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D E VA P O R

El
complot
Colección dili3ida por Marinella Terzi
ImaŒen de tapa: Javier Aramburu Ferrari
Andrea Ferrari, 2003

Ediciones SM, 2003


Av- Belãrano 552

C 1092AAS Ciudad de Buenos Aires DE VAPOR 2003

Primera edición: abril de 2003

Primera rmmpresiÓr¿.• abril de 2004


Segunda reimpresiÓn: octubre de 2004
Tercera reimpresiÓn.• marzo de 2005
Cuarta reimpreszár¿.• julio de 2005
Quinta reimpreszán: enero de 2007

ISBN
Hecho el depósito que establece la ley 11.723 Preimpresión: Latingrâfica / Impresos
Offser

frnpresc la / Printed in

cuna va Pia,
RA peor de lo que había imaginado. Claro
que yo sabía que venlamos a un pueblo chico,
pero no esperaba algo tan mmimo, Tan
insignificante. Tan nada.
—Horroroso —dictaminó Leonardo con la
cara pegada a la ventanilla cuando el ómnibus
tomó la calle central.
Mamá nos hizo callar.
Escuchen —dijo—. Me parece que hay mú-

A lo lejos, sonaba una trompeta. Pero solo


después de que el ómnibus se detuvo y la nube
de polvo se disolvió, vimos a la banda: cuatro
hombres vestidos con un ridículo saco verde
que, evidentemente, les quedaba a todos chico.
Se velan un poco. viejos y bastante panzones,
pero lograban sacar de sus instrumentos una
música aceptable, aun con el viento aullando Mamá le pego un codazo y sonrió en dirección
en contra. Junto a ellos había una mujer que a la Única pasa)era que había llegado con
con una mano sostenla un ramo de flores y con nosotros hasta el final de ese largo camino.
la otra intentaba evitar que se le volara el ¿Qyé se festeja.? —le preguntÓ mientras todos
vestido. Y al lado, agitando su mano, mi papá. nos preparábamos para bajar.
Leonardo soltó un suspiro exagerado y dijo, en La muJer parecio sorprendida, A ustedes.
ese tono ironico que no había abandonado en ¿No son los Herrera, acaso? ¿Cómo
todo el viaje: sabe?
Una banda de pueblo. Parecen del siglo pasado.
Cómo no voy a saberlo? —sonrió—. Qye I Aunque yo Intento disimular, me siento casi
alguien venga a vivir a este pueblo es un verdadero tan mal como Leonardo. Es que nada de lo
acontecimiento. No se habló de otro tema en el que sucedió en los últimos meses fue fácil. En
último mes. agosto, a mi papa, que es médico, lo echaron
No lo puedo creer —susurró a mi oído mi del trabajo. Vino un día con una cara fatal,
hermano mientras avanzábamos por el pasillo mezcla de sorpresa, de pena y de bronca, y
del ómnibus—. Esto sí que no lo puedo creer. contÓ que la clínica tenía problemas
Las puertas se abrieron y cuando nos dis- economicos y había decidido reducir el
poníamos a bajar los dos sentimos la presión de las personal. Si hubiera sido en otro momento, le
manos de mamá en la espalda. Nos dimos la vuelta olmos decir mil veces, habría sido fácil
y encontramos su mirada, una típica mirada de consegul-r un nuevo trabajo. Pero en medio
madre nervtosa.
de la crisis...
—Ya saben —fue todo lo que dijo.
La crisis. La palabra se venía oyendo con
Sí, sabíamos lo que ella quería que
frecuencia en Argentina, aunque nunca como
supié'¿plisamos. Qye teníamos que sonreír,
en los últimos meses. Vimos varios cambios
agradecer: a gente la amabilidad de ir a
de
recibirnos y, Sobre todo, callarnos lo que
pensábamos sobre *Vivir en Las Flores. 9
—No te preocupes —la tranquilicé—. Nunca se residente y miles de personas que salieron a la
nos ocurr1T1a ser sinceros. calle a protestar, golpeando cacerolas y cucharas.
—Nunca —repitió mi hermano antes de Pero para mí nada mostraba tan bien la crisis como
esbozar esa sonrisa falsa que no dejó caer ni ver a mi papá cada día después de revisar todos los
por segundo durante la presentación de los avisos de trabajo del diario comprobar que no había
abrumadoramente amables habitantes de Las nada para él. Inquieto, malhumorado, ansioso, llegó
Flores. a inven-
carnos enfermedades para poder curarnos. Un un poco lejos —explicó—. Tendríamos
día, después de soportar que le auscultara el seque mudarnos.
echo, le revisara la garganta, comprobara sus 'Mudarnos? —la sonrisa de mi mama tam\
reflejos y analizara detenidamente el blanco de Nwþién empezaba a desvanecerse—. ¿Adónde?
sus OJOS, y todo por un simple resfrío, mi Al sur —dijo papá—. A la Patagonia. Es un
her- que se llama Las Flores. Me dijeron que sel
mano le grito: paisaje es maravilloso,
•Lo que vos necesitas es un paciente! De a poco, fue soltando los detalles. Dijo que
Era cierto. Necesitaba desesperadamente un en Las Flores no hay hospital. Apenas un puesto
aciente. O muchos. Los últimos meses habíamos sanitario, con un médico y una enfermera. El
estado viviendo, ajustadamente, del escaso sueldo último se acababa de jubilar, a los setenta y ocho
que obtenía mi mama en sus clases par- años, cuando su pulso ya no le permitía siquiera
ticulares de matematicas. Pero se sabe cÓmo es enyesar a los chicos que se fracturaban jugando
eso: en diciembre llegan las vacaciones y se al fútbol. De modo que necesitaban otro: le
acaba. ¿Y qué íbamos a hacer? ofrecían el carõ0 a papa por un año, con
Así estaban las cosas el día que papá entró posibilidades de renovarlo si todo andaba bien.
Era un pueblo chico, aclaré, muy chico.
y dijo que corri le a habían abrazarlo.ofrecido un
¿Cuánto? —quiso saber mamá.
trabajo. Yo
—No más de quinientos habitantes.
Recién ahí empezamos a entender de que se
'De verdád?
trataba el asunto. Las Flores queda a setenta
Sí -sonrio—, un trabajo de médico.
kilómetros de una ciudad importante, San
Sentí que algo no estaba del todo bien. Su
Marcos, pero solo los primeros veinte estan
sonrisa era distante, como SI quisiera esquivar mi asfaltados. Y el camino es malo. Peor: es
mirada. horrible. En invierno, cuando nieva
copiosamente, el pueblo queda aislado. En en su camino que nos íbamos a Vivir a un lugar
primavera, cuando llueve mucho, también. No terrible.
hay cines, ni teatros, ni discotecas. Por suerte, Sin hospitales, ni cines, ni teatros, ni
aclaró papá, hay escuelas. Dos. discotecas, ni videojuegos, ni Internet, ni nada —
A mi hermano la cara se le había puesto repetía—. Es un lugar que no existe. Seguramente
ligeramente verdosa, como si estuviera a punto están todos muertos y nadie se dio cuenta,
de descomponerse.
—¿Hay videojuegos? —preguntÓ en pleno ataque 12
de pánico. ayo traté de no contagiarme de su desánimo,
—No me dijeron —respondió cauteloso papa
—, pero francamente lo dudo.
El labio superior de Leo temblaba cuando ere para que la ocuparan otras personas, In-ë?
agrego en un hilo de voz: Centé convencerlo de que aquello podía ser
el }'wmienzo de una aventura apasionante. Pero
¿Y conexion a Internet?
a sus once anos. Leonardo ya desarrollá un
Papá ni siquiera le contestó.
cinismo preocupante.
¿Aventura en Las Flores? —dijo•. Más bien
No hubo demasiado tiempo para pensarlo, va a ser un milagro si logramos no morir de
porque en Las Flores querían una respuesta de aburrimiento. Sí, vamos a moru- —insistio—, nos
inmediato. De modo que aun no nos habíamos van a enterrar en Las Flores v será la muerte más
acostumbrado a la idea cuando papa ya estaba tediosa del mundo.
haciendo las valijas. Estaba empezando Partimos en la madrugada de un viernes. El
diciembre y tenía que viajar enseguida. Nosotros {Viaje desde Buenos Aires hasta San Marcos
nos quedamos un mes más, hasta terminar las llevó un día entero, Ya llegábamos a la ciudad
clases y entregar la casa. Fue un mes en el que cuando el ómnibus tomo una curva y frente a
Leonardo se la pasó diciendo a quien se cruzara nosotros aparecio un increíble lago rodeado por
montañas. Me acordé entonces de la frase que corriendo el intendente y la taba que de la escuela
había escrito mi papa en una de sus cartas: 'El con bombones de redirectoratodos estamparan
paisaJe es tan espectacular que te corta el
sonoros besos en
aliento». Sacudí a Leo para que mirara. Tal vez,
le dije, después de todo no esté tan mal viV1r
nuestras mejillas todo CUbiertas aquello de
aqul.
resultaba polvo, mientrasun poco
¿Qyé contestÓ bostezando—, pensás pasarte
yo que do. Será que, como dijo mi papa, yo no
un año mirando el paisaje?
tengo ida de lo que sucede en este pueblo.
Tuve que reconocer que algo de razon tenža.
Sobre todo cuando siguieron dos horas de 2
tortura hasta llegar a Las Flores, en las que el

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saló con cada piedra del camino y
el polvo entró a raudales por las ventanillas or DIANO DEL GRUPO DE RESCATE
todos rente a esos extra-
ahora estábamos allí, f de chaquetas verdes y 21 de enero de 2002
trompetas hombres
castadas que nos daban la bienvenida y a la de Hoy se realizó la primera reunión
vestido naranja que soltó sus flores de mi del Grupo de fiescate de Las
mamá antes de proclamar las manos Flores. Yo, Angeles Espinoza,
el estaba feliz, absolutamente feliz, dedidí llevar un diario de los
acontecimientos de aquí en
de recibirnos.
adelante. Consideré que, si
llamo Mara, contenta que tengo de estar catorce triunfarnos gesta será la crónica
aquí, años Todavía y que fal-sí, que estoyllecaran de nuestra hazaña, una crónica que
dejaremos a las futuras reparaciones a domicilio si alguien
generaciones de qþabitantes de este lo llama. Es español, aunque lleva
pueblo. Y si fracasamos, será de viviendo aquí más tiempo del que
que hicimos todo lo que estuvo - puede recordar.
1â¾aÀnuestro alcance para evitar la Marta Faldutti: dueña de Arco
muerte de Las £BFIores. Iris, tienda de ropa para mujer y
Las reuniones tendrán lugar niña. Se especializa en suéters,
siempre en la sala ÐŽul dei Es un tejidos por eua misma.
B
,ftääpartada del bar y el billar;
nos mantiene lejos del ruido y de
los curiosos. No es que estas
reuQQóíones sean secretas, pero
creemos que por ahoes mejor
mantener cierta reserva sobre
nuestra }ižåètividadr para evitar
interferencias. También acor-
poco chica, pero como está damos Leticia Fernández: profesora de
que el grupo no incorporará nuevos Matemáticas y Física en la escuela
miembros. Ya es bastante difícil secundaria. También da clases de
tomar decisiones sin pelearnos así piano, cuando consigue alumnos.
como estamos. Los siete integrantes Horacio Stern: marido de Leticia.
son los siguientes: Ex empleado del astillero. Desde
Luis Verdú: intendente del pueblo. que está desocupado, trabaja con la
María Rosa Sánchez de Verdú: camioneta haciendo traslados o
esposa de Luis y directora de la mudanzas.
escuela primaria. Ange|es Espinoza (o sea, yo):
Santiago Rueda: carpintero, especialista en repostería. Dueña
herrero y escultor. Como ahora de la casa de comidas El Lago (ex
tiene poco trabajo, también hace hostería El Lago). Escritora
amateur (es decir, nunca publiqué RžDijo muchas cosas, Para empezar:
nada, pero tengo varios cuadernos que como toüèuos•sabíarnos el
compfetos con poemas, cuentos y una pueblo había llegado a tener en
incipiente novela). *«épocas de gloria más de mil
ochocientos habitantes. Pero que
según el censo elaborado por él
16 (tmisrnoy en 1999 la población era
w bueno explicar por qué somos de mil treinta y siete personas.
nosotros y ?èötros los Que un año después, en diciembre de
integrantes del Grupo, habiendo 2000, se había reducido a
Cha gente más en el pueblo. setecientas Ochenta y dos. Y que
Pero en verdad, estoy segura. O este año en Las Flores éramos
tal vez sí: fuimos quienes apenas trescientas noventa y ocho
alria vez expresamos temores, personas pero eso esta semana,
dudas, una cierta porque el martes próximo Se iban
los Rosso (padre, madre y dos
:éocupación por lo que iba a
hijos), con lo cual seríamos
pasar. Los que adrtimos que las
trescientas noventa y cuatro. Lo
cosas estaban yendo mal y si no
que era, prácticamente, una
>åcíamos algo, irían peor, Don catástrofe. No que se fueran los
Luis fue quien nos Para hablar, Rosso, sino la situación general.
dijo, para discutir el futuro.
Según don Luis, hemos ingresado de
,ötAhora fue el primero en tomar la lleno en la categoría de "pueblo en
palabra. Hallevado una libreta peligro de extinción' . Es decir
donde tenía prolijamente que si no se revierte el proceso
"ùhanotados todos los datos actual de fuga, Las Flores dejará
actuales de Las Flores. de existir.

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—¿Eso qué significa exactamente? — de vez en cuando algunos
quiso sa- mochileros va-
ber Santiago. tes, pero esos ponían las carpas
en el bosque
Que se muere. Que va a terminar no gastaban dinero en el pueblo.
vacío, Que los
como ya pasó en otros dugares. Hay <ristas podrían ser nuestra
cuatrocien- salvación, pero que
tos pueblos en estas condiciones en condiciones no podíamos atraer a
el país: la nadie
gente se va yendo hasta que no son último, dijo que, como todos
más que sabemos,
una cáscara} un conjunto de ucha gente dei pueblo trabaja en
edificios desocupa- e! frigorífico
dos y cubiertos por el polvo. Les está a dos kilómetros de aquí.
dicen pueblos Que según
fantasmas. Como Manzanares. rumores, las cosas le estaban
yendo bastante
—¿Como Manzanares? —dijo espantada Y que si el frigorífico cerraba,
Mar- estábamos fri-
ta—, No, Luis, eso no nos puede Así dijo: fritos.
pasar a nosotros.
¿por qué va a pasarnos una cosa pidió entonces la palabra
así? Horacio. Dijo que lo
Entonces el intendente hizo un hacía falta era que asfaltaran e$
aná*isis de las camino.
causas. Que en realidad ya todos *Aquí hubo un murmullo de
las conocíamos, reprobación gene-
pero insistió. Empezó con el fin ralizado, porque decir eso era
del ferrocarril, una obviedad sin
aunque eso pasó hace ya casi veinte sentido. Don Luis le recordó que
años. Pero hace más de
según él, las consecuencias de que veinte años que se está pidiendo
el tren no el asfalto al go-
pase más por nuestro pueblo siguen bierno provincial, pero no hubo
sintiéndose caso. Y ahora
hoy en día. Después siguió con los con [a crisis, menos.
cierres de los
dos astilleros: uno en 2000 y otro Leticia sugirió formar una
seis meses comisión para habiar
atrás, que habían dejado sin con el intendente de San Marcos,
trabajo a numerosos y pedirle que
florenses (yo siempre uso esta af menos vuelvan a mantener en
denominación, buen estado el
aunque algunos prefieren decir camino. Luis le respondió que ya
"floridos"). habían ido a
También se refirió al problema del t hablar diez días atrás, sin
camino: dijo resultado. Dijo también
que en el último año, con ia que el miércoles pasado el
crisis, la municipa- intendente se había
lidad de San Marcos había dejado de tenido que esconder en su oficina
mandar fa porque una
cuadrilla para mantener el camino multitud de vecinos enojados de
más o menos San Marcos ha-
transitable Y que si antes ya bía ido a golpear cacerolas para
llegaban pocos tu- reclamar que ba-
rístasr ahora, con tanta piedra y jaran tos impuestos y repartieran
polvo, solo ve- comida entre
18 19
los más necesitados. Y que en estancia. De a poco su familia
estas condiciones Las Flores se fue yendo. La esposa murió y
no le importaba a nadie más los hijos viven en la ciudad.
que a nosotros. Ahora está solo con un nieto.
Entonces pidió la palabra —¿y todo eso qué tiene
Santiago, el carpintero. Dijo que ver? —volvió a
que había que ir a hablar con preguntar Leticia.
don Alfonso Vera. —Que Alfonso es dueño de
—¿Don Alfonso? —repitió María una gran fortuna. Y yo
Rosa—. ¿-El rico de la debo de ser el único que
estancia? Debe de tener más de se acuerda de una
noventa años. promesa: cuando apareció
—Noventa y tres, para ser el petróleo, dijo que
exactos —aclaró Santiago—.
Diez más que yo. Y taf como 20
usted dijo, es rico. ¿ita vez él iba a pagar e!
—¿y qué puede hacer él? —preguntó asfalto hasta la ciuHay que
Leticia. hacérsela cumplir.
Alfonso se instaló en este ¿A los noventa y tres años?
pueblo hace mu] Ps i chos años, —exclamó Mart4tNi siquiera
cuando recién empezaba —explicó
se va a acordar. Y creo que
Santiago—. Le fue bien, compró
dp
campos, cultivó. Ustedes son muy está
jóvenes para recordar el día en que (Lpues se lo recordamos —insistió
se enteró de que en uno de sus campos Santiago—u Y cóhace falta,
había petróleo. Fue entonces cuando gritamos.
vinieron empresarios de Buenos Aires 4 por qué va a hacernos caso?
para comprarle las tierras. Las
vendió y se quedó solo con la
él siempre quiso al pueblo,
Además, probar no perdemos nada. 3
eso tenía razón. Y como no había
otras proOüestas terminamos por
aprobarla. Se creó una -adomisión —
Santiago, Luis María Rosa y Leticia—
ir a visitar a Alfonso Vera tan
pronto como Fuera posible. No había
más que hablar, así que *trajimos
unas cervezas del bar para tomar
algo antes de diso|ver la reunión.
Alguien mencionó a tos Herrera.
—La familia del médico nuevo — ASTA mi hermano, que no
explicó don Luis—. Acaban de negar abandona su cara de por-qué-me-
su mujer y dos hijos. Lindos tiene-que-pasar-esto-a-ml, tuvo
chicos, que reconocer que la casa no esta
—Esos no van a durar —desconfió mal. INO solo es más grande que
Marta—. Son gente de ciudad grande.
Nunca se van a adaptare —Tal vez te
la que dejamos en Buenos Aires,
equivoques —dijo María Rosa—r tal sino que tiene un jardín increíble.
vez se enamoren del pueblo. Para nosotros, que siempre
Brindemos por que se queden. vivimos en un departamento en el
Necesitamos gente joven. que había que asomar medio
—Por los Herrera y por el asfalto cuerpo por la ventana para poder
—dijo Santiago levantando la copa. ver el cielo, todo este verde es una
Los vasos chocaron y todos
sorpresa inesperada: hay seis
bebimos,
árboles, césped de verdad y hasta
21 flores. Papá nos contÓ que fue la
casa del médico anterior, que ahora vive •Y la escuela? —pregunté, solo para
en la ciudad, y que pagamos por ella un mosinteresada.
alquiler muy bajo. —Podemos visitarla si quieren —dijo
Obvio —dijo mi hermano—, nadie papa Claro que ahora están de vacaciones,
más querrla vivir aca. pero la directora vive al lado y ya nos
Papá ignoró el comentario. Tenía otra invitó a pasar en' cualquier momento. El
sorpresa: le compró cuatro bicicletas primario está junto secundario, así que van
usadas a una a poder ir juntos.
—Qyé fantástico... —dijo mi hermano
22 en ese tono que ya estaba empezando a
de apellido Rosso que al parecer está a de fastidiarnos a todos.
dejar el pueblo. Dijo que también auto vigo a
su disposicion en el puesto tario, para casos
de urgencia, pero casi ca se usa. Después del almuerzo partimos en
Aquí todo el mundo se mueve en bicicleta
bicicleta hacia el lago. Claro que una cosa
explicó mientras desarmábamos las valiYa
van a ver. Esta tarde podemos hacer paseo es partir y otra es llegar. Y no porque sea
hasta el lago. Les va a encantar. lejos, sino por23
J evidente que mi papá hace desesperados que cada dos minutos alguien
nos detenía para gt saludarnos.
tygçnto eguerzos mostrarme para que contenta, La cosa empezó a volverse
todo esto pero nos no guste. es fácil. Yo in-El insoportable. Era así: uno subía a
la bici, pedaleaba un trecho,
'4Ñ.isaje es espectacular, sí, pero todo se ve tan digamos unos cincuenta metros,
émiñúsculo, tan tremendamente aburrido... y oía el grito:
—iDoctor Herrera!
Nos detentamos. La persona se Después se limitan a saludar. Esto
acercaba alborozada y exclamaba: es distinto, hay que acostum-
IAsí que llegó su familia! iQyé alegría!
Entonces todos bajábamos de la bici. 24
Seguía una ronda de besos e arse. En la ciudad uno camina sin mirar a
intercambio de comentarios sobre ie, sin pensar quién es el tipo que respira to
temas tan interesantes como: la a tu oreja en el ómnibus. Acá la gente
extensi6n del viaJe, si estábamos muy conoce desde que nació. Entonces se
cansados nuestros nombres, si el lugar saluåàÏi, se interesan por el otro, se ayudan.
nos gustaba, si estábamos cómodos en Es
la casa, si necesitábamos algo. Las Otra forma de vida.
respuestas variaban poco: largo, más de -—Qyé emocionante... —dijo burlón mi
un día; SI un poco cansados, Mara y her-
Leonardo, el lugar es hermoso, estamos 'imano en la orilla del lago—. Son tan
muy cómodos, no, gracias. Al final increíble-mente amables que saludan hasta
estaba tan mareada que a uno le dije a las piedras. -Así caminan: iBuenas tardes,
que me llamaba Moro y cuando señora piedra! qué día magnífico, ile ha
preguntó si estaba cansada respondí que salido a usted una peca gris! Sí, señor
no, gracias. piedra, hay un poco de viento, pero no
Llegamos al lago agotados. corre el riesgo de volarse. Hoy la veo un
¿La gente acá es siempre tan... poco tiesa, señora piedra, le convendría
amable? —preguntÓ mama mientras se hacer gimnasia, ¿cómo andan sus
sentaba a la sombra de un árbol. piedritas ?
Solo al principio —la consoló mi No vino mal reírnos un poco. Después
padre—. I Hasta que los conozcan. Leo se fue a caminar solo, dijo que iba a
buscar algún lugar donde no hubiera nadie
para saludar. Yo me senté en la orilla del lago y me —Qyé —dijo desde atrás mi
saqué las sandalias. El agua estaba helada, pero al mama—, ¿hay renacuajos ?
cabo de unos minutos el pie dejaba de sentir el frío, —No, ma, me parecio.
como si estuviera anestesiado. Era agradable el DIARIO DEL GRUPO DE
contraste entre el cuerpo caliente por el sol y el pie RESCATE
helado. Empecé a tirar piedritas al lago. Desde
atrás, me llegaban las voces de mis padres, que
•Ž:4 de enero de 2002
hablaban sentados bajo el árbol.
—Está furioso... papa. Hoy reafizamos la segunda
Ya se le va a pasar —lo tranquilizó reunión del Grupo. El primer
má—. Cuando se haga amigos va a punto que abordamos fue el
cambiar de actitud* A Mara, en cambio, encuentro entre don Alfonso y la
la veo rara. Está muy callada. comisión designada, Tomó la
palabra María Rosa y contó lo
Callada. Sí, yo había estado callada.
siguiente:
En realidad, todo este cambio me Que don Alfonso los había
gustaba tan poco como a Leonardo, pero recibido e! día antërior en la
a fin de cuentas me había resultado estancia y les había ofrecido un
oportuno. Fue una manera de escaparme sabtoso té en tazas de
de la escuela después de lo que había porcelana. (Aquí hubo una
pasado con Diego. Diego: de solo pensar interrupción de Leticia, que se
en él me volvió a dar bronca. Agarré una mostró impresionada por el lujo
de la casa. En realidad, aunque
piedra pesada y la tiré al medio del lago. *técnicamente la estancia
Las palabras se me escaparon como una pertenece a Las Floresž está
escupida: algo alejada y recibe pocas
—Maldito renacuajo... visitas. La mayoría de los
florenses nunca pasó de la
tranqueìa,) María Rosa siguió —Se va a ir, como
diciendo que le habían explicado en todos —suspiró don
detalle cuál era la situación del Alfon- 50-, Mis dos
pueblo. Luego Santiago le recordó a hijos se fueron a la
don Alfonso que en el pasado había ciudad hace años y
hablado de asfaltar el Camino. Tal se llevaron a sus
vez, agregó, este sería el momento - familias. Solo quedó
de hacerlo para evitar la muerte de este nieto conmigo,
Las Flores. porque le gusta el
campo. Pero el año
97 que viene va a ir a
—Pero encarar una obra la Universidad en la
así... A mí me quedan pocos ciudad. Y ya sé que
años... -dijo don Alfonso. no va a volver.
—Bueno -respondió Sebastián entró
diplomático Luis—t eso nunca desde la sala
se sabe. Y además, sería su
legado... contigua, donde
—¿Mi legado a quién? Ya evidentemente había
no va a quedar nadie de mi estado escuchando la
familia aquí cuando ese conversación.
camino esté listo. No creo
que mis herederos quieran —Abuelo, no digas
que use mi dinero en una eso. Ya te prometí
obra que nunca van a ver. que voy a venir los
—¿Por qué dice eso? —preguntó fines de semana y en
Leticia—. Si está su nieto las vacaciones.
Sebastián, que apenas tiene Además, cuando
dieciocho años, termine la
Universidad voy a
volver a vivir acá, Si Fue lo único que pudieron
para eso decidí estudiar arrancarle: la pro(Mesa de
Agronomía. que iba a pensarlo.
—Eso decís ahora, pero
no vas a volver. ¿y saben
por qué? -preguntó : [difll=Entonces, nada —suspiró
dirigiéndose a los Marta—. No hubo ninAún avance.
demás-. Porque acá no yo tengo algo para
tiene novia. Si hubiera agregar —dijo Leticia, y se
alguna chica, tal vez arremangó, como hace antes
volvería. Pero va a de explicar un ejercicio de
encontrar en la ciudad y matemáticas.
aquí no vemos más. Yo sé Resultó que cuando salían,
son esas cosas: sin ella se había quedado
novia, no hay pueblo demorada, charlando con
valga. Sebastián. Porque ella había
hizo un silencio. Todos sido su profesora en la
pensaban que en /eâfidad tenía escuela y lo conocía
razón, pero nadie quería decirlo. bastante. Y le preguntó si
s'&åÉcierto que la mayoría de los realmente pensaba volver
jóvenes del puese van: parten a la después de la Universidad.
ciudad en busca de traþäjo o para Sí, profe —dijo él—. Yo
seguir estudiando y luego arman quiero vivir acá. A mí la
•å$*4åtlá sus vidas, Desde ta ciudad no me gusta.
distancia, Las Flores se ve enás —¿y ese asunto de fas
pequeño. novias?
Luis hizo un último esfuerzo: —¿Qué?
F don Alfonso, fin y al cabo, este Digo, ¿no hay ninguna
'ha sido su pueblo. novia en vista?
Dice Leticia que él se puso dinero. Otros
colorado, argumentaron que no se
—Bueno* no encontré... A mí no me trataba más que de una
resulta "pequeña intervención"
para que las "fuerzas de
Y eso fue todo. Pero Leticia la naturaleza" hicieran
se quedó pensan-. do que, tai lo suyo y unieran a dos
vez, habría que darle un jóvenes a los que, tal
empujoncito. ¿Un qué? — vez, les costaba
preguntó Santiago. acercarse. Y que estando
—Un empujoncit01 ayudarlo un las cosas como estaban y
poco. El chico es tímido. no habiendo otras
¿Usted dice que nosotros iniciativas, qué uaba
tenemos que buscark novia? —se probar esta. Fue
sorprendió Luis. finalmente esa ia poYaque
—Ayudarlo a encontrarla. Si triunfó.
él tuviera novia, tal vez don modo que se decidió lo
Alfonso cambiaría de idea. Con siguiente: Leticia va biela
tal de salvar el pueblo... encargada de hablar otra vez
—Sí -la apoyó Marta—ž si es con Sebaspara sonsacarle
por salvar el pueblo... algunos detalles: qué tipo
La propuesta dio lugar a una Chica le gusta, si le
larga discusión. Algunos interesa alguna en
decían que era ridícui01 partiEntre tanto, Marta va a
ilógico y bochornoso que la hacer una lista de ay las
Comisión de Rescate anduviera chicas del pueblo de entre
buscándole novia a un chico. dieciséis y iocho, sin
Que además eso no garantizaba novio. Para saber adónde
que don Alfonso pusiera el
apuntaSe fijó una nueva reunión pero aquí nadie puede imaginarse
para e} día silente. un 26 de enero sin fiesta.
Como último punto, se habló de la Don Luis dijo que la colecta
fiesta de la A la gente que no es de para comprar guirhaldas y vino
aquí siempre le «tesulta extraño que iba bastante floja. Y que e'
festejemos a las flores en y no en equipo de música andaba un
septiembre, que es cuando empiela poco mal, había que revi-
primavera. Pero es la fecha en que se
E
fundó frhqste pueblo y siempre —Tenemos que hacer una buena
pareció una buena idea #ìðþacer una fiesta este año —insistió—.
fiesta en el verano, cuando Finalmente, también es la
supuestallegan más turistas. Claro bienvenida para los Herrera.
que los turistas ya casi no vienen, —Dicho sea de paso —intervino
Marta—, no tos
veo muy contentos. Esos chicos se
pasan ei tiemì po encerrados en la
casa.
—Ya harán amigos —dijo María Rosa
—. La fiesta es una buena
oportunidad.
—También para darle el
empujoncito al pibe —dijo
Santiago, que se había
entusiasmado con la idea.
Don Luis trajo la cerveza y
brindamos: por una. novia para
Sebastián.
E pasé los primeros tres días en el pueblo
ibiendo cartas. Creo que fue una manera bi!
escapar al acoso de mi padre, que a toda ta quiere
que salgamos a "integrarnos" con gente, una idea
que por ahora me revuelve a4estÓmago. Pero la
urgencia de las cartas tamtffién se debe a que
quería pedirles a mis amivas que me respondan
lo antes posible. Me "Ahuero por saber todo lo
que pasa en Buenos ;Aires, todo lo que me estoy
perdiendo enceirada en un pueblo donde nunca
sucede nada. Por supuesto que tengo ganas de
que alguien me cuente sobre Diego, pero no
pregunté. Juré no volver a interesarme en ese
cerdo desgraciado.
La caminata hasta el correo fue uno de los
primeros paseos que hice sola. Mi casa queda a
tres cuadras de lo que aquí llaman "centro", '|
aavitarnos a la fiesta de la Flor. Uno diría que as
cinco o seis calles en las que hay nego- evento
con ese nombre debería suceder en ucinost
carnicerías, panaderías, dos tiendas de pero este
pueblo no parece funcio-

que también es la farmacia. En este normal: aquí las flores son me detuvieron para saludarme unas
doce veces.
Mujeres, hombres, chicos... creo que hasta los y si no, en el club -explicó mientras se perros me
miraban. Me preguntaban como es- ¿t)f:þnaba el café que le ofreció mi mamá—. Va
taba, si necesitaba algo, si quería que me acom-! paraíso. IVIi hermano la miro con cara de cado
pañaran a algún lado... hasta hubo una señora i y yo desvié la vista. Mamá intentÓ di10 poco
que salió de una panadería para ofrecerme de que le entusiasmaba el plan. bien —dijo—.
regalo dos medialunas, La última fue la Vamos a hacer lo posiOe por ir.
directora de la escuela, a quien había conocido Leticia no se contento con esa res-
eh día que llegamos.
Contacté con una de las chicas que va ser
compañera tuya el año pr6x1mo —me dijo— que esta fiesta sea también la bienvenida e
En los próximos días va a pasar por tu les da el pueblo a ustedes. Estamos muy ,
casa¿ para invitarte a alguna reunión. Así se ptentos de que estén aquí.
conoceno
a.
¿Pero qué podía decirle? quería me dejaran Apenas se cerró la puerta mi hermano se so a
en paz? ¿Qye estaba triste porquel iba a pasar gritar que él no pensaba ir, que prefería viendo
el año nuevo lejos de mis amigas? ¿Qye no me la televisión, Jugar a las cartas hasta dormir,
interesa nada de nada esa reua nion ? pero que ni soñaba con participar de esa fiesta.
Peor todavía, diez minutos después de Que estaba harto, y más que harto: re-po-dri-do
volver. a casa sonó el timbre. Esta vez era de que los habitantes de Las Flores anduvieran
Leticia, la, mujer con la que habíamos viajado dándonos vueltas al- rededor. Como si nosotros
en el órn4< nibus. Es profesora en el fuéramos las flores y ellos las abejas. O tal vez
secundario y venla eso Último no lo dijo él, sino yo, que también
"haber bebidas, juegos v, por supuesto, el 'ài.le. estaba agotada de ese zumbido constante.
Esto último lo dijo sonriendo insinuante —Ya veremos —dijo mama con un suspiro
hanosotros, como si nos estuviera ofreciendo y \ se encerro en su habitacion.
La propuesta la hice yo durante la cena. ¿marcianos? ¿una banda de žbck and roll? ¿Por
Consistía, básicamente, en escapar. Claro que no se divierten con otra Pbsa? IPor qué no

II risa. i*tàesto va a pasar. Hay que tener un poco de pa-


que no lo dije de esa manera: qué tal si la nos dejan en paz!
noche del 26 Leonardo se había puesto rojo de la furia.
sugerí, recorrlamos los setenta kilÓmetros decidido hasta la ventana, la abrió de en par
hasta San Marcos. Podríamos cenar en un y asomó la cabeza.
restauran- i, te y luego dar un paseo por la —iDéjennos en paz! —alcanzo a oritar antes
ciudad, que aun no habíamos visitado. Mi que mi papá se levantara y la cerrara de un
hermano se sumo entusiasmado, y hasta mamá
esbozó una son- —Suficiente, Leonardo„ Calmate.
Todos nos quedamos en silencio. Papá
al fin y al cabo: ique se cree esta ente!
—gritó enojado mi hermano mientras se de la inserenar el ambiente.
mesa tan abruptamente que su a se cayó al piso un tiempo nomás —dijo= Por ahora souna
—. Qyé somos, ¿bichos? -'artistas de cine? , novedad, los recién llegados. Cuando hayan
acostumbrado a nuestra presencia
Sí —dijo—, podemos excusarnos con la gente II consultorio y otras tres me pararon
del pueblo, explicarles que les prometimos a los por la calle para recordármela.
chicos ir a la ciudad. No podemos faltar.
Mi padre negó con la cabeza. ¿por qué tanto interés por nosotros ?
Sería un desaire insoportable para yo—. ¿Acaso nunca vieron una
ellos Piensen que somos el principal fa;åiiilia de otro lugar?
evento de esta —Ustedes no entienden papá—. Este es
pueblo que esta muriendo.
fiesta: hoy cuatro personas se acercaron a ml
¿Cómo muriendo?
—Sí, se acaba. No hay trabajo y la gente se a la cumplamos un año aqul ya
ciudad. Cada vez son menos: si la dencia sigue asl, tenga algo en vista para volver a
en pocos años no habrá más pueblo. Este año la capital.
desde la capital provincial amenazaron con ¿Prometido? —Leonardo
cerrarles la escuela secundaria, porque no había levantÓ la palma de su mano
suficientes alumnos. La directora viajó hasta allá a como para tomarle juramento.
discutirlo y logró al menos mantenerla un período Mi papa se puso de pie y
más. Pero si el número de chicos vuelve a bajar, tal repitió solemnemente el gesto.
vez el otro año se queden sin secundario. Y asl —Prometido —dijo—. Tienen mi palabra
sucede con todo. Las Flores se muere, de
¿Y nosotros qué tenemos que ver? — onor.

pregunto mi hermano—. ¿Acaso vamos a Leonardo sonrió por primera vez en


resucitarlo ? varios
Somos los únicos que vinimos cuando
todos se van. Ellos querrían que vengan —Bueno pero en esa fiesta yo no lo
otros que el pueblo rejuvenezca... Pero por suenen.
ahora solo estamos nosotros. Y les gustaría
que nos quedemos a vivir.
No habrás aceptado —dijo nervioso Leo-
nardo.
—No, yo voy a cumplir mi palabra. Me
comprometí a trabajar aquí un año y eso
voy a hacer. Pero, como ya hablamos, voy
a seguir en busca de un puesto en Buenos
Aires. Tengo confianza en que para cuando
chicas, porque .es muy
6 tímido. Que finalmente
éf le dijo que había
tenido una noviecita a
los dieciséis, una tal
Lucy que era compañera
de escuela, pero que
DIAR|O DEL GRUPO DE RESCATE
eso duró poco porque
ella dijo que él ya no
le gustaba. Y después
25 de enero de 2002 nada. Pero que síf que
claro que le gustaría
Como primer punto se decidió tener novia, blo que no
que la reunión del día fuera le atraía cualquiera y,
breve, ya que faltaba mucho por además, le staba
pre- parar para la fiesta. encarar a las chicas.
Abrió el informe Leticia, quien dijo quién le gusta? —
había tenido una breve charla
interrumpió
con Sebastián, el nieto de don
Alfonso, Con ese objetivo,
había fingido encontrárselo por ftVí—N0ã pero kogré algunos
casualidad en la heladería. datos. Por ejemplo: ue tiene
Dijo que hasta tuvo que tomar que ser alguien a quien le
un helado de frutilla y crema gusten los pnimales, que son
para justificar su presencia su pasión* Que no sea una de
allí, y eso que estaba a dieta. tesas chicas cabecitas
Finalmente, fue al grano. Contó huecas, que solo piensan en
lo siguiente: o una tragalibros. Y que
Que le costó mucho que
Sebastián aceptara hablar sobre
—Qué bien —aprobó Luis—- ¿y de la —¿Qué? ¿No saben? —dijo Luis
parte física ¥àno dijo nada? —, Está de novia con Manuel
11'51£—Ah, sí: tiene que ser aita, Gálvez desde hace un año.
morocha y flaca. Parece que se van a casara
Raya negra sobre Eva.
morocha y flaca?. -protestó María
—María Mercedes Abad.
"Qué exigente! ¿Quién se cree que es
María Rosa se rió.
este —Imposible —dijo—. ¿ No lo
sabías, Marta? Huye de los
—Bueno, eso dijo. El es altísimo. chicos: dice que va a ser
Como punto siguiente nos abocamos monja.
al análiIli}iPsis de ia lista de Tachada.
candidatas que había —Van quedando pocas —dijo
confeccioft}àVnado Marta, Elia iba preocupada Marta—. A ver:
leyendo los nombres y los 'Rta:dernás Lucía Paredes. Esta puede ser.
opinábamos. —Pero no —protestó Leticia—.
—El primero es: Silvia, la hija Esa es Lucy, la que ya estuvo
mayor de los Gómez. de novia con Sebastián. Ella
—Descártenla —dijo Luis—, está a lo
punto de irse a estudiar a Neuquén.
Marta tachó ei nombre y siguió:
Otra raya negra.
—Claudita Spada.
Bueno, a ver esta —dijo con
¿Claudita? Ya era la chica más
un suspiro Marta—: Liliana, la
petisa del grupo cuando fue alumna
menor de los Rossi.
mía y creo que desde ese momento no
—Se fue a vivir a la ciudad
creció un centímetro más —dijo
con el hermano mayor —dijo
Leticia.
Horacio—, Yo la ayudé a llevar
La tacharon.
las cosas con la camioneta
—Eva? la hija del carnicero.
—Pero si la vi e' otro día en el —Está enamorada —dijo Leticia
club... —protestó en un susurro—.
Marta.
—Había venido de visita. Pero no, ya
no vive acá. ¿y por qué no Marcela?
'i
debería decirlo, porque es un secreto, pero

—Solo quedan dos —aclaró Marta—. Esperemos alguna sirva. Veamos: Lisa
Cano.
—¿Lisa? —Leticia sonrió-. Es todo lo contrario -lo que buscamos: baja,
rubia, gordita.., Y no hables de los perros: le producen terror.
Marta volvió a tachar. Pero entonces sonrió.
—Es la última, pero estoy segura de que esta fsïrve. Alta, morocha,
simpática. La veo a menudo viene a mi tienda. Es perfecta.
—Pero ¿quién es? , decí quién —se impacientó

—Ana Chávez.
Santiago, el carpintero, se {evantó abruptamente de su silla.
—De ninguna manera —dijo. —¿Cómo?
—Que nor Ana no. Ni se fes ocurra. —¿Por qué?
—Hace dos meses que mi nieto está intentando conquistarla. Le ha hecho
regalos, ha gastado dinero... Y por primera vez la semana pasada ella
aceptó ir a pasear con él. Así que no van a darle "empujoncitos" con
nadie, ¿me entienden?
Marta lanzó un pesado suspiro y tachó el último nombre.
No nos queda nadie.
—Pero tiene que haber más chicas... —dijo Luis.
—El resto o tiene novio o ya se médico es una buena candidata para
fue —le conEsto es todo. testó nuestro muchacho.
Marta-
—¿y ia nueva? -preguntó ticia, María Rosa y Luis se iban a quedar a
Leticia. pensar algunas estrategias para lograr que
—¿Qué nueva? Sebastián y Mara se conocieran en la fiesta.
—La hija del médico. El resto se iba a dedicar a los
—¿Mara? Pero es muy chica —objetó preparativos.
María Rosa-. Tiene apenas catorce. Luego se disolvió la reunión.
—Parece mayor -insistió Leticia—. No, me olvidaba •ntes trajeron la
Viniendo de BUenos Aires, es muy cerveza y brindamos: por que año
desenvuelta. Y es alta, mo- rocha, recién comenzado nos trajera paz,
linda... prossalud* una novia y el asfalto.
—No va a funcionar. Se van a quedar
poco -dijo Luis. tiempo...
—Eso no lo sabemos.
A ella, él no le va a gustar —
opinó Horacio. Leticia dio un
golpe en la mesa. st_

—A ver si ponemos os un o poco


no queremos de buena una volun-
notadl señores. ¿Querem

actitud positiva.
Todos se callaron5 avergonzados.
—La profesora tiene razón -
dijo Santiago, que seguía
preocupado por la futura novia
de su nieto-. La hija del
7 Filena. Y ellos, los florenses, se veían felices.
Inexplicablemente felices. Nadie hubiese dicho «¿sa
noche que era un pueblo moribundo en de un país en
crisis. Tal vez, dijo mi 'i Oapá, era el efecto del
vino con frutas, que cirw

serie de juegos para jóvenes. Un poco


idiotas, en verdad. El priumero se crataba de
nombrar la mayor cantidad «de animales
posible en apenas treinta segun-
ENSÉ que sería horrible, pero a fin de cuen- de nombres tan extraños que nadie los
tas la fiesta de la Flor no estuvo tan mal.
Comimos en casa un pollo con demasiado
condimento que papa preparÓ en la parrilla y
después fuimos caminando hacia la plaza. foros que contenla una cala que iba pasando
Mi hermano arrastraba los pies y tenla cara 'S mano en mano. Nadie podía abrirla: solo
de alguien que va al dentista para que le sa- entre las manos y decir un numero,
quen una muela. Luis, el intendente, anotaba en su hoja.
En el centro estaba el pueblo entero: habría, sonaba un poco bobo, pero esta vez
por lo menos, unas trescientas personas y todas tqtparticipé. Dije 134.
ii
parecían haberse puesto lo mejor de sus guar- El premio de los dos juegos era el mismo:
darropas. Además, se habían tomado un tra- tyhtbda la torta que uno quisiera comer en la casa
pm:
naldas, faroles de colores Y hasta cables de
ces que rodeaban los árboles. Claro que si uno fi*þda, con cara de zozobra permanente. Era la
miraba de cerca, todo tenla un aspecto un poco ti*dueña de un lugar al que aquí llaman un poco
'Oos, sin repetir. Ganó un chico alto que pa'f ¥+þecía
conocer todos los animales del mundo,

viejo y decadente, pero la imagen general era 'V qQresuntuosamente hostería El Lago, porque al
47
parecer alguna vez tuvo habitaciones para tortas deben ser buenas, ya que todo el
turiscas. Ahora es apenas una casa que vende mundo se mostraba muy interesado en ganar.
comidas. Pero no me cabe duda de que las El que triunfara, aclararon, tenía que
compartir el festín con Sebastián, porque así momento en que un chico se acercó y gritó
se llamaba el chico alto que había ganado el que era él quien había ganado, que su
juego anterior. número era el 135. Luis Leticia pusieron
Al fin el intendente tomó el micr6fono y cara de velorio, Tras cotejar nÚmeros, ella
con ayuda de Leticia empezó a contar los se acercó al micrÓfono • y como si fuera a
fósforos. El pueblo entero le hizo coro: anunciar una terrible catastro-
Uno... dos... tres... cuatro...
Siguió rápidamente hasta que ya casi no —Entonces son Sebastián y Francisco
quedaban fósforos en la caja. Entonces los quieganaron y van a comerse las tortas. Un
empezó a sacar muy despacio, para crear aplauso.
emocion: —Los últimos: 130... 131, 132... Pensé que el tal Francisco debía de caerles
Mi hermano me apretó la mano sin darse mal para deprimirse así con su triunfo.
cuenta. La cuenta segma:
—133... 134... y... i 135!
Al rato vi que la banda de las chaquetas verdes
Entonces sucedió algo extraño. El sus Instrumentos en un escenano
intendente y la profesora me miraron y ella improvisado. Luis volvió a tomar el
gritó: I Ganaste! micr6fono y dijo que antes de que comenzara
el baile anunciar que habla una nueva familia
Sí, dijiste 135.
el pueblo.
—No —les aclaré—, yo dije 134.
—Oh, no —susurro a mi lado Leonardo y a
¿Cómo?
me empezé a doler el estómago.
Los dos se pusieron a buscar
frenéticamente el dato en la lista, justo en el Pidió entonces que nos acercaramos, nos
nombró uno por uno, y todo el mundo
aplaudió un rato. Mi hermano miraba a todos mujer, la directora de la escuela, que tenía
con cara de asesino de serial y yo creo que por acompañante al chico alto que había
me puse colorada. ganado el juego de los animales. Me tomé de
Por suerte, duró poco. La banda arranco y la cintura, pero enseguida supe que era un
algunas pargas salieron a la pista. Yo estaba castigo bailando: en tres minutos me pisó dos
imirándolas distraída cuando noté la veces.
presencia del intendente a mi lado. Disculpame —dijo la segunda vez—. Es
ZLO
que no sé bailar. Yo no bailo nunca.
¿Puedo bailar con vos? —preguntó—. Es ¿Y por qué saliste? —le pregunté.
una tradición del pueblo... sacar a los recien No salí, me sacó la directora y no pude
llegados para la primera pieza. negarme.
uise resistirme, pero vi la cara de mi Yo tampoco tenla ganas —le confesé—.
mamá y supe que no había escapatoria. Si querés, lo dejamos.
También a ella y a mi padre los habían Bueno —sonrio y cada uno se fue por
invitado a bailar. Leonardo, en cambio, su lado.
había huido justo a tiempo. Pero en verdad No sé SI sera imaginacion mn, pero cuando
no fue grave porque el asunto resultó muy dejé de bailar tuve la sensación de que todo el
breve. Habíamos dado unas pocas vueltas mundo me miraba. Es decir, ya antes la Œente
cuando la musica se detuvo y alguien gritó: nos observaba porque somos los nuevos del
iCambio! pueblo, pero ahora era algo especial: todos
—Otra tradiciÓn —me susurró el clavaban sus OJOS en ml, como si fuera una
intendente y sin más debimos cambiar con la extraterrestre recién bajada de su nave. Estaba
parga que estaba al lado. Justamente era su pensando en irme cuando dos chicas se me
acercaron. Dijeron que iban a ser compañeras enamorada de un tal Ricardo. que trabajaba en
mias en la escuela y quenan presentarse. Una el astillero. Un día él se fue a otro pueblo en
se llamaba Lisa, era rubia, un poco petisa y no busca de un me)or puesto: le juró amor eterno
paraba de hacer chistes. La otra, Marcela, y le pidió que lo esperara. Pero nunca volvió y
tenía el pelo rojo y muchas pecas en la cara. desde entonces ella se dedicó a escribir
Me cayeron bien. poemas y cocinar tortas. Hasta me hablaron de
—Salgamos de acá —dijo Lisa—, te mtran Sebastián, el chico alto con el que yo había
demasiado. bailado brevemente: era el nieto del único
Me agarró del brazo y empezamos a hombre rico de la zona, un vigo que ya casi
caminar por el centro. Entonces Marcela me nunca salía de su estancia. Tímido como
pregunto si me gustaban las historias. ninguno, dijo Marcela, ni se atreve a dirigirle
¿Qyé historias? la palabra a una chica. A ella le parece un
—Las historias del pueblo, los chismes, poco lindo, pero yo coincidí con Lisa:
Claro —dije y fue como la señal de demasiado alto y con cara de pá)aro, Y hubo
largada. Hablaron sin parar durante horas. Esa decenas de historias más. IMe rel mucho y
noche me entere de cosas muy interesantes. hasta tome un poco de vino con frutas.
Por ejemplo de que Luis, el intendente, había Cuando volví a casa cal rendida en la cama y
estado en su juventud de novio con Marta, la dormí como nunca desde la partida de Buenos
dueña de un negocio de ropa. Pero luego se Aires.
había casado con [María Rosa, la directora. Y 8
por eso las dos se odiaban, aunque fingían ser
amigas. También supe que Angeles, la que
hacía las tortas, había estado perdidamente
DARIO DEL GRUPO DE RESCATE —Bueno, no importa de quién
fue el error —siguió Leticia
nerviosa—, Yo tenía que poner
28 de enero de 2002 los 134 fósforos rápidamente en
ia caja que íbamos a cambiar por
Había que admitirlo, dijo Luis la otra supongo que me
apenas estuvimos todos sentados, equivoqué.
la estrategia había sido un —A' después -resopló Marta
fracaso. Nadie le respondió,
el baile. ¿Qué pasó?
pero ni falta hizo: la reunión
había empezado con caras largas —Eso salió perfectamente —se
defendió Luis— una sincronización
y un clima de derrota enturbiaba
exacta.
el ambiente
se Puso de pie y empezó a mostrar
—¿Alguien me puede explicar qué cómo habían actuado.
pasó con el asunto de los
LO habíamos practicado con
fósforos? —preguntó Marta.
María Rosa. Ella venía con e}
Un error —dijo Leticia chico desde aquella punta y yo
sacudiendo la cabeza—. Un error con Mara desde aquí. Entonces
lo tiene cualquiera. Además, la dábamos tres vueltas, Yo
situación no era fácil: porque leVantaba apenas la mano, así
yo estaba en el galpón cuando ¿ven? , y ante esa señal ia
vino don Santiago a soplarme el orquesta paraba y ordenaba el
número que había dicho la chica camSaiió perfect01 mejor
y... imposible Yo puse a la chica
—Yo se lo dije claramente — en brazos de Sebastián. Lo que
interrumpió Santiago—. Le dije pasó después... eso ya no es
134. mi culpa.
Ni cinco minutos bailaron -se quejó porque tenemos un loab$e
Hora- objetivo, nunca hubiéramos
Era evidente que eso no iba a cambiado los resultados del
andar, juego... —carraspeó—. Y creo que
—Tal vez los forzamos esta es una buena oportunidad
demasiado -intervino Leticia-. para que todos nos comprometamos
Hay que considerar que son
a mantener silencio sobre este
chicos. Probabiemente les dio
asunto, que otra gente podría no
vergüenza bailar frente a
todos los adultos, Yo tengo entender.
otra idea para acercarlos Se —Esto merece un juramento —dijo
me ocurrió que... solemne Santiago.
Marta la interrumpió. Era —Y una bebida —agregó Horacio.
evidente que ese día ia Entonces alguien fue en busca
amargura la había ganado. de la cerveza y sellamos ia
¿para qué? Ni siquiera las promesa con un trago.
trampas nos salen a nosotros. Fue justamente Horacio el que
María Rosa saltó indignada. nos sorprendió esa noche. Cuando
Esto no es una trampa, De ninguna todos vaciaban sus copas dijo
manera que había estado pensando en
voy a aceptar que digas eso. nuestros objetivos. En qué
Esto es un intento por salvar pasaría si teníamos suerte, si
Las Flores. Y yo estoy orgullosa todo nos salía bien y
de ha- conseguíamos que ef gobierno o
don Alfonso pagaran el asfalto.
—Por supuesto —la apoyó Luis—.
Todos sabemos que si no fuera
—Pero es obvio, hombre —le —Eso digo —siguió Horacio—. No
contestó Santiago—. Vendrán los tenemos nada para ofrecer.
turistas. Tenemos que pensar en algo.
—¿y por qué van a venir? Necesitamos ideas. Y no hace
—¿Cómo por qué? —dijo riendo falta esperar el asfalto para
Matía Rosa—s Porque este es un ponerlas en marchaa
lugar hermoso. Hubo un murmullo generalizado
—¿y qué les ofrecemos? —insistió de aprobación. Luis aprovechó e
Horacio. hizo un pequeño discurso sobre
lo oportuna que resultaba la
—Les ofrecemos el lago, las
intervención de Horacio para
montañas, el aire puro, las
mencionar que mucha gente había
flores... la belleza —dijo
dejado caer la imagen de sus
Marta..
casas o negocios. Y que claro
—La Patagonia argentina está
que con la crisis las cosas es-
llena de lagos, montañas, aire
puro y flores, Sobra la belleza
-replicó seco Horacio—. ¿Pero
por qué recorrerían setenta
kilómetros para venir aquí?
Antes teníamos al menos una
hostería, comidas regionales...
Pero ahora„ ¿qué les ofrecemos?
Se hizo silencio. Un silencio
asfixiante como el PONO que a
esa hora se levantaba en las
calles.
taban difíciles, pero no era empezaran a
cuestión de espantar a los gustarse.
turistas. Se hizo otro
silencio. Entonces nos
comprometimos solemnemente a
pensar ideas para el próximo
encuentro.
Antes de levantar la reunión,
Leticia volvió sobre el asunto
de Sebastián y Mara. Explicó
que en pocos días vendría al
pueblo un grupo de teatro
itinerante que ahora estaba en
San Marcos y daría una función
en el club.
—Yo estoy a cargo de la
organización —agregó-. Pensé
quer si todos están de acuerdo,
po€dría intentar que... un poco
casualmente Mara y se sienten
cerca. Tal vez esta vez sí

sin más discusión. Para


terminar, se botella de
cerveza y brindamos: por
buenas ideas y por que de
una vez por todas dos chicos
9 —Qye se diviertan. Debe de ser un gran
espectáculo.
A estas alturas, creo que lo que le pasa a mi
hermano es básicamente que se enamoró de su
cinismo y no lo puede abandonar. Pero aunque
nunca lo va a reconocer, me parece que algo
en él está cambiando. El lunes pasado un
gruPO de chicos lo invitó a jugar al fútbol.
Volvió diciendo que la cancha era pésima, la
pelota no servia y había dos o tres que se
creían Mafadona pero eran todos de madera.
O se si será el aburrimiento o que
Al día siguiente, sin embarfr0, fue otra vez. De
estamos volviéndonos un poco florenses, pero
modo que tan malo no debió de ser.
a todos nos dio por ir a la obra de teatro que
presentaron en el club. En Buenos Aires, cada En cuanto a la obra, tengo que admitir que
fin de semana había decenas de obras en cartel efectivamente no era un gran espectáculo,
y nosotros jamás íbamos al teatro. Y aquí, en pero aun asl resultÓ divertido. Llegamos
cambio, nos sumamos al entusiasmo general pocos minutos antes de que empezara la
porque un pequeño grupo itinerante hacía su función. La ,mayoría de la gente ya se había
presentaciÓn en la noche del jueves. Todos situado y quem daban pocos lugares libres.
menos Leo, claro, que nos observó partir hacia Leticia nos separo de entrada: dijo que los
la función con su agotadora sonrisa irónica y adultos iban por un lado y los jóvenes por
dijo con suficiencia: otro. De rnodo que dejó a mis padres en
manos de Rosaura, una maestra que la
ayudaba a ubicar al público, y me acompaño Me di vuelta. Dos filas más atras estaban
a mí a buscar una silla. Yo vi varias vacías, y Marcela y Lisa. La gente chistó para que se
como ya estaban apagando las luces, intente callaran, porque estaba empezando la obra
sentarme en alguna de ellas. Pero Leticia pero Marcela lo ignoró.
reacciono de una forma extrana. —Vení con nosotras —volvió a gritar—.
—iNo! —gritó deteniéndome del brazo Mandamos uno para allá y te hacemos lugar.
con demasiada fuerza—. jAcá no! —varias EmpuJ0 a un chico que estaba sentado
personas se dieron vuelta para mirarla. junto a ella, que se levantó y empezó a
Entonces bajó la voz—. Es que quedó libre moverse con dificultad hacia mí; yo lo imité.
un lugar muy bien ubicado. Está en la Mucha gente nos gritó que nos sentaramos y
segunda fila. nos calláramos de una buena vez, pero de
No entendí por qué había reservado un sitio todas formas hicimos el cambio. Estuvo bien,
tan especial para mí, pero no era momento de porque sin duda lo pase mejor con Marcela y
preguntar. Cuando finalmente estuve sentada Lisa aque con el larguirucho ese.
me di cuenta de que tenía al lado al chico alto
del baile. Otra vez. Yo ni siquiera recordaba el
La obra, un poco aburrida, resultó ser una
nombre. Se había cortado el pelo muy corto y
buena oportunidad para ponerme al tanto de
lo vi aun más feo que la vez anterior.
la hlthnformacion mas importante sobre
Parece que nos encontramos en todas
quienes g*fiban a ser mis compañeros de
partes —me dijo y sonrió, lo que le dio un
escuela, que paestar todos allí. Por gemplo,
aspecto raro, porque tiene los dientes
me entere que Carmen, una de trenzas y
demasiado grandes.
Sí, qué casualidad... —empecé a decir, pero
anteojos, siempre se saca diez en las pruebas
me distrajo un grito a mi espalda. y tiene siete hermanos varones que la cuidan
como si fuera de porcelana. O que IMartín y gran consuelo. Qye él sea un cretino
Mercedes se pusieron de novios hace un mes infeliz no significa que yo no sea una
y parece que desde entonces no se sueltan la idiota. Si no, como pude creerme que
mano. Y que a Rodolfo, uno petiso con cara despues de seis meses de peleas y
cuadrada, lo encontraron ya dos veces reconciliaciones con Magda, de un día
fumando en la es- para el otro, mágicamente, había
empezado a gustarle yo. Cómo pude
Hubiera querido que me contaran pensar que en verdad quena que
algo de un chico de pelo ondulado y fuéramos novios si hasta ese momento
unos ojos verdes increíbles que estaba nunca me había mirado. CÓrno no me
una fila más atrás. Pero no pregunté. di cuenta de que apenas lograra su
Porque en cualquier caso, tengo objetivo, apenas ella, celosa, quisiera
decidido no tener nada que ver con recuperarlo, me iba a dejar plantada con
ningún chico por ahora. Dos veces por una excusa cualquiera. Me pregunto
idiota a ml no me toman, cómo se puede ser tan estúpida.
En la tarde había recibido carta de Por eso, dos veces no me agarran. Oí que
Buenos Aires, Mi amiga Estela me al de los ojos verdes le dicen Rulos. Un
conté que la relacion entre Magda y sobrenombre idiota.
Dieõ0 esta otra vez entre paréntesis,
porque ahora ella no sabe si quiere
seguir con él. Al leerlo, sola en mi
habitacion, solté una carcajada. Ojalá
que lo pase muy mal, horriblemente
mal, pensé. Por cretino. Igual, no fue un
ido hasta la capital, nos dijo,
10 a anunciar que Las Flores tenía
un plan para asfaltar el camino
y lanzarse como novedad
turística para la próxima
temporada. Varios levantaron las
cejas.
DIARIO DEL GRUPO DE —¿Tenemos qué cosa? -preguntó
RESCATE Horacio.
—Bueno, ya se sabe que conviene
exagerar un poco Si uno quiere
los trabajos del asfalto. Que en menos de dos incorporar a! pueblo en
las campañas tumeses el camino podría estar listo. Lo dijo y es- 'i
att}gßticas provinciales.
obtener resultados.
Y eso decía él que había
I de febrero de 2002 traído: resultados. Porque le
habían prometido que, si Las
Mejor empezar por las buenas Flores obtenía la donación que
noticias, dijo Luis apenas entró Luis anticipabaž entonces ei
y nadie preguntó cuáles eran las gobierno se haría cargo de la
matas. Creo que ya todos las planificación y bozó una
sabíamos. En cualquier caso, las orgullosa sonrisa.
buenas demandaron bastante —Perdón —interrumpió Marta—. ¿De
tiempo, porque se trataba de la qué donación estamos hablando?
reunión que había mantenido en —De la que va a hacer don
et gobierno provincial. Había Alfonso.
—Que yo sepa, don Alfonso no gobierno provincial le ha—Qué
nos prometió ninguna donación. interesante —dijo caut0å
Es mást ni siquiera logramos Horacio—. Lo no me queda claro
que lo considerara seriamente — es cuáles son nuestros lanes de
Marta se iba poniendo cada vez despegue turístico, que estamos
más nerviosa—. Lo único que elaborando. Vamos, seño—se
tenemos hasta ahora es un plan impacientó Luis—, Hay que
para conseguirle novia a su mostrar enerNo está mal
nieto y en este punto no prometer un poco de más: toIo
estamos seguros de que él haya hacen' Ahora Pensemos cómo
notado que ella existe.
Gran avance. Se abrió entonces el debate
Luis suspiró sobre nuestros turísticos,
Marta, con ese espíritu a partir de las propuestas
derrotista no vamos a ningún que
lado. '«i}þabíamos traído. Casi tres
—¿Derrotista? —Marta se horas se nos fueron ef
levantó y pensé iba a darle un análisis y discusión de
sopapo a Luis o tal vez a irse los proyectos, tres en las
con un portazo, pero no hizo que hubo desde fructíferos
nada de eso. Volvió a sentarse inter-
y se quedó muda. ladelaass eqsuoes Ppoer
Hay que admitir que el
optimismo de Luis era un poco
exagerado. Porque no se quedó incidentes, estoy en
ahí: también explicó que sai condiciones de hacer resumen
de las propuestas en las que
finalThente nos pusimos de turistas que pasen el día en el
acuerdo: acordamos que debía haber por
1) Hospedaje. Si bien nuestros lo meiÌ\lV$Ïos dos lugares
planes se orienEtan más bien a donde pasar la noche. Aquí to-
bían interesado mucho los planes para el des. Si ikth@os me miraron a mí
porque mi casa fue en un pegue turístico de Las Flores y, aunque no po-
lie*iempo hostería, pero como venían tan pocos díamos contar con un
aporte de dinero, prome- convirtiéndola solo en confitería. Convitía
todo su apoyo. Incluso —y cuando anunció esto se puso de pie para dar
énfasis a sus pala- iN\toración y luego vendría la reapertura de las
cuatro habitaciones. La idea es sugerirles a los Torres, que tienen su
enorme casa vacía tras ia partida de los hijos, que hagan lo mismo.
2) Deportes. Este fue uno de los puntos más agotadores, porque hubo
una cantidad increíble de propuestas ridículas, desde cazar pajaritos
a organizar campeonatos de ajedrez en la plaza. Finalmente acordamos
que en invierno hay que aprovechar la nieve en el cerro. Santiago se
ocupará de fabricar trineos para que ios chicos se deslicen por la
ladera. Al menos seis. También se habló de organizar cabaigatas, pero
está por verse de dónde sacamos los caballos, ya que el único
disponible es el matungo de don Felipe, que cada tres pasos se para a
descansar.
Para el verano hay más opciones.
Paseos en bote por el lago y
excursiones de pesca. De esto se
ocuparía Horacio. También habrá
caminatas guiadas por la iadera
sur del cerro, la más difícil de
subir. Esto es algo que yo no
logro entender: ¿cuál es el
sentido de trepar durante horas,
toparse con unos bichos asquerosos
y terminar todo rasguñado? Bueno,
al parecer esto es lo que ahora se
llama "turismo aventura*' y está
muy de moda, según me aclaró María
Rosa: Lo apodaríamos: "caminata
ecológica con ascensión al cerro y
avistaje de fauna local'
3) Actividades culturales, Es imprescindible, así io dijimos, tener
una feria artesanal. A los tu-
9
ristas les fascina y siempre compran algo. De modo que a partir de
esta semana el pueblo entero deberá ponerse a fabricar alguna cosa
linda y barata. Ya hay tres rubros comprometidos: ias casitas de
madera de Santiago, las muñecas de *rapo de Marta y mis dulces
caseros. Tuvimos disuadir a Horacio de ia idea de fabricar arañas de
goma con pelos, que son franrepugnantes,
4) Las promociones. Esta fue una idea de Rosa. Dijo que para atraer
turistas hay que IO generar eventos. Marta sugirió una Semana del
tauežTé Galés, pero le explicamos que si no hay en el atpueblo ningún
galés, si nadie tiene parientes gasi no . tenemos ni idea de cómo se
hacen tortas galesas, mejor pensar en otra cosa. Ya dimos con dos
ideas: aprovechando que tenemos $gþalgunos de jardines más lindos de
la Pataavonia, en primavera vamos a lanzar un concurso (que se llamará
I
'Flores en Las Flores". Los turistas ivan a poder votar al mejor
jardín y llevarse flores regalo. En invierno, e! concurso será de muÁ!
ñecos de nieve. Aquí aprovecharíamos las habiOidades de Santiago, que
hace unas esculturas faIbulosas.
5) Financiación. Todo esto está muy lindo, dijo en un momento Marta,
¿pero cómo se aga? Buenol en primer lugar todos acordamos stirar al
máximo los recursos propios. Claro que
eso no alcanza. Luis dijo 6) La publicidad. Fue Leticia la
que podrá sacar algo de las que lo dijo: vamos a tener unas
arcas municipales, pero
tampoco así será actividades maravillosas y na- i.
suficiente. El trueque, fue die se va a enterar. La
ia respuesta. Horacio publicidad, concluimos, es
explicó que con la crisis esencial. Y no alcanza con
surgieron en las ciudades informar a las agencias de
cantidades de clubes de turismo. Se decidió que
trueque. Podríamos vamos a mandar grupos de
intercambiar algunos adolescentes a San Marcos
productos propios (verduras y otras ciudades cercanas
de las huertas, dulces, a repartir volantes a los
artesanías) por materiaies turistas.
de construcción y pinturas. Llegado este punt01 todos
estaban cansados y
querían irse. Horacio ya se
había parado para ir a
buscar la cerveza del pusiera el dinero. El otro
brindis, cuando Luis dijo grupo, capitaneado por Leticia,
que no, que faltaba hablar inen probar un poco más, en
de las malas noticias. generar una oportunidad para que
Marta le contestó que no algo surgiera entre chicos, La
valía la pena, porque ya discusión entró en terrenos
todo el mundo conocía e} difí-
último fracaso de nuestras
estrategias. —El amor no puede forzarse -le
Sí —aceptó Luis—; pese dio por decir M a rta—. Si hasta
a que con grandes ahora no pasó nadal es que
esfuerzos Leticia logró existe entre ellos fa semilla de
que se sentaran juntos la pasión. Hay '*gente quer
para la función, la chica sencillamente, es incapaz de
se cambió de jugar amar.
enseguida. Hay que decidir Y aquí echó unas miradas
qué rumbo tomamos con este sugerentes a su alðiededor que
asunto, pusieron a algunos incómodos, Luis
Eso dio lugar a una nueva Cambió de tema.
división en bandos:çq en que olvidemos este
Estaban los que proponían asunto. Paseos en limpio
olvidar definitivamerp nuestros nuevos proyectos y
la idea del noviazgo y, en vaamos a visitar a don Alfonso.
cambio, volver a a don Alfonso, no avanzamos con Sebastián,
ahora con una detallada de el viejo no Via a aceptar —ie
nuestros proyectos turísticos. O contestó Leticia.
intentar entusiasmarlo para que
Al fin, se llegó a una
solución salomónica: Leicia 11
haría un nuevo intento de
acercamiento y al ismo tiempo
una comisión iría a visitar a
don Ifonso.
¿vPor último, ya agotados,
brindamos: por que onsigamos la
plata para el asfalto, por que
surja amor de una buena vez y
por que las reunioés sean en el
futuro más cortas.
N perro. Esa es la Última estrategia de
co papa para lograr que mi hermano mgore su
humor: que tenga un perro. Durante
mucho tiempo, Leo pidió, o mejor dicho,
rogó por un perro en cada cumpleaños y
cada vez se lo negaron. Pero aca es
distinto, dicen mis padres. Acá tenemos
jardín, hay mucho espacio, y ademas
ningún perro se pierde. No tienen adónde
ir.
En verdad, no se les ocurrio realmente a
ellos. Fue Leticia, la profesora, la que les
dio la idea: le contÓ a papa que su perra
había tenido tres cachorros y los estaba alto de la estancia. Es que en el pueblo no hay
ofreciendo. Creo que en otro momento veterinario y él sabe tratar mejor que nadie a
ellos hubieran dudado más. Se hubieran los animales.
hecho preguntas como esta: ¿que va a Por suerte dejó ese teléfono. Si no, no se
pasar con el perro cuando volvamos a que hubiéramos hecho cuando a la noche los
Buenos Aires el año próximo? Pero me tres cachorros se pusieron a gemir a coro. Era
parece que ahora piensan menos en el desesperante: daban ganas de llorar con ellos.
futuro. O tal vez supongan que vamos a Sebastián llegó media hora después de que lo
estar aqul mucho tiempo. Sea como sea, llamaramos y rápidamente dio su veredicto:
aceptamos uno de los cachorros de Leticia. tenían hambre, dijo. Al parecer había
Hay que esperar a que deje de ser problemas con la leche de la madre.
amamantado para poder traerlo a casa, Es extraño que Leticia no les haya
pero ayer hubo un anticipo: Io tuvimos de dejado algún alimento —comentÓ—, porque
visita. Y acompañado por toda su familia. ya ayer había sucedido algo similar.
Todo fue porque Leticia va todos los
71
martes a San IMarcos a dar unas clases de
Suerte, consiguió enseguida unas
piano, Esta vez se tenía que quedar a dormir
maDe modo que cada uno tomÓ un
allá, pero no quería dejar a los perros solos
cachorro en brazos y, como si fueran
por la noche. Entonces nos pidió que los
bebés, les dimos la leche. Fue divertido.
albergáramos. Así los íbamos conociendo,
Tengo que reconocer que Sebastián no es
dijo, y podíamos elegir tranquilos cuál de los
tan rematadamente idiota como yo
tres cachorros preferíamos. Si algo sucedía,
pensaba: resultó ser eficaz para resolver
agrego, podíamos llamar a Sebastián, el chico
el problema. Pero lo suyo, claramente, no
es la conversación, Creo que en toda la 72
noche no soltó más de cincuenta DGAR\O DEL GRUPO DE
palabras. Además, cada vez que yo le RESCATE
pregunto algo sobre él, se pone colorado.
Es raro de ver: como un fuego que le
sube desde el cuello y 7 de febrero de 2002

Yo noté que algo sucedía cuando


piel. A mí me da vergüenza por él y entraron. Los dos, Luis y María
tengo que desviar la mirada. De modo Rosa, se veían rarosz El estaba
que la charla no fue fácil. Al fin yo, demasiado serio y ella evitaba
cansada, me fui a dormir. El se quedó las miradas. Empezamos hablando
todavía un poco mas con mi hermano, sobre ta reunión que habían
hablando de perros. Dice Leo que le cayó mantenido con don Alfonso. Le
habían llevado, explicó Luis, una
bien. Creo que mejor que a ml.
carpeta con una minuciosa
descripción de nuestros planes
turísticos y el proyecto para
asfaltar el camino. También le
hablaron en detalle sobre el
apoyo ofrecido por el gobierno
provincial. Don Alfonso se mostró
sumamente interesado.
—Vayamos al grano —interrumpió
de pronto María Rosa mirando a su
marido—. Voy a decirlo: metí la encontrar una en la ciudad y
pata. ya no lo veremos.
Nos sorprendió. Pero era —No esté tan seguro —
cierto, no hay mejor descripción insistió ella—. Yo diría que
para lo que hizo: metió la pata. va a elegir una de acá.
Sucedió que cuando le insistieron Don Alfonso pareció
a don Alfonso interesado.
72 —¿Se refiere a alguna en
con el asunto de la donación, especial? ¿Usted sabe algo que
él volvió con eso de que sus yo no sé?
hijos no estarían de acuerdo, —Bueno, siendo directora de
que todos se habían ido, que la escuela una oye cosas...
pronto no habría nadie de su —¿Cosas? —don Alfonso se
familia en el lugar. puso los anteojos y la
—Si ellos vivieran aquí — escudriñó—. ¿Qué cosas?
dijo—t yo no dudaría. Sería —Bueno... —María Rosa no
un aporte para e' desarrollo sabía cómo salir del aprieto—,
del pueblo de mis nietos y hay conversaciones, datos...
biznietos. Pero aSl... —O sea que al fin hay una
—Piense en Sebastián —le chica —el viejo sonreía—.
contestó María Rosa—, él se va Dígame, ¿quién es?
a quedar. —No, no puedo decirto. Además es
—No —rechazó el viejo—. Acá prema-
no tiene novia: es que hay turo...
muy pocas chicas en este —Vamos —presionó él—, yo no
pueblo. Seguro que va a voy a decir nada. ¿Quién es?
María Rosa reconoce que formase su familia en esta casa,
respondió mal. Que debería como hice yo. Voy a pensar 4} muy
haber dicho alguna frase vaga, seriamente en lo del asfalto.
dudosa. Pero la insistencia del Déjenme estos
hombre la había puestõ nerviosa
y io soltó:
María Rosa y Luis salieron de
—La hija del médico.
allí azorados. Las cosas, se
La cara de don Alfonso se
dieron cuentar habían tomado un
iluminó.
curso -'Reimprevisto y muy
¿La hija del médico nuevo? complicad0A
Esa sí que es una noticia. Me
da mucho gusto, porque
justamente la semana pasada
l?Todos hicimos silencio. En las
vino a verme el médico por mi
miradas se leía el t.reproche,
cadera, y me dio muy buena
pero nadie quería ser el primero.
impresión. Un hombre culto* muy
—Bueno, no me parece tan
formado... —su sonrisa se
grave —dijo al fin Santiago,
ampliaba a cada instante. Así
que estaba un poco perdido—.
que la hija del médico...
Por lo menos lograron
Don Alfonso se levantó y
entusiasmarlo.a.
volvió a tomar la carpeta entre
—iCómo que no es grave! —
sus manos.
interrumpió Marta cuyos ojos
—Esto cambia mucho las cosas
saltones parecían a punto de
—dijo mientras pasaba las hojas—.
explotar—. iEs un verdadero
A mí me gustaría tanto que
desastre! Ahora don Alfonso
Sebastián se instalase aquí, que
le va a preguntar a
Sebastián, éi va a decir que de él, Porque en ese caso,
todo es mentira y el viejo cuando su abuelo pregunte si
se va a dar cuenta de que hay algo entre ellos, no lo
quisimos engañarlo. Nunca va a negar. Tal vez
nos va a dar simplemente sonría y con eso
alcanzaría para contentar
—Efectivamente ese es el por ahora a don Afonso.
problema —dijo con voz —¿Pero Mara está enamorada
apagada María Rosa—. Pero de él? —preguntó Santiago,
tenemos dos que seguía confundido.
—No parece probable —
Todos giramos hacia eila. respondió Leticia—. pero nos
—¿Cómo dos días? alcanza con que Sebastián
—Sí, Sebastián se fue a la crea que sí. —No alcanza en
ciudad a hacer trámites para absoluto —la contradijo
la Universidad. Vuelve en MarPorque si é! cree que
dos días. En ese plazo, ella está enamorada,
tenemos que lograr que las *probablemente intente un
cosas carn- acercamiento. Entonella lo
va a rechazar, don Alfonso
—¿Vamos a hacer magia? — se va a tenterar y adiós
preguntó sarcástica Marta. dinero,
—En realidad —reflexionó —¿Ella lo va a rechazar? —
Leticia—, lo que tenemOS que Santiago se sentía a acacia
conseguir es que Sebastián momento más
crea que Mara está enamorada —Eso está por verse —respondió
Leticia—. De hecho, la estrategia
de la otra noche funcionó lenamoren de verdad. ¿se
-'bastante bien: los perritos que entiende?
le dejé lloriquearon, e\la l\arnó —No —dijo Santiago en voz baja,
a Sebastián y él se quedó en su ? pero no lo oyeron porque todo el
ž
casa un par de horas. mundo se había puesto a hablar
¿y qué pasó? animadamente.
—Bueno, eso no io sé. Pero tal
vez ya se gus- 77
Perfecto —estaba diciendo
Horacio, que había estado callado Leticia—. El tiempo que dure
todo el *tempo, se puso de pie de esa confusión puede ser
un salto. suficiente para que don
—i Ya lo tengo! —exclamó-. Lo Alfonso se entusiasme y firme
que hay que loIgrar es que los el cheque.
dos crean que el otro está —Es un plan con muchos puntos
enamorado. Si el sentimiento es débiles —dijo Marta.
correspondido, todo ùtrá bien. —Es el único que tenemos —le
Ahora, si piensan que solo es el contestó Luis. De modo que se
otro el 'enamorado, van a evitar acordó. Leticia y Horacio
encontrarse a solas para quedaron a cargo de convencer
'no pasar un momento difícil, y a Mara y Sebastián del amor
eh rechazo no se "Va a producir. del otro. Luis seguiría
Eso nos da tiempo. Y hasta es insistiendo con don Alfonso.
poSible. que el creer que el otro Llegó la cerveza y
está enamorado despierte el brindamos: por que Sebastián y
interés de cada uno de ellos y se Mara se creyeran lo del
enamoramiento del otro, y por
que don Alfonso se creyera lo
del noviazgo y —por fin— 13
pusiera la plata.
Santiago, que ya no entendía
nada, se limitó a levantar su
copa.
Sí —dijo—. Salud.

L gran tema en el pueblo en los últimos


días es el despegue turístico. Así lo llaman.
Viendo este lugar tan quieto y tan pequeño a
uno le cuesta imaginar que despegue hacia
alguna parte, pero la idea no es mala. Al
parecer los "cerebros" del pueblo se estuvieron
reuniendo para discutir estrategias destinadas a
evitar la muerte de Las Flores. Y la respuesta
es el turismo.
Así que desde el primero al último de los
florenses esta pensando cómo contribuir con el
despegue. Ya circulan varias listas de tareas
para inscribirse. Hoy nos visitó Leticia. Llegó
justo cuando mama acababa de salir a hacer las en todas partes. Hasta en las camisetas que va a
compras y papa aún no había del trabajo, de fabricar Marta, la de la tienda, para los chicos
modo que me toco a ml recibirla. Venía aue vamos a repartir volantes en la ciudad i' el
cargada de papeles, listas y explicaciones mes que viene. Porque, aunque aquí se está
7C) hablando de asfaltar el camino en el futuro, la
sobre los proyectos elaborados. Yo ya idea es lanzarse cuanto antes. A mí me parece
había acordado con Lisa y Marcela hacer todo un poco fantasioso, pero tal vez funcione. Y
pulseras con mostacillas que pensamos en cualquier caso no se pierde nada con sonar.
vender en la fuferia artesanal. Y ahora El dato más sorprendente para mí fue
cambien acepté que me incluyan entre los que mi hermano, que estaba aquí cuando
grupos que van a ir a la ciudad a hacer llegó Leticia, aceptó participar. Hizo
publicidad. como que no notaba mi mirada
La última idea, me explicó Leticia, es el estupefacta en el momento en que se
1000. Parece que es un invento de su anotÓ en el grupo que va a arreglar y
marido. pintar la casa de Angeles, que volverá a
—Una imagen —me explico—, algo ser hostería. Lo hizo todo con una actitud
que identifique al pueblo. Qye se displicente, como si estuviera haciéndole
recuerde, que se reproduzca en los a alguien un gran favor, pero a mí no me
carteles, en las artesanías. engaña. Está interesado, aunque ni
Obviamente, se trata de flores. Qué otra borracho lo va a reconocer.
cosa podría ser. De modo que todos los Cuando la acompañaba a la puerta, Leticia
presuncos artistas del pueblo se han puesto a se puso rara. Había sacado el tema de los
dibujar flores. El diseño elegido se va a repetir cachorros y me preguntó qué tal habían
salido las cosas con Sebastián. Yo me encoõí A mí la noticia me dejó muda un rato.
de hombros. No —le dije al fin—. Es un error. Si
—Bien —dije—. Trajo la leche y pudimos lo unico que hace es ponerse colorado.
darles de comer, ¿Ves? —insistiÓ—. Eso es porque
Digo con él ¿qué tal con él? está enamorado. No tengas duda. Bueno,
Volví a encogerme de hombros. mantengamoslo en secreto. Ahora me
—Normal, supongo. tengo que ir.
Entonces bajó la voz y se acercó un poco.
Quiero decirte que 01 comentarios. ¿No
notaste nada en Sebastián ? Yo me quedé pensando por qué tengo tan
Yo estaba desconcertada. mala suerte. ¿Justo se tenía que enamorar
¿Nada de qué? de ml un idiota? ¿No podría haber sido
—Sobre su actitud, sus sentimientos. otro, el de los OJOS verdes, por gemplo?
¿Sus sentimientos con quién? Lo único que me faltaba. Un idiota que se
Leticia parecla estar poniéndose impaciente. pone colorado y se enamora de mí. Qyé
iCon vos! vergüenza.
¿Conmigo? Nada. Casi no me habla.
Eso —dijo— es porque se pone nervioso.
Pero la realidad es que... esta enamorado,
¿De quién? —pregunté yo, interesada.
—De vos! —exclamÓ como si fuera
la cosa más obvia del mundo. Después
se me quedó mimando.
82 Debo decir, sin embargo, que
esta es la visón dei sector
14 optimista del grupo. También está
ei pesimista. O sea, Marta. Ella
dice que el asunto de los chicos
va a estallar en cualquier
momento, don Alfonso se va a
enterar, y adiós proyecto.
DIARiO DEL GRUPO DE RESCATE —No seas tan negativa —le
recriminó María Rosa—. Finalmente,
por ahora las cosas van según el
12 de febrero de 2002 plan. ¿No es asír Horacio?
Horacio asintió y volvió a
Aunque a los tumbos, las cosas repasar las circunstancias en que
están funcionando. Esa es la idea le había dejado saber a Sebastián
con la que nos quedamos tras la que Mara estaba enamorada de él.
reunión de hoy. No es que todo —No hay duda de que se sorprendió,
marche sobre ruedas, claro, pero pero no sospecha que es un
de una forma u otra, se avanza. invento. Me parece que la idea le
atrae.
—¿Pero qué dijo,
concretamente? —preguntó
Santiago.
—Bueno, decir, no dijo gran
cosa, Se puso coiorado,
—Eso lo hace siempre.
—Sí, pero al mismo tiempo —Un momento —dijo Marta-, ¿no
sonreía. A mí me parece que están yendo muy rápido? Por
ella también le gusta, ahora todo lo que tenemos es
—¿y Mara? -preguntó María dos chicos engañados: ambos
Rosa volviéndose hacia Leticia creen que el otro está
—. ¿A ella le gustará enamorado. No hay nada más.
Sebastián? ¿De qué relación habiamos?
Leticia dudó.
—Le costó creer lo del 84
enamoramiento cuando se lo Buenor podría darse —defendió
dije. No sé, la vi extrañada, María Rosa— Pero después de todo,
sorprendida. Pero después se tal vez ni siquiera necesitemos
convenció. Y creo que es que suceda de verdad. Tal vez la
posible, muy posible que mera idea alcance. ¿No, Luis?
termine enamorándose. E/ intendente, que acababa de
Alguien mencionó que faltaba entrar a la reunión, frunció el
poco para ei tradicional baile ceño,
de Carnaval y que esa sería una —No sé —dijo—. Don Alfonso sigue
buena oportunidad para que los dudando. Esta mañana me di una
chicos sellaran el romance. vuelta por la estancia y lo noté
—Claro —dijo Santiago—, si la un poco distante. Dijo que quiere
relación se formaliza, en el conversar sobre el asfalto con uno
baile se entera todo el de sus hijos, —¿y sobre Sebastián
pueblo. Eso sería definitivo no dijo nada?
para que Alfonso aporte el
dinero. Al ver a los dos
chicos juntos...
—Sí -Luis hizo aquí una pausa Todos empezaron a hablar
para crear tensión—, Esto aún no animadamente sobre las
lo había contado. perspectivas del noviazgo.
Hubo un murmujlo de protesta. —¿Pero qué pasa con el
—Usted siempre se quiere guardar dinero? —interrumpió Marta—.
algo —se quejó Santiago—. Cuente, ¿ Don Ažfonso prometió algo?
cuente, ¿qué dijo? —No —dijo Luis—. Se ve que
—Al parecer le preguntó a! chico duda. Me dijo que ie gustaría
si andaba en algo con la hija del ver más afianzado el asunto de
médico. Sebastián y la chica. Me
—¿y él? preocupa.
—Solo se puso colorado. Don Bueno, hay tiempo —lo
Alfonso interpretó que había algo tranquilizó Leticia—. Confiemos
cierto e insistió. Entonces el en que va a suceder.
chico dijo una frase extraña, Muy Yo confiaba. Es decir,
interesante. —¿Qué? confío. Por lo menos hoy.
Dijo: «Nadar abuelo, todavía no Confío en muchas cosas: en que
pasa nada». habrá asfalto, en que mi
—¿y por qué eso es extraño? — hostería va a atraer a mucha
preguntó Santiago. gente, en que las cortinas y
acolchados que estoy haciendo
' 'Todavía: \ ¿No entiende? iEl
van a quedar fantásticos, en
chico cree que va a suceder!
que e' turismo cambiará nuestro
—Esa es una buena noticia —sonrió
destino, en que nunca vamos a
Horacio—. como yo pensaba, al
ser como Manzanares. En que Las
chico ella le gusta.
Flores, finalmentel va a
florecer. Suena un poco cursi, a solas, después de Io que me dijo Leticia.
pero así nos sentíamos hoy, Intenté huir y di un paso hacia atrás, pero era
Horacio trajo la cerveza. tarde: tanto él como la farmaceutica se habían
Brindamos: por el amor entre
dado vuelta y me estaban mirando. Yo me había
los chicos, que en cualquier
momento iba a llegar. quedado con un pie en el aire y creo que de
puro nerviosa trastabillé y me cal.
15 Fue entonces cuando sucedió lo peor: él se
acerco a ayudarme, pero cuando me tendiÓ la
mano para que pudiera levantarme se puso
colorado como un tomate. Y creo que a mí me
pasó lo mismo, porque sentí un golpe de calor
en las mejillas. La farmaceutica nos miraba a
los dos, con una sonrisa. Yo quería morirme:
seguro que se cree que a mí me gusta este
estúpido, y por eso me puse tan nerviosa.
Obviamente no podía explicar nada.
UNCA en mi vida tuve tanta vergüenza. ¿Qye iba a decir, que en realidad me puse
Por que, por qué me suceden a ml estas cosas: nerviosa porque sé que él está enamorado
eso fue lo que me pregunté toda la tarde. de mí y temo que se me declare? No, es
Mi mamá me había pedido que fuera hasta la absurdo. Apenas murmure que quería unas
farmacia a comprarle unas aspirinas. Yo venía aspirinas, las pague y salí corriendo. A él ni
distraída y cuando ya había puesto un pie lo saludé al salir. Y todo el tiempo la
dentro del local, lo vi. A Sebastián. Casi me farmacéutica se sonrela, como si estuviera
muero: lo último que quería era encontrármelo
viendo algo muy divertido. Qyé horror. despegue turzstico y aproveché para hacerle
Seguro que ya se lo contó a todo el pueblo saber la verdad. Le conté que había estado
y la gente, que acá tiene muy poco que pensando en lo que me dijo sobre Sebastián,
hacer, anda repitiéndolo por todas partes: pero que a mí él no me gustaba en absoluto.
que Mara ve a Sebastián y se cae al suelo. Parecio ponerse nerviosa.
Y después los dos se ponen colorados. Tal —Bueno —dijo—, casi ni se conocen. Tal vez
vez hasta se entere el de los ojos verdes. cambies de idea.
Me quiero morir. —No —le respondí segura—. Nunca me va a

Nunca es una palabra demasiado


Estuve pensando el resto del día y lo terminante —insistió—, todo puede suceder.
decidí: tengo que lograr que todo el mundo —No —repetí yom Estoy segura. Y no
sepa que Sebastián no me gusta. Y sobre quiero se haga ninguna ilusiona
todo que se entere él. Porque después del Leticia puso una cara extraña.
lamentable papel que hice en la farmacia, —¿No iras a decirle algo? —me pareció
lo que más temo es que él se crea que me que la voz le temblaba—. Le vas a provocar
gusta y se haga ilusiones. No, no puedo un disEs preferible el silencio.
permitir eso. No quiero ni pensar en la —Si hace falta lo digo —le aclaré—. Creo
posibilidad de que venga a invitarme a que es mejor un disgusto ahora y no que se
salir, o algo asž. imagine algo imposible y sufra después.
Ya lo tenía decidido esta tarde cuando me Fue raro: de pronto noté que Leticia estaba
crucé con Leticia. Ella me detuvo para pálida. Tal vez se sentía mal y no quiso
comentarme las últimas novedades sobre el decírmelo. No creo que la conversacion
sobre Sebastián pudiera afectarla tanto: Apenas estuvimos todos presentes
finalmente ni siquiera son parientes. Pero ella cerró la puerta y con una
dijo que tenía algo urgente que hacer y se fue expresión que metía miedo de tan
seria nos dijo que algo había
asli con esa mirada extraña, como si hubiera salido mal.
visto a un fantasma. —Pero qué, por Dios, dígalo de
16 una vez —explotó Santiago.
Entonces lo largó*
Verdaderamente, era malo: Mara
quería decirle a Sebastián que no
le gustaba. Peor: que nunca le iba
a gustar. Pretendía evitar así que
el chico se hiciera ilusiones con
DIARIO DEL GRUPO DE RESCATE —i Eso es terrible! —gritó Marta—.
Si le dice eso, ios dos se darán
cuenta de que los engañamos y don
13 de febrero de 2002 Alfonso va a saber todo*
—Tal vez no —sugirió Santiago
Llegamos todos apurados y, sobre —, el chico no es muy
todo, muertos de curiosidad. En comunicativo con su abue\o.
realidad, la reunión se había Es imposible que no se
previsto recién para el viernes, entere. Cuando se sepa que
pero el llamado de Leticia obligó mentimos, que los empujamos a
a cambiar los planes. Por teléfono creer algo que no era cierto,
no quiso anticipar nada: solo dijo esto va a ser un escándalo. Es
que era de extrema urgencia que el fin —la voz de Marta se
nos reuniéramos esa misma noche.
quebró—, es el fin de nuestro Luis se puso de pie, caminó
proyecto. hacia la puerta y cerró con
—Creo que sí —coincidió llave. Luego se dio vuelta y
Horacio apesadumbrado—r no hay nos miró:
salida. —Un engaño aún mayor —
En la sala se hizo un silencio dijo. —¿Cómo?
de muerte. Solo se oía un golpe —Sumando a Sebastián, a Mara y
repetido: lapicera que Luis también a los padres de ella.
hacía chocar rítmicamente —No entiendo -dijo Leticia.
contra la mesa. El intendente —Creo que todos, e incluyo a
tenía el ceño fruncido y la Sebastián y a los Herrera,
mirada perdida estamos de acuerdo en que
necesitamos el asfalto para e!
A ver si la terminás con ese proyecto turísticos Y antes que
ruido —le dijo molesta María eso: estamos de acuerdo en que
Rosa. queremos evitar ta muerte de Las
Éi la ignoró. Flores,
Tal vez —dijo de pronto tal —Sí —interrumpió María Rosa—,
vez haya una manera de salir de ¿pero qué tiene que ver?
este embrollo. Pero es algo —Momento. Decía que en eso
bastante... delicado. estamos todos de acuerdo. Entonces
Tendríamos que estar todos de habría que explicarles a ellos que
acuerdo para intentarlo. para poder salvar Las Flores los
—¿Qué? —preguntaron varios a necesitamos: que nos tienen que
coro. ayudar a conseguir el asfalto,
Aunque sea con un pequeño no es mala. Sé que Sebastián.
sacrificio... una pequeña mentira, tiene un apego por el pueblo
Marta se puso de pie y lo miró como ningún otro chico.
estupefacta. Piensen que rechazó irse con
—¿Estás sugiriendo lo que yo sus padres a la ciudad, porque
creo? ¿Que les pidamos a Mara y le gusta vivir aquí. Y no le
Sebastián que finjan estar de estaríamos pidiendo tanto: es
novios? una pequeña mentira. Apenas
—Exactamente. una mentirita. Con Mara, sí,
—Nunca lo van a aceptar -resopló es más difícil. Pero no vamos
Marta—. Y, además, si se sabe... a exigirle que haga nada
Por eso decía que todos terrible: solo que se deje
tenemos que estar de acuerdo y caer una o dos veces por la
jurar silencio —dijo Luis—. Si casa de Sebastián. Y que
no, esto no va a funcionar. permita que él diga que son
No va a funcionar porque es novios.
imposible que accedan —replicó —Hay que tener en cuenta que
María Rosa—. Pensemos un poco. don Alfonso ya casi nunca
Estaríamos pidiéndole a Sebastián viene al pueblo —dijo Luis—,
que le mienta a su propio abuelo de modo que no habría
y a Mara que pretenda ante todo necesidad de que ellos finjan
el pueblo estar de novia con un constantemente. Solo en
chico que no le gusta nada. Es algunas ocasiones.
absurdo. —Es una jugada arriesgada —
—Tal vez no tanto —intervino dudó Horacio—. Estamos
Leticia—, yo creo que ia idea hab'ando de un complot,
—Sí —respondió Luis—, un De a poco, tímidamente, se fueron
complot. Un complot para alzando las manos. La de Marta era
salvar Las Flores. Ahora, que una mano dudosa, apenas levantada,
cada uno exprese su opinión. como si planeara arrepentirse en
Si no hay acuerdo, cancelamos cualquier momento y volver a
los planes. apoyarse en la falda de su dueña.
Se hizo silencio. Marta ¿Marta, estás de acuerdo
miraba al piso, Santiago entonces? —preguntó Luis.
caminaba nerviosamente por la —Sí —contestó ella y aunque su
sala. Luis golpeaba otra vez voz sonaba apagada, la mano se
la mesa con su lapicera. Los erigió más firme—. Estoy de
demás nos observábamos, nos acuerdo.
escudriñábamos, como Hubo que decidir entonces
intentando leer en los ojos de algunos detalles operativos. Se
cada uno qué iba a decir. Al resolvió que solo Leticia y
fin habló Leticia Horacio van a hablar con
—Yo estoy de acuerdo — Sebastián, como para no
dijo. —Yo también —me intimidario. A los Herrera
sumé. pensamos invitarlos a conversar
—Y yo —agregó Santiago. con todos, mañana.
Entonces Luis pidió que votáramos Horacio apareció con la cerveza y
a mano alzada: porque tenía que la sirvió —Por el éxito del
ser claro que todos —y subrayó la complot —dijo.
palabra todos aceptábamos el Los demás levantamos las copas.
complot y nos comprometíamos a no Las expresiones eran serias. Creo
decírselo a nadie.
que teníamos miedo. —Salud — ¿En el club? —preguntó mi mamá
contestó Santiago y bebimos. extrafiada.
17 —Sí. Con todo el grupo.
¿Qyé grupo?
Entonces María Rosa explicó que existía
algo llamado Grupo de Rescate que había
estado reuniéndose en los últimos meses y
ahora necesitaba hablar con nosotros. En
forma urgente y confidencial. No hubo
manera de lograr que nos adelantara algo:
insistió en que era muy privado y que
debíamos estar presentes mis padres y yo.
—¿Yo? —pregunté asombrada.
LOCOS. Ridículos. Delirantes. Eso es lo que —Sí —dijo mirándome fijamente—,
son en este pueblo: una manga de chiflados. especialmente vos.
Todavía me cuesta creerlo. Lo que pasó es tan De modo que el resto del día me lo pase
absurdo que no hay palabra que alcance para mordiéndome las uñas, intentando imaginar
definirlo. de que se podía tratar. Mi mama me miraba
María Rosa, la esposa del intendente, se con suspicacia y dos veces me pregunt6 si no
apareci6 por casa en la manana. Tenla una había hecho algo malo que mereciera
expresion seria cuando le dijo a mama que semejante encuentro. Yo hasta me eno)e con
había un asunto importante para hablar. Pero su Insis-
no ahí ni en ese momento, sino por la noche y tencla.
en el
Al fin llegaron las ocho. Nos presentamos Flores a ser lo que es: un pueblo que se acaba.
puntualmente porque ya no podíamos con El destino, dijo, parecla inexorable: o se hacía
tanta ansiedad. Leticia nos condujo hasta una algo decisivo para cambiar el rumbo o Las
sala en el primer piso, donde ya estaban todos. Flores se iba a morir, como ya había sucedido
Y cuando digo todos me refiero a los siete con otros pueblos argentinos.
integrantes de ese extraño grupo: el intendente —Entonces pensaron en el turismo —dijo
y su mujer; la profesora Leticia y Horacio, su mi mama.
marido; Angeles, la flaca pálida que hace Sí respondió Luis—, pero no es tan
tortas; Santiago, el carpintero, y Marta, la fácil. La cuesti6n, al parecer, pasa por el
dueña de la tienda de ropa. camino. Porque si bien todos confían en que
Nos sentamos y Leticia cerró la puerta. En con los planes en marcha las cosas pueden
un principio, nadie habló. Nosotros nos mgorar un poco, no habrá un cambio
sentlamos un poco incÓmodos, pero ellos se importante a menos que se consiga asfaltar el
velan decididamente peor: la mayoría miraba camino hasta San Marcos. De lo contrario,
al suelo, a los horribles cuadros colgados en la con tanta piedra y polvo, con la nieve en
pared o a la nada. Ni uno nos miraba a los invierno y la lluvia en primavera, no habrá
ojos. Finalmente Luis abrió el fuego. Nos dijo muchos turistas que lleguen a Las Flores.
que ese grupo se había conformado con el Hasta aquí confieso que no tenía ni la mas
propósito de evitar la extinción de Las Flores mlnima, ni la más pequeña de las ideas sobre
y que había algo muy especial que quería qué ternamos que ver nosotros con el asfalto.
pedirnos, pero antes nos iba a explicar la Cómo me iba a imaginar. Luis siguió
situación. Fue una explicación larga: empezó contando todos los esfuerzos que habían
por los motivos que habían llevado a Las hecho para conseguir el bendito asfalto:
cientos de reuniones con el gobernador, con
el intendente de San Marcos, con empresarios La cuestión era que don Alfonso tenía dudas.
de la zona. Y nada. Muchas dudas. Sus hijos y nietos vivian en la
—Fue cuando pensamos en pedirle a alguien ciudad y no soñaban en volver, Y él, a los
que donara el dinero necesario. noventa y tres años, temía que nadie de su
Mi papá frunció el ceño. familia quedara en ese pueblo al que donarla el
¿INO se les ocurrirá pedirnos a nosotros? camino. Porque solo estaba el nieto, Sebascian, y
Porque la verdad es que no tenemos ni un tal vez también se fuera.
Cuando llegó a la mención de Sebastián,
—No —sonrió el intendente—, qué idea. Lo me puse nerviosa. Porque lo peor que podía
que les vamos a pedir es mucho mas extrano pasar para ml era que todo esto tuviera que
aun. Déjeme seguir. ver con ese idiota que se pone colorado con
Entonces se puso a explicar el asunto de don solo mirarme. Luis siguió diciendo que
Alfonso, el rico de la estancia. Parece ser que aunque verdaderamente Sebastián planeaba
este hombre hizo su fortuna cuando aparecio volver al pueblo una vez terminada la
petróleo en su campo y que en esa oportunidad, Universidad, su abuelo no lo crela posible. Lo
hace mucho tiempo, prometi6 pagar el asfalto curioso era la razon: porque no tenla novia. Si
para el camino. Y ahora querían hacerle hubiera novia, razonaba don Alfonso, sería
cumplir esa promesa. distinto.
¿Y nosotros qué tenemos que ver? — —Y aquí Fue donde se produjo la
pregunté yo, porque ya me estaba cansando de confusión dijo Luis y me pareciÓ que
tanta explicaclon. también él se estaba poniendo nervioso.
Ya vamos llegando —contestÓ el ¿Qué confusión? —preguntó mi mamá.
intendente.
Bueno, a nosotros nos había parecido —Porque nos resulta sumamente
que... Sebastián y Mara tenían cierta... conveniente que él lo crea. La idea del
afinidad. noviazgo lo entusiasmo mucho. Así, esta mas
—¿Afinidad? —me sobresalté yo—. ¿Qué inclinado a donar el dinero para el asfalto.
quieren decir? Miren que a mí Sebastián no Yo me levanté de un salto.
me gusta. No me gusta ni un poquito. Ustedes no van a pretender que yo me
—Además —intervino ml mama—, ese ponga de novia con un chico que no me gusta
chico es muy grande para Marat porque les viene bien.
—Mamá, esa no es la cuestion —protesté Noooo —me tranquilizó María Rosa nada
—. La cuestión es que no me gusta. que ver. Lo que quernamos es que... es
Claro —dijo enseguida ella—, no le
gusta. —Entendemos perfectamente —afirmó Miró a los demás en busca de ayuda.
élm , el problema es que también don Alfonso —¿Qyé? —pregunté yo, nerviosa.
entró en esta... confusión. Leticia salió en su auxilio.
—¿Qyé significa eso? —preguntó papa. —Qye finjas. Qye finjan los dos.
¿¿¿Q..yé? ? ?
—Qye él piensa que entre los dos chicos
Mi mamá me tomó del brazo, me miró a los
puede haber algo...
ojos, y me hizo sentar.
Bueno yo—, hay que aclararle que no hay
—A ver —dijo—, por que no nos aclaran
nada, y listo.
esto un poco.
—Ese es el punto —dijo Luis—.
El plan, que escuché at6nita, era así:
Preferiríamos no hacerlo.
¿Por qué?
Sebastián y yo debíamos pretender estar de
novios. Yo tendría que ir a su casa cada tanto,
y dejar que el abuelo me viera. Tal vez
debiera bailar con él en alguna fiesta. Si nos buscar a mi papa para que fuera a ver con
íbanaos del pueblo, no había problema: ellos urgencia a una persona enferma.
se encargarían de que "llegaran" cartas —Cuando llegue a casa hablamos —dijo y
supuestamente mías. Pasado un tiempo, una salió corriendo.
vez que lo del asfalto estuviera concluido, Igual, no hay nada que hablar. La decisión
podíamos decir que la relación se había ya la tengo tomada. La respuesta es no, No, no
terminado. Luis se calló y todas las miradas y no. Ni soñarlo. No.
se dirigieron a ml.
Ustedes... dije y la voz me tembló un poco
—, ustedes están locos.
• Mara! —me reto mi papa y me hizo
señas de que me quedara callada.
¿Y el chico qué dice? —pregunto mi
mama.
—Está sorprendido —contest6 Leticia—, pero
acepta.
Con voz serena, papá les dijo que la
propuesta era extraña, que necesitábamos
pensar y conversarlo en familia y que al día
siguiente daríamos la respuesta. Entonces nos
levantamos y nos fuimos.
La conversacion, sin embargo, quedó
pendiente porque en ese momento vinieron a
manera de acelerar las
18 cosas y así salvar al
puebiot se convenció.
Yo, personalmente, creo
que en el fondo la chica
le gusta, porque no puso
ninguna objeción a que
DIARIO DEL GRUPO DE RESCATE fuese ella la novia del
complot.
En el caso de Mara* en
19 de febrero de 2002 cambio, todo fue
trabajoso. En la reunión
iSí! Lo repito: iiSí!! Otra se mostró tan espantada
vez: iiiSííí!!! Es que aún no con la idea que creímos
puedo creerlo: cuando todo que la derrota era
parecía encaminarse a un rotundo segura. Imagino que el
fracaso, conseguimos el sí. cambio se produjo cuando
Claro que es un sí con pusimos en marcha nuestro
condiciones, pero qué más da. Ei último recurso: las
chico, Sebastián, no fue tan fotos. Esa noche Leticia
difícil. Al principio puso sus y Horacio se dieron una
reparos, porque lo ponía vuelta por la casa de 'os
nervioso mentirle tan Herrera. Llevaban las
descaradamente a su abuelo, pero fotos de Manzanares.
cuando le hicimos ver que él iba Hasta ese momento no
a tener una novia tarde o habíamos mencionado
temprano y que era apenas una
directamente a Manzanares, pero es vacías. En la puerta de la iglesia
algo que aquí todos saben. Está a hay una pesada cadena cerrada con
trescientos noventa kilómetros. Yo un candado. Es para evitar que
nunca fui, creo que no podría alguien se robe las imágenes que
soportarlo. Me contaron, como a siguen coigadas, solitarias, en
los demás, y eso me bastó* Pero las paredes húmedas. La escuela
Horacio y Leticia fueron y sacaron tiene los vidrios rotos y se puede
las fotos. Para el habitante de un ver adentro lo que no valió la
pueblo como este, duele verlas. Da
miedo que sean el espejo del 105
futuro. pena levarse: algunas sillas
Manzanares tenía, como Las destrozadas, un pizarrón viejo.
Floresr una población. No muy Es un pueblo fantasma.
grande, cierto, pero fue alguna Sí, quizá fue un golpe bajo
vez un bonito pueblo. Sufrió una llevarlas a casa de los Herrera.
emigración parecida a la nuestra, Pero, tal como dijeron Leticia y
pero a un ritmo más rápido porque Horacio, era la última carta que
allí no había trabajo de ningún teníamos en la manga. Las
tipo. Y un día el pueblo ya no pusieron sobre la mesa del
estuvo. Hoy viven allí cuatro comedor:
personas. Comen verduras de su las de la escuela, la iglesia,
huerta y los huevos de unas las calles vacías, la estación
gallinas que corretean por las por donde alguna vez pasó un
caIles, sin corral que las tren, A esto, dijeron, es a io
contenga, porque igual no tienen que escapamos. Queremos hacer lo
adónde escapar. Aún están en pie posible, y lo imposible también,
casi todas las casas, sucias y
para torcer el destino de Las dos horas. Como el único
Flores. objetivo es que la vea el
Al fin, los Herrera resultaron abuelor considera que no es
ser gente sensible. No necesario que él la visite.
cualquiera hubiera aceptado.
Luis nos contó que hoy por la 106
mañana fue el doctor a darle la —Bueno, pero va a generar
noticia: la chica decía que sí, sospechas... —dudó Santiago.
pero había condiciones. —Por ahora está bien —dijo
—¿Qué condiciones? —preguntó Leticia—. ¿Hay más?
Marta, —Sí: nada de acercamientos
—Las tengo aquí anotadas en mi físicos.
libreta —contestó Luis mientras ¿Cómo?
se ponía los anteojos—. Se las —La chica dice estar dispuesta
leo. La primera dice que no va a únicamente a darse la mano con
ser ella quien anuncie el Sebastián si está el abuelo,
noviazgo. Acepta que lo diga él pero nada de besos ni abrazos. Y
y prefiere que se mantenga va a bai|ar con él en las
cierta reserva sobre ei asunto fiestas solo cuando don Alfonso
en ef puebio. Claro que no va a esté presente.
negarlo si alguien le pregunta. —Es razonable —consideró María
—Está bien —opinó María Rosa—. Rosa—. Si el chico no le gusta...
¿Qué más? ¿Eso es todo?
No va a ir a la casa de —Hay una más. Mara acepta el
Sebastián más de dos veces por acuerdo por un tiempo limitado:
semana y nunca se quedará más de no más de tres meses. Después de
eso dice que tiene derecho a recuerde, Que figure en
romperlo y ponerse de novia con carteles camisetas,
otro, volantes y guías. Un
—¿Qué, le gusta otro? -se lema.
sobresaltó Santiago. —Puras pavadas
—No sé, pero tiene derecho — modernas —dijo
dijo Leticia-, a nosotros tres Santiago.
meses tendrían que alcanzarnos. Pero Horacio insistió
Más es pedirle demasiado. y convenció al resto.
Bueno, pero ¿por qué caras De modo que todos nos
largas? —dijo de pronto Luis-. pusimos a pensar
Los dos nos dieron el sí: el frases. María Rosa
complot está en marcha. ¿No es sugirió «Las Rores, un
algo para festejar? Todos se pueblo con paz», pero
rieron. lo descartamos porque
Claro que sí -acordó Santiago—. sonaba a cementerio, A
Y falta la cerveza. Voy a Luis se ie ocurrió «Las
buscarla. Flores, un pueblo
Mientras lo esperábamos Horacio perdido» y a nadie le
contó que había estado pensando en gustó: los turistas
la necesidad de una iban a pensar que era
imposible encontrarlo.
107 Ai fin la que tuvo más
frase. En realidad no dijo éxito fue la de
frase sino eslogan. Algo que Leticia:
llame la atención sobre el —Las Flores, un pueblo
pueblo, explicó, y la gente lo con magia —dijo.
—Eso —se rió Santiago—, magos
vamos a ser si algo de esto 19
sale bien.
De modo que se aprobó,
Brindamos: por Mara, por
Sebastián y por la magia de
Las Flores

CEPTÉ meterme en este ridículo plan


después de ver esas fotos tan tristes de
Manzanares, un pueblo que alguna vez tuvo
vida y hoy no es mas que un montón de polvo.
A la manana siguiente, sin embargo, ya tema
mis dudas. Y las dudas fueron creciendo a
108
medida que se acercaba el momento de ir a casa
de Sebastián. Las dos primeras veces que quise
abandonar el plan mis padres estaban ahí para
frenarme.
—Vos aceptaste recordó papa—, ahora no
podés echarte atrás.
Pero no había nadie cuando llegué a la puerta —No sé qué te creés —dijo—.
de la estancia y sentí que me paralizaba, que Vos tampoco me gustás. A mí
mis piernas no me iban a conducir dentro. solo me interesa salvar el pueblo.
Estaba a punto de dar media vuelta e irme Me sorprendió Aún no se que
cuando él se acercó a la tranquera. pensar: si él me miente por
vergüenza o si en verdad la que
109 me mintiÓ fue Leticia y nunca
Ya era hora —dijo—, se te hizo tarde. estuvo enamorado de ml.
El comentario me enfurecio: parecla que
ese idiota ya se crela con derecho a
controlar mis horarios.
—Mirá —le dije—, antes de entrar
vamos a dejar en claro algunos puntos.
Y ahí nomás le canté la verdad.
Vos a mt no me gustás, esto solo
porque me lo pidieron, Qyiero que sepas
que no voy a venir más de dos veces por
semana, que me voy a quedar el menor
tiempo posible y que no tengo ningún
interes en que se entere todo el pueblo.
Además, no se te ocurra tocarme. Apenas
la mano, si tu abuelo esta mirando y es
necesario.
PareciÓ ofendido.
Ylejor así —le contesté—, estamos de hasta intentara pegarme con el bastón. Sin decir
acuerdo. Ahora entremos. una palabra se dirigió a una mesa, tomo sus
Por suerte el abuelo no estaba cerca, anteojos, se los colocó y volvió a mirarme.
porque creo que en ese momento en lugar Recien entonces esbozó una sonrisa.
de novios parecíamos enemigos. Pero la —Yo sabía —dijo palmeándome el brazo—,
bronca se me fue pasando mientras sabía que mi nieto al fin iba a elegir bien.
recorriamos la estancia, que

110 Nos sirvieron el té en tazas de porcelana con


es increíble. Hay caballos, una huerta y una flores azules. El abuelo se puso a contar una
cantidad de perros que no llegué a contara Y la historia larguísima sobre el origen de esas tazas,
casa: tiene seis habitaciones y muebles que compradas por su difunta esposa para la ocasión
parecen de otra época. Al fin llegamos a la sala y en que recibieron al gobernador a tomar el te en
lo encontramos sentado en un sillón. esa misma mesa, que a su vez
Abuelo, ella es Mara —dijo Sebastián=
Mi... novia. 111
Lo dijo con tan poca convicción que sono había estado allí durante los últimos setenta
absolutamente falso. El viejo alzó la cabeza y anos.
me miró frunciendo el ceño. Yo pense que se —Entonces —dije yo—, usted siempre vivio
había dado cuenta de todo. Ahora se va a
levantar, me dije, va a gritar que lo engañamos Siempre no, llegué a los diecinueve
y me va a echar de la casa. Cuando se incorporó años. Esto era otra cosa en esa época. Apenas
con esa expresión dura en la cara creí que se me vivian unas cien personas en la zona y aun
detenía el corazón. Llegué a pensar que tal vez no había escuela.
Pensé que era una buena oportunidad para una donacion para que se pueda asfaltar el
introducir el tema que nos interesaba. camino.
—Y ahora es posible que se a eso —me
lamenté—. Sería una pena, pero si las cosas 112
no cambian... ¿De verdad? —Sebastián lo miró sorpren-
Te interesa el destino del pueblo —don
Alfonso parecla sorprendido—. Y eso que —Sí, ya vamos a hablar nosotros dos de eso.
venís de Creo que no pude evitar sonreir, La mitad
Buenos Aires. estaba ganada.
—Claro —dije enfática—. Ahora este es
mi pueblo. Sebastián mientras me
El hombre me miraba extasiado. Me di acompuerta.
cuenta: me lo estaba metiendo en el bolsillo. Sí. Puedo volver el viernes.
Sin duda alguna había que aprovechar el No hace falta —dijo—, el sábado es el
momento, así que me despaché con una baile el club Mi abuelo siempre va y
larga explicación sobre los planes turísticos nos va a ver juntos. Vamos a tener
y mi participación en ellos.
Ojalá todo esto funcione — preocupó.
suspiré al fin—. Es la última oportunidad
para que las cosas cambien en Las Flores. Bailar. Al menos uno o dos temas, mien-
A mí también me interesa mucho —
dijo él—, tanto que estoy pensando en hacer Tratá de no pisarme. Voy
a intentarlo —dijo—, pero no puedo
despedimos, sin besos ni nada. —La alegría, señora -respondió
distante. Mientras caminaba me di —, y a\egría no es lo mismo que
cuenta dg que, en todo el rato, se borrachera. ¿O acaso no
hay motivos para estar
había puesto colorado. Tal vez pensé. alegres?
20 Supongo que los hay-
Es verdad, las cosas
están saliendo mejor de
lo esperado. Para
empezar, el baile de
Carnaval fue un éxito
completo. El pueblo
DIARIO DEL GRUPO DE RESCATE
entero participó: las
calles se decoraron como
nunca, todo el mundo
25 de febrero de 2002 aportó bebidas, los
Hoy Horacio entró a la reunión disfraces se lucieron por
bailando y tarareando una de su originalidad y hasta
esas canciones de moda que yo los viejos salieron a
nunca recuerdo. bailar. Hacía muchos años
—Pintarse la cara, color que no teníamos un
esperanza... —cantaba, mientras Carnaval así.
movía la cadera acompasadamente. Es que, como dijo hoy
—¿Le dura la borrachera del baile? Horacio, el pueblo está
cambiado. Hace dos meses
—preguntó
solo se oía hablar de la
Marta.
crisis, de la falta de
futuro. Pero así es este lugar: a no le contesté nada a Horacio
la gente le gusta colgarse a cuando dijo que ie parecía que en
cualquier esperanza que anda dando cuestión de días tendríamos el
vueltas por ahí, Y si hasta hace dinero para e' asfalto.
poco veían todo negro, ahora ven —¿Le parece? —preguntó Marta,
todo rosa. Desde que se lanzó el —Claro. ¿O acaso no vieron cómo
proyecto turístico se escuchan las bailaban esos chicos?
más absurdas estimaciones: que van Es cierto que Sebastián y Mara
a venir cientos de turistas cada dieron la nota. Una pareja
fin de semana, que pronto maravillosa. No solo combinaron
tendremos que construir más los disfraces —él de Drácula y
hosterías que no vamos a dar ella de mujer mordida—, sino que
abasto con las artesanías porque a estuvieron entre los primeros en
los visitantes todo fes va a salir a bailar. Nos llenó de
encantar... Yo a veces les digo esperanzas ver a don Alfonso, en
que dejen de soñar despiertos que la silla que le colocaron junto a
esperen a ver antes de anunciar la pista, pura sonrisa, siguiendo
tantas maravillas. En esos casos, el ritmo de la música con
me dicen aguafiestas. Por eso hoy
el pie Supongo que también lo complacían los tan bien que don
Alfonso le dijo a Luis que pase comentarios. Porque 'a
noticia del noviazgo ge- el miércoles por la estancia a conversar
sobre ei neró un curioso efecto en el pueblo: la imagencamino.
Cuando el intendente lo contó, lanzade Sebastián empezó a cambiar
en los ojos de la mos gritos de felicidad.
gente. Hasta hubo una vecina, una de esas que ¿Ven? —dijo Horacio—.
Como yo decía- Ya lo viven pendientes de los chismes, que se atrevió
tenemos.
a decírselo a don Alfonso. —Aún no —advirtió Luis—, no cantemos
victoria —Su nieto resultó un tapado —se la escuchó—; antes de
tiempo.
tan tímido que era y resulta que conquistó a la Pero hoy era
imposible no sentir el sabor del chica de Buenos Aires. Quién lo
hubiera dicho... triunfo en la boca. Era imposible no
adelantarse, Ei se limitó a sonreír, pero se le notaba la sa- no
soñar con ese camino ancho y liso, puro astisfacción.
Como es su costumbre, no se quedó falto, por donde
los autos vendrán veloces y en mucho tiempo: a las once
partió de regreso a lagrandes cantidades a traerle vida
a Las Rores. estancia y entonces Sebastián y Mara dejaron
deDe modo que brindamos: por el definitivo éxibailar,
Pero se los vio más tarde conversando yto del
complota él hasta la acompañó a ella a su casa. Un
detalle que, por supuesto, despertó todo tipo de
comentarios.
—A fin de cuentas —dijo
Leticia—, tal vez empezaron
a enamorarse de verdad.
—Profesora, no se
ilusione —sonrió
Santiago— no vayamos a
creernos la historia
que nosotros mismos
inventamos.
—Quién sabe lo que puede
suceder —insistió Leticia—,
tas cosas siempre
evolucionan.
A míl tengo que decir
la verdad, ya no me
irnporta demasiado si los
chicos se enamoran o no.
Me basta con saber que
están cumpliendo con su
papel a la perfección. Y
al parecer lo hicieron

21 Me molestó que lo preguntara. No por él, sino por ml: si él era un tonto, yo, que me

había buscado un novio semejante, pasaba


a ser una idiota.
No —le contesté—, parece
tonto, pero es porque es muy
tímido. Cuando lo conocés bien, es una
persona extraordinaria. Muy Inteligente.
Rogué que ellas dos no lo
conocieran bien, porque yo suponla
que aun en ese caso seguiría siendo
igualmente tonto.
—Si es asl... —Lisa hizo un
pequeño silencio UÉ ilusa. Cómo podía pensar que algo asl antes de segulr—. Se ve que
te lo tenías bien se podía mantener en reserva. Debería haber guardado.
sabido que en un pueblo chico hasta las pie- Me puse nerviosa.
dras cuentan los chismes. Creo que no había-— INo quise ocultárselo a ustedes. Es
que... mos bailado ni dos minutos cuando todo eltodo fue muy rápido. Sucedió de
pronto. mundo comentaba que eramos novios. Y eso ¿Cómo fue? —quiso saber
Marcela.
era lo que yo más temía. Porque hasta puedo—Por el perro —inventé—. Ahora
tenemos al acostumbrarme a los pisotones de Sebastiáncachorro que nos dio
Leticia y él vino a ayu(solo me pisó cuatro veces en la noche, que nodarnos, porque
lloraba y no sabíamos por qué. es tanto), pero no a la cara de estupor con
queY así, nos fuimos conociendo...
me miraron Marcela y Lisa.—Ahora no te vamos a ver tanto —comento ¿De verdad
que estás de novia con Sebas- Lisa—. Vas a estar siempre con él,
tián? —me pregunto esa noche Lisa con los OJOS ilNo! —exclamé.
orandes de la sorpresa.Me miraron extrañadas.
Me costó, pero asentl,—Quiero decir, SI... —me estaba haciendo un —Decime —bajó la
voz—, ¿no es un pocolío—. Me gustaría seguir viéndolas. Que esté de tonto ? novia no
significa nada.
—Bueno, algo significa. voy a estar de novia con Sebastián tres meses. —Sí, pero no, o
sea„.. no se. Y ya quedan... dos meses y tres semanas. ¿SeDefinitivamente, esa noche debo de
haberles guirá interesado el de los OJOS verdes todo ese parecido tan idiota como él. Lo peor
vino des- tiempo ?
pués, cuando Marcela me dijo, como distraída: En cualquier caso, no puedo averiguarlo por
—Tenía un comentario para hacerte, pero ahora. Todo el baile de Carnaval me la pasé
supongo que ya no te interesa. mirando de reoJ0 a Rulos y sonriéndole a Se¿Qyé? bastián.
Cuando terminó, él me acompañó a
Qye hay otro chabón que se fijó en vos. casa. Temí que intentara darme la mano, o ¿Sí?
—dije, intentando que el tono me sa- algo peor, aprovechando que nuestro noviazgo liera
verdaderamente desinteresado—. ¿Qyién ? ya era público, pero no hizo nada de eso. En
—Rulos, el de los ojos verdes. la puerta de mi casa me preguntÓ si me gusta
Sentí que el corazon se me cala e iba derecho andar a caballo, al est6mago, donde rebotÓ
un par de veces hasta La verdad mdije con vergüenza—, nunca que volvió a subir y se me
ubicó justo en el me subí a uno.
medio de la garganta. Carraspeé y traté de po-¿Querés aprender? 1
—Claro. ner cara de nada.
¿Y cómo sabés? —El miércoles venl con ropa cÓmoda. Yo
—Vino a preguntarme por vos. Pero mgor enseno.
asl, no te conviene. Dio media vuelta y se fue. La verdad, no parece muy enamorado.
Es de los que van de una novia a otra. Ya
tuvo como cinco.
Ajá —respondí, como distraída—. Igual no
me
int
ere
sa.

Cla
ro.
ue no me va a interesar: me
quena morir. Tal vez, pensé, esto
dure. Porque yo establecí una
cláusula importante en el
acuerdo: solo
Apoyó las botellas sobre la mesa y lentamente
22
sacó de su bolsillo un
sobre.
—¿A que no saben qué es esto? -preguntó, con esa sonrisa tan grande
que se podía ver el trabajo prolijo de su dentista.
—Un sobre —dijo Marta, abusando de su inclinación por la obviedad.
DIARIO DEL GRUPO DE RESCATE Sí, pero ¿qué hay en el sobre?

—¿Una carta? —arriesgué yo. —No.


4 de marzo de 2002 ¿un billete de lotería? —sugirió
—No —se impacientó
Luis, y lentamente fue sai:La reunión había sido convocada para
discutir al- cando del sobre su contenido y lo puso frente a gunos
asuntos prácticos del despegue turístico. nuestros ojos—. Un cheque.
¿y saben qué es? iEl el primer pago para el Camino Vera!
Por ejemplo, la feria artesanal: hay San que Marcos elegir
¿Qué es el Camino Vera? —preguntó extradía e invitar a
alguna gente de para ñada María Rosa.
la inauguración. También íbamos a hablar sobre iNuestro camino! Así se
va a llamar porla camioneta de Horacio. El sugiere
pintarla deque lo paga don Alfonso Vera. ¿No entienden? una
forma llamativa e intentar traer en ella a al-*I LO logramos!
gunos turistas a los que les parezca atractivoTodos empezamos
a reírnos y a gritar y el cheatravesar los setenta
kilómetros de tierra y polvoque fue pasando de mano en mano,
porque a bordo de esa chatarra.cada uno de nosotros quería verlo
de cerca y toPero nos olvidamos de todas esas cuestionescarlo para
constatar que era real. Era la primera en el momento en que llegó Luis.
Lo primero quede tres cuotas: así, en tres veces, iba a pagar Alnotamos
es que traía tres botellas Y no eranfonso el asfalto. Luis dijo que al
día siguiente de cerveza sino de champán, un lujo que porpensaba hablar
con el gobierno provincial para aquí se ve pocas veces. Lo segundo que
notamosque se iniciaran los trabajos de planeamiento} fue su alegría:
tenía la cara iluminada como lapero nadie le prestó demasiada atención
porque plaza en un día de fiesta.seguíamos festejando.
Empezamos a descorchar el champán.
Ya no 23 recuerdo cuántas veces
brindamos. Por Alfonso. Por ei
camino. Por Alfonso. Por el
camino. Por Alfonsoa Por el
camino. Así fue hasta que todos
estuvimos un poco borrachos.
Sé que después hablamos sobre fa camioneta de
Horacio y creo que decidimos pintarla de rosa
con flores verdes, aunque supongo que fue una
decisión influida por las burbujas del champán y
habrá que volver a discutirlo. También planea-
SEIS MESES DESPUÉS mos una gran fiesta para
cuando estuviera listo el caminor a la que iba a
venir gente de todos
los pueblos cercanos, deslizándose felices por L
fin termina el invierno. Nunca hubiera nuestro flamante asfalto. Creo que
algunos llo-imaginado, cuando mi papa nos anunció que ramos un poco, de
la emoción, y hasta hubo undebíamos mudarnos a Las Flores, que lo peor par de
discursos que prefiero no anotar aquí,de todo iba a ser el frío, Me ilusionaba
pensar para no abochornar a nadie. Con las úftimas go-en la nieve que aun no
conocla, ese manto tas de la última botella volvimos a brindar:blanco de las
películas que veríamos por la —Por el futuro.ventana cada mañana al levantarnos. Pero aqul
descubrí que odio el manto blanco. Odio el frío. Fue decididamente duro el invierno, horrible cada
mañana cuando para ix a la escuela me envolvía en varias capas de ropa y me vela tan atractiva como
una salchicha.
Por eso digo que siempre hay que desconfiar de
las primeras impresiones. Yo crela que iba a
amar la nieve y a odiar Las Flores. Y resultó todo
lo contrario. A fin de cuentas Las Flores de
aburrido no tuvo nada, Desde que empe125
zaron las obras del camino en marzo hasta muñecos de nieve con el que salimos en la
ahora, el pueblo cambió rotundamente. primera plana de un diario. No es
Y no es solo porque pintaron las casas, unicamente eso: es sobre todo la gente la
instalaron la feria artesanal y pusieron en que cambió. Parece que se hubieran
funcionamiento dos hosterías. Tampoco encendido en estos meses.
son solo las actividades que se lanzaron Una de las que más cambió fue Angeles,
con los primeros turistas: las caminatas la dueña de la hostería El lavo. Claro que
conducidas por Horacio, los paseos en detrás de su cambio hay una historia
trineo tirados por perros que amaestró peculiar, según me contaron. Parece ser
Sebastian o el increíble concurso de que un día, en uno de los primeros grupos
de turistas que llegaron en la camioneta de esa mujer le volvieron los colores a la
Horacio, aparecio un tipo que ella conocla. cara. Y ahora se la ve eufórica, cocinando
El que muchos años atrás había sido su tortas y más tortas y atendiendo a los
novio, le había jurado amor eterno y un día turistas que lleentre quienes cada sábado
se había mudado sin decir esta boca es mía. está Ricardo. '*Aaro que hasta ahora no
Los que vieron la escena cuentan que él se fueron tantos los turistas, pero todo el
le acercó y ella se puso más pálida que la mundo espera que con la inauguración del
harina de su masa. Entonces él le susurro: camino asfaltado, mañana, empiecen a
Soy yo, Angeles, Ricardo. ¿Te acordás? venir a raudales. Yo cruzo los dedos:
Y dicen que ella torno una de sus ojalá, digo, porque con tanto trabajo que
deliciosas tortas, una llena de frutillas y se tomaron se merecen que les vaya bien.
crema pastelera, y se la ensarto en la cara.
Después se puso a llorar. Pero él no se
inmutó. Se limpió como pudo la masa de Al que habría que incluir entre los que
la cara, y todavía con un poco de crema mas cambiaron es a mi hermano, Creo
pastelera entre las cgas, se arrodilló y le que el día en que finalmente decidió
pidió perdón. Le explicó que su vida había admitir que ya no odiaba Las Flores,
sido difícil, que había viajado al exterior, empezó a encontrarle ventajas al pueblo:
que la mujer con que se caso murio y no que aquí mis padres lo controlan menos,
se cuántas cosas más. Y al fin, parece, se que tenemos a Idefix, el perro, y, sobre
reconciliaron. todo, que se convirt10 en un astro del
No se si esta historia sera cierta, pero 127
no hay duda de que algo le pasó, porque a
fútbol local. Al menos eso cree él. primeras cabalgatas fueron fatales: yo me
Cuando se pone a hablar de sus goles, no sentía parada arriba de un rascacielos en
hay quien lo aguante. Como resultado de medio de un terremoto. Pero despues fui
todo eso, ahora es quien menos quiere tomando confianza, aprendí a tener el
irse. Sí, estamos otra vez hablando de control de las riendas y a no ir siempre a
irnos. De volver. Hace unos días mi papa donde al caballo se le antojaba llevarme.
recibió una carta de Buenos Aires. Yo también hice lo mío: le enseñé a
—Se les cumplió el deseo —nos hay bailar. Cada sábado nos encerrábamos en
un trabajo posible en Buenos Aires. En el comedor de la estancia y poníamos
diciembre podemos irnos. musica. Un día rock,
Pero ninguno de nosotros saltó de
alegría. Yo, sin embargo, creo que 128
prefiero volver: por mis amigas y porque otro cumbia y hasta algunas veces los lentos
romanticos. INO voy a decir que se convirtió
al fin y al cabo pienso que aun me gusta
en un gran bailarín, pero al menos ahora no
más la ciudad. Pero se que voy a extrañar
me pisa.
Las Flores. A Marcela y Lisa. A Leticia,
mi profesora preferida. Y también a Un día nos dimos cuenta de que ya
Sebastián. éramos amigos. No sé bien como sucedió,
No, no hubo amor. Pero al fin descubrí pero creo que todo mgoró cuando los dos
que tonto no es: no tiene un pelo de tonto. reconocimos que no le gustábamos al otro,
Nuestro pretendido noviazgo tuvo que nunca nos íbamos a enamorar. Ahí él
muchas ventajas y no solo para el pueblo. dejó de ponerse colorado, yo dejé de estar
El me enseño a andar a caballo. Las nerviosa, y empezamos a hablar como
personas normales.
Pero no nos vimos tan seguido, porque
en abril Sebastián empezó a ir a la facultad
en San Marcos y solo venía los fines de
semana. Me llamaba los sábados, para que
fuera a la estancias Entonces tomábamos el
té con Alfonso, jugábamos a las cartas y en
días soleados andábamos a caballo. Y
seguimos haciéndolo, aun mucho des pués
de que pasaran los tres meses del acuerdo.
Es que ninguno de los dos sintió la
necesidad de cambiar alg04
Claro que estaba el asunto del chico de
los OJOS verdes, pero supe a tiempo que
no era para mí. Me di cuenta de algo
importante: se parece demasiado a Diego.
Es de esos que cuando estás disponible no
te dan bolilla, pero cuando no estas se
mueren por vos. Así que era mejor dejarlo
pasar.
Ya no se, en realidad, si alguien sigue
pen-
sando que Sebastián y yo somos novios. Porque Dejó de sonreir. nunca lo decimos,
pero tampoco lo negamos. —Quiero. ¿A ver.?
Y en algún momento creo que hasta el abuelo Cuando tiré el as sobre la mesa, se levantÓ se dio
cuenta de la verdad. Pero para entonces, y empezó a gritar. Al principio pense que estambién él y yo nos
habíamos hecho amigos. taba enojado, pero vino hasta ml y me abrazó Un tipo especial Alfonso, uno de
esos tipos que riéndose.
a cualquiera le gustaría tener de abuelo. Un Se acabaron las lecciones, Mara. Ya sabés día me dijo
que me quería enseñar algo muy Jugar al truco.
importante: los secretos del truco. Yo sabía ju- Así fue como Alfonso me enseño a mentir. gar, pero mis
mentiras eran transparentes En el truco, claro, porque mentir yo sabía de como una ventana recién lavada.
Cómo odiaba antes: bien lo demostré con el complot. cuando, teniendo cartas bajas, intentaba engañarlo y
con voz temblorosa decía:
Truco.
Y él lanzaba una carcajada. A veces pienso, sin embargo, que en verdad —La nena no tiene nada. Qiero
retruco. Alfonso usó el noviazgo para decidirse de una Me ganaba siempre. vez a poner la plata. Y para
justificarse frente Por eso me gustó tanto lo que pasó la se- a sus hijos. Eso fue lo que pensé cuando vimana
pasada. Alfonso había repartido las car- nieron los padres de Sebastián a pasar un fin tas y yo miraba las
Tillas lentamente, tal de semana. Mientras tomábamos el té, Alfonso

como él me enseno: sin mover un musculo deles habló del camino.


la cara que delatara mi juego. Tenía el as —Así que estamos invirtiendo un poco de de espadas, la más alta.
Pero avance tranquila dinero para mgorar este pueblo. Qye va a ser y lo dejé creer que él estaba dominando
lael pueblo de sus nietos, ¿saben?

partida. Canté el truco s in mucha conviccion Los padres pusieron cara de no entender y cayó. nada.

—Quiero retruco —sonriÓ—. No tenes nada. —¿Qué nietos?


Yo subí la apuesta. —Los del futuro. Porque Mara y Sebastián Quiero vale cuatro.van a vlvlr aca cuando
se casen.

130 131 Yo lo miré boquiabierta y él me guiñó un der decir que en Las Flores tenés un camino.
OJO, nervioso. Un camino que te va a servlf para venir o para —¿Casamiento? —preguntÓ la
mamá de Se- irte, pero que va a ser tuyo. Porque vos tambastián—. ¿Ya están hablando de eso?
bién lo hiciste.
—Claro que falta mucho —dijo Alfonso—, Yo sonreí, Alfonso tenra razón. Como siempero
imagínense cuando ustedes vengan a vi-pre. sitar a los nietos, por el asfalto. El pueblo seguro va a
haber crecido, gracias al camino.
Creo que nadie tenla tanta capacidad de de
modo que nos quedamos callados.

Por todo eso vale la pregunta: ¿quien engañó a


quién? ¿Usamos el noviazgo para convencerlo a
donar el dinero o lo usó él para justificarse? Pero
ya no importa. Lo que es evidente, a esta altura, es
que ser el artífice del camino lo hizo feliz. Ayer
acordamos ir juntos a la inauguración, mañana a la
tarde.
—Qyiero que estemos los tres en primera fila
—me dijo—. Al fin y al cabo, es nuestro camino.
Tu camino lo corregí—. Se llama Camino
Vera.
—Eso no importa —dijo—. Es nuestro. Y
siempre lo va a ser, Mara, aunque ya no estemos
aquí. Cuando seas mayor y tal vez vivas en otra parte del
país, o del mundo, vas a po-

132
24 Estaba, claro, el pueblo entero. Habíamos colocado un pequeño escenario y
varias sillas ahí donde empieza el camino, a dos cuadras de la plaza central.
La gente del gobernador había avi sado que quería dar un discurso, así que
Luis le dio la palabra a él primero* A los florenses no les gustó. Y eso
que el tipo no hizo más que halaDIARIO DEL GRUPO DE RESCATE garnos. Dijo que
en medio de la peor crisis en la historia del país habíamos logrado una
hazaña. Que teníamos todo su apoyo para el despegue 22 de septiembre de 2002
turístico. Que íbamos a trabajar juntos. Y un montón de cosas más. Pero
alguna gente emHoy tuvo lugar la última reunión. En realidad, no pezó un
murmullo que pronto se convirtió en era necesaria, pero quisimos hacer un
brindis fi- abucheo. Un grito surgió entre el público.

nai para festejar que se cumplió nuestro sueño: —iLo hicimos solos! ïNo
nos ayudó nadie! ayer inauguramos el camino. iAbajo los políticos!
Qué fiesta, mi Dios, en la vida pensé que ten- Tengo que decir que las cosas
se pusieron feas. dríamos una fiesta así. Habíamos enviado mu- Para salir del
paso, la gente del gobernador inchas invitaciones, pero no creíamos que toda
esa tentó unos aplausos que sonaron a poco y lo bagente rea|mente vendría. Por
eso nos quedamos jaron del escenario. Enseguida subió Luis y pidió con ia
boca abierta cuando en un imponente calma. Me dio un poco de pena porque
estaba auto negro llegó e} gobernador de la provincia tan nervioso que apenas
le salían las palabras. acompañado de un séquito de ayudantes y fo- Dijo
que tenía que hacer muchos agradecitógrafos, A aiguna gente de
aquí les pareció mal: mientos. Para empezar, a don Alfonso. Hubo dijeron
que era un gesto oportunista aprovecharaplausos. Que sin su
generosa dònación nada nuestro trabajo para lucirse ante las cámaras.
Yhubiera sido posible. Pero también quería agraalgo de cierto había, También
vino mucha gente decer a otras personas, chicas y grandes, que hade San
Marcos: comerciantes, políticos, periodis-bían hecho cosas increíbles, cosas
que no les tas y curiosos. gustaban y nunca hubieran soñado hacerl para
torcer el destino del pueblo. En ese momento le- tro y que va a cambiar
muchas cosas. En reali m vantó la cabeza y miró hacia donde estaban dad,
empezó a cambiarlas mucho antes de estar Mara y Sebastián. fisto. Para todos.
Y aunque este diario es para A etlos, especialmente —dijo sin nombrarlos—
recordar estos históricos eventos y no para hacer les quiero decir gracias.
comentarios sobre ta vida privada, quiero decir A esa altura, yo lloraba un
poco. que a mí el proyecto me abrió un camino propio.
Entonces le pidió a don Alfonso que se levan- Y está tan lleno de
esperanzas como nuestro astara y juntos cortaran la cinta roja con que habían
cruzado el camino. A los dos les temblaban Por eso estoy un poco sentimental
y volví a las manos cuando tomaron juntos la tijera y en derramar unas
cuantas lágrimas cuando levanmedio de los flashes de las cámaras hicieron el
tamos las copas y cada uno dijo su brindis. Los corte, Yo ya lloraba a moco
tendido. Alguien le memoricér para poder escribirlos aquí Estos son: preguntó
a don Alfonso si quería hablar y res- Por el camino. pondió que solo
quería decir algo muy breve Y —Por los turistas. entonces pronunció esa frase
que nos dejó per- '—Por don Alfonso.
piejos: —Por Sebastián y Mara, —Quiero agradecer a dos chicos
que armaron —Por el complot. una escena para
mostrarme cuál era el camino —Por el futuro.
que había que tomar. —Por que Las Flores viva.
Nadie entendió, o tal vez sí,
pero todos aplau dieron.
—¿Qué quiso decir? —preguntó
después María Rosar en la reunión.
Yo creo que sabe todo —dijo
Leticia—, y que siempre {o supo.
—O no —intervino Santiago—. Pero nunca
vamos a estar seguros.
Tiene razón Santiago: nunca lo vamos a
saber.
Pero lo que importa es que el camino ya
es nues-

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