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El derecho proletario servirá para imponer el dominio de la clase proletaria sobre las clases
antagónicas y el derecho burgués, porque ahora no existe propiedad privada de los
instrumentos de producción, por lo tanto, no existía la explotación del hombre por el hombre.
La propiedad es la fuente de la que arrancan las clases, la lucha entre los hombres y la
explotación de la clase dominada por parte de la clase.
Suprimir la propiedad no solo fue la división de la humanidad y las clases antagónicas sino el
fundamento de desigualdad y del derecho.
Aparición el reino de la plena libertad, porque el Estado con su aparato coactivo habrá
desaparecido. Brotará asimismo el reino de la plena igualdad, porque el derecho se habrá
extinguido, Ya no se verá en el ser humano al trabajador manual o intelectual, al capitalista o
proletario, al superior e inferior, sino al hombre en toda su plenitud.
La desaparición del derecho no significa el nacimiento de una sociedad sin orden y sin normas.
En la sociedad comunista subsiste la sociedad humana en su plenitud, y, por tanto, las
actividades humanas, como son las económicas, culturales, la organización de los diversos
servicios sociales.
Pero esta trasferencia a manos del Estado de los medios de producción no es la solución, sino
un simple medio para lograr la solución. El gran mal capitalista radica en una separación entre
trabajo y propiedad de los medios de producción; esta separación provoca sus antagonismos.
En la primera fase socialista, el proletariado se sirve del Estado para suprimir la propiedad
privada, la cual pasa a manos del Estado
«Solamente entonces desaparecerán las diferencias de clase y los privilegios, juntamente con
la base económica que - los origina y la sociedad se transformará en una asociación de
productores libres. El vivir del trabajo de otros será una cuestión del pasado. Entonces no
existirá ni gobierno ni Estado, que estén en oposición con la misma sociedad.
Engels
«Desde el momento en que no existe clase alguna para ser mantenida en la opresión; desde el
momento en que, con la dominación de clase y la lucha por la existencia, fundada en la
anarquía de la producción que ha existido hasta ahora, son suprimidos los excesos y colisiones
de ahí resultantes, ya nada queda por reprimir, y cesa la necesidad de un poder especial de
represión, de un Estado. El primer acto por el cual el Estado aparece realmente como
representante de la sociedad entera —la toma de posesión de los medios de producción en
nombre de la sociedad— es, al mismo tiempo, el último acto soberano del Estado.