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EL BARROCO
BIBLIOGRAFÍA.
CONTEXTO : LOS NUEVOS INSTRUMENTOS.
Puede decirse que otro de los hijos de Bach , Karl Philipp Emmanuel Bach, se convierte
a éste en su última época, a partir de 1780, - ya durante el período clásico - y su música, cada
vez más distante del contrapunto barroco, apunta cada vez más al nuevo instrumento, a sus
posibilidades de gradación dinámica y de obtener efectos de resonancia manteniendo
levantados todos los apagadores (piezas que frenan la vibración de la cuerda al liberar la tecla)
al mismo tiempo. En aquel momento, este efecto se obtenía a través de un mecanismo
accionado desde la rodilla (y por ello denominado rodillera), y hoy por el llamado pedal de
resonancia o pedal de sostenimiento.
No obstante, durante esa época, son numerosos los ejemplos en la literatura musical en los
que la obra se prescribe indistintamente “para clave o pianoforte”. Aunque no hay que perder
de vista lo que ello tiene de visión comercial por parte de los editores de música, deseosos de
abrir e1 mercado y de que el comprador sintiera que podía ejecutar la partitura en cualquiera
de los dos instrumentos, lo cierto es que dicha indicación se mantiene hasta entrado el siglo xix,
figurando incluso—de forma un tanto anacrónica, todo hay que decirlo— en las primeras
ediciones de algunas Sonatas de Beethoven, hasta en la Op. 27 n." 2 "Claro de luna».
La línea diacrónica del siglo XVIII es rica en cuanto a estilos se refiere. Podríamos
establecer una cronología que apoyada con fechas relevantes daría como resultado los
siguientes grupos de estilos musicales, expresados siempre en términos de instrumentos de
tecla:
• 1700 – 1750 ( muerte de Bach ) : La edad de oro del clave.
• 1720 – hasta los trabajos rococó de Haydn y Mozart: El estilo Galante.
• 1750 – 1777 (comienzo del CLASICISMO pleno) : El Empfindsam. ( Este apartado será
analizado en el Tema III: El PRECLASICISMO, por ser el estilo que más influyó en la
transición al estilo clásico.)
2.1.1. Francia.-
Francois Couperin.- (París 1668- París 1733)
Fuera del terreno musical se saben pocas cosas sobre Couperin. Procedente de
una larga saga de músicos fue sucesor de su tío Luis y de su padre en la Iglesia de Saint-
Gervais, verdadero feudo de la familia hasta mediados del S. XIX.
Primer libro.- Couperin tardó bastante tiempo para publicar su primer libro 1713.
Sus cargos en la Corte y varias enfermedades fueron la causa del retraso, pero esta primera
edición esta hecha con un cuidado especial y obtuvo un éxito inmediato. La novedad de
esta colección reside en la cincuentena de piezas subtituladas, retratos de amigos, altos
personajes o escenas pintorescas.
Este libro agrupa cinco órdenes (71 piezas) La ornamentación es muy rica. sobre
todo en las danzas y aún esta relacionada con el arte del Laúd, instrumento suplantado
por el Clavecín.
Generalmente Couperin comienza por el orden clásico de la suite y
después mezcla otros movimientos de danzas , Rondós y piezas descriptivas.
Tercer libro.- Publicado en 1722, agrupa siete órdenes y las danzas casi
desaparecen. Piezas burlescas, escenas de la vida cotidiana, cuadros de la naturaleza y
piezas cruzadas que se tocan con preferencia sobre los dos teclados del clavecín. Destaca
la pieza “Las folías francesas o los dominós,” que a primera vista no es mas que la reunión
de doce breves cuadros evocadores de personajes y caracteres de un Carnaval, pero que
tras examinarla con detenimiento vemos que es además un grupo de variaciones sobre un
bajo.(orden no 13)
Cuarto libro.- Aparecido en 1730, tres años antes de su muerte. Se trata del
trabajo de un hombre melancólico que se siente débil y fatigado. Esta colección reúne
ocho órdenes. El Rondó que prevalecía en los dos libros anteriores desaparece casi aquí.
En realidad en este libro, Couperin realiza una especie de fusión del rondó y de la pieza
binaria. Destaca por su duración la pieza “La convelescente” del orden número 26 que
como muchas otras piezas tituladas es una danza (Allemanda) disfrazada.
Apasionado por la música italiana buscó durante su vida la reunión de los gustos
italianos y franceses. Del italiano tomó la brillantez y la energía rítmica, y del francés
adopta el gusto por lo elegante y lo grandioso.
Su estilo es expresivo y descriptivo tratando de emocionar al oyente con
miniaturas que son descripciones de personas o de situaciones. Couperin amaba
especialmente este tipo de piezas como declaró en el prefacio del primer libro:
“Yo amo más lo que me emociona que lo que me sorprende”
Las formas mas utilizadas por Couperin son las de danza (Forma binaria
simple) y el Rondó, llegando a fusionar ambas al final de su vida. También utiliza la
Chacona
La ornamentación en Couperín no sirve solo para ocultar determinados defectos
del clavecín, sino que forman parte del canto. Por otra parte es en el canto donde más
corrientemente se les encuentra, insertados a veces unos sobre otros. Hay que
considerarlos, pues, como procedimientos expresivos de capital importancia.
“Yo declaro que mis piezas hay que ejecutarlas tal y como yo las he escrito....sin
aumentar ni disminuir”
También destacan sus Neue Klavier Übung, una serie de suites clasificadas por
tonalidades diatónicas, mayores y menores y las “Sonatas Bíblicas”, que tratan de
describir a través de la música episodios de la vida de personajes de la Biblia. “David y
Goliat” o “La locura de Saúl curada por la música” son algunos de sus títulos.
1) Tras los intentos de los compositores del siglo XVII de encontrar un equilibrio
formal y un lenguaje instrumental con cierta coherencia, la primera mitad del s.
XVIII aporta:
a) El afianzamiento del sistema tonal y la afinación temperada.
b) Una relación entre tonalidad y affetto, heredada del siglo anterior.
c) Un desarrollo de la técnica instrumental.
d) Un concepto filosófico en el que la armonía es prioritaria como
elemento de cohesión en todos los órdenes de la naturaleza.
(desprecio a la melodía).
2) Bach utiliza esos elementos de su tiempo y los desarrolla, los explota con
todos los procedimientos a su alcance:
a) La forma, utilizando gran variedad de formas ( Preludios, fantasías,
formas de danza, etc ) y dotándolas de contenido.
b) Desarrolla el contrapunto que en su forma mas estricta es la fuga
aprovechando la afinación temperada en todas las tonalidades
c) Aborda la expresión de cada tonalidad y su afecto en los preludios del
II vol. Del clave bien temperado.
d) Frente a las teorías melodistas de Rousseau , con la ofrenda musical y
el arte de la fuga, demuestra cómo la armonía es prioritaria a la
melodía.
Toda la obra de Bach deja traslucir una constante aspiración al orden, tanto
más evidente en la música instrumental que en la vocal (puesto que el condicionante
que la palabra ejerce sobre la música restringe o inhibe la libertad en la construcción
sonora), y que se manifiesta con especial brillo en las grandes colecciones de El clave
bien temperado, la Ofrenda musical, El arte de la fuga y el Clavier-Übung, en las que
el compositor, ajeno a las servidumbres debidas a un texto, a las modas o a propósitos
funcionales (esto es, piadosos), explora la vasta extensión de su ideal de un “cosmos
sonoro” e investiga los límites, las posibilidades y la estructura misma de su orden en
todos sus aspectos.
Para ello utilizara todos los procedimientos a su alcance.
Formas, affetti, timbres, tonalidades, ritmos y procedimientos de escritura
son cuidadosamente explorados por Bach para vertebrar un sistema musical racional y
ordenado, plagado de modelos, ejemplos y categorías análogos a los géneros y especies
propuestos por su contemporáneo Linneo.
La época de Bach era el momento propicio para tal empresa, pues todo un siglo
de experimentos formales y estructurales cristalizaba ya en patrones tipificables, en
tanto que el establecimiento definitivo del sistema tonal y la reforma racional que
suponía la nueva afinación temperada, adoptada progresivamente –y no sin alguna
reticencia– por entonces, así como el afianzamiento del vínculo tonalidad –affetto– y
el desarrollo de las técnicas instrumentales invitaban a teóricos y compositores a
aprovechar tal floración para estudiar las posibilidades de formular un orden que
dominase en lo armónico, lo formal, lo técnico y lo emocional. No era, pues, Bach el
único compositor implicado en la tendencia reguladora y formalizante. Las discutibles
relaciones de su música con las matemáticas sólo prueban, a mi juicio, el valor que su
idiosincrasia meticulosa concedía a la exactitud, a las proporciones –al orden– en su obra
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Carácter pedagógico.-
A pesar de su título, el propósito de este primer libro era más bien didáctico que
demostrativo de las virtudes de un sistema acústico. Se trataba de mostrar al aprendiz
de intérprete o de compositor que todas las tonalidades estaban a su disposición y que
todas ellas, mayores y menores, eran igualmente apropiadas para la creación en
cualquier género de música: desde algo tan libre y fantasioso como un preludio –no es
casual que algunos de los más cuidadosamente cincelados sean aquellos redactados en
tonalidades infrecuentes– a una estructura tan definida y ordenada como una fuga.
Frente a la riqueza de variantes que anima “El clave temperado”, cuyo objetivo
es, precisamente, dar un ejemplo de la variedad infinita de estilos, formas y emociones
de que puede ser capaz la música “racionalmente ordenada” al modo contrapuntístico,
las dos grandes obras postreras en este dominio –“la Ofrenda musical” y “El arte de la
fuga”– suponen una nueva vuelta de tuerca en la búsqueda de un orden “clásico” que
ahonda en un procedimiento del todo opuesto al empleado en El clave temperado: la
homogeneidad temática como principio fundamental.
En efecto, si en “El clave temperado”, la diversidad de temas era imprescindible
para ofrecer tal catálogo de texturas polifónicas, tratamientos tonales y matices
expresivos, en “la Ofrenda musical” y “El arte de la fuga” el fin esencial consiste en
resaltar la versatilidad de un mismo tema –o sus variaciones– a la hora de desplegarlo
en diferentes formas o construcciones contrapuntísticas, en revelar las múltiples
aplicaciones del orden. Ambas colecciones pueden calificarse como las composiciones
más clásicas de la historia de la música.