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«¡Es tan fácil esperarlo todo

de mi Corazón!»
Y o soy el amor. Mi corazón no puede que lo esperen todo de mi bondad, que no du-
contener la llama que constantemente den nunca de mi perdón. Soy Dios, pero Dios
lo devora. Yo amo a las almas hasta tal pun- de amor. Soy Padre, pero Padre que ama con
to que he dado la vida por ellas. Por su ternura, no con severidad. […]
amor he querido quedarme pri- Esto es lo que quiero explicar a
sionero en el sagrario. […] las almas: Yo enseñaré a los pe-
El amor a las almas me cadores que la misericordia
impulsó a dejarles el sa- de mi Corazón es inago-
cramento de la Peniten- table; a las almas frías e
cia para perdonarlas, indiferentes, que mi Co-
no una vez ni dos, si- razón es fuego, y fuego
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no cuantas veces nece- que desea abrasarlas,


siten recobrar la gra- porque las ama; a las
cia. Allí las estoy es- almas piadosas y bue-
perando; allí deseo que nas, que mi Corazón es
vengan a lavarse de sus el camino para avan-
culpas no con agua, sino zar en la perfección y por
con mi propia sangre. él llegarán con seguridad al
En el transcurso de los si- término de la bienaventu-
glos, he revelado de diferen- Sor Josefa, unos meses antes de su ranza. Por último, a las al-
muerte, en el convento de Poitiers (Francia)
tes modos mi amor a los hom- mas que me están consagra-
bres y el deseo que me consume de su salvación. das, a los sacerdotes, a los religiosos, a mis al-
Les he dado a conocer mi propio Corazón. Es- mas escogidas y preferidas, les pediré, una vez
ta devoción ha sido como una luz que ha ilu- más, que me den su amor y no duden nunca
minado al mundo y hoy es el medio de que se del mío; pero, sobre todo, que me den su con-
valen para mover los corazones, la mayor par- fianza y no duden de mi misericordia. ¡Es tan
te de los que trabajan por extender mi Reino. fácil esperarlo todo de mi Corazón!
Ahora quiero algo más, sí, en retorno del
amor que tengo a las almas, les pido que ellas SOR JOSEFA MENÉNDEZ.
me devuelvan amor; pero no es éste mi úni- «Un llamamiento al amor». México:
co deseo; quiero que crean en mi misericordia, Patria, 1949, pp. 375-376.
[1890-1923]

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