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Las representaciones sociales como formas de conocimiento de mundo social.

«Una primera distinción que suele hacerse es entre el conocimiento científico de la


realidad y otro conocimiento al que definimos como «del sentido común» o «de la vida
cotidiana» o de la «gente de a pie». » Esta teoría intenta recuperar la especificidad del
conocimiento de sentido común. El sentido común es, en principio, una forma de
percibir, razonar y actuar. Es conocimiento social porque está socialmente elaborado.

Incluye contenidos cognitivos, afectivos y simbólicos que tienen una función no solo en
ciertas orientaciones de las conductas de las personas en su vida cotidiana, sino también
en las formas de organización y comunicación que poseen tanto en sus relaciones
interindividuales como entre los grupos sociales en que se desarrollan. Ya en 1898, con la
publicación de una de sus obras más importantes -La división social del trabajo- Emile
Durkheim, autor considerado uno de los padres fundadores de la Sociología, comienza a
hablar de representaciones colectivas. Plantea que el mundo social puede ser entendido y
explicado como «una estructura moral conformada por una convención de
costumbres, ideales y normas, cuya organización podía ser objeto de la comprensión
racional». En el siglo XX, en los años sesenta, Serge Moscovici enuncia el concepto de
Representación Social.

Inicia así la búsqueda de la comprensión de la comunicación y el pensamiento cotidianos


del mundo social. Un «conocimiento cuyo objetivo es crear una realidad» . Las personas
aprehenden la vida cotidiana como una realidad ordenada, es decir, las personas perciben
la realidad como independiente de su propia aprehensión, apareciendo ante ellas
objetivada y como algo que se les impone. El mundo de la vida cotidiana es aquel que se
da por establecido como realidad.

El sentido común que lo constituye se presenta como la «realidad por


excelencia», logrando de esta manera imponerse sobre la conciencia de las personas
pues se les presenta como una realidad ordenada, objetivada y ontogenizada. Este
«olvido» de ese proceso de construcción hace posible la emergencia de las
Representaciones Sociales. Los procesos de naturalización de la vida social generan una
forma de conocimiento que hace que ciertas afirmaciones sobre la vida en común se
presenten como verdades. Las Representaciones Sociales se sitúan en un punto donde se
intersectan lo psicológico y lo social.

Son una modalidad de conocimiento común, que incluye aspectos afectivos y cognitivos y
orienta la conducta y la comunicación de los individuos en el mundo social. Es una
representación de algo para alguien.

Son utilizadas por los individuos para actuar sobre otros miembros de la sociedad o para
ajustar su comportamiento en la vida social. Exigen que se comparta un mismo trasfondo
de Representaciones Sociales, aunque sea para expresar posturas contrapuestas. Es así
como a partir de las Representaciones Sociales, las personas producen los significados
que se requieren para comprender, evaluar, comunicar y actuar en el mundo social. De
esta manera, al participar de las interacciones sociales, los actores se ubican a sí mismos
y a los otros como integrantes de los diferentes grupos que componen la sociedad y desde
ese lugar negocian sus identidades.

Ahora bien, como se ha mencionado, las RS se originan y modifican en tal negociación o


en las diversas interacciones sociales, particularmente en los actos de comunicación. Es
decir, otorgan significado a objetos más específicos de la vida social sobre el trasfondo de
alguna concepción del mundo. Por otra parte, las creencias sobre determinado tema
expresan las necesidades y valores de un grupo social, lo que las distingue del
conocimiento científico. Las personas hacen referencia a los objetos sociales, los
clasifican, los explican y, además los evalúan, porque tienen una Representación Social de
ese objeto.

Las personas conocen la realidad que les circunda mediante explicaciones que extraen de
los procesos de comunicación y del pensamiento social.

Estructura y función de las RS

Así, por ejemplo, el mundo de la enfermedad, tal como la define el sentido


común, determina los actos del grupo social con los enfermos. Dado que ellas constituyen
lo que la realidad es para los sujetos, toda novedad de la vida social se asimila a una red
de significaciones sociales que permita comprenderla de una cierta manera. La
elaboración de las RS se lleva a cabo en la comunicación y la interacción social, no surgen
de la nada, ni se inscriben sobre una hoja en blanco al momento en el que surgen, sino
que cada vez que esto sucede encuentran un referente de pensamiento ya sea latente o
muy manifiesto en el grupo endógeno a la Representación Social de donde se ancla la
nueva representación . Aquí decimos que son imprescindibles para la gestión de nuestras
relaciones prácticas con el mundo, aún para garantizar un cierto orden al interior del grupo
social.

Es indispensable pensar en la actualidad en las representaciones mediáticas elaboradas


por los medios de comunicación social, que cumplen un rol relevante en la construcción de
las Representaciones Sociales proveyendo discursos, textos, imágenes y narrativas, así
como encuadres y marcos cognitivos .

Representaciones sociales y sentido común sobre lo aparente y lo oculto.

Es decir, aceptamos el orden de cosas y el mundo como "natural". En virtud de que nacimos
dentro de un mundo social, aceptamos algunos postulados y axiomas, los cuales no se
cuestionan. Allí se encuentra uno de los fundamentos de una teoría de la dominación y de la
política. Es decir, como expresión de la dominación que unos grupos ejercen sobre otros.

En estos enunciados escuchados diariamente, se encierran visiones que además de ser


fuertemente agresivas, encierran afirmaciones que constituyen una verdadera falacia, son
inconsistentes, no poseen demostración empírica de ninguna base pero se legitiman
socialmente y se las toma como verdaderas. Tales visiones entrañan una gran
violencia, realizan afirmaciones erróneas y muy difícilmente demostrables
metodológicamente. Tal discurso que ha estructurado el sentido común sobre los
jóvenes, sobre la política, sobre la pobreza o la inseguridad, no hace más que reproducir los
sistemas de dominación y de desigualdad social a la vez que olvida sistemáticamente las
condiciones sociales y los procesos históricos que han generado tales situaciones.

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