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Sinopsis .............................................................................................................. 4
Capítulo 1 ........................................................................................................... 5
Capítulo 2 ......................................................................................................... 14
Capítulo 3 ......................................................................................................... 21
Capítulo 4 ......................................................................................................... 32
Capítulo 5 ......................................................................................................... 43
Capítulo 6 ......................................................................................................... 57
Capítulo 7 ......................................................................................................... 65
Capítulo 8 ......................................................................................................... 73
Capítulo 9 ......................................................................................................... 80
Capítulo 10 ....................................................................................................... 90
Capítulo 11 ....................................................................................................... 98
Capítulo 12 ...................................................................................................... 109 3
Capítulo 13 ...................................................................................................... 120
Capítulo 14 ...................................................................................................... 128
Capítulo 15 ...................................................................................................... 137
Capítulo 16 ...................................................................................................... 142
Capítulo 17 ...................................................................................................... 151
Capítulo 18 ...................................................................................................... 160
Capítulo 19 ...................................................................................................... 171
Capítulo 20 ...................................................................................................... 181
Capítulo 21 ...................................................................................................... 189
Epílogo ............................................................................................................ 197
Siguiente libro .................................................................................................. 199
Tengo un secreto.

Varios en realidad.

Solo los chicos saben quién soy realmente.

Finalmente sé la verdad sobre mi familia, pero ahora tengo aún más preguntas.
Las únicas personas que pueden responderlas son Luca, Skyler, Noah, Vince y
Gavin. Me han presentado un mundo que nunca imaginé que existiera. Uno que
tiene un costo. Uno del que no puedo contarle a nadie más.

Estoy equilibrando dos vidas. A veces soy una adolescente normal, que me
entusiasma el baile de bienvenida y me enamoro de mi guapo novio. El resto del
tiempo, me escabullo y respondo a La Sociedad.

Cuando todo se derrumbe, la verdad saldrá a la luz.


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La familiaridad en los rostros mirándome fijamente se desvaneció a nada. Todo
en mi vida se sentía mal. Me desperté deseando que todo lo que aprendí anoche fuera
una broma. Una retorcida broma.

En realidad, mi madre no era mi madre. Mi madre biológica me abandonó. El


hermano al que amaba más que a nadie en el mundo ni siquiera compartía mi sangre.

Y la guinda en el pastel era la misteriosa Sociedad de Hechiceros. Tessa, la mamá


de Gavin, la mencionó justo antes de que Mandy, la mamá de Noah, la
interrumpiera. Daniel dijo que deberíamos terminar la noche y así nos sacaron de la
casa de Gavin con la promesa de hablar más de ello, después.

Ahora estábamos de vuelta en su sala de estar, los adultos hablaban en voz baja
mientras esperábamos a que llegara el resto de los chicos. Debería estar en el tercer
período ahora mismo. ¿Carter se estaba preguntando dónde estaba? Le envié un 5
mensaje de texto a Emily antes de quedarme dormida para hacerle saber que me
sentía mal y que no iría en la escuela. No era mentira. Me sentía enferma. Me dolía
la cabeza. Mi garganta estaba apretada. Mi estómago estaba anudado, demasiado
nerviosa para aceptar la comida que Tessa seguía ofreciendo.

Solo quería respuestas. Papá se sentó a mi lado, pero su atención estaba en su


teléfono. Como siempre. Él puso mi mundo patas arriba hace menos de doce horas,
pero lo único que le importaba era el trabajo que le faltaba. ¿Qué correo electrónico
podría ser más importante que decirme la verdad sobre quién era yo?

La puerta principal se abrió y Luca entró seguido por Skyler y Vince. Observaron
la escena antes de caminar hacia nosotros y llenar el sofá en el que estaba sentada
con Gavin y Noah a mi otro lado. Como anoche, los padres de Noah y Gavin estaban
sentados frente a nosotros.

No podía creer que Tessa conociera a mi madre biológica. El padre de Noah,


Wes, parecía que él también podría haberlo hecho.

¿Cuáles eran las posibilidades de que acabáramos viviendo en la misma zona


donde ella vivió? Papá dijo que ella creía que era demasiado peligroso para ella
criarme. ¿Estaba en peligro ahora?

Vince se inclinó hacia adelante y me miró a los ojos.


—¿Estás bien?

Me encogí de hombros. Probablemente era el único de los tres que tenía una pista
de lo que estaba pasando. Gavin les envió un mensaje de texto esta mañana y les dijo
que vinieran. No estaba segura de por qué todos necesitaban participar en mi drama
familiar, pero estaba agradecida por cualquier cosa que me resultara familiar.

Skyler se sentó en el borde de su asiento y se inclinó hacia nosotros.

—¿Qué sabemos?

No me estaba preguntando a mí, así que me relajé mientras Gavin y Noah se


turnaban para contarles mi pesadilla recurrente sobre el accidente automovilístico
que mató a mi hermano y mejor amiga, la verdad sobre la mujer que me crió, la que
me dio la vida y la posible conexión con lo que fuera que era la Sociedad de
Hechiceros.

Luca finalmente atrapó mi mirada.

—¿Por qué no nos hablaste de las pesadillas antes?

Vince lo interrumpió. 6
—Ella me dijo a mí.

Luca frunció el ceño.

—¿Por qué no nos lo dijiste entonces?

—Lo hice —dijo Vince encogiéndose de hombros.

—Me refiero a antes de que nos dirigiéramos hacia aquí —respondió Luca con
una expresión molesta.

Vince ignoró la mirada fulminante de su amigo.

—No era mi historia para contar. Yo quería que ella hablara con Tessa. —Hizo
un gesto con la mano delante de él—. Ahora lo ha hecho y estamos aquí.

Los chicos continuaron discutiendo mientras los adultos revisaban la carpeta de


Daniel y hablaban en voz demasiado baja para que yo los escuchara. ¿Por qué papá
no estaba interesado en la información que tenían? ¿Por qué no se estaba
involucrando más?

Miré con el ceño fruncido su teléfono antes de dejar caer mi cabeza contra el
respaldo del sofá.
—Obtuve los resultados —anunció Stanley, el otro padre o padrastro de Noah
... No estaba segura de cuál era la relación entre los dos hombres y ahora no era
realmente el momento de preguntar. Una vez que tuvo la atención de todos,
continuó—: Ellise Bates es tu madre.

Sus ojos se conectaron con los míos mientras yo absorbía la noticia.

Cuando anoche me pidió un mechón de cabello, o esta mañana, en realidad, me


sentí un poco ofendida. ¿No debería bastar la palabra de mi padre? Él ya admitió
tener una aventura, ¿por qué mentiría si ella no fuera mi verdadera madre?

Tessa hizo un pequeño sonido haciéndome mirarla. Tenía lágrimas en los ojos
mientras se agarraba el pecho y me miraba con una expresión desgarradora. Quería
consolarla, pero no estaba segura de cómo. Dijo que ella y mi madre biológica eran
mejores amigas mientras crecían. Estoy segura de que estaba reabriendo viejas
heridas, pero no había nada que pudiera hacer para cambiar las cosas.

Miré a papá y él frunció el ceño solemnemente. Le creí cuando dijo que amaba
a Ellise y que quería tener una vida con ella. No pude evitar preguntarme qué tan
diferente hubiera sido mi vida si ella no hubiera huido. ¿Habría conocido el amor de
una madre? ¿Sería capaz de mirarme al espejo sin preguntarme qué hice para merecer
el tratamiento que recibí de la mujer que pensé que era mi mamá? Carrie nunca me
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lastimó físicamente, pero hizo todo lo posible por ignorarme. Ella favorecía a mi
hermano, Spencer y nunca trató de ocultarlo.

Ahora, sabía por qué. Yo no era su hija. El último año tuvo mucho más sentido
desde la revelación de papá. Antes de mudarnos a Chicago, rogué por quedarme en
California. No quería dejar el único hogar que conocía. No podía soportar la idea de
dejar atrás las piezas restantes de Spencer y mi mejor amiga, Becca. Sentí que dejarlos
atrás era olvidarlos. Me rompió el corazón. La llamé y le envié un mensaje de texto
cuando nos mudamos, queriendo hacerle saber sobre mi nueva vida, pero ella nunca
respondió. Ahora entiendo. Ella ya no quería estar cerca de mí. Prefería gastar el
dinero de papá y viajar por el mundo con su joven novio, el profesor de yoga.

Daniel fue el primero en hablar.

—Avalon, sé que todo esto ha sido mucho para asimilar, pero hay más que
deberíamos contarte.

Miré a papá, pero él había adoptado la versión estoica y silenciosa que conocía
demasiado bien.

No estaba segura de cuánta información más podía manejar. ¿Qué más podrían
tener que decir?
Gavin encontró mi mano y entrelazó sus dedos con los míos.

—Estamos aquí para ti. Recuérdalo.

La promesa y la tranquilidad que sus ojos me ofrecían me dieron el valor para


escuchar lo que ellos tenían que decir. Cuando me volví hacia su padre, asentí.

—Está bien.

Daniel y Tessa compartieron una mirada antes de que él comenzara.

—Tu madre biológica, Ellise, se crio en una comunidad llamada la Sociedad


Hechicero, por lo general nos referimos a ella como la Sociedad.

Hizo una pausa como si me permitiera hacer preguntas, pero permanecí en


silencio. Hasta ahora sonaba loco. ¿Un hechicero? ¿Mi mamá pensaba que era una
bruja? ¿Tessa lo hacía?

—No quiero abrumarlos con información sobre eso todavía, pero quiero que
sepan que también somos parte de la Sociedad.

Movió la mano por la habitación. Espera, ¿todos aquí pensaban que eran 8
hechiceros?

Papá se tensó y capté su mirada. No reveló nada, pero me di cuenta de que los
estaba cuestionando como yo.

—¿Todos ustedes? —Finalmente expresé mi pregunta.

Los adultos asintieron y miré a lo largo de la fila de chicos. Cada uno de ellos
me recibió con un asentimiento o una sonrisa. Asi que, estaban todos locos. Es bueno
saberlo.

Quería levantarme y correr. Por mucho que me gustara pasar el rato con ellos
durante las últimas semanas, esto era demasiado. Emily, Carter y mi otro grupo de
amigos, de repente, se veían mucho más atractivos. A veces podían ser un poco
estirados con otras personas, ¡pero estaban cuerdos!

Gavin apretó mi mano.

—Solo escucha, ¿de acuerdo? Te prometo que tendrá sentido.

Dijo cada loco siempre ¿Era algún tipo de culto en el cual querían reclutarme?
Lo único que me mantenía en mi lugar era que papá no se movía, así que lo tomé
como una señal para quedarme.
Daniel pareció tomar eso como un permiso para seguir asustándome.

—Los padres de tu madre eran líderes en la sociedad. Cuando ella era


adolescente, fueron asesinados.

Jadeé y papá pareció desinflarse con el anuncio. Miré de él a Tessa. Inclinó la


cabeza y se secó las lágrimas.

¿Qué les pasó a ellos? ¿Por qué los habían asesinado? Me tomó un momento
darme cuenta de que eso significaba que mis abuelos se habían ido. Me pregunté por
un breve momento si Ellise tenía familia en el área. Pensé que una vez que todo se
arreglara y me adaptara a mi nueva realidad podría conocerlos.

—¿Tenía hermanos? —solté la pregunta.

Tessa negó con la cabeza y bajó la mirada a su regazo. Era extraño estar en duelo
por personas que nunca supe que existían, enterarme de que no quedaba nadie.
Estaba de vuelta en la misma posición, sin más familia. Sin otra conexión salvo papá,
y él siempre estaba fuera. Extrañaba a mi hermano más de lo que las palabras podían
expresar. Había un dolor en mi pecho que temía que nunca se desvanecería.

Daniel esperó a que asimilara eso antes de continuar donde lo dejó.


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—Fue entonces cuando Ellise desapareció. Durante mucho tiempo, la Sociedad
pensó que ella también debía haber muerto a pesar de que no había evidencia de eso.
Pasaron años antes de que hiciera contacto y nos hiciera saber que estaba viva.
Habrías tenido alrededor de dos años en ese momento. Intentamos que volviera o al
menos se conectara con los miembros dondequiera que estuviera, pero se negó. Ella
pensó que se mantendría a salvo si estaba escondida.

—¿Fue asesinada? —preguntó papá. Él había dicho tan poco que el sonido de su
voz me sobresaltó.

Daniel bajó la cabeza.

—No lo sabemos con certeza. Enviamos gente para tratar de encontrarla.


Pasaron algunos años antes de que encontráramos un informe policial que se ajustara
a su descripción. La encontraron muerta en su apartamento. Dijeron que eran causas
naturales, pero no lo sabemos con certeza. En ese entonces tenía un nombre diferente
y nos esforzamos por encontrar más información o registros médicos. Si tuvo una
enfermedad que la mató, no lo sabemos.

Entonces, existía la posibilidad de que hubiera sido asesinada como sus padres.
—¿Estoy en peligro? —Hice la pregunta que había estado en el fondo de mi
mente.

—No lo creemos —respondió Wes—. Hay muy pocas posibilidades de que


alguien más aparte de tu padre supiera que Ellise tenía una hija. Creemos que anotó
el nombre de tu madrastra en su certificado de nacimiento para mantenerte oculta.

—¿De qué? ¿O quién?

—La gente que mató a tus abuelos —respondió él con delicadeza.

—¿Y quiénes son ellos?

—La sociedad tiene muchos enemigos. Viene como resultado de lo que


hacemos. Creemos que el grupo que hizo esto era parte de una organización en
Michigan que estaba tratando de monetizar un desastre natural. El área fue golpeada
por una tormenta invernal particularmente mala y las tiendas comenzaron a acaparar
artículos y a subir los precios. La sociedad intervino y proporcionó suministros
gratuitos y la necesidad de socorro, lo que impidió que varias empresas ganaran
dinero. Se sabía que las familias del crimen local estaban a cargo y tus abuelos
entendían que era un riesgo intervenir, pero sentían que la necesidad era demasiado
grande para ignorarla. Solo estuvieron allí dos días antes de que supiéramos de su
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asesinato. La noticia llegó con una amenaza para cualquier otra persona que viniera
o intentara involucrarse.

Mi cabeza daba vueltas. ¿Por qué se estaban poniendo en peligro evidente?

—¿Por qué ella no me dijo nada de esto? —murmuró papá mientras se frotaba la
mandíbula cubierta de barba. Siempre estaba bien afeitado. Las arrugas en las
esquinas de sus ojos eran más pronunciadas hoy. Talvez él estaba más sacudido por
esta información de lo que pensaba.

Quizás yo no era la única enloqueciendo por toda la nueva información.

Stanley habló:

—Supongo que estaba tratando de mantenerlos a usted y a su hija a salvo.


Mientras menos se sepa lo que hacemos en la sociedad, mejor.

—¿Qué es exactamente La Sociedad? —interrumpí.

Pasaron unos segundos antes de que alguien respondiera. Mandy me lanzó una
pequeña sonrisa.

—Realmente no podemos entrar en detalles con los que no son miembros.


Papá dejó escapar una risa sin humor.

—Entonces, ¿nos contarán acerca de un grupo misterioso que hace que la gente
sea asesinada, y que tiene enemigos en otros estados, y podría tener una amenaza
directa contra mi hija, pero no nos van a decir lo que realmente es?

Stanley se enderezó en su asiento y agitó su mano en dirección de papá.

—Como dijimos, es más seguro…

—Estamos involucrados —interrumpió papá—. Hemos estado involucrados


durante dieciséis años. Es hora de dejar de andar por las ramas y de darnos una
respuesta.

Casi me acobarde ante su voz, la que solía reservar para las llamadas telefónicas
enojadas y la oficina.

Daniel contrarrestó:

—Ron, queremos contarles todo, chicos, pero tenemos reglas que seguir.

Miré a los chicos, pero ninguno me miró a los ojos. ¿Qué está pasando? ¿Qué 11
más podrían estar escondiendo?

Mandi adoptó un tono más suave para explicarnos más.

—Ahora que tenemos pruebas de la ascendencia de Avalon, podemos reunirnos


con el resto de nuestros miembros para discutir su futuro. Hasta entonces, tenemos
que ser selectivos en lo que compartimos.

Papá no parecía complacido, pero no había forma de hacer que nos contaran
más.

La tensión llenaba la habitación, así que aproveché el momento de silencio.

—¿Qué tiene que ver todo esto con mi pesadilla? ¿Por qué querían Gavin y Vince
que te lo dijera? —dirigí la pregunta a Tessa.

Miró a Mandy y a Daniel por un momento antes de suspirar.

—Eso tiene que ver con la Sociedad. Te prometo que pronto recibirás respuestas.

—¿Quieren incluir a Avalon en esta sociedad? —preguntó papá.

Todos los adultos asintieron.


»Quiero saber qué significa eso antes de que hablen con ella —continuó—. No
voy a dejar que se involucre en algo que su mamá pensó que era peligroso.

Pensé que habría una discusión, pero Daniel asintió.

—Por supuesto. Te incluiremos en todas las discusiones sobre la petición de


Avalon.

—¿Petición? —repetí—. ¿Qué quieres decir?

—Es la solicitud formal para ser invitado a La Sociedad —respondió Gavin.

—Espera. No dije que quería unirme.

Los adultos compartieron una mirada que no pude descifrar antes de que Tessa
se dirigiera a mí.

—Por supuesto tendrás la opción, pero para poder darte más información tendrás
que ser un miembro formal.

—Entonces, ¿no serán capaces de decirme más sobre la luz del accidente?
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Ella negó con la cabeza.

»¿O sobre mi familia?

—Nada más allá de los detalles superficiales. Puedo contarte historias de tu


mamá, pero no puedo explicar realmente más allá de eso.

Me giré y me encontré con la mirada pesada de papá. Él no estaba hablando


porque me estaba permitiendo decidirlo. Había muchas señales de alerta, el asesinato
era una muy grande, pero también era la única manera que obtendría respuestas que
necesitaba. No podía alejarme ahora. No podía seguir con mi vida sin saber la
verdad. Si mi mamá y su familia estaban involucrados, quería confiar que no eran
del todo malos. De la forma en que papá hablaba de Ellise, ella era una buena
persona. Él la amaba y una parte innata en mí necesitaba más.

—No tienes que decidir hoy, Avalon. Por ahora, la vida seguirá como siempre.
Trabajaremos desde nuestro lado de las cosas y te dejaremos saber cuando podemos
avanzar —dijo Wes con finalidad. Él se levantó, y Mandy y Stanley lo siguieron—.
¿Noah quieres venir con nosotros a casa?

—Nah, me darán un aventón más tarde.


Sus padres aceptaron su respuesta y salieron. Papá se levantó en seguida y revisó
su teléfono.

—Lo siento tanto, Ave, pero tengo que ir a la oficina. Hay un asunto urgente que
debo resolver.

Miró más allá de mí.

»Tessa, ¿se puede quedar ella aquí hoy?

—Por supuesto. Haré que Miranda haga el almuerzo en breve. Chicos, ustedes
pueden ver una película o pasar el rato arriba.

Papá asintió.

—¿Estás de acuerdo?

—Sí, estaré bien.

Él me abrazó.

—Vendré a casa antes de la cena. Mándame mensajes de texto a través del día 13
para decirme cómo estás.

Asentí contra su pecho.

—Lo haré.

Él retrocedió, viéndose un poco culpable antes de dirigirse a la puerta.


Luca, Vince y Skyler se sentaron en el borde de la cama. Gavin tomó la silla de
su escritorio y la giró para ver hacia el resto de la habitación sentados. Me deslicé
contra la cajonera para sentarme, y Noah me siguió, sentándose lo suficientemente
cerca como para que nuestros hombros se tocaran.

Él no era el que normalmente me tocara o me ofreciera apoyo, entonces


significaba más para mí que él supiera que necesitaría a alguien cerca. Anhelaba algo
familiar. Algo normal.

—Sé que todo esto es abrumador y mucho a lo cual adaptarse, pero todos
estamos aquí para ti. Podríamos no ser capaces de contestar todas tus preguntas
inmediatamente, pero te prometo que pronto sabrás todo.

Las palabras de Gavin hicieron poco para consolarme.

—Acabo de enterarme que básicamente todo en mi vida ha sido una mentira y


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¿ahora hay una sociedad supersecreta de brujos de la cual mi verdadera mamá
formaba parte? Eso no es algo a lo que simplemente voy a adaptarme.

Ni siquiera intenté suprimir el pánico en mi voz.

Los labios de Gavin formaron una sonrisa, pero se detuvo. Miré alrededor de la
habitación frunciendo el ceño. ¿Porqué todos me veían como si estuvieran a punto
de reír?

—¿Qué es?

Luca, el siempre paciente, sonrió con suficiencia.

—No somos brujos ni hechiceros, Avalon.

—¿Cómo se supone que sepa eso? Se llaman a ustedes mismos la Sociedad de


Hechiceros y no contestan ninguna de mis preguntas —señalé.

—La Sociedad tiene cientos de años —comenzó Skyler antes de que algún otro
de los chicos pudiera—. Cuando fue organizado, no había mucha cantidad de
conocimiento y entendimiento como lo tenemos ahora. En ese entonces, lo
inexplicable era englobado en hechicería y magia.
Entrecerré mis ojos.

—¿Qué hay de inexplicable sobre el grupo?

—Nosotros…

Gavin interrumpió a Skyler.

—Eso es algo que te diremos, después.

Lo fulminé con la mirada. Tenía la sensación de que podía conseguir más


información si separaba a los chicos. Tessa probablemente sabía eso, por lo que
sugirió que pasáramos el rato.

—Entonces, ¿qué más me pueden decir?

No tenía muchas esperanzas, pero valía la pena preguntar.

—Podemos decirte que tu novio no es quien crees que es.

El comentario de Vince me atrapó con la guardia baja. De todos los chicos,


esperé que él conociera mejor a Carter ya que eran compañeros de equipo de fútbol. 15
—¿Qué se supone que significa eso?

Odié ponerme a la defensiva con ellos, pero después de todo lo que he pasado en
las últimas pocas horas, lo último que necesitaba era un ataque al chico con el que
estaba saliendo.

—Carter no es exactamente un buen chico, Avalon —dijo Skyler dudosamente.

—Dejen de hablar en vagas generalidades, y alguien dígame que quieren decir


realmente, por favor.

No quería ser una completa mocosa, pero mi paciencia se estaba agotando.

—¿Sabes quién es su padre? —preguntó Luca.

—No. Solo he conocido a su mamá.

—Es un senador del estado. Es una víbora y ha quemado personas en el pasado.


Su hijo está siendo criado para seguir sus pasos.

Había un veneno en la voz de Luca que nunca antes había escuchado.


—¿Qué pasó entre él y sus padres? Solían ser amigos, ¿verdad? —Miré a Gavin,
esperando que él llenara los huecos. Él no se encontró con mis ojos y yo suspiré—.
Déjenme adivinar. ¿Me lo dirán después?

Él asintió y me echo un vistazo.

—Lo siento. Sé que es frustrante, pero pronto podremos contestar todo.

Mis manos se cerraron en puños sobre mis rodillas.

—Chicos, no pueden advertirme que me mantenga alejada de alguien quien me


importa sin probarme una razón valida de por qué. No soy una marioneta. No voy a
aceptar solamente una declaración general como que su papá es una víbora. ¿Qué
tiene que ver con Carter?

—Es falso. Usa a las personas que piensa que pueden beneficiarlo.

Los ojos de Vince me rogaron que escuchara, pero no estaba convencida.

—¿Qué tengo yo para ofrecerle? No tengo una familia famosa. No somos, ni de


cerca, tan ricos como él. Ni siquiera puedo conducir todavía. Él tiene que llevarme a
todos lados. Si ustedes observan nuestra relación, sería yo quien podía estarlo 16
usando.

No podía creer que estaba teniendo que defenderlo de mis amigos. ¿Por qué no
pueden apoyarme?

Noah se inclinó hacia adelante, su voz intensa.

—Eres la nueva chica. Todos están interesados en quien eres. La mitad de los
chicos quieren una oportunidad contigo, y la mitad de las chicas quieren ser tú.
Llegaste e inmediatamente te convertiste amiga de los niños populares. Eres un trofeo
para él. Algo que puede mostrar y decirles a todos que ganó. Sin mencionar que eres
hermosa, inteligente y amable.

Su arrebato me sorprendió, especialmente el final.

Froté mis ojos cansados.

—No aprecio ser referida como un objeto, y creo que estás exagerando el resto.

—No lo hace —confirmó Luca. Todos los chicos asintieron, murmurando estar
de acuerdo.

Crucé mis brazos, enderezándome.


—No tienen pruebas para darme. Aparte, ¿por qué les importa? No comento
sobre sus relaciones. —Miré a Luca—. Te dije que tu novia te engañó y sigues con
ella. No estoy de acuerdo con ello, pero no es de mi incumbencia.

—Nos preocupamos por ti, Avalon. Estamos tratando de protegerte —dijo


Skyler con tristeza.

Tal vez así era el tener amigos. Eran sobreprotectores, como hermanos.
Hermanos que encontraba guapos… ugh. Alejé ese pensamiento y me enfoqué en el
tema en cuestión.

—Miren, aprecio lo que están intentando hacer…

—Él lastimó a chicas en el pasado —dejó salir Noah.

Me giré hacia él.

—¿Qué significa eso?

Sus ojos se dispararon a los chicos en la cama antes de contestar.

—Trata a las chicas como si fueran desechables. Las usó, obtuvo lo que quiso, y 17
las botó. No es un buen chico, Avalon. Puedes hacerlo mucho mejor.

Entendí lo que estaba implicando, pero no podía ver a Carter siendo así. Él nunca
me presionó para más. Incluso era él quien terminaba la mayoría de nuestros besos.
No me tocaba o tomaba más de lo que yo estaba dispuesta a darle. Había sido un
perfecto caballero.

—¿Alguno de ustedes lo han visto en realidad o son solo historias que han
escuchado?

Los músculos en la mandíbula de Noah se apretaron y cerró su boca sin


contestar. El rostro de Luca era un reflejo de su enojo, y Vince no me miraba. Me
giré hacia Gavin y esperé.

Su mirada finalmente se encontró con la mía.

—No creo que alguno de nosotros lo haya visto lastimar a una chica,
personalmente.

—Bien, entonces. Están dejando que rumores definan a una persona. —Negué
con mi cabeza—. Creo en llegar a conocer a alguien y dejar que sus acciones hablen
por sí mismas. Aprecio que me estén cuidando. Recordaré lo que dijeron y estaré al
pendiente de cualquier signo, pero no voy a terminar con él porque ustedes me
dijeron.

Bajé mis manos, así podía levantarme, pero Noah cubrió una con la palma de su
mano.

—No te vayas. —Miró alrededor de la habitación—. Dejaremos el tema.

—Sí, veamos una película o algo —ofreció Gavin.

Asentí y me quedé donde estaba. Mientras estuvieran dispuestos a dejar el tema,


pasaría el rato con ellos. Con suerte podía ser capaz de probarles que están
equivocados. Podrían no querer que pase el rato con Carter, pero podía decirles que
es un buen chico basada en mis propias experiencias.

Skyler se quitó su camiseta y la aventó al suelo.

Lo miré fijamente.

—¿De verdad?

Él se rio. 18
—Odio la ropa.

Vince negó con la cabeza.

—Te acostumbrarás, eventualmente.

Dudaba eso. Skyler tenía un pecho bien definido con pecas esparcidas seguida
por sus abdominales y más abdominales y terminando en una profunda V que llegaba
a la cintura de sus jeans. Mi boca se hizo agua mientras apreciaba la vista.

Alejé mi mirada y vi a Vince observarme con una sonrisa burlona. Oh, mierda.
Fui atrapada. Mi cara ardió, y rápidamente miré a otro lado. Rompí la regla. No
mirar fijamente o babear por mis amigos. Sin importar lo increíble que fueran sus
cuerpos. No querrían pasar el rato conmigo si paso todo el tiempo comiéndomelos
con los ojos como una rara.

—¿Deberíamos ver una película aquí o en la sala de cine? —preguntó Gavin.

—En la sala de cine es más cómodo para todos nosotros —dijo Luca mientras se
ponía de pie y salía de la habitación.

Gavin me ofreció una mano para levantarme, y seguimos a los demás, bajando
las escaleras a la sala de cine.
—¿Qué deberíamos ver? —preguntó Noah, de pie en la parte posterior de la
habitación con una tableta en su mano.

—Comedia —gritó Skyler antes de dejarse caer en un puff en frente de la


pantalla.

—No, acción —contestó Luca y se sentó en unos de los reclinatorios en la última


fila.

—Avalon, ¿qué quieres ver? —preguntó Gavin.

Vince gimió.

—Películas de chicas no.

Me reí.

—¿Qué tal una película de superhéroes? Esas normalmente son divertidas y


tienen muchas escenas de acción.

La mano de Noah se movió sobre el aparato, mirándome.


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—Suena bien —dijo Gavin. Él golpeó el hombro de Noah—. Pon la más nueva.
Solamente la he visto una vez.

Vince se sentó en un sofá de dos plazas en el frente y estiró sus piernas,


reclamando todo el espacio. Noah seleccionó la película y ajustó el sonido antes de
tomar el reclinatorio junto a Vince. Quedó un sofá de dos plazas en la última fila
para mí y Gavin.

—Vamos.

Se sentó y palmeó el lugar junto a él. Luca tenía sus piernas en alto y sus manos
sobre su estómago. Estaba celosa que él estuviera tan cómodo. Gavin se estiró frente
a mí, rozando mi pecho en su brazo. Inhalé y atrapé el olor a limpio y fresco que
asociaba con él. No era un olor específico, solo Gavin. Me encantaba.

—Puedes presionar este botón para reclinar tu lado.

Estaba presionando un botón oculto justo más abajo del cojín donde yo estaba.
La parte de los pies se levantó, y me acomodé en una mejor posición. Sus ojos se
fijaron en los míos antes de bajar al brazo donde me rozaba. Lo retiró rápidamente y
bajó la mirada enderezándose en su lado del sofá. Obviamente no había sido
intencional su toque, pero no tenía porque enloquecer. Sabía que no era a propósito
que tocara mi seno. Sonreí ante la idea del dulce Gavin siendo tan atrevido.
Me giré para decirle que estaba bien, pero sus ojos estaban fijos en la pantalla.
No queriendo avergonzarlo, me senté más sobre mi cadera y envolví mi brazo
alrededor del suyo. Era algo normal para mí ahora. Su hombro se estaba convirtiendo
en mi lugar, y me acerqué más para reclamarlo.

Él se movió un poco debajo de mí antes de acomodarse. Presionó su brazo contra


el mío y colocó su cabeza sobre la mía.

Se sentía tan natural estar tan cerca de él, algo que nunca pensé demasiado.
Siempre que estaba cerca, gravitaba hacia él. Me ayudaba a sentirme normal.
Aunque las cosas habían estado locas, él era mi constante. Nunca se apartó de mi
lado y me tomó de la mano durante todo ese tiempo.

Mi estómago se apretó cuando pensé en cómo me sentiría si Carter entrara. ¿Se


enojaría conmigo? Básicamente me estaba acurrucando con Gavin. No nos
estábamos tocando tanto. No era íntimo ni comprometedor, pero dudaba que Carter
apreciara que me apoyara contra otro chico.

Probablemente debería volver a mi lado, pero Gavin era mi amigo. Habría hecho
lo mismo con Becca. Ves, platónico. Entonces, ¿por qué me sentía culpable? Me
concentré en la película y dejé ir mis pensamientos. Carter y yo no éramos
oficialmente pareja, así que esto estaba bien.
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Papá fue fiel a su palabra y estuvo en casa por las siguientes dos noches. Emily
no perdió un segundo antes de ponerme al corriente con los chismes más recientes,
pero yo estaba constantemente distraída por lo que los chicos dijeron de Carter.
Ahora estaba la pequeña semilla de duda en mi mente. ¿Realmente era el dulce y
considerado chico que conocía o era todo una actuación? ¿Estaba esperando su
momento para obtener lo que quería? Todas las películas juveniles que involucraban
una apuesta y una chica nueva o marginada corrieron por mi mente. ¿Todo esto era
una broma?

—¿Estás escuchando?

Emily atravesó mi tornado de pensamientos.

—Lo siento. ¿Estabas hablando de la cita de Sasha para el baile de bienvenida?

Esa era la última parte que escuché pero no sabía si era eso lo que me estaba
21
diciendo al final.

—Sí, él le dijo que ya no quería ir con ella y, ¡le pidió a una de primer año que
lo acompañara! ¿Puedes creerlo?

Negué con mi cabeza. Eso era grosero, pero comparado con todo lo que descubrí
en los últimos dos días, era bastante fácil de creer.

—Escuché que ella tiene a alguien más en mente, así que ojalá encuentre una
cita —terminó Emily cuando nos acercamos más al patio.

Encontré a Carter y dudé mientras nos aproximábamos. Él alzó su cabeza de


estar viendo su celular y sonrió, poniéndose de pie para encontrarse conmigo.

—Regresaste. Estaba preocupado por ti ayer. ¿Te sientes mejor?

Asentí y le sonreí. Verlo hace que todas mis dudas desaparezcan. Los chicos
pueden escuchar todos los rumores que quieran. Conozco a Carter.

—Sí, gracias por preguntar.

Él me envolvió en sus brazos, y descansé mi mejilla contra su pecho. Esto se


siente bien. Correcto. Casi tan natural como lo era con Gavin.
—¿Estás bien para un beso?

Levanté la mirada y me reí.

—No contagio si es a lo que te refieres.

—Bien, porque he estado esperando mucho tiempo para esto.

Dejó caer sus labios contra los míos. El beso suave levantó mi espíritu incluso
más. Me encantaba la forma en que encajábamos.

Me incliné hacia atrás, observando cada centímetro del rostro tan impecable que
pertenecía a portadas de revistas.

—Te extrañé.

Besó la punta de mi nariz.

—Yo te extrañé más.

—Oh, deténganse, chicos. Fue un día.


22
Emily fingió arcadas antes de reírse.

Me giré en sus brazos así mi espalda estaba contra su pecho, y él descansó su


barbilla sobre mi cabeza.

—Lo siento, Em.

Guiñé y el resto del grupo se rieron.

Movimiento al otro lado del patio me llamó la atención. El otro grupo de chicos
me observaron con varios niveles de enojo en sus rostros. Les dije que no lo dejaría,
así que ¿qué eran esas miradas?

Regreso mi atención al compañero de equipo de Carter, Johnny, quien se hizo


pasar por un chico del equipo de fútbol de primer año que falló un pase. Casi se cae
al suelo antes de levantarse.

—Se abalanzó sobre él. Le daré crédito por el esfuerzo, pero estaba a dos metros
de distancia. Fue hilarante.

Sonreí cuando la risa de Carter retumbó contra mi espalda.

—Avalon, ¿ya tienes un vestido? —preguntó Olivia, la amiga de Emily.


Ella me intimidó la primera vez que la conocí, pero ahora entendía mejor su
personalidad sarcástica.

—No. Lo he estado posponiendo.

Ir de compras no era mi favorito, y solo había ido con Emily porque no traje ropa
escolar de California, donde siempre había usado uniforme. Si bien la consolidó
como mi primera amiga de Chicago, no estaba lista para otro día completo de
vestidores.

—Vamos a ir mañana —dijo Emily en un tono que sabía que significaba que no
había forma de salir de ello.

Tawni, la amiga de Emily del consejo estudiantil con rizos rubios rebeldes,
asintió.

—Las recogeré a las diez.

Al menos yo no sería el único foco de atención de Emily en el cambio de imagen.


Con suerte, las otras chicas la distraerían lo suficiente como para que yo pudiera
agarrar el primer vestido que viera y relajarme el resto del día.
23
—Suena bien —respondí.

—Llámame después y déjame saber de qué color es, para que pueda pedir tu cosa
de flores.

Carter se inclinó y besó mi sien.

Emily señaló a Andrew.

—No olvides pedir el mío.

Andrew levantó las manos en señal de rendición.

—No lo haré. Te he estado esperando.

Ella entrecerró los ojos antes de asentir.

—Buena respuesta.

Me reí, y el resto de los chicos recibió la misma advertencia.


s
El resto del día pasó rápido, y me quejé por la acumulación de tareas que me
dieron mis maestros, lamentando el día libre. Sabía que pasaría la mayor parte del
fin de semana haciéndola.

—¿Necesitas que te lleven hoy? —preguntó Skyler mientras salíamos de nuestra


última clase. Por una vez, Luca no se fue como solía hacerlo.

Me encogí de hombros.

—Creo que Emily está por aquí, pero ¿quieren reunirse para trabajar en la tarea?

Skyler asintió.

—Sí, tengo mucho que hacer.

Luca puso mala cara. 24


—Es viernes. ¿No podemos hacerla más tarde?

—Lo siento, chicos, ¿tienen planes para esta noche? No era mi intención
invitarme sola.

Skyler sonrió.

—No, no los tenemos. Solo está siendo un bebé.

Eso no es algo que me hubiera atrevido a decir en presencia de Luca, pero a él


no pareció importarle.

—Solo quiero un descanso.

—Ya tuvimos uno esta semana. Sabes, si vamos a casa de Gavin, él nos obligará
a hacerla —respondió Skyler.

—Entonces, no vayamos allí. Podemos ir a mi casa o a la de Noah.

Me sentí aún más fuera de lugar mientras salíamos. Comenzaron a ir hacia el


Jeep sin interrumpir la conversación. Me contuve, tratando de encontrar a Emily. Ella
no estaba donde nos encontrábamos normalmente.
Saqué mi teléfono para asegurarme de que no me había perdido un mensaje de
texto cuando Luca me llamó por mi nombre. Miré hacia arriba y él caminaba hacia
mí.

—¿No vienes?

—No lo sé. No puedo encontrar a Emily y no quiero que me espere si me voy


con ustedes.

Su mirada se posó en mi teléfono y señaló.

—Entonces llámala.

—Estaba a punto de hacerlo.

No aprecié su descaro en este momento. Seleccioné su nombre y esperé a que


sonara.

—Hola Avalon, lo siento, llego tarde. Estamos reuniendo algunas cosas de


último minuto para la reunión de baile de bienvenida. Si quieres esperar unos treinta
minutos, puedo llevarte.
25
De hecho, era un alivio que me diera una excusa para ir con los chicos. Nadie
había mencionado ningún plan de fin de semana, a excepción de la compra de
vestidos, y como pasaría el día con ella mañana, no me sentía mal por ir con los
chicos.

—No te preocupes por eso. Espero que terminen pronto.

Ella gimió.

—Yo también. Te veré mañana.

—Adiós. —Terminé la llamada y comencé a caminar más allá de Luca—.


Supongo que necesito un aventón.

Él comenzó a caminar junto a mí.

—Entonces es bueno que haya esperado.

Ignoré su comentario. Siempre era tan engreído, pero había aprendido a reírme
con él en lugar de tomarlo personal.

—Qué afortunada soy.

—¿Vienes? —preguntó Skyler a través de la ventana del pasajero.


Abrí la puerta de atrás y subí.

—Sí, ¿decidieron a dónde vamos?

—Noah dijo que su hermana está teniendo una pijamada, así que su casa está
siendo tomada por chicas adolescentes.

Luca se estremeció ante las palabras.

—Entonces preferiría ir a mi casa.

Skyler se rio como si fuera una sugerencia ridícula, pero yo estaba confundida.

—¿Por qué no iríamos ahí?

La expresión de Luca se oscureció.

—Mis padres están en casa.

Él no se extendió, así que no presioné. Había más historia ahí, pero podía esperar
a que él me contara.
26
—Podemos ir a mi casa —ofrecí. Ellos todavía no habían ido. No era como que
tuviera mucho que hacer como Gavin o los otros chicos, pero no quería que ellos
pensaran que no era una opción—. Sin embargo, no tengo videojuegos.

Skyler se rio.

—Conseguimos suficientes de ellos en mi casa. Vayamos ahí ya que está más


cerca. Los otros chicos pueden ir cuando hayan terminado.

Gavin trotó a través del estacionamiento y dudó cuando se dio cuenta cuan lleno
estaba el coche. Luca señaló sobre su hombro al lado opuesto. Gavin abrió la puerta
y entró junto a mí.

—Hola, Avalon.

—Hola. —Sonreí—. Estamos hablando sobre ir a mi casa. ¿Está bien?

Asintió.

—Suena bien.

Con eso decidido, Skyler salió de su lugar y condujo a nuestro vecindario.


—¿Alguien más tiene más tarea de lo normal? —preguntó Luca—. Juro que los
profesores estaban enojados porque no estábamos e inventaron tarea.

—¡Sí! —Me alegraba de no ser la única—. Estaba pensando lo mismo. Por lo


general no me dan tarea en cada clase del día, pero de alguna manera tengo que
recuperar trabajo para cada clase excepto en educación física.

—Creo que están tratando de compensar las conferencias que nos perdimos, pero
tienes razón, es mucho más de lo normal —concordó Gavin.

—Lástima que Vince tenga un partido fuera de casa esta noche. Va a estar aún
más atrasado que nosotros.

Era tan terrible en recordar los horarios de los juegos. Probablemente por eso
Carter no mencionó que nos reuniéramos esta noche. Vaya novia que era. Ni siquiera
me ofrecí a ver su juego, dondequiera que fuera.

—Estará bien. Está acostumbrado —dijo Skyler mientras nos detuvimos en mi


calle. Era un poco extraño que entrara en mi camino de entrada en lugar de en el de
Gavin.

Aunque mi casa siempre estaba impecable gracias al servicio de limpieza que


27
contrató Juliet, todavía estaba nerviosa de tenerlos por todas partes. La casa no era
un reflejo de mí ni de mis gustos personales, ni siquiera de mi habitación, pero se
sentía personal mostrándoles el lugar en el que pasaba tanto tiempo sola.

Quizás eso era todo. Podrían sentir lo vacía que estaba. No había vida o actividad
como en la casa de Gavin. Nunca se sentía como si alguien siquiera viviera allí.
¿Podrían darse cuenta?

Cuando entramos, observé a Luca y Skyler por sus reacciones. Skyler sonrió y
Luca parecía confundido.

—Esto es tan extraño. Es casi exactamente igual que la casa de Gavin, pero
diferente —dijo Luca, mirando la entrada.

—¿Tienen la misma habitación? —preguntó Skyler.

—No, tengo la de la esquina.

¿Quería verla? Gavin parecía estar bien con tenerme en su habitación con ellos,
así que supongo que no era extraño.

»¿Quieren algo de comer o beber?


Allí. Podría actuar a ser la anfitriona. Caminé por el pasillo hasta la cocina y abrí
el refrigerador para ver qué podía ofrecer. Quedaron algunas bebidas de la fiesta
improvisada en la piscina, pero la mayoría de la comida eran comidas individuales
que traía Juliet.

Skyler se inclinó a mi alrededor y tomó una cerveza de raíz. Luca siguió su


ejemplo y tomó una Coca-Cola antes de dársela a Gavin y tomar otra para él.

—¿Quieren pasar el rato aquí? ¿O en la biblioteca? —dudé—. Podemos ir a mi


habitación también.

Skyler ya estaba caminando alrededor del sofá y reclamó la esquina de la gran


sección de cuero.

—Aquí está bien.

Luca y Gavin lo siguieron mientras yo me relajaba. Una decisión fuera del


camino. Se extendieron, pero me dejaron espacio en un extremo. Dejé mi mochila a
mis pies y saqué mi carpeta para hojear las tareas.

—¿Quieren hacer la tarea de Español juntos?


28
Skyler asintió y tomó una libreta diferente.

—Pensé que habíamos venido aquí para no tener que hacer tarea.

Luca gimió.

—Hagámoslo rápida para que tengamos el resto del fin de semana para
relajarnos.

Luca levantó la hoja de trabajo.

—Bien.

Me sentí mal por no poder ayudar a Gavin, pero estaba tomando clases
diferentes.

Fue lo suficientemente fácil que terminamos en quince minutos, así que saqué
mi libro de álgebra.

—¿Skyler?

Lo agité como si fuera a tentarlo.

Él gimió, pero finalmente asintió.


—Ven aquí.

Me levanté, pero él no se movió en absoluto, así que me apreté entre él y Gavin.


Mi hombro y muslo estaban presionados contra los suyos. Una vez que abrí el libro
y lo coloqué en nuestro regazo, estar tan cerca funcionaba mejor.

—Este capítulo es tan confuso.

Skyler pasó la mano por la parte delantera de su cabello, desordenándolo más de


lo normal. Al menos todavía tenía puesta la camiseta. El pensamiento me hizo
sonreír.

Se dio cuenta y me dio un leve codazo en mis costillas.

—¿Te estás burlando de mí?

Me reí y me aparté de él, apoyándome en Gavin, quien puso su brazo sobre mi


hombro para estabilizarme.

—No, acabo de pensar en algo.

Sus ojos se entrecerraron. 29


—¿Qué?

—Me acabo de dar cuenta de que todavía tienes la camiseta puesta.

Miró hacia abajo como si no se hubiera dado cuenta.

—Asqueroso. —Tiró de la espalda y se la pasó por la cabeza. La hizo una bola


y la tiró por encima del hombro hacia la cocina—. Mucho mejor.

Mierda. Eso no salió como estaba planeado. Ahora, tenía que sentarme a su lado
sin la barrera que tanto necesitaba. Una cosa era evitar mirar su cuerpo. Era mucho
más difícil no tocarlo cuando estaba allí mismo.

Me acomodé de nuevo en mi lugar y fingí que no estaba luchando contra el


instinto natural de recorrer sus bíceps, pecho y esas abdominales perfectamente
definidas con mi dedo.

Lamí mis labios y me centré en un grupo de problemas que teníamos que


contestar.

—¿Alguien le importa la música? —preguntó Luca con su celular afuera.


A ninguno nos molestaba, y segundos después, música clásica llenó la
habitación. Mi mirada voló a la suya.

—¿Esto es lo que escuchas?

Él no parecía asombrado por mi pregunta.

—Solo cuando estoy estudiando. Me ayuda a concentrarme.

Eh. Nunca en un millón de años habría adivinado eso. Las suaves notas de piano
no coincidían con su inquietante personalidad de chaqueta de cuero.

—¿Entiendes este? —Skyler tocó el libro, señalando el segundo problema. Lo


copié en mi cuaderno y traté de recordar el primer paso.

Gavin miró y señaló con su lápiz.

—Empieza por simplificar. Multiplica esto.

Con ese consejo, recordé y le expliqué el resto a Skyler. Pudimos terminar el


resto de la tarea con solo algunas sugerencias más de Gavin. Aprecié que lo hiciera
sutilmente y esperó a que intentáramos resolver las cosas primero. No me hizo sentir 30
tonta como si estuviera señalando algo obvio.

—Gracias.

Le sonreí y me dio una pequeña a cambio.

—¿Qué más tienes? —preguntó Skyler.

Hojeé mi carpeta.

—Tengo algunos capítulos para leer para Literatura Mundial y una hoja de
trabajo para Biología.

—Termina la de Biología, luego podemos tomar un descanso.

Sacó su propia tarea y trabajamos juntos en silencio. Afortunadamente, Bridgette


me dejó copiar sus notas de ayer, por lo que la tarea no fue demasiado difícil. Terminé
y guardé todo en mi mochila antes de ponerme de pie y estirarme.

Skyler y Luca terminaron a continuación, y Luca estiró sus piernas sobre el


apoyabrazos y se recostó.

—¿Qué debemos hacer esta noche?


—Nada loco. Todavía estoy cansado —dijo Gavin mientras escribía.

Me senté en la mesa de café para estar frente a ellos.

—Podemos ver una película aquí o meternos en la piscina. Eso es todo lo que
tengo para ofrecer.

—Veamos una película de terror —dijo Skyler con una sonrisa siniestra.

Eso no parecía una buena idea. Con suerte, no empeoraría mis pesadillas.

31
La pizza que ordenamos llegó justo antes de que Noah llegara. Parecía un poco
agotado. Estaba colocando los platos y él se dejó caer en uno de los taburetes y apoyó
la cabeza en el mostrador de la isla.

—¿Estás bien?

Lo miré mientras buscaba servilletas en el armario.

—Diez niñas de once años.

Me reí.

—No estoy segura de lo que eso significa, pero suena un poco aterrador.

—La fiesta de cumpleaños de mi hermanita. Quería una fiesta de pijamas y, por


alguna razón, mis padres estuvieron de acuerdo. Mi mamá me obligó a ayudar a
32
preparar todo antes de que me soltara.

Apoyó la barbilla en el puño y me miró mientras arreglaba las cajas de pizza.

—Oh, sí, los chicos mencionaron una fiesta de pijamas. Me alegro de que hayas
sobrevivido.

—Soy el afortunado. Mi hermano tiene que quedarse y ayudar con la barra de


postres antes de que pueda irse.

—¿Cuántos hermanos tienes?

No sabía mucho sobre las familias de los chicos, excepto Gavin y Vince. Y
todavía no conocía la historia detrás de Mandy, Wes y Stanley. ¿Cómo tenía Noah
dos papás?

—Solo los dos. Cynthia cumplió once esta semana y Trevor tiene trece.

—¿Es divertido tener hermanos menores?

Becca y yo éramos las menores de nuestras familias, así que no tenía mucha
experiencia con los niños.
—Puede ser, y no peleamos tanto como solíamos hacerlo. Sin embargo, ambos
están en edades incómodas. Es entretenido verlo, pero me siento mal por ellos.

Los años de escuela intermedia. Sí, esos no eran los momentos favoritos de
nadie.

—¡La comida está lista! —le grité a los chicos y los escuché saltar del sofá.

Recordé lo locos que eran Spencer y sus amigos con la pizza, y les dije que tenían
que quedarse en la sala de estar hasta que Noah llegara para que le quedara comida.

—Finalmente, me muero de hambre —dijo Skyler, frotándose el estómago


plano.

—Oh, qué triste —dije con un guiño burlón.

Cogí un plato y seleccioné una rebanada de pepperoni y una rebanada de


hawaiana.

—Oye, se necesita mucho para alimentar una máquina tan perfecta.

Flexionó los brazos, pero mostró todo su cuerpo. 33


Aparté la mirada y me senté al lado de donde había estado Noah. Me concentré
en mi comida como si fuera lo más interesante del mundo y pensé en desarrollar
tolerancia a lo caliente que era Skyler. Un día, me dirían algo por mi mirada, y ese
sería el final.

—¿Qué película veremos? —preguntó Noah.

Una vez que su plato estuvo lleno, regresó a su taburete y se metió una rebanada
en la boca.

—Dije algo aterrador —murmuró Skyler con su pizza en la boca.

Noah masticó y tragó.

—¿Sangrienta o psicológica?

Me moví en mi taburete y le di otro mordisco.

—Sangrienta no da miedo. Es asquerosa —señaló Luca.

Gavin intervino.

—Bien. Está la de la habitación de hotel. No la hemos visto en un tiempo.


—Oh, sí. Esa se te mete en la cabeza. —Noah asintió—. Veamos esa.

—¿Te parece bien, Avalon?

Me sorprendió que Skyler preguntara.

—Sí, seguro.

Sus ojos se entrecerraron.

—¿Qué ocurre?

Indique las burlas.

—Soy un gato asustadizo. Estoy bastante segura de que me cubriré los ojos la
mayor parte.

Él rio.

—Te protegeremos.

—Sí, hasta que se vayan a casa y yo esté aquí sola pensando que cada ruido es 34
alguien que está aquí para matarme.

Gavin dejó su plato.

—¿Y si nos quedamos aquí? ¿Eso te haría sentir mejor?

¿Cuatro chicos quedándose a dormir? Dudaba que mi papá estuviera de acuerdo


con eso. Por otra parte, no estaba aquí esta noche para decirme que no.

—¿Sus padres estarían de acuerdo con eso?

Escaneé cada uno de sus rostros.

—Nop —dijo Luca antes de tomar otro bocado.

—No voy a volver hasta que las niñas se hayan ido —dijo Noah rotundamente.

Gavin se rio.

—A los míos no le importará. Estoy seguro de que se sentirían mejor de que


estemos aquí que dejarte sola.

Skyler se encogió de hombros.


—Mientras les haga saber a los míos que estoy vivo, no les importa.

—Está bien, siempre y cuando ninguno de ustedes se meta en problemas.

Nunca tuve una fiesta de pijamas con chicos, pero estaban actuando con
indiferencia al respecto, así que pensé que no era un gran problema.

Después de comer, nos mudamos a la sala de cine. Quien haya diseñado la de


Gavin debe haber hecho esta también. Tenían la misma organización. Cada fila tenía
un sofá de dos plazas y un sillón reclinable. Me senté en el sofá de dos plazas
delantero. Gavin entró un momento después, pero Skyler lo empujó fuera del
camino.

—La tuviste ayer. Es mi turno.

Se dejó caer en el asiento junto a mí, me rodeó con el brazo y me atrajo hacia él.

Miré a Gavin con la boca abierta. No esperaba que Skyler saltara, pero Gavin se
limitó a sonreír y se trasladó al asiento individual.

—Te mantendré a salvo de las cosas aterradoras.


35
Su respiración bailaba por la parte posterior de mi cuello y traté de no temblar.

Sonreí.

—Más te vale ya que esta fue tu idea.

Él sonrió y nos movió a ambos para levantar los reposapiés y luego se movió
para acomodarme a su lado. El calor que irradiaba de él era mejor que cualquier
manta, y me acurruqué contra él hasta que mi cabeza descansó en el hueco entre su
brazo y pecho.

La película comenzó, e inmediatamente me arrepentí de no haber vetado la idea.


La música era suficiente para llenarse de escalofríos. Después de unos pocos minutos,
giré mi cuerpo así estaba en ángulo hacia Skyler y curvé mis rodillas para que
descansaran contra su muslo. Él dejó caer su mano libre en mi pierna y tiró de mí
más cerca.

Mientras la película progresaba, cambié de entre cubrirme la cara con mi mano


y enterrarla en el pecho de Skyler.

Si no hubiera estado completamente asustada, probablemente habría disfrutado


de su proximidad mucho más. Sus brazos se apretaron alrededor de mí mientras me
movía más y más cerca hasta que básicamente estaba hecha un ovillo sobre su regazo.
Esto definitivamente sería algo que Carter no apreciaría, pero estaba en modo
supervivencia.

La música estaba en crescendo de nuevo y me asomé a través de mis dedos


exactamente en el momento equivocado.

El pobre protagonista estaba caminando por el borde de un rascacielos


intentando escapar cuando alguien intentó empujarlo por una ventana. Mi corazón
se disparó a mi garganta y salté, pero el brazo de Skyler me sostuvo cerca de él.

—Está bien —susurró palabras tranquilizantes a través de la película, pero dejé


de creerle. No iba a estar bien hasta que esta tonta película terminara.

Después de lo que se sintió como la eternidad, los créditos se desplegaron, y me


relajé lo suficiente para bajar del regazo de Skyler.

—¿Te gustó, Avalon? —preguntó Noah con una sonrisa de suficiencia.

Entrecerré mis ojos, asegurándome de fulminar a cada uno con la mirada.

—Esa fue la peor idea de todos los tiempos. ¡Nunca más!


36
Luca se rio y se levantó para encender las luces de nuevo.

—Pongamos algo divertido hasta que estés cansada. Hará que dormir sea más
fácil.

—¡Sí! ¡Hagamos eso!

Ellos no se burlaron mucho de mí como habría esperado, y Luca usó la tableta


para encontrar una nueva película.

Solo duramos unos veinte minutos antes de que Noah y Luca comenzaran a
platicar, luego Gavin se giró para unirse a la conversación.

—El próximo fin de semana deberíamos ir a ese nuevo lugar de habitación de


escape. La que tiene retos físicos y mentales.

Skyler se emocionó.

—Oh, sí. He querido ir ahí. Escuché que tienes que pasar veinte habitaciones
para desbloquear finalmente la indicada. Se supone que te lleva, como, diez horas
completar todo.

—¿No van a ir al baile de bienvenida? —interrumpí.


Ellos compartieron una mirada antes de que Noah contestara.

—No, decidimos contra ello este año.

No estaba segura por qué estaba decepcionada. Yo iba con Carter, Emily, y sus
amigos. No es como si tuviera mucha oportunidad para pasar el rato con los chicos
también.

—Nadie de nosotros quiso encontrar citas, así que era algo que no tenía sentido
—dijo Luca, confirmando mi sospecha de que había terminado con Sophie después
de ser atrapada engañándolo.

Ellos continuaron discutiendo sus planes mientras yo solo medio prestaba


atención a la película. Era extraño dividirme entre dos grupos. Sentía como si
estuviera traicionando uno con el otro que estuviera pasando el rato. Deseé, no por
primera vez, que todos se llevaran bien. Insinuaron su pasado con Carter, pero no
conocía la historia completa.

Bostecé y Skyler me atrapó.

—¿Quieres ir a la cama?
37
Hizo que sonara como si se uniría a mí, lo que instantáneamente me hizo
sonrojar.

—Sí, ¿qué haremos con la situación de dormir?

Gavin habló.

—Podemos acostarnos en tu piso.

—Tengo un sofá en mi habitación y hay una habitación de invitados con una


cama —ofrecí mientras me levantaba y me desperezaba.

Luca apagó la película y subimos las escaleras traseras hacia mi habitación.

—Esto es tan extraño —dijo Noah mientras miraba a su alrededor—. Es la


versión femenina de la de Gavin.

Me reí y pasé de mi cama a la sala de estar.

—Nunca he dormido en este sofá, pero es bastante cómodo. No sé si tenemos


un colchón de aire, pero puedo comprobarlo.

Skyler entró con un montón de mantas y las dejó caer al suelo.


—¿Dónde encontraste esas? —dije divertida.

Apuntó el pulgar por encima del hombro.

—El armario de la ropa blanca. Es donde Tessa los guarda, así que pensé que lo
comprobaría.

Eh. Conocía mi casa mejor que yo.

—Pido el sofá —gritó Luca mientras recogía una manta. Se quitó los zapatos y
los deslizó juntos, luego se sacó la camiseta por la cabeza, dejándolo solo con sus
jeans.

¡Santo Hércules! Casi me derrito en un charco donde estaba junto a mi cama.


Donde Skyler tenía una marcada definición, Luca era músculo liso. Cada uno se
mezclaba con el siguiente para crear una construcción gigante que nunca jamás
debería ser cubierta por ropa.

Ese era un crimen contra la humanidad. Qué idiota egoísta, guardándose eso
para sí mismo. Se pasó la mano por la mandíbula, haciendo que sus bíceps y
pectorales se movieran en cámara lenta. Mis ojos recorrieron sus abdominales hasta
la deliciosa V que desaparecía debajo de su cintura, dejándome con ganas de más.
38
Me di la vuelta para no babear abiertamente. ¿Qué había en el agua aquí? Quizás
estaba acostumbrado a los esbeltos y delgados surfistas de mi ciudad. Todos los
chicos aquí parecían haber estado haciendo ejercicio desde que nacieron.

Cuando estuve segura de que mis mejillas volvieron a su tono normal, me volví
y encontré a los chicos doblando mantas en el suelo para crear tres camas mullidas.

Skyler, que ya estaba sin camisa, se había quitado los pantalones en algún
momento y estaba inclinado solo con sus bóxers, tirando de la manta hacia abajo
para que se alinearan uniformemente. La vista era demasiado. Nunca me consideré
una chica de piernas, pero él me estaba cambiando de opinión.

—¿Encontraste almohadas extra, Sky? —preguntó Noah desde su posición en el


suelo.

Skyler negó con la cabeza.

—No estaban en ese armario.

—Iré a buscar.

Agradecida por una excusa, salí corriendo de la habitación.


Actuaban como si todo fuera completamente normal, así que necesitaba seguir
su ejemplo. Quería que siguieran siendo mis amigos, así que tenía que controlarme.
¡No mirarlos fijamente, admirarlos o soñar con ellos!

Entré en el dormitorio contiguo al mío. Era la única otra habitación amueblada


aquí arriba. La cama estaba hecha con un edredón de color crema y salvia, y tenía
cuatro almohadas apoyadas contra la cabecera. Las agarré todas y regresé.

—Aquí tienen.

Le arrojé una a cada uno y caminé con cuidado sobre sus mantas para entregar
la última a Luca.

—Gracias.

Su sonrisa era amistosa y me hizo sentir aún peor al mirarlo como un trozo de
carne.

—¿Quieren que vea si mi papá tiene pijamas extras?

Odiaría dormir en jeans. No podía imaginar que fuera cómodo en absoluto.


39
—¿Te molestan los bóxers? —preguntó Skyler con las manos en las caderas,
dejando su cuerpo en plena exhibición.

Negué con la cabeza y tragué.

—No mientras ustedes estén de acuerdo con eso.

Gavin miró a los demás a su alrededor.

—Es lo que normalmente usamos en las casas de los demás.

Bien, sí, porque no es nada extraño.

—Bien. Suena bien.

—Prefiero estar desnudo, pero supongo que puedo quedármelos esta noche —
bromeó Noah con un guiño.

—Asqueroso. No, gracias. —Skyler arrugó la cara con disgusto.

Desaparecí en mi baño para cambiarme antes de que alguien viera mis brillantes
mejillas rojas. Me puse una camiseta de gran tamaño y pantalones cortos de algodón
antes de salir. Estaban acomodados en sus camas improvisadas, así que apagué la luz
antes de meterme en la mía. Podía escuchar a Noah y Skyler hablando en voz baja,
pero no podía entender lo que decían. Gavin se echó a reír y Luca gimió desde el
otro extremo de la habitación.

—Cállense, chicos. Avalon no nos volverá a permitir quedarnos aquí.

Sonreí. Se necesitaría mucho más que eso para prohibirlos. Saber que no estaba
sola me hizo sentir más segura, y su conversación tranquila me adormeció.

Estaba de vuelta en el auto. Spencer estaba a mi lado, justo ahí a mi alcance.

Traté de decirle que se detuviera, pero no podía oírme. Agité los brazos, pero era como si
ni siquiera estuviera allí.

—¡Por favor! ¡Spencer, detente!

Los faros atravesaron el parabrisas y observé mientras el chirrido de metal contra metal
atravesaba la noche silenciosa.

Una luz brillante y trémula me rodeó por un momento. Traté de tocarla.

—¿Avalon? —susurró Skyler—. Estás teniendo una pesadilla.


40
Respiré profundamente y me concentré en calmarme.

—Gracias.

Él murmuró algo, pero rápidamente estaba roncando suavemente.

Odiaba revivir el accidente, en su mayoría porque no podía siquiera cambiarlo.


Me giré de lado y observé la espalda de Gavin subir y caer lentamente hasta que mis
ojos se sintieron más pesados.

s
¡Bzzzz! ¡Bzzzz!

La vibración de mi teléfono en la mesita de noche me despertó. Me incliné para


recogerlo.

—¿Hola?

—¿Sigues durmiendo? ¡Nos vamos en diez minutos!


La emergencia en Emily me hizo sentarme.

—¿Qué?

Me froté los ojos con el dorso de mi mano.

—¿A comprar vestidos? Tawni estará aquí pronto, y ¿tú ni siquiera te has
levantado de la cama?

Oh, no. Revisé la hora. Eran las nueve cincuenta.

—Estaré lista.

Terminé la llamada y me quité las sábanas de encima, así podía saltar fuera de
la cama. Me congelé cuando mis pies golpearon el suelo y vi el cuerpo de Luca
durmiendo. Me giré al pie de mi cama. Noah, Skyler y Gavin estaban también
todavía dormidos.

Me sentí mal de despertarlos. ¿Debería solo dejarlos? No era necesario de que


ellos se fueran solo porque yo sí.

Caminé de puntillas alrededor de ellos y cerré la puerta del baño detrás de mí. 41
Me di la ducha más rápida del mundo antes de ponerme unos leggins y un acogedor
suéter a rayas con unas botas antes de ponerme mi nuevo abrigo color camel. Era un
atuendo fácil para poner y quitar ya que pasaríamos la mayoría del día en los
vestidores. Me hice un moño y no me puse maquillaje.

Cuando salí, los chicos seguían muertos para el mundo. Revisé mi teléfono y me
di cuenta que era tarde. No había tiempo de despertarlos.

Escribí una nota en mi escritorio y la coloqué al lado de la almohada de Gavin


antes de salir y bajar corriendo las escaleras. Cuando salí, el coche de Tawni estaba
llegando a la entrada. Me congelé cuando vi el Jeep de Skyler estacionado en frente
del garaje.

¿Cómo iba a explicar eso? Saludé y caminé a mi asiento normal como si nada
inusual estuviera sucediendo. Me senté atrás y saludé a todas. Emily me estaba
mirando fijamente con sus ojos entrecerrados.

Olivia se giró.

—¿De quién es ese coche?

Tawni miró a través del espejo retrovisor. Entonces ellas lo notaron…


—De Skyler.

—¿Por qué está estacionado en frente de tu casa? —preguntó Emily lentamente.

Mi cerebro se aceleró.

—Algunos de los chicos vinieron anoche para hacer la tarea. Terminamos


viendo una película más tarde, así que le dije que solo dejara su auto cuando
regresaran a la casa de Gavin. No había razón para moverlo al otro lado de la calle.

Olivia pareció aceptar esa respuesta, pero Emily me miró por otro momento
antes de echarse hacia atrás.

Recé para que ninguno de los chicos se marchara mientras estábamos aquí.

—¿Entonces adónde vamos?

Eso pareció romper el hechizo, y Tawni dio marcha atrás a la calle.

—Vamos a la ciudad. Hay algunas boutiques que podemos ver primero, pero si
no tienen nada, podemos ir a los grandes almacenes del centro.
42
La primera boutique fue un fracaso, y pusimos algunos artículos en espera en la
segunda. Emily prometió que nos dirigiríamos a su tienda favorita, y definitivamente
encontramos lo que estábamos buscando ahí.

Al menos aprendimos lo que no que no queríamos en las dos tiendas previas.


Olivia estaba determinada en un vestido entallado y de manga larga, pero a lo sumo,
pudimos encontrar vestidos de manga corta y sin mangas. Tawni quería algo con una
vibra bohemia, pero nada se acercaba a su visión. Emily quería algo romántico con
tul o encaje, y Bridgette quería negro.

Yo estaba intentando no decir nada de lo que me arrepentiría en mi estado de


enojo con hambre. Mi prisa de la mañana significó que no desayuné. Ninguna de las
tiendas que visitamos estaban a una distancia para ir caminado a comer, y estaba
alcanzando mi límite. Ir de compras era lo suficientemente estresante sin sentir
hambre. 43
Encontramos un lugar para estacionarnos a una cuadra de nuestro destino, y le
agradecí al cielo sobre nosotras que estábamos justo en frente de una cafetería.

—Voy a parar aquí. ¿Alguien quiere algo?

—¡Oh, yo! —gritó Emily, y el resto de las chicas nos siguieron.

Después de conseguir de desayuno un sándwich y un mocha de chocolate blanco


en mi estómago, era una persona diferente.

—¿Lista? —dijo Tawni.

Asentí y sonreí.

—Dirige el camino.

Ella sacudió su cabeza.

—Alguien no es ella misma cuando tiene hambre.

Bridgette se rio de mí, pero me encogí de hombros. Sabía que era verdad.
Caminamos en una pequeña tienda ultra-moderna, que parecía vender
solamente vestidos. Las paredes eran blancas con ganchos y estantes dorados
solamente. Oraba para que tuvieran lo que necesitábamos.

—Oh, me encanta este.

Tawni levantó un corto vestido blanco degradado con mangas campesinas. Era
algo que yo nunca hubiera elegido, pero era perfecto para sus rizos indomables y su
sencilla personalidad.

—Definitivamente pruébatelo —concordó Olivia.

Caminé más dentro de la tienda, observando los estantes por inspiración. Este
era mi primer baile de preparatoria, así que no sabía que esperar. Las revistas lo
hacían parecer como que algunas chicas visten vestidos de gala para sus bailes
mientras que otras visten lo que consideraría vestidos de cóctel. Basado en lo que las
otras estaban considerando, las chicas de Arlington Park usaban vestidos cortos para
su baile de bienvenida, así que al menos tuve esa dirección para guiarme.

Caminé a través de algunos estantes, y un vestido de un liso satín de color rosa-


rojizo atrapó mi atención. Busque mi talla y tiré del gancho para sostenerlo en alto.
El simple pero elegante vestido tenía tirantes angostos y cuello V con una falda que
44
llegaría arriba de mis rodillas.

—Voy al vestidor —le dije a Olivia quien se encontraba más cerca.

—¿Ya?

Asentí y alcé mi descubrimiento.

—Tengo una buena sensación sobre este.

Una vez en el vestidor, me quité mi ropa y me puse el vestido. Deslicé la


cremallera para cerrarla y me giré para estar de frente al espejo. El vestido abrazaba
perfectamente mi cintura, luego la falda se ensanchaba. Giré mis caderas de atrás a
adelante y sonreí al efecto. Corriendo mis manos por mis costados, casi me emocioné
cuando encontré bolsillos.

De ninguna forma. Este era el mejor vestido de todos los tiempos.

Salí y les llamé a las chicas.

—Oh, guau —derramó Emily—. Es hermoso.

Bridgette asintió.
—Ese es.

Sonreí y me di una vuelta antes de echarlas.

—Y miren esto. —Deslicé mis manos dentro de los bolsillos y ellas aplaudieron.

—Ese es el ganador —Tawni sonrió brillantemente.

—Gracias.

Regresé al vestidor y me cambié, poniéndome mi ropa normal.

Mi humor brilló al encontrar ya el vestido perfecto. Ellas siguieron peinando la


tienda por opciones, así que llevé mi vestido al frente de la tienda conmigo para
examinar detenidamente la exhibición de zapatos. No era gran fan de los zapatos de
tacón alto, especialmente si iba a estar de pie y bailando toda la noche, pero el vestido
pedía algo especial. Y un par de zapatos de plataforma de color natural parecían que
no estaría tan mal. Me estiré por ellos, mirando por fuera de la ventana, y jadeé.
Podía haber jurado que vi a Skyler y a Vince pasar caminando.

No había forma. ¿Cuáles eran las posibilidades de que estuvieran también


pasando el rato en el centro? 45
Me apuré al vestidor y les grité.

—Ya vengo, chicas.

—Seguro —contestó Emily detrás de la cortina.

Al menos ellas no entrarían en pánico si no podían encontrarme. Coloqué mi


vestido en el estante más cercano y dejé la tienda. Miré en la dirección a la cual
caminaron y me dirigí hacia allá. La calle estaba llena de tiendas. Tal vez estaban
comprando hoy, pero lo dudé.

Una tienda electrónica estaba a dos puertas, y atrapé el cabello despeinado de


Vince junto a una exhibición de audífonos. Entré y me paré junto a él.

—¿Qué están haciendo aquí?

Él saltó y se giró para verme de frente.

—Oh. Hola, Avalon.

—No me digas ‘Hola, Avalon’. ¿Me están siguiendo?

Él deja salir un resoplido irónico.


—No, no lo estamos haciendo.

Busco en la tienda por Skyler.

—¿Solo estaban por el área? ¿Después de que les dije que era aquí a dónde venía?

—No es como si nos hubieras dado tu itinerario para el día —dijo Vince a la
defensiva.

—Sí, eso habría hecho las cosas mucho más fáciles —dijo Skyler detrás de mí.

Retrocedí para ver a ambos a la cara.

—Entonces, ¿me están siguiendo?

Fulminé a Vince con la mirada, esperando una explicación.

—Bien, podríamos haber venido para asegurarnos de que estabas bien.

—¿Por qué?

—Queríamos asegurarnos que nada sucediera —contestó Skyler. 46


Lo estudié.

—¿Porqué piensas que algo iba a suceder?

Él se encogió de hombros.

—¿Esto es sobre la cosa con mi mamá biológica? ¿Ahora creen que estoy en
peligro?

Eso era ridículo. No es como si las personas que asesinaron a mis abuelos de
repente supieran de mi existencia solo porque lo averiguamos nosotros.

Vince se movió inquieto, incómodo. Algo sucedía.

—¿Qué hace este fin de semana diferente? ¿Solo porque ahora sé quien es mi
mamá? Estoy bastante segura que era igual de vulnerable en California.

—Queríamos mantener un ojo sobre ti —dijo Skyler con mucho menos


confianza.

—Eso es raro, chicos. —Quería que cada uno de ellos se encontrara con mi
mirada. Quería saber que estaban escuchando—. Estoy bien. Estoy con otras cuatro
chicas. No es como si estuviera vagando sola.
—Lo sabemos. Solamente queríamos estar cerca solo en caso… —Vince se calló.

—¿En caso de qué?

La forma en que estaban evadiendo mis preguntas me estaba poniendo


incómoda.

Ninguno contestaba.

—Chicos, están empezando a asustarme. ¿Hay algo que debería saber?


¿Escucharon algo?

Vince negó.

—No, te habríamos dicho si lo hiciéramos.

Alcé una ceja. Eso es algo difícil de creer.

—¿De verdad? ¿Lo habrían hecho?

—Sí, te diremos todo lo que podamos, y todo lo demás tan pronto como
podamos. 47
Suspiré.

—Estoy bien. No tienen que seguirme por el resto del día.

Ellos compartieron una mirada, y Skyler asintió.

—No lo haremos mientras nos prometas que nos llamarás si algo sucede, si tienes
un mal presentimiento, o ves algo raro.

—Lo haré.

Vince pareció relajarse.

—¿Nos vas a enseñar tu vestido?

Sonreí con suficiencia.

—No. Tendrán que ir al baile para verlo.

Él hizo una mueca.

—Esperaremos por fotografías.


Retrocedí.

—Los veré más tarde, chicos.

Ambos se despidieron, y me apuré de nuevo a la boutique. Recogí mi vestido y


fui a la caja registradora. Ella lo colgó cuidadosamente en una bolsa negra para
vestidos mientras pagaba.

Las chicas salieron del fondo de la tienda con expresiones mezcladas. Emily y
Olivia no traían nada, pero Tawni estaba cargando el vestido blanco que encontró.
Brigette sostenía un vestido negro que tenía una silueta similar al mío pero con
hombros descubiertos.

—Oh, me gusta ese. —Señalé, y ella lo levantó para ella misma—. Es tan bonito.

—Gracias. Es simple, pero creo que tengo una gargantilla que se verá bien con
este.

Ambas compraron sus vestidos mientas Emily murmuró.

—No voy a encontrar nada.


48
Olive la consoló.

—Iremos a Saks. Ahí siempre tienen algo que te encanta.

Eso la apaciguó, y caminamos de regreso al coche de Tawni. Miré alrededor del


área buscando a los chicos, pero parecía que habían mantenido su parte del
compromiso.

No podía creer que vinieron a cuidarme. Tal vez mi reacción inicial fue injusta.
Estaban preocupados por mí, y no es como si estuvieran observando sobre mi
hombro. Las otras chicas ni siquiera los notaron. Pero no me gustaba que no me
hayan dicho. Si estaban preocupados lo suficiente para conducir al centro, debieron
haberme dejado saberlo, o mejor aún, haberme dicho por qué.

Por el resto del día, estuve más consciente de mis alrededores. Presté atención a
quien estaba alrededor de nosotros y observé por cualquiera que pareciera estar
siguiéndonos, pero no había nada por lo cual alertar a los chicos. Más allá de los
vendedores que nos ayudaron a encontrar tallas, nadie notó nuestro grupo.

Logré encontrar algunos zapatos de tacón alto, lindos y cómodos, lo cual fue un
milagro y todas compramos un vestido. Un sábado completamente exitoso.
s
En el viaje a casa, recibí un mensaje de texto de Carter preguntándome si estaba
libre esta noche. Una mezcla de emoción y culpa me inundó. Quería verlo, pero
¿cómo podría mantener escondido de él lo que pasó anoche?

Nada sucedió. No es como si le estuviera siendo infiel, pero tener a cuatro chicos
durmiendo en mi habitación no era exactamente como debería actuar una novia.
Incluso a pesar de que ellos era mis amigos y me ayudaron a pasar una semana difícil.

No éramos oficialmente una pareja, ¿verdad? Todavía estábamos en la fase de


conocernos. Quería ser honesta con él, pero no quería avivar drama innecesario. A
él no le caían bien los chicos y viceversa, y todos eran importantes para mí.

Podía mantenerlos separados. Mientras yo no cruzara la línea con ninguno de


los chicos, estaría bien. Ellos solamente eran amigos. Carter era en quien estaba
interesada. 49
Con ese debate asentado, le contesté que no tenía planes. Me dejó saber que me
recogería a las siete.

Casi les pregunté a las chicas por ideas sobre que ponerme, pero me detuve. ¿Qué
si era otro escenario como el karting? No más de una hora, tal vez. ¿Esta noche será
diferente? ¿Una noche romántica afuera?

Mi tiempo se terminó cuando Tawni se detuvo entre mi casa y la de Emily.

—Muchas gracias por conducir, Tawni. Las veré después, chicas.

Salté fuera del coche y me apresuré a la entrada de mi casa antes de que Emily
pudiera interrogarme. Ella tenía un sexto sentido cuando se trataba de chismes o
secretos, y no quería involucrarla todavía. Necesitaba tiempo y espacio para
averiguar las cosas con Carter antes de que las opiniones de alguien más interfirieran.

Solo tuve una hora antes de que él estuviera allí, así que subí corriendo las
escaleras para bañarme y alistarme. Me puse un vestido de suéter granate con unas
botas altas y esperaba que funcionara para lo que sea que él tuviera planeado.

Después de secar mi cabello, lo alisé. Las capas largas casi llegaban a mi cintura.
Me estaba poniendo rímel cuando el timbre de la puerta sonó. Mierda. Revisé mi
reflejo y fruncí el ceño.
No tenía mucho maquillaje y mi cabello todavía estaba esponjado, pero se me
había acabado el tiempo.

Levanté mi bolso de mi cama y bajé las escaleras de dos en dos hacia la puerta
principal. Abrí y sonreí cuando Carter se giró para verme. Se veía como para babear
en un suéter azul marino con una camisa azul clara mostrándose por el cuello. Se las
arregló para verse masculino mientras poseía un estilo preppy. Los chicos de donde
vivía siempre tenían miedo de actuar como si tuvieran sentido de la moda, pero él
no. Parecía que acababa de salir de una sesión fotográfica cada vez que lo veía.

Su cabello estaba peinado hacia atrás, pero algunas hebras largas eran rebeldes.
Retuve la urgencia de correr mis dedos a través de estas.

—Hola. —De repente me sentí tímida como si hubiera olvidado cuán guapo era
desde la última vez que lo vi. Pensando en la fiesta en la piscina que tuvimos aquí no
ayudó. Sabiendo cuán bien se ve debajo de esa ropa era cruel.

—Hola, te vez despampanante.

Mis mejillas se calentaron por su elogio.

Él se adelantó y tomó mi mano.


50
—¿Estás lista?

Asentí y cerré la puerta detrás de mí antes de seguirlo a su coche. Él era el


caballero perfecto, abriendo la puerta del coche para mí y cerrándola cuidadosamente
una vez que me había acomodado.

Entró y encendió el motor, viéndose tan relajado como siempre. ¿No lo ponía
nervioso?

—¿A dónde vamos? —pregunté.

—Hay un nuevo restaurante italiano que mis padres me recomendaron. ¿Te


importaría probarlo?

—Por supuesto que no. Estoy emocionada.

Me guiñó y avanzó en dirección a la salida de mi vecindario por el que no había


ido seguido.

—¿Cómo estuvo tu día? ¿Todas encontraron sus vestidos?


—Sí, gracias al cielo. Emily estaba comenzando a enloquecer después de la
tercera tienda, pero todas encontramos uno que nos encantó.

—Bien. ¿De qué color es?

—Vas a amarme por eso. —Las palabras salieron de mi boca antes de que me
diera cuenta de que había acabado de lanzarlo ahí al universo. Me encogí, esperando
ver cómo actuaría. Él pareció no notarlo.

—¿Blanco?

Me reí.

—No, eso también habría sido fácil, pero es rojo rosa. Como el color exacto.

Él sonrió.

—Eso hace la vida demasiado fácil.

—Estaba velando por ti.

Él me miró y tomó mi mano de mi regazo, entrelazando nuestros dedos. Colocó 51


un beso ligero en mis nudillos antes de colocarlas sobre la consola central.

—Lo aprecio.

Apreté su mano y observé el paisaje no conocido pasar. Fueron solo otros diez
minutos antes de que estacionáramos detrás de un pequeño edificio de ladrillos. Él
salió y se apresuró para abrir mi puerta y ayudarme a salir. Tomó mi mano de nuevo
mientras caminamos y nos unimos a la línea para registrarnos con la anfitriona.

Ella nos hizo ceñas de que nos acercáramos, y Carter le dio una de sus sonrisas
encantadoras.

—Tenemos una reservación para dos bajo el nombre de Harrington.

La linda mujer le pestañeó.

—Por supuesto, Sr. Harrington. Será solamente un momento antes de que su


mesa esté lista.

Él asintió, y salimos del camino. El área de espera era pequeña, así que nos
recargamos contra la pared mientras estudiábamos el tranquilo restaurante. Las
paredes eran de ladrillo rojo expuesto con lámparas doradas antiguas. Había
fotografías en blanco y negro del área de Chicago, y las cabinas eran de terciopelo
rojo con mesas de madera oscura. Las luces eran bajas para darle una atmósfera
romántica.

Mis padres no eran del tipo de llevarnos a Spencer y a mí con ellos a restaurantes
finos, así que era un poco fuera de la norma para mí. Me sentía como si hacía un
ruido, todos los ojos estarían en mí. Esperaba, no dejar caer mi tenedor o cualquier
otra cosa que pudieran avergonzarme esta noche.

—¿Avalon?

Me giré al sonido de la voz de una mujer y me congelé.

Tessa y Daniel estaban viéndonos con curiosidad, viéndose tan elegantes y


refinados como siempre.

—Hola, Tessa. —Asentí al papá de Gavin—. Daniel. ¿Cómo están?

Sus ojos rebotaron entre Carter y yo, y me di cuenta que debía presentarlos.

—¿Carter Harrington? ¿Eres tú?

Tessa parecía sorprendida de verlo. 52


Carter se enderezó y le ofreció su mano.

—Hola, Sra. Adler. Sr. Adler.

Tomaron turnos para estrechar sus manos mientras yo me ponía cada vez más
incómoda.

—Estoy sorprendido de verlos juntos. No sabía que se conocían —dijo Daniel


mientras le daba una mirada con sospecha a Carter. Oh, genial. ¿La animosidad
realmente llegaba hasta los padres?

—Avalon y yo en realidad estamos saliendo —dijo Carter con confianza.

Oh, ¿en serio? Que bien que él pudiera hacérselos saber antes que yo lo supiera.

—Interesante —dijo Daniel mientras me estudiaba.

—Eso es encantador —intervino Tessa—. Estamos encontrándonos con amigos


para cenar, así que deberíamos ir entrando. Fue bueno verlos a ambos.

Le sonreí mientras se llevó a Daniel. Ninguno de los dos volteó, pero tenía la
sensación que no sería lo último que escucharía sobre esto.
—¿Cómo es que conoces tan bien a los Adler? —preguntó Carter una vez que
estaban a una distancia fuera de oído.

—Viven cruzando la calle.

—Correcto, eres amiga de Gavin y esos chicos. —No se escuchaba complacido


por el hecho—. Espero que no les importe no verte tanto.

Estaba sorprendida por ese comentario, pero no sabía cómo contestar.

—¿Harrington? —llamó la anfitriona, y la seguimos a una pequeña mesa que


afortunadamente no estaba cerca de Tessa y Daniel. No habría podido pasar la cena
con ellos observándome.

Carter recogió el menú y comenzó a mirarlo, así que abrí el mío y luché por
evitar fruncir el ceño. Este no era del tipo normal italiano de espagetti con carne. No
podía pronunciar ni un solo platillo. No reconocía nada. Estaba comenzando a entrar
en pánico cuando el camarero vino para tomar la orden de nuestras bebidas. Al
menos podía decir ‘agua’ sin dudar de mí.

Podía señalar los artículos y esperar lo mejor, pero eso podría terminar en un
desastre. Él no había estado aquí, así que no podía preguntarle por su platillo favorito.
53
Entonces, la inspiración me golpeó.

—¿Tus padres te recomendaron algo?

—A mamá le gustó los camarones al ajillo y pasta, y mi papá dijo que su osso
buco alla milanessa estuvo delicioso.

No tenía idea de cual era la orden de su papá, pero los camarones y pasta
sonaban lo suficientemente seguro.

—Creo que probaré lo que tu mamá comió.

Asintió, y cuando el camarero regresó, él ordenó por ambos con un perfecto


acento italiano.

—¿De dónde vino eso?

—Mis padres, ambos son italiano y fui obligado a aprenderlo, así podíamos
visitar a sus familias.

—¿Pero tu apellido es Harrington?

Él sonrió.
—El abuelo de mi papá lo cambió de Guido cuando se mudaron a los Estados
Unidos. Quería que sonara más estadounidense.

Había escuchado de familias haciendo eso, pero personalmente no conocía a


nadie.

—Qué interesante.

Sonrió y provocó que mi corazón saltara.

—¿Qué otros idiomas hablas?

—Solo español.

Oh, solo es trilingüe. No es un gran asunto. Justo cuando pensé que no podía
volverse más atractivo.

—¿Tú hablas algo más?

—Español. —El cual viene de vivir en el sur de California—. Entonces, ¿has


estado en Italia?
54
Asintió.

—Hemos ido cada verano desde que tenía ocho años.

—Eso es increíble. Ojalá viajáramos más.

—Tal vez puedas venir con nosotros el próximo año.

Casi me atraganté con mi agua. Eso era en mucho tiempo. ¿Pensaba que
seguiríamos juntos? Quiero decir, eso sería maravilloso, pero sabía que las relaciones
en la preparatoria no eran así de estables.

—Tal vez.

—Sobre lo que dije antes, decirle a los Adler que estamos saliendo, lamento no
haber hablado sobre ello primero.

Junté mis manos sobre mi regazo. Quería traer eso a colación, así que estaba
agradecida de que él lo mencionara primero.

—Sí, eso fue una sorpresa —bromeé.

Sonrió.
—Quiero que lo hagamos.

—¿Hacer qué?

Necesitaba que él fuera perfectamente claro. Esta era mi primer relación, y no


quería dejar nada en un área gris borrosa.

—Quiero que seas mi novia. Quiero decirle a la gente que estamos saliendo.

Mis labios se curvaron y asentí.

—Yo también, Carter.

Sus ojos se arrugaron en las esquinas.

—Quiero besarte justo en este momento.

Miré alrededor. Nuestra mesa era bastante privada, pero no pensaba que
encontrarnos sobre la mesa sería apreciado por los otros comensales.

—Tendrás que esperar.


55
Miró alrededor.

—¿Dónde está el camarero? Debemos llevarnos esto.

Me reí y negué con la cabeza.

—Creo que estarás bien.

Se recargó en su asiento.

—Bien. Intentaré ser paciente.

Estaba agradecida por la luz tenue, así él no podía ver como reaccionaba a sus
palabras. No estaba acostumbrada a tanta atención de un chico tan guapo. Mi cabeza
giró, y mi estómago se retorció con los nervios mientras intenté disfrutar mi comida.
Era buena, pero todo en lo que podía pensar era en irnos a cualquier lugar donde
pudiéramos estar a solas.

Parecía que él estaba pensando lo mismo. Pidió la cuenta justo cuando


terminamos nuestras comidas y me guiñó cuando el camarero regreso con ésta y unas
pocas cajas.

Nos sostuvimos las manos mientras nos apuramos de vuelta a su coche. Colocó
las cajas en el asiento posterior y estiró sus manos, colocándolas en mis mejillas. Me
moví hacia adelante sin un segundo pensamiento y presioné mis labios contra los de
él.

Había calor detrás de su beso que era nuevo. Cada tirón, mordida, y movimiento
me hizo sentir reclamada por él. Me prodigó con su lengua, haciéndome olvidarme
de todo salvo de él. Recorrió sus mano hacia abajo por mi espalda, una apretándose
alrededor de mi cintura y la otra hundiéndose en mi cabello, tirando de mí
imposiblemente cerca.

Sus labios se movieron por mi garganta y detrás de mi oído. Jadee mientras


cerraba mis manos en su camisa, deseando poder rasgar la tela. Moví mi cabeza hacia
arriba, deseando que regresara a mi boca, y como el mago que era, él lo supo y dejo
caer un último beso en mis labios que hizo que mi corazón se detuviera antes de
alejarse.

Se veía tan aturdido como yo me sentía. Una lenta sonrisa tiró de la comisura de
sus labios.

—Hola, novia.

Me encontré con sus ojos a través de mis pestañas.


56
—Hola, novio.

—Maldición, me gusta como suena eso.

Besó mi sien antes de dar una profunda inhalación y encender su coche. Mordí
mi labio, encantándome que todavía podía saborearlo.

Esta noche fue perfecta.


Carter hizo el anuncio a nuestros amigos en el patio antes de que las clases
comenzaran. Incluso me inclinó y plantó un suave beso en mis labios como una
escena salida de una película.

—Ustedes dos son adorables. Estoy tan feliz que lo hayas hecho oficial, Carter.
Ella ha estado llamando la atención de algunos cuantos —dijo Emily con una ceja
alzada.

Carter sonrió y apretó sus brazos alrededor de mis hombros, acercándome más
a su pecho, mi lugar favorito.

—Será mejor que no sigan viendo. A nuestro hombre no le gusta compartir —


dijo Johnny con una risa.

Me reí con todos los demás, pero todavía estaba preocupada por cómo manejaría
Carter el que yo sea amigo de otros cinco chicos.
57
Tyson y Johnny comenzaron a platicar sobre el juego de bienvenida de esta
semana, y Carter se les unió. Yo tomé un asiento libre junto a Emily, que me veía
como si estuviera intentando encontrar una respuesta.

—¿Cómo reaccionaron tus otros amigos a las noticias?

Sabía exactamente a que se refería, y la culpa en mis entrañas se multiplicó.

—No les he dicho.

—Sabes que tu novio no se lleva bien con ellos —declaró.

Asentí.

—Lo sé.

Ella golpeó mi hombro con suyo.

—Sé que te caen bien, y no es exactamente justo hacerte elegir, pero tienes que
hacerlo en esta situación. —Ella se giró hasta que se encontró con mis ojos—. Por
favor, no lastimes a Carter. Actúa duro y confiado, pero tienes el poder de destruirlo.
—No lo lastimaré, Emily. Realmente me gusta.

Ella sonrió tristemente.

—También realmente le gustas. Nunca ha sido serio con una chica antes, mucho
menos comprometerse en una relación.

No sabía eso. Me imaginé que era el típico mujeriego que se movía de una a otra
chica sin mucho pensamiento. Hizo saber su interés tan rápido después de conocerme
que asumí que se movía rápido. Lo que ella me dijo me hizo dudar de eso.

—¿De verdad?

—Sí, él habló conmigo después de tu primer día. Quería saber tanto sobre ti
como fuera posible. Nunca antes lo he escuchado así. Ni siquiera se molestó en actuar
relajado. Iba con todo por ti. —Ella hizo una pausa—. ¿Puedes decir lo mismo?

Quería ser capaz de decir que sí. Merecía eso, pero sabía que ella tenía razón.
Tenía que elegirlo a él. Todavía podía ser amiga de los chicos durante las clases, pero
salir con ellos a solas y las pijamadas estaban definitivamente fuera de cuestión.

Asentí y me levanté cuando sonó la campana, salvándome del resto de esta 58


conversación.

—¿Lista, nena? —Carter envolvió su brazo sobre mis hombros mientras


caminábamos al primer período—. ¿Quieres venir esta noche para trabajar en nuestro
proyecto?

No pude evitar sonreír ante el recuerdo de la primera vez que fui. No éramos los
más centrados, pero sus besos eran el mejor tipo de distracción.

—Seguro. Espero que podamos progresar más esta vez.

Me dio una mirada conocedora.

—Te prometo estar en mi mejor comportamiento hasta que terminemos.

Hice un puchero y él me guiñó, haciéndome sacudir mi cabeza. Comenzamos a


reírnos al mismo tiempo, y descansé mi cabeza contra su hombro.

—Eres peligroso.

Besó la cima de mi cabeza.

—Esa serías tú, Avalon.


La sonrisa que había estado disfrutando a través de nuestras bromas desapareció
en el segundo en que vi a Noah y Luca caminando hacia nosotros. Ambos me
miraban con expresiones oscuras. Quería hablar con ellos, pero las palabras de Emily
me detuvieron. Me giré lejos de ellos y obligándome a ignorarlos mientras pasaban.

Mi corazón cayó tan pronto como estuvieron fuera de vista. Me sentí enferma.
¿Era lo correcto por hacer cuando me sentía tan mal? La mano de Carter acarició la
parte superior de mi brazo, y saboreé la calidez y el confort que me dio, ¿pero a qué
costo?

¿Por qué tuve que encontrar al único chico que mis amigos no podían soportar?

Mis pensamientos tiraban tan fuerte en dos direcciones diferentes por el resto del
día que me moví entre clases en un aturdimiento. Emily no lo notó en Educación
Física, y todos hablaron alrededor de mí durante el almuerzo como si fuera un día
normal. Carter frotó mi espalda mientras platicaba con Andrew y Tyson. Lo que le
agregó peso a mi pecho.

Él era tan bueno conmigo. Tan atento y pareció darse cuenta del cambio en mi
estado de ánimo, pero no me presionó para que me explicara. Cuando me senté en
la mesa sin comida, me preguntó si estaba bien y besó mi sien antes de ir a la fila y
conseguirme un parfait de yogurt que me gustaba.
59
Podía sentir a los chicos observándome pero no podía obligarme a encontrarme
con sus miradas inquisitivas. Tenían que ver la diferencia con Carter. Probablemente
escucharon que éramos oficiales. Ellos sabían que esto cambiaba las cosas, ¿verdad?

No podía alejarme de ellos, no completamente. Todavía estaba el asunto de mi


madre biológica y la Sociedad, y toda la cosa con la barrera brillante que creé. Estaba
conectada a ellos, sin importar con quien estaba saliendo.

Carter no podía saber de eso. Los padres de Gavin y Noah dejaron en claro que
las cosas que discutimos eran sensibles y no algo que podía discutirlas fuera del
grupo. No que yo quisiera hacerlo.

Ya que las siguientes dos clases las compartía con Skyler, Noah y Luca, no podía
evitarlos. La campana sonó, y Olivia caminó conmigo a algebra.

—Te veré después de clases. ¿Nos encontramos en mi coche?

Carter apretó mi mano con una sonrisa antes de alejarse caminando con Tyson.

—Ustedes dos son ridículamente lindos —dijo Olivia mientras ellos


desaparecían por el pasillo.
—Ustedes dos también —dije con una ceja levantada.

Ella y Tyson habían estado mucho más amistosos desde la noche de película
hace unas semanas. Él la invitó al baile de bienvenida como amiga, pero tenía la
sensación de que se estaban volviendo más que eso.

Ella sonrió brillantemente.

—Creo que el amor está en el aire.

Me obligué a sonreír, pero casi me atraganté con la palara con A. No estaba lista
para eso.

Nos separamos una vez que llegamos a clase, y me moví hacia mi pupitre en la
parte posterior. Skyler y Noah ya estaban sentados en sus lugares, hablando entre
ellos con murmullos. Tenía que pasar entre ellos para llegar a mi lugar y sonreí con
disculpa antes de sentarme.

Skyler rompió la tensión.

—Hola, Avalon.
60
—Hola.

Dejé caer la cabeza para buscar entre mi mochila y mi cuaderno.

—Oh, ¿ahora nos hablas? —preguntó Noah con veneno en su tono.

Me enderecé y lo miré. No iba a dejar que me intimidara.

—Como si siempre estuvieses deseoso de hablar conmigo en los pasillos.

Entrecerró sus ojos.

—Entonces… ¿qué sucedió desde la noche del viernes a ahora? ¿Tal vez quieras
sacarnos de la duda? —preguntó Skyler, ignorando a Noah.

—Carter me pidió que fuera su novia.

Mantuve el tono de disculpa fuera de mi voz, incluso a pesar de que sentía que
debía pedir disculpas por algo.

Noah se burló y cruzó sus brazos sobre su pecho mientras miraba hacia el frente.
Las cejas de Skyler se alzaron, pero al menos no me dejó fuera.

—Bueno, eso es… ah… un desarrollo interesante.


Incliné mi cabeza.

—¿De verdad? ¿Es tan sorprendente? Él me invitó al baile de bienvenida.

—Sabía que le gustabas, pero no esperaba que lo hiciera oficial. Normalmente


no le gusta usar títulos.

Eso lo hacía parecer como si hubiera habido montones de chicas en su pasado,


pero por lo que las chicas dijeron, sabía que realmente ese no era el caso.

—Te está usando —dijo Noah sin voltearse.

Fulminé su perfil.

—Eso es algo realmente terrible de decir.

No le daría la satisfacción de reaccionar a sus palabras aunque me hizo sentir


enferma el pensar que él estaba en lo correcto. No, sabía que Carter tenía
sentimientos genuinos por mí. No era mi culpa que tuvieran una disputa.

—Es verdad.
61
Se encogió de hombros.

Ya habíamos tenido esta discusión. Ellos pensaban que Carter solo estaba
interesado en mí para impulsarse a sí mismo, pero estaban equivocados. No tenía
nada que ganar saliendo conmigo. Yo era la chica nueva que nadie conocía. Él era
uno de los chicos más populares de la escuela.

—No espero que ninguno de ustedes esté feliz por mí. Sé que tienen una historia,
pero eso no tiene nada que ver conmigo. —Esperaba que Skyler me escuchara ya que
Noah siendo un idiota terco—. Desearía que todos pudiéramos ser amigos, pero no
va a suceder.

—Entonces, ¿qué? —Skyler parecía preocupado—. ¿Solo nos sacarás de tu vida?


¿Nos ignorarás? ¿Fingirás que no somos también tus amigos?

Mi mandíbula se apretó. No quería hacerlo. No quería herirlos, pero tampoco


quería herir a Carter.

—No. —Suspiré—. No quiero hacerlo, pero tampoco quiero ir a las espaldas de


Carter.

—Él no puede decirte con quien y con quien no pasas el rato, Avalon. Eso es
controlador.
—Él no lo ha hecho. —Hice una pausa—. Ustedes chicos son los que están
siendo controladores en este momento. Solo creo que necesito espacio por un tiempo.
Necesito averiguar que significa estar con él. Si se vuelve más cómodo y construimos
nuestra confianza, entonces, tal vez podamos pasar el rato.

Su rodilla rebotaba debajo de su escritorio y sus ojos sostenían un fuego que


nunca antes había visto.

—Eso no está bien.

La campana sonó para comenzar la clase, entonces, por ahora, el tema estaba
cerrado. Me recargué en mi asiento y di respiraciones lentas. Mi garganta se apretó
y luché por mantener mi compostura. No quería lastimar a nadie, pero estaba
fallando.

Una parte de mí estaba sorprendida de que les importara tanto. Pensé que
estarían aliviados de no tenerme tanto alrededor. La reacción de Noah cortó a través
de mí, y sabía que Skyler estaba igual de herido, pero lo estaba escondiendo mejor.

No podía ignorarlos. Tenía que encontrar un compromiso en el cual todos


estuviéramos de acuerdo. Cuando el Sr. Reynolds nos dejó salir antes de que sonara
la campana, agarré mi mochila y me apresuré a salir antes de que Skyler pudiera
62
atraparme. Llegué a clase de Español y me hundí en mi pupitre con mi libreta afuera
y lista. Fingí revisar las notas, así las personas me dejarían a solas hasta que la Sra.
Alvarez comenzara la clase. Podía sentir a Luca y Skyler observándome, pero no
pude verlos a la cara.

Sus reacciones me abrumaron y me confundieron. Una parte de mí quería ir a


casa con Emily y esconderme de todos por la noche, pero eso solo sería prolongar la
tortura. De todas formas necesitaba terminar el proyecto con Carter.

La única opción era hablar con él. Tenía que explicar que mi amistad con los
chicos era importante para mí, y no quería tener que elegir. Sería difícil e incómodo,
pero si realmente se preocupaba por mí como decía, no debería ser un problema.

Emily lo hizo parecer como que no era una opción, pero podía estar equivocada.
Ella podría conocer a Carter mejor, o al menos por más tiempo que yo, pero todavía
existía la posibilidad de que él entendería.

Después de la última campana, me apuré a salir con los estudiates. Gavin estaba
esperando afuera y Skyler me alcanzó.

—Hola, sé que Emily normalmente te lleva los lunes, pero ¿quieres venir a hacer
la tarea? —preguntó Gavin mientras miraba entre Skyler y yo.
—Hoy no puedo. —Retuve la disculpa en la punta de mi lengua.

—Ni mañana o el siguiente día. Desde que es la novia de Carter, no puede seguir
pasando el rato con nosotros. —La voz de Noah vino de detrás de mí. No lo había
notado acercarse.

Las cejas de Gavin se fruncieron.

—¿De qué está hablando?

Me moví así podía verlos a los tres, no, cuatro con Luca. Todo lo que necesitaba
era a Vince para ayudarme a sentirme arrinconada.

—Carter me pidió que fuera su novia el sábado.

—Mis padres mencionaron haberte visto. No sabía que fuera una noche tan
importante para ustedes. —Gavin apenas se encontró con mis ojos.

—Ella no cree que pueda seguir siendo nuestra amiga. —Skyler atrajo la atención
hacia él.

Los ojos de Luca se oscurecieron. 63


—Suena bastante jodido, princesa.

Sí, ya sabía su opinión en el tema. El apodo era nuevo, pero lo ignoré.

—¿Avalon? ¿Estás lista? —Carter se acercó, midiendo a los chicos detrás de una
sonrisa fácil. Él puso su brazo alrededor de mi cintura, y me sentí como un hidrante
que acababa de ser marcado.

—Sí, solo me estaba despidiendo.

Fruncí el ceño cuando me di cuenta de que sonó tan final. No quería que los
chicos pensaran que lo era.

—¿Estás segura que no quieres un aventón? —presionó Gavin.

Negué con mi cabeza.

—Tenemos un proyecto en el cual trabajar.

—Sí, vayamos a casa —dijo Carter.

Cerré mis ojos para evitar ver las reacciones de los chicos ante la elección de
palabras.
—Nos vemos, chicos. —Ofrecí un pequeño ‘adiós’ con la mano antes de girarme
con Carter y caminar a su coche.

Una vez que teníamos nuestros cinturones de seguridad y salimos del


estacionamiento, tomó mi mano en la suya.

—Pareces molesta. ¿Te dijeron algo?

Tragué.

—No. Solo les dije que ya que tú y yo estamos juntos, podría no ser capaz de
pasar mucho tiempo con ellos.

Quería que me dijera que estaba equivocada. Que no le importaba con quien yo
salía. Que quería que fuera feliz y viera a mis amigos.

—Eso probablemente sea lo mejor. Realmente no confío en esos chicos.

El peso sobre mi pecho se profundizó, estrellándose contra mis huesos.

—Sin embargo, ellos son mis amigos. No quiero dejar de verlos por completo.
64
Me miró.

—Deberías pasar más tiempo con las chicas. Tawni y Olivia me dijeron que se
divirtieron mucho el sábado. Estoy seguro que les gustaría que pasaras más tiempo
con ellas en su lugar.

Agaché mi cabeza. No me gustó que me dijera que no bajo el disfraz de una


sugerencia, pero tal vez él y Emily tenían razón. Esta era mi primera relación, así que
no estaba segura de cómo se suponía que iban a funcionar las cosas. Ni siquiera
debería querer pasar el rato con los chicos, no cuando tenía la oportunidad de pasar
más tiempo con Carter. Él era el que me gustaba.

Tal vez en el transcurso, las cosas serían diferentes.


No estaba segura de que Carter le haya dicho algo a las chicas, pero los planes
después de la escuela de repente se multiplicaron. El martes, Olivia y Bridgette me
dijeron que si íbamos por smoothies y si hacíamos la tarea juntas. El miércoles,
Tawni y Emily me pidieron que las ayudara a pintar unos posters para el juego de
bienvenida. Hoy, Carter me preguntó si podía venir antes de la cena del equipo de
fútbol.

Podría ser coincidencia, pero era sospechoso. Aun así, no rechacé a ninguno.

Abrí la puerta principal, y Carter me siguió. Era la primera vez que él había
estado en la casa desde la fiesta en la piscina, y se sintió diferente estar a solas con él.
El aire parecía cargado. Él estaba relajado como siempre, así que tal vez era
solamente yo.

—¿Tienes hambre? —Nos llevé a la cocina y abrí el refrigerador, buscando una 65


distracción del hecho de que teníamos toda la casa para nosotros solos. Solo yo y mi
increíblemente sexy novio, del cual sus besos me hacían olvidarme incluso de mi
propio nombre.

—Estoy bien.

Su voz vino justo detrás de mí. Cerré la puerta cuando su mano se deslizó por
mi estómago, tirando de mí contra su pecho. Acarició mi cuello con su nariz,
besándome y mordisqueándome la piel sensible. Escalofríos comenzaron en mi
cabeza y recorrieron mi espalda hasta los dedos de mis pies. Yo recorrí mis dedos por
las líneas de músculos de sus brazos, saboreando la sensación de él rodeándome.

—¿No agua? —Mi voz salió ronca.

Él negó con su cabeza contra mi piel.

—Solo te necesito a ti.

Cerré mis ojos y me derretí en el deseo que él creo en mi vientre. Me dio la vuelta,
mirándome con ojos hambrientos. Casi jadeé cuando me empujó contra el frío metal
del refrigerador y capturó mi boca con la suya.
Pasé mis manos por su pecho y alrededor de su cuello, pasando una por su
cabello y raspando como sabía que le encantaba. Gimió contra mis labios, así que lo
hice de nuevo.

Se tomó su tiempo para besarme hasta que mi mente se nubló. Su lengua recorrió
la mía, atrayéndola hacia su boca antes de succionarme hasta el olvido. Dejé caer
una mano en su pecho y agarré su camisa, devolviendo la acción cuando pasó su
lengua por mi labio inferior. Sus manos vagaron por mi espalda y caderas como si
estuviera memorizando cada centímetro de mí.

Mis rodillas comenzaron a ceder, y él me alzó por las caderas hasta la encimera
junto a nosotros. Abrí mis piernas, y él llenó el espacio entre estas, presionándose lo
más cerca posible. Desde este ángulo, no tenía que inclinar su cabeza tanto, y yo
tenía un mejor acceso para provocarlo, dejando besos lejos de sus labios, a su
mandíbula, cuello y por encima del borde del cuello de su camisa.

Sus dedos se enterraron en mis caderas, tirándome al borde del granito hasta que
tuve que sostenerme de sus hombros para evitar caerme. Mi pecho presionado al
suyo. Levanté mi cabeza, necesitando recuperar el aliento. Él tomó ventaja de mi
cuello expuesto, mordiendo y besando lentamente por mi punto favorito detrás de
mi oído. Envolví mis piernas alrededor de él, encerrándolo. 66
Sonrió contra mi cuello y besó mi mandíbula, luego guio mi barbilla hacia abajo.
Abrí mis ojos y casi jadeé ante las llamas en sus ojos. Si no deteníamos esto ahora y
nos enfriábamos, no creo que seríamos capaces de hacerlo.

—Carter.

Bajé mis piernas y liberé mi agarre.

Sus ojos destellaron ante su nombre.

—¿Mmm?

—Creo que probablemente deberíamos hacer nuestra tarea.

Refunfuñó bajo pero dio un paso atrás y me ayudó a bajarme.

—¿Necesitas algo de agua ahora?

Sonrió y abrió el refrigerador para sacar dos botellas. Abrí una y di un largo trago
antes de colocarla en la isla. Él recogió nuestras mochilas y las colocó en la encimera
junto a mí. No parecía tan entusiasta sobre la tarea en el momento.

—Lamento ser la asesina del momento.


Sus ojos se dispararon a los míos.

—No lo lamentes. Tenías razón al detenernos. Las cosas se estaban calentando


un poco más de lo que deberían.

Me sonrojé y me centré en el agua en frente de mí.

—Oye. —Con su dedo alzó mi barbilla para que lo mirara—. No te avergüences.

Mis mejillas estaban ardiendo. Realmente nunca hablamos sobre cuán intensas
se estaban volviendo las cosas y tan rápido.

—Sabes cuán atraído estoy por ti, y cuánto me gustas, ¿verdad? —preguntó con
una sonrisa.

Asentí.

—Bien. Sin embargo, no quiero acelerar nada. ¿Está bien? Si alguna vez quieres
detenerte, me lo dices.

—Está bien.
67
Necesitaba escuchar eso. Tanto como me encantaba perderme en él, sabía que
no estaba lista para nada más, aún no. Él era mi primer novio y mi primer beso real.
No estaba lista para que mi próxima primera vez sucediera en un tiempo.

Él se paró junto a mí, y descansé mi mejilla sobre su pecho y cerré mis ojos. Su
esencia a cedro y jabón me envolvió, haciéndome pensar en hogar y seguridad. Con
todo lo que estaba sucediendo con mi papá y los secretos que mantenía, además lo
desconocido con la Sociedad, Carter se volvió mi fuente de paz y fuerza. Él nunca
me hacía cuestionarme las cosas. Nunca me hacía dudar.

Un tirón de nostalgia surgió cuando pensé en los chicos y me pregunté qué


estaban haciendo, pero estar en los brazos de Carter alejó todo eso.

Mi teléfono se encendió en el mostrador junto a nosotros y ambos miramos hacia


abajo para ver un mensaje de texto de Skyler.

—¿Qué quiere? —Su voz era dura.

—No estoy segura. Él puede esperar.

—Buena respuesta. —Su mandíbula se apretó, pero alejó sus ojos de la pantalla
y de vuelta a mí—. Solo centrémonos en nosotros. Ya no necesitas a esos chicos. Me
tienes a mí.
—Pero todavía quiero ser su amiga.

Me sonrió, pero no alcanzó sus ojos.

—Solo no creo que sea muy apropiado. ¿Qué pensará la gente de nosotros si te
ven alrededor de esos chicos? ¿Qué pensaran de ti?

No estaba segura. Pensé que estaba bien ser amiga de ellos, pero tampoco quería
molestarlo. Sonreí y cambié de tema a nuestro proyecto.

Después de una hora más o menos, tuvo que irse a prepararse para la cena del
equipo, así que me besó para despedirse antes de salir. Subí a mi habitación,
esperando que la soledad no me siguiera. ¿Me estaba volviendo muy dependiente?
¿Pegajosa?

No quería ser una de esas novias molestas, pero estando sola en casa me afectó
de una manera que nunca lo hizo antes. Desde que los chicos se quedaron el pasado
fin de semana, noté cuán silenciosa era la casa. Cada vez que alguien se iba, deseaba
tener una razón para ir con ellos.

Crucé la habitación y miré hacia la casa de Gavin, al otro lado de la calle. Quería
ir allá. Cenar con Miranda y Gavin. Saludar a Tessa y Daniel. Extrañaba una casa
68
que parecía que había vida en ella.

Me dejé caer en mi silla de lectura favorita y abrí La Odisea para adelantarme a


la clase. No era mi libro favorito que había leído en la escuela, pero necesitaba más
inspiración para terminar nuestro proyecto. Decidimos pintar escenas que
representaran el viaje de Odiseo a casa en una hermosa vasija de arcilla que compró
Carolyn, la mamá de Carter. Después de pintar las escenas, iba a hacer que lo
cocieran, para que pareciera cerámica griega antigua.

El sonido extraño del timbre me hizo saltar. Revisé mi teléfono. No tenía


llamadas ni mensajes de texto perdidos, así que no estaba segura de quién era.
Mirando por la ventana, no vi un coche en el camino o en la calle. Debatí ignorarlo.
Nadie me dijo que vendrían y no quería que nadie supiera que estaba sola en casa si
era un vendedor que buscaba a mis padres.

El timbre sonó de nuevo, activando mi modo de espía. Bajé las escaleras traseras
y entré de puntillas en el comedor formal que nunca habíamos usado hacia los
ventanales que daban a la calle. Incapaz de ver la puerta, esperé a ver si la persona se
movía o se alejaba.

Otro golpe y el timbre sonó por tercera vez. Por eso quería que mi papá invirtiera
en un mejor sistema de seguridad, uno con cámaras a las que pudiera acceder.
—¿Avalon?

Jadeé. ¿Conocían mi nombre?

—¡Soy Gavin! —gritó la ahora voz familiar.

Oh. Mi cuerpo entero se relajó y caminé de mi punto donde estaba escondida


para abrir la puerta.

—Hola.

Él miró más allá de mí como si esperara que alguien más apareciera.

—¿Por qué no abrirías la puerta?

—No sabía que eras tú.

—¿Estabas esperando a alguien más?

Entró y fue directamente a la sala.

—No, no estaba esperando a nadie. Es por eso que no abrí. ¿Por qué no 69
simplemente me enviaste un mensaje de texto?

Se dejó caer en el sofá.

—No quería que me ignoraras.

Me senté a la otra orilla del sofá, pero me giré y acerqué mis rodillas hacia arriba
para verlo de frente.

—No lo haría.

—Lo has hecho —retó.

Suspiré.

—He estado ocupada.

—Sé que las cosas son incómodas contigo saliendo con Carter, pero no quiero
dejar de ser tu amigo. Ninguno de nosotros quiere eso.

El subidón en el que había estado desde que Carter se fue se desvaneció,


dejándome tocar fondo.

—Lo siento, Gavin. No sé cómo hacer felices a todos.


Me miró por un momento.

—¿Estás tú feliz?

Me encogí de hombros. Cuando estaba con Carter, sí. Estaba más que feliz.
Cuando estaba con las chicas, definitivamente. Me encantaba pasar más tiempo con
ellos. Pero cuando estaba sola y tenía que resistir la tentación de acercarme a los
chicos, estaba todo menos feliz.

—Algunas veces.

Parecía la única forma de resumir la confusión interna.

—¿De verdad? Porque me parece que la única persona en esta situación que está
obteniendo exactamente lo que quiere es Carter. Nosotros no estamos felices y,
sinceramente, no parece que tú lo estés.

Probablemente no diría eso si supiera lo que había estado haciendo unas horas
antes. Me obligué a no mirar hacia la cocina. Es posible que nunca pueda volver a
abrir el refrigerador sin sonrojarme.

—No sé qué hacer, Gavin. Todo esto es nuevo para mí. 70


—Por eso quería venir a hablar. Siento que se está aprovechando de ti.

Dejé caer mis hombros.

—¿Qué se supone que significa eso?

Levantó la mano.

—No estoy diciendo que te esté obligando a hacer algo... así. Solo quiero decir
que él sabe que no tienes mucha experiencia en lo que respecta a las relaciones, por
lo que está controlando la situación. Lo está convirtiendo en lo que él quiere.

No tenía respuesta. No era como si pudiera discutir. No tenía nada con qué
compararlo.

—¿Crees que si estuvieras saliendo con alguien más, te dirían que te mantengas
alejado de tus amigos?

Me encogí de hombros. No tenía ni idea.

—No creo que lo hagan, Avalon. Es normal tener otros amigos y relaciones fuera
de la persona con la que estás saliendo. —Suspiró—. Así es como la gente pierde a
sus amigos. Al excluir a todos los demás. Solo prestando atención a su novio o novia.
Eso no es saludable.

—¿Entonces estás diciendo que si estuviera saliendo contigo no te importaría si


salgo con Carter?

Me miró a los ojos, sin vacilar.

—Absolutamente. Confiaría en ti. Entiendo que es otra persona importante en


tu vida y disfrutas pasar tiempo con él. Nunca te haría elegir.

Aunque dejó en claro que no creía que debería pasar el rato con los chicos, Carter
no me había dado exactamente un ultimátum, todavía. ¿Por qué le hacía sentir tan
incómodo? Si Gavin estaría de acuerdo con que yo pasara tiempo con Carter, ¿por
qué no podía decir lo mismo de los chicos?

—¿Qué quieres que haga, Gavin?

—Quiero que seas feliz. Quiero asegurarme de que lo que sea que hagas, lo hagas
porque es lo que quieres.

Sabía que estaba siendo honesto. No estaba aquí para manipularme o incluso 71
hacerme sentir culpable. Estaba preocupado.

Dejé caer mi cabeza.

—Quiero ser su amiga. No quiero perderlos a ustedes, pero... tampoco quiero


perderlo a él.

Él asintió con la cabeza, luciendo abatido.

—Bien. He dicho lo que pude. Depende de ti ahora. Si le dices a Carter que


quieres pasar el rato con nosotros y él tiene un problema, eso es algo en lo que
deberías pensar.

Se puso de pie y yo salté.

—¿Te vas a ir?

—¿Qué más puedo decir?

Sus ojos suplicaron a los míos que cambiaran las cosas.

—Lo intentaré. Hablaré con él.

Puso su mano en mi hombro.


—Todavía estaremos aquí para ti, ¿de acuerdo?

Asentí con la cabeza y él se volvió y salió. Me dejé caer en el sofá y solté un


suspiro. Las relaciones eran duras y agotadoras. Tal vez fue algo bueno haber
pospuesto una durante tanto tiempo.

Ojalá pudiera llamar a Becca y desahogarme con ella. Ella era la mejor en
escuchar todos los detalles y ver las cosas desde todos los lados. Daba consejos
increíbles porque no dejaba que sus propias emociones se interpusieran en su camino.
Podía pensar las cosas de forma racional y descubrir qué hacer. Daría cualquier cosa
por tenerla de vuelta, incluso por unos minutos.

Probablemente me estaba mirando en este momento, negando con la cabeza.


Sabía que ella ya tenía la solución perfecta y estaba frustrada porque no podía
decírmelo y porque yo no lo había descubierto por mi cuenta.

72
Emily invitó a todas las chicas a arreglarnos en su casa para el baile de
bienvenida. Ordenó comida y tenía copas de champaña con sidra burbujeante
esperando para que disfrutáramos mientras nuestro cabello y maquillaje era hecho
por un equipo de profesionales que trajo.

—Esto es más de lo que estaba esperando. ¿De verdad el baile es un gran asunto?
—le pregunté a Bridgette cuando estábamos solas en una esquina, bebiendo nuestras
bebidas. Fuimos las primeras dos en estar listas, así que tuvimos la oportunidad de
relajarnos antes de que nuestras citas llegaran aquí.

—El baile de bienvenida no es nada comparado con el baile formal de invierno


o la graduación. —Negó con la cabeza—. Solo espera para que veas lo que Emily
hace para esos.

No podía imaginarme cómo podía ser más impresionante. Tal vez, ¿teniendo 73
personas para que nos arreglaran las uñas?

Como teníamos las solicitudes más fáciles para nuestros estilos, los estilistas nos
hicieron ir primero. Mi cabello largo colgaba en rizos sueltos sobre mi hombro, y mis
labios hacían juego con mi vestido. Bridgette se separó el cabello en el centro, lo
alisaron y peinaron para que colgara perfectamente detrás de sus hombros,
exponiendo su cuello y mostrando su collar de diamantes negros. Me debatí en
preguntar si las joyas eran reales, pero decidí que prefería no saber la respuesta.

Tawni se unió a nosotros con un pequeño plato de galletas. Su cabello estaba


rizado como de costumbre, pero tenía dos mechones retorcidos hacia atrás para
mantenerlos fuera de su rostro. Su maquillaje la hacía lucir radiante y bronceada por
el sol.

—¿Están emocionadas?

Asentí. El juego de bienvenida había sido un borrón de espíritu escolar. Fui con
las chicas llevando una de las camisetas de Carter y lo animé junto con todos los
demás estudiantes. La participación fue increíble y el equipo ganó. Los carros
alegóricos fueron geniales, pero como los mayores eran los únicos candidatos al rey
y la reina, no presté mucha atención.

—Estoy más emocionada por la fiesta posterior —dijo Tawni con una sonrisa.
Esa era la primera vez que escuché sobre ello.

—¿Qué fiesta posterior?

Tawni rechazó mi preocupación.

—Uno de los mayores está organizando algo pequeño en su casa.

Miré entre ellas.

—¿Cuán pequeño?

Se encogió de hombros y Bridgette respondió:

—Todos con los que he hablado van a ir.

Eso era exactamente lo que no quería escuchar.

—¿Habrá bebida?

Me sentí como un padre preguntando, pero todavía tenía ansiedad por las fiestas
grandes, especialmente cuando había una alta probabilidad de que se salieran de 74
control. La última a la que asistí terminó con la muerte de mi hermano y mejor
amiga.

—Estoy segura de que no estará mal.

Que Tawni tratara de tranquilizarme no hizo nada para calmar mis nervios.
Como si no estuviera lo suficientemente preocupada por esta noche, ahora temería
esta estúpida fiesta durante todo el baile.

Emily se unió a nosotros, su cabello en suaves ondas al estilo de Hollywood.

—Andrew me envió un mensaje de texto diciéndome que están en camino.

—Perfecto. —Tawni se terminó su comida y colocó el plato en la cajonera de


Emily—. ¿Qué tan cerca estás, Olivia?

Nos volteamos a donde ella estaba sentada en frente de una estilista.

—Casi termino.

Su cabello castaño a la altura de sus hombros estaba ondulado y despeinado que


iba bien con su apretado vestido blanco. Ella rezumaba atractivo sexual, y sabia que
Tyson iba a babear cuando la viera. El estilista congeló el look en su lugar para la
noche con una nube de laca para el cabello, luego nos echó de la habitación.
Estábamos bajando las escaleras cuando se abrió la puerta y Andrew abrió el
camino cuando los chicos entraron, se detuvieron y miraron.

Carter abrió los ojos como platos cuando me vio y me sentí como la mujer más
hermosa del mundo. Me encontré con él y lo besé en la mejilla, agradecida de que el
maquillista insistiera en un labial que no manchara.

—Hola, guapo.

Tomó mi mano y me hizo girar.

—Guau. Estás impresionante. —Me atrajo hacia él y me rodeó con sus brazos—
. No puedo creer la suerte que tengo.

Me dio un casto beso en los labios mientras la madre de Emily se apresuraba a


entrar.

—Solo quiero algunas fotos, luego los dejaré ir.

Nos colocó de la manera que quería y nos mantuvo allí durante casi cinco
minutos antes de que Emily protestara.
75
—Nos vamos a perder el baile, mamá.

—Bien, bien. Todos lucen increíbles. Diviértanse mucho esta noche. —Nos hizo
señas para que pasáramos por la puerta y me estremecí ante el frío clima otoñal. No
tenía chaqueta, ninguna de las chicas la tenía. No queríamos arruinar nuestros looks
meticulosamente planeados con abrigos. Antes parecía una buena idea, pero ahora
me estaba arrepintiendo.

—¿Quieres mi saco?

Carter ya se estaba quitando la chaqueta y me la puso sobre los hombros antes


de que pudiera protestar. Era agradable, cálido y olía a él. Tendría que pelear
conmigo al final de la noche para recuperarlo.

—Gracias.

Me besó suavemente antes de abrir la puerta.

—No estaba planeando usarlo en el baile de todos modos.

Entré en su coche, con cuidado de no resbalarme, y lo vi cruzar por delante.


Parecía un modelo con su camisa gris claro y su corbata roja.

—¿Estás lista? —preguntó después de subirse al asiento del conductor.


Asentí.

—Supongo.

Puso su mano sobre mi rodilla desnuda.

—Será divertido. Si nos aburrimos, podemos irnos y dirigirnos a la casa de Greg


temprano. Algunas personas se saltan el baile por completo —dijo con una sonrisa.

Correcto, la fiesta.

—Estoy un poco nerviosa por eso.

Me miró.

—¿Por qué?

¿No lo recordaba?

—¿La noche del accidente?

Esperaba que fuera suficiente para que hiciera clic. Sus cejas se juntaron. ¿Ni 76
siquiera lo recordaba?

»¿La noche en que murió mi hermano?

—Cierto. Por supuesto. No te preocupes. Las cosas no se salen de control así en


la casa de Greg.

Sus palabras hicieron poco por ayudar.

—¿Podemos irnos si se pone mal?

Apretó mi rodilla.

—Sí, solo avísame cuando quieras irte y te llevaré a casa.

Eso estuvo mejor. Saber que había un plan ahora me hacía sentir un poco menos
ansiosa. Si me abrumaba, se lo diría.

Nos detuvimos en el estacionamiento de la escuela y era extraño estar allí de


noche, especialmente los fines de semana. Salí y Carter me tomó de la mano mientras
caminábamos hacia el frente de la escuela para esperar al resto de nuestros amigos.
Llegaron poco después de nosotros y nos dirigimos al gimnasio en grupo.
El lugar de la tortura diaria para mí y para Emily fue transformado en un club
nocturno con luces de neón parpadeando en la oscuridad y un DJ instalado en la
parte delantera del lugar. No se podían ver las gradas ni los aros de baloncesto. Casi
podía olvidar que normalmente olía a chicos sudorosos y apestosos.

—Esto se ve increíble —dije, dirigiendo el cumplido a Emily, Tawni y Andrew.


Sabía que trabajaron duro para lograrlo.

—Gracias.

Andrew parecía orgulloso del resultado final.

Reclamamos una de las mesas que rodeaban la pista de baile. Dejé mi bolso con
el resto de las chicas y Carter me quitó la chaqueta de los hombros y la colgó en el
respaldo de una silla.

—¡Vamos a bailar!

Emily agarró la mano de Bridgette y desaparecieron entre la masa de cuerpos.

Tawni y Johnny sacaron sillas y se sentaron a la mesa, y Olivia y Tyson se


alejaron en busca de bebidas. Andrew estaba hablando con un chico al que reconocí 77
vagamente, así que me volví hacia Carter.

—¿Qué es lo que quieres hacer?

Miró a la pista de baile con aprensión.

—Podemos bailar si quieres.

Hizo que pareciera que la idea le dolía.

Estábamos aquí para bailar, al menos pensé que ese era el punto, pero tal vez
necesitaba tiempo para calentarse. Sus ojos seguían mirando a un grupo de chicos
del equipo de fútbol.

—¿Quieres ir a saludar?

Bajó la mirada hacia mí.

—¿Está segura?

—Voy a ir a buscar a Emily y Bridgette.

Pareció aliviado mientras echaba los hombros hacia atrás y se acercaba a sus
compañeros de equipo. Me dirigí en la dirección en la que habían entrado las chicas,
pero me pregunté si podría encontrarlas. Traté de no empujar a la gente, pero después
de quedar atrapada en un lugar gritando ‘perdón’ a las espaldas de extraños, me
olvidé de los modales y me abrí paso a codazos.

Finalmente, vi el cabello rubio brillante de Emily y me abrí camino hacia ellas.

—¡Ahí estás!

Tomó mi mano, sosteniéndolas sobre nuestras cabezas mientras movía sus


caderas al ritmo. Bridgette sonrió y echó su cabeza hacia atrás, viéndose más relajada
de lo que la había visto alguna vez. Evidentemente, encontré a donde pertenecían las
chicas.

Las seguí, moviéndonos y girando al ritmo de la música. Después de cerca de


una hora, estábamos cubiertas de sudor y cansadas. Luchamos hasta el borde de la
pista de baile, y prácticamente me caí en una silla libre en nuestra mesa. Andrew y
Carter estaban charlando, pero se detuvieron cuando llegamos.

—¿Divirtiéndose?

Carter me guiñó un ojo.


78
Sonreí.

—Sí, tienes que venir con nosotros.

Emily asintió con la cabeza y le envió una mirada aguda a Andrew.

—No soy muy bailarín —respondió mi cita.

Se inclinó sobre la mesa y me entregó un vaso de líquido rojo. Lo tomé y lo bebí


de un trago.

Las otras chicas bebieron las suyas igual de rápido. Ahora que paramos, me di
cuenta de lo acalorada y cansada que estaba.

—¿Cuánto tiempo más quieren quedarse? —preguntó Bridgette mientras miraba


alrededor de la mesa.

—Estoy bien para irme cuando sea —ofrecí.

Emily se encogió de hombros.

—Cuando sea.

Los chicos parecieron animarse ante la idea de irse. Andrew se puso de pie.
—Iré a cazar a los demás.

Desapareció antes de que nadie pudiera detenerlo. Quería quitarme los zapatos
de tacón alto, pero decidí esperar hasta que llegáramos a la fiesta. No me gustaría
volver a ponérmelos para caminar hasta el coche, y probablemente Carter no estaría
de acuerdo en que me llevara a cuestas.

Andrew regresó con los demás y salimos.

—Tanto trabajo para tan poco tiempo —dijo Emily mientras se apoyaba en
Andrew.

—Sabes que siempre es así. Podemos quedarnos si quieres —dijo.

Ella sacudió su cabeza.

—No, hace demasiado calor allí. Quiero quitarme los zapatos y pasar el rato.

Eso sonaba ideal en este momento. Cada paso era doloroso, y una vez que el
coche estuvo a la vista, me apresuré.

—¿Por qué estás tan ansiosa por entrar? 79


Carter se rio entre dientes mientras mantenía la puerta abierta para mí. Me
deslicé y me quité los tacones antes de suspirar e inclinarme hacia atrás.

—Es por eso.

Sacudió la cabeza mientras sonreía y cerró la puerta. La casa de Greg estaba a


solo unos minutos de la escuela, y parecía que no fuimos los únicos que
abandonamos el baile temprano. Ambos lados de la calle estaban abarrotados de
coches. Carter me dejó en el frente de la casa y se fue a estacionar, así no tendría que
caminar. Mi corazón casi estalla por lo atento que era. Cuando el coche de Andrew
se detuvo, Bridgette y Emily salieron para unirse a mí, seguidas de Tawni y Olivia.
Los chicos tardaron casi diez minutos en regresar con nosotras.

—Esto es una locura.

Johnny estaba prácticamente rebotando de emoción.

—Entremos ahí —dijo Tyson mientras tomaba la mano de Olivia. Yo los seguí
y Carter me robó la mano.
El retumbar del bajo vibró en mi pecho antes de que llegáramos al porche
delantero. Mi definición de una fiesta pequeña era muy diferente a la de Tawni.

El vestíbulo y la sala estaba abarrotada con personas de pie hombro junto a


hombro. Andrew pasó, como dividiendo el mar, creando un camino para que el resto
de nosotros llegara a las habitaciones posteriores. La casa era más pequeña que la
mía, con una cocina, comedor, y sala haciendo el plan de un área abierta. La música
era más fuerte aquí, y la habitación estaba igual de llena.

Los chicos se dirigieron a la cocina donde las bebidas estaban esperando en una
tina enorme llena de hielo.

—Esto es una locura —gritó Bridgette. Asentí y miré alrededor. Reconocí a un


puñado de personas. Arlington Park era una escuela lo suficientemente pequeña para
eso, después de algunas semanas que había estado ahí, conocía a la mayoría de las 80
personas al menos de vista.

La última fiesta a la que asistí con Emily, justo después de mudarme aquí, había
estado tranquila en comparación con esta. Al menos en esa casa, había más espacio
para que todos se dispersaran. No sentí como si fuera a ser aplastada por la multitud.
Ahora, ya me estaba sintiendo ansiosa.

—Vayamos a ver si hay alguna fogata o algún calentador afuera.

Olivia señaló las puertas francesas que daban al patio.

Emily negó con la cabeza.

—No quiero oler a humo.

Tawni agarró la mano de Olivia, y salieron. Me quedé con Emily porque no


quería apestar, y estaba demasiado frío afuera sin una chaqueta.

—Aquí tienes.

Carter me ofreció un vaso desechable con un líquido indefinido.

—¿Qué es?
Uno de sus compañeros de equipo agarró sus hombros, y lo alejó. Bridgette tomó
un sorbo e hizo una mueca, cerrando sus ojos.

—Asco.

Emily lo probó y quiso vomitar.

—Sabe como si vaciaron todo lo que tenían dentro del refrigerador dentro de un
recipiente.

Bridgette asintió.

—Y cualquier cosa que tuvieran en el gabinete de licores.

Fruncí el ceño. Carter sabía que no bebo y no estaba cómoda alrededor de este,
y ¿me dio un vaso con eso? Retrocedí y coloqué el mío en la superficie más cercana.

—¿Pondrías el mío también allí? Vayamos a buscar algo de agua o algo.

Emily me entregó su vaso, y me deshice de este.

Empujamos nuestro camino dentro de la cocina y le pedí a un tipo alto que dudé 81
todavía estuviera en la preparatoria que se moviera para poder llegar al refrigerador.
No había agua, pero encontramos algunas latas de refresco. Lo que era mejor que
nada, y una bebida fría dio en el blanco con cuán cálida estaba en la casa abarrotada.

Emily nos guio hacia una esquina que tenía menos gente, y observamos la acción
alrededor de la habitación. Su pecho se alzó y cayó con un profundo suspiro.

—¡Esto es tan tonto!

Leí sus labios y asentí. ¿Esto era lo que los chicos pensaban que era diversión?
Ni siquiera había espacio para bailar o relajarse. Todos estaban aplastados y
gritándose unos a otros. Prefiero estar en casa viendo una película o jugando un juego
de cartas. Debería haber sugerido eso antes.

Debatí seguir a Olivia y Tawni afuera. Si aún no habían regresado, debieron


haber encontrado algo que hacer. El tercer golpe en mi espalda fue mi punto de
ruptura.

—¡Voy a revisar la parte de atrás! —grité y señalé las puertas. Ambas asintieron
y yo extendí mi brazo como un machete abriendo un camino a través de la jungla de
asistentes de la fiesta.
Cuando llegué a la puerta y la abrí, el alivio se apoderó de mí. El aire fresco fue
más que bienvenido después de estar atrapada entre tantos cuerpos. Emily cerró la
puerta y el silencio me hizo suspirar.

—Esto está mucho mejor —dijo Bridgette con una pequeña sonrisa.

Había una fogata a la izquierda en el patio, pero más lejos había una piscina y
una gran sala de estar dispuesta como un mini anfiteatro. Algunas torres de metal
proporcionaban calor y me llevaron en su dirección.

—¡Ahí están! —Olivia nos saludó con la mano mientras nos acercábamos—.
Esto es mucho mejor.

Alrededor de diez personas estaban esparcidas por los escalones de piedra.


Tawni y Olivia estaban hablando con dos chicas jóvenes que reconocí.

—Siento que puedo respirar de nuevo —dijo Emily, inclinándose hacia atrás con
una mano.

—Me estaba acercando a un ataque de pánico allí. ¿Por qué a la gente le gusta
eso?
82
Tomé un sorbo de mi lata y la coloqué a mi lado.

—Ni idea. Al menos en algunas fiestas podemos bailar, pero esa ni siquiera era
una opción. Deberían haber apagado la música. —Bridgette estiró las piernas frente
a ella. Ninguno de nosotras seguíamos llevando nuestros zapatos. Era muy divertido
que gastamos tanto tiempo y dinero asegurándonos de encontrar el par perfecto, solo
para patearlos en la primera oportunidad que tuvimos.

—Podemos dejar el lugar e ir a mi casa. Podemos pasar el rato y ver una película
o algo —ofrecí, esperando que lo hicieran.

—Es mejor aquí. Los chicos no querrán irse por un tiempo —dijo Emily echando
un vistazo a la casa.

—¿Qué es lo siguiente? —pregunté.

Bridgette ladeó la cabeza.

—¿Qué quieres decir?

—Ustedes han estado hablando de este baile desde que llegué aquí. ¿Cuál es la
próxima gran cosa que esperamos?
Emily sonrió.

—Vacaciones de otoño. Tenemos una semana libre al final del mes. Mi familia
va a Costa Rica todos los años.

Mis ojos se agrandaron. Eso sonaba asombroso.

—A mis padres también les gusta ir a un lugar cálido, antes de que llegue el
invierno. El año pasado fuimos a Orlando. Era la primera vez de mi hermana
pequeña, así que fuimos a todos los parques temáticos. Fueron las vacaciones más
agotadoras de mi vida. Le dije a mi mamá que teníamos que relajarnos esta vez, así
que nos vamos a las Bahamas. Podemos sentarnos en la playa todo el día mientras
mi hermana se va con los niños al hotel. —Una sonrisa apareció en los labios de
Bridgette—. No puedo esperar.

—¿Todos suelen irse?

No me sorprendería ya que todos los que conocía en la escuela eran ricos. De


vuelta en Malibú, cuando teníamos vacaciones escolares, significaba pasar el rato en
casa y en la playa. Hicimos algunos viajes familiares, pero preferí quedarme y
disfrutar de donde vivíamos con mi mejor amiga.
83
—Sí, la familia de Tawni va a algún lugar de Centroamérica para realizar un
proyecto de servicio. Olivia se va a París con su mamá y su hermana mayor. Andrew
va a Nueva York para visitar algunas universidades. Carter, Tyson y Johnny
convencieron a sus padres para que los dejaran ir a Puerto Rico junto con algunos de
los otros muchachos del equipo. Creo que va a terminar en un desastre, pero no es
mi problema —dijo Emily encogiéndose de hombros.

Eh. Entonces pasaré una semana sola y completamente aburrida. Extrañaba


California como loca y estaba anhelando la playa, pero ya no quedaba nada para mí
ahí. Especialmente desde que mamá no era en realidad mi mamá. Dudaba que me
dejara visitarla ahora que yo sabía la verdad.

—¿A dónde vas tú? —preguntó Bridgette después de tomar un trago.

—No sabía que todos se iban durante el descanso, así que probablemente solo
esté en casa. Dudo que mi papá pueda tomarse tiempo libre ahora.

Bueno, probablemente podía, pero no lo haría.

Emily negó.
—No puedes pasar el tiempo sola. Eso suena como lo más aburrido del mundo.
¡Le preguntaré a mamá si puedes ir con nosotros a Costa Rica! La casa tiene cuatro
habitaciones, y no me importa compartir contigo.

Eso sonaba divertido.

—No quiero estorbar en tu tiempo familiar.

Ella le restó importancia a mi preocupación.

—Le recordaré a mamá que me mantendrás ocupada y fuera de su vista. Ese ha


sido su principal preocupación desde que nací. —Se rio—. Cada vez que pensamos
a donde ir, ella le pregunta a mi papá cómo me mantendrán ocupada. Además, mi
hermana está llevando a su novio, así que debería poder llevar a alguien.

No me iba a emocionar demasiado todavía. Tal vez podría convencer a mi papá


de que me dejara ir a algún lado por mi cuenta. Tenía casi dieciséis años, podía
manejar viajar sola. Quizás. Prácticamente vivía sola, entonces, ¿cuál era la
diferencia?

Si tan solo Spencer estuviera todavía aquí. Podríamos ir a algún lugar juntos, o
podría haber vuelto a visitar a Becca.
84
Me dolía el corazón por ellos. Ir a mi primer baile sin ninguno de los dos fue
difícil de aceptar. Debería estar sentada al lado de Becca. Spencer debería haber
estado en casa para advertirle a mi cita que me llevara a casa a tiempo.

Tragué el grosor de mi garganta. Ellos querrían que siguiera viviendo. Me


estaban cuidando. Tenía que aferrarme a eso.

—Hola, señoritas.

Tres chicos caminaron hacia nosotras. No los reconocía, pero claramente tenían
la mirada puesta en nosotras.

»Parece que ustedes tres necesitan compañía.

El más cercano a mí, un tipo corpulento con cabello castaño corto y ojos
vidriosos, se sentó a mi lado. Los otros dos, que parecían igualmente fuera de lugar,
se sentaron entre Emily y Bridgette, obligándolas a desplazarse para hacer espacio.

—Estamos bien, en realidad.

Traté de moverme, pero el brazo del bruto se enganchó alrededor de mi cintura


y me colocó junto a él.
—¿Cuáles son sus nombres?

El rubio de mejillas rubicundas sentado junto a Emily arrastraba las palabras.

Los ojos de Bridgette se abrieron en pánico. El chico viscoso a su lado colocó su


mano carnosa en su rodilla como si perteneciera allí.

—Encantada de conocerlos, pero tenemos que ir a reunirnos con nuestros


novios. —Traté de ponerme de pie, pero el tipo me sujetó—. Disculpa, pero deberías
quitar tu mano.

¿Por qué estaba siendo cortés? Este tipo estaba cruzando varias líneas y no tenía
que preocuparme por ofenderlo.

Empujé mi codo en su costado y salté en el segundo en que gruñó. Su otro brazo


trató de alcanzarme, pero yo estaba demasiado lejos. Se echó hacia adelante, pero
todo lo que logró hacer fue empaparme con el fuerte ponche de la cocina.

Gemí y miré mis piernas ahora cubiertas de un líquido pegajoso y marrón. Se las
arregló para evitar mi vestido, pero esa pequeña bendición se vio ensombrecida por
el hecho de que ahora apestaba a alcohol.
85
—Oh, no, Avalon. Vamos a limpiarte —casi gritó Emily.

Los chicos estaban concentrados en mí, por lo que ella y Bridgette pudieron
apresurarse fuera de su alcance antes de que pudieran reaccionar.

—Lo siento, Avalon. Déjame ayudar.

El idiota se puso de pie, pero lo empujé en el pecho para que cayera hacia atrás
en su asiento.

—No. No te acerques a mí.

Me apresuré a regresar a la casa con las chicas detrás de mí. Carter y los otros
chicos estaban donde los dejamos. Me apreté a su lado y, después de un segundo, me
miró a los ojos.

—Oye, ahí estás.

Sonrió, pero no llegó a sus ojos.

—¿Podemos irnos? —chasqueé.

Sus cejas se juntaron.


—¿Por qué? Acabamos de llegar.

No era verdad. Había pasado al menos una hora, si no más. Hice un gesto hacia
mis piernas.

—Un borracho me echó su bebida por todas partes.

—Tiene que ducharse —gritó Emily detrás de mí.

—Entonces ve a buscar un baño —dijo uno de los jugadores de fútbol—. Estoy


seguro de que Carter puede ayudarte a limpiarte.

Me guiñó un ojo y me obligué a no golpearlo. No estaba de humor. Esta fiesta


era terrible, y ahora yo estaba asquerosa y pegajosa. Carter me había dicho que solo
tenía que avisarle cuando estuviera lista para irme. Bueno, lo estaba.

Miré a Carter.

—¿Por favor? Me quiero ir.

Suspiró y se frotó la mandíbula. ¿En serio? ¿Iba a intentar que me quedara?


86
—No creo que pueda conducir todavía.

—¿Has estado bebiendo? —La ira se apoderó de mí—. Dijiste que podíamos
irnos cuando quisiera. Sabías que no me sentía cómoda viniendo.

Evitó mis ojos.

—¿No puede alguien más llevarte a casa? Creo que Andrew se marchará pronto.

Emily se cruzó de brazos.

—No, no lo hará. Sabes que una vez que empieza a hablar, está aquí durante
horas.

Carter miró a su alrededor.

—¿Tyson?

Tyson negó con la cabeza.

—No, le dije a Olivia que nos quedaríamos hasta su toque de queda.

Miré por encima del hombro a Emily y Bridgette. Estaban tan enojadas como
yo.
—Bien. Encontraré mi propio aventón. ¿Me pasas tus llaves, para poder tomar
mi bolso?

Parecía confundido.

—¿Tu qué?

—Mi bolso.

Extendí mis manos para tomar sus llaves, esperando que él viera lo seria que
estaba y cediera. O al menos ofrecerse a buscarlo por mí.

Él buscó en su bolsillo y me las entregó.

—Estoy estacionado en Maple.

Apreté mi mandíbula y empujé mi camino a través de la masa hacia la puerta


principal. No me importaba ser educada o dar disculpas. Estaba en pie de guerra y
descalza.

—¡Avalon, espera! Iremos contigo.


87
Emily corrió tras de mí. Hice una pausa lo suficiente para que me alcanzaran.

—Ni siquiera sabemos dónde se estacionó —refunfuñó Bridgette.

Emily negó con la cabeza.

—Esto es ridículo. Voy a patearle el trasero. Debería llevarte a casa.

Seguí caminando enojada en lo que esperaba que fuera hacia la dirección del
coche.

—No quiero pensar en él en este momento. Estoy a una cosa más de dejar a ese
idiota.

Si no estaban de acuerdo, no lo expresaron. Continuamos por la calle oscura


hasta el siguiente paso de peatones.

—Ahí está, ¿verdad?

Emily señaló un Mercedes plateado, pero había docenas estacionados en esta área.
Apreté el botón de bloqueo y esperé a que se iluminara. Las luces traseras rojas
parpadearon y suspiré.

—Gracias al cielo.
Cruzamos la calle para que pudiera recuperar mi pequeño bolso y mis tacones.
Saqué mi teléfono y debatí a quién llamar. Mis únicas opciones eran mi papá, Juliet
o Skyler ya que él era el único con su licencia.

No era probable que papá y Juliet respondieran a medianoche, así que me quedé
con uno.

—¿Les importaría entregarle sus llaves? Voy a esperar aquí por un aventón.

Emily se quedó helada.

—¿A quién estás llamando?

—El único amigo que puedo.

Bridgette entrecerró los ojos.

—¿Quién?

—Skyler.

Emily comenzó a negar con la cabeza, pero se detuvo cuando me sorprendió 88


fulminándola con la mirada

—No es como si tuviera un montón de opciones.

Agachó la cabeza y miró el llavero.

—¿Hola?

Afortunadamente, él no sonaba como si hubiera estado durmiendo.

—Hola, Skyler. Necesito un favor.

Hubo una pausa.

—¿Que necesitas?

—¿Puedes venir a recogerme?

Hubo un susurro.

—Sí, solo envíame un mensaje de texto donde estás.

—Gracias.
Terminé la llamada y le envié mi ubicación.

—Estará aquí en unos minutos. Ustedes pueden regresar.

—No te vamos a dejar aquí sola en medio de la noche.

Emily sonaba ofendida de que incluso pensara eso.

—Sí, solo porque los chicos están siendo unos idiotas no significa que nosotras
lo seamos.

Bridgette parecía más molesta que nunca.

89
El Jeep de Skyler llegó diez minutos después.

—Gracias por esperar conmigo.

Les di a ambas un abrazo antes de caminar hacia la puerta del pasajero.

Subí y me giré hacia Skyler. Usaba una suave camisa blanca arrugada y jeans,
viéndonos con ojos preocupados.

—¿Estás bien? ¿Qué sucedió?

Me hundí en el asiento y me coloqué el cinturón de seguridad.

—¿Puedes dirigirte a mi casa?

Comenzó a retroceder hacia la escuela.


90
—¿Qué es ese olor?

Su nariz estaba arrugada.

Casi me derrumbo y comencé a llorar.

—Mis piernas.

—¿Qué? —Sus ojos dejaron la calle el tiempo suficiente para mirarme y luego a
mi cuerpo—. ¿Qué tienes?

—Un idiota derramó su bebida sobre mí.

—Bueno, te ves hermosa, incluso si hueles a bar.

Bufé una media risa.

—Gracias, Sky.

Froté mi frente. No podía creer que la noche terminara así. Después de toda la
emoción construida, aquí estaba yo al borde de las lágrimas, cubierta por una
destilería y sin mi tan increíble cita al baile de bienvenida.
—No es que me importe ser tu brillante caballero y salvarte, ¿pero puedo
preguntar por qué lo soy? —preguntó.

Solté un suspiro.

—Me quería ir. —Señalé mis piernas—. Obviamente, quería limpiarme, pero
Carter no estaba listo para irse. Creo que bebió demasiado y además se lo estaba
pasando bien.

Él frunció el ceño.

—¿Por qué esperabas en su coche?

—Dejé mi bolso de mano y mis zapatos.

Su agarre se apretó alrededor del volante.

—¿Y no pudo ir a buscarlos por ti?

—Confía en mí. Soy muy consciente de lo idiota que es.

Él se rio entre dientes. 91


—No lo dije.

Miré por la ventana, tratando de contener la humedad de mis ojos. Carter me


decepcionó. Me decepcionó y me lastimó. Puede que no lo hubiera querido, pero
esta era mi debilidad. La única vez que lo necesité. Le recordé antes de irnos que no
me gustaban las fiestas. ¿Cómo podía beber? Sabía que no le permitiría llevarme a
casa así y me prometió que podíamos irnos.

Esta noche fue dura para mí. Estaba ansiosa y él lo sabía. Había demasiadas
similitudes con la fiesta del año pasado. Debería haberme ido antes, en el segundo
en que comencé a sentirme incómoda.

Esnifé, odiando estar perdiendo el control.

La mano de Skyler tocó mi brazo y lo alcancé. Sus dedos se entrelazaron con los
míos. No dijo nada, pero lo que necesitaba era su tranquilo consuelo. También abrió
la presa.

Una lágrima cayó, luego otra, y pronto se me llenaron las mejillas. No quería
llorar por esto. Sobre ser decepcionada.

Me limpié debajo de cada ojo, tratando de ser discreta, pero cuando la mano de
Skyler se apretó alrededor de la mía, supe que me habían atrapado.
—Lo siento, Avalon. —Se aclaró la garganta—. Lamento que te haya
defraudado.

¿Cómo lo supo? No era tanto la fiesta o mis piernas pegajosas. Carter rompió mi
confianza. ¿Cómo podía creer que se preocupaba por mí cuando no me escuchaba?
No apreció lo difícil que era para mí estar en esa situación, a pesar de que se lo dije.

Llegamos a mi casa antes de que estuviera lista para salir. Skyler apagó el motor
y tiró de mi mano.

—¿Quieres que entre?

Su tono amable me hizo sentir aún más culpable. A pesar de que prácticamente
lo ignoré y lo evité toda la semana, apareció. Respondió a mi llamada y vino a
buscarme, ¿y estaba dispuesto a quedarse conmigo ahora?

—¿Por qué no estás enojado conmigo? —pregunté en voz baja.

No merecía su amabilidad. No me merecía todo lo que hizo por mí esta noche.

—Nunca estuve enojado, Avalon. Estaba confundido y herido, pero eso no


cambió el hecho de que eres mi amiga y me preocupo por ti. Quiero que seas feliz. 92
Eso es todo. Si estar con Carter y mantenerte alejada de mí y del resto de los chicos
te hacía feliz, entonces estaba bien con eso. —Hizo una pausa y me encontré con su
mirada pesada—. Pero no eres feliz, ¿verdad?

Negué con la cabeza, incapaz de pronunciar las palabras. Las lágrimas brotaron
y un sollozo brotó de mi garganta.

—Avalon. —Su voz era gentil y se estiró a través de la consola para abrazarme—
. Déjame llevarte adentro, ¿de acuerdo?

Asentí en su pecho. Su calidez desapareció cuando salió y se apresuró a abrir mi


puerta. Me ofreció su mano para ayudarme a bajar. Pasó un brazo por encima de mi
hombro y nos condujo hasta la puerta principal. Luché por meter la llave en la
cerradura, así que me la quitó y nos hizo entrar y salir del frío.

—Vamos.

Me guio escaleras arriba y pasillo abajo hasta mi habitación. Tomó mis zapatos
y el bolso, y los dejó antes de poner su mano en mi hombro y llevarnos al baño.

Desapareció en mi armario y salió un minuto después con una de las viejas


camisetas de mi papá con la que me gustaba dormir y unos pantalones cortos de
algodón.
Las lágrimas no cesaban. Quería entumecerme, pero no podía dejar de llorar.
Mis hombros se agitaban con mis sollozos ahogados. Quería apagarlo todo. No
quería sentir nada en este momento.

—Aquí.

Se inclinó y sostuvo los pantalones cortos frente a mí. Entré en ellos, agradecida
de que estuviera pensando en mí. Sus manos las deslizaron hacia arriba, deteniéndose
justo debajo de mi trasero. Metí la mano debajo de mi vestido y me los puse por las
caderas.

—No quiero que arruines ese vestido. ¿Lo podemos quitar? —La camiseta
grande estaba en sus manos y asentí. Me giró para mirar hacia mi armario y bajó la
cremallera. Sentí sus manos congelarse cuando mi espalda quedó expuesta. No
llevaba sujetador ya que el vestido habría mostrado uno—. Cerraré los ojos. Solo
sacate esto.

Deslicé mis brazos de los finos tirantes y el vestido se amontonó a mis pies. Tomé
la camiseta de su mano extendida y me la puse.

—Puedes abrir los ojos.


93
Pasó a mi lado y fue a la bañera para abrir el grifo, luego regresó y recogió el
vestido del suelo. Entró en el armario y lo colgó con cuidado. Cuando regresó, me
tomó de la mano y me condujo hacia el costado de la bañera. Entré y me senté en el
borde mirando el agua clara.

Se enrolló la parte inferior de sus jeans antes de entrar y sentarse frente a mí. Sin
hablar, tomó una botella de gel de baño y una toallita limpia del estante contiguo a
nosotros. Mojó la tela en el agua tibia y luego la enjabonó antes de alcanzar mi
pierna. La levantó y, con un ligero toque, lavó los restos de la bebida. Después de
repetir el proceso en mi otra pierna, examinó mi cuerpo, asintió una vez y cerró el
agua.

Mi llanto se había reducido a lágrimas silenciosas, pero ahora todo mi cuerpo


dolía. Skyler me secó las piernas y luego me ayudó a salir de la bañera y regresar a
mi habitación. Retiró las mantas de mi cama y me instó a que me acostara.

Esperaba que se fuera, pero dio la vuelta y se subió detrás de mí. Su brazo
descansaba sobre mi cintura y tomó mis manos entre las suyas. Me eché hacia atrás
hasta que me acurruqué contra él y finalmente me relajé.

—Lo siento, Avalon.

Esnifé.
—No puedes sentirlo. Tú eres el que me salvó.

—Odio verte así. Me está rompiendo el corazón.

El mío también se estaba rompiendo. Me sentía tan tonta. Confié en Carter.


Sentía algo por él. Pensé que se preocupaba por mí.

—Esta semana fue muy dura. Quería hablar contigo, pero no quería molestarte
o causar problemas contigo y Carter. Te extrañé.

Metí su mano en mi pecho.

—Yo también te extrañé.

Rodeada por su calidez, comodidad y aroma a sándalo, me quedé dormida.

La música tan fuerte que hacía que me dolieran los oídos hacía imposible escuchar lo que
decía Becca. Señalaba detrás de ella e imitaba algo, pero no entendí.

—¿Qué? —pregunté.

Ella se sintió frustrada y volvió a imitar. 94


Negué con la cabeza y tomé su mano. Tendría que mostrarme de qué estaba hablando. Sus
ojos cayeron y se apartó de mí. Mi mano colgó entre nosotras y ella se movió fuera de mi alcance,
fusionándose con la multitud detrás de ella. Traté de seguirla. Una pared de cuerpos me
bloqueó. ¿A dónde fue? Traté de mirar por encima de sus hombros. No podía estar lejos.

Levanté las manos y empujé, inclinando mi peso para atravesar la multitud. Finalmente,
tropecé y miré a mi alrededor. Estaba afuera. La música venía detrás de mí y el patio delantero
estaba lleno de vasos desechables y gente que no reconocía.

¿Dónde estábamos? Miré hacia la casa, pero no me resultaba familiar.

Becca. Tenía que encontrarla. Corrí a través del patio, empujando a la gente que se
interponía en mi camino. Nunca me miraron. Nunca se quejaron mientras pasaba junto a ellos.

Llegué a la acera y miré a ambos lados de la calle. Ella no estaba aquí. Volví a mirar la
casa, pero ahora estaba vacía. ¿A dónde se habían ido todos? ¿Dónde estaban las personas que
acababa de ver? La música se había ido, dejando la noche inquietantemente silenciosa.

—¿Becca? —grité y esperé. Ella tenía que estar cerca. No me habría dejado—. ¡Becca!

Un coche condujo por el frente de la casa y la ventana descendió. Spencer me miró con ceño
fruncido decepcionado.
—Avalon, te dije que no salieras esta noche.

Me moví hacia el coche y me asomé dentro. Becca estaba en el asiento trasero. Ella me
saludó cuando me vio.

—Mira, Spencer vino por nosotras.

Alivió me invadió. Ella estaba bien.

—Entra. Te llevaré a casa.

Me apresuré a subirme al asiento del pasajero.

—Gracias por venir, Spencer. Sé que nos advertiste, pero pensamos que nuestros amigos
iban a pasar el rato con nosotras.

Él negó con su cabeza.

—Estas fiestas siempre se salen de control. Solo prométeme que no irás a otra.

—No lo haremos.
95
Miré hacia atrás, a Becca, y ella estuvo de acuerdo.

—Jamás quiero volver a ir a una fiesta. Había demasiada gente, y era tan ruidoso. Creo
que deberíamos apegarnos a las noches de películas.

Sonreí.

—También lo creo.

—Suena bien por mí. Dormiré mejor en la universidad sabiendo que ustedes dos no se
están metiendo en problemas —dijo Spencer con una sonrisa.

Becca se inclinó hacia adelante.

—No te preocupes, Spence. Aprendimos nuestra lección. Seremos las estudiantes de


secundaria más aburridas de la historia desde ahora.

Ella me guiñó y se recargó.

Sonreí y observé a Spencer por un segundo.

—Gracias de nuevo por recogernos. ¿Prometes no decirle a mamá ni a papá?

Junté mis manos y pestañeé.


Él me miró y se rio.

—No diré nada mientras ustedes mantengan su promesa.

Asentí.

—Eres el mejor.

Casi estábamos en la casa. Podríamos colarnos dentro, y Becca y yo podríamos quedarnos


despiertas viendo la nueva película de comedia romántica que hemos estado esperando. Eso es
lo que deberíamos haber hecho en primer lugar.

Luces brillantes me cegaron viniendo directamente hacia nosotros.

—¡Spencer! —grité justo cuando la explosión de metal contra metal me ensordeció. Mi


cabeza golpeó la ventana y un estallido de luz brillante se expandió a mi alrededor. Me
estremecí. El ruido y el movimiento se detuvo.

Miré alrededor. Yo estaba bien.

¡Spencer! Intenté de girar mi cabeza, pero dolía tanto.


96
—¡Spencer!

Luché a través de este e intenté ver a Becca.

—¿Becca? ¡Becca! ¿Estás bien?

Silencio.

Rojo.

—¡No!

»¡No! —grité. Mi garganta se sentía en carne viva—. ¡No!

Saqué las palabras, apenas capaz de hacer un sonido.

—Avalon, despierta.

Me sacudí y abrí mis ojos. Estaba afuera. El cielo estaba negro. La luz de la calle
por la casa de Gavin era la única luz. Miré alrededor y me di cuenta que estaba en
medio de la calle.

—Avalon. —Una voz con pánico sonó detrás de mí. Alguien me estaba
sosteniendo alrededor de mi estómago.
Mi respiración era superficial y traté de calmarme.

—Avalon, estás a salvo. Te tengo.

Conocía esa voz. Cerré los ojos y traté de concentrarme. ¿Por qué estaba afuera?
¿Como llegué aquí? ¿Por qué me sostenía Gavin?

—¿Qué pasó?

¿Por qué sonaba mi voz como si hubiera pasado la noche gritando en un


concierto?

—Estabas sonámbula.

Gavin deslizó su brazo alrededor de mi estómago y tomó mi mano, guiándome


de regreso a mi casa. Lo seguí adentro y subí las escaleras. ¿Por qué no recuerdo
haber salido? Enfócate. ¿Qué era lo último que recordaba?

Entramos en mi habitación y me quedé paralizada cuando vi a Skyler durmiendo


en mi cama.

La noche anterior regresó apresuradamente. El baile, la fiesta, una bebida que 97


me fue lanzada, Carter negándose a llevarme a casa, Skyler viniendo a buscarme. Me
ayudó a limpiarme. Nos quedamos dormidos.

Gavin hizo una pausa.

—Ah. ¿Qué está haciendo aquí?

Me froté los ojos y me encogí. No me quité el maquillaje antes de acostarme.


Probablemente ahora estaba manchado por toda mi cara. Entré en mi baño y suspiré.
El rímel corría por mis mejillas, evidencia de mi colapso. Agarré un paño
desmaquillador y me limpié la cara.

Cuando regresé a mi habitación, Gavin y Skyler estaban sentados en el borde de


la cama, esperándome.
No sabía que decir. Skyler se veía tan confundido como yo me sentía de estar
despierta. Pasó su mano por su cara y cabello, pero hizo poco por aplacar los
mechones de cabello que iban hacia todas direcciones.

—¿Qué sucedió, Avalon? —preguntó con voz adormilada.

Miré a Gavin.

—No estoy segura.

Gavin se puso de pie y señaló entre mí y su amigo.

—¿Qué está sucediendo?

Suspiré.
98
—Tuve una noche realmente espeluznante. Skyler vino y me recogió de una
fiesta y me trajo a casa. Debemos habernos quedado dormidos.

Skyler asintió, escondiendo un bostezo detrás de su mano.

Gavin sacudió su cabeza.

—Podemos discutir que significa eso después.

—¿A dónde fuiste? —me preguntó Skyler.

—La vi parada en medio de la calle, llorando y gritando.

Jadeé.

—¿De verdad?

Asintió.

—Estaba despierto estudiando…

—Son las tres de la madrugada, amigo. —Skyler frunció el ceño con disgusto.
—No podía dormir. —Gavin entrecerró sus ojos hacia él antes de continuar—.
Pensé que había escuchado a alguien gritar, así que miré hacia afuera por la ventana
y te vi. Corrí afuera e intenté hacer que te movieras, pero estabas congelada, gritando
‘no’ una y otra vez.

Caí en la cama junto a Skyler.

—Estaba teniendo una pesadilla.

—¿La misma? —preguntó Gavin.

—Sí, pero esta vez estaba en la fiesta de antes. Normalmente comienza cuando
estoy en el coche.

—¿Has caminado dormida antes? —Skyler me observó con preocupación en sus


ojos.

—No lo creo.

—Me pregunto por qué lo hiciste esta noche —dijo Gavin casi para sí mismo.

—Probablemente fue la fiesta. Debe haber traído de vuelta viejos recuerdos o 99


emociones.

La mirada preocupada de Skyler se sintió pesada.

Sus palabras se hundieron, y sabía que tenía razón. Me sentí de la misma forma
anoche que hace un año. Abrumada, indefensa, con pánico. Estaba bien cuando
estaba sentada con Emily y Bridgette, pero esos estúpidos chicos lo arruinaron.
Entonces, sin era capaz de moverme en la casa, y me sentí atrapada cuando Carter
no me traería a casa.

—¿Qué sucedió en la fiesta?

La voz de Gavin interrumpió mis pensamientos, pero Skyler ya le estaba


contestando. Repitió lo que le dije mientras yo luchaba con los recuerdos queriendo
resurgir.

—¿Él no te traería a casa?

La voz de Gavin tenía una ira que nunca había escuchado en él antes.

—No, había estado bebiendo y no quería irse todavía.

—Eso es inexcusable.
No estaba en desacuerdo.

—Realmente lo siento, Avalon.

Los hombros de Gavin se hundieron.

—¿Por qué? —Él no estaba involucrado en el desastre en el que se había


convertido esta noche. No quería pensar sobre lo que podría haber pasado si me
quedaba mucho más tiempo en la calle—. Salvaste mi vida.

—Siento que tu noche no haya resultado como esperabas. Siento que Carter haya
sido tan idiota. Te mereces algo mucho mejor. Siento que tengas estas pesadillas.
Siento haberte asustado cuando te desperté.

Lo interrumpí antes de que pudiera continuar.

—Nada de eso tuvo que ver contigo. No puedo creer que Skyler haya ido a
recogerme, y tú saliste y me tuviste después de la forma en que los traté esta semana.
Soy yo la que lo siente.

Gavin se acercó a mi con su mano estirada. Coloqué la mía en la suya y las miré.
100
—Va a tomar mucho más que una semana difícil para deshacerte de nosotros.
Eres nuestra amiga, sin importar qué.

Esnifé, lo último que necesitaba eran más lágrimas, pero no podía evitarlo.
Todavía había mucho que procesar de las pasadas últimas horas. ¿Carter y yo
habíamos terminado? Él probablemente ni siquiera se haya dado cuenta de cuan
herida estaba. No podía soportar la idea de él llamándome en la mañana y fingir que
todo estaba bien.

—Sé que a ustedes no les cae bien, pero realmente a mí sí. Pensé que era mucho
mejor que lo que me mostró anoche.

—Esperaba que él fuera mucho mejor para ti, también. Pensé que él era lo
suficientemente inteligente para darse cuenta de lo afortunado que era —dijo Skyler,
negando con su cabeza.

Envolví mi brazo alrededor de su hombro y tiré de Gavin con mi otra mano hasta
que estábamos envueltos en un abrazo grupal.

—Gracias, chicos.

Skyler besó la cima de mi cabeza y se cayó hacia atrás.


—¿Ahora podemos volver a dormir?

Gavin asintió y tiró de las mantas. Me subí. Skyler se movió al lado más lejano
de la cama, así que tenía mucho espacio. Coloqué mi cabeza en la almohada, pero
Gavin me hizo señas para que me moviera. Me deslicé hasta que estaba en medio y
me congelé cuando él subió. Apagó la lámpara y la oscuridad cayó sobre la
habitación.

—¿Te vas a quedar?

No quería revelar cuan emocionada estaba. Asumí que él regresaría a casa, pero
sabiendo que él estaría conmigo esta noche me trajo más comodidad de la que sabía
necesitaba.

Él se volteó, y apenas podía distinguir sus facciones por la tenue luz entrando
por las cortinas.

—No quiero que seas capaz de salirte de la cama de nuevo sin que lo notemos.

—Gracias.

Sonrió y recorrió sus dedos por mi mejilla, luego por mi mandíbula. 101
—Buenas noches, Avalon.

—Buenas noches.

Él dejó caer su mano entre nosotros y cerró sus ojos.

s
—Mi mamá quiere que vengas a eso de las once —anunció Gavin desde su lugar
en la estufa. Él estaba preparando panqueques para mí y Skyler mientras nosotros
nos relajábamos en el sofá viendo repeticiones de comedia de situación adolescente
de los noventa.

Skyler se giró y descansó su codo detrás de mí.

—¿Para qué?

—La Sociedad tomó una decisión.


Su respuesta fue críptica, pero fue suficiente para poner a Skyler sobre sus pies.

Se apuró dentro de la cocina.

—¿De verdad? ¿Sabes qué es?

Los observé, tan curiosa como Skyler.

—No, tendremos que esperar hasta que todos estén juntos. —Gavin me miró—
. Mi mamá dijo que no pudo localizar a tu papá. ¿Sabes dónde está?

Casi me reí, pero me controlé.

—No, intentaré llamarlo.

Mi teléfono estaba junto a mí. Había estado en silencio toda la mañana. Estaba
esperando a que Carter me llamara para saber de mí y ver si había llegado bien a casa
o para disculparse. Cualquier cosa, en realidad. ¿Cómo pudo dejarme sola y no
molestarse en saber si estaba a salvo?

Alejé mi frustración y llamé a mi papá. Timbró varias veces antes de ir al correo


de voz, así que le envié un mensaje de texto pidiéndole que me regresara la llamada. 102
Entonces, le mandé un mensaje de texto a Juliet preguntándole si sabía donde estaba
él. Me sentí mal por contactarla en un sábado, pero sabía el horario de papá mejor
que él mismo.

—Tengo unos listos, Avalon.

Gavin extendió un plato con una pequeña pila de panqueques.

Skyler los miró fijamente como si no hubiera comido en días.

—Sky, ¿por qué no te comes esos? Estoy intentando localizar a la asistente de mi


papá —dije.

Él ni siquiera dudó antes de deslizar el plato hacia él y ponerle miel de maple.


Gavin negó con su cabeza y regresó al sartén.

La pantalla se iluminó con el nombre de papá. Contesté y caminé por el pasillo.

—Hola, papá.

—Hola, cariño. Disculpa que me haya perdido tus llamadas. —Apenas podía
escucharlo por el ruido en el fondo—. ¿Cómo estuvo el baile de bienvenida?

Lo escuché hablar con alguien más y esperé.


—Estuvo bien. —No quería entrar en detalles mientras él estaba distraído. Sabía
que solo lo tendría por unos pocos minutos mientras estaba con otras personas—. De
hecho, Tessa dijo que la Sociedad…

—Lo siento. Apenas puedo escucharte. ¿Todo está bien?

Suspiré. Podía contarle sobre lo que sucedió en la reunión más tarde.

—Sí, está bien. Solo reportándome.

—Está bien. Tengo que irme, pero déjame saber si necesitas cualquier cosa y me
aseguraré que Juliet se encargue. Estaré pronto en casa. Te amo.

—Te amo.

Colgó antes de que pudiera decir algo más. Regresé a la cocina y llamé la
atención de ambos.

—Mi papá no vendrá hoy. Está en Los Ángeles.

Gavin deslizó tres panqueques más en un plato y me los ofreció. Los acepté con
una sonrisa y me senté en el taburete junto a Skyler. Me sonrió con sus mejillas 103
hinchadas con comida.

Gavin negó con su cabeza antes de enfrentarme.

—Eso es muy malo, pero podemos ponerlo al corriente cuando regrese.

Asentí y tomé mi primer bocado.

—Mmmm. Estos son impresionantes.

Sonrió sobre su hombro.

—Miranda me enseñó como prepararlos cuando tenía como cuatro o cinco años.
Fue lo primero que aprendí a cocinar.

Skyler masticó vigorosamente.

—Sí, él ni siquiera quema el primer lote. Yo lo hago cada vez. Nunca puedo
averiguar cuán alto comenzar el calor.

—Eso es porque eres impaciente. Bajo y lento, ese es el secreto —contestó


nuestro chef.
Continué comiendo mientras discutían técnicas apropiadas. Nunca le diré a mi
papá, pero estos eran incluso mejores que los suyos. Gavin hizo media docena más
antes de sentarse con nosotros.

Apuñalé mi último bocado.

—¿Quién más está viniendo hoy?

—El resto de los chicos, y la mayoría de los padres.

—¿De verdad? —Miré a Skyler—. ¿Tus padres están viniendo?

Asintió.

—Mis papás lo harán.

Dudé, queriendo preguntar sobre eso pero decidí que podía esperar.

—Voy a ir a casa para ducharme y cambiarme. Los veré en un rato.

Llevó su plato al fregadero antes de enjuagarlo y colocarlo en el lavavajillas.


Estaba sorprendida, pero Gavin se inclinó hacia adelante. 104
—Miranda nos hace limpiar nuestros platos. Es un hábito ahora.

Sonreí.

—Bien por ella.

Se rio.

—Sí, todos nuestros padres estaban muy agradecidos. Ella retuvo todos nuestros
postres hasta que lo hicimos sin que nos lo pidieran por una semana.

—¿Cuántos años tenían?

—Como seis años. No estábamos interesados en limpiar, para nada, pero una
vez que las golosinas no estaban, supimos que ella hablaba en serio.

—Mujer inteligente.

—Sí, ella es bastante genial. —Gavin terminó de comer luego revisó la hora sobre
el horno—. Será mejor que también vaya a ducharme.

Se puso de pie y cogió su plato, siguiendo tras Skyler, luego se movió para agarrar
el sartén y el tazón de la masa.
—Oh, no. El chef no limpia. —Lo golpeé con mi cadera contra la suya para
moverlo del fregadero—. Tengo esto. Gracias por alimentarme.

Me miró como si estuviera considerando pelear conmigo, pero cedió.

—Bien, de nada. Te veré en un rato.

—Nos vemos.

Salió y escuché que la puerta se cerró. Una vez que terminé de limpiar, me dirigí
a mi habitación de vuelta para alistarme. Tuve que lavarme dos veces mi cabello
antes de poder sacar toda la laca y productos de la noche anterior, pero se sintió bien
borrar la evidencia remanente. Quería lavar la noche fuera de mi cabeza también. Al
menos terminó mejor de lo esperado. Teniendo a Sky y a Gavin alrededor evitando
que girara en otra fiesta de lástima.

Me vestí con unos jeans oscuros y un ligero suéter color esmeralda. Trencé mi
cabello sobre mi hombro y me coloqué unas botas hasta el tobillo antes de dirigirme
abajo. Mi abrigo estaba colgando al final de las escaleras, y me lo coloqué antes de
meter mi teléfono en uno de los bolsillos y dirigirme a casa de Gavin.

Eran diez minutos temprano, pero no quería caminar ante varios pares de ojos
105
observándome. Preferiría estar ahí y ver a cada grupo mientras entraban. La puerta
se abrió mientras me acercaba. Tessa me estaba esperando, viéndose elegante en un
traje de pantalón blanco. Su cabello estaba liso y suelto. Se veía demasiado arreglada
para un domingo en la mañana.

—Hola, dulzura.

Ella me dio un abrazo inesperado y a pesar de que intenté relajarme, me puso en


guardia.

—Hola, Tessa.

Miré más allá de ella a la sala formal donde nos sentamos la semana pasada.
Gavin y Daniel eran los únicos esperando.

—Gavin me dijo que tuviste una noche difícil. ¿Estás bien? —preguntó.

No estaba exactamente segura que le dijo él, así que solo asentí.

—¿Nunca antes has caminado dormida?

Oh, eso. De alguna forma eso estaba en la parte baja de mi lista de eventos
desafortunados de todo lo que sucedió.
—No, no que haya sabido. Al menos, mi familia nunca me dijo que lo hice.

Ella asintió y me llevó a donde estaba Gavin sentado.

—¿Quieres algo de beber? Miranda está haciendo el almuerzo, pero no estará


listo en un rato.

—No, estoy bien. Gracias.

Quería que esto comenzara y esperaba obtener algunas respuestas.

Noah entró con Stanley, Wes, y Mandy. Escaneó la habitación antes de que sus
ojos aterrizaran en mí. Él se dejó caer en el sofá junto a mí.

—¿Estás bien?

Su tono bajo sostuvo más preocupación de la que esperaba.

Mordí mi labio inferior y asentí. ¿Cuántas veces me iban a preguntar eso esta
mañana?

—Si quieres que le patee el trasero, solo dilo —dijo. 106


Cubrí mi sonrisa con mi mano, y él guiñó.

Skyler llegó con tres hombres quienes inmediatamente comenzaron a platicar


con los otros adultos. Él se sentó junto a Noah y pasó sus dedos a través del frente de
su cabello todavía mojado.

—¿Por qué siempre siento como si estuviéramos en problemas cuando tenemos


reuniones como esta?

—Porque normalmente lo estamos —contestó Noah.

—No hemos hecho nada que merezca la pena una reunión de la Sociedad en…
—Hizo una pausa, sopesando—…meses. Está bien, desde que la escuela comenzó.

Gavin negó con su cabeza.

—Desde que encendiste los fuegos artificiales en el patio de tu vecino y nos


culpaste.

Skyler se rio.

—Oh, sí.
Miré entre ellos.

—¿Por qué los culpaste también?

—Porque no quería que me castigaran a mí solo —dijo como si fuera


completamente razonable.

—¡Eso es horrible!

Me reí ante su encogimiento de hombros casual.

Noah se rio.

—Hemos estado haciendo eso entre nosotros desde que éramos niños. Nuestros
padres solamente han aceptado que es todos para uno y uno para todos. Lo juro me
he metido en problemas incluso cuando mis padres saben que estaba en casa a la hora
del crimen. Están acostumbrados a compartir la disciplina.

Tocaron a la puerta antes de que se abriera, y Vince y Luca entraran juntos,


seguidos por una pareja intimidante. La mujer usaba un vestido negro ceñido con
labial rojo y su cabello rubio estirado en un moño severo. Su piel estaba
completamente libre de arrugas, pero para juzgar su falta de reacción a la habitación 107
en frente de ella, asumí que estaba congelada de esa forma. El hombre era entre cano
y estaba usando un traje perfectamente confeccionado a su alto y delgado cuerpo. La
pareja no habló entre sí, y tan pronto como pasaron el vestíbulo, se separaron en
direcciones opuestas.

—Ah, los Castello han llegado —murmuró Noah en voz baja.

Así que estos eran los padres de Luca. Ahora, entendía de donde obtuvo su
intimidación. Ninguno de sus padres gritaba ser del tipo cálido y acogedor.

Los chicos se acercaron y se sentaron con nosotros mientras los adultos


terminaban su conversación y se dispersaban por la habitación. Los padres de Noah
y Gavin volvieron a sentarse en el sofá frente a nosotros, mientras que los padres de
Skyler se sentaron en taburetes detrás de ellos. Los padres de Luca se sentaron en
ambos extremos de la habitación en sillas que fueron arrastradas desde el estudio.

Daniel convocó la reunión.

—Gracias a todos por venir. Todos conocemos la situación actual de Avalon y


la decisión de la Sociedad. Canciller Castello, le agradecemos que presida esta
reunión. —Daniel se apartó del padre de Luca y se dirigió a mí—. La Sociedad de
Hechiceros es una organización global con líderes regionales. El canciller Castello es
el jefe de la división de América del Norte, pero aceptó ser el representante designado
ya que eres amiga de Luca. Pensamos que te sentirías más cómoda con las personas
que conocías en lugar de traer al director de la sección de Illinois.

El aire de autoridad que los Castello arrojaban tenía mucho más sentido. Eran
importantes, realmente importantes, en la Sociedad. Supuse que era un honor que él
estuviera aquí, especialmente porque yo no era nadie.

—Muchas gracias —Hice una pausa—, Canciller.

Recibí un solo asentimiento en respuesta antes de que Daniel continuara:

—Avalon, tus resultados de ADN y antecedentes se compartieron con la


Sociedad, y se ha determinado que tienes derecho a convertirte en miembro.

Eché un vistazo a la habitación. Tessa y Mandy parecían emocionales a


diferencia de los hombres. La Sra. Castello parecía que preferiría estar en cualquier
lugar menos aquí.

Daniel se sentó y el Canciller se puso de pie.

—Srta. Bradley, como único miembro vivo de la familia Bates, eres la heredera
de su puesto. 108
Luché contra la urgencia de evadir la mirada preocupada del Canciller Castello.
No sabía que significaba todo esto o si podía solo esperar que me lo explicara sin
tener que preguntar. Tenía la sensación de que cualquier demostración de ignorancia
pondría a prueba su aparentemente débil paciencia.

—Eso significa que tendrás un asiento en el consejo de la sección local cuando


seas mayor de edad —dijo Tessa con una sonrisa brillante.

¿Entonces podría asistir a las reuniones de la Sociedad? Parecía que incluso


podría obtener un voto u opinión dentro del consejo. No es que supiera qué hacer
con esa información. Le sonreí para darle las gracias y miré al padre de Luca.

—La Sociedad de Hechiceros existe desde hace casi mil años. Somos el poder
gobernante de aquellos con…—Hizo una pausa como si considerara sus palabras
cuidadosamente—…ciertas habilidades. 109
Mis cejas se alzaron. Lo hacía sonar como si tuvieran superpoderes o algo así.
¿Por qué me dejaron entrar? No tenía ninguna habilidad extra. Era aburrida. Normal.
Nada especial en absoluto.

—¿Has escuchado ‘Scientia Potentia Est’?

Asentí con la cabeza, agradecida de no parecer completamente ignorante frente


al grupo.

—El conocimiento es poder.

Asintió una vez.

—El propósito de la Sociedad es obtener conocimiento. Usamos nuestras


habilidades para recopilar información y reportarla.

Bueno, eso era irritantemente vago. Estaba tratando de seguirlo, pero cada cosa
que me decía me confundía más.

—Padre, ¿puedo? —intervino Luca.

El canciller estuvo de acuerdo y se sentó. Luca se volvió hacia mí, luciendo tan
serio como siempre.
—La Sociedad trabaja junto con los gobiernos locales y las fuerzas del orden.
Permanecemos en secreto debido a la naturaleza de nuestras habilidades, no todos
aceptan a los que son diferentes.

Lo entendía. La gente tendía a obsesionarse con lo inusual o echarlo fuera.

»Así que trabajamos en la zona gris que las otras organizaciones no pueden.
Recibimos solicitudes de ellos para obtener más información o pruebas, y las
secciones las asignan a los miembros según sus habilidades. —Miró a su padre antes
de continuar—. Al igual que Sophie, solo salía con ella para obtener información
sobre el negocio de su padre.

Me estremecí. Me dijo que la ayudó a salir de una mala relación y a alejarse del
negocio familiar de su ex. Oh, el negocio en el que su padre quedó atrapado.

»Sabíamos que estaban haciendo algo ilegal, así que me pidieron que me acercara
a ella. La ayudé a alejarse de Marco porque estaba en peligro, pero me quedé con
ella para poder obtener más información.

Asentí y miré a Gavin.

—¿Tu relación con Gemma fue real?


110
Ellos terminaron antes de que yo me mudara aquí, o al menos él dijo que lo
hicieron.

Él negó con la cabeza.

—No, se me pidió que consiguiera información sobre su tío. Desapareció antes


de su juicio, y la policía pensaba que su familia estaba ayudándolo a esconderlo.

Jadeé.

—¿Hablas en serio?

—Sí, ellos tenían razón. Obtuve evidencia, la entregué y terminé con ella, pero
no era exactamente fácil despegarse de ella.

Noah soltó una risa.

—Ella era extremadamente apegada.

Froté mi cara.

—Así que ustedes, chicos trabajan con la Sociedad. ¿Qué habilidades tienen?
—Normalmente no los obtenemos hasta que cumplimos dieciséis años —
comenzó Gavin, pero Vince lo interrumpió.

—Hay circunstancias extenuantes en cuales nuestros cuerpos los liberan antes.


—Sostuvo mi mirada—. El año pasado, mi papá comenzó a ponerse más violento.
Las cosas se volvieron físicas, y terminé con algunas costillas rotas. La siguiente vez
que vino a mí, era de repente más fuerte de lo que había sido alguna vez. Más fuerte
de lo que debería ser posible.

Cerré mis ojos e intenté no enloquecer.

—Entonces, ¿tienes como superfuerza?

Las palabras sonaron absolutamente ridículas, y esperé a que todos comenzaran


a reírse, pero no lo hicieron. Vince solo asintió.

—Sí, esa es mi habilidad.

Parpadeé y miré fijamente la alfombra gris, intentando de luchar contra los


pensamientos que asaltaban mi cerebro y la sensación de temblor en mi estómago. Si
no lo conociera y no confiara en él, asumiría que estaba loco e inestable.
111
Se puso de pie y se trasladó a la silla donde el padre de Skyler, Chris, estaba
sentado en un taburete. Se puso en cuclillas unos centímetros y tomó el taburete con
un brazo. Me reí de la expresión de sorpresa de Chris mientras se elevaba varios pies
en el aire. Vince lo bajó e hizo una pequeña reverencia.

—Eso es increíble —dije efusivamente.

—Yo puedo saber cuando alguien está mintiendo —ofreció Skyler.

Mis ojos se clavaron en los suyos.

—¿Qué?

—Esa es mi habilidad. Tengo esta sensación de opresión en el pecho cuando


alguien miente.

Bueno, era bueno saberlo. Traté de recordar nuestras conversaciones. No


pensaba que nunca le había mentido a propósito, pero ahora, sabía que nunca debería
intentarlo.

—Mi segundo nombre es Christian, nunca he practicado paracaidismo y mi libro


favorito es Frankenstien —soltó Stanley.
Skyler sonrió.

—Nunca has hecho paracaidismo.

Miré entre los dos.

—¿Está bien?

Stanley asintió.

—¿Y no lo sabías ya? —le pregunté a Skyler. Sacudió la cabeza—. Asombroso.

—Creemos que tu habilidad es crear una barrera o escudo para protegerte —


ofreció Mandy gentilmente como si no quisiera asustarme.

Fruncí el ceño.

—¿Eso es lo que crees que era la cosa reluciente?

Tessa asintió.

—Ese era tu poder protegiéndote. 112


Era loco. Cosas así no existían, pero en el fondo de mi instinto sabía que ella
tenía razón. No debería haberme alejado del accidente con solo una conmoción
cerebral. Yo también debería haber muerto. Algo me mantuvo a salvo. Ahora, sabía
qué.

Entonces, un pensamiento golpeó mi mente, haciéndome jadear.

—Si pudiera hacer eso, ¿por qué no protegí a Spencer y Becca?

Mandy inclinó la cabeza hacia un lado.

—No lo sabemos con certeza ya que no lo hemos visto, pero es posible que tu
habilidad solo pueda alcanzar a tu alrededor. Como no lo sabías, tampoco habrías
podido controlarlo. Podemos trabajar juntos para entenderlo.

Tenía que creer eso. No podía pensar que no los habría salvado si pudiera.

Todavía quedaban muchas cosas que no sabía ni entendía. Tenía que pensar en
esto.

—¿Entonces la Sociedad existe en todo el mundo y usted es el líder de toda


América del Norte? —le pregunté al papá de Luca.
—Soy uno de los líderes. Hay cinco cancilleres para cada región, luego cinco
comisionados para cada país y cinco directores para cada estado o territorio —
explicó con mucha más paciencia de la que esperaba—. Solo alrededor del uno por
ciento de la población mundial nace con una habilidad, pero no todos conocen o
participan en la Sociedad.

Asentí con la cabeza entendiendo.

—¿De dónde vienen estas habilidades?

—Según nuestros primeros registros, descendemos de las brujas. Su poder se fue


diluyendo cada vez más con el tiempo. Ahora, aquellos de nosotros con su sangre
tenemos una habilidad en lugar de varias.

Y aquí fue donde me perdieron.

—¿Dijiste que no eran brujos?

¿No fue esto lo que papá preguntó y dijeron que no? ¿La brujería era simplemente
lo inexplicable?

—No lo somos. —Todavía había un atisbo de sonrisa en sus labios, como si no 113
entendiera una broma privada—. No, las brujas tienen múltiples poderes, así como
la capacidad de extraer energía de su entorno para lanzar hechizos.

Cierto. Por supuesto. Resoplé. Esto era una locura.

—Espera, dijiste tienen... no tuvieron. —Señalé con un pánico punzante en mi


estómago.

—Sí.

No dio más detalles.

—¿Entonces las brujas son reales?

—Entre otros seres, sí —respondió Daniel, y casi me levanto y eché a correr.

Esta gente está loca. No sé cómo me absorbieron tanto. Los chicos parecían tan
normales. ¡Así te atrapaban las sectas! Toda la amabilidad era falsa y te atraían.

—Avalon, no te preocupes por eso ahora. Queremos hablar sobre tu familia y lo


que todo esto significa para ti.

Tessa me dio una mirada severa que me sacó de mi pánico.


El papá de Luca esperó hasta que tuvo mi atención antes de continuar.

—Todos conocíamos a tus abuelos y algunos de nosotros conocíamos a tu


madre. Los Bates eran muy respetados y su pérdida hirió a toda la comunidad. Como
se dijo anteriormente, cuando seas mayor de edad ocuparás el puesto de tu abuela en
el consejo. Tu abuelo era director, pero su puesto es por elección.

—¿Qué edad debo tener para unirme al consejo? —pregunté.

—Dieciocho, pero puedes aplazarlo si quieres esperar hasta que termines la


escuela.

Asentí con la cabeza, al menos eso estaba muy lejos.

El Canciller se puso de pie y avanzó, deteniéndose frente a mí antes de sacar un


sobre de su chaqueta.

—Esta es la aceptación oficial de tu membresía en la Sociedad.

Lo tomé, pero no lo abrí.

—Por lo general, tenemos un período de gracia desde que se le concede la 114


entrada a una persona y cuando recibe su primera asignación, pero me han dicho que
te encuentras en una posición ventajosa con alguien a quien se nos ha encomendado
la tarea de recopilar información.

¿A quién conocía que los chicos no?

—Se sospecha que el senador Harrington está participando en diversas


actividades ilegales, pero su familia es... poco acogedora.

Jadeé. ¿Querían información sobre el padre de Carter? Los chicos dijeron que
sus padres tuvieron una pelea, luego terminaron su amistad e hicieron que los chicos
también dejaran de salir con él. Por supuesto, ninguno de ellos pudo acercarse, pero
¿qué pensaban que yo podía hacer?

—He estado en la casa de los Harrington algunas veces, pero el senador nunca
ha estado en casa. No sé cuánta información puedo darles.

—Estás en la mejor posición para encontrar cualquier cosa. Puede que lleve más
tiempo —dijo Stanley, el padre de Noah.

Me encogí.

—No estoy tan segura de eso.


—¿Qué significa eso?

Era la primera vez que la mamá de Luca decía algo, y su voz profunda y sensual
no coincidía con su exterior.

Encontré el coraje para hablar.

—Tuvimos una pelea anoche. No estoy segura de querer volver a salir con él.

Su mirada me hizo acobardarme.

—No importa si quieres salir con él o no. El Canciller te ha encomendado una


tarea. Harás lo que él te diga y no lo cuestionarás.

Mi mandíbula cayó, pero me recuperé rápidamente.

—Disculpe, señora, pero no me siento cómoda espiando para un grupo que


realmente no entiendo.

Sus ojos se entrecerraron.

—Así es como trabajamos. La Sociedad te proporcionará respuestas sobre tu 115


familia y tus propias habilidades. A cambio, aceptarás asignaciones que ayuden a
impulsar nuestra palabra.

Al final, su voz se suavizó.

»Sé que no lo entiendes todo todavía, y en circunstancias normales no te


pediríamos nada todavía, pero esta es una oportunidad que no podemos desperdiciar.
Eres la persona más cercana a los Harrington en este momento y tienes acceso a
información que podría evitar que el senador lastime a gente. Puede que no sea
cómodo para ti en este momento, pero debes preguntarte si sacrificar parte de tu
tiempo para estar con él vale el beneficio potencial.

Cuando ella lo pone así, y en un tono mucho más agradable, sé que tenía razón.
Nadie más podía acercarse al Senador. Si eso significaba salir por un poco más de
tiempo con Carter para proteger personas inocentes, podía hacerlo.

—¿Es lo que habría hecho mi madre? —le pregunté a Tessa y Wes. Ambos
asintieron y tuve mi respuesta—. Lo haré, mientras yo también obtenga la verdad.

Ella me dio un solo asentimiento.


—¿Qué sucedió anoche? —preguntó Vince, inclinándose sobre Luca quien
también me estaba observando. No quería discutir sobre esto en frente de todos en
esta habitación.

—No es nada. Haré lo que pueda para averiguar más sobre su papá.

Todavía no estaba completamente convencida que no estaban locos, o que no


fueran un culto, pero en mi corazón, sabía que los chicos no me mentirían. Además,
sabían sobre mi mamá, y mis abuelos. Esto era parte de lo que yo era. Talvez era por
eso que era tan fácil. Alguna parte de mí, o mi subconsciente, sabía que todo esto era
verdad.

—Muy bien. Le reportarás a Daniel y a Tessa.

El Canciller Castello se puso de pie y asintió hacia los adultos de camino a la


puerta principal. Su esposa lo siguió obedientemente, pero Luca se quedó con
nosotros.

Los papás de Skyler se movieron de detrás del sofá y se me acercaron. Me puse


de pie cuando ellos se aproximaron.

—Lo sentimos, no tuvimos oportunidad de presentarnos antes de que las cosas


116
comenzaran. —El más alto con el cabello rubio oscuro como el de Sky y pecas dijo
primero—: Soy Michael.

Estreché su mano, y el hombre junto a él con cabeza calva y ojos amables sonrió.

—Soy Chris.

—Y yo soy Robert. —El hombre con piel oscura y rapado me observó con ojos
curiosos.

—Es agradable conocerlos.

Estaba muriendo por dentro por preguntar sobre la situación que era su relación,
pero sabía que era maleducado.

—También es agradable conocerte. Skyler nos ha contado mucho sobre ti.

Chris le guiñó a s hijo.

Las mejillas de Skyler se enrojecieron.

—Bien, ustedes chicos pueden irse ahora. Estoy seguro que mamá se está
aburriendo horriblemente estando sola en casa.
Eso me confundió incluso más. Una vez que se fueron, me giré hacia Sky.

—Explica, por favor.

Él dudó.

—¿Sobre qué?

—Tienes tres papás. ¿Tus padres están divorciados y tu papá se volvió a casar?
¿Porqué tu mamá no vino?

Él frotó su nuca.

—Estaba esperando que alguien ya hubiera explicado esto. —Sus ojos cayeron
en Noah—. ¿Por qué no lo hiciste tú?

Bajé mi mirada a Noah que solo se encogió de hombros.

—Ella no preguntó.

Mandy, Stanley y Wes fueron a la cocina con los padres de Gavin, así que no
estaban aquí para escuchar nuestra conversación. 117
Skyler se movió incómodamente y Noah lanzó su mano arriba.

—Bien, cobarde. —Se reacomodó en el sofá para enfrentarme—. El papá de


Luca te mencionó que solo somos el uno por ciento de la población. —Asentí—.
Bueno, menos de la mitad de nosotros…

—Es más como un tercio —interrumpió Gavin.

Noah puso los ojos en blanco.

—Bien, un tercio de los miembros son mujeres. Para que las habilidades pasen a
la siguiente generación, la madre tiene que tenerlos o al menos la línea de sangre.

Bien, así que tenía la habilidad de protegerme porque mi mamá tuvo una
habilidad, también, incluso a pesar que mi papá era normal.

—Lo entiendo.

—Algunas mujeres que han nacido en las familias nunca tienen una habilidad
manifiesta —continuó Noah.

—Como mi mamá —explicó Skyler.


—Y la mía —agregó Vince.

Miré a Luca y Gavin, esperando por sus contribuciones.

—Mi mamá tiene una forma de precognición —dijo Gavin—. Ella puede atrapar
destellos de futuro, pero solo unos minutos en el futuro.

—Mi mamá puede proyectar —dijo Noah—. Ella puede hacerte ver algo más,
básicamente.

Tendría que preguntar más sobre eso más tarde. Mi cerebro no podía manejar
tanto.

—Bien, ¿entonces sus mamás son normales?

Miré al resto de los chicos.

Skyler asintió.

—Ella sabe de la Sociedad porque fue criada en esta, pero nunca fue capaz de
asistir a las reuniones ya que nunca obtuvo habilidades. Desde que viene de una
familia con habilidades, ella podía heredarlo a sus hijos. 118
—Entiendo eso, pero no has explicado sobre tus papás —contrarresté.

Noah puso su mano en mi rodilla.

—Desde que son tan pocas mujeres, son veneradas en nuestra comunidad.

—Es bueno saberlo.

Arqueé la ceja y él sonrió.

—No te emociones. —Él rio—. De todos modos, también significa que hay más
hombres con habilidades que mujeres.

Finalmente me estaba dando cuenta.

—¿Entonces algunas mujeres tienen varios maridos?

Skyler asintió.

—Sí.

¿No era eso ilegal? ¿Y raro?


—Es que...

Mi cerebro no sabía por dónde empezar.

—No es la norma para la gente común, pero es una práctica común dentro de
nuestra comunidad —explicó Noah—. Cada uno de ellos se casó con mi mamá y
tienen su propia relación con ella. No es como si todos compartieran una cama
grande.

Ni siquiera había empezado a pensar en ese lado de las cosas y realmente no


quería hacerlo. No con sus padres en la otra habitación.

—¿Cómo reacciona la gente? Quiero decir, la fiesta de cumpleaños de tu


hermana. ¿Cómo les explicas eso a esos niños?

Él solo sonrió.

—Los padres de sus amigos también están en la Sociedad.

Escaneé todos sus rostros y encajó.

—Es por eso que ustedes son amigos. 119


Asintieron y estuvieron de acuerdo. Gavin sonrió.

—Crecimos juntos y somos los únicos con quienes podemos hablar de todo.
Tenemos suerte de que también nos caigamos bien.

Me reí, sorprendida de seguir aceptando todo esto tan bien. Debería estar
enloqueciendo. Sus vidas eran muy diferentes de todo lo que yo conocía, pero cuanto
más explicaban, más sentido tenía. Me sentía bien.

—Gracias, chicos, por estar aquí para mí. —Tragué—. No creo que hubiera
podido manejar nada de esto sin todos ustedes.

Me levanté y jalé a todos juntos para un abrazo. Luca refunfuñó, pero envolví
mi brazo alrededor de su cintura y no le dejé dar un paso atrás. Si quería aprender
más sobre mi familia y mi capacidad, los necesitaba. Iba a tener que perdonar a
Carter, o al menos fingirlo, para obtener más información y hacerlo sin que él supiera
lo cerca que estaba de los chicos. Esto iba a ser complicado.
Carter no me llamó. Se me había pasado el enojo, y estaba simple y llanamente
furiosa mientras Emily y yo caminábamos por el patio de la escuela. Ella me
preguntó si estaba bien de camino y tuve que actuar como si estuviera bien. No quería
nada más que acercarme al idiota y destrozarlo, pero no podía. Tenía que actuar
como la novia atenta y como si todo fuera normal.

Sus ojos se encontraron con los míos mientras nos acercábamos, y se puso de
pie, abriendo los brazos para mí.

—Ahí está mi chica.

Su tono coqueto hizo poco por mí.

Forcé una sonrisa y lo abracé como siempre lo hacía. Al menos lo intenté. No


me fundí en él y no disfruté de la sensación de su cuerpo como lo hacía hace solo dos
días. Mi corazón no se sentía como si fuera a estallar porque él me sostenía como si
120
fuera algo precioso.

Me aparté, justo fuera de su alcance para que pudiera pasar su brazo por encima
de mi hombro como solía hacer.

—¿Te recuperaste ayer? —preguntó con su brillante sonrisa.

—¿De qué?

Traté de mantenerme alegre, pero actuar no era mi fuerte.

—La larga noche de fiesta. Dormí hasta las tres, comí y volví a la cama.

Enderecé mis hombros.

—No me quedé fuera tan tarde, ¿recuerdas? Y tampoco bebí.

Sus cejas se juntaron.

—Cierto, te fuiste temprano. Lo siento. Apenas recuerdo nada.

Arrugué la nariz, sin molestarme en ocultar mi disgusto. ¿Consiguió


emborracharse tanto? Cada segundo que pasaba en esta conversación lo hacía cada
vez menos atractivo. Nunca hubiera imaginado un día en el que no me desmayase al
verlo. Ahora, sentía que lo estaba viendo por primera vez, más allá del exterior
perfecto del lado de él que no era tan perfecto como pensaba.

—¿No recuerdas que te pedí que me llevaras a casa?

Sacudió la cabeza, teniendo la decencia de parecer un poco culpable.

—Lo siento. ¿Pasó algo?

Me crucé de brazos.

—Algún idiota derramó su bebida sobre mí. Olía a cerveza rancia y te pedí que
me llevaras. Me dijiste que no. Tuve que caminar descalza hasta tu auto para recoger
mis cosas y esperar a que alguien me recogiera en la calle en medio de la noche.

Él se estremeció.

—Lo siento mucho, Avalon. No estaba en mi sano juicio.

Suspiré.
121
—Sabías que realmente no quería estar allí. Lo ansiosa que estaba.

—Lo siento. —Dejó caer la cabeza—. Fui un idiota. Debería haberte cuidado.

—Sí, deberías haberlo hecho. Me dijiste que podíamos irnos cuando quisiera.
Sabías lo que yo sentía sobre beber. Me fallaste.

Ese pareció ser el golpe final para llegar a él. Entró un poco en pánico. Dio un
paso adelante y me alcanzó. Dudé antes de ofrecer mis manos. Me acercó a su pecho
hasta que estuvimos a menos de unos quince centímetros de distancia.

—Soy un idiota. —Sus ojos me suplicaron—. Prometo que no dejaré que eso
vuelva a suceder. Por favor, perdóname.

Quería decirle que no, que rompió mi confianza... y un pedazo de mi corazón,


pero no podía. Al menos no todavía. La Sociedad necesitaba que me mantuviera
cerca de él.

—Lo haré, pero si alguna vez vuelve a suceder, no te voy a dar otra oportunidad,
Carter. Lo digo en serio. Realmente me lastimaste, especialmente cuando ni siquiera
te molestaste en llamarme o enviarme un mensaje de texto para ver si estaba bien.

Dejó caer la cabeza.


—Lo siento mucho.

Esta vez pude sentir lo honestas que fueron sus palabras. Realmente lo decía en
serio y estaba molesto. Tenía que creer que podía cumplir su promesa. Tenía que
trabajar rápido para obtener información sobre su padre. No me retractaría de mi
palabra. Ésta era su única oportunidad. No me esforzaría más para cumplir las
órdenes de la Sociedad.

Besó mi frente y me atrajo hacia él, sus manos se extendieron por mi espalda.
Me estaba abrazando como si tuviera miedo de perderme. Sabía que lo lamentaba,
pero no podía olvidar que ahora había visto al verdadero Carter.

—¿Puedo acompañarte a clase? —preguntó, sonando en nada como el chico


seguro que sabía que era.

Asentí.

—Por supuesto.

Volviendo a interpretar a la novia cariñosa. Mientras mantuviera la cabeza en


frío y no dejara que me tirara de nuevo, no saldría lastimada.
122
Pasamos junto a Noah y Luca en el pasillo, y me miraron a los ojos sin
reconocerme de ninguna otra manera. Sabía que manteníamos las apariencias, pero
deseaba poder salir corriendo y abrazarlos. Necesitaba su tranquilidad ahora mismo.
Si no podía soportar fingir ser una novia feliz, ¿cómo diablos iba a arreglármelas para
escabullirme por su casa o engañar a su padre para que confiara en mí?

Mi único plan era pasar más tiempo en su casa y esperar eso. Eventualmente,
aparecería su papá. Tendría que ir al baño o algo para escabullirme para escuchar a
escondidas, ya que dudaba que sus negocios ilegales fueran una conversación común
en la cena.

Respiré profundamente. No estaba hecha para espiar. Eso es lo que era esto.
Podrían llamarlo recopilación de información o lo que quisieran, pero yo era una
espía inexperta de quince años que intentaba acabar con un senador estatal. ¿La
Sociedad no tenía profesionales? ¿O personas con habilidades que podían encontrar
esta información? Lo mejor que yo podía hacer era crear una bonita burbuja cuando
mi vida corría peligro. Como un peligro mortal, no solo yo teniendo miedo. No es el
superpoder más útil.

Después de clase, Carter me acompañó a Biología. Reuní el coraje para hacer mi


próximo movimiento.
—¿Puedes trabajar en nuestro proyecto hoy? Tenemos que terminar para que se
pueda mostrar antes del viernes.

Sus ojos se iluminaron.

—Sí, por supuesto. Hoy no tenemos práctica, así que podemos ir a mi casa
inmediatamente después de la escuela.

Sonreí y besé su mejilla.

—Suena bien.

—Te veré en el tercer período —Sostuvo mi mano mientras se alejaba, dejándola


caer en el último momento posible. Se veía tan feliz y una parte de mí se sentía
culpable. Lo estaba usando. Si el regreso a casa no hubiera sido un desastre y el
Canciller me hubiera pedido que espiara a su padre, no creo que pudiera haberlo
hecho. No sería capaz de mentirle a Carter, pero las cosas cambiaron. Ellos tenían
las respuestas de dónde vengo. Quién era yo en realidad. Necesitaba las respuestas
tanto como necesitaba mi próximo aliento. Podían concederme la entrada a una
comunidad que no sabía que ansiaba hasta que supe que existía. Quería una conexión
con mi familia, incluso si nunca los conocí.
123
Dicen que todo sucede por una razón, y en este caso, estaba de acuerdo. Tenía
que ver sus verdaderos colores para estar bien con esta tarea. El resto del día pasó
rápido. Skyler se alegró de saber que iba a la casa de Carter, y Noah me recordó que
cuanto antes encontrara algo, antes podría terminar con él. Esa era toda la
motivación que necesitaba.

Luca me dijo en la clase de Español que vivía muy cerca de Carter, así que si
necesitaba algo, lo contactara. Me hizo sentir mucho mejor saber que estaría listo y
esperando. No estaba sola en esto. Los chicos me respaldaban.

Me dijeron que caminara delante de ellos después de la escuela, para que


pudieran verme sin que Carter sospechara. Él ni siquiera pareció notarlos cuando
llegué al estacionamiento. Me abrazó con fuerza y me acompañó hasta su coche
mientras hablaba de que su profesor regañó a uno de los estudiantes por no llevar
una tarea. Dijo que fue muy gracioso, pero me sentí mal. ¿Y qué si algo estaba
pasando con el chico en casa, o tenía un trabajo que le impedía hacer sus deberes?
No pensé que la vergüenza pública fuera algo de lo que reírse, pero sonreí y escuché.

¿Me estaba dando cuenta de que Carter tenía defectos? ¿Había estado ignorando
las señales? Quizás este fue un mal día para él. Podría estar nervioso por la casi pelea
que tuvimos esta mañana. De cualquier manera, sentí que mis ojos finalmente se
abrieron.
Atravesamos la puerta de su casa y nos dirigimos a la cocina. Su madre, Carolyn,
estaba sentada en la terraza acristalada un poco más allá.

—Hola, mamá —gritó Carter.

Ella levantó la mirada cuando nos acercábamos.

—Hola, cariño. Hola, Avalon. Qué bueno verte.

Hice lo mejor que pude para darle una sonrisa genuina.

—Es bueno verte también, Carolyn.

Dejó el libro que estaba leyendo en su regazo.

—Eché un vistazo al jarrón y se ve increíble. ¿Creen que lo terminarán hoy?

Asentí.

—Deberíamos poder terminar la última escena y agregar los toques finales.

—Maravilloso. —Su voz era como una canción. Me pregunté si ella practicaba 124
sonar tan elegante y agradable. Probablemente era requerido como esposa de un
senador. ¿Sabía ella lo que él estaba haciendo? Traté de no mirar a mi alrededor.
¿Perderían todo esto si lo declaraban culpable? No quería ser responsable de destruir
su vida también—. Se lo llevaré a mi amigo mañana para que esté listo.

Casi olvidé de qué estábamos hablando.

—Gracias.

Miré a Carter esperando que él se excusara por nosotros como normalmente lo


hacía.

—Estaremos en el estudio si nos necesitas.

—Avalon, ¿te gustaría quedarte a cenar?

No quería estar más tiempo del necesario, pero no podía arriesgarme a perder
una oportunidad si su papá venía a casa.

—Eso sería genial. Gracias.

—Por supuesto, querida. Diviértanse.


Ella guiñó, y me pregunté si sabía lo que normalmente terminábamos haciendo
durante las horas que pasamos “trabajando”. Estaba bastante segura de que si
elimináramos todos los besos del tiempo que dedicábamos a la tarea, ya habríamos
terminado. La semana pasada no me importó en absoluto, pero la idea de que me
besara ahora me hacía un nudo en el estómago.

Entramos en una habitación trasera que su madre usaba para sus diversas
manualidades y pasatiempos. Grandes ventanas corrían a lo largo de una pared,
dejando entrar mucha luz natural, y una mesa de madera llenaba el centro de la
habitación. Era el lugar perfecto para trabajar en el proyecto, además de que nos
brindaba privacidad, una ventaja… hasta ahora.

Dejé mi mochila en el suelo junto a la mesa y me senté en el taburete frente a


nuestro jarrón. Quedaban unos siete centímetros para pintar a Odiseo disparando su
arco para representar el paso final de su viaje a casa. No era una gran artista, pero
Carter imprimió imágenes y las cortó en plantillas, de modo que todo lo que teníamos
que hacer era pintarlas y agregar algo de decoración para que coincidiera con el estilo
griego antiguo.

Me puse a trabajar pegando la plantilla y vertiendo un poco de pintura en un


recipiente. Carter se paró detrás de mí y pasó sus manos por mis hombros y por mis 125
brazos. Sabía lo que estaba haciendo, pero mantuve mi concentración.

—Tenemos un montón de tiempo. ¿No quieres relajarte un poco antes de que


empecemos a trabajar?

No, no quería. Pero incluso si me moviera a paso de tortuga, terminaríamos de


pintar en una hora y todavía tendríamos tiempo antes de la cena. Tenía que pensar
en una excusa. Miré por encima del hombro y lo miré a través de mis pestañas.

—Me ha dolido la garganta todo el día. Creo que podría estar enfermando con
algo. No quiero contagiarte.

Asintió con una sonrisa comprensiva.

—Lamento que no te sientas bien. ¿Quieres que te traiga medicamentos?

Levanté la mano y apreté su mano.

—Eres tan dulce. Creo que estoy bien por ahora. Tomé algunos antes de la
escuela.

—Está bien.
Besó mi sien y continuó frotando mis hombros mientras yo terminaba de decorar
el jarrón. No iba a decir que no a un masaje, especialmente si me evitaba tener que
besarlo. Puede que tenga que aprovechar este “resfriado” por lo que vale.

Después de que terminamos y nos limpiamos, Carter me llevó arriba a su


habitación y se recostó en su cama. Me quedé de pie con torpeza por un momento
antes de que él palmeara el lugar junto a él.

—Ven y relájate. Podemos ver una película hasta que la cena esté lista.

No tenía excusa, así que me arrastré junto a él y me acurruqué, mirando su


televisión. Se estiró para alcanzar los pies de la cama y me cubrió con una manta y
luego se deslizó para que pudiera descansar mi cabeza en su pecho, lo que había sido
mi lugar favorito. Frotó mi espalda mientras ponía una vieja comedia. Era tan
reconfortante que sentí que me relajaba gradualmente hasta que levanté la mano para
descansarla sobre su estómago y escondí mi cabeza en él. Besó la parte superior de
mi cabeza y apreté los ojos. Esto era lo que quería. Mi garganta se apretó hasta que
realmente me dolió y mi nariz se congestionó. No lloraría. No podía. Carter se daría
cuenta, y ¿cómo podría explicar mis sentimientos?

Tenerlo abrazándome y cuidando de mí cuando pensaba que estaba enferma


arrojaba mi decisión de terminar con él al caos. Se suponía que estar con él era una
126
farsa, pero no se sentía así. Él se preocupaba por mí. Sabía que lo hacía. No me obligó
a besarlo ni hizo pucheros ni actuó decepcionado cuando le dije que no podía. Trató
de hacerme sentir mejor. No era una persona terrible. Hizo algunas elecciones
estúpidas el sábado por la noche. ¿Realmente quería dejar todo lo demás por eso?

Esnifé y traté de tragar. Realmente, realmente me gustaba. No podía apagar mis


sentimientos en un día. Ojalá pudiera. Sería mucho más fácil si fuera un idiota, pero
no lo era. Era bueno conmigo.

¿Cómo podía hacerle esto? ¿Después del amor y la amabilidad que él y su mamá
me mostraron? Me dieron la bienvenida a su hogar y sus vidas, ¿y yo iba a usar eso
en su contra?

¿En qué tipo de persona me convertía eso?

Podría haber roto mi confianza al ignorar mis necesidades, pero lo destruiría si


ayudaba a revelar la verdad sobre su padre. ¿Podría vivir con eso?

No podía pensar en eso ahora. No había ninguna razón para hacerlo. Su padre
ni siquiera estaba en casa. No tenía forma de colarme en su estudio, aunque él tuviera
uno, así que no había mucho que pudiera hacer excepto sentirme culpable. Eso no
iba a lograr nada.
Suspiré y traté de concentrarme en la película. El pecho de Carter retumbó
mientras se reía. ¿El sentimiento de paz en este momento? Lo recordaría cuando todo
hubiera terminado. No podía olvidar las partes buenas.

127
Casi se terminaba la película cuando el celular de Carter vibró. Lo alcanzó y
suspiró.

—La cena está lista, y mi papá está en casa.

Me senté.

—¿Tu papá?

Él no parecía emocionado. Su confianza se deslizó, y vi un destello de


vulnerabilidad.

—Sí, supongo.

Me bajé de la cama y alisé mi ropa. No estaba segura de por qué, pero sentí que
necesitaba dar una buena impresión. Él podría ser un cretino, pero aun era un
128
senador. Nunca había conocido uno antes. ¿Qué se suponía debía decir? ¿Debía
estrechar su mano o hacer algo más? ¿Una reverencia? No, eso era ridículo.

—Vamos.

Carter extendió su mano, y deslicé mis dedos entre los suyos. Él me sostuvo
fuerte mientras bajábamos y dábamos la vuelta en la esquina al comedor formal.
Normalmente nos sentábamos en la mesa de la cocina con su mamá. Supongo que
su papá tenía diferentes estándares.

Carolyn estaba de pie apenas dentro de la habitación. Ella se cambió a un vestido


entallado color azul marino y tenía su cabello peinado en un moño viéndose lista
para dar una conferencia de prensa. Ella pasó sus ojos sobre Carter y pasó una mano
por su cabello antes de enderezar el cuello de su camisa. Ella me miró y forzó una
sonrisa.

No me vestí esta mañana con una cena con el senador en mente, pero pensé que
me veía bien en unos jeans negros y suéter gris con una blusa blanca con puntitos
grises que llevaba debajo. Era bastante parecido a lo que Carter usaba a diario.

—Adelante y siéntense. Tu padre está terminando una llamada.


Ella se apuró a la cocina mientras Carter sacaba una silla para mí. Él se sentó
frente a mí, dejando las dos cabeceras de la mesa vacías.

Me incliné ligeramente hacia adelante y susurré:

—¿Cómo llamo a tu papá?

Él murmuró algo antes de encontrarse con mi mirada.

—Él prefiere Senador o Sr. Harrington. Probablemente también deberías llamar


a mi mamá Sra. Harrington en frente de él.

Asentí. Casi estaba silencioso a excepción del sonido de sartenes y platos siendo
movidos en la cocina. Carter estaba callado, así que observé la habitación. La
hermosa pintura estilo bloque que colgaba detrás de él parecía pertenecer a un museo
de arte moderno.

Con los nerviosos minutos que pasaban me dieron ganas de ponerme de pie.

—Me voy a lavar. ¿Qué baño debo usar?

Carter me miró como si hubiera olvidado que estaba allí. 129


—Al final del pasillo a la derecha. Tercera puerta.

—Gracias.

Me apresuré en esa dirección, contando para evitar entrar en una habitación


donde no estaba permitido. Una vez que encontré el baño pequeño, cerré la puerta
rápidamente detrás de mí. Mi maquillaje estaba en su lugar y alisé mis rizos antes de
lavarme las manos.

Miré el espejo de nuevo y asentí con la cabeza antes de tomar algunas


respiraciones profundas. Yo podía hacer esto. Solo tenía que sentarme allí y recordar
cualquier cosa importante. Nada más. Empieza pequeño. Abrí la puerta y entré
silenciosamente al pasillo. El juego de puertas dobles frente a mí estaba cerradas,
pero escuché la voz de un hombre.

—Límpialo, Gerald. No podemos dejar que se enteren.

Me quedé helada. Supuse que era su padre y sonaba furioso. Hablaba en voz
baja, pero transmitía más de lo que probablemente pensaba.

—Han llegado lejos, y no voy a perderlo todo ahora.


Hubo un silencio y me di cuenta de que probablemente colgó. Me apresuré a
regresar al comedor y me deslicé en la silla como si nada hubiera pasado. Carter
levantó la mirada con una pequeña sonrisa antes de volver a mirar fijamente el lugar
que tenía enfrente. Casi pregunté qué pasaba cuando un hombre imponente entró en
la habitación. Su mirada recorrió a Carter, apenas registrándose, antes de fijarse en
mí.

—Hola. —Su tono era frío, no acogedor y amable como el de su esposa—. Debes
ser la chica con la que mi hijo ha estado saliendo. A menos que, por supuesto, ya esté
con alguien nuevo. Todos sabemos que no puede quedarse con ninguna por mucho
tiempo.

Jadeé, pero él no reaccionó. Me obligué a levantarme y extender mi mano.

—Senador Harrington, es un placer conocerlo. Soy Avalon Bradley, la novia de


Carter.

Traté de sonar lo más confiada posible, y estaba orgullosa de que mi voz no


vaciló cuando su mirada evaluadora se apoderó de mí. No parecía impresionado.

Finalmente, estrechó mi mano una vez y se movió hacia la cabecera de la mesa


a mi izquierda. Se acomodó antes de que una expresión molesta le pellizcara los
130
labios.

—Carolyn, estamos esperando.

Ella entró rápidamente y le dio un beso en la mejilla, que él ignoró, antes de


sentarse en el extremo opuesto de la mesa.

—Mis disculpas, querido.

Un hombre vestido con camisa blanca con pantalón negro y corbata entró en la
habitación con una bandeja de ensaladas. ¿Era camarero? ¿Un mayordomo? Nunca
lo había visto antes, pero se movía por la habitación con precisión experta.

Le sonreí cuando dejó mi plato, pero ya se estaba alejando. Bien entonces. Esperé
hasta que el senador dio un mordisco antes de tomar mi tenedor y apuñalar la pera y
las nueces. Esta no era mi ensalada favorita, pero hice un esfuerzo para que pareciera
que la disfrutaba.

—¿Como fue tu día, cariño? —preguntó Carolyn en su tono demasiado perfecto.

Su marido levantó la mirada.


—Estuvo bien. El proyecto de Redmond se aprobó y el nuevo proyecto de ley
debería estar en la sala pronto.

Tomé nota de ese nombre y deseé que esta comida terminara.

—Eso es maravilloso. Con suerte, se aprobará durante esta sesión —comentó


Carolyn.

No respondió y la cara de Carolyn decayó. La cautela hacia él se extendió por


mis entrañas, un sentimiento que sabía que era mejor no ignorar. No me importaba
que obviamente pensara que yo no merecía su atención, pero odiaba cómo trataba a
su familia.

Bebió un sorbo del cóctel frío junto a su plato y se centró en Carter.

—Tu madre dijo que jugaste bien en el juego de bienvenida. Leí las estadísticas
y solo jugaste diecisiete minutos. ¿Por qué es eso?

La cabeza de Carter volteó rápidamente hacia su padre.

—Fue un juego de pura defensa. Pudimos avanzar rápidamente en el campo


cuando teníamos la posesión pero Westbrook tomó cada down de unas cuantas 131
yardas a la vez.

Su padre hizo una expresión amarga antes de mirar su plato como si la


explicación de Carter no fuera lo suficientemente buena. ¿Como si hubiera sido su
culpa que su línea hiciera su trabajo de manera eficiente? No tenía control sobre
cuánto tiempo jugaba.

Nadie parecía ansioso por iniciar otra discusión y la comida transcurrió en


silencio. Apenas pude tragar el filet mignon durante el plato principal. Estaba tan
frustrada por su actitud arrogante que rayaba en la mala educación. Nunca volvió a
dirigirse a mí, no es que me importara, pero fingir que un invitado simplemente no
existe era increíble. Si cree que las chicas van y vienen tan rápido en la vida de Carter,
no debe sentir la necesidad de conocerlas, y yo no era la excepción.

Se puso de pie y regresó a su oficina sin decir una palabra, luego el aire regresó
a la habitación. Carter y su mamá se relajaron al instante.

—¿Estás lista para volver a casa? —preguntó Carter en un tono cansado. Tenía
la sensación de que su agotamiento era más mental que físico.

—Seguro.

Agarré mi mochila al pie de las escaleras y lo seguí afuera hasta su auto.


—Gracias por quedarte esta noche. Lamento que haya sido una comida tan
incómoda, pero en realidad estuvo buena.

Entré y esperé a que se pusiera al volante antes de preguntar:

—¿Bien? Estaba prácticamente en silencio.

Carter sonrió.

—Lo cual es un maravilloso respiro de la conversación habitual que tenemos.

Dio marcha atrás y se dirigió hacia mi casa.

—¿Qué quieres decir?

—Las noches que él está en casa, escoge la comida, se queja de que la casa está
desordenada o de que su tintorería no está en su armario. Cualquier cosa para hacer
sentir mal a mi mamá. Luego, pasa el resto del tiempo diciéndome lo inútil o
decepcionante que soy. Tenerte allí lo mantuvo en su mejor comportamiento. Solo
bebió la mitad de lo que suele hacer.

Me estremecí. Carter hizo que sonara incluso peor de lo que había imaginado. 132
Qué espantoso soportar esas constantes críticas. El Senador Harrington no parecía
molestarse en pasar tiempo con su familia con tanta frecuencia y menospreciarlos
como lo hacía solo respaldaba mi impresión inicial de que había algo raro en él.

Carter se detuvo en la entrada a mi casa y apagó el motor antes de acompañarme


a la puerta principal y darme un breve abrazo.

—Espero que te sientas mejor.

Sonreí, pero parecía abatido mientras se alejaba. Lo odiaba.

Después de que se fue, dejé mi mochila dentro y me apresuré a cruzar la calle.


Quería decirles a Gavin y a sus padres lo que escuché, para poder olvidarlo y seguir
adelante. Llamé a la puerta y, un momento después, Tessa la abrió.

—Hola, Avalon. —Ella me indicó que entrara—. ¿Gavin te está esperando?

—No, acabo de regresar de la casa de Carter, y pensé que debería decirte lo que
escuché.

Sus cejas se levantaron.

—Guau. Trabajas rápido.


Lo intenté, pero no pude sonreír.

—No quiero pasar más tiempo con él del necesario.

Ella dejó caer su barbilla.

—Gavin me habló de la fiesta. Lamento que te haya defraudado.

Asentí y la seguí a la cocina. Miranda estaba en el fregadero, limpiando la cena.

—Hola, cariño.

—Hola.

Le di una sonrisa y saludé con la mano mientras Tessa caminaba por el pasillo
hacia la sala de cine. Salió con Daniel y Gavin, quienes tenían una expresión
preocupada.

—¿Está todo bien? —preguntó.

Asentí.
133
—Vamos al estudio.

Daniel levantó su brazo y esperó hasta que Gavin y yo nos volvimos hacia el
lado opuesto de la casa antes de seguir a Tessa.

Una vez que se cerró la puerta y todos nos sentamos, Daniel se inclinó hacia
adelante apoyando los codos en las rodillas.

—¿Qué escuchaste?

—Solo escuché el final de una llamada telefónica. Le dijo a alguien llamado


Gerald que lo limpiara antes de que se enteraran y que han llegado tan lejos, que no
va a perderlo todo ahora.

Esperé para ver si eso significaba algo para ellos. Daniel asintió.

—Gerald debe ser Heinks.

Tessa estuvo de acuerdo.

—Tiene una planta de fabricación en el lago. Lo hemos estado vigilando por un


tiempo. Teníamos la sensación de que estaban traficando drogas a través de sus
muelles.
¿Qué? ¿Drogas?

—¿El senador está involucrado con el narcotráfico? —jadeé.

Esto no era algo en lo que quisiera involucrarme. ¿Y si se enterara de que escuché


algo? ¿Vendría por mí? No es que supiera nada, solo un nombre y algunas amenazas.

—Esa ha sido nuestra sospecha y lo que se nos pidió que demostráramos.


Confirmaste a su socio. Gracias —dijo Daniel, sonando emocionado—. ¿Escuchaste
algo más?

—Um, su madre le preguntó cómo estaba y él dijo que el proyecto de Redmond


se aprobó.

Los ojos de Tessa se agrandaron.

—Esa es la propuesta para cambiar la tierra que posee alrededor de la fábrica de


Redmond de industrial a comercial.

Daniel negó con la cabeza.

—La corrupción en su máxima expresión allí mismo. 134


—¿Por qué se aprobó si es su tierra? ¿No es eso un conflicto?

No podía imaginar que todo el Senado mirara para otro lado por él.

—Está bajo el nombre de un negocio que él mantiene separado de sí mismo. Ha


hecho todo lo posible para cubrir cualquier conexión. Ahora puede ganar varios
cientos de millones vendiendo esa tierra.

—¿Por qué el Senado tenía que aprobarlo? ¿No es eso una cosa de la ciudad? —
preguntó Gavin.

—Ha estado involucrado en demandas durante años y retorcido y manipulado


en algo que finalmente llegaría al piso del Senado, para que él tuviera el control del
voto —explicó Daniel.

Me froté la frente e intenté seguirlo. Todo esto sonaba como si el padre de Carter
estuviera haciendo cosas terribles y usando su puesto para beneficio personal. Ya no
me agradaba, pero ahora quería sacarlo de la oficina. Estaba lastimando a su familia
y lastimando a las personas que lo votaron para servir.

—Si hay pruebas en su contra, ¿qué pasará con Carolyn y Carter?

Mi pregunta se ganó la atención de ellos.


Tessa sonrió con tristeza.

—No estoy segura todavía, cariño.

Eso no era lo suficientemente bueno.

—No quiero hacer nada que los lastime. Ellos también son víctimas de él. Sé que
ustedes solían ser amigos, así que es posible que ya lo sepan, pero él es horrible con
ellos. No quiero que pierdan su casa o que Carolyn se meta en problemas por lo que
está haciendo. Él merece ser castigado, pero no ellos.

—Entendemos. Haremos lo que podamos para mantenerlos al margen, pero si


se descubre que ella sabía algo sobre lo que él ha estado haciendo, no podremos
protegerla.

—No lo hace —presioné—. No viste la forma en que reacciona ante él. Es como
si le tuviera miedo. Sé que ella no tiene nada que ver con esto.

—Haremos nuestro mejor esfuerzo —prometió Tessa.

No era una garantía de que estuvieran a salvo, pero era todo lo que podían
ofrecer. 135
—Está bien —le dije.

Nos pusimos de pie y Gavin me siguió hasta la puerta principal.

—Te acompañaré a casa.

Caminamos en silencio por la calle y cuanto más nos acercábamos a mi casa,


menos quería entrar. No quería estar sola. Sabía que terminaría pensando en Carter
y en cómo lo traicioné sin que él lo supiera. La culpa ya estaba haciendo que me
doliera el estómago, y había una gran posibilidad de que mi falsa enfermedad se
volviera real.

—¿Estás bien, Avalon?

La preocupación y la bondad pesaban en su voz.

Negué con la cabeza.

—No creo que pueda hacer esto. Me siento como una escoria. Estoy yendo a
espaldas de Carter. Mintiéndole y usándolo a él y a su madre.

Dio un paso adelante y me apretó contra su pecho. Entrelacé mis dedos detrás
de su espalda, necesitando su consuelo.
—Sé que es difícil, pero debes recordar lo que está haciendo su padre. Ayudarás
a evitar que lastime a la gente. Mi papá te dijo que ganaría mucho dinero vendiendo
la propiedad, pero es más que eso. Había gente luchando para que esa zona fuera
dividida en zonas residenciales. Querían construir viviendas asequibles para los
empleados de las fábricas. Es demasiado caro vivir en el centro, por lo que la mayoría
de ellos viajan horas diarias. Había un plan para revitalizar el área y el Sr. Harrington
lo quitó. Se beneficiará vendiendo a una gran empresa, y la gente que contaba con la
vivienda no obtendrá nada.

La situación era horrible. Y completamente injusta. Lo que estaba haciendo el


Senador Harrington estaba mal, pero saber eso no me hacía sentir mejor. Lo que yo
estaba haciendo también estaba mal.

Me aparté y lo miré a los ojos.

—Sé que debería odiar a Carter. Traicionó mi confianza y me lastimó, pero no


puedo. No es una mala persona. Puede ser tan dulce conmigo...

—Avalon, nadie va a hacer que rompas con él. Si decides quedarte con él, nunca
se enterará de que estabas involucrada. —Gavin insistió en que estaría protegida con
tanta sinceridad que supe que me estaba haciendo una promesa—. Pero debes
recordar que viste otro lado de él el sábado. Si puedes vivir con eso, si sus aspectos
136
positivos superan a los negativos, entonces quédate con él.

—Gracias, Gavin.

Asintió y besó mi frente.

—Llámame si me necesitas.

—Lo haré.

Cruzó la calle de regreso a su casa y entró. Todavía era temprano, pero subí a mi
habitación a ducharme antes de meterme en la cama.

Me quedé tumbada pensando en lo que dijo Gavin y lo que dejó sin decir. Si lo
negativo era demasiado, tenía que dejar a Carter. No era saludable vivir en esa
montaña rusa emocional, y no era justo para Carter querer solo lo bueno. Se merecía
a alguien que lo aceptara todo.
Cada día en la escuela, la línea se desdibujaba. Carter había vuelto a ser cariñoso
y atento. El miércoles fuimos a su casa para revisar el producto final de nuestro
proyecto. Su mamá fue en busca del jarrón después de haber sido horneado y se veía
increíble. Subimos a su habitación para ver una película antes de cenar y me quedé
dormida en su hombro. Me dejó acurrucarme con él durante más de una hora, a
pesar de que su brazo se quedó dormido. Dijo que me veía demasiado tranquila para
despertarme. Casi lloré cuando me lo dijo. El sueño no me había resultado fácil ya
que pasaba la mayoría de las noches despierta estresada por todo.

Con todas las distracciones, me olvidaba de desayunar o traer el almuerzo todos


los días. Carter se dio cuenta y me tenía un sándwich de desayuno esperándome por
las mañanas, y se aseguró de que yo comiera una ensalada o yogur en el almuerzo.
Me decía varias veces al día lo hermosa que estaba, aunque apenas tenía maquillaje
y me ponía el primer atuendo que encontraba cada mañana.
137
Estaba siendo el novio perfecto, y yo apestaba.

Su padre no estaba en casa el miércoles por la noche, así que no obtuve más
información. Él y su madre nunca hablaban del senador cuando él no estaba, lo que
me convencía aún más de su inocencia. Esperaba que cuando todo se derrumbara a
su alrededor, no se vieran afectados.

—¿Estás bien, nena? —La pregunta de Carter interrumpió mi rutina de pensar


demasiado.

Levanté la vista de mi ensalada césar de pollo y sonreí.

—Sí, lo siento. Solo pensando en este fin de semana. No puedo esperar a dormir
hasta tarde.

Su sonrisa comprensiva tenía una calidez que solo me hacía sentir más culpable.

—Deberías relajarte esta noche. Mañana quiero llevarte fuera. ¿Está bien?

Debería decir que no. No estaríamos cerca de su padre, así que no había ninguna
razón para que pasara más tiempo con él, pero quería hacerlo. Ugh. ¿Qué me pasaba?
¿Cómo podía perdonarlo tan fácilmente por lo que sucedió el fin de semana pasado?

—Seguro. Suena bien.


Sonreí y se puso al día con los chicos hablando sobre un próximo juego de la
NFL.

—¿Estás bien, Ave? —preguntó Emily desde el otro lado de la mesa. Su tenedor
estaba sobre su plato mientras esperaba mi respuesta.

Asentí.

—Sí, solo me he sentido mal esta semana.

Sus ojos se entrecerraron.

—¿Te estás enfermando?

—No, no he podido dormir. Probablemente estoy estresada.

—¿Está tu papá en casa?

Estuvo unos días, pero ayer tuvo que volar a Nueva York.

—No.
138
Emily negó con la cabeza.

—No es de extrañar que no puedas dormir. No sé cómo te las arreglas para


quedarte ahí sola. Yo estaría demasiado asustada.

—Normalmente no me molesta.

Traté de descartar el tema. Me molestaba que papá tardara tanto entre volver a
casa. Sí, era madura y podía cuidar de mí misma, pero aún no tenía dieciséis años.
¿No estaba preocupado por mí? Con todo lo que descubrí y la bomba que me arrojó,
pensé que estaría más cerca, o al menos me vería si estaba bien, pero había estado
tan desaparecido como siempre.

—Bueno, si alguna vez quieres quedarte en mi casa, eres más que bienvenida.
Incluso puedes tener tu propia habitación.

Sonreí ante su oferta, pero le pediría a uno de los chicos que se quedara conmigo
antes de ir a su casa. Quizás podría hacer que Vince fuera a dormir a casa. Él prefería
alejarse de su casa tanto como fuera posible, pero tenía su propia habitación en la
casa de Gavin.

La campana sonó para terminar el almuerzo, Carter se puso de pie y llevó mi


bandeja a la basura por mí. Me puse la mochila y esperé.
—Gracias.

Besé su mejilla y me dio una sonrisa que me aceleró el pulso.

—Relájate esta noche, ¿de acuerdo? Te veré mañana.

—Está bien.

Se fue con Johnny y yo me fui a Álgebra con Olivia.

El resto del día transcurrió en una neblina hasta que casi colapso en el auto de
Emily después de la escuela.

—Deberías asegurarte y dormir esta noche. Pareces exhausta.

—Lo haré justo después de tomar un baño largo.

—Oh, eso suena increíble. Te sentirás mucho mejor.

Asentí con la cabeza y cerré los ojos durante el resto del camino. Cuando el coche
se detuvo, bostecé y me dirigí a mi casa.
139
—Nos vemos —grité por encima del hombro cuando Emily dijo adiós.

Pasé por la cocina, me preparé una taza de té y agarré un plátano antes de subir
al baño. Abrí el agua y dejé caer una bomba de baño de lavanda, saboreando el
relajante aroma.

Me desperté el sábado unos minutos después de mediodía. Gracias a algunas


pastillas de melatonina, me sentía como una persona nueva. Carter me mandó un
mensaje de texto para avisarme que me recogería alrededor de las seis y media, lo
que me daba una tarde para pasar el rato. Después de dormir tanto me sentía ansiosa,
así que me cambié a mi ropa para subir a la bici, me serví un bote con agua, y bajé al
gimnasio.

Después un buen calentamiento, me acomodé para montar la bicicleta un buen


rato, quemando la pesadez de mis músculos, y divagué.

Después de casi dos horas, el dolor en mis piernas me forzó a dejar de montar.
Me bajé con piernas temblorosas y me senté para estirarme. Habían pasado algunas
semanas desde que me había hecho ejercitarme tanto, y me sentí energizada, fuerte
e increíblemente hambrienta. Regresé a la cocina para calentar una de las comidas
que dejó Juliet.
El pastel de carne de pavo se calentó en minutos, y me dirigí de vuelta a mi
habitación para ducharme y prepararme. Quería hacer un esfuerzo extra para verme
linda ya que no lo hice en toda la semana. Me tomé el tiempo para secar mi cabello
y rizarlo en ondas ligeras antes de ponerme un corto vestido negro que abrazaba
todas mis curvas. Era más atrevido de lo que normalmente usaba, pero me hacía
sentir linda.

Para el momento en que terminé, Carter me mandó un mensaje de texto para


avisarme que estaba de camino. Agarré mi chaqueta de cuero negra y guardé mi
cartera y teléfono en los bolsillos. Después del fin de semana pasado, aprendí mi
lección sobre dejar algo en el coche de alguien más. No pensé que tendría que irme
en medio de la cena, pero quería estar preparada.

Cuando escuché el golpe en la puerta, corrí escaleras abajo y salí a sus brazos.

—Hola, nena. —Carter me besó suavemente—. Te ves hermosa.

—Gracias. —Sonreí y tomé su mano—. ¿Entonces adónde vamos?

—Estaba pensando en pizza, pero podemos ir a otro lugar si quieres.

Me puse el cinturón de seguridad y él condujo.


140
—No, eso suena bien. Todavía no he comido en Chicago Deep Dish.

Él jadeó burlonamente.

—¡No!

—Es cierto. Estoy emocionada de probarlo finalmente.

—Perfecto y después, uno de mis amigos también tendrá una cosita en su casa
más tarde.

Mi estómago se apretó.

—¿Una fiesta?

Apretó mi mano.

—No será como la última, lo prometo.

Fuimos a su lugar favorito. Aparentemente, existe una rivalidad en el área entre


dos cadenas de pizzerías. Todo el mundo tiene un favorito, no se permite un término
medio y la gente se pelea por ello. Había visto algunas peleas estallar en la escuela y
estaba emocionada de poder ser parte de la discusión.
Afortunadamente, Carter hizo una reserva e incluso hizo nuestro pedido
temprano, ya que se necesitan unos cuarenta minutos para hacer cada pizza. Cuando
nos sentamos uno frente al otro en una cómoda cabina, me mostró esa sonrisa fácil
suya, recordándome lo afortunada que era de ser suya.

—Pedí pepperoni, espero que esté bien.

Asentí.

—Suena bien.

Yo era una chica de pizza. Los ingredientes no hacían mucha diferencia para mí,
pero era un poco extraño que no se molestara en preguntarme antes de ordenar.

—¿Te sientes mejor? Te veías un poco en mal estado ayer —dijo.

—Sí, dormí mucho más de lo que normalmente hago. Fue muy agradable.

—Bien. Estaba preocupado por ti.

—¿Lo estabas?
141
Me incliné hacia adelante y apoyé las manos cruzadas sobre la mesa.

—Por supuesto. No me gusta verte así. Quería ayudar, pero parecía que todo lo
que necesitabas era una buena noche de descanso.

—Gracias por cuidarme —dije, sonriendo a pesar de que todo me pesaba. Estaba
feliz en este momento.
Después de la cena, nos dirigimos a una hermosa casa con solo unos pocos
coches en la entrada. Y lo tomé como una buena señal. No estaba en contra de
conocer a más de los amigos de Carter, solo no quería que se repitiera lo del fin de
semana pasado.

Él tomó mi mano mientras que entrábamos en la casa. Había unas pocas


personas sentadas en una sala formal cerca de la entrada. Nos saludaron con la
cabeza mientras pasábamos, y me relajé. Había música tranquila sonando mientras
entrábamos en la sala de estar. Cerca de diez chicos y chicas estaban sentados en un
gran sillón seccional al borde de la chimenea.

—Hola, Carter. Lo lograste. —Un chico alto con cabello muy corto y casi
demasiado músculo se acercó a nosotros. Me miró y sonrió—. Tú debes ser Avalon.
Este chico no deja de hablar de ti.
142
Sonreí.

—Oh, no.

Él sonrió.

—No te preocupes, está enamorado. Soy Anchor.

Estreché su mano e intenté no reírme.

—¿Es un apodo?

—Desearía que sí. Mis padres fueron con el tema náutico para todos nosotros.
Tengo una hermana, Coral, y mi hermano es Sailor.

—Bueno, encajo con ustedes con Avalon.

—Lo haces. —Su sonrisa creció—. Puede servirse cualquier comida o bebida en
la cocina, y tenemos un partido de póquer abajo en una hora si quieren entrar.

Él se dirigió a Carter para la última parte, quien asintió.

—Suena bien.
Fuimos a la cocina mientras Anchor se mezclaba con otro grupo. Él era un buen
anfitrión. Si todos eran tan agradables como él, podría en realidad divertirme en una
fiesta. Carter me ofreció una botella cerrada de agua mientras se sirvió una porción
saludable de un líquido ámbar. Cuando me atrapó mirándolo, me dio una sonrisa
tranquilizante.

—No te preocupes. No me sobrepasaré. Cambiaré a agua, así podré conducirnos


a casa.

—Está bien.

No quería que bebiera, especialmente después del fin de semana pasado.

Carter tomó un cuidadoso sorbo de su bebida.

—Vayamos abajo y veamos que está sucediendo.

Lo seguí al sótano y vi dos grandes sofás de frente a la televisión donde se


reproducía una película de superhéroes. Había solo unas pocas personas aquí abajo,
y nadie estaba todavía en la mesa de póquer.

Nos sentamos en un extremo del sofá que estaba vacío y nos acurrucamos. 143
Descansé mi cabeza sobre su hombro mientras él envolvía un brazo alrededor de mi
cintura y su mano sobre mi cadera. Besó mi frente, y me dejé perderme en la acción.

La película casi terminaba cuando Carter se levantó para conseguir más bebida.
Miré alrededor y me di cuenta de que cerca de una docena de nuevas personas
estaban platicando de pie alrededor. La música de arriba también estaba un poco más
fuerte.

Me paré y enderecé mi vestido antes de subir.

—Hola, hermosa. —Un chico que parecía estar cerca de sus veintes me detuvo—
. ¿A dónde vas?

—Voy a buscar a mi novio.

Me aseguré que mi voz fuera fuerte y sin dejar lugar al malentendido.

—Sí, señora.

Me guiñó y se movió fuera de mi camino. Estaba agradecida que no haya


intentado nada más. Hasta el momento estaba teniendo un buen rato. No quería que
la noche se arruinara.
Cuando abrí la puerta en la cima de las escaleras me estrellé contra alguien.

—Lo siento.

Cerré la puerta lo suficiente para que pasaran antes de salir. La casa estaba casi
llena, no tan abarrotada como la fiesta de la semana pasada, pero mucho más de lo
que esperaba. La música que venía de la sala de estar ya no era solo ruido de fondo.
La gente bailaba y se frotaban unos contra otros, y tuve que forzarme entre la
multitud hacia la cocina. Busqué el cabello dorado de Carter pero no lo vi.

Escuché vítores y me moví hacia el sonido. Anchor estaba de pie en una fila con
otros cuatro tipos, Carter era el último en la fila. Frente a ellos había tres vasos de
chupito con un líquido transparente. Los cinco levantaron el segundo vaso y lo
bebieron en perfecta sincronización. Más vítores y se bebieron el tercero.

Vi el vaso vacío de Carter del que había estado bebiendo toda la noche y estaba
lleno de nuevo. ¿Ese era el número dos o tres? Se lo llevó a los labios y tomó un trago
como si estuviera tratando de quitarse el sabor del otro trago de su boca con el líquido
ámbar. No sabía mucho sobre alcohol, pero al menos dos vasos de whisky o bourbon,
lo que fuera que estuviera bebiendo, y tres tragos tenían que ser mucho para alguien
del tamaño de Carter. Anchor podría manejar eso, pero era al menos dos veces más
grande que Carter.
144
Seguí adelante y lo llamé por su nombre. Él miró hacia arriba con una sonrisa.

—Oye, Ave. Ahí estás.

Forcé una sonrisa.

—Vayamos a la sala de estar.

Lo empujé detrás de mí y agarré una botella de agua en nuestro camino por la


cocina, abriéndola antes de entregársela.

—Deberías beber esto.

—Bien. —Hizo una mueca antes de tomar un gran trago—. Allí.

Lo miré a la cara y fruncí el ceño. Estaba sonrojado y sus movimientos eran un


poco inestables.

—¿Cuánto has bebido, Carter?

—Um. —Levantó su vaso—. Dos de estos y, como, algunos de esos. —Señaló


dónde había estado teniendo los tragos.
—¿Tuviste más de esos cuando subiste para tus recargas?

Él sonrió.

—Sí.

Gruñí.

—Pensé que te lo tomarías con calma para poder llevarnos a casa.

—No te preocupes. Estaré bien en unas horas.

Negué con la cabeza. No era así como me imaginaba que iba a pasar la noche.
¿Cómo pudo ser tan dulce y atento en la cena y transformarse en esto?

—Tienes que parar con esto.

Traté de tomar su vaso, pero lo sostuvo sobre su cabeza y fuera de mi alcance.

—Estoy bien. He estado bebiendo lo suficiente como para conocer mis límites.

Claramente. 145
—¿Por qué haces esto, Carter?

Sus ojos se encontraron con los míos e hizo un puchero.

—No te enojes. Ven a bailar conmigo.

No tuve la oportunidad de responder antes de que me empujara más hacia la sala


de estar hasta que estuvimos rodeados. Su mano libre se envolvió alrededor de mi
cadera y me acercó a él. Puse mis manos sobre su pecho y subí a su cuello. No me
gustaba esta versión de él. No debería estar bebiendo, especialmente en esta medida.

Pensé en lo que dijo sobre su padre y me pregunté si había aprendido esto de sus
padres. Tomaban la botella como escape. Podría ser todo lo que sabía. Pasé mis
dedos por su mano y suspiré, descansando mi mejilla contra su pecho. Quería
ayudarlo. Quería alejar a ese horrible hombre de él. Tal vez si su papá no estuviera
cerca para lastimarlo a él y a su mamá, no sentiría la necesidad de escapar así.

Su mano se deslizó hacia abajo hasta que estuvo ahuecando mi trasero. Me eché
hacia atrás y lo sorprendí sonriéndome. Se inclinó y me besó, forzando su lengua
dentro de mi boca. Sabía a su bebida, a fuego. Me aparté y puse mis manos en su
hombro.

—Carter, ¿qué estás haciendo?


Su rostro cayó.

—Quiero estar contigo, Ave.

Suspiré, tomé su mano y lo jalé detrás de mí. Necesitábamos irnos. Sin embargo,
no iba a poder conducir esta noche. Pasé a Anchor y lo agarré del brazo.

Me miró y sonrió antes de mirar a Carter.

—Oh, hombre. Ha bebido demasiado.

—Sí, ¿hay algún lugar donde pueda acostarse? No creo que se vaya a casa esta
noche.

Él asintió.

—Sube las escaleras. Puedes tomar la segunda habitación a la derecha.

—Gracias.

Encontré un camino hacia las escaleras y con cuidado guie a Carter hacia arriba.
Abrí la puerta del dormitorio de invitados, encendí la luz y llevé a Carter a la cama. 146
Se dejó caer y miró a su alrededor mientras yo le quitaba el vaso y me dirigía al baño
contiguo. Lo enjuagué antes de llenarlo con agua.

Él iba a quedarse aquí, pero yo quería irme. Odiaba que por segunda vez en una
semana estuviera llamando a Skyler para pedir ayuda, pero sabía que vendría.
Probablemente preferiría venir a salvarme a que me quede aquí con el Sr. Borracho.
Le envié un mensaje de texto con mi ubicación y dejé mi teléfono en mi bolsillo antes
de regresar a la habitación. Me paré entre las piernas de Carter y le entregué el vaso.

—Por favor, bebe esto.

Frotó su cara antes de tomarlo.

—Bien.

Observé mientras bebía la cosa completa. No estaba segura de cuánta agua


necesitaba, así que lo tomé de él y lo rellené. Él estiró la mano y tomó mi muñeca.

—Estoy bien. Solo quédate.

Parecía más calmado. Coloqué el vaso en la mesa de noche. Él recorrió el dorso


de mis piernas con sus manos y suspiró.

—Lo siento, Avalon. Te defraudé de nuevo.


Peiné su cabello fuera de su cara. ¿Cómo puede alguien que se ve como un ángel,
tener un lado oscuro?

—No puedes seguir haciendo esto, Carter.

Él dejó caer su cabeza contra mi estómago.

—Lo sé. Algunas veces necesito olvidar.

—¿Olvidar qué?

—A mi padre.

Sus palabras murmuradas apenas me llegaron.

—¿Qué hizo él que quieres olvidar?

Él estuvo quieto por mucho tiempo que pensé que podría haberse dormido.

—Él nos lastima. Le es infiel. Me golpea. Lo odio, Ave. Lo odio tanto.

Jadeé. Sabía que su padre era un hombre horrible, pero nunca imaginé que fuera 147
tan malo en su casa. Pensé que era un perfeccionista corrupto.

—Lo lamento, Carter.

Froté sus hombros. Sus manos se apretaron alrededor de mis muslos antes de
subir. Deslizó sus manos debajo del delgado encaje de mi ropa interior y agarró mi
culo mientras amasaba con sus dedos. Normalmente su toque me hacía ansiar más,
pero nunca me había tocado así. Me congelé.

—Carter.

Sus ojos se encontraron con los míos. Estaban más oscuros de lo normal, casi
irreconocibles.

—Hazme olvidar.

Sus dedos trazaron el contorno de mi ropa interior antes de subir a mis caderas,
levantando mi vestido más alto. Apreté sus hombros.

—Carter, ¿qué estás haciendo?

En un movimiento, me puso de espaldas en la cama y se paró sobre mí,


sujetándome por la cintura.
—Solo hazme sentir mejor. Sé que puedes hacerlo.

Dejó caer su cabeza en mi cuello y dejó caer besos desde mi oreja hasta mi
clavícula.

»Por favor, Avalon.

Levantó la cabeza hacia el otro lado, repitiendo sus atenciones.

Mi garganta se apretó y traté de empujar contra su pecho.

—Carter. Quiero irme.

Su cabeza se disparó, su rostro lleno de pánico.

—No, no puedes dejarme.

—Quiero ir a casa.

Ignoró mi súplica y levantó más las manos hasta que todo, desde mis costillas
hacia abajo, quedó expuesto. Puso su peso encima de mí y mi respiración se volvió
superficial. Podía sentirlo presionando entre mis piernas y empujé mis muslos juntos 148
por instinto.

Este no era el Carter que conocía. Este no era el hombre que me importaba.
Nunca intentaría hacerme daño.

—Carter, por favor.

—Shhh.

Me silenció con un beso. Empujé contra su pecho de nuevo, pero era un peso
muerto sobre mí. Sus manos recorrieron mi estómago desnudo hasta mi pecho.
Palmeó mi pecho y apretó.

Una lágrima se me escapó del ojo.

—Carter. Detente.

Agarré su mano y la aparté, pero él me ignoró, presionando más de su peso sobre


mí y separando mis piernas con las suyas. Jadeé ante la presión de él frotándose
contra la piel sensible en la parte superior de mis muslos.

No iba a detenerse. No me estaba escuchando. Estaba perdido en su propia


mente. Mi estómago se revolvió y sentí que iba a vomitar. Quizás eso lo detendría.
Abrí la boca con la esperanza de vomitar, pero mi cuerpo se negó a cooperar.

Su mano se arrastró por mi costado hasta que llegó a la parte superior de mi ropa
interior. Sus dedos se sumergieron dentro, apenas, mientras trazaba la parte superior.

Más lágrimas corrieron por mis sienes y por mi cabello.

—Carter. Detente, por favor.

Presionó más besos contra mis labios que no respondían.

»¡Detente! —grité, esperando que alguien me escuchara.

¿Cómo podría ser el mismo chico dulce que me dijo lo mucho que significaba
para él? ¿Cómo habíamos pasado de bailar en el estacionamiento a esto?

Mi cerebro no podía comprender. Este era Carter. ¿Mi dulce Carter? Pero él no
me haría esto.

Aparté la cara de su boca.

—¡Detente! —grité de nuevo. No podía rendirme todavía. Lo empujé con todas 149
mis fuerzas, pero no se movió. Sus dedos se movían más abajo y tiré contra él,
tratando de evitar que alcanzara su objetivo.

»¡Detente!

Mi voz se quebró con un grito.

Esto no estaba sucediendo. Carter no me haría esto.

—Shh —susurró contra mi oído antes de besarme. Me alejé de él de nuevo y


moví las caderas. Su mano subió a mis caderas para sujetarme, y jadeé de alivio.

Levanté la mano y tomé su cabeza entre mis manos.

—Carter. Carter, por favor mírame. —Sus ojos borrosos encontraron los míos—
. Estás lastimándome. Por favor, detente.

Sacudió la cabeza, y por un glorioso momento pensé que lo había hecho


entender. Cerró los ojos y bajó la cabeza.

—Te amo, Avalon.


Me besó con una mano envuelta alrededor de la parte de atrás de mi cuello. La
otra se movió hacia abajo, deslizando mis bragas hacia abajo. Me agaché para apartar
su mano. Soltó mi cuello solo para agarrar mis manos y sostenerlas sobre mi cabeza.

Perdí mi única oportunidad de control.

—¡Detente! ¡Carter! —grité una y otra vez, rezando para que alguien me
escuchara. Reanudó su esfuerzo por bajarme la ropa interior cuando la música
inundó la habitación. Giré la cabeza para ver a Luca, Vince y Skyler entrar corriendo.

Vince apartó a Carter de mí y lo tiró al suelo. Con su peso fuera de mí, mi


respiración se convirtió en jadeos. Aunque los confines desaparecieron, mi cuerpo
no se movió.

Luca apareció y me bajó el vestido. Me miró con una preocupación que nunca
antes había visto.

—Avalon, ¿puedo tocarte?

Parpadeé. ¿Estaba realmente aquí? ¿Esto era real?

Asentí con la cabeza una vez, y sus cálidas manos encontraron las mías y me 150
ayudaron a sentarme.

—Estás a salvo ahora. Estamos aquí.


Skyler estaba tirando de Vince fuera de Carter cuando miré el suelo.

—Para, hombre. Está inconsciente.

Vince estaba temblando cuando se paró y me enfrentó. Su ira me asustó, pero en


el momento en que sus ojos se conectaron con los míos, se relajó.

—Mierda. Avalon, ¿estás bien?

Mi cuerpo tembló, y mis lágrimas fluyeron por mis mejillas. Luca se sentó en la
cama junto a mí y me colocó en su regazo. Me acurruqué y envolví mis brazos
alrededor de su cuello. Él era seguro.

—Por supuesto que no lo está. Saquémosla de aquí —prácticamente gruñó Luca.

—Lo siento, Avalon. No podíamos encontrarte. Debimos haber llegado a ti


151
antes.

Skyler se frotó la nuca y se paseó por la habitación.

—Vámonos —dijo Vince, y Luca se paró conmigo segura en sus brazos.

Vince guio el camino hacia abajo con Skyler detrás de nosotros. Atravesaron la
multitud, y estábamos en el Jeep en menos de un minuto. Luca se deslizó en el
asiento trasero conmigo, sosteniéndome contra él. Secó mis lágrimas y besó mi frente
una y otra vez en el camino a mi casa.

—Estás bien. Te tenemos.

Sus palabras tranquilizadoras no me llegaron hasta que me llevó dentro de mi


casa. Ellos caminaron hacia mi habitación sin discutir. Luca me sentó en el borde de
mi cama y desapareció en el baño. Vince tomó su lugar junto a mí, tirando de mí
dentro de sus brazos.

—Lo siento tanto.

Besó mi sien y descansó su barbilla sobre mi cabeza.


Skyler volvió a pasearse incluso mientras su teléfono sonaba. Contestó y me
miró.

—Sí, la tenemos. La trajimos a su casa. —Hizo una pausa—. Sí, nos quedaremos
con ella.

Él colgó la llamada y no explicó con quien estaba hablando. Luca salió con una
toalla húmeda. Se acercó a mí sin dudar y amablemente la pasó debajo de mis ojos.
Secó el rastro de lágrimas y limpió el resto de mi maquillaje. Su toque tan ligero, tan
cuidadoso, y tan diferente a él.

Desapareció de nuevo y regresó mucho más rápido con una gran camiseta y unos
pantalones cortos de algodón, mi ropa favorita para dormir. Él y Skyler quitaron cada
uno un zapato, y Vince me ayudó a quitarme la chaqueta. Luca me ofreció su mano
para ayudarme a ponerme de pie en piernas temblorosas. Se dirigió al baño y cerró
la puerta detrás de nosotros.

—¿Quieres ducharte?

Negué con mi cabeza. No pensé tener la fortaleza para estar de pie por tanto
tiempo. Por mucho que deseara lavarme la sensación de Carter de mi piel, quería ir
a la cama lo más rápido posible.
152
Él sostuvo la ropa hacia mí.

—Me voltearé, pero quiero estar aquí en caso que caigas. No te ves muy estable.

Asentí y esperé a que él se volteara para desabrochar mi vestido y salir de este.


Me puse mis pijamas y suspiré.

—Terminé.

Él me enfrentó en el espejo y frunció el ceño.

—Vas a estar bien.

Aprecié que no me preguntara como estaba. No era una pregunta que quisiera
contestar. Sin embargo, necesitaba escuchar sus palabras. Necesitaba saber que
eventualmente, no me sentiría que iba a vomitar o desmayarme. Que algún día iba a
olvidar esto.

Tomó mi mano y me llevó de vuelta a la habitación. Vince y Skyler estaban de


pie frente a la cama, y Luca retiró las mantas y me ayudó a entrar. Me senté,
recargándome contra mis almohadas, y me encontré con cada mirada de los chicos
estudiándome. Sentí como si estuvieran esperando que algo sucediera, pero no estaba
segura de qué era.

Skyler sacó su teléfono y se fue. Vince se acercó, haciendo que Luca se alejara a
un lado, y tomó mi mano. Abrió la boca para hablar pero nada salió. Sostuvo mi
mirada y negó con la cabeza, apretando mi mano. Él no tenía idea de que decir al
igual que yo. Sentí la necesidad de decirles que estaba bien, pero no lo estaba.

—¿Dónde está?

Escuché la voz de Noah justo antes de que entrara a mi habitación. Empujó entre
Vince y Luca, y lanzó sus brazos alrededor de mí. Jadeé por el impacto, y Vince
inmediatamente lo alejó.

—¿Qué demonios, hombre? —dijo enojado.

Noah lo fulminó con la mirada antes de volver a mí, viéndose culpable.

—Lo siento tanto, Avalon. No pensé. Solo necesitaba saber que estabas a salvo.

Luca negó con su cabeza y Gavin entró con Skyler detrás de él. En el momento
en que me encontré con sus ojos, sentí que algo dentro de mí se rompió. 153
Todos estaban aquí. Todos vinieron por mí. Una nueva ronda de lágrimas cayó
por mis mejillas. Gavin se movió al lado más alejado de la cama y gateo por esta. Se
sentó junto a mí antes de subirme a su regazo y sostenerme contra su pecho. Sollocé
contra él, tomando un puñado de su camiseta en mis manos. Necesitaba sostener
algo para mantenerme centrada. Para recordarme que estaba aquí, segura, y no de
vuelta en esa habitación.

La cama se hundió y sentí una mano frotando mi espalda, un pie, el otro tobillo,
y otra secando mis lágrimas.

Tomaron turnos para susurrarme cosas. Diciéndome que estaba a salvo, que
estaba en casa, que ahora estaba con ellos, que me mantendrían a salvo, y que las
cosas iban a estar bien.

Minutos o horas pasaron hasta que mis sollozos se tranquilizaron y lágrimas


silenciosas cayeron contra la camiseta húmeda de Gavin. Él finalmente rompió el
silencio.

—¿Alguien puede decirme que sucedió?

La mano en mi pie se apretó.


—¿Quieres que les diga? —preguntó Vince.

Yo no iba a ser capaz de decirles todo a ellos, pero comencé con el comienzo, la
parte buena de la noche cuando pensé que era una cita perfecta.

—Carter me llevó a cenar, luego dijo que su amigo estaba teniendo algunas
personas yendo a su casa. Me dijo que no tomaría mucho y me prometió que me
traería a casa cuando estuviera lista. Él bebió mucho. Más de lo que me di cuenta.
Lo encontré bebiendo tragos, y me dijo que no eran los primeros. Intentó bailar
conmigo, pero no estaba actuando como él mismo. Le pregunté a Anchor, su amigo,
si podía recostarse, y me dijo que lo llevara arriba a la habitación de invitados. Logré
que bebiera algo de agua y le mandé el mensaje de texto a Skyler para que me
recogiera. Quería asegurarme que él estaba bien antes de bajar a esperar. Él me agarró
y me empujó contra la cama luego se recostó encima de mí.

Eso es todo lo que podía decir, y Vince retomó desde ahí.

—Llegamos pero no podíamos encontrarla. Buscamos en el piso principal y el


sótano antes de que Skyler sugiriera intentar arriba. Cuando abrimos la puerta, él
estaba sobre ella, su vestido alzado, y él estaba intentando…

No terminó, pero con la forma en que Gavin me acercó más, supe que podía
154
completar el resto.

—Avalon, ¿él lo hizo?

Negué con la cabeza.

—No, ellos llegaron antes de que pudiera.

Gavin maldijo bajo su aliento.

—¿Quieres presentar cargos?

—No.

Cerré mis ojos, no queriendo ver la reacción de nadie. No quería revivir esta
noche más de lo necesario. Sabía que lo que hizo Carter estaba mal, pero en realidad
no alcanzó a hacer nada. Los chicos llegaron a tiempo.

—Si eso es lo que quieres.

Skyler sonó resignado. Sabía que probablemente querían que fuera por sangre,
pero yo quería olvidar.
—¿Está bien si nos quedamos contigo? —susurró Gavin.

Asentí y sentí la cama moverse. Gavin se recostó, moviéndome con él así me


estaba abrazando de cucharita. Eché un vistazo y Skyler me sonrió antes de descansar
su cabeza en la almohada junto a mí. Luca caminó en la habitación con los brazos
llenos de mantas y se las pasó a Vince y a Noah. Ellos desaparecieron de vista
haciendo sus camas en el suelo. Una vez que estuvieron acomodados, Skyler se giró
y apagó la luz. Yo estiré mi mano y tomé la suya sosteniéndola debajo de mi barbilla.

—Gracias por venir. De nuevo.

Los ojos de Skyler pasaron sobre mi cara.

—Siempre lo haré.

Eso significaba mucho para mí. Aunque darle a Carter una segunda oportunidad
resultó ser una decisión horrible, no me lo restregó en la cara. Esta noche no se había
tratado de ensuciar a su padre. No necesitaba ir, pero lo hice porque me dejé
perdonarlo por el fin de semana pasado. Quería pensar que era mejor que eso.
Resultó que era peor de lo que imaginaba.

—Skyler.
155
Abrí mis ojos.

—¿Mmm?

—Carter me dijo algo sobre su papá.

Levantó las cejas.

—¿Qué?

—Ha tenido aventuras y le ha pegado a Carter.

Apretó la mandíbula. Sabía que probablemente no quería sentir simpatía por


Carter en este momento, pero era difícil no hacerlo. Su vida era dura. Su papá era
horrible. No era una excusa para lo que hizo esta noche. No había excusa para
imponerse sobre mí, pero sabía con cuánto dolor él estaba.

Era confuso sentirme así cuando solo una hora antes, estaba atrapada debajo de
él. El recuerdo de su mano sujetando la mía mientras bajaba mi ropa interior resurgió
y me estremecí. Los brazos de Gavin se apretaron a mi alrededor y me recordé a mí
misma que ahora estaba a salvo.
—Se lo haré saber al consejo.

Aprecié la voluntad de Skyler de transmitir la información. Tenía que terminar


con esto. No podía perdonar a Carter, no esta vez. Si la Sociedad necesitaba más de
su padre, tendrían que buscar a alguien más.

—Solo descansa, Avalon.

Besó mi frente y cerré los ojos.

s
Me desperté con movimiento alrededor de mí.

Gavin y Skyler se apresuraron afuera de la cama. Me senté y miré al suelo. Noah


estaba de pie, pero Luca y Vince estaban desaparecidos.

—¿Qué sucede? 156


Ninguno me contestó. Gateé al borde de la cama y bajé. Noah se paró en frente
de la puerta.

—Espera aquí.

—¿Por qué? ¿Qué está sucediendo?

Su fuerte y cuadrada mandíbula estaba apretada, y sentí la tensión rodando de


él.

—Los chicos se están ocupando de ello.

—¿Ocupando de qué?

Empujé pasándolo, pero atrapó mis hombros.

—Por favor, Avalon. Solo quédate aquí.

Escuché gritos y me congelé.

—¿Por qué están gritando?

Noah suspiró.
—Carter está aquí.

Retrocedí dentro de mi habitación y me abracé. ¿Por qué estaba aquí? El pánico


y el terror de anoche inundó de nuevo.

Noah bajó su cabeza hasta que sus ojos estaban al nivel de los míos.

—Avalon, está bien. Ellos se están encargando de él. Nosotros nos quedaremos
aquí arriba. Él no te verá.

No. No me iba a esconder. Me rehusaba a ser prisionera en mi casa. Si no lo


enfrentaba ahora, ¿cómo podría hacerlo en la escuela? No podría evitarlo. No lo
dejaría ganar.

—Voy a bajar.

Me moví antes de que Noah pudiera atraparme y tomé las escaleras posteriores.
Pasé rápidamente las esquinas hasta que los encontré a todos viendo hacia la entrada.

—Necesitas irte.

La fuerza de mi voz me llenó de orgullo. 157


Todas, las cinco cabezas se giraron. Carter me vio, y su furia disminuyó. Tenía
un ojo negro y algunos moretones más en su rostro. Quise sentirme mal, pero en
realidad me hizo feliz saber que tenía consecuencias visibles de anoche. Él dio un
paso hacia mí, pero Luca se le atravesó. Intentó rodearlo, pero Luca era un
guardaespaldas sólido.

—Avalon, por favor. Habla conmigo.

—No, Carter. Necesitas irte.

Sus ojos me rogaron.

—Nena, no sé que está sucediendo. Me desperté solo en casa de Anchor.


¿Cuándo te fuiste?

Vince prácticamente gruñó.

—Justo antes de que pudieras violarla.

Carter palideció.

—¿Qué? —Él miró al grupo antes de que sus ojos aterrizaran sobre mí—. ¿De
qué está hablando?
Tragué. ¿Cómo es que no recuerda? ¿Cuán injusto era eso?

—Bebiste demasiado.

Me interrumpió.

—Yo… yo tuve unos cuantos tragos más de lo que debería, pero nunca…

—Lo hiciste —interrumpió Luca.

—Te llevé arriba así podías dormir y le envié un mensaje de texto a Skyler para
que me recogiera. Estabas molesto, y dijiste que querías que yo te hiciera olvidar.
Luego, te forzaste sobre mí. —Hice una pausa y esperé a que el nudo en mi garganta
pasara. Nadie habló mientras me recompuse—. Intenté quitarte de encima. Te rogué
que te detuvieras. Grité por ayuda. —Tomé una respiración profunda. No me
rompería frente a él. Sería fuerte—. Atrapaste mis manos contra la cama, y me
estabas quitando la ropa interior cuando ellos entraron.

Observé cuando se desmoronó. Su mirada cayendo al suelo y sacudió su cabeza.

—No. —Cayó sobre sus rodillas—. No.


158
—Sí, imbécil. La atacaste anoche. Si no hubiéramos llegado cuando lo hicimos,
la habrías violado.

Vince era aterrador. Me estremecí ante sus palabras. Pincharon incluso a pesar
de que eran verdad.

Carter dejó caer su cabeza en sus manos y cayó hacia atrás sobre sus talones.
Tiró de su cabello hasta que pensé que se lo iba a arrancar. Levantó su mirada,
encontrándose con mis ojos.

—Avalon, lo siento. Nunca te lastimaría. Lo juro.

Su voz se rompió, y sus ojos brillaron con lágrimas.

—Lo hiciste, Carter. De nuevo. El fin de semana pasado ignoraste toda mi


ansiedad sobre la fiesta, te emborrachaste, y me dejaste por mi cuenta, pero te di una
segunda oportunidad porque pensé que eras mejor. —Tomé una respiración
irregular—. Pero anoche, me mostraste quien eres realmente. Quién puedes ser y no
quiero volverte a ver.

Él se agarró el pecho como si le hubiera arrancado el corazón.


—Lo siento. No estaba bien de la mente. Te prometo que nunca volveré a beber.
Nunca te volveré a lastimar. Por favor, Avalon. No puedo perderte.

Dejé caer mi cabeza.

—Espero que esto sea suficiente para hacerte parar, pero no estaré cerca para
averiguarlo. No te daré la oportunidad de volverme a lastimar.

Él gritó:

—No, Avalon. Lo siento. Por favor. Por favor, no hagas esto.

Eso fue lo que me rompió. Cubrí mi boca mientras lágrimas escaparon.

—Dije eso anoche, Carter. Te rogué que no lo hicieras. Te rogué que te


detuvieras. No me escuchaste, así que ¿por qué debería escucharte yo a ti?

Gruñó como si le hubiera dado un puñetazo. Lentamente se puso de pie,


mirándome con cada movimiento. Retrocedió hasta la puerta principal y la abrió sin
mirar.

—Lo siento mucho, Avalon. 159


Luca cerró la puerta y echó el cerrojo en cuanto Carter se marchó. Me derrumbé,
pero Noah estaba allí para atraparme. Lloré en su pecho y él me sostuvo.
Pasé el pasado domingo después dejar la fiesta sola esperando por una sola
llamada o mensaje de texto de Carter. Hoy, la incesante vibración me estaba
volviendo loca. Él quería que hablara con él. Que lo perdonara. Que le diera otra
oportunidad. ¿Por qué no era mi silencio suficiente para que él entendiera que no
quería hablar con él? Finalmente, Vince contestó una de las llamadas, le dijo que
llamaría a la policía si no dejaba de hostigarme, luego apagó el teléfono.

—Chicos, deberían ir a casa. Estoy bien. —Pasaron todo el día conmigo, y los
aprecié por mantenerme distraída, pero no podía mantenerlos aquí por siempre—.
Sus padres probablemente se estarán preocupando.

—No te estoy dejando aquí sola —dijo Gavin.

—Tampoco yo. —Luca se cruzó de brazos.

Llamé a papá esta mañana y le dije que necesitaba que viniera a casa. No le dije
160
que sucedió, no quería hacerlo por teléfono, y me prometió que volvería tan pronto
como pudiera.

—No tienen ropa para mañana, así que tendrán que ir a casa en algún punto.

Alcé una ceja.

—Bien, Gavin y Vince se quedarán e irán a casa mañana temprano para alistarse.

Fui sorprendida por la sugerencia de Skyler, incluso más cuando el resto de los
chicos lo aceptaron.

—Debería decirles a mis padres lo que sucedió —dijo Luca, y me levanté del
sofá.

—¿Por qué?

—No puedes seguir en esta asignación, y la Sociedad en raras ocasiones cambia


las asignaciones sin una buena razón. Tengo que dejarles saber que no es seguro para
ti.

—Además, deberías decirles lo que Carter le dijo —agregó Skyler.


—Correcto. Los veré mañana, chicos.

Luca cruzó la habitación y me jaló a un abrazo. Me relajé en sus brazos,


sintiéndome tan protegida. Me mostró un lado diferente de él anoche. Normalmente
era tan cerrado, el líder que mantiene a la gente a distancia. Ahora, sabía lo tierno
que podía ser. Me cuidó cuando pudo haberse unido a Vince en golpear a Carter,
pero se quedó conmigo. Se aseguró que estuviera cubierta. Supo que decir para
traerme de la oscuridad.

—Gracias.

Lo miré a los ojos, esperando que la simple palabra convocara lo mucho que
aprecié lo que hizo por mí.

Sonrió y colocó un beso ligero en mi frente antes de retroceder. Noah tomó su


turno, sosteniéndome apretada.

—Llama si necesitas cualquier cosa. Te estaremos esperando mañana, ¿está


bien?

Asentí contra su duro pecho. Me soltó, y Skyler lo reemplazó. Me abrazó como


si fuera frágil y casi me hace añicos.
161
—Estoy bien, Skyler.

Sacudió la cabeza, frotando su barbilla sobre mi cabello.

—No creo que jamás olvidaré lo asustado que estaba cuando no podíamos
encontrarte. Yo sabía que algo estaba mal. Más que tu necesidad de un aventón.
Sabía en mis entrañas que nos necesitabas. Cada segundo que buscábamos en la casa
parecía una eternidad. Yo... no sabía en lo que estábamos entrando, pero fue peor de
lo que imaginaba. Lamento que te haya hecho daño. Lamento no haberte encontrado
antes. Siento mucho no haber estado allí para protegerte.

Incliné mi cabeza hacia arriba y sostuve su rostro entre mis manos.

—Hiciste todo lo que pudiste, Sky. Me salvaste. Me encontraste a tiempo.

Cerró los ojos y froté mi pulgar a lo largo de su mejilla hasta que los abrió.

—No sé si alguna vez podré quitarme de la cabeza la imagen de ti debajo de él.


Quería matarlo, Avalon. Quería destrozarlo.

Me puse de puntillas y besé su mejilla.


—Estoy a salvo ahora.

Asintió y me apretó una vez más antes de alejarse. Sostuvo mi mano durante
unos segundos más antes de soltarla.

—Déjanos saber si necesitas algo. Volveré enseguida.

—Gracias.

Me paré entre Vince y Gavin mientras los veíamos irse. Gavin cerró la puerta
con llave y se volvió hacia mí.

—Vamos a dormir un poco.

Lo seguí escaleras arriba y por el pasillo hasta mi habitación. Nos preparamos


para ir a la cama en mi baño antes de meternos en la cama, con Gavin a mi derecha
y Vince a mi izquierda. Me acosté de espaldas y tomé sus manos. Anoche, no tuve
mi pesadilla, y esperaba que me dejara descansar de nuevo esta noche. Estaba
bastante segura de que los chicos rodeándome ayudaba. No tenía miedo cuando
estaban aquí.

Vince se dio la vuelta y me besó en la mejilla. 162


—Buenas noches, hermosa.

Le sonreí.

—Buenas noches.

Gavin se deslizó más cerca de mí, sosteniendo mi mano en su pecho.

—Buenas noches.

Me volví hacia él.

—Buenas noches.

Besó mi frente y dejé que mis ojos se cerraran, disfrutando de su calidez.

s
Mandé a los chicos a casa para alistarme para la escuela y les dije que quería
irme con Emily. No estaba segura de como le iba a contar lo que sucedió, pero sabía
que tenía que hacerlo en persona. Cuando salí, ella estaba esperando junto al coche.

Levantó su mirada de su teléfono y sonrió.

—Ahí estás.

Entré en el asiento trasero junto a ella y saludé al conductor. Emily comenzó a


decirme sobre su cita con Andrew y como la llevó a un restaurante en el centro desde
donde se veía toda la ciudad.

Cuando tomó aliento, tomé mi oportunidad.

—Hay algo que necesito contarte.

Ella metió su teléfono en su mochila y se giró para mirarme.

—Suena serio.

—Lo es.
163
Frunció el ceño.

—¿Qué sucede?

Miré al conductor, pero Emily compartió más que suficientes secretos en frente
de ella para saber que nada dejó el coche.

—Salí con Carter el sábado. Fuimos a cenar, luego me llevó a una fiesta en casa
de su amigo Anchor.

Asintió.

—Sí, Andrew dijo que ustedes irían. Me preguntó si quería ir, peor no quería
apresurar el regreso.

Me pregunté que habría sucedido si ellos hubieran ido, luego me detuve. No


importaba. No cambiaba lo sucedido.

—Carter realmente se emborrachó. Lo llevé a una habitación arriba así podía


dormir, y le mandé un mensaje de texto a Skyler para que me recogiera.

Continué diciéndole lo que sucedió en la habitación, como los chicos lo


detuvieron, él apareciéndose en mi casa, las llamadas y los mensajes de texto.
Cuando terminé, su boca se abrió.
—Oh, Avalon. Eso es horrible. —Me alcanzó y abrazó—. Lo siento tanto.

Asentí y esnifé. No lloraría sobre ello de nuevo.

—Le dije que terminamos, pero él no escucha. No puedo seguir con él.

Ella frunció sus labios por un momento.

—No puedo creerlo. Carter es uno de los buenos.

Suspiré.

—También lo pensé así.

Llegamos a la escuela, y ella enganchó su brazo con el mío.

—Podemos encontrar algún otro lugar donde sentarnos.

No sabía que hacer. No quería esconderme. Me negaba a darle ese poder sobre
mí, pero era su escuela primero. Estos eran sus amigos primero. No podía esperar
que él se alejara.
164
—Si él está ahí, iré a sentarme con los chicos.

Ella no pareció gustarle la idea pero no discutió. Cuando llegamos al patio, las
chicas estaban con Andrew, Johnny y Tyson. Estaba tan aliviada.

Emily marchó hacia el grupo y con una mirada hacia mí, retransmitió lo que le
dije.

—Sé que Carter es su amigo, pero también lo es Avalon. Lo que él hizo fue
horrible, y no lo soportaré.

Todos tenían diferentes expresiones de sorpresa. Bridgette y Olivia se levantaron


y me envolvieron en un abrazo de oso.

—Lo lamento tanto —susurró Bridgette.

Después de que me soltaron, atrapé a Tawni observándome. Ella negó con la


cabeza.

—No puedo creer que él haría eso.

Johnny estaba frotando su rostro.

—Tampoco yo.
Tyson parecía aturdido, y Andrew estaba viendo fijamente un punto en el suelo.

—No lo entiendo. Le gustas. Realmente se preocupa por ti. —Andrew me vio a


la cara—. Nunca te lastimaría.

—Eso es también lo que yo pensé —dije.

Él pasó su mano por su cabello, despeinando su estilo perfecto.

—Esto debe ser un malentendido. Carter no haría eso.

Mi estómago cayó. ¿No me creía? No pensé que incluso eso fuera una opción.

—Él estaba realmente borracho, pero eso no cambia lo que hizo. Intenté de
empujarlo. Estaba gritando y rogándole que se detuviera.

Me estremecí ante el recuerdo. ¿Por qué estaba teniendo que defenderme?

—Andrew, se forzó sobre ella.

Emily sonó tan confundida como yo.


165
Andrew presionó.

—Él es su novio. No es como si no se hubieran enganchado antes.

Él estaba equivocado. No lo habíamos hecho, pero no era su asunto.

—Debería hablar con Carter antes de saltar a conclusiones —dijo Tawni.

Se sintió como si alguien hubiera arrancado el suelo debajo de mí.

—¿No me crees?

Ella frunció.

—No es eso. Creo que hay más en la historia. Su lado de las cosas. —Miró
alrededor del grupo—. Todos conocemos a Carter desde hace años. Nunca lastimaría
a alguien a propósito.

Di un paso atrás y Emily me agarró del brazo.

—Quizás deberíamos escuchar lo que él tiene que decir.

No podía creerle. ¿Mi mejor amiga no me creía ahora? Miré a Bridgette, Olivia,
Johnny y Tyson. ¿Estaban de acuerdo con ellos?
Cuando nadie habló, me di la vuelta y me alejé. Los chicos estaban en su mesa
normal y crucé el patio hacia ellos. Luca me abrió los brazos y entré en ellos. Mi
cuerpo temblaba mientras lloraba.

—¿Qué pasó? —preguntó Noah detrás de mí.

—Avalon, ¿qué está pasando? —La voz de Vince estaba tan cerca.

Abrí los ojos y lo encontré a centímetros de mí.

—No me creen. Piensan que es un malentendido. No creen que Carter pueda


hacer eso.

Respiré profundamente, pero no podía exhalar. Estaba hiperventilando y no


podía controlarme.

—Cálmate, nena. —Luca frotó su mano en mi espalda—. Exhala.

Resoplé un par de veces antes de intentarlo de nuevo.

La campana sonó y gemí. No podía ir a clase así, especialmente a una que tenía
con él. 166
—Vamos, Avalon.

Luca me guio lejos de mi clase y hacia la oficina principal. No estaba segura de


lo que estaba planeando. Quizás íbamos a la enfermería. Podría acostarme por unos
minutos y calmarme y enfrentar el segundo período.

Pasó junto a la recepción y se detuvo en la puerta de la oficina del Sr. Peters, mi


consejero vocacional.

Luca llamó al marco de la puerta.

—¿Tiene un minuto, Sr. Peters?

El consejero que me había enamorado cuando lo vi por primera vez levantó la


vista de su computadora y frunció el ceño cuando me vio.

—Por supuesto.

Luca nos guio adentro y cerró la puerta detrás de él. Tomé el mismo asiento que
había usado cuando vine aquí con papá. Peters se enfrentó a nosotros.

—¿Qué los trae hoy?


Me estaba mirando. Conseguí controlar mi respiración, pero las lágrimas seguían
fluyendo.

Luca tomó mi mano entre las suyas.

—Sé que no quieres involucrar a la policía, pero no voy a dejar que te sientes en
dos clases a solas con él.

Me di cuenta de lo que estaba pasando y comencé a negar con la cabeza, pero


me interrumpió.

—Avalon, tenemos que decírselo a alguien.

Cerré los ojos y apreté los labios. No podría pelear con él en esto. Estaba
avergonzada e incómoda, pero no podía soportar la idea de tener clases con Carter.
No lo quería cerca de mí.

—¿Qué está pasando, Sr. Castello? —La voz del señor Peters era dura.

Luca le contó todo lo ocurrido el sábado. Me enfermó escucharlo por tercera vez
esta mañana. Mi consejero nunca interrumpió, y cuando Luca terminó, terminando
con las llamadas y los mensajes de texto sin parar de Carter ayer, suspiró. 167
Abrí los ojos y me ofreció un pañuelo. Me soné la nariz y acepté algunos más.
Me limpié los ojos y pude recuperar la compostura.

—Ésta es una situación muy grave, señorita Bradley. ¿Por qué no querías
involucrar a la policía?

Esnifé.

—Solo quiero olvidar. No quiero revivirlo una y otra vez. Sé que, si presento
cargos, se convertirá en una prueba completa. Su padre… —Me encogí—. No lo
quiero involucrado.

El Sr. Peters se recostó y frunció el ceño, pero creo que entendió mi decisión.

—¿Le has dicho a tu padre?

—Vuelve a casa de un viaje de trabajo.

Eso no necesariamente respondía a su pregunta, pero asintió.

—Estoy obligado a denunciar un abuso, Avalon. Intentaré no involucrar a sus


padres, pero es mi responsabilidad.
Eso es lo que me preocupaba. Me volví hacia Luca y me dio una sonrisa gentil.

—Debería quedar registrado. En caso de que suceda algo más.

Como si Carter volviera a aparecer en mi casa sin ser invitado.

—Supongo.

Peters lo miró.

—¿Tus amigos también pueden dar declaraciones de lo que pasó?

Luca estuvo de acuerdo.

—Por supuesto.

—Escribe sus nombres. —Deslizó un cuaderno a través de la mesa y Luca


escribió los nombres completos de Skyler y Vince—. Gracias.

Él se levantó y caminó fuera de la oficina, regresando un momento después


tomando asiento de nuevo.
168
—Quiero tener documentado lo que sucedió, así que necesitaré que escribas los
acontecimientos de tu punto de vista. Tendré a los chicos haciendo lo mismo.

Asentí y él regresó a su computadora.

—Y por tus clases, es la primera clase y ¿cuál otra?

—Tercer período. Historia Mundial y Literatura Mundial.

Dio clic en algunas teclas.

—Genial, solo cambiaremos sus clases, así él va primero a Literatura.

Estaba tan aliviada. Él lo hizo tan fácil, y aprecié que no me cambiara de clases.
No quería atención extra, y ahora Carter tendría que lidiar con ello.

—Gracias.

Asintió una vez, y hubo un toque en la puerta.

—Adelante.

Skyler y Vince entraron juntos. Ambos me sonrieron antes de pararse detrás de


nosotros.
—Gracias a ambos por venir. Me gustaría que cada uno escriba los
acontecimientos desde su punto de vista de lo que sucedió el sábado en la noche.

—Por supuesto. —Skyler estuvo de acuerdo y se estiró entre Luca y yo por los
papeles que el Sr. Peters les ofreció.

Mientras estaban esperando, el Sr. Peters se excusó de nuevo.

—¿Estás bien con esto? —preguntó Vince.

Me giré para verlo de frente.

—Sí, Luca tenía razón. Necesitaba decirle a alguien lo que sucedió.

Luca me dio una sonrisa tensa.

—Te estabas derrumbando en mis brazos. Tenía que hacer algo.

El Sr. Peters regresó con un hombre de aspecto severo vestido con un traje
ajustado.

—Srta. Bradley, este es el director Truman. Le informé de la situación y accedió 169


a emitir una orden de no contacto con el Sr. Harrington.

El director se centró en mí.

—Si intenta acercarse a ti o ponerse en contacto contigo, díselo al miembro del


personal más cercano y será retirado. Si viola la orden, enfrentará una suspensión. Si
vuelve a ocurrir, se discutirá la expulsión.

Aprecié que se tomaran esto en serio.

—Gracias.

—Hice sacar al Sr. Harrington de la clase y actualmente está esperando en mi


oficina. Eres libre de ir a clase cuando estés lista.

Con eso, dio media vuelta y se fue.

Peters tomó las declaraciones de todos nosotros.

—Te haré copias y estarán disponibles para ti si lo deseas. —Esperó un


momento—. Quiero que me avises si pasa algo más. Si se pone en contacto contigo,
incluso fuera del campus, ven a hablar conmigo.

Estuve de acuerdo.
—Lo haré.

—Bien. Caballeros, pueden volver a sus clases. Srta. Bradley, si desea irse a casa,
puedo comunicarme con su padre.

Negué con la cabeza. Ahora que sabía que Carter se mantendría alejado de mí,
me sentía mejor.

—Estaré bien. Gracias.

Los chicos me acompañaron a Biología ya que el segundo período ya había


comenzado y prometieron reunirse conmigo después para acompañarme a mi
próxima clase. Me senté en Biología y Bridgette me dedicó una sonrisa tímida. No
estaba segura de cómo reaccionar. ¿Ella también pensaba que Carter era inocente?

Me dolía pensar que mis amigos no me creían, así que la ignoré y me concentré
en copiar las notas en la pizarra. Un minuto después, un papel se deslizó sobre mi
escritorio con las notas que me perdí desde el comienzo de la clase. Miré y ella me
sonrió, y supe que era su rama de olivo. Le di las gracias y me puse manos a la obra.
Al menos me quedaba una amiga de su grupo.
170
Emily no me estaba esperando después de la escuela. Me permití sentirme triste
por unos pocos segundos antes de girarme hacia Luca y Skyler.

—¿Puedo tener un aventón?

Skyler en realidad se rio.

—No estarás llegando a casa de ninguna otra forma. Ni siquiera me gustó que
vinieras esta mañana con Emily. Te estoy llevando y trayendo desde ahora.

No me molesté en discutir. Sabía que hasta que cumpliera dieciséis, él sería mi


chofer.

—Gracias.

—Será bueno cuando Gavin consiga su coche. Entonces, no tendrás que ir y


171
venir tanto —dijo Luca mientras abrió la puerta del pasajero para mí.

—¿Cuándo cumple años? —pregunté una vez que estábamos dentro.

—El veinte de noviembre.

Jadeé.

—Es en menos de un mes.

Skyler se rio.

—Tienes razón.

Supongo que nunca conseguí la lista de los cumpleaños de los chicos, pero por
alguna razón, asumí que yo sería la próxima en conducir.

—¿Vamos a hacerle una fiesta?

—Tal vez. Normalmente hacemos algo durante el descanso de otoño.

—Oh, sí. Las chicas me contaron sobre eso. Dijeron que todos salen de viaje.

Luca se rio.
—La mayoría de la gente lo hace, sin embargo, no todos. Nuestros padres
normalmente están demasiado ocupados para tomarse tiempo libre, pero estábamos
que este año o el próximo nos dejaran ir a algún lado solos.

—Sí, será más fácil discutir cuando todos tengamos dieciséis, pero lo vamos a
intentar de todas formas.

—Suena divertido.

Era horrible, pero esperaba que no pudieran. No quería pasar una semana sola,
especialmente no ahora.

—Apuesto a que tu papá dirá que sí, también. Si no, podemos conseguir que los
padres de Gavin lo convenzan —dijo Skyler con una sonrisa.

¿Estaban planeando que yo también fuera? Mordí mi labio inferior para evitar
que mi sonrisa fuera tan grande. Gavin caminó hacia nosotros y subió antes de que
pudiera responder.

—Noah tiene una reunión con el entrenador, así que conseguirá un aventón con
Vince más tarde.
172
—Espera, ¿necesito estar ahí? —preguntó Skyler, un poco en pánico.

—No, solo son los capitanes —aclaró Gavin.

Skyler dejó salir un dramático suspiro.

—Bueno, está bien.

Unos minutos después nos fuimos a casa de Gavin. Cuando salí y los seguí a la
entrada, escuché voces detrás de nosotros. Miré sobre mi hombro para ver a Tawni
y a Emily caminando hacia su casa. Me lastimaba que ellas no me creyeran. Ya que
Carter no había hecho algo como esto antes, posiblemente no podía hacerlo el
sábado.

Dolió, pero habían sido amigas de Carter por mucho más tiempo. Soy nueva en
la escuela, y ellos no tienen la historia conmigo con la confianza requerida para que
me respalden. Al menos sabía que los chicos no me dejarían.

Fuimos a la habitación de Gavin y nos acomodamos para hacer tarea. Gavin se


sentó en su escritorio, como normalmente, y Skyler se sentó junto a mí en el suelo
con nuestras espaldas contra la cajonera. Luca se sentó en frente de nosotros con su
espalda contra la cama.
Tessa ofreció traernos un sofá o algunos puffs enormes, pero estábamos bien con
nuestro arreglo.

—¿Tus clases estuvieron bien? —preguntó Luca.

Levanté mi mirada para encontrarlo observándome.

—Sí, bastante normal. Emily no me habló en Educación Física, pero está bien.

No quería dejarles saber cómo entré al vestuario para encontrarla ya vestida y


desaparecida. Cuando la Sra. Shelling comenzó la clase y nos dio la opción de jugar
voleibol o trotar, Emily se fue por la cancha sin mirar atrás. Terminé jugando con el
resto de las chicas y resultó que estar de pie y ocasionalmente golpear una pelota a
un compañero de equipo era mucho más divertido que correr en círculos.

Echaba de menos que hablara y me pusiera al día con las cosas mientras nos
poníamos de acuerdo, pero si necesitaba espacio, no la iba a presionar.

—Estoy seguro de que volverá —dijo Gavin con una sonrisa apagada.

Se agradecía su optimismo, pero yo tenía mis dudas.


173
—¿Quieren terminar la tarea de Español primero?

Luca y Skyler estuvieron de acuerdo. Trabajamos en las dos páginas de


traducciones que debían entregarse mañana.

Terminé la tarea de Álgebra en clase, así que cuando terminamos, saqué mi hoja
de trabajo de Biología. Gracias a las notas de Bridgette, no tomó mucho tiempo
buscar las respuestas en el libro de texto.

—¿Escuchas eso? —Gavin se puso de pie y miró por la ventana—. Tienes que
estar bromeando.

—¿Qué es? —Luca se levantó de un salto y se apresuró a cruzar la habitación—


. ¿Tiene un deseo de morir?

Skyler se unió a ellos y negó con la cabeza.

—¿Qué parte del no-contacto no comprende?

—Probablemente piensa que eso solo se aplica al campus.

No necesitaba estar de pie para saber qué estaba pasando. No podía creer que
Carter apareciera, especialmente porque no lo había visto en todo el día. Había
desaparecido durante el almuerzo, y tenía la esperanza de que desapareciera por arte
de magia.

—¿Qué está haciendo? —pregunté, asustada por la respuesta.

—Le está gritando a tu casa —dijo Luca con una pizca de risa.

—Deberíamos ir a decirle que se vaya.

Gavin se volvió y los chicos lo siguieron fuera de la habitación. No quería que


las cosas se intensificaran, así que corrí detrás de ellos.

—Avalon, deberías quedarte aquí. —Skyler suplicó con los ojos—. Está molesto
y no quiero que te lastime.

Me crucé de brazos.

—No me va a hacer daño con ustedes cerca.

Dudó antes de negar con la cabeza y salir caminando.

Gavin y Luca estaban casi en mi camino de entrada cuando Luca gritó: 174
—Tienes que irte, Carter.

Mi ex se dio la vuelta. Los miró antes de verme detrás de Skyler. Estábamos en


la acera cuando Sky desaceleró sus pasos. Me quedé a su lado y miré al intruso.

—Avalon, por favor.

Se pasó las manos por el pelo. Nunca lo había visto tan desaliñado. Tenía los
ojos rojos y la ropa arrugada. Su camisa se estaba desabrochando y no parecía
importarle. Este no era el chico perfectamente arreglado que conocía.

Enderecé mi espalda y traté de calmarlo.

—Necesitas irte. No te quiero aquí.

Se encogió como si le hubiera dado un puñetazo.

—Lo siento mucho, Avalon. Yo nunca te lastimaría. Estaba borracho y en un


mal lugar.

—¿Entonces recuerdas lo que hiciste? —preguntó Gavin.

Carter le dedicó una mirada antes de volver a concentrarse en mí.


—Te amo, Avalon. Tienes que creer eso.

Abracé mi estómago. Verlo tan angustiado me asustaba. Lo odiaba. Quería


mejorar las cosas, pero no podía. Destruyó todo esa noche.

—No lo creo. Si realmente me amaras, me habrías escuchado cuando te rogué


que te detuvieras. Habrías visto mis lágrimas y sabido que me estabas lastimando.

Skyler envolvió su brazo sobre mi hombro. Sabía lo que necesitaba antes que yo.
Carter nos fulminó con la mirada.

—Quita tus manos de mi novia.

—No soy tu novia, Carter. Terminaste las cosas en el momento en que me


forzaste.

Todo su cuerpo pareció hundirse.

—No digas eso, Avalon.

—Por favor, vete, Carter.


175
—Vete o llamaremos a la policía —dijo Luca con malicia.

Carter nos miró a todos y frunció el ceño.

—Bien, me iré por ahora, pero tendrás que hablar conmigo eventualmente.

Se fue corriendo hacia su coche, y Skyler me apartó del camino para que Carter
pudiera salir. En el segundo en que dobló la esquina al final de la calle, caí contra
Sky.

—¿Estás bien?

Se volvió y me apretó contra su pecho.

—Sí, solo quiero que esto termine. No quiero seguir pensando en él y en lo que
pasó.

—Regresemos. Todos podemos quedarnos en casa de Gavin esta noche.

Negué con la cabeza.

—No, no quiero que él tenga control sobre mí. Quiero ser capaz de dormir en mi
propia cama sin preocuparme.
—Entonces, nos estamos quedando contigo —agregó Luca simplemente
mientras caminó.

Skyler me miró esperando mi respuesta, y asentí.

—Gracias.

s
Me desperté temblando. Tuve una pesadilla, pero no era del accidente. Empujé
el edredón e intenté pasar por encima de Gavin sin despertarlo. Necesitaba moverme
y quitarme la sensación de Carter de encima de mí.

—¿Estás bien? —susurró Luca del otro lado de la cama. Él se sentó lentamente
y talló sus ojos.

—Mal sueño.
176
Suspiró y salió de la cama. Tomó mi mano y me llevó al sofá en el área para
sentarse. Se sentó en un extremo, su espalda contra el apoyabrazos y sus piernas
extendidas delante de él. Tiró de mí hasta que estaba entre sus piernas con mi cabeza
descansando contra su pecho. Sus dedos juguetearon con mi cabello mientras
gradualmente me relajaba. La sensación de él rodeándome alejó la pesadilla.

—Lo siento.

Su susurro hizo que su pecho vibrara debajo de mí.

—Nada es tu culpa, Luca. Me salvaste. Eres quien me hizo sentir segura de


nuevo.

Sus dedos se detuvieron.

—¿Te hago sentir segura?

—Siempre lo haces. En el segundo que te veo, sé que estaré protegida. Desde el


momento en que te conocí, has estado haciendo eso.

—Odio verte asustada.

—Entonces, es bueno que te tenga cerca.


Se rio, pero era tan baja que dudaba que lo habría sabido si no lo hubiese sentido
rebotar su pecho.

Un pitido sonó desde abajo, y ambos nos enderezamos.

—¿Qué fue eso? —preguntó con sus manos en mis hombros.

—No sé.

—¿Tienes una alarma?

Asentí.

—Sí, no del tipo con cámaras. La enciendo en la noche y cuando me voy a la


escuela.

—Quédate aquí.

Se las arregló para levantarse sin moverme. Agarró su teléfono de la mesita de


noche y se movió hacia la puerta. No quería que fuera solo, pero sabía que
enloquecería si lo seguía. Así que me levanté y me apresuré a la cama.
177
—Despierten. —Moví a Gavin y a Skyler—. ¡Chicos!

Gavin se disparó arriba mientras Skyler se tomó un segundo para abrir sus ojos.

—¿Qué sucede? —preguntó Gavin con una voz adormilada.

—La alarma se encendió. Luca fue solo abajo.

Skyler rodó fuera de la cama y se fue por el pasillo sin otra palabra. Gavin levantó
mi teléfono y me lo aventó de camino de salida.

—Llama a la policía.

No quería reaccionar de más y llamarles si era una falsa alarma pero mis entrañas
me dijeron que los escuchara.

—Novecientos once, ¿cuál es su emergencia? —preguntó una voz clamada de


hombre.

—El sistema de mi alarma se encendió, creo que alguien está irrumpiendo en mi


casa.

—¿Cuál es su dirección?
Se la dije y lo escuché hacer una pausa.

—Tenemos a la policía dirigiéndose a su ubicación ahora. Manténgase en la línea


conmigo hasta que ellos lleguen.

Me apresuré a la ventana y jadeé. El coche de Carter estaba estacionado en


diagonal a través de la entrada con la puerta todavía abierta. ¿Dónde estaban los
chicos? ¿Por qué no los escuchaba?

Algo estaba mal. Me giré hacia la puerta y me congelé, casi dejando caer el
teléfono.

—Ya puedes colgar, nena.

—Necesitas irte, Carter.

—Señora, ¿conoce al intruso? —preguntó la voz tranquila.

—Sí, necesitas irte.

Esperaba que entendiera que estaba contestando a su pregunta.


178
—La policía está a tres minutos. ¿Está armado?

Escaneé su cuerpo y casi grité.

—Carter, ¿qué tienes?

Carter sonrió, la sonrisa encantadora que me hizo enamorarme de él.

—Solo quería asegurarme que ellos no serían un problema.

—¿En dónde conseguiste la pistola?

—Mantente tranquila y hablando tanto como puedas. Ellos deberían estar ahí en
dos minutos.

—Mi papá tiene algunas pocas en su caja fuerte. Él me enseñó a disparar cuando
yo tenía diez años. —Él levantó el arma negra y la miró fijamente como si fuera la
primera vez que la estuviera viendo—. Quiero que nos vayamos ahora, nena.

—No me estoy yendo contigo.

—Solo quiero hablar contigo. ¡Tú no vas a hablar conmigo!

Sus palabras eran arrastradas, y me di cuenta que estaba borracho de nuevo.


—Me lastimaste, Carter. No hay nada de que hablar.

—Ellos están en tu calle. ¿Puedes darme tu localización dentro de la casa?

Cómo estaba tranquilo en este momento estaba más allá de mi comprensión.


Pero supongo que era la diferencia entre estar al otro lado de estas llamadas.

—No puedes solo entrar en mi habitación. ¿Cómo es que siquiera subiste aquí?
Los chicos bajaron por la escalera posterior ya que está más cerca.

Supe que no estaba teniendo sentido, pero Carter no pareció darse cuenta. No
estaba segura como decirle en la última habitación… espera. Estoy sobre el garaje.

—Estamos encima del garaje —susurré y oré porque Carter no se diera cuenta.
Él estaba demasiado ocupado paseándose frente a mi puerta. ¿Dónde estaban los
chicos? No había escuchado disparos, así que debían estar bien.

—Suelta el teléfono, Avalon. —Me estaba mirando fijamente con expresión


cansada. Obedecí esta vez y él sonrió—. Solo quiero arreglar esto contigo. Solo te
quiero de vuelta. ¿Por qué no puedes perdonarme? —Se detuvo y frotó su rostro,
moviendo la pistola a todos lados. Sus ojos aterrizaron en mí y mi estómago cayó—
. Ellos no pueden tenerte. Eres mía.
179
Él se acercó más a mí.

»Eres solamente mía.

Escuché pisadas subiendo por las escaleras provocando que mi pulso se


acelerara. Por favor, que sea la policía.

»Pero si yo no te tengo —Alzó el arma hacia mí—, nadie puede.

—¡Suelta el arma! —Un oficial tenía su pistola apuntada a Carter—. Suéltala


ahora.

La cara de Carter cayó.

—No, Avalon. No, ¿por qué hiciste esto? ¿Por qué no solo viniste conmigo?
¿Solo quería hablar contigo?

—Suelta el arma. —Ahora había tres oficiales apuntando a Carter.

—Carter, por favor. Baja la pistola al suelo —rogué. No podía soportar viéndolos
dispararle. Él necesitaba ayuda. Estaba enfermo.
Él la movió por un momento antes de abrir sus manos y dejar caer la pistola al
suelo. En el segundo en que lo hizo, un oficial lo tacleó desde detrás y forzó sus
manos sobre su espalda. Él fue esposado y puesto de pie, todo el tiempo nunca
alejando sus ojos de mí.

—No te preocupes, Avalon. Regresaré —gritó sobre su hombro mientras era


sacado de la habitación.

Una de los oficiales, una mujer en sus treintas con corto cabello negro, se acercó
a mí.

—Estás bien, cariño. Nos lo estamos llevando.

Asentí, pero perdí mi habilidad para moverme o hablar. Él apuntó su arma hacia
mí. Él iba a dispararme. Dijo que si él no me tenía, nadie podía. Quería asesinarme.

—¿Están tus padres en casa?

Se paró frente a mí, observándome.

—No, mi papá está… —Olvidé donde estaba—. Trabajando.


180
—¿Puedes darme su número telefónico? Necesitamos avisarle lo que sucedió.

Miré hacia abajo a mi teléfono en la alfombra y lentamente me doblé mis rodillas


para levantarlo. Saqué el número de mi papá y se lo entregué.

Ella sonrió y se alejó, sosteniendo su teléfono en el oído. Otro oficial entró. Él


era un hombre más joven con corto cabello castaño. Cuando me vio, caminó
directamente hacia mí.

—Necesitamos que identifique los otros sospechosos que encontramos.


¿Habían más? Seguí al oficial a la planta baja y grité cuando vi a Luca, Skyler, y
Gavin sentados en el sofá, cada uno con heridas en sus cabezas.

—¿Qué sucedió? ¿Están bien, chicos?

—Él estaba escondido, esperándonos —gruñó Luca—. Me golpeó en la cabeza


con el arma. Me noqueó instantáneamente.

Skyler asintió, viéndose enojado.

—Nos atrapó a cada uno. Lo siento, Avalon. Deberíamos haber estado


preparados. Deberíamos haber tenido nuestras defensas en alto.

Gavin estaba mirando fijamente al suelo.

—Lo sabemos bien. No puedo creer que pasó por nosotros tres.
181
—¿Conoces a estos tres? —pregunto el oficial.

—Sí, ellos son mis amigos. Se estaban quedando conmigo porque Carter vino
ayer en la tarde, y tuvimos que amenazarlo con llamarlos a ustedes si él no se iba.

Asintió.

—Alguien conseguirá sus declaraciones. Solo esperen aquí.

Me apresuré hacia los chicos y les di a cada uno un abrazo antes de sentarme
entre Luca y Skyler. Tomé la mano de cada uno en las mías.

—Gracias, chicos, por estar aquí.

—¿Qué sucedió, Avalon?

Gavin se inclinó hacia adelante para verme.

—Por favor espera a dar tu declaración antes de compartir tu experiencia. No


queremos que los detalles se mezclen —dijo un oficial detrás de nosotros.

Asentí y dejé caer mi cabeza.


Un oficial de arriba cruzó la habitación.

—Tu padre está en Nueva York, pero está tomando el próximo avión.

—Gracias.

—¿Gavin? ¿Avalon? Chicos, ¿están bien?

Miré sobre mi hombro para ver a Tessa y a Daniel entrando apresuradamente.


Nos dieron un abrazo a cada uno mientras les aseguramos que estábamos bien.

—¿Qué sucedió? —preguntó Daniel.

—Carter irrumpió. —Me detuve en eso ya que no teníamos permitido todavía


decir nada más.

Ellos compartieron una mirada. Les contamos sobre él apareciendo más


temprano, así que ellos sabían por qué Gavin se estaba quedando a dormir.

—¿Dónde está? —preguntó Tessa.

—Lo arrestaron. 182


Daniel miró fijamente al techo y suspiró.

—No vamos a dejar que esto sea barrido debajo de la alfombra. No dejaremos
que su padre cubra esto.

Asentí, manteniendo mis dudas para mí misma. Todo esto era un gran desastre.
No podía imaginarme a Carolyn recibiendo la llamada de que su hijo fue arrestado.
Ella había sido tan amable y me hice sentir bienvenida. ¿Qué pensará cuando se
entere?

Un hombre con un traje gris llegó y pidió hablar con cada uno de nosotros de
forma individual. Tessa se quedó conmigo mientras le decía a él exactamente lo que
sucedió. Él dijo que manteniéndome en la línea con el 9-1-1 por la mayor parte del
tiempo ayudará con el caso. No estaba segura de que quisiera que hubiera un caso.
Solo quería que él me dejara en paz. Me preocupaba que si presentaba cargos, habría
represalias. Su padre no trabajaba con la ley y tenía suficientes conexiones para
encontrar la manera de lastimarme a mí, papá, o mis amigos. Quería mantenernos a
salvo, pero no dependía completamente de mí.

Carter agredió a los chicos. Dañó la casa cuando irrumpió. Yo podría presentar
cargos por eso y allanamiento de morada.
Tessa tomó mi mano y fue la fuerza que necesitaba durante las largas horas de
la madrugada.

La mamá de Luca vino y lo recogió alrededor de las cuatro, y el papá de Skyler,


Chris, lo recogió unos minutos después. Ambos dijeron que se pondrían en contacto
con sus abogados.

Alrededor de las seis, la casa se vació y Tessa me dijo que me quedaría en su casa
hasta que llegara papá. No estaba en condiciones de protestar ya que me estaba
quedando dormida sentada. Ya no había una amenaza, pero a ella no le importaba.

s
—Hola, Avalon. —Abrí mis ojos para ver a Gavin inclinado sobre mí—. Tu papá
está aquí.

Sentí y rodé por la cama de Vince para levantarme. Me puse unas zapatillas y
bajé con él.
183
—Avalon —dijo mi papá sin aliento mi nombre cuando se apresuró hacia mí.
Tiró de mí para un abrazo, y me tomó algunos segundos responder. No éramos el
tipo de familia que se abrazara, pero esto era bueno.

—Estoy bien, papá.

Retrocedió y me examinó desde mi cabeza hasta mis pies.

—No puedo creerlo. Lo siento tanto no haber estado aquí. Sabía que debería
haber cambiado la junta para la siguiente semana.

Lo interrumpí.

—Papá, está bien. No creo que algo habría cambiado si estabas aquí.

Suspiró, mirándome como si hubiera envejecido diez años desde que lo vi hace
unos días.

—Aun así lo siento. —Sostuvo mis hombros—. Tessa y Daniel me dijeron lo que
sucedió. Prometo que ese chico no volverá a acercarse a ti de nuevo. No me importa
quien sea su padre. Me haré cargo de esto.
—Gracias, papá.

Sabía que era mejor no discutir con él una vez que su mente estaba puesta en
algo. Esta mañana, cuando intentaba conciliar el sueño, me di cuenta de que no me
importaba si mis supuestos amigos me odiaban. Carter necesitaba obtener la ayuda
que necesitaba, y después de eso, no lo quería a mi alrededor ni a ninguna otra chica
que se enamorara de su encanto. Era peligroso e inestable. Dejaría que papá y los
otros padres se ocuparan de él. No iba a intentar protegerlo.

—Hay algo más —dijo Gavin mientras colgaba su teléfono.

—¿Qué?

Se trasladó a la sala de estar y encendió la televisión del canal de noticias local.


Había una pancarta roja en la parte inferior de la pantalla que decía ‘Noticias de
última hora’. La foto de Carter estaba en la esquina mientras el reportero de noticias
daba pocos detalles sobre su arresto.

Me quedé helada.

—¿Cómo se enteraron?
184
—Creo que alguien les avisó —respondió Gavin por encima del hombro.

—¿Quién?

Miré alrededor de la habitación, pero Tessa y Daniel negaron con la cabeza.


Papá no se habría molestado. No tiene sentido. Nadie más que los involucrados lo
sabíamos. No creo que nadie lo hubiera filtrado.

—No estoy seguro.

Me dejé caer en el sofá y miré el informe, seguían refiriéndose a él como el hijo


del Senador Harrington. Mostraron fotos de ellos juntos en eventos. Me enfermó.

—¿Puedes apagarlo?

La pantalla se puso negra.

—Avalon, quiero prepararte —dijo papá mientras se sentaba a mi lado—. Como


es menor de edad y su padre tiene fuerza, probablemente recibirá una palmada en la
muñeca y algún servicio comunitario. No puedo controlar eso, pero prometo que no
me detendré hasta que lo saquen de la escuela.
—Presenté una denuncia ayer en la escuela. Eso más todo lo que pasó anoche
debería ser suficiente para que lo expulsen.

Los ojos de papá se entrecerraron.

—¿Una queja sobre qué?

Miré a Gavin y él asintió.

—El sábado por la noche fuimos a la casa de su amigo para una fiesta. Se
emborrachó mucho y me forzó. Él... trató de...

—Oh, Avalon.

Tessa jadeó.

—Los chicos llegaron antes de que él realmente pudiera hacer algo —le ofrecí,
pero papá estaba furioso.

—Él pagará. Él pagará por todo lo que te hizo.

Salió furioso de la habitación y oí que una puerta se cerraba de golpe en el pasillo. 185
Tessa se movió para sentarse a mi lado.

—Quiero que sepas que todos estamos aquí para ti, Avalon. No solo como la
Sociedad, sino como personas que se preocupan por ti. Nos aseguraremos de que no
pueda volver a acercarse a ti nunca más.

No pude encontrar una sonrisa, así que le di las gracias.

—Sabíamos que su padre era peligroso, pero nunca te hubiéramos pedido que te
acercaras a él si hubiéramos sabido que su hijo era igualmente peligroso.

La voz de Daniel estaba llena de remordimiento.

—Nadie podría haberlo sabido. No vi ningún indicio de que tuviera este lado
hasta que fue demasiado tarde.

No me iba a culpar a mí misma. Nadie vio la oscuridad que tenía dentro, ni


siquiera sus amigos más cercanos.

—La buena noticia es que estamos cerca de tener suficiente para acabar con su
padre. Con suerte, podemos detenerlos a los dos antes de que alguien más salga
lastimado —dijo Daniel, y asentí.
Tessa comenzó a preparar el desayuno y, antes de que estuviera listo, todos los
chicos entraron juntos.

—Avalon. —Vince se empujó frente a ellos para agarrarme y balancearme en sus


brazos—. Estoy tan contento de que estés bien.

Le devolví el abrazo y disfruté de la sensación de tenerlo cerca. No pasaba


suficiente tiempo con él, así que saboreaba cada momento que estaba conmigo.

Noah le empujó el hombro y le hizo retroceder, para que tuviera la oportunidad


de abrazarme.

—Siento no haber estado allí.

Incliné mi cabeza hacia arriba para ver sus ojos.

—Estoy bien. Solo recuerda eso.

El resto de los chicos tuvo su turno antes de que Tessa anunciara que los waffles
estaban listos. Tenía la experiencia suficiente como para esperar hasta tener una pila
de una docena lista antes de decírselo a los chicos, para que no se mataran entre sí
por uno de los primeros. Sonreí mientras los veía actuar según su edad. Se 186
preocupaban demasiado. Trabajaban demasiado. Me alegraba verlos pelear por los
platos y si podían comenzar con uno o dos cada uno.

—Aquí tienes, Avalon. —Tessa me entregó un plato con un waffle recién


hecho—. Para que no corras el riesgo de que una lesión por interponerte entre ellos.

—Gracias.

Lo tomé y encontré un lugar vacío en la mesa. Uno a uno, los chicos me


rodearon.

Estaba comiendo el segundo cuando papá entró en la cocina.

—Él está siendo liberado.

Mi estómago cayó y se llevó mi apetito.

—¿Ya?

Asintió.

—Sus padres se lo llevaron a casa hace como una hora bajo la condición que él
no dejará la casa hasta el juicio. Mi abogado está trabajando en presionar al fiscal de
distrito que se apresure con los cargos así que deberían tenerlos llenos más tarde hoy.
No había nada más que pudiéramos hacer.

—Gracias.

Asintió.

—Tengo a Juliet trabajando en mover las cosas así puedo estar más en casa, pero
todavía no estaré todo el tiempo.

—Ella es más que bienvenida a quedarse aquí siempre que quiera —ofreció
Tessa.

—Gracias. Ayuda saber que tiene personas aquí que se preocupan por ella.
Intentaré averiguar una solución más permanente también. —Él dirigió su atención
hacia mí—. Avalon, ¿puedo hablar contigo?

Alejé mi plato y me puse de pie. Caminamos de vuelta al estudio y cerró la puerta


detrás de nosotros. Me senté en una de las sillas con apoyabrazos y él tomó uno
enfrente de mí.

—Lamento no estar más alrededor. Sabía que esta promoción significaría más
trabajo y más viajar, pero no esteraba que fuera tanto. Nunca te he preguntado si 187
estás bien con esto. —Dejó caer su cabeza—. Has manejado todo lo que se te ha
lanzado en este último año con tal gracia y madurez. Supongo que olvido que todavía
me necesitas.

—Está bien, papá. Me criaste para cuidarme. Sé que estarías más en casa si
pudieras.

Sus ojos marrones que se parecían a los míos me miraron fijamente.

—Digo en serio lo que dije, voy a averiguar alguna forma de estar más en casa.
Tal vez Juliet puede mudarse hasta que pueda arreglar las cosas.

—No, está bien. Juliet no necesita cambiar su vida. Estoy bien en casa,
especialmente ahora que Carter está siendo vigilado. Si me siento alguna vez
incómoda, me quedaré aquí.

Asintió.

—¿Pero podemos conseguir un mejor sistema de seguridad? ¿Del tipo que tiene
cámaras?

Sus cejas se alzaron.


—Por supuesto, las tendré instaladas esta semana.

—Gracias.

—¿Hay algo más que quieras o necesites en este momento?

Sonreí.

—Una cosa más.

Sus labios se alzaron.

—¿Me vas a hacerme arrepentir de preguntar?

—No, bueno, tal vez. —Me reí—. Terminé las clases de manejo en California y
verifiqué que Illinois la aceptara, asi que ellos lo harán. Entonces, estoy lista para
tomar mi examen de conducir en diciembre. Me preguntaba si podría conseguir un
coche. Sé que es una gran pregunta, pero Spencer recibió uno. No quiero nada lujoso,
solo algo para llevarme de ida y vuelta a la escuela y a la tienda, para no tener que
depender de Juliet.

—Por supuesto, Avalon. Ya tengo tu cumpleaños fuera del trabajo. Puedo 188
llevarte al Departamento de Movilidad Vehicular y a un concesionario ese día.

Mi mandíbula prácticamente tocó el suelo.

—¿De verdad?

—Es tu decimosexto cumpleaños. Lo haremos especial.

Salté de mi asiento y lo abracé.

—Gracias papá.

—Te lo mereces, cariño. —Besó mi sien—. Vámonos a casa.


Después de volver por unas pocas horas más, me desperté con múltiples
mensajes de texto de los chicos diciéndome que me devolviera. Vagué al primer piso
y busqué a papá. Él estaba sentado en su oficina mirando su computadora con su
teléfono al oído.

Me saludó y le gesticulé que iría a casa de Gavin. Asintió una vez antes de
regresar la atención a su llamada.

—No, no es a lo que acordé. No estoy retrasando la fecha porque tu equipo es


incapaz de hacer su trabajo.

Me estremecí y me apuré a atravesar la calle. Los chicos estaban regados en la


sala de estar con un programa de coches en la televisión.

—Hola, ¿quieren ir al resto de las clases, chicos? 189


Nos perdimos el primer y segundo período, pero si nos apresurábamos,
podríamos llegar antes del cuarto.

Luca me miró fijamente.

—Estás bromeando, ¿verdad?

Negué con la cabeza.

—Avalon, la mitad de nosotros fuimos atacados anoche. Tuviste una pistola


apuntada hacia ti. No vamos a regresar hoy y probablemente mañana tampoco —
dijo Gavin con más paciencia que Luca.

Cuando lo pone de ese modo y veo sus moretones, me doy cuenta de cuan
demente estaba siendo.

—Solo quiero probar que estoy bien. Que él no ganó.

—Lo entendemos. Créeme, tampoco quiero que él piense que ganó, pero
podemos tomarnos algunos días. Creo que nuestros maestros entenderán.

Skyler esperó a que estuviera de acuerdo.


—Bien, pero ¿qué hay de Noah y Vince?

Los miré a ambos sentados en la mesa.

Noah se encogió de hombros.

—Trauma emocional. Nuestros amigos casi fueron asesinados.

Vince asintió.

—Él no está equivocado. Estoy bastante asustado. Realmente no quiero que nos
separemos en este momento.

Yo estaba tan enfocada en ser fuerte, o al menos en parecerlo, que no consideré


como se estaban sintiendo los chicos. Había más que recuperarse de moretones y
posibles contusiones. Había heridas emocionales que también tomarían tiempo.

—Le pediré a Miranda que nos prepare nuestros bocadillos favoritos y podemos
pasar el rato en la sala de cine y relajarnos —dijo Gavin como si estuviera intentando
tentarme.

—Bien —cedí. 190


Todos a la vez, se levantaron y tomaron sus platos llevándolos al fregadero.
Gavin se apresuró a enjuagarlos antes de llevar a la manada por el pasillo. Los miré
con un sentimiento de paz. Amaba a estos chicos. Estaban ahí para mí de una manera
que nadie más había estado nunca. Me aceptaban completamente y se preocupabsn
por mí. No tenía idea de cómo habría sobrevivido el último mes sin ellos.

Tessa entró y me dio una sonrisa amable.

—Avalon, quiero que sepas que puedes acudir a mí en cualquier momento que
necesites hablar. Sé que tienes a los chicos y a tu papá, pero sé que a veces es más
fácil hablar de mujer a mujer.

—Gracias. Soy consciente de que puedo hacerlo. —Tragué—. Creo que perdí a
mis únicas amigas por esto. No me creyeron cuando les conté lo que hizo Carter en
la fiesta. No creían que él fuera capaz de algo así.

Apoyó la cadera en el mostrador y tomó un sorbo de café.

—¿Crees que cambiarán de opinión ahora que lo arrestaron?


—Tal vez, pero en este punto, no importa. No me creyeron. Sé que todos tienen
historia con él, pero les dije que me agredió y se pusieron de su lado. —Suspiré—.
No creo que ninguna amistad pueda volver de eso.

—Eso depende de ti. Te mostraron quiénes son realmente, y si se dan cuenta de


lo equivocados que estaban y admiten que cometieron un error, eso es una cosa, pero
eso no significa que tengas que volver a ser su amiga.

Ella tenía razón. Tenía una elección. Si se disculpaban, y eso era un gran si,
podría decidir el siguiente paso.

—Ese es un buen punto. Gracias.

Ella sonrió.

—La gente toma decisiones tontas e impulsivas que pueden perseguirlos, pero
honestamente, esperaría más de tus amigos. Especialmente de las chicas. Ellas te
conocían y esperaría que te respaldaran. Es algo muy serio acusar a alguien de
agresión, y deberían haberte conocido lo suficiente como para saber que no lo harías
a menos que fuera verdad. —Dejó su taza—. No te juzgaré ni pensaré en nada
diferente de ti si decides seguir siendo su amiga, pero esa es mi opinión.
191
Me había dolido mucho cuando me había dado cuenta de que Emily no me creía.
Lo hizo en el auto, pero el resto de sus amigos la convencieron con tanta facilidad.
Ella ignoró completamente mi verdad y mis sentimientos para estar de acuerdo con
ellos. No estaba segura de poder perdonarla por eso.

Bridgette fue la única que pareció creerme, incluso si no se enfrentó a ellos. Sin
embargo, pedirle a alguien que se opusiera a todos sus amigos frente a todos era
mucho pedir, especialmente a alguien tan callada y reservada como ella. De todo el
grupo, ella era la única chica con la que estaría dispuesta a tratar de seguir adelante
y seguir siendo mi amiga. Dudaba que fuera una opción. El resto podría no ser muy
comprensivo al respecto.

—Si quieres encontrar a un profesional, con quien hablar sobre esto, encontraré
a alguien —ofreció Tessa.

—Vi decenas de personas después del accidente y nada ayudó. No quiero volver
a pasar por eso.

Ella asintió.

—Está bien, si cambias de opinión, avísame.

—Gracias, Tessa.
Dio un paso adelante y me dio un abrazo.

—Únete a los chicos. Estoy segura de que se preguntan dónde estás.

Cuando abrí la puerta de la sala de cine, un coro de gemidos me recibió.

—Es demasiado brillante —gritó alguien.

La cerré detrás de mí y traté de encontrar un lugar libre.

Vince apareció por encima del sofá de dos plazas posterior.

—Ven aquí.

Abrió los brazos cuando me acerqué y me deslicé entre sus piernas con la espalda
apoyada en su pecho. Envolvió un brazo alrededor de mí, su mano en mi cadera.

—¿No se cansan de las películas de superhéroes y espías? —le susurré.

—No, tenemos mucho que aprender de ellos.

Me giré para mirarlo y capté su sonrisa. 192


—Casi te creí.

—Sería dulce si tuviéramos todos esos artilugios y poderes geniales, pero soy un
poco más fuerte de lo normal, y Sky puede saber si alguien está mintiendo a
propósito. No es exactamente visión láser o vuelo.

—¿Qué pasa si alguien más obtiene eso? —pregunté.

Se rio, haciéndome rebotar contra él.

—Estaría tan celoso.

—Entonces, ¿cuándo voy a aprender a usar el mío?

—Será más fácil una vez que tengas dieciséis años. En este momento, ellos
piensan que solo sale cuando estás en peligro de muerte.

—¿Crees que si Carter me hubiera disparado, habría aparecido la barrera?

—No hables así. No puedo soportar pensar en lo que podría haber pasado.

Apreté su mano.
—Lo siento, solo quise decir hipotéticamente.

—No estoy seguro. No creo que nadie lo esté. Tendremos que esperar a que tu
capacidad se manifieste por completo antes de obtener respuestas.

—Tu fuerza se manifestó por completo antes de cumplir los dieciséis.

Vince arqueó una ceja.

—No lo sabemos con certeza. Podría cambiar en mi cumpleaños.

Eh. No había pensado en eso.

—¿Y si te conviertes en Hulk?

Su risa retumbó y los chicos nos hicieron callar.

—Lo siento —dijo en voz alta, luego bajó la voz en mi oído—. No puedo decidir
si eso sería lo mejor que me podría pasar o si sería un completo desastre. ¿Qué pasa
si soy tan grande que no puedo volver a estar en público?

—Oh, sí. No queremos eso. Así que sin poderes de Hulk, ¿de acuerdo? 193
—Claro, trabajaré en eso.

—¡Chicos, cállense! — gritó Noah desde la primera fila.

Me reí, pero me quedé callada.

Estábamos en la segunda película cuando Miranda entró con bocadillos de pizza


caseras. Los devoramos y el flujo constante de bocadillos que traía cada hora más o
menos. Habría sido más fácil preparar el almuerzo, pero creo que a ella le gustaba
consentirnos a todos. Ella se preocupaba por los chicos, ofreciéndoles bolsas de hielo,
pero ellos se negaron. Besaba la parte superior de mi cabeza cada vez que pasaba,
diciéndome lo feliz que estaba de que yo estuviera a salvo. Los chicos se quejaron de
la atención extra, pero a mí me gustó. Mi familia estaba creciendo y no lo daría por
sentado.

Alrededor de las cinco, papá me envió un mensaje de texto y me pidió que


volviera a casa.

—Te acompañaré —ofreció Vince.

—Los veré más tarde.


Les di un abrazo a cada uno de ellos y les prometí que les haría saber si necesitaba
algo.

Vince y yo cruzamos la calle y entramos en la casa.

—Gracias. Sin embargo, no tienes que quedarte. Estoy segura de que Miranda
tendrá algo delicioso listo para cenar pronto.

—¿Prometes enviarme un mensaje de texto más tarde?

—Por supuesto.

Le di un abrazo y me apretó contra él.

Una vez que se fue, fui en busca de papá. No estaba en la cocina ni en la sala de
estar, así que fui al lado opuesto de la casa. Revisé la biblioteca y su oficina, pero no
estaba allí.

—¿Papá? —grité.

—En mi cuarto.
194
Rara vez entraba en su suite, pero lo encontré sentado cerca de los ventanales.
Levantó la vista de su teléfono cuando me acerqué y me senté frente a él.

—¿Qué pasa?

Enderezó los hombros.

—Creo que tengo una solución.

—¿Para qué?

—Para mí no estando mucho por aquí.

Oh, no. Tenía un mal presentimiento sobre esto. ¿No iba a sugerirme que me
mudara a la ciudad? Tampoco era como si pudiera viajar con él.

—¿Está bien?

—Tu primo, Davie, se acaba de graduar de Yale y buscaba una pasantía en


inversiones. Le dije a tu tía Laura que tenía un puesto disponible para él, siempre que
estuviera dispuesto a vivir aquí. Estuvo de acuerdo y se mudará aquí en unas
semanas.
Me quedé mirando a mi padre, esperando a que me dijera que esto era una
broma. Había conocido a mi primo exactamente una vez en el funeral de Spencer.
La hermana de papá y su familia vivían en New Hampshire y nunca nos visitaron en
California. Tampoco los habíamos visitado nunca, así que no podía reprocharles eso
exactamente. Davie y yo tuvimos una breve conversación cuando nos ofreció sus
condolencias.

Ahora, ¿se estaba mudando conmigo? Era más extraño que Juliet.

—Papá, ni siquiera lo conozco.

—Es tu primo. Estuvo de acuerdo en vigilarte a cambio de vivir aquí. Estará en


la ciudad durante el día. Solo lo verás de noche.

Negué con la cabeza, pero no discutí. Una vez que papá tomaba una decisión,
no había forma de cambiarla. Además, estaba ayudando a su familia. Era una clara
situación beneficiosa. Para él.

—Esto nos dará a todos la oportunidad de conocernos. Su familia es todo lo que


nos queda. Quiero que estén más cerca.

Y ahí se había ido la posibilidad de luchar contra esto.


195
—Está bien.

Sonrió y se puso de pie para depositar un beso en mi frente.

—Gracias, cariño. Me alegro de que le des una oportunidad. Esto será algo
bueno, pero si se siente incómodo después de unas semanas, haré otros arreglos.

—Gracias, papá.

Me levanté y me dirigí a mi habitación. Había peores opciones. No me estaba


obligando a mudarme ni a sacarme de la escuela, así que eso era una ventaja.
Tampoco estaba contratando algún tipo de niñera. Con suerte, Davie tendría su
propia vida y estaría demasiado ocupado para pasar tanto tiempo en la casa.

Sería bueno saber que no estaba sola. Dudaba que fuera libre de llevarme a
cualquier parte, pero tal vez al menos podríamos ir juntos de compras al
supermercado, para que Juliet no tuviera que venir aquí tan a menudo.

Recibí algunos mensajes de texto de los chicos preguntando por qué papá quería
que estuviera en casa, así que respondí en nuestra conversación grupal.
Avalon: Mi primo se mudará y trabajará con papá en unas pocas semanas. Nuevo
compañero de casa, supongo.

Sabía que tendrían un millón de preguntas, pero no tenía ninguna otra


información para darles. Dejé caer mi teléfono en mi cama y fui al baño. Un largo y
tibio baño era exactamente lo que necesitaba para relajarme.

196
Luca
Mi teléfono vibró al mismo tiempo que el del resto de los chicos. Leí el mensaje
y me giré para verlos.

—¿Un primo? ¿Eso no le parece al azar a alguien más? —pregunté.

Gavin asintió.

—Ella nunca mencionó a nadie de su familia extendida.

—No debe ser cercana a ella o él —dijo Vince con una mueca—. Realmente
espero que sea una chica. 197
—Tiene que serlo. Su papá no va a tener a algún chico que ella apenas conoce
mudándose con ella —dijo Skylar con más confianza de la que yo sentía.

Le pregunté quien era su primo, pero no respondió.

—Después de todo por lo que ella había pasado, tal vez será bueno tener a
alguien cerca cuidándola —dijo Gavin, siempre el diplomático.

Noah puso los ojos en blanco.

—O le impedirán salir con nosotros, dejándola dormir aquí o a nosotros allá, ¿y


qué pasará cuando aparezca su habilidad? ¿Cómo se supone que vamos a mantener
eso en secreto?

Él tenía varios puntos. No me gustaba la idea de alguien al azar estando cerca.


¿Qué si veían algo que no pudiéramos explicar?

—Chicos, no podemos entrar en pánico cuando ni siquiera se ha mudado. Solo


tendremos que esperar y ver quién es. Puede ser alguien quien apenas esté cerca.

Miré a Vince. Podía decir que también se estaba molestando por el optimismo
de Gavin.
—Seguro, solo esperaremos a ver como va —concordó Skyler. Por supuesto.

Tenía un mal presentimiento sobre esto, pero no me molestaría discutiendo. A


ellos les encantaba señalar mi punto de vista negativo, y no quería darles más
combustible. Incluso a pesar que yo dije que Avalon no debería salir con Carter. Les
dije que no confiaba en él, y él tenía un lado oscuro como su papá. Ellos me dijeron
que me mantuviera callado y la dejara tomar sus decisiones. Eso volvió a mordernos
el culo. Si su primo me daba una mala vibra, lo iba a decir. No dejaría que Avalon
volviera a salir lastimada.

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Confié en las personas equivocadas. Los dejé entrar en mi vida, en mi corazón, y se


volvieron contra mí. En un momento, mi vida cambió. Sé con quién puedo contar y
quién se preocupa realmente por mí. Mis chicos.

Cada día los ataques se vuelven más personales. Comenzó con el equipo de fútbol,
pero ahora toda la escuela parece tener algo que decir sobre mí. Quiero ser fuerte,
pero cada palabra se siente como un puñetazo. Ni siquiera mi propia casa es el escape
que necesito que sea.
Arlington Park #3
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