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Curso 2022-2023
CONTENIDOS ESENCIALES................................................................................................. 1
1. EL TRIBUTO: CONCEPTO, CARACTERÍSTICAS Y CLASES....................................... 1
1.1 Concepto .......................................................................................................................... 1
1.2 Elementos ........................................................................................................................ 2
1.2.1 Prestaciones coactivas .............................................................................................. 2
1.2.2 Estructura contributiva ............................................................................................. 3
1.2.3 Finalidad de financiar el gasto público ..................................................................... 4
1.2.4 Ausencia de sanción ................................................................................................. 4
1.2.5 Ausencia de contraprestación ................................................................................... 4
1.3 Clases ............................................................................................................................... 4
1.3.1 Impuestos.................................................................................................................. 5
1.3.2 Tasas y precios públicos ........................................................................................... 7
1.3.3 Contribuciones especiales ........................................................................................ 9
CONTENIDOS ESENCIALES
Los tributos han sido tradicionalmente la categoría de ingresos públicos con mayor
relevancia en términos de recaudación. Se estudiará el concepto de tributo, como
categoría genérica, y sus características principales, así como las diferentes categorías
tributarias: los impuestos, las tasas y las contribuciones especiales.
1.1 Concepto
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Los tributos destacan por constituir la fuente principal de ingresos de los entes públicos,
tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo. Los demás recursos
económicos solían tener un papel secundario, aunque en el contexto actual esta afirmación
ya no resulta de aplicación a los ingresos derivados de las emisiones de deuda pública.
La relevancia de los tributos como instrumento para sufragar los gastos públicos se
deduce del propio art. 31.1 de la CE, que establece que “todos contribuirán al
sostenimiento de los gastos públicos (…) mediante un sistema tributario justo (…)”.
Existe una definición legal de tributo, según la cual los tributos son “ingresos públicos
que consisten en prestaciones pecuniarias exigidas por una Administración pública como
consecuencia de la realización del supuesto de hecho al que la Ley vincula el deber de
contribuir, con el fin primordial de obtener los ingresos necesarios para el sostenimiento
de los gastos públicos” (art. 2.1 LGT).
1.2 Elementos
Las dos notas que definen constitucionalmente al tributo y de las que derivan todos los
elementos definitorios del mismo son, según A. Agulló, la coactividad y la estructura
contributiva.
El carácter coactivo de los tributos implica que desde los distintos niveles de la
Administración pública se exigen unilateralmente obligaciones que nacen directamente
de la ley, son exigibles en régimen de derecho público y carecen de contraprestación.
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Se trata de una obligación ex lege, ya que el tributo nace por una disposición de ley sin
la concurrencia de la voluntad de los particulares, y de una obligación de derecho
público, porque la obligación tributaria se sujeta a un régimen de derecho público con la
finalidad de garantizar el mejor cumplimiento de los fines tributarios.
2) El papel central del hecho imponible como vehículo que hace posible la contribución
en función de la capacidad económica. La configuración del tributo a partir de un hecho
imponible como elemento individualizador de la capacidad económica gravada y no como
contraprestación, y su cuantificación en función de tales parámetros. Esto es: a) la
necesaria individualización de un hecho indicativo de capacidad económica como
origen del tributo; y b) la cuantificación del mismo en función de esta capacidad, y
no como contraprestación o retribución de bienes o servicios públicos recibidos, de
manera que no cualquier supuesto de hecho legitima la imposición de un tributo, ni
cualquier sistema de cuantificación del mismo es legítimo, sino que ambos han de estar
en relación con la capacidad económica individualizada; y
En estos momentos interesa destacar los siguientes rasgos típicos del tributo: su finalidad
financiera de financiación del gasto, la ausencia de sanción y la ausencia de
contraprestación.
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1.2.3 Finalidad de financiar el gasto público
La finalidad fiscal es compatible con la existencia de otros fines del tributo, los
denominados fines extrafiscales, que deberán estar protegidos constitucionalmente.
1.3 Clases
Estas tres categorías tributarias se diferencian en función del hecho imponible, es decir,
del supuesto de hecho que genera la obligación de pago de cada tipo de tributo: las
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tasas y las contribuciones especiales se devengan cuando hay una actuación
administrativa individualizada en relación con el obligado tributario que debe
satisfacerlas; en los impuestos dicha relación no existe y el obligado a pagarlo debe
hacerlo con independencia de cualquier actuación administrativa o prestación de un
servicio público.
1.3.1 Impuestos
Los impuestos son “los tributos exigidos sin contraprestación, cuyo hecho imponible está
constituido por negocios, actos o hechos que ponen de manifiesto la capacidad
económica del contribuyente” (art. 2.2.c LGT).
Al comparar la definición legal de impuesto con la de las otras dos categorías tributarias
(tasas y contribuciones especiales) se pone de manifiesto que el legislador solo se refiere
a la capacidad económica en el caso de los impuestos, lo cual resulta criticable porque la
manifestación de capacidad económica no es una nota exclusiva de los impuestos, sino
común a todas las categorías tributarias.
Los impuestos pueden clasificarse en diversas categorías. En primer lugar, los impuestos
personales y los impuestos reales, en función de cuál sea el papel del sujeto en la
configuración del hecho imponible. Los impuestos personales son aquellos en los que la
persona forma parte del elemento constitutivo del presupuesto de hecho (IRPF, IS e IP).
Los impuestos reales son aquellos en los que el sujeto se desvincula del presupuesto de
hecho, lo que no significa que no haya sujeto pasivo deudor del impuesto (lo cual, por
otro lado, sería imposible), sino que el impuesto se define con total independencia del
sujeto pasivo (IBI y IAE).
En tercer lugar, los impuestos directos y los impuestos indirectos, en función de cuál
sea la relación entre el sujeto que soporta la obligación de pago y otros sujetos a los que
se impone la carga económica del impuesto a través de diferentes mecanismos. En este
caso el criterio de clasificación varía en función del punto de vista que se aplique, el
económico o el jurídico.
Desde el punto de vista económico los impuestos directos son aquellos que se exigen
en función de un índice directo de capacidad económica, como por ejemplo la obtención
de una renta o la posesión de un patrimonio (IRPF, IS y IP), y los impuestos indirectos
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son los que se basan en un índice indirecto de capacidad económica, como por ejemplo
el consumo (IVA y ITPAJD).
Desde el punto de vista jurídico los impuestos directos son aquellos en los que no se
prevé la repercusión legal del impuesto a terceras personas y los impuestos indirectos
son aquellos en los que su normativa reguladora prevé la repercusión legal de las cuotas
tributarias (IVA e Impuestos Especiales).
En cuarto lugar, en función de los tiempos o períodos de realización del hecho imponible
y de exigibilidad, los impuestos pueden clasificarse en impuestos periódicos ( o
temporales ) e instantáneos, si se atiende al modo de realización temporal del hecho
imponible, esto es, a la existencia o no de un período de realización del hecho imponible;
y en impuestos de exigibilidad periódica (o de devengo periódico o sucesivo, por alusión
al carácter cíclico de exigibilidad del impuesto), e impuestos de exigibilidad no
periódica (o de devengo aislado, no periódico, o no cíclico), si se atiende al modo de
exigibilidad de los impuestos, esto es, si se atiende al criterio de la exigibilidad periódica
o cíclica del impuesto, a la existencia o no, en definitiva, de períodos sucesivos de
exigibilidad del impuesto.
Finalmente, hay impuestos, como el IVA o el IRNR, que son impuestos instantáneos y de
devengo generalmente no sucesivo, cuya liquidación es agrupada por períodos para
facilitar su gestión. Estos períodos de liquidación agrupada que tienen algunos
impuestos tienen una naturaleza asimismo diferente de los períodos de realización del
hecho imponible y de los períodos de exigibilidad o de devengo sucesivo antes
mencionados. Estos períodos tienen la finalidad exclusiva de agrupar los hechos
imponibles instantáneos realizados a lo largo de un determinado período de tiempo ( el
trimestre, por ejemplo, en el caso del IVA) para su liquidación conjunta, por lo que no
pueden ser confundidos con ninguno de los otros dos tipos de períodos. Tampoco con los
períodos de declaración y autoliquidación de los impuestos, que pertenecen al terreno de
la gestión y aplicación de los impuestos y que se identifican con los plazos de declaración
y autoliquidación de los hechos imponibles realizados. Así, el plazo para autoliquidar e
ingresar el IRPF, se sitúa en los meses de abril a junio del año siguiente.
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En definitiva, también desde el punto de vista temporal, pero en función de las
modalidades de liquidación podemos establecer que hay impuestos de liquidación
individualizada, en los que a cada hecho imponible realizado corresponde una única
declaración y autoliquidación aislada y propia -como lo son la mayoría de los impuestos,
sean instantáneos (IPN, ITPAJD) o periódicos (IRPF), y sean de exigibilidad periódica
(IPN, IRPF) o no (ITPAJD)- e impuestos de liquidación agrupada por períodos (IVA,
IRNR), categoría actualmente reservada para algunos impuestos instantáneos.
Resumiendo, desde el punto de vista temporal, en función del aspecto temporal del
elemento objetivo del hecho imponible del impuesto, puede distinguirse entre
impuestos instantáneos e impuestos temporales o periódicos, entendiendo por unos y
otros respectivamente, aquellos impuestos cuyo hecho imponible se sitúa normativamente
en un momento determinado (IP, ISD, IVA, ITPAJD, IIEE, ICIO, IIVTNU) por lo que
son de realización instantánea (impuestos con hecho imponible de realización
instantánea), y aquellos impuestos cuyo hecho imponible tiene lugar a lo largo de un
período de tiempo (IRPF, IS, IVTM) con hecho imponible de realización en un período
de tiempo determinado). En función del modo de exigibilidad de los impuestos, podemos
distinguir entre impuestos de exigibilidad o devengo periódico e impuestos de
exigibilidad o devengo no periódico. Y, en función de las modalidades de liquidación,
podemos asimismo establecer que hay impuestos de liquidación individualizada, o de
declaración y, en su caso, autoliquidación, por hecho imponible realizado, e impuestos de
liquidación agrupada por períodos.
Aunque este tema se estudiará más adelante, debe señalarse ya que en los impuestos
periódicos en los que el hecho imponible se realiza a lo largo de un período impositivo,
el devengo del impuesto, que es el momento en el que se entiende realizado el hecho
imponible, se fija legalmente como regla general el último día del período impositivo
(IRPF, IS), aunque también puede anticiparse al primer día de dicho período impositivo.
Los impuestos autonómicos están regulados en el art. 9 de la LOFCA y los locales en los
arts. 38 y 59 y ss. TRLHL.
Las tasas son los tributos cuyo hecho imponible consiste en la utilización privativa o el
aprovechamiento especial del dominio público, la prestación de servicios o la realización
de actividades en régimen de derecho público que se refieran, afecten o beneficien de
modo particular al obligado tributario, cuando los servicios o actividades no sean de
solicitud o recepción voluntaria para los obligados tributarios o no se presten o realicen
por el sector privado (art. 2.2.a LGT).
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Con carácter general, las tasas estatales están reguladas en la Ley 8/1989, de 13 de abril,
reguladora del régimen jurídico de las tasas y precios públicos, las tasas autonómicas en
el art. 7.1 de la LOFCA y las municipales en los art. 20 y 57 del TRLHL.
A pesar de que las tasas y los precios públicos representan conceptos jurídicamente
independientes (las tasas son categorías tributarias y los precios públicos,
contraprestaciones) ambos conceptos mantienen una relación muy estrecha, ya que tanto
las tasas como los precios públicos se satisfacen como consecuencia de la prestación de
un servicio o de la realización de una actividad administrativa que afecta a un particular.
No obstante, la ley atribuye a ambas categorías ámbitos de aplicación y criterios de
cuantificación diferentes (art. 2 LGT y arts. 6 y 24 LTPP).
En cuanto a sus criterios de cuantificación, las tasas están sujetas a los principios
constitucionales tributarios, y especialmente al principio de capacidad económica,
mientras que los precios públicos que actualmente contempla la ley no quedan vinculados
por ninguno de estos principios, porque no son tributos, y tampoco están sujetos al
principio de reserva de ley de las prestaciones patrimoniales públicas del art.
31.3 CE, porque no tienen carácter coactivo. En materia de cuantificación, la ley exige
que las tasas tengan como techo recaudatorio el coste del servicio, límite que no existe
para los precios públicos.
En definitiva, los dos elementos en juego para determinar si nos encontramos ante una
tasa o un precio público son la libertad y el monopolio, de manera que: a) Libertad y
monopolio: tasa; b) Libertad y no monopolio: precio público; c) No libertad y monopolio:
tasa; d) No libertad y no monopolio: tasa.
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1.3.3 Contribuciones especiales
Las contribuciones especiales son los tributos cuyo hecho imponible consiste en la
obtención por el obligado tributario de un beneficio o de un aumento de valor de sus
bienes como consecuencia de la realización de obras públicas o del establecimiento o
ampliación de servicios públicos (art. 2.2.b LGT).
Para poder establecer y exigir una contribución especial deben concurrir dos requisitos:
1) La existencia de una actividad administrativa destinada a proveer bienes públicos,
como la realización de obras o el establecimiento o ampliación de servicios públicos; 2)
La obtención de un beneficio especial por el particular como consecuencia de la actividad
administrativa, de manera que la obra beneficia más a unos ciudadanos que a otros, hasta
el punto de que si todos los ciudadanos se beneficiasen en la misma medida no sería
posible recurrir a esta figura tributaria.
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DERECHO FINANCIERO
Curso 2022-2023
CONTENIDOS ESENCIALES................................................................................................. 1
2. INTERPRETACIÓN Y APLICACIÓN DE LAS NORMAS TRIBUTARIAS .................... 2
2.1. Eficacia de las normas en el tiempo y en el espacio ....................................................... 2
2.1.1. Eficacia de las normas en el tiempo y retroactividad tributaria ............................... 2
2.1.2. Eficacia de las normas en el espacio. Referencia a los puntos de conexión ............ 5
2.2. Interpretación de las normas tributarias y aplicación analógica ..................................... 6
2.2.1. El rechazo de los criterios especiales de interpretación........................................... 6
2.2.2. Definición de los términos y autonomía del Derecho tributario. ............................. 7
2.2.3. La aplicación analógica ........................................................................................... 7
2.3. La calificación. El fraude de ley o conflicto en la aplicación de la norma tributaria. La
simulación. La economía de opción. ..................................................................................... 8
CONTENIDOS ESENCIALES
Las normas tributarias son normas ordinarias (no son normas excepcionales, ni penales o
sancionadoras, ni restrictivas de derechos individuales) y, como tales, les resultan
aplicables los criterios generales de interpretación y aplicación de las normas jurídicas
(arts. 1 a 16 CC), con las especialidades previstas en los arts. 10 a 16 LGT. Es esta una
premisa básica para el estudio de este tema.
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2. INTERPRETACIÓN Y APLICACIÓN DE LAS NORMAS TRIBUTARIAS
Las normas financieras y tributarias son normas ordinarias (no son normas excepcionales,
ni restrictivas de derechos individuales, a diferencia de las normas penales y
sancionadoras) y, como tales, les resultan aplicables los criterios generales de
interpretación y aplicación de las normas jurídicas (véanse los arts. 1 a 16 CC), con las
especialidades previstas en los arts. 10 a 16 LGT.
De acuerdo con el art. 10.1 LGT, las normas tributarias entrarán en vigor a los veinte días
de su completa publicación oficial si no se dispone lo contrario (precepto que incorpora
la regla general de vacatio legis prevista en el art. 2.1 del Código Civil) y se aplicarán por
plazo indefinido, salvo que se fije un plazo determinado.
2
En relación con la retroactividad de las normas tributarias, hay que distinguir el plano
de la producción legislativa (en el que el principio de irretroactividad actúa como límite
constitucional al Legislador y al titular de la potestad reglamentaria) y el plano de la
aplicación de normas (en el que el principio de irretroactividad actúa como un mandato
dirigido al órgano de aplicación del Derecho, no vinculante para el Legislador, y que se
encuentra contemplado en el art. 2.3 CC y en el art. 10.2 LGT, primer párrafo).
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A tal efecto, el TC ha adoptado la distinción entre “retroactividad auténtica” y
“retroactividad impropia” elaborada por el Tribunal Constitucional alemán,
contraponiendo “aquellas disposiciones legales que con posterioridad pretenden anudar
efectos a situaciones de hecho producidas o desarrolladas con anterioridad a la propia ley”
(retroactividad auténtica) y “las que pretenden incidir sobre situaciones o relaciones
jurídicas actuales aún no concluidas” (retroactividad impropia). Una norma es retroactiva
stricto sensu cuando pretende modificar los efectos jurídicos de hechos autónomos,
realizados íntegramente y valorados definitivamente en el pasado, conforme a una
normativa anterior. De ahí que, para aplicar el concepto de retroactividad, haya que
atender necesariamente a la concreta estructura y contenido (presupuesto de hecho y
consecuencia jurídica) de la norma. No puede aplicarse el mismo criterio para una norma
que regula el hecho imponible y el devengo del impuesto, que para una norma que regula
el procedimiento, las obligaciones tributarias accesorias, la prescripción o el régimen de
los responsables, por poner algunos ejemplos.
No obstante, el art. 10.2 LGT intenta concretar este mandato general de irretroactividad
en el ámbito tributario estableciendo que las normas tributarias “se aplicarán a los tributos
sin período impositivo devengados a partir de su entrada en vigor y a los demás tributos
cuyo período impositivo se inicie desde ese momento”. Esta disposición establece una
regla general y supletoria, aplicable salvo disposición en contrario, que atiende al criterio
del devengo y del inicio del período impositivo. Estos criterios son válidos en relación
con las normas cuyo presupuesto de hecho y consecuencia jurídica coinciden con el hecho
imponible y el devengo del tributo, pero no así en relación con otras normas tributarias,
con estructura y contenido distintos, como antes hemos señalado.
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recargos por declaración extemporánea (art. 27 LGT) y los recargos del período ejecutivo
(art. 28 LGT), por lo que puede entenderse aplicable a ambos – se excluyen los recargos
sobre bases o cuotas, porque tienen naturaleza impositiva y, por tanto, se aplica la regla
general de irretroactividad contemplada en el art. 10.2.1o párr. LGT. El límite para la
aplicación retroactiva in bonus es, por disposición de la LGT, la firmeza del acto.
Sobre este tema, hay que distinguir, por un lado, el ámbito de aplicación espacial en el
que la norma despliega sus efectos (las normas tributarias obligan en el territorio nacional,
con las especialidades previstas para determinados territorios) y, por otro lado, los
criterios de sujeción, esto es, la determinación de los criterios que van a ser utilizados
para establecer la sujeción de determinadas situaciones o hechos al mandato de las normas
tributarias que los contemplan.
Para determinar la ley aplicable, el órgano de aplicación debe resolver, no solo conflictos
de normas en el tiempo, sino también conflictos de normas en el espacio (cuando el hecho
tenga conexiones con diferentes ordenamientos territoriales). Para ello, existen unos
criterios y puntos de conexión; se trata, en definitiva, de normas secundarias, normas que
regulan la aplicación de otras normas y que, como tales, no regulan directamente unos
hechos, sino que indican cuál es la norma (primaria) aplicable para regularlos.
El art. 11 de la LGT establece los criterios de sujeción a las normas tributarias, de manera
que “los tributos se aplicarán conforme a los criterios de residencia o territorialidad que
establezca la ley en cada caso. En su defecto, los tributos de carácter personal se exigirán
conforme al criterio de residencia y los demás tributos conforme al criterio de
territorialidad que resulte más adecuado a la naturaleza del objeto gravado”.
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en un Estado tributa en dicho Estado de residencia (ER) por la totalidad de la renta
obtenida (renta global o mundial), con independencia del territorio donde esta se origine
(tributa por obligación personal). Pero además, en virtud del criterio de territorialidad, el
Estado donde se origine la renta o Estado de la fuente (EF) obligará también a tributar por
la renta vinculada a su territorio (obligación real). Por este motivo, los Estados suscriben
Convenios internacionales para eliminar la doble imposición, mediante diferentes
técnicas, consistentes esencialmente en deducir en el impuesto personal pagado en el ER
la cuantía del impuesto ya pagado en el EF. Estos problemas de extraterritorialidad de los
tributos también se producen entre las diferentes Comunidades Autónomas.
Puntos de conexión
Los puntos de conexión son los criterios de atribución de los tributos cedidos a las
Comunidades Autónomas y son particularmente relevantes no sólo por lo que respecta a
la distribución de la recaudación, sino también a la hora de aplicar la normativa propia
que algunas Comunidades han aprobado haciendo uso de las competencias normativas
cedidas por el Estado en relación con impuestos como el IRPF. Igualmente, en el caso de
los tributos cuya gestión también se haya cedido, los puntos de conexión determinarán la
Comunidad Autónoma competente para la gestión.
Como hemos señalado anteriormente, las normas tributarias son normas ordinarias (no
son normas sancionadoras, ni restrictivas de derechos, ni excepcionales) y, como tales,
les resultan aplicables los criterios generales de interpretación de las normas jurídicas.
Así lo recuerda el art. 12.1 de la LGT, al disponer que “las normas tributarias se
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interpretarán con arreglo a lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 3 del Código Civil”.
A su vez, el art. 3.1 CC establece que “las normas se interpretarán según el sentido
propio de sus palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y
legislativos, y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo
fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquéllas”. Por tanto, rigen en la
interpretación de las normas tributarias los criterios de interpretación comunes en
Derecho (gramatical, sistemático, histórico, evolutivo y teleológico), excluyéndose
criterios especiales (como p. ej. criterios restrictivos de interpretación, o “in dubio pro
contribuyente”, o la denominada interpretación económica o funcional de las normas
tributarias).
El art. 12.2 de la LGT establece que “en tanto no se definan por la normativa tributaria,
los términos empleados en sus normas se entenderán conforme a su sentido jurídico,
técnico o usual, según proceda”. Por consiguiente, para determinar el significado de los
términos empleados en las normas tributarias, prevalece en primer lugar la definición de
los mismos contenida en la propia normativa tributaria. En caso de ausencia de definición
en la normativa tributaria, el término en cuestión deberá interpretarse “conforme a su
sentido jurídico, técnico o usual, según proceda”. Por tanto, el órgano de aplicación
deberá decidir qué significado (el jurídico, el técnico o el usual) resulta el más adecuado
para interpretar la norma tributaria.
El art. 14 de la LGT establece una prohibición de analogía, según la cual “no se admitirá
la analogía para extender más allá de sus términos estrictos el ámbito del hecho
imponible, de las exenciones y demás beneficios o incentivos fiscales”. Por tanto, en
Derecho tributario se excluye la aplicación analógica en el ámbito del hecho imponible y
de los beneficios fiscales. Para indagar en el concepto de “aplicación analógica”, nos
remitimos a lo dispuesto en el art. 4.1 CC: “Procederá la aplicación analógica de las
normas cuando estas no contemplen un supuesto específico, pero regulen otro semejante
entre los que se aprecie identidad de razón”.
La analogía es por tanto una técnica de integración de lagunas del ordenamiento basada
en la identidad de razón, que implica un juicio de valor por parte del órgano de aplicación,
a fin de “extender” las normas existentes a supuestos no contemplados (ni expresa ni
implícitamente) en las mismas. Pertenece, como ha señalado M. S. Giannini, al plano de
la aplicación, no de la creación del Derecho, por lo que su prohibición en determinados
casos no puede ser fundada en el principio de reserva de ley, que es un principio relativo
a la producción y no a la aplicación normativa. Ciertamente, la discrecionalidad del juez
se excluye en aquellos ámbitos en los que el presupuesto normativo se encuentra material
o temporalmente acotado y por ello no puede extenderse a otros supuestos, como es el
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caso de las leyes penales o sancionadoras, las excepcionales y las temporales. Así lo viene
a reconocer el art. 4.2 CC: “Las leyes penales, las excepcionales y las de ámbito temporal
no se aplicarán a supuestos ni en momentos distintos de los comprendidos expresamente
en ellas”.
De acuerdo con la tesis general antes expuesta, el fundamento último de esta prohibición
se encuentra en el principio de seguridad jurídica, en la necesidad de que el ciudadano
pueda conocer con certeza las consecuencias de sus actos, lo que lleva al legislador a
configurar normas de “presupuesto de hecho exclusivo” (M. S. Giannini) que llevan
implícita la imposibilidad técnica de su aplicación analógica, o mejor, que implican la
voluntad del legislador de impedir su aplicación analógica.
Por tanto, este precepto dispone, por un lado, que debe prevalecer la sustancia sobre la
forma, al señalar que debe prevalecer la auténtica naturaleza jurídica del hecho, acto o
negocio realizado, sobre la forma o denominación que los interesados le hayan dado.
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El inciso final de este art. 13 de la LGT (“y prescindiendo de los defectos que pudieran
afectar a su validez”) significa que la Administración tributaria, a la hora de calificar
jurídicamente los actos o contratos para la aplicación de las normas tributarias, puede
prescindir de sus posibles defectos de validez (y exigir el correspondiente ingreso
tributario). Ahora bien, esta capacidad es provisional, en el sentido de que, si se declarase
judicialmente la invalidez del acto o contrato, la Administración debería proceder a la
devolución del ingreso tributario realizado en virtud de aquella calificación.
La figura regulada en el art. 15 LGT, encaja con la figura general del fraude de ley
regulado en el art. 6.4 CC. En ambos casos, los actos o negocios realizados (pese a
considerarse “artificiosos o impropios”) no son actos ilícitos, ya que se realizan al amparo
del texto de una norma (la denominada “norma de cobertura”). Por consiguiente, hay que
distinguir la actuación en fraude de ley de la comisión de un ilícito tributario (infracción
o delito), ya que con el fraude de ley no se está realizando una conducta que infrinja
directamente la ley. Los actos o negocios que se realizan están, aparentemente, permitidos
por el ordenamiento. No obstante, en la modificación de la LGT, realizada en noviembre
del 2015, se ha introducido un nuevo tipo de infracción tributaria (art. 206.bis LGT)
consistente en la realización de una actuación en fraude de ley, contraviniendo el criterio
publicado por la Administración.
En segundo lugar, la consecuencia del fraude de ley es “la debida aplicación de la norma
que se hubiere tratado de eludir” (art. 6.4 CC). En Derecho tributario, según el art. 15.3
LGT: “En las liquidaciones que se realicen como resultado de lo dispuesto en este
artículo se exigirá el tributo aplicando la norma que hubiera correspondido a los actos
o negocios usuales o propios o eliminando las ventajas fiscales obtenidas, y se liquidarán
intereses de demora.”
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En ocasiones, para evitar estas situaciones, el legislador ha tipificado como hechos
imponibles los casos más frecuentes de fraude de ley. Un ejemplo clásico de ello es el art.
108 de la Ley del Mercado de Valores.
En el fraude de ley, los negocios se realizan realmente (no sólo aparentemente) y, prima
facie, están permitidos por el ordenamiento. Lo que sucede es que se abusa de las formas
jurídicas, para conseguir un resultado contrario a Derecho. En cambio, en la simulación
siempre existe un engaño, una apariencia de que se ha realizado un negocio jurídico,
cuando en realidad, o bien no se ha realizado ningún negocio (simulación absoluta) o bien
se ha realizado otro diferente (simulación relativa).
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tributaria”, art. cobertura) y exigencia de intereses de demora. Posible sanción
15 LGT del art. 206.bis LGT (o pena?).
Ilícito (infracción
o delito) Violación manifiesta y directa del ordenamiento.
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DERECHO FINANCIERO
Curso 2022-2023
CONTENIDOS ESENCIALES
El contenido básico de esta sesión 9 está formado por:
- Estudio de los esquemas dogmáticos de explicación del tributo.
- La relación jurídica tributaria (art. 17 LGT), analizando el principio de
indisponibilidad del crédito tributario (art. 18 LGT) y la inderogabilidad de las
situaciones tributarias subjetivas (art 17.4 LGT).
- Un estudio general del hecho imponible del tributo, distinguiendo su
delimitación positiva (concepto, funciones, estructura – presupuesto objetivo y
presupuesto subjetivo-) y su delimitación negativa (supuestos de no sujeción),
que deben diferenciarse de las exenciones. Atendiendo a su relación con el
hecho imponible, se analizarán también los fenómenos de la repercusión del
tributo y la anticipación del tributo (retenciones, pagos fraccionados e ingresos
a cuenta).
1
1. LOS ESQUEMAS DOGMÁTICOS DE EXPLICACIÓN DEL TRIBUTO
2
Sin embargo, lo cierto es que el fenómeno tributario no se agota en esta obligación de
pago del tributo por parte del contribuyente, sino que existen otras obligaciones entre
la Hacienda Pública y los particulares (obligación de pagar intereses de demora;
obligación de presentar declaraciones tributarias; obligación de llevar la contabilidad,
etc.), a cargo del contribuyente o de sujetos diferentes.
El conjunto de esas obligaciones tributarias forma la relación jurídica de contenido
obligacional o relación jurídico-tributaria (art. 17 LGT). Sin embargo, el concepto de
relación jurídica resulta forzado para describir el fenómeno tributario. La peculiaridad
de esa relación jurídico-tributaria, en la que participan diferentes sujetos y en la que se
incluyen obligaciones que nacen y se extinguen en momentos diferentes y con distinto
grado de vinculación entre las mismas, desdibuja los contornos mismos del concepto
de relación jurídica. De ahí que la doctrina (MICHELI, FEDELE, FANTOZZI,
MAFFEZZONI) haya acudido a los conceptos de función pública y a aspectos
procedimentales para intentar explicar la pluralidad de situaciones, de sujetos y de
procedimientos que lo configuran, dando lugar a una explicación del tributo que pone
el acento sobre la naturaleza pública de los intereses subyacentes (PÉREZ ROYO;
MARTÍN QUERALT). No obstante, a efectos pedagógicos y también porque esta es la
sistemática que adopta la LGT, se mantiene la tradicional distinción entre Derecho
tributario material y Derecho tributario formal, incluyendo en el primero como
elemento central a la obligación tributaria principal (la obligación consecuencia de la
realización del hecho imponible). En cualquier caso, resulta difícil reconducir esta
pluralidad de obligaciones tributarias a una categoría unitaria (como pretende el art.
17 LGT, al hablar de una supuesta “relación jurídico- tributaria”, como si de una sola
relación se tratara), porque en realidad se trata de un conjunto de obligaciones
relacionadas entre sí.
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artículo 75 LGT, que prohíbe su condonación si no es por ley, o el artículo 7.2 de la
Ley General Presupuestaria, que se refiere a la concesión de exenciones,
condonaciones, rebajas o moratorias.
En consecuencia, el artículo 17.5 LGT establece que “los elementos de la obligación
tributaria no podrán ser alterados por actos o convenios de los particulares, que no
producirán efectos ante la Administración, sin perjuicio de sus consecuencias
jurídico-privadas”. Por lo tanto, son válidos los pactos entre particulares por los que
uno de ellos se obliga a pagar los tributos que gravan al otro. Pero no podrán oponerlos
frente a la Administración, que deberá dirigirse contra quien resulta gravado según la
ley.
Dentro de las obligaciones de carácter material, además de la obligación tributaria
principal ahora analizada, destacamos por sus consecuencias jurídico-prácticas, las
figuras de la repercusión del tributo y las que se refieren a la anticipación del tributo.
El artículo 20.1 LGT define el hecho imponible como "el presupuesto fijado por la ley
para configurar cada tributo y cuya realización origina el nacimiento de la obligación
tributaria principal”.
Las dos funciones principales del hecho imponible son:
4
tributaria principal es líquida.
5
El retenedor, en cambio, es el obligado tributario que debe detraer e ingresar a la
Administración tributaria, con ocasión de los pagos que deba realizar a otros obligados
tributarios, una parte del importe, a cuenta del tributo que corresponda a éstos (p. ej.
el empresario debe retener una parte del sueldo al trabajador; la entidad bancaria debe
retener una parte del rendimiento de la cuenta corriente a su titular; etc.; artículo 37.2
LGT).
Cuando el rendimiento se satisface en especie (y, por tanto, no puede detraerse un
porcentaje de dinero en concepto de retención), la ley obliga a practicar ingresos a
cuenta (artículo 37.3 LGT), calculados sobre la valoración del rendimiento en especie.
El régimen de los ingresos a cuenta es básicamente el mismo que el de las retenciones.
Los pagos a cuenta (y, fundamentalmente, las retenciones) son una pieza
fundamental en nuestro sistema tributario porque permiten al ente público la obtención
de ingresos constantes a lo largo del ejercicio y constituyen una importantísima fuente
de información para la Administración.
Las obligaciones de realizar pagos a cuenta tienen carácter autónomo respecto
de la obligación tributaria principal, no son obligaciones accesorias de ésta (artículo
23.1 LGT), pero están estrechamente conectadas. Concretamente, el contribuyente
podrá deducir de la obligación tributaria principal el importe de los pagos a cuenta
soportados, salvo excepción legal (artículo 23.2 LGT).
Sobre los pagos a cuenta en el IRPF (pagos fraccionados, retenciones e ingresos
a cuenta) pueden verse como ejemplo los arts. 99 a 101 de la LIRPF.
6
1. “El devengo es el momento en el que se entiende realizado el hecho
imponible y se produce el nacimiento de la obligación tributaria principal.
La fecho del devengo determina las circunstancias relevantes para la
obligación tributaria, salvo que la Ley de cada tributo disponga otra cosa.
2. La ley propia de cada tributo podrá establecer la exigibilidad de la cuota o
cantidad a ingresar, o de parte de la misma, en un momento distinto al del
devengo del tributo”.
En función del aspecto temporal del hecho imponible es posible distinguir entre
tributos de carácter instantáneo (aquellos cuyo hecho imponible se realiza
íntegramente en un momento determinado, como el impuesto sobre el patrimonio) y
tributos periódicos, cuyo hecho imponible tiene un tiempo de realización al que se
denomina período impositivo.
7
EJEMPLO DE LA ESTRUCTURA DEL HECHO IMPONIBLE DEL IRPF
Es la obtención de renta por la persona física.
Elemento El objeto del tributo es la concreta riqueza
material gravada (la renta). Arts. 2 y 6 LIRPF.
El IRPF grava la totalidad de la renta
obtenida por la persona física “con
independencia del lugar donde se hubiese
producido y cualquiera que sea la residencia
PRESUPUESTO del pagador” (art. 2 LIRPF).
OBJETIVO Elemento El IRPF se aplica en todo el territorio
espacial español, sin perjuicio de los regímenes
tributarios forales (art. 4 LIRPF). Es un
impuesto cedido parcialmente a las CCAA
(art. 3 LIRPF).
Son contribuyentes las personas físicas que
tengan su “residencia habitual” en territorio
español (art. 8 LIRPF. Vid. Art. 11 LGT).
El IRPF es un impuesto duradero y
Elemento periódico. Como regla general, el período
temporal impositivo coincide con el año natural y el
impuesto se devenga el 31 de diciembre de
cada año, salvo en caso de fallecimiento del
contribuyente en un día distinto (arts. 12 y 13
LIRPF). Sin embargo, el impuesto es
exigible en mayo-junio del año siguiente,
según se establezca reglamentariamente.
Elemento Se refleja en la base imponible del impuesto,
cuantitativo que estará constituida por el importe de la
renta del contribuyente. Art. 15 LIRPF.
La obtención de renta. La renta puede ingresar o simplemente
PRESUPUESTO ser imputada al patrimonio del contribuyente y se entenderá
SUBJETIVO obtenida sólo por el titular del factor o bien generador de la
renta. No obstante, pueden tributar conjuntamente las personas
que formen parte de una unidad familiar. Arts. 8 a 10, 11 y 82
a 84 LIRPF.
8
5. DELIMITACIÓN NEGATIVA DEL HECHO IMPONIBLE: SUPUESTOS DE
NO SUJECIÓN
El artículo. 20.2 LGT dispone que “la ley podrá completar la delimitación del hecho
imponible mediante la mención de supuestos de no sujeción”. La función de las normas
de no sujeción consiste en aclarar o completar la definición del hecho imponible,
especificando determinados supuestos en los cuales el hecho imponible no se realiza
y, por tanto, no se encuentran sujetos a gravamen.
Generalmente se trata de normas de interpretación auténtica, que facilitan la tarea del
aplicador de la norma, sin añadir nada nuevo a la definición del hecho imponible (de
forma que, aunque no estuviesen previstas estas normas, los supuestos de no sujeción
quedarían igualmente fuera del ámbito del hecho imponible). No obstante, también
puede que las normas de no sujeción no se limiten a esta función de aclaración, sino
que proporcionen una definición negativa del hecho imponible, que – junto con la
definición positiva – permita determinar su sentido completo. Así, en relación con esta
última función, en el IRPF, puede verse el art. 6.4 LIRPF: “No estará sujeta a este
impuesto la renta que se encuentre sujeta al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones”.
Por tanto, las ganancias patrimoniales producidas como consecuencia de adquisiciones
gratuitas de las personas físicas no están gravadas por el IRPF, sino por el ISD (vid.
art. 3 de la Ley 29/1987, de 18 de diciembre, del ISD).
9
diferencia de las normas de no sujeción, que delimitan negativamente el hecho
imponible, las normas de exención delimitan negativamente la consecuencia u
obligación tributaria (si no estuviesen previstas, el supuesto concreto estaría
comprendido en el hecho imponible y, por tanto, su realización determinaría la
obligación de pagar el tributo). Las exenciones forman parte de la categoría más amplia
de los beneficios tributarios; deben estar justificadas por motivos de capacidad
económica general o bien por una finalidad extrafiscal, resultándoles de aplicación la
prohibición de analogía (art. 14 LGT).
Las exenciones tributarias tienen que estar previstas necesariamente en una norma con
rango de Ley (art. 133.3 CE; art. 8.d) LGT), pero pueden ser objeto de desarrollo
reglamentario. En relación con el IRPF, puede verse el art. 7 LIRPF, que establece las
rentas exentas en el IRPF (precepto desarrollado por los arts. 1 a 6 del Reglamento del
IRPF).
Las normas de no sujeción y las de exención mantienen importantes similitudes y
diferencias. Tienen en común que ambas suponen la ausencia absoluta de la obligación
tributaria principal (esto distingue las exenciones de otros beneficios tributarios, como
las reducciones, deducciones, etc.). No obstante, en el caso de las exenciones, dado
que se realiza el hecho imponible genérico (la sujeción del hecho), es posible la
exigencia de obligaciones tributarias formales, distintas de la obligación tributaria
principal.
Con frecuencia la jurisprudencia ha debido decidir si la norma sujeta a su
consideración era un supuesto de no sujeción o una exención con independencia de su
denominación legal. Un criterio para distinguir los supuestos de no sujeción y los de
exención es la generalidad de la desgravación. Si la ausencia de gravamen se establece
con carácter general, para toda una categoría de hechos o sujetos, se trata de un
supuesto de no sujeción. En cambio, si el gravamen se excluye de manera particular
(para determinados sujetos o bienes), nos encontramos ante una norma de exención
(Cors Meya; Agulló Agüero).
Lecturas
Agulló Agüero, Antonia, “Objeto y sujeto en el IEPPF: Algunas reflexiones en torno
a la capacidad económica gravada, el sujeto pasivo y el concepto de patrimonio
utilizado en este impuesto”, en Martínez Lafuente, Antonio; Martín-Retortillo Baquer,
Sebastián (dirs.), Estudios de derecho y hacienda: homenaje a César Albiñana García-
Quintana Vol. 2, 1987, págs. 917-956.
10
DRET FINANCER
Curso 2022-2023
CONTENIDOS ESENCIALES
1
1. ESTADO Y POSICIÓN ACREEDORA. EL SUJETO ACTIVO
Existen dos concepciones del sujeto activo de la relación tributaria: una, el Ente público
como sujeto activo titular del crédito tributario y, otra, el Ente público, que puedo ser o
no coincidente con el anterior, titular de la función tributaria. Ambos sujetos pueden a su
vez coincidir o no con el titular del poder financiero.
Dado que el establecimiento de los tributos sólo puede realizarse por los titulares del
poder financiero (art. 133 CE, el Estado, las CCAA y las Corporaciones Locales), en los
casos en que entes públicos distintos de los mencionados gestionen un tributo, nos
encontraremos frente a sujetos activos dotados de potestades administrativas inherentes a
la gestión tributaria, pero sin poder financiero para la creación y el establecimiento de
tributos.
Por último, no podemos olvidar que el Ente público acreedor en algunos supuestos
también puede tener obligaciones a su cargo (devoluciones derivadas de la gestión del
impuesto; pagos de intereses de demora; etc.).
2
y demás entidades que, carentes de personalidad jurídica, constituyan una unidad
económica o un patrimonio separado susceptible de imposición”.
De este modo, se está reconociendo la posibilidad, que podrá ser utilizada por las leyes
reguladoras de los distintos tributos, de otorgar la consideración de obligados tributarios
a determinados entes sin personalidad jurídica. Como ha señalado la doctrina, “considerar
como” implica que “no lo son”. No son obligados (no pueden serlo porque no tienen
personalidad jurídica), pero se les considera como tales.
La concreción de los entes sin personalidad jurídica a los cuales se les puede imponer esta
sujeción se lleva a cabo a través de una enumeración (que incluye las herencias yacentes
y las comunidades de bienes) acompañada de unos criterios genéricos (que constituyan
una unidad económica o un patrimonio separado susceptible de imposición).
Las dudas existentes sobre si los entes públicos podían ser considerados por la Ley como
obligados tributarios versaban, básicamente, sobre dos puntos: i) si los entes públicos
podían ser sujetos pasivos de sus propios tributos; ii) si un ente público podía ser sujeto
pasivo del tributo establecido por otro ente público.
1
Este aspecto se verá de forma más amplia en la asignatura de Derecho Tributario al tratar el régimen de
atribución de rentas en el IRPF.
3
Administración pública pueda mantener formalmente una relación de alteridad con
alguno de los entes públicos de ella dependientes, pudiendo ser la relación tributaria una
de ellas. La personalidad jurídica diferenciada se erige así en el único criterio de validez
de la imposición y en la forma de impedir la extinción por confusión.
Igualmente, los entes públicos han adoptado los modos de gestión y actuación del
Derecho privado, así como su participación en la dinámica social y económica desde
posiciones de igualdad con los operadores particulares, sin privilegios ni potestades
administrativas. En este contexto, los principios de generalidad de la imposición e
igualdad imponen que estos entes públicos tengan que sujetarse al tributo en las mismas
condiciones que los particulares.
En relación con el segundo punto, la sujeción del ente público a los tributos de otro ente
público, el mayor obstáculo se encontraba en la sujeción del Estado a tributos de otras
Administraciones. Las concepciones que fundamentaban el tributo en la soberanía del
Estado eran difícilmente conciliables con la sujeción del Estado a los tributos impuestos
por otro ente “inferior”. En la actualidad, la concepción del tributo vinculado a principios
de justicia material, ajenos a la noción de soberanía, pone fin a las reticencias
anteriormente indicadas.
Por las personas jurídicas, actuarán las personas físicas que tengan la titularidad de los
órganos de representación, en el momento de las actuaciones tributarias (representación
orgánica; art. 45.2 LGT). Por las entidades sin personalidad jurídica (arte. 35.4 LGT)
actuará quien tenga otorgada la representación; subsidiariamente, quien ejerza la gestión
y, en su defecto, cualquier partícipe (art. 45.3 LGT).
Las personas físicas con capacidad de obrar podrán actuar mediante representante
(representación voluntaria; art. 46 LGT). Para determinadas actuaciones (interposición
de recursos, renuncia a derechos, asunción de obligaciones, etc.; así como cualquier otro
supuesto en que sea necesaria la firma del obligado tributario), se deberá
4
acreditar la representación, siendo válidos a estos efectos los documentos normalizados
aprobados por la Administración tributaria (art. 46.2 LGT). Para los actos de mero trámite
se presumirá concedida la representación (art. 46.3 LGT).
El domicilio fiscal será (art. 48 LGT): a) Para las personas físicas, como regla general, el
lugar donde tengan su residencia habitual; b) Para las personas jurídicas, como regla
general, su domicilio social. Los obligados tributarios deben comunicar su domicilio
fiscal a la Administración tributaria, así como los cambios de domicilio, que no
producirán efectos ante la Administración hasta que no se cumpla con este deber de
comunicación.
Ésta es la regla general en Derecho tributario (art. 35.7 LGT), a diferencia del Derecho
civil, donde la regla general es la mancomunidad (la deuda se presume dividida en tantas
partes iguales como deudores haya; arts. 1137 y 1138 CC). En este sentido, hay que
destacar el principio esencial de que a cada hecho imponible le corresponde una única
obligación tributaria.
Como ejemplo de solidaridad puede citarse el caso de dos entidades que explotan
conjuntamente una sala de bingo, de forma que ambas serán consideradas sujetos pasivos
solidarios del impuesto sobre el juego que grava tal explotación y la Administración podrá
dirigirse contra cualquiera de ellas para exigir en apremio la deuda no satisfecha (STS de
16 de julio de 2002).
No obstante, la regla general prevista en el art. 35.7 LGT queda excluida cuando la Ley
dispone otra cosa; así sucede, como hemos visto, en el caso de la responsabilidad solidaria
de los partícipes de un ente sin personalidad (art. 42.1.b) LGT), que quedan obligados
sólo en proporción a sus respectivas participaciones.
Más aún, el párrafo segundo del art. 35.7 LGT prevé que “las leyes podrán establecer
5
otros supuestos de solidaridad distintos del previsto en el párrafo anterior”. Así, el art.
84.6 de la Ley del IRPF2 prevé como supuesto adicional de solidaridad el de los casos de
tributación conjunta: aunque cada uno de los miembros de la unidad familiar ha realizado
su propio hecho imponible, de manera que no puede hablarse de concurrencia en su
realización, la opción por la tributación conjunta comporta que la deuda sea exigible en
régimen de solidaridad. En este sentido, MARTÍN QUERALT et al. (2020, 292) añaden que,
según el Tribunal Supremo, en el caso de la unidad familiar que tributa conjuntamente
por el IRPF la solidaridad afecta no sólo a los deberes formales, sino que también se
extiende a los procedimientos tributarios, tanto de liquidación e inspección como de
recaudación.
Por último, la LGT de 2003 (art. 35.7 in fine) matiza la regla general de la solidaridad,
previendo la posibilidad de que uno de los obligados pueda solicitar la división de la
deuda, si se dan los siguientes requisitos: “Cuando la Administración sólo conozca la
identidad de un titular practicará y notificará las liquidaciones tributarias a nombre del
mismo, quien vendrá obligado a satisfacerlas si no solicita su división. A tal efecto, para
que proceda la división será indispensable que el solicitante facilite los datos personales
y el domicilio de los restantes obligados al pago, así como la proporción en que cada uno
de ellos participe en el dominio o derecho trasmitido”.
Esa mención del “dominio o derecho transmitido” lleva al prof. Pérez Royo a limitar la
aplicación de la posibilidad de solicitar la división de la deuda a los tributos en los que la
concurrencia en la realización del hecho imponible es sólo aparente, como ocurre, a su
juicio, en el ITP. En opinión de este autor, el supuesto de transmisión de un bien a favor
de varios adquirentes no debe considerarse como un caso de concurrencia de dos más
titulares en el hecho imponible, a los efectos del Impuesto sobre Transmisiones
Patrimoniales, que grava al adquirente, dado que, en propiedad, no se produce una única
adquisición a favor de un sujeto plural, sino varias adquisiciones, una por cada cuota de
participación en la titularidad del bien transmitido. En estos casos, el hecho de que art.
35.7 in fine permita la división de la deuda no significa que se establezca la regla de
mancomunidad, ya que no se trata de dividir una deuda entre varios deudores, sino de
exigir a cada adquirente el impuesto correspondiente a su adquisición (Pérez Royo, 2014,
198-200).
2
El art. 84.6 de la Ley del IRPF indica: “Todos los miembros de la unidad familiar quedarán conjunta y
solidariamente sometidos al impuesto”.
6
Catastro Inmobiliario. De no figurar inscritos, la responsabilidad se exigirá por partes
iguales en todo caso.
Un principio general que resume la condición de las relaciones subjetivas de las normas
sobre el tributo es el de “inderogabilidad de la obligación tributaria” o de indisponibilidad
de las situaciones jurídicas subjetivas, vinculado al principio de indisponibilidad del
crédito tributario al que nos referimos en temas anteriores.
Este aspecto del régimen de la obligación tributaria difiere del previsto en el Código Civil
para las obligaciones en general. El acreedor del Derecho Privado puede disponer
libremente de su crédito, a título oneroso o gratuito; puede consentir la novación en el
lado pasivo de la obligación; puede admitir el pago en una especie diferente; etc. La
Administración, por el contrario, no goza de ninguna de estas facultades.
7
indisponibilidad por parte de la Administración, lado activo de la relación, no se predica
tan sólo del crédito tributario, sino que es característica de todos los derechos económicos
de la Hacienda pública (principio recogido en la Ley General Presupuestaria).
Sin embargo, esta indisponibilidad del crédito tributario afecta también al conjunto de
relaciones subjetivas de la relación jurídico tributaria, principio conocido,
tradicionalmente, como inderogabilidad de la obligación tributaria, recogido en el art.
17 apartado 5 LGT: “los elementos de la obligación tributaria no podrán ser alterados
por actos o convenios de los particulares, que no producirán efectos ante la
Administración, sin perjuicio de sus consecuencias jurídico- privadas”. Es decir, no caben
modificaciones o novaciones en la situación de los sujetos y demás elementos de la deuda.
8
La art. 35.1 LGT define, de forma tautológica, obligados tributarios como “las personas
físicas o jurídicas y las entidades a las que la normativa tributaria impone el cumplimiento
de obligaciones tributarias”.
Como hemos indicado, este capítulo ya no posee la rúbrica “sujetos pasivos”, sino la
denominación “más neutra” de obligados tributarios, y el “sujeto pasivo” no se recoge en
la lista del art. 35.2 LGT, no obstante, este concepto engloba los dos primeros elementos
de la lista: el contribuyente y el sustituto.
El art. 36.1 LGT recoge la definición de sujeto pasivo: “Es sujeto pasivo el obligado
tributario que, según la ley, debe cumplir con la obligación tributaria principal, así como
las obligaciones formales inherentes a la misma, sea como contribuyente o como sustituto
del mismo”.
9
De la definición se extrae que el sujeto pasivo no es uno más de los obligados tributarios,
sino el obligado tributario por antonomasia, el sujeto que debe cumplir la más importante
de las obligaciones tributarias, que es la obligación tributaria principal. Así, la definición
toma como nota determinante la obligación tributaria principal (la vinculación con la
Hacienda Pública), con independencia de si ésta se debe directa o indirectamente a la
realización del hecho imponible; esto es, si se debe a título de contribuyente (realizador
del hecho imponible) o a título de sustituto del contribuyente.
La segunda figura contenida dentro del concepto sujeto pasivo es el sustituto. El art. 36.3
LGT lo define en los siguientes términos “Es sustituto el sujeto pasivo que, por imposición
de la ley y en lugar del contribuyente, está obligado a cumplir la obligación tributaria
principal, así como las obligaciones tributarias formales inherentes a la misma. El sustituto
podrá exigir del contribuyente el importe de las obligaciones tributarias satisfechas, salvo
que la ley señale otra cosa.”
3
Esta cuestión se analizará con mayor detenimiento en el punto relativo a los obligados a repercutir y los
obligados a soportar la repercusión.
10
Cuatro notas básicas se extraen de este concepto:
3) La posición del sustituto debe ser establecida por ley (también el resto de
obligados tributarios, de acuerdo con el art. 31.3 CE i el art. 8c) LGT). La ley
determinará, de forma abstracta, el presupuesto de hecho que da lugar a la
sustitución. Presupuesto de hecho que no coincide con el hecho imponible, a pesar
de guardar relación con él. La estructura jurídica del tributo en estos casos se
desdobla, existiendo: i) un hecho imponible del que surge la obligación tributaria
principal para el contribuyente; ii) un segundo hecho, el presupuesto fáctico de la
sustitución, en cuya virtud se desplaza la obligación hacia el sustituto, ocupando
el sustituto la posición pasiva frente a la Administración.
El art. 37 LGT recoge la figura de los obligados a efectuar pagos a cuenta, característicos
de los principales impuestos del sistema: IRPF e IS.
11
En este momento de la exposición, se analizarán estas categorías de obligados tributarios
en relación con la regulación que de los mismos contiene la LGT; posteriormente
profundizaremos sobre estas figuras en el IRPF.
Cuando las rentas sujetas al tributo se satisfacen en especie, el pagador está obligado a
practicar ingresos a cuenta. Como en estos casos no se puede llevar a cabo una retención
propiamente dicha, el obligado ingresa en concepto de ingreso a cuenta del tributo
correspondiente al sujeto perceptor de la renta, la cantidad correspondiente a la aplicación
del tipo de retención sobre el valor de mercado de la prestación en especie.
4
BERLIRI recoge, con claridad, el motivo de la amplia aplicación de la retención, el cual, por sencillo, no
deja de ser sumamente efectivo. La retención “incide, en cierto sentido, en la relación entre la ventaja de la
evasión y el correspondiente riesgo, entre el deber de pagar y el interés de no pagar (…) cuando esta
valoración sea negativa, constituye el estímulo más fuerte para la evasión. Por el contrario, el obligado a
la retención no es incidido por el impuesto y no experimenta ninguna ventaja con la evasión, por el
contrario, es susceptible de las sanciones conminadas por la falta de la realización de la misma; de
este modo, es evidente que todo su interés reside en observar rigurosamente la Ley…”. BERLIRI, A.
“Corso istituzionale di diritto tributario”, vol. I, Nueva Edición revisada y actualizada, Giuffrè, Milán,
1985, pp. 246 y 247.
12
Ley de este impuesto prevé que “en todo caso, los sujetos obligados a retener o a ingresar
a cuenta asumirán la obligación de efectuar el ingreso en el Tesoro, sin que el
incumplimiento de aquella obligación pueda excusarles de ésta”. Por lo tanto, si la
Administración descubre que una empresa ha realizado pagos sin retención, le exigirá que
ingrese el importe de las que debió haber practicado.
Las retenciones permiten atender las necesidades de la Hacienda Pública, que percibe la
mayor parte de los ingresos por el IRPF (y en menor medida del IS) con una periodicidad
trimestral, aunque el impuesto se devengue el día 31 de diciembre y sea objeto de
declaración el año siguiente.
En este sentido, el art. 99.5 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre
la Renta de las Personas Físicas precisa que cuando la retención no se hubiera practicado
o se hubiera retenido una cuantía inferior a la debida, por causa imputable al retenedor u
obligado a ingresar a cuenta, el perceptor deducirá de la cuota la cantidad que debió ser
retenida. En cambio, si la retención inferior a la debida fue imputable al propio perceptor,
que facilitó de manera incorrecta los datos personales necesarios para practicar la
retención, la cantidad a deducir será la efectivamente retenida. En el caso de retribuciones
legalmente establecidas que hubieran sido satisfechas por el sector
13
público, advierte la ley, el perceptor sólo podrá deducir las cantidades efectivamente
retenidas.
El art. 35.2.k) LGT se refiere a algunos sujetos que obtienen beneficios fiscales y que,
según dicha ley, no tienen la consideración de sujetos pasivos. Por lo tanto, estos se
incluyen dentro de la noción de “obligados tributarios” aunque se trate de situaciones
jurídicas favorables para los particulares.
15
9. EL RESPONSABLE DEL TRIBUTO
El art. 41.1 de la LGT establece “la Ley podrá configurar como responsables solidarios o
subsidiarios de la deuda tributaria, junto a los deudores principales, a otra personas o
entidades”, aclarando que, a estos efectos, serán deudores principales los del art. 35.2
LGT. Además, el apartado 2 del mismo art. 41 matiza que, salvo precepto legal expreso
en contrario, la responsabilidad será siempre subsidiaria.
16
del responsable al reembolso frente al deudor principal; el proceso debe seguir
los términos fijados por la legislación civil 5.
Tras definir la responsabilidad, con carácter general, los preceptos siguientes de la LGT
se destinan a recoger una serie de supuestos genéricos que dan lugar a la responsabilidad,
sin perjuicio de que las leyes de cada uno de los distintos tributos puedan formular otras
hipótesis limitadas a su ámbito.
2) (art. 43.1 b) LGT). Incluso sin mediar infracción, serán responsables subsidiarios
los administradores de hecho o de derecho de las deudas tributarias
pendientes de sociedades y entidades jurídicas que hayan cesado en su
actividad, entendiendo por dicho cese la ausencia de operaciones, es decir, una
cuestión de hecho, aunque no se haya producido la disolución de la sociedad.
5
El responsable deberá iniciar la acción de enriquecimiento sin causa a través del cauce legal. No obstante,
puesto que el deudor principal y los responsables solidarios deben ser declarados insolventes para que la
Administración tributaria pueda dirigirse contra el responsable subsidiario, la posibilidad de que este último
se pueda resarcir de la deuda tributaria satisfecha son muy reducidas.
17
liquidadores de entidades, por las situaciones anteriores a estas
circunstancias, cuando no hubiesen realizado todas las gestiones necesarias
para el íntegro cumplimiento de las mismas.
6
La responsabilidad limitada al valor del bien ha llevado a algunos a negar la existencia de un supuesto de
responsabilidad tributaria, y a reconducir este hecho a un derecho de afección, a una garantía real del crédito
tributario. En este sentido, no podemos perder de vista que el sujeto adquirente se libera de su
responsabilidad al transmitir el bien, pues es el bien la auténtica garantía del pago de la deuda. Véase,
MARTÍN QUERALT, J. 2020, “Curso de Derecho Financiero y Tributario”, cit., p. 300.
18
Para evitar las posibles situaciones de incertidumbre, la empresa contratista o
subcontratista podrá solicitar a la Administración tributaria un certificado de estar
al día en el cumplimiento de sus obligaciones7.
7
Las características y el modo de emisión de este certificado se regulan en el propio artículo 43.1 f) de la
LGT y en el art. 126 del RGR.
19
9.2. RESPONSABILIDAD SOLIDARIA
20
En este sentido, la doctrina ha destacado que existe una cierta contradicción entre
el art. 42.1.c) LGT y 175.2 LGT en lo relativo a la responsabilidad por las
sanciones.8 El adquirente que solicite la certificación prevista en el art. 175.2 LGT
verá limitada su responsabilidad a las “deudas, sanciones y responsabilidades
tributarias derivadas de su ejercicio” que consten en la certificación, mientras que
el art. 42.1.c) LGT únicamente incluye las “sanciones impuestas o que puedan
imponerse” cuando no se haya solicitado el certificado. Por lo tanto, si se solicita
el certificado, la responsabilidad no sólo no alcanzará a las sanciones que puedan
imponerse (que no constarán en él), sino tampoco a las ya impuestas, que
lógicamente constarán en el certificado.
4) (art. 42.2 LGT). Responsables por actuaciones que impidan la ejecución sobre
el patrimonio del deudor en el procedimiento de recaudación. La
Administración tributaria goza de la facultad de exigir directamente, en vía
ejecutiva, la deuda tributaria con ejecución del patrimonio del deudor (mediante
el procedimiento administrativo de apremio). En los supuestos en que esta
actuación se vea impedida por maniobras de terceros, éstos serán responsables
hasta el importe de los bienes que se hubieran podido embargar o enajenar. La
responsabilidad alcanzará la deuda que hubiera sido embargable, por tanto,
incluirá los recargos e intereses de demora del período ejecutivo, además de las
sanciones, si el apremio contenía las mismas.
8
Véase A. Zabala Rodríguez-Fornos, en Comentarios a la Nueva Ley General Tributaria, Aranzadi,
Cizur Menor, 2004, p. 314.
21
10.1.2. LA SUCESIÓN MORTIS CAUSA
La LGT contempla la sucesión del tributo tanto respecto a las personas físicas fallecidas
(art. 39) como respecto a las entidades jurídicas y entidades sin personalidad disueltas
hayan sido liquidadas o no (art. 40 LGT).
De acuerdo con las normas generales del ordenamiento privado, a la muerte de una
persona sus sucesores, a título universal, se subrogan en la titularidad de las situaciones
jurídicas de contenido patrimonial, entre las que se incluyen las deudas tributarias.
En materia tributaria, el art. 39.1 LGT se inicia con una declaración general que indica:
“a la muerte de los obligados tributarios, las obligaciones tributarias pendientes se
transmitirán a los herederos, sin perjuicio de lo que establece la legislación civil en
cuanto a la adquisición de la herencia”.
En cuanto a los legatarios, con carácter general, el art. 867 CC los exonera de
responsabilidad en las deudas del causante, excepto si la totalidad de la herencia se
hubiera repartido en legados, o cuando el bien hubiera estado afectado a la obligación –
excepción que también se recoge en el apartado 2 del art. 39.1 LGT-.
El tercer apartado del art. 39 LGT precisa que, mientras la herencia se encuentre yacente,
el cumplimiento de las obligaciones del causante corresponderá al representante de la
herencia yacente.
22
A nivel tributario, los causahabientes sucederán al causante no tan sólo en las
obligaciones pecuniarias, sino también en las procedimentales, situándose en la posición
jurídica que ocupara el causante en los procedimientos tributarios.
Los sucesores de las personas jurídicas pasan a ocupar la posición del deudor principal, a
diferencia de los supuestos de responsabilidad en los cuales se responde “junto a los
deudores principales”.
Este supuesto, no obstante, toma como punto de partida una situación que no puede
producirse si se efectúa la disolución de la sociedad con respeto a la legislación mercantil.
La normativa reguladora de la disolución mercantil expresamente establece que una pieza
clave del proceso de liquidación es, precisamente, el pago a los acreedores. Los socios no
pueden recibir la cuota de liquidación sin que previamente se hayan satisfecho las deudas
a los acreedores, entre los cuales se encuentra, claro está, la Administración tributaria.
Una vez efectuada la liquidación, los liquidadores proceden a instar la cancelación
registral y con ello se produce la extinción o cese de la personalidad jurídica de la
sociedad. Por tanto, las cuotas de liquidación percibidas por los socios no incluyen, en
principio, deuda alguna. En aquellos casos en que los liquidadores no hubieran cumplido
con su obligación respecto de los acreedores, éstos
23
tendrán acción para exigir responsabilidad, en procedimiento ordinario, a dichos
liquidadores9.
Según el art. 40.2 LGT, el hecho de que la deuda tributaria no estuviera liquidada en el
momento de producirse la extinción de la personalidad jurídica de la sociedad o entidad
no impedirá la transmisión de las obligaciones tributarias devengadas a los sucesores,
pudiéndose entender las actuaciones con cualquiera de ellos.
9
Véase, Pérez Royo, Fernando; “Derecho Financiero y Tributario Parte General”, vigesimocuarta
edición, Thomson-Civitas, p. 195. El autor recoge la opinión de la mayor parte de la doctrina mercantilista,
que considera que el pago de todas las deudas sociales es requisito necesario para la validez de la liquidación
y correcta extinción de la personalidad jurídica.
24
bajo otra razón social simplemente con la finalidad de cumplir con las obligaciones
tributarias pendientes.
El apartado 4 del art. 40 LGT recoge dos supuestos diferentes: el de la disolución de las
fundaciones y el de la disolución de los entes carentes de personalidad jurídica. En el
primer caso, las deudas tributarias pendientes se transmitirán a los destinatarios de los
bienes y derechos. En el segundo, a los partícipes o cotitulares de los entes sin
personalidad jurídica.
A diferencia de lo que sucede con las personas físicas, cuyo fallecimiento extinguirá las
sanciones por las infracciones cometidas por el causante, el art. 40.5 LGT establece que
las sanciones que pudieran proceder por las infracciones cometidas por las
diferentes sociedades o entidades extinguidas se exigirán a sus sucesores, hasta el
límite del valor de la cuota de liquidación (incrementada) que les corresponda. Así,
a pesar de que la responsabilidad por la deuda no tenga límite (por tratarse de personas
jurídicas que no limitan la responsabilidad de sus socios), la exigencia de las sanciones
se limitará siempre a la cuota de la liquidación10.
10
Se plantean dudas sobre la constitucionalidad de este precepto, puesto que todos los socios o partícipes
de la entidad carente de personalidad jurídica, con independencia de su participación en la comisión de la
infracción, deberán responder por la misma. Sin embargo, el art. 182 de la LGT ratifica esta opción,
considerando la sanción como deuda pecuniaria integrante del pasivo de la sociedad, y prescindiendo, en
algún sentido, de un principio básico del orden sancionador como es la concurrencia probada de la autoría
y de la culpabilidad. Véase, MARTÍN QUERALT, J. 2020, “Curso de Derecho Financiero y Tributario”,
ed. Tecnos, trigésimoprimera edición, p. 307.
25
GRAU
EN
DRET.
DRET
FINANCER
Prof.
Dra.
Ana
Belén
Macho.
ESQUEMA
TIPOS
DE
GRAVAMEN
Proporcionales:
El
tipo
se
Con
carácter
general,
el
25%
en
Tipos
porcentuales
mantiene
fijo,
con
el
IS
(art.
29.1
Ley
27/2014
–
LIS
(alícuotas)
independencia
de
la
-‐);
el
21%
en
el
IVA
(art.
90.Uno
Son
porcentajes
que
cuantía
de
la
base
Ley
37/1992
–
LIVA-‐);
etc.
se
aplican
sobre
bases
liquidables
monetarias
Progresivos:
El
tipo
Escala
del
IRPF
(arts.
63
y
74
Ley
aumenta,
a
medida
que
lo
35/2006
–
LIRPF-‐);
escala
del
hace
la
base
(el
conjunto
ISD
(art.
21
Ley
29/1987
–
LISD-‐
de
tipos
se
denomina
);
etc.
tarifa
o
escala)
Tipos
específicos
Consisten
en
una
cantidad
En
los
impuestos
especiales
de
Se
aplican
sobre
bases
fija
de
dinero,
que
se
aplica
fabricación,
958,94
€
por
no
dinerarias:
por
unidad
de
medida
hectolitro
de
alcohol
p uro
(art.
expresadas
en
39
Ley
38/1992
–
LIIEE-‐).
unidades
de
volumen,
peso,
etc.
DERECHO FINANCIERO
Curso 2022-2023
1
3. OTRAS FORMAS DE EXTINCIÓN DE LA DEDUA TRIBUTARIA ............................. 23
3.1 LA CONDONACIÓN ........................................................................................................ 23
3.2. LA COMPENSACIÓN ..................................................................................................... 23
3.3. SUPUESTOS DE SUPENSIÓN DEL INGRESO SIN PRESTACIÓN DE GARANTÍA
.................................................................................................................................................. 24
3.4. LA PRESCRIPCIÓN ........................................................................................................ 24
4. GARANTÍAS DE LA DEUDA TRIBUTARIA ................................................................. 28
4.1. DERECHO DE PRELACIÓN (Art. 77 LGT) .................................................................. 28
4.2. HIPOTECA LEGAL TÁCITA (art. 78 LGT) ................................................................... 28
4.3. AFECCIÓN DE BIENES (art. 79 LGT) ........................................................................... 28
4.4. DERECHO DE RETENCIÓN (art. 80 LGT) ................................................................... 28
5. MEDIDAS CAUTELARES (art. 81 LGT) .......................................................................... 29
CONTENIDOS ESENCIALES
Visto que el tributo se articula jurídicamente en torno a una obligación tributaria principal,
que consiste en dar una suma de dinero, que nace por la realización del hecho imponible
tipificado por la ley, queda por examinar cuál es el contenido u objeto de dicha obligación en
cada caso concreto. En la Parte I de esta guía, además, se exponen los elementos de
cuantificación del tributo: la base y el tipo de gravamen, que determinarán la cuota, partiendo
de las dos modalidades de tributos, los llamados tributos de cuota fija y tributos de cuota
variable.
El art. 17.3 de la LGT indica que “son obligaciones tributarias materiales las de carácter
principal, las de realizar pagos a cuenta, las establecidas entre particulares resultantes
del tributo y las accesorias. Son obligaciones tributarias formales las definidas en el
apartado 1 del artículo 29 de esta ley” que recoge, entre otras, los deberes de declarar, de
2
expedir factura, los contables y registrales, y, en general, los de aportar datos y colaborar
con la comprobación e investigación de los tributos.
En cualquier caso, hay que insistir en que no existe una única relación jurídico-tributaria,
sino una pluralidad de obligaciones, como se refleja en el siguiente cuadro:
- Obligaciones de hacer
(p.ej. presentar declaraciones;
Obligaciones no proporcionar información; llevar
pecuniarias contabilidad, etc.). Deberes en relación con el desarrollo
(obligaciones de los procedimientos tributarios (p.
- Obligaciones de no hacer ej. deber de información y asistencia a
formales):
(p.ej. no destruir registros y libros de los obligados tributarios): art. 30.2
art. 29 LGT contabilidad durante cierto período de
tiempo)
Son de carácter
instrumental - Obligaciones de soportar
(p.ej. permitir y facilitar la inspección
tributaria)
3
Se debe acudir al artículo 56 de la LGT para encontrar la descripción de cómo se obtiene
dicha cuota y las minoraciones de que es susceptible.
Ahora bien, la obligación tributaria principal no puede identificarse como la de pago del
tributo o de la deuda tributaria, ya que esta, de acuerdo con el artículo 58 LGT, puede venir
integrada por componentes distintos de la cuota, es decir, por otras obligaciones materiales.
Para entender, en su total significado, qué es la obligación tributaria principal, debe
acudirse a su presupuesto de hecho generador, “el hecho imponible”, tal como lo denomina
el artículo 20 LGT, y que es, en una primera aproximación, el hecho gravado o el
presupuesto de hecho fijado por la ley y a cuya realización se enlaza como consecuencia
jurídica la obligación de pago, que es expresión del deber constitucional de contribuir al
gasto público.
En este sentido, la cuantía a ingresar por un determinado tributo puede no coincidir con la
cuota tributaria, al englobar otros componentes eventuales de la deuda, los cuales no
forman parte del objeto de la obligación tributaria principal, sino que constituyen el objeto
de otras obligaciones materiales, surgidas de presupuestos de hecho distintos del hecho
imponible. Así, por ejemplo, el objeto de la obligación de pago de retenciones consiste en
las cantidades retenidas o que se hubieran debido retener, no en la cuota tributaria.
Dicho lo anterior, puede afirmarse que los caracteres de la obligación tributaria principal
son: obligación ex lege, de Derecho público, cuyo objeto consiste en una prestación
patrimonial a favor del ente público, que es la cuota del tributo.
La Ley señala directamente la cantidad a pagar, una vez realizado el hecho imponible. Como
el hecho imponible no es susceptible de realizarse con distinto grado de intensidad, la cuantía
de la prestación tributaria se establece directamente en la ley. La ley señala directamente cuál
es la cuota tributaria, sin perjuicio de que la cuota a pagar pueda variar en función de
circunstancias previstas en la ley del tributo, como la potencia y clase de vehículo en el
Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica, cuyo hecho imponible es la titularidad de un
vehículo (artículo 95 Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales).
4
2.2 TRIBUTOS VARIABLES
1ª. La regulación de tales elementos, base y tipo, está presidida por el principio de reserva de
ley (artículo 8.a) LGT). Aún con el carácter relativo de este principio constitucional, es la
propia ley la que debe regularlos, o, por lo menos, debe contener los criterios suficientes para
su determinación (SSTC 37/1981, 179/1985, 1971987 y 221/1992).
La LGT original no contenía definición alguna del concepto de base imponible. La nueva
LGT ha incorporado una definición explícita en su artículo 50.1 al señalar que:
“La base imponible es la magnitud dineraria o de otra naturaleza que resulta de la medición
o valoración del hecho imponible”.
RAMALLO MASSANET ya había definido la base del tributo como “la magnitud de
expresión cuantitativa que mide algunos de los elementos del hecho imponible a fin de que
aplicado al tipo de gravamen nos dé la cuota tributaria”.
1ª. Constituye la medida del hecho imponible o de alguno de sus elementos. Si este consiste,
por ejemplo, en la obtención de renta o en la titularidad de un patrimonio, la base imponible
5
es el importe de la renta o el valor del patrimonio, concretando así la capacidad económica
que se pone de relieve al realizar el hecho imponible. La definición de la base imponible debe
guardar una importante relación con respecto al hecho imponible que se trata de medir, ya
que, de otra manera se estaría alterando, a través de la base, la propia definición del hecho
imponible (RAMALLO MASSANET).
El artículo 50.2 de la LGT señala que las leyes de cada tributo establecerán los métodos para
determinar la base imponible, dentro de los regímenes de:
a) Estimación directa.
b) Estimación objetiva.
c) Estimación indirecta.
*Es el método de determinación de bases imponibles aplicable con carácter general “de
acuerdo con lo dispuesto en la normativa de cada tributo”. Si la normativa propia del tributo
no indica expresamente el método de estimación, se aplicará el de estimación directa.
6
*Se usa tanto por el contribuyente como por la Administración, bien a través de la propia
autoliquidación por parte del sujeto obligado, o bien a través de la declaración seguida de la
liquidación administrativa.
*Se caracteriza por la utilización de las declaraciones, documentos, justificantes y otros datos
relativos a los elementos de la obligación tributaria (facturas, contabilidad, etc.). La
característica definitoria de la estimación directa es la de efectuarse a partir de los datos reales
que proporciona la magnitud tomada en consideración como base imponible, por lo que es el
método que mejor mide la capacidad económica gravada real del sujeto.
*Se aplica sólo a los supuestos expresamente previstos en la ley (p.ej., para determinar los
rendimientos empresariales en el IRPF de determinadas actividades y hasta determinados
límites cuantitativos).
*Tiene en todo caso carácter voluntario para los obligados tributarios (generalmente es
renunciable).
*Las obligaciones tributarias formales son menos estrictas que en el régimen de estimación
directa.
*Tiene carácter subsidiario respecto de los otros dos métodos de determinación de bases
imponibles.
7
*Sólo se aplicará cuando la Administración tributaria no pueda disponer de los datos
necesarios para la determinación completa de la base imponible, sea por el incumplimiento
del obligado tributario, sea por causa de fuerza mayor1.
*Se caracteriza por la aplicación de datos indiciarios o presuntivos (antecedentes de los que
pueda disponer la Administración; rendimientos normales o medios en el respectivo sector
económico; valoración según índices o módulos, en supuestos similares o equivalentes).
Estas reducciones son exenciones parciales que se aplican en la base imponible y que se
establecen por razones de política legislativa, con objeto de minorar la carga económica del
tributo.
Si la ley propia del tributo no prevé reducciones, la base imponible coincidirá con la base
liquidable. Cuando exista base liquidable, será sobre ella sobre la que se aplicarán los tipos de
gravamen.
3.3.1 Concepto
1
Las circunstancias que pueden causar la aplicación del método de estimación indirecta son las siguientes
(art. 53.1 LGT):
a) Falta de presentación de declaraciones o presentación de declaraciones incompletas o
inexactas.
b) Resistencia, obstrucción, excusa o negativa a la actuación inspectora.
c) Incumplimiento sustancial de las obligaciones contables o registrales.
d) Desaparición o destrucción, aun por causa de fuerza mayor, de libros y registros contables o de
los justificantes de las operaciones anotadas en los mismos.
8
3.3.2 Clases de tipos de gravamen
9
Art. 29.1. “El tipo general de gravamen para los contribuyentes de este Impuesto será
el 25 por ciento, excepto para las entidades cuyo importe neto de la cifra de negocios
del período impositivo inmediato anterior sea inferior a 1 millón de euros que será el
23 por ciento”.
En cambio, los tipos de gravamen progresivos aumentan a medida que lo hace la base
imponible. A su vez, la progresividad puede ser continua, cuando a la totalidad de la base se
le aplica la alícuota correspondiente a la cantidad a que asciende aquélla; o por escalones, lo
cual supone dividir la base en tramos ideales y aplicarle a cada uno su correspondiente
alícuota, de forma que para determinar la cuota tributaria total es necesario sumar el resultado
de aplicar a cada tramo de la base imponible el correspondiente tipo impositivo.
“La cuota íntegra deberá reducirse de oficio cuando de la aplicación de los tipos de gravamen
resulte que a un incremento de la base corresponde una porción de cuota superior a dicho
incremento. La reducción deberá comprender al menos dicho exceso.
Se exceptúan de esta regla los casos en que la deuda tributaria deba pagarse por medio de
efectos timbrados”.
Por lo tanto, en el caso del gravamen sobre actos jurídicos documentados aplicable a las letras
de cambio todavía es posible apreciar el error de salto. En concreto, el art. 37.1 del Texto
Refundido de la Ley del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos
Documentados (TRLITPAJD) dispone lo siguiente:
10
Cuota tributaria
Artículo 37.
1. Las letras de cambio se extenderán necesariamente en el efecto timbrado de la clase que
corresponda a su cuantía. La extensión de la letra en efecto timbrado de cuantía inferior
privará a estos documentos de la eficacia ejecutiva que les atribuyen las leyes. La tributación
se llevará a cabo conforme a la siguiente escala:
Euros
Hasta 24,04 euros 0,06
De 24,05 a 48,08 0,12
De 48,09 a 90,15 0,24
De 90,16 a 180,30 0,48
De 180,31 a 360,61 0,96
De 360,62 a 751,27 1,98
De 751,28 a 1.502,53 4,21
De 1.502,54 a 3.005,06 8,41
De 3.005,07 a 6.010,12 16,83
De 6.010,13 a 12.020,24 33,66
De 12.020,25 a 24.040,48 67,31
De 24.040,49 a 48.080,97 134,63
De 48.080,98 a 96.161,94 269,25
De 96.161,95 a 192.323,87 538,51
Por lo que exceda de 192.323,87 euros, a 0,018 euros por cada 6,01 o fracción, que se
liquidará siempre en metálico. La falta de presentación a liquidación dentro del plazo
implicará también la pérdida de la fuerza ejecutiva que les atribuyen las leyes.
Por lo tanto, si la cuantía de la letra de cambio se incrementa en un céntimo (si, por ejemplo,
pasa de 24,04 a 24,05 euros), la cuota se dobla (pasa de 6 a 12 céntimos de euro), esto es, un
el incremento de la base imponible de un céntimo puede comportar un incremento mayor de
la cuota.
0 0 17.707,20 12
17.707,20 2.124,86 15.300,00 14
33.007,20 4.266,86 20.400,00 18,5
53.407,20 8.040,86 66.593,00 21,5
120.000,20 22.358,36 55.000,00 22,5
175.000,20 34.733,36 En adelante 23,5
11
Así pues, puede apreciarse que si la base imponible es de 60.000 euros, la cuota íntegra será
de 9.458,31 €. Esta cuantía se obtiene sumando los 8.040,86 € de cuota que corresponden a
los primeros 53.407,20 € de base imponible al resultado de aplicar el tipo impositivo marginal
del 21,5% al resto de la base imponible hasta los 60.000 €:
Hay que tener en cuenta que la segunda columna de la tabla simplemente pretende facilitar el
cálculo, ya que indica la cuota íntegra resultante hasta un determinado valor de la base
imponible como consecuencia de aplicar el tipo de gravamen previsto para cada uno de los
tramos de la base imponible. Por lo tanto, la cuota íntegra correspondiente a una base
imponible de 60.000 € se determina propiamente del siguiente modo:
En la aplicación de una escala de esta naturaleza interesa retener los conceptos de tipo
marginal y tipo medio. El tipo marginal es el que se aplica a la porción de la base que excede
de la cuantía señalada para el inicio de cada tramo. Así, por ejemplo, si una persona tiene una
base imponible de 60.000 € al tramo de la base situado entre los 53.407,21 y los 60.000 € se
le aplicará un tipo marginal del 21,5%.
En cambio, el tipo medio es el que resulta de calcular lo que supone la cuota íntegra respecto
de la base imponible. Si partimos de que la base imponible es de 60.000 €, el tipo medio será
del 15,76%, es decir, el resultado de calcular (9.458,31 / 60.000) · 100.
Por otra parte, hay que destacar, que la exigencia de progresividad prevista en el art. 31.1 CE se
refiere a la progresividad del conjunto del sistema tributario (SSTC 27/1981, de 20 de julio,
FJ 4 in fine; 37/1987, de 26 de marzo; 76/1990, de 26 de abril , FJ 6 b); 150/1990, de 4 de
octubre, FJ 9; 173/1996, de 31 de octubre, FJ 1; 14/1998, de 22 de enero, FJ 11 b); y 327/2006,
de 20 de noviembre, FJ 4). Por lo tanto, no es necesario que todos y cada uno de los tributos se
articulen de forma progresiva, aunque el mandato constitucional sí que impide que se apliquen
tipos de gravamen regresivos en alguno de los tributos, esto es, no es posible que los tipos
impositivos disminuyan a medida que aumenta la base imponible (MARTÍN DELGADO).
12
necesaria ni suficiente para logar la progresividad de un tributo, sino que es necesario tener en
cuenta su estructura global.
El último apartado 3 del artículo 55 de la Ley General Tributaria añade que “La ley podrá
prever la aplicación de un tipo cero, así como de tipos reducidos o bonificados”.
* En el tipo cero existe sujeción al tributo, y aunque no surja deuda, sí que existen los deberes
formales y de gestión. Ej.: Artículo 30, Ley 38/1992, de Impuestos Especiales, que establece
el tipo cero para el vino.
* El tipo reducido o bonificado responde a técnicas que entran dentro del ámbito de los
beneficios fiscales. Ej.: los tipos de gravamen reducidos y superreducidos en el IVA.
3.3.3 Tarifa
Es el conjunto de tipos de gravamen aplicables a las distintas unidades o tramos de base
liquidable en un tributo (art. 55.2 in fine LGT).
13
“La cuota diferencial será el resultado de minorar la cuota líquida en el importe de las
deducciones, pagos fraccionados, retenciones, ingresos a cuenta y cuotas, conforme a la
normativa de cada tributo”.
Según el Art. 58.1 de la LGT, “La deuda tributaria estará constituida por la cuota o cantidad
a ingresar que resulte de la obligación tributaria principal o de las demás obligaciones de
realizar pagos a cuenta”. Este es el contenido esencial de la deuda tributaria.
Pero, tal como dispone el Art. 58.2 de la LGT, pueden formar parte de la deuda tributaria
otras prestaciones diferentes de la cuota, y que no resultan ni son objeto de la obligación
tributaria principal, como son:
a) El interés de demora.
b) Los recargos por declaración extemporánea.
c) Los recargos del período ejecutivo2.
d) Los recargos exigibles legalmente sobre las bases o las cuotas, a favor del Tesoro
o de otros entes públicos3.
Las sanciones tributarias no forman parte de la deuda tributaria (art. 58.3 LGT), pero son
objeto de recaudación conjunta con ésta en la forma que determina la Ley.
2
Vid. Artículos 25 a 28 LGT, sobre las obligaciones tributarias accesorias (interés de demora; recargos por
declaración extemporánea sin requerimiento previo; y recargos del período ejecutivo). Estas prestaciones
constituyen el contenido eventual – no esencial – de la deuda tributaria.
3
Sobre este tipo de recargos, vid. el artículo 157.1 a) CE (recursos de las Comunidades Autónomas) y el
artículo 2.1 b) TRLRHL (recursos de las Entidades Locales).
14
4. ESQUEMA DE CUANTIFICACIÓN DE LOS TRIBUTOS VARIABLES
BASE IMPONIBLE
- REDUCCIONES
= BASE LIQUIDABLE
X TIPO DE GRAVAMEN
= CUOTA ÍNTEGRA
- DEDUCCIONES Y BONIFICACIONES
= CUOTA LÍQUIDA
15
PARTE II: EXTINCIÓN DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA
1. INTRODUCCIÓN
2. EL PAGO
El presupuesto para la recaudación o ingreso es que la deuda tributaria sea líquida y exigible.
Para que la obligación tributaria principal sea exigible no basta que se haya devengado, es
decir, que se haya realizado el hecho imponible, sino que es necesario que se haya abierto el
período de declaración de que se trate.
16
2.2. LA DEUDA EXIGIBLE EN PERÍODO VOLUNTARIO. LOS INTERESES
La deuda exigible en período voluntario incluye el principal (la cuota o cantidad a pagar
incluida en la autoliquidación o en la liquidación con que concluyan los procedimientos), los
recargos que puedan resultar exigibles y los intereses. La cuestión de los recargos por
declaración extemporánea sin requerimiento previo (art. 27 LGT) y de los recargos del
período ejecutivo (art. 28) se estudiará en la sesión 12 en el contexto del análisis de los
procedimientos tributarios.
El interés de demora
a) Cuando finalice el plazo establecido para el pago en período voluntario de una deuda
resultante de una liquidación practicada por la Administración o del importe de una sanción,
sin que el ingreso se hubiera efectuado.
f) Cuando el obligado tributario haya obtenido una devolución improcedente , salvo que
voluntariamente regularice su situación tributaria sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 2
del artículo 27 de esta Ley relativo a la presentación de declaraciones extemporáneas sin
requerimiento previo.
17
Cálculo del interés
- En los casos en que resulte necesaria la práctica de una nueva liquidación como
consecuencia de haber sido anulada otra liquidación por una resolución administrativa o
judicial, se conservarán íntegramente los actos y trámites no afectados por la causa de
anulación, con mantenimiento íntegro de su contenido, y exigencia del interés de demora
sobre el importe de la nueva liquidación. En estos casos, la fecha de inicio del cómputo del
interés de demora será la misma que hubiera correspondido a la liquidación anulada y el
interés se devengará hasta el momento en que se haya dictado la nueva liquidación, sin que el
final del cómputo pueda ser posterior al plazo máximo para ejecutar la resolución. Este
mandato, según el Tribunal Supremo, debe entenderse referido sólo a los casos de anulación
parcial por motivos de fondo, que dejan subsistente una parte de la deuda liquidada pero
hacen necesario dictar una nueva. No quedan, en cambio, cubiertos, los casos de anulación
por motivos de forma, normalmente acompañada de mandato de retroacción de actuaciones de
las que resultará una nueva liquidación. En estos casos, los intereses se calcularán sobre el
importe de esta nueva liquidación, pero la fecha final de cómputo será la del día en que se
hubiese dictado la liquidación anulada.
Importe
Según el art. 26.6, el interés de demora será el interés legal del dinero vigente a lo largo del
período en el que aquél resulte exigible, incrementado en un 25 por ciento, salvo que la Ley
de Presupuestos Generales del Estado establezca otro diferente.
18
tercero. Esta cuestión no se trata en la LGT, sino en el Reglamento General de Recaudación
(RGR). En concreto, puede efectuar el pago, en periodo voluntario o periodo ejecutivo,
cualquier persona, tenga o no interés en el cumplimiento de la obligación, ya lo conozca y lo
apruebe, ya lo ignore el obligado al pago (art. 33.1 RGR). Este tercero que efectúa el pago, sin
embargo, no se convertirá en parte del procedimiento.
Posteriormente, este tercero podrá repetir del deudor lo pagado según las normas generales
del Código Civil. Al respecto, el art. 1158 CC establece que el que pagare por cuenta de otro
podrá reclamar del deudor lo que hubiese pagado, salvo que lo hubiese hecho contra su
expresa voluntad, en cuyo caso podrá repetir del deudor aquello en lo que le hubiere sido útil
el pago.
Respecto al receptor del pago, los pagos realizados a órganos no competentes para recibirlos
o a personas no autorizadas para ello no liberarán al deudor de su obligación de pago, sin
perjuicio de las responsabilidades de todo orden en que incurra el perceptor que admita
indebidamente el pago (art. 33.3 RGR).
El pago de las deudas podrá realizarse en efectivo, mediante efectos timbrados y en especie.
El primer supuesto será el más habitual. El pago mediante efectos timbrados podrá tener lugar
cuando así se disponga reglamentariamente, algo que ocurre, por ejemplo, en el caso del
Impuesto de Actos Jurídicos Documentados sobre las letras de cambio, que se satisface
mediante la utilización del modelo oficial al efecto.
Respecto a los medios de pago en efectivo, el RGR se refiere, además de al dinero de curso
legal, a los siguientes medios: cheque, tarjeta de crédito y débito, transferencia bancaria,
domiciliación bancaria y cualesquiera otros que se autoricen por el Ministerio de Hacienda.
Lo habitual será el pago en las entidades colaboradoras (entidades financieras), en cuyo caso
la deuda se entenderá pagada en la fecha y por el importe que figure en el justificante del
ingreso. A partir de ese momento será la entidad la que quedará obligada al ingreso frente a
Hacienda.
La normativa tributaria regulará los requisitos y condiciones para que el pago pueda
efectuarse utilizando técnicas y medios electrónicos, informáticos o telemáticos.
19
2.5. LUGAR DEL PAGO
El pago de las deudas podrá realizarse en las cajas de los órganos competentes, en las
entidades que, en su caso, presten el servicio de caja, en las entidades colaboradoras y demás
personas o entidades autorizadas para recibir el pago, directamente o por vía telemática,
cuando así esté previsto en la normativa vigente (art. 33.2 RGR). En las entidades
colaboradoras puede tener lugar el ingreso de las deudas resultantes de autoliquidaciones
realizadas en los modelos oficiales o por vía telemática en los casos en que este medio se
exige por la normativa y también de las resultantes de liquidaciones practicadas por la
Administración, esto es, de la práctica totalidad de las deudas tributarias.
El art. 62 LGT determina el plazo del pago en período voluntario en función de diversos
supuestos de exigibilidad de la deuda:
- Las deudas tributarias resultantes de una autoliquidación deberán pagarse en los plazos que
establezca la normativa de cada tributo.
a) Si la notificación de la liquidación se realiza entre los días uno y 15 de cada mes, desde la
fecha de recepción de la notificación hasta el día 20 del mes posterior o, si éste no fuera hábil,
hasta el inmediato hábil siguiente.
b) Si la notificación de la liquidación se realiza entre los días 16 y último de cada mes, desde
la fecha de recepción de la notificación hasta el día cinco del segundo mes posterior o, si éste
no fuera hábil, hasta el inmediato hábil siguiente.
- Las deudas que deban abonarse mediante efectos timbrados se pagarán en el momento de la
realización del hecho imponible, si no se dispone otro plazo en su normativa específica.
a) Si la notificación de la providencia se realiza entre los días uno y 15 de cada mes, desde la
fecha de recepción de la notificación hasta el día 20 de dicho mes o, si éste no fuera hábil,
hasta el inmediato hábil siguiente.
20
b) Si la notificación de la providencia se realiza entre los días 16 y último de cada mes, desde
la fecha de recepción de la notificación hasta el día cinco del mes siguiente o, si éste no fuera
hábil, hasta el inmediato hábil siguiente.
El obligado tributario puede solicitar el aplazamiento o fraccionamiento del pago dentro del
plazo para efectuar el pago. El fraccionamiento puede considerarse como una modalidad de
aplazamiento, si bien hay que tener en cuenta que el aplazamiento es un incidente que es
objeto de una decisión en el curso del procedimiento de recaudación, mientras que el
fraccionamiento puede ser elegido por el obligado tributario en los casos en que así se haya
previsto, sin necesidad de acuerdo de la Administración.
Según el art. 65 LGT, las deudas tributarias que se encuentren en período voluntario o
ejecutivo podrán aplazarse o fraccionarse en los términos que se fijen reglamentariamente y
previa solicitud del obligado tributario, cuando su situación económico-financiera le impida,
de forma transitoria, efectuar el pago en los plazos establecidos.
No podrán ser objeto de aplazamiento o fraccionamiento las deudas tributarias cuya exacción
se realice por medio de efectos timbrados.
Asimismo, en caso de concurso del obligado tributario, no podrán aplazarse o fraccionarse las
deudas tributarias que, de acuerdo con la legislación concursal, tengan la consideración de
créditos contra la masa.
21
no se devengarán intereses cuando el retraso sea imputable al incumplimiento de plazos por
parte de la administración.
Las solicitudes en período ejecutivo podrán presentarse hasta el momento en que se notifique
al obligado el acuerdo de enajenación de los bienes embargados. La Administración tributaria
podrá iniciar o, en su caso, continuar el procedimiento de apremio durante la tramitación del
aplazamiento o fraccionamiento. No obstante, deberán suspenderse las actuaciones de
enajenación de los bienes embargados hasta la notificación de la resolución denegatoria del
aplazamiento o fraccionamiento.
El efecto del pago es la extinción de la deuda, lo cual libera no sólo al obligado principal, sino
también a los responsables o avalistas. También se producirá la liberación de las garantías de
carácter real y el levantamiento de las medidas cautelares que pudieran existir. La falta de
pago en período voluntario determinara la apertura del procedimiento ejecutivo.
La imputación de pagos
A diferencia de lo que sucede en período voluntario, en los casos de ejecución forzosa en que
se hubieran acumulado varias deudas tributarias del mismo obligado tributario y no pudieran
extinguirse totalmente, la Administración tributaria aplicará el pago a la deuda más antigua.
Su antigüedad se determinará de acuerdo con la fecha en que cada una fue exigible. Este
criterio se exceptúa cuando se hubieran acumulado varias deudas tributarias a favor de una
Administración y de otras entidades de derecho público dependientes de la misma, en cuyo
caso tendrán preferencia para su cobro las primeras.
La consignación
El art. 64 LGT establece que los obligados tributarios podrán consignar el importe de la deuda
tributaria y, en su caso, de las costas reglamentariamente devengadas en la Caja General de
22
Depósitos u órgano equivalente de las restantes Administraciones públicas, o en alguna de sus
sucursales, con los efectos liberatorios o suspensivos que las disposiciones reglamentarias
determinen.
En el ámbito tributario, la consignación puede efectuarse con la finalidad de extinción (en los
casos en que el órgano de recaudación no lo haya admitido indebidamente o no pueda
admitirlo por causa de fuerza mayor) o bien con una finalidad estrictamente procedimental
consistente en suspender la ejecutoriedad del acto impugnado.
3.1 LA CONDONACIÓN
3.2. LA COMPENSACIÓN
Según el art. 71 LGT, las deudas tributarias de un obligado tributario podrán extinguirse total
o parcialmente por compensación con créditos reconocidos por acto administrativo a favor del
mismo obligado, en las condiciones que reglamentariamente se establezcan.
La compensación será acordada de oficio (art. 73 LGT) en los casos previstos por la Ley. Se
compensarán de oficio las deudas tributarias que se encuentren en período ejecutivo y,
asimismo, se compensarán de oficio durante el plazo de ingreso en período voluntario las
cantidades a ingresar y a devolver que resulten de un mismo procedimiento de comprobación
limitada o inspección o de la práctica de una nueva liquidación por haber sido anulada otra
anterior de acuerdo con lo dispuesto en el art. 26.5 LGT.
Igualmente, serán compensables de oficio, una vez transcurrido el plazo de ingreso en período
voluntario, las deudas tributarias vencidas, líquidas y exigibles que las comunidades
autónomas, entidades locales y demás entidades de derecho público tengan con el Estado.
23
El art. 74 LGT también prevé la extinción de deudas de las entidades de derecho público
mediante deducciones sobre transferencias. En el caso de las deudas tributarias vencidas,
líquidas y exigibles que las comunidades autónomas, entidades locales y demás entidades de
derecho público tengan con el Estado podrán extinguirse con las deducciones sobre las
cantidades que la Administración del Estado deba transferir a las referidas entidades.
Los supuestos de los arts. 62.8 y 62.9 LGT se encuentran estrechamente relacionados con la
compensación.
De acuerdo con el art. 62.8 LGT, en los supuestos en los que la ley de cada tributo lo
establezca, el ingreso de la deuda de un obligado tributario podrá suspenderse total o
parcialmente, sin aportación de garantía y a solicitud de éste, si otro obligado presenta una
declaración o autoliquidación de la que resulte una cantidad a devolver o una comunicación
de datos, con indicación de que el importe de la devolución que pueda ser reconocido se
destine a la cancelación de la deuda cuya suspensión se pretende. En la actualidad, el IRPF es
el único tributo para el que se prevé esta posibilidad, en concreto, para el caso de cónyuges no
separados legalmente.
Por otra parte, según el art. 62.9 LGT, el ingreso de la deuda de un obligado tributario se
suspenderá total o parcialmente, sin aportación de garantías, cuando se compruebe que por la
misma operación se ha satisfecho a la misma u otra Administración una deuda tributaria o se
ha soportado la repercusión de otro impuesto, siempre que el pago realizado o la repercusión
soportada fuera incompatible con la deuda exigida y, además, en este último caso, el sujeto
pasivo no tenga derecho a la completa deducción del importe soportado indebidamente. Esta
previsión parece estar pensada para los casos en que existen errores a la hora de determinar si
un supuesto de hecho da lugar al pago del IVA o del impuesto sobre transmisiones
patrimoniales onerosas. En tanto no se resuelve qué tributo es el que procede, el ingreso queda
suspendido sin garantías.
3.4. LA PRESCRIPCIÓN
24
La prescripción se produce por el transcurso de cierto tiempo legalmente fijado unido a la
inactividad de la Administración tributaria y su fundamento es el de la seguridad en las
relaciones jurídicas.
De acuerdo con el art. 66 LGT, prescribirán a los cuatro años los siguientes derechos:
En cuanto al cómputo de los plazos de prescripción (art. 67 LGT), pueden destacarse las
siguientes reglas, en función de los casos anteriores de que se trate:
En el caso a), desde el día siguiente a aquel en que finalice el plazo reglamentario para
presentar la correspondiente declaración o autoliquidación.
En los tributos de cobro periódico por recibo, cuando para determinar la deuda tributaria
mediante la oportuna liquidación no sea necesaria la presentación de declaración o
autoliquidación, el plazo de prescripción comenzará el día de devengo del tributo.
En el caso b), desde el día siguiente a aquel en que finalice el plazo de pago en período
voluntario, sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 2 de este artículo.
En el caso c), desde el día siguiente a aquel en que finalice el plazo para solicitar la
correspondiente devolución derivada de la normativa de cada tributo o, en defecto de plazo,
desde el día siguiente a aquel en que dicha devolución pudo solicitarse; desde el día siguiente
a aquel en que se realizó el ingreso indebido o desde el día siguiente a la finalización del plazo
para presentar la autoliquidación si el ingreso indebido se realizó dentro de dicho plazo; o
desde el día siguiente a aquel en que adquiera firmeza la sentencia o resolución administrativa
que declare total o parcialmente improcedente el acto impugnado.
En el supuesto de tributos que graven una misma operación y que sean incompatibles entre sí,
el plazo de prescripción para solicitar la devolución del ingreso indebido del tributo
improcedente comenzará a contarse desde la resolución del órgano específicamente previsto
para dirimir cuál es el tributo procedente.
En el caso d), desde el día siguiente a aquel en que finalicen los plazos establecidos para
efectuar las devoluciones derivadas de la normativa de cada tributo o desde el día siguiente a
la fecha de notificación del acuerdo donde se reconozca el derecho a percibir la devolución o
el reembolso del coste de las garantías.
25
Por otra parte, la interrupción de los plazos de prescripción se produce en los siguientes
términos (art. 68 LGT):
El plazo de prescripción del derecho para determinar la deuda tributaria mediante liquidación
se interrumpe:
a) Por cualquier acción de la Administración tributaria, realizada con conocimiento formal del
obligado tributario, conducente al reconocimiento, regularización, comprobación, inspección,
aseguramiento y liquidación de todos o parte de los elementos de la obligación tributaria que
proceda, aunque la acción se dirija inicialmente a una obligación tributaria distinta como
consecuencia de la incorrecta declaración del obligado tributario.
2. El plazo de prescripción del derecho para exigir el pago de las deudas tributarias liquidadas
y autoliquidadas se interrumpe:
a) Por cualquier acción de la Administración tributaria, realizada con conocimiento formal del
obligado tributario, dirigida de forma efectiva a la recaudación de la deuda tributaria.
c) Por cualquier actuación fehaciente del obligado tributario conducente al pago o extinción
de la deuda tributaria.
a) Por cualquier actuación fehaciente del obligado tributario que pretenda la devolución, el
reembolso o la rectificación de su autoliquidación.
26
4. El plazo de prescripción del derecho a obtener las devoluciones derivadas de la normativa
de cada tributo, las devoluciones de ingresos indebidos y el reembolso del coste de las
garantías se interrumpe:
b) Por cualquier actuación fehaciente del obligado tributario por la que exija el pago de la
devolución o el reembolso.
27
El principal efecto de la prescripción es la extinción de la deuda tributaria (art. 69.3 LGT).
La Hacienda Pública tendrá prelación para el cobro de los créditos tributarios vencidos y no
satisfechos en cuanto concurra con otros acreedores, excepto que se trate de acreedores de
dominio, prenda, hipoteca u otro derecho real debidamente inscrito en el registro
correspondiente con anterioridad a la fecha en que se haga constar en el mismo el derecho de
la Hacienda Pública, sin perjuicio de los casos de hipoteca legal tácita y afección de bienes.
En el proceso concursal, los créditos tributarios quedarán sometidos a lo establecido en la Ley
22/2003, de 9 de julio, Concursal.
En los tributos que graven periódicamente los bienes o derechos inscribibles en un registro
público o sus productos directos, ciertos o presuntos, el Estado, las comunidades autónomas y
las entidades locales tendrán preferencia sobre cualquier otro acreedor o adquirente, aunque
éstos hayan inscrito sus derechos, para el cobro de las deudas devengadas y no satisfechas
correspondientes al año natural en que se exija el pago y al inmediato anterior.
Los adquirentes de bienes afectos por ley al pago de la deuda tributaria responderán
subsidiariamente con ellos, por derivación de la acción tributaria, si la deuda no se paga. Los
bienes y derechos transmitidos quedarán afectos a la responsabilidad del pago de las
cantidades, liquidadas o no, correspondientes a los tributos que graven tales transmisiones,
adquisiciones o importaciones, cualquiera que sea su poseedor, salvo que éste resulte ser un
tercero protegido por la fe pública registral o se justifique la adquisición de los bienes con
buena fe y justo título, en establecimiento mercantil o industrial, en el caso de bienes muebles
no inscribibles.
La Administración tributaria tendrá derecho de retención frente a todos sobre las mercancías
declaradas en las aduanas para el pago de la pertinente deuda aduanera y fiscal, por el importe
de los respectivos derechos e impuestos liquidados, de no garantizarse de forma suficiente el
pago de la misma.
28
5. MEDIDAS CAUTELARES (art. 81 LGT)
Las medidas habrán de ser proporcionadas al daño que se pretenda evitar y en la cuantía
estrictamente necesaria para asegurar el cobro de la deuda. En ningún caso se adoptarán
aquellas que puedan producir un perjuicio de difícil o imposible reparación.
a) La retención del pago de devoluciones tributarias o de otros pagos que deba realizar la
Administración tributaria. La retención cautelar total o parcial de una devolución tributaria
deberá ser notificada al interesado junto con el acuerdo de devolución.
d) La retención de un porcentaje de los pagos que las empresas que contraten o subcontraten
la ejecución de obras o prestación de servicios correspondientes a su actividad principal
realicen a los contratistas o subcontratistas, en garantía de las obligaciones tributarias relativas
a tributos que deban repercutirse o cantidades que deban retenerse a trabajadores,
profesionales u otros empresarios, en la parte que corresponda a las obras o servicios objeto
de la contratación o subcontratación.
Los efectos de las medidas cautelares cesarán en el plazo de seis meses desde su adopción,
salvo en los siguientes supuestos:
c) Que, a solicitud del interesado, se acordase su sustitución por otra garantía que se estime
suficiente.
En todo caso, las medidas cautelares deberán ser levantadas si el obligado tributario presenta
aval solidario de entidad de crédito o sociedad de garantía recíproca o certificado de seguro de
caución que garantice el cobro de la cuantía de la medida cautelar. Si el obligado procede al
pago en período voluntario de la obligación tributaria cuyo cumplimiento aseguraba la medida
cautelar, sin mediar suspensión del ingreso, la Administración tributaria deberá abonar los
gastos del aval aportado.
d) Que se amplíe dicho plazo mediante acuerdo motivado, sin que la ampliación pueda
exceder de seis meses.
29
e) Que se adopten durante la tramitación del procedimiento descrito en el artículo 253 de esta
Ley o tras su conclusión. En estos casos sus efectos cesarán en el plazo de veinticuatro meses
desde su adopción.
Si se hubieran adoptado antes del inicio de la tramitación descrita en el artículo 253 de esta
Ley, una vez dictada la liquidación a que se refiere el artículo 250.2 de esta Ley, podrá
ampliarse el plazo mediante acuerdo motivado, sin que la ampliación total de las medidas
adoptadas pueda exceder de 18 meses.
Las medidas a que se refiere este párrafo e) podrán convertirse en embargos del
procedimiento de apremio iniciado para el cobro de la liquidación practicada.
Si con posterioridad a su adopción, se solicitara al órgano judicial penal competente la
suspensión contemplada en el artículo 305.5 del Código Penal, las medidas adoptadas se
notificarán al Ministerio Fiscal y al citado órgano judicial y se mantendrán hasta que este
último adopte la decisión procedente sobre su conservación o levantamiento.
30
GRAU
EN
DRET.
DRET
FINANCER
Prof.
Dra.
Ana
Belén
Macho.
ESQUEMA.
DEBER
DE
INFORMACIÓN
Y
ASISTENCIA
DE
LA
ADMINISTRACIÓN
El
deber
de
información
y
asistencia
a
los
obligados
tributarios
Actuaciones
administrativas
de
Principales
caracteres
información
Publicaciones,
tanto
de
textos
Órgano
competente:
Ministerio
de
Economía
y
normativos
vigentes,
como
de
doctrina
Hacienda.
Acceso
a
través
de
Internet:
gratuito.
administrativa
(consultas
y
resoluciones
La
actuación
de
conformidad
con
las
mismas
produce
económico-‐administrativas)
(art.
86
LGT)
la
exoneración
de
responsabilidad
por
infracción
tributaria
(art.
179.2
d)
LGT).
Comunicaciones
y
actuaciones
de
Comunicaciones
a
sectores
económicos
determinados
información
(art.
87
LGT)
y
actuaciones
de
información
en
las
oficinas
abiertas
al
público
y
en
las
bases
de
datos.
La
actuación
de
conformidad
con
las
mismas
produce
la
exoneración
de
responsabilidad
por
infracción
tributaria
(art.
179.2
d)
LGT).
Consultas
tributarias
escritas
Como
regla
general,
tienen
efectos
vinculantes.
(arts.
88
y
89
LGT,
La
actuación
de
conformidad
con
las
mismas
produce
arts.
65
a
68
RGGIA)
la
exoneración
de
responsabilidad
por
infracción
tributaria
(art.
179.2
d)
LGT).
Información
con
carácter
previo
a
la
Información
sobre
el
valor
a
efectos
fiscales
de
bienes
adquisición
o
transmisión
de
bienes
inmuebles.
Tiene
efectos
vinculantes
durante
un
plazo
inmuebles
de
tres
meses.
(art.
90
LGT
y
69
RGGIA)
Acuerdos
previos
de
valoración
Acuerdo
de
valoración
a
efectos
fiscales
de
rentas,
(art.
91
LGT)
bienes
y
otros
elementos
determinantes
de
la
deuda
tributaria,
con
efectos
vinculantes.
Son
aplicables
cuando
la
normativa
propia
de
cada
tributo
lo
prevea.
Actuaciones
administrativas
de
asistencia
(algunos
ejemplos)
(arts.
77
y
78
RGGIA)
• Confección
de
autoliquidaciones
por
la
Administración
tributaria.
• Programas
de
ayuda
para
la
confección
de
las
autoliquidaciones.
• Devolución
del
IRPF
y
confección
de
borradores.
• Envío
de
la
información
en
poder
de
la
Administración.
• Bases
de
datos
de
información
básica
(INFORMA).
• Presentación
de
declaraciones
telemáticas.
• Interposición
de
recursos
a
través
de
Internet.
• Notificaciones
telemáticas.
2
GRAU
EN
DRET.
DRET
FINANCER
Prof.
Dra.
Ana
Belén
Macho.
ESQUEMA.
FASES
DEL
PROCEDIMIENTO
DE
APREMIO
Inicio
del
procedimiento
de
apremio
Se
produce
una
vez
iniciado
el
período
ejecutivo,
con
la
notificación
de
la
Art.
167
LGT
providencia
de
apremio,
y
determina
el
devengo
del
recargo
de
apremio
Arts.
70-‐71
RGR
reducido
del
10%,
sin
intereses,
siempre
que
se
pague
la
deuda
en
el
plazo
Ar.
28
y
62.5
LGT
previsto
en
el
art.
62.5
LGT,
desde
la
notificación
de
la
providencia
de
apremio.
Desarrollo
del
procedimiento
de
apremio
Si
no
se
paga
la
deuda
apremiada
en
el
plazo
del
art.
62.5
LGT,
se
ejecutarán
en
primer
lugar
las
garantías
existentes
(salvo
que
éstas
no
sean
Art.
168
LGT
proporcionadas
o
el
obligado
tributario
solicite
el
embargo
y
enajenación
de
Art.
74
RGR
otros
bienes
o
derechos,
señalando
bienes
suficientes
al
efecto:
art.
168.2
LGT).
Se
procederá
al
embargo
de
los
bienes
y
derechos;
notificación
de
las
Arts.
169-‐171
diligencias
de
embargo
y
anotación
preventiva
en
los
registros
públicos
LGT
donde
estén
inscritos
los
bienes.
Arts.
75-‐96
RGR
Cuando
la
liquidación
tributaria
sea
firme,
se
procederá
a
la
enajenación
de
Art.
172
LGT
los
bienes
embargados,
mediante
subasta,
concurso
o
adjudicación
directa.
Arts.
97-‐115
LGT
Terminación
del
procedimiento
de
apremio
Se
produce
por
el
pago
o
extinción
de
la
deuda
(incluyendo
recargos,
intereses
y
costas
del
procedimiento);
o
por
la
declaración
del
crédito
como
incobrable
(en
cuyo
caso
podrá
rehabilitarse
el
crédito
si,
dentro
del
plazo
de
Art.
173
LGT
prescripción,
alguno
de
los
obligados
al
pago
recupera
la
solvencia:
art.
76
Art.
116
RGR
LGT).
No
se
prevé
un
plazo
máximo
de
resolución;
el
procedimiento
de
apremio
puede
extenderse
hasta
la
prescripción
del
derecho
de
cobro
(art.
104.1
LGT).
GRAU
EN
DRET.
DRET
FINANCER
Prof.
Dra.
Ana
Belén
Macho.
2
Recurso
de
anulación
(supuestos
tasados)
(arts.
239.6
LGT;
art.
60
RRVA)
• Actos
recurribles:
Resoluciones
dictadas
en
primera
instancia
por
TEAs
Regionales
o
Locales,
solo
en
los
siguientes
supuestos
tasados:
a)
cuando
se
haya
declarado
incorrectamente
la
inadmisibilidad
de
la
reclamación;
b)
cuando
se
hayan
declarado
inexistentes
las
alegaciones
o
pruebas
oportunamente
presentadas;
o
c)
cuando
se
alegue
la
incongruencia
completa
y
manifiesta
de
la
resolución.
El
recurso
de
anulación
se
interpondrá,
en
su
caso,
con
carácter
previo
al
recurso
de
alzada
ordinario.
• Competencia
para
resolver:
El
mismo
TEA
Regional
o
Local
que
hubiese
dictado
la
resolución
objeto
de
recurso.
• Legitimados:
Los
interesados.
• Plazo
de
interposición:
15
días
desde
la
notificación.
• Tramitación:
El
escrito
de
interposición
incluirá
las
alegaciones
y
adjuntará
las
pruebas
pertinentes.
• Plazo
de
resolución:
Un
mes.
Transcurrido
este
plazo,
se
entiende
tácitamente
desestimado.
• Recursos:
Recurso
de
alzada
ordinario,
en
su
caso;
o
bien
directamente
recurso
jurisdiccional
contencioso-‐administrativo;
sin
perjuicio
de
los
recursos
extraordinarios.
Recurso
extraordinario
de
alzada
para
la
unificación
de
criterio
(art.
242
LGT
y
art.
61
RRVA)
• Actos
recurribles:
Resoluciones
dictadas
en
única
instancia
por
TEAs
Regionales
o
Locales,
no
susceptibles
de
recurso
de
alzada
ordinario
(cuantía
de
la
reclamación
inferior
a
150.000
€,
o
1.800.000
€,
tratándose
de
bases
o
valoraciones),
cuando:
a)
se
estimen
gravemente
dañosas
o
erróneas
dichas
resoluciones;
b)
no
se
adecuen
a
la
doctrina
del
TEAC;
o
c)
apliquen
criterios
distintos
a
los
empleados
por
otros
TEAs
Regionales
o
Locales.
• Competencia
para
resolver:
TEAC.
• Legitimados:
Sólo
Directores
Generales
del
MEH
o
Directores
de
Departamento
de
la
AEAT
(no
los
interesados).
• Plazo
de
interposición:
3
meses
desde
la
notificación
de
la
resolución.
• Resolución:
Deberá
dictarse
en
el
plazo
de
6
meses.
Respetará
la
situación
jurídica
particular
derivada
de
la
resolución
recurrida,
unificando
el
criterio
aplicable,
que
vinculará
a
los
TEAs
y
al
resto
de
la
Administración
tributaria.
3
Recurso
extraordinario
para
la
unificación
de
doctrina
(art.
243
LGT
y
art.
61
RRVA)
• Actos
recurribles:
Resoluciones
del
TEAC.
• Competencia
para
resolver:
Sala
Especial
para
la
Unificación
de
Doctrina.
• Legitimados:
Sólo
el
Director
General
de
Tributos.
• Plazo
de
interposición:
3
meses
desde
la
notificación
de
la
resolución.
• Resolución:
Plazo
de
6
meses.
El
criterio
establecido
vincula
a
los
TEAs
y
al
resto
de
la
Administración
tributaria.
Recurso
extraordinario
de
revisión
(art.
244
LGT
y
art.
62
RRVA)
• Actos
recurribles:
Supuestos
tasados
en
el
art.
244
LGT.
• Competencia
para
resolver:
TEAC.
• Legitimados:
Los
interesados,
los
Directores
Generales
del
MEH
y
los
Directores
de
Departamento
de
la
AEAT.
• Plazo
de
interposición:
3
meses
desde
la
notificación
de
la
resolución.
• Resolución:
Deberá
dictarse
en
el
plazo
de
1
año.
Recurso
• Actos
recurribles:
Resoluciones
de
las
reclamaciones
económico-‐administrativas
que
pongan
fin
a
la
vía
administrativa.
jurisdiccional
• Competencia
para
resolver:
Juzgados
y
Tribunales
de
lo
contencioso-‐administrativo.
contencioso-‐ • Plazo
de
interposición:
2
meses.
Tramitación:
Ley
29/1998,
de
13
de
julio,
reguladora
de
la
jurisdicción
contencioso-‐
administrativo
administrativa
(art.
249
LGT)
4
!
GRAU!EN!DRET.!DRET!FINANCER!
Prof.!Dra.!Ana!Belén!Macho.!
!
!
!
ESQUEMA.!PROCEDIMIENTOS!ESPECIALES!DE!REVISIÓN!
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Procedimiento! Supuestos! Iniciación! Tramitación! Terminación!
Revisión!de! Revisión! en! perjuicio! o! en! beneficio! de! los! interesados,! contra! N!De!oficio!o! - Se!requiere!audiencia!a! N!Plazo!de!1!año,!
actos!nulos!de! actos!firmes!que:! instancia!del! los!interesados!y! transcurrido!el!
pleno!derecho! a) Lesionen!derechos!susceptibles!de!amparo!constitucional.! interesado.! Dictamen!previo! cual,!se!produce!la!
! b) Dictados! por! órgano! manifiestamente! incompetente! por! ! favorable!del!Consejo!de! caducidad!o!el!
(art.!217!LGT!y! razón!de!materia!o!territorio.! N!No!hay!plazo!de! Estado!u!órgano! silencio!negativo!
arts.!4!a!6! c) De!contenido!imposible.! interposición!(es! equivalente!de!la!CA.! !
RGRVA)! d) Constitutivos!o!consecuencia!de!infracción!penal.! imprescriptible).! N!Pone!fin!a!la!vía!
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e) Dictados!prescindiendo!absolutamente!del!procedimiento.! administrativa!
- Competencia:!en!el!
f) Que! concedan! facultades! o! derechos! sin! los! requisitos!
ámbito!estatal,!el!
esenciales!para!su!adquisición.!
Ministro!de!Hacienda.!
g) Cualquier!otro!establecido!expresamente!por!ley.!
que!dictó!el!acto.!
Devolución! Véase!la!explicación!siguiente! Véase!explicación! Véase!la!explicación! Véase!explicación!
ingresos!
indebidos!
! 2!
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PROCEDIMIENTO!DE!DEVOLUCIÓN!DE!INGRESOS!INDEBIDOS!
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Entre!los!procedimientos!especiales!de!revisión!regulados!en!la!LGT,!destacamos!la!devolución!
de! ingresos! indebidos,! que! constituye! el! pago! o! restitución! que! la! Administración! tributaria!
debe!realizar!a!los!obligados!tributarios,!a!los!sujetos!infractores!o!a!los!sucesores!de!unos!y!
otros,! cuando,! habiéndose! realizado! ingresos! en! el! Tesoro! público! con! ocasión! del!
cumplimiento! de! sus! obligaciones! tributarias! o! del! pago! de! sanciones,! se! hubiera! producido!
alguno!de!los!siguientes!supuestos:!
a) Duplicidad!en!el!pago!de!deudas!tributarias!o!sanciones.!
b) Que!la!cantidad!pagada!haya!sido!superior!al!importe!a!ingresar!resultante!de!un!acto!
administrativo!o!de!una!autoliquidación.!
c) Que!se!hayan!ingresado!cantidades!correspondientes!a!deudas!o!sanciones!tributarias!
después!de!haber!transcurrido!los!plazos!de!prescripción.!
d) Que!así!lo!establezca!la!normativa!tributaria.!
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En! estos! supuestos,! el! derecho! a! la! devolución! del! ingreso! indebido! podrá! reconocerse!
mediante!el!procedimiento!específicamente!previsto!a!estos!efectos!en!los!arts.!17!a!19!RRVA:!
• Dicho! procedimiento! podrá! iniciarse! de! oficio! o! a! instancia! del! interesado,! dentro! del!
plazo!de!prescripción!de!cuatro!años,!contado!desde!el!día!siguiente!a!aquel!en!que!se!
realizó! el! ingreso! indebido! (o! desde! el! día! siguiente! a! la! finalización! del! plazo! para!
presentar!la!autoliquidación,!si!el!ingreso!indebido!se!realizó!dentro!de!dicho!plazo!–!
art.!67.1.c)!LGT!R).!!
• La!competencia!para!resolver!este!procedimiento,!en!el!ámbito!estatal,!corresponde!al!
órgano!de!recaudación!que!se!determine!normativamente.!!
• El! plazo! para! resolver! es! de! seis! meses,! transcurrido! el! cual! se! podrá! entender!
desestimada! la! solicitud,! a! los! efectos! de! interponer! recurso! de! reposición! o!
reclamación!económicoRadministrativa!(art.!221.6!LGT).!
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El! derecho! a! obtener! la! devolución! de! ingresos! indebidos! también! puede! reconocerse! de!
forma! indirecta,! como! consecuencia! de! un! procedimiento! dirigido! a! la! revisión! del! acto! que!
dio!lugar!al!ingreso.!Así:!en!un!procedimiento!especial!de!revisión;!en!virtud!de!la!resolución!de!
un!recurso!administrativo,!reclamación!económicoRadministrativa!o!resolución!judicial!firmes;!
en! un! procedimiento! de! aplicación! de! los! tributos;! en! un! procedimiento! de! rectificación! de!
autoliquidación! a! instancia! del! obligado! tributario;! o! por! cualquier! otro! procedimiento!
establecido!en!la!normativa!tributaria!(art.!15.1!RRVA).!
! 3!
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En! cualquier! caso,! el! contenido! del! derecho! a! la! devolución! del! ingreso! indebido! estará!
formado!por!la!suma!de!las!siguientes!cantidades!(arts.!32.2!y!221.5!LGT;!art.!16!RRVA):!!
a) !!!El!importe!del!ingreso!indebidamente!efectuado.!
b) !!!Las! costas! satisfechas! cuando! el! ingreso! indebido! se! hubiera! realizado! durante! el!
procedimiento!de!apremio.!
c) !!!El!interés!de!demora!vigente!a!lo!largo!del!período!en!que!resulte!exigible,!sobre!las!
cantidades! indebidamente! ingresadas,! sin! necesidad! de! que! el! obligado! tributario! lo!
solicite.!
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Una! vez! reconocido! el! derecho! a! la! devolución! del! ingreso! indebido! por! alguno! de! los!
procedimientos! anteriormente! mencionados! (sea! directamente! en! un! procedimiento! de!
devolución! de! ingresos! indebidos,! sea! indirectamente! a! través! de! un! procedimiento! de!
revisión),! se! procederá! a! la! inmediata! ejecución! de! la! devolución! (art.! 221.2! LGT! y! art.! 20!
RRVA),! que! deberá! realizarse! en! todo! caso! dentro! del! plazo! de! prescripción! de! cuatro! años,!
contado! desde! el! día! siguiente! a! la! fecha! de! notificación! del! acuerdo! donde! se! reconozca! el!
derecho!a!percibir!la!devolución!(art.!67.1.d)!LGT).!
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Cuando!el!ingreso!indebido!deriva!de!autoliquidación,!deberá!instarse!la!rectificación!de!esta!
(art.!120.3!LGT).!
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! 4!