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DESARROLLO DEL CAPITALISMO

Contenido
1. 1 Transición del Feudalismo al Capitalismo ............................................................. 1

1.2 Origen del Capitalismo ....................................................................................... 3

1.3 Acumulación Originaria del Capital ..................................................................... 5

1.4 Economía Colonial y el Desarrollo del Capitalismo ............................................ 6

2. MODELOS DE DESARROLLO ................................................................................. 12

3. MODELOS DE DESARROLLO EN AMÉRICA LATINA ............................................. 18

3.1 Modelo agro-exportador ....................................................................................... 19

3.2 El modelo primario exportador 1850 – 1930 ........................................................ 19

3.3 El modelo de sustitución de importaciones .......................................................... 20

3.4 El Neoliberalismo ................................................................................................ 21

3.5 Otros modelos de interpretaciones en América Latina ........................................ 22

3.5.1 Modelo del Consenso de Washington ........................................................... 22

3.5.2 Modelo de desarrollo Auto centrado .............................................................. 23

3.5.3 Modelo de regionalismo abierto latinoamericano……………………………….23

3.6 Crisis de modelos de desarrollo en América Latina ......................................... 24

4. Bibliografía ................................................................................................................. 28
DESARROLLO DEL CAPITALISMO

1. ORIGEN DEL CAPITALISMO: Transición del feudalismo al capitalismo- Origen


del Capitalismo - La acumulación Originaria del capital – Economía Colonial y
el desarrollo del capitalismo.

1. 1 Transición del Feudalismo al Capitalismo

El Feudalismo fue un sistema social, político y económico que predomino durante la


edad media, el cual se caracterizaba por la descentralización del poder político, ejercido
a través de nobles organizados en feudos. Según la Real Academia Española la
palabra Feudo se refiere a el “contrato por el cual los soberanos y los grandes señores
concedían en la Edad Media tierras o rentas en usufructo, obligándose quien las recibía
a guardar fidelidad de vasallo al donante, prestarle el servicio militar y acudir a las
asambleas políticas y judiciales que el señor convocaba”. (RAE, 2018)

La base de la economía era el feudo, es decir la tierra que el señor otorga al vasallo en
el contrato de vasallaje, donde se producía todo lo necesario para satisfacer las
necesidades de sus habitantes. La Economía fue básicamente rural agrícola.

La propiedad privada, fue la base de explotación de una clase por otra. Existían dos
clases sociales antagónicas:

• Señores feudales: dueños de los medios de producción.


• Siervos: relación de servidumbre y de explotación.

Según el modelo de interpretación marxista, todos los cambios históricos están en


principio determinados por cambios en los modos de producción: empujados por las
dinámicas de las fuerzas productivas, las cambiantes relaciones de producción,
producen una intensificación de la lucha de clases, con los consecuentes cambios en la
superestructura política e ideológica para adaptarse a las nuevas condiciones.

La sociedad feudal, durante el siglo XIV sufrió una grave crisis generada por el
retroceso de la producción agraria por agotamiento de las tierras (malas cosechas,
guerras, mal clima), lo cual produjo una escasez y falta de alimentos, y las
consecuentes hambrunas y epidemias por una mala alimentación e higiene de la
población, donde cabe destacar la peste negra o peste bubónica, una peligrosa
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infección bacteriana que provocaba dolorosas lesiones de aspecto negruzco que
segregaba sangre y pus, y que afectó a Europa a partir de 1348.

Esta crisis influyó en la relación entre los señores feudales y los siervos, donde a los
primeros les disminuyó la población campesina y les fue más difícil obtener los tributos
de sus siervos o retenerlos en sus tierras.

También, a consecuencia de las prolongadas guerras por el continente, la población se


redujo mucho aún más.

Otro factor que influyó en la crisis del feudalismo fue el cisma religioso: la división de la
Iglesia Católica, llegando a haber dos Papas al mismo tiempo; lo cual hizo que la gente
perdiera la fe en el cristianismo y buscara en otros lados soluciones más eficaces a sus
problemas.

Las causas que alega Dobb como desencadenantes de la caída del feudalismo pueden
encontrarse dentro de la propia economía feudal citando sus palabras:

"La ineficacia del feudalismo como sistema de producción, junto con las crecientes
necesidades de ingresos de la clase dominante, es la causa primordial de su
decadencia, dado que esta necesidad de mayores ingresos fomentó tal aumento de la
presión sobre los campesinos que ésta llegó a hacerse insoportable"

Como consecuencia de esto "Se desembocó en el agotamiento y la desaparición de la


fuerza de trabajo que alimentaba el sistema". Para Dobb la causa esencial del
derrumbamiento del feudalismo fue la súper explotación de la fuerza de trabajo: los
siervos abandonaron la tierra y para quienes quedaron la presión del señor se hizo
insoportable.

Se generó un conflicto entre dos fuerzas opuestas donde la expansión del comercio y
del poder económico de los burgueses, junto con las disconformidades de los
campesinos con su nivel de vida, eran dos fuerzas sociales que potenciaban la crisis del
feudalismo. Este conflicto fue el origen del mundo moderno.

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1.2 Origen del Capitalismo

El aumento de la producción agrícola propició las variaciones ocurridas a lo largo de


varios siglos, y que llevarán a la disolución del feudalismo medieval y el inicio del
capitalismo.

El crecimiento del comercio fue la fuerza más importante aislada para el surgimiento del
capitalismo, pues comenzaron a surgir ciudades comerciales, donde florecía un
mercado permanente. A medida que el comercio se expandía, la necesidad de más
manufactura y más confianza en la oferta inducía a un creciente control del proceso
productivo por el capitalismo comerciante, donde se creó una fuerza de trabajo que no
poseía capital, pero si podía ser vendida, así como las herramientas y también la
materia prima. Los capitalistas contrataban la fuerza de trabajo y pagaban un salario.
Esas características marcaban el surgimiento del sistema capitalista.

A medida que la población de los feudos fue aumentando se hizo mayor la necesidad
de producir alimentos, vestidos y útiles en cantidades que ya la limitada capacidad del
feudo no podía satisfacer. Las ciudades se extendieron, convirtiéndose en centros de
compra y venta de numerosos productos. Los campesinos y artesanos se movilizaron
desde el campo hacia las nuevas ciudades, que les ofrecían mejores condiciones de
vida y más oportunidades de trabajo.

Hacía el año 1750 era práctica general que cada uno produjese sus propios alimentos y
confeccionase sus instrumentos y demás útiles. A partir de los comienzos de los
Tiempos Modernos se generalizó la industria doméstica, un empresario proporcionaba
las materias primas al obrero que trabajaba en casa empleando sus propias
herramientas y usando métodos artesanales. El empresario pagaba al obrero por su
trabajo, recogía el producto elaborado (hilo, tela, cuchillos, etc.) y lo vendía con utilidad.

En el curso del siglo XVIII se generalizó la manufactura, el proceso de producción


quedó concentrado en una sala de trabajo dónde se reunían los obreros. Cada uno
seguía trabajando con métodos artesanales, pero era un obrero que recibía un salario
fijo por su trabajo. El edificio, los instrumentos de trabajo y las materias primas
constituían el capital que era propiedad del empresario capitalista.

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Ante la creciente complejidad de los procesos manufactureros, fue preciso disponer de
capitales más grandes para la empresa industrial. Los artesanos se vieron avasallados
por la producción más barata que introdujo el uso de grandes equipos y no pudieron
competir con el capitalismo industrial. La industria doméstica, es decir, el trabajo de
manufactura hecho en domicilio, no tarda en sucumbir ante la presión de las
necesidades técnicas, que requieren de una división cada vez mayor del trabajo. Al
descomponerse el trabajo en un sin número de operaciones de precisión que deben ser
controladas, ante la intervención de las máquinas cuya posesión exige grandes
capitales y cuyo funcionamiento requiere la presencia en un mismo lugar de los obreros
que trabajan en un mismo proceso productivo, se crea la fábrica capitalista moderna.
Con este cambio el capital no solo se hizo intermediario comercial entre los productores
y consumidores; ahora concentraba a sus trabajadores en un mismo lugar donde
controlaban la fabricación, la calidad del producto, el uso de la maquinaria, el
aprovechamiento de los insumos y el máximo rendimiento de la mano de obra.

La disolución de los talleres domésticos y la agricultura “de mercado” crearon la


demanda propicia para absorber la producción fabril. Sobre la base de este mercado
interior, el capitalismo industrial hallo la necesaria solidez para volcarse al comercio
exterior, fuente de la acumulación que originalmente creó las condiciones necesarias
para la formación de capitales. Con ello, el capitalismo moderno ya tenía su rostro. Y al
dominar el nuevo sistema productivo, la empresa capitalista altero radicalmente las
relaciones de trabajo, el concepto de trabajo y la situación social del trabajo.

El surgimiento del capitalismo fue facilitado además, gracias a la filosofía del


renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la
sociedad, facilitando la aparición de los modernos estados nacionales que
proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del
capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la
acumulación del excedente económico que producía el empresario privado y a la
reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento.

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Los dos grandes momentos de esa victoria fue la guerra de la Independencia de
Estados Unidos (1775-1783) y la Revolución Francesa (1789-1799. A partir de
entonces, el liberalismo y el capitalismo se extendieron por toda Europa.

El sistema capitalista se fue extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema


socioeconómico casi exclusivo en el ámbito mundial hasta el estallido de la 1ra Guerra
Mundial, tras la cual se estableció un nuevo sistema socioeconómico, el comunismo,
que se convirtió en el opuesto al capitalista.

Este proceso se verificó, de todos modos, en dos fases: en la primera, el pequeño


productor consiguió su emancipación de las cargas feudales que pesaban sobre él y, en
la segunda, fue separado de la propiedad de los medios de producción (tierra, ganado,
taller artesano, etc.) para convertirse en un asalariado sujeto a un capitalista. La
acumulación de grandes capitales, que se sumaron a los obtenidos anteriormente en el
comercio, en un número reducido de manos hizo que se pudiesen aplicar las
innovaciones técnicas surgidas durante el siglo XVIII. Fue entonces cuando apareció el
capitalismo industrial, como prolongación del capitalismo comercial dominante desde
los siglos XI y XII, al que reemplazó comenzando a implantarse en las sociedades más
avanzadas.

1.3 Acumulación Originaria del Capital

Dobb interpreta el proceso de acumulación originaria implicando dos fases:

Por una parte, la burguesía adquiere tierras y bienes a precios muy bajos,
concentrándose cada vez más propiedades en menos manos.

En segundo lugar, la llamada fase de realización en la que según Dobb se venden los
artículos que ha generado esta apropiación y con esta venta se empieza a adquirir
maquinaria, mano de obra, medios de producción.

En conclusión, Dobb demuestra que el complemento necesario de la adquisición por la


burguesía no era la realización por la burguesía sino la destrucción del antiguo sistema
de producción, en especial la expropiación de trabajadores agrícolas como para formar
una clase dispuesta a trabajar por un salario.

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Según Marx, en su libro El Capital, “Esta acumulación originaria desempeña en la
economía política aproximadamente el mismo papel que el pecado original en la
teología. Para esto nos dice es “el proceso histórico de disociación entre el productor y
los medios de producción. Se la llama “originaria” porque forma la prehistoria del capital
y del modo capitalista de producción”

Constituye la expropiación de los productores directos o, en sus palabras, "el


aniquilamiento de la propiedad privada que se funda en el trabajo propio, esto es, la
expropiación del trabajador", permitiendo un elemento clave del capitalismo: "la
explotación del trabajo formalmente libre de otros, es decir, el trabajo asalariado".

El sentido de la acumulación originaria o primitiva es privatizar los medios de


producción, de modo que sus propietarios puedan aprovecharse de la existencia de
población sin medios que tiene que trabajar para ellos.

1.4 Economía Colonial y el Desarrollo del Capitalismo

1.4.1 Economía Colonial

La economía colonial basa su nombre en la época en que predominaban las colonias


de los países más poderosos de Europa como lo eran España e Inglaterra, en donde
existía un monopolio por parte de ellos hacia las tierras y personas que allí habitaban.
Por ello, la economía colonial se caracteriza por la comercialización de los productos
generados por la tierra, agricultura y minería, luego la ganadería y de manera más
incipiente la industria especialmente textil y pequeñas manufacturas, fueron
fundamentalmente destinadas a la exportación y constituyeron actividades expansivas
atractivas para obtener capital y mano de obra.

Al igual que en el capitalismo la producción se realizaba ordinariamente en unidades


productivas de mayor escala, sobre la base de trabajo servil. Las agrupaciones de
propietarios y comerciantes relacionados a las actividades de exportación eran,
lógicamente, los de mayores ingresos, quienes estaban unidos con altos funcionarios
de la Corona y del clero. Estos constituían la demanda dentro de la economía colonial
siendo los únicos sectores con capacidad para acumular. Constituían al mismo tiempo
el mercado interno colonial y la fuente de acumulación de capital.

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1.4.2 Desarrollo del capitalismo

PRIMERA FASE - El Mercantilismo S. XVI – XVII

El origen del Mercantilismo, se desarrolla en Europa desde el siglo XIV hasta el XVII.
Entendida como; un conjunto de políticas o ideas económicas que se desarrollaron
durante los siglos XVI – XVII y la primera mitad del siglo XVIII en Europa. Se caracterizó
por una fuerte injerencia del Estado en la economía. Consistió en una serie de medidas
tendentes a unificar el mercado interno y tuvo como finalidad la formación de Estados -
Nación.

En esta fase, por medio del comercio y la acumulación originaria del capital, la clase
burguesa financia los grandes descubrimientos geográficos.

Características:

Dentro de las características más sobresalientes en esta etapa, tenemos:

- La agricultura

- Minería

- Manufacturas

Todas estas son la base de la economía. Las primeras materias primas obtenidas de un
país, se utilizan para manufacturas nacionales, existe cierta prohibición de todas las
exportaciones de oro y plata, y algunas barreras a las importaciones de bienes.

Es decir, si se tenía que importar, debía ser por trueque y no a cambio de oro y plata.
Pero se podía exportar todo el excedente de manufacturas a cambio de oro y plata.

“El mercantilismo entró en crisis a finales del siglo XVIII y prácticamente desapareció
para mediados del XIX, ante la aparición de las nuevas teorías fisiócratas y liberales, las
cuales ayudaron a Europa a recuperarse de la profunda crisis del siglo XVII y las
catastróficas Guerras Revolucionarias Francesas.”

Aquí se la habla de la fisiocracia, que era una escuela de pensamiento económico del
siglo XVIII, firmaba la existencia de una ley natural por la cual el buen funcionamiento
del sistema económico estaría asegurado con la intervención del estado.

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SEGUNDA FASE - El Capitalismo Industrial

En esta fase nos remontamos a Gran Bretaña, como cuna de la Revolución Industrial
(1750), o primera Revolución Industrial, es el proceso de trasformación económica,
social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII, en el Reino Unido,
que se extendió unas décadas después, a gran parte de Europa occidental y
Norteamérica, y que concluyó entre 1820 y 1840, tuvo su boom, con la Locomotora a
vapor.

Es en esta etapa, que surge el Maquinismo, proceso de onda transformación en los


métodos de producción, comunicación y transporte.

El invento y desarrollo del motor a vapor, reemplazó a la energía muscular proveniente


del hombre y las fuerzas del agua y el viento, con lo cual el trabajo manual pasó a
convertirse en mecánico.

Este gran avance técnico – económico, transformo profundamente las condiciones de


vida de la sociedad contemporánea, pues, contribuyó grandemente al progreso de la
humanidad; pero, asimismo, creo también serios problemas de carácter social, agudos
conflictos de clases, los mismos que mantienen aún su vigencia hasta los tiempos
actuales.

En esta fase es importante hablar de Henry Ford o EL FORDISMO

La transición del siglo XIX al XX, tuvo lugar una fase y cambios profundos y rápidos a la
que muchos identifican con la segunda revolución industrial. Origen de un largo periodo
que entra en crisis desde el inicio de los años sesenta. Entre las diversas
denominaciones que lo identifican, la referencia al capitalismo monopolista o al régimen
de acumulación fordista, son dos de las más habituales tras una fase de ruptura e
inestabilidad, que culminó con la crisis desencadenada en 1929 y que afecto en buena
medida el decenio posterior, al final de la Segunda Guerra Mundial, supuso el inicio de
un periodo de crecimiento económico acelerado y estable, especialmente en el mundo
del desarrollo.

Pero más allá del crecimiento económico medio, en términos cuantitativos, lo que
destacaremos son los cambios tecnológicos, productivos, socios laborales e
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institucionales que marcaron el periodo asociados a una organización especial,
característica cuyos rasgos básicos aún siguen presentes en bastantes aspectos en la
realidad actual.

Los primeros años estuvieron dominados, por una latente aceleración en el ritmo y
cambio tecnológico que alcanzo su cúspide, entre 1930 y 1960, periodo en que se
concentraron una tercera parte de todas las innovaciones.

Se inicia una era de consumo masivo a escala mundial. Como complemento de los
anterior en estos años surgieron una serie de nuevos materiales de creciente uso, como
el aluminio, los plásticos, las fibras sintéticas y el material eléctrico, bien representados
entre las industrias motrices del periodo.

Surge la generalización de una serie de cambios en los procesos productivos que


modificaron las anteriores formas de hacer y, organizar en numerosas empresas:
supuso una creciente racionalización del trabajo según los principios de Taylor,
tendentes a lograr la máxima fragmentación y especialización de la actividad del trabajo
manual en operaciones elementales y repetitivas, con control de tiempo y movimientos,
junto con una evaluación de los rendimientos para elevar su productividad.

Este sistema conocido como taylorismo, que concluye con la nueva difusión de nuevos
sistemas de organización cuyo origen se sitúa en las factorías de Ford. Se lo
identificado como Fordismo. Basado en una completa mecanización de las tareas,
producción en serie de grandes volúmenes de objetos iguales, y la integración de las
diversas etapas del proceso del trabajo en un flujo continuo a lo largo de una línea de
cadena de producción- montaje que se desplaza a un ritmo constante.

Las crecientes inversiones de capital necesarios para poner en funcionamiento de estos


grandes centros productivos y obtener así las economías de escala, asociadas a la
producción masiva favorecieron a la concentración empresarial cada vez mayor y la
formación de oligopolios.

El reforzamiento de la división del trabajo fue una de las consecuencias visbles del
fordismo, junto a la gran fábrica, se llevan a cabo todo tipo de tareas integradas
verticalmente, realizadas por trabajadores especializados, los grandes almacenes por

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sesiones y los edificios de oficinas divididos en departamentos se convirtieron en el
modelo óptimo de eficiencia.

TERCERA FASE - El Capitalismo Financiero

“El capitalismo financiero persigue el beneficio mediante la especulación, moviendo el


capital o dinero atendiendo a las tasas de interés, tipos de cambio, variaciones de
precios, adquisición y venta de numerosos productos financieros y derivados
financieros.”

CUARTA FASE – El Capitalismo Global

Aldo Ferrer escribe: “A diferencia de la globalización de la esfera real, la globalización


financiera, tal cual la conocemos ahora, es un fenómeno esencialmente
contemporáneo. En el pasado las finanzas internacionales promovieron y acompañaron,
no sin sobresaltos pasajeros y algunos extraordinarios episodios especulativos, el
crecimiento de la economía mundial. En el ahora, la globalización financiera se ha
convertido en un fenómeno en gran medida autónomo y de una dimensión y escala
desconocidos en el pasado”

Por otra parte, David C. Korten expresa: “Los mecanismos empleados por el capitalismo
financiero para hacer dinero a partir del dinero, sin que sea necesario encarar una
actividad productiva, permite a aquellos que tiene dinero incrementar sus pretensiones
en contra de la reserva de riqueza real de la sociedad sin contribuir a su producción. Si
bien las actividades implicadas hacen a unos pocos muy ricos, desde una perspectiva
social son extractivos en lugar de ser productivos. La falta de capacidad del capitalismo
para diferenciar entre inversiones productivas y extractivas casi parece ser uno de sus
atributos definitorios”.

En los años 70 comienza una nueva etapa en la evolución histórica del sistema. Se
convive cotidianamente con la inestabilidad y la incertidumbre económica, rompiéndose
la trayectoria de la fase de auge basada en la estabilidad, el crecimiento y la mejora del
bienestar social de los países industrializados.

Esta fase de crisis está llamada a modificar profundamente la vida de los ciudadanos, a
economía y el contexto internacional.
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En tal sentido, las transformaciones económicas, tecnológicas y socio laborales exigen
también la implantación de na nueva lógica espacial, que afecta tanto los criterios de la
localización de las empresas, como las ventajas competitivas con que cuentan las
regiones y ciudades para impulsar su desarrollo.

Este periodo nuevo que se inicia se define de forma distinta: desde la sociedad
posindustrial de la que hablan los enfoques evolucionistas, al régimen de acumulación
post fordista o flexible, señalado por los teóricos de la regulación, el neofordismo de que
hablan las teorías nuevas industriales, la tercera revolución industrial que proponen
distintas visiones, hasta el capitalismo global de influencia marxista.

Autores como Drucher hablan incluso de una sociedad post capitalista.

Lo primero que se define en los últimos años es una expansión de las fuerzas
productivas con la nueva revolución tecnológica que, a diferencia de las anteriores, no
supone una sustitución de la base energética, sino que está centrada en la generación y
difusión de nuevas tecnologías de información.

Además de permitir el surgimiento y rápida expansión de nuevas actividades motrices


que se apoyan en la microelectrónica, el rasgo que mejor la define es su carácter inter
social, es decir, su capacidad para afectar todo tipo de actividades incluyendo de forma
directa sobre el volumen y características de los puestos de trabajo, así como sobre su
distribución.

El propio cambio tecnológico impulsa algunas de las transformaciones más


significativas en la organización de las empresas, que redefine el modo de acumulación
dominante, así el tiempo que facilita la ampliación de unos mercados que adquieren, de
forma creciente, una dimensión global controlados por grandes grupos empresariales.

Hace también menos elevados los costes entre establecimientos y de la misma


empresa y de transacción entre empresas diversas, con lo que se potencia la
segmentación y descentralización de los procesos, realizados en lugares diversos, pero
interconectados mediante redes de flujo material e inmaterial.

La consecuencia directa es una profundización en la división del trabajo, tanto en el


seno de la empresa como en sus relaciones con el exterior, que se refleja en un
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funcionamiento cada vez más sistemático e interdependiente, afectado por una
competencia creciente que también modifica la economía, que tras el hundimiento de
los sistemas de planificación centralizada, abarca ya la totalidad del planeta. Tiene lugar
una reorganización de los mapas económicos ante la redistribución de inversiones,
empleos y valor añadido, generadora de nuevas formas de desigualdad territorial.

“La progresiva superación económica de la dicotomía agricultura, industria como clave


interpretativa del desarrollo desigual, exige hoy un esfuerzo de búsqueda para
encontrar nuevos criterios que permitan identificar los contrastes esenciales existentes
entre los sistemas productivos.”

“La reestructuración económica iniciada en los 70, trajo consigo un cambio de la


realidad en el plano político institucional, sobre las relaciones sociales. La oleada
neoliberal con su cuestionamiento general sobre la intervención del estado sobre la
economía, ha puesto una progresiva liberalización de los mercados tantos de productos
como de factores, una reducción del sector público mediante las privatizaciones y un
mayor control del gasto”

2. MODELOS DE DESARROLLO

2.1 El mercantilismo

Esta corriente de pensamiento nace en Europa, en una época de cambios políticos


sociales y religiosos, en los siglos XVI y XVII. El mercantilismo se sitúa en el ámbito de
la política, siendo los principales actores mercaderes, miembros de la corte o
funcionarios de comercio; su principal interés era el aumento de bienestar de sus
naciones considerando al comercio exterior como fuente del progreso. Según Ramos
Sánchez “Se designa a la política económica que mantuvieron los estados durante el
periodo final del feudalismo, que facilitaba la acumulación de capitales y la preparación
del régimen de producción capitalista” (p.5). Era una política económica en relación con
la política nacionalista, que llega como la antesala del nacimiento del capitalismo
comercial.

Este modelo se consolida con la riqueza del comercio exterior. La actividad agrícola
florece por el siglo XI, generando un excedente el cual se empieza a comercializar

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(comercio exterior), no tanto así el comercio interior siendo útil pero que no genera
ganancias ni aumento en la riqueza de la nación; pero el comercio exterior, si se
obtiene un balance positivo se puede acceder más dinero que ingresa al país.

Este modelo consideraba que la tarea más importante era conservar, acumular el
dinero en el país, es por ello que surge la teoría del balance monetario, el cual se
refiere a gastar menos y acumular y/o ahorrar más dinero. Según Ramos Sánchez “los
regímenes mercantilistas eran partidarios de prohibir las exportaciones de oro y plata, y
de fomentar su importación, pues, como se ha anotado, veían en nuestros metales a los
representantes más valiosos de la riqueza” (p. 7) en conclusión las ideas y
pensamientos de los mercantilistas cambiaron a medida que evolucionaba la realidad
económica.

Con el tiempo se dio mayor prioridad sobre los efectos de las actividades internas
fundamentalmente en la de dar mayor trabajo a los obreros del país con la creación de
fuentes de trabajo y desarrollo industrial, con el fin de fortalecer la industria nacional.
Por otro lado, Ramos Sánchez explica que, “un excedente de exportaciones se traduce
en una afluencia de metales preciosos hacia el país, y secuencia de este aumento en la
cantidad de dinero en circulación suben los precios, lo que afecta las corrientes
comerciales internacionales, al aumentar las importaciones y reducir, paralelamente, las
exportaciones.” (p.10). para los mercantilistas la intervención del estado era muy
importante ya que podían adecuar políticas, al mismo tiempo se caracterizaban por ser
muy prácticos en la ejecución de dichas políticas.

2.2. La fisiocracia

La fisiocracia descartaba que la riqueza se crea y aumenta en torno al comercio según


Ramos Sanchez, “Los fisiócratas tuvieron ese mérito de descartar la idea de que la
riqueza se crea y aumenta en virtud del comercio. Ellos sostuvieron que es en la
producción donde tiene lugar la creación de la riqueza y del excedente que sirve de
base para la acumulación” (p.11). Haciendo un análisis a la producción capitalista
abriendo camino a las ideas económicas de cómo se forma circula y distribuye el
producto neto es cuando la riqueza creada supera el gasto de producción. El trabajo

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productivo crea un excedente y el trabajo no productivo es estéril no añade riqueza, no
crea excedente. Para los fisiócratas no consiste en el aumento de riqueza sino asume
una figura material concreta, sostienen que solo la rama de agricultura; tener una
actividad productiva que es creadora de producto neto, porque la cantidad de bienes de
producción que se obtienen es superior a la que se consumió para obtenerla. Dicho
producto neto circula por las tres clases sociales de esa época:

 La clase propietaria; la iglesia, el estado

 La clase productiva; agricultores que toman la tierra

 La clase estéril; trabajadores que no crean producto neto

Los fisiócratas tenían una visión globalizadora en torno a la economía de la sociedad,


un aporte importante que tuvo fue de analizar la economía capitalista en su conjunto,
también consideraron que la creación del excedente es un proceso de producción que
se repite permanentemente.

Ramos Sánchez, sostiene que “Es evidente que en los fisiócratas la idea de la
reproducción económica se relaciona totalmente con el proceso natural de
reproducción, visible de manera directa en la agricultura. Esto nos llevó a considerar
que la forma capitalista de producción como una forma natural y eterna.” (p.13) es por
ello que sostienen que la sociedad y la naturaleza se rigen en un orden natural que es
eterno e inmutable; con el derecho de disfrutar de los beneficios de la propiedad
privada, perseguir el interés personal y la competencia. Por otro lado, es guía
importante para entender lo que debe y no debe hacer el estado:

 Una vez conocida las leyes del estado, se debe dejar que funcione libremente y
su desenvolvimiento en el orden natural

 Significa que el estado debe suprimir toda interferencia antinatural que dificulte el
ejercicio de esas leyes. Los cimientos de

Siendo los fisiócratas de “dejar hacer y dejar pasar”.

Los fisiócratas intentaron demostrar que a las industrias solo las transforma la riqueza
existente sin añadirles nada. Según ramos, sostiene que “La industria y el comercio

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deberían estar libres de toda imposición, pero al mismo tiempo de debería dejar que las
importaciones y exportaciones de productos manufacturados fluyan libremente” (p. 16),
convirtiéndose en teóricos avanzados en de la burguesía industrial y comercial.

2.3. Los clásicos

Se toma en cuenta los pensamientos de Adam Smith y David Ricardo, pero luego fue
Carlos Marx quien introdujo las distintas corrientes de pensamientos, reconociendo los
distintos aportes de estos científicos. Existía una preocupación dominante de los
clásicos en determinar las leyes de funcionamiento económico de la sociedad moderna;
el punto de partida fue el conocimiento de la teoría del valor y el tema más trascendente
de la economía política.

Teoría del valor o del precio, a través se trataba de investigar la dinámica de la


economía.

En su libro “teoría de los sentimientos morales” explica que la sociedad funciona con
distintas pasiones originarias de la naturaleza, motivaciones de la conducta humana; el
egoísmo, la conmiseración, el deseo de ser libre, el sentido de la propiedad, el habito
de trabajo y la tendencia a trocar (cambiar una cosa por otra), los cuales conducen a
una armonía social.

Los economistas clásicos lograron explicar el crecimiento y el desarrollo económico,


crearon sus dinámicas en una época donde el capitalismo se encontraba en pleno
auge, tras salir de una sociedad feudal en la que la revolución industrial provocaba
enormes cambios sociales. Reorientaron la economía alejándose del análisis previo que
se centraba en los intereses personales del gobernante (interés creado en las clases
sociales). Con esos cambios se plantearon que, si se podría organizar una sociedad
alrededor de un sistema, en donde cada economista buscara su propia ganancia.

En la teoría del valor se buscaba investigar la dinámica de la economía. Los precios de


mercados se veían influenciados por una gran cantidad de factores transitorios. Los
precios de mercado siempre tienen a los precios naturales en un proceso que Smith
describía como a la atracción gravitatoria. La determinación de los precios naturales no
es la misma en toda la escuela clásica, Smith establecía que los precios naturales era

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la suma de los salarios naturales, los beneficios, el interés del capital, los impuestos y la
renta.

Ricardo y Marx ambos pensaban que el valor depende de la cantidad de trabajo en los
bienes y servicios y los precios relativos unos a otros es fijada por el mercado.

El estado no debe intervenir en el funcionamiento de los mercados, ya que los agentes


económicos en su acción individual son dirigidos al equilibrio y a la eficiencia. El valor
del bien está determinado por la cantidad de trabajo empleado en ese bien.

2.4. Los neoclásicos

Los principios de un nuevo paradigma se establecen en la década de los 50 frente a las


dificultades de los principios clásicos, surge para explicar el origen de la ganancia de
los capitalistas proporcionando nuevos enfoques de la teoría del valor. Por 1854 Hernan
Heinrich formulo importantes leyes que influyeron al pensamiento económico los cuales
fueron el principio de la utilidad decreciente y el principio de la máxima satisfacción
como objeto de la conducta humana, son conocidas como las “leyes de Gossen”,
proporcionando fundamentos distintos del modelo clásico.

 El principio de la utilidad decreciente

 El principio de la máxima satisfacción como objeto de la conducta humana

Proporcionaron fundamentos distintos de los clásicos.

Esta nueva ola de revolución intelectual o científica empezó a expandirse, para todos
los neoclásicos el capitalismo es un medio natural, que sostuvieron la conclusión de
que en el mercado la competencia libre y perfecta elevan al máximo la satisfacción de
todos. Este pensamiento neoclásico tratara de convertir al individuo autónomo con
decisiones y acciones individuales en la unidad básica de la ciencia social.

Veían las decisiones dentro del proceso a cargo de unidades individuales (producción y
consumo) rigiéndose en el interés individual, donde concebían el progreso como un
proceso continuo y automático. Según la escuela marginalista el hombre le da valor a
partir de tres cosas:

 La utilidad y capacidad para satisfacer necesidades

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 Las necesidades humanas jerarquizadas según su importancia

 La escasez, que impide satisfacer a plenitud todas las necesidades

Afirmando que para que las cosas tengan valor deben ser capaces de satisfacer las
necesidades humanas, de esta manera el valor se mide por la utilidad adicional y/o
marginal, en palabras de Ramos Sánchez, “en general el valor se cuantifica a partir del
incremento de utilidad (utilidad marginal), que procura la utilización de una unidad
adicional de bien en la necesidad menos importante. Si un bien existe en cantidad
ilimitada, la utilidad marginal se reduce a cero porque todas las necesidades, importante
pueden satisfacerse plenamente…” (p.42), es por ello que a la teoría neoclásica se la
conoce como teoría del valor-utilidad o teoría del valor rareza.

2.5. Los keynesianos

Para 1929, en consecuencia, de la falta de solución de los problemas de la


macroeconomía, los cuales fueron que los mecanismos de ajuste automático dejaron
de funcionar, la realidad fue cambiando y se fue demostrando que era más la creación
de la mente humana que virtudes intrínsecas del sistema. Por esto, el estado debía
manifestarse en contra de las teorías económicas reanalizando que la practica anticipo
a la teoría.

La política de laissez-faire explica Ramos Sánchez, “… empeoraban la crisis en lugar


de aliviarla, de nuevo las clases y fracciones dominantes tuvieron que recurrir al Estado
en busca de apoyo. Solo después de algunos años –pocos, pero sumamente largos-
surgió la respuesta anhelada en la vos de J.M. Keynes, quien dijo su mensaje en un
ambiente de crisis y supo dirigirlo a quienes mostraban oído receptivo.” Las ideas de
Keynes sirvieron para dar legalidad a las acciones del Estado. Sus ideas fueron
bautizadas como la Nueva Economía o como La Revolución Keynesiana.” (p.51). fueron
importantes ya que su teoría se posiciono en un lugar muy importante en la economía
capitalista con el caso especial de salarios monetarios rígidos, dejando intacta la teoría
neoclásica del valor.

El modelo keynesiano fue de carácter paradigmático convirtiéndose en guía orientadora


de análisis siendo fundamentalmente su filosofía capitalista; encontrando en una fuente

17
de inspiración. Realiza una crítica a la teoría neoclásica, expone un postulado de que el
salario real es igual a la desutilidad marginal del trabajo con la razón de que todos los
trabajadores pueden encontrar ubicación si aceptan salarios más bajos, partiendo de
esta crítica; Keynes llega a la conclusión de que, si se elimina la desocupación por
medio de la rebaja de salarios, serian nocivas para el capitalismo maduro.

Keynes inicia su resumen analizando que cuando aumenta la ocupación aumenta


también el ingreso global de la comunidad. Entonces el consumo está en función del
ingreso global y la propensión a consumir, para Ramos Sánchez, “el volumen de trabajo
que los empresarios están dispuestos a emplear depende tanto de la suma que se
espera gastara la comunidad en consumo, como de la que espera dedicara a nuevas
inversiones” (p. 54). Estos elementos de consumo e inversión forman la demanda
efectiva, lo cual demuestra que la producción depende del empleo.

El equilibrio de Keynes supone que el volumen de la teoría general de la ocupación


depende de:

a) de la función de la oferta global,

b) de la propensión a consumir y

c) del volumen de inversión.

Cuanto mayor sea el volumen de ocupación, mayor será la brecha entre la producción
total y el consumo total. En cuanto al producto marginal del trabajo, si este es mayor al
salario, podrá aumentar su beneficio si contrata más trabajo.

3. MODELOS DE DESARROLLO EN AMÉRICA LATINA


Un “modelo de desarrollo” o “patrón de acumulación” es una modalidad del proceso de
reproducción del capital, históricamente determinado. No se trata de acumulación
capitalista a secas, sino de cierto modo que ésta asume en un periodo dado. “Se trata,
por ende, de recalcar la especificidad que adquiere el fenómeno más general”; tal modo
de acumulación se debe caracterizar por su relativa coherencia interna (Valenzuela,
pág. 61: 1990).

18
En los países de la periferia capitalista, como es el caso de los latinoamericanos, los
modelos de desarrollo están definidos por dos elementos básicos que definen el
subdesarrollo: la “heterogeneidad estructural”, es decir, la articulación compleja de
formas de producción “avanzadas” o “modernas”, con formas de producción
“atrasadas”; y las relaciones de dominación-dependencia que fundamentan su
vinculación con los centros de la economía mundo. (Valenzuela, 1990).
3.1 Modelo agro-exportador

Un modelo agroexportador es un modelo que, consiste en la producción de productos


agrícolas cuya finalidad principal es la exportación. El mismo guarda relación con
países con una alta competitividad en la producción de productos primarios, como por
ejemplo Argentina.

3.2 El modelo primario exportador 1850 – 1930


“El “modelo primario-exportador” en América Latina, hace referencia al amplio periodo
histórico que comienza con los movimientos de independencia política a comienzos del
siglo XIX y que culmina en el periodo, cuando se colapsa el orden liberal, encabezado
por Gran Bretaña desde la Revolución Industrial. En esa etapa, los ejes del proceso de
acumulación de capital fueron el sector agropecuario y la producción minera. Los
países latinoamericanos se especializaron en la producción y exportación de productos
primarios. El motor de la economía era el mercado externo. En el plano interno, se
configuró un sistema productivo “dual”: un sector “moderno” integrado por el sector
exportador desarticulado del resto de la economía; y un sector “atrasado” o de
“subsistencia” orientado a abastecer los mercados locales y sus necesidades de
autoconsumo”. (Guillen, pág. 2: 2007)

El Modelo Primario Exportador, se desarrolló en forma desigual en el subcontinente


latinoamericano. Los países del Cono Sur (Argentina, Uruguay y Chile) se insertaron
más temprano, desde el triunfo de la causa independentista, a las necesidades del
capitalismo inglés. El tipo de productos en los que se especializaron (cueros, cereales,
carnes) que tenían amplia demanda en los centros, imprimió un fuerte dinamismo a su
sector exportador, lo que repercutió en su desarrollo general. La oligarquía de la
Colonia no fue desplazada con la Revolución de Independencia, sino que se adaptó a
19
las necesidades del capitalismo industrial en ascenso en Europa. En cambio, en
México, Brasil y otros países de la región, el “nuevo orden” no se asentó plenamente
sino hasta el tercero y último cuarto del siglo XIX, después de concluida la Reforma
liberal. Fue hasta entonces que se consolidó la economía cafetalera en Brasil, base de
la economía de este país en esa etapa. En el caso mexicano fue hasta el periodo de la
llamada República Restaurada (1867-1877) y el porfiriato (1877-1910) que México se
convirtió en exportador de productos agrícolas (algodón, henequén, café) y de
minerales (cobre y después petróleo), sobre todo hacia el mercado estadounidense (
Florescano,1991: pag. 58)

3.3 El modelo de sustitución de importaciones


“El tránsito al modelo de sustitución de importaciones (MSI) fue un proceso desigual en
América Latina. En los países en los cuales el MPE había logrado mejores resultados,
como es el caso de los del Cono Sur y Brasil, y aún en México, el crecimiento de ciertas
industrias de bienes ligeros o de equipamiento (frigoríficos, por ejemplo) cobró impulso
antes de la Primera Guerra Mundial (Furtado, 1967), aunque fue este conflicto – que
colapsó el orden liberal y la ola globalizadora de finales del siglo XIX -, así como la
consecuente “gran crisis” que se desenvuelve a partir del mismo y que desemboca en
la depresión de los años treinta, la que precipita la sustitución de importaciones y el
viraje “hacia dentro”. Sin embargo, aún después de la Segunda Guerra Mundial algunos
de los países “grandes” de la región realizaron algunos intentos por regresar al modelo
anterior, y muchos medianos continuaron en el mismo, hasta bien entrada la década de
los cincuenta, (Venezuela, los países centroamericanos y los países del Caribe) lo que
se perseguía era, logar la independencia de los mercados mundiales y reducir la
vulnerabilidad externa” (Bulmer Thomas, 1994: Pág. 12).
Determinadas causas residen en la base del fracaso relativo de este aspecto de la
política, entre las que destacan las siguientes:

 La Protección arancelaria exterior fue durante este periodo muy elevada.


 Presiones por parte de los grupos sociales que tenían mayores posibilidades de
perder rentas económicas a medio plazo.

20
 En la medida que crece el ingreso, la producción de la demanda de bienes
primarios tiende a declinar, mientras que la de importaciones industriales muestra
un comportamiento inelástico.

3.4 El Neoliberalismo

El neoliberalismo es el pensamiento que sirvió de base a la formación del capitalismo y


que promulga el individualismo y la libertad de empresas.

Se le llama “Neo” porque surge después de aproximadamente 40 años, en los años 70


a raíz de la crisis que se encuentra la economía a nivel mundial.

La fuerza laboral es la única mercancía que no posee libertad de mercado.

La crisis de la deuda externa de 1982 señaló el fin del MSI y el tránsito al MN. Pero
como todos los quiebres históricos, el MN tiene antecedentes que lo anuncian. En
América Latina los antecedentes del modelo hay que rastrearlos en las dictaduras
militares de Pinochet (1973-1990) en Chile, y en la junta militar argentina (1976-1983)
que se inaugura con el ascenso de Videla al poder en 1976. Ambos países fueron
laboratorios de las políticas neoliberales y anticiparon las medidas después puestas en
práctica por R. Reagan y Margaret Tatcher en Estados Unidos y en el Reino Unido
(Harvey, 2005). Aparte de aplicar una represión salvaje sobre los grupos opositores,
ambos regímenes autoritarios se caracterizaron por la aplicación de políticas
económicas restrictivas que recargaron el costo de las políticas de estabilización en los
trabajadores y en los sectores populares.

Anticiparon la implantación de las que después serían bautizadas como “reformas


estructurales”, como la apertura comercial y la desregulación financiera (Ferrer, 2004).
La decisión de los acreedores externos de suspender el financiamiento voluntario y la
rigidez de los programas de ajuste impuestos por el Fondo Monetario Internacional
(FMI), orillaron a los países latinoamericanos a proyectar sus economías hacia el

21
exterior y a financiar el pago del servicio de la deuda mediante la obtención de superávit
en la balanza comercial, lo que se tradujo en una drástica compresión de la capacidad
de importación y de los niveles de inversión, consumo y empleo.

3.5 Otros modelos de interpretaciones en América Latina

3.5.1 Modelo del Consenso de Washington

El consenso de Washington surgió en 1989, a fin de procurar un modelo más estable,


abierto y liberalizado para los países de América Latina.

Formulaciones del Consenso

 Disciplina presupuestaria
 Cambios en las prioridades del gasto público.
 La reforma fiscal.
 Los tipos de interés.
 El tipo de cambio.
 Liberalización comercial
 Política de apertura respecto a la inversión extranjera directa.
 Política de privatizaciones.
 Política desreguladora.
 Derechos de propiedad.

Aplicación de las reformas económicas del consenso de Washington


Consecuencias positivas

Los logros más inmediatos, se obtuvieron aplicando la prudencia monetaria, que redujo
la inflación a un solo digito prácticamente en todos los países. La disciplina fiscal
disminuyo el promedio del déficit presupuestario del 5 % del PIB al 2 %
aproximadamente, y redujo la deuda externa pública del 50% del PIB a menos del 20%.

22
La apertura comercial hizo descender el promedio de aranceles desde más de 40 % a
casi 10%.

Consecuencias Negativas

Sin embargo, la cara adversa fueron los resultados desalentadores en términos de


crecimiento económico, reducción de la pobreza, redistribución del ingreso y
condiciones sociales. América Latina ingresó en el tercer milenio con más de 450
millones de personas, y más de un tercio de su población viviendo en la pobreza (con
ingresos inferiores a los 2 dólares diarios) y casi 80 millones de personas padeciendo
pobreza extrema, con ingresos inferiores a 1 dólar diario, los fallos del consenso.

Así pues, los años noventa en América Latina pusieron en evidencia las importantes
deficiencias del Consenso de Washington. El mismo Willamson, tras los resultados
desalentadores de la aplicación de las medidas expuestas en su artículo, enumero una
amplia lista de temas excluidos, la mayoría especialmente referidos al tema de la
equidad.

3.5.2 Modelo de desarrollo Auto centrado

En el siguiente esquema pretendemos presentar unas pautas de actuación que


permitan englobar en un cuadro general muchas de las propuestas que ya existen.

Por ejemplo, que el interés por el empleo, de la que ya se preocupan ciertos colectivos
sociales, y la gestión del ámbito exterior de la economía que preocupa a otros, se
compaginen mediante la planificación social; que la economía social y las finanzas
éticas que absorben las energías de otros muchos grupos, se articulen por medio del
control social de los medios de producción y el control público del sector financiero.

23
3.5.3 Modelo de regionalismo abierto latinoamericano

Se trataría de conformar mercados regionales relativamente abiertos aunque


manteniendo un margen preferencial para los socios, basados en una liberalización
amplia en términos de sectores y de países, en la estabilidad macroeconómica, y con
políticas activas y marcos reguladores que promovieran una “Competitividad auténtica”
El claro ejemplo es MERCOSUR.

“El subdesarrollo no es una etapa del desarrollo. Es su consecuencia. El subdesarrollo


de América Latina proviene del desarrollo ajeno y continúa alimentándolo. Impotente
por su función de servidumbre internacional, moribunda desde que nació, el sistema
tiene pies de barro. Se postula a sí mismo como destino y quisiera confundirse con la
eternidad.” (Eduardo Galeano, pág. 165: 1978)

3.6 Crisis de modelos de desarrollo en América Latina

El rápido crecimiento de la población, las demandas del modelo de desarrollo social y


económico, la distribución inequitativa del uso de los recursos entre los países han

24
traído serias consecuencias sobre las condiciones ecológicas y sociales que hacen
posible la existencia humana.
Estudios asocian a la pobreza como factor de destrucción ambiental más sin embargo
lo que en realidad afecta a la naturaleza son los países desarrollados que producen
elevados índices de contaminación debido a su alta capacidad industrial, esto se ve
reflejado en las emisiones de gases hacia la atmósfera y contaminación hacia suelos,
agua y vegetación.

La historia económica de América Latina puede resumirse como la larga lucha


emprendida por las distintas clases y grupos sociales que han integrado sus
sociedades, en cada fase de su desarrollo, por “construir” un proyecto de
autodeterminación nacional, en el marco de la economía – mundo capitalista, que les
permita salir del subdesarrollo y alcanzar niveles superiores de progreso social. A
riesgo de simplificar en exceso, desde la Independencia de los países latinoamericanos
de sus respectivas potencias coloniales hasta la fecha, la búsqueda del desarrollo ha
confrontado dos polos opuestos: un polo “conservador” para el cual el desarrollo es
asimilable a “modernización” y se resuelve con la adaptación pasiva de nuestros países
a las necesidades de los centros capitalistas; y un polo “progresista” que sin renunciar a
la integración con la economía-mundo, postula la necesidad de contar con un proyecto
nacional de desarrollo que atienda las necesidades básicas de la población.

El Modelo Primario Exportador, reprodujo y consolidó el carácter dependiente de las


sociedades latinoamericanas. Se configuró un sistema productivo heterogéneo y
especializado, constituido por un sector “moderno” asentado en la producción y
exportación de productos primarios, y un sector “atrasado” de subsistencia. El sistema
productivo careció desde su arranque, de un motor interno, ya que dependía para su
expansión de la demanda de los centros. Las mejoras de la productividad en el sector
exportador no se irradiaban al conjunto de la economía, sino que se dilapidaban en
consumo suntuario de la oligarquía, o se trasladaban al exterior por la vía de la relación
de precios desfavorable. Los altos niveles de concentración del ingreso prevalecientes
desde la Colonia se reprodujeron durante la fase del MPE. Ello fue así no sólo como

25
una consecuencia de la lógica del modelo, sino por el hecho de que la Independencia
no implicó el desplazamiento de las viejas elites, sino solamente una recomposición del
bloque en el poder. Una situación similar se presentará posteriormente en el tránsito al
MSI y al MN, lo que se traducirá en la perpetuación de la alta concentración del ingreso
prevaleciente hasta nuestros días.

El MSI constituyó el esfuerzo más serio realizado en la historia latinoamericana para


construir un proyecto de desarrollo autónomo. Las dos guerras mundiales y la gran
crisis de los años treinta del siglo pasado crearon condiciones propicias para impulsar la
industrialización, a partir de en una estrategia de desarrollo “hacia adentro” basada en
el fortalecimiento del mercado interno. La estrategia “sustitutiva de importaciones” fue
en su tiempo una estrategia alternativa, pues tanto en el centro como en los círculos
conservadores de la periferia, tendían a verse los problemas del periodo de
Entreguerras como transitorios, por lo que, al normalizarse la situación, América Latina
debería retornar a los cauces del MPE. La teoría estructuralista o cepalina del
desarrollo, que floreció en América Latina en la posguerra hasta la década de los
setenta, fue importante, porque se trató de un esfuerzo teórico propio que tomó en
consideración las peculiaridades del subcontinente y de su historia. Dicha teoría, como
decía Raúl Prebisch, nos hizo pensar “con nuestras propias cabezas”. El tránsito al MSI
hubiera sido inviable de no haberse producido, en el marco de la crisis, el ascenso de
gobiernos de corte progresista, en los cuales se hacían presentes los intereses de las
grandes masas y de una burguesía industrial emergente.

Julio Cortázar quien tenía un modelo para armar, decía que requerimos de un modelo
para desarmar, urgimos de una estrategia para desmontar el andamiaje del
neoliberalismo, que no es otra cosa que una estructura de poder antinacional. Atrás de
las altas tasas de interés y de la sobrevaluación de las monedas, se esconden
poderosos intereses, que no son otros que los del capital financiero internacional y de
las élites internas que se han beneficiado de la apertura comercial y financiera. El
Consenso de Washington conviene enfatizarlo, no sólo representó la adherencia
dogmática a políticas neoliberales, sino que significó un compromiso político del capital

26
financiero globalizado y los gobiernos de los centros con las elites y gobiernos de los
países de la periferia. Para implementar un proyecto económico alternativo orientado al
crecimiento y el empleo, y cuyo eje dinámico sea el mercado interno, resulta
indispensable modificar “los nudos críticos” de la política económica, en los que se
asienta el modelo neoliberal: las políticas monetaria y cambiaria restrictivas, las
tendencias estructurales a la concentración del ingreso y la sujeción al pago perpetuo
de la deuda.

La puesta en marcha de una estrategia alternativa, no es un problema meramente


técnico, sino fundamentalmente político. En contra de lo que piensan algunos
pensadores del movimiento antiglobalización, en el sentido de que la globalización
anula la posibilidad de aplicar estrategias alternativas en el espacio nacional, y de a que
los perdedores del proceso sólo les queda la resistencia global, la historia reciente nos
muestra que la Nación sigue siendo un espacio privilegiado de la lucha de clases y para
el diseño y ejecución de estrategias diferentes al neoliberalismo. Ello incluye el espacio
electoral.

A diferentes ritmos y atendiendo a especificidades nacionales, Brasil, Argentina,


Venezuela, Uruguay, Bolivia, y más recientemente Ecuador, son ejemplos vívidos de
que el ascenso al gobierno de partidos y movimientos progresistas, crea las
condiciones para la construcción de proyectos alternativos. Pero al mismo tiempo esos
procesos nos muestran que el ascenso al gobierno no basta y que se requiere de
voluntad política y de deshacerse de dogmas, para desmontar el andamiaje del
neoliberalismo. Por citar sólo un ejemplo los resultados contrastantes en materia de
crecimiento económico de Argentina y Brasil son una prueba elocuente de ello.
Argentina abandonó la camisa de fuerza de la convertibilidad cambiaria, comenzó a
aplicar políticas monetarias flexibles y repudió la deuda externa con acreedores
privados, lo que le ha posibilitado alcanzar tasas de crecimiento cercanas al 10% por
cuatro años consecutivos. Brasil, en el extremo opuesto, y sin desconocer la
importancia de los cambios positivos que ha logrado el gobierno de Lula sobre todo en
materia de política externa y en la promoción y defensa de los países del Sur, se ha

27
aferrado en mantener políticas monetarias y cambiarias restrictivas, que se han
traducido en tasas muy lentas de crecimiento económico.

Pareciera que América Latina logra salir del estrecho cauce marcado por el post
consenso de Washington y el capital financiero internacional, y se decide a encontrar un
camino alternativo. Todo parece indicar como señaló el presidente argentino Kirchner,
que la “noche negra” del neoliberalismo va quedando atrás y que América Latina, como
dijo el presidente ecuatoriano Rafael Correa, experimenta un “cambio de época”. Sólo
México, Colombia y algunos regímenes centroamericanos y caribeños se mantienen en
la vía neoliberal. En todo caso, el desenlace, como siempre, se encuentra más en el
terreno de la política que de la economía.

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