideo posteriormente.
• Se localiza el plano de disección en la pared fina del quiste.
• Se identifican la arteria tiroidea superior y la arteria laríngea superior detrás del quiste.
• Se identifica el nervio laríngeo superior, que emerge profundamente a la arteria tiroidea
superior.
• Se expone el quiste hacia arriba y se retraen el omohioideo y los músculos tirohioideos
anteriormente para situar el ala del cartílago tiroides (Figura 20).
• Se libera el quiste del pericondrio sobre la cara medial del ala tiroidea y del espacio
paraglótico.
• Se separa cuidadosamente el quiste de la rama interna del nervio laríngeo superior y de la
mucosa que recubre la parte medial del pliegue ariepiglótico y se extirpa el quiste.
• Se coloca un drenaje aspirativo y se cierra la herida (Figura 21).
• El enfisema subcutáneo posoperatorio y la obstrucción de la vía aérea son poco frecuentes
debido a que los defectos de la mucosa son localizados a nivel de la supraglotis.

14. Caso clínico


• Antecedentes
◦ HTA, Dislipemia
◦ Fumadora crónica 3-6 cig/d
• Enfermedad actual:
◦ 4 días de evolución de disfagia progresiva, asociada a odinofagia y tumoración cervical
izquierda. No fiebre, no disnea.
◦ EF:
▪ Cuello: Tumoración en área II izquierda de aproximadamente 3 cm de diámetro,
blanda y móvil
▪ Nasofibroscopia: Cavum libre. Lesión no ulcerada que abomba a nivel de base de
lengua izquierda, repliegue gloso-epiglótico y ariepiglótico ipsilateral y aritenoides,
cuerdas vocales móviles.
▪ No estridor laríngeo.

15.

• No quiso operarse y volvió peor.


16.

• Informe TAC
◦ En el nivel cervical II-III se visualiza una lesión quística dependiente de la región
izquierda de la laringe supraglótica, que presenta unas dimensiones aproximadas de 34
x 43 x 40 mm(anteroposterior, transversal y craneocaudal).
◦ Con respecto al estudio previo de noviembre de 2019 ha aumentado significativamente
de tamaño y presenta captación de sus paredes.
◦ En paciente con antecedente de laringocele los hallazgos en la actualidad son
compatibles con laringopiocele.
◦ Desplaza ligeramente la vía aérea contralateralmente sin disminución significativa de su
calibre.

17.Informe cirugía:
• Intubación bajo anestesia local con Airtrack. Anestesia general.
• Decúbito supino con hiperextensión cervical.
• Incisión cervical izquierda, elevación de plano subplatismal.
• Se identifica laringocele adherido a esternocleidomastoideo y tejido circundante.
• Disección con plano dificultado por tejido cicatricial, con pared de laringocele adherido a
vena yugular interna.
• Impresiona que la pared del laringocele está necrosada en la región medial y posterior del
mismo. Apertura con salida de contenido mucopurulento (se recoge para micro).
• Se identifica y respeta nervio laríngeo superior.
• Disección hasta la membrana tirohioidea. Sección y exéresis de componente externo del
laringocele y cierre en bolsa de tabaco.
• Se remite a análisis definitivo adenopatía submaxilar.
• Lavado, hemostasia, redón en lecho. Cierre con vycril subcutáneo y seda 3-0 en piel.
Apósito.
• Laringoscopia directa:
◦ Edema de Reinke leve con hematoma en tercio posterior de cuerdas vocales.
◦ Se realiza exéresis de fragmento de banda ventricular, inmediatamente superior a
ventrículo laríngeo, ampliando el mismo.
17.
• El laringocele es una dilatación anormal del sáculo del ventrículo laríngeo, muy poco
frecuente y de causas muy diversas (tanto congénito como adquirido).
• Suele ser asintomático, por lo que puede diagnosticarse cuando realizamos una fibroscopia
o como hallazgo incidental radiológico, especialmente en TC (masa quística llena de aire o
líquido)
• Se han propuesto varias modalidades de tratamiento, según el tamaño y localización del
laringocele:
◦ los pequeños o internos suelen resecarse por vía endoscópica, y los grandes o mixtos
suelen extirparse por un abordaje externo (tirotomía lateral) o combinado.
• Recordar que si se diagnostica un laringocele en un paciente con hábitos tóxicos (fumador,
bebedor, etc.), siempre hay que descartar una neoplasia laríngea.
• Los trastornos saculares, ya sean laringoceles o quistes saculares, se pueden diagnosticar
fácilmente mediante la anamnesis, el examen físico y la evaluación radiológica adecuados.
• La evaluación inicial en adultos debe excluir la presencia de un carcinoma laríngeo oculto
que involucre el ventrículo, la región del orificio sacular o el sáculo.
• El uso de un abordaje endoscópico o externo depende de la clasificación de laringocele o
quiste sacular, su tamaño, factores del paciente

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