Está en la página 1de 133

Contenido

Contenido
Sinopsis
Dedicatoria
Capítulo Uno
Violet
Asher
Capítulo Dos
Violet
Capítulo Tres
Kaiden
Capítulo Cuatro
Violet
Noah
Capítulo Cinco
Violet
Capítulo Seis
Kaiden
Violet
Capítulo Siete
Violet
Asher
Capítulo Ocho
Noah
Kaiden
Capitulo Nueve
Violet
Capitulo Diez
Violet
Capítulo Once
Asher
Capitulo Doce
Violet
Noah
Capítulo Trece
Kaiden
Violet
Capítulo Catorce
Violet
Capítulo Quince
Violet
Noah
Capítulo Dieciséis
Asher
Capítulo Diecisiete
Kaiden
Capítulo Dieciocho
Kaiden
Epílogo
Violet
Asher
Noah
Kaiden
Violet
Acerca Del Autor
Primera edición: Enero 2024
© Todos los derechos reservados
Seda para Soldados
Nina Valentine

Maquetación: Nina Valentine


Corrección: Nina Valentine
Fotografía de portada: Nina Valentine
Diseño de la portada: Nina Valentine

ISBN: 9798870682693
Sello: Independently published

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida,
almacenada o trasmitida en manera alguna y por ningún medio, ya se electrónico, químico, mecánico,
óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor. Todos los
derechos reservados.
Sinopsis

Violet sabe que no debe espiar a sus vecinos.


De verdad que sí.
Pero el espectáculo que están dando los tres soldados retirados la tiene
hipnotizada...y excitada.

Kaiden, Asher y Noah llevan meses intentando seducir a su vecina y


están llegando al límite de su imaginación... y de su paciencia.
Montar una orgia para atraerla es su último intento, antes de mandar la
precaución al diablo e ir a por ella directamente.

Una tarta de queso, unas sábanas de seda y un montón de orgasmos hacen


que los cuatro descubran que el amor viene cuando menos te lo esperas... Y
de quien menos te lo esperas

Advertencia: Esta es una novela Insta Love con escenas MMFM.


Dedicatoria

¡¡A mi lectora beta, te quiero mil!!


Y a mi marido, por quererme mil.
Capítulo Uno
Violet
—Deja de mirar Violet – me reprendo en voz baja
Pegada a la ventana de mi dormitorio, observo con asombro a los tres
hombres de la casa de enfrente follarse a una rubia impresionante.
A la vez.
No debería estar mirando, aunque estoy bastante segura de que nadie
puede verme escondida como estoy en una casa que está completamente a
oscuras y con la cortina semi cerrada.
Pero no puedo evitarlo.
La escena que tengo delante es cuanto menos impresionante, puesto que
los cuatro cuerpos desnudos son dignos de cualquier revista o película
porno, aunque no es eso lo que me mantiene hipnotizada. Es la follada dura
que está recibiendo la rubia, cuyas tetas se bambolean cada vez más rápido,
el ritmo brutal que Noah Evans imprime a sus caderas mientras folla a la
chica que está apoyada de manos y rodillas en el sofá y la expresión en la
cara de Asher Rivera mientras la boca de la mujer le chupa la polla.
El sargento Kaiden Acothley está apoyado en la mesa del centro,
masturbándose casi con pereza, mientras da ordenes o hablaba sucio, no
estoy segura, dado que solo veo el movimiento de su boca. Su expresión
nunca cambiaba, siempre es estoico y serio, como si el rango del ejercito
fuese realmente su personalidad.
Mi mano derecha suelta la cortina casi sin permiso, para deslizarse en
mis pantalones de pijama y rozar con suavidad mi coño, notando lo
resbaladizo que está ya. Se aprieta alrededor de la nada, mientras la
excitación crece rápidamente.
No debería estar haciendo esto, pero, joder, que bien se siente. Deslizo
los dedos dentro y fuera de mi resbaladiza vaina, y empiezo a hacer círculos
sobre mi clítoris ya hinchado.
Estoy muy cerca del orgasmo, algo que debería sorprenderme, dado que
mi último novio insistía que era casi frígida teniendo en cuenta la cantidad
de juegos preliminares que necesitaba solo para excitarme levemente, pero
la escena me tiene demasiado cautivada como para prestar atención a nada
que no sea el cuarteto en la casa de enfrente y las sensaciones que inundan
mi cuerpo.
El sargento Kaiden dice algo y los hombres se mueven, reorganizándose.
Asher se sienta en el sillón frente al sofá, y coloca a la rubia en su regazo,
de espaldas a su pecho, empalándole la polla en culo. Noah se mueve y se
mete en su coño, mientras que Kaiden acerca su polla a la boca codiciosa de
la mujer.
Gimo y suelto la cortina para poder pellizcarme los pezones con la mano
izquierda, mientras sigo follándome con la derecha.
De alguna forma la nueva colocación de la orgia me da una mejor vista
de los chicos y eso hace que la cara de la rubia se desvanezca y sea
sustituida por mi propia cara.
Es a mí a quien están follando con tanto ímpetu. Son mis tetas las que
reciben esos duros pellizcos, mi coño y mi culo los que reciben las
embestidas profundas es mi boca la que chupa la polla de Kaiden.
El ritmo de los cuatro aumenta, cada vez más rápido y más brutal, hasta
que, con un grito Noah se corre, seguido de cerca de Asher. Kaiden sigue
empujando en la boca de la rubia, mientras ella llora con lágrimas
manchadas de rímel y se sigue corriendo empalada en las pollas que aún
tiene dentro.
Acompaso mis dedos al ritmo de las caderas de Kaiden, y en el momento
en el que él se corre me suelto, teniendo un orgasmo extremadamente
potente. Y solo por mirar. Un escalofrió recorre mi piel al pensar en lo que
podría llegar a experimentar si los chicos me tocan.
Suelto un largo gemido y me derrumbó apoyándome en la pared, con
todo el cuerpo temblando por las réplicas.
Dios, eso fue intenso.
Y del todo inapropiado.
Soy una completa pervertida, por espiar así a mis vecinos.
Claro que ellos podrían haber cerrado las cortinas. Saben que vivo en el
bungaló desvencijado que está en frente de su casa.
Me inunda la vergüenza.
Se mudaron a la casa hace tres meses, y aunque ya hemos hablado, y los
he conocido, todavía queda pendiente presentarme de forma correcta. Y ya
los he visto desnudos y follando.
Ya han sido protagonistas de mis fantasías, desde luego, son unos
especímenes bastante perfectos, pero esto, de alguna manera se siente
mucho más... ¿Personal? Es como si hubiera estado ahí con ellos. Como si
hubiéramos hecho esto juntos, lo que implica que mañana, cuando vaya a
llevarles la tarta y darles la bienvenida oficial al barrio, voy a pasar mucha
vergüenza, recordando esta escena.
Sabiendo lo que se ahora.
Sé que les gusta el sexo duro.
Sé que les gusta compartir.
Sé que tienen cuerpos increíbles y unas pollas que parecen bastante
impresionantes.
Sé quiero jugar con dichas pollas.
Violet, para. Me reprendo a mí misma. Vete a la cama y olvida lo que has
visto y lo que has hecho.
Sigo mi consejo a medias.
Me acerco al baño para lavarme las manos y los muslos, para borrar el
olor a sexo de mi piel y me voy a dormir.
Aunque no hay forma de que me olvide.
Ni en un millón de años.
No cuando todo lo que quiero es repetirlo una y otra vez, siendo yo la
protagonista.

Asher
Miro como la rubia -¿Mandy?¿Molly?- se viste, recoge sus pertenencias
y se larga de la casa, insistiendo que debemos repetir pronto.
No hay manera de que vuelva a pasar.
Esa chica era solo una forma de sacar algo de la tensión que nos
mantiene a los tres en vilo, y una vez que salga por la puerta no volveré a
pensar en sus tetas de silicona o en los falsos gritos de placer que emitía al
principio.
Claro que al final, los gritos no habían sido falsos.
Me río entre dientes, y me giro hacia el ventanal que da al bungaló de
enfrente.
Estoy seguro de que he visto a nuestra sexy vecina espiándonos al
principio, y eso solo aumentó el placer de la follada.
De hecho, toda la follada ha sido por ella.
Por Violet.
Hacía casi nueve meses que deje los SEAL con una baja médica por una
maldita mina terrestre, que me dejo incapacitado para seguir el brutal ritmo
del equipo. Ellos son lo mejor de lo mejor, y nada menos que eso es
tolerado, porque puede conseguir matarnos a todos y yo ya no encajo en esa
categoría.
Así que me trague mi orgullo y acepte la baja, para después buscar un
sitio donde establecerme.
Dado mi pasado, de padre militar y madre ausente, crecí en las bases
militares a las que mi padre había estado destinado, y no tenía un hogar
propio.
Poco después de mi baja, el Sargento Kaiden y Noah recibieron la baja
honorifica por alguna misión de alto secreto que no salió del todo bien. El
sargento tenía dos balazos en el cuerpo para demostrarlo, y Noah, bueno,
Noah es Noah.
No pregunte nada cuando se presentaron en el piso que alquilaba en ese
momento. Los conocía desde hace años. Habíamos servido juntos, matado
juntos y follado juntos durante más de 10 años, y se sintió natural vivir
juntos una vez fuera del ejército.
Lo único que queríamos era poder encontrar un sitio tranquilo, con baja
criminalidad y un espacio lo suficientemente rural para que pudiéramos
salir a correr y lo suficientemente urbanizado como para poder comprar sin
tener que desplazarnos demasiado.
Bear Dance, Montana, era perfecto para nuestros propósitos. Situada al
borde del lago Flathead la ciudad de 275 habitantes es tranquila y sin
pretensiones.
Vimos la casa, nos gustó el sitio y la compramos hace seis meses.
Después de la reforma se ha convertido en un verdadero oasis de paz y
tranquilidad y tenía bastante privacidad, si no contamos con la vecina de
enfrente.
Fue en una de las primeras veces que vinimos a ver cómo iba la reforma
que vi a Violet por primera vez.
Llevaba una camiseta cuatro tallas más grande, que pretendía ocultar su
figura, pero no había forma de que no notara sus impresionantes tetas
empujando y estirando el material.
Los vaqueros desteñidos y gastados eran dos tallas más grandes,
haciendo un pobre trabajo para esconder su culo, sobre todo estando
agachada. Y estaba a cuatro patas en su minúsculo jardín, con el culo
apuntando al cielo, cuando bajamos del coche. Y menudo culo que tiene. Es
completamente follable, muy acolchado y tengo la sensación de que se va a
poner de un color rojo cereza cuando Kaiden le ponga las manos encima.
La visión tenía mi polla dura en cuestión de segundos, y por lo que
deduje al mirar a Noah y a Kai, ellos también apreciaron la vista.
Y luego nos miró, con esos ojos color chocolate y estuve perdido. Es la
cosa más bonita que he visto en mucho tiempo. Una diosa que no se da
cuenta del poder que tiene. Tímida, suave, adorable...
Un pelo oscuro como el pelaje de una foca, lo que no dejaba de ser
irónico o acertado para nosotros[1]. Una piel clara, fácilmente ruborizable,
labios llenos con el inferior ligeramente demasiado grande para su cara
redonda, lo que le da una apariencia de puchero permanente y unas pecas
diminutas por toda su pequeña nariz.
Una mujer que marcaba todas mis casillas de verificación a primera vista.
Grande, con curvas y bonita.
Me acuerdo de cómo se acercó a nosotros, limpiando sus manos
manchadas de tierra en su vaquero, y extendió la mano, con una sonrisa
deslumbrante en la cara y con una voz ligeramente ronca, que suena como
sabanas de seda y sudor de sexo.
Vi caer a Noah y a Kaiden en ese mismo momento, cuando estrecharon
con delicadeza su pequeña mano en sus manos bronceadas por el sol y con
callos por el trabajo duro.
Y vi a Violet estremecerse al sentir sus manos en la suya.
Me ajusto la polla, que empieza a hincharse otra vez al pensar en ese las
manos de Violet encima de mí.
La rubia ha sido una distracción y una salida para las ganas de follar que
teníamos, pero no es la mujer a la que realmente queremos follar, y me ha
dejado casi igual de insatisfecho y tenso que antes.
De hecho, la única razón para correrse no fue lo que tenía encima de mi
polla, sino el movimiento de la cortina en la ventana del dormitorio de
Violet.
Oh, si, nos había visto.
Había mirado como follábamos, y eso me daba la esperanza de que
pudiéramos hacer algún avance pronto.
Veo a Noah acercarse mientras se frota la cara.
—¿La viste? – me pregunta
—A ella no, pero vi la cortina moverse. Estaba ahí, disfrutando del
espectáculo.
—Hizo algo más que disfrutar del “espectáculo” – Nos informa Kaiden,
mientras se sirve una copa de whiskey de la botella situada al lado de la
chimenea – Se estaba masturbando mientras nos miraba.
—Oh, joder – gime Noah, y se acerca para ponerse un whiskey también –
Espero que podamos hacer algo pronto.
—Mmm —Tararea Kaiden. –Espero que podamos hacer algo este fin de
semana. A fin de cuentas, solo llevamos tres meses aquí. Necesita tiempo
para hacerse a la idea de que no somos unos asesinos y en confiar en
nosotros por lo menos un poco.
—Pero lo somos. Asesinos quiero decir.
—No Noah, somos soldados.
—Ya, pero...
—No. No hay peros. Mañana nos acercaremos y la invitaremos a cenar.
Creo que puede que ya esté en el punto correcto para ello, dado lo de esta
noche. Y vamos viendo a partir de ahí. Sobre todo, vamos a ir despacio. Así
que calmaos e iros a dormir. Mañana iremos a presentarnos como los
buenos vecinos que somos.
Me rio entre dientes.
—Buenos vecinos mi culo
—El tuyo no, por favor, prefiero con mucho el de Violet—Se ríe Noah,
antes de dirigirse a su habitación.
—Yo también prefiero el de Violet, hombre, no hace falta que te pongas
así. –respondo, aunque no sea cierto.
—Pues a mí me da igual si el culo que me follo va a ser el tuyo o el de
Violet—ronronea Kaiden, tragándose lo que le queda en la copa antes de
dirigirse a su habitación, dejándome con una cara estupefacta y una polla
completamente erecta.
Joder, no sabía que el sargento era bi. Casi todo el mundo en la unidad
sabía que a mí me gustaban los hombres y las mujeres, y nunca me habían
dado ningún problema con ello, mientras mantuviera mi polla para mí
mismo.
Pensar que Kaiden podía querer follarme, con esa polla larga y gruesa me
hace tragar saliva.
¿O me he imaginado el sentido del comentario?
¿He tomado un comentario hecho en broma como algo serio solo por las
ganas que tengo de follar con el sargento?
Porque seamos sinceros, Kaiden es un hombre impresionante. Un metro
noventa de puro musculo, tez oscura y pelo color chocolate. Los ojos
negros más insondables que haya visto y un aire de dominación que me
hace temblar las rodillas.
Dios, espero que el comentario no haya sido en broma.
Capítulo Dos
Violet
Me levanto de la cama descansada y tranquila. Es lo que un buen
orgasmo hace a una chica.
Los planes para hoy son limpieza, cocina y enfrentarme a mis calientes
vecinos para darles la bienvenida oficial.
Empiezo con la limpieza, pongo la lavadora y tiendo la ropa en el
tendedero que hay en la parte trasera del bungaló.
No he hecho ninguna reparación en el desde que lo herede de mi abuela,
y se nota. Hay una ventana rota que he tapado con una plancha de
contrachapado, el tejado tiene una gotera, que afortunadamente cae en la
ducha y todas las puertas chirrían. No es gran cosa, solo una cocina con
salón comedor, un baño minúsculo y un dormitorio en el que solo cabe una
cama, pero es mío, y las vistas son increíbles.
Nótese el doble sentido aquí.
Mi plan es derribar el bungaló y construir una casa cuando consiga un
aumento de sueldo o ganar la lotería, que ahora mismo tienen las mismas
probabilidades de pasarme.
Veo a Kaiden en su porche trasero, en vaqueros y kilómetros de piel
bronceada y completamente lamible, tomando un café.
Lo saludo con un gesto de cabeza y me sonrojo, pensando en cómo lo vi
anoche, con la polla en la boca de la rubia, y me escondo corriendo en casa.
Dios, soy tan patética.
Si ya de por si soy un poco torpe y nunca digo ni hago lo correcto,
después de anoche es imposible que me acerque a estos hombres sin
provocar un accidente grave o avergonzarme a mí misma de la forma más
ridícula.
Sin embargo, soy una mujer de palabra, y les prometí que les iba a hacer
una tarta la última vez que me ayudaron a meter la compra en casa.
Han estado haciendo esto, también.
Pequeñas cortesías, como subir mi compra, cambiar el aceite de mi
coche, arreglar los escalones de mi porche...
Así que, qué menos que responder a las cortesías de la única forma que
sé.
Cocinando.
Decidiendo que lo mejor es arrancarme la tirita de golpe, saco la tarta de
queso de la nevera, donde la deje reposar anoche antes del espectáculo, me
refresco la cara y las muñecas con la esperanza de que eso me enfríe a mí
también, y cruzo el césped entre las dos casas.
Llamo a la puerta y espero, contra toda esperanza, poder conseguir hacer
esto sin humillarme aún más.
Es Noah quien abre la puerta y ¿estos hombres no tienen camisetas?
Me encuentro cara a cara, o más bien cara a pecho, con un Noah que solo
viste unos vaqueros cuyo botón superior está desabrochado, y el contorno
de una polla semi-erecta me hace la boca agua. Su piel tatuada me saluda.
Un tatuaje tribal con curvas y remolinos cubre todo su brazo derecho, desde
la muñeca hasta medio pecho. En el lado izquierdo del cuerpo tiene una
inscripción que me muero por inspeccionar de cerca y ver que dice.
Sigo comiéndomelo con los ojos, hasta que carraspea y levanto la vista
para ver la sonrisa engreída en sus ojos color whiskey. El hecho de que no
esté babeando sobre su pecho no consigue aclarar mi cabeza, porque su cara
es una obra de arte perversa en sí.
Pelo marrón rojizo, un poco demasiado largo y que me encantaría sentir
sobre mi piel mientras me besa, cejas finas y rectas, ojos de un color
whiskey, que nos son marrones pero tampoco dorados, una frente alta,
pómulos esculpidos con una barba de tres días y una boca llena que es
demasiado sexy para la vida real. Así de cerca, puedo detectar su aroma,
algo terroso, que me recuerda a los días de primavera, cuando meto las
manos en la tierra para plantar flores y un rastro del sudor que veo brillando
en su pecho.
Es absolutamente magnifico.
Eso solo se ve en los libros... O en las películas porno.
El pensamiento consigue que me centre, y le tiendo la tarta:
—Solo quería agradeceros el haber subido la compra el otro día, no
teníais porque molestaros y fue todo un detalle de vuestra parte, porque a
mi me hubiera llevado una eternidad subirlo todo a casa. A veces me dejo
llevar por las ofertas y compro demasiado, aunque luego siempre le termino
aprovechando todo de una forma u otra. Así que os he hecho una tarta, para
daros las gracias, porque como he dicho fue todo un detalle de vuestra
parte. Y el otro día, cuando Asher arreglo los escalones no se lo supe
agradecer. Para el caso, tampoco le di las gracias al sargento cuando arreglo
lo del aceite del coche. Me habría costado un dineral llevarlo al taller, y el
viejo Fred siempre me mira raro cuando voy. Espero que ninguno de
vosotros sea alérgico a los frutos del bosque, porque le puse mermelada de
frutos del bosque como topping. La hago yo, la mermelada digo, recojo lo
que puedo del bosque de detrás en otoño...—cierro la boca cuando me doy
cuenta de que estoy divagando y que su sonrisa solo se amplía.
No ha cogido la tarta de mis manos, y me siento incomoda estando ahí de
pie, haciendo el ridículo mientras él se ríe de mí.
Estoy a punto de darme la vuelta e irme cuando Kaiden aparece detrás de
Noah y le da un empujón.
—No seas idiota con la dama Noah, deja que pase.
—Es que es adorable así, pero tienes razón. Pasa Violet.
—Puedes llamarme Vai, pero no voy a pasar... yo solo... yo... solo venía
a... —No me deja terminar, abriendo del todo la puerta y haciéndome un
gesto para que entre. Lo hago, aturdida.
Me guía hacia la cocina, donde por fin dejo la tarta en la isla del centro, y
observo con envidia la recién reformada cocina, que tiene todo lo que mi
corazón de repostera de fin de semana puede desear. Es amplia, con un
ventanal que enmarca una mesa para cuatro en una esquina, un horno
extraíble, nevera doble y por lo que veo por la puerta de la esquina, una
despensa. Siempre he querido una despensa.
Siempre he querido una cocina como esta.
—Puedes utilizarla cuando quieras, cariño. —Dice Asher detrás de mí, y
es cuando me doy cuenta de que estoy rodeada por los tres hombres más
increíbles que he visto en mi vida.
Y de que he hecho el ultimo comentario en voz alta.
Me sonrojo, mortificada.
—Lo siento, no pretendía insinuar... Es que es...
—¿La cocina de tus sueños? —Se burla Noah y se lleva otro empujón de
Kaiden.
—Tomarás un café con nosotros verdad?
—¿Café?
—Si claro, no pretenderás haber cocinado y no probar lo que has hecho.
—dice Kaiden, mientras apunta a la tarta del mostrador.
—Bueno, la verdad es que esta tarta va mejor con champán, o con sidra,
aunque no espero que tengáis sidra aquí, y además yo no debería comer
algo que tenga tantas calorías, creo que es más que obvio—vuelvo a
divagar.
—¿Que es obvio? –Pregunta Noah y la sonrisa se ha borrado de su cara.
Miro alrededor, dándome cuenta de repente que se han acercado mucho
más a mí, casi puedo sentir el calor que desprenden y me cuesta respirar sin
inspirar sus aromas masculinos.
No sé si me siento mareada o excitada.
Tacha eso.
Excitada, estoy muy cachonda, noto como mis bragas se vuelven más
mojadas por segundos. Estoy flotando en una nube de lujuria y suelto lo
primero que se me pasa por la cabeza, sin filtro:
—Es obvio que no debería comer tarta ya que estoy gorda, por lo que no
tenéis que preocuparos de invitarme a tomar café o a comer.... –mi voz se
va apagando cuando me doy cuenta del repentino cambio en el aire.
Reina el silencio, y el ambiente se enfría. Miro sus caras enfadadas y me
entra algo de miedo.
Estoy a solas con tres hombres casi desconocidos, a un kilómetro y
medio de mi vecino más cercano. Aunque sé que han sido SEALs, Bear
Dance no es grande y las noticias vuelan, por no hablar de que han ido
soltando algunas cosas a lo largo de estos tres meses. De repente estar a
solas con ellos no parece tan buena idea. Justo cuando estoy buscando la
forma de escapar Kaiden se mete en mi espacio personal, agachándose para
que nuestras caras estén a la misma altura.
—Si vuelves a decir algo así otra vez, te voy a doblar sobre mis rodillas y
azotarte el culo hasta que esté de color rojo ¿Me has entendido?
—¿Que?
—Que si me has entendido.
—Yo... No... –respiro, frustrada por no entender lo que quiere decir, pero
seamos honestos, en el momento que hablo de azotarme mi mente se fue a
la cuneta, o en este caso, a sus rodillas... Y lo que hay más arriba.
—Violet—ladra y yo salto
—¿Señor?
¿Señor? Jesús Violet, eres patética.
Escucho un gemido a mi alrededor, pero no desvío la vista de Kaiden
para ver si ha sido Ash o Noah.
—¿Me has entendido Violet? —vuelve a preguntar Kaiden con paciencia.
—Que no vuelva a decir algo así otra vez—repito cuando mi cerebro
procesa parte de sus palabras.
Parece que se da cuenta de que no estoy al cien por cien segura de lo que
no debo decir, porque se acerca un par de centímetros más a mi cara, hasta
que todo lo que puedo ver son sus ojos, tan oscuros que parecen negros, y
su olor a cedro me envuelve completamente y repite:
—No vuelvas a decir que estas gorda Violet. No en nuestra presencia. Ni
nunca. ¿Me has entendido?
Frunzo el ceño, ahora sí que no lo entiendo. Pensaba que se refería a
menospreciar el café a favor del champán o la sidra o algo por el estilo, no a
algo tan absurdo como que no vuelva a repetir que estoy gorda.
Soy una talla 12, por el amor de Dios. Soy grande. Tengo demasiado
pecho, demasiado culo y demasiada tripa. Estoy gorda.
—Pero, estoy gorda...—no me deja terminar de hablar.
En dos latidos del corazón se ha sentado en una de las sillas de la cocina,
me ha cogido, me ha girado y me ha inclinado sobre sus rodillas,
exactamente como dijo que haría.
El vestido amarillo que me puse con la esperanza de que disimule un
poco los kilos de más y que les parezca atractivo ahora es una desventaja,
porque le da un acceso casi inmediato a mi culo, que está al aire para que lo
puedan mirar en toda su desnuda y enorme gloria en cuanto me baja las
bragas, empapadas, por las piernas.
—¿Qué haces? —grito, indignada cuando por fin proceso todo.
No me responde.
En su lugar, el primer azote cae sobre mi culo, haciéndome dar un grito
más por la impresión que por el dolor en sí.
—¿Kaiden? —intento otra vez —¿Qué haces?
—Te dije que si volvías a decir que estás gorda recibirías unos azotes, y
yo siempre cumplo mis promesas Violet—me susurra al oído.
Y procede a darme diez azotes en rápida sucesión.
Cuando termina estoy temblando, boca abajo, agarrada a su tobillo y
demasiado humillada para levantar la cabeza y ver a Asher y Noah, cuyas
botas veo que están a centímetros de mí. Se que están mirando mi culo, y no
sé qué hacer ahora.
No puedo pensar mucho rato, porque Kaiden desliza su mano por mi
culo, calmando la picazón. A la segunda pasada, su mano resbala por la raja
de mi culo, haciendo algo de presión en mi ano y sumergiéndose hasta los
labios de mi coño, notando lo mojada que estoy.
Suelto un gemido profundo cuando mete un dedo dentro, y él me
responde con un gemido propio.
—¿Estas excitada Violet?
Me retuerzo en su regazo, y por un momento me planteo mentir.
Otro azote pica en mi culo, mientras mantiene el dedo de la mano metida
dentro de mi coño, y nota como me aprieto a su alrededor, mientras suelto
otro suspiro.
--Ni se te ocurra mentirnos Violet. Nunca. No toleramos las mentiras.
Me da otro azote que arde de la mejor manera posible, y luego su mano
me acaricia el pelo y el culo, mientras su dedo sigue entrando y saliendo
con empujones superficiales de mi coño.
Espera.
Demasiadas manos.
Registro de repente que Ash se ha acercado, y de hecho es el que me está
follando el coño con el dedo.
Otro azote cae sobre mi culo, y me vuelvo a apretar alrededor del dedo de
Ash, gimiendo.
—Responde Violet —me insta Kaiden —¿Estas excitada?
Otro gemido roto sale de mi boca cuando Ash mete un segundo dedo en
mi coño, incrementando la presión y el ritmo.
Consigo maullar un “si” antes de ganarme otro azote, aunque no estoy
segura de porque no quiero que me lo den.
—Buena chica —susurra Kaiden, y me derrito en sus rodillas,
sintiéndome increíblemente bien por el elogio.
Ash sigue follándome con los dedos, ahora con tres de ellos, y no puedo
creer lo cerca que estoy de un orgasmo increíble, aquí, en medio de la
cocina, solo media hora después de conocerlos de verdad.
Unas manos pasan por debajo de mi cabeza y se meten en el escote de mi
vestido, bajando las copas del sujetador lo suficiente como para poder llegar
a mis pezones y pellizcarlos. Duro.
Noah, lo veo de cuclillas delante de mí, sus vaqueros desabrochados
completamente, y su polla delineándose a través del material de su bóxer.
Vuelvo a gemir, y de repente es demasiado y no lo suficiente a la vez.
Los siento a mi alrededor, tocándome y es increíble, y demasiado y joder,
estoy tan cerca de correrme, pero no consigo cruzar la línea.
Hasta que otro azote, este algo más fuerte, cae en la grieta de mi culo y
me rompo.
Me sacudo, gritando y gimiendo, mientras el orgasmo me atraviesa.
Noah incrementa el agarre en mis pezones, y me envía a otra espiral del
orgasmo, mientras Ash empuja en mi coño.
Vuelvo a gritar.
Otro azote, esta vez más leve, acompaña mi grito, y prolonga mi orgasmo
a un nivel que no sabía que era posible.
Solo hay un pensamiento en mi cabeza ahora mismo.
Si esto es lo que me pueden hacer con sus manos, si deciden follarme de
verdad voy a morir.
Capítulo Tres
Kaiden
Veo a Violet tumbada en mi cama y una sensación primitiva de posesión
se instala en mi pecho.
Fue tan perfecta.
Respondió tan bien.
No me lo pensé antes de darle la azotaina por llamarse a sí misma gorda,
actúe por puro instinto, y no lo lamento.
Aun puedo escuchar sus gritos, ver su exuberante culo volverse rojo con
las huellas de mi mano y oler su orgasmo.
Soy consciente de que soy muy serio, rígido, dominante y un auténtico
hijo de puta, según los soldados y mis compañeros de los SEAL. Soy duro,
y no se ser de otra forma. Trabajo duro, entreno duro y follo duro.
Me gusta dominar a mis mujeres, me gusta darles unos cuantos azotes,
me gusta atarlas y me gusta escucharlas gritar, rogar, llorar y correrse.
Los hombres, esa es otra historia. Los he utilizado para expirar mis
culpas, por lo que, aunque siempre ha habido placer en los encuentros, no
se trataba del placer en sí.
Escuchar a Violet llamarme señor me encendió de una forma que no
pensé que fuera posible.
Tenía mis sospechas de que podía gustarle algo de dolor y control, pero la
forma tan perfecta en la que se sometió...
Dios, solo de pensarlo se me pone aún más dura.
Asher entra en la habitación y lo examino, hambriento.
Me encantaría follarlo. A los dos. Quiero follar a Violet y a Ash, quiero
que Noah se los folle, quiero que me follen ellos a mí.
Soy retorcido y lo sé, pero joder, míralos.
El pelo negro y los ojos color avellana, siempre cambiantes, de Ash le
sientan de maravilla, está esculpido y tonificado y tiene un culo perfecto.
Apretado, respingón y follable.
Traslado la mirada a Violet, a su piel rosada, su pelo oscuro y sus ojos,
que siguen cerrados. No estoy seguro de si se ha desmayado o se ha
quedado dormida, aunque apostaría a por lo segundo. Ese tipo de orgasmos
pueden ser intensos.
—¿Crees que tardará mucho? —pregunta Ash en voz baja.
—No debería. Ese tipo de experiencias agotan bastante, pero solo ha sido
una pequeña azotaina.
—¿Agotan? —pregunta, con la vista puesta en Violet, pero sé que está
completamente centrado en mí.
El comentario de ayer lo dejo descolocado y lo se. No lo he dicho a la
ligera, aunque puede parecer que fue una broma.
Quería ver cuál iba a ser su rección. Medir si se sentía o no atraído por
mí, como yo lo estoy por él. Han sido demasiados años juntos como para
hacer algo a la ligera que pueda estropear nuestra amistas, pero desde que
nos licenciaron a no me siento obligado a seguir las normas de la Marina y
eso incluye no follar a mis compañeros de equipo.
Vi cómo se le abrieron las pupilas, como se tensó su estómago y su polla
se hincho.
Vi como por si cara cruzaba el deseo y la incredulidad, antes de
descartarlo como una broma.
Me quedo apoyado en la pared, sin moverme, y sonrío lentamente.
—Te lo puedo enseñar cuando quieras. Te puedo atar a la pared y azotar
ese culo hasta que este rojo, antes de pasas a azotar tu polla hasta hacer que
te corras. Ni siquiera tendría que tocarte para conseguirlo. ¿Quieres probar?
El gemido de Violet desde la cama interrumpe cualquier cosa que hubiera
conseguido decir Ash, aunque no necesito una respuesta verbal, dado que
una vez más, su cuerpo le ha traicionado. No puede esconder la forma en la
que su polla se tensa contra sus vaqueros, la ligera inhalación de sorpresa, la
lujuria en su mirada.
Oh, sí.
Quiere probar.
Veo a Vai desperezarse, lánguidamente, antes de abrir los ojos.
Casi de inmediato se da cuenta de que no está en su casa, no está sola y
sigue sin bragas. Las he robado y no pienso devolverlas.
Se incorpora en la cama con un sobresalto, quedándose apoyada en sus
codos, con el pelo revuelto y nos mira con los ojos muy abiertos, mientras
sus mejillas se vuelven tan rojos como su culo.
Me encanta ese color, pero no voy a permitir que se sienta avergonzada o
incomoda, eso arruinaría todo lo que queremos conseguir. Y ya me he
precipitado bastante con esa azotaina, aunque no me arrepiento. Debería
saber dónde están las cosas desde el principio.
Así que me acerco a ella, me apoyo en la cama y la beso.
Es duro, profundo y joder... Sabe a cielo.
Gime y se relaja, hundiéndose en las almohadas. Me alejo para ver sus
ojos cerrados y sus labios abiertos.
—Vamos bella durmiente, la tarta nos espera—digo, mientras tiro de ella
para sacarla de la cama.
Se tambalea sobre unas piernas inestables y choca con Ash, que
aprovecha para besarla sin miramientos.
Violet vuelve a gemir y verlos así besándose, me la pone aún más dura,
hasta el punto de tener que recolocarme el vaquero para que la cremallera
no me haga un tatuaje permanente.
Veo a Noah hacer lo mismo desde la puerta del baño que está en frente
del dormitorio.
Ash se aleja de Violet mordisqueando su labio inferior y luego le sonríe:
—Vamos, gatita, vamos a por esa tarta... A menos que quieras quedarte
aquí. Se me ocurren cosas interesantes para hacer aquí también.
Violet da un respingo y sale del dormitorio sin mirar hacia delante... Para
caer directamente en los brazos de Noah.
La besa lentamente, disfrutando de su boca, haciendo un espectáculo para
nosotros al apretar su culo impresionante con ambas manos para acercarla
más hacia sí.
Cuando la suelta Violet está desorientada, las pupilas dilatadas, el pulso
rápido y respira de forma entrecortada.
Joder, esta excitada.
Nos la podríamos follar aquí ahora mismo, y no nos diría que no.
Pero, si queremos algo más que una follada rápida, tenemos que ir
despacio con ella.
Y yo quiero mucho más que una follada rápida.
Capítulo Cuatro
Violet
Noah me ayuda a llegar a la cocina y me sienta en la misma silla en la
que Kai me azoto hace nada. Con cuidado, muevo un poco el culo, para
comprobar cómo se siente. Me molesta un poco, pero es una irritación
ligera, nada que me impida sentarme.
Estoy desorientada y excitada y necesitada.
Despertarme en esa cama viendo a Kai apoyado en la pared con los
brazos cruzados y a Ash merodeando cerca de la ventana ha sido un shock.
No me había dado cuenta de que me he quedado dormida, si es que eso lo
que ha pasado. Puede que me haya desmayado.
Todo va demasiado deprisa y estoy un poco aturdida y sin saber muy bien
a que aferrarme en este mundo que gira demasiado deprisa. Es verdad que
llevan tres meses hablando conmigo y siendo buenos vecinos, pero esto...
este nivel de agresividad o de sexualidad o de lo que sea que es esto… Me
desconcierta. No estoy acostumbrada a este tipo de atención por parte de los
hombres, y menos por parte de hombres guapos como estos.
Demasiado intenso, demasiado deprisa, pero... No estoy segura de que
hubiera dicho que no si me hubieran preguntado antes.
El hecho de que haya tres de ellos y solo una yo es todavía más
desconcertante. No en cuestión del sexo, eso lo tengo cubierto gracias a los
montones de novelas eróticas que he leído, porque seamos sinceras, el
porno para mamis es increíble para conseguir un par de orgasmos y distraer
la mente. Es desconcertante porque no entiendo que quieran hacer esto
conmigo. Contemplo a los chicos mientras se mueven por la concina,
sacando platos, cubiertos y para mi sorpresa, una botella de champan seco.
Esta caliente, pero es la intención lo que cuenta.
Son increíbles por separado, pero juntos... Juntos derriten las bragas.
El pelo negro y ojos avellana de Ash, que no estoy segura de si son
verdes o marrones, su mandíbula afilada y labios llenos, la forma lenta en la
que se pasa la lengua por el labio inferior, el juego de los músculos en su
espalda cuando se gira para traer café para ellos, combinado con la forma
en la que me ha besado hace nada, despacio, saboreándome y con una pizca
de picardía deslizando su boca sobre la mía antes de morderme de
ligeramente.
Noah pone una copa de vino delante de mí:
—No tenemos copas de champan dulce, así que esto tendrá que servir.
—No hace falta, la verdad… No tenéis que abrir la botella solo para mí –
indico viendo que soy la única con una copa delante.
—Si no la abrimos para ti, ¿Para quién lo haríamos? —Me pregunta,
guiñando un ojo.
Lo observo detenidamente, abarcando su amplio torso tatuado, cubierto
por una camiseta para mi decepción, los dedos callosos que me muero por
sentir por mi piel, el pelo rojizo con vetas más claras y otras más oscuras,
que le dan la apariencia de un león y esos ojos color whiskey que se estaban
riendo mientras me estaba besando antes, cuando puso sus manos sobre mi
culo y me apretó lo suficiente para poder notar su muy formidable erección.
Kai colocan la tarta en medio de la mesa, y me da el cuchillo para cortar
las porciones.
Nuestras manos se tocan y siento el mismo cosquilleo eléctrico que sentí
en el momento en el que su boca se posó en la mía. Es el más oscuro de los
tres, y no solo por su pelo negro y esos profundos ojos negros, sino por la
forma en la que se mueve, con movimientos cortos y precisos, notando todo
lo que pasa en la habitación y controlándolo todo. El aire dominante que
tiene ya había protagonizado la mitad de mis fantasías antes de entrar por
esta puerta hoy y encontrarme sobre sus rodillas. Su beso fue agresivo y
profundo, dominando mi boca y obligándome a rendirme a lo que él quería
hacer conmigo, obligándome a darle el control y disfrutar de cada segundo
de ello.
Asimilo una vez más la belleza masculina en la habitación y me vuelvo a
preguntar qué diablos hacen intentando meterme en su cama, porque las
intenciones son obvias.
Ellos son la fantasía de cualquier mujer adulta y yo solo soy yo.
Por mucho que Kai no quiere que lo diga estoy gorda. Entiendo que
quieran alguien que no se rompa con solo mirarlo, porque los chicos miden
más de 1,80 pero yo me paso en la dirección de irrompible. No soy una
mujer grande bonita, tengo michelines por el amor de Dios. La ropa nunca
me queda como debería quedarme y he renunciado a encontrar algo que me
haga sentir sexy.
Sacudiéndome de la contemplación les pongo a cada uno de ellos una
ración generosa, antes de poner un trozo lo más pequeño posible en mi
plato.
Kai coloca los cubiertos que había cogido de vuelta en el borde de su
plato con cuidado y me mira.
Me muerdo el labio para no reírme y coloco otro trozo de tarta, un poco
más grande junto al primero y luego le vuelvo a mirar.
Me asiente con la cabeza y su boca se levanta en la comisura en el indicio
de una sonrisa.
Sonrío ampliamente y me concentro en mi trozo de tarta.
Tres gemidos altos me hacen levantar la vista., para ver a los chicos
mirarme con asombro antes de atacar los platos como si fueran lobos
hambrientos.
Kai termina primero y se sirve otro trozo de tarta, dejando solo una
porción grande, que no dará para dos.
Veo a Ash y Noah mirar el trozo que queda sin reclamar, calcular lo que
tiene su oponente en su plato y meterse la tarta en la boca a una velocidad
increíble.
Noah termina primero y reclama el trozo solitario de la bandea.
Ash frunce el ceño, e intenta robar algo del plato de Noah, quien le gruñe
y le enseña los dientes, exactamente como un lobo.
No puedo evitar la carcajada que se me escapa, y le ofrezco a un Ash de
aspecto desolado un trozo de mi propio plato. Lo mira con nostalgia, pero
niega con la cabeza.
—Ese es tuyo, y ni siquiera lo has probado todavía. Además, Kai me va a
matar de hambre si te lo quito.
Miro a Kai que asiente con la cabeza, si desviar su atención de la tarta
que le queda.
—Qué te parece esto –le digo a Ash para animarle – la semana que viene
te habré una tarta de zanahoria.
—¿Tarta de zanahoria? –cuestiona Noah con la boca llena
—Que, esta buena. –me defiendo —- Tiene un frosting de queso y nata
que esta de muerte.
Ash asiente con la boca llena, traga, me sonríe y responde:
—Comeré cualquier cosa que me ofrezcas.
Y así, el ambiente vuelve a cambiar de juguetón a cargado de sexo.
Noah
Me rio de la expresión de Violet, Es adorable y sexy y estoy empalmado
desde que la vi sobre las rodillas de Kai con el culo al aire y maullando de
placer. Sostener sus tetas impresionantes y tirar de sus pezones duros me
tiene obsesionado con hacerme una cubana con esas tetas y pintarlas todas
de blanco.
Es casi como si no creyera que de verdad queremos acostarnos con ella,
aunque hemos sido bastante contundentes al respecto.
Nunca me han gustado las chicas pequeñas y delgadas, soy demasiado
grande y me preocupa poder romperlas por accidente. Pero Violet es la
perfección pura y sin pretensiones. Es abierta, divertida, sexy y
completamente follable.
Si, ella no es una modelo de talla pequeña, como las que salen en la
televisión, pero es perfecta para nosotros.
Por no hablar de que esta tarta estaba de muerte. Me recuesto en la silla
suspirando y mirándola terminar de comer con vergüenza. No entiendo la
vergüenza, dado que nosotros no hemos exhibido precisamente nuestros
mejores modales de mesa.
Un poco de topping o frostting o lo que sea aquello se queda en la
comisura de su boca y me inclino para lamerlo.
Jadea y se gira hacia mí, lo que me presenta su boca y me aprovecho para
volver a saborearla. Sabe a queso y es dulce y húmeda, su lengua se desliza
contra la mía y gimo, tirando de ella y colocándola en mi regazo, luego
agarro su cabeza y profundizo el beso aún más.
Muerdo su labio inferior con fuerza y vuelvo a besarla para tragarme el
gemido. Oh, si, le gusta un poco de dolor. No es que tuviera muchas dudas
después de verla correrse de forma tan espectacular sobre Kai.
Empujo mis caderas contra ella, restregándome en su húmedo coño que
gotea sobre mi polla a través de mis vaqueros y me separo un poco para
poder respirar y preguntarla si está segura, porque esto es todo, solo va a
tener este momento para decir que “no” antes de que la follemos hasta el
olvido.
—Si no quieres acostarte con nosotros, te sugiero que te levantes y
corras. Te prometo que no te seguiremos. —Le susurra Kai que se ha
acercado a nosotros antes de morderle la oreja —Pero que conste que, si te
quedas, te follaremos todos a la vez. Y seguramente, después lo hagamos
por separado. Y juntos otra vez. Así que, decide Violet. Solo tendrás esta
oportunidad para decir que no, antes de que sea demasiado tarde.
Se estremece en mi regazo y siento otra oleada de humedad lubricar su ya
resbaladizo coño.
Joder, sí que nos quiere.
Y nos va a tener.
Capítulo Cinco
Violet
Solo he conseguido asentir a la declaración de Kai para mostrar que lo he
odio, le he entendido y he tomado mi decisión antes de soltar un chillido de
niña cuando me levanta en sus brazos.
—Kai, bájame, peso demasiado.
Sus ojos se estrechan hacia mí y una sonrisa peligrosa curva su boca y sé
que estoy en problemas, al acordarme de porque mi culo fue azotado la
primera vez. Pero no hay forma de que me preocupe por eso ahora porque
a) me gusto la azotaina y ellos lo saben y b) nadie me ha llevado en brazos
nunca.
Mi madre era fría y distante y estuvo conmigo el tiempo suficiente para
dejar de amamantarme antes de entrégame a mi abuela, que tenía artrosis y
no podía, aunque hubiera querido. No es que quiera, fue una mujer
tremendamente autoritaria que demostraba su cariño de formas raras y ser
amable no estaba dentro de su repertorio.
Así que me acurruco más en los brazos de Kai disfrutando de su fuerza
bruta y la potencia que puedo sentir bajo su piel y le olisqueo porque si,
huele divino. Como un bosque oscuro y fresco en un día de verano. Potente,
ahumado, con una pizca picante que solo potencia el resto de aromas.
No sé a dónde vamos y no me importa, pero me doy cuenta que Ash y
Noah no siguen por el pasillo.
Kai me suelta y experimento un momento de caída libre antes de rebotar
sobre la cama en la que me desperté, lo que hace que suelte otro chillido de
niña y que ellos se rían, esta vez abiertamente.
—Bien, solo para que todo quede claro. Necesito que digas que sabes que
te vamos a follar de todas las formas que se nos ocurran y que estás de
acuerdo con ello. —me dice Kai mientras empieza a quitarse la camiseta
por la cabeza.
Trago saliva, embelesada. Esta mañana le vi en el porche, pero estaba
demasiado lejos para apreciar completamente esos músculos y todas las
colinas y valles que crean. Es magnifico. Veo piel bronceada, músculos
saltando cuando se mueve y unos bíceps que quiero lamer. Se me seca la
boca, y me paso la lengua por el labio inferior, en anticipación.
Veo un par de cicatrices redondas en su hombro derecho. Creo que son de
disparos, pero no les presto demasiada atención, pues no hacen más que
realzar su fuerza bruta y el hecho de que sea lo que sea, ha sobrevivido a
ello.
—Violet—me gruñe y lo miro a los ojos.
—¿Qué?
—Necesito que me digas que estás de acuerdo con esto. Quiero escuchar
las palabras. —empieza a desabrocharse los vaqueros y todo pensamiento
coherente sale volando de mi cabeza. Quiero saber si va en plan comando o
lleva ropa interior. Quiero saber si la ropa interior es tipo slip o bóxer. Pero,
sobre todo, quiero ver su polla y saber si es tan magnifica como el resto de
él.
—Violet—vuelve a gruñirme, su voz ha bajado de un terciopelo oscuro a
grava y me pone la piel de gallina.
Tardo un segundo más en aclararme y respirar hondo para aclararme la
cabeza un poco. Quiere saber si estoy de acuerdo con esto, pero ¿lo estoy?
Miro de un hombre a otro, ahora todos sin camiseta y me relamo. Sea lo
que sea lo que quieran hacerme, estoy de acuerdo con ello. Sé que esto es
solo una repetición de la noche anterior con una mujer diferente y pienso
disfrutarlo al máximo, dado que no creo que se vaya a repetir. Tendré una
experiencia increíble para añadir a mi banco de azotes. Literal y
figurativamente.
Recuerdo la forma en la que el beso de Kai me dejo expuesta y
vulnerable, el de Ash con ganas de más y el de Noah con una sensación de
ligereza y dulzura que no me esperaba, y sé que me voy a acostar con estos
tres hombres.
De todas formas, una chica como yo no puede quejarse si le ofrecen
una... ¿orgia, menage, cuarteto? Como sea que se llame esto.
Y ya me preocuparé mañana.
Así que cuadro los hombros, encuentro mi voz y miro a Kai a los ojos:
—Estoy de acuerdo en acostarme con vosotros tres. Juntos o por
separado.
Kai asiente con la cabeza y se desabrocha los vaqueros del todo, pero sin
sacar su polla, que se delinea contra el material de su ropa interior y da un
paso hacia atrás, apoyándose otra vez en la pared, exactamente como estaba
cuando me desperté en esta cama.
Parece que mis palabras le han relajado lo suficiente como para volver a
tener un completo control sobre la situación y sobre nosotros.
—Muy bien belleza. Si en algún momento esto se siente demasiado
intenso o no estás cómoda con lo que está pasando solo dilo. Sin palabras
de seguridad y mierdas de esta. Solo lo dices y pararemos para comprobar
que está mal. ¿Me entiendes?
—Si señor —Esta vez es deliberado llamarle “señor”. Le veo cerrar los
ojos un momento y cuando los vuelve a abrir juro que puedo ver llamas de
lujuria arder en ellos.
—Ash, quítale ese vestido tan bonito. Quiero verla completamente
desnuda.
Miro a Ash que me lanza una sonrisa completa y se acerca a la cama,
para quitarme el vestido.
Por un momento me planteo en negarme, no queriendo que me vean
desnuda a plena luz del día, pero luego me doy cuenta que es absurdo. No
son estúpidos, y el vestido es lo que es, no es que oculte mi figura ni nada
por el estilo. Si están aquí con una erección completa, es que les gusta lo
que tienen delante por el momento. Ash me saca el vestido sin ceremonias,
y además me desabrocha el sujetador y me lo quita. Luego deposita un beso
en mi hombro y se aleja de la cama, dejándome desnuda y vulnerable, ya
que no me devolvieron las bragas.
Por un momento elevo una oración al Dios de las chicas grandes por
haberme depilado ayer.
Miro a Kai, que está contemplándome tranquilamente.
—Noah, necesito que te asegures de que está preparada para follar. Violet
abre las piernas para Noah. –ordena y no dudo, su voz no deja espacio para
la duda.
Noah no pierde tiempo y se sube a la cama, posicionando su gran cuerpo
entre mis muslos y mirándome con picardía, antes de posar su boca en mi
muslo y morder ligeramente.
Gimo y me recompensa con otro mordisco, este en el otro muslo, antes
de rodear mis piernas con sus manos y enterar su cara entre mis piernas,
atacando directamente mi clítoris.
—Oh, Dios. —me quejo, y él se ríe, lo que solo añade una vibración a
todo lo que hace con esa lengua que debe ser ilegal.
—Ash, esas tetas necesitan atención —Ladra Kai y Ash se apresura a
subirse a la cama a mi lado y meter un tenso pezón en su boca, mientras que
sus dedos rodean el otro y empieza a tirar rítmicamente de ambos. Es
increíble sentir a dos hombres tocarme a la vez, la sensación de una boca en
mi clítoris y otra en mis pezones es casi demasiado, pero no es suficiente
para que me corra.
Noah añade un dedo, y luego otro en rápida sucesión y grito cuando
encuentra mi punto G a la primera. ¿Cómo lo ha hecho? Ni siquiera yo
consigo encontrar ese punto siempre.
—Oh, si —ronronea Kai —mírate belleza. ¿Te quieres correr? ¿Quieres
llenar la boca de Noah con tu orgasmo? Necesito escuchar como gritas
nuestros nombres cariño, quiero oír lo bien que te hacemos sentir.
Miro en su dirección y veo que se ha sacado la polla y se está
masturbando lentamente, haciendo un giro en la punta y volviendo a bajar
hasta la base. Gimo impotente, en el borde de un orgasmo que no sé cómo
conseguir y el me mira con una mirada conocedora.
—¿Quieres correrte belleza? –vuelve a preguntar y asiento gimiendo.
Da dos pasos, aun acariciándose a sí mismo, y me coge el pelo con una
mano, dando un fuerte tirón para obligarme a echar la cabeza hacia atrás y
me da un beso brutal, que es todo dientes y lengua. Se separa ligeramente,
vuelve a tirar de mi pelo y me susurra directamente al oído:
—Córrete ¡ahora!
Y lo hago.
Un placer abrumador se dispara desde mi clítoris en espirales por todo mi
cuerpo. Grito y me sacudo y gimo, mientras el placer sigue y sigue. Ash
muerde fuerte un pezón mientras tira del otro y otra ola vuelve a golpearme,
haciéndome gritar otra vez.
Noah gime contra mi centro y siento su lengua entrando y saliendo de mi
vagina como si estuviera follándome con ella.
Un tirón en mi pelo me obliga a centrar la vista en Kai que me susurra
“Buena chica” antes de darme otro beso arrollador que no hace nada por
calmarme sino todo lo contrario.
Me acabo de correr y en vez de quedar satisfecha estoy nerviosa y
expectante, necesitando más.
Se separa de mi boca y mira por encima de su hombro, comprobando a
Ash y Noah, que se han despojado de sus vaqueros y están de pie a la cama.
Para mi desgracia, no puedo ver gran cosa con Kai aun sujetándome del
pelo y exigiendo mi completa atención cuando me hace su siguiente
pregunta
—¿Has practicado sexo anal Violet?
—No… como tal no…. –susurro, un poco avergonzada—he utilizado
juguetes y tengo un plug anal pero no he tenido una…. Una polla… No
he…
No sé cómo seguir. Por suerte no hace falta, dado que Kai asiente con la
cabeza y me sonríe
—No pasa nada belleza, solo necesitaba saber en qué punto estas con
esto. Por lo que entiendo te ha gustado lo suficiente como para explorar,
aunque no hayas confiado en nadie para hacerlo de verdad. Lo que vamos a
hacer ahora es que vas a montar a Noah mientras Ash prepara ese culo tuyo
para que se lo pueda follar. Si te sientes incomoda lo dices y paramos ¿lo
entiendes?
Vuelvo a asentir con la cabeza y me da otro beso posesivo mientras
siento que la cama a mi lado se hunde y las manos de Noah me acarician los
pechos, tirando de mis pezones. Kai se separa mí me giro hacia Noah que
asalta mi boca mientras me pone a horcajadas sobre su cuerpo. No tengo
tiempo de maravillarme por la fuerza que debe tener para manejarme así
antes de que su polla se frote contra mi clítoris mandando chispas por todo
mi cuerpo.
Vuelve a hacer, frotándose por toda mi raja, humedeciendo el condón que
noto que se ha puesto. Un par de frotaciones más mientras me devora la
boca y siento la cabeza en la entrada de mi vagina. Es grande.
Como, muy grande.
Puede que mis novios hayan sido promedio tirando a pequeños pero esta
polla que está empujando dentro de mí, es grande.
En el momento en el que se mete de un brutal empujón dentro de mi
suelto un “Dios” que sale como un gemido o una oración no estoy segura y
no me importa.
Porque me acabo de dar cuenta de que tiene un piercing en la polla, que
hace todo tipo de cosas increíbles con mi punto G.
Se queda quieto dejándome completamente empalada encima de él y me
sonríe mientras me da algo de tiempo para acostumbrarme.
—¿Esto es…? ¿Tienes un piercing? —pregunto algo aturdida.
—Si—se ríe—ya verás como te va a encantar.
—Ya me he dado cuenta de eso—le respondo y me apoyo en su pecho
para sentarme y hacer un movimiento experimental. Reboto arriba y abajo
un par de veces y si, el piercing es increíble. Da en los lugares correctos en
el momento correcto.
Siento la presencia de Ash detrás de mí antes de sentir sus manos en mi
espalda, frotando como si quisiera tranquilizarme. Pasa las manos por mis
costados, da un par de tirones a mis pezones y me muerde el hombro
ligeramente, lo que me hace apretarme alrededor de Noah y este gime.
—Voy a follar ese culo tuyo a fondo gatita. Y te va a encantar cada
momento—me susurra al oído y procede a inclinarme hacia Noah que
reclama otro beso, meciéndose despacio dentro y fuera de mi como para
mantenerme atenta, más que para follar propiamente dicho.
Ash se lo toma con calma, primero amasando mi culo y luego
esparciendo el lubricante con sus dedos alrededor. Primero un dedo y luego
dos son introducidos y como siempre que utilizo mi vibrador anal la
sensación es muy placentera. Añade un tercer dedo sin problemas, y gimo,
separándome de la boca de Noah para poder respirar.
—Le gusta esto ¿verdad? —pregunta Ash a nadie en particular.
—Oh, si—responde Noah—Cada vez que metes un dedo me estrangula
la polla. Como siga así me voy a correr antes de follarla.
Mi coño se vuelve a apretar alrededor de su polla, porque, si, me gusta la
sensación y la charla sucia que me están dando, y Noah vuelve a gemir.
Kai se ríe desde su posición apoyado en la pared
—No seas mala belleza, o tendré que volver a castigarte.
Eso solo sirve para que otra ola de humedad cubra la polla de Noah y le
vuelva a apretar la polla, lo que cierra el ciclo cuando Noah vuelve a gemir.
Por fin Ash quita las manos de mi culo y siento la punta de su polla en la
abertura. Me relajo, exhalando tranquilamente, y luego suelto un grito
silencioso cuando me penetra sin contemplaciones.
Arde un poco, pero joder, que bien se siente. De repente vuelve a ser
demasiado y no lo suficiente a la vez.
Sentir las dos pollas metidas profundamente en mi cuerpo me hace
retorcerme sobre ellas y los chicos me aprietan para que me quede quieta.
—Tan apretado—gime Ash y da un empujón como si quisiera meterse
más adentro, aunque ya siento sus pelotas pegadas a mi cuerpo.
—Violet, mírame—ordena Kai y cuando obedezco pregunta —¿Estas
bien?
—Lo estaré cuando se muevan—contesto entre jadeos y el asiente, como
dando su permiso para que empiecen a follarme.
Solo puedo sujetarme a los brazos de Noah para no caerme, mientras
empiezan a penetrarme a la vez. En todos los libros que he leído sobre esto
uno se retira y otro penetra, pero parece que Ash y Noah no han leído los
mismos libros, o quizá el que escribió los libros no ha hecho esto nunca.
Imprimen un ritmo rápido que me tiene maullando y gimiendo en
cuestión de minutos. Sus ásperos jadeos se escuchan de forma nítida en la
habitación.
Seria perfecto, si no fuera porque siento que falta algo.
Miro a Kai, suplicándole que se acerque. Lo quiero en mi boca, quiero
sentirlos a los tres en mi cuerpo a la vez, antes de que me corra, para lo que,
sorprendentemente, no queda mucho tiempo.
Consigo levantar una mano y estirarla hacia él y doy gracias de que
parece que capta mi indirecta, porque se acerca.
Se arrodilla en la cama, cerca de la cabeza de Noah y me ayudan a bajar
hasta el nivel de su erección.
Me lamo los labios una vez, para humedecerlos, y sin dudar me lo trago
todo lo profundo que pueda.
Es demasiado, y el siguiente empujón de Ash me hace ahogarme y que
me den arcadas.
—Cuidado belleza—susurra Kai y me ayuda a equilibrarme, antes de
rodear su pene con la mano limitando lo que podré tragar para evitar que
me vuelva a atragantar.
Es un gesto tierno en medio de toda la lujuria y me llega al corazón que
lo haya hecho, aunque me prometo que, si tengo la oportunidad, volveré a
hacerle una mamada sin que me limite. Quiero saber si puedo tragarlo
entero, sentir esa presión en el fondo de mi garganta y el poder que otorga
un acto tan íntimo. Además, me han dicho que soy buena con las mamadas.
Casi lo único para lo que soy buena en la cama, en realidad, según mi
exnovio.
Me sujeta el pelo con su otra mano, y el placer del pequeño dolor me
hace gemir alrededor de su polla.
Pierdo la noción del tiempo. No sé cuánto tiempo me llevan follando, ni
de quien es la voz que susurra cosas en la habitación, puesto que tampoco
presto atención a las palabras.
Soy solo sensaciones y fuego.
Unas manos tiran de mis pezones, una mano se cuela entre mi cuerpo y el
de Noah y me acaricia el clítoris y siento que el ritmo ha aumentado hasta
un nivel casi brutal.
Los chicos están sudando y yo también, estamos cerca y es solo cuestión
de que caiga uno de nosotros para que los demás lo sigan.
El tirón de mi pelo me obliga a mirar a Kai a los ojos cuando me ordena:
—Córrete ahora, Violet.
Y exploto.
Mi mundo se vuelve borroso.
Soy consciente de que Kai se ha salido de mi boca solo porque puedo
gritar a pleno pulmón.
—Si, si, si… Oh, Dios mío… Si…
—Joder –gime Ash detrás de mi mientras hunde sus dientes en mi
hombro al correrse, lo que me envía a otro pico, mientras siento los pulsos
de su liberación en mi culo. Suelta mi hombro y se incorpora, soltando un
gemido profundo que me encanta escuchar, bombeando ligeramente en mi
culo para aprovechar al máximo el placer.
Siento humedad en mi espalda, y es cuando me doy cuenta de que
Kaiden se ha corrido sobre mi espalda, marcándome con su semen.
En cuanto termina de correrse y Ash sale de mi cuerpo, Noah nos da la
vuelta, me sube una pierna a su hombro y empieza a follarme como si le
fuera la vida en ello.
Otro orgasmo me golpea sin dejar que el primero se desvanezca y vuelvo
a gritar.
—Joder si, grita por nosotros niña dulce. Hazlo otra vez. – Hunde los
dientes en mi pecho, y estoy segura de que esta vez ha dejado marcas, pero
no importa, porque el dolor potencia el placer y lanzo un alarido cuando un
tercer orgasmo se abalanza sobre mí.
Se suceden uno detrás de otro, y me doy cuenta de que puede que este
sea mi primer orgasmo múltiple, pero es un dato que no me interesa
demasiado ahora mismo.
Otro giro especifico de sus caderas me hace volver a gritar y en cuanto se
da cuenta machaca ahí como un animal, sacando nada más que
incoherencias de mi boca.
Con un rugido Noah echa la cabeza hacia atrás destacando las venas de
su cuello y se corre.
Otro pico dentro de mi orgasmo masivo destaca al sentir el pulso de su
corrida llenar el condón y luego…
Sí, esta vez me desmayo.
Capítulo Seis
Kaiden
Miro a Violet tumbada en la cama con una sensación de déjà vu.
Esta tumbada boca abajo, con una pierna doblada que enseña parte de su
coño húmedo e hinchado. Debería limpiarla y poner un paño frio para que
no sienta las molestias de haber sido bien usada, pero no quiero despertarla
y me parece mal hacerlo sin que lo sepa.
Veo restos de mi semen en su espalda y me froto la polla cuando se
vuelve a hinchar. Me siento posesivo, viendo mi marca sobre ella,
imaginando que su olor fresco y dulce se ha mezclado con nuestros olores,
que la cubren como una manta, proclamando que es nuestra.
Si cabello oscuro está desparramado en la almohada y su respiración es
profunda y tranquila, atravesando sus labios regordetes que hace poco
estaban chupándome el alma.
Ha encajado con nosotros de una forma tan perfecta que casi me asusta.
Casi... porque se siente condenadamente natural y correcta ahí tumbada.
No quiero echarla de nuestro espacio personal. No quiero que desaparezca.
En cambio, quiero meterme en la cama con ella y despertarla a pollazos.
Si, ya sé que soy vulgar.
No, no me arrepiento.
Ash se asoma por la puerta.
—Tenemos que hablar. Kai.
Asiento y le sigo a la cocina, donde han despejado la mesa que dejamos
de forma tan apresurada antes y han sacado una cerveza para cada uno.
Me siento en la silla que me empuja Noah con un pie y suelto un suspiro
agarrando la cerveza.
—Entooonces—suelta Noah – ¿Nos la podemos quedar?
Me rio, sacudiendo la cabeza
—No es un perro que vayamos a adoptar Noah—se queja Ash, pero
todos sabemos que si pudiéramos adoptarla el sería el primero en votar por
ello.
—Decid lo que necesitáis decir mientras yo reúno mis pensamientos –les
indico dando un trago a la cerveza.
—Joder, no necesito decir nada más que lo que ya he dicho. ¿Nos la
podemos quedar? ¿Porfa?
Sí, Noah es Noah.
—¿Ash?
—Yo solo quiero saber cuándo podemos volver a hacerlo, porque
hombre, esa mujer es impresionante y quiero hacer lo que le hizo Noah al
final y sentirla correrse una y otra vez. Tuvo que ser increíble sentirlo.
—Para hacer esto tendrías que tener una polla como la mía o como
mínimo, un Apadravya[2] en la punta. Es la clave de mi éxito, pequeño
saltamontes. –contesta Noah en voz baja, como si fuera un gurú del sexo
dando lecciones. Aunque teniendo en cuenta que hizo gritar a Violet, igual
me pienso lo del piercing.
O no.
Ash me da un toque con su pie descalzo:
—¿Tú qué opinas Kai?
—Joder si lo sé. Es increíble la forma en la que ha encajado con nosotros,
pero solo estamos hablando de una follada rápida. No sabemos si va a
encajar igual de bien fuera de la cama. Y además tendríamos que saber si
queremos que encaje con nosotros fuera de la cama. Solo llevamos unos
meses fuera del ejército, y aunque yo sé lo que quiero, es posible que
vosotros queráis divertiros un poco más con las chicas antes de sentar
cabeza, y eso en el caso de que ella quiera sentar cabeza con nosotros... Hay
demasiadas variables para poder tener un plan sólido.
—¿Y si en vez de hacer un plan solido solo… No se… ¿Vamos viendo
las cosas día a día? —pregunta Ash.
—Si, creo que será lo más sensato ahora mismo. Lo único que os queda
por descubrir es si queréis sentar la cabeza o no.
—Venga ya Kai. –protesta Noah—no me habría acostado con ella si no
pensara en sentar la cabeza. Esa chica no está hecha para las aventuras de
una noche.
—Joder, ya lo creo. No es un polvo de una noche y me muero de ganas
de probar más de esos postres de los que estaba hablando antes. O de
probarla a ella para el caso.
Gime y se recuesta en la silla, y veo como su polla se hincha en sus
vaqueros.
Si Violet considera quedarse con nosotros lo próximo que hare será
follarme a Ash mientras él se la folla a ella. A duras penas consigo ahogar
el gemido que pugna por salir de mi pecho al pensar en eso.
—Entonces, si os parece bien, vamos a invitarla a salir la próxima vez.
Una cita en toda regla. La preguntaremos si está dispuesta a tener una cita
con todos a la vez, o prefiere tener citas individuales. Tiene que poder
decidir en cada paso del camino, eso es lo único que debemos tener claro. Y
nos dejaremos llevar para el resto. ¿Sí? — Escucho los asentimientos de los
dos y me levanto de la silla, terminándome la cerveza. – Ahora, si no os
importa, voy a ver como está.
Con eso salgo de la cocina y vuelvo al dormitorio. Contemplo por un
momento más si meterme en la cama con ella o no, pero al final lo descarto
y me acomodo en la silla de la esquina para esperar a que se despierte.
Y esperando que esté de acuerdo con salir nosotros.

Violet
Me despierto en la misma cama que la de esta mañana, y casi me rio de la
sensación de repetición que tengo. Me estiro, notando lo relajada que estoy
en general, aunque mis partes de dama están un poco doloridas, de la mejor
manera posible. De esa que grita que has sido usada a fondo y que te ha
encantado cada segundo. Nunca me he sentido así antes, aunque tampoco
me había acostado con nadie que se parezca al Trio Mortal.
La sensación de que me están observando me hace comprobar la
habitación y veo a Kai sentado en una silla en la esquina.
Parece el más sensato y más comedido del grupo, aunque nada de lo que
me dijo o hizo fue sensato.
Me siento en la cama y me aclaro la garganta antes de preguntar:
—¿Qué hora es?
—¿Importa?
—No, supongo que no. Siento haber ocupado la cama tanto tiempo. Voy
a levantarme y si quieres me puedo llevar las sábanas para lavarlas.
—¿Por qué querría esto?
—Mmm... Bueno... Ya sabes... Para quitar el olor... –tartamudeo un poco
ante su expresión de descontento.
—Belleza, si fuera por mí no lavaría las putas sabanas nunca, con tal de
seguir oliéndote en ellas.
Es inevitable que me sonroje.
—Deberías dejar de llamarme así—respondo, porque ¿Qué más puedo
decir?
—Así ¿cómo? ¿Belleza?
—Si
—¿Y por qué iba a hacer eso?
—Pues porque...
—Piensa con mucho cuidado lo que vas a decir a continuación Violet. –
me interrumpe— Piensa si te merece la pena el castigo que va a acarear.
Vuelvo a cerrar la boca. Joder, igual sí que me compensaría volver a ser
castigada.
Veo el fantasma de una sonrisa en su boca, y me doy cuenta de que está
esperando a ver que voy a decidir y que estará contento con cualquiera que
sea la elección que haga.
Suspiro y me callo.
Me he dado cuenta que me llama Violet cuando quiere que le preste
mucha atención... Y cuando quiere dominarme.
—Creo que debería irme. Todavía tengo muchas cosas que hacer.
Asiente, sin decir nada, y se levanta, entregándome el vestido, y es
cuando me doy cuenta de que estoy completamente desnuda. Me pongo el
vestido por la cabeza de forma precipitada. No veo el sujetador por ningún
lado y lo sumo a la lista de ropa interior que no recuperare detrás de las
bragas. No es que tenga cariño a ninguna de las dos prendas, pero oye,
había estado bien no sentir el viento en todas partes.
Me levanto y salgo del dormitorio, con Kai detrás de mí.
En la cocina veo a Ash y a Noah preparando la cena.
Si que he dormido, si ya es hora de cenar.
Me aclaro la garganta incómodamente cuando me miran.
—Eh... Me voy a ir... Gracias por... Gracias. Adiós. —Intento salir rápido
de ahí para evitarme el paseo de la vergüenza, pero Noah me cierra el
camino.
—¿Tienes prisa?
—No, yo solo... No quiero hacer que esto sea incomodo. –farfullo
mirándole.
—Ya.
—Como he dicho, gracias... Ha sido una experiencia increíble....
Intentare no meterme mucho en vuestros pies en un futuro, para que quede
claro. No tendréis que preocuparos de que os acose ni nada por el estilo. Se
que esto era una cosa de una sola vez y os quería dar las gracias por
dejarme experimentarlo. Gracias. Solo me voy a ir, y como dije, no me voy
a meter en vuestros asuntos ni voy a hacer que esto sea incomodo...
Me obligo a morderme la lengua físicamente para callar el torrente de
palabras sin sentido que sale de mi boca. Odio que me pase esto cuando
estoy nerviosa, y estoy empezando a odiar las sonrisas que veo en sus caras.
—Si, mejor me voy –vuelvo a intentar salir rodeando a Noah, pero me
agarra de la cintura y no me deja ir. Miro sus ojos risueños y me quiero
morir de la vergüenza.
—Que conste que es adorable como te pones cuando estas nerviosa.
—No es adorable—le corrijo
—Creo que es cuestión de opiniones. ¿Verdad chicos? —pregunta a la
habitación y cuando Kai y Ash asienten se vuelve a girar hacia mi –Estas en
inferioridad numérica en este voto dulce niña.
Resoplo de una forma nada adorable, lo que solo hace que se rían.
Idiotas.
—Queríamos preguntarte si quieres cenar con nosotros—me dice.
—¿Cenar?
—Si, ya sabes la comida que se sirve al final del día. Cenar.
—Ya, cenar. ¿queréis que cene con vosotros? —pregunto incrédula.
—Si, por eso te lo he preguntado.
—Ya
—¿Sabes decir algo más? –se burla Kai desde la puerta en la que está
apoyado y le suelto un “si señor” en tono de burla antes de esconder mi cara
en mis manos.
Dios, deja de hacer el ridículo Violet.
—Entonces ¿cena? – me rescata Ash.
—Cena. No... Si, quiero decir que si, pero no... –respiro hondo y miro a
Noah antes de responder—me encantaría cenar con vosotros, pero tengo
cosas que hacer en casa, y necesito darme una ducha y cambiarme la poca
ropa que llevo.
—A mí me gusta lo que llevas, es accesible – dice, metiendo la mano
bajo el tirante de mi vestido y abarcando mi pecho lo mejor que puede.
Le doy un manotazo para hacer que saque la mano... porque me gusta
demasiado sentirla ahí.
—Ve a casa a ducharte y vuelve en una media hora. Eso nos dará tiempo
para encender el fuego y hacer los filetes —comenta Ash.
Me muerdo el labio, mientras los miro. La verdad es que me encantaría
cenar con ellos, pero no estoy segura de nada ahora mismo. Las cosas van
demasiado rápido, y me siento demasiado fuera de lugar, fuera de mi zona
de confort y como si no tuviera control sobre nada.
Mi cuerpo incluido.
Me encantaría cenar con ellos.
Una vez asentado ese pensamiento en mi cabeza, me doy cuenta de que
es cierto y sonrío.
Parece que voy a cenar con los SEALs que tengo de vecinos.
Y la verdad es que me apetece muchísimo.
Hace casi tres años que no tengo citas, no es que esto se considere una
cita. Pero casi tres años es demasiado tiempo para no salir y disfrutar de la
compañía de un hombre.
Y estos tres son magníficos.
—Muy bien—concedo—voy a ducharme y vuelvo en una media hora.
¿Traigo algo?
—Bragas no — responde Noah de inmediato, y pongo los ojos en blanco.
—Bueno, si queda más tarta no diríamos que no –interpone Ash, lo que
le gana una colleja de Kai
—Con que vengas tu es suficiente belleza—me dice, antes de tirar de
Noah hacia un lado para que pueda salir por la puerta.
—Vuelvo en media hora—comento, y salgo por la puerta.
Capítulo Siete
Violet
Gimo de dolor, negando con la cabeza.
Solo yo soy capaz de hacer esto.
Soy torpe cuando estoy nerviosa y cuando salí de la casa de los chicos y
sentí sus miradas en mi culo me puse más nerviosa aún.
Lo que significa que nada más entrar en casa me tropecé y me caí,
torciéndome el tobillo.
Esta hinchado y duele horrores y sé que no voy a ser capaz de salir de
casa. Ni siquiera puedo ducharme. No puedo andar e ir medio saltando
medio cojeando solo lo empeora, porque cada sacudida duele.
Me siento en el sillón que es lo único que cabe en el salón a parte de una
mesita de café minúscula.
Ni siquiera soy capaz de llegar al dormitorio y hacer no se... ¿señales con
la luz? No tengo sus teléfonos, no voy a gritar y no puedo avisar.
Van a pensar que me he escapado lo más rápido posible y no van a volver
a invitarme a nada.
A nada de nada.
Y menos van a querer acostarse conmigo otra vez.
Y yo si quiero que lo hagan.
Mucho.
En vez de sentir vergüenza por haberme acostado con tres hombres a la
vez, lo único que hago es planear lo que me gustaría hacer la próxima vez.
Aunque ya sé que no va a haber una próxima vez.
Me acurruco más en el sillón, con cuidado de no golpear mi tobillo y
lloro.
Soy un desastre.
Mi último novio tenía razón, soy un completo desastre, frígida y gorda.
¿Quién me va a querer?
Soy en el mejor de los casos, completamente mediocre.
Trabajo en una imprenta diseñando tarjetas de visita y marcapáginas, por
el amor de Dios.
No tengo ambiciones de crecer en la carrera. Solo trabajo porque tengo
que pagar las facturas. Seria completamente feliz de dejar que mi pareja me
mantenga mientras cuido de los niños y de la casa. Soy un ama de casa de
armario.
Quizá Philip tenía razón y debería comprarme un gato y librar a los
hombres de mi presencia. Pero no me gustan los gatos, y si los hombres. Me
encantaría tener un hombre... o varios... en mi vida.
Así que hago lo mejor que se me ocurre para afrontar la situación tan
absurda en la que me he metido yo solita.
Lloro hasta que mis ojos se hinchan, mi nariz moquea y me quedo
dormida.

Me despierto sobresaltada.
No sé qué me ha despertado, pero al intentar levantarme me doy cuenta
de que mi tobillo no está mejor que ayer. De hecho, esta bastante peor. Hay
un moratón casi negro que se extiende por la parte externa de mi empeine y
sube hasta la mitad de la pantorrilla. Por un momento me pregunto si estará
roto, pero no lo creo. Dolería mucho más si estuviera roto ¿verdad?
Ir al hospital está descartado. Mi seguro médico es una mierda y no tengo
los ahorros necesarios para pagar la factura que va a requerir una
radiografía.
Solo me queda rezar que mañana esté mejor.
Paso el día dormitando en el sillón.
En algún momento me arrastro hasta el baño para hacer pis, pero
ducharme sigue estando fuera de mis capacidades, así que me tumbo en la
cama tras beber un poco de agua directamente del grifo del baño.
Tengo hambre, pero no me quiero mover de donde estoy, y no comer hoy
no me va a matar. Igual hasta me viene bien.
Me despierto a media noche desorientada. Estoy segura de que tengo
fiebre, dados los escalofríos que me recorren. Me late la cabeza y tengo
ganas de vomitar, pero no consigo levántame de la cama.
¿Debería llamar al hospital?
Si, quizá sí...
Solo que... mi teléfono está en la cocina y no hay forma de que me
levante de la cama.
Me vuelvo a despertar cuando escucho voces.
Vienen de lejos, pero creo que son los chicos discutiendo algo.
No creo que vaya conmigo, y si lo es, no soy capaz de entender lo que
me están diciendo. Mi cabeza late y sigo teniendo arcadas en seco.
De repente enfoco la cara de Kai delante de mí.
Intento sonreír, pero no estoy segura de conseguirlo.
Parece preocupado ¿por qué?
No importa.
Me vuelvo a desmayar.

Asher
Kai levanta a Violet de la cama en la que esta tirada y salgo corriendo
para arrancar el SUV.
Debería haber hecho caso de mi instinto joder.
Debería haberme acercado para ver qué pasa cuando no regreso para la
cena.
O al día siguiente, cuando vimos que la ropa seguía tendida. Es muy
estricta con eso, recoge la ropa al día siguiente de tenderla. Una vez me dijo
que era poque un día al sol es suficiente para que la ropa huela a sol, pero si
la deja más de decolora. O algo así. Estaba prestando más atención a su
boca y a sus tetas que a lo que estaba diciendo.
En vez de eso, escuche a Noah y a Kai que me decían que le deje espacio
para respirar.
No volverá a quedarse fuera de mi vista nunca, joder.
Kai la pone en el asiento trasero, y Noah la abrocha el cinturón mientras
la mantiene sentada. Se ha vuelto a desmayar.
En cuanto Violet tiene el cinturón puesto arranco, sin mirar para
asegurarme de que Kai se ha subido. No me importa.
Lo único que me importa ahora mismo es llevarla al hospital lo más
rápido posible.
Aunque soy consciente de que no se va a morir, no si ha sobrevivido casi
24 horas, pero eso no significa que no quiero que el veneno salga de su
cuerpo, porque soy consciente de que es doloroso.
En cuanto volvamos comprobare donde coño se esconde la puta víbora y
le voy a regalar a Violet un monedero hecho con su piel.
No puedo creer que haya encontrado una serpiente, que la haya mordido
y que no haya pegado ni un grito de advertencia.
En cuanto volvamos a casa con Violet sana y salva, le voy a poner el culo
tan rojo que no podrá sentarse durante dos semanas.
Y luego la voy a mimar durante esas dos semanas.
Joder, estoy asustado.
Y se supone que soy un SEAL. Lo mejor de lo mejor.
No sentimos miedo.
Así que esto es nuevo, porque estoy acojonado. No me paro a pensar
porque me importa tanto Vai en tan poco tiempo, solo conduzco y me
preocupo por llegar a tiempo.
Convierto el trayecto de una hora y media en cuarenta minutos y freno en
la entrada de urgencias del hospital Clark Fork Valley.
Noah ya ha desabrochado su cinturón y Kai la saca del coche en brazos
para cuando el personal del hospital consigue salir por la puerta.
Gracias a Dios, la ponen en una camilla y la atienden al instante.
En cuanto está en buenas manos me acerco a Kai y le propino un
puñetazo en la cara.
Sabe que se lo merece porque ni siquiera hacer el amago de detenerme, y
este hijo de puta es muy rápido cuando quiere.
Noah nos mira, suspira y sigue a la enfermera que ha salido para pedirnos
los datos de Violet.
Capítulo Ocho
Noah
Dejo a Kai y a Ash fuera del hospital y sigo a la enfermera para rellenar
el papeleo necesario.
Menos mal que se me ocurrió coger el bolso de Violet para poder dar los
datos necesarios.
Sin embargo, en vez de poner el número de su seguro, pongo el mío.
Estoy bastante seguro de que no me importa pagar por un descuido
nuestro, y tengo suficiente para no preocuparme por una factura médica.
No me puedo creer que haya salido de casa y se haya metido en la suya
solo para ser mordida por una serpiente.
Deberíamos habernos dado cuenta que, si ha dicho que vendrá, vendrá, a
menos que no pueda.
Pero pensamos que la habíamos asustado, y que necesitaba algo de
tiempo para procesar todo y pensar en lo que quiere, así que decidimos por
dos votos a uno que le daremos tiempo este fin de semana y veremos que
hacemos el lunes.
Solo que el lunes la chatarra que tiene por coche seguía en el mismo sitio
lo que significaba que no había ido a trabajar.
Y Ash ya no puedo aguantar más los nervios, por lo que doy las gracias.
Le dio una patada a la puerta principal y esta se abrió de par en par. Lo
que me recuerda que tendremos que repararla cuando volvamos.
Y luego todos nos congelamos al ver a Violet tumbada en la cama, con
fiebre, escalofríos y un tobillo hinchado y morado, en el que se veían
claramente los pinchazos de una mordedura de serpiente.
Estoy bastante seguro de que es una víbora, porque si fuera casi cualquier
otro tipo de serpiente la habríamos encontrado muerta.
Reprimo un escalofrió al imaginarme esa escena y le entrego a la amable
enfermera el formulario relleno. ME indica que espere en una sala a la
derecha, y me siento ahí, esperando que Ash y Kai entren.
No tardan y nos sentamos ahí esperando lo que parece una eternidad,
aunque no creo que hayan sido más de dos horas.
Por fin, un médico de mediana edad sale y se encamina hacia nosotros.
Supongo que somos los únicos esperando, no parece que haya mucha
actividad en el hospital un lunes por la mañana.
—¿Familiares de Violet Vernon? –pregunta y los tres asentimos a la vez.
Lo veo dudar un momento, antes de encogerse de hombros— Soy el doctor
Collins, el médico de urgencias y quien ha atendido a Violet. Por lo que
hemos visto y las pruebas que hemos realizado, tiene una mordedura de
segundo grado de una víbora venenosa. La hemos administrado el antídoto
y dos bolsas de suero, dado que está muy deshidratada. Esperaremos a que
se acabe el suero para ver cómo está y en un principio si la vemos coherente
y orientada se podrá ir a casa hoy, siempre y cuando haya alguien con ella
para asegurarse de que está bien los próximos tres días. Después de eso,
debería estar bien. Si empeora, debe volver al hospital. ¿Alguna pregunta?
—¿Podemos pasar a verla? –inquiere Kai con voz rota.
El doctor le mira un momento y creo que le da pena la cara de Kai,
porque asiente y nos hace un gesto para que le sigamos. Entramos en la
habitación en la que esta Violet y respiro hondo por primera vez desde que
la encontramos en su cama.
Esta enganchada a algunas máquinas y veo las bolsas de suero
intravenoso gotear por los tubos, pero por lo demás parece que solo está
dormida.
Me acerco a la cama y le quito un pelo de la cara antes de inclinarme y
darle un beso en la sien.
Luego me alejo y me apoyo en la pared frente a la cama a esperar.

Kaiden
Odio la impotencia de no poder hacer nada, sobre todo cuando la persona
que sufre lo hace por mi culpa. Tendría que haber escuchado a Ash cuando
me dijo que algo no iba bien.
Pero estaba tan seguro de que solo necesitaba tiempo para darle un par de
vueltas a lo sucedido, para procesar y decidir si quiere o no salir con
nosotros.
Me merecía el puñetazo que me ha dado Ash y mucho más.
Veo a Noah acercarse a la cama, darle un beso y apoyarse en la pared
para esperar.
Veo a Ash coger una silla y sentarse a su lado, cogiendo con cuidado una
de sus manos solo para sentir su piel.
Me encantaría poder hacer algo de eso, pero no tengo derecho.
La cagué
Mucho.
Podía haber muerto.
Porque yo no seguí mis instintos.
Otra vez.
Me esfuerzo por respirar a través de los recuerdos de nuestra última
misión, del desastre que resulto ser y de las vidas que se perdieron. Me
apoyo en la pared al lado de la ventana, que me permite vigilar las dos
entradas a la habitación y me resigno a esperar y a rezar para que se ponga
bien y pueda perdonarme por haberla dejado ahí tanto tiempo.
Noah me mira y puedo ver que sabe lo que estoy pensando. Sabe dónde
está mi cabeza ahora mismo, pero claro también sabe lo que paso en el
puñetero -Stan[3].
—Cuando volvamos a casa con Violet y ella este bien, Ash va a follarte
el culo por esto Kai. –me dice, y solo así me saca de la mierda de la guerra
para meterme en la lujuria. Veo a Ash levantar la cabeza con una mirada
inquisitiva y asiento, tragando saliva.
—Cuando volvamos a casa con Violet y ella este bien, voy a dejar que
Ash me folle el culo por esto. —estoy de acuerdo.
Ash parpadea con interés, pero no dice nada y vuelve a mirar a Violet.
Le doy un silencioso “gracias” a Noah y me concentro en la cara de
nuestra chica. No hay forma de que sea algo menos que eso. No, si el miedo
que he visto en todos nosotros hoy es un indicador.
Capitulo Nueve
Violet
Mi primer pensamiento cuando abro los ojos es que tengo que dejar de
despertarme así.
Y luego me doy cuenta de que estoy en un hospital, conectada a una
intravenosa.
Parpadeo un par de veces, haciendo inventario de cómo me siento.
Me duele la cabeza, tengo la boca seca, me siento muy cansada y me
duele el tobillo.
Una mano sujeta la mía y sigo los dedos, muñeca antebrazo, bíceps
lamible y cuello hasta la cara de Ash. Me sonríe de lado cuando se da
cuenta de que estoy despierta y me acerca un vaso con una pajita a la boca.
Bebo con avidez el agua que me ayuda con la sequedad.
Cuando he dado un par de sorbos me la quita, aunque intento perseguir la
pajita con la lengua.
Dios, soy terrible.
Cierro los ojos por un momento para quitarme la vergüenza de encima y
vuelvo a mirar a la habitación.
Justo en frente de la cama está apoyado Noah que también me sonríe
cuando me ve, y se despliega para acercarse.
Me da un besito en los labios y me mira un momento antes de preguntar:
—¿Cómo te encuentras dulce niña?
Por algún motivo el apodo no me molesta esta vez.
—¿Bien? —grazno, pero sale más bien como una pregunta.
Ash se ríe y me acerca la pajita a la boca otra vez.
—Nos han dicho que tienes que beber agua porque estas bastante
deshidratada, aunque te han puesto suero, pero que empecemos con poca
cantidad para que no lo vomites.
Asiento con la cabeza y doy los sorbos que me permite, consiguiendo no
parecer un pez fuera del agua esta vez cuando aleja la pajita. Pequeñas
victorias, supongo.
—Voy a avisar al médico de que estas despiertan para que venga a
evaluarte –dice Noah y sale de la habitación.
Me doy cuenta de que me falta Kai y lanzo una mirada a la habitación,
solo para encontrarlo en la esquina al lado de la ventana, me está mirando
fijamente, pero en cuanto le sonrió desvía la mirada y parece casi...
¿avergonzado?
¿Por qué?
¿Qué me he perdido?
Y ya que estamos, ¿Cómo he llegado al hospital?
—No preocupamos cuando vimos que tu coche no se había movido esta
mañana. Llamamos un par de veces a la puerta y al no escucharte yo... la
tire abajo—responde Ash a la última pregunta que, es obvio que he
expresado en voz alta. —Te encontramos tirada en la cama y vimos la
mordedura y te trajimos al hospital.
¿Mordedura?
¿De qué está hablando?
—No entiendo, no me ha mordido nada. Me tropecé con algo y me caí en
casa, nada más entrar ¿ayer? –no estoy segura de cuál es la línea temporal
ahora mismo –Creo que me torcí el tobillo, dolía horrores. Y por eso no
pude ir a cenar. De verdad que quería, pero me dolía mucho y no podía
ponerme en pie, y sé que ahora no vais a querer invitarme a cenar otra vez
porque os deje tirados, pero es que no podía ponerme en...
Ash se inclina y me besa. Es un beso suave y me pierdo en el y en el
aroma a cedro y tabaco que desprende. Me tiene intoxicada lo bien que
huelen todos ellos. Parpadeo un par de veces mientras él suelta una risita.
—No hace falta que te pongas nerviosa, gatita. Nos hemos dado cuenta
de que no habías podido venir. Y aunque no hubieras querido hacerlo, ya
habíamos votado para darte un par de días para que te tranquilices antes de
volver a la carga.
—¿Votado? –Dios, me reducen a charco babeante con una sola hormona.
Soy patética.
—Mmm. Sip. Casi todo lo que hacemos se somete a votación si hay
algún desacuerdo. Todos podemos expresar nuestra opinión, pero el voto de
la mayoría gana.
—Pero conmigo sois cuatro...—esta vez me callo yo solita antes de meter
la pata más de lo que ya lo he hecho. He insinuado que conmigo no habrá
mayoría que gane porque seremos votos pares.
Tierra, trágame.
Ahora a ser posible.
Noah entra en la habitación con un médico de mediana edad detrás,
salvándome de la vergüenza.
El doctor los mira como queriendo que se vayan, pero lo único que
consigue es que Ash se apoye en la pared para darle espacio para
maniobrar.
Es obvio que no se van a ir, así que me encojo de hombros sonriendo al
médico.
Me devuelve la sonrisa y se presenta:
—Soy el doctor Collins, el médico de urgencias que te atendió. Como
estaba diciendo a tu familia –lo dice con un cierto tono gracioso, pero no lo
corrijo ni explico nada, así que se ve obligado a seguir—tienes una
mordedura de segundo grado de una víbora común. Hemos administrado el
antídoto y te hemos puesto suero para prevenir la deshidratación que suele
dejar ese tipo de traumas. –me pasa una linterna delante de la cara, haciendo
que siga la luz y me toma el pulso, aunque puedo escuchar la maquina
pitando, por lo que esto último no era estrictamente necesario. –Por lo que
puedo ver estas bastante mejor, así que te voy a dar el alta en una media
hora, que es lo que va a tardar el suero en terminar. Una vez en casa
tómatelo con calma los próximos tres o cuatro días, nada de actividades
extenuantes –otra vez el tonillo –y debes beber muchos líquidos. ¿Tienes
alguna pregunta?
Niego con la cabeza.
—En ese caso, voy a dejaros tranquilos y hago el papeleo del alta. Que le
vaya bien señorita Vernon.
Y con eso se marcha de la habitación.
Nos quedamos un momento callados y vuelvo a mirar a Kai. Sigue sin
mirarme a la cara.
Frunzo el ceño, sin entender que pasa.
—No le hagas caso –me interrumpe Noah —ya se le pasará.
Asiento con la cabeza, porque ¿qué otra cosa puedo hacer? Noah se
acerca y me mira de cerca:
—¿Estas bien dulce niña? Nos has asustado bastante, la verdad
—Estoy bien Noah. Un poco cansada y me duele el tobillo, pero estoy
bien. Gracias por venir a rescatarme –los miro uno a uno para dar a
entender mi gratitud a todos ellos. Kai se pone completamente rojo y mete
las manos en los bolsillos.
Se parece a un niño al que han pillado en alguna mentira y debe quedarse
castigado contra la pared. No me gusta verlo así.
Extiendo la mano que tengo más cerca de donde está situado, que resulta
ser la de la aguja, y le hago un gesto de ven aquí.
Duda y casi dejo caer la mano, pero entonces se lanza, como si lo
hubieran librado del castigo y en un parpadeo esta arrodilladlo al lado de la
cama, sujetando mi mano como si fuera una reina otorgando perdón a un
caballero.
No tiene sentido, ninguno, que este hombre, que llego a Sargento en una
de las unidades militares más duras del mundo este arrodilladlo al lado de
mi cama.
Me besa el dorso y baja la cabeza apoyándola, en mi mano, que ha
dejado en el colchón.
—¿Kai? –susurro, pero solo niega con la cabeza.
Que mal para él, no pienso dejarlo pasar.
—Kaiden, mírame. —Ordeno.
Tarda un momento más en levantar la cabeza y mirarme y casi me mata
cuando lo hace. Hay tanto dolor ahí. ¿Qué ha pasado para que esté así?
—¿Qué te pasa Kai? –pregunto con dulzura.
—Es culpa mía.
—¿Qué?
—Es culpa mía—repite esta vez más fuerte, y oigo a Ash gruñir su
acuerdo desde el otro lado de la cama. Le lanzo una mirada para callarle, y
vuelvo a mirar a Kai.
—¿Qué es culpa tuya Kai?
—Que tardáramos tanto en ir a buscarte. Es culpa mía. Podrías haber
muerto solo porque yo vote en darte espacio e impedí que Ash fuera a ver
como estabas. Es culpa mía que estes aquí ahora.
Parpadeo.
Y otra vez.
—Aja –es todo lo que me sale.
—Lo siento mucho Violet. Intentaré compensártelo, aunque no tengo
muy claro cómo hacerlo. Pero de verdad que lo siento.
—Aja –repito.
—Dios, lo siento muchísimo Vai...
—Kai.
—Lo siento
—Kai
Por fin me mira.
—¿De verdad estas intentando echarte la culpa porque me haya mordido
una serpiente en mi casa? Uno creería que la culpa es de la serpiente o en
todo caso, mía. ¿Porque iba a ser culpa tuya algo de esto?
—Porque tenía que haberme fiado de mi instinto y por lo menos haber
dejado a Ash ir a ver como estabas. Y en vez de eso...
—Kai –le interrumpo –Hiciste lo correcto.
—¿Eh?
Bien por mí, le he dejado sin palabras. Por una vez no soy yo la que imita
a un pez fuera de agua.
—Hiciste lo correcto –repito –Si hubiera querido espacio el hecho de que
vengáis a buscarme habría sido peor. Y cuando fue obvio que pasaba algo
viniste a buscarme. Hiciste lo correcto Kai.
Solo se me queda mirando.
—Pero, si quieres una penitencia, es posible que pueda buscar cosas que
puedas hacer por mi para expiar tus pecados.
Arquea una ceja y veo el fantasma de una sonrisa juguetear en su boca.
Entra Noah con un montón de papeles en la mano.
—Oficialmente tienes el alta –nos indica –En cuanto venga la enfermera
para quitarte las agujas nos podemos ir.
En los próximos minutos un torbellino de actividad en la habitación me
deja aún más agotada, pero lista para irnos.
Kai se niega a dejarme subirme a la estúpida silla de ruedas, y en vez de
eso me lleva en brazos y estoy demasiado cansada como para protestar, y
además, y establecimos que me gusta ¿verdad?
Veo la mirada que me hecha la enfermera, primero a mí y luego a mis
chicos y escondo la cara en el cuello de Kai, sin querer ver la expresión de
censura, envidia o incredulidad.
Me deja en la parte de atrás de su coche y me pone el cinturón con
suavidad.
Noah se sienta a mi lado y me coge de la mano, mientras que Ash se sube
al asiento del piloto.
Curioso, hubiera pensado que sería Kai quien conduzca.
Noah apoya mi cabeza en su hombro y me va acariciando el pelo hasta
que me duermo.
Capitulo Diez
Violet
Como ya he dicho, tengo que dejar de despertarme así.
Estoy en la cama en casa de los chicos, otra vez.
Sigo sin saber la cama de quien estoy usurpando, pero es cómoda caliente
y yo estoy tan cansada...
En algún momento de esta noche llegamos a casa y en vez de llevarme a
mi casa Noah me trajo directamente aquí. Kai fue a mi casa y me trajo un
pantalón de pijama y una camiseta para que pueda cambiarme de ropa y
luego me metieron en la cama. Estoy segura de que han montado guardia a
mi lado toda la noche, dado que me han despertado un par de veces por la
noche para beber agua. En algún momento tuve que ir al baño, lo que fue
toda una batalla, que gané a medias.
Ash me llevo hasta el baño y me trajo de vuelta a la cama, pero conseguí
no tener audiencia mientras estaba dentro.
Ahora tengo hambre, lo que se supone que es bueno.
Pero sigo cansada y muy cómoda en esta cama, así que me quedo
acurrucada pensando en un par de huevos revueltos con beicon o una
tostada con mermelada de fresa como desayuno.
Mi estomago ruge y lo miro indignada.
No me pienso mover de aquí por mucho que proteste.
Una risita me hace levantar la mirada.
No es justo que con lo grandes que son estos tres se muevan como
fantasmas.
Kai está en la silla de la esquina, otra vez.
Por lo menos ya no parece tan avergonzado y culpable.
Aunque sigo teniendo que inventarme algún trabajo arduo para él. Como
darme masaje a los pies o llevarme de un lado a otro como si fuera mi
corcel real.
Hablando de corceles...
¿Quizá pueda obligarlo a follarme hasta que no pueda más?
Decisiones, decisiones...
Suelto un bostezo enorme y mi estomago vuelve a rugir.
—El desayuno casi está listo. ¿Quieres desayunar aquí o te llevo a la
cocina?
Podría comer aquí y no tener que moverme. Pero la perspectiva de que
me vuelva a llevar en brazos también me gusta mucho.
Como he dicho, decisiones, decisiones...
—¿Y si te sientas conmigo para ayudarme a desayunar aquí? Es posible
que se me caiga el café y no quiero que se manchen las sábanas.
Esta vez su sonrisa es completa. Creo que no soy tan lista como pensaba,
y ha visto mi ardid de tenerle cerca, pero se levanta, se quita la camiseta y
se inclina sobre mí en la cama para darme un beso.
Cuando se separa vuelvo a ser un charco babeante de una sola neurona,
porque... Joder sí. Huele bien, se ve bien y sabe bien.
Se sienta con cuidado a mi lado en la cama, y me ayuda a incorporarme
hasta estar apoyada a medias en el cabecero y a medias sobre él.
Esta sin camiseta, y ya no se si lo hacen a propósito o es que no les gusta
llevar camisetas. En todo caso no me voy a quejar ahora mismo, aunque me
distraiga.
Su brazo me rodea y apoya mi espalda, trazando pequeños círculos que
no estoy segura de que se dé cuenta de que más que relajarme me están
encendiendo. Estoy concentrada en no lamerle o morderle el pecho cuando
Ash entra con la comida, y me sonrojo profundamente.
No sé muy bien porque, dado que he hecho cosas bastante sucias con
estos chicos, pero el estar sentados así en la cama se siente más íntimo que
cualquier otra cosa que haya hecho con cualquier otro hombre en mi vida, y
me siento mortificada por ello.
Nunca pensé que estaría aquí, planteándome que igual no soy solo un
polvo de una noche y dándome cuenta de que los chicos se me han metido
bajo la piel. Joder, va a doler muchísimo cuando se cansen de mí, pero eso
no va a impedirme acaparar todo lo que quieran darme y disfrutarlo en el
proceso.
El desayuno que trae Ash huele delicioso y mi estomago suelta otra
protesta en voz alta, lo que hace que ellos se rían y yo me sonroje aún más.
Colocan la bandeja que tiene patas en mi regazo, y Ash se sienta junto a
mi cadera, con una taza de café para sí mismo, mientras yo ataco la comida
cual animal hambriento.
El beicon está en su punto justo y los huevos son esponjosos y sabrosos.
Hay una tostada con mantequilla de cacahuete encima, no soy muy fan de la
mantequilla de cacahuete, pero tengo hambre así que me la como.
Hay una taza de café con leche en la esquina de la bandeja y alargo la
mano para cogerla, casi tirando en el proceso la bandeja, lo que hace que el
zumo de naranja que no había visto también se tambalee.
Kai coge el café antes de que se derrame por todas las sábanas y Ash
rescata el zumo de naranja.
—Parece que necesitas ayuda constante dulce niña — se ríe Noah desde
la puerta –No me extraña que estes soltera. Un solo hombre nunca podrá
cuidar de ti correctamente, viendo que es un trabajo de veinticuatro-siete.
—Por suerte, nosotros somos tres y podemos cubrir turnos largos –
Retumba Ash con una risa –O por lo menos algunos de nosotros podemos –
le lanza una mirada bastante venenosa a Kai, que se mantiene callado.
No me gusta esto, no me gusta que estén molestos entre si por algo que
no fue culpa de nadie, y menos que yo este introduciendo esos desacuerdos
entre ellos.
Estoy a punto de decirles que no merezco la pena, pero el maldito Kai me
lee los pensamientos o algo por el estilo y suelta un profundo “Violet” que
me deja temblando de necesidad, pero con la boca cerrada.
¿Cómo lo hace?
Ash me pasa el zumo y me lo tomo casi de un trago.
Me doy cuenta de que me he comido todo lo que había en esa bandeja
cuando Ash la retira de mis piernas y se acomoda más cerca de mí.
Kai me pasa el café mientras Noah se sienta en los pies de la cama,
sujetando con cuidado mi tobillo herido y examinando la venda.
Por las caras serias que veo esto va a ser una intervención y estoy
bastante segura que ya han discutido con precisión militar lo que va a decir
cada uno de ellos.
—Lo primero de todo –suelta Noah confirmando mis sospechas –¿Como
te sientes?
Dada la seriedad de su tono hago otro inventario de mí misma. Me duele
el tobillo, obviamente, pero mucho menos de lo que me esperaba. Una vez
que la fiebre y los escalofríos han pasado, me siento algo cansada pero no
exhausta, y tenía hambre por no haber comido en más de dos días, pero me
han dado de comer, así que eso también esta tachado de la lista.
Así que me siento un poco cansada y sin ganas de moverme, pero a gusto
acurrucada con todos ellos rodeándome.
—Estoy bien, chicos. Me duele el tobillo, obviamente, y estoy algo
cansada, pero estoy bien. Si me ayudáis a llegar a casa puedo arreglármelas
por mí misma, y así dejo de molestaros. Creo que ya os he causado
suficientes problemas, y quería disculparme y daros las gracias, ya de
paso...
Me llevo un pellizco en un pezón de parte de Kai y dos gruñidos de Ash
y Noah, que además me aprieta el tobillo sano como si quisiera impedir
físicamente que me levante de la cama, algo que ni siquiera había intentado
hacer.
—¡Ay! ¿A que ha venido eso Kai?
—Te dije que dejaras de hablar mal de ti misma y esta declaración está
bastante cerca. No vamos a dejar que te vayas a casa. Le prometimos al
médico que íbamos a vigilarte y podemos hacerlo mejor aquí que en la caja
de cerillas que tienes por casas. Ahí no cabemos los cuatro.
—No tenéis que cuidarme más, de verdad, puedo arreglármelas –le
susurro y me tapo los pezones con la mano libre, por si acaso.
—¿No? –inquiere Ash en voz baja —¿Qué hubieras hecho si no
hubiéramos ido a tu casa ayer?
—No lo sé, y os agradezco que hayáis venido, de verdad, pero ya estoy
bien. Llevo cuidando de mí misma toda mi vida, con mejor o peor
resultado, y puedo arreglármelas a partir de aquí. No quiero molestaros más
de lo que ya he hecho.
Esta vez es Noah el que me llama la atención, apretando los dedos de mis
pies para que le mire:
—¿En qué momento te has planteado que no eres una molestia, que nos
gusta tenerte aquí y que nos gustaría poder cuidarte? –me pregunta y me lo
quedo mirando.
La verdad es... que no me lo he planteado.
¿Cómo podría?
Las diferencias entre lo que somos y como somos son demasiado grandes
para haberme planteado nada fuera de la caballerosidad de tres hombres que
han llevado lo de “Servir y proteger” en su alma durante más de diez años y
que por alguna extraña razón pensaron que es culpa suya que su polvo de
una noche resultara herida.
Es lo que son, protectores, serviles y entregados, y yo solo soy una chica
con la que se acostaron y a la que luego ayudaron, porque es lo que son.
Sacudo la cabeza de forma casi imperceptible hacia Noah con
impotencia.
—No te lo has planteado ¿verdad? –Suspira Ash –Y entonces...
¿exactamente que pensabas que estábamos haciendo?
—¿Ser buenos vecinos? –respondo, pero otra vez sale más bien como
pregunta.
—Buenos vecinos mi culo – gruñe Noah –Somos buenos vecinos con los
señores Campbell. Les subimos la compra un par de veces. No nos los
follamos y desde luego no nos vuelven locos. – se pasa una mano por el
pelo en señal de frustración.
—Bien, para que quede claro –dice Kai y me quita la taza de café vacía
de la mano, pasándosela a Ash que la apoya en la mesita de noche, y luego
agarrando mi nuca para que no pueda apartar la mirada de sus ojos oscuros.
El gesto es tierno y posesivo y me derrite –No estamos siendo buenos
vecinos. No nos molesta tenerte aquí. Casi nos volvemos locos cuando
pensamos que te ibas a morir por una condenada serpiente. Llevamos
planeando follarte desde la primera vez que vinimos a ver la casa, antes de
comprarla siquiera. Si no hubieras entrado el sábado por la mañana con la
tarta, nos habrías encontrado a uno o a todos nosotros rondando tu puerta
más pronto que tarde, tratando de engatusarte para que cenes con uno o con
todos nosotros. No eres una follada de una noche, y ya tendremos una seria
conversación con tu trasero cuando te recuperes del todo para ver si te lo
podemos meter en la cabeza, porque todo lo que dices parece indicar que
eso es lo que piensas. Te invitamos cenar porque queremos pasar más
tiempo contigo, y te dimos espacio porque queremos pasar más tiempo
contigo y pensé que era lo mejor, dado que estamos jugando a largo plazo
Violet. No somos niños inexpertos, por mucho que nos sigas llamando
“chicos”. Somos hombres y sabemos exactamente lo que queremos. En este
caso, te queremos a ti, de todas las formas en las que te podemos conseguir,
aunque ahora mismo la mejor que se me ocurre es desnuda y gritando de
placer. ¿Lo has entendido?
Puntualiza su pregunta con un apretón en mi nuca, lo que hace que mis
pezones se tensen y maldita sea, teniendo en cuenta que solo llevo una
camiseta y un pantalón de pijama, se dan cuenta enseguida.
—Si señor.
Su boca se estrella contra la mía en un beso posesivo y violento y gimo
contra sus labios cuando abro para sentir su lengua batallar con la mía por
el dominio del beso: No es que esté intentando ganar, pero oye, se siente
bien mantener las cosas interesantes.
—Joder, no sé si pedirte que dejes de llamarme así o que solo me llames
así. No puedes ni imaginar lo caliente que me pone cada vez que me llamas
“señor” y no estás ni de lejos lo suficientemente bien para lo que tengo en
mente. –susurra contra mi boca cuando se separa y luego me da un par de
besos castos antes de instarme a tumbarme en la cama.
Hace el ademan de irse, pero le sujeto por la tabilla de los vaqueros.
—¿Os podéis quedar? ¿Por favor? –susurro y suena patético y
necesitado, pero no me importa. Kai ha sido sincero conmigo y me toca a
mi intentar derribar mis muros y aceptar que igual sí que quieren quedarse
conmigo, Y si lo acepto, puedo pedir lo que necesito.
Suelta una risita y se da la vuelta para darme otro beso que dura
demasiado poco.
—Ash se va a quedar contigo, belleza, Noah y yo vamos a arreglar tu
puerta, ahora que sabemos que estas bien. Tendremos que asegurarnos de
que ningún otro bicho entre en tu caja de cerillas.
Suelto un suspiro y le dejo levantarse. Noah se acerca y me da un beso,
lento, dulce y tan caliente como el infierno, antes de marcharse sin decir
nada.
Lo que solo me deja con Ash, que ya se ha quitado la camiseta y los
vaqueros, lo que me deja babeando sobre la sólida erección que marcan sus
bóxers. Se mete en la cama conmigo, me acomoda sobre su pecho y mete la
mano bajo mi camiseta para empezar a trazar círculos en mi piel. Es tan
tranquilo y satisfactorio que no tardo en quedarme dormida.
Capítulo Once
Asher
Veo a Violet dormir encima de mi pecho y la sensación de su peso sobre
mí me ancla al mundo de una manera que no esperaba.
Nunca he tenido a nadie en mi cama, hombre o mujer para algo que no
sea follar, y nunca lo he querido, hasta ahora. Su respiración es tranquila y
profunda y me hace cosquillas en el pecho. Con ella aquí, así, me siento en
paz. No hay pensamientos bullendo en mi cabeza, no hay gritos de muerte,
no hay agonía. Es solo una mañana tranquila. Lo único que puede mejorarlo
es sentir a Kai detrás de mí, y tampoco me refiero al sexo.
Quiero a ese imbécil desde hace mucho tiempo, aunque nunca lo haya
dicho en el sentido romántico de la palabra. No es que no lo haya sentido,
es que no lo he dicho porque jamás imagine que podría responderme y
prefiero comer balas a destrozar la amistad que tenemos.
Pero ahora... Después de lo que dijo Noah en la habitación del hospital,
me doy cuenta de que por lo menos conseguiré parte de mis deseos. Y él
estaba de acuerdo. Lo dijo de una forma tranquila, sin pretensiones, pero se
me ha quedado grabado.
Se que estaba cabreado con él por no ir antes a buscar a Vai, pero
también sé que no es culpa suya igual que no es mía.
El hecho de que haya sido Noah el que saco el tema, me hace entender
que el si sabía que Kai es bi-sexual. Y también que han hablado de tener
sexo conmigo. Me estremezco y mi polla se pone dura solo de pensar en
follar a Kai, meterme hasta las pelotas en su culo y hacer que se corra tan
fuerte que grite mi nombre. Me paso la mano libre por el bóxer, apretando
ligeramente para conseguir algo de alivio.
No lo hace, y cuando Violet se mueve y pasa su pierna por encima de mis
caderas, dejando que el calor de su coño se filtre, solo empeora.
Dios, quiero follarla mientras Kai me folla a mí, o dejar que Noah se
folle su culo y Kai se folle su coño mientras yo le destrozo a él... Las
posibilidades son infinitas.
Violet gime y se mece un poco contra mí.
Aprieto los dientes y me trago el gemido que quiere escapar. El medico
dijo que no puede hacer actividades extenuantes, y por el tono que tenía,
eso incluía el sexo. No voy a hacer nada que pueda retrasar su recuperación,
aunque tenga un caso de bolas azules. Siempre puedo masturbarme en la
ducha y aliviar algo de la tensión.
Vai vuelve a gemir, y se frota contra mi erección y me doy cuenta de que
el pantalón de pijama que lleva esta mojado en su entrepierna. Sus pezones
son visibles a través de la camiseta. Esta excitada.
Joder, ahora puedo olerla.
Se hace la boca agua por probarla. Noah dijo que sabe a algodón de
azúcar, y aunque no creo que sea muy correcto, quiero poder formarme mi
propia opinión sobre su sabor.
Si ella esta acostada y yo entre sus piernas, ¿es actividad extenuante? me
pregunto vagamente mientras ella sigue meciéndose sobre mí polla.
Solo cuando me da un mordisco en el pecho y gime mi nombre me doy
cuenta de que su respiración ha cambiado y que ya no está dormida.
—Gatita, estoy a dos segundos de follarte, así que, por favor, para. El
medico dijo que nada de ejercicios.
Se detiene por su segundo y suspiro, sin saber si es de alivio o de
decepción, pero entones vuelve a morderme, esta vez con más fuerza y
empuja su cuerpo más contra mí.
—Si es una follada rápida no puede ser extenuante ¿verdad? –sugiere, y
estoy perdido.
En exactamente dos segundos le he quitado la camiseta por la cabeza,
dejando esas tetas gloriosas a la vista y la he tumbado de espaldas a la
cama, sujetando sus muñecas por encima de su cabeza con una mano,
mientras que con la otra le bajo los pantalones del pijama lo suficiente
como para meter la mano y ahuecar su coño.
Desprende un calor increíble y esta mojada. Muy mojada.
Muerdo su labio inferior con fuerza y meto dos dedos dentro de su calor
líquido, bombeando un par de veces. Siento como mi polla se hincha
todavía más y el pre-semen gotea de la punta.
—No hay cosa como follada rápida contigo, gatita. Así que esto es lo que
vamos a hacer, te vas a mantener exactamente así, sin moverte, para no
agotarte, y yo haré todo el trabajo.
Gime en acuerdo y me deleito con el sonido, antes besarla. Le hago el
amor a su boca, con deslizamientos suaves de lengua, mordiscos ligeros y
sin ninguna prisa, mientras mis dedos siguen empujando duro y rápido en
su coño.
Maúlla en mi boca, como la gatita sexy que es exigiendo más.
Se retuerce contra mí, frotando los pezones contra mi pecho, así que dejo
su boca a regañadientes y me desplazo a las duras puntas que suplican
atención. Paso la lengua por un pico y luego por el otro, antes de
engancharme al pecho izquierdo y succionarlo duro y profundo.
Violet suelta un gemido bajo y me doy cuenta de que está muy cerca del
orgasmo, así que paso el pulgar por su clítoris, haciendo círculos al ritmo de
mi boca succionando su pezón y es increíble sentir como se corre por toda
mi mano y ver su cara de éxtasis puro a la vez.
Estoy muy cerca de mi propio clímax, pero me niego a correrme sin estar
dentro de ella.
Estiro la mano hacia la mesita de noche y alcanzo un preservativo, dando
gracias por lo bien establecidos que estamos en ese departamento.
Me pongo de rodillas y me bajo los bóxer de un tirón, coloco el
preservativo y me hundo en su coño que aún tiene espasmos.
Suelta otro grito y siento como se vuelve a apretar alrededor de mí. No
voy a durar mucho al sentir lo estrecha y húmeda que está. No sé cómo lo
hizo Noah, aunque es posible que tenga que ver con el piercing que tiene.
Dejo de pensar y empiezo a embestirla, sin ningún cuidado, duro, rápido
profundo y me engancho al pezón desatendido mientras la follo con todo lo
que soy.
Siento que se corre otra vez, pero no dejo lo que estoy haciendo para ver
su expresión. Estoy demasiado cerca de correrme, pero joder, quiero que
vuelva a gritar, así que reposiciono mis manos y meto una entre nosotros,
esta vez pellizcando su clítoris, y soy recompensado con un grito mucho
más fuerte y con su canal estrangulando mi polla de la mejor forma posible.
No hay forma de que pueda aguantar más y no lo intento, suelto su pecho
para no morderla y suelto un gemido largo mientras me corro, me corro y
me corro, en el orgasmo más espectacular de mi vida.
Salgo de ella a regañadientes y dejo el preservativo en la mesita de
noche. Ya lo tirare después, ahora mismo, lo único que quiero es estrecharla
entre mis brazos y disfrutar de la paz.
La acomodo a como estábamos antes, pero esta vez es mejor porque los
dos estamos desnudos y puedo sentir su piel satinada por todas partes.
Le doy un beso en la cima de la cabeza, que descansa bajo mi barbilla y
ella ronronea.
Me rio bajito y me da un mordisco en el mismo sitio que cuando todo
esto empezó.
Le suelto un azote en la nalga expuesta y suelta un chillido.
—Estate quieta, eso es exactamente lo que te metió en problemas antes.
—Si esperas que con esta frase me sienta disuadida... Bueno, no. No ha
funcionado.
—Duérmete gatita. Necesitas descansar y recuperarte.
Sigo trazando círculos y patrones por su piel de forma relajante y no
tarda mucho en dormirse otra vez, y cuando lo hace, me lleva con ella al
reino de los sueños.
Capitulo Doce
Violet
Me despierto, por una vez sabiendo exactamente dónde estoy y de quien
es el cuerpo que me tiene abrazada.
Hasta que abro los ojos y veo la piel clara de pelos rojizos en el antebrazo
de la mano que tengo cruzada por el pecho y me doy cuenta que me dormí
con Ash y me he despertado con Noah.
No protesto, porque es igual de cálido y reconfortante, aunque noto la
erección de campeonato que llama a mi puerta de atrás... No soy muy
ingeniosa cuando estoy recién levantada, así que no me juzgues.
Pero si soy un poco malvada, así que meneo el culo ligeramente,
ajustando la posición.
—Ash tenía razón –suena la voz grave de Noah cerca de mi oreja
—Mmm... ¿Sobre qué?
—Eres una provocadora cuando te despiertas
No respondo, porque si, bueno, lo soy.
O por lo menos lo soy con ellos. El problema es que los probe a todos a
la vez, pensando que era algo de una sola vez, y ahora que parece que hay
más de lo que parecía, quiero probarlos uno a uno, dos a dos, los tres a la
vez otra vez... Si, las posibilidades son casi infinitas.
Así que vuelvo a menear el culo, gimiendo ligeramente.
—Dulzura. –me reprende, pero no hay mucha severidad en su tono, así
que vuelvo a hacerlo.
Gracias a Dios, no me cuesta más que eso para encontrarme boca bajo
con todo el peso de Noah encima de mí.
—¿Quieres follar dulzura?
—Eso parece. –me retuerzo otra vez contra su erección, aunque tengo
menos espacio para maniobrar con todo su peso encima de mí. No me
aplasta, está siendo muy cuidadoso, pero me está dejando sentir que no hay
forma de moverme si él no me lo permite, e igual que antes con Ash,
cuando me sujeto las manos encima de la cabeza, me vuelve más cachonda.
—¿Duro y rápido o suave y lento, dulzura?
—¿Duro y lento?
—Duro y lento será. Pero que conste que no tengo paciencia para los
juegos preliminares esta vez. Escuchar como Ash te follaba me ha puesto
demasiado cachondo, y sentir tu cuerpo pegado a mí la última media hora
no lo ha mejorado.
Gimo y abro un poco las piernas para que compruebe por sí mismo que
no necesito juegos preliminares.
Parece que estar rodeada de hombres calientes elimina la necesidad de
juegos preliminares.
Noah me muerde la nuca, mandando escalofríos por todo mi cuerpo.
—Te gusta un poco de dolor, ¿verdad dulzura?
No respondo, porque vuelve a morder, esta vez un poco más fuerte,
mientras mete una pierna entre mis piernas, y me frota con la rodilla desde
atrás.
Hasta yo puedo sentir la humedad de mi excitación mojarle.
Escucho el preservativo abrirse y luego siento como lo enrolla sobre su
polla impresionante. EN algún momento, quiero ver ese pene de cerca, y
chuparlo muy profundo en mi boca, pero ahora mismo...
Ahora mismo lo necesito en mi coño para apagar las llamas que ha
encendido en mi cuerpo.
Tengo la cabeza ladeada, y la cara de Noah aparece en mi campo de
visión cuando se coloca sobre mí, enjaulándome con los brazos.
—¿Estás lista dulzura?
Asiento con la cabeza y suelto un gemido cuando lo siento entrar
despacio.
Desde esta posición parece aún más grande. Bueno, ya sé que es enorme,
pero desde esta posición parece aún más grande y aunque el piercing no da
con mi punto G el placer sigue siendo exquisito.
—Creo que con Ash tuviste tres orgasmos, así que vamos a ver si yo
puedo hacer que te corras por lo menos cuatro. Cinco o seis sería mejor.
Me rio con su comentario, pero termina con un gemido cuando da un
último empujón alojando ese pene enorme en la boca de mi cuello uterino.
Se siente enorme así.
Se desliza lentamente hacia atrás, dejando que sienta cada vena de su
polla en mis paredes vaginales, y el piercing que tiene en la punta, antes de
dar otro fuerte empujón y llenarme por completo otra vez.
Su ritmo es pausado, no tiene prisa. Me mordisquea la oreja, el cuello y
de vez en cuando me da otro mordisco casi doloroso, y pronto solo soy
gemidos y suplicas para que aceleré su ritmo.
Se ríe, depositando besos por mis hombros, pero no acelera.
—Por favor, Dios, Noah por favor... Necesito... Por favor...
—¿Quieres correrte dulzura? ¿Eso es lo que me estas pidiendo? ¿O
quieres que siga así? ¿Lo quieres más lento? ¿Quieres sentir mi polla tan
profundo que no tengas dudas de que eres nuestra? ¿De que eres mía? Dios,
adoro como te sientes a mi alrededor. Tienes mi pene estrangulado, eres tan
perfecta. Y esos sonidos que haces. Es difícil no correrse escuchándote
gemir así. Vamos dulzura, quiero más de esos gritos, quiero escucharte
gemir mi nombre y quiero sentir como te corres por toda mi polla una y otra
vez. Mete tu mando entre tus piernas y frota tu clítoris por mí, dulzura.
Estoy en una niebla de necesidad, pero esto último tiene sentido en mi
cerebro derretido. Necesito presión en mi clítoris para correrme, así que
suelto una de mis manos del agarre mortal que estoy aplicando a las sábanas
y la paso debajo de mí hasta alcanzar el punto en el que necesito la presión.
Exactamente cuatro embestidas después me corro gritando su nombre:
—-¡Noah...! ¡oh Dios, Noah...! ¡Sí, sí sí...! ¡Oh joder...! ¡Noah!
Aumenta el ritmo, follándome en serio ahora, y cuando dejo de gritar su
nombre me muerde duro, en la unión del hombro con el cuello, lo que
desencadena otro orgasmo instantáneamente.
—¡Aaaah....! ¡Joder, joder, jodeeeeer...! ¡Noaaaaaaah! ¡Si, sí, sí!
Mis gritos le animan y de repente su peso desaparece de mi espalda,
eleva mis caderas con sus manos y pone mi culo en el aire, y me empieza a
follar como una bestia.
Pierdo la noción del tiempo y mi orgasmo se vuelve una única ola de
placer que me ahoga una y otra vez.
Siento sus manos tensarse en mis caderas y su polla se hincha aún más
dentro de mí, lo que provoca otro pico de placer y otro espasmo alrededor
de él, y luego le escucho rugir mi nombre mientras le siento correrse.
Dios, me encanta que sea tan vocal con su placer como yo. Hay algo muy
placentero en saber que has complacido a tu pareja hasta el punto de que ha
gritado porque no le quedaba otra opción que gritar. Y la voz de Noah, está
hecha para pecado y sexo, lo que solo aumenta lo increíble que se siente
escucharlo. Es como un elogio por un buen trabajo.
Noah se desploma sobre mí y me doy cuenta de hasta qué punto ha sido
cuidadoso con su peso, ahora que no lo está siendo.
¡Joder, pesa una tonelada!
Nos gira, aun conectados, para quedar en la misma posición en la que
estábamos cuando me desperté. Tendrá que moverse para quitarse el
preservativo pronto, pero de momento esto es perfecto, acurrucarse
después.
Parece que les gusta hacer eso, por lo menos dos de tres.
Me pregunto si Kai hará lo mismo.
Dios, espero que sí, porque me encanta. Me gusta que me abracen
después, que no se levanten y se vayan como si yo hubiera sido una
necesitad más que un deseo, y una vez rascada la picazón puedan seguir con
sus quehaceres sin dedicarme un segundo pensamiento.
Me gusta demasiado, de hecho.

Noah
Hace media hora, cuando entre a ver como estaba Violet, Ash me pidió
que me quedará con ella para que no se despertara sola.
Después de los gritos de placer de Vai que habíamos escuchado, estaba
más que dispuesto para la tarea. Ash quería ir a cazar la serpiente, y yo
quería acurrucarme con nuestra chica, así que era una situación de ganar-
ganar.
Yo no fui tan estúpido como para meterme en la cama con la ropa puesta,
y vi la sonrisa ladeada de Ash que indicaba que sabia cuáles eran mis
intenciones, pero era bueno él para hablar.
Me acurruqué detrás de ella y entendí inmediatamente como es que Ash
se quedó dormido a mitad del día.
Si no fuera porque tocar su piel desnuda tenia a mi polla lo
suficientemente dura como para clavar clavos, yo también podría haberme
dormido.
Ahora, después de haberla hecho correrse cinco veces, de lo que estoy
malditamente orgulloso, floto a la deriva completamente satisfecho.
La sostengo en mis brazos mientras duerme y es un placer decadente.
Saber que confía en nosotros lo suficiente como para dormir así me hace
algo. Somos soldados. Dormimos con un ojo abierto a menos que sepamos
con seguridad que alguien nos guarda la espalda. Solo he podido dormir
tranquilo cuando he sabido que Ash o Kai están cerca, porque sé que pase
lo que pase me cubren la espalda, por mucho que Ash crea que el hecho de
que le dieran de baja médica signifique que ya no es válido para eso.
Lo es.
Además, ya no estamos en medio de un maldito Stan cubierto de arena y
rodeados de enemigos. Se supone que eres SEAL hasta que te matan, pero
agradezco el haber salido de ahí con vida y de no tener que volver a esa
vida.
Vengo de una familia jodida, y mis opciones eran ejercito o bandas. Elegí
el ejercito porque tenía mayores probabilidades de supervivencia. Y fue
como si hubiera encontrado el hueco que debía llenar. La forma tan
increíble en la que conseguí encajar ahí. En esa hermandado, donde si
trabajas duro te ves recompensado, donde conoces a la gente por lo que es y
los amigos que haces son de por vida, sea esta corta o larga.
Se que mi padre se suicidó poco después de entrar en los Teams, pero no
pedí ir a su funeral. ¿Pare qué? Lo mejor que me dio en su vida fue una
patada, y no creo que le debiera ningún respeto póstumo. Mi madre... ella se
largó cuando solo tenía cinco años, en busca de pastos más verdes y novios
más ricos. Y nunca más supe de ella.
Por lo que he crecido en un mundo de hombres, y he vivido en ese
mundo durante toda mi vida. La suavidad de Violet, la forma femenina, su
risa, la forma en la que ve el mundo, que es un tanto inocente... Me tiene
cautivado.
Hace un par de semanas la ayude a llevar tierra para sus macetas y me
quede viendo como trabajaba la tierra. Fue... esclarecedor.
Pacifico de una manera que no creo que haya experimentado hasta
entonces, crear vida y belleza en ver de destruirla. Estuvo explicándome el
tiempo de flores que estaba plantando y que cuidados necesitaban durante
todo el tiempo que estuve sentado a su lado. Y me sentí en paz, escuchando
su charla constante, viéndola disfrutar del sol en su cara y de mi presencia a
su lado.
Al final me convenció para meter las manos y plantar una flor.
No voy a admitir ante nadie que paso un par de veces al día para ver si va
creciendo, si necesita agua o si tiene demasiado sol en sus hojas verdes.
Esta mujer, que se cree imperfecta y menos, ya me ha dado tanto.
No cambiaría mi vida por nada del mundo, porque he visto mucho y he
aprendido mucho, pero estoy agradecido de estar aquí hoy, sosteniendo a mi
niña dulce y pensando en cómo conseguir que se quede aquí.
Y en como volver a follarla, por supuesto.
A fin de cuentas, soy un hombre.
Capítulo Trece
Kaiden
Escucho a Violet gritar de placer por segunda vez hoy, y me alegro de
que los chicos hayan tenido su tiempo a solas con ella, de verdad que sí. Me
alegro de que se haya sentido amada y apreciada, que haya recibido placer.
Pero mi mente sigue encerrada en la culpa y expiación y no sé cómo salir
de ahí.
Quiero lo mismo que quieren Ash y Noah, sostenerla, apreciarla, follarla
y hacer que se sienta a gusto con nosotros en casa. Pero sigo pensando que
le he causado un dolor innecesario por no saber valorar la situación.
La dulzura que mostro en el hospital, el perdón otorgado sin haber sido
pedido... Me destrozo.
Necesito descubrir cómo ser el hombre que cree que soy, y no creo que
acostándome con ella sea la forma de hacerlo.
Quiero, claro que sí, pero ¿lo merezco?
Quizá por eso accedí tan fácilmente en dejar que Ash me folle, porque
creí que sería un castigo.
Ni siquiera sé cómo empezar a entender todo lo que tengo en la cabeza.
Sé lo que me gusta, no sería la primera vez que me acueste con un hombre,
pero hasta ahora, aunque había placer, solo se trataba de un castigo por algo
que ha salido mal por mi culpa.
De alguna forma dejar que un hombre me use de esa manera, expiaba la
culpa.
No quiero eso con Ash. No quiero expiar una culpa, porque me preocupo
por él. Es posible que este enamorado, aunque no lo admita ni a punta de
pistola.
Tener sexo con Ash en ese estado de ánimo manchará toda nuestra
relación.
Tengo que encontrar una forma de arreglar la cosas antes de llegar a ese
punto.
Pero tengo la mente en blanco.
Ash entra en la cocina desde la casa de Vai, donde fue a por la serpiente y
noto las manchas de sangre bajo sus uñas, lo que significa que la ha
encontrado.
Se lava las manos a fondo en el fregadero y luego saca un par de cervezas
de la nevera, entregándome una.
La acepto con un gesto de la cabeza y bebemos en silencio durante unos
minutos.
Esta cerveza es una ofrenda de paz y me encanta que lo haya hecho.
—Siento lo del puñetazo –suelta de repente.
—Me lo merecía –replico.
—¿Lo hacías?
—Por supuesto. Tienes razón, debería de haberte dejado ir tras ella en
vez de insistir en darle tiempo. Le habría ahorrado mucho dolor.
—Mmm.
—Lo siento Ash. La cagué. Si te hubiera dejado, la habríamos llevado al
hospital mucho antes. Solo de pensar... –trago saliva para intentar despejar
el bulto en mi garganta al pensar en perder a Violet cuando acabamos de
encontrarla –Sé que no corría realmente peligro de muerte, pero joder...
—Pero ¿y si hubiera estado bien? ¿Qué hubiera pasado si hubiera ido a
verla?
—Pero no estaba bien.
—Pero, ¿y si hubiera estado bien?
No contesto, porque no sé qué decirle.
—Si hubiera estado bien, —continua –me hubiera cargado cualquier
posibilidad de una relación, por loca que sea. Se hubiera enfadado con
nosotros por no darle el tiempo que necesitaba. Así que, lo siento por el
puñetazo, y por cargar sobre tus hombros el miedo que sentía. No fue tu
culpa, y no fue mía. Fue un accidente y no ha tenido mayores
consecuencias, más allá del hecho de que ahora está en esa habitación,
follando los sesos de Noah.
Doy un trago a mi cerveza y descubro que está vacía.
Ash se levanta y me trae otra, y luego se queda de pie delante de mí
durante un momento.
Tiene algo más en la cabeza y espero a que lo diga.
Su mano me sujeta la nuca y levanto la vista para mirarle a la cara.
Se agacha y me besa.
Aprieta su boca contra la mía y su lengua se desliza contra mis labios,
buscando entrar. En un principio estoy demasiado sorprendido para
responder, pero es paciente y termino por rendirme a ese beso que ha
tardado demasiado tiempo en llegar.
Sabe a cerveza y es sorprendente dulce y pausado. Para nada como los
besos que he compartido con otros hombres.
Esto no es un castigo.
Es una absolución.
Gimo en su boca y levanto la mano, sujetándolo por la nuca como lo hace
él conmigo.
Quiero más. Pero no sé si más duro o más dulce.
Ash sigue manteniendo un ritmo pausado, un deslizamiento suave de su
boca contra la mía, una dulzura subyacente que nunca pensé que se podría
encontrar con otro hombre.
Pero esté es Ash.
Parece que percibe el momento exacto en el que me doy cuenta de que
estoy besándole a él y que no debo esperar que me trate con dureza.
Me da un mordisco en el labio inferior y se levanta.
—Me encantaría follarte Kai. Me muero por hacerlo desde hace diez
años. Pero no lo voy a hacer para que te sientas castigado. No voy a hacerlo
para que creas que has pagado por tus pecados. Cuando nos acostemos por
primera vez será porque ambos queremos descubrir a donde nos puede
llevar esta atracción. Si funciona, ten por seguro que querré follarte duro,
pero ¿la primera vez? La primera vez haremos el amor.
Y con eso se va, dejándome condenadamente confuso y excitado.

Violet
Para la hora de la cena, he conseguido darme una ducha con Noah, que
ha sido bastante frustrante, porque no me ha dejado tocarlo para nada. Me
ha metido en la bañera para lavarme el pelo y hasta me puso acondicionador
que entiendo que han sacado de mí casa para luego meterme en la ducha
para lavarme el cuerpo.
Estaría haciendo pucheros, pero tengo hambre, y lo que sea que hayan
preparado huele divino.
Me da un vestido que han sacado de mi armario pero que no me había
puesto nunca. Lo compre hace un par de años por capricho, pero cuando
llego a casa descubrí que tenía demasiado escote, y era un poco demasiado
corto para mi gusto, así que se quedó en el fondo del armario. Es de un
color rojo oscuro con rosas blancas y rosas estampadas, y la tela es suelta y
vaporosa.
Como no, no hay ni bragas ni sujetador. Por la sonrisa que me da me doy
cuenta de que es a propósito.
Me debato si decir algo o no mientras me seco el pelo, sentada en la
cama, pero al final decido que no merece la pena. Al fin y al cabo, me han
visto desnuda, varias veces, y pelear ahora mismo por el vestido o la falta
de ropa interior solo va a retrasar la cena y no creo que consiga mucho más.
Cuando he terminado de vestirme Noah me coge en brazos.
—Puedo andar Noah.
—Se que puedes dulce niña, ¿pero que gracia tiene eso?
—Ya –suspiro y se ríe, mientas me saca del dormitorio y me lleva a la
cocina.
Creo que la casa tiene un comedor, pero la verdad es que me gusta más
comer en la cocina. Me parece más íntimo y hogareño.
La mesa ya está puesta para los cuatro y Ash y Kai están colocando lo
que parece ser pollo asado en una fuente. Veo pure de patatas y ensalada de
col.
Y también veo una rosa solitaria en un vaso en el centro de la mesa.
Es del jardín salvaje que hay en el lateral de su casa, y me conmueve que
se hayan tomado la molestia de salir a buscarla y ponerla en la mesa,
aunque es obvio que no tienen un jarrón en el que ponerla.
Estoy sentada de espaldas al ventanal y tengo en frente a Noah. A mi
derecha tengo a Ash y cuando Kai trae el pan se sienta a mi izquierda.
Todos ponen las manos sobre la mesa, y los imito sin saber que esperar.
—¿A quién le toca? – Pregunta Ash.
—A Noah –masculla Kai –vamos a dejar que Violet se oriente antes de
meterla en la boca del lobo ¿no?
—Si, tienes razón –suspira Ash que parece resignado, mientras que Noah
tiene una sonrisa de oreja a oreja en la cara.
—Te damos las gracias, Señor –empieza, y es cuando caigo de que dan
las gracias antes de la cena. No me lo esperaba. –por los alimentos que nos
has dado. Gracias por el pollo, por las patatas y por Violet –levanto la
cabeza sorprendida y le veo mirarme –Gracias por que esté bien, y doy fe
de que está muuuuy bien.
—Noah –advierte Kai, pero no le presta atención.
—Gracias por traerla a nuestra casa, a nuestra mesa y a nuestra cama.
—Noah! –exclama Ash ahora, pero tampoco le hace caso.
—Gracias por traerla a nuestra vida, necesitábamos la luz que ha
aportado en el poco tiempo que la hemos tenido. En fin, gracias por todos
tus dones. Amén.
—Amén –repetimos todos un poco aturdidos.
—No le hagas caso, belleza –me indica Kai –por eso no nos gusta que le
toque a el bendecir la mesa, se le va la olla.
—Oye, que todo lo que he dicho es cierto. Cada uno agradece por lo que
quiere.
—Si, solo que tú siempre te pasas. ¿Qué fue lo de la semana pasada? –
pregunta Kai.
—Gracias por el papel higiénico de triple capa –apunta Ash mientras
empieza a servirme pure de patatas.
—Eso. ¿A quién se le ocurre dar las gracias por el papel higiénico de
triple capa en la mesa? –termina Kai.
—Es que estoy muy agradecido por el papel higiénico de triple capa –
responde Noah indignado –después de todas las veces que nos hemos tenido
que limpiar básicamente con arena, el papel es un regalo del cielo.
Me hecho a reír, y todos me siguen.
La cena pasa en un ambiente relajado, contando chistes y conversando
sobre nuestras vidas.
Un par de los chistes de Noah son demasiado, y veo a los chicos
avergonzarse un poco por su compañero, pero a mí no me molestan.
Para cuando terminamos de cenar me he reído más que en los últimos
tres años juntos.
—¿Quieres más vino, belleza? –me pregunta Kai, y niego con la cabeza.
—Soy un peso ligero, dos copas ya es más de lo que estoy acostumbrada
a tomar. Gracias por la cena chicos. Estaba muy bueno todo y me lo he
pasado genial.
—Nos alegra que te haya gustado –responde Ash mientras se levanta –
Vamos Noah, nos toca fregar los platos.
—¿Queréis ayuda? –intento, con ganas de colaborar de alguna forma.
—Tú te vuelves a la cama, belleza.
—No te preocupes, gatita. Lo que tu tienes que hacer ahora es
recuperarte. Ya tendrás tiempo de fregar los platos. – comenta Ash de forma
despreocupada.
— Cama –repite Kai y se inclina para cogerme en brazos.
—¿Te quedarás conmigo? –le pregunto una vez que me ha dejado en la
cama.
Le veo dudar y quiero morderme la lengua y esconderme bajo las mantas.
Kai no es como Ash y Noah. Es mucho más serio, y no creo que quiera
jugar conmigo de esa forma. Por lo menos no lo parece, pero luego abre la
boca y echa por tierra este pensamiento.
—Me encantaría, belleza –se pasa las manos por el pelo, frustrado –
Dios, me encantaría... Pero no creo que me lo merezca.
Recuerdo lo que dijo en el hospital, y una idea se forma en mí cabeza.
—Pero esto no se trata de lo que tú te mereces Kai, —susurro –me
prometiste hacer cualquier cosa para compensarlo ¿te acuerdas?
Me mira desde las sombras de la esquina en la que se ha parado, y le veo
relamerse los labios.
Dios, es tan sexy.
—Si
—En ese caso, creo que deberías empezar a expirar tus pecados dándome
unos cuantos orgasmos. Y acurrucándote conmigo después.
—¡Joder! –suelta y lo tengo en mi cara en el próximo parpadeo —soy
consciente de que no te merezco, pero joder... Gracias. –y luego me roba la
cordura con su boca en la mía.
Donde la última vez era dominante ahora está siendo delicado.
Con infinito cuidado me abre el vestido desatando los lazos que lo unen.
Sigue haciéndole el amor a mi boca mientras sus manos recorren mi cuerpo
casi con reverencia. Se detiene aquí y allá para una segunda caricia, pero no
por mucho tiempo y no ha tocado ninguna de las partes que se mueren por
que toque.
Tiro del dobladillo de su camisa para sacarla de sus vaqueros y rompe el
beso el tiempo suficiente para pasársela por la cabeza, antes de volver a mi
boca.
Recorro sus hombros y su pecho con las manos, disfrutando de poder
tocarle por fin.
Bajo por sus abdominales marcados y meto la punta de los dedos en la
cinturilla de sus vaqueros, buscando los botones, cuando de repente me
encuentro tumbada en la cama con las manos encima de la cabeza, otra vez.
—Si me tocas ahora no podré darte ni un solo orgasmo antes de
correrme, belleza. Así que mantén las manos aquí arriba, por favor. –aprieta
mis muñecas un poco, como diciendo “quietas aquí” y por fin abandona mi
boca para empezar a recorrer mi piel con su boca.
Cuando llega a mi pecho se toma su tiempo para dibujar espirales cada
vez más pequeñas antes de llegar al pezón y para cuando por fin lo hace la
fuerte succión contrasta tanto con la suavidad anterior, que suelto un
chillido y bajo las manos para sujetarle la cabeza.
Levanta la vista y me mira con reproche y vuelvo a subir las manos por
encima de mi cabeza, obedientemente.
Asiente y vuelve a dedicarse a volverme loca.
Esta vez, cuando llega al pezón estoy esperando la succión y la aguanto
bien, pero el muy idiota me muerde, y vuelvo a gemir y a bajar las manos.
Se apoya en sus codos, soltando mi pecho y me mira.
—Parece que tienes problemas para seguir las instrucciones, Violet. Creo
que vamos a tener que remediar eso. –le veo ponerse de rodillas y ayudarme
a sacarme el vestido de debajo del cuerpo. Pensaba que me lo iba a quitar
del todo, pero en vez de eso lo dobla de alguna manera y en nada de tiempo
tengo las muñecas atadas con mi propio vestido al cabecero de la cama.
Examina las ataduras, asegurándose de que no me van a hacer daño, y
asiente satisfecho, antes de volver a tumbarse entre mis piernas.
Tiro de mis muñecas un poco comprobando la situación. No esta
apretado y no me va a hacer daño, pero no puedo desatarlos. Lo que me
excita.
Ahora estoy completamente indefensa y con su cuerpo entre mis piernas
absolutamente abierta a cualquier cosa que quiera hacerme.
Vuelve a centras su atención en mis pechos, alternando con suavidad de
uno a otro, sin darme más que las más mínimas caricias que siguen
aumentando mi frustración y mi excitación. Se mece entre mis piernas y la
tela áspera de sus vaqueros se frota contra mi clítoris, pero no lo suficiente.
Me pierdo en lo que mi cuerpo siente, en los contrastes entre suavidad y
aspereza. Si sique así voy a correrme solo con chuparme las tetas, y por
mucho que lo haya leído por ahí, nunca pensé que fuera posible.
Me lo estoy replanteando.
Estoy volviéndome cada vez más frenética, retorciéndome bajo su peso
para intentar conseguir un poco más de fricción que me ayude a correrme.
—Kai, por favor... –suplico.
Y parece que estaba esperando que le suplique porque de repente su
mano está ente mis piernas, sus dedos índice y anular profundamente en mi
coño y su pulgar frotando mi clítoris con cada movimiento brusco, sus
dientes aprietan un pezón con fuerza y estallo.
—¡Kai...! –no es un grito completo porque ni siquiera he podido tomar
aire con lo repentino de mi orgasmo. El calor se expande por mi cuerpo, mi
coño palpita alrededor de sus dedos y veo puntos blancos detrás de mis
parpados cerrados.
Su mano ralentiza sus movimientos, y sus dientes sueltan el agarre para
trasladarse al otro pezón y empezar a tirar con fuerza de él.
Monto oleada tras oleada del orgasmo, y cuando está disminuyendo
añade otro dedo dentro de mí y acelera el ritmo a la vez que tira casi con
brutalidad de mis pezones.
Y el orgasmo se vuelve a disparar de una oleada que se retiraba a un
brutal choque que me tiene gritando otra vez.
Maúllo en el fondo de una garganta reseca y consigo volver a soltar su
nombre.
—Kai... ¡por favor...! –no sé si es “Kai para” o “Kai no pares”.
No importa, porque parece que tiene una agenda establecida con lo que
va a hacer conmigo y nada de lo que diga o haga va a hacerle cambiar de
opinión.
Suelta mi pezón con un pop y le da un besito primero a uno y luego al
otro, antes de trazar patrones y caminos por mis costillas y mi estómago.
Estoy más allá de preocuparme por lo blando con es o por si se tambalea
demasiado, porque su camino está claro y no estoy muy segura de que
pueda sobrevivir a otro orgasmo ahora mismo.
Sus hombros abren mis piernas aún más, y luego sus manos aprietan mis
rodillas hasta que tocan la cama, dejándome completamente expuesta.
Pasa la nariz por mis pliegues húmedos e inhala antes de engancharse a
mi clítoris y darle el mismo tratamiento que a mis pezones antes.
Sus manos vagan hasta mis pechos, y alterna entre amasarlos por
completo y tirar de mis pezones, mientras sigue chupando con fuerza,
moviendo la lengua en un patrón de ocho a la vez.
Es vergonzoso lo rápido que me hace correrme otra vez, y luego otra
más, desencadenando otro orgasmo interminable.
Sigo gimiendo y gritando su nombre sin parar.
—¡Kai...! ¡Dios, Kai...! Oh, joder... ¡Kai! ¡Joder, joder, joder...! –es una
letanía sin sentido. Una forma primitiva de demostrar el placer recibido, de
hacerle saber lo mucho que me complace.
Estoy muy cerca del punto de dolor y debe notarlo en mi último chillido,
porque abandona la succión en favor de lametazos lentos desde mi canal
hasta mi clítoris. Su mano suaviza el ritmo y luego sale de mi coño
saturado.
Tomo aire de forma entrecortada esperando que se baje los vaqueros y
me folle por fin, pero desata mis manos y frota las muñecas para asegurarse
de que estoy bien, antes de ponerme de lado y acurrucarse detrás de mí
como una cuchara.
Tardo en recuperarme de toda la avalancha de placer y en despejar mi
mente.
¿No quiere follarme?
¿No le gusto?
¿Huelo mal?
¿Estoy demasiado gorda?
¿No le gusta mi sabor?
Las preguntas se arremolinan en mi mente e intento alejarme de su
cuerpo, pero no me deja.
Vuelvo a intentar soltarme, está vez con un poco más de fuerza, y
escucho un siseo entrecortado cuando mi culo choca con su regazo.
Y con su muy dura polla.
Vale, no es que no me desee.
¿Entonces?
Repaso la conversación en mi cabeza y caigo en la cuenta de que ha
hecho exactamente lo que le pedí.
Darme unos cuantos orgasmos y acurrucarse conmigo después.
Yo no dije específicamente que quiero que me folle, y él no lo ha hecho.
¡¡El muy idiota!! Sigue pensando que no lo merece, y está dispuesto a
tener la polla dura y bolas azules antes de incumplir mis órdenes y buscar
su propio placer.
Vuelvo a menearme contra él, y escucho como retiene la respiración, a la
vez que siento como su polla patalea en sus vaqueros.
Y decido que voy a ser malvada.
—Kai, ¿puedes quitarte los vaqueros? Son un poco ásperos para mi piel
ahora mismo. –pido con mi mejor voz de niña buena, mirando por encima
de mi hombro para ver su cara y rezando porque mi cara sea de un corderito
inocente.
Veo como cierra los ojos por un momento y como un musculo palpita en
u mandíbula, antes de asentir de forma brusca y levantarse de la cama para
quitarse los vaqueros.
Me doy cuenta de que va en plan comando, lo que solo va a facilitar mi
tarea.
Antes de que se tumbe otra vez ruedo por el colchón para quedar de cara
a él, y en cuanto se tumba boca arriba me acurruco contra su costado,
colocando una mano sobre su pecho y una pierna por encima de sus
caderas, y tocando su muy erecta polla.
Pasa un brazo detrás de mi cuello con cuidado de no atrapar mi cabello o
darme un tirón, y el otro detrás de su cabeza, lo que solo hace que sus
bíceps destaquen.
Puedo sentir el ritmo rápido de su corazón en la palma de mi mano, y
pienso en cual va a ser mi siguiente movimiento.
Empiezo a dibujar patrones sin sentido por su pecho, y veo sus pezones
tensarse ante las ligeras líneas y remolinos.
—¿Kai? –susurro.
—Mmm...
—¿Crees que podría...? –me muerdo el labio sin terminar la frase. No
levanto la cabeza para mirarle, eso lo arruinaría todo.
—¿Qué necesitas belleza?
—No es que necesite... Es solo que... Hay algo que me gustaría hacer...
Pero no sé... –vuelvo a dejar que mi voz se apague.
—Puedes hacer cualquier cosa que quieras, belleza. Solo di lo que
quieres y te ayudare a conseguirlo.
—¿Cualquier cosa? –pregunto con esperanza en mi voz.
—Dentro de lo razonable, pero sí.
—Aja –me quedo callada un rato —¿Estás seguro? Es que lo que quiero
hacer, me han dicho que no lo hago bien y solo quiero otra opinión, pero
entenderé que no quieras hacer de conejillo de indias para mí.
—Violet, estas balbuceando otra vez –hay diversión en su tono –Solo di
lo que quieres, belleza.
—Quiero montarte –le suelto a bocajarro y su respiración se detiene antes
de dejar escapar un suspiro silencioso. –es que mi ex decía que era terrible
en esa posición y por eso siempre insistía en la posición del misionero, y
quería saber si puedo practicar contigo, o que me puedas enseñar a hacerlo
bien. Aunque si crees que voy a ser demasiado pesada para eso lo entiendo.
¡Ay! –suelto un chillido cuando su palma contacta con mi culo. Fuerte.
—Te he dicho que no hables mal de ti misma Violet. No me obligues a
castigarte otra vez. Si quieres montarme, belleza, móntame. Soy todo tuyo.
–y con eso coloca sus dos manos detrás de su cabeza y ensancha un poco la
separación entre sus piernas. Si estuviera de pie sería la clásica pose de un
detenido contra la pared.
Así tumbado, es un puto banquete para mis ojos.
Esos ojos oscuros no se apartan de los míos, cuando me siento con
cuidado en la cama, y luego paso una pierna por encima de su torso, para
sentarme a horcajadas sobre su estómago, dejando su polla detrás de mí.
¡Dios, es una vista increíble!
Piel oscura, ojos oscuros, pelo oscuro. Parece cada centímetro del
guerrero que es. La pose es indulgente, dejándome hacer con él lo que yo
quiera, pero sé que esto puede cambiar en un segundo.
Me inclino y rastreo su boca con mi lengua, y luego bajo por su cuello,
alternando mordiscos y lametones. Su barba incipiente me hace cosquillas
en los labios. Muerdo un pectoral, y luego lamo el pezón más cercano,
estudiando las reacciones de su cuerpo, que se tensa y relaja
consecutivamente entre mis muslos.
Me siento absolutamente poderosa, sentada sobre él, como si lo hubiera
domado, aun sabiendo que es indomable.
Sigo torturándolo un poco más, antes de moverme por su regazo y
levantarme sobre mis rodillas, para posicionar la cabeza de su polla en mi
coño.
Sus manos salen disparadas y me agarra de las caderas, impidiéndome
empalarme.
—Preservativo, belleza. –su voz es rasposa.
—¿Donde? –pregunto con un gemido.
Suelta una de sus manos de mi cintura y abre el cajón de la mesita de
noche al lado de su cabeza, sacando un condón y me lo da.
Lo abro con las manos y me echo atrás para poder ver su polla, pero la
verdad es que soy horrible en poner esas cosas. Siempre los pongo al revés
y me da miedo arañarle con mis uñas.
Me vuelvo roja de la vergüenza y me niego a mirarle a los ojos mientras
batallo con la puñetera cosa.
Si esto sigue así voy a ponerme el parche subcutáneo, con tal de no tener
que poner ningún preservativo más.
Con una risa baja me lo quita de las manos y lo enrolla con eficiencia.
—Lo siento –susurro –Te dije que soy mala en esto.
—No eres mala en esto, belleza –responde dando un toquecito debajo de
mi barbilla para que le mire –No has practicado lo suficiente, eso es todo.
Ya puedes sentarte sobre mí y montarme. –termina y yo asiento.
Vuelvo a colocarme de rodillas para posicionarle y vuelva a sujetarme las
caderas con las manos para ayudarme a mantener el equilibrio.
No me lo tomo con calma. Los orgasmos que me ha dado antes me han
lubricado lo suficiente y lo quiero dentro, así que simplemente me siento,
empalándome en su grueso pene, y suelto un gemido de pura satisfacción.
Se siente increíble.
Sus manos me aprietan las caderas cuando intento moverme,
indicándome que me quede quieta y levanto la vista hasta su cara para ver
que ha echado la cabeza hacia atrás y tiene la boca ligeramente abierta.
—Quieta –me pide –Dame un momento.
Justo en el momento en el que mi cabeza empezaba a llenarse de
incertidumbre sobre mi peso y su aguante, me mece lentamente y suelta un
gemido.
—Dios, que bueno... Es increíble estar en tu estrecho coño, belleza. –
vuelve a mecerme –Casi me corro como un adolescente con su primera
mujer. Estas caliente y húmeda y joder... te sientes como el puto cielo.
Mi coño se aprieta con sus palabras, y empiezo a moverme por mí
misma. No mentí cuando dije que no es una postura que haya utilizado
mucho y me toma un par de minutos encontrar el movimiento que funciona
mejor y establecer el ritmo.
Cuando lo hago, voy aumentando el ritmo poco a poco, subiendo y
bajando en su polla cada vez más rápido.
Con lo grande que es desde ángulo toca mi cuello uterino cada vez que
bajo sobre él. No voy a durar mucho.
Voy cada vez más rápido y el sonido de piel golpeando piel suena
obsceno en la habitación.
Sus manos se trasladan de mi cintura a mis pezones y los pellizca,
acompañando mis movimientos lo que casi me vuelve loca. Gimo, maúllo y
me retuerzo sobre él persiguiendo mi propia liberación y la suya.
—¡Joder, estas tetas! –gruñe, apretando más –Me encanta ver como se
sacuden cuando rebotas en mi polla. Ve más rápido, belleza, quiero ver
cómo me usas para tu placer. Quiero ver cómo te corres usando mi polla.
Oh... ¡joder! Apriétame otra vez, belleza. Me encanta como tu coño
reacciona a mis palabras. Mi chica sucia... Joder, ¡sigue, Violet! ¡No te
pares! Eso es... buena chica... sigue moviéndote. Frota tu clítoris con una
mano, quiero verte hacerlo. – bajo mi mano hasta mi clítoris y me froto,
mientras sus palabras sucias me elevan cada vez más cerca del orgasmo –
Buena chica... Si... Me voy a correr como sigas así, belleza. Tienes mi polla
tan dura que es casi doloroso...
—Necesito... –no sé lo que necesito. Estoy muy cerca, pero no consigo
pasar el borde, y lágrima de frustración acuden a mis ojos. –Kai... –empiezo
a creer que estoy sobre estimulada y que no podré correrme otra vez,
aunque no se siente exactamente así.
—Mírame Violet – pasa de los elogios a una orden directa y le miro –
¿Quieres correrte? –me pregunta y asiento –Buena chica. Voy a ir contando
hacia atrás, y cuando llegue a uno tienes permiso para correrte. ¿Lo has
entendido? –vuelvo a asentir, pero me sacude la cabeza –Palabras Violet.
Necesito que digas las palabras.
—Lo he entendido –susurro.
—Buena chica. – murmura y sujeta otra vez mis caderas — Cinco. –con
el numero me hunde hacia abajo mientras mueve la pelvis hacia arriba, lo
que me hace ver estrellas –Coje esos pezones Violet. Apriétalos como lo
estaba haciendo yo. Quiero verlos duros y rojos. –sigue haciéndome rebotar
sobre él mientras cumplo su orden.
–Buena chica, Violet. Cuatro –vuelve a embestir hacia arriba, añadiendo
un movimiento circular que da justo en mi clítoris, y gimo, apretando mis
pechos y tirando de los pezones. –Joder, eres gloriosa así Violet. Mírate,
toda sonrojada y cachonda, rebotando en mi polla. ¿Quieres correrte,
belleza? ¿Necesitas gritar mi nombre mientras te corres por toda mi puta
polla?
—Tres –otro empujón hacia arriba y paso de estar demasiado lejos del
borde a estar demasiado cerca – Eso es, aprieta mi polla. ¿Estas cerca,
belleza? Recuerda que no te puedes correr hasta que te diga que puedes. Y
cuando lo hagas, quiero que grites mi nombre con todas tus fuerzas. Vamos
belleza, aprieta esos pezones más duro. Buena chica... Joder... si...
Levanta las rodillas detrás de mí para tener mejor empuje, su charla sucia
se corta y empieza a follarme en serio, con ese empujón brusco y rotación al
final.
—Dos – gruñe –Buena chica... aguanta un poco... todavía no, Violet –el
ritmo se vuelve brutal y solo puedo agarrarme a sus bíceps y aguantar el
viaje. Ya no estoy al mando, pero no me importa mientras siga follándome
así.
—Uno –dice mientras levanta la cabeza y captura mi pezón con sus
dientes, mordiéndolo fuerte, a la vez que empuja hacia arriba.
Grito.
Y grito.
Y sigo gritando, siendo consciente de que es demasiado alto.
Mi cuerpo se sacude, y una sensación de humedad me empapa los
muslos, pero no puedo parar.
Es demasiado intenso.
Este orgasmo no se parece a nada que haya experimentado antes.
Siento a Kai dar unas cuantas estocadas más, gruñendo, antes de echar la
cabeza hacia atrás y gritar su propio placer, pero no puedo concentrarme en
eso.
Sigo sintiendo la humedad, y por un momento creo que me he hecho pis.
Abro los ojos completamente y Kai debe haber visto el miedo en ellos,
porque me baja sobre su pecho y pone sus brazos alrededor de mi espalda,
para detener las sacudidas que siguen destrozando mi cuerpo.
—Joder belleza... Respira Violet. No pasa nada. Solo respira belleza.
Vamos cariño, sigue respirando conmigo. Estas bien, te lo prometo. Todo
está bien...
Sigue susurrando palabras tranquilizadoras, pero no puedo concentrarme
en ellas.
Sigue siendo demasiado.
Mi corazón late demasiado deprisa, mi piel está demasiado sensible, mis
respiraciones son demasiado cortas. Empiezo a entrar en pánico y no sé
cómo controlarlo. Mi cuerpo no responde a nada que no sea el placer tan
intenso que está sintiendo.
Escucho a Kai ladrar algo, pero no puedo entenderle.
De repente veo a Ash al lado de la cama. Me levanta con cuidado de Kai
y me acurruca en sus brazos, colocando la palma de mi mano sobre su
pecho e instándome a respirar acompasando mi respiración con la suya.
Me centro solo en eso, en la respiración y en los latidos firmes y lentos
de su corazón, hasta que parte del pánico desaparece, y consigo tomar una
respiración profunda.
Cuando me tranquilizo un poco me lleva al baño, donde procede a
lavarme los muslos, las rodillas y la cara, tarareando una melodía que me
resulta conocida, pero que no consigo ubicar.
Deposita un par de besitos en mis labios, todavía en silencio. Cuando
termina de lavarme me pasa un cepillo por el pelo de forma superficial y
luego me lleva de vuelta a la cama.
Mi cuerpo casi ha dejado de temblar y creo que me dormiré en cuanto
toque la almohada. Un cansancio como no he sentido nunca se apodera de
mi cuerpo, calmando aún más mi ritmo cardíaco y dejándome exhausta.
Registro a Noah y a Kai terminando de cambiar las sábanas, pero no
presto atención. Ash me sostiene en sus manos hasta que los chicos
terminan y luego Kai se tumba y Ash me coloca en sus manos.
Noah se sube detrás de mí y me giran hasta que los tres hacemos un
sándwich. Con Noah acunando mi culo y Kai en frente de mí.
—¿Y Ash? –pregunto aturdida.
—Aquí gatita. Me estaba quitando la ropa y ahora voy a hacerle la
cuchara a Kai. ¿Quién sabe? Puede que hasta tenga suerte y me deje
follarle... –bromea Ash
—Solo asegúrate de que este despierta para verlo – respondo con un
enorme bostezo, casi sin ser consciente de lo que digo y luego me apago.
Me negare a decir que me he desmayado, aunque todo es posible.
Capítulo Catorce
Violet
Me despierto rodeada de cuerpos perfectos y calor. Me siento bien
acurrucada entre ellos. Me siento segura.
Respiro despacito alrededor de este pensamiento. En menos de una
semana me he acostado con los tres juntos y por separado. Y no lo lamento.
Se siente correcto.
Ahora mismo siento que pertenezco, que este es el lugar en el que tendría
que estar y no hay nada mejor que esa sensación.
El único problema es que yo no hago lo de los polvos de una noche, y
suelo necesitar una conexión emocional para acostarme con alguien, lo que
solo indica que siento una conexión con los tres.
Por un momento juego en mi cabeza con los posibles problemas de salir
con tres hombres a la vez, pero no encuentro ninguno que me preocupe.
No tengo familia y mis amigos son más bien compañeros de trabajo.
Lo que digan los demás puede doler o no, pero realmente no es relevante.
Necesito pensar. Necesito saber con seguridad que quiero esto y, sobre
todo, asegurarme de que ellos van en serio, aunque todo indica que sí.
Creo que lo mejor que puedo hacer es volver a mi casa y darme un par de
días para orientarme, lejos de su piel bronceada, músculos abultados y
pollas increíbles.
Me siento bien, teniendo en cuenta todo. El dolor del tobillo ya no está y
mi cuerpo solo está cansado por la experiencia de ayer.
Y los chicos fueron increíbles también. El cuidado que me mostraron es
otro ladrillo más para cimentar que se preocupan por mí.
Doy vueltas en la cabeza sobre lo último que dijo Ash. Quiere acostarse
con Kaiden, y eso me pone cachonda.
Ver a esos dos machos follarse uno al otro tiene que ser increíble. Quiero
verlo. Quiero experimentarlo, y si me dejan quiero se parte de ello.
Mi vejiga me recuerda que tengo que visitar el baño, y empiezo a
desenredarme de los chicos, orientándome hacia Noah, que es la opción
más sencilla para salir de la cama.
El brazo de Kai se prieta en mi pecho y lo miro para ver que está
despierto.
—Baño –susurro para no despertar a los demás.
Asiente con la cabeza y quita la mano, después de un último apretón. Me
doy cuenta de que su polla esta dura, al igual que la de Noah, que se me
clava en el culo.
En cuanto me quito la sabana con la que me han tapado de encima, Noah
me acerca más hacia sí, y se frota contra mí.
—¿A dónde vas niña dulce? –murmura en mi cabello.
—Al baño, si consigo salir de aquí.
Se ríe y nos da la vuelta, dejándome cerca del borde del colchón.
Joder, eso es sexy. Me gusta cómo me mueven de un lado a otro como
una muñeca de trapo. Definitivamente soy el tipo de mujer a la que le
gustan las demostraciones de fuerza primitivas.
Salgo corriendo hacia el baño y me meto dentro cerrando la puerta.
Cuando termino me lavo los dientes lo mejor que puedo con el dedo, me
lavo la cara y me peino el cabello con el cepillo que uso anoche Ash, que
está apoyado al lado del lavabo.
Me miro en el espejo, y casi no me reconozco.
Normalmente mi piel es más apagada, y mis ojos no suelen tener ese
brillo. Hay que ver lo que el buen sexo le hace a una chica.
Salgo del baño y veo que los chicos ya se han levantado, han hecho la
cama y mi vestido de ayer esta extendido sobre ella.
No los veo por ninguna parte, pero es posible que hayan aprovechado sus
propios dormitorios para poder empezar el día.
Tengo que preguntar de quien es este dormitorio, para no seguir
acaparándolo.
Lo curiosos es que ahora que estoy despierta, consciente y no estoy
rodeada de distracciones, no veo nada que indique cuál de los chicos
duerme aquí. La habitación está pintada de un gris suave, la pared contra la
que se apoya la enorme cama de un gris más profundo y con un par de
cuadros en blanco y negro de paisajes que le dan un toque casi femenino. A
un lado hay un tocador de madera gris oscura, con detalles en blanco y un
espejo bastante grande, al otro lado, bajo la ventana, hay un par de sillas y
una mesita redonda, creando un espacio para lectura muy acogedor. Una
puerta lleva a ese baño enorme con bañera profunda y ducha con cabezales
de masaje y la otra hacia el pasillo de la casa. Las ventanas están cubiertas
de cortinas blancas vaporosas, aunque veo unas cortinas de un gris pizarra
recogidos en los lados. Es una habitación preciosa, decorada con mucho
gusto y, sobre todo, bastante femenina.
Compruebo el armario y los cajones, pero están vacíos.
¿Es una habitación de invitados?
No tiene sentido que lo sea, es una habitación enorme para un invitado, y
más cuando sé que la casa solo tiene tres dormitorios. ¿Duermen Ash y Kai
en la misma cama? Pero, curiosamente, el comentario de ayer no fue dicho
como si fueran íntimos. Era más bien un deseo o una esperanza.
Lo añado a la lista de preguntas que se agolpan en mi cabeza, y salgo al
pasillo, esta vez por mi propio pie, lo que considero una victoria.
Nada más abrir la puerta, veo a Kai y a Noah salir de la misma habitación
y dirigirse hacia mí por el pasillo.
Lo que me desconcierta aún más.
Noah llega primero hasta mí, me agarra del culo, me apoya contra la
pared y me besa hasta el olvido.
Cuando me suelta me tiene que estabilizar porque mis piernas no
responden muy bien.
—Buenos días, niña dulce – me dice, y sigue adelante.
—Buenos días –carraspeo y me giro hacia Kaiden, que está a mi lado.
Cuando tiene mi atención se agacha y me besa de forma lánguida, como si
tuviera todo el tiempo del mundo.
—Hola, belleza. ¿Cómo estás?
—Hola... Bien... Estoy bien. Siento lo de anoche. No estoy muy segura
de lo que me pasó exactamente y creo que os asuste un poco. –le suelto,
esquivando su mirada.
Como si me lo fuera a permitir. Un dedo levanta mi barbilla y me mira
por un largo momento, antes de darme otro beso y enlazar sus dedos con los
míos, tirando de mí hacia la cocina, en la que Ash ya está preparando toritas
para el desayuno. Me coloca en la silla en la que me senté ayer y me pone
una taza de café delante, antes de acomodarse a mi lado con su propia taza
de café.
—No tienes que pedir perdón por lo de anoche Violet. En todo caso, soy
yo el que debe disculparse. Debería haberme dado cuenta, por la forma en
la que tanto Noah como Ash te provocaron un orgasmo múltiple, que era
probable que pudieras tener un squirt[4] y haberte preparado para ello. Pero
estaba demasiado perdido en el momento como para darme cuenta. Sin
embargo, ahora que ya lo sabemos, es probable que todos intentemos volver
a conseguir que te corras así. La experiencia para mí fue... No tengo
palabras...
Había leído sobre la eyaculación femenina, pero jamás pensé que sería
una de esas mujeres. Doy un par de vueltas a la idea en mi cabeza. La
experiencia ha sido aterradora y liberadora a la vez, pero creo que el miedo
se debía sobre todo a no saber que le pasaba a mi cuerpo. Ahora que tengo
el cuerpo en reposo, me doy cuenta de lo bien que se sintió realmente ese
orgasmo. Fue tan potente como nada que haya experimentado. Mi cuerpo
simplemente no respondía a nada más allá del placer que le recorría.
—Tu nunca tienes palabras –interviene Noah, colocando zumo de naranja
y sirope de chocolate en la mesa, antes de sentarse en su sitio y mirarme –A
ver si yo consigo traducir su idioma a palabras. Está alucinado.
Completamente traspasado. Es la experiencia más transcendente de su vida.
Se volvió loco cuando se dio cuenta de que no sabias lo que te pasaba y nos
llamó a gritos para venir a ayudarle a cuidarte. Se está relamiendo ante la
oportunidad de volver a hacer que grites así. Yo también. ¿Quieres zumo o
vas bien con el café?
Parpadeo un par de veces ante el brusco cambio de tema al final, y suelto
una carcajada, lo que me gana una sonrisa.
—Un poco de zumo estaría bien, gracias
—¿Cuantas tortitas quieres, gatita? –me pregunta Ash sosteniendo una
pila de tortitas que se ven muy apetecibles.
—¿Tres? –no sé cuánto ha hecho y no quiero dejar a nadie sin desayuno
—Tres para ti, entonces. –coloca cinco tortitas en mi plato, deja el resto
en el centro de la mesa y se agacha para darme un beso –Buenos días, por
cierto.
—Buenos días.
—Dios, no te puedes imaginar lo caliente que es ver esto. –gime Noah,
retorciéndose en la silla –Me pone cachondo cada vez.
—Ash, aquí hay cinco toritas –logro responder cuando me recupero.
—No gatita, solo hay tres.
Miro mi plato, para comprobarlo, porque su tono es tan convincente, que
por un momento dudo de mí misma.
—No Ash. Aquí hay cinco.
—Se me habrán resbalado un par más. Come, Violet.
Viendo que cada uno de ellos ya ha llenado su plato con tortitas, me
encojo de hombros y cojo el tenedor. No solo huelen apetecibles. Son
posiblemente las mejores tortitas que he probado en mi vida.
—Esto está muy bueno Ash. Gracias –digo entre bocados.
—Ash es nuestro cocinero asignado, porque ni Noah ni yo sabemos
desempeñarnos en la cocina. La barbacoa si la dominamos, pero la cocina...
Veo a Ash bajar la cabeza y sonreír a su plato.
Terminamos de desayunar y los chicos levantan la mesa mientras yo
holgazaneo en la silla con mi café aun delante. Han hecho esto muchas
veces antes. Cada uno tiene su propia tarea y no necesitan hablar para
organizarse. Es casi como un baile, pero sin música.
—Quiero hablar con vosotros, —suelto cuando ya está todo limpio.
Se miran entre sí, hablando sin palabras, y se sirven otro café cada uno,
antes de sentarse en la mesa conmigo otra vez. Están callados, dejándome
organizar mi cabeza y mis pensamientos, pero puedo sentir la tensión que
llena la habitación.
—Tengo algunas preguntas que quiero haceros, y una petición. ¿Os
parece bien? –Asienten y sigo –Lo primero de todo. ¿de quién es la
habitación en la que he estado despertándome estos días?
Empiezo por la pregunta más inocua que tengo, pero por lo que veo en
sus caras no es tan inocua como pensaba.
Después de un momento en silencio, el que responde es Kai:
—Llevamos mucho tiempo viviendo juntos, belleza. Casi diez años en el
ejército. Eso significa que nos conocemos mucho mejor de lo que la
mayoría de los amigos o de las parejas lo hacen. El ejercito es brutal en
muchos sentidos, pero da una sensación de pertenencia, de conocerse a uno
mismo y a los que le cubren la espalda. Hace tiempo que sabemos que
cuando encontremos a alguien tiene que encajar con los tres a la vez. Así
que cuando renovamos la casa renovamos el dormitorio de matrimonio,
pensando en que cuando la mujer indicada llegara, podría unirnos ahí. Es la
habitación más grande de la casa y no la hemos usado hasta ahora. Nadie
había dormido ahí hasta la primera vez que te desmayaste.
—No me desmaye –protesto, indignada.
—Aja... –Me responden los tres, casi al unísono.
Archivo la información que he recibido y paso al siguiente punto de mi
lista.
—¿En qué trabajáis? Se que estuvisteis en el ejército y que ya no, pero
¿cómo os ganáis la vida?
—Buenos, la verdad es que no trabajamos. En el cuerpo era experto en
ciberseguridad y desarrolle una aplicación. El gobierno la compro para uso
militar y me pagaron bastante bien por ella. Así que realmente no
necesitamos trabajar. Yo sigo ayudando con ciberseguridad como experto
externo cuando me lo pide la Marina –Responde Ash. –pero poco más.
—De todas formas, tampoco nos hemos gastado casi nada del sueldo
estos años. El ejercito viaja con gastos pagados y los salarios son altos, así
que tenemos nuestros ahorros y los hemos invertido en un par de empresas
que nos gustan. No somos millonarios, pero podemos permitirnos una vida
cómoda. –continua Kai.
Asiento. Otro misterio resuelto.
Ahora suenas como Ágata Christie, Violet.
Siguiente punto:
—¿Qué esperáis de mí?
—Todo –Esta vez, no hay pausas ni vacilación en la voz de Kai, cuando
vuelve a responder.
—Queremos todo lo que nos quieras dar, niña dulce, —suaviza Noah –
pero nuestras esperanzas están puestas en el lote completo. Valla blanca y
perro incluidos.
—Podemos tomarlo con calma, ver cómo vamos día a día, pero como ha
dicho Kai, nos conocemos a nosotros mismos y sabemos lo que queremos.
Y en este caso te queremos a ti. Si necesitas tiempo podemos intentar
dártelo, pero a menos que nos rechaces en plano, lo más probable es que no
sea mucho lo que puedas conseguir, por lo menos de mí. No soy muy
paciente que digamos. –Ash se recuesta en su silla, estirando las piernas
debajo de la mesa y toma un sorbo de su café, mientras yo asimilo su
declaración.
—Entiendo –doy un sorbo a mi propio café, sobre todo para darme valor
para la siguiente pregunta que tengo.
—¿Cuántas veces os habéis acostado Kai y tú? –es más fácil hacerle la
pregunta a Ash que a Kai.
—Ninguna –responde Kai de inmediato, aunque hay un cierto tono en su
voz.
—No será por ganas –responde Ash.
—Ash es abiertamente bi-sexual –me explica Noah – Kai lo es, pero no
abiertamente. Su rango en el ejercito hacia obligatorio no divulgar cuáles
son sus preferencias sexuales. Han estado bailando alrededor de lo que
quieren durante bastante tiempo, pero todavía no han hecho nada, que yo
sepa.
—Lo cual solo indica que no lo sabes todo –Suelta Ash y me giro a
mirarlo, al igual que Noah. –Joder, bien, vale... –levanta las manos en señal
de rendición cuando ve nuestras caras de curiosidad –Bese a Kai ayer. –
suelta y esta vez sí veo como se ruboriza.
—¿Y te gusto?
Que pregunta más impertinente para hacer Violet, me reprendo
interiormente, pero no la retiro. Quiero saber.
—Joder sí. Mucho.
Me giro hacia Kai que está mirando su café, con la cara en blanco. Nota
mi mirada y levanta la vista, dejándome clavada en la silla con las
emociones que se arremolinan en sus profundidades. Una esquina de su
boca se levanta en una sonrisa autocritica y suspira.
—Me encanto cada segundo de ese beso –responde a la pregunta tacita
que ve en mi cara, y luego se vuelve hacia Ash, para repetir – Cada segundo
Asher.
Ash se lame los labios resecos y yo también, porque sí... Esto es caliente
de ver.
Me doy cuenta de que es la primera vez que Kai dice algo así,
demostrando unos sentimientos por Ash que difieren de la camarería fácil
que tiene ambos con Noah, lo que me lleva a la siguiente pregunta:
—¿No te molestaría verlos tener sexo, o saber que se quieren de una
forma romántica y que tu no participes?
Noah se ríe entre dientes.
—Creo que verlos follarse va a ser caliente, y no, no me molesta la idea.
A mí no me atraen de esa forma, pero sé que no me van a excluir de su
vida. No es como funcionamos. De hecho, que por fin den el paso
seguramente me facilite la vida, porque dejare de tener que hacer de
intermediario. La próxima vez que tengan un problema entre ellos,
simplemente pueden follarlo fuera de sus sistemas. Además, si ellos están
ocupados teniendo sexo entre sí, eso significa que tu estas libre para tenerlo
conmigo.
—Ya veo. –me quedo pensando un momento, y agradezco que me den el
tiempo que necesito. No se están impacientando, no me están presionando.
Solo están sentados aquí conmigo.
—Me gustaría volver a casa hoy –anuncio al final y veo las caras de
decepción –Necesito pensar en esto, ver lo que yo quiero y lo que siento, y
hacerlo aquí con vosotros va a ser imposible. Nos estamos moviendo
demasiado rápido y tengo miedo de tomar una decisión sin haber sopesado
todas las opciones. Eso solo hará que me resienta en el futuro. Así que, si os
parece bien, vuelvo a casa y me tomo un par de días para eso. Como todavía
estoy de baja médica no tengo que ir al trabajo, y, por cierto, necesito saber
quién tiene la factura del hospital. Quiero pagarla lo antes posible.
—La factura ya está pagada Violet –responde Noah y le miro. Se encoge
de hombros sin parecer avergonzado en lo más mínimo –Que, estaba ahí y
la pague. No es gran cosa.
—Para mí si lo es Noah. Necesito saber de cuanto fue, porque quiero
devolverte el dinero.
—No. Considéralo un regalo.
—No puedo aceptar eso Noah.
—Si puedes. Mira –se pasa las manos por el pelo –Considéralo como un
regalo de cortejo. En vez de comprarte flores, chocolate y llevarte a cenar,
te he pagado el Hospital.
—No voy a discutir por esto Noah –insisto
—¡Genial! –responde, malinterpretando mi comentario a propósito.
—¿Cuánto tiempo vas a necesitar? –pregunta Ash.
—Un par de días. Si os parece bien, quedamos el sábado para cenar.
—Mejor el viernes – suelta Ash de inmediato.
—Estamos a miércoles Ash. Si quedamos el viernes son exactamente dos
días.
—Es lo que has dicho que necesitas. Un par de días.
—Déjala tranquila Ash –interviene Kai. –Si necesita más tiempo se lo
daremos.
—Ya – Ash suelta un gruñido –¿Y si le pasa algo otra vez?
Y es cuando me doy cuenta de que no es que no quiera darme tiempo. La
última vez que desaparecí de su vista acabé en el hospital. Esta asustado.
—Hagamos un trato –le digo, extendiendo la mano y cogiendo la suya
para tranquilizarlo –Os voy a dar mi número de teléfono y vais a darme los
vuestros y nos mandaremos mensajes todo el rato. Y, podéis pasar a verme
una vez al día. ¿Te parece bien? –inquiero, apretando sus dedos.
—Si. Gracias Violet. No es que quiera se posesivo ni mandón –Noah se
aclara la garganta y Ash sonríe –bueno quizá un poco, pero sobre todo estoy
preocupado. No quiero que te pase nada.
—Lo entiendo Ash. Por eso te he ofrecido un compromiso entre vuestras
necesidades y las mías. ¿Tenéis alguna pregunta para mí? –pregunto, porque
lo justo es lo justo, pero niegan con la cabeza, así que me levanto y aliso mi
vestido.
Me despido de ellos uno a uno, lo que significa que cuando salgo por la
puerta de la cocina estoy caliente y sin aliento, y deseando que llegue el
viernes.
Capítulo Quince
Violet

Dos días después

He pasado los últimos dos días tumbada en la cama la mayor parte del
tiempo, intercambiando mensajes con los chicos. Solo salí de casa ayer para
ir a comprar y pasar por mi médico para asegurarme de que estoy bien. El
resto del tiempo lo he dedicado a pensar y a besar a los chicos en el umbral
de la casa. Ha sido divertido verlos intentar pasar para follarme contra la
pared más cercana, aunque no pusieron demasiado empeño en ello dado que
no termine contra dicha pared.
Han sido tan dulces, haciéndome sentir valorada y necesaria, sentir que
me echan de menos aun viviendo en frente y habiéndonos visto hace solo
un puñado de horas.
Ash estuvo susurrándome cosas obscenas al odio, Noah se dedicó a
hacerme reír y Kai me beso hasta volverme loca y luego se limitó a
abrazarme, sin decir una sola palabra.
Tomar una decisión no ha sido difícil.
Al final solo había dos opciones: Meterme de lleno en una relación con
ellos o no hacerlo y cortar las cosas inmediatamente.
En el momento de plantearme dejarlos todo mi cuerpo rechazo
físicamente la idea, por lo que la decisión realmente ya está tomada. Lo que
estoy haciendo ahora es resolver las pequeñas dudas que me puedan surgir.
¿Quieren que me mude con ellos o seguimos viviendo cada uno en
nuestra casa? Si quieren que me mude con ellos ¿estoy dispuesta?
Plantearon que puedo elegir salir solo con uno en público o con todos a la
vez. ¿Qué quiero?
¿Qué necesito de ellos?
Parece todo tan precipitado, tan repentino, pero realmente no lo es
¿verdad?
Llevan tres meses cortejándome con pequeños detalles que yo he
interpretado como actos de buenos vecinos.
Arreglar las escaleras del porche. Subir la compra a casa cuando me
veían llegar del supermercado. Andar sin camiseta todo el tiempo posible,
aun en pleno invierno.
Orquestar un trio para que pueda verlos en plena exhibición. Si, esto
último igual es un poco retorcido como cortejo, pero joder… funciono ¿no?
Así que, aquí estoy, vestida con un sujetador negro que hace que mis
tetas se vean increíbles, unas bragas a juego que sé que quedan bien con mi
piel clara y un vestido negro con un escote en uve. El vestido es hasta las
rodillas y tiene algo de vuelo, lo que esconde mis caderas. Me he peinado, y
me he puesto un poco de rímel y un pintalabios rojo que se supone que es
permanente. Supongo que hoy será puesto a prueba.
Unos zapatos de tacón alto con hebillas en los tobillos que hacen que mis
piernas se vean bien y estoy lista.
Me miro una última vez en el espejo y por una vez me gusta lo que veo.
Parezco sexy y atrevida y sobre todo… Enamorada.
Compruebo si estoy nerviosa por lo que voy a hacer, pero sobre todo
estoy excitada y llena de expectación, por lo que suelto un suspiro para
intentar relajarme un poco y salgo por la puerta.

Noah
Estoy mirando por la ventana como un cachorro esperando que regrese su
dueña, y así es exactamente como me siento. Estoy esperando que regrese
la dueña de mi corazón para poder mimarla, consentirla, decirla lo mucho
que la quiero y follarla. No necesariamente en ese orden. De hecho, tal y
como tengo la polla, lo más probable es que la folle contra la pared en
cuanto entre y ya veremos después.
Esta noche nos hemos asegurado de que nuestro aspecto es el mejor que
podemos tener. Llevo una camisa blanca y un pantalón negro que no ayuda
nada a esconder mi erección.
Hemos pedido comida en un restaurante italiano que hay en el pueblo y
la mesa ya está preparada para cenar.
Tengo que reconocer que, aunque no me ha gustado nada estar separado
de Violet, ella tenía razón.
Todos necesitábamos algo de tiempo lejos de ella para aclararnos y
asegurarnos de que esto es lo que queremos. Aunque solo sea por lo mucho
que la he echado de menos, sé que es la indicada para mí y para los demás.
La veo salir de su casa y bajar los escalones y mi polla se pone todavía
más dura. Lleva unos tacones de “fóllame” y un vestido que acentúa su
figura en todos los sitios correctos.
—Ya viene chicos –les digo a Ash y a Kai que están apoyados en la pared
detrás de mí.
Dos segundos más tarde Violet llama a la puerta y me acerco a abrirla.
Me sonríe desde el umbral y la tomo de la mano, para hacerla girar y ver
ese vestido desde todos los ángulos.
Lleva un pintalabios rojo, a juego con los tacones. Se ríe cuando
completa la vuelta y me hace una pequeña reverencia.
—¿Te gusta?
—Compruébalo por ti misma –le susurro – y luego la agarro del culo y la
aprieto contra mi prominente erección mientras la beso sin sentido. Gime y
enrolla sus brazos detrás de mi cuello, acercándose aún más y frotándose
como una gata en celo contra mí. Estoy empezando a agacharme para
cogerla en brazos y llevarla al dormitorio, cuando Ash la arranca de mis
brazos, se da la vuelta y la estampa contra la pared, para protégela de mí
vista y procede a besarla de la misma forma en la que lo estaba haciendo
yo. Engancha una de sus piernas y la sube hasta que rodea su cintura con
ella, lo que deja su muslo al descubierto.
Violet no protesta por el brusco cambio, solo suelta otro gemido
necesitado y sigue retorciéndose. Ash mete una mano debajo de su vestido
y la sube hasta amasar su culo, lo que nos enseña a mí y a Kai las bragas de
encaje negro que lleva. Me aprieto la polla con el talón de la mano, para
intentar reducir un poco la presión que se construye.
Joder, me excita mucho verla así con Ash.
Ash suelta su boca y hunde la cabeza en su cuello, seguramente
mordiéndola, porque mi niña dulce suelta un maullido y hecha la cabeza
hacia atrás, dándole más acceso.
Se la está follando en seco contra la pared, y no sé si podré aguantarme y
no correrme en los pantalones como un puto adolescente si ella se corre así.
Kai gruñe, cansado de que Ash acapare a nuestra chica y se pega a la
espalda de Ash y veo como le muerde el cuello con fuerza, mientras mete
las manos entre los dos cuerpos. Solo me puedo imaginar lo que ha hecho
par que Ash suelte un gemido bajo que es sexy y se despegue de Violet para
mirar a Kai, que se aprovecha para meterle la lengua en la boca y besarle.
Es la primera vez que les veo besarse, y es caliente de ver.
Donde con Violet Ash mandaba sobre el beso y saqueaba su boca, con
Kai se deja dominar. Es un beso más crudo, más agresivo. Veo como las
caderas de Kai dan un empujón hacia Ash y eso provoca otro gemido de
Vai, que por fin consigue que Kai se separe de la boca de Ash y la mire.
De repente, una sonrisa completamente perversa se extiende por su cara y
sujeta la cara de Violet entre sus dos manos:
—¿Estas caliente, belleza? –la pregunta –¿Quieres correrte?
—Si. Por favor.
Kai asiente y da un paso atrás, haciendo que Ash y Violet le sigan y se
despeguen de la pared.
—Noah, ven aquí. –es una orden y no dudo en seguirla –Ponte detrás de
Violet y apóyala en ti, quiero que metas las manos en ese vestido que se ha
puesto para nosotros y juegues con sus tetas. –en cuanto estoy en la
posición indicada se gira hacia Ash y le da otro beso.
—Ponte de rodillas Ash –ronronea y veo como Ash traga saliva y se
estremece –Estas bragas que lleva nuestra chica son muy sexys, pero ya
debería saber que no nos gusta que lleve ropa interior. Quítaselas y luego
mete dos dedos en su coño apretado y chupa su clítoris hasta que te de una
nueva orden. ¿Me has entendido?
—Si señor –suelta Ash y se pone de rodillas para nosotros.
—Dios, es sexy escucharle llamarte “señor” –suelta Violet antes de soltar
otro gemido que indica que Ash está cumpliendo la orden que le han dado.
—Y tu belleza. Necesito que te corras lo más rápido posible, para que la
cena no se enfríe. ¿Lo has entendido?
—Si señor –susurra Violet y Kai procede a sujetarle la cara y a besarla.
Siento sus tetas pesadas en mis manos y empiezo a retorcer sus pezones,
que ya están duros. Violet maúlla en la boca de Kai y se presiona hacia atrás
contra mí, antes de balancearse hacia delante contra la boca de Ash.
Crea un vaivén y noto como su respiración se acelera cada vez más.
Agacho la cabeza y lamo una línea húmeda desde su hombro hasta su oreja:
—¿Como se siente, niña dulce? Estar rodeada por nosotros… ser
complacida por nosotros… —gimo contra su oreja cuando se aprieta contra
mí y hace un círculo con sus caderas presionando mi polla — ¿Quieres
saber lo bien que me haces sentir a mí? ¿Lo mucho que disfruto de tu culo
presionado contra mi polla y de tus tetas en mis manos? Vamos, niña dulce,
necesitamos que te corras primero. Dos días sin escucharte gritar son
demasiados. –muerdo el lóbulo de su oreja y me doy cuenta por la repentina
tensión en sus músculos que está a un soplo de caer por el borde. Así que le
muerdo la unión del cuello con el hombro con fuerza.
Y se rompe.
Kai suelta su boca para que todos podamos escuchar sus gritos de placer
y yo acuno su cuerpo porque se ha quedado laxa contra mí.
Me doy cuenta de que Ash sigue haciendo exactamente lo que le han
dicho cuando en vez de bajar del pico del orgasmo, Violet se vuelve a
tensar, reafirmo mis dientes en su piel, pero tengo que soltar sus pechos
para poder sujetarla mejor.
Kai se hace cargo enseguida, y da un tirón fuerte a sus pezones, que
asoman por el escote de su vestido. Veo como eleva el peso de sus tetas solo
sujetando los pezones y por un momento creo que está siendo demasiado
brusco, pero el grito de Violet dice lo contrario.
Debería saber que nunca le haría daño y que ha calculado exactamente
cuanta fuerza aplicar.
Esa sonrisa perversa vuelve a su cara.
—¿Le digo a Ash que pare, belleza? ¿O le dejo seguir comiéndote el
coño hasta que no puedas ni gritar?
Violet solo le mira, incapaz de responderle.
—Mmm, no. Creo que no. Si te agotamos ahora no llegaras a los postres,
y nos apetece mucho el postre... –susurra contra su boca abierta –Ash, para.
Ash se detiene de inmediato y saca su cabeza de debajo del vestido que
se la ha caído encima con todos los meneos de Violet.
—¿Señor? –responde, pero se queda de rodillas
—¿Sabe bien nuestra chica Ash?
—Si señor
—¿Cómo de bien Ash? –Kai cruza sus brazos sobre su pecho, mientras
Violet sigue bajando de su orgasmo en los míos.
Ash no responde de inmediato y Kai eleva una ceja.
—¿Como de bien sabe nuestra chica, soldado? –hay un borde profundo
ahí.
—Lo suficientemente bien como para hacer que me corra en mis
pantalones, señor –responde Ash en voz baja, pero no aparta la mirada de
Kai.
—Buen chico Ash. Levántate. –cuando se pone de píe frente a nosotros
veo la mancha de humedad que se nota en sus pantalones gris oscuro. No
muestra vergüenza, no se mueve cuando Kai pasa un dedo por la mancha y
se lo lleva a la boca, su postura es firme como la de un soldado ante su
sargento. Y su polla también. Aunque se ha corrido, sigue dura y
empujando contra la tela de su pantalón. –Parece que tú también sabes bien,
soldado. Comprobaremos eso más tarde, pero ahora mismo, quiero ver lo
bien que sabía nuestra chica.
Le vuelve a besar y esta vez el beso parece mucho más íntimo. Me centro
en Violet para darles algo de privacidad.
—¿Estas bien niña dulce?
—Si –susurra, mirando a la pareja que tiene en frente. —Aunque puede
que necesite ayuda para llegar a la mesa. Es probable que con estos tacones
me mate en el camino, teniendo en cuenta que ahora mismo no siento las
piernas.
Me rio en voz baja y luego procedo a quitarle el sujetador de cierre
delantero. Cuando se queda solo con el vestido y los tacones puestos la
levanto en mis brazos y la llevo en dirección a la cocina.
La dejo en la silla que se ha convertido en suya y le indico que se tape los
oídos con las manos y suelto un silbido agudo.
—Si no hacemos nada cenaremos mañana por como pintaban las cosas,
—le indico, encogiéndome de hombros cuando veo su mirada sorprendida.
Se ríe y me siento en mi sitio y me relajo, pensativo. Esta noche va a ser
interesante. Por lo que parece, Kai ha tomado una decisión respecto a Ash y
a la relación que hay entre ellos, y tiene toda la pinta de que va a formalizar
esa relación hoy.
Y tengo que reconocer que me va a gustar verlo suceder por fin.
Capítulo Dieciséis
Asher
La boca de Kai se cierra sobre la mía en un beso voraz. Su mano
izquierda me coje de la nuca para poder colocar mi cabeza como él quiere,
y su mano derecha me frota la polla con fuerza sobre el pantalón húmedo y
mojado. Un escalofrío sube por mi espina dorsal. Debería estar avergonzado
de haberme corrido así, pero sentir a Violet en mi boca y la polla dura y
pulsante de Kai en mi nuca era demasiado.
Rodeo con mis brazos su culo duro y aprieto amasándolo. Su mano ejerce
más fuerza sobre mi polla y estoy a punto de correrme otra vez. Su olor rico
y almizclado me asalta otra vez, y su sabor me vuelve codicio. No quiero
dejar de besarlo.
Llevamos demasiado tiempo bailando alrededor de esto y sé que no
queda mucho más para poder por fin sentirlo bombeando en mi culo. El
beso se vuelve suave y lento, mientras su mano se mueve cada vez más
rápido. Gimo y dejo de luchar. Parece que voy a ser tan débil y obediente
como Violet en cuanto al sexo con Kai se refiere. Debe notar que me he
rendido, porque su mano aumenta aún más el ritmo y la presión sobre mí, y
su rodilla se introduce entre mis piernas para apretarme las pelotas. Se
separa de mi boca, me mira a los ojos y me ordena:
—Córrete, soldado. –con voz baja y letal, y lo pierdo.
Con un gemido profundo le doy lo último de mi contención y me corro
en mis pantalones, otra vez.
No deja de masturbarme enseguida, y se vuelve casi demasiado.
Luego su boca me da otro suave beso y su mano me palmea suavemente
antes de alejarse de mí.
—Ve a cambiarte Ash. Noah ya nos ha llamado dos veces y tenemos que
dar de comer a nuestra chica antes de que pueda dedicarme a follarte los
sesos. –cuando me giro me da un azote en el culo.
Duro.
Y se ríe de mi gemido mientras se dirige a la cocina.
Veo su culo desaparecer por la puerta y suspiro, antes de ir a hacer lo que
me ha ordenado.
Para cuando vuelvo a la cocina me he cambiado del pantalón gris oscuro
a uno gris claro, que sé que me hace un culo increíble.
No juzgues, por favor.
Me siento en mi sitio a la derecha de Violet y le dedico una sonrisa
ladeada como disculpa.
—Ya lo se Ash. No hay forma de luchar contra el cuándo se pone en plan
sargento. ¿Estas bien? –me pregunta con una voz tranquila y cálida.
—Bueno, estoy un poco avergonzado, pero tu sabor era demasiado bueno
para intentar resistirme, cuando se combinaba con tener a Kai tan cerca. Y
la segunda vez Kai lo hizo a propósito.
—Si, suele hacer eso para la segunda vez –está de acuerdo y me rio. –
Aunque tú también, ahora que lo pienso… Así que no puedes quejarte
mucho. Y tengo que decir que me gusta este pantalón más que el otro. Te
hace un culo increíble.
—No me hace un culo increíble, gatita. Mi culo ya es increíble. Solo
hace que los demás lo noten antes.
Se ríe de mi comentario mientras Kai carraspea, mirándonos con fingida
severidad y empieza a colocar los fetuccini en los platos.
Noah sirve una copa de vino para todos, esta vez en copas de verdad,
dado que fuimos a comprarlas ayer. Y hasta hemos comprado sidra para
nuestra chica, y una tarta de chocolate para post-postre. El postre,
obviamente va a ser Violet.
Nos sentamos a cenar tranquilamente, tras bendecir la mesa, dando
gracias a Dios de que esta noche le toque a Kaiden hacerlo, por lo que nos
evitamos las tonterías de Noah, aunque suelen ser divertidas. Hoy, sin
embargo, no es el momento para eso.
Intercambiamos algún que otro comentario sobre la calidad de la comida,
pero por mucho que intente concentrarme, no me doy cuenta de lo que
estoy comiendo. Sigo mirando la boca de Kai mientras le hace el amor al
maldito tenedor, preguntándome si puedo conseguir que se ponga de
rodillas para mí. Desplazar la mirada hacia Violet no trae ningún alivio,
porque solo la veo arrodillada al lado de Kai mientras me chupan por
turnos, hasta volverme loco.
Para cuando Violet aparta su plato en señal de que ha terminado, estoy
otra vez al borde, y me pregunto vagamente cuantas veces me puedo correr
antes de colapsar.
Una vez más por lo menos.
—Bien – Vai se aclara la garganta, y toma un sorbo de vino –Os prometí
que iba a pensar sobre esto –hace un gesto con la mano para abarcarnos a
todos –y lo he hecho. Por si el hecho de que este aquí con no es pista
suficiente voy a decirlo alto y claro, para que luego el Sargento no me
obligue a repetirme –le guiña un ojo a Kai, que pone los suyos en blanco –
Si estáis seguros de que me queréis aquí, estoy de acuerdo en quedarme.
Solo os pido que no juguéis conmigo porque significáis demasiado para mí
como para sobreviviros si esto es un juego. –la vulnerabilidad que trasluce
su voz me mata, pero es Noah el primero en hablar.
—No voy a hablar por los demás, pero te agradezco el tiempo que
necesitaste para aclarar tu cabeza, porque me ha permitido aclarar la mía.
No te voy a decir “te quiero” todavía, no porque no lo sienta, sino porque
no creo que estes preparada para ello. Pero, niña dulce, no estoy jugando
contigo. Te he echado de menos como no te puedes imaginar, y no estoy
hablando solo de sexo, que también. He echado de menos tu olor, tu risa y
tu presencia misma en la casa. Me haces sentir vivo y a gusto con mi piel.
Así que, si tu no crees que puedas sobrevivir a nosotros, yo estoy seguro de
que no lo haré si te alejas.
Será idiota. No es justo que sea tan bueno con las palabras.
Pero Violet me está mirando a mí, y tengo que encontrar la forma de
explicar lo que siento.
—Como advertencia, gatita. No soy ni de cerca tan bueno con las
palabras como este idiota de aquí. Solo sé que cuando estas cerca me siento
completo. Eres como el engranaje que faltaba para que funcionáramos bien.
Solo necesito los que están sentados en esta mesa ahora mismo para ser
feliz.
—Menos mal que no eres bueno con las palabras, Ash –retumba Kai,
cuando ve una lagrima resbalar por la mejilla de Violet. –Belleza, no llores,
por favor.
—No estoy llorando Kai. –dice mientras se limpia otra lagrima de la
cara.
—Joder, la rompiste –me gruñe Kai y la levanta de la silla para colocarla
en su regazo. –No llores belleza, me mata verte llorar. Por favor, para. –
Violet le pasa las manos por el cuello y esconde la cara en la curva de su
hombro. Kai apoya la barbilla sobre la coronilla de su cabeza y me fulmina
con la mirada por encima del cuerpo tembloroso de nuestra chica.
Violet baja una mano y le da un golpecito en el pectoral, murmurando
“Para Kai”
Respira hondo y levanta la cabeza, afortunadamente sin más lágrimas en
los ojos.
—Hasta aquí mi intento de parecer una mujer sofisticada y segura de sí
misma. Ya podéis llamarme mapache. –dice pasándose los dedos índices
bajo las pestañas, para quitar las manchas de rímel. Sigue siendo igual de
guapa, porque me da igual lo que lleve en la cara, son sus ojos los que la
hacen bonita.
—Bueno, tengo que reconocer que eres un mapache muy mono –me
burlo de ella
—Y completamente follable – añade Noah y estoy de acuerdo con él.
Kai la obliga a recostarse contra él, besa su frente y cierra los ojos
durante un momento. Cuando los abre me está mirando a mí, aunque sus
palabras van dirigidas a Violet.
—Solo ha habido dos momentos en mi vida en los que me he sentido
como si de repente la gravedad no fuera conmigo. La primera vez fue
cuando entré en el cuartel y vi a Ash de espaldas a la puerta, completamente
desnudo y agachado para ponerse el pantalón del uniforme. Todo en lo que
podía pensar es si podía morder su culo, y luego follarlo. Cuando se dio la
vuelta me miro a la cara y me sonrió, me di cuenta de que quería mucho
más que una follada pasajera. El ejercito es lo que es, y además yo era su
superior en rango, por lo que solo me quedaba una cosa que podía hacer
para mantenerme cerca de él. Me convertí en su amigo. Descubrir lo
increíble que es en todos los aspectos de su personalidad y no poder hacer
nada al respecto fue duro… Muy duro… En todos los aspectos. Entrene mi
mente para no ver lo guapo que realmente es. No notar como se mueve o no
mirar su boca cuando habla. Después de diez años, se había convertido en
parte de lo que soy. Hasta que me besaste –ya no finge estar hablando con
Violet –Fue cuando me di cuenta de que ya no necesito esconder nada.
Estoy enamorado de ti Ash. Desde hace mucho tiempo. Esta noche me
gustaría demostrártelo, pero tengo algo de miedo de caer en otro viejo
habito. Tendrás que ayudarme con eso.
Asiento con la cabeza, me levanto, rodeo la mesa y me agacho para
besarle. Es solo un roce de labios, una muestra de afecto que no necesita de
la lujuria para ser profundo.
Dios, amo a este hombre.
Luego tiro de la silla de Violet y me siento en ella, entrelazando mis
dedos con la mano de Kai. Se inclina y apoya su frente en la mía por un
momento, antes de erguirse y proseguir.
—La segunda vez que me sentí así fue cuando bajamos del coche el día
que compramos la casa y vinimos a ver la propiedad. Tu estabas de rodillas
con el culo al aire arrancando malas hierbas, y tu culo se sacudía en esos
vaqueros viejos que tienes, y que crees que lo disimulan. –se ríe y la aprieta
un poco –Tuve casi exactamente la misma reacción que con Ash. Quería
morder tu culo y follarte ahí mismo. Y luego te levantaste y nos sonreíste y
eso fue todo. Así que, belleza, el peligro no es que nosotros estemos
jugando contigo. El peligro es que tú te canses de nosotros, porque te
aseguro que no podremos seguir adelante sin ti.
La cocina se queda en silencio durante un rato.
Luego Violet se levanta del regazo de Kai y se planta en miedo de la
cocina.
—Primero, no me voy a mudar del todo con vosotros enseguida. Dos días
a la semana dormiré en mi cama. –levanta un dedo y se queda un momento
en silencio, esperando alguna objeción. No la va a encontrar. Tampoco va a
dormir dos días a la semana lejos de nosotros, pero oye, si la hace feliz
hacerse ilusiones…
—Segundo, quiero sexo conjunto y por separado. Me encanta como me
hacéis sentir cuando estamos todos juntos, pero el sexo uno a uno tiene una
intimidad que me va a permitir concentrarme solo en uno de vosotros y creo
que será necesario.
—¿Y no puede ser dos a uno? –pregunta Noah –porque eso también tiene
sus ventajas ¿no?
—Podemos negociar los términos del contrato más tarde, Noah. Ahora
solo quería poner las bases.
—Vale, perdón. –no parece arrepentido, el idiota.
—Tercero, y esto es muy importante chicos. Es una línea roja de este
acuerdo. Dormimos todos en la misma cama. Sin excepciones. Si alguno
esta enfadado, podemos hablarlo, pero no se va a ir a dormir a otra cama.
¿Queda claro?
—Si señora –responde Kai, y no suena irónico, sino complacido.
Violet le fulmina con la mirada, pero en vez de responder se agacha y se
desabrocha los zapatos, antes de quitárselos.
—Eh ¿Qué haces? –salta Noah –tenía planes para esos zapatos, Vai.
—Yo también, pero pueden esperar otro momento. Ahora mismo me
están matando. ¿Alguien quiere añadir algo a las bases?
Levanto una mano como si estuviéramos en clase y quisiera llamar la
atención a la profesora.
Pone los ojos en blanco, pero me sigue el juego.
—¿Sí, Asher?
—¿Podemos incluir besos obligatorios por la mañana y antes de irse a
dormir? –pregunto con entusiasmo.
—Si, Asher. Me parece una idea estupenda. ¿Alguien más?
Kay y Noah se quedan en silencio.
—Bien, en ese caso, solo tengo una última cosa que decir.
Asentimos con la cabeza, esperando que diga lo que tiene en mente.
En vez de eso la veo agacharse, agarrar el dobladillo de su vestido y
pasárselo por la cabeza, antes de declarar:
—El que llegue primero a la cama manda. –y sale corriendo de la cocina,
con ese culo glorioso rebotando arriba y abajo y un chillido divertido.
—¡Oye, tramposa! – Exclamo, y salgo corriendo tras ella. Cuando llego
al dormitorio está tirada en la cama, todavía riéndose, y me tiro en plancha
sobre ella, con cuidado de no aplastarla. –¡Has hecho trampa, gatita!
—¿He sido una gatita mala? -pregunta entre risas
—Una gatita muy, muy, muy mala, Violet –responde Kai desde la puerta
– Y mañana pagarás por ello. Pero esta noche… Tú mandas y nosotros
obedecemos.
Ruedo fuera de ella y me pongo de pie, entre Kai y Noah, de cara a la
cama y luego lo tres adoptamos la postura de firmes. Es gracioso ver como
nuestras pollas también se ponen en la misma postura. Firmes como un
soldado, duras y necesitadas.
Violet se apoya en los codos y nos examina durante un momento, antes
de retorcerse en la cama, frotando su piel sobre las sábanas de seda recién
puestas. Me dio un poco de vergüenza comprarlas con los chicos, pero ver
el placer de Violet merece la pena.
—Habéis cambiado las sábanas –exclama, pasando sus manos sobre el
material, y me alegra comprobar que el color entre crema y rosado se
parece lo suficiente a su piel. Es por eso que las compre, en realidad, porque
el color me recordaba a su piel y el material al tacto de la misma.
—Ha sido Ash –me delata Noah, y le fulmino con la mirada entes de
volver a mirar a nuestra chica.
—Pues me encantan. Ahora, por donde íbamos –posa su dedo índice
sobre su boca exuberante, que de alguna manera todavía lleva algo de ese
pintalabios rojo encima –Ah, ya me acuerdo. Camisas fuera, soldados –
ordena al final y los tres obedecemos al instante. Una vez que nos hemos
despojado de las camisas, volvemos a colocarnos en fila en posición de
firmes.
Tiene sus ventajas colocarnos así. Barbilla levantada, mirada al frente,
pies a 45 grados y estómago tenso, lo que marca nuestros abdominales. Veo
a Violet mirarnos y lamerse los labios. Sus pezones ya están fruncidos y un
ligero rubor sube por sus mejillas. Esta excitada. Se escurre hacia el borde
de la cama y se sienta derecha.
—Pantalones fuera, soldados –susurra y volvemos a obedecer al instante.
Somos soldados a fin de cuentas y sabemos seguir órdenes. El hecho de que
estas órdenes nos dejen desnudos a todos es solo una ventaja.
Volvemos a formar.
—Descansen soldados –le hecho un vistazo y veo la sonrisa pícara que
me lanza. Ha estado investigando para esto y está muy contenta de poder
poner en práctica lo que ha aprendido.
La posición de descanso también tiene sus ventajas. Con los brazos
detrás de la espalda se hinchan los bíceps y sé que nuestra pequeña
tramposa lo va a disfrutar. Sigo mirando al frente, cuando se levanta de la
cama y se pasea por la fila, recorriendo con un dedo nuestros pechos,
pasando por los pezones.
—Tengo que reconocer que ahora que tengo el poder no sé por dónde
empezar. – dice, mirando a Kai para buscar indicaciones, pero él se limita a
mirar al frente. No se lo va a poner fácil. –Muy bien. Hay algo que me he
estado muriendo por hacer desde la primera vez. Y con eso se arrodilla ante
Kai, y mete su polla tan profundo en su garganta que oigo las arcadas. La
primera noche también hizo eso mientras la estábamos follando. Esa vez
Kai puso su mano en la base de su polla para que no se atragante, pero
ahora estamos con las manos en la espalda y me doy cuenta de que lo que
quiere es probar hasta donde puede aguantar. Vuelve a hundirse sobre su eje
con entusiasmo, lamiendo y chupando, dando vueltas a la cabeza y
sosteniendo sus pelotas en su mano, rodándolas suavemente. LA frente de
Kai se perla de sudor y veo como aprieta sus manos en la espalda, lo que
solo marca sus bíceps y me hace querer lamerle.
Con un sonoro “pop” Violet le suelta la polla
—Sabía que podía tragármela entera. Tendré que practicar un poco lo de
las arcadas, pero puedo hacerlo –murmura, casi como si no fuera para
nosotros. De la polla de Kai sale una gota de líquido y gimo, lo que atrae la
atención de Violet hacia mí. Se desplaza por el suelo de rodillas, coge mi
polla con su mano y procede a metérsela en lo profundo de la garganta. Soy
más ancho que Kai, aunque diría que algo más corto, y trabaja sobre mi
polla hasta que consigue tragarla hasta la base. Cuando me tiene ahí,
levanta la mirada, me mira y traga un par de veces. Oh, sí. Una gatita muy,
muy mala. Nos está llevando al infierno hoy pero mañana será nuestro turno
y habrá venganza.
—Ves, solo es cuestión de practicar –dice cuando me suelta, luego da un
beso a la punta de mi polla como si hubiera sido una buena chica y se gira
hacia Noah.
No hay forma de que consiga meter ese monstruo en su boca, por muy
profunda que sea su garganta. Es largo, ancho, tiene venas por todas partes
y ese piercing no va a adaptarse bien a su garganta.
Y luego lo hace. Le toma algo más de tiempo, pero al final consigue
tener toda su puta polla en su garganta, aunque veo lagrimas salir de sus
ojos.
Oigo a Kai gemir y desvío mi mirada hacia el para atraparle mirando mi
polla que sí, está goteando ahora mismo.
—Bien, ahora que ya os tengo desnudos y listos... –hace una pausa
dramática –Noah, túmbate en la cama, por favor.
Cuando Noah esta tumbado en la cama apoyado en sus codos y con la
polla apuntando al cielo se acerca a la cama y se sienta.
—El jueves por la mañana fui a comprar. ¿Os acordáis? –pregunta y nos
miramos desconcertados por un momento, antes de asentir. –Fui al
supermercado y ya de paso, a mi médico, para asegurarme de que estoy
bien. Por un lado, me ha dicho que la prohibición de “actividades
extenuantes” ha sido levantada. Por otro lado, me he hecho una analítica de
sangre y de ETS[5]. Esta mañana me han dado los resultados, y estoy
completamente limpia. Y, ya que estaba, me puse un anticonceptivo de
efecto inmediato. –hace una pausa antes de seguir –Por lo que, si estáis
limpios, podríamos hacer todo tipo de actividades extenuantes sin riesgo de
embarazo y sin preservativos.
—Nos hicimos la prueba hace dos semanas, belleza. Estamos limpios. –
responde Kai después de gemir.
—¿Y la rubia? –pregunta Violet.
—Ni que fuéramos a permitir que nos toque sin condón –resopla Noah.
—Los besos no llevan preservativo, Noah –indica Violet.
—Tienes razón. Pero no besamos a esa chica. Era una follada que
recogimos en un bar y solo tenía un propósito.
—¡Oh! –exclama –¿Y cuál era ese propósito?
—Enseñarte lo bien que podíamos hacerte sentir, belleza. Todo eso fue
por ti.
—¡Lo sabía! –se regodea –Pero no podíais estar seguro de que iba a
mirar.
—Gatita, has estado mirando por la ventana de tu dormitorio todas las
noches desde que nos mudamos. Sabíamos que ibas a mirar.
—Y yo que me creía muy lista –suspira y luego sonríe –Claro que el
hecho de que sepáis que he estado mirando todas las noches significa que
vosotros también habéis estado mirando.
—Por supuesto que mirábamos, dulce niña. La diferencia es que somos
mejores y no te enteraste.
—¡Oh, me rindo! –se ríe y se tumba de forma que su cabeza se apoya en
el pecho de Noa. –Bien, volviendo a donde estábamos. Voy a tumbarme
aquí con Noah tranquilamente, mientras tu y Kai os besáis. Y quiero verlo
todo Kai. Enséñame lo mucho que lo deseas, como se siente su piel contra
la tuya, como se siente su polla en tu boca, su culo en tus manos. Quiero
que me enseñes como de caliente estás por él. Creo que necesitamos ver lo
importante que es para ti y lo mucho que lo amas.
Capítulo Diecisiete
Kaiden
La pequeña provocadora.
Mañana me voy a divertir muchísimo poniendo ese culo rojo.
Pero ahora mismo, me ha dado otra orden. Rompo filas y me enfrento a
Ash con algo de incertidumbre. He follado muchas veces con un hombre,
pero nuca he hecho el amor más que con Violet, por lo que me siento un
poco perdido.
¿Como le enseño lo importante que es para mí?
¿Dominando o dejando de hacerlo?
¿Haciendo lo que él me dice?
Decido empezar con un beso, y acerco su boca a la mía, pasando mi
lengua por sus labios. Su polla choca con la mía, y se me ponen los pelos de
punta por los muslos. Una cosa que sí sé hacer es demostrar lo mucho que
me gusta alguien físicamente, así que voy a ir con eso. Muerdo su labio
inferior y paso la punta de la lengua por el mordisco para aliviar el dolor.
Me froto contra él mientras le beso despacio, intentando verter todo lo que
hay en mi corazón en ese beso. Es lánguido, profundo y se me sube a la
cabeza en cuestión de minutos.
Las manos de Ash me aprietan el culo, y flexiono los músculos para su
placer y para acercarme más a él.
Mis manos se enredan en su pelo, y tiro un poco para añadir un poco de
presión a su cuero cabelludo. Gime en mi boca y se separa de mis labios
para tomar aire y susurrar:
—No me voy a romper Kai. Puedes tirar más fuerte. Me gusta duro y sé
que puedes dármelo.
—Duro, ¿eh? –pregunto.
—Duro Kai –asiente y rompo el control que estaba manteniendo sobre
mis actos. Estrello su espalda contra la pared y tiro de su pelo con fuerza
hasta arquear su garganta para proceder a marcarlo con mis dientes.
Gime y siento su polla sacudirse contra la mía. Bajo una mano y
envuelvo con el puño mi pene y el suyo, y procedo a masturbarnos a la vez.
—Kai, —gime Violet desde la cama –No veo. Quiero ver lo que le haces.
Quiero ver como os complacéis.
Me giro para mirarla y la encuentro tumbada de lado, con Noah detrás de
ella. La mano con tatuaje de Noah está metida entre sus muslos,
acariciándola lentamente. La otra mano esta cruzada sobre su pecho y va
tirando del pezón con la misma parsimonia.
—Si quieres ver, belleza, haced sitio en la cama.
En cuanto se desplazan a una de las esquinas de la cama y se
reacomodan, tiro de la polla de Ash como si fuera correa, y retrocedo hasta
que siento la cama en mis pantorrillas. Me siento y situó a Ash entre mis
piernas.
—¿Ves bien, belleza? –pregunto sin apartar la mirada del fuego en los
ojos avellana de Ash. –Me encantan tus ojos –le digo –Se si estas triste o
feliz porque cambian de color. Ahora mismo, es casi todo verde y nada de
marrón. Lo que significa que estas muy cerca del límite.
—Joder sí –gime –Casi ahí, Kai.
—También me gusta como pronuncias mi nombre cuando estas caliente
Ash. Ha estado en mi banco de azotes desde la primera vez que
compartimos a una chica y dijiste mi nombre.
Veo como su mirada se oscurece, el verde se hace más oscuro y su
respiración más pesada. No lo prolongo más, quiero probar a que sabe. No
queriendo reconocer que está será la primera vez que hago una mamada,
bajo la cabeza y paso la lengua por la punta de su polla, limpiando el pre-
semen que sigue goteando. Paso la lengua por la raja, y me arremolino
alrededor de la cabeza, mientras voy masturbándole con una mano y con la
otra sostengo sus pelotas y jugueteo con ellas.
No aparto la mirada de sus ojos y él tampoco lo hace. Gimo cuando su
sabor me golpea las papilas gustativas y el responde con su propio gemido
al sentir la vibración que he creado.
Mordisqueo el tronco hacia arriba y hacia abajo y dejo de jugar, metiendo
todo lo que puedo en mi boca. Me sorprende descubrir que no tengo reflejo
nauseoso, y puedo tragarlo entero, exactamente como hizo Violet antes.
Pero yo sé que él puede aguantarlo más duro y le doy exactamente eso,
caricias más bruscas, un poco de dientes y mientras tanto, mi mano deja sus
pelotas para dirigirme al ano.
Joder, necesito lubricante.
Me doy cuenta, pero no quiero dejar de chuparle, aunque debería hacerlo.
No sé si es Violet o Noah, pero de repente el bote de lubricante que
guardamos en la mesita de noche se encuentra abierto al lado de mi muslo.
No pierdo el tiempo y hecho un buen chorro antes de volver al culo de Ash
y empezar a frotar y juguetear con su entrada.
Ash gime más alto y se balancea hacia mi boca. Tiene las manos en
puños al lado de sus caderas, como si tuviese que frenarse físicamente para
no tocarme. Pero... quiero sentir sus manos en mi piel. Necesito que me
ancle al presente, que me recuerde que es a él a quien estoy complaciendo y
que yo también voy a encontrar solo placer aquí.
Como no quiero soltar ninguno de mis premios, me limito a echarme
hacia atrás aun chupando en lo profundo de mi garganta, lo que hace que
casi pierda el equilibrio y se agarre a mi hombro y a mi pelo. Ronroneo en
señal de apreciación y sigo preparando su culo para mí. Se que hace tiempo
que no se ha acostado con ningún hombre, al igual que yo y no quiero
hacerle daño.
Un par de tirones más fuertes en mi cabello me hacen mirarle, y que mi
polla gotee.
—Me voy a correr si sigues así Kai. –gime.
Le clavo la mirada y redoblo el ritmo. Meto un dedo y luego un segundo
en su culo y busco el punto que le va a hacer volar.
—¡Kai...! ¡Kai, me voy a correr…! –ignoro sus advertencias engullo su
polla hasta la raíz, meto un tercer dedo en su culo apretado y aprieto sus
pelotas con la otra mano, y él explota... La advertencia se convierte en una
letanía —¡Kai! Oh, Dios mío... Tan bueno Kai... Más... ¡Oh, joder, Kai...!
¡Kai! ¡Kai! ¡Kai! –grita hasta quedarse ronco y sus rodillas ceden,
dejándole sentado sobre el suelo, tembloroso, sudoroso y con su cara en mi
regazo, su mejilla rozando mi polla que también está goteando pre-semen.
Me lamo los labios, aun saboreando su semen y luego tiro de su pelo
hacia atrás, me inclino y le beso.
—Joder, Kai —gime –me has dejado sin huesos. Como se supone que
voy a follarte el culo ahora ¿eh?
—¡Si, si, si...! Oh, joder... ¡más fuerte Noah! –miro hacia la cama y veo a
Violet montar su propio orgasmo de la mano de Noah.
—Bueno, teniendo en cuenta que se cuál es tu tiempo de recuperación,
puedes dejar que te folle primero, y luego me destrozas. ¿Te parece?
—Oh, si... Sí, quiero sentirte en mi culo. Por favor. –se incorpora sobre
sus rodillas para darme otro beso y luego se sube a la cama y se arrastra por
ella hasta que su cabeza está a la altura del coño de Violet. –Pero creo que
necesitamos reorganizarnos un poco. Quiero comerte mientras me follan,
gatita. ¿Me dejas?
Violet abre las piernas de inmediato, y me rio de su entusiasmo.
—No, eso no va a servir –niega Noah. –esperad un momento. Se levanta
y recoge todas las almohadas de la cama y las pone contra el cabecero y
luego se recuesta en posición semi sentada y coloca a Violet a horcajadas
con la espalda pegada al pecho. –Mejor. Así yo puedo follarte y jugar con
tus tetas mientras Ash te come el coño y Kai se lo folla a él. Es una
situación de ganar-ganar para todos.
Me rio de su entusiasmo.
—Te voy a follar a pelo, niña dulce ¿sabes lo que significa eso? –gime en
su oído, y muerde el lóbulo de su oreja, para después pasar la lengua por su
cuello. –Significa que voy a sentir tu coño caliente ordeñarme y tú vas a
sentir mi piercing en todo su esplendor. ¿Estás lista?
Cuando Violet asiente la levanta sobre la punta de su polla y todos vemos
como la empala de forma lenta y cuidadosa. Nuestra chica gime de placer y
Ash menea el culo de forma inconsciente, pero que me recuerda que yo
también tengo una tarea.
Me pongo un preservativo y lubricante y luego me arrastro sobre Ash,
que esta con el culo en el aire y la cabeza enterrada entre las piernas de
Noah, chupando ya el clítoris de Violet.
Cubro su cuerpo con el mío, dando besos por toda su espalda y amasando
ese culo increíble y engreído que tiene. Separo los globos y observo su
entrada, que palpita. No puedo esperar más, así que me coloco de rodillas
detrás de él y le penetro poco a poco. Gime contra Violet y se aprieta a mi
alrededor y tengo que parar un momento para hacer retroceder el orgasmo
que ya me lame la columna vertebral. Respiro hondo un par de veces, y me
entierro por completo en su culo.
Y ya no puedo parar. Me vuelvo bastante salvaje, entrando con
empujones cortos y rápidos. Veo las tetas de Violet rebotar mientras se tira
de sus propios pezones, dado que Noah está demasiado ocupando
haciéndola rebotar sobre su polla como para atenderlos, y el estímulo visual
y auditivo se suma a lo que estoy sintiendo. Pero no quiero caer solo. Estiro
la mano y agarro la polla, ya rígida de Ash, obligándole a soltar un grito que
se mezcla con los de Violet, que también está cerca de correrse. Miro a
Noah a los ojos y su expresión también es tensa. Se está conteniendo por
Violet.
—Violet, tienes que correrte ya belleza, Noah apenas está aguantando
como está. Ash, si aprietas el culo así me voy a correr antes de que pueda
llevarte conmigo, y quiero sentir tu semen en mis dedos. Quiero escuchar a
nuestra chica gritar de placer y sentir que te estoy haciendo ver el cielo otra
vez antes de caer. –Violet empieza a maullar en el fondo de su garganta y
siento a Ash tensarse otra vez alrededor de mí polla, casi impidiéndome
moverme –Muérdele el clítoris Ash. Haz que se corra. Si, buen chico, —le
propino un azote en el culo –Eso es soldado... Córrete con ella Ash. ¡Oh...
Joder, joder, joder... ¡Aaaaash! –lo último que sale de mi boca es más un
aullido que otra cosa, pero el placer es demasiado.
El orgasmo empieza en mis pelotas, me recorre la espina dorsal y sale por
mi boca de forma incoherente. Me derrumbo sobre Ash, seguramente
aplastándolo, mientras mi polla sigue palpitando y el orgasmo sigue
rodando a través de todo mi ser.
Ash se estremece debajo de mí y hago un amago por levantarme.
—No te muevas Kai –me gruñe. Así que me quedo cubriéndole como
una manta, dándole besos tranquilos por el hombro y la espalda, hasta que
siento que suelta un suspiro y se relaja. – Gracias... Ha sido increíble...
—Gracias por no tirar la toalla conmigo –le susurro de vuelta – Te quiero
Ash. Solo para que lo sepas.
Mira por encima de su hombro y me guiña un ojo: —Yo también te
quiero Kai. Solo para que lo sepas.
Me levanto y tiro el preservativo en la papelera, y luego voy al baño y
mojo una toalla, con la que procedo a limpiar los restos de lubricante del
culo de Ash. Le doy un mordisco antes de levantarme, lo que hace que
suelte una risita de colegiala y le gana un azote.
Noah ha recolocado a una Violet casi dormida hasta que esta tumbada en
el centro de la cama, de espaldas a él.
—Vamos a dormir, chicos – susurra y se queda dormida casi en el acto.
Me tumbo en frente de ella, pasando un brazo por su cintura y espero que
Ash se acomode detrás de mí y haga lo mismo conmigo, antes de cerrar los
ojos y quedarme dormido.
Capítulo Dieciocho
Kaiden
Me despiertan besos húmedos en el cuello y una mano en mi polla que ya
esta dura.
Otro par de labios se arrastran por mi pecho y muerden un pezón, antes
de pasar la lengua por el otro.
Una erección prominente está empujando contra mi culo, y me meneo
contra Ash, para darle a entender que estoy despierto. Ayer le prometí que
le iba a dejarme follar por él, y la verdad es que no veo una mejor manera
de empezar la mañana.
La boca de Violet desciende por mi pecho hacia mi polla y abro los ojos
para ver a Noah en la misma postura en la que estaba ayer cuando nos
dormimos, acariciándose lentamente. Cuando ve que le miro comenta:
—Dado que tu culo va a ser follado en breve, creo que el de Violet debe
seguir el mismo destino.
—¡Oye! – protesta ella desde donde está jugando con mis pelotas. —¡Eso
no es justo!
—¿No? – pregunto —Ayer hiciste trampa, así que creo que un poco de
castigo es bastante justo. Y a ti te encanta que te follen el culo, belleza.
Violet apoya su cabeza en mi muslo y suspira, antes de asentir.
—Eso sí que es verdad. Parece que me gusta bastante que me folléis el
culo. –y luego me chupa con avidez.
—Lubricante –pide Ash y Noah se gira para rebuscar en la mesita de
noche, agarrando también un par de preservativos.
Se pone el suyo y luego le echa un generoso chorro de lubricante, antes
de pasárselo a Ash.
Siento las manos calientes de Ash en las mejillas de mi culo, y un
escalofrío me recorre la espalda. Violet suelta mi pene con un “pop” y mira
con curiosidad entre mis piernas. Ve los dos dedos que tengo metidos en el
culo y sonríe de forma perversa.
—Ash, lo que le estás haciendo a Kai le gusta mucho. Su polla está
goteando.
—Chivata, —le susurro antes de acercar su boca a la mía y darle un beso
pausado. Cuando gime en mi boca y se estremece me alejo y sonrió –Noah,
lo que le estás haciendo a Violet le gusta mucho. Sus pezones están tensos.
Me muerde el pezón con fuerza y lo que iba a ser una risa se convierte en
un gemido.
¡Joder! Me encanta verla así de juguetona, y me encanta esta ligereza que
siento ahora mismo. Pensé que la primera vez que Ash me follara estaría en
modo penitencia, pero esto… Esto es tan diferente a todo lo que he
probado…
Sus dedos siguen entrando y saliendo de mí, su boca esparce besos por
mis hombros y cuello, y Violet está retorciéndose en frente de mí con más o
menos la misma expresión en la cara que debo tener yo.
Noah finalmente considera que el culo de nuestra chica está listo y
subiendo la pierna femenina encima de su propio muslo, para mantenerla
abierta, procede a meter su monstruosa polla en su estrecho culo. Veo como
Violet se muerde la boca para no gritar, la veo respirar de forma irregular y
luego hecha la cabeza contra el hombro de Noah, cuando pierde la batalla
con su voz y suelta un maullido estrangulado.
Me encantan esos maullidos.
Mi propia respiración se acelera cuando siento la punta de la polla de Ash
sustituir sus dedos. Por un momento me tenso, esperando dolor, esperando
caer otra vez en ese patrón tan familiar cuando un hombre está detrás o
encima de mí. Pero solo siento a Ash deslizarse lentamente a casa. Solo
siento sus manos, una rodeando mi cintura y masturbándome lentamente y
la otra debajo de mi cabeza, para que pueda estar más cómodo.
Creo que todos se dan cuenta de que necesito un momento, porque se
quedan quietos. Tal y como estamos tumbados en la cama, Violet se acerca
a mí cara y la acaricia con suavidad, retirando un mechón de pelo de mi
frente.
—Eso es todo Kai. Me gustaría que pudieras ver la cara de Ash en este
momento. Es amor en estado puro y casi parece que no se puede creer que
por fin esté contigo de esta forma. Cuéntaselo, Ash. Dile como te sientes.
Creo que necesita escucharte hablar antes de seguir.
Ash deposita un beso suave en mi hombro y su mano se queda quieta
sobre mi polla. Cierro los ojos, asustado. No quiero que se retire. No quiero
que esto termine, no así.
Pero Ash no se retira. Simplemente se detiene para buscar las palabras y
luego empieza a moverse otra vez, con mucha suavidad, con dulzura, con
tanto amor que puedo sentirlo físicamente en mi piel, y ya no necesito las
palabras.
Aunque las recibo.
—Tiene razón, Kai. No puedo creer que por fin este dentro de ti, que me
estes dejando tocarte, tomarte y amarte de la forma más sencilla y primitiva
que puede haber. Sentir tu piel bajo mis manos, oler esa esencia que es todo
tu mezclada con el olor a sudor y sexo… Sentir como te aprietas a mi
alrededor, como tu respiración se hace más rápida… Estoy intentando
grabar esto en mi alma para que, si mañana me despierto y solo era un
sueño, pueda recordarlo para siempre. –su respiración se vuelve inestable y
apoya su frente contra mi hombro durante un momento y casi creo que
siento una lagrima caer, pero cuando habla no hay rastro de ello en su voz –
Te quiero, Kai. Te tengo grabado a fuego en mi corazón y moriré siendo un
hombre feliz solo por tenerte así ahora. Pero quiero mucho más. ¿Lo
entiendes? Lo quiero todo contigo. Y con Violet. Y con Noah. No me
entiendas mal Noah.
—No lo hago, compañero –susurra Noah sin pizca de humor
Abro los ojos y me encuentro con los de Violet, que están húmedos.
—Te quiero Ash. –suelto, y no es tan doloroso como pensaba que sería.
Así que lo vuelvo a intentar, esta vez con más sentimiento –Te quiero. No
soy bueno con las palabras, soy terco, tenaz y gruñón y me encanta
dominar. Pienso follarte hasta el olvido, poner ese culo igual de rojo que el
de Violet y quererte el resto del tiempo. Ahora, ¿te importaría moverte?
No responde, pero se mete dentro de mí de un empujón que pega sus
pelotas a mi culo, y suelto un grito porque no me lo esperaba.
—Oh, sí. Voy a moverme Kai. –y procede a follarme el culo exactamente
como dijo que haría.
Veo las tetas rebotantes de Violet en mi cara y alargo un poco el cuello
para atrapar un pezón y succionar. La mano de Noah está metida en su coño
y ella está gimiendo con su primer orgasmo de la mañana.
Ash me muerde el cuello y se vuelve a quedar quieto. Se que no se ha
corrido, aunque yo estaba bastante cerca de hacerlo.
Giro la cabeza ligeramente para mirarlo por encima de mi hombro y el
me devuelve la mirada.
—Creo que necesito que cambiemos de posición –me dice, y yo asiento.
Si me quiere de rodillas para poder aumentar la fuerza, la velocidad y la
profundidad, estoy a bordo con ello.
—Noah, ponte de espaldas y abre bien las piernas de Violet –ordena Ash
y no es lo que me esperaba.
Noah gira de espaldas, sin salirse del culo de Violet y coloca sus piernas
por fuera, dejándola abierta. Luego, abres sus propias piernas más. Ash se
sale de mi culo y gimo con decepción, y luego con sorpresa cuando el muy
idiota me da un azote. ¡A mí! Oh, lo que voy a divertirme cuando le ponga
las manos, y otras cosas encima.
—Quiero que te coloques con cuidado entre las piernas de Noah y metas
esa polla tuya en el coño de Violet. Luego, yo voy a meter mi polla en tu
culo.
—¿Estas jugando al trenecito? –le pregunto cuando capto lo que quiere.
—Versión modificada y mejorada, sí. – responde
—¿Que es el trenecito? –pregunta Violet con voz ausente, y me doy
cuenta de que no ha prestado atención a nuestra conversación
—Ahora lo verás, belleza –respondo, y me arrastro entre las piernas de
Noah, hasta llegar al cálido interior de nuestra chica. –Noah, si es
demasiado lo dices –advierto, pero solo se ríe.
—Soy el más grande de todos los presentes. Puedo aguantaros.
Violet me mira a los ojos y me acerco para darle un beso.
—Gracias por ver lo que necesitaba y pedirlo en mi nombre. Gracias por
aceptar esta locura sin asustarte y por quedarte con nosotros. Pero, sobre
todo, gracias por dejar que te amemos. Y no te equivoques, belleza, te
quiero. Al igual que quiero a Ash y no como quiero a Noah. –le doy otro
beso para sellar mis palabras en sus labios y luego me meto de un empujón
hasta el fondo de su coño, lo que hace que grite y que un espasmo
estrangule mi polla. Como ocurrencia tardía me doy cuenta de que la
monstruosa polla de Noah está en su culo y quizá no debería de haber sido
tan brusco.
Y luego siento a Ash detrás de mí y a su polla meterse otra vez en mi
culo, sin ninguna delicadeza esta vez, e igualo el grito de Violet.
Ash se ríe. Mañana, me vengaré de esto.
Pero ahora mismo, estoy disfrutando demasiado como para quejarme.
El coño de Violet está empapado y la polla de Noah en su culo hace que
se sienta aún más estrecho. Estar dentro de ella desnudo solo lo intensifica
todo. De alguna manera necesitaba estar dentro de Violet tanto como
necesitaba a Ash metido en mi culo para cerrar este círculo de ¿amor?
Reafirmo mis brazos a los costados de Noah y aguanto las embestidas cada
vez más rápidas de Ash, que básicamente nos está follando a todos a la vez.
En algún momento del futuro quiero hacer eso también. Noah sujeta a
Violet por la cintura con sus dos manos y sus tetas se balancean con cada
movimiento.
—Belleza, pon una mano en tu clítoris y frótalo. Eso es, buena chica.
Ahora ofréceme tus tetas cariño. Tendrás que asegurarte de que el pezón
esté en mi boca en todo momento.
Violet gime y hace lo que le he pedido. Una de sus manos se desliza entre
nosotros y siento como empieza a hacer círculos en su clítoris, lo que hace
que su coño ondule a mi alrededor. Por el gemido de Noah, entiendo que
también ha apretado el culo. Su otra mano levanta un pecho lleno y me lo
ofrece. Me engancho y empiezo a chupar y a morder sin ningún cuidado. Ya
sé que un poco de dolor le gusta, y no tengo la presencia de ánimo para
moderarme.
Ash aumenta el ritmo y siento como el calor sube por mi espina dorsal.
Mis pelotas están apretadas, mi polla está dura y voy a correrme en
cualquier momento, pero no quiero caer solo. Quiero llevarme a Ash a
Violet y a Noah conmigo, porque de alguna manera esto no es solo sexo.
Mis pensamientos se rompen cuando Ash me muerde el hombro.
Duro.
Por instinto mis dientes se cierran alrededor del pezón de Violet igual de
duro, y ella grita, rompiéndose conmigo y llevándose a Noah.
El orgasmo hace que mi culo se apriete, lo que inicia el orgasmo de Ash.
Suelta mi hombro y le oigo gritar de placer.
Ola tras ola del orgasmo más potente y placentero que he tenido en mi
vida me recorren. Sigo empujando dentro de Violet y hacia Ash de forma
espasmódica y gimo con la cabeza apoyada en el pecho de nuestra chica.
No sé cuánto tiempo pasa, antes de que Ash deposite otro beso en mi
hombro y por fin se retire fuera de mí, dejándome con una sensación de
vacío. Beso el corazón de nuestra chica antes de retirarme lentamente de
ella, y desplomarme de espaldas en la cama.
Ash se tumba a mi izquierda y pongo el brazo detrás de su cabeza, para
poder acercarle. Girando la cabeza le doy un beso lento y tranquilo y luego
susurro un “gracias”
Me responde con un “de nada” sin voz y apoya su cabeza en mi pecho.
Violet coge mi brazo derecho y lo pasa detrás de su cabeza,
acurrucándose sobre mí al igual que lo ha hecho Ash. Noah se sitúa detrás
de ella y volvemos a estar más o menos en la misma posición que cuando
empezamos.
Violet besa los labios de Ash y luego se relaja.
—Eso ha sido intenso –retumba Noah y todos asentimos en acuerdo
—Toca siesta ¿verdad? –pregunta Violet y todos asentimos en acuerdo.
Mi cerebro se desconecta, mi cuerpo está más relajado de lo que nunca
he estado y rodeado de las personas que más me importan, me duermo otra
vez.
Epílogo
Violet

Dos años después


Me miro en el espejo de cuerpo entero y por extraño que parezca, no
estoy nerviosa. Se supone que todas las novias t deben estar nerviosas el día
de la boda, pero yo no lo estoy. Lo único que siento es anticipación.
En la tranquila tarde de fuera, escucho a los pocos invitados llegar y
distribuirse por las sillas que se han instalado al borde del lago. Solo son un
par de amigos cercanos de los chicos que han venido para ser testigos.
Aliso el vestido blanco sobre mi cuerpo, y me giro de un lado a otro
admirando lo bien que le sienta a mi culo y a mis tetas. Los chicos se lo van
a pasar en grande quitándomelo. Jamás hubiera escogido este vestido de
novia para mí misma, pero tengo que reconocer que me queda genial.
Ash tiene eso, sabe elegir cosas que me hacen sentir sexy.
Es de corte sirena, lo que enmarca mi culo, con un profundo escote en
uve en la espalda y otro no tan profundo en la parte delantera. Lleva encajes
y tul que hacen que parezca casi indecente.
Alguien llama a mi puerta y luego veo a Ash entrar en la habitación.
Esta espectacular en su esmoquin blanco y quiero desenvolverlo ahora
mismo, pero me reprimo. Habrá tiempo para esto después.
Después de dos años de un idilio que al principio me asustaba, por fin
hemos decidido formalizar las cosas.
Esta tarde yo me caso oficialmente con Noah y Ash se casará con
Kaiden.
Y luego, de forma no oficial, intercambiaré votos con mis otros dos
chicos. Me hubiera gustado poder casarme con todos a la vez, pero las leyes
deben ser acatadas.
—Estas increíble Violet. Realmente espectacular, gatita.
—Gracias Ash. Tú también te ves bastante comestible.
—Si no tuviéramos que irnos ya, te dejaría comerme –me replica y luego
me ofrece su brazo para acompañarme al altar.
No tengo más familia, y me pareció bien que sea él quien me acompañe y
que yo le acompañe a él.
Se siente correcto.
—No dejes que me caiga Ash.
—No voy a dejar que te caigas, gatita. Pero, a cambio, tendrás que
asegurarte de que yo no voy demasiado deprisa. ¿vale?
—Si –respiro hondo y le sigo por la puerta para encarar mí futuro.

Asher
Violet es una visión increíble. Ha recogido su pelo en un moño sencillo,
que deja al descubierto toda la espalda y no lleva más joyas que el anillo de
compromiso que le compramos. Es sencillo de una manera muy engañosa.
No es una chica recargada, así que su anillo es una simple banda con tres
diamantes blancos. Fue el único anillo que nos gustó a los tres cuando
fuimos a comprarlo, por lo que significa para nosotros. Tres hombres
unidos por una mujer.
Nos paramos al final del pasillo que tenemos que recorrer y tengo que
tirar de toda una vida de disciplina militar para no salir corriendo hacia Kai
cuando le veo. Tanto él como Noah llevan un esmoquin negro que les queda
como un guante. En sus caras hay reflejadas unas sonrisas amplias, que se
borran en el momento en el que nos ven. Sus expresiones se vuelven
hambrientas y posesivas, y me relamo los labios. Con pasos lentos y
comedidos nos acercamos al altar, para declarar a quien quiere escucharlo
que nos querremos de aquí hasta que nos muramos.
Ayudo a nuestra chica a llegar sana y salva hasta los brazos de Noah y
me giro hacia Kai, que coje mis manos entre las suyas y las aprieta
ligeramente.
El pastor empieza a hablar, pero no escucho ni una palabra. Miro los ojos
oscuros de Kai que hablan mucho mejor de lo que siente por mí que
cualquier libro que tenga ese hombre.
Cuando llega el momento de los votos inspiro hondo antes de empezar.
—Eres la serenidad en un mundo que gira sin parar. Eres mi refugio
cuando fuera llueve, mi calor cuando fuera hace frio y mi agua fresca
cuando tengo sed. Haces que quiera levantarme todos los días y ser un
mejor hombre solo para ti. Prometo seguirte a donde quiera que vayas, y
tirar de ti cuando te encuentres perdido. Nada romperá estos lazos que nos
unen, porque se forjaron con acero. Luchare a tu lado y dormiré a tu lado,
porque no puedo imaginarme un mundo en el que no estes a mi lado. Te
prometo amarte de todas las formas que necesites ser amado, y prometo que
tus tormentas no me van a asustar. Con este anillo yo, Asher Oliver Rivera,
te elijo a ti, Kaiden Marcus Acothley, y prometo seguir eligiéndote todos
los días de mi vida.
Deslizo la alianza de titanio en su dedo anular.
—Eres lo que nunca espere encontrar donde nuca espere encontrarlo.
Eres el hombre que quiero a mi lado todos los días y haces que mi vida sea
mucho más fácil y feliz con solo estar en ella. Prometo envejecer a tu lado
porque no hay nada más grande en mi vida que mi propósito de hacerte
feliz. Con este anillo, yo Kaiden Marcus Acothley, te elijo a ti, Asher Oliver
Rivera, y prometo seguir eligiéndote todos los días de mi vida.
Con esto desliza una alianza idéntica a la mía en mi dedo y siento su peso
anclarme al mundo. Ya no estoy solo, aunque eso ya lo sabía. Pero ahora ya
es oficial.
Kai se inclina y me besa y todo el mundo estalla en risas, cuando el
pastor se aclara la garganta y le reprende:
—Todavía no toca, hijo.
—Ya, pero yo no me aguantaba más –responde Kai con descaro y me río.
Este hombre me va a volver loco y me va a encantar cada segundo de
ello.

Noah
Veo a Violet y a Ash avanzar por el pasillo y sonrío como un idiota. Esta
espectacular, pero eso no es nuevo. Esa mujer nos traía a todos de cabeza
antes de acostarnos con ella y sigue haciéndolo dos años después, con la
única salvedad de que ahora nos conoce y sabe hacerlo mucho mejor.
Ash me entrega su mano, apretando la mía en el proceso y me hundo en
ojos cálidos y risueños de Violet cuando ella se gira hacia mí. Yo estaba
dispuesto a hacer esto el momento en el que la vi de rodillas al lado de su
casa, pero la espera ha merecido la pena.
Dos años de vivir juntos nos ha ayudado a crecer a todos. Somos mucho
más maduros, más asentados y sabemos mejor lo que queremos y como
conseguirlo. Es decir, sabemos mucho mejor exactamente como queremos
follar a Violet y la mejor manera de conseguirlo.
—Deja de pensar en guarradas, Noah. –me susurra y yo solo me río. No
hay forma y ella lo sabe, porque pone los ojos en blanco, pero veo la sonrisa
que juega en su boca.
Esperamos pacientemente a que Ash y Kai intercambien sus votos y que
el pastor se gire hacia nosotros, repitiendo las mismas chorradas que ha
dicho hace nada. Estoy pensando en el nuevo anillo de triple bola que he
comprado para sustituir la actual argolla sencilla del Apadravya y en el
placer que va a darle a Violet. También estoy pensando en la idea de dejar
que alguno de los chicos me introduzca en el sexo anal, porque, bueno...
Verlos hacer el amor o follarse mutuamente es sexy, y sé que Violet también
disfruta del anal, así que seguramente durante nuestra luna de miel lo
comente, y a ver que sale.
A fin de cuentas, ya los quiero a todos, aunque no sea exactamente el
mismo tipo de amor.
¿O sí lo es?
El sacerdote se calla por fin y procedo a recitar mis votos a Violet.
—Gracia por construir una vida tan perfecta para nosotros. Con este
anillo yo, Noah Thompson Evans, te elijo a ti, Violet Vernon, y prometo
seguir eligiéndote todos los días de mi vida. –no hay nada más que quiera
decir, la verdad, así que deslizo la pequeña alianza de titanio en su dedeo
anular.
Miro su cara y veo solo amor y aceptación ahí.
—Dado que tú has sido escueto con tus palabras, voy a utilizar tu tiempo
también, así que, si esto sale demasiado largo, es culpa tuya. –indica y me
rio –Eres exasperante, bruto, basto hablando y cuentas unos chistes
horribles. Pero eres el hombre más blando y dulce que he conocido. Me das
fuerza cuando yo flaqueo, me animas cuando decaigo y siempre puedo
contar contigo para cualquier travesura. Me has demostrado una y otra vez
que pase lo que pase, estarás aquí para mí. Poder unirnos hoy es algo que no
esperaba, no pensé que podría encontrar o merecer esta clase de amor y
prometo devolver todo lo que me dais por duplicado –Pasa al plural sin
darse cuenta, lo que solo me alegra. Creo que todos merecemos escuchar
los votos de Vai y no quiero pretender que son solo para mí –Me habéis
dado una casa, que prometo convertir en hogar, me habéis dado risas, que
prometo convertir en alegría, me habéis dado confianza en mi misma,
seguridad en vosotros y protección contra el mundo. Os devolveré amor,
devoción y un puerto seguro para las pesadillas. No me imaginaba teneros
en mi vida y ahora no me imagino no despertarme a vuestro lado todos los
días. Lo que siento por vosotros es tan grande que no tengo palabras para
explicarlo, así que no lo voy a intentar. Seguiré demostrándolo día a día. –
su mano tiembla ligeramente en la mía, así que la aprieto un momento y me
lo agradece con una sonrisa antes de ir directa a lo que necesito escuchar
ahora mismo –Así que, con este anillo yo Violet Vernon, te elijo a ti, Noah
Thompson Evans, y prometo seguir eligiéndote todos los días de mi vida.
Desliza mi propia alianza en mi dedo, sonriéndome.
El predicador cuenta algo más, pero solo estoy pendiente de una cosa.
En cuanto escucho la palabra “besarse” me lanzo a por la boca de Violet
para sellar nuestra promesa.
Amo a esta mujer y me muero de ganas de pasar lo que nos queda de
vida juntos.

Kaiden
En el momento en el que el predicador dice “Pueden besarse” cojo a Ash
de las solapas de su esmoquin y le beso otra vez. Me da igual que el resto
de los chicos de la unidad estén mirando, me da igual todo, menos besar al
hombre que quiero.
Para cuando le suelto hay unos cuantos silbidos y risas en el aire, y Ash
tiene la boca roja y las mejillas sonrojadas.
El predicador se ha ido, como estaba previsto, y nos acercamos a Noah y
Violet, que siguen besándose.
Le doy un codazo a Noah y él la suelta a regañadientes.
Esta parte de la ceremonia es solo para nosotros, y para nuestros amigos,
porque realmente no es legal.
Violet me mira y coge mis manos.
—Kai, eres paciente, severo y deliciosamente perverso. Haces mi
corazón latir y por eso te quiero. Con o sin anillo, te elijo, Kaiden Marcus
Acothley, y seguiré eligiéndote el resto de los días de mi vida.
Las palabras son lentas, deliberadas, y me calan hondo. Respiro y repito
casi lo mismo:
—Violet, eres lo que no sabía que necesitaba y sin lo que no puedo vivir.
Con o sin anillo, te elijo, Violet Vernon, y seguiré eligiéndote el resto de los
días de mi vida.
La beso, porque no hay nadie que pueda impedírmelo. Me gustaría ser
exhaustivo, pero me conformo con un beso profundo y rápido y la suelto
para que pueda girarse hacia Ash.
—Ash, eres divertido, tramposo y tienes muy buen gusto para elegirme
ropa. Haces que la alegría inunde mi alma todos los días, y por eso te
quiero. Con o sin anillo, te elijo, Asher Oliver Rivera, y seguiré eligiéndote
el resto de los días de mi vida.
Ash aprieta las manos de nuestra chica con las suyas y la mira mientras
responde con sus propios votos.
—Sabes de sobra todo lo que hay en mi alma, por lo que no voy a
repetirme. Además, cuando antes terminemos, antes podré besarte. Así que,
con o sin anillo, te elijo, Violet Vernon, y seguiré eligiéndote el resto de los
días de mi vida.
No pierde el tiempo en besarla, doblando su espalda hacia atrás y
devorando su boca. Me coloco hombro con hombro con Noah y los miro.
—Con o sin anillo, te elijo a ti, Noah Thompson Evans, y prometo seguir
eligiéndote todos los días de mi vida. Aunque no implique sexo –le digo en
voz baja y sin mirarle. Esta ceremonia no se siente completa hasta que no le
digo las palabras. Y me doy cuenta de que también le quiero a él. Claro que
sí, joder. Es un hombre increíble.
—Con o sin anillo, te elijo a ti, Kaiden Marcus Acothley, y prometo
seguir eligiéndote todos los días de mi vida. Aunque puede que al final
implique sexo. –me responde y me giro para ver cómo me guiña un ojo y
reacomoda su impresionante erección en sus pantalones.
Joder.
Me acaba de dejar sin palabras.

Violet
Ash me besa hasta que estoy mojada y desorientada y luego se aparta,
para encararse a Noah.
—Con o sin anillo, te elijo a ti, Noah Thompson Evans, y prometo seguir
eligiéndote todos los días de mi vida. –le dice en voz baja y me quedo
mirando, porque no sabía que iba a hace eso –No me mires así Violet, Kai
ya se lo ha dicho, pero estabas demasiado ocupada para prestar atención.
—¿Y de quien es la culpa? –pregunto, molesta. Me hubiera gustado
verlo.
—No te enfades, gatita. Lo verás en el video de la boda.
Bueno, en eso tiene razón.
—Con o sin anillo, te elijo a ti, Asher Oliver Rivera, y prometo seguir
eligiéndote todos los días de mi vida. – responde Noah y luego me deja
boquiabierta cuando coje a Ash por el cuello y le planta un beso en la boca.
No es lento, no incluye lengua, pero es sexy como el infierno.
—¿Hemos terminado? –les pregunto
—Yo diría que sí, belleza –responde Kai y le agarro de la mano.
—En ese caso, ¿podéis, por favor llevadme a nuestra cama y folladme
todos a la vez o por separado.

Fin
Acerca Del Autor
Nina Valentine vive en un piso con un gato y su marido. Le gustan las
mañanas soleadas acompañadas con un café y un libro.
Sigue pensando que algún día madurará y se tomará la vida más en serio,
pero no parece que vaya a ser pronto.
Mientras tanto, sigue escribiendo libros perversos y disfrutando del
chocolate.
[1] Juego de palabras: En inglés “seal” es foca
[2] Apadravya: es un piercing atraviesa el glande y está diseñado para alcanzar el punto G de las
mujeres. Algunos lo describirían como un vibrador de punto G personal.
[3] -Stan países como Afganistán, Kazajistán, Tayikistán.
[4] Eyaculación femenina
[5] Enfermedades de transmisión sexual

También podría gustarte