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El sitio de Viena
(El Primer Sitio de Viena fue en 1529)
A través de María
serás victorioso, Juan
Juan III Sobieski (17/08/1629 - 17/06/1696)
El destino de un continente se decidía dentro de las
murallas de una ciudad… Antes de que la basílica de
Lucilia Veas
San Pedro se convirtiera en un establo, ¿habría una
intervención divina?
V
iena. La ciudad de las ga- un lento asedio; todo el mundo sabía Luis XIV rechazó enviar sus tropas
las, de los refinamientos, que Viena era una corte, no un bas- para la defensa de Viena esperando,
de la música y de las pom- tión militar. Kara Mustafa prometió, con mezquino egoísmo, que su desa-
posas procesiones; el lugar entonces, exterminarla, así como parición lo librara de los esplendores
clave de los acontecimientos políticos al emperador, «a pesar de su Dios de aquella corte que ensombrecía la
y sociales de Europa estaba a punto de crucificado»,1 según sus palabras. gloria de su propio reinado…
sucumbir ante la furia de una invasión Definitivamente, el visir había he- Mientras tanto, la población sitia-
otomana. Rodeada de colinas y bos- redado el carácter ardiente y el genio da estaba cada vez más abatida. Los
ques, beneficiada por el Danubio que ambicioso de sus antepasados. De- cristianos sabían que si Viena caía,
corría a sus pies, podía ser vista desde seaba consumar la conquista de toda muy pronto caería Roma y con ella,
muy lejos, rematada por los campana- Europa, y no descansaría hasta con- la Santa Iglesia. Esperaban de su mo-
rios de sus iglesias y coronada por la vertir la basílica de San Pedro en las narca, Leopoldo I, al menos un gesto
aguja de la catedral de San Esteban. caballerizas del sultán. de aliento, una orden para tomar las
Sin embargo, esta vez no constituía el armas, una palabra que animara a la
encanto de la embelesada mirada de
La cristiandad podrida resistencia, pero… el mundanismo y
algún viajero, sino el objeto de los sue- por su amor al mundo el libertinaje enquistados en su cor-
ños del gran visir Kara Mustafa, quien La amenaza afligió a los vieneses te le impidieron ser un héroe cuando
se repetía a sí mismo su alucinante as- y resonó más allá de sus murallas el futuro de la cristiandad lo exigía.
piración: llevar el estandarte de la cre- hasta llegar a Roma, desde donde el El único remedio que el emperador
ciente hasta el corazón de Europa… sumo pontífice, Inocencio XI, trataba encontró para esa extrema amenaza
Saboreando ya el momento de sus- de enviar refuerzos militares. fue el de prohibir a sus súbditos, bajo
tituir por la media luna la cruces que La Santa Madre Iglesia esperaba el pena de muerte, hablar de las circuns-
divisaba, y convencido de que los vie- auxilio de su hija primogénita, Fran- tancias por las cuales atravesaba el
neses no recibirían ayuda de ningún cia. ¿Dónde estaba ella en ese momen- reino, con la esperanza de mantener,
otro ejército cristiano, se preguntaba to de peligro para la cristiandad? Las por lo menos, la normalidad y el equi-
irónicamente: «¿Quién salvará a Vie- graves carencias morales y el orgullo librio en sus dominios.
na?». La vista de la risueña ciudad, del Rey Sol habían oscurecido sus ho- Cuando, finalmente, las tropas
con los fosos de sus fortificaciones rizontes, o mejor dicho, lo llevaron a de Kara Mustafa aparecieron a lo
transformados en jardines, lo con- creer que en el panorama mundial no lejos, sembrando los campos de fue-
venció aún más de que no resistiría a debía brillar otro astro sino él mismo. go, sangre y confusión, el emperador
Bajo el mando de Juan Sobieski, las tropas cristianas se reunieron en el monte Kahlenberg. Destacaban los húsares
alados, que se asemejaban a ángeles exterminadores bajando del Cielo sobre los esbirros del mal.
Húsares alados en formación de ataque - Captura de pantalla de la película «11 de Septiembre de 1683. La Batalla de Viena»
El estandarte triunfal del héroe polaco quedó clavado en el corazón de la cristiandad, haciéndole comprender que
con la Santísima Virgen siempre saldría victoriosa
Juan Sobieski tras la liberación de Viena, de Jan Matejko - Museos Vaticanos
estaba solo y que ya no podía sostener lo aclamaban sin cesar, toda la po- nos con las siguientes inscripciones:
la batalla. Así que llamó a los pocos blación trataba de tocar su manto, In hac imagine Mariæ vinces, Johan-
que le quedaban y se echó a llorar agarrar sus manos y pies, queriendo nes; In hac imagine Mariæ, victor ero
como un niño, preguntándole a uno besarlos. El rey intentaba impedir- Johannes —que significan: «A tra-
de sus oficiales: lo, pero nada pudo detener aquellas vés de esta imagen de María vence-
—Y tú, ¿no me puedes ayudar? manifestaciones de agradecimiento. rás, Juan»; «A través de esta imagen
—Conozco a ese rey de Polonia, Yendo a la iglesia, se postró en tierra de María, yo, Juan, saldré victorio-
y os digo que con él no habrá más y cantó el Te Deum, el himno de vic- so». El mensaje de la Reina del Cielo
remedio que huir —fue la respuesta toria del Señor de los ejércitos. era indiscutible. Además de proteger
que escuchó del interrogado. La noticia de la liberación de Vie- al rey Juan Sobieski a lo largo de mu-
Entonces, emprendieron la huida, na llenó de gozo toda Europa, a ex- chos otros combates, la cristiandad
perseguidos por el ejército de Cristo. cepción —es triste decirlo— del Rey entendió que, con la Santísima Vir-
Sol… El Papa recibió de Sobieski la gen, siempre saldría victoriosa.
…y ¡la resistencia principal bandera arrebatada a los El segundo tesoro fue un regalo
cristiana en júbilo! turcos, trofeo que recorrió todas las de Inocencio XI a la Santa Iglesia:
La derrota fue completa. Es difícil iglesias de Roma durante un mes. la fiesta del Dulcísimo Nombre de
saber con exactitud la cifra de pérdi- María, conmemorada por entonces
das, ya que las crónicas difieren entre
Un legado inmortal para la Iglesia sólo en ciertas regiones, y que fue
sí. No obstante, la violencia del ata- Por la espada del héroe polaco, la extendida por el pontífice a la Igle-
que les costó a los otomanos al menos Santa Iglesia rechazó una vez más el sia universal. Hasta el día de hoy se
20.000 bajas, y los cadáveres de los islamismo, clavando la bandera del celebra el 12 de septiembre, fecha de
vencidos cubrían los campos alrede- triunfo en el corazón de la cristian- esta memorable victoria mariana en
dor de la ciudad. En cambio, del lado dad y legándole dos tesoros de valor la historia.
cristiano, entre los heridos y muertos incalculable.
durante el asedio y en la batalla, el El primero fue encontrado por So-
número no llegaba a 4.000. bieski entre las ruinas del pueblo de
1
Las referencias históricas que constan en
este artículo han sido transcritas de: SAL-
Al caer la tarde, Juan Sobieski Wishau. Era una pintura antigua de
VANDY, Narcisse-Achille de. Le libéra-
entraba en Viena. Los príncipes del Nuestra Señora de Loreto, cuya co- teur de la Chrétienté au XVII ͤ siècle. Jean
imperio acudían a su encuentro y rona estaba sostenida por dos ángeles Sobieski, sa vie, ses vertus, ses epreuves,
lo abrazaban, coroneles y oficiales que llevaban en sus manos pergami- ses victoires. Cadillac: Saint-Remi, 2010.