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Impiadoso atardecer de agosto Subscríbase a nuestro Feed vía RSS


22/11/2023 por Nomi Pendzik.

Por Juan Pablo Arrufat *


Categorías
Acta diurna
Artículos
Cómo escriben los que escriben
El sol de fines de agosto, que horas atrás penetraba apenas la ventana del cuarto, Cuaderno de apuntes
ya lo encandilaba. Jaime decidió levantarse, por fin. Torpes pasos ―que sin la Desde la tierra baldía
ayuda del bastón gastado le sería imposible dar― lo encaminaron a la cocina. General
Puso a calentar la pava del primer mate. Los fabuladores
Los recomendados de FIN
El primero de la mañana, se dijo. Y también el último. Quién es quién en el TCyC
Scriptorium
Entró Justina, con cara de cansancio. La pulcritud de la cocina delataba que
anoche se había quedado limpiando hasta cualquier hora. Si algo tienen los ritos,
pensó Jaime, es que se mantienen hasta el final. Hasta el último día. Comentarios recientes
MaximilianoMangold en Pecho de acero

Oyó el acostumbrado golpe del diario contra la puerta de calle ―hasta eso se Micaela Berrutti en Demorados

mantenía también―: acababa de pasar el diariero. Y la contundente claridad del MaximilianoMangold en La mirada perfecta

titular de El Natal le causó un escalofrío: sanchez sottosanto en Dos visiones acerca de Saer
MaximilianoMangold en A la vista de Dios

HOY, EJECUCIÓN EN LA PLAZA MaximilianoMangold en La habitación de arriba


MaximilianoMangold en La habitación de arriba

Se puso a hojear el diario del pueblo, sin hablarle a la mujer. El silencio entre los MaximilianoMangold en Dos visiones de la pandemia

dos se volvía cada vez más insoportable. Y tenían todo por decirse. MaximilianoMangold en Cómo convertirnos en mejores
espectadores de adaptaciones
MaximilianoMangold en Principio de competencia
Al rato, cuando estaban por terminar el desayuno, Justina se atrevió a arrancar la
última charla.
noviembre 2023
―Y bueno, viejito… ¿qué pensás? D L M X J V S
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―Al final nos tocó. 5 6 7 8 9 10 11
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―Llegó el día.
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―Y sí, vieja, algún día la putita menor de los García iba a parir a esos mellicitos.
« Ago

―Y sí. Más de siete meses no iba a durar el embarazo de mellizos, ¿no? Ocho, por
abajo de las patas. Publicaciones

―¡Pendeja de mierda! ―El puño de Jaime hizo saltar platos y cucharas del
desayuno―. Seguro que estaba embarazada de dos machos distintos, y eso que
no llega ni a los dieciséis años la pendeja. ¡Bastante putarraca les salió!

―¿Promiscua, querrás decir? ―Justina intentaba apaciguar al marido.

―Qué promiscua ni promiscua, vieja. Esa pendeja no es promiscua. Esa pendeja


es puta, irresponsablemente puta. Una putarraca en forma.

―Tranquilo, Jaime, vos tenés que ver la parte positiva. La botella medio llena.

―Y qué tiene de bueno esta mierda.

―Que por esas casualidades del destino ―Justina sonrió con dulzura―, y gracias
a que son mellicitos, Dios quiso que nos vayamos los dos juntos.

Jaime se masajeó las sienes:

―Al final, mi abuela tenía razón: julio los prepara, y agosto se los lleva. Así la oía
decir a la vieja cuando yo era chico. Y supe desde el primer día, y sin hacer
muchas cuentas, que esos dos hijitos de putita iban a nacer en este agosto
interminable.

Ella se lo quedó mirando.

―Perdón, viejo… ―arriesgó.

―Qué hay.

―Te amo mucho, ¿sabías?

―Y yo también.

―¿Vos también te amás?

―Yo también te amo a vos, boluda.

Y fue que ella dijo, con tono culpable:


Regístrese
Regístrese aquí.
―Había soñado este último desayuno como algo más… especial. Perdón si no
preparé nada para esta despedida. Pero ayer, cuando avisaron que se adelantaba
el parto, preferí dejar la casa con todo ordenado y lo más prolijo posible. Categorías Calendar
Acta diurna noviembre 2023
―No te preocupes. Siempre supimos vos y yo, desde que nacimos, que vivir en Artículos D L M X J V S
este pueblo era elegir estas reglas. Acá, cuando se cumple el cupo, al más viejo Cómo escriben los que 1 2 3 4
le pican el boleto. escriben
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Cuaderno de apuntes
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Justina se quedó pensando. Dijo: Desde la tierra baldía
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General
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―Imaginate haber nacido en Jacksons, y morir a piedrazos por el sinsentido de Los fabuladores
« Ago
estar atados al azar de esa lotería infame. Los recomendados de FIN
Quién es quién en el TCyC
―Pfff… ¿Te imaginás? ―Jaime se quedó callado, imaginando el dolor y la Scriptorium Páginas
humillación de morir lapidados a manos de la chusma. Staff
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Justina lo contemplaba amorosa, callada.
Archivos
noviembre 2023

―Por lo menos ―dijo―, acá las reglas tienen lógica, son bien precisas. Y esto agosto 2023 Meta
mayo 2023 Registrarse
también lo supimos el día en que elegimos casarnos: como yo soy seis meses
febrero 2023 Acceder
mayor que vos, a la larga o a la corta, me iba a tocar primero.
diciembre 2022 RSS de las entradas
noviembre 2022 RSS de los comentarios
―Sigue siendo injusto, viejita. Mirate ―Jaime la señaló―: vos andás para todos
octubre 2022 WordPress.org
lados, de acá para allá, y yo apenas me puedo mover de esta silla. La pierna la
agosto 2022
tengo cada vez más dura, y ni con la ayuda de este puto bastón me puedo valer
julio 2022
por mí mismo.
mayo 2022
abril 2022
―Tranquilo, Jaime, ya todo lo malo va a pasar.
marzo 2022
enero 2022
―Decime una cosa, vieja: ¿no sería más justo y más normal vivir en un pueblo
diciembre 2021
donde simplemente se muera de viejo?
noviembre 2021
octubre 2021
―Las cosas son así. Dios quiso que la hija menor de los García quedara
septiembre 2021
embarazada de mellizos, para irnos juntitos, Jaime. ―Justina hizo una pausa―.
agosto 2021
¿Vos podrías haber superado vivir, tal vez un año o más, solito?
julio 2021
junio 2021
―No… No lo creo, vieja. La verdad, no lo creo. Creo que me moriría antes. De la
mayo 2021
angustia. O del hambre, si jamás aprendí a cocinar.
abril 2021
marzo 2021
Jaime lo dijo en broma, pero el chiste le causó gracia únicamente a él.
febrero 2021
enero 2021
Se miraron a los ojos. Justina se dijo que lo amaba tanto que no podía sostenerle
diciembre 2020
la mirada: al mirarlo así, sintió que sus viejos y celestes ojos se le llenaban de
noviembre 2020
lágrimas de amor compartido.
octubre 2020
septiembre 2020
―Dale, viejo ―apuró ella, con esa fortaleza que la caracterizaba y que los había
agosto 2020
ayudado a salir de tantos pozos―. Ponete tu mejor saco, y vamos para la plaza.
julio 2020
Ya casi son las seis, y la cesárea está anunciada para las siete
mayo 2020
abril 2020
―Debe de haber un mundo de gente esperándonos desde el mediodía.
febrero 2020
enero 2020
―Por eso.
noviembre 2019
octubre 2019
Jaime obedeció. Pero le costó
septiembre 2019
una enormidad levantarse de
mayo 2019
la mesa. Fue rengueando con
abril 2019
el bastón y agarrándose de
marzo 2019
toda pared que había en la
febrero 2019
casa, para no caerse al piso.
enero 2019
diciembre 2018
―¡Dale, Jaime, no hagas
octubre 2018
tiempo! ―gritó Justina, viendo
julio 2018
que el viejo tardaba por
junio 2018
demás―. ¿No encontrás los
mayo 2018
zapatos nuevos? Dale, viejo,
abril 2018
que la gente es ansiosa. Ayer
marzo 2018
en la cola del almacén escuché
febrero 2018
que algunos se pusieron a
enero 2018
fabricar los palos desde el día
diciembre 2017
en que la abuela de los García chusmeó que la nietita menor estaba embarazada.
octubre 2017
¿Qué necesidad de tallar palos nuevos, de lustrarlos y de hacer tanto escombro,
septiembre 2017
¿no?
agosto 2017
julio 2017
―Ya les va a tocar la hora a esos hijos de puta ―gritó Jaime desde la habitación,
junio 2017
y después en un suspiro dijo algo que Justina apenas alcanzó a oír―: ¿Te
mayo 2017
acordás? De chico, es toda una aventura. Después lo hacés más que nada para
abril 2017
mostrarles a tus amigos, para presumir de que sos el más valiente. Ya de grande,
marzo 2017
es para enseñarles a tus nietos. De pendejo, querés estrenar con cada nacimiento
febrero 2017
un palo nuevo, y si es posible cada vez más grande. Lo lindo es adelantarte a la
enero 2017
multitud, sacarles ventaja a todos, ser el primero en pegar el palazo y que todos
diciembre 2016
te aplaudan.
noviembre 2016
octubre 2016
»El tema se complica después de los sesenta. Ahí cagaste, cuando ves que ya
julio 2016
casi no hay muertes naturales, y que las pibas se embarazan cada vez más.
junio 2016
Cuando empiezan las oleadas de embarazos, y el cupo se acerca cada vez más al
mayo 2016
tuyo, ahí te empiezan a temblar las patas. Se te van de a poco las ganas de
abril 2016
estrenar un palo, y dejás de ir temprano a la placita.
marzo 2016
febrero 2016
―Pensar que antes te encantaba, ¿no, viejo? ―Justina se había acercado al
diciembre 2015
umbral de la puerta del cuarto para que Jaime se apurase.
octubre 2015
septiembre 2015
―Sí, la verdad me encantaba, te confieso que con un par me envicié… El podrido
agosto 2015
de don Ángel que no nos devolvía la pelota cuando éramos chicos, cómo me la
julio 2015
cobré con ese viejo de mierda. Me ensañé.
junio 2015
mayo 2015
―Dale, viejito, vamos, que se nos hace tarde ―dijo Justina, y le dio un beso
abril 2015
como hacía años no le daba―. Te amo mucho, Jaime, nunca te olvides de eso.
marzo 2015
febrero 2015
―Y yo también, vieja… Lo sabés perfectamente. Jamás hubiera permitido esto. En
enero 2015
otro contexto, quiero decir.
diciembre 2014
noviembre 2014
―Eso ya fue, viejo. Es del mundo anterior a este.
octubre 2014
septiembre 2014
―Como quieras. ―Él la miró a los ojos, igual que cuando eran jóvenes―. Te
agosto 2014
querré por toda la eternidad, viejita.
julio 2014
junio 2014
Salieron de la casa ―la viva imagen de la resignación― y fueron tomados de la
mayo 2014
mano. Jaime rengueaba, alternando entre el bastón que suplantaba su pierna
abril 2014
enferma y la firme mano de Justina.
marzo 2014
febrero 2014
Bajaron por el empedrado, y enseguida enfilaron para la plaza, a cortar camino
enero 2014
hacia el anfiteatro, frente al hospital, convertido hoy en tribunal condenatorio. A
diciembre 2013
sus espaldas se erguía la iglesia, a la izquierda el edificio de la muni ―la
noviembre 2013
geografía de los pequeños pueblos era siempre similar―, y a la derecha la
octubre 2013
escuela donde se habían conocido desde la primaria.
septiembre 2013
agosto 2013
Bajaron los tres escalones que daban al centro del anfiteatro, y Jaime supo
julio 2013
reconocer el olor a grasa de cerdo que algunos usaban para lustrar los garrotes,
junio 2013
relucientes de barniz. Bastante gente les abría el camino, y otros ni siquiera eso.
mayo 2013
Había una multitud: grandes, chicos, familia, todos con los palos en las manos,
abril 2013
esperando el anuncio del nacimiento de los mellizos de la hija menor de los
marzo 2013
García.
febrero 2013
enero 2013
Como siempre, el anuncio lo daría una enfermera en la puerta de entrada del
diciembre 2012
hospital, frente a la plaza, y el pueblo rápidamente iniciaría el apaleamiento.
noviembre 2012
Sabían que en apenas cinco minutos debía terminarse todo: las reglas no
octubre 2012
permitían que el cupo superado de los diez mil habitantes durara más de cinco
septiembre 2012
minutos. En suma, en cinco atroces minutos las almas de los más viejos expiarían
agosto 2012
su indeseada longevidad, y darían paso a los recién nacidos. Sí: las escrituras
julio 2012
debían cumplirse a rajatabla.
junio 2012
mayo 2012
En una ronda cerrada, la muchedumbre esperaba con quietud vacilante. La ronda
abril 2012
se abrió, y entre un surco de gente surgió la figura blanquecina de una monjita,
marzo 2012
que a mano alzada llevaba el cáliz con la pócima de evitar el sufrimiento.
febrero 2012
enero 2012
―Tres sorbos apenas ―les dijo
diciembre 2011
la monjita, sonriente, a
noviembre 2011
Justina y a Jaime―. Es como
septiembre 2011
un vino muy dulce.

Ahora, esos tres sorbos eran


obligatorios. Esto se había
impuesto después de la
terrible agonía de la viuda
Urrutiaga, quien quiso irse de
este mundo sin probar jamás
ninguna bebida alcohólica.

Justina agarró la copa, dio tres


sorbitos y extendió la mano
para convidarle en la boca a
Jaime. Tantas veces lo había hecho en la cama durante su enfermedad. Jaime le
arrebató la copa, bebió de un sorbo el resto. Algo del líquido chorreó por sus
labios y cayó sobre la grava: las manos del viejo temblaban demasiado.

El anuncio se demoraba, crecían los murmullos y la impaciencia. La gente que


antes esperaba a lo lejos con intenciones de dar sólo un palazo simbólico, ya se
enardecía apretando la ronda alrededor de los viejos.

Jaime apretaba la mano de Justina, y ella podía sentir que esa mano amada
transpiraba como nunca.

Se abrió la puerta del hospital, y todos alzaron la cabeza en busca de la


enfermera. Pero de aquella gran puerta no salió la enfermera, sino un tipo de
impoluto guardapolvo a quien muchos reconocieron: el doctor Lorenzi. En sus
manos cargaba a sólo un niño. Lo alzó hacia el cielo, y proclamó:

―¡Pueblo, lamentablemente el cordón umbilical asfixió a una de las criaturitas!


¡Fue una tragedia, no se pudo hacer nada!

Todos quedaron perplejos, empuñando sus garrotes, que acaso no tendrían


necesidad de usar.

Paralizados, miraban al doctor.

Después miraron a Jaime.

Y después nuevamente al doctor.

Y después a Justina.

No tenían ni idea de cómo seguir.

Fue ella quien sintió el frío en la piel cuando Jaime la soltó. Cuando la
transpiración depositada en su trémula mano de anciana entró en contacto con el
aire fresco de aquel atardecer de agosto. Impiadoso atardecer de agosto.

Vio cómo su marido, con una agilidad que no le admiraba desde hacía años,
enarbolaba el bastón que antes le servía de apoyo, y con una sonrisa sardónica le
encajaba el primer certero palazo en la cabeza.

* Juan Pablo Arrufat nació en


Pilar, provincia de Buenos Aires.
Comenzó a escribir desde que
empezó a leer literatura,
pensando ―¿por qué no?― que
era obligación de todo lector
inventar también sus propias
historias. A los catorce años,
luego de un verano de luces
cortadas y noches de infinitas
lecturas bajo la luz de las velas,
dio forma a Aquel funesto
designio, su primer libro de
cuentos ―por suerte, jamás
publicado―, que nació de la
necesidad de contar historias
propias imitando el estilo de sus primeros maestros: Edgar Allan Poe, Horacio
Quiroga y Elsa Bornemann ―a quien tuvo la suerte de conocer años después, y
con quien pasó una tarde hablando sobre La isla del tesoro, los cuentos de
Ambroce Bierce y del genial Poe.

A los diecinueve años, ya inspirado por sus lecturas de Borges, Kafka, Silvina
Ocampo, y García Márquez, escribió su segundo libro ―también inédito―: De la
conjugación de las sombras; dos de sus cuentos recibieron menciones especiales
en sendos concursos.

Los estudios sobre la literatura rusa, Borges, la universidad y su trabajo como


coordinador de mejoras industriales en una empresa multinacional, sumados a la
frustración de dos novelas inconclusas, hicieron que abandonara el acto divino de
escribir cuentos. Volvió al género en 2017, con La memoria de los elefantes, un
libro de treinta y cinco cuentos, mucho más maduro ―y en busca de publicación.

Actualmente se encuentra con una novela en proceso, y un libro de cuentos de


terror que está trabajando desde julio de 2022 en el Taller de Corte y Corrección,
de la mano de su gran maestro, Marcelo di Marco.

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Publicado en: Los fabuladores.


Etiquetas: cuento · Juan Pablo Arrufat · Marcelo di Marco · Taller de corte y corrección

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