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La fragilidad de
Josefa fue la que
atrajo la mirada de
Jesús. «He fijado
la raíz de tu peque-
ñez en la tierra
de mi Corazón»
Sor Josefa realizando labores domésticas en el convento de Poitiers
Timothy Ring
la tierra de mi Corazón», le dijo un contar bastante con Dios… De repen-
día. te, Jesús se presentó ante ella con el
Por otro lado, también afirmó el Corazón abrasado y lleno de majes- Sagrado Corazón de Jesús -
Señor: «No busco la grandeza ni la tad. Reprendiéndola, le advirtió: «Tú Casa Monte Carmelo, Caieiras (Brasil)
santidad». En efecto, al ser Él la fuen- sola, ¿qué podrías hacer por ellas?
te de la virtud, no la busca, sino que la Fija aquí tu mirada». Confianza era el clamor constante
da. Su predilección por los más débi- Así aprendió que para vencer su que el Redentor hacía a la humanidad
les se explica, pues, en estas palabras insuficiencia debía mantener la vista por mediación de su mensajera: ¡Que
dirigidas a la vidente: «No te amo por siempre clavada en su ideal. las almas vengan a mí!… ¡Que las al-
lo que eres, sino por lo que no eres; mas no tengan miedo de mí!… ¡Que
porque así tengo dónde colocar mi
Dar su propia pequeñez a Jesús las almas tengan confianza en mí!».
grandeza y mi bondad». Otro aspecto importante de la De hecho, el mayor error que comete
Y aquí encontramos el primer vida espiritual de la venerable es la un pecador es perder la confianza en
punto de la formación espiritual dada entrega de su propia insignificancia. este océano de misericordia al cons-
a sor Josefa: la necesidad de tomar A primera vista parece sencillo, pero tatar su propia miseria. El Maestro lo
conciencia de la propia nada. «Pe- ¡qué duro es para la orgullosa natura- lamenta con palabras conmovedoras:
queña todavía es algo, y tú no eres leza humana! Esta entrega sólo puede «No es el pecado lo que más hiere mi
nada», le dijo el Salvador en agosto de realizarse a través de tres virtudes: Corazón… lo que más lo desgarra es
1922. Este peculiar requisito le per- abandono, confianza y amor. que no venga a refugiarse en Él des-
mitió recibir altísimas gracias, como Abandono fue, por así decirlo, el pués que lo han cometido».
la concedida al día siguiente: «Como lema de la existencia de sor Josefa. El Buen Dios tiene sed de amor, y
no eres nada, ven… entra en mi Co- Cuántas veces el Sagrado Corazón le sólo sus hijos pueden saciarla, como
razón… a la nada le es fácil entrar en instruyó así: «No necesito fuerzas, lo demostró una noche cuando se le
este abismo de amor». único que necesito es tu abandono»; apareció a Josefa como un pobre de
En ningún momento Josefa escu- «Yo suplo lo que te falta: déjame, dé- aspecto triste y suplicante.3¡Misterio
chó un suspiro de impaciencia por jame, que yo obraré en ti». de iniquidad! Es el caso que nos
1
Los datos biográficos y las citas literales 2
El padre de Josefa, Leonardo Menéndez, cie su hambre de almas (cf. MENÉNDEZ,
del mensaje que el Sagrado Corazón de Je- ya había fallecido cuando ella entró en la op. cit., p. 159; p. 272).
sús confió a sor Josefa Menéndez han sido vida religiosa. 4
Cf. SAN BERNARDO DE CLARAVAL.
tomados de la obra: MENÉNDEZ, RSCJ, 3
Con respecto a esto, véanse dos episodios «Sobre el Cantar de los Cantares». Ser-
Josefa. Un llamamiento al amor. 7.ª ed.
en donde el Corazón de Jesús se le aparece món LXXXIII, n.º 5. In: Obras Comple-
Madrid: Religiosas del Sagrado Corazón,
a la vidente —según sus palabras— como tas. Barcelona: Rafael Casulleras, 1925,
1998.
«un pobre hambriento» que le pide que sa- t. III, p. 709.