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Un absceso anal es una cavidad infectada llena de pus que se encuentra cerca del ano o el
recto.
Una fístula anal (también llamada comúnmente fístula en el ano) es con frecuencia el
resultado de un absceso anal previo o actual. Esto ocurre hasta en un 40% de los pacientes
con abscesos. Una fístula es un túnel epitelializado que conecta una glándula obstruida
dentro del canal anal con la piel exterior. La clasificación de la fístula se determina en
relación con los esfínteres anales. Si bien es benigna, la afección puede causar gran
angustia y vergüenza al paciente. El tratamiento se centra en el control de la infección y el
mantenimiento de la continencia fecal. Hay muchas opciones de tratamiento disponibles y
constantemente se proponen y prueban nuevos tratamientos.
Etiología
Epidemiología
Se cree que las fístulas anales simples se deben a una obstrucción glandular que da lugar a
un absceso anorrectal y, en última instancia, a una fístula. Las características de una fístula
simple incluyen un tracto único, tracto subcutáneo y aquellas que involucran menos del
30% del esfínter externo. Una fístula simple es la más fácil de tratar y tiene las tasas más
bajas de recurrencia y complicaciones.
Las fístulas complejas incluyen aquellas que involucran más del 30% del esfínter externo,
fístulas con múltiples tractos, fístulas recurrentes y aquellas asociadas con otros factores
predisponentes, incluida la enfermedad de Crohn y el tratamiento con radiación. [6] Debido
a la gran afectación del esfínter externo, no se debe realizar una fistulotomía simple debido
al riesgo de incontinencia fecal posoperatoria. Se prefiere la reparación compleja o la
reparación por etapas para preservar la función del esfínter.
Historia y física
Los pacientes que se presentan con un absceso anorrectal a menudo experimentan dolor
perineal significativo y en ocasiones supuración. Los signos sistémicos, como fiebre, son
raros en pacientes inmunocompetentes. El dolor experimentado suele ser intenso, lo que
impide que el paciente se siente o tolere un examen físico. Los abscesos más profundos
pueden causar dolor o presión en la espalda baja.
Se necesitan una historia clínica y un examen físico completos para clasificar la fístula y
crear un plan de tratamiento de manera adecuada. Los diagnósticos previos de enfermedad
inflamatoria intestinal, neoplasia rectal o anal, enfermedad anorrectal previa y cirugías
previas son importantes en el diagnóstico y la planificación del tratamiento. Se debe evaluar
y documentar la continencia fecal inicial. En presencia de múltiples fístulas o recurrencia
en curso, se debe considerar el diagnóstico de enfermedad inflamatoria intestinal.
Interesfinteriano (45%): la fístula penetra a través del esfínter interno pero no afecta
al externo.
Extraesfinteriana (5%): esta fístula es muy rara. Forma una conexión desde el recto
hasta el perineo que se extiende lateralmente al esfínter interno y externo. Estos
pueden ser los más difíciles de tratar debido a la necesidad de preservar el complejo
del esfínter.
La mayoría de los abscesos anales y las fístulas anales se diagnostican y tratan sobre la base
de los hallazgos clínicos. En ocasiones, los estudios adicionales pueden ayudar con el
diagnóstico o la delimitación del trayecto de la fístula. Hoy en día, tanto la ecografía
endoanal bidimensional como la tridimensional tradicional son una forma muy eficaz de
diagnosticar un absceso perirrectal profundo, identificar una extensión en herradura del
absceso y delimitar la ruta de un trayecto de fístula. Esto se puede combinar con la
inyección de peróxido de hidrógeno en el trayecto de la fístula (a través de la abertura
externa) para aumentar la precisión. Las tomografías computarizadas pueden ser útiles para
pacientes con infecciones complicadas, múltiples trayectos de fístula o con otras afecciones
médicas que pueden presentarse de manera similar, como la enfermedad de Crohn.
Regla de Salmon Goodsall, Se coloca al paciente en decúbito ventral y se traza una línea
horizontal que divida el ano a la mitad, los orificios fistulosos secundarios que se localicen
hacia delante tendrán un trayecto recto hacia el conducto, y los que se encuentren arriba o
por detrás serán generalmente curvos y con dirección a la cripta posterior. Palabras simples,
dice que las fístulas anteriores son rectas y las fístulas posteriores son curvas y de doble
orificio.
Abceso perianal
Mural:
- Submucoso.
- Interesfintérico.
Pelvirrectal.
Retrorrectal.
Cuadro clínico:
Absceso perianal:
- Muy doloroso.
- Rubor y calor local.
- Aumento de volumen y posible fluctuación en el borde anal.
- Fiebre moderada.
- Dificultad a la defecación y a la micción.
Absceso isquiorrectal:
- Al inicio son menos dolorosos que los perianales.
- A medida que progresan aparece toma del estado general y aumento del
dolor local.
- Fiebre elevada.
- Dificultad a la defecación y a la micción.
- Dolor al tacto rectal y perianal del lado del proceso.
- Rubor, edema perianal y después fluctuación perianal
- Puede ser bilateral debido a la extensión del proceso al espacio isquiorrectal
contralateral, a través del espacio postanal.
Abscesos murales:
- Falso deseo de defecar.
- Dolor y abombamiento al tacto rectal en la zona del absceso.
- Fiebre cuando avanza el proceso.
Absceso pelvirrectal:
- Al inicio: Febrícula y molestias a la defecación y a la micción.
- Posteriormente:
- Signos de irritación peritoneal.
- Al tacto rectal: Dolor, abombamiento y fluctuación por encima del límite
ano-rectal.
Absceso retrorrectal:
- Al inicio: Pocos síntomas, similar al pelvirrectal.
- Los síntomas locales y generales progresan a medida que el absceso
desciende hacia el ano.
- Al tacto rectal: Masa dolorosa y renitente, cubierta por mucosa, en la pared
posterior del recto.
Una historia clínica detallada y un examen físico son pertinentes para cada paciente y tal
vez todo lo que se necesita para hacer un diagnóstico. Los pacientes se quejarán de dolor
anal, que puede ser sordo, agudo, doloroso o punzante. Esto puede ir acompañado de fiebre,
escalofríos, estreñimiento o diarrea. Los pacientes con absceso perianal suelen presentar
dolor alrededor del ano, que puede estar asociado o no con las deposiciones, pero suele ser
constante. Se puede informar secreción purulenta si el absceso drena espontáneamente y
también se puede reportar sangre por recto en un absceso que drena espontáneamente.
Tratamiento / Manejo
Abceso perianal
Los abscesos perianales son una indicación para la incisión y el drenaje oportunos. La
administración de antibióticos por sí sola es inadecuada e inapropiada. Una vez que se
realizan la incisión y el drenaje, no hay necesidad de administrar antibióticos a menos que
ciertos problemas médicos requieran el uso. Tales afecciones incluyen valvulopatía
cardíaca, pacientes inmunodeprimidos, pacientes diabéticos o en el contexto de sepsis. Los
antibióticos también se consideran en estos pacientes o casos con signos de infección
sistémica o celulitis circundante significativa.
Fistula perianal
Pronóstico
La fístula en el ano no es una afección potencialmente mortal, pero puede tener un impacto
significativo en la calidad de vida del paciente. El tratamiento se centra en la destrucción
del trayecto de la fístula con la preservación del complejo del esfínter. Las complicaciones
del tratamiento pueden alterar la vida de un paciente e incluyen incontinencia fecal,
recurrencia de la fístula y estenosis anal. El riesgo de recurrencia varía entre el 3% y el 57%
según la clasificación anatómica de la fístula y la modalidad de tratamiento. [20]