Está en la página 1de 34

1

Personas Mayores, Uso de las Redes Sociales Digitales y el Envejecimiento Activo en

la Población de la Región Metropolitana de Chile.

Proyecto de investigación en Psicología

Autores:

Andrea Leal

Eduardo Silva

Maria Pacheco

Universidad Santo Tomás

Facultad de Ciencias Sociales y Comunicaciones

Escuela de Psicología

Docente guía: Ricardo Silva

14 de noviembre del 2023


2

Índice

Antecedentes del problema..................................................................................................3

Relevancia............................................................................................................................7

Justificación.......................................................................................................................10

Pregunta de investigación..................................................................................................11

Objetivos............................................................................................................................11

Objetivo general.............................................................................................................11

Objetivos específicos.....................................................................................................12

Marco Teórico...................................................................................................................12

Geriatría y psicogeriatría, modelo médico.....................................................................12

Gerontología y psicogerontología, mirada bio-psico-social..........................................14

Envejecimiento activo....................................................................................................19

Marco metodológico..........................................................................................................21

Enfoque, tipo y diseño de la investigación....................................................................21

Muestreo: Casos tipo......................................................................................................24

Instrumento, técnica de recolección de datos.................................................................24

Criterio de rigor:.............................................................................................................26

Procedimiento y consideraciones éticas:........................................................................27

Análisis de la información:............................................................................................28

Referencias........................................................................................................................30
3

Antecedentes del problema

La forma en que, en la década pasada, se comunicaban las personas ahora es impensable,

y todo ello gracias a las tecnologías que ofrecen oportunidades de poder estar conectado por

medio de redes sociales digitales, bien sea por motivos laborales, familiares o cualquier otro.

Vivimos en un mundo donde el uso de estas es fundamental, sin embargo, este hecho es

percibido y vivenciado de formas diferentes, en las personas y particularmente en los rangos

etarios de la población.

El presente estudio se centra en la población de personas mayores, el cual se enmarcará

desde la edad de 65 años en adelante, sin caer en categorizaciones, como menciona Fernández-

Ballesteros (2016) respecto a la vejez, no existe una forma clara de precisar su inicio.

Se pretende comprender el fenómeno con altos niveles de consciencia sobre las

características de esta edad evolutiva para desmitificar los estereotipos que generan la

concepción de que los adultos mayores son personas en edad de retiro que solo deben guardarse

para esperar el final de la vida (Hernández et al., 2021).

Según las Organización de Naciones Unidas (ONU) este grupo está aumentando con

rapidez, y se espera que se llegue a duplicar para el año 2050. A propósito de lo referido, la

Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe sobre envejecimiento y salud mundial,

establece que el porcentaje de adultos mayores en proporción de la población mundial pasó de

9,2% en 1990 a 11,7% en 2013, y alcanzará el 21,1 % en 2050 (2015).

En Chile, de acuerdo con el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), hay 2,6

millones de personas sobre 60 años, equivalente al 15,6% de la población. En el país, la

esperanza de vida es de 82 años para las mujeres y de 77 años para los hombres (SENAMA,

2012), y para el 2025 se espera que la población mayor de 60 años constituya un 20%, lo que
4

superará el porcentaje de población menor de 15 años (Campos, Herrera, Fernández &

Valenzuela, 2014), los datos entregados por el Instituto Nacional de Estadística de Chile (INE)

(2019), también lo afirman al mencionar que Chile está frente a una población que envejece de

forma acelerada.

Esto expone que el envejecimiento es una tendencia importante, en especial en las

sociedades occidentales (Niehaves y Plattfaut, 2014). Los países que presentan contextos de

envejecimiento acelerado, una de las problemáticas sociales y de salud prioritarias, entienden el

fenómeno de la dependencia de los adultos mayores en distintos ámbitos, no solo el de la

enfermedad (Superintendencia de Salud de Chile, 2008).

De modo que el envejecimiento, es concebido como un proceso que experimentan los

individuos y puede ser visto desde varios enfoques, entre ellos están el biológico, psicológico y

social (Alvarado y Salazar, 2014). Para el profesor Thomae (1982), la vejez es un destino social,

puesto que son las características de la sociedad las que condicionan tanto la cantidad como la

calidad de vida. Peter Thownsend, citado por Barros (1993) plantea algo similar cuando sostiene

que la situación actual de dependencia de los ancianos ha sido creada por la política social, una

política social en muchas ocasiones no publicada.

En concordancia, Chawla (1988) afirma que los ancianos no siempre son dependientes a

causa de su decadencia física, sino que lo son frecuentemente debido a la forma cómo son

categorizados socialmente y a las presiones que se ejercen sobre ellos.

Como se ha descrito anteriormente, desde tiempos remotos este colectivo ha sido

percibido por la sociedad con una visión reducida y condicionada, pero a pesar de esto, estudios

recientes muestran que existe un abanico de posibilidades por descubrir en este grupo etario, que
5

van desde su mundo relacional y vivencial, hasta factores cognitivos y biológicos en pro y

beneficio de estos.

Por lo cual, las capacidades para aprender, crecer y tomar decisiones están muy

vinculadas

a la autonomía, la dignidad, la integridad, la libertad y la independencia de los adultos

mayores (Aguilar y Vega, 2020).

De esta manera, se pretende indagar en la interacción que actualmente tiene esta

población con el fenómeno de las redes sociales digitales.

Algunas investigaciones como la realizada por la Superintendencia de Salud de Chile

(2008), menciona que en los últimos cuarenta años más o menos se han identificado varias

razones por las cuales los adultos mayores utilizan los medios para la información, el

entretenimiento y la utilidad social, incluyendo la comunicación social con los demás en la

sociedad y los nuevos contactos sociales.

Asimismo, Condeza et al. (2017), menciona en su estudio que entre los principales

intereses de los adultos mayores para usar internet está buscar información sobre salud. De

hecho, (44,6%) de la muestra prefiere internet como medio para informarse sobre salud y

bienestar, doblando en porcentaje a su competidor más próximo, los diarios o revistas (22,3%) y

superando ampliamente a la televisión (18,1%). Además de esto, existen razones afectivas

ligadas a las preferencias en el uso de tecnologías, ejemplo de ello son las relaciones

generacionales entre abuelos y sus nietos que también explican la adopción de nuevas

tecnologías y motivan a la comunicación. Igualmente, los dispositivos pueden contribuir a crear

vínculos de solidaridad entre generaciones (Sánchez y Díaz, 2012).


6

En cuanto a la percepción que tienen las personas mayores sobre el uso de redes sociales

digitales, el estudio abordado por Grandon et al. (2019), afirma que, los adultos mayores que más

utilizan las redes sociales son los que confían en sí mismos, lo que les permite percibir que es

fácil de usar. Considerando que, además impactan positivamente en el bienestar psicosocial,

económico y de ocio, dado el aumento de la población en este grupo etario en particular en Chile

(Amuch, 2017). De hecho, uno de los facilitadores del uso de las redes sociales digitales es la

experiencia de vida con personas que las usan, por lo que es importante estimular el aprendizaje

de su uso mediante la interacción con otras generaciones, en la familia o el trabajo (Encuentra et

al., 2013).

En torno a los beneficios en el uso de las redes sociales digitales, se ha demostrado que es

especialmente en la vejez donde éstas ofrecen relevantes oportunidades para la mejora de

procesos psicológicos (Aldana et al., 2012; Elosua, 2010). Esas opciones favorecen los

aprendizajes significativos y, por consiguiente, su implementación podría motivar efectos

positivos en las personas mayores, tal como informa el Centro Internacional sobre el

Envejecimiento (CENIE, 2018) promueven habilidades cognitivas mejoradas, disminución de la

soledad, entretenimiento y nuevas oportunidades.

Sin embargo, el aspecto más relevante para varios autores sigue estando asociado a las

brechas preexistentes, en especial en el nivel educativo (Agudo Prado et al., 2013); también el

contacto previo con las tecnologías digitales en los últimos años laborales, asociado con la

llamada brecha gris (Barrantes y Cozzubo, 2015) entre los adultos de 65 a 74 años y aquellos de

mayor edad.

La razón por la que algunos estudios advierten que el porcentaje de personas mayores

inmersas en las tecnologías de comunicación o redes sociales digitales es muy bajo, sucede por
7

miedo y desconocimiento de cómo utilizar las herramientas de comunicación que nos brinda

Internet (Cataldo y Muñoz, 2013).

La brecha digital es más evidente entre los grupos de las modernas sociedades. En este

sentido, los adultos mayores conforman un colectivo con riesgo de exclusión o aislamiento

(Querol, 2012; Fernández García, 2011).

Entre las barreras o limitación para el uso de estas plataformas, Barrantes y Cozzubo

(2015), hacen referencia a una fuerte y constante falta de familiaridad con los recursos en línea,

lo que ha llevado a una clasificación o asimilación de los adultos mayores como personas

“tecnofóbicas” y su consecuente estigmatización. Agregando a lo anterior, el Centro de

Investigación Pew Research, en Estados Unidos, afirma que “hay más de 39 millones de usuarios

de Facebook, Twitter y Skype que superan los 65 años” (Rubí, 2019, p. 182). Con respecto a la

accesibilidad en Facebook, la Universidad Nacional de la Patagonia Austral realiza estudios

considerando propiedades ligadas a la calidad y usabilidad de estos medios, con el objetivo de

evaluar la experiencia del usuario manifestando que: “la falta de conocimiento sobre algunas

funcionalidades específicas de la red social, dificultades al subir imágenes y falta de práctica son

barreras de uso” (Miranda et al., 2014, p. 132). En ese mismo contexto, Aquino (2017),

menciona que Facebook les gusta porque les permite mantenerse vinculados a intereses y

aficiones porque es una red que facilita las relaciones intergeneracionales. También la Revista

Comunicar, realizó un estudio y planteando los siguientes resultados: el 51,2% de los mayores de

la muestra había utilizado una red social, de los cuales, el 77,6% tenían creado un perfil. El

44,1% tenían perfil en una sola red, el 14,2% en dos y 5,1% en tres. […] el 93,1% usaba

Facebook, el 26,7% Twitter y un 22,7% usaba otras redes sociales” (Peral et al., 2015).
8

Relevancia

Toda esta bibliografía preliminar permitió descubrir una serie de beneficios y barreras en

relación con la accesibilidad en el ambiente social y físico, como en la percepción, subjetividad e

interrelaciones que se dan en la población de personas mayores en torno a las Redes Sociales

Digitales. En tal sentido Rook (2015) plantea que estas, pueden ser una fuente de bendiciones

mezcladas, pues es un ejercicio que los adultos mayores no están acostumbrados a ejercer, pero

de igual forma necesitan ser vistos como personas partícipes de una sociedad. Además,

actualmente son pocas las redes sociales digitales destinadas a los adultos mayores y por tal

motivo, los sitios web podrían empezar a considerar en serio a los usuarios senior y crear

herramientas pensadas para esta población (Admin, 2019).

Lo que es más interesante, se ha descubierto que muchos adultos mayores se arrojan a la

aventura que experimentan en las diferentes redes sociales (Aquino, 2017). Estos resultados

permiten dar cuenta de que “no existen dudas acerca de que Internet y la Web no sólo significan

un gran avance tecnológico, sino que también un cambio cultural, que correctamente adaptado

puede contribuir a la inclusión social de los adultos mayores” (Cardoso et al., 2017, p. 16).

Cabe destacar que, la ubicuidad de los medios digitales en las vidas de los niños y los

adultos es una oportunidad importante, y que ha sido desaprovechada para el contacto

intergeneracional (Sánchez, 2015). Encuadrar la tecnología desde la perspectiva de la

implicación intergeneracional nos ha llevado no sólo a prestar atención a formas creativas,

eficaces y positivas, en las que se utiliza la tecnología para las generaciones, sino que también

hemos sido más conscientes del potencial de la tecnología para demarcar la auténtica

comunicación intergeneracional, además del entendimiento significativo entre generaciones

(Canedo et al., 2014).


9

El año 2020 fue un hito en el estilo de vida de las personas, debido a las medidas estrictas

de sanidad. El aislamiento y la interacción mínima originaron que adultos mayores, sus

cuidadores y familiares tuvieran poco o nulo contacto humano (Ruvalcaba et al., 2022). En esta

misma línea, las investigaciones muestran que el aislamiento social en personas de 60 años o más

se ha convertido en un factor de riesgo ante el desarrollo de enfermedades y discapacidades

(Monforto, 1998). En tal momento histórico de pandemia mundial, profundizar en la relación

entre el entorno social y el bienestar emocional de los adultos mayores es determinante para

minimizar el impacto negativo de la ausencia de contacto social, la aparición de emociones

negativas de soledad, miedo y desesperanza propios de este escenario (Hernández et al., 2021).

De las evidencias anteriores, es relevante exponer los resultados del estudio

Intergenerational Computing de Coppola (2012), en el que los estudiantes recibieran la

formación teórica y práctica necesaria para enseñar a las personas mayores a usar las

Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), por medio de dispositivos móviles y

plataformas de juego.

Los resultados constaron de una mejora en el bienestar, la autoestima de los adultos, del

funcionamiento cognitivo y de la adquisición de conocimientos informáticos; al tiempo en que

redujeron los niveles de estrés y aislamiento.

Todo lo anterior muestra la necesidad e importancia de aportar una visión integradora que

no desplace a la población de personas mayores y, en lugar de esto, involucre un modelo

biopsicosocial, centrado en la complejidad de este fenómeno, con la finalidad de promover su

bienestar y calidad de vida. Sobre lo mismo, Fernández Ballesteros y Corraliza (2004) afirman

que la forma de envejecer depende en buena medida del lugar donde se vive y de la estimulación

psicosocial que se recibe. Envejecer activamente está supeditado a múltiples factores y uno de
10

ellos, que a menudo no es considerado, es el papel que desempeñan los entornos en que vivimos,

los cuales pueden facilitar o dificultar la vida diaria, a su vez Browne (1994), afirma que la

calidad de vida depende de factores externos, que son interiorizados por el individuo. Por lo

tanto, las redes sociales digitales son integradoras de una persona con su entorno social (citado

en Montes de Oca, 2005).

Pensando en esta última afirmación, desde una perspectiva amplia y comprensiva sobre

las personas mayores, se estima pertinente abordar la investigación sobre el envejecimiento

activo y el uso de las redes sociales digitales desde la gerontología y su subdisciplina la

psicogerontología, “dado que su enfoque multidisciplinar y su perspectiva bio-psico-social, se

considera clave para lograr uno de los más grandes objetivos de la humanidad: envejecer de la

mejor manera posible” (Mendoza y Cantero, 2022).

A diferencia del modelo de la dependencia, el envejecimiento activo supone la

contribución e inclusión transversal de las personas mayores a la sociedad no solo en el ámbito

laboral (Eurobarometer, 2012).

Como se ha dicho, Internet emerge como un gran apoyo para el envejecimiento en

múltiples áreas, por lo tanto, debe considerarse en el desarrollo de las políticas, en las actuales y

futuras sociedades.

Justificación

Dentro de este marco, la presente investigación pretende ser un aporte al estudio del

envejecimiento, la percepción y los beneficios que tienen las personas mayores al interactuar

activamente con las redes sociales digitales, teniendo en cuenta que ambos son un fenómeno que

precisan ser estudiados, dado el aumento progresivo de la población y la masificación y


11

evolución de las redes sociales digitales. Además de resaltar la oportunidad de generar

intercambios generacionales, que puedan contribuir creando y fortaleciendo los vínculos

afectivos, familiares y sociales, la adaptación a los cambios también promueve ambientes

saludables, estimulantes y co-constructivos.

Por lo cual, es imperante que la apropiación tecnológica se conciba trascendiendo usos y

beneficios concretos para constituirse en un facilitador de la integración de las personas mayores

como sujetos activos, ciudadanos, agentes de cambio y participantes, en una sociedad que se

enriquece con el intercambio entre las distintas generaciones (Casamayou et al., 2017). El

reconocimiento de las investigaciones expuestas, por lo tanto, advierte sobre la necesidad de

abordar la naturaleza de este fenómeno desde una mirada cualitativa, que contribuya a

comprender las experiencias, creencias, percepciones y comportamientos implícitos de este

grupo etario frente al uso de las redes sociales digitales.

Pregunta de investigación

Teniendo una noción más clara sobre los diferentes antecedentes que conformarán esta

investigación, nos planteamos la siguiente interrogante orientada a describir, desde un carácter

explicativo e interpretativo:

¿Cuáles son las percepciones y creencias que motivan el interés de los adultos mayores

de la Región Metropolitana de Chile frente a la utilización de las redes sociales digitales?


12

Objetivos

Objetivo general

 Interpretar las motivaciones que presentan los adultos mayores de la Región

Metropolitana de Chile frente a la utilización de las redes sociales digitales.

Objetivos específicos

 Identificar las percepciones de los adultos mayores de la Región Metropolitana de

Chile frente a la utilización de las redes sociales digitales.

 Describir cuáles son las motivaciones que propician el interés de los adultos

mayores de la Región Metropolitana de Chile a utilizar las redes sociales digitales.

Marco Teórico

Geriatría y psicogeriatría, modelo médico.

Según Romero (2007), la Geriatría, como rama de la Medicina, y la Gerontología, se

ocupan de la prevención, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades en las personas

mayores, entienden que en el individuo los cambios físicos, fisiológicos, bioquímicos y

estructurales ocurren a causa del envejecimiento. La Geriatría nace a principios del siglo XX y se

valida progresivamente a lo largo de las décadas siguientes, siendo hoy una sólida especialidad

de la Medicina.

En Geriatría, la funcionalidad, es decir, la capacidad de ser independiente en los roles y

tareas necesarias para la supervivencia, y la relación con el entorno social son los indicadores de

salud más importantes (Briseño, 2019).


13

Tal como se menciona, esta disciplina se centra en patrones esperados, asociados a la

norma y a la detección y tratamiento de enfermedades, por lo que representa una perspectiva

homogeneizadora y universalista, dado que asume que todos los organismos se desarrollan de la

misma forma. Calenti (2010) indica que la expresión del anciano frágil hace referencia a un

estado de la persona como consecuencia de una afectación multisistémica, donde la capacidad de

reserva frente a agresiones externas está disminuida, por lo que ante cualquier agente agresivo

externo la probabilidad de verse afectado se incrementa.

De la mano del modelo médico de la Geriatría, nace la subespecialidad de la

Psicogeriatría, la cual estudia la patología psiquiátrica que surge en las personas mayores y, en la

actualidad, también se hace cargo del envejecimiento de personas con diagnósticos de patologías

aparecidas en edades previas, así como de las personas, portadoras de trastornos del

neurodesarrollo, que envejecen (Fernández-Ballesteros, 2016).

La Psicogeriatría, tal y como menciona Pelegrin (2009), es una disciplina básica para

todos los proveedores socioeconómicos y especialmente para los médicos y los trabajadores de la

salud que se dedican enteramente al cuidado psiquiátrico de la vejez, caracterizada por su

orientación comunitaria y un enfoque multidisciplinario de valoración y tratamiento.

Esta perspectiva se asocia al déficit y declive, es decir, centrada en la enfermedad, lo

normal o anormal. Sin embargo, la normalidad del funcionamiento psicológico en el proceso de

envejecimiento tiene muchas limitaciones, desde la selección de individuos con un

funcionamiento psicológico normal, su seguimiento, con la posibilidad de aparición de procesos

patológicos intercurrentes, así como la delimitación de lo que se considerará esperable para esta

etapa (Burin, et al., 2013). “Desde esta fundamentación consideramos que la Psicogeriatría por

definición es campo Monodisciplinario” (Zarebski, 2007, p. 3).


14

Además, abarca no sólo el abordaje de las enfermedades psíquicas que presentan

características preferentemente de la vejez (demencias, delirium, trastorno delirante, entre otros),

sino que toda patología psíquica que pueden padecer las personas mayores (Zarebski, 2015).

Sin embargo, es preciso destacar el necesario enlace que se requiere entre la Geriatría y la

Psiquiatría, para enfrentar de manera adecuada la atención de las personas mayores con patología

psíquica, despierta cada cierto tiempo la controversia acerca de si la Psicogeriatría debiera ser

una subespecialidad de la Psiquiatría o de la Geriatría (Asociación Mundial De Psiquiatría

[AMP], 1997).

De tal manera, las personas mayores han sido objeto de estudio e intervención de la

Geriatría dando como resultado el paciente de la Medicina, el usuario del geriátrico, el

consumidor de psicofármacos (Salvarezza, 1996).

Gerontología y psicogerontología, mirada bio-psico-social.

De la mano del desarrollo humano y la evolución cultural, las visiones y formas de

comprender el fenómeno del envejecimiento van requiriendo la integración de la complejidad y

diversidad de las variables implicadas en este proceso.

Los antecedentes de esa preocupación se remontan a todas las latitudes del planeta: los

antiguos chinos consideraban el envejecer como un gran honor, siendo Confucio establecía una

correlación positiva entre la edad de una persona y el grado de respeto hacia ella y en el Antiguo

Testamento se destacaban las virtudes que tenían a las personas mayores, su papel de ejemplo o

modelo, así como de guía y enseñanza (Romero, 2005; Rodriguez, 2013).

Así mismo, en Grecia con Platón y su visión individualista e intimista de la vejez, se

resaltaba la idea de que se envejece como se ha vivido y la importancia de cómo habría que

prepararse para la vejez en la juventud, lo cual representa un antecedente de la visión positiva de


15

la vejez y la importancia de la prevención, la profilaxis y la promoción a los ancianos como

mejores líderes (Perez et al., 2014).

Al alero de lo mencionado, en el año 1903, Michel Elie Metchnikoff, sociólogo y biólogo

ruso, Premio Nobel de Medicina y Fisiología en el año 1908, propuso a la Gerontología como

ciencia para el estudio del envejecimiento, ya que según él traería grandes modificaciones para el

curso de este último período de la vida (Prieto, 1999). El término Gerontología proviene

etimológicamente del griego: geron (viejo) y logos (estudio). De allí que la Gerontología es

definida como la ciencia que estudia e interviene en el proceso del envejecimiento, la vejez y las

personas mayores de manera integral, con una visión humanista y transdisciplinaria (Moreno,

2011).

En esta línea, de Featherstone y Hepworth (1993) mencionan que hay dos cuestiones

subyacentes que deben entenderse como la base para comprender la Gerontología posmoderna:

En primer lugar, la imagen de la máscara alerta a los gerontólogos sociales sobre la

posibilidad de que exista una tensión entre la apariencia externa del cuerpo, la cara, las

capacidades funcionales y el sentido interno o subjetivo de la experiencia de la identidad

personal, que probablemente se vuelva prominente a medida que avanza el envejecimiento en el

curso de la vida.

En segundo lugar, las personas mayores suelen estar fijadas en roles sin recursos, lo que

no hace justicia a la riqueza de sus experiencias individuales y las múltiples facetas de sus

personalidades. “De manera idealista, Featherstone y Hepworth sostienen que una perspectiva

posmoderna deconstruiría tales realidades y que la edad debería verse como algo fluido, con

posibilidades no limitadas por los discursos sobre el declive de los modelos médicos” (Robledo,

2020, p. 5).
16

Profundizando en los aspectos teóricos, según el estudio de Fergusson et al. (2020), la

Gerontología con sus múltiples focos puede diferenciarse en explicativa, comprensiva y crítica:

a. Explicativa, de orientación positivista, intenta demostrar que el conocimiento tiene como

finalidad controlar la naturaleza y el progreso material, por tanto, tiende a cosificar el

proceso de envejecimiento y establecer una relación distante entre el mundo científico y

las personas mayores;

b. Comprensiva, basada en enfoques fenomenológicos y hermenéuticos, insta a profundizar

en los significados socioculturales que van construyendo la realidad de las personas

mayores y, por último,

c. Crítica, que genera un nexo con los movimientos sociales y no sólo pretende comprender

cómo se desarrolla la construcción social de la vejez, sino que además busca modificar tal

visión mediante estrategias y políticas públicas.

De este modo el objeto y la finalidad de esta nueva disciplina fueron definidos del

siguiente modo: es la investigación de las causas y condiciones del envejecimiento, así como el

estudio y descripción cuidadosa de los cambios del comportamiento regularmente progresivos y

que se hallan relacionados con la edad (Santana, 2016).

Queda claro entonces, que la Gerontología visualiza a la vejez desde tres dimensiones: a)

biológica, corresponde a los cambios físicos del cuerpo, en general, los que reducen la eficiencia

del sistema. Acontecen en todas las personas, es decir que se trata del envejecimiento biológico

normal. A pesar de ello, el envejecimiento biológico no ocurre para todas las personas de la

misma manera, no todos los organismos envejecen al mismo tiempo, y puede comenzar mucho

antes que la persona alcance la edad cronológica de 65 años; b) psicológica, se ocupa de los

cambios que ocurren en los procesos sensoriales y perceptibles, destrezas motoras,


17

funcionamiento mental (memoria, aprendizaje, inteligencia), la personalidad, etc. y c) social, que

se refiere a los hábitos y relaciones en el ámbito social, es decir, familia, amigos, relaciones de

trabajo y dentro de otras organizaciones, como por ejemplo religiosas, recreativas y grupos

políticos (Beitía, 2019).

Para efectos del presente estudio, y pensando en ofrecer al lector una óptica del fenómeno

desde su complejidad, se abordará la disciplina de la Gerontología desde la teoría de la actividad.

Contemplando la vejez, como se ha dicho, con una visión holística, construcción social, cultural

e ideológica, que se construye y reconstruye a través de la vida, influenciada por el contexto

social, cultural, los cambios demográficos, epidemiológicos, biológicos y psicológicos

(Mikusinski y Omar, 1982; Omar, 1987).

Cabe agregar que la Gerontología comprende un gran paraguas desde donde se

desprenden y conectan corrientes de diferentes índoles y visiones sobre el estudio del

envejecimiento. Con esta última afirmación en mente se aborda una de las subespecialidades de

la Gerontología, la Psicogerontología, que se define como un constructo interdisciplinar que

aborda el envejecimiento, la vejez y el trabajo con las personas mayores, comprendiendo los

procesos psíquicos/psicológicos que ocurren durante el curso de la vida (Ministerio de Salud,

2023).

Esta puede ser abordada desde diversas corrientes teóricas, en su mayoría emergen de la

propia Psicología, aunque en algunos casos, también son aportes desde otras disciplinas como la

Terapia Ocupacional, la psicomotricidad o la musicoterapia (Palazzolo et al., 2016).

Algunas investigaciones psicogerontológicas de la vejez, se dirigen a las aptitudes

mentales, el funcionamiento de la memoria, las habilidades y estrategias de aprendizaje, la

elasticidad o rigidez del carácter, el autoconcepto, la afectividad y movilidad emocional, la


18

regresión de la personalidad en situaciones de inseguridad o la creatividad excepcional en la

vejez (Carbajo, 2008).

Seguidamente, el desarrollo teórico de la Psicogerontología se enmarca desde el abordaje

del envejecimiento como un fenómeno complejo, que integra las dimensiones subjetivas,

socioculturales y biológicas, permitiendo vislumbrar a un sujeto envejeciente en su singularidad

(Urtubey y Moreira, 2023).

No obstante, en la actualidad no existe una sola perspectiva desde la cual entender la

Psicogerontología. Esta disciplina surgió durante el desarrollo de la Gerontología y es

considerada una parte de ella, por lo que resulta muy difícil delimitarla, sin embargo, Stanley

Hall quien publica el libro “Senescence, The last half of life puede ser considerado el antecesor

histórico de la Psicogerontología (Carbajo, 2008).

Hoy en día, existen dos grandes perspectivas para comprender la Psicogerontología, una

europea (que comparte elementos con Estados Unidos) que la reconoce como una subdisciplina

de la Psicología, tal como señala Pinquart (2009), y una corriente latinoamericana, que busca la

descolonización teórica y la producción local de conocimiento bajo una mirada interdisciplinaria,

según describe Zarebski (2015).

De acuerdo con la corriente latinoamericana conformada a partir del año 2005, se

reconoce los aportes de la perspectiva positivista, pero buscando romper con los reduccionismos

propios de las ciencias positivistas, las cuales han marcado gran parte de las corrientes europeas

y norteamericanas, siendo visto el ser humano de manera aislada del contexto y del

reconocimiento de su historia de vida, según afirma Pérez (2011).

La perspectiva latinoamericana propone su propio campo de acción, el cual según Da

Costa y Catullo (2011), se ocupa del estudio de los procesos psíquicos del envejecimiento como
19

construcción histórica permanente de subjetividades. No es un enfoque disciplinario, dirigido a

un grupo determinado de profesionales o investigadores, es un conjunto de conocimientos que

interesa a todos los profesionales de la Gerontología, dirigido a la construcción de un nuevo

conocimiento interdisciplinario. De acuerdo con Zarebski (2015), un acercamiento fundamental

sería la anticipación para trabajar el proceso de envejecimiento propio, el de los otros y las

disciplinas que nutrirían la Psicogerontología que son la psicomotricidad, la Terapia

Ocupacional, la musicoterapia, la Psicopedagogía, la Psicogeriatría y la Psicología.

Así bien, cuando miramos el envejecimiento desde esta postura, “está más claro que no

importa tanto la edad, sino cómo se la siente y se la significa desde cada uno, significados que

cambian constantemente, cumplir 50 en los años 30 es distinto que cumplir 50 hoy” (Zarebski,

2007, p. 4).

La Psicogerontología ciertamente podría entregar una mirada desde las oportunidades,

distinta a las visiones que provenían de las ciencias económicas y empresariales, que observaban

el envejecimiento como un problema, acuñando conceptos como invierno demográfico (Leguina,

2015).

En torno a la revisión bibliográfica y la aproximación al recorrido histórico y actual, en

las variadas visiones sobre el envejecimiento. Se pretende que la presente investigación, se

construya desde las bases de la psicogerontología dada su pertinencia, coherencia y perspectiva

holística e integrativa del envejecimiento, la cual, a su vez se enmarca en la psicología positiva y,

por lo tanto, garantiza la posibilidad de comprender, caracterizar e interpretar el fenómeno en su

complejidad.
20

Envejecimiento activo.

Dentro de los avances y evoluciones que se aprecian a nivel cultural, el envejecimiento

poblacional está cambiando nuestra forma de vivir y convivir, con tantas implicancias y

repercusiones que su abordaje por disciplina es insuficiente.

La investigación transdisciplinaria se puede definir como los esfuerzos realizados por

investigadores de diferentes disciplinas, que trabajan conjuntamente para crear nuevas

innovaciones conceptuales, teóricas, metodológicas y de traducción, que integran y se mueven

más allá de los enfoques específicos de la disciplina para abordar un problema común (Salech et

al., 2020).

En tal sentido, Pérez (2011) señala que la clínica con personas mayores debe considerar

la historia de vida y la elaboración de proyectos independientemente de la edad cronológica de la

persona. A su vez, se deben evitar las prácticas discriminatorias como, por ejemplo, dirigirse sólo

al familiar que acompaña a la persona mayor consultante, generando un diálogo bidireccional

que excluye a la persona mayor, transformándola de protagonista a espectadora.

Aunado a esto, entender al envejecimiento activo es remontarse a las distintas posturas

que se han tenido de la salud a lo largo del tiempo y que cada postura que surge intenta integrar

nuevos constructos teóricos para conceptualizar el bienestar del individuo y, por tanto, la calidad

de vida en esta etapa del desarrollo (Jimenez et al., 2019).

Para la OMS (2002), el envejecimiento activo se define como un proceso en el que se

optimizan las oportunidades de salud, participación y seguridad, a fin de mejorar la calidad de

vida de las personas a medida que envejecen. Dicha postura retoma el componente de salud y el

elemento social, con el propósito de procurar, en un periodo prolongado, un nivel óptimo de

calidad de vida.
21

El envejecimiento activo crea en el individuo un estilo de vida que incide directamente en

el funcionamiento intelectual, además de demostrar la relación con la longevidad del individuo,

Aunque no sólo incide en la longevidad sino también en mejorar su calidad de vida, evitando la

dependencia y decadencia de los individuos en este proceso de la vida (Segura et al., 2011).

Actualmente, las personas mayores tienen una vida activa y un nivel educativo más alto

que en épocas pasadas, tener un mayor nivel educativo también comporta más interés en

posteriores aprendizajes. Estamos ante un tipo de persona mayor especialmente activa, con

intereses y que vive su jubilación como un momento para reemprender aprendizajes que tuvieron

que renunciar o para abordar nuevos desafíos (Mendizábal, 2018).

En síntesis, envejecer en su entorno es una de las metas más comúnmente expresadas por

personas mayores, y si bien una lectura rápida de ésta nos lleva a pensar que el problema se trata

sólo del ambiente construido, es evidente que los ámbitos involucrados en lograr esta meta

pertenecen a muchas áreas del conocimiento (Salech| et al., 2020).

Marco metodológico

Enfoque, tipo y diseño de la investigación:

El presente estudio se ha diseñado con un enfoque cualitativo. Esta perspectiva permite

elaborar una descripción variada y amplia de un fenómeno, un acercamiento más global y

comprensivo del mismo, además de caracterizarse por su maleabilidad, dado que puede adaptarse

y modificarse a medida que el proyecto avanza. En la misma línea Sampieri (2014), afirma que

la investigación cualitativa “proporciona profundidad a los datos, dispersión, riqueza

interpretativa, contextualización del ambiente o entorno, detalles y experiencias únicas. También

aporta un punto de vista “fresco, natural y completo” de los fenómenos, así como flexibilidad”

(p. 19). Adicionalmente Sampieri (2014), manifiesta que durante el proceso de investigación este
22

enfoque permite hacer cambios y variaciones entre las respuestas e interpretaciones para

finalmente instaurar el desarrollo de una teoría permitiendo, además, la comprensión de la

realidad de los actores de un sistema social definido anticipadamente.

La investigación cualitativa representa un modo específico de análisis del mundo

empírico, que busca la comprensión de los fenómenos sociales desde las experiencias, puntos de

vista de los actores sociales y el entendimiento de los significados que éstos asignan a sus

acciones, creencias y valores (Wynn y Money, 2009, p. 138). Es decir, busca saber lo que saben

los actores, ver lo que ellos ven y comprender lo que ellos comprenden.

Lo anterior afirma que el enfoque cualitativo es pertinente para la realización de la

investigación, ya que nos permitirá un acercamiento que garantice que se cumplan los objetivos

establecidos.

Conforme al enfoque planteado, el tipo de investigación que se seleccionó es el

descriptivo, porque muestra con precisión las dimensiones o características de este grupo etario,

el envejecimiento y el fenómeno de las redes sociales, profundizando en atributos o dimensiones

de los fenómenos a estudiar. Este alcance descriptivo consiste en especificar "fenómenos,

situaciones, contextos y sucesos" (Sampieri, 2014, p. 92), y ello fomenta el detalle de cómo son y

como se manifiestan dichos fenómenos en los individuos utilizados en la muestra. Además de

esto, enfatiza en especificar las propiedades, características y los perfiles de personas, grupos,

comunidades o cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis (Sampieri, 2014). Es decir,

únicamente pretenden medir o recoger información de manera independiente o conjunta sobre las

variables a las que se refieren, quiere decir que su objetivo no es como se relacionan.

En este sentido, es pertinente abordar la investigación desde el paradigma

fenomenológico hermenéutico, debido a que esta investigación busca caracterizar e interpretar


23

las motivaciones que presentan los adultos mayores de la Región Metropolitana de Chile, frente

a la utilización de las redes sociales digitales. En cuanto al diseño fenomenológico,

primeramente, Sampieri (2014) menciona que “el propósito principal es explorar, describir y

comprender las experiencias de las personas con respecto a un fenómeno y descubrir los

elementos en común de tales vivencias” (p. 493). Permitiendo comprender aquellas vivencias y

experiencias que han tenido las personas mayores frente al uso de las redes sociales digitales y

desde el su propio contexto y construcción de la realidad describir y comprender como han

manejado dicha problemática. Asimismo, el padre de la fenomenología, Husserl (1992),

manifiesta que “el conocimiento natural empieza con la experiencia y permanece dentro de la

experiencia. Dentro de la actitud teórica que llamamos natural queda designado el horizonte

entero de las indagaciones posibles con una sola palabra: el mundo. En este paradigma se tiene

en cuenta que lo fenomenológico está ligado con el lenguaje, los signos y los símbolos, es decir,

lo que queremos reconocer es el discurso de los participantes indagando aquellos conocimientos

frente a un fenómeno que se presenta y su manejo para posteriormente, realizar un análisis de lo

encontrado.

Desde la perspectiva fenomenológica, se busca registrar y analizar las conductas

observadas y palabras (escritas o habladas) desde el trabajo de campo, la observación

participante y la entrevista en profundidad (Taylor y Bogdan, 1984).

En resumen, la fenomenología conduce a encontrar la relación entre la objetividad y

subjetividad, que se presenta en cada instante de la experiencia humana. La trascendencia no se

reduce al simple hecho de conocer los relatos u objetos físicos; por el contrario, intenta

comprender estos relatos desde la perspectiva valorativa, normativa y prácticas en general. (Rizo,

2015).
24

Por su parte, al hablar de la hermenéutica se hace referencia a interpretar. El padre de la

hermenéutica filosófica, Gadamer, menciona que “el lenguaje es la casa del ser”, la hermenéutica

está en la búsqueda de comprender al otro, no solo a través de la conversación, sino en lo que

encuentra detrás de lo no dicho, (Aguilar, 2004).

Siguiendo lo anterior, Dilthey (citado en Martínez, 2014), principal exponente del

método, la define la hermenéutica como el proceso que permite revelar los significados de las

cosas que se encuentran en la conciencia de la persona e interpretarlas por medio de la palabra.

Es por esto por lo que se busca describir e interpretar las narraciones, conservando el

lenguaje de los participantes, con el foco en el estudio de significados esenciales, es decir, su

sentido e importancia (Ayala, 2008). Asimismo, Fuster (2019) considera que predomina la

búsqueda para comprender las experiencias, no solo a través de la conversación, sino que

mediante la interpretación se encuentran los significados implícitos en el discurso (Ricoeur,

2008). En este sentido, para Héctor Cárcamo (2005), se debe entender el proceso de análisis

hermenéutico en permanente apertura, producto de la actividad reinterpretativa de la que es fruto.

Así, dicha reinterpretación no es pura referencia al texto, sino que a la interpretación de la

interpretación que hace el narrador respecto a su experiencia.

Esta investigación ocupa técnicas del enfoque cualitativo, lo cual conduce a un

acercamiento al conocimiento de manera descriptiva, comprensiva e interpretativa, apoyándose

en principios de la fenomenología y hermenéutica durante todo el proceso investigativo, es decir,

en la construcción, el diseño metodológico y teórico, así como en la interpretación y discusión de

los futuros resultados.


25

Muestreo: Casos tipo

El estudio se realizará con la participación de 2 a 5 personas mayores de 65 años o más,

de la Región Metropolitana, teniendo en cuenta que este número podría variar. Según

Hernández-Sampieri, Fernández & Baptista (2014) este tipo de muestreo fomenta "la riqueza,

profundidad y calidad de la información, no la cantidad ni la estandarización" (p. 387). Este tipo

de muestra se utilizará en la investigación con la finalidad de recabar datos muy especiales,

teniendo en cuenta que este tipo de estudio se relaciona con la fenomenología, puesto que busca

describir e interpretar todo lo relacionado con las experiencias significativas de los participantes

en relación con los intereses y percepciones sobre las redes sociales digitales y a su vez con las

implicaciones que tienen estas con el envejecimiento activo.

Instrumento, técnica de recolección de datos

Entrevista semi estructurada:

El instrumento que se utilizará para obtener la información relacionada con las

percepciones e interés de las personas mayores frente a las redes sociales digitales es la

entrevista semiestructurada.

Antes de entrar a definir el instrumento como tal, es relevante mencionar que la entrevista

cualitativa es más íntima, flexible y abierta. Esta se define como una reunión para intercambiar

información entre una persona (el entrevistador) y otra (el entrevistado) u otras (entrevistados), a

través de las preguntas y respuestas, se logra la comunicación y la construcción conjunta de

significados respecto a un tema (Janesick, 1998; Kornblit, 2004).


26

Por su parte, Sampieri et al. (2014) menciona que estos instrumentos “se basan en una

guía de asuntos o preguntas y el entrevistador tiene la libertad de introducir preguntas adicionales

para precisar conceptos u obtener más información" (p.403).

Específicamente en el caso de las entrevistas semiestructuradas, se basan en una guía de

asuntos o preguntas y el entrevistador tiene la libertad de introducir preguntas adicionales para

precisar conceptos u obtener más información sobre los temas deseados (es decir, no todas las

preguntas están predeterminadas (Kornblit, 2004).

Por lo tanto, se trata de un instrumento cualitativo utilizado con la finalizad de orientar la

investigación hacia los significados, intereses, percepciones y características que poseen las

personas mayores frente a las redes sociales digitales, teniendo presente que no se busca dar

cuenta de ningún tipo de análisis estadístico, por lo tanto, no posee ningún objetivo de medición.

Las entrevistas serán confeccionadas en base a las categorías y dimensiones establecidas,

como también de la experiencia previa empleada para recabar toda la información disponible

sobre el proceso de cambios que han vivido los participantes con los avances en las tecnologías y

la motivación para interactuar con las redes sociales digitales. La finalidad será la de comprender

e interpretar los significados claves en la narrativa de estos.

La construcción del instrumento se basa en las recomendaciones y guía de entrevista

cualitativas que plantean Hernandez et al. (2006).

En cuanto a la aplicación de este instrumento se realizará de forma presencial, con el

propósito de generar una conversación fluida, cercana y amena, sin embargo, no se descarta la

posibilidad de utilizar los medios digitales en casos excepcionales, siendo así se utilizará la

plataforma más adecuada y de fácil acceso para el participante, adicionalmente se contempla la

llamada telefónica como otra herramienta que facilite el acceso a la entrevista. La validación de
27

este instrumento, agregado en los anexos posteriores, será revisada por jueces expertos del

comité de investigación de la Universidad Santo Tomás, para su futura aprobación y aplicación.

Criterio de rigor:

Tomando en cuenta que, en la investigación con enfoque cualitativo, la calidad del

estudio no pasa por la validez y la confiabilidad como en las investigaciones de orden

cuantitativo, es pertinente entonces, hablar de la necesidad de autenticidad más que de validez

(Alvarez, 2003). En este sentido se apela a la credibilidad.

Para el resguardo de la credibilidad del proceso investigativo como se mencionó

anteriormente se recurrió a la recopilación de información a través de una entrevista

semiestructurada.

Con el fin de la validación, la investigación actuará en base al criterio de credibilidad

tanto en la construcción de instrumento como en el análisis final. El cual propone capturar el o

los significados completos y profundos de las experiencias de los participantes, particularmente

de aquellas vinculadas con el planteamiento del problema (Franklin y Ballau, 2005).

La credibilidad tiene que ver también con nuestra capacidad para comunicar el lenguaje,

pensamientos, emociones y puntos de vista de los participantes (Coleman y Unrau, 2005). En

esta línea afirma Mertens (2005) la credibilidad es la correspondencia entre la forma en que el

participante percibe los conceptos vinculados al planteamiento y la manera como el investigador

retrata los puntos de vista del participante.

Procedimiento y consideraciones éticas:

En cuanto a los pasos o estructura del plan de acción que se ejecutara para recopilar la

información, se debe tener en cuenta que el número de participantes podría variar, como también
28

el medio que se utilizara para aplicar las entrevistas, en este sentido, se describen las siguientes

pautas a seguir:

1. La muestra se obtendrá por medio de una convocatoria voluntaria que se describirá y

enviara a las personas mayores directamente, familiares y amigos que conozcan a una

persona en este rango etario, el medio que se estima pertinente es WhatsApp y el boca a

boca entre conocidos y compañeros.

2. A los participantes se les explicará verbalmente en qué consiste la investigación, cuáles

son los objetivos y cuál será su aporte a la misma. Además, se responderán todas sus

dudas e inquietudes.

3. Una vez que el participante reporte haber comprendido la información en su totalidad y

estar de acuerdo, se firmará el consentimiento informado.

4. Las entrevistas se llevarán a cabo de manera individual y presencial, en casos

excepcionales se utilizarán la llamada telefónica o alguna plataforma virtual, la cual será

seleccionada pensando en la facilidad de uso y accesibilidad.

5. El cuestionario estará compuesto por 20 preguntas aproximadamente, que podrían duran

entre 15 o 20 minutos en total por participante.

6. Durante todo el proceso de recolección, análisis de datos, interpretación y presentación de

resultados, se garantizará la confidencialidad del participante.

En cuanto a las consideraciones éticas, primeramente, se contempla que al inicio de las

entrevistas se informe claramente a los participantes el propósito de la investigación,

garantizando el anonimato y la confidencialidad tanto de los participantes como de los datos

proporcionados. La entrevista estará conformada por 20 preguntas con una secuencia flexible en

su avance, es decir, se pretende generar un espacio de confianza y cercanía que, permita agregar
29

o cambiar algunas preguntas según el contexto y curso, de esta forma se mantiene el interés y la

participación libre y voluntaria de los entrevistados. Al final de la entrevista, se agradece la

contribución en el estudio y se otorgará el número telefónico de uno de los investigadores a

cargo con el objetivo de responder preguntas y dudas posteriores.

Análisis de la información:

Los datos que se obtengan mediante el instrumento serán sometidos a un análisis de

contenido que corresponde a una técnica en investigación cualitativa para transformar los datos

de campo recogidos en información y conocimiento, de acuerdo con (Hernández-Sampieri,

Fernández y Baptista, 2014) “en el análisis de los datos, la acción esencial consiste en que

recibimos datos no estructurados, a los cuales nosotros les proporcionamos una estructura. Los

datos son muy variados, pero en esencia consisten en observaciones del investigador y

narraciones de los participantes” (p. 418).

Con la finalidad de ordenar las categorías a priori y emergentes se utilizaron tópicos, los

cuales Genoveva Echeverría (2005) define como agrupaciones de citas, que tienen un sentido o

idea en común, pero con un nivel de globalidad y abstracción menor que las categorías, no

siendo sólo ideas específicas, sino también comprensiones interpretativas que dan sentido y

coherencia al interior de cada categoría.

Con este propósito y conforme a esta técnica, la primera tarea realizada consiste en

descomponer la información recogida mediante las entrevistas, que fueron previamente

transcritas y posteriormente se determinan unidades de análisis, las que corresponden a cada uno

de los enunciados tomados de las transcripciones de las entrevistas. El sentido del análisis de los

datos de la investigación permitirá reducir, categorizar, clarificar, sintetizar y comparar la


30

información con el fin de obtener una visión lo más completa e integrativa posible, de la realidad

del objeto de estudio.

Referencias

Admin (22 de febrero de 2019). Los adultos mayores, un público emergente en las redes sociales
[Mensaje en un Blog]. https://bit.ly/32o6bnV

Amuch (2017). Los adultos mayores en las comunas de Chile: actualidad y proyecciones.
http://www.amuch.cl/wpcontent/uploads/2017/05/Estudio_Adulto_Mayor_en_las_comun
as_de_Chile_Proyecciones

Aldana, G., García-Gómez, L., y Jacobo, A. (2012). Las tecnologías de la información y


Comunicación (TIC) como alternativa para la estimulación de los procesos cognitivos en
la vejez. CPU-e, 14,153-166. (http://goo.gl/zFauoe) (21-09-2014).

Alvarado García, A. M., y Salazar Maya, Á. M. (2014). Análisis del concepto de


envejecimiento. Gerokomos, 25(2), 57-62.
31

Alvarez Gayou, J. L. (2003). Como hacer investigación cualitativa: Fundamentos y


metodología. México: Paidós.
Aguilar, M. (2004). La hermenéutica y Gadamer. En M. P. Irigoyen (Comp.), Hermenéutica,
analogía y discurso (pp. 13-24). México: UNAM.

Agudo Prado, S., Fombona Cadavieco, J. y Pascual Sevillano, M. (2013). Ventajas de la


incorporación de las TIC en el envejecimiento. Revista Latinoamericana De Tecnología
Educativa - RELATEC, 12(2), 131-142. Recuperado
de http://relatec.unex.es/article/view/1169 [ Links ]

Agudo, S., Pascual, M.A., y Fombona, J. (2012). Usos de las herramientas digitales entre las
personas mayores. Comunicar, 39(20), 193-201. http://dx.doi.org/10.3916/C39-2012-03-
10
Ayala, R. (2008). La metodología fenomenológica-hermenéutica de M. Van Manen en el campo
de la investigación educativa. Posibilidades y primeras experiencias. Revista de
investigación, 26 (2), 409-430. Recuperado de:
https://revistas.um.es/rie/article/view/94001

Asociación Mundial de Psiquiatría (AMP) (1997). Organización de la asistencia en psiquiatría


geriátrica: declaración de consenso (No. WHO/MSA/MNH/MND/97.3). Organización
Mundial de la Salud.

Barrantes, R. y Cozzubo, A. (2015). Edad para aprender, edad para enseñar: el rol del
aprendizaje intergeneracional intrahogar en el uso del internet por parte de los adultos
mayores en Latinoamérica. Lima: Departamento de Economía. Recuperado
de: http://departamento.pucp.edu.pe/economia/documento/edad-para-aprender-edad-para-
ensenar-el-rol-del-aprendizaje-intergeneracional-intrahogar-en-el-uso-de-la-internet-por-
parte-de-los-adultos-mayores-en-latinoamerica/ [ Links ]

Barros, C. (1993). Factores que intervienen en el bienestar de los adultos mayores. Estudios
Sociales Nº 77.

Browne, J. P. et al. (1994). Individual Quality of Life in the healthy elderly. Quality of life
Research, 3, 335-244. Extraído en: calidad de vida y vejez, por: Paula Aranibar Munita.
Socióloga, Máster en Gerontología Social Universitat de Barcelona.

Campos, F., Herrera, S., Fernández, B. y Valenzuela, E. (2014). Chile y sus mayores. Resultados
tercera encuesta nacional Calidad de Vida en la Vejez 2013 [Chile and its elderly people:
Results of the third National survey on life quality at the old age 2013]. Santiago:
Servicio Nacional del Adulto Mayor, Pontificia Universidad Católica de Chile y Caja de
Compensación Los Andes.

Cataldo, C. A. y Muñoz, C. N. (2013). Validación cualitativa de UTAUT Evidencias desde un


estudio de investigación acción. Infonor. IV Congreso Internacional de Computación e
Informática Del Norte de Chile (1-9). https://doi.org/10.13140/2.1.4446.9767
32

CENIE (31 de Julio de 2018). Las redes sociales y los adultos mayores. [Mensaje en un Blog].
https://bit.ly/34y2yOE.

Chawla, T. (1998). The Participation of the Elderly in Development. United Nations, CSDHA,
International Seminar Expert Group.

Condeza, Ana Rayén, Bastías, Gabriel, Valdivia, Gonzalo, Cheix, Consuelo, Barrios, Ximena,
Rojas, Rodrigo, Gálvez, Myrna, y Fernández, Francisco. (2016). Adultos mayores en
Chile: descripción de sus necesidades en comunicación en salud
preventiva. Cuadernos.info, (38), 85-104. https://dx.doi.org/10.7764/cdi.38.964.

Coleman, H. Y. Unran, Y. A. (2005). En R. M. Grinnell e Y. A. Unrau (Eds.). Sodal work:


Research and evaluation. Quantitative and qualitative approaches (7a. ed., pp. 403·420).
Nueva York: Oxford University Press.
Elosua, P. (2010). Valores subjetivos de las dimensiones de calidad de vida en adultos
mayores. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 45(2), 67-71.

Encuentra, E. H., Fernández, M. P., & Gómez Zúñiga, B. (2013). The Internet and Older Adults:
Initial Adoption and Experience of Use. In R. Zheng, R. Hill & M. Gardner
(Eds.) Engaging Older Adults with Modern Technology: Internet use and information
access needs (pp. 212-228). Hershey, PA: Information.

EUROBAROMETER (2012). Active Ageing. Report. European Union: Special Eurobarometer.

Fernández-Ballesteros, R., Zamarrón, M.D., y al. (2010). Envejecimiento con éxito: Criterios y
predictores. Psicothema, 22(4), 641-647. (http://goo.gl/hZq1eQ) (14-05-2014).

Fuster Guillen, Doris Elida. (2019). Investigación cualitativa: Método fenomenológico


hermenéutico. Propósitos y Representaciones, 7(1), 201-
229. https://dx.doi.org/10.20511/pyr2019.v7n1.267

Grandon, E. E., Ordenes, L. B., Araya, S., Ramirez-Correa, P. y Alfaro-Perez, J. (2019). Social
network sites and elders: An empirical study. 2019 14th Iberian Conference on
Information Systems and Technologies (CISTI), (pp. 1-4).
https://doi.org/10.23919/CISTI.2019.8760617

Instituto Nacional de Estadística de Chile (INE) (2019).


https://www.ine.cl/estadisticas/laborales/ene

Miranda, M., Martin, A., Saldaño, V., & Gaetan, G. (2014). Usabilidad y accesibilidad en las
redes sociales, una experiencia de usuarios adultos mayores en Facebook. UNPA, 6(2),
118 -140. http://dx.doi.org/10.22305/ict-unpa.v6i2.98

Fernández-Ballesteros, R., Zamarrón, M.D., & al. (2010). Envejecimiento con éxito: Criterios y
predictores. Psicothema, 22(4), 641-647. (http://goo.gl/hZq1eQ) (14-05-2014).
33

Fernández Campomanes, M., & Fueyo, A. (2014). Redes sociales y mujeres mayores: Estudio
sobre la influencia de las redes sociales en la calidad de vida. Revista Mediterránea de
Comunicación, 5(1), 157-177. DOI: http://dx.doi.org/10.14198/MEDCOM2014.5.1.11

Fernández García, A. (2011). Las personas mayores ante las tecnologías de información y
comunicación. Revista 60 y más, 300, 8-13. (http://goo.gl/DQDjhm) (18-05-2014).

Fundación Vodafone (2012). TIC y mayores conectados al futuro. Resumen ejecutivo.


(http://goo.gl/qybxae) (21-10-2014).

Jiménez, E. A. M., Ortiz, A. P., & Gálvez, A. L. B. Envejecimiento activo: conceptualización y


modelos teóricos.

Kornblit, A. L., & Beltramino, F. G. (2004). Metodologías cualitativas en ciencias sociales:


modelos y procedimientos de análisis. Editorial Biblos.

Husserl, E. (1992). Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica.
Madrid: FCE.

Niehaves, B., Plattfaut, R. (2014). Internet adoption by the elderly: Employing IS technology
acceptance theories for understanding the age-related digital divide. European Journal of
Information Systems, 23(6), 708-726. https://doi.org/10.1057/ejis.2013.19

Mertens, D. M. (2005). Research and evaluation in Education and Psychology: Integrating


diversity with quantitative, qualitative, and mixed methods (2a. ed.). Thousand Oaks:
Sage.
ONU (2014). Declaración de principios de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la
Información. Construir la sociedad de la in - formación: Un desafío mundial para el
nuevo milenio. (http://google/iVXMTy) (12-03-2014)

Organización Mundial de la Salud (2015). Informe Mundial sobre el envejecimiento y la salud.


https://doi.org/ISBN 978 92 4 356504

Sánchez, M. y Díaz, P. (2012). Sobre envejecimiento activo e intergeneracionalidad.


Reflexiones pensando en los profesionales sociales [Active aging and intergenerational.
Reflections thinking on social professionals]. Revista portal de Divulgação, 28. Retrieved
from http://portaldoenvelhecimento.org.br/revista-nova/index.php/revistaportal/article/
viewFile/314/314.

Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA, 2012). (s/f). Glosario Gerontológico
[Gereontological glossary]. Retrieved from
http://www.senama.cl/filesapp/GLOSARIO_GERONTOLOGICO.pdf

Superintendencia de Salud (Chile). (2008). Dependencia de los adultos mayores en Chile


[Dependence of the Elderly in Chile]. Santiago: Departamento de estudios
Superintendencia de Salud, Gobierno de Chile.
34

Pérez Salanova, M. (2015). Envejecimiento y participación (Tesis doctoral). Programa de


doctorado Psicología del Aprendizaje Humano. Universidad Autónoma de Barcelona.
España. Recuperado
de https://ddd.uab.cat/pub/tesis/2016/hdl_10803_394017/mps1de1.pdf [ Links ]

Rizo-Patrón, R. (2015). Superveniencia o nacimiento trascendental. Ápeiron: Estudios de


filosofía: Filosofía y fenomenología, (3), 381-397. Recuperado de:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5966462

Rook, K. (2015). Las redes sociales en la tercera edad: sopesando los efectos positivos y
negativos para la salud y el bienestar. Current Directions in Psychological Science, 24(1),
45-51. https://bit.ly/2YAiUm9

Rowe, J.W., & Khan, R.L. (1997). Successful Aging. The Gerontologist, 37(4), 433-440. DOI:
http://dx.doi.org/10.1093/geront/37.4.433

Rubí, M. (29 de marzo de 2019). El uso de las redes sociales en la tercera edad [Mensaje en un
Blog]. https://bit.ly/3b0ajOD

Peral-Peral, B., Arenas-Gaitán, J., & Villarejo-Ramos, A. (2015). From digital divide to psycho-
digital divide: Elders and online social networks. Comunicar, 23(45), 57-64. Doi:
10.3916/C45-2015-06

Querol, V.A. (2012). Mayores y ciberespacio: Procesos de inclusión y exclusión. Barcelona:


UOC.

Salech, F., Thumala, D., Arnold, M., Arenas, Á., Pizzi, M., Hodgson, N., y Riveros, P. (2020).
Una visión transdisciplinaria del envejecimiento. Revista Médica Clínica Las Condes,
31(1), 13-20.

Thomae H. (1982). New Perspectives on Old Age. New York: Springer Publishing Co.

También podría gustarte